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CULTURA Y PERCEPCIÓN

Recuerde lo que ya ha aprendido en Antropología. No vemos el mundo físico tal como es. Más
bien, el mundo que experimentamos es un producto de la interacción entre nuestra anatomía, los
aspectos físicos del universo y lo que hemos aprendido de nuestras experiencias pasadas
(Blumer, 1977). En consecuencia, nuestra percepción no es una imagen fotográfica del mundo
físico. Por ello, no debe sorprendernos que la gente difiera en el mundo que cada uno
experimenta. Podemos decir que sentimos y experimentamos al mundo no como este es, sino
como nosotros somos.

Aunque en nuestra percepción del mundo entran en juego muchos factores, uno de los más
importantes es la cultura. Las influencias sociales afectan nuestra percepción de una manera muy
marcada. La percepción es selectiva y contiene un buen número de omisiones. En casi todos los
momentos de nuestra vida encontramos muchísimos estímulos que supuestamente hemos
notado o les hemos puesto atención; pero, en realidad no lo hacemos. Solamente "escogiendo" o
centrando nuestra atención en algunos eventos o rasgos e ignorando otros, somos capaces de
"darle sentido" a la mayoría de las situaciones.

La cultura le da sentido a la manera como una sociedad está estructurada; le brinda un significado
a sus miembros y les proporciona su "esencia", su identidad y su sentido de pertenencia. Es
decir, lo que hace que una sociedad sea diferente a otra.

Tanto la sociología como la antropología consideran a la cultura como un conjunto amplio que
incluye costumbres, valores, normas, creencias, modos de vestir, modelos de trabajo, etc.; en
otras palabras, la cultura comprende una serie de productos tangibles e intangibles, materiales y
espirituales que distinguen a una sociedad. Por su curso de antropología, usted debe saber que
hablar de cultura significa referirnos al arte y a la música, pero también a la religión, el lenguaje, las
tradiciones y, en fin, a las costumbres de un grupo social.

Destacaremos aquí que las normas y los valores, como ya lo mencionamos, son aspectos
fundamentales de toda cultura. Los valores son principios abstractos e ideales que comparten los
miembros de una misma cultura y las normas son reglas basadas en principios observables, que
se espera sean cumplidas por los miembros de esa sociedad.

Entonces, el término sociedad se refiere al sistema de relaciones existente entre los miembros de
un grupo y la cultura, al vehículo mediante el cual se dan esas relaciones. No hay sociedad sin
cultura y ninguna cultura humana puede existir sin sociedad.

Para el sociólogo francés contemporáneo Alain Touraine (1978), es muy importante indicar
las condiciones en que se lleva a cabo la sociología. El afirma que: "El objeto de la
sociología, las relaciones sociales, nunca se presentan de un modo inmediato a la
observación. La relación se halla recubierta por la regla, los alegatos, la ideología. Los
actores, sobre todo cuando se hallan implicados en unas relaciones que ponen en causa
las grandes orientaciones de la sociedad y su modo de dominación social, no son
conscientes de ellos ni se hallan organizados. Tanto si racionalizan su acción como si, por
el contrario, se hallan privados de toda acción y se sienten alienados, aparentemente
reducidos al retraimiento o a la desviación, los actores se sitúan por encima o por debajo
del sentido de su acción, siempre son excesivas o insuficientemente conscientes de ella,
siempre se sienten arrastrados por la crisis o envarados en un programa; nunca se
definen, nunca pueden definirse por la relación social en la que se hallan comprometidos".

Fuente: Alain Touraine: Introducción a la Sociología, Seix Barral, Barcelona, 1978, p.22

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