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Asociación Cristiana Menonita para

Justicia, Paz y Acción Noviolenta

Balance
Social
2018
Tabla de Contenido

Introducción 3

Área de Construcción de paz y Reconciliación en los


territorios 6

Área Mujer y Paz: Construcción de propuestas de paz 16

Área Noviolencia, Objeción de Conciencia y Prevención del


Uso y Reclutamiento de NNAJ. 23

Área Memoria histórica, Derechos Humanos e Incidencia


Política 29

Fortalecimiento organizacional 36

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Introducción

El grueso de la literatura sobre el balance social proviene de las ciencias


administrativas, por lo tanto, las definiciones generalmente aceptadas hacen
referencia a que este tipo de reportes tienen diferentes alcances, a saber:

“Incluyen valores cuantitativos y cualitativos que pueden orientar la planificación


de las actividades de la empresa para el año siguiente. Es un instrumento que
amplía el dialogo con todos los públicos con los cuales la empresa se relaciona:
accionistas, comunidad de entorno, funcionarios, proveedores, gobierno,
organizaciones no gubernamentales, mercado financiero y sociedad. (…) Es una
forma de reunir informaciones sobre las expectativas y la percepción de la
sociedad y de los socios de la empresa sobre su desempeño (Díaz & Pereyra, 2011).

En los contextos de las organizaciones sociales y especialmente, no


gubernamentales, la lógica administrativa exige identificar el contexto en el cuál
sucede la acción de la organización, puesto que sus acciones están determinadas
por misiones que vinculan a todos los actores sociales. En tal sentido, las
organizaciones no gubernamentales deben enfocar sus reflexiones en función de
sus propósitos y la forma como los logran a través de sus estrategias y tácticas.

De tal manera, un balance social en organizaciones sociales sin ánimo de lucro


estará orientado a demostrar cómo de manera innovadora la administración, las
apuestas organizativas, las técnicas y pastorales se enfocan al logro de propósitos
superiores de los cuales se desprende su sostenibilidad.

En tal sentido, JUSTAPAZ presenta un reporte sobre cómo las estrategias


institucionales en cada área de la entidad aportaron al logro de la misión
institucional. Desde esta perspectiva, vale la pena aclarar que el balance no será
una evaluación de impacto, que de su lectura se pueden identificar aportes al logro
de los propósitos superiores pero que, fundamentalmente, se elabora con base en
la lectura que los actores internos en la organización hacen sobre su quehacer
propio, por lo que supone una foto de unas estrategias, unas acciones, unos
propósitos en un periodo de tiempo determinado y situado en lugares específicos.

JUSTAPAZ, es una organización de la Iglesia Cristiana Menonita de Colombia, que


ha desarrollado una amplia trayectoria a nivel local, regional, nacional e
internacional junto con Iglesias, organizaciones socio-eclesiales e instituciones, en
procesos de capacitación, organización y acción para la construcción de estilos de
vida que conduzcan a la paz justa y sostenible.

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Actualmente JUSTAPAZ se compone de cinco áreas estratégicas que contribuyen
al horizonte de cambio: 1) Construcción de Paz y Reconciliación en los Territorios,
2) Memoria histórica, Derechos Humanos e Incidencia Política, 3) Noviolencia:
Objeción de Conciencia y Prevención del Uso y Reclutamiento de Niños, Niñas,
Adolescentes y Jóvenes, 4) Mujer y Paz: Construcción de propuestas de paz, y 5)
Fortalecimiento Organizacional.

Desde el enfoque de teoría de cambio, se plantean tres (3) niveles de cambio que
determinan las estrategias y las acciones a desarrollar:

El primer nivel de cambio busca modificar la forma como las personas realizan
determinado proceso, por ejemplo, el fortalecimiento de capacidades y el
desarrollo de habilidades a nivel personal, organizacional y comunitario.

El segundo nivel de cambio se refiere a los cambios frente a la manera de entender


las cosas que se presentan en los territorios. Por ejemplo, las organizaciones
incorporan y se apropian de planes de acción en sus dinámicas.

El tercer nivel de cambios considera aquellos que impactan la manera como las
personas y comunidades entienden y actúan frente a la realidad, estos son de larga
duración y entran a ser parte de las dinámicas locales que terminan difundiéndose
en otras instancias, comunidades e instituciones.

El Plan Estratégico Institucional (PEI) 2017-2022 viene siendo evaluado y se hacen


ajustes desde un enfoque de teoría de cambio, identificando los alcances y las
recomendaciones en relación las áreas estratégicas y los proyectos. Cada área
presentó un informe anual donde se identificaron los impactos, la población, los
territorios y las lecciones aprendidas en el marco del plan trazado.

Es importante mencionar que en los procesos de monitoreo y seguimiento de los


proyectos se presentaron distintas situaciones que afectaron su implementación.

Las dificultades en la contratación, los retrasos en los desembolsos, los problemas


de orden público, las dificultades por la rotación de los líderes en los territorios, la
polarización política y el alto de riesgo de líderes por la defensa de los derechos
humanos, afectaron el cumplimiento de algunos de los resultados tanto en las
áreas como en los proyectos financiados.

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Durante el año 2018, Justapaz culminó el proceso de transición y nombró nuevas
directivas, actualizó sus políticas institucionales y avanzó en la construcción de un
modelo de gestión financiera y sostenibilidad.

El objetivo estratégico 2017-2022 define que “Justapaz es un organización de la


Iglesia Cristiana Menonita de Colombia, que actúa en seguimiento a Jesucristo
desde la identidad Anabautista, con personas, iglesias y organizaciones sociales
que buscan el ejercicio de una ciudadanía activa, y el vivir en plenitud sus
derechos y aportando desde su ser y quehacer en la construcción de una sociedad
Justa, Noviolenta y en Paz con toda la creación (PEI 2017-2022)”.

El horizonte de cambio institucional es: “Para el 2022 las iglesias, comunidades de


base, organizaciones sociales, espacios educativos, redes y plataformas de sociedad
civil han fortalecido su accionar, incidencia y articulación en sus territorios para la
transformación de conflictos, el acceso a la justicia y la construcción de paz justa,
integral y duradera (PEI 2017-2022)”.

Teniendo como base la información de los informes anuales de las áreas y


proyectos de nuestra entidad se presenta el balance social 2018, el cual está
organizado para dar voz a quienes han participado de nuestros esfuerzos a lo largo
del año, por lo tanto, nuestros lectores y aliados podrán encontrar el testimonio de
líderes que han recibido y aportado sus experiencias, un artículo para la reflexión,
que permite hacer una lectura del contexto en el que Justapaz desarrolla su misión,
una descripción de alcances y logros por áreas así como información financiera que
aporta una comprensión general sobre los esfuerzos que hemos hechos para
garantizar nuestra acción.

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Área de Construcción de Paz y Reconciliación

“Como pastor hago parte de los procesos de construcción de paz en la región del
Medio San Juan en Choco. Trabajamos educación para la paz, proyectos de
seguridad alimentaria y acciones en favor de los derechos ya sea de los niños, las
mujeres, los campesinos y los jóvenes. Hago parte de los proyectos de construcción
de paz de JUSTAPAZ, estoy también vinculado a la plataforma CIEDERPAZ y a la
Fundación FAGROTÉS. Trabajamos en Condoto por los derechos de las mujeres
víctimas y sus acciones de paz, realizamos foros municipales. Contamos con nueve
iglesias que tienen iniciativas de paz y con la fundación Niños construyendo paz.
Acompañamos a los niños en educación para la paz. Estos espacios de paz y de
reconciliación son importantes porque es un mensaje bíblico trabajar por la paz. Es
un mandato de Jesucristo. Estos proyectos llenan nuestros corazones de
inspiración y creatividad para estar en diálogo con muchos sectores sociales. El
papel de las Iglesias es presentar a la sociedad a Jesucristo como constructor de paz
y portador del Evangelio de la paz. Somos Iglesia que hace mediaciones, ora por

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quienes sufren y abre espacios de diálogo entre las personas que están en conflicto.
No asumimos un tinte político partidista o una ideología. Nuestra función es abrir
las puertas a todos los sectores sociales y mostrar que sí es posible ponernos de
acuerdo y trabajar juntos por el bien de nuestra región.”

James Nazarit-Pastor Iglesia Hermanos Menonitas, Chocó.

“Caminos de reconciliación con Iglesias Santuarios de Paz”

El trabajo y la presencia de Justapaz, como ministerio de la Iglesia Menonita en


Colombia a lo largo de 25 años, nos permite en primer lugar dar gracias a Dios por las
buenas prácticas de transformación de conflictos y fortalecimiento organizativo de las
Iglesias cristianas para la construcción de paz desde la base y las regiones. La respuesta
ha sido positiva en todo sentido, bien dice la escritura en Mateo 25,23 “Bien, siervo
bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”

Nuestra labor por FE, es y seguirá siendo “ser testigos de la esperanza” (1 Pedro 3:15),
por ello, nos sumamos a diferentes actores sociales, eclesiales, culturales y entidades del
Estado empeñadas en hacer posible un real clima de reconciliación en este proceso de
implementación de los Acuerdos de Paz, entre Gobierno y Farc. No obstante, es motivo
de alerta y oración, las amenazas y asesinatos de líderes comunitarios por parte de
grupos armados ilegales. Así mismo, vemos que la clase política tradicional y algunos
sectores privilegiados económicamente, insisten en hacer ajustes lo pactado afectando
temas de justicia social como el acceso a tierras y el fortalecimiento de las economías
campesinas o asuntos vitales como las garantías para la participación y procesos de
justicia restaurativa como el sistema de Jurisdicción Especial para la Paz.

En este contexto de transiciones políticas, de búsquedas del bien común y de esfuerzos


para lograr a mediano y largo plazo una paz justa, necesitamos, seguir el ejemplo
bíblico de los caminantes de Emaús, quienes analizaban lo sucedido a la luz de la
Palabra de Dios y, en el compartir fraterno del pan, encontraban la presencia de Cristo
Resucitado que les infundía valor y renovado empeño para seguir su misión (Lucas
24,13-35). Así mismo hoy, como testigos de la Esperanza y de la reconciliación,
necesitamos, como dice Pablo en la carta a los Efesios, derribar esos muros físicos,
mentales y culturales que nos dividen y nos alejan del objetivo primario de hacer
posible el “Shalom de Dios”.

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La mayor parte de las Iglesias (Iglesias Santuarios de Paz - ISP) están integradas por
víctimas del conflicto armado y la violencia social 1 . Muchos de ellos, desplazados,
huérfanos, viudas, mujeres cabeza de familia. También participan, jóvenes sin
oportunidades, pastores, líderes, mujeres. Estas comunidades, y sus líderes, están
ubicados en regiones que históricamente han sido afectadas por el conflicto armado y la
violencia social.

En cada región, las Iglesias cuentan con “un equipo base” (Organismos Levadura),
quienes tienen la tarea de extender su labor de construcción de paz desde el ámbito
local (municipio) hacia lo regional (municipios aledaños que conforman una subregión).
A esta labor la llamamos “leudar lo social” (multiplicación de experiencias).

Esta “levadura de paz” contiene elementos propios de la reconciliación, en la medida


que son experiencias interpersonales y comunitarias que incluyen tres aspectos: sanar
heridas, restaurar relaciones correctas y hacer justicia para resarcir el daño causado.

Aquí, la reconciliación se entiende como un proceso y un fin. Es un proceso porque sana


y construye futuro. Es un fin, porque transforma conflictos para hacer posible la
coexistencia y el bienestar en distintos espacios y con distintos actores sociales locales,
comunitarios y del Estado; siendo constructores de paz desde la transformación
comunitaria.

En las Iglesias como Santuarios de Paz (IPS), los líderes, tienen la responsabilidad de
proyectar sus talentos, aprendizajes, incidencia y experiencias de construcción de paz y
transformación de conflictos, en medio de sus comunidades focales (CF) y con otras
organizaciones de base para multiplicar su labor. Con este nombre “organismos
levadura, se quiere acentuar su tarea de ser “agentes de transformación comunitaria.”2

Con la presencia y actuar público en favor de la paz, los derechos humanos y el


bienestar de los pobladores, las ISP se relacionan, dialogan y trabajan en red con
organizaciones comunitarias y plataformas de paz, gubernamentales y de las Iglesias,
para sostenerse en el tiempo, desarrollando mayores posibilidades de cobertura para
incidir en las políticas y planes de vida comunitarios que hagan viable una paz desde
los territorios y con justicia social3

1 En el marco de la Ley 1448/011, se consideran víctimas, a las personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño, por hechos
ocurridos como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas
internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno.
2 Lederach. El cambio de relaciones existentes entre personas y comunidades como consecuencia del conflicto. Como constructores de paz, no

basta con enfocar sólo las manifestaciones evidentes del conflicto. Se debe por tanto, abordar sus raíces, es decir las relaciones y los patrones
que genera. Los constructores de paz, mantienen enlace entre dos aspectos sensibles: (a) responder a la crisis inmediata para ver los
patrones, y (b) buscan reducir los factores destructivos de las crisis.
3 La incidencia política se refiere a los esfuerzos de la ciudadanía organizada para influir en la formulación e implementación de las políticas y

programas públicos por medio de la persuasión y la presión Noviolenta ante autoridades estatales, organismos financieros internacionales y
otras instituciones de poder. Consiste en un cúmulo de actividades dirigidas a ganar acceso y generar influencia sobre personas que tienen
poder de decisión en asuntos de importancia para un grupo en particular o para la sociedad en general.

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Desde las regiones y municipios de Colombia, estos hombres y mujeres, encuentran en
el mensaje del Evangelio, la razón de ser de su misión. Viven, dan testimonio y
difunden su mensaje como Iglesias Santuarios de Paz, lo que implica que:

Tienen un mensaje de Paz nacido en los criterios del Evangelio.


Son comunidades de Paz.
Construyen territorios de Paz.

Hay múltiples y muy variadas experiencias locales, regionales y nacionales de


construcción de paz, que en su mayoría se han desarrollado y hecho sostenibles en
medio del conflicto armado. Algunas de ellas sin apoyo del Estado y otras a partir de
acuerdos entre distintos actores. Es importante subrayar que estas experiencias se
suelen llamar “iniciativas locales de paz” o prácticas de resistencia civil para la paz.4

Vale la pena citar algunos de los criterios que se tienen en cuenta al momento de
acompañar y fortalecer las iniciativas de paz que desarrollan las ISP5:

Proceso que se afianza y consolida de manera progresiva y a largo plazo.


Acción colectiva y popular cuya razón de ser es la transformación de conflictos y
acceso a derechos fundamentales de los pobladores.
Prácticas focales lideradas por organizaciones comunitarias en diálogo con otros
actores.
Prácticas inspiradas en los principios de la Noviolencia, ética pacifista y acción
sin daño.
Activa procesos organizativos y de planificación socio cultural.
Capacidad de convocatoria, construcción de confianza y articulación social.
Incluye mecanismos de reivindicación de derechos, construcción de pactos y
propuestas para la transformación social de conflictos desde la base.
Su accionar ciudadano fortalece los procesos de diálogo, interacción con las
instituciones del Estado y alianzas con otros actores locales, regionales,
nacionales y cooperación internacional.
Generan acuerdos humanitarios para defender los “vida” de los pobladores en el
marco de los DDHH y DIH, empoderando a los ciudadanos de herramientas
pacifistas.

4 Resistencia civil: Procesos colectivos y organizativos, inspiradas por principios de la Noviolencia a través de los cuales se hace exigencia de
la vigencia de los DDHH y DIH en medio de situaciones de conflicto armado
5 Sobre criterios iniciativas locales de paz. Documentos Hernández y Salazar 2004

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La Estrategia

Las iglesias, comunidades y organizaciones sociales-eclesiales manifiestan sus


capacidades como gestores de reconciliación y construcción de paz, a través de la
dinamización de diálogos multi-actor y el desarrollo de propuestas que conducen a
la justicia y paz sostenible en los territorios de Bajo Cauca (Antioquia), San Juan
(Chocó), Nor-occidente de Caldas y el Oriente de Cali.

La apuesta por construcción de paz y reconciliación desde los territorios consiste


en ejercicios de diálogo para la transformación de conflictos liderados por las
Iglesias como Santuarios de Paz y con la participación de diferentes expresiones
sociales y organizativas de la región. En estos procesos se plantean las condiciones
organizativas y construcción de “pactos multi-actor” para la gestión de políticas
públicas de reconciliación, acceso a derechos de las víctimas del conflicto armado y
construcción de paz que aporten a la vida digna en los territorios.

En tal perspectiva los principales alcances buscan fortalecer las capacidades de las
iglesias, comunidades y organizaciones socio-eclesiales como sujetos políticos (desde un
enfoque de derechos, diferencial, sostenible e inter-eclesial), para ampliar su
participación en plataformas y espacios de interlocución formales y alternativos,
así como el reconocimiento de sus iniciativas, agendas territoriales y prácticas
propias de construcción de paz.

En tal sentido, los principales alcances, definidos en el plan estratégico


institucional, son los siguientes:

Iglesias, comunidades y organizaciones sociales-eclesiales fortalecen sus


capacidades como sujetos políticos desde un enfoque de derechos, diferencial,
sostenible e inter-eclesial.

Participación activa de las iglesias, las comunidades y las organizaciones sociales-


eclesiales en plataformas y espacios de interlocución formal y alternativa que
contribuyan a la garantía de acceso a los derechos humanos en el marco de
propuestas de política pública para la construcción de la paz y la reconciliación.

Se consolidan y posicionan iniciativas y prácticas de construcción de paz


desarrolladas por Iglesias, sociales eclesiales, comunidades y organizaciones en
escenarios de reconciliación.

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Actividades 2018

A lo largo de 2018 se realizaron diálogos con distintos actores sociales y de las


instituciones del Estado para socializar el diplomado “Gestión de Políticas Públicas
y Construcción de Paz”, se construyeron alianzas y estrategias para optimizar su
difusión, inscripción de líderes, así como un proceso de gestión complementaria de
recursos que hiciera sostenible su desarrollo en municipios de las subregiones Bajo
Cauca (Antioquia), la región del San Juan (Chocó), Alto occidente de Caldas y en
las comunas del Oriente de Cali. El proceso académico del diplomado se realiza a
través del convenio con el Instituto de Paz de la Universidad del Valle. El
diplomado cuenta con una cartilla (3 módulos) y material tutorial en medio
audiovisual.

Así mismo, se produjo el fortalecimiento de las plataformas multisectoriales y


regionales por la paz del Alto occidente de Caldas, del sur del Chocó, del Bajo
Cauca Antioquia y la propuesta multi-actor Cali Ciudad Región, integradas por las
iglesias, comunidades, academia, organizaciones de DDHH y organizaciones
socio-eclesiales lo que redundó en la construcción de tejido social con base en
relaciones de confianza entre diferentes actores y desembocó en la construcción de
agendas territoriales y planes de incidencia que facilitan la interlocución con las
Entidades del Estado a nivel nacional y regional, pero también, el desarrollo de
relaciones de cooperación con la comunidad.

Lo anterior fue posible gracias a la realización de (4) espacios de diálogo político en


los territorios y la construcción conjunta de propuestas de incidencia, (3) espacios
de análisis de la coyuntura electoral y espacios de fortalecimiento de capacidades,
(2) encuentros nacionales de las Iglesias y líderes sociales para el análisis de la
situación del país pos-elecciones e intercambio de experiencias para fortalecer las
iniciativas locales y regionales de paz.

Una de las estrategias que mayor incidencia ha tenido en estos procesos de


construcción de paz es que las Iglesias como Santuarios de Paz a partir de la
iniciativa Pactos Vecinales por la reconciliación en el Oriente de Cali, ha logrado que
más de 100 jóvenes vinculados a pandillas en esta zona de Cali participaron de la
construcción de los pactos por la convivencia y la reconciliación a través de las
metodologías Sancochos por la Reconciliación y Fútbol-paz. Con estos jóvenes y con el
apoyo de las iglesias y líderes vecinales se logró mitigar las relaciones tensas
generadas por las fronteras invisibles y la violencia derivada de la pertenencia de
los jóvenes a estos grupos.

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En 2018 se conformó una plataforma multisectorial por la paz en el Alto Occidente
de Caldas que incluye los municipios de Supía, Filadelfia, Marmato, Riosucio y
Anserma. En este espacio multisectorial participan Iglesias Santuarios de Paz,
organizaciones de víctimas, campesinos, organizaciones afro e indígenas, jóvenes,
organizaciones de mujeres recicladoras, mineros artesanales, comerciantes, medios
de comunicación. En el marco de un diálogo y foro de la subregión construyeron
una agenda territorial de paz centrada en la defensa ambiental del territorio, la
pedagogía para la paz y experiencias de espiritualidad para la reconciliación.

Ejercicios similares se han desarrollado con las plataformas multi-actor de paz en


Bajo Cauca Antioquia, en la región del San Juan Chocó y en Cali. Cada espacio
territorial construye sus agendas de paz, sus planes de incidencia y articulan
esfuerzos con entidades del Estado y otros aliados para fortalecer iniciativas locales
de paz.

Los líderes de las Iglesias con apoyo de otros sectores sociales y organizativos
desarrollaron (3) foros públicos sobre la coyuntura de paz y temas sensibles como
reparación de las víctimas y tierras. En estos espacios participaron más de 400
líderes en las regiones del Bajo Cauca, Chocó, Cali y Supía. Se desarrollaron
también espacios formativos en estas regiones a través de los cuales se hizo posible
actualizar estrategias para participar en las veedurías ciudadanas, hacer
propuestas para el plan de desarrollo nacional y realizar análisis sobre la situación
de la implementación territorial de los Acuerdos de Paz de la Habana. En estos
espacios participaron (200) líderes de Iglesia y comunitarios.

Durante 2018 en ISP CPTC FOAP participaron en total 1870 personas (foros,
talleres, iniciativas de paz, acciones públicas, espacios celebrativos, encuentros
nacionales y regionales) (Ver Ilustración I).

Ilustración I Participantes ISP, CPTC FOAP

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Se realizaron (2) encuentros nacionales con líderes de las Iglesias. En ellos
participaron más de 100 personas. Estos espacios permitieron hacer un análisis
comunitario y regional de las situaciones del conflicto armado, amenazas a líderes
y de manera particular se hizo un análisis de los desafíos que surgen para la
implementación del Acuerdo de Paz de la Habana, a partir de las políticas y
decisiones del gobierno de Iván Duque. Como Iglesias también realizaron un
diálogo teológico sobre lo que significa la paz justa y desde allí plantearon
estrategias para fortalecer sus acciones territoriales por la paz. De estos ejercicios se
publicó una cartilla y material audiovisual donde se recogen estas historias.

Por otro lado, 10 mujeres del municipio de Condoto (Chocó) y quienes hacen parte
del proceso Santuarios de Paz lideran procesos sostenidos de transformación de
conflictos a través de espacios de reflexión con más de 50 mujeres víctimas del
conflicto armado y en situación de vulnerabilidad sobre prevención de violencia
hacia las mujeres, pautas para el diálogo social sobre la política de equidad de
género y de manera especial apoyando procesos organizativos para sacar adelante
el proyecto de huertas comunitarias para la reconciliación.

Otra de las acciones estratégicas fue el seguimiento a las denuncias de crisis


humanitaria asociada a los efectos del conflicto armado y amenazas a líderes de las
Iglesias Santuarios de Paz en las regiones del Medio San Juan (Chocó). Se logró que
una comisión integrada por líderes de las Iglesias, Justapaz, Redprodepaz, victimas
y Defensoría del Pueblo, establecieran diálogos seguros con comunidades
indígenas y afro sobre temas de reclutamiento de niños por parte de actores
armados ilegales, amenazas a líderes, cultivos de uso ilícito y propuestas
comunitarias para avanzar hacia el desarrollo y la paz. Este ejercicio permitió
desarrollar agendas de incidencia política y denuncia pública de los asesinatos de
los que fueron víctimas los miembros de las Iglesias Santuarios de Paz.

Logros 2018

El testimonio de las Iglesias Santuarios de Paz –ISP- es testimonio vivo de lo que


significa el compromiso con el Evangelio de la Paz. También, un referente sobre la
capacidad de articular esfuerzos y construir confianzas entre distintos actores para
avanzar en agendas ciudadanas de paz. En esta perspectiva y con alianza entre
Justapaz, Red de aliados por la Paz Cali y la Redprodepaz, se construyeron los
acuerdos mínimos para la constitución de una plataforma ecuménica y
multisectorial por el desarrollo y la Paz de Cali –Ciudad Región-.

En desarrollo de la estrategia construcción de paz y reconciliación en los territorios,


el principal logro de 2018 para el acompañamiento desde Justapaz fue que las

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plataformas de Chocó (CIEDERPAZ) y Oriente de Cali (Pactos Vecinales)
construyeron documentos de propuesta para la formulación del Plan Nacional de
Desarrollo que fue presentado al Departamento Nacional de Planeación. Todo esto
en el marco del plan de incidencia INCIDIRED (estrategia para la incidencia de la
Redprodepaz). Entre las propuestas que se presentaron desde los pactos vecinales
Cali (ISP) se podrían citar:

Renovación o actualización de un modelo educativo acorde a las


culturas, regiones e incluyentes cimentada en la construcción de
proyectos de vida.
Formación en derechos humanos y participación para una mejor
incidencia como ciudadanos en los asuntos públicos.
Reducir el índice de desempleo y la informalidad a través de estrategias
productivas con base en experiencias comunitarias y participativas.
Fortalecimiento de capacidades de nuevos liderazgos ciudadanos para
hacer control y veeduría al presupuesto y la inversión social con reales
garantías de aplicación de correctivos.
Mayor inversión en temas sociales y ambientales garantizando la
aplicación de mecanismos que garanticen “cero corrupción” político
administrativa.
Visibilizar las buenas prácticas de las organizaciones comunitarias y
populares de las comunas de Cali y garantizar por la vía de la
participación y la incidencia que éstas se conviertan en propuestas de
política pública.
Realizar ejercicios de memoria barrial desde el arte y la cultura pacífica.
Visibilizar y articular las buenas prácticas del diálogo, la transformación
de conflictos que desarrollan las organizaciones sociales y las Iglesias,
como una propuesta pedagógica para seguir floreciendo el tejido social.
Fortalecer alianzas con JAC, JAL y otras entidades para impulsar
propuestas juveniles de justicia restaurativa en comunas afectadas por
las violencias sociales, micro-tráfico y la exclusión social.
Discusión ciudadana y generación de una política pública que logre un
real cuidado del medio ambiente en la ciudad en especial de las fuentes
hídricas, la calidad del aire y el poblamiento de nuevos árboles en la
ciudad.
Priorizar el reforzamiento de medidas de protección de humedales, ríos
y bosques.

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De otra parte se fortaleció el proceso de intercambio de experiencias sobre
construcción de paz desde las iglesias y plataformas en las regiones. Esto permitió
que se fortalecieran las plataformas de Caldas, Bajo Cauca y Chocó.

Retos

Responder a las dinámicas de cada región desde su propia realidad y nuevas


situaciones asociadas al conflicto armado pos-acuerdo.

Se requiere fortalecer los planes de incidencia territoriales de manera que las


agendas de paz de las plataformas interactúen con las políticas. Así mismo se
requiere sistematizar estas iniciativas colectivas.

Los asesinatos y amenazas a líderes sociales y de las Iglesias comprometidos con


los temas de paz requieren un trabajo de articulación de alianzas territoriales para
la defensa de los derechos humanos, mesas de garantías, veedurías y estrategias de
autocuidado.

Por otro lado, se requiere promover la inclusión de la equidad de género como un


asunto transversal en los procesos de construcción de paz y reconciliación.

Es urgente fortalecer los procesos de sostenibilidad y gestión de recursos para


ampliar la cobertura de la iniciativa Iglesias Santuarios de Paz y así responder a las
solicitudes que de manera permanente se recibe desde diferentes regiones del país.

Proyectos y financiadores

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Área Mujer y Paz

“Soy Enadis Ramos, Pastora de la Iglesia Interamericana en el Barrio Colinas del


municipio de El Bagre Antioquia. Participo del proceso Iglesias Santuarios de Paz
y del proyecto Mujeres constructoras de Paz (…) que adelanta Justapaz desde hace
10 años en el Bajo Cauca Antioqueño. Soy mujer de Iglesia y junto a mi familia
somos víctimas del conflicto armado. Los espacios de construcción de paz son
importantes porque aprendemos todos de todos. Conocemos también las
situaciones sociales que están pasando en nuestro país y en nuestro municipio.
Estos aprendizajes que se logran en lo bíblico y en temas de paz nos motivan a
compartirlos con otras personas en el barrio y en la Iglesia local. Cada espacio de
formación o evento también son buenas noticias y un punto de esperanza para

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avanzar hacia la reparación de nuestros derechos y también para caminar hacia la
reconciliación.

Las iglesias están trabajando como santuarios de paz. Las iglesias llevan liderazgo
y dialogan con otros grupos sociales ya sea con niños, mujeres, campesinos.
Hablamos con la gente y llevamos una voz espiritual y de aliento. Es un trabajo
para sembrar esperanzas. Como líder eclesial y como mujer también creo
importante dejar un mensaje a todas las mujeres que han sufrido de violencia del
conflicto o violencias intrafamiliar. Quiero decirles que sean valientes y que no se
dejen vulnerar sus derechos. Hay que dar a las mujeres un mensaje positivo para
reconocer nuestros valores, conocer nuestros derechos y participar en todos los
espacios sociales y de Iglesia.”

El género en los procesos de construcción de Paz: Colombia desde


una perspectiva de las Iglesias

“Decidimos tomar las herramientas y llevarlas al territorio


(…) existe la política pública y leyes que nos ayudan (…) pero
no nos hemos unido…” 6

JUSTAPAZ reconoce la coyuntura que vive Colombia y la importancia de la


Resolución 1325 de las Naciones Unidas, que busca el reconocimiento del aporte
de las mujeres para la construcción de una paz sobre las bases de una sociedad
equitativa, igualitaria y sin violencias de género. Este reconocimiento parte de las
acciones que ha desarrollado un amplio sector de la sociedad civil que ha sido
históricamente discriminado y marginado de los escenarios en donde se acuerdan
las líneas sociales y políticas claves para las sociedades.

Es así como a partir de la firma del Acuerdo de paz con las FARC-EP y que incluyó
un enfoque de género en todos los puntos de lo pactado, reconoce la importancia
de la participación de las mujeres para la construcción de una paz estable y
duradera y de los impactos diferenciados que ha tenido el conflicto armado sobre
las mujeres, las niñas y la población LGBTI.

6 Carolina Bernal, mujer de 36 años, madre cabeza de familia, Doncello, Caquetá-Colombia.


https://drive.google.com/file/d/1vQIL7qO4fWpYMSmgjgU_TvtbMcwZoFm_/view?usp=sharing

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El Acuerdo representa un momento clave para el país porque posiciona los
derechos de las mujeres, su participación activa y su representatividad equitativa
en la construcción de la paz. Dentro de los puntos más relevantes encontramos el
acceso y formalización de las tierras, la participación de las mujeres en espacios
de decisión y en las instancias creadas en los acuerdos promoviendo la creación de
medidas afirmativas para ejercer su liderazgo, el acceso a la verdad, justicia,
reparación y garantías de no repetición con enfoque diferencial y especial atención
en la violencia sexual, la formulación de medidas de prevención y protección para
los riesgos concretos de las mujeres, el fortalecimiento de organizaciones de
mujeres.

Hasta octubre de 2018, la implementación del enfoque de género ha alcanzado un


desarrollo normativo importante pero el operativo ha sido escaso; específicamente
en el tema de participación se ha observado un menor avance que en el resto de las
políticas, presentándose obstáculos y resistencias por pate de las instituciones y
que evidencian las relaciones de poder históricas que han excluido, subordinado y
violentado a las mujeres. Del mismo modo, el nuevo gobierno del presidente
Duque que tuvo el apoyo de sectores religiosos y que han promovido temas que
limitan el reconocimiento de los derechos de las mujeres y las minorías sexuales al
que algunos sectores le llaman ideología de género, ha generado temores de que
pueda darse un retroceso en el sector religioso en la defensa de los derechos de
estas poblaciones.

Es por esto que la construcción de una infraestructura para la paz, requiere una
formación desde la base y posicionado a las mujeres como sujetas políticas de
derecho a partir de su accionar político, a través de la estructuración de proyectos
de vida digna y generando acciones de resistencia frente a todas las formas de
violencia: económica, social, cultural, civil y política. Se hace necesario además,
identificar y aprovechar los cambios que se vienen generando en el ámbito de las
políticas públicas para las mujeres desde los territorios, tanto sociopolíticas como
legales que ofrecen un marco oportuno para que las organizaciones que trabajan
por la reivindicación de los derechos de las mujeres generen, fortalezcan o
redefinan sus estrategias de participación e incidencia y se siga avanzando en la
implementación de la Resolución 1325 de Naciones Unidas.

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Frente a esta propuesta las mujeres de comunidades de fe, organizaciones socio
eclesiales tienen el desafío de evidenciar y potenciar la importante acción política
y eclesiástica que realizan en las comunidades como ejemplo de fe, testimonio y
coherencia; ser reconocidas en la sociedad desde sus capacidades para la incidencia
y posicionamiento de sus propias demandas en las agendas de paz a nivel local y
nacional. Por esto es importante continuar desarrollando propuestas en las que
mujeres de iglesia potencien sus liderazgos en escenarios de promoción y
exigibilidad de sus derechos.

Así mismo, es importante que desde las regiones se continúe promoviendo la


vinculación de las organizaciones eclesiales con las organizaciones de mujeres de
las zonas urbanas y rurales, fortalecer el apoyo a programas y estrategias de
movilización social con organizaciones de carácter municipal, fomentar y estrechar
relaciones con los organismos locales, nacionales e internacionales,
gubernamentales y no gubernamentales y finalmente, trabajar con los medios de
comunicación de forma activa y desde una estrategia común para trabajar en la
promoción de las agendas de las mujeres.

Es posible además, que a través de acciones cotidianas y autónomas se puedan


proponer modelos democráticos incluyentes desde sus iglesias y para la
comunidad, sin perder de vista la reivindicación de los procesos de sanación desde
la espiritualidad que pueden dar apoyo y nuevas fuentes de significación de los
hechos, retomando el mensaje de solidaridad y respeto por la dignidad humana.

La Estrategia

Esta orientación política, estratégica y pastoral consiste en contribuir a aumentar la


representación de las mujeres en todos los niveles de adopción de decisiones
dentro y fuera del Estado, pero también dentro de las Iglesias y comunidades, así
como en los mecanismos y procesos de solución de conflictos.

La perspectiva de trabajo desde la promoción y protección de los derechos de las


mujeres implica acciones que transformen comportamientos de las personas, lo
que se expresa en velar por la inclusión del enfoque de género en las operaciones
para el mantenimiento de la paz, su participación en procesos de negociación y el
reconocimiento de las iniciativas locales de paz lideradas por las mujeres.

A fin de desarrollar este horizonte estratégico, el área de mujeres y paz definió su

19
objetivo con la perspectiva de impulsar que las “mujeres pertenecientes a iglesias,
comunidades y organizaciones socio-eclesiales potencian [en] su liderazgo en
escenarios de promoción y exigibilidad de sus derechos, en el marco de la
Resolución 1325 y complementarias, desde el enfoque de construcción de paz.”
(JUSTAPAZ)

En tal sentido, los principales alcances, definidos en el plan estratégico


institucional, son los siguientes:

1. Iglesias, comunidades y organizaciones fortalecen sus capacidades en enfoque y


perspectiva de género desde una base bíblico-teológica y el marco jurídico de
protección a la mujer establecida en la Resolución 1325 de la ONU.

2. Acompañamiento integral a mujeres en situación de vulnerabilidad


pertenecientes a iglesias, comunidades y organizaciones socio - eclesiales, a partir
del acceso a rutas de protección y la promoción del acceso a la justicia para la
garantía de sus derechos.

3. Mujeres constructoras de paz pertenecientes a iglesias, comunidades y


organizaciones socio-eclesiales desarrollan iniciativas que garantizan su
participación en diferentes escenarios sociales y políticos en el marco el marco de la
Resolución 1325 y complementarias, desde el enfoque de construcción de paz.

4. Mujeres constructoras de paz pertenecientes a iglesias, comunidades y


organizaciones fortalecen sus liderazgos en plataformas y espacios de
interlocución en construcción de Paz y Derechos Humanos, a través de alianzas
con otros sectores.

5. Visibilización de los procesos de participación y liderazgos de mujeres en


espacios de construcción de paz en los territorios.

Actividades 2018

Con tal propósito, Justapaz diseño una estrategia de formación que permitió la
capacitación de aproximadamente 200 mujeres y hombres (Ver Ilustración 1),
quienes a su vez adelantaron acciones de análisis y seguimiento al cumplimiento
por parte del Estado Colombiano de la Resolución 1325 de la Organización de
Naciones Unidas referida a la participación de las mujeres en procesos de paz. Las
mujeres participantes hicieron presencia y aportaron su experiencia, conocimiento
y voz en el marco de la participación en la Mesa de Género del municipio de
Doncelllo, Caquetá y la construcción del Programa de Desarrollo con Enfoque

20
Territorial en Istmina, Chocó, lo cual facilitó los procesos de incidencia política.

Ilustración 1 Participantes del proceso de formación resolución 1325

Dentro del proceso fue importante la vinculación de algunos hombres, por lo que
en alianza con CEAS se plantea al hombre y la mujer a la imagen de Jesús, lo cual
permitió el desarrollo de herramientas pedagógicas que son replicables y expresan
la síntesis de aprendizajes de las comunidades y de la organización.

La identificación de situaciones de violencia que afectaron a algunas de las mujeres


participantes implicó un acompañamiento en coordinación con el área de Memoria
Histórica, Derechos Humanos e Incidencia Política de Justapaz. De estos
acompañamientos se destacó la asesoría jurídica a mujeres pertenecientes a iglesia
en Florencia, Caquetá y de La Apartada, Córdoba y a una mujer que recibió
amenaza en Quibdó.

Lo anterior es posible gracias a la estrategia de alianzas la cual permitió el diálogo


entre Coordinación Eclesial para la Atención Sicosocial, Asociación Pacto
Colombia, CIEDERPAZ, SISMA Mujer, Grupo Ecuménico de Mujeres
Constructoras de Paz, Limpal Colombia, Iglesia Evangélica Luterana de Colombia,
Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, World Vision, Iglesia
Menonita de Colombia, Iglesia Anglicana, Iglesia Casa sobre la Roca, entre otras.

Logros 2018

A lo largo de 2018 Justapaz contribuyó a la formación sobre equidad de género y


derechos, atendiendo a lo establecido en la resolución 1325 de 2000, expedida por

21
Naciones Unidas en la que se reconoce, en contextos de conflicto armado, las
afectaciones diferenciadas que padecen las mujeres y las niñas.

Se fortalecieron las capacidades construcción de paz para el análisis y


transformación de conflictos, de las mujeres, los hombres, las organizaciones y las
comunidades en las regiones de Bajo Cauca y Sur de Córdoba (Antioquia-
Córdoba), San Juan (Chocó), Caribe, Centro (Bogotá y Eje Cafetero) a través de
procesos de acompañamiento psico-pastoral y jurídico en perspectiva de la
exigibilidad de derechos.

Retos

Continuar y profundizar el apoyo a los procesos de construcción de paz liderados


por las mujeres del sector socio-eclesial en los territorios priorizados.

Articulación de mujeres del sector socio-eclesial en redes y plataformas regionales


que trabajan en temas de construcción de paz.

Proyectos y financiadores

22
Noviolencia y Objeción de Conciencia

“Al cumplir los 18 años, me inscribí en la página del Ejército para hacer el registro
pero también con el deseo de presentar mi posición como objetor de conciencia al
servicio militar obligatorio. Pedí apoyo a Justapaz porque mi fe en Jesucristo, los
principios de fe y vida ministerial me llevan a optar por la vida y la paz. Me
apoyaron para argumentar mi postura de fe y mis principios. Luego se hizo un
derecho de petición para exponer mi decisión de ser objetor. Realicé mi declaración
como objetor de conciencia y expliqué las razones de fe que me llevan a esta opción
de vida. Anexé también otras evidencias de mi vida ministerial y donde demuestro
mi vida espiritual y el amor de Dios que me lleva a estar en desacuerdo con la
violencia, porque mis principios bíblicos son diferentes a los temas militares. El
distrito militar respondió mi derecho de petición dos meses después y me citaron a
un comité interdisciplinario. Me declararon religioso y me enviaron a liquidación y
aquí avanzo en mi proceso de objetor de conciencia militar por razones de fe y no
como un “clérigo” como me declararon en el distrito de reclutamiento.”

Cristian Games, objetor de conciencia al servicio militar obligatorio

23
La Estrategia

La Noviolencia, con una amplia tradición política, social y de movilización


representa, entre otros, la posibilidad de intervenir en conflictos para
transformarlos, mantener métodos de lucha no armada y no cruenta, implica la
humanización de la política, de transformación personal, lo que representa una
filosofía y una cosmovisión del ser humano. Por lo tanto, la Noviolencia es un acto
de posicionamiento y acción frente a la violencia física, la violencia cultural y la
violencia estructural (Martínez, 2006).

Al considerar la Noviolencia como una sola palabra, es con el fin de dejar explícito
que no es sólo la negación de la violencia, sino como proyecto de transformación
de la sociedad, de las personas y de sus relaciones, por ende, la objeción de
conciencia se consolida como una manera de expresar y manifestar este proyecto
de Construcción de Paz, considerando la justicia, la libertad y la dignidad de las
personas como base fundamental.

En este marco de expresión de la Noviolencia, la objeción de conciencia es la actitud


de quien se niega a obedecer una orden de la autoridad o un mandato legal
invocando la existencia, en su fuero interno, de una norma que le impide asumir el
comportamiento prescrito”. Rodolfo Venditti (Citado en Rois, 1997).

Este mismo autor citado por la Corte Constitucional colombiana en la Sentencia T-


409 de 1992 ha definido la objeción de conciencia, como “la resistencia a obedecer
un imperativo jurídico invocando la existencia de un dictamen de conciencia que
impide sujetarse al comportamiento prescrito”.

Para Justapaz, la atención y prevención del reclutamiento forzado y la noviolencia


activa son principios rectores de su acción. Su enfoque consiste en el
Fortalecimiento de capacidades, apoyo y acompañamiento a ejercicios de
resistencia pacífica en la defensa de los derechos humanos y la construcción de
paz, la participación en procesos de negociación y acciones de implementación de
los acuerdos derivados de estos, así como el desarrollo de acciones que fortalezcan
el acceso a la justicia.

El objetivo del área de Noviolencia, Objeción de Conciencia y Prevención del Uso y


Reclutamiento de Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes es “Iglesias,
organizaciones socio-eclesiales y juveniles desarrollan estrategias para promover la
Noviolencia activa, la prevención del uso y el reclutamiento de niños, niñas y
jóvenes en sus territorios en escenarios multiactor”.

24
En tal sentido, los principales alcances, definidos en el plan estratégico
institucional, son los siguientes:

1. Acompañamiento integral a casos de jóvenes en riesgo de reclutamiento por


la fuerza pública a partir de la garantía al debido proceso y la objeción de
conciencia para la definición de la situación militar.
2. Iglesias, comunidades y organizaciones socio eclesiales de carácter juvenil
fortalecen rutas/estrategias y entornos de prevención de reclutamiento y
utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en riesgo de uso y
reclutamiento por parte de los grupos armados y /o fuerzas estatales.
3. Iglesias, comunidades y organizaciones socio-eclesiales de carácter juvenil
desarrollan prácticas e iniciativas de Noviolencia y objeción de conciencia a
partir de procesos de sensibilización y formación.
4. Iglesias, comunidades y organizaciones sociales y juveniles en pro de la
Noviolencia y la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio
fortalecen su capacidad de movilización social y política como alternativa
social para la paz, a través de procesos de veeduría, interlocución,
incidencia y comunicación alternativa.

Actividades 2018

Los esfuerzos de 2018 se concentraron en el acompañamiento integral a casos de


jóvenes en riesgo de reclutamiento; y el acompañamiento a iglesias, comunidades y
organizaciones socio-eclesiales para favorecer entornos de prevención del
reclutamiento e impulsar prácticas o iniciativas de noviolencia, objeción de
conciencia, movilización social y política como alternativa social para la paz.

En materia de fortalecimiento de capacidades, Justapaz acompañó diez (10)


procesos organizativos en Cali (Edupaz, Desarmados, Nómadas), Ibagué (Iglesia
Menonita de Ibagué y Conciencia sin Camuflado), Armenia (Iglesia Menonita de
Armenia, Colectivo Objetores del Eje Cafetero); Popayán (Iglesia Bautista); y,
Bogotá-Soacha (Colectivo CoNova), Chocó- Quibdó (Iglesia Nueva Vida de los
Hermanos Menonitas), De los cuales los más consolidados son los colectivos:
Desarmados, Conciencia sin Camuflado, Colectivo del Eje Cafetero y Colectivo
CoNova.

A nivel de las comunidades eclesiales, se realizaron talleres para la sensibilización


en el ejercicio del derecho de objeción de conciencia, herramientas jurídicas y la

25
incorporación del enfoque de derechos en sus procesos locales en el
acompañamiento de niños, niñas y adolescentes.

Desde los dos componentes del proyecto, se logró la participación directa de 134
personas tanto de iglesias como organizaciones socio-eclesiales (Ver Ilustración 3).

Ilustración 2 Participantes del proyecto de Objeción de Conciencia

Por otro lado, en el marco de la estrategia de acompañamiento y con base en la


información recopilada en el marco de los procesos de asesoría a objetores de
conciencia y la información solicitada al Comando de Reclutamiento y Control
Reservas (COREC) de las Fuerzas Militares, se construyó el informe "La objeción
de conciencia en el primer año de la nueva ley de reclutamiento", que aporta datos
sobre la garantía del derecho a la objeción de conciencia entre octubre de 2017 y
agosto de 2018. Además, el informe cuenta con información de procesos de
acompañamiento liderados por ACOOC, EDUPAZ, Juventud Rebelde.

En el marco del Tercer Encuentro Nacional de Procesos de Objetores de


Conciencia, Noviolentos, y Antimilitaristas, realizado en Pereira (mayo 2018), en el
cual se validaron los instrumentos de recepción y documentación de casos de
objetores, y el juego "Mitos y Verdades Sobre el Proceso de Definición de Situación
Militar. Además, se logró consolidar el proceso de articulación nacional,
estableciendo una agenda de acción, formación e incidencia, que pone como centro
la intención de buscar la eliminación de la obligatoriedad del Servicio Militar en
Colombia; así como la intención de hacer parte del equipo promotor de la
Conferencia Internacional de la Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG), en
el 2019.

Así mismo, como resultado de la estrategia para la incidencia en escenarios multi-


actor Coordinación Colombia Europa, Estados Unidos, se elaboró el capítulo de

26
Objeción de Conciencia en el marco de los Derechos sociales, civiles y políticos,
presentado en el marco del Examen Periódico Universal sobre Derechos Humanos
(EPU) junto con 500 organizaciones. Como resultado del proceso de incidencia se
logra una recomendación del Estado de Croacia, frente a la independencia de las
comisiones interdisciplinarias a la hora de reconocer el derecho a la objeción de
conciencia al servicio militar.

Se logró la participación de 4 procesos regionales en el marco del día de las Manos


Rojas en la conmemoración del Protocolo Facultativo para la Prevención del
Reclutamiento de Niños y Niñas al conflicto armado; con base en las alianzas
desarrolladas con la COALICO -Coalición contra la vinculación de niños, niñas y
jóvenes al conflicto armado en Colombia -.

Logros 2018

En 2018 y en el marco de la estrategia de articulación con actores locales,


nacionales e internacionales se logró la producción del informe “La objeción de
conciencia en el primer año de la nueva ley de reclutamiento", que aporta datos
entre octubre de 2017 y agosto de 2018. 7

La elaboración del documento fue posible gracias a las alianzas para el intercambio
de información derivada de los procesos de asesoría y acompañamiento a objetores
de conciencia de organizaciones como: Conciencia Sin Camuflado, Desarmados y
las organizaciones Acción Colectiva de objetores y objetoras de conciencia
(ACOOC), Colectiva La Tulpa y el Proceso de Articulación por la Objeción de
Conciencia. Así mismo, en el marco de su acción Justapaz logró brindar asesoría y
apoyo directo a 31 jóvenes objetores de conciencia. De acuerdo con el informe
sobre la ley de reclutamiento, se acompañaron al 7% del total de las solicitudes
presentadas en 2018 para definir la situación militar con este propósito. De la
totalidad de jóvenes acompañados once (11) de ellos recibieron orientación jurídica
y seis (6) de ellos lograron definir su situación militar. En cuatro (4) casos fueron
necesarias acciones jurídicas para lograr el desacuartelamiento.

Retos

1. Garantizar la sostenibilidad de las acciones de los procesos organizativos


que trabajan los temas de Noviolencia, objeción de conciencia y prevención
del reclutamiento, considerando los crecientes obstáculos, amenazas y

7 https://www.facebook.com/justapazcol/photos/a.638763579627884/972595119578060/?type=3&theater

27
persecución que se presentan en las regiones frente a los líderes, lideresas y
defensores de derechos humanos.
2. Fortalecimiento de perspectivas antimilitaristas en diversos ámbitos de la
vida de los territorios, que implica ampliar los análisis y discusiones frente a
la relación de la militarización con la violación sistemática de los derechos
humanos y con prácticas xenofóbicas, racistas, machistas, homofóbicas entre
otras.
3. Posicionar el derecho a la Objeción de Conciencia al Servicio Militar como
una herramienta de construcción de paz en Colombia.
4. Posicionar en la opinión pública la importancia de caminar hacia la
eliminación de la obligatoriedad del servicio militar, como paso importante
en la salida negociada y pacífica del conflicto armado y la disminución del
presupuesto nacional orientado al fortalecimiento de la seguridad y defensa
desde la perspectiva militar.
5. Fortalecer capacidades para el acompañamiento jurídico de casos de
objetores de conciencia por parte de los diferentes colectivos que acompaña
JUSTAPAZ en las regiones.

Proyectos y financiadores

28
Memoria Histórica, Derechos Humanos e
Incidencia Política

“Mi trabajo como pastor se ha encaminado a fortalecer la fe de la Iglesia que


pastoreo y también en el trabajo con Justapaz defendemos los derechos de 474
familias que han sido amenazadas para quitarles sus tierras. Hemos hecho un
trabajo basado en la fe y la confianza en Dios, defendemos la tierra y el territorio.
Hemos logrado que se tenga claro que las tierras de los campesinos son su
propiedad y un baldío del Estado. Hemos hecho conciencia que algunas personas
que se han apoderado de las tierras de manera ilegal.
Las tierras fueron declaradas por el gobierno como baldíos y que los campesinos
que tienen el asentamiento son realmente sus propietarios, pero esto ha generado
amenazas a líderes sociales, yo soy víctima de amenazas contra mi vida.
Dios en oración puso en mi corazón la esperanza de seguir trabajando por la fe y la
defensa de estas tierras, en Dios está la solución y la esperanza para seguir
adelante. En los proyectos, aún en los más difíciles, Dios se hace presente y nos
muestra el camino. Por eso la fe no solo es encerrarse en un templo a orar, la fe

29
exige actuar y se hace real cuando implementamos obras. La fe se fortalece en la
oración pero tenemos que ponerle el ingrediente de la acción. Dios es real y su
Palabra tiene poder. Cuando nos afianzamos en la Palabra de Dios, esta palabra se
hace vida y se hace esperanza en medio de la comunidad.”

Salvador Alcántara, Pastor de la iglesia cuadrangular. Simití (Sur de Bolívar)

Situación de líderes, lideresas, defensores de Derechos Humanos en


Colombia

Las siguientes reflexiones hacen parte de un diálogo sobre la situación y las rutas
para la garantía de los derechos de los líderes, lideresas, defensores y defensoras
de Derechos Humanos en Colombia. Este diálogo fue sostenido entre el equipo de
trabajo de la Asociación Cristiana Menonita para Justicia, Paz y Acción Noviolenta
–JUSTAPAZ- y Camilo Bonilla, sociólogo de la Universidad Nacional y miembro
del área de investigación de Comisión Colombiana de Juristas- CCJ.

A partir de la firma del Acuerdo de Paz, suscrito entre el gobierno nacional y la


guerrilla de las FARC-EP, se ha evidenciado un aumento en los actos que atentan
contra la vida y la integridad de líderes, lideresas, defensores y defensoras de
Derechos Humanos, según la Defensoría del Pueblo entre el 1 de enero de 2016 y el
31 de diciembre de 2018 se registraron 431 homicidios.8

Aunque a la fecha no existe un informe que dé cuenta sobre la sistematicidad y


patrones bajo los cuales se han perpetrado los asesinatos a líderes, lideresas,
defensores y defensoras de derechos humanos, si podemos socializar algunas
consideraciones que se han posicionado en el debate nacional.

En primer lugar, como lo refiere Camilo Bonilla, los defensores y defensoras que
vienen siendo asesinados o amenazados se caracterizan por liderar ejercicios de
poder contra hegemónico en lo local9, relacionados en su mayoría con la defensa de
la implementación del acuerdo de paz; la defensa por la tierra y el ambiente; la
promoción de procesos de restitución de tierras; la sustitución voluntaria de
cultivos de uso ilícito y la reivindicación de los derechos de comunidades
afrocolombianas, indígenas, campesinas, víctimas, mujeres y población LGBTI10.

8
]Defensoría del Pueblo. Homicidios de líderes sociales y defensores de DDHH. Disponible
en: http://www.defensoria.gov.co/es/public/contenido/7399/Homicidios-de-l%C3%ADderes-sociales-y-defensores-de-
DDHH.htm

10
Situación de derechos humanos y derecho humanitario en Colombia 2016–2017 Informe conjunto de organizaciones de
derechos humanos para el Examen Periódico Universal de Colombia. Edición 2017.

30
Por otro lado, como lo señala el Defensor de Pueblo, Carlos Alfonso Negret, se han
identificado tres dinámicas en las cuales se viene dado el incremento de los
homicidios11:

La expansión del ELN que ha derivado en enfrentamientos con la Fuerza


Pública y otros actores armados (Chocó, Norte de Santander, Cauca, Arauca
y Nariño).
Una dinámica relacionada con la conformación de disidencias de las FARC
EP (Meta, Guaviare, Vichada, Vaupés, Caquetá, Valle del Cauca, Cauca y
Nariño).
El escenario de riesgo que se describe, es la consolidación de área de
dominio de los grupos armados pos-desmovilización (Córdoba, Sucre,
Magdalena, Chocó, Antioquia, Risaralda, Caldas, Nariño, Cauca, Valle del
Cauca, Putumayo).

Aunque estos son algunos elementos que contribuyen al análisis de la situación,


para el programa Somos Defensores, el problema va mucho más allá, puesto que
existen otras causas que hay que tener en cuenta; por ejemplo, la ausencia del
Estado en algunos territorios, el extractivismo, el narcotráfico, los crímenes de
odio, la corrupción, las luchas de otras guerrillas, la presencia de grupos de
ascendencia paramilitar, la presencia de cárteles mexicanos y el crimen organizado
en zonas dejadas por las FARC.

Teniendo en cuenta la anterior, el Estado colombiano ha adoptado un marco


jurídico orientado a regular mecanismos de prevención y protección, sin embargo,
la situación que afronta el país ha desbordado la capacidad de respuesta del
Estado 12 y en muchos casos las medidas contempladas no responden a las
necesidades y características de las comunidades en situación de riesgo.

Otro factor sobre el cual se debe llamar la atención, es el índice de impunidad en


los casos de homicidios y amenazas a defensores y defensoras de Derechos
Humanos; la Fiscalía General de la Nación afirma que, para septiembre de 2018, se
había avanzado en esclarecer el 55% de los crimines, identificando causas y
responsables judicializados; 13 sin embargo como lo señala Camilo Bonilla, estos
atentados contra la integridad y la vida se dan en la modalidad de sicariato, por lo
tanto las cifras de Fiscalía hacen referencia a la judicialización de los autores
materiales, más no a quienes han determinado la comisión de estos crímenes.

11
Defensoría del Pueblo. Rueda de prensa, marzo 1 de 2018, disponible en: https://bit.ly/2GOkKt2
12 La FM. UNP reconoce no tener capacidad para proteger a todos los líderes sociales del país. Disponible
en: https://www.lafm.com.co/colombia/unp-reconoce-no-tener-capacidad-para-proteger-todos-los-lideres-sociales-del-pais
13 En: https://www.fiscalia.gov.co/colombia/fiscal-general-de-la-nacion/fiscalia-logra-esclarecer-muertes-de-lideres-sociales-

en-un-55-por-ciento/

31
Por otro lado, en la dinámica de investigación de la Fiscalía, la Directiva 002 de
2017 señala que en casos de crímenes en contra de defensores y defensoras de
Derechos Humanos, se debe optar como primera hipótesis de investigación que
estos hechos están directamente relacionados con su ejercicio de defensa de
derechos, esta consideración es de gran importancia pues a partir de su
cumplimiento se podría identificar el carácter de sistematicidad de estas
agresiones, contrario a lo afirmado por el gobierno nacional, al catalogar que estos
hechos son producto de “líos de faldas” o “ajustes de cuentas”14
De acuerdo a las reflexiones compartidas, como equipo de Justapaz, consideramos
importante trabajar para evitar la naturalización y continuidad de esta situación
que ha dejado a múltiples familias y comunidades sumergidas en el dolor, el
miedo y la desesperanza. Por ello, es importante que avancemos en:

Posicionar en la agenda nacional la situación de líderes, lideresas,


defensores y defensoras de Derechos Humanos, articulando estrategias que
permitan visibilizar la problemática, partiendo por caracterizar quiénes son
y la importancia de su liderazgo en los procesos que acompañan.
Articular una política pública de protección y autoprotección, por medio de
la cual se regulen medidas de carácter individual y colectivo, teniendo en
cuenta un enfoque territorial y diferencial, que proteja y fortalezca los
procesos comunitarios que acompañan los líderes y lideresas.
Fortalecer mesas de monitoreo de la situación de los Derechos Humanos en
los territorios, que cuenten con respaldo y acompañamiento de instituciones
gubernamentales e internacionales que garanticen la vida de los líderes y
lideresas.
Avanzar en las investigaciones por parte de los entes competentes con miras
a disminuir los índices de impunidad, articulando dinámicas investigativas
que permitan avanzar en la identificación de quienes han determinado la
comisión de los crímenes.
Desde Justapaz, teniendo en cuenta como principio de la Noviolencia, es
importante que dentro de las políticas de protección a líderes y lideresas se
deje de lado el paradigma de la militarización, puesto que el aumento del
pie de Fuerza Pública y el incremento del presupuesto al Ministerio de
Defensa nunca dará solución a las problemáticas sociales, políticas y
económicas que se viven en los territorios.

Desde nuestro lugar organizativo vemos con gran preocupación la situación actual
de los defensores y defensoras de Derechos Humanos, y hacemos un llamado a la

14 Castañeda. Op. cit. p.14

32
protección y cuidado de estas personas que aportan semillas de paz desde su
quehacer cotidiano.

Exhortamos al Gobierno Nacional, la sociedad civil, organizaciones populares y


socio-eclesiales a seguir protegiendo la vida y recordar que Jesús en el Sermón del
Monte, nos exhorta a imitar a Dios:

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo


os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis
hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y que hace llover sobre justos e injustos… Sed, pues, vosotros perfectos,
como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Mateo 5:43-48

La Estrategia

En materia de derechos humanos la apuesta de Justapaz consiste en fortalecer los


sistemas de documentación de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones
al Derecho Internacional Humanitario (DIH), así como las capacidades de
monitoreo de implementación de los acuerdos de paz que permitan visibilizar la
afectación del sector eclesial ocasionada por el conflicto.

Así mismo, para fortalecer los mecanismos de acceso de las víctimas a sus
derechos, se diseñó una estrategia de acompañamiento socio-jurídica que
contribuya a la memoria histórica, la reparación integral, el acceso a la verdad, la
justicia y la reconciliación.

Con este propósito se desarrollan rutas de incidencia política a nivel nacional e


internacional sobre los avances y dificultades en la construcción de paz y la
afectación del conflicto armado y la violencia política. Al respecto se esperan
cuatro niveles de incidencia, a saber:

Nivel 1: Participación en espacios de decisión, sin asumir responsabilidades.


Nivel 2: Dinamización de espacios de interlocución en escenarios multiactor.
Nivel 3: Dinamización de espacios de interlocución e incidencia con propuestas.
Nivel 4: Implementación de propuestas por parte del garante de los derechos.

Por lo tanto, su propósito es “Fortalecer procesos de construcción de memoria


histórica, defensa de los derechos humanos y acceso a la verdad, la justicia y la
reparación de personas, comunidades y organizaciones socio-eclesiales víctimas
del conflicto armado y/o violencia sociopolítica en Colombia.” En tal sentido, los

33
principales alcances, definidos en el plan estratégico institucional, son los
siguientes:

1. Fortalecimiento de sistemas de documentación de violaciones a los Derechos


Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y monitoreo
de implementación de los acuerdos de paz que permitan visibilizar la afectación
del sector eclesial.
2. Implementadas estrategias socio-jurídicas que contribuyan a la construcción de
memoria histórica, la reparación integral, el acceso a la verdad y la justicia y la
reconciliación con iglesias, comunidades y organizaciones socio-eclesiales.
3. Desarrolladas estrategias y rutas de incidencia política a nivel nacional e
internacional sobre los avances y dificultades en la construcción de paz y la
afectación del conflicto armado y la violencia sociopolítica sobre el sector de las
iglesias cristianas no católicas.

Actividades 2018

En la estrategia de acompañamiento socio-jurídica se resalta el esfuerzo realizado


en actividades de orientación en el marco de la ruta de reparación individual,
particularmente en casos asociados a desplazamiento forzado y. Otras solicitudes
de acompañamiento han estado orientadas a la inclusión de víctimas en el registro
único y la descripción de la ruta establecida por la ley 1448.

En materia colectiva, el acompañamiento socio jurídico se concentró en las


experiencias del Guayabo y El Garzal, lo que implicó mayores esfuerzos por buscar
la gestión para la restitución de tierras que se garantice el derecho a la tierra y el
territorio.

A nivel de incidencia se lograron acercamientos con la Comisión para el


Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por
Desaparecidas. Así mismo, se construyó un informe de veeduría de Espacio
Territorial de Capacitación y Reincorporación de Icononzo. Por otro lado, la
emisión del informe sobre reincorporación de menores es la experiencia de
incidencia que permitió dinamizar espacios de interlocución y construcción de
confianza con diferentes actores institucionales.

Logros 2018

En 2018 el área de Memoria histórica, Derechos Humanos e Incidencia Política


avanzó la construcción de un informe de veeduría del proceso de reincorporación
de menores de edad en el marco del Acuerdo Final de Paz del año 2018 con el

34
objetivo de verificar la implementación de los enfoques metodológicos,
comunitario, psicosocial, reparación y jurídico. El informe se publicará en 2019. Lo
que consolidó las capacidades de producción, análisis y uso de información
estratégica para fortalecer la veeduría de los procesos de implementación del
acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno Nacional.

En tal sentido se logró que las organizaciones sociales Asociación Nacional de


Zonas de Reserva Campesina, Comunidades Construyendo Paz en los Territorios y
Coalición contra la Vinculación de Niños, Niñas y Jóvenes al Conflicto Armado en
Colombia mantuviesen su rol como veedoras del proceso de reincorporación de
menores en el marco del programa especializado aprobado y publicado por el
Consejo Nacional de Reincorporación durante el primer semestre del año. Este
proceso facilitó la gestión de recursos en alianza con OIM.

Retos

La regionalización de los procesos de memoria es una de las prioridades en el corto


plazo, lo cual implica también desarrollar procesos de articulación con redes y
plataformas en todos los niveles (regional y nacional). Este ejercicio de memoria,
pero especialmente de incidencia, incrementa los riesgos derivados del conflicto,
pero también de la estrategia jurídica que adopten los actores interesados en que
los procesos no se adelanten.

Proyectos y financiadores

35
Fortalecimiento Organizacional

Ajustar métodos para una mayor proyección de la misión


institucional

Las organizaciones no gubernamentales enfrentan diversos desafíos en términos


del contexto en el cual promueven su misión y visión. Uno de ellos tiene que ver
con la apropiación de nuevos recursos en términos de capacidades técnicas,
financieras y programáticas para el desempeño de su función social.

En esa dirección, varios son los elementos que Justapaz considera esenciales para
adaptarse a los tiempos actuales en el ámbito de sus capacidades internas. Por un
lado, el fortalecimiento del sistema de planeación, monitoreo y evaluación desde
una perspectiva de resultados que permita evidenciar las transformaciones en los
sujetos políticos que son el centro y razón de su misión en los territorios.

El ajuste de los mecanismos y metodologías existentes dentro de Justapaz


permitirá incrementar la calidad interna del funcionamiento programático, su
lógica interna de conjunto y acercar más a las comunidades a la definición de
horizontes comunes de acción de forma participativa y territorializada. En este

36
ámbito resulta clave llevar a cabo un ajuste del método de seguimiento que
responda de manera más integral a las prioridades de las agendas político-
territoriales y la dinámica de plataformas y redes, aprovechando los esfuerzos
específicos por proyecto para afianzar lógicas de movilización política
concomitantes con las necesidades y la exigibilidad de derechos de las
comunidades. Un segundo aspecto clave de este primer desafío es la
estandarización, y creación cuando ello sea necesario, de formatos, protocolos y
guías existentes para la gestión de los procesos internos en todas las áreas de
trabajo de la organización.

Ligado con lo anterior, Justapaz debe enfrentar el reto de cualificar y estandarizar


sus mecanismos internos de gestión de recursos de acuerdo con las exigencias que
actualmente se presentan en materia de fuentes de financiación disponibles y
atendiendo a los valores fundamentales de la organización. Desde este punto de
vista es importante tender un puente desde el inicio entre las prioridades
estratégicas de Justapaz, expresadas en sus áreas, objetivos y alcances, con la lógica
de la formulación de proyectos en la práctica.

Finalmente, Justapaz tiene como reto la redefinición y construcción de una cultura


institucional que le dé forma a una dinámica interna de trabajo acorde con las
políticas de la organización y su mandato, de forma que la interacción cotidiana
del trabajo que se realiza sea fortalecida desde una lógica de cooperación y trabajo
solidario en equipo.

La Estrategia

El propósito del área de fortalecimiento institucional es contribuir a la


sostenibilidad de Justapaz en coherencia con su perspectiva política, ética y de
sostenibilidad.

La estrategia contemplada en el plan institucional es consolidar, fortalecer diseñar


las políticas institucionales que faciliten la coordinación entre las áreas misionales
y la administración.

Por otro lado, desde esta área se construyen marcos de referencia institucionales
para la transformación de conflictos, procesos de acceso a la justicia y la
construcción de paz.

Así mismo se consolidan procesos de planeación, monitoreo y seguimiento a los


proyectos con el propósito de fomentar ejercicios de rendición de cuentas que

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contribuyan a fortalecer la confianza con las capacidades administrativas y
financieras de la organización.

Estas bases permiten el diseño de estrategias de gestión de recursos enfocadas a la


sostenibilidad pastora, social, humana, política y financiera de la organización.

Actividades 2018

Uno de los principales desafíos que tenía Justapaz en los últimos años y se ubicó
como meta institucional para el segundo semestre del 2018 fue la consolidación de
políticas institucionales que recogieran las buenas prácticas y lecciones aprendidas
institucionales. Durante el segundo semestre del año se construyeron las políticas
de bienestar, política salarial, reglamento interno de trabajo, política de género,
política de gestión de recursos y política anticorrupción. Igualmente, se hizo
actualización de la Política de Seguridad y Salud en el Trabajo, política de
seguridad y manual de procedimientos administrativos. Para el cierre del 2018, las
políticas institucionales fueron revisadas y avaladas por la Junta Directiva de
Justapaz y se planea su aprobación final en la asamblea ordinaria de marzo de
2019.

En julio de 2018 a través de un panfleto que se compartió por redes sociales,


Justapaz recibió amenaza, junto a otras organizaciones sociales y defensores/as de
Derechos Humanos. Institucionalmente se tomaron las medidas se seguridad y
autoprotección que se consideraron pertinentes por parte del equipo de trabajo, la
Junta Directiva y representantes de la Iglesia Menonita de Colombia. Si bien fue
una situación de riesgo que se tuvo que enfrentar de manera institucional, fue una
oportunidad para fortalecer el relacionamiento con iglesias y organizaciones
ecuménicas a nivel internacional. Justapaz recibió adhesiones a una carta de
solidaridad y respaldo político de aproximadamente 684 personas y 49
organizaciones sociales y/o basadas en la fe.

La junta directiva y la dirección de Justapaz, se plantearon la estrategia de “trabajo


colegiado” que permitió trazar un plan de trabajo para dar respuesta a las
recomendaciones realizadas por la Asamblea y el Comité Nacional de la Iglesia
Menonita para seguir fortaleciendo la proyección de la institución. De manera
particular se incluyeron: actualización de políticas institucionales, consolidar una
estrategia de gestión y sostenibilidad, mayor relacionamiento con la IMCOL y
actualizar la planeación estratégica incluyendo los componentes de
regionalización, pilotos de construcción de paz con Iglesias Menonitas, creación
del centro de comunicación para la paz y sistema fortalecido de PME (Planeación,
monitoreo y evaluación).

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Desde el proceso “alianza comunicación para la paz” Justapaz fortaleció su
estrategia radial con el programa Sintonízate con la Paz, logrando la participación
de nuevas entidades por la paz, contactando emisoras comunitarias y renovando el
equipo de periodistas. Uno de los esfuerzos más significativos fue la realización de
una maratón radial por la paz y la defensa de los derechos humanos realizada el
día 21 de septiembre de 2018, en el marco de la celebración del día internacional de
la Noviolencia en la que se logró que más de 189 emisoras estuvieran conectadas
en la transmisión que duró 12 horas.

Durante el tiempo de transición de directivos de la entidad (enero – junio de 2018)


se logró sistematizar las buenas prácticas administrativas y actualizar los
procedimientos contables, financieros, roles del equipo administrativo con el
propósito de fomentar ejercicios de rendición de cuentas que contribuyan a
ampliar la confianza de los cooperantes internacionales en la gestión
administrativa, organizativa y solidez financiera de la entidad.

Logros 2018

Se formularon y aprobaron las políticas de bienestar, política salarial, reglamento


interno de trabajo, política de género, política de gestión de recursos y política
anticorrupción.

Se actualizó la Política de Seguridad y Salud en el Trabajo, política de seguridad y


manual de procedimientos administrativos.

Se logró sistematizar las buenas prácticas administrativas y actualizar los


procedimientos contables, financieros, roles del equipo administrativo con el
propósito de fomentar ejercicios de rendición de cuentas.

Retos

Justapaz requiere actualizar un sistema de planeación, monitoreo y seguimiento


(PME) cimentado en los procesos de teoría de cambio de manera que se hagan más
evidentes los impactos (transformaciones) de las estrategias institucionales en los
procesos de construcción de paz desde los territorios.

Se requiere de planeación y gestión orientada a ampliar la base de la cooperación


internacional que incluya procesos de fortalecimiento institucional, financiación
trienal y responda a los procesos de focalización territorial.

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Actualizar las políticas institucionales (equidad de género, bienestar,
procedimientos administrativos, escala salarial, anticorrupción, seguridad…)
requiere forjar una cultura organizacional para que sean asumidas como valores
que fortalecen el proyecto institucional, regulan los procedimientos y enriquecen la
convivencia en el marco de los valores del diálogo, la transformación de conflictos
y la evaluación de competencias.

Proyectos y fianciadores

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