La Resolución del Parlamento Europeo 2019/2819(RSP)11, de 19 de septiembre de 2019, sobre la
importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa, equipara el comunismo al régimen nazi y recuerda que "los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad" y condena "los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios".
El comunismo es un paradigma caracterizado por el control y planificación colectiva de la vida
comunitaria, la abolición de la propiedad privada sobre el trabajo y los medios de producción, es decir, la socialización de los medios de producción y no existencia de las clases sociales.12 El comunismo, cuya base es la colectivización de la propiedad, fue fundada por los pensadores socialistas alemanes del siglo XIX Karl Marx y Friedrich Engels como una interpretación revolucionaria de la historia: un permanente conflicto por el excedente material, cuyo inicio se debe a la aparición de la propiedad que pone fin al comunismo primitivo y separa a la sociedad en clases de acuerdo a su forma de adquisición de recursos. Según el marxismo, las diferentes relaciones sociales de producción que vinculan a los hombres en la sociedad capitalista implican la explotación mediante la apropiación de plusvalía, y estas relaciones generan con el tiempo las condiciones para ser reemplazadas por otras formas de explotación superiores, en una secuencia revolucionaria de nuevas fuerzas productivas. En el capitalismo y en los modos de producción anteriores existen entonces clases con intereses contrapuestos que entran en una constante lucha (la lucha de clases); mas precisamente, en el capitalismo, se llega cíclicamente al estancamiento de las fuerzas productivas, y es entonces cuando la lucha de clases se intensifica; los caminos se bifurcan entre una derrota de la clase obrera (y por lo tanto de todo el proletariado) o en un triunfo de esta que puede implicar la modificación de los regímenes capitalistas, la creación de poderes duales o incluso la revolución socialista.13 Para llegar a este fin debe organizarse un partido comunista que conquiste la hegemonía en la clase obrera para que esta pueda tomar el poder (dictadura del proletariado, es decir la dictadura de las estructuras de poder obrero no de los partidos ni de los burócratas). Esta revolución no puede ser encerrarse en un solo país (utopía reaccionaria) dada la interdependencia de las naciones el comunismo debe ser internacional y la revolución debe ser mundial.14