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La estructura de las

Tradu cción de
Act.s rrx CO;-""TIN revol uciones científicas
por
.. THOMAS S . KUHN

Kuhn, T., 1969, "Naturaleza y necesidad


de las revoluciones científicas", en Kuhn, I

I
T., 1969, La estructura de las revoluciones
J científicas, Buenos Aires, Fondo de

, Cultura Económica. ,1

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Primera edición en ingl és, 1962

;.S egunda edición. . . 1970

" Primera edición en español, 1971


Primera reimpresión. 1975
Segunda reimpresión, 1978 A
Tercera reimpresión. 1980
Cuarta reimpresión, 1982 JAMES B. CONANT,
ubli­
Quinta reimpresión, 1983 que puso esto en marcha
Sexta . reimpresión, 1985
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Título orig inal :
The Siructu re o] Scientific Re uolutions El re­
© 1962, 1970 Un iversity of Chicago
olanes
publicado por University of Chicago Press, Ch ícago
.storia
s pro­
D. R . © 1971, FONDO DE CULTURA E CO :<Ó ~II C A , S. A. m: . las in­
Av. de la U niversidad 975 ; 03100 México, D. F. iondu­
:pción
ISBN 968·1 6-0+43-1 :1 pri­
Impreso en México minan
modo,
148 LA RESPUESTA A LA CRISIS

deja ya de -estar calificada. En esta sección y


en las dos anteriores del ensayo hemos enunciado IX. NATURALEZA Y NECESIDAD DE LAS

numerosos criterios de una quiebra de la activi­ REVOLUCIONES CIENTlFICAS

dad científica normal. criterios que no dependen


en absoluto de si a esa quiebra sigue o no una EST~s observaciones nos permiten. finalmente
revolución. Al enfrentarse a anomalías o a crisis, considerar los problemas que dan título a este
los científicos adoptan Una actitud diferente ha­ ensayo. ¿ Qué son las revoluciones científicas y
cia los paradigmas existentes Y en consecuencia. cuál es su función en el desarrollo científico?
la naturaleza de su investigación cambia, La pro­ Gran parte de la respuesta a esas preguntas ha
liferación de articulaciones en cOIDuetencia, la sido anticipada ya en secciones previas. En par­
disposición para ensayarlo todo, la expresión del ticular, la discusión anterior ha indicado que @~
descontento explícito. el recurso a la. filoso fí:l y revoluciones científicas se consideran aquí como
" el debate sobre los fundamentos, son síntomas aquellos episodios de desarrollo no acwnulativo en
de una transición de la investigación 'normal a la que un antiguo paradigma es reemplazado, com­
no-ordinaria. La noción de la ciencia normal de­ pletamente o. en parte, por otro nuevo e incom­
pende más de su existencia que de la de las re­ pat íble, Sin embargo, hay mucho más que decir
voluciones. . al respecto y podemos presentar una parte de ello
mediante una- pregunta más. ¿Por qué debe lla­
marse revolución a un cambio de paradigma?
Frente a las diferencias tan grandes y esenciales
entre el desarrollo político y el científico, ¿qué
paralelismo puede justificar la metáfora que en­
cuentra revoluciones en ambos?
FAHCE b\tJ\ioteca cen tra! Uno de los aspectos del paralelismo debe ser
;'.! -r-. k \' o~ 5::r~ ....,.. ya evidente. Las revoluciones políticas se inician
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por medio de un sentimiento, cada vez mayor,
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restringido frecuentemente a una fracción de la
Fecl'lél de-:;..Itaj, ~. ~4 ..".,. comunidad política, de que las instituciones exis­
tentes han cesado de satisfacer adecuadamente
los problemas planteados por el medio ambiente ­
que han contribuido en parte a crear. De ma­
nera muy similar, las revoluciones científicas se
inician con un sentimiento creciente, también a
menudo restringido a una estrecha subdivisión
de la comunidad científica, de que un paradigma
existente ha dejado de funcionar adecuadamente
en la exploración de un aspecto de la naturaleza,
149

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NATURALEZA DE LAS REVOLUCIOl'-:ES NATURALEZA DE U.S RE VOLUCIONES 151
150

f , hacia el cual, el mismo paradigma había previa­ abandono parcial de un conjunto de instituciones
,mente mostrado el camino. Tanto en 'el desarro­ en favor de otro y, mientras tanto, la sociedad no
, llo político como en el científico, eC señ timiento es gobernada completamente por ninguna insti­
de 'mal funcionamiento que puede conducir a la tución. Inicialmente, es la crisis sola la que ate­
crisis es un requisito previo para la revoluci ón. núa el papel de las instituciones políticas, del
Además, aunque ello claramente fuerza la metáfo­ mismo modo, como hemos visto ya, que atenúa
ra, este paralelismo es no' sólo válido para los el papel desempeñado por los paradigmas. En
principales cambios de paradigmas, como los atri­ números crecientes, los individuos se alejan cada
buibles a Copérnico o a Lavoisier, sino también vez más de la vida política y se comportan de
para los mucho más pequeños, asociados a la manera cada vez más excéntrica en su interior.
asimilación de un tipo nuevo de fenómeno, como Luego, al hacerse más profunda la crisis, muchos
el oxígeno o los rayos X. Las revoluciones cien­ de esos individuos se comprometen con alguna
tíficas, como hicimos noiar,il final de la Sec­ proposición concreta para la reconstrucción de
"ción V, sólo necesitan parecerles revolucionarias la sociedad en una nueva estructura institucio­
a aquellos cjiyoaparadigmas sean afectados por nal. En este punto, la sociedad se divide en cam­
ellas. Para los observadores exteriores pueden pos o partidos enfrentados, uno de los cuales
parecer, como las revoluciones balcánicas de co­ trata de defender el cuadro de instituciones anti­
mienzos del siglo xx, partes normales del proceso guas, mientras que los otros se esfuerzan en esta­
de desarrollo. Los astrónomos, por ejemplo, po­ blecer otras nuevas. Y, una vez que ha tenido
dían aceptar los rayos X como una adición simple lugar esta polarización, el recurso político fracasa .
al conocimiento, debido a que sus paradigmas Debido a que tienen diferencias con respecto a
no fueron afectados por la existencia de la nueva la matriz institucional dentro de la que debe
radiación. Pero, para hombres como Kelvin, Cro­ tener lugar y evaluarse el cambio político, debido
oke s y Roentgen, cuyas investigaciones trataban a que no reconocen ninguna estructura suprains­
de la teoría de la radiación o de los tubos de titucional para dirimir las diferencias revolucio­
rayos catódicos, la aparición de los ra yos X vio­ narias, las partes de un conflicto revolucionario
ló, necesariamente, un paradigma, creando otro. deben recth'rir. finalmente, a las técnicas de per­
Es por eso por lo que dichos rayos pudieron ser suasión de las masas, incluyendo fre cuentemente
descubiertos sólo debido a que había algo que no el empleo de la fuerza. Aunque las revoluciones
iba bien en la investiaación normal. tienen 'un a función vital en la evolución de las
Este aspecto gen ético del paralelo entre el des­ instituciones ' políticas, esa función 'depen de de
arrollo político y el científico no debería ya dejar que sean sucesos parcialmente extrapolíticos o
lugar a dudas. Sin embargo, dicho paralelo tiene extrainstitucionales.
un segundo aspecto, más profundo, del que de­ El resto de este ensayo está dedicado a demos­
pende la importancia del primero. Las revolucio­ trar que el estudio histórico del cambio de para­
nes nol ítícas tienden a cambiar las instituciones digma revela caracteristicas muy similares en la
políticas en modos que esas mismas institucío­ evolución de las ciencias. Como la elección entre
nes prohiben. Por consiguiente. su éxito exige el instituciones políticas que compiten entre sí, la

.....

"152 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES


NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 153
elección entre paradigmas en competencia resulta
grupos muy especiales que constituyen la COmu­
una eleccién entre modos incompatibles de vida nidad de científicos.
de la comunidad. Debido a que tiene ese carác­
ter. la elección no está y no puede estar determi­ Para descubrir por qué la cuestión de la elec­
nada sólo por los procedimientos de evaluación ción de paradigma no puede resolverse nunca de
característícos de la ciencia normal, pues és tos manera inequívoca sólo mediante la lógica y la
dependen en parte de un paradigma particular. expe,nmentación, debemos examinar brevemente
y dicho paradigma es discutido. Cuando los para­ la naturaleza de las diferencias que separan a los
digmas entran, como deben. en un debate sobre partidarios de un paradigma tradicional de sus
la elección de un paradigma, su función es nece­ sucesores revolucionarios. Este examen es el ob­
sariamente circular. Para argüir en la defensa de jeto principal de esta sección y de la siguiente.
ese paradigma cada grupo utiliza su propio pa­ Sin embargo. hemos señalado ya numerosos ejem­
radigma. " plos de tales diferencias, y nadie pondrá en duda
" Por supuesto, la circularidad resultante no hace que la historia puede proporcionar muchos otros.
De lo que hay mayores probabilidades de poner
que los argumentos sean erróneos, ni siquiera en duda que de su existencia -y que, por consí­
inefectivos. El hombre que establece como pre­ guiente, deberá tomarse primeramente en consi­
misa un paradigma, mientras arguye en su de­ deración-, es de que tales ejemplos proporcionan
fénsa puede, no obstante, proporcionar una mues­ infonnación esencial sobre la naturaleza de la
tra clara de lo que será la práctica científica para ciencia. Dando por sentado que el rechazo del
quienes adopten la nueva visión de la naturaleza. paradigma ha sido un hecho histórico. ¿ilumina
Esa muestra puede ser inmensamente persuasiva a!~o más que la credulidad y la confusión huma­
y, con frecuencia, incluso apremianté. Sin em­ nas ? ¿ Hay razones intrínsecas por las cuales la
bargo, sea cual fuere su fuerza, el status del argu­ ~ simi¡ación de un nuevo tipo de fenómeno o de
mento circular es .sólo el de " la ~rsuasióno No una nueva teoría científica deba exizir el rechazo
puede hacerse "apremiante, lógica ni probable­ de un paradigma más antiguo? -
mente, para quienes rehusan entrar en el círculo. Nótese, primeramente. que si existen esas ra­
Las premisas.:l. valores compartidos por las dos zones , no se derivan de la estructura lógica del
partes de un debate sobre paradigmas no son conocimiento científico. En principio, podría sur­
suficientemente amplios para ello. Como en las gir un nuevo fenómeno sin reflejarse de manera
revoluciones políticas sucede en la elección de destructiva sobre parte alguna de la práctica cien­
un paradigma: no hay ninguna norma más ele­ tífica pasada. Aunque el descubrimiento de vida
vada que la aceptación de la comunidad pertí­ en la Luna destruirla paradigmas hoy existentes
onente. Para descubrir cómo se llevan a cabo las (que nos indican cosas sobre la Luna que pare­
revoluciones científicas. tendremos, por ccnsi­ cen incompatibles con la existencia de vida en el
guiente, que examinar no sólo el efecto de la na­ satélite), el descubrimiento de vida en algún" lu­
turaleza y la lógica, sino también las técnicas de gar menos conocido de la galaxia no lo haría. Por \ .
argumentación persuasiva, efectivas dentro de los la misma razón, una teor-ía nueva no tiene por
qué entrar en conflictos can cualquiera de sus
154 NATIJRALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 155,

predecesoras. Puede tratar exclusivamente de fe­ trucción hecha por la mente directamente sobre
nómenos no conocidos previamente, como es el datos sensoriales no elaborados. y en la Seco
caso de la teoría cuántica que trata (de manera ción XI examinaremos el fuerte apoyo propor­
significativa, no exclusiva) de fenómenos subató­ cionado al mismo esquema historiográfico por las
micos desconocidos antes del siglo xx. O también, técnicas de pedagogía efectiva de la ciencia. Sin
la nueva teoría podría ser simplemente de un embargo, a pesar de la enorme plausibilidad de
nivel más elevado que las conocidas hasta ahora, esta imagen ideal, hay cada vez más razones para
agrupando todo un grupo de teorías de nivel más preguntarse si es posible que sea una imagen de
bajo sin modificar sustancialmente a ninguna de la ciencia. Después del período anterior al pa­
ellas. Hoy en día, la teoria de la conservación radigma, la asimilación de todas las nuevas teo­
de la energía proporciona exactamente ese enla­ rías y de casi todos los tipos nuevos de fenómenos
ce entre la dinámica, la química, la electricidad, ha exigido, en realidad, la destrucción de un para.
la óptica, la teoría térmica, etc. Pueden conce­ digma anterior y un conflicto consiguiente entre
birse todavía otras relaciones compatibles entre escuelas competitivas de pensamiento científico.
las teorías antiguas y las nuevas. Todas y cada La adquisición acumulativa de novedades no pre­
una de ellas podrían ilustrarse por medio del pro­ vístas resulta una exc epción casi inexistente a la
ceso histórico a través del que se ha desarrollado regla del desarrollo científico. El hombre que
la ciencia. Si lo fueran, el desarrollo científico tome en serio los hechos históricos deberá sospe­
sería genuinamente acumulativo. Los nuevos tipos char que la ciencia no tiende al ideal que ha
de fenómenos mostrarían sólo el orden en un forjado nuestra imagen de su acumulación. Quizá

aspecto de la naturaleza en donde no se hubiera sea otro tipo de empresa.

r observ ado antes. En la evolución de la ciencia, Sin embargo, si los hechos qwe se oponen pue­
1 los conocimientos nuevos reemplazarían a la igno­ den llevamos tan lejos, una segunda mirada al
rancia; en lugar de reemplazar a otros conocí­ terreno que ya hemos recorrido puede sugerir
'. m ientos de tipo distinto e incompatible. que la adquisición acumulativa de novedades no
Por supuesto, la ciencia (o alguna otra empre­ sólo es en Nalidad rara, sino también en prínc í­
sa, quizá menos efectiva) podría haberse desarro­ pio, improbable. La investigación normal que es
llado en esa forma totalmente acumulativa. Mu­ acumulativa, debe su éxito a la habilidad de los
cha gente ha creído que 'eso es lo que ha sucedido científicos para seleccionar regularmente proble­
y muchos parecen suponer todavía que la acumu­ mas que pueden resolverse con técnicas concep­
lación es, al menos, el ideal que mostraría el tuales e instrumentales vecinas a las ya existen­
desarrollo histórico si no hubiera sido distorsio­ tes. (Por eso un a preocupación excesiva por' los
nado tan a menudo por la idiosincrasia humana. problemas útiles sin tener en cuenta su relación
Hay razones importantes para esta creencia. En con el conocimiento y las técnicas existentes,
la Sección X descubriremos lo estrechamente que puede con tanta facilidad inhibir el desarrollo
. se confunde la visión de la ciencia como acu­ científico). Sin embargo, el hombre que se es­
mulación con una epistemología predominante fuerza en resolver un problema definido por los
que considera que el conocimiento es una cons- conocimientos y las técnicas existentes, no se li­

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156 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
NATUR.-\I.EZA DE LAS REVOLUCIONES 157
mita a mirar en tomo suyo. Sabe qué es lo que
desea lograr y diseña su s instrumentos y dirige yor parte del tiempo; pero estas investigaciones
sus pensamientos en consecuencia. La novedad están encaminadas a la articulación de los para.
inesperada, el nuevo descubrimiento, pueden sur­
digrnas existentes más que la creación de otrosa
gir sólo en la medida en que sus anticipaciones nuevos. Sólo cuando fallan esos esfuerzos de ar­
sobre la naturaleza y sus instrumentos resulten ticulación encuentran los científicos el tercer tipo
erróneos. Con,frecuencia,la importancia del des­ de fenómenos, las anomalías reconocidas cuyo
cubrimiento resultante será proporcional a la rasgo característico es su negativa tenaz a ser
amplitud y a la tenacidad de la anomalía que asimiladas en los paradigmas existentes. Sólo este
lo provocó. Así pues, es evidente que debe haber tipo produce nuevas teorías. Los paradigmas pro­
un conflicto entre el paradigma que descubre una porcionan a todos los fenómenos, excepto las
anomalía y el que, más tarde, hace que la ano­ anomalías, un lugar determinado por la teoría
en el campo de visión de los científicos.
malía resulte normal dentro de nuevas reglas.
Los ejemplos de descubrimientos por medio de Pero si se adelantan nuevas teorías para resol.
la destrucción de un paradigma que mencionamos ver anomalías en la relación entre una teoría
en la Sección VI no nos enfrentan a un simple existente y la naturaleza, la nueva teoria que
accidente histórico. No existe ningún otro modo tenga éxito deberá permitir ciertas predicciones
efectivo en que pudieran generarse los descubrí­ que sean diferentes de las derivadas de su prede­
mientas. ' cesara. Esta diferencia podría no presentarse si
El mismo argumento se aplica, de manera tó­ las dos teorias fueran lógicamente compatibles.
davía más clara, a la in vención de nuevas teorias.
En el proceso de su asimilación, la segunda de.
. En principio, hay sólo tres tipos de -fenómenos
ber á desplazar a la primera. Incluso una teoria
sobre los que puede desarrollarse una -nueva teo­
como la de la conservación de la energía, que

ría. El primero comprende los fen ómenos que ya


hoy en día parece una superestructura lógica

han sido bien explicados por los p"aTadigmas exis­


que se relaciona con la naturaleza sólo por medio

tentes y que raramente proporcionan un motivo


de teorías independientemente establecidas, no

o un punto de partida para la construcción de se desarrolló históricamente sin destrucción de

una nueva teoría. Cuando lo hacen, como en el paradigma. En lugar de ello , surgió de una cri­

caso de las tres famosas predicciones que analiza­ sis en la que un elemento esencial fue la Incom­

mas al final de la sección VII , las te arias resultan­ patibilidad entre la dinámica de Newton y cier­

o tes son raramente aceptadas, ya que la naturaleza tas consecuencias recientemente formuladas de

• no proporciona terreno para la discriminación. la teoría calórica. Sólo después del rechazo de la
Una segunda clase de fenómenos comprende aqueo teoria calórica podía 1~'~~)Dservación de la enero .
llos cuya naturaleza es indicada por paradigmas gía llegar ~fserp1ú'té~""de ~,ciencia.l y sólo des­
existentes, pero cuyos detalles sólo pueden como pués de ser parte .de J a cgncia durante cierto
prenderse a través de una articulación ulterior tiempo, peS'día llegaro 'par ecer una teoría de un
de la teoría. J:.stos son los fenómenos a los que ;:: . ..,. : ;1~1 ~
dirigen sus investigaciones los científicos, la ma- 1 Silvanus P. Thornsori. Life oF;William Thom son Baron
Kelvin o/ Largs (Londres; J9101r;I, 266-8l.
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138 NATURUEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
159
tipo lógicamente más elevado, que no estuviera taria,s Por consiguiente, debemos examinar las
en conflicto con sus predecesoras. Es difícil ver objeciones más importantes que se le hacen.
cómo pueden surgir nuevas teorías sin esos cam­ La sustancia de esas ob jeciones pu ede desarro­
bios destructores en las creencias sobre la natu­ llarse como sigue, La dinámica relativista no pue­
. raleza. Aunque la inclusión lógica continúa sien­ de haber demostrado que la de Newton fuera
do una visión admisible de la relación entre teorías errónea, debido a que esta última es usada toda­
científicas sucesivas, desde el punto de vista his ­ vía, con muy buenos resultados, por la mayoría
\ tórico no es plausible. de los ingenieros y, en ciertas aplicaciones selec­
Creo que hace un siglo hubiera sido posible cionados, por muchos físicos. Además, lo apro­
dejar en este punto el argumento en pro de la piado del empleo de la teoría más antigua puede
necesidad de las revoluciones . Pero, desgraciada­ probarse a partir de la misma teoría moderna
mente, hoy en día no puede hacerse eso, debido que, en otros aspectos, la ha reemplazado. Puede
a que la visión del tema antes desarrollado no utilizarse la teoría de Einstein para demostrar
puede mantenerse si se acepta la interpretación que las predicciones de las ecuaciones de Newton
contemporánea predominante de la naturáleza y serán tan buenas como nuestros instrumentos de
la función de la teoría científica. Esta interpre­ medición en todas las aplicaciones que satísra­
tación, asociada estrechamente con el positivismo gan un pequeño número de condiciones restric­
lógico inicial y que no ha sido rechazada categó­ tivas . Por ejemplo, para que la teoría de Newton
ricamente por sus sucesores, restringiría el al­ proporcione una buena solución aproximada, las
cance y el significado de una teoría aceptada, de velocidades relativas de los cuerpos estudiados
tal modo que no pudiera entrar en conflicto deberán .ser pequeñas en comparación con la ve­
con ninguna teoría posterior que hiciera pre­ locidad de la luz. Sujeta a esta condición y a
dicciones sobre alzunos de los mismos fenómenos unas cuantas más , la teoría de Newton parece ser
naturales. ­ deducible de la de Einstein, de la que, por consi­
guiente, es ~ caso especial.
El argum ento mejor conocido y más fuerte
a favor de esta concepción restringida de una Pero, añade la misma objeción" ninguna teoría
teoría científica surge en discusiones sobre la puede entrar en conflicto con uno de sus casos
especiales. Si la ciencia de Einstein parece COn­
relación entre la dinámica contemporánea de
Einstein y las ecuaciones dinámicas, m ás anti­ ñrmar que la dinámica newtoníana es errónea,
ello se debe solamente a que algunos newtonia­
guas, que descienden de los Principia de Newton.
nos fueron tan incautos como para pretender
Desde el punto de vista de este ensayo, esas ,I que la teoría de Newton daba resultados absolu­
dos teorías son fundamentalmente incompatibles "
tamente precisos o que era válida a velocidades
en el sentido ilustrado por la relación de la astro­ relativas muy elevadas. Pu esto que no pudieron
nomía de Copérnico con la de Tolomeo: sólo disponer de ninguna evidencia para confirmarlo,
puede aceptarse la teoría de Einstein r econocien­
do qu e la de Newton estaba equivocada. En la
:1 V éa nsc, por ej em plo, las observaciones de P. P. Wie­
actuali dad, esta opinión continúa siendo minori - ner, en Plíilosoph); oi Scienc e, XXV (1958), 298.
NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 161
1&1 N,\TURALEZ,\ DE L,\S RE VOLUCIONES
del flogísto hubieran pretendido explicar median­
traicionaron las normas de la ciencia al hacerlo. te su teoría, no habría sido posible atacarla mm­
¡hsta donde la teoría de Newton ha sido una C:J.. Un argumento similar sería suficiente para
verdadera teoría científic::l apoyada en pruebas cualquier teoría que alguna vez haya tenido éxi­
vilidas, todavía lo es. S610 las pretensiones ex­
trav::tgantes sobre la teori::t _que nunca forma­
ron realmente parte de ia ciencia- pudieron, de

1 to en su aplicación a cualquier conjunto de fe­


n ójnenos.
'Pero, para salvar en esta forma a las teorías,
acuerdo con la te oría de Einstein. mostrarse
deberá limitarse su gama de aplicación a los fe­
errÓne::tS. Elimin::tndo esas ext ravaga ncias pura­
nómenos y a la precisión de observación de que
mente humanas, la teoría de Ne\\'t on no ha sido
tratan las pruebas experimentales que ya se ten­
puesta en duda nunca y no puede serlo.
gan a mano.'! Si se lleva un paso más adelante
Alguna variante de este a rgum entó es amplia­
( y es dificil no dar ese paso una vez dado el pri­
mente suficiente para hacer que eua~quier teona
mero ), esa limitación prohibe a los científicos la
que haya sido empleada alguna vez por un grupo
pretensión de hablar "científicamente" sobre fe­
significativo de científicoS competen tes, sea in­
nómenos que todavía no han sido observados.
mune a los ataques . La tan calumniada teoría del
Incluso en su forma actual, la restricción pro­
flog por ejemplo, explicaba gran número de
hibe al científico basarse en una teoría en sus
isto,
.fenómenos físicos Y químicos. Explicaba por qué'
propias investigaciones, siem p re que díchas .inves­
ardían los cuerpos -eran n eos en flogisto- Y
ligaciones entren a un terreno o traten de obtener
por qué los met::tles tenían más propiedades en
un grado de precisión para los que la práctica
común que sus minerales . Los metales estaban
anterior a la citada ieor ía no ofrezca precedentes .
compuestos todos por diferentes ti~rras elemen­
Lógicamente, esas prohíbiciones no tienen excep­
tales combinadas con flog isto. Y este último. co­ ciones; pero el resultado de ac ep tar las sería el fin
mún a todos los metales, prodqcía prop¡edades Ce la investigación por medio de la qu e la cien­
comunes.' Además. la teoria det'rtogisto explicab a cia puede continuar desarrollándose.
numerosas ' reacciones en las que se formaban A esta altura, este punto también es virtual­
ácidos mediante la combustión de sustancias ta­ mente una tautología. Sin la aceptación de un
les como ~carbono Y el azufre- Explicaba asi­ paradigma no habría ciencia normal. Además, esa
mismo, la disminución de volumen' cuando tiene aceptación debe extenderse a campos y a grados
lugar la combustión en un volumen confinado de de precisión para los que no existe ningún pre­
aire -el flogisto liberado por la combustión "es' cedente completo. De no ser así, el paradigma
trope::tba" la elasticidad del aire que lo absorbía, no podrá proporcionar enigmas que no hayan sid o
del mismo modo corno el fuego 3 "estropea" la
elasticidad de un resorte de acero. Si esoS fenó­ teoría del flogisto lo hace H. Metzger, en Newton , Stchl ,
menos hubieran sido los únicos que los teóricos Boerhaave et la doct rine ch im ique ( Pa rí s . 1930), 2~ Parte,
~ Compárense las conclusiones obtenidas por med io de
3 James B. Conant . O\"ertltro lV ot th e Pltlo ¡;ist Oll Tlteory un tipo muv diferente de análisis, por R. B. Braithcw nite ,
n, Scientiiic Explanation ( Cam bri dge, 1953 ). pp. 5G-87. sobre
(2 ~
( Cambri dge, 1950), pp . \ 3-\ 6 ; Y J. R . Partingto A 5h ort todo la p. 16.
History oi CIWll istry e u.; Londres . 1951l. pp. 85-88. El
informe más completo Y sim pát ico sob re los logroS de 13

y
- lé2 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIOKES
NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 163
'todavía resueltos. Además, no sólo la ciencia
I
-":".normal depende de la aceptación de un paradig­
cial, debemos añadir a los E j , enunciados adicio­
nales, como (V/c)2«l, que restringen el alcance
-I
1
-- •roa. Si las teorías existentes sólo ligan a los cien­ de los parámetros y las variables. Este conjunto 1
tíficos con respecto a las aplicaciones existentes, incrementado de enunciados es manipulado, a
,no serán posibles las sorpresas, las anomalías o continuación, para que produzca un nuevo con­
las crisis. Pero éstas son precisamente las seña­ junto, N], N~ ., ., N m , que es idéntico, en la forma,
les ' que marcan el camino hacia la ciencia no­ a las leyes de Newton sobre el movimiento, la
ordinaria. Si se toman literalmente las restric­ ley de gravedad, etc. Aparentemente, la dinámica
. ciones positivistas sobre la gama de aplicabilidad de Newton se deriva de la de Einstein, sometida
legítima de una teoría, el mecanismo que indica a unas cuantas condiciones que la limitan.
a la comunidad científica qué problemas pueden Sin embargo, la derivación es ilegítima, al me­
conducir a un cambio fundamental dejará de fun­ nos hasta este punto. Aunque el conjunto Ni es
cionar. Y cuando esto tenga lugar, la comunidad un caso especial de las leyes de la mecánica rela­
inevitablemente regresará a algo muy similar al tivista, no son las leyes de Newton. O, al menos,
'estado anterior al paradigma, condición en la que no lo son si dichas leyes no se reinterpretan de
todos los miembros practican la ciencia, pero un modo que hubiera sido imposible hasta des­
en la cual sus productos en conjunto se parecen pués de los trabajos de Einstein. Las variables y
muy poco a la ciencia. ¿Es realmente sorpren­ parámetros que en 'la serie einsteiniana El repre­
.'
dente que el precio de un avance científico im­ senta,ban la posición espacial, el tiempo, la masa,
portante sea un compromiso que corre el riesgo etc., se presentan toda\'ía en NI; Y continúan
de ser erróneo? representando allí espacio, tiempo y masa einstei­
Lo que es más importante, hay en la argumen­ n ianos, Pero las referencias físicas de esos con­
tación de los positivistas una reveladora laguna ceptos "einsteinianos no son de.. ninguna manera
lógica que vuelve inmediatamente a presentarnos idénticos a las de los conceptos newtonianos que
la naturaleza del cambio revolucionario. ¿Puede llevan el mismo' nombre. (La masa newtoniana
realmente derivarse la dinámica de Newton de la se conserV~lc)aeinsteiniana es transformable por
dinámica relativista? ¿Cómo sería esa deriva­ medio de- la energía. Sólo a bajas velocidades re'
ción? Imaginemos un conjunto de enunciados, El' lativas_pueden medirse ambas del mismo modo
E ~ . . . , En, que, en conjunto, abarcaran las leyes e, incluso en ese ca so, no deben ser consideradas
de la teoría de la relatividad. Estos enunciados idénticas). A menos que cambiemos las defini­
contienen variables y parámetros que represen­ ciones de las variables en Ni, los enunciados deri­
tan la posición espacial, el tiempo, la masa eh vados no serán ncwtonianos. Si las cambiamos,
reposo, etc. A partir de ellos, con ayuda del apa­ no podremos de manera apropiada decir que he­
rato de la lógica y la matemática, puede dedu- . mos derivado las leyes de Newton, al menos no
cirse todo un conjunto de enunciados ulteriores, en cualquiera de los sen tidos que se le reconocen
incluyendo algunos que pueden verificarse -por actualmente al ver bo "derivar". Por supuesto,
medio de la observaci ón. Para probar lo apro­ nuestra 'a rgum entación ha explicado por qué las
piado de la dinámica newtoniana como caso espe- leyes de New ton parecían ser aplicables. Al ha.

~, '
164 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 165

cerIo así ha justificado, por ejemplo, a un auto­ antes una transformación. Y la transformación
movilista aue actúe como si viviera en un universo sólo puede llevarse a cabo con las ventajas de
newtoniano. Una argumentación del mismo tipo la visión retrospectiva, la guía explícita de la
se utiliza para justificar la enseñanza por los agri­ teoría más reciente. Además, incluso en el caso
mensores de la astronomía centrada en la Tierra. de .que esa transformación fuera un dispositivo
Pero la argumentación~no ha logrado todavía lo legitimo que pudiera emplearse para interpretar
que se proponía. O sea, no ha demostrado que
la teoría más antigua, el resultado de su aplica­
las leyes de Newton sean un caso limitado de las
ción sería una teoría tan restringida que sólo
de Einstein, ya que al transponer el · límite, no
podría reenunciar lo ya conocido. A causa de su
sólo han cambiado las formas de las leyes; simul­
economía, esa reenunciación, podria resultar útil,
táneamente, hemos tenido que modificar los ele­
pero no sería suficiente para guiar las investi­
mentos estructurales fundamentale~ de que se
gaciones.
compone el Universo al cual se aplican.
Por consiguiente, demos ahora por sentado que
Esta necesidad de cambiar el significado de las diferencias entre paradigmas sucesivos son
conceptoS establecidos Y familiares, es crucial en necesarias e irreconciliables. ¿Podremos decir,
el efecto revolucionario de la teoría de Einstein. entonces, de manera más explícita cuáles son
en-, esos tipos de diferencias? El tipo más evidente
Aunque más sutil que los cambios del geoc

_tñsrno al heliocentrismo, del flogisto al oxigeno


ha sido ilustrado ya repetidamente. Los paradig­
o de los corpúsculos a las ondas, la transforma­ mas sucesivos nos indican diferentes cosas sobre
ción conceptual resultante no es menos decisiva­ la población del Universo y sobre el comporta­
mente destructora de un paradigma previamente miento de esa población. O sea, presentan dife­
establecido. IncluSO podemos llegar a conside­ rencias en problemas tales como la existencia
rarla como un prototipo para las reorientaciones de partículas subatómicas, la materialidad de la
revolucionarias en las ciencias. Precisamente por­ luz y la conservación del calor o de la energía.
que no implica la introducció~e objetos o con­ tstas son las diferencias principales entre para­
ceptos adicionales, la transición· de la mecánica digmas sucesivos y no requieren una mayor ílus - .
de Newton a la de Einstein ilustra con una cla­ tración. Pero los paradigmas se diferencian en
" algo más que la sustancia, ya que están dirigídos
ridad partiEÑ.llar la revolución científica como un
desplazamiento de la red de conceptos a través no sólo hacia la naturaleza, sino también hacia la
de la que ven el mundo los científicos. ciencia que los produjo. Son la fuente de los " ­
Estas observaciones deberían bastar para de· métodos, problemas y normas de resolución acep­
mostrar lo que, en otro clima filosófico, se hubie­ tados por cualquier comunidad científica madura,
ra dado por sentado. Al menos para· los cientí­ en cualquier momento dado. Como resultado de
ficos, la mayona de las diferencias aparentes ello. la recepción de un nuevo paradigma. fre­
entre una -teoría científica descartada Y su suce-' cuentemente hace necesaria una _!:.~.(;tf;fIDl.c.j9E. de
sora, son reales. Aun cuando una teoría anticuada la ciencia correspondiente. Algunos problemas an- \
pueda verse siempre como un caso especia! de tiguos pueden relegarse a otra ciencia o ser decla- '
su sucesora más moderna, es preciso que sufra radas absolutamente "no científicos". Otros que

V'
166 NATURALE~ DE US REVOLUCIONES NATURALEZA DE US REVOLUCIONES 167
. anteriormente eran triviales o no existían siquie­ - redondeada de las partículas de opio les permi.
ra, pueden convertirse, con un nuevo paradigma, tía suavizar los nervios en torno a los que se
en los arquetipos mismos de la realización cien­ movían.e
tífica de importancia. Y al cambiar los problemas Durante un periodo anterior, las explicaciones

también lo hacen , a menudo , las normas que dis­ en términos de cualidades ocultas habían sido

tinguen una solución científica real de una sim­ una parte integrante del trabajo científico fecun­

ple especulación metafísica, de un juego de pala­ do. Sin embargo, en el siglo XVII, el nuevo como

bras o de un Juego matemático. . La tradición . promiso con la explicación mecánico-corpuscular

científica normal que surge de una revolución cien­ resultó inmensamente fructífero para una serie

tífica es no sólo incompatible sino también a me­ de ciencias, al eliminar los problemas que ha.

nudo realmente incomparable con la que existía bían desafiado todas las soluciones generalmente

con anterioridad. . aceptadas y sugerir otros nuevos para reemplazar.

El efecto del trabajo de Newton sobre la tra­ los. En la dinámica, por ejemplo, las tres leyes

dición normal de práctica científica del siglo XVII del movimiento de Newton son menos el produc.

-proporciona un ejemplo sorprendente de lÓs efec­ to de nuevos experimentos que el de un intento

tos más sutiles del desplazamiento de paradigma. de volver a interpretar observaciones conocidas,

Antes de que naciera Newton, la "nueva ciencia" en términos de movimientos y acciones recípro­

. del siglo había logrado finalmente rechazar las cas de los corpúsculos neutrales primarios. Exa­

explicaciones aristotélicas y escolásticas, que se minemos sólo un ejemplo concreto, Puesto que
expresaban en términos de las esencias de los los corpúsculos neutrales sólo podían actuar unos
cuerpos materiales. El decir que una piedra cae sobre otros por contacto, la v~ión mecánico-cor.
porque su "naturaleza" la impulsa hacia el centro puscular de la naturaleza dirigIo·'¡a atención cien.
del Universo se :había convertido en un simple tífica hacia un 'tema absolutamente nuevo de ,>
juego tautológico de palabras. algo que no había estudio, la alteración del movimiento de las par.
sido antes. A partir de entonces. todo el con­ tículas por',medio de colisiones. Descartes anun­
junto de percepciones sensoriales, incluyendo el ció el prob~a y proporcionó su primera solu. .
color, el gusto e incluso el peso, debían explicarse ción supuesta. Huyghens, Wren y Wallis fueron
en términos del tamaño, la forma, la posición y todavía .más allá, en parte mediante expeIimen.
el movimiento de los corpúsculos elementales tos con discos de péndulos que entraban en colí­
de la materia base. La atribución de otras cual í­ sión; pero, principalmente, mediante la aplica.
dades a los átomos elementales era recurrir a lo ción de características previamente conocidas. del
oculto y. por consiguiente, se encontraba fuera movimiento al nuevo , problema. y Newton in­
del alcance de la ciencia. Moliere recogió ese cluyó sus resultados en sus leyes del movimiento.
nuevo espíritu con precisión. cuando ridiculizó al La "acción" y "reacción" iguales de la tercera
doctor que explicaba la eficacia del opio carpo
soporífero atribuyéndole una potencia adormece­ 5 Sobre el corpuscularismo en general . véase " The Es­
dora. Durante la segunda mitad del siglo XVII, tablishment of the Mechanical Philo sophy", de Mane Boa s.
Osi r i s, X (.I952); 412·541. Sobre el efecto de la forma de
muchos científicos preferían decir que la forma las partículas sobre el gusto, véase idem. , p. 483.

....
NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 169
168
ley son los cambios en la cantidad de movimiento interpretación había sido casi universalmente
que experimentan las dos partes que entran en aceptada y el resultado fue una reversión ge­
colisión. El mismo cambio de movimiento pro­ nuina (que no es lo mismo que retroceso) a una
porciona la definición de la fuerza dinámica im­ norma escolástica. Las atracciones y repulsiones
plícita en la segunda ley. En este caso, como en innatas se unían al tamaño, a la forma, a la posí­
muchos otros durante el siglo XVII, el paradigma ción y al movimiento como propiedades primarias,
corpuscular engendró ue nuevo problema y una físicamente irreductibles, de la materia,"
parte importante de su soluci ón," El cambio resultante en las normas y proble­
Sin embargo, aunque gran parte del trabajo de mas de la ciencia física fue una vez más de con­
Newton iba dirigido : a problemas e incluía nor­ secuencias. Por ejemplo, hacia los años de la
mas derivadas de la visión mecánico-eorpuscular década de 1740, los electricistas podían hablar de
del mundo, el efecto del paradigma que resultó la "virtud" atractiva del fluido eléctrico, sin in­
de su trabajo fue un cambio ulterior y parcial­ currir en el ridículo que hab ía acogido al doctor
mente destructor de los problemas y'Tas normas de Moliere un siglo antes. Al hacerlo así, los
legitimadas por la ciencia. La gravedad, interpre­ fenómenos eléctricos exhibieron, cada vez' más ,
tada como una atracción innata entre cualquier un ord én diferente del que habían mostrado cuan­
par de partículas de materia, era una cualidad do se consideraban como los efectos de un efluvio
oculta en el mismo sentido que lo había sido la • mecánico que sólo podía actuar por contacto.
" t en dencia a caer" de los escolásticos. Por con­ En particular, cuando la acción eléctrica a dis­
siguiente, aunque continuaban siendo efectivas las tancia se convirtió por derecho propio en tema
normas del corpuscularismo, la búsqueda de una de estudio, pudo reconocerse como uno de sus
explicación mecánica de la gravedad,fue uno de efectos el fenómeno que ahora conocemos como
los problemas más difíciles para quienes acepta­ carga por inducción. Previamente, cuando se ob ­
ban los Principia como paradigma. Newton le servaba, se lo atribuía a la acción directa de
dedicó mucha atención, lo mismo que muchos
"atmósferas" eléctricas o a las pérdidas inevita­
de sus .sucesores del siglo XVIII. La única opción
bles en cualquier laboratorio eléctrico. La nueva
aparente era la de rechazar la teoría de Newton
visión de los efectos de inducción fue, a su vez,
debido' a que -no lograba explicar la gravedad, y
la clave para el análisis que hizo Franklin de la
también estaalternativa fue adoptada amplia­
botella de Leyden y, en esa forma, para el surgi­
mente. Sin embargo, .en última instancia, ningu­
miento de un paradigma nuevo y newtoníano para
na de esas opiniones triunfó. Incapaces de prac­
la electricidad. La dinámica y la 'e lectri cidad no ­
ticar la ciencia sin los Principia o de hacer que
fueron tampoco los únicos campos científicos I
ese trabajo se ajustara a las normas corpuscula­
afectados por la legitimación de la búsqueda de
res del siglo XVII,' los científicos aceptaron gra­
fuerzas innatas de la materia. El gran caudal
dualmente la idea de que la gravedad, en realidad,

7 1. B. Cohen, Franklin and Newton : An Inqulry into


era innata. Hacia mediados del siglo XVIII esa
Speculatlve Newtonian Experimental Science and Eran­
6 Dugas, La mécanique au xvne siécle (Neuchátel, 1954), klln's Work in Electricity as an Example Thereoi (Filadel­
pp. rnss. 284-98. 345-56. fia. 1956), caps. VI-VII.

r'
170 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 171
de literatura del siglo XVIII sobre' afinidades quí­
micas y series 'de reemplazo, se deriva también de ácidos. Sin embargo, la reforma de Lavoisier. eli­
este aspecto 'supramecánico del newtonismo. Los minó finalmente los "principios" químicos y, de
químicos que creían en esas atracciones diferen­ ese modo, le quitó a la química algo del poder
ciales entre' las diversas especies químicas, pre­ real de explicación y gran parte del potencial.
pararon experimentos que no hubieran podido Para compensar esa pérdida, era necesario un
--<
concebir antes y buscaron nuevos tipos de reac­ cambio en las normas. Durante gran parte del
ciones. Sin los datos y los conceptos químicos siglo XIX, el no lograr explicar las cualidades de
que se desarrollaron en el curso de este proceso, los compuestos no era acusación contra una teo­
el trabajo posterior de Lavoisier y, de manera ría química.s
especial, el de Dalton, hubieran sido incompren­ También Clerk Maxwell compartía Con otros
sibles.s Los cambios en las normas que rigen los proponentes del siglo XIX de la teoría ondulatoria
problemas, conceptos y explicaciones admisibles, de la luz, la convicción de que las ondas de luz
pueden transformar una ciencia: En la sección debían propagarse a través de un éter material.
siguiente sugeriré incluso UD sentido en el que El diseño de un medio mecánico para sostener
pueden transformar al mundo. a esas ondas fue un problema normal para mu­
En la historia de cualquier ciencia, casi en cual ­ chos de sus más capaces contemporáneos. Sin
quier periodo de su desarrollo, pueden encon­ embargo, su propia teoría electromagnética de la
trarse otros ejemplos de esas diferencias no luz, no dio ninguna explicación sobre un medio
sustantivas entre paradigmas sucesivos. Por el capaz de soportar las ondas de luz y claramente
momento, contentémonos con otras dos ilustra­ hizo que dar tal explicación resultara mucho más
ciones, mucho más breves. Antes de la revolución difícil de lo que había parecido antes. Inicialmsn.
química" una de las tareas reconocidas de la quí­ te, la teoría de Maxwell fue aIilPliamente recha­
mica era la de explicar las cualidades de las zada por esas razones; pero, como la teoría de
sustancias químicas y los cambios que sufrían Newton, la de Maxwell resultó difícil de excluir
esas cualidades durante las reacciones químicas. y cuando alcanzó el status de paradigma, cambió
Con la ayuda de un número reducido de "princi­ la actitud do.¿a comunidad hacia ella. Durante las
pios:' elementales -uno de los cuales era el flo­ primeras décadas del siglo xx, la insistencia de
gisto-, el químico debía explicar ' por qué algu­ Maxwell-en la existencia de un éter mecánico pa­
nas sustancias son ácidas , otras básicas, combus­ reció set cada vez más algo así como un mero .
tibles, y así sucesivamente. En este sentido, se reconocimiento. verbal y se abandonaron los in­
habían logrado ciertos éxitos. Ya hemos hecho tentos para diseñar un medio etéreo de ese tipo.
notar que el flogisto explicaba por qué los me­ Los científicos no consideraron ya como no cien.
tales eran tan similares y hubiéramos podido tífico el hablar de un "desplazamiento" eléctrico,
desarrollar una argumentación similar para los sin especificar qué estaba siendo desplazado. El
resultado, nuevamente, fue un nuevo conjunto
;.
s Sobre la electricidad, véase idem, caps . VID-IX. Sobre
la química, véase Metzger, op. cit., 1~ Parte. ,s E . Mey~rsoD, Identity and Reality (Nueva York, 1930),
cap. x. ~

~. '
NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 173
172 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
gravitacionales y esta explicación hizo que la
de problemas Y normas que, en realidad, tuvo ciencia regresara a un conjunto de cánones y
mucho que ver con la aparición de la teoría de problemas, a este respecto, que se parece más
la relatividad.10 a los de los predecesores de Newton que a los
Eses cambios característicos en la concepción de sus sucesores. Asimismo, el desarrollo de la
de la comunidad científica sobre sus problemas y mecánica cuántica ha invertido la prohibición me ­
sus normas legítimos tendrían menos importan­ todológica que tuvo su origen en la revolución
cia para la tesis de este.ensayo si fuera posible química. Los químicos actualmente intentan, y
suponer que siempre tuvieron lugar de un tipo con gran éxito, explicar el color, el estado de
metodológico más bajo a otro más elevado. En agregación y otras cualidades de las sustancias
este caso, asimismo, sus efectos parecerían ser utilizadas y producidas en sus laboratorios. Es
acumulativos. No es extraño que algunos histo­ posible que esté teniendo lugar también una in­
riadores hayan argumentado que la historia de versión similar en la teoría electromagnética. El
la ciencia registra un aumento continúo de la espacio, en la física contemporánea, no es el sus­
madurez y el refinamiento de la concepción del trato inerte y homogéneo empleado tanto en la
hombre sobre la naturaleza de la ciencia.P Sin teoría de Newton como en la de MaxwelI; algu­
embargo, el argumento en pro del desarrollo acu­ nas de sus nuevas propiedades no son muy dife­
mulativo de los problemas y las normas de la rentes de las atribuidas antiguamente al éter; es
ciencia es todavía más difícil de establecer que posible que lleguemos a saber, algún día, qué es
el de la acumulación de las teorías. , El intento un desplazamiento eléctrico.
para explicar la gravedad, aunque abandonado Cambiando el acento de las funciones cognosci­
convenientemente por la mayoría de los científí­ tivas a las normativas de los paradigmas, los
cos del siglo XVIII, no iba dirigido a un 'problema ejemplos anteriores aumentan nuestra compren­
intrinsecamente ilegítimo ; las objeciones a las sión de los modos en que dan forma los para­
fuerzas innatas no eran inherentemente no cien­ digmas a la vida científica. Previamente, hemos
tíficas ni metafísicas en sentido ~orativo. No examinado, sobre todo, el papel desempeñado por
existen normas externas que permitan ese juicio. un paradigma como vehículo para la ' teoría cíen­
.
Lo que ocurrió no fue ni un trastorno ni una
elevación de las normas, sino simplemente un
tífica. En este papel, su función es la de decir a los
científicos qué entidades contiene y no contiene
cambio exigidó--por la adopción de un ' nuevo la naturaleza y cómo se comportan esas entida­
paradigma. Además, desde entonces, ese cambio des . Esta información proporciona un mapa cu­
fue invertido, y puede volver a serlo. En el si­ yos detalles son elucidados por medio de las
glo xx, Einstein logró explicar las atracciones investigaciones científicas avanzadas. Y puesto
10 E. T. Whit taker, A History oi the Theories oj -Aether que la naturaleza es demasiado compleja y va­
. and Electricity, II (Londres, 1953), 28-30. riada como para poder estudiarla al azar, este
u Sobre una tentat iva brillante y absolutamente al mapa es tan esencial como la observación y la
día de encajar el desarrollo científico en este lecho de experimentación para el desarrollo continuo de
Procusto, véase The Edge of Objectivity : An Essay in the
History ot Scientljic Ideas. de C, C. Gillispie (Princeton, la ciencia; A través de las teorías que engloban,
1960),

..­
174 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
NATURALEZA DE LAS REVOLLCIO:-i:ES 175
..,.
los paradigmas resultan esenciales para las acti­ ver los mismos problemas, los debates paradig­
vidades de investigación. Sin embargo, son tam­ máticos involucran siempre la pregunta ; ¿ Qué
- bién esenciales para la ciencia en otros aspectos ' problema es más significativo resolver? Como la
y esto es lo que nos interesa en este momento. cuestión de la competencia de normas, esta cues­
En particular, nuestros ejemplos más recientes . tión de valores sólo puede contestarse en térmi.
muestran que los paradigmas no sólo proporcio­ nos de criterios que se encuentran absolutamente
nan a los científicos mapas sino también algunas fuera de la ciencia normal y es ese recurso a cri­
de las indicaciones principales para el estableci­ terios externos lo que de manera más obvia hace
miento de mapas. Al aprender un paradigma, el revolucionarios los debates paradigmáticos. Sin
científico adquiere al mismo tiempo teoría, mé­ embargo, se encuentra también en juego algo
• todos y normas, casi siempre en una mezcla ínse­
más fundamental que las normas y los valores.
parable. Por consiguiente, cuando cambian los Hasta ahora, sólo he argüido que los paradigmas
paradigmas, hay normalmente transformaciones
son parte constitutiva de la ciencia. A continua­
importantes de los criterios que determinan la ción, deseo mostrar un sentido en que son tamo
legitimidad tanto de los problemas como de las bién parte constitutiva de la naturaleza.
soluciones propuestas.
Esta observación nos hace regresar al punto
en que se inició esta sección, pues nos proporcio­
na nuestra primera indicación explícita de por
qué la elección entre paradigmas en competencia
plantea regularmente preguntas que no pueden
ser contestadas por los criterios de la ciencia
normal. Hasta el punto, tan importante como
.....
incompleto, en el que dos escuelas científicas que ..

se encuentren en desacuerdo sobre qué es un pro­


blema y qué es una solución, inevitablemente ten­ '<­
drán que chocar al debatir los méritos relativos
de sus respectivos paradigmas. En los argurnen­
tos parcialmente circulares que resultan regular­
mente, se demostrará que cada paradigma satis­
fa ce más o menos los criterios que dicta para, sí
mismo y que se queda atrás en algunos de Ios
dictados por su oponente. Hay también otras ra­
zones para lo incompleto del contacto lógico que
caracteriza siempre a los debates paradigmáticos.
Por ejemplo, puesto que ningún paradigma re-',
suelve todos los problemas que define y puesto
que no hay dos paradigma~ que dejen sin resol-

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