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Introducción 9
Agradecimientos 16
Capítulo 1
Sujeto joven y trayectorias estudiantiles 17
1. Sueños de la infancia, problemas del presente 18
2. Estructuras de transición y trayectoria educativa 20
3. El espacio del liceo que alberga las trayectorias escolares 22
Capítulo 2
Caracterización del sujeto joven 25
1. El joven estudiante 25
2. Sueldo mínimo en Chile 29
3. Prácticas con sentido juvenil 31
a. Tradición y modernidad: o el mito de las supercarreteras 31
b. Consumo cultural 37
c. Pautas de escolarización 41
Capítulo 3
Los jóvenes estudiantes y el liceo 49
1. Liceo y actores institucionales 49
a. Una mirada a los docentes 49
b. Evaluación de la infraestructura 56
c. Evaluación de Jornada Escolar Completa 57
d. Evaluación de las condiciones subjetivas en el liceo 60
e. Preparación de la Prueba de Selección Universitaria 65
f. Orientación y preparación para el trabajo 70
Capítulo 4
Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 75
1. Metas escolares y educación superior:
¿hay algo más allá del trabajo? 75
a. Proyecto de egreso 82
b. Optimismo y esfuerzo: la subjetividad para el egreso 84
c. Expectativas y proyectos familiares a futuro 86
d. Trayectorias proyectadas: análisis del discurso juvenil 93
Conclusiones 97
los actores educativos con la guardia baja. Y entre cuyas reivindicaciones primeras
estaba la reformulación o directamente la supresión de la jec, además de una serie
de demandas que buscaban introducir mejoras sustanciales —y esta vez, desde la
óptica del usuario— al sistema educativo, y muy especialmente sobre el municipa-
lizado, una parte de cuyos estudiantes constituyen el sujeto de este estudio.
Por otra parte, lo que nos motiva a escribir este texto no es el comportamiento
del sistema educativo. Sobre él se ha escrito suficiente y en el futuro, seguramente,
aumentará el volumen de estudios sobre el tópico.
Por el contrario, lo que efectivamente nos impulsa en esta indagatoria es la
oportunidad de conocer con la mayor profundidad posible el pensamiento, las ex-
pectativas, los trazados y dibujos que los jóvenes estudiantes de secundaria de estos
liceos del sur de Chile imaginan y construyen para sí mismos. En este recorrido,
que iniciáramos en el primer semestre del año 2008, hemos encontrado hallazgos y
constataciones que van muchos de ellos a contravía de lo que actualmente la escue-
la tiene por sabido sobre estos jóvenes de liceos municipales. Estos develamientos
son tratados ampliamente en las páginas venideras y hemos procurado adjuntar a
ellos los datos y argumentaciones que avalan dichas constataciones.
Pero es necesario hacer una aclaración inicial. Más allá de los importantes da-
tos que nos arrojan los instrumentos de indagación utilizados en esta pesquisa, algo
que no formaba parte del andamiaje inicial con el que nos acercamos a este trabajo
dice relación con una perspectiva diversa, original y probablemente menos inasible
del ser joven y estudiante.
Dicho en pocas palabras: la actitud, el modo de hacer y estar en el liceo, la
valoración con que estos jóvenes estudiantes significan y fundamentan su paso por
el liceo, por la escuela secundaria, nos ubican sobre un terreno móvil y fluctuante,
quizá demasiado subjetivo si se compara con la «objetividad del currículo» que guía
el proceso de aprendizaje. Aunque sobre esto último abundan ejemplos, en las pá-
ginas venideras, que nos señalan lo desafortunado de tal afirmación.
De las justificaciones y verbalizaciones que hacen de su paso por el liceo, prác-
ticamente no queda lugar a dudas que es un lugar para estar y pasar. Pasar de curso,
pero también pasar del tiempo, de los ciclos y temporalidades que una tras otra se
van cumpliendo. De los años escolares teñidos con sus ritos y regulaciones apren-
didas y conocidas desde antaño y que inexorablemente se han de cumplir para pa-
sar, para llegar el final del ejercicio que significa contar con la licencia de educación
media, y muchos también con el «cartón» de la especialidad elegida o impuesta por
variables exógenas e irreconocibles.
De este pasar del tiempo, que las cosas cambien: la edad, los gustos, los amores,
los anhelos, las expectativas, los profesores; pasar de curso, de nivel, de grado. De
que cambien, producto del devenir de cronos, para que en definitiva permanezcan
igual. No involucrados con lo que les acontece, ausentes en su presencia cotidiana,
como si el tiempo requiriese el sacrificio ritual de dejarlo correr hasta el final. Final
de cuarto medio, último día de clases, cierre del ciclo secundario.
Introducción 11
Consideraciones metodológicas
La perspectiva de investigación
Según Jesús Ibáñez, es posible resumir los cánones comunes que suelen utilizarse
para caracterizar cualquier investigación en torno a tres perspectivas que resaltan
distintos elementos en el estudio de los fenómenos psicosociales (Ibáñez, 1992).
La perspectiva distributiva, que aplica la dimensión referencial de lo dicho en
una conversación —su contenido informacional sobre algo—, haciendo posible el
intercambio del dato por un objeto, un número, por ejemplo. En esta perspectiva
12 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
se alcanzan niveles métricos de medida, en los cuales el dato posee propiedades adi-
tivas o multiplicativas, por lo que permite «decir sobre cosas o hechos lingüísticos»
(Grondona y Flores, 1998). En esta perspectiva nada se deja al azar; de lo que se
trata es de reducir el azar, pues lo relevante es el orden, diríamos, conocer el orden
y comportamiento de determinado conjunto de variables que interesa estudiar en
un universo acotado. Como es de suponerse, son ejemplos centrales de esta pers-
pectiva el cuestionario y la encuesta social (Ibáñez, 1992).
La perspectiva estructural pone énfasis en la propiedad del lenguaje que nos per-
mite intercambiar términos por otros dentro del mismo campo del lenguaje —una
expresión por otra— a nivel de los ejercicios simbólicos que hacen posible la co-
municación. Se utilizan niveles no métricos de medida, lo que nos permite «decir»
del lenguaje mediante el lenguaje (Grondona y Flores, 1998). Se trata, entonces, de
reproducir una selección de las relaciones que existen entre los elementos de un
sistema y que en definitiva configuran la particular estructura social de sentido que
le «impone» un orden, que la visibiliza ante el investigador y su tarea. Dentro de
esta perspectiva las técnicas más prototípicas son la entrevista semidirectiva y, por
sobre todo, el grupo de discusión.
Por último, la perspectiva dialéctica, descrita por Ibáñez (1992), tiene por fun-
ción «transformar en abierto lo cubierto, poner de manifiesto lo latente, simular
lo disimulado», permitiendo al grupo social, enmarcado dentro de un conjunto de
determinantes contextuales históricas e institucionales, «devenir sujeto». A través
de ejercicios de «provocación», que operan como un dispositivo analizador, es po-
sible visibilizar, hacer emerger las problemáticas que parecían antes estar ocultas
al «conocimiento» del sujeto estudiado, permitiéndole un proceso analítico que
en último caso puede llegar a transformar las condiciones subjetivas, históricas e
institucionales en las cuales los sujetos sociales se desenvuelven. Este tipo de pers-
pectiva se inscribe en la llamada «investigación social de segundo orden» que «de-
vuelve» a los sujetos los resultados, integrándolos al proceso de transformación y
cambio que todo ejercicio de conocimiento implica.1 El ejemplo recurrentemente
citado de esta perspectiva es el socioanálisis, existiendo hoy una tendencia progresiva
de desarrollo en este marco.
Según Ibáñez (1994) estas perspectivas implican, partiendo desde la de mayor
complejidad (socioanálisis), simplificaciones progresivas, procesos cada vez más
controlados, rígidos y planificados a nivel del diseño metodológico, y de los resul-
Los métodos
Los autores
Valparaíso, agosto de 2009
Agradecimientos
La juventud se impone como la etapa en que se debe definir el futuro, en que los
sueños de la infancia se vienen encima, se vuelven problema del presente (Dávila,
Ghiardo y Medrano, 2006).
2008:51). No hace falta ir tan atrás en el tiempo para apreciar como se corrobora lo
anterior. Para una joven que actualmente termina estudios terciarios, es posible que
sus padres apenas hayan terminado estudios secundarios, y que sus abuelos sólo
hayan cursado unos pocos cursos de primaria. Esto representa un vuelco en la valo-
ración que ha adquirido la educación como factor movilizador, pero además tiene
consecuencias en los itinerarios de vida. Esa misma estudiante retrasa la maternidad
por sus estudios, o la hace compatible con ellos, siempre y cuando tenga respaldo a
tal decisión, pues en caso contrario sus posibilidades suelen restringirse a los años de
estudio de la enseñanza media. La mayor parte de las generaciones actuales han con-
cluido estudios secundarios, y, posteriormente, no pocos son los que han optado por
estudios terciarios o insertarse al mundo del trabajo, pero ello no implica que estos
últimos no puedan volver a retomar en forma paralela o segmentada sus estudios.
Este cambio estructural ha generado al interior del campo educativo preguntas
sobre cómo la institución escolar se ha ido adaptando o no a las nuevas genera-
ciones que llegan a sus aulas, pues la educación ha pasado en menos de 50 años
de ser una posibilidad sólo para una élite, a constituirse en una oportunidad para
públicos diversos y plurales, especialmente en lo que se refiere a los orígenes so-
ciales de éstos. Lo anterior ha implicado que nuestro sistema escolar, que responde
a nuestra particular forma de concebir el espacio social, haya respondido con una
nueva forma de segmentación. Así fue planteado hace algunos años en Los deshe-
redados (Dávila, Ghiardo y Medrano, 2006): no tenemos un solo tipo de escuela, y
eso muchas veces se corrobora en que no a todos se
les enseña por igual, e incluso que no a todos se les
enseña todo. A estas alturas de la consolidación
A estas alturas de la consolidación del modelo del modelo educativo,
educativo, no es aventurado afirmar que quien tiene no es aventurado afirmar
dinero accede a una educación que le dará más y que quien tiene dinero accede
mejores herramientas necesarias para insertarse a la a una educación que le dará más
sociedad en un escenario más favorable. Entonces, y mejores herramientas necesarias
la pregunta que nos ronda es ¿cuál es el escenario para insertarse a la sociedad
para los jóvenes que asisten a un liceo municipal? en un escenario más favorable.
La respuesta parece obvia. Es drástico afirmar que
el horizonte de posibilidades es más bien limitado,
pues el paso por el liceo intenta dotar a cada estu-
diante de destrezas y conocimientos, pero que según las evidencias de muchos
estudios e investigaciones realizados en nuestro país, muestran que claramente les
resultan insuficientes. Esta investigación busca arrojar algunas luces o señas por
dónde puede intentarse alguna explicación satisfactoria, desde el punto de vista de
los sujetos estudiantiles.
20 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Los conceptos estructuras de transición y trayectoria sirven para explicar las condiciones
juveniles, ya que ofrecen la posibilidad de aunar nociones temporales y estructu-
rales que se expresan de forma particular en la juventud, como los proyectos de
vida, los anhelos sobre lo que desean realizar o alcanzar, es decir, los jóvenes en
esta etapa cimientan las posibilidades del futuro, en el cual las decisiones y sueños
se enmarcan desde una posición social establecida, cada joven se desenvuelve en
un contexto dado, donde lo objetivo y subjetivo dialogan. «En este juego entre
presente y futuro, [...] entre lo ideal y lo posible, que los jóvenes se van haciendo
adultos y ocupando un lugar en la sociedad, configurando su transición y trazando
su trayectoria» (Ghiardo y Dávila, 2008:53).
Las diferentes expresiones de estructuras de transición que se puedan presen-
tar dependerán de los hitos que han de marcar la vida de los jóvenes, ya que los
cambios junto a las decisiones, configuran según su secuencia, orden y tiempo,
diversas formas de recorrer el camino hacia la vida adulta. Así también, la edad y
las formas que va adquiriendo este recorrido son establecidas y reproducidas social
y culturalmente.
Los estudiantes viven una condición común, una transición hacia el mundo adulto
que es inevitable, y ello al mismo tiempo los hace diferentes entre sí, porque los
caminos y las posiciones van estableciendo un trazo —al que hace alusión Bour-
dieu con el término de trayectorias—, marcando en definitiva las perspectivas de
futuro. Si bien la escolarización de la juventud ha intentado sobreponer una base
para poder acceder a mejores oportunidades, los puntos de partida son iguales, pero
los ritmos aún son lo suficientemente distantes entre sí para hablar de acceso a las
mismas oportunidades.
Junto a lo anterior, las condiciones en las que se inscriben estas trayectorias se
ubican en un plano distinto —pero no alejado del concepto de transición—, pues
como plantea Bourdieu, la trayectoria social de cada individuo en general, y de los
estudiantes en particular, puede ser representada como un trazado inscrito en un
espacio, que es también social, en el que convergen las dimensiones de capital eco-
nómico y de capital cultural.
bables que conducen a unas posiciones más o menos equivalentes […]. De ello se
desprende que la posición y la trayectoria individual no son estadísticamente indepen-
dientes, no siendo igualmente probables todas las posiciones de llegada para todos los
puntos de partida (Bourdieu, en Montes y Sendón, 2006:383-384).
Las trayectorias que los jóvenes van formando a su andar son parte de un complejo
ensamble de elementos, tanto individuales como colectivos, ya que las decisiones
del presente se ven influidas por el recorrido familiar y por las posibilidades institu-
cionales a las que puedan acceder. Con esto se pretende mostrar que la institución
educativa también juega un rol en la construcción de las trayectorias. Pues una de
las funciones es dar orientación para que el estudiante pueda optar con toda la ne-
cesaria y suficiente información entre varias opciones posibles. Función que puede
ser interrogada, debido a que la igualación de la estructura de oportunidades cae
más en el acceso al sistema que en asegurar reales posibilidades de inclusión fun-
cional a la sociedad, en una estructura abierta y múltiple de posibilidades.
Esta ubicación estructural de las trayectorias se puntualiza cuando se habla de
las relaciones de poder entre los grupos sociales, pues cada grupo busca posicionarse
en la sociedad. Es así como «las posiciones estructurales y las disposiciones subjetivas
que producen para las trayectorias importan el grupo social de origen, el nivel de edu-
cación alcanzado, el tipo de establecimiento escolar» (Dávila, Ghiardo y Medrano,
2006:57). No por nada se habla del sello que pueda
impregnar el liceo en los estudiantes, es como si pa-
sara a segundo plano la formación recibida, existien- Las trayectorias que los jóvenes
do un elemento simbólico más potente: «sólo dime van formando a su andar
dónde estudiaste». Así también, el valor desraizado son parte de un complejo
de la educación, que pasó de tener valor en sí mismo ensamble de elementos,
al valor del proceso, el sólo estar o pasar. tanto individuales como colectivos,
Dada la gran importancia que se le da a la edu- ya que las decisiones del presente
cación hoy en día —la legitimación de su discur- se ven influidas por el recorrido
so—, la escolarización es un paso natural para todo familiar y por las posibilidades
joven, en el que se debiera complementar la for- institucionales a las que
mación, en tanto joven ciudadano y futuro adulto, puedan acceder.
como un paso ineludible y tiempo significante para
la vida. Una observación importante al respecto es
que estamos frente a una generación de jóvenes más «escolarizados», y se presenta
en estos términos, ya que si bien el sistema educativo ha logrado cubrir a gran parte
de la población en edad escolar, la distribución de conocimientos o las condiciones
en la que se realiza este proceso no es igual para todos. Además, que los mismos
estudiantes han mostrado que este paso por la institución escolar es necesario y no
tiene alternativa, y que por lo tanto van en búsqueda de las oportunidades que se
puedan presentar, y el paso por el liceo representa aquello.
22 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
En un intento por conocer cómo piensan y sienten el lugar que los alberga cada día,
el liceo es indudablemente un espacio que adquiere significado, pues la proyección
de las posibilidades futuras se da en este contexto, en el cual la institución escolar
juega un rol de facilitador o mediador de aquellas. Considerando al mismo tiempo
Capítulo 1: Sujeto joven y trayectorias estudiantiles 23
que cada joven la vive de forma única, dándole un sentido propio a su labor de ser
alumno (Baeza, 2001), es decir, cada cual significa su estar en el liceo, y el por qué
levantarse en la mañana se convierte en una tarea que no se puede postergar, ni
menos justificar.
El liceo se ha convertido en un paso obligado para miles de jóvenes, y junto
con ello las posibilidades de poder ser más que sus padres o simplemente «ser al-
guien» en la vida, anhelo compartido por padres e hijos por igual. Este espacio, en el
que convergen sueños, anhelos y también frustraciones, tiene como función, entre
otras, la de integración de los jóvenes a la sociedad, que cambia a pasos agigantados
y que lleva consigo nuevos desafíos; los cuales ponen a la vista la contradicción y
antagonismo entre la conservación del orden, la reproducción, la socialización y la
formación de ciudadanos.
Si planteamos que el liceo es «el espacio» de las oportunidades, tanto para el
desarrollo personal, para establecer relaciones con los pares y autoridades, como
también un espacio para adquirir aquellas herramientas que les servirán para el
futuro, sea por medio del trabajo o seguir estudios terciarios. Esto es, en parte, lo
que nos deberían expresar los alumnos en sus expectativas de la institución que
forma parte de sus vidas cinco días a la semana y varios meses del año, de la cual
no cabe ninguna duda que tienen la «esperanza de obtener aquellas competencias
y habilidades que les ayudarán a insertarse como sujetos no marginados en nuestra
sociedad» (Cerda et al., 2000).
Capítulo 2
Caracterización del Sujeto Joven
Quién es y cómo es el joven que hoy inunda los patios y salas de clases de los esta-
blecimientos Benjamín Vicuña Mackenna e Industrial de Puerto Montt, Agrícola
de Ancud, Punta de Rieles de Los Muermos y Manuel Jesús Andrade de Chonchi.
Cuáles son sus preocupaciones y aptitudes para la labor escolar que desarrolla co-
tidianamente en su lugar de estudios. Cómo se percibe en el mundo globalizado y
conectado a través de internet y las repercusiones que esta situación tiene sobre su
vivencia, ésa que se siente y vive en el sur de nuestro país.
Éstas y otras preocupaciones y experiencias buscamos desentrañar a través
de un recorrido por las principales opiniones, percepciones y vivencias que ex-
perimentan los jóvenes estudiantes en estos liceos. Para ello hemos recurrido al
desarrollo de una encuesta en línea que fue desarrollada completamente en los la-
boratorios y salas de computación de sus respectivos liceos. Las opiniones, percep-
ciones y vivencias que recogemos en torno a su experiencia educativa en los liceos
municipales constituye un acercamiento hasta el momento inexistente en dichas
latitudes y representa un esfuerzo y aporte a descorrer ese tupido velo que cubre y
ensombrece al estudiante, ese sujeto que concurre al liceo, pero del que no se tiene
mayor información sobre sus anhelos y sentires.
A continuación, iniciamos este esfuerzo de
ir dando luz sobre quién es el joven estudiante de
algunos de los liceos prioritarios de las provincias Representa un esfuerzo
de Llanquihue y Chiloé y lo hacemos a partir de y aporte a descorrer ese tupido
un acercamiento sobre lo que consideramos es una velo que cubre y ensombrece
primera y circunstancial caracterización de necesi- al estudiante, ese sujeto
dades e intereses. que concurre al liceo,
pero del que no se tiene
1. El joven estudiante mayor información
sobre sus anhelos
La encuesta fue respondida por un total de 1.671 es- y sentires.
tudiantes repartidos en los cinco liceos participantes
del estudio, cuya distribución por género es la si-
guiente: hay un 60,4% de hombres y un 39,6% de mujeres.
26 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Género
Liceo
Masculino Femenino
Industrial de Puerto Montt 84,6 15,4
Benjamín Vicuña Mackenna 37,0 63,0
Punta de Rieles 48,4 51,6
Agrícola de Ancud 57,5 42,5
Manuel Jesús Andrade 47,1 52,9
Es padre o madre
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%
Sí No
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven
27
28 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
En cuanto a un perfil que podríamos definir como más negativo, cercano a las de-
nominadas conductas de riesgo o actividades riesgosas, nos encontramos que son
acciones desarrolladas claramente por una minoría de jóvenes, así fumar al menos
dos cigarrillos al día (21,5%), beber alcohol al menos una vez por semana (17,2%),
consumir alguna droga ilícita al menos una vez por semana (6,9%), siendo esta
última una actividad de mayor peso entre los jóvenes hombres que mujeres (73%
v/s 27%). En tanto la presencia de actividad sexual se constata en un porcentaje más
bien alto para el rango etario,1 siendo reconocido por un 39,3% de los estudiantes,
de los cuales el 63% son hombres y el restante 36% mujeres. Esta información es
coincidente con otros estudios de carácter nacional como las Encuestas de Juven-
tud elaboradas por el Instituto Nacional de la Juventud (2000; 2004; 2006) y otras
desarrolladas por Cidpa en el ámbito escolar.
Mientras que los jóvenes activos sexualmente que usaron algún método de protec-
ción en su última relación alcanza al 55,4%, de los cuales los hombres representan
el 63% y las mujeres el 37%. Este número es 12 puntos porcentuales menor al
arrojado por la V Encuesta Nacional de Juventud; en ella el 67% de los jóvenes del
rango 15 a 19 usó métodos de protección.
Por otra parte, un tercio de los jóvenes participa de alguna organización social,
lo cual representa un dato especialmente relevante,2 dado la imagen negativa que
socialmente se tiene sobre la juventud y la participación social. Por otra parte, un
18,6% de los jóvenes es parte de alguna tribu juvenil. Sólo uno de cada cinco jóve-
1 La muestra de estudiantes alcanza a los 1.671 casos, los que se concentran en un 94%
entre las edades de 14 a 18 años.
2 En la IV Encuesta Nacional de Juventud el porcentaje de jóvenes que declara partici-
par en algún grupo u organización alcanza al 47,8%. En la V Encuesta el porcentaje de
participación actual se eleva hasta el 49,7%.
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven 29
nes desarrolla alguna actividad de tipo artístico o cultural, en tanto leen los diarios
regionales o nacionales al menos una vez por semana un grupo de 51,8%, más se
informan principalmente por los noticiarios de la televisión (81,8%). En tanto, el
77,6% lee sólo los libros obligatorios del colegio. En cuanto a la posibilidad de via-
jar, prácticamente 4 de cada 10 jóvenes ha viajado fuera de su región y un 14,1% lo
ha hecho fuera del país.
Liceo
Industrial Vicuña Punta Agrícola Manuel Total
Ingreso
Mackenna de Rieles Andrade
Por otra parte, los dos liceos ubicados en la comuna de Puerto Montt son los que
tienen una mejor condición económica relativa, pues se ubican en mayor pro-
porción en los tramos siguientes de la escala, algo más atrás les sigue el estableci-
miento Manuel Jesús Andrade de la comuna de Chonchi. En todo caso, poco más
de dos tercios de los estudiantes viven en hogares que en conjunto se encuentran
por debajo de los 275 mil pesos mensuales. Según el índice de costo de la vida en
regiones, Puerto Montt se encuentra ubicada en el lugar Nº9 (76.51), siendo una
ciudad considerada intermedia en cuanto al costo monetario de residir en ella, por
otra parte Santiago sería —según este estudio— la más cara con un índice 100
(udd, 2007).
En cuanto a la percepción de los jóvenes estudiantes sobre las condiciones
económicas de sus hogares, vemos que en promedio el 58,8% de los entrevistados
percibe que se llega con lo justo a fin de mes; no obstante un 22,4% percibe que el
dinero falta a fin de mes en sus hogares. Esto significa que el 81,2% de los entrevis-
tados percibe que efectivamente la escasez o ausencia de dinero es una variable que
está presente cotidianamente en sus interacciones familiares.
70 65,6 63,6
60 58,6
55,2
51,3
50
40
30,7
30
23,6 23,3 23,5 23,7
21,3 18
20 17,8
11,1 12,7
10
0
Industrial de Benjamín Punta de Agrícola de Manuel Jesús
Puerto Montt Vicuña Rieles Ancud Andrade
Mackenna
Sobra el dinero a fin de mes Llegamos con lo justo a fin de mes Nos falta dinero a fin de mes
Desde todos los ámbitos del quehacer nacional e internacional se nos presenta el
momento actual como aquel en el cual la velocidad y la interconexión, especial-
mente digital, son características distintivas de otros períodos. El mismo proce-
so de abordaje del estudio desarrollado en los liceos del sur contempló el uso de
computadores y conexión en línea a través de laboratorios informáticos y salas de
computación de los establecimientos.
No hay ninguna duda que las tecnologías se han hecho parte del entorno, su
utilización se relaciona con todo tipo de actividades cotidianas, es la protagonista y
mediadora de procesos que antes necesitaban, tanto de tiempo y espacios distintos.
También, no cabe duda que son los jóvenes quienes tienen una relación «na-
turalizada» con las tecnologías, para ellos son mucho más amables que para los
adultos, a pesar de que esta situación no es común a todos, porque está limitada
por la condición socioeconómica y la localización territorial, muchas veces no sólo
depende de ella, sino que el posicionamiento acerca de la familiaridad va más en
el conocimiento, que en la tenencia de artículos tecnológicos. Además, es común
en el ambiente en el cual se desenvuelven las tecnologías como herramientas de
uso cotidiano, tanto para la entretención como para la comunicación, representan
oportunidades más que amenazas y, considerarse dentro del «mundo de las tic» es
una característica común para la gran mayoría de los jóvenes.
No obstante, lo que se desprende de algunas de las respuestas dadas por los jó-
venes del sur, es una óptica quizás menos entusiasta respecto a ese discurso principal
enunciado anteriormente o, al menos, con matices que es necesario considerar.
En cuanto al uso o relacionamiento con artefactos propios del momento que
se vive, los estudiantes que reconocen tener un celular propio alcanzan a 8 de cada
10 encuestados, en tanto el 63,1% tiene y usa correo electrónico y más de la mitad
(55,7%) posee un reproductor de música personal (MP3 o MP4); no obstante un
70% dice no tener blog o fotolog propio, lo que constata con uso generalizado de
las otras tres herramientas, éstos no forman parte aún de su propio espacio comu-
nicativo.
32 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
70
Tiene blog o fotolog
30
19,3
Tiene Celular
80,7
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Sí No
Respuestas*
Frecuencia de conexión
Nº Porcentaje
Nunca lo he utilizado 2.721 40,7%
Casi nunca 937 14,0%
Al menos una vez por mes 496 7,4%
Al menos una vez por semana 1.789 26,8%
Todos los días o casi todos los días 741 11,1%
Total 6.684 100,0%
* Análisis de respuesta múltiple.
70
64,2
58,8
60
50
40
28,5
30
24,5 21,2
21,8
20
15,3
6,6 11,5 9,2 9 9,8
10 8,7 7,8
3,1
0
Nunca lo he Casi nunca Al menos una vez Al menos una vez Todos los días o casi
utilizado por mes por semana todos los días
75,6
80
70 64,2
58,8
60
50
40
28,5
30
21,8 24,5 21,2
20 15,3
10,9 11,59,2 8,7 7,8 9 9,8
10 6,6 6,6 4,3
2,6 3,1
0
Nunca lo he utilizado Casi nunca Al menos una vez por Al menos una vez por Todos los días o casi
mes semana todos los días
7
5,3 6 6,1
6
5,3 5
4,7 4,5 4,5 4,8
5
4,1 4,3 4,2
4
2,9 3 3
3
0
Nunca lo he Casi nunca Al menos una vez Al menos una vez Todos los días o casi
utilizado por mes por semana todos los días
b) Consumo cultural
En esta dimensión concurre por otra parte una racionalidad propiamente especí-
fica del usuario o consumidor, el que viene a «construir un universo intangible con las
mercancías que elija» (ibídem). De ahí que la adquisición de un tipo de libros por
sobre otros, de música, la asistencia a eventos culturales..., define o genera al menos
una idea de los elementos que preocupan, motivan o movilizan a una persona, en
este caso a los estudiantes. De ahí que también el consumo cultural no sólo tiene
38 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Estos mismos indicadores cuando se observan a la luz del género de los encues-
tados nos señalan que los hombres tienen una diferencia de 25 puntos por sobre
las mujeres para quienes no compran libros. Ahora, de quienes compran libros
los hombres en todos los rangos establecen una diferencia a su favor entre 11 y 18
puntos porcentuales. Lo que significa que independiente del rango de adquisición,
los hombres compran más libros que las mujeres.
En tanto que al medir el rango de lectura efectiva —en número de volúmenes
leídos durante el último año— también tenemos diferencias importantes. Así, el
40,6% de los encuestados reconoce no haber leído libros en el último año, a este
le sigue en representación el rango bajo de lectura (de 1 a 3 libros), los que en
conjunto alcanzan al 77,8% de los estudiantes, que como se aprecia o no leen o
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven 39
Femenino Masculino
En cuanto al consumo cultural relacionado con el cine, los resultados no son muy
distintos que los del ámbito lector. El consumo de cine también es bajo. En salas de
3 Ya en el contexto del proceso de trabajo más amplio desarrollado con estos liceos, en-
marcado en la implementación del Programa Liceos Prioritarios del Mineduc, hemos
observado y analizado, mediante la utilización de instrumentos —esta vez del tipo
diagnósticos pedagógicos—, bajos niveles de logro en la habilidad general de com-
prensión lectora, la cual se desarrolla principalmente a partir de la lectura de distintos
tipos de textos.
40 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
cine es tanto más bajo que el cine arrendado o comprado en dvd. Ante esto debe-
mos mencionar que de los liceos participantes sólo dos de ellos se encuentran en la
ciudad de Puerto Montt, siendo ésta la única ciudad que cuenta con salas de cine.
En las otras tres ciudades no existe esa posibilidad, lo que seguramente también
impacta en estos negativos indicadores.
La música es un arte con mayor presencia en los jóvenes, un elemento que
casi podríamos adivinar. La frecuencia de asistencia a conciertos y tocatas de igual
forma no es muy alta. Sólo un 1% ha ido, por lo menos, a cinco eventos musicales
en los últimos doce meses. Un 10,9% afirma haber ido a una tocata en el último
año. Sin embargo, cuando se trata de comprar, bajar o copiar música, los indica-
dores aumentan. La gran mayoría de estudiantes adquirió nueve o más cd en los
últimos doce meses. Un 20,2% lo hizo a través de la compra y un 27,5% lo copió o
lo bajó utilizando internet. Lo cual estaría dentro del índice de entretención en el uso
de internet, como lo vimos antes, el cual se encuentra en segundo lugar detrás del
índice de comunicación.
Y respecto del índice de asistencia a eventos de orden cultural formal, como
exposiciones, charlas o teatro, los resultados no varían su tendencia negativa. El
evento cultural masivo más visitado corresponde a los eventos deportivos (55,1%)
los que, como sabemos, no colaboran directamente en la generación de capital cul-
tural, que como sostenemos es uno de los principales déficits de estos alumnos y a
los cuales la escuela debe su razón de ser.
Asimismo, las exposiciones de pintura, fotografía o escultura, los museos, las con-
ferencias, el teatro y la poesía no superan el 35% de asistencia. Y de ellos, el evento
de menor interés u oportunidad de asistir son los recitales poéticos o encuentros
literarios con un 7,4%. Lo cual es coherente con el escaso consumo de lectura. Es
decir, los estudiantes desarrollan de forma mínima su relación con la literatura, en
cualquiera de sus formatos.
A modo de síntesis general, vemos que tanto en los indicadores referidos a las
tecnologías de la información y en aquellas relacionadas con pautas de consumo
cultural, especialmente en actividades que procuran la generación y fortalecimien-
to del capital cultural de los estudiantes, lo que prevalece es la ausencia o la escasa
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven 41
Sujetos dotados de una ‘plasticidad neuronal’ y elasticidad cultural que [...] es más
bien apertura a muy diversas formas, camaleónica adaptación a los más diversos con-
textos y una enorme facilidad para los ‘idiomas’ del video y el computador (Barbero,
1999:35).
Incluso en este debate que aún no comienza —y que como veíamos en el apartado
sobre los medios informáticos— la escuela más bien resiste y resiente en su lógi-
ca formativa, nos plantea la tremenda cuestión de la integración o la segregación
cultural y simbólica de estos estudiantes, pues como lo sostiene Sunkel en una
dramática interrogante:
¿Dónde quedan los jóvenes excluidos de la sociedad de la información los que, como
lo ha señalado Martín Barbero, seguirán siendo una mayoría si la escuela no asume
el reto de asumir la tecnicidad mediática como dimensión estratégica de la cultura?
(Sunkel, 2002:10).
c) Pautas de escolarización
un 12,6% de éstos alcanza una calificación que se ubica entre el 6,0 y 7,0 lo que en
cualquier establecimiento es considerado muy bueno.
Al observar los resultados por género del encuestado, tenemos que el 64,9% de los
hombres señala que su promedio está entre 5,0 y el 5,9. Mientras un 23% tiene
entre un 4,0 y un 4,9. A su vez las mujeres, también se concentran en la categoría
entre 5,0 y 5,9. En tanto la mayor diferencia porcentual se establece a favor de las
mujeres que poseen un promedio entre el 6,0 y 7,0.
En este contexto del rendimiento de los estudiantes, les consultamos por la
actitud de sus padres cuando obtienen malas notas, frente a ello nos afirman en
primer lugar que los padres ante esta situación exigen que mejore sus resultados,
esto es en un 65,7% de los casos, la segunda lógica es la de retar a sus hijos con el
15,6%.
Por género del entrevistado, estos guarismos cambian y donde el peso principal
lo llevan los hombres, sólo en el caso que los padres no dicen nada, las mujeres
representan los dos tercios del grupo. Esto tiene dos posibles interpretaciones: una
que en general a las mujeres parece irles mejor en cuanto a resultados académicos y
por tanto no es necesario «presionarlas»; la otra es que las expectativas de sus padres
referidas a sus logros académicos es menor, por tanto no importa sus resultados.
Esta explicación puede tener su correlato en la variable «me exigen que mejore»,
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven 43
pues las cifras son muy similares a las anteriores, pero al revés: se les exige más a los
hombres que a las mujeres. En ambos casos, se puede afirmar que efectivamente el
género del estudiante es un factor que está influyendo en la actitud de los padres a
la hora de reaccionar frente a las malas notas o resultados académicos deficitarios.
Me exigen que
64,9 35,1
mejore
Me ayudan a
59,4 40,6
estudiar
Femenino Masculino
ii) Dificultades de aprendizaje. Del total de jóvenes considerados en este estudio, una
parte muy importante de ellos reconoce tener algún tipo de dificultades a la hora de
enfrentar los requerimientos académicos de su establecimiento. Reconoce alguna
dificultad un total de 82,7% de los entrevistados, en
tanto quienes no tienen dificultades de aprendizaje
alcanzan al 17,3%. Según el género de los encues-
Una parte muy importante
tados en relación con las dificultades de aprendizaje de ellos reconoce tener algún tipo
tenemos que no existe diferencia entre ellos, es decir, de dificultades a la hora
que el género del entrevistado no influye en que ten- de enfrentar los requerimientos
gan o no dificultades de aprendizaje. académicos de su establecimiento.
Al momento de indagar más específicamente
cuáles son las dificultades, encontramos que las prin-
cipales —se encuentran por sobre el 50% de jóvenes que tienen dificultades— se
relacionan con el manejo de idioma extranjero (inglés) 54%, seguido de resolución
de problemas matemáticos 52,6%.
44 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Procedimientos área
23,3 76,7
técnico profesional
Comprensión/expresión
54 46
idioma extranjero
Resolución Problemas
52,6 47,4
matemáticos
Sí No
4 En este punto, cabe recordar que en las evaluaciones diagnósticas realizadas, que abor-
daban las habilidades de Comprensión Lectora, Resolución de Problemas y Razo-
namiento Deductivo e Inductivo, los estudiantes evidenciaron serias dificultades en
todas las áreas evaluadas.
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven 45
uno de cada cinco jóvenes estudiantes, siendo claramente una situación que afecta
en mayor medida a los hombres, los que en líneas generales bordean los dos tercios
frente al tercio de damas. En esta situación de repitencia, encontramos que existe
un grupo conformado por el 4,7% del total de entrevistados para quienes la situa-
ción de fracaso ha sido una experiencia que se ha dado tanto en educación básica
como en educación media, constituyendo un grupo para quien el éxito escolar les
resulta una situación esquiva en sus biografías personales.
iv) Preocupación por los estudios y uso de técnicas de estudio. Frente a la cuestión
ineludible para el ámbito educativo y que es la interrogante por el grado de pre-
ocupación por los estudios que tienen sus estudiantes, los jóvenes que responden
el cuestionario tienen como tendencia principal el «siempre preocuparse por sus
estudios» la que alcanza al 49,3% del total de encuestados. Es decir, prácticamente
uno de cada dos jóvenes se preocupa constantemente por su desempeño, siendo
notoria en esta situación la mayor preocupación e interés de las mujeres por sobre
los hombres. También existe un 50,7% que se preocupa en grados diversos: desde
el que se preocupa sólo cuando está en riesgo de repetir (18,4%), cuando lo presio-
nan —especialmente sus padres— (17,8%), cuando se acaba el semestre o el año
(9,5%) y aquellos que dicen nunca preocuparse de los estudios que son el 5,1% del
total de jóvenes.
Otro asunto muy ligado al anterior, es aquel relacionado con el conocimiento
y uso de técnicas de estudio por parte del alumnado y, que constituyen los sopor-
tes y herramientas que deben facilitar el accionar académico y de adquisición de
aprendizajes, las que por lo demás no se agotan en el puro proceso de aprendizaje/
enseñanza desarrollado por el establecimiento. Al punto que hoy se requiere, a
decir de los expertos (Delors, 1995), de un instrumental que facilite la adquisición
permanente, mutable y dúctil de conocimientos y habilidades, el llamado «apren-
der a aprender durante toda la vida».
Así, más de la mitad de los entrevistados conoce
técnicas de estudio, pero las usa a veces, no regular-
mente, mientras que el grupo que sí las conoce y las
Existe una tendencia
utiliza permanentemente llega a un escaso 11%. De
muy fuerte entre conocer este último grupo, quienes mayormente las utilizan
y usar técnicas de estudio y tener son aquellos estudiantes que siempre están preocu-
una actitud de preocupación pados por sus estudios. Es decir, que existe una ten-
por lo educativo. dencia muy fuerte entre conocer y usar técnicas de
estudio y tener una actitud de preocupación por lo
educativo.
Capítulo 2: Caracterización del sujeto joven 47
60
53,6
50
40
30
20
15,4
11,1 11 8,9
10
0
No conozco técnicas Las conozco, pero Las conozco y las uso Las conozco y las uso Las conozco, pero
de estudio no sé cómo usarlas siempre a veces no me importa
aplicarlas
Sentimiento Porcentaje
Muy contento 22,8
Contento 42,9
Ni contento ni descontento 28,7
Descontento 2,7
Muy descontento 2,9
Total 100,0
Como refuerzo de esta mirada más bien positiva de la vida actual, los jóvenes es-
tudiantes se sienten mayoritariamente optimistas (65,7%), indiferentes (28,73%) y
pesimistas (5,6%). Desde la perspectiva de hombres y mujeres, estas últimas tienen
una marcada tendencia a ser menos optimistas e indiferentes que sus pares varones.
En cuanto a las condiciones que los jóvenes perciben como requisitos necesarios
para alcanzar la independencia de su núcleo familiar, vemos que la condición fun-
damental es la de lograr estabilidad económica, seguida a diez puntos por el hecho
de comenzar a trabajar. En la lógica de los jóvenes, el trabajo no es necesariamente
un indicador de independencia. Por otra parte, esta evaluación de posibilidades que
realizan los estudiantes se da con total independencia de la condición de hombre o
mujer, o lo que resulta lo mismo, el género no influye en la opinión sobre las condi-
ciones mínimas para independizarse del hogar familiar.
Siempre en esta lógica de pensar en el futuro, los jóvenes del estudio se plan-
tean como expectativa el vivir en pareja y con hijos (56,3%), pero hay casi un cuarto
de ellos que se piensa viviendo solo (24%). Sin embar-
go, frente a estas dos opciones principales vemos que
Las condiciones que los jóvenes el género del entrevistado marca una tendencia de im-
perciben como requisitos portancia. Son los hombres los que piensan principal-
mente en la opción de vivir en pareja y con hijos con
necesarios para alcanzar
una diferencia de 8 puntos sobre las mujeres. Como
la independencia de su núcleo
contrapartida, son las mujeres quienes más piensan en
familiar, vemos que la condición armar una lógica de vida en la que se inclinan por vi-
fundamental es la de lograr vir solas (a nueve puntos de diferencia). De hecho, esta
estabilidad económica. lógica de independencia se reafirma a partir de evaluar
la posibilidad de ser padre o madre a partir de dos op-
ciones que concentran el 65% de las opciones (haber
completado estudios 23,7% y tener una situación económica estable 41,2%). Por su
parte, las mujeres evalúan esta opción desde la lógica de completar sus estudios, lo
que evidencia sin dudas un rasgo de mayor autonomía y desarrollo personal, el que
contrasta con sus pares varones, quienes al parecer tienden a ser más conservadores
en sus opiniones sobre el futuro que imaginan.
Capítulo 3
LOS JÓVENES ESTUDIANTES Y EL LICEO
Los estudiantes al pasar del primer al segundo ciclo medio experimentan trans-
formaciones en su percepción del liceo, las que influyen en sus expectativas y pro-
yecciones de las trayectorias educativas que desean construir. Las experiencias al
interior del liceo constituyen un marco contextual que impacta en las estructuras
de transición, las que a su vez influirán en las proyecciones futuras. «La transición
es un proceso inevitable, común a todo individuo y presente en todo momento
histórico. Siempre y en todo lugar los niños crecen, se convierten en adultos» (Dá-
vila, Ghiardo y Medrano, 2006:72). Los tiempos y horarios escolares hacen que los
jóvenes pasen la mayor parte de su tiempo en el espacio del liceo. Por ello, este pe-
ríodo se torna relevante por cuanto la experiencia en el liceo se extiende al menos a
cuatro años de su vida, no así la experiencia escolar que en la gran mayoría de estos
jóvenes se extenderá por 14 años. La vida en el «espacio liceo» es hoy en día más ex-
tensa que en épocas anteriores, ya sea por la cobertura que ha alcanzado el sistema
educativo chileno o por la importancia que las familias asignan hoy a la escolaridad.
«Que en la actualidad los jóvenes estudien más que en épocas anteriores constituye
un fenómeno que ha cambiado la estructura de las transiciones» (ídem:73). Pero en
definitiva el elemento relevante es el tiempo. Cuatro años en la vida de un sujeto
son determinantes, «no incluirlo significa dejar fuera un elemento generador de
estructuras de transición diferentes» (ídem:71). Tal es el fundamento que orienta a
conocer y analizar lo que los estudiantes perciben al interior del liceo como miem-
bros activos y partícipes de sus dinámicas.
acuerdo con la interrogante (45,3%), la respuesta que denota indiferencia está sólo
2,5 puntos más abajo, lo que estadísticamente no permite aseverar que se impone
la primera por sobre la segunda preferencia.
60
50 48 47,3 48,6
50 45,9 45,3
44,7 42,8
40 36,7
34,9
30
20 15,3
15,1 11,9
8
10 5,4
0
1ºMedio 2ºMedio 3ºMedio 4ºMedio Total
Desde nuestra perspectiva, esta es una opinión que queda en suspenso, tiende a
ocultar más bien una opinión negativa sobre los docentes y que según las condi-
ciones dadas tiende a aflorar o bien a ocultarse. El hecho de que esta encuesta haya
sido una experiencia remota, desarrollada en los laboratorios o salas de computa-
ción acompañados por el docente encargado y dirigida por la escuela, pudo contri-
buir a la notoriedad que adquiere la respuesta neutra.
Este interés, que en forma no tan conclusiva reconocen en sus docentes, se
manifiesta en el discurso argumental presente en los grupos focales. De este modo
los jóvenes estudiantes expresan su aprecio por el que sus profesores supieran ge-
nerar confianza en ellos y los ayudasen a superar sus problemas. A esto se refiere
una estudiante del Liceo Agrícola de Ancud al hablar de sus docentes. Sin embar-
go, debemos señalar que este interés y apoyo no sería una característica presente
en todo el cuerpo docente, sino más bien de algunos de ellos: no constituye un
elemento estructural y permanente, sino específico. Ello implica en cierta forma,
que es una actitud personal de algunos de sus docentes, pero en ningún caso una
dinámica del establecimiento como sistema.
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 51
Un día le cuento mis problemas a profesores que tenemos así harta confianza. Y me
decían «no tienes que irte, vas bien, cómo vas a dejar que los problemas no te dejen
estudiar», cosas así que siempre me dan como más ganas
de seguir estudiando. Yo creo que eso es lo que tiene el
liceo en comparación con otros colegios. Que en el liceo
yo creo que los profesores, excepto uno o dos, son todos Así encontramos que
buena onda y todos te aconsejan (Liceo Agrícola). los estudiantes no manifiestan
absoluto acuerdo con que
Por otra parte, una de las características positivas que re- sus profesores apoyen
saltan los jóvenes de los grupos de discusión es el apoyo sus metas.
académico que dicen recibir de sus profesores. Señalan
como beneficioso el hecho que ante una ausencia a una
prueba o una baja calificación, los profesores busquen la forma de favorecerlos (sea
encontrando una nueva fecha de evaluación o la repetición de la misma) para que
logren mejorar sus resultados. No obstante, en la perspectiva de los jóvenes, estas
instancias serían propias de los liceos municipalizados y no del sistema escolar en
su conjunto.
En cambio acá preguntan los profesores, tratan de hacer lo posible para darte otra fe-
cha, correrte la evaluación si tienes problemas. En cambio en otros colegios no (Liceo
Agrícola).
Por ejemplo cuando los alumnos tienen muchos problemas de conducta o de notas,
académicos, los ayudan a superarlos. En algunas partes, por ejemplo, en los liceos
emblemáticos, los echan no más (Liceo Benjamín Vicuña Mackenna).
Sin embargo, este apoyo atribuido a los docentes en los grupos focales no se refleja
del todo en los resultados de la encuesta. Así encontramos que los estudiantes no
manifiestan absoluto acuerdo con que sus profesores apoyen sus metas. Sólo un
par de segmentos, los hombres de cuarto año medio y las mujeres de primer año
medio, están de acuerdo con que los docentes apoyan sus metas. Claramente el
peso de las opiniones se encuentra en el segmento de estudiantes que afirma no
estar ni de acuerdo ni en desacuerdo con la afirmación. En este caso igualmente
nos inclinamos por el comentario desarrollado en el gráfico anterior relacionado
con la fuerte presencia de opiniones neutras.
52 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
60
45,5 45,3
50
42
38,1
40
30
16,3
20
12,7
10
0
De acuerdo Ni de acuerdo ni en En desacuerdo
desacuerdo
Femenino Masculino
Respecto de las asignaturas, los estudiantes en general están de acuerdo con que
sus profesores conocen bien su área del conocimiento. Esta opinión asume mayor
fuerza entre los estudiantes hombres en quienes alcanza el valor más alto. Sin em-
bargo, tal parece que la forma de organizar la enseñanza de sus asignaturas, esto
es, planificar y desarrollar la clase, no alcanza el mismo grado de acuerdo entre los
jóvenes que la afirmación anterior. Tal es así, que en general es sólo un poco más
de un tercio de los estudiantes (36% hombres y 33,1% mujeres) quienes están de
acuerdo con esta afirmación, en tanto los restantes dos tercios se reparten entre la
neutralidad (50%) y el desacuerdo (15%). Esta afirmación de los jóvenes es de ca-
pital importancia, pues en el desarrollo de la pedagogía, si bien es muy importante
el conocimiento que se tiene de la disciplina, aún más lo es el hecho de planificar
adecuadamente el proceso que se lleva en el aula y que es el momento en que los
docentes enseñan y recrean para sus estudiantes los dominios, competencias y ha-
bilidades que éstos deben alcanzar a fin de utilizarlas en sus vidas.
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 53
70
58,1
60
51
50
37,2 34,6
40
30
20
11,8 7,3
10
0
De acuerdo Ni de acuerdo ni en En desacuerdo
desacuerdo
Femenino Masculino
60
50 50,5
50
40 36
33,1
30
16,9 13,5
20
10
0
De acuerdo Ni de acuerdo ni en En desacuerdo
desacuerdo
Femenino Masculino
60
50,1 46,1
50
39,5
40 34
30
14,4 15,9
20
10
0
De acuerdo Ni de acuerdo ni en En desacuerdo
desacuerdo
Femenino Masculino
Una perspectiva interesante surge al analizar tres aspectos evaluados por los jóve-
nes estudiantes: la innovación, creatividad y energía que muestran los profesores
hacia los estudiantes en su desempeño profesional. Vemos que existe coincidencia
entre hombres y mujeres de primer año medio sobre que los profesores hacen
cosas nuevas (44,2%), ayudan a ser creativos (42,5%) y poseen energía y entu-
siasmo (44,7%). Pero este acuerdo sólo se produce en los jóvenes de primer año,
entre los estudiantes más pequeños y que se han incorporado de forma reciente a
la enseñanza media y que al momento de aplicar el instrumento se encontraban
al término del primer semestre. Esta perspectiva podría explicarse por la situación
de novedad que representa para un joven estudiante terminar la enseñanza básica
y entrar a la educación media e ingresar así a un mundo nuevo de dinámicas es-
colares, donde en general los docentes disciplinarios son de un nuevo nivel, junto
con la implicancia que tiene para la mayoría de los estudiantes el haber ingresado
a un nuevo establecimiento. Pero —y he aquí el dato significativo— este acuerdo
con el entusiasmo, la innovación y la creatividad de los docentes, se rompe desde
segundo año medio en adelante. Así lo reflejan los datos que hemos recogido y que
presentamos en la tabla resumen. Podemos ver en ellas que en promedio los estu-
diantes no están ni de acuerdo ni en desacuerdo con que sus profesores hagan cosas
nuevas, ayuden a ser creativos y posean energía y entusiasmo. En tanto que estos
atributos sólo se reconocen como efectivos en alrededor de 4 de cada 10 jóvenes
estudiantes de los establecimientos.
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 55
Los docentes
Nivel
de acuerdo Hacen cosas Ayudan Poseen energía
nuevas a la creatividad y entusiasmo
En desacuerdo 19.5 17.1 13.3
Ni de acuerdo
42.6 46.4 45.0
ni desacuerdo
De acuerdo 37.9 36.5 41.7
Acá mismo en el liceo. Los profesores me hacen clases. Algo así como un preuniver-
sitario. Si, yo arreglé con ellos (Liceo Agrícola).
Esto segmenta la valoración que hacen los estudiantes de sus profesores. Los lleva
a clasificar entre los profesores accesibles y los no accesibles. La relación entre los
jóvenes estudiantes y el sistema educativo está en demasía mediada por las relacio-
56 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Hay profesores que te la pueden conseguir, los mismos profesores jefes, o simple-
mente nosotros. Eligen a los mejores promedios y ésos los elige el liceo [...]. A los que
no tienen tan buen promedio también los eligen, también le buscan, pero como que
van en un segundo lugar. Como que se da una jerarquía (Liceo Punta de Rieles).
Este tipo de relación posee bases afectivas que de una u otra manera deben res-
catarse, ya que un sistema no excluye a las personas. Existe interés de parte de
los profesores hacia los estudiantes. De no ser así este tipo de interacciones no se
sucederían. Lo criticable es que no existan parámetros más objetivos que puedan
conducirlas, pues es deber del maestro estar disponible para todos sus estudiantes y
no sólo de «algunos», pues ante todo esta relación docente/estudiante debe ser una
interacción formativa. No hay que olvidar que por sobre cualquier considerando
la docencia es una labor ejercida por profesionales a quienes la sociedad les confía
una tarea, que es la de guiar a las nuevas generaciones.
A lo mejor en otro colegio no podría conocer a los profesores. Ahora uno conoce a
profesores íntimamente, sus problemas de repente. Aprende a conocerlos por dentro.
En cambio en otro colegio yo no creo que hubiera sido lo mismo. Aquí entre alumnos
y profes se conocen. Yo valoro harto conocer a mis profes, porque igual te das cuenta
que ellos igual son iguales (Liceo Agrícola).
b) Evaluación de la infraestructura
Sobre los espacios físicos existentes en cada uno de los establecimientos, las opinio-
nes en general de los estudiantes son marcadamente negativas, al punto que tan sólo
uno de los espacios consultados «laboratorios de computación» alcanza la categoría
de bueno (45,4%). Los otros espacios considerados salas de clases (63,8%), mobi-
liario (56,9%), servicios de alimentación (49,2%), espacio de almuerzo (49,1%),
bibliotecas (47%) y patios (41,8%) son considerados como regulares. Mientras que
baños (51,5%), casinos (50,1%), laboratorio de ciencias (49,9%), instalaciones de-
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 57
portivas (43%) y talleres de especialidad (40,5%) son evaluados como malos por los
estudiantes.
Claramente al observar las cifras vemos que los estudiantes expresan mayores
grados de disconformidad con los espacios que deben transitar diariamente. Esto
puede llegar a tener repercusiones también en el ámbito educativo o de los resul-
tados, no obstante en nuestra indagación no exploramos más profundamente en
este tópico.
La Jornada Escolar Completa (jec) surge como proyecto estratégico del Ministerio
de Educación con la clara intencionalidad de contribuir a obtener mejores resulta-
dos y desempeños de los estudiantes. Sin embargo, esta declaración de intenciones,
en general no se ha hecho efectiva. Al punto de que los jóvenes estudiantes con-
sultados tienen una opinión más negativa que positiva de la experiencia que les ha
correspondido vivir con esta política nacional de educación.
De hecho tan sólo un cuarto de los consultados (24,9%) considera que ésta
ha significado una ayuda al momento de mejorar la calidad de la educación que
se imparte en los liceos. Siendo en este caso que la opción de estar «ni de acuerdo
ni en desacuerdo» es la principal de las alternativas señaladas por los estudiantes
(50,4%).
Si la jec contribuye a proteger a los estudiantes de los peligros de la calle,
vemos que en la principal respuesta de los jóvenes es nuevamente la indiferencia
que se expresa en el «ni de acuerdo ni en desacuerdo» con 44,5%, seguida bastante
más atrás de la opción que señala estar de acuerdo con la
afirmación y que alcanza al 30,7%.
Sobre la posibilidad que la jec contribuya a mejo- Los jóvenes estudiantes
rar la convivencia entre los distintos actores del liceo, consultados tienen
nuevamente «ni de acuerdo ni en desacuerdo» se empina una opinión más negativa
hasta el 46,3%, en tanto que la alternativa que expresa el que positiva de la experiencia
acuerdo con la afirmación alcanza el 19,4%. que les ha correspondido vivir
Por otra parte, la jornada escolar completa sólo ha con esta política nacional
reducido las tareas para la casa en los estudiantes de cuar- de educación.
to año medio. Cuestión en la que coinciden hombres y
mujeres. El resto de los niveles de educación media en
el caso de los hombres la rechaza, es decir, no existe la percepción entre estos es-
tudiantes que las tareas hayan disminuido desde la implementación de la jec. Por
su parte las mujeres de primero y segundo medio están mayoritariamente «ni en
acuerdo ni desacuerdo» con la afirmación.
58 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
40
33,7 34,6
35
31,8
30
25
20
15
10
5
0
De acuerdo Ni de acuerdo ni en En desacuerdo
desacuerdo
50
42,8
45
40
31,8
35
30
25,3
25
20
15
10
5
0
De acuerdo Ni de acuerdo ni en En desacuerdo
desacuerdo
Finalmente, a los estudiantes les consultamos por una opinión sintética que resu-
ma en una frase sus percepciones, vivencias y experiencias en el contexto de la Jor-
nada Escolar Completa. Al respecto se pronuncian a favor de la jec un 48,3% de los
entrevistados, por el contrario no consideran que la jec constituya un aporte a sus
vivencias estudiantiles un 51,7%. Al observar por liceo, llama la atención que los
dos liceos ubicados en Puerto Montt, que podemos considerar claramente como
liceos urbanos, son los que evalúan en modo más negativo la implementación de la
jec, que como señaláramos es una apuesta gubernamental para el ámbito educativo,
destinada a favorecer la calidad de los aprendizajes de los jóvenes estudiantes, y que
ha demandado ingentes recursos públicos para su financiamiento.
60 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
70
62,5
59,6 56,6
60 54,7
51,8
45,3 48,2
50 43,4
40,4 37,5
40
30
20
10
0
Industrial de Benjamín Punta de Agrícola de Manuel Jesús
Puerto Montt Vicuña Rieles Ancud Andrade
Mackenna
La evaluación del ambiente en los liceos se exploró a partir de una serie de com-
ponentes del clima interno de cada establecimiento y que fueron abordados en su
momento por la encuesta a estudiantes y en los grupos de conversación.
De esta forma tenemos que algunos de los conceptos que se relevan en los gru-
pos de discusión son tolerancia y responsabilidad. Un estudiante del Liceo Benja-
mín Vicuña Mackenna manifestó que la tolerancia es uno de los valores que más ha
aprendido en el liceo. Él destaca aquel rasgo ya que se asume en el pasado como un
sujeto intolerante, pero el hecho de tener que convivir en el liceo con muchas otras
personas jóvenes ha hecho que su intolerancia se transforme paulatinamente.
Y acá me ha servido porque he aprendido a tolerar harto a las personas. Sí, he conocido
harto. Es que era medio intolerante [...]. Es que he conocido hartas personas acá y he
tenido que aprender no más a estar con ellos todos los días, conversar con ellos, por-
que no me quedó otra que tolerarlos no más (Liceo Benjamín Vicuña Mackenna).
Por otro lado, las jóvenes mujeres del Liceo Manuel Jesús Andrade de Chonchi
coinciden al decir que lo que más han aprendido en su liceo es el sentido de la
responsabilidad, fundamentado esto en las diferencias que ellas reconocen entre la
enseñanza básica y media. La misma opinión surgió en la discusión con los jóvenes
del liceo Industrial de Puerto Montt.
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 61
A ser responsable yo creo. Acá son bien estrictos [...]. Igual por los trabajos. En básica
te esperaban si te atrasabas, pero ahora no. Acá igual te esperan, pero te ponen el uno.
Antes no. Hay que apurarse. Te exigen más [...]. Es que lo que dicen mis compañeras,
es lo que más se da acá, es lo que más se nota, la responsabilidad (Liceo Manuel Jesús
Andrade).
Te dicen que hay que ser puntuales. La responsabilidad diría yo [...]. Lo que más resal-
tan acá es la responsabilidad, porque cuando uno está en la básica por lo menos daba
lo mismo ir, pero acá no (Liceo Industrial).
Siguiendo con el análisis del ambiente que se vive en los liceos, existen también
algunos rasgos que no son del todo positivos y son percibidos por los estudiantes
como señales que definen cómo se trabaja y estudia al interior de un liceo. Estos ele-
mentos son un clima de mediana democracia, el tema del orden que tiende más al
desorden, y lo referente a considerar a sus liceos como escasamente modernos, que
como ya señalábamos es un aspecto que hace mucho sentido a los estudiantes.
El tema del orden constituye una narración recurrente entre los jóvenes que
participaron de los grupos focales. Por un lado, el orden de comportamiento y de
vestimenta los lleva a experimentar diferencias entre ellos y con estudiantes de
otros liceos. No quiere decir esto que los jóvenes perciban que ellos —como liceos
municipales— sean menos ordenados que los jóvenes de otros liceos, sino que al
referirse al orden de los alumnos de su liceo o de otros, el uniforme fue un elemen-
to que comúnmente se usó para ejemplificar lo que querían decir.
A ver... El «de las monjas»1 se caracteriza por el uniforme, siempre andan ordenados.
Siempre. Y si usan alguna chaqueta, tiene que ser la roja. Y creo que eso se diferen-
cia de nosotros, que nosotros acá podemos traer chaquetas de cualquier color (Liceo
Punta de Rieles).
He visto saliendo a personas de mi liceo y a personas del Liceo Politécnico, pero son
como más ordenados, más reservados, tienen una apariencia física mejor, y aparte tam-
bién se les nota que tienen una clase social más alta, de acuerdo a la imagen que entre-
gan. Eso es realmente. Es más la apariencia física (Liceo Manuel Jesús Andrade).
Salen y yo creo que si uno los ve, yo digo «esos no son un liceo emblemático»,2 por-
que, por ejemplo, andan pero súper desordenados en lo que respecta a la vestimenta,
y creo que como personas, está bien, pueden ser muy inteligentes y todo (Liceo Ben-
jamín Vicuña Mackenna).
1 Refiriéndose a los estudiantes del Liceo Ramón Ángel Jara de Los Muermos que,
junto al Punta de Rieles, son los dos liceos que tiene esa localidad.
2 Haciendo referencia a otro liceo de la ciudad de Puerto Montt que —se supone— es
de los emblemáticos de la ciudad.
62 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Existe, y de forma más significativa, en estos jóvenes una confusión respecto de las
formas que asume la flexibilidad de sus liceos cuando no asisten a alguna prueba o
cuando obtienen una mala calificación final, como lo expresa una joven estudiante
del Liceo Agrícola de Ancud, situación que tiene su versus en el incumplimiento
—del propio sistema— de las reglas administrativas establecidas por cada uno de
los liceos. De este modo, los estudiantes perciben que el sistema escolar, al interior
de los liceos, no es riguroso en el cumplimiento de las normas, lo cual influye de
forma negativa en la percepción que ellos desarrollan de sus liceos. Y a esto hacen
referencia algunos estudiantes del Liceo Industrial de Puerto Montt y una joven
del Liceo Manuel Jesús Andrade de Chonchi.
En cambio tengo tres compañeros que están al lado en el liceo,3 y los profesores lle-
gan, hacen sus clases y se van. Por ejemplo, en escasas ocasiones preguntan cuál fue
el problema porque faltó a una prueba, y le mandan el uno no más. En cambio acá
preguntan los profesores, tratan de hacer lo posible para darte otra fecha, correrte la
evaluación si tienes problemas. En cambio en otros colegios no (Liceo Agrícola).
Por lo menos el hombre que estaba acá denante,4 ese es inspector nuevo. Él llegó y
quiso poner sus reglas, pero le es difícil, porque los alumnos ya casi todos están adap-
tados a lo que ellos quieren. Duró dos semanas no más y después ya se acostumbró y
dejó pasar. Porque es difícil guerrear uno contra todos los alumnos que hay acá que
son como 700 alumnos. Y más si hay una costumbre (Liceo Industrial).
Sí. Eh. Es que a principio de año no más son estrictos. Después de relajan. No nos
pescan. De mayo o junio ya no pescan (Liceo Manuel Jesús Andrade).
3 Liceo Domingo Espiñeira de Ancud que se ubica a un costado del Liceo Agrícola.
4 Un inspector que gestionó el grupo focal y la presencia de los estudiantes; es un ins-
pector nuevo en el Liceo Industrial.
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 63
acerca de cómo afecta, este mentado orden o desorden, en la enseñanza que reci-
ben y en su formación pensando en el futuro. Para los jóvenes la flexibilidad y la
ausencia de formalidad en aspectos académicos y disciplinarios es un aspecto posi-
tivo, pero no lo es cuando se señala e impone una regla y luego ésta —a causa del
tiempo y la poca rigurosidad— se pierde y no se practica más. Eso hace mermar la
valoración que ellos hacen de sus liceos, de sus directivos y sus profesores.
Por otro lado, compartir con compañeros y compañeras nos lleva a compren-
der la importancia de las relaciones personales como elementos que influyen so-
bremanera en las condiciones subjetivas en que se desarrolla el paso por el sistema
educacional. Teniendo en cuenta ambas cosas, es preciso indagar en cómo ven los
estudiantes el ambiente que se vive en sus liceos.
Para dimensionar adecuadamente las opiniones sobre aquello que estamos
denominado ambiente en el liceo, hemos generado un constructo a partir de varios
indicadores presentes en la encuesta,5 el que nos viene a confirmar que efectiva-
mente existe relación entre la opinión de los estudiantes y dos preocupaciones o
temas que se visualizan como centrales: la relación interpersonal o la importancia
de la valoración de la subjetividad presente en la interacción existente entre estu-
diantes y sistema educativo (docentes, directivos, estudiantes); y por otra parte, la
importancia que tiene para estos jóvenes en el proceso educativo, la consideración
por la necesidad de fomentar y sostener el desarrollo e impulso de la creatividad y
una enseñanza moderna.
Como las dos dimensiones componentes de la opinión sobre el clima del liceo
están relacionadas, es posible resumir toda la información en una sola unidad de
medida o índice. Luego, lo que se observa es que las opiniones generales o promedio
difieren dependiendo del liceo del que se trate y que se reflejan en el gráfico 19.
5 En la elaboración de este índice se consideran las preguntas que abordan: trato de sus
docentes, comunicación, apoyo percibido, integración, motivación y responsabilidad.
Esto, pues son los que mayor consistencia le otorgan al constructo «clima escolar».
64 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
4,5
4
3,3 3,2
3,5
3,6
3
2,5 2,3
2
2,1
1,5
1
0,5
0
Industrial de Benjamín Vicuña Punta de Rieles Agrícola de Manuel Jesús
Puerto Montt Mackenna Ancud Andrade
Así, el liceo donde la opinión promedio es más positiva, según sus estudiantes, es
el Liceo Manuel Jesús Andrade, mientras que las opiniones más negativas sobre el
clima escolar experimentado en su establecimiento corresponden a los estudiantes
de los liceos Industrial y Benjamín Vicuña Mackenna, ambos de Puerto Montt.
En esta lógica, la opinión sobre la confianza que existe entre los alumnos hacia
el proceso educativo y relacional que se vive al interior de estos establecimientos
varía significativamente, según se pertenezca a un liceo u otro. De este modo, quie-
nes mayormente valoran la confianza que sienten hacia el liceo son los estudiantes
de los liceos Manuel Jesús Andrade de Chonchi y Liceo Agrícola de Ancud. Por el
contrario, los estudiantes que en mayor medida desconfían del proceso educativo
que experimentan son los jóvenes del Liceo Industrial de Puerto Montt.
Desde la perspectiva del clima escolar, un constructo eminentemente subjeti-
vo y que cada uno de los estudiantes construye y evalúa como existente en su liceo,
y que está conformado en gran medida por los elementos descritos en párrafos an-
teriores, vemos que existe una importante y significativa relación entre una evalua-
ción positiva del clima escolar y aquellos estudiantes que asisten al establecimiento
con la noción de que éste los dota de una preparación para el futuro; y del mismo
modo, también existe una relación significativa en los que por el contrario evalúan
negativamente el clima escolar de su establecimiento y que concurren al estableci-
miento pero que consideran una obligación asistir a él.
En tanto, aquellos jóvenes que consideran que sus docentes tienen interés por
sus estudiantes son los que mejor opinión tienen del clima que se vivencia en sus
liceos, muy por el contrario quienes consideran que esta preocupación es inexis-
tente poseen la opinión más negativa sobre el tópico en cuestión. Del mismo modo
los estudiantes que admiten como posibilidad o manifiestan interés de cambiarse a
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 65
70
60,6
56,8
60
51,7 53,3
50
40
26,4 30,4 28
30
16,8 19,1 20,4 17,9 18,7
20
10
0
1º Medio 2º Medio 3º Medio 4º Medio
70
61,8
60
52,5
50
40,8
40
34,6
30
20
10 6,5
3,5
0
Muy preparado Preparado No preparado
Femenino Masculino
Sin embargo, en las mujeres, las estudiantes de tercero y cuarto medio (segundo
ciclo) se sienten preparadas, mientras que las jóvenes de primero y segundo medio
(primer ciclo) dicen no estar preparadas para una instancia como es rendir la Prue-
ba de Selección Universitaria.
Los grupos focales nos otorgan algunas señales sobre el tipo de evaluación que
hacen los jóvenes de cómo los preparan en sus respectivos liceos para rendir dicha
prueba (psu).
Es que en nuestro curso no se toca tanto el tema de lo que es la psu, porque, por
ejemplo, ya nosotros nos inscribimos, pero somos tres o cuatro que van a dar la psu,
porque la carrera se enfoca en otros contenidos, en otras áreas, pero para la psu no hay
mucho incentivo ni de los alumnos ni de los profesores, sino que todos están con esa
mentalidad de que «no, si yo voy a terminar, voy a hacer mi práctica y voy a trabajar»
(Liceo Manuel Jesús Andrade).
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 67
Deberían reforzar más lo que es el tema de la psu. Por último, sí se podría hacer, por
voluntad de los profesores, por último quedarse una hora a ayudarnos o dejar un
minuto en la clase como para ayudar a prepararnos en la psu (Liceo Benjamín Vicuña
Mackenna).
La relación con la psu, como se observa, es diversa y con una amplia variedad de
aproximaciones. Ya que, si bien tiene una relación directa con la continuidad de es-
tudios universitarios, no es en absoluto evaluada sólo desde esta perspectiva por los
estudiantes. Así, algunos de los jóvenes participantes de los grupos de conversación
señalan que la psu en algunas instituciones de educación
superior no sería requisito para cursar estudios superio-
res, y se aferran a esa posibilidad, pues los libera de un
Algunos de los jóvenes
obstáculo que afecta o entorpece su trayectoria educa-
participantes de los grupos
cional. Para otros jóvenes la prueba representa algo así
de conversación señalan que
la psu en algunas instituciones
como una experiencia más de vida que, aun cuando no
de educación superior no sería
ingresen a la universidad, les gustaría vivir para integrar
requisito para cursar estudios
a su capital social y experiencial, tal y como lo señaló
superiores, y se aferran
un joven estudiante de Puerto Montt. En este mismo
a esa posibilidad, pues
sentido, señalaron también que para optar a algunos
los libera de un obstáculo
trabajos piden de forma específica haber rendido la psu
que afecta o entorpece
aunque no les fuese bien. Así, la prueba pasa a tomar
su trayectoria educacional.
un carácter de requisito laboral al igual como lo es, por
ejemplo, la situación militar al día.
Igual es como una experiencia. Una experiencia más que tú te das en la vida. O sea,
puedes contar al final, «di la psu» [risas]. O tú saber ya cómo es la psu. Porque de
repente, por lo menos en un tema de conversación, «oh, sabes que me fue mal en la
psu», y tú no sabes qué opinar, porque no sabes qué onda la psu. Yo igual estoy inscrito
en la beca. Igual el primer año no es para decir «ya, voy a sacar puntaje nacional». Es
68 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
más que nada para saber cómo es la psu. Hasta el mismo profe nos dijo, cuando nos
inscribimos, dijo «si ustedes quieren se inscriben, pero les aseguro que esto es como
una experiencia». Por lo menos ya vamos a saber de qué se trata, cómo se rinde. Para
el próximo año estar más preparado (Liceo Industrial).
En otra arista del mismo tema, y siempre en opinión de los jóvenes, ninguno de
los liceos incluidos en el estudio prepararía suficientemente a sus estudiantes para
rendir la psu. Esta es una opinión generalizada en los grupos focales, lo cual refuer-
za la evaluación que hacen de su preparación para la psu en la encuesta, la que es
considerada como deficitaria. Los estudiantes son enfáticos en señalar que el pro-
ceso de preparación para la prueba debiese ser más eficiente y que la presencia o no
de un preuniversitario es determinante. Observemos este conjunto de opiniones
respecto del tema que hacen estudiantes de tres de los liceos participantes del estu-
dio, lo que incluye el Liceo Benjamín Vicuña Mackenna de Puerto Montt, único
establecimiento científico humanista.
Acá no preparan nada. Yo creo que sí deberían hacerlo porque es una ayuda para noso-
tros más que nada. O sea, es bueno para complementar lo que hemos aprendido. Por
lo menos un taller en la tarde o un preuniversitario (Liceo Industrial).
Es que igual ellos saben [los profesores] quiénes la van a dar, quiénes están interesados
y quiénes no. Entonces ellos le hablan más de eso a los que saben que la van a dar. Por-
que puede que ya con el resto no tiene razón el hablar de eso. Se hace esa diferencia.
Deberían preparar más lo que es historia o ciencia. Creo que también se puede dar de
ciencia: biología, química y física. Entonces, deberían preparar más (Liceo Benjamín
Vicuña Mackenna).
Lo que pasa es que en otros liceos, en el Politécnico, por ejemplo, salen todos con su
carrera, pero los preparan para la psu. Bien preparados. Y eso es algo que no pasa acá
(Liceo Manuel Jesús Andrade).
60
53,6
47,6 46,2
50
40
34,2
30
20
12
6
10
0
Muy preparado Preparado No preparado
Femenino Masculino
Un punto crítico respecto a los intereses y motivaciones que los jóvenes partici-
pantes del estudio muestran en sus comentarios, especialmente relacionados con
la psu y la posibilidad de continuidad de estudios terciarios, está dado por la apa-
rentemente desinformación o tergiversación de la realidad. Así nos encontramos
con comentarios y afirmaciones que no se ajustan en lo más mínimo a la verdad, lo
que tiene por efecto directo sobre sus posibilidades y expectativas de transitar hacia
lograr sus metas en una trayectoria educativa más auspiciosa. De más está decir que
dichas inexactitudes crean mitos y contradicciones que por el momento parecen no
ser abordadas adecuadamente en sus liceos de origen. Lo cual constituye, además,
un foco de desigualdad pues se niega un derecho básico como lo es disponer de la
información adecuada y veraz, para tomar decisiones adecuadas a las necesidades
70 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
de cada cual, en este caso de acceder a rendir la psu y por su intermedio a los estu-
dios terciarios.
Femenino Masculino
respuestas de acuerdo al género del entrevistado, tenemos que entre los hombres
existe un segmento mayoritario que dice sentirse muy preparado para trabajar, el
cual alcanza a 3 de cada 4 jóvenes varones. En tanto en las mujeres, un segmento
mayoritario señala exactamente lo contrario, es decir, que no está preparada para de-
sempeñarse en un trabajo, situación que también alcanza un porcentaje mayorita-
rio 6 de cada 10 jóvenes mujeres que se encuentran en esta situación.
Femenino Masculino
Al analizar la distribución de esas opiniones, pero desde el nivel que se está cursan-
do en la enseñanza media, encontramos que los estudiantes de primer año medio
se imponen en dos de las tres categorías. Así, de los que se reconocen como «pre-
parado» (53,9%), casi un tercio de ellos se encuentra en primer año medio, en tanto
el menor grupo se encuentra en cuarto año medio. De quienes se reconocen como
«muy preparado» (28,6%) 4 de cada 10 jóvenes son de primero medio, mientras
que los estudiantes de cuarto medio son parte del grupo minoritario de jóvenes.
Entre quienes se ubican entre los «no preparado» (17,5%) el grupo nuevamente
mayoritario es el de los alumnos de primer año, quienes cuadriplican a los de cuar-
to medio.
Capítulo 3: Los jóvenes estudiantes y el liceo 73
100%
26,8 20,6 28,6
90% 32,4 29,9
80%
70%
60%
50% 46,7 54 57,2 65,4 53,9
40%
30%
20%
20,9 16,1 17,5
10% 15,9 14
0%
1º Medio 2º Medio 3º Medio 4º Medio Total
Por otra parte, los grupos focales nos ilustran, desde la perspectiva de los hablantes,
esta temática. En ellos vemos que los estudiantes apuntan en sus comentarios, a
que en sus liceos lo que más le han infundido es la relación que deben tener con
el trabajo, por lo que sentirse preparado para ello es un elemento que se les hace
común.
Porque nosotros como estamos en la especialidad agropecuaria, como que más nos
inculcan al tema de que aprendan a hacer esto, de que se hace de esta forma, esto otro.
Como que nos orientan más al ámbito agrícola (Liceo Punta de Rieles).
Yo, lo primero es hacer la práctica. Para titularse y todo. Y después buscar un trabajo
o tratar de trabajar en lo que te gusta. Yo por lo menos hacer eso. Y preparado estoy.
No tengo problemas porque ya tengo los conocimientos desde chico. Yo quiero seguir
trabajando. Como le dije anteriormente, a mí me gusta más trabajar que estudiar. Y si
necesito algo, de repente hay cursos, que son cursos que uno se perfecciona con eso
(Liceo Agrícola).
Capítulo 4
EXPECTATIVAS Y ASPIRACIONES:
LA CONSTRUCCIÓN DE TRAYECTORIAS
La experiencia formativa que provee la educación media: ésta debe ser relevante tanto para
la formación de la persona y del ciudadano, como para la prosecución de estudios superiores y
el desempeño en actividades laborales. La orientación genérica del conjunto de la experiencia
educativa, que luego se define como Formación General, es que ella sea relevante para
la vida integral de alumnos y alumnas, con independencia de sus opciones de egreso
(Marco Curricular Enseñanza Media, 2005; cursivas nuestras).
Yo creo que sería más preferible estudiar en ese vespertino, o sea, de noche, y de día
trabajar. Por ejemplo, de como las 8 a las 4. Y así en la tarde puedes estudiar (Liceo
Manuel Jesús Andrade).
Yo quiero estudiar educación diferencial. Y si no me resulta, algo que tenga que ver
con educación. Y yo creo que voy a trabajar y estudiar. Y eso me significa estudiar en
la noche acá en Puerto Montt, porque mi familia es de acá de Puerto Montt, si no,
no tendría dónde quedarme en otra parte. Quiero estudiar en la Universidad Santo
Tomás. Pero no sé si está de noche. Y si no está, ahí veré una forma de estudiar. Voy
a tener que saber hacerlo. Mi ideal, por lo menos hasta este momento, es trabajar y
estudiar (Liceo Punta de Rieles).
Esta relación entre trabajo y estudio se constituye como una opción con base en la
necesidad de solventar los estudios que los padres por uno u otro motivo no pue-
den sustentar. No obstante, y según los antecedentes aportados en el apartado so-
bre ingresos en el capítulo dos, efectivamente la situación de ingresos que registran
los hogares es más cercana al sueldo mínimo, siendo que más de dos tercios de los
hogares registran ingresos menores a los 275 mil pesos mensuales.
Lo anterior, seguramente influye para que la mayoría de los estudiantes entre-
vistados en los grupos focales señalara que su motivación para trabajar y estudiar
radica en la posibilidad de ayudar a sus padres con el financiamiento parcial o total
de sus propios estudios.
Yo también. Mi idea es trabajar y estudiar a la vez. Ojalá que pueda, porque para cos-
tearme lo que son las fotocopias, el viaje de repente. También si me tengo que ir lejos,
pensión. Y eso. Para ayudar a mi papá igual, porque mi papá es el único que trabaja en
mi casa. Mi hermana igual está en la universidad y más gastos (Liceo Benjamín Vicuña
Mackenna).
Igual yo quiero dar la psu. Si me va mal quiero hacer un pre y trabajar para pagar el pre.
Y así comenzar el otro año y ponerme a estudiar (Liceo Manuel Jesús Andrade).
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 77
70
64,8
60
52,7
47,3
50
35,2
40
30
20
10
0
Trabajar Continuar estudios
Femenino Masculino
Es posible observar que son los estudiantes hombres los que mayores proyecciones
hacen hacia el mundo laboral, lo cual viene a constituir claramente una trayecto-
ria de muy corto alcance, tanto en materia de estudios
como de proyecciones laborales asociadas al capital es-
colar acumulado al término de la educación media. En El proyecto de egreso,
este contexto, y al observar al interior de los ciclos de abordado ampliamente
enseñanza, los hombres del primer ciclo son quienes se en la encuesta, confirma
muestran mayormente dispuestos a un proyecto laboral, la diferencia de trayectorias
en tanto los del segundo ciclo una vez instalados en éste, proyectadas por los hombres
el último de la educación formal obligatoria, reconocen de primer y segundo ciclo,
un cambio en las proyecciones dando pie a expectativas a la vez que confirma
de mayor escolaridad. las diferencias entre
Por su parte, las jóvenes mujeres tienen, ya lo veía- hombres y mujeres.
mos en apartados anteriores, como proyecto de egreso
al término de la enseñanza secundaria la continuación
de estudios superiores. Quizás lo más interesante o relevante de esta posición y
expectativa es que es una opinión transversal a los cuatro niveles de estudio, per-
maneciendo estable durante los cuatro años de educación media en torno al 64%,
78 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
lo que prácticamente representa a dos tercios de las mujeres consultadas. ¿Por qué
las jóvenes estudiantes mujeres tienen mayores expectativas de trayectoria que los
hombres? Es una pregunta que intentaremos dilucidar en este proceso.
Recordemos, en este punto, que la mayor meta educacional (meta escolar) se
presenta como variable eje bajo la cual se determinaron los tipos de trayectorias con
los cuales hemos de analizar el comportamiento de los estudiantes de estos liceos
participantes de la investigación. Una trayectoria inmediata es aquella que pretende
finalizar —en cuanto a la experiencia educativa formal— con el término de la edu-
cación media; una trayectoria cercana o mediata es aquella que se asocia con continuar
estudios en la educación terciaria en modalidad de Centro de Formación Técnica
que implica agregar al menos dos años de estudios alargando la experiencia educa-
tiva formal a 14 años de escolaridad; y la trayectoria que hemos denominado distante, para
aquella que se proyecta a la enseñanza universitaria que en cualquiera de sus moda-
lidades implica al menos cuatro años de estudios formales, con lo cual la trayectoria
educativa de estos jóvenes alcanzaría un mínimo de al menos 16 años de estudios.
Al analizar los datos obtenidos encontramos que existe una tendencia bas-
tante similar a las tablas o gráficos anteriores, manteniéndose las tendencias so-
bre tipos de trayectorias en hombres y mujeres. Los estudiantes varones proyec-
tan como tendencia global una trayectoria inmediata (terminar enseñanza media)
fundamentalmente en el primer ciclo. Aunque es interesante observar que dichos
valores cambian cuando aislamos por grupos a quienes sólo tienen como meta la
educación media y agrupamos a los que pretenden una trayectoria más distante, la
que en conjunto nos arroja que entonces el 58,6% de los jóvenes hombres tienen
como meta continuar estudios superiores en cualquiera de las modalidades. Por su
parte, las mujeres continúan proyectando con énfasis una trayectoria más distante
asociada a estudios en Centros de Formación Técnica o la Universidad. Siendo la
primera prioridad la formación universitaria y luego la ofrecida por un Centro de
Formación Técnica, ambas en conjunto suman al 70,5% de las mujeres, es decir,
estas jóvenes tienen efectivamente metas muy altas en materia educativa.
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 79
60
45,5
50
41,3
40
29,5
29,6 29
30
25
20
10
0
Enseñanza media Centro de Formación Universitaria
Técnica
Femenino Masculino
Por otra parte, y siempre en el ámbito de las metas educativas, cuando analizamos
los antecedentes por establecimientos vemos que existen marcadas diferencias en-
tre unos y otros.
De ahí, quizás lo más relevante es que en todos los
establecimientos analizados el rango de estudiantes que
se plantean como meta sólo culminar con los estudios Lo más relevante
medios es minoría. En este sentido sólo los jóvenes del es que en todos
Liceo Agrícola de Ancud se plantean esta posibilidad en los establecimientos
un 50,6%, es decir, de cada dos jóvenes uno pretende ce- analizados, el rango
rrar su ciclo formativo en cuarto medio, el otro se pro- de estudiantes
yecta en alguna alternativa de educación superior. Las ex- que se plantean como
pectativas en torno a la continuidad de estudios son altas, meta sólo culminar
dependiendo del establecimiento, llegando en el Liceo con los estudios medios
Benjamín Vicuña Mackenna al 79,9% que se proyecta a es minoría.
estudios terciarios, donde de cada 10 jóvenes de este li-
ceo, 8 están proyectándose hacia la educación superior y
dos aspiran únicamente a finalizar cuarto año medio.
80 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Yo, el otro año también quiero seguir estudiando electricidad hasta que termine. Sacar
lo más alto posible. Esa es mi meta. Bueno, me dedicaría a estudiar primero técnico
eléctrico, son cuatro años en la inacap, después ingeniería civil en electricidad que son
dos semestres más y ahí mismo (Liceo Industrial).
No obstante, al confrontar los datos, vemos que esta lógica discursiva tiene sus
diferencias de acuerdo al ciclo donde se encuentra el que «habla».
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 81
70
60
49,5
44,8 50,5 46,6
50
40
29,2
30 26,6
20,7 19
20 15,5
9,6
10 7,9
4,7
0
Campo laboral Afinidad con gustos Años de duración Costo de la carrera
Para los estudiantes del primer ciclo medio (primero y segundo medio) lejos la
principal consideración al plantearse estudios superiores es el campo laboral que
éste tenga; prácticamente con la mitad de los que se encuentran en este nivel y a
casi 23 puntos de diferencia del total de las opiniones, le sigue más atrás en sus pre-
ocupaciones la afinidad con sus gustos y habilidades personales. En el polo opues-
to, es decir lo que menos preocupación les causa, es el costo de la carrera y los años
de duración de ésta.
En tanto, para los jóvenes que se encuentran ubi-
cados en el segundo ciclo medio (tercero y cuarto) las
consideraciones varían de posición. Para este grupo, algo Algo más de la mitad
más de la mitad de los investigados opina que la afini- de los investigados opina
dad con los gustos y habilidades personales con las que que la afinidad con los gustos
se cuenta son el principal elemento a considerar, menos
y habilidades personales
de un tercio opina que el campo laboral es un elemento
con las que se cuenta
son el principal elemento
del cual preocuparse al momento de esta decisión. Por
a considerar
el contrario, están lejos de preocuparse por el costo de
la carrera y muy poco del tiempo que ésta demanda. En
ambos casos, los jóvenes del segundo ciclo medio están
por debajo del promedio en cada categoría.
82 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
a) Proyecto de egreso
80
67,9
70 63,4
63,1
58,5
60 54,4
51,1 48,9
50 45,5
36,9 36,6 41,5
40
32,1
30
20
10
0
Industrial de B enjam ín P unta de A grícola de M anuel Jesús To tal
P uerto M o ntt Vicuña R ieles A ncud A ndrade
M ackenna
Sí No
90
82,4 77,8
79,9 78,7 76,5
80
69,5
70
60
50
40 30,5
23,5
30
20,1 21,3 17,6 22,3
20
10
0
Industrial de B enjam ín P unta de A grícola de M anuel Jesús To tal
P uerto M o ntt Vicuña R ieles A ncud A ndrade
M ackenna
Sí No
Los jóvenes del estudio se muestran muy optimistas frente al futuro, alcanzando al
70,3% de los encuestados, le siguen aquellos que están en una posición intermedia,
es decir, ni optimistas ni pesimistas con 25,3% y los jóvenes que se reconocen como
pesimistas alcanzan sólo un 4,4% del total. Por género, las preferencias mantienen
sus tendencias, pero se establece una mayor cuota de optimismo en hombres que
en mujeres.
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 85
74,5
80
70 63,8
60
50
40
28,6
30
23,2
20
7,6
10
2,3
0
Optimista Ni optimista ni pesimista Pesimista
Femenino Masculino
86,2 86,1
90
80
70
60
50
40
30
20
12,6
8,3 5,4
10
1,3
0
Mucho esfuerzo Algún esfuerzo Poco esfuerzo
Femenino Masculino
Un dato relevante en esta lógica de graduación del esfuerzo que será necesario
desplegar para alcanzar los proyectos futuros ideados, es que según se avanza en el
itinerario escolar, el reconocimiento del grado de esfuerzo que habrá que desplegar
es mayor. Esta afirmación es más relevante aun cuando se analiza desde la óptica
de hombres y mujeres. Así, en el grupo de mujeres de primer año medio el 75%
considera un esfuerzo alto, mientras que del restante 25% considera que deberá
desplegar un esfuerzo medio y bajo. En tanto, al llegar a cuarto medio reconocen
un esfuerzo alto un 93% y un esfuerzo medio un 7%. No hay joven que crea que
no necesitara esforzarse para alcanzar sus metas en este nivel. Cosa bastante pare-
cida ocurre con los jóvenes hombres, pero con niveles algo menores que los exhi-
bidos por la mujeres (descienden desde el 16% en primero medio al 10% en cuarto
medio, en la categoría conjunta de poco o ningún esfuerzo).
Si bien no hay una total coincidencia en las trayectorias educativas que proyectan
hombres y mujeres, sí existe similitud en las expectativas que cada uno de ellos
desarrolla de acuerdo a lo que desea en su vida luego de enseñanza media. Jóvenes
hombres y mujeres en su mayoría tienen altas expectativas respecto de su futuro es-
colar y laboral. Recordemos que para estos jóvenes estudiantes no hay una secuen-
cia directa y unilineal que establezca estudiar para luego trabajar. Para ellos trabajo
y estudio poseen secuencias distintas que se organizan de acuerdo a sus necesidades
y planes bajo el contexto de sus propias estructuras de transición. De acuerdo a esto
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 87
En cuanto al estudio cuantitativo, vemos que existe en ambos géneros una alta ten-
dencia positiva en materia de expectativas educativas. El 50% de los entrevistados
se considera en este grupo: la mitad de los estudiantes considera que tienen altas
posibilidades de alcanzar o hacer realidad sus proyectos en el ámbito de las metas
educativas que se han trazado, aunque las mujeres muestran una leve disminución
de dos puntos porcentuales en este ámbito. Mientras que la existencia de media-
nas expectativas alcanza en promedio al 44,6% de los entrevistados, con lo cual
la ausencia o bajas expectativas de alcanzar sus metas en materia educativa es una
posibilidad que se evalúa como muy menor en estos jóvenes.
88 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
90
80
70
52,6
60
48,3 44,5 44,7
50
40
30
20
7,3
10
2,3
0
Altas Medianas Bajas
Femenino Masculino
70
63,9 61,4 57,7 57,2
60
50,4 47,2 52,6
50 46
36,5 41,3 39,1
40
28,7
30
20
7,5
10
2,1 2,4 1,4 1,1 3,7
0
Industrial Benjamín Punta de Agrícola de Manuel Total
de Puerto Vicuña Rieles Ancud Jesús
Montt Mackenna Andrade
En el lugar contrario vemos que se ubican los estudiantes del Liceo Punta de Rieles
(50,4%) y el Liceo Agrícola de Ancud (52,6%). Curiosamente, en ambos liceos se
imparte educación técnico profesional, sin embargo, ésta no parece impactar en las
expectativas que muestran sus estudiantes.
90 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
Como otra variable presente en el estudio nos adentramos en las expectativas que
tienen los estudiantes por lograr «estabilidad económica» en su futuro. Frente a esta
perspectiva, lo primero que se puede afirmar es que dicha estabilidad económica
tiene alta importancia para estos jóvenes. No obstante, que las expectativas eco-
nómicas son diferentes para hombres y mujeres, para ambos grupos la estabilidad
económica sería un elemento determinante para alcanzar la independencia de su
hogar y sus padres.
La necesaria estabilidad económica puede desarrollarse diferencialmente en
hombres y mujeres, siendo que de acuerdo a lo señalado anteriormente las jóvenes
tendrían menores expectativas económicas que los hombres. No obstante, parece
existir un factor que puede ayudar a comprender mejor dicha afirmación, y es la
mayor permanencia en el sistema escolar que proyectan las mujeres (recordemos
que sus trayectorias se proyectan más distantes que las de los hombres). Esto es
coincidente con otros estudios donde se señala que «esta mayor permanencia en el
sistema escolar también implica retrasar los hitos que van marcando las estructuras
de las transiciones» (Ghiardo y Dávila, 2008:65). Y argumentan:
En las últimas décadas se viene produciendo una tendencia generalizada entre la po-
blación joven a retrasar su autonomía y alargar sus condiciones de dependencia en
todos los tramos de edad y en ambos sexos, aunque más marcada aún en el caso de las
mujeres (Ghiardo y Dávila, 2008:65).
que no es menor en una sociedad tradicional como la chilena, donde el ideal sigue
siendo la pareja —casada— con hijos. Por otra parte, en este grupo que se proyecta
en una imagen algo más tradicional, las mujeres están 20 puntos por debajo de los
hombres, lo que establece una gran diferencia entre estos proyectos de vida. Por
otra parte, son justamente las mujeres quienes casi en un tercio de las preferencias
se plantean vivir solas a futuro. Y también son mayoría en la opción de vivir en pa-
reja pero sin hijos. Algo está cambiando en nuestra sociedad y las mujeres jóvenes
del sur están sintonizando en gran medida con dichas tendencias sociales.
80
64,3
70
60
50 44,2
40 33,1
30
18
20
13,5 10,8
9,2 6,9
10
0
Solo Con padres En pareja sin hijos En pareja con hijos
Femenino Masculino
Del mismo modo, a la hora de pensar en formar pareja, vemos en sintonía con las
observaciones anteriores, que la edad para formar dicha unión también sufre mo-
dificaciones importantes. La principal es que, efectivamente, tanto hombres como
mujeres han desplazado en el tiempo la constitución de una pareja estable, sea a
través del matrimonio o vivir en pareja. Y si bien en el tramo etario 21 a 25 años,
los porcentajes son casi similares para hombres y mujeres, en torno al 30% (un
dato significativo es que tanto en hombres como mujeres más de la mitad de estos
porcentajes se dan en los 25 años), hay una diferencia muy notoria en el segmento
siguiente. Así, los hombres en un 44,1% y las mujeres en un 30,3% desean formar
sus familias en este tramo etario de 26 a 30 años y donde nuevamente es el hito
de los 30 años el que marca fuertemente el grupo, pues en el caso de los hom-
bres representa el 30% de dicha opción, en las mujeres es menor su significación.
Mientras que en el segmento siguiente, ése que se proyecta desde los 31 años en
92 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
adelante, son las mujeres quienes en un 37,7% adhieren a dicha posibilidad. Los
hombres marcan un 23%.
50
44,1
37,7
40
30 29,9
30,3
30 23
20
10
1,7 3,3
0
20 años y menos entre 21 y 25 años Entre 26 y 30 años De 31 años y más
Femenino Masculino
Estos datos son coincidentes con estudios nacionales e internacionales que mues-
tran que los jóvenes abandonan el hogar de origen cada vez a edades más avanza-
das.
La V Encuesta Nacional de Juventud (injuv, 2006) establece un parámetro re-
lacionado con esta temática, pero estableciendo una comparación entre las edades
de los jóvenes y su abandono del hogar de sus padres, según nivel socioeconómico.
En esta lectura aparece una interesante perspectiva que señala que a menor nivel
de recursos económicos los jóvenes dejan el hogar de sus padres a edades más tem-
pranas. Siendo el grupo mayoritario el que se encuentra entre los 18 y 20 años de
edad. No obstante, en el grupo socioeconómico E y D una importante proporción
de jóvenes de ese segmento había dejado el hogar paterno en el tramo de edad de
los 15 a 17 años.
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 93
Nivel Socioeconómico
Tramos
Total ABC1 C2 C3 D E
de edad
Bueno, ojalá me alcance el puntaje para estudiar odontología. Me gusta mucho esa
carrera, no sé por qué. La única universidad en Puerto Montt que tiene esa carrera es
la San Sebastián, pero es que me dicen que es demasiado cara y que no voy a poder
costearla. Entonces, de ahí que yo he pensado en la Universidad Austral y la de Con-
cepción. Igual son caras, pero por lo menos voy a tener más ayuda. Pero igual con el
promedio que tengo puedo sacar alguna beca. Pero es que en la San Sebastián dicen
que tampoco dan muchas becas, porque es universidad privada. De hecho ya la beca
excelencia académica yo creo que ésa ya está y es harta la ayuda. Y el resto, aunque sea
que tenga que trabajar y estudiar al mismo tiempo (Liceo Punta de Rieles).
Yo no voy a hacer la práctica. Yo quiero sacar el cuarto medio. Para empezar voy a tener
que hacer seis meses de práctica, porque yo estoy ahí no más con las notas. Y no voy a ha-
cer la práctica. O sea, lo que yo pienso, lo que yo quiero es terminar y trabajar. Y después
irme al servicio militar para mujeres. Y mi meta es irme al servicio. Un año. Y si me pue-
do quedar más, me voy a quedar más. La cosa es salir e irme para allá (Liceo Agrícola).
Yo pienso seguir estudiando, pero resulta que si me va mal en la psu voy a hacer un
preuniversitario, y si tengo título eso me va a ayudar a conseguir un trabajo más fá-
cilmente, porque por ejemplo ahora, se me pide como mínimo el cuarto medio para
trabajar en cualquier cosa, ¿verdad? En cambio si tengo una especialidad en algo defi-
nido ya podría trabajar dentro de ese campo laboral. Aparte siento que también existe
harto campo laboral en lo que es la contabilidad, porque hoy día, si nos damos cuenta,
la base de la sociedad, una de las bases, se basa en la economía. En todas partes vemos
economía, comercio, y la contabilidad sirve para eso, para registro, lo económico, todo
ese tipo de cosas. Aparte que también me va bien en matemática, tengo buenas notas.
Pero la meta es la universidad (Liceo Manuel Jesús Andrade).
Hablando de las carreras preferidas, se imponen las pedagogías en sus distintas ramas,
así como algunas ramas de la medicina, como la enfermería y la veterinaria. Además,
muchos de los jóvenes planean construir su trayectoria de enseñanza superior con
base en el título que van a obtener de enseñanza media técnico profesional.
Capítulo 4: Expectativas y aspiraciones: la construcción de trayectorias 95
Yo quiero dar la psu para entrar a educación diferencial. Ojalá que me vaya bien. Igual
me ha ido mal en los ensayos, pero me gustaría en Puerto Montt o si no en Temuco.
En Puerto Montt porque me queda más cerca, o si no, Temuco porque allá tengo a mi
prima. Si es en Puerto Montt estudio en la Santo Tomás. Es que me gustan los niños.
Pero si no me va bien estoy pensando en hacer un pre o estudiar algo técnico. Pero
después volvería a intentarlo (Liceo Manuel Jesús Andrade).
Ojalá me vaya bien, pero por lo que he visto en los ensayos, en matemática me va mal.
Y me gustaría estudiar enfermería. Porque a mí me gustan los hospitales, las cosas así.
Es que me gusta el olor, así como la sangre [risas]. Entonces eso, enfermería. Ojalá
pudiera estudiar en la universidad. O si no, técnico en enfermería o en urgencias o
algo así. Aquí el aiep tiene técnico. Y de ahí tendría que ser creo que la Santo Tomás
tendría la carrera. Pero ahí tendría que ver las becas y cosas así. Pero no me quiero ir.
Es que yo soy muy mamitis (Liceo Benjamín Vicuña Mackenna).
La elegí porque me gusta esa especialidad. Tengo proyecciones de llegar a ser veteri-
nario más adelante. Y como yo soy del campo, como que se relaciona más conmigo,
como ya tengo más ideas de esto, de la materia que se pasa (Liceo Punta de Rieles).
Sin embargo, el fantasma de la psu aparece entre sus temores y como casi el único
obstáculo para lograr sus pretensiones. Para los estudiantes no es una complicación
tener que trabajar para pagar sus propios estudios. Podríamos decir que ésta es la op-
ción o posibilidad que goza de mayor simpatía en las trayectorias que sueñan cons-
truir. Pero sí es un obstáculo no sentirse suficientemente preparados para rendir la
Prueba de Selección Universitaria. Sienten que, aun cuando el liceo sea enfático en
señalar que no prepara estudiantes para dar la psu (por lo
menos los técnico profesionales), igualmente deberían ser
instruidos para esta instancia. Y que es coincidente con los La obtención de este título
planteamientos del Ministerio de Educación, para quien la técnico de nivel medio
orientación al mundo laboral no constituye un obstáculo es un recurso de tránsito
ni un impedimento para que los jóvenes estudiantes pue- —parte de la estructura
dan ejercer su derecho a continuar estudios superiores. de transición— hacia
mayores niveles de estudio:
Pero para la psu no hay mucho incentivo ni de los alumnos la certificación que entrega
ni de los profesores. Sino que todos están con esa men- el liceo como vehículo para
talidad de que «yo voy a terminar, voy a hacer mi práctica escalar en la obtención
y voy a trabajar». Nadie piensa más allá. Y en ese sentido de mejores títulos
igual es como algo culpa de nosotros (Liceo Manuel Jesús y grados académicos.
Andrade).
96 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
esta indagación al menos devela con poco sustento empírico, como lo constituye la
máxima de varios de ellos que afirman que se forman estudiantes para el «mundo
laboral», cuestión que no parece ser lo que, en gran número, los jóvenes estudian-
tes están queriendo alcanzar para sus trayectorias de vida.
Hay una discusión que excede los alcances de este estudio, pero que como música
en sordina se encuentra presente en la trastienda del discurso que hemos sostenido
sobre estos estudiantes. Nos referimos al rol del liceo municipal frente a jóvenes
que, dada la segmentación de nuestro sistema educativo, pertenecen a los grupos
socioeconómicos de menores ingresos de nuestra sociedad. Hemos argumentado
sobre las altas expectativas de los estudiantes sobre su futuro tras concluir la educa-
ción media. Si estos jóvenes tienen expectativas, también cuentan con algunos di-
bujos, quizás poco finos, de lo que quieren hacer una vez concluida la secundaria.
Si además la oferta terciaria es cada vez más abundante y accesible ¿por qué la es-
cuela secundaria se empeña en negar las expectativas y anhelos de sus estudiantes?
Lo que reconocemos, a través de una serie de indicadores que los propios da-
tos nos han arrojado, es la existencia de una particular forma de estar y ser en el liceo
de estos jóvenes. Cada vez que indagamos sobre cuestiones referidas a la toma de
posiciones u opiniones sobre el quehacer del liceo como unidad vital, encontramos
que estos jóvenes tienden a la neutralidad: frente a situaciones que ameritan tomar
una posición definida, emitir un juicio o adscribir a una opción, los estudiantes
optan por abandonar la discusión, refugiándose casi invariablemente en el punto
medio, en la equidistancia del promedio. A esto nos referimos cuando decimos una
forma de estar y ser en el liceo. Porque lo que se refleja en los datos, también aparece
en el cotidiano de los establecimientos indagados. Pues, así como vemos que existe
una cultura juvenil —con sus códigos y representaciones— que no se conflictúa
mayormente con la cultura institucional, en cuanto no choca abiertamente con
ella, tampoco existiría el ánimo ni el interés por intentar modificar o generar espa-
cios o situaciones que disputen el control ejercido por los cuerpos institucionaliza-
dos: docentes o directivos. Muy por el contrario, parece que los jóvenes ni siquiera
se plantean la posibilidad de la disputa, no está en sus mentes ni en sus corazones
iniciar una lucha por legitimar sus aspiraciones y anhelos. Entonces como no existe
esta confrontación de idearios, los adultos, presentes en la institución escolar en
todos sus niveles, leen el mensaje como que no hay ideario y por tanto tampoco
intereses.
Desde la perspectiva anterior, entonces tanto la política ministerial que ha de-
cidido priorizar por una educación en oficios, como los agentes educativos inter-
medios y docentes de aula, han concluido erróneamente el mensaje transmitido.
Si no hay conflicto abierto, entonces lo que se ofrece son alternativas de educación
para el trabajo, principalmente para el caso de la formación técnico profesional, y
una educación sin expectativas para los humanistas científicos como las adecuadas
para esta población escolar.
Y si a ello agregamos tiempo extra en las aulas con la Jornada Escolar Com-
pleta, pero sin aprendizajes sustanciales, haciendo más o menos lo mismo en más
horas lectivas, nos encontramos con un universo, en cual se mezclan sensaciones
104 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos
de pasotismo y de dejar hacer, quizá un abandono de los estudiantes del espacio es-
colar, porque lo que realmente importa, lo verdaderamente sustancial ocurre en
otro espacio, el cultivo de las expectativas, del armar una trayectoria diferente a la
anunciada se gesta en cada uno de los estudiantes a partir de sus propios recursos,
sin considerar, en general, la opinión positiva o negativa del liceo. Es como si la
opinión del sistema no importara para estos estudiantes secundarios. De ahí esta
convicción que los jóvenes «pasan» por el sistema, probablemente no adscriben a él
totalmente, pero tampoco se contaminan de ese discurso negativo presente en sus
aulas; es como si los jóvenes pasaran por el liceo, porque es una escala necesaria y
obligatoria, pero donde ni los unos ni los otros interfieren o se modifican.
El liceo municipal y la casi totalidad de los actores institucionales —desde do-
centes de aula, directivos, sostenedores, supervisores ministeriales y académicos—
se han autoconvencido que su tarea central es contener social y afectivamente a
estos jóvenes, tras de ello hay una imagen juvenil menoscabada y añeja que no
corresponde a la actitud que nos muestran estos estudiantes, gatopardos del siglo
xxi, internautas de las autopistas cibernéticas. Ellos, además, parecieran no hacer
esfuerzos ni interesarse por aclarar esa imagen, ese estado inexacto de las percep-
ciones, buscando, eso sí, dentro del liceo las oportunidades y posibilidades que éste
puede brindar, pero manteniendo a buen resguardo sus sueños y anhelos, haciendo
oídos sordos a los juicios errados que provienen desde el sistema y sus actores.
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106 Trayectorias y expectativas educativas en la Región de Los Lagos