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LA RELACIÓN CLÍNICA. TIPOS E IMPLICACIONES ÉTICAS.

EL CONSENTIMIENTO INFORMADO. PRESENTACIÓN DE


CASOS.

2 de Marzo de 2020

ÍNDICE
LA RELACIÓN CLÍNICA. TIPOS E IMPLICACIONES ÉTICAS………………….2

EL CONSENTIMIENTO INFORMADO. PRESENTACIÓN DE CASOS……...3

Definición de consentimiento informado…………………………………………4

Carta de consentimiento informado……………………………………………….4

Límites del consentimiento informado…………………………………………....5

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………………6

LA RELACIÓN CLÍNICA. TIPOS E IMPLICACIONES ÉTICAS.

Si se piensa en la ética de la relación clínica desde los principios anglosajones de la


Bioética, incluyendo a todos los involucrados, se puede decir que los profesionales

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se centran en una ética de la indicación, fundada principalmente en los principios de
Beneficencia y No Maleficencia; el paciente en su decisión aplica una ética de la
elección basada en el principio de Autonomía; la familia, además de apoyar y
acompañar al enfermo, lo subroga en un número variable de decisiones y aplica una
ética de la sustitución basada en el respeto a los principios de Autonomía y de
Beneficencia; y finalmente la sociedad y las instituciones, adjudicando recursos en
diferentes sistemas de salud, aplican una ética de la distribución basada en el
respeto al principio de Justicia. . La medicina y cada una de las profesiones de la
salud implica una responsabilidad moral con el paciente, y el hecho de que la
complejidad del conocimiento y de las especialidades lleve a que el enfermo se
relaciona hoy con muchos, no cambia sus necesidades ni disminuye la
responsabilidad de cada actor de esta red.

Por lo tanto, el desafío es desarrollar una ética de la relación clínica en la cual cada
parte asume lo suyo en clave técnica, científica y humana con un compromiso
personal con el enfermo que no es un caso o un diagnóstico sino una persona que
tiene sus valores, temores, esperanzas, proyectos de vida, y contextos que
necesitamos conocer lo más posible. De lo contrario estaremos reemplazando el
antiguo paternalismo por una medicina que, desde una supuesta autoridad técnico
científica, termina imponiendo lo suyo sin respetar la autonomía que es el derecho
del paciente a decidir serena y libremente después de haber comprendido su
diagnóstico, pronóstico y alternativas.

La relación clínica actual muestra que el vínculo con el enfermo pocas veces es una
relación individual, lo cual lleva a que el médico lamentablemente conoce muy poco
al enfermo como persona. De esta manera el médico se compromete actualmente
más con su profesión o especialidad que con el enfermo, y este último se relaciona
con muchos y a la vez con nadie. Por otra parte, el enfermo actual es hoy un
ciudadano más culto, informado, alguien que busca informarse por variados medios
y tiene conciencia de su derecho a ejercer su autonomía tomando decisiones.

Otra característica es que pacientes y familiares confían poco o desconfían de los


sistemas de salud, de las instituciones y también de los profesionales médicos y no
médicos de la salud. Así, la medicina con su actual desarrollo, tanto en instituciones

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públicas como privadas, es una compleja actividad económica y de gestión
empresarial. A esta realidad se agrega que la sociedad actual ha llevado a que
pacientes y familiares sean exigentes de recursos inexistentes o de metas
inalcanzables, lo cual aumenta la frustración que ha conducido a una creciente
judicialización de la medicina.

Los conceptos de la relación médico-paciente ha cambiado en los últimos 25


años más que en los últimos 25 siglos. Mark Siegler en 1997 publica los periodos
de la relación clínica y los divide en tres periodos:

● Era del paternalismo o del médico que va del 500 AC a 1960. En este
periodo existe una confianza absoluta en el médico, tanto en su capacidad
técnica como moral y que además es el único responsable de las
decisiones.
● Era de la autonomía o del paciente, a partir de la década del 60. En 1969
la Asociación Americana de Hospitales, da origen al primer código de
derechos de los pacientes.
● Era de la burocracia o del contribuyente. Al médico no sólo se le exige
eficacia en tratar a su paciente sino que también eficiencia en gestionar
bien los recursos sanitarios.

EL CONSENTIMIENTO INFORMADO. PRESENTACIÓN DE CASOS.

El consentimiento informado (CI) es el acto más importante de la relación médico


paciente debido a que plasma el momento en el que se formaliza el vínculo del cual
derivan derechos y obligaciones para las partes. El consentimiento informado en
salud conlleva una serie de antecedentes e implicaciones legales y bioéticas
profundas y de gran amplitud. Por esta razón, con la finalidad de descubrir si el
consentimiento informado es un requisito legal o ético de los actos jurídicos de la
relación médico paciente, expondremos la naturaleza jurídica de la relación médico-
paciente y su naturaleza contractual de prestación de servicios profesionales.

Existen numerosas definiciones del vocablo “consentimiento”. Éste es el acuerdo de


dos o más voluntades destinadas a producir consecuencias o fines de interés legal
en la celebración de cualquier convenio o contrato. Asimismo, se define como la

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adhesión a la voluntad de otro o el concurso mutuo de la voluntad de las partes
sobre un hecho que aprueban con pleno conocimiento. El consentimiento es un
requisito de existencia del contrato, es decir sin consentimiento no hay contrato.

Definición de consentimiento informado: El acuerdo de voluntades entre médico


y paciente en el que el primero realiza una propuesta de plan médico o quirúrgico,
informa riesgos, beneficios y solicita autorización para atender emergencias y
contingencias derivadas del acto autorizado seguido de la aceptación y firma del
paciente (o de su representante en caso necesario), médico y dos testigos.

Carta de consentimiento informado: El(los) documento(s) escrito(s) asignado(s)


por el paciente o su representante legal o familiar más cercano en vínculo, mediante
los cuales se acepta un procedimiento médico o quirúrgico con fines diagnósticos,
terapéuticos, rehabilitatorios, paliativos o de investigación, una vez que se ha
recibido información de los riesgos y beneficios esperados para el paciente.

En el proceso de obtención del CI se debe ofrecer información clara y precisa sobre


el objetivo de la investigación, los riesgos y beneficios de la misma, así como las
alternativas posibles. Igualmente, se debe informar a los individuos que su
participación es voluntaria, que pueden retirarse libremente cuando lo juzguen
conveniente, que se guardará confidencialidad de sus datos, que los daños
resultantes de la investigación les serán resarcidos y que su negativa a participar en
el estudio no afectará sus derechos como paciente.
El primer código que pretendía establecer criterios de regulación para la
investigación en seres humanos se redactó, paradójicamente, en Alemania en 1931,
Sin embargo correspondió al Código de Nüremberg, surgido a partir de los actos
contra la humanidad cometidos por los nazis, ser uno de los primeros documentos
que pretendió ser norma internacional para la protección de los sujetos que
participan en investigación. Entonces el Código de Nüremberg de 1947, fue el
primer código, luego de la regulación alemana antes mencionada, que plantea el
derecho del individuo a dar su consentimiento voluntario y que especifica la
importancia de esta regla en tanto sostiene en su artículo primero que menciona que
“El consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial”,
especificando además que el sujeto debe gozar de capacidad legal y competencia

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para realizar una elección libre y estar completa y verazmente informado para
llevarla a cabo. En 1964 estos conceptos fueron ampliados en la Declaración de
Helsinki, en las llamadas “recomendaciones para guiar la investigación en seres
humanos” y más tarde en el Informe Belmont de 1978 y otras declaraciones
similares.
Es importante mencionar que el CI inadecuado carece de valor legal y/o moral y,
aun siendo adecuado, la firma del mismo no exime al médico de responsabilidad en
caso de negligencia. El médico que no informe será responsable de los daños
provocados por los procedimientos que practique, aunque no exista mala práctica
profesional, de ahí que el CI puede perder su función protectora en el ámbito
médico-legal si no se realiza de forma correcta. Por otro lado, no hay que olvidar
que la mayor protección frente a litigios consiste en una buena comunicación con los
pacientes.
Límites del consentimiento informado
● El paciente tiene derecho a no ser informado si así lo expresa previamente.
● En caso de riesgo para la salud pública, se acepta la no existencia de
consentimiento informado para el internamiento, cuarentena u hospitalización
del paciente.
● En caso de riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del
paciente, el consentimiento puede obviarse.
● En caso de pacientes menores de edad o de incapacidad legalmente
reconocida, física o mental, se admite que el consentimiento informado sea
pedido a su representante legal, que será generalmente el familiar más
próximo.
● En caso de riesgo grave para la salud pública o la vida del paciente, el
consentimiento del representante legal solo se tendrá en cuenta.
● El paciente puede revocar libremente, por escrito, su consentimiento en
cualquier momento.
En conclusión, el respeto a la autonomía del individuo y a la sociedad, y el estricto
compromiso con la verdad científica, reflejados en el CI adecuadamente redactado y
conciliado, sería el equilibrio ideal en la investigación y la atención en salud.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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❖ Roberto Cañete , Dirce Guilhem , Katia Brito. Consentimiento informado:
algunas consideraciones actuales, Acta Bioethica 2012; 18 (1): 121-127.

❖ Alvarez Montero Santiago, Ruiz Moral Roger. La interfaz comunicación clínica-ética


clínica: implicaciones para la educación médica, Educación Médica, Volume
18, Issue 2, 2017, Páginas 125-135.

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