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CONTRATOS CIVILES Y MERCANTILES

EL CONTRATO
UBICACIÓN:

El Código Civil dedica el Libro IV en relación a los contratos y establece


genéricamente de las obligaciones en general y de los contratos (Art. 1494 y ss.
C.C.). Por ello las obligaciones y los contratos son materias estrechamente
relacionadas en nuestra legislación.
Esta relación es de forma y de fondo. Formalmente se entiende que la materia
obligaciones es prerrequisito de la materia de contratos y desde el punto de vista
de fondo o contenido el contrato es fuente de obligaciones y estas fuentes son de
acuerdo al Art. 1494 C.C. las siguientes: los contratos, los cuasicontratos, los
delitos, los cuasidelitos y la ley.
La anterior clasificación ha sido cuestionada por la doctrina. Para el profesor
Valencia Zea esta reglamentación es desordenada, incompleta y bastante
anticuada. Muchas nociones son notoriamente oscuras y bizantinas.
La doctrina a través de los tratadistas señalan otras fuentes como el
enriquecimiento sin causa y la responsabilidad civil extracontractual y esta última
la podemos descomponer así: responsabilidad por el hecho propio,
responsabilidad por el hecho ajeno, responsabilidad por el hecho de los animales
y responsabilidad por el hecho de las cosas.

EL CONTRATO:
Podemos definir el contrato desde tres ópticas diferentes: el Código Civil, el
Código de Comercio y la Doctrina.

Definición del Código Civil: Señala que contrato o convención es un acto por el


cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer una cosa. Cada
parte puede ser de una o de muchas personas (Art. 1495 C.C.). De la anterior
definición se extraen las siguientes conclusiones:

a) A primera vista podría pensarse que esta definición se refiere a los contratos que
se celebran entre dos partes que en principio serían los bilaterales cuando dice
“una parte se obliga para con otra”, pero en realidad lo que hace la norma es
referirse a los contratos unilaterales, pues estos son contratos celebrados entre
dos partes, pero solamente una de ellas se obliga. Es evidente entonces que esta
definición es incompleta al contemplar solo al contrato unilateral, excluyendo las
demás modalidades como el bilateral y los plurilaterales.

b) Las obligaciones que nacen del contrato son prestaciones de dar, hacer o no
hacer. La obligación nace como consecuencia del contrato al ser una de sus
fuentes.

c)       Contrato no es lo mismo que convención. La convención es en género, el


contrato en especie. El contrato produce siempre obligaciones en el campo
patrimonial, la convención no.
La definición que da el Código Civil es criticada por la doctrina, pues ésta señala
que el contrato es el acuerdo de voluntades que origina obligaciones, que el Art.
1495 C.C. no es exacto porque hace sinónimos sin serlo los términos contrato y
convención y del contrato sólo se refiere al unilateral en que una sola parte se
obliga.

Definición del Código de Comercio: El Art. 864 C.Co. Dice que el contrato es un
acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre ellas una
relación jurídica patrimonial. De la anterior definición se extraen las diferentes
conclusiones:

a)      Desde el punto de vista de los sujetos esta definición es más completa, pues
incluye pluralidad de sujetos, se refiere implícitamente a los contratos bilaterales y
plurilaterales o “acuerdo de dos o más partes”.
b)      Esta obligación tiene un efecto en el ámbito patrimonial al decir “constituir,
regular o extinguir una relación jurídica patrimonial”.
c)       Esta definición del Código de Comercio es idéntica a la que hace el Código Civil
Italiano. El tratadista Luigi Ferri al comentar dicha obra lo refiere textualmente.

Definición de la doctrina: La doctrina trae muchas definiciones, la mayoría


coincide en afirmar que el contrato es un acuerdo de voluntades para crear,
modificar o extinguir obligaciones. El tratadista Hernán Salamanca define el
contrato como un acto jurídico generador de obligaciones.

EL ACTO JURÍDICO:
¿Es lo mismo que el contrato? Partiendo de la concepción generalizada podemos
afirmar que el acto jurídico es el acto humano voluntario que produce efectos
jurídicos, es intencionado, pues su ejecución persigue deliberadamente un efecto
jurídico.

Ej.: El acto de suscribir un contrato.


En conclusión el acto jurídico es un acto humano que produce efectos jurídicos y
si no produce efectos jurídicos es simplemente un acto humano. Escribir una carta
puede ser un simple acto propio del ser humano, pero se convierte en jurídico
cuando produce efectos en el campo del Derecho.

Ej.: Escribir un documento para formalizar un contrato, contestar una demanda.


Por ello el acto humano lo hace el hombre en general como ser humano, en
cambio el acto jurídico también lo hace el hombre pero como sujeto de derecho.
El acto jurídico puede ser unilateral como el testamento, bilateral como la
compraventa y plurilateral como el contrato de sociedad. En conclusión los
contratos son especies de actos jurídicos.

ACTO JURÍDICO Y HECHO JURÍDICO:

En el acto jurídico interviene la voluntad del hombre, en el hecho jurídico no existe


voluntad pero produce también efectos jurídicos. Hecho jurídico es entonces todo
hecho natural que produce consecuencias de derecho y en el cual no interviene
para nada la voluntad.
Ej.: El nacimiento, la muerte, la mayoría de edad, el parentesco, el caso fortuito.

En general el hecho jurídico es independiente de la voluntad del hombre.


No obstante algunos autores hablan de hecho jurídico voluntario e involuntario y lo
catalogan como intencionado y no intencionado. Intencionado cuando una persona
busca una consecuencia de derecho.

Ej.: Reconoce un hijo extramatrimonial.


No intencionado cuando el hecho se realiza de manera voluntaria pero sin que
exista la intención de producir consecuencias jurídicas. En este caso la
consecuencia jurídica se produce al margen de la voluntad.

Ej.: El delito culposo o la prescripción.

ACTO JURÍDICO Y CONTRATO.

El acto jurídico como tal es el género (lo general) y el contrato la especie o lo


particular, es decir el contrato es una especie de acto jurídico porque en él
interviene la voluntad del hombre para producir determinadas consecuencias o
efectos jurídicos. En consecuencia, la definición de la doctrina es válida, contrato
es un acto jurídico generador de obligaciones. A su vez obligación se define como
un vínculo jurídico que une a dos o más personas o mejor a dos partes, un
acreedor y un deudor, un vendedor y un comprador, un arrendador y un
arrendatario, etc. Vale decir entre las partes suscribientes de un contrato nace la
obligación. Finalmente, nuestra legislación al definir contrato habla de partes y no
de personas y señala expresamente que cada parte puede estar conformada por
una o varias personas, ya sean naturales o jurídicas.

NEGOCIO JURÍDICO Y CONTRATO.

Para el profesor Valencia Zea el término negocio jurídico se emplea para designar
tanto las declaraciones unilaterales de voluntad como las plurilaterales y señala
que la expresión contrato es equivalente a la de negocio jurídico obligatorio.  Otros
doctrinantes definen el negocio jurídico como la manifestación de voluntad directa,
reflexivamente encaminada a producir efectos jurídicos.

En conclusión, el contrato aparece entonces como el acto o negocio jurídico que


genera obligaciones para las partes, obligaciones que tienen que ver con el campo
de la economía y particularmente con el ámbito patrimonial. Esas obligaciones
interpartes están elevadas a la categoría de ley para las partes, así textualmente
lo señala el Art. 1602 C.C. cuando dice “todo contrato legalmente celebrado es
una ley para los contratantes.
CONTRATO Y CONVENCIÓN.

Dijimos recientemente que los términos contrato y convención de que habla el


Código Civil los presenta como sinónimos, sin embargo tienen diferencias. Al
respecto el Art. 1495 C.C. al definir contrato da estos términos igual significación,
pero en realidad no son lo mismo, veamos sus diferencias:
1.       La convención es el género (lo general) y el contrato es la especie (lo particular)
2.       El contrato siempre genera obligaciones, la convención en cambio no siempre
las genera, pues podemos convenir con otra persona en asistir el domingo a un
partido de futbol, este acto no es legalmente obligatorio.
3.       El contrato como norma general está destinado a producir efectos en el campo
patrimonial, la convención no, aunque el contrato también puede producir efectos
en el campo moral.

Ej.: El contrato de matrimonio que produce consecuencias jurídicas y morales, el


matrimonio está consagrado como un contrato solemne, así lo señala el Art. 113
C.C. El profesor Valencia Zea al respecto señala que el matrimonio no es un
contrato aunque así lo determine el Art. 113 C.C. como tampoco otros convenios
que establezcan obligaciones no patrimoniales. Para la Corte Suprema de Justicia
existe el contrato desde que existe el nacimiento de la obligación, pues dice que
éste es el efecto propio del contrato. En conclusión recordemos que el contrato es
fuente de obligaciones, por ello es exacto afirmar como la mayoría de los
doctrinantes que la convención se convierte en contrato cuando hace nacer entre
las partes una obligación legal.

ELEMENTOS DE TODA OBLIGACIÓN.

Recordemos que la obligación tiene tres elementos esenciales:


1.       Un elemento subjetivo, en este caso los sujetos o partes que intervienen, parte
activa el acreedor y parte pasiva el deudor.
2.       Un elemento objetivo, que consiste en la prestación que nace de la obligación
pactada y esta puede ser de dar, hacer o no hacer.
3.       Un elemento jurídico que es precisamente el vínculo contractual que una o ata
a los contratantes.

ELEMENTOS DEL CONTRATO.

En términos generales entendemos que el elemento es parte de un todo, en tal


sentido el contrato tiene dos clases de elementos, unos constitutivos y otros
elementos de validez.

ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL CONTRATO:

Dice el Art. 1501 C.C. que se distinguen en cada contrato las cosas que son de su
esencia, las que son de su naturaleza y las puramente accidentales. Son de su
esencia aquellas cosas sin las cuales no produce efecto alguno o degenera en
otro contrato. Ej.: El aporte en el contrato de sociedad es un elemento de la
esencia del contrato, el pago del canon de arrendamiento en el contrato de
arrendamiento, el precio en la compraventa o la entrega periódica en el contrato
de suministro. Son de su naturaleza los que no siendo esenciales del contrato se
entienden pertenecerle sin necesidad de clausula especial. Ej.: El saneamiento
por evicción en la compraventa y las reuniones de la asamblea general de
accionistas en el contrato de sociedad. Finalmente tenemos los accidentales que
son aquellas cosas que no pertenecen al contrato ni esencial ni naturalmente, pero
que se pueden incluir por medio de una clausula especial, es el caso de las
condiciones suspensivas o resolutorias que las partes pueden voluntariamente
incluir en un contrato.

Ej.: Le dono mi casa a mi hijo si se gradúa como abogado, o también ciertos


aspectos especiales atinentes a la cosa como decir que el carro que se va a
comprar su placa no puede terminar en el número 5 o que debe ser de color azul y
no gris.

ELEMENTOS DE VALIDEZ DEL CONTRATO:

Son los mismos requisitos para obligarse que señala el Art. 1502 C.C.: capacidad,
consentimiento, objeto y causa lícita. Debe precisarse que las expresiones
elementos y requisitos no son en realidad sinónimas. El elemento se define como
algo que es parte de un todo y requisito, en cambio se entiende como algo que
hace relación al aspecto puramente externo de una cosa, es algo exterior que se
requiere para la validez de un acto o contrato.

Ej.: En el contrato de sociedad son elementos del contrato el aporte del socio y la
pluralidad de socios, en cambio son requisitos la escritura pública y la inscripción
en el registro mercantil. En el contrato de compraventa de inmuebles son
elementos el precio y la cosa vendida y son requisitos de validez en cambio la
escritura pública y la inscripción de la misma en la Oficina de Registro de
Instrumentos Públicos.

La capacidad:
La norma general es la capacidad y la excepción es la incapacidad. La capacidad
se presume, pues todas las personas son capaces excepto aquellas que la ley las
declara incapaces. Existe capacidad de goce que la tienen todas las personas por
el solo hecho de hacerlo y capacidad de ejercicio que la tienen solo ciertas
personas para ejercer ciertos derechos o para adquirir ciertas obligaciones y es
evidente que para suscribir un contrato se requiere capacidad de ejercicio en los
términos de ley.

Los incapaces por  su parte son absolutos o relativos en los términos de la


legislación civil (Art. 1503 C.C.). En cambio el Código de Comercio por su parte
habla de habilidad e inhabilidad para ejercer el comercio y concluye que son
hábiles los capaces e inhábiles los incapaces.

El consentimiento:
Es el acuerdo de voluntades para la formación de un negocio jurídico, debe estar
libre de vicios y los vicios del consentimiento son el error, la fuerza y el dolo.

El objeto lícito:
Es el que está de acuerdo con la ley, las buenas costumbres y el orden público, lo
contrario es el objeto ilícito. El Art. 1519 C.C. señala: “Hay un objeto ilícito en todo
lo que contraviene al derecho público de la nación. Así, la promesa de someterse
en la república a una jurisdicción no reconocida por las leyes de ella, es nula por
el vicio del objeto”.

En relación con la enajenación de bienes existe objeto ilícito en los siguientes


casos:
1.     En la enajenación de las cosas que no están en el comercio (Art. 1521 C.C.)
2.       De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona. Se
tratan de derechos personalísimos extrapatrimoniales, como el derecho a la vida o
la honra.
3.       De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez autorice o el
acreedor consiente en ello (Art. 1521 C.C.).
4.       En todo contrato prohibido por las leyes (Art. 1523 C.C.).

Causa lícita:
Es la que está de acuerdo con la ley, con el orden público y las buenas
costumbres. La causa es el motivo o el móvil que impulsa a obrar, la causa
siempre produce un efecto, una consecuencia, no hay efecto sin causa. La causa
en Derecho debe ser lícita y lo contrario a ella es la causa ilícita, no exista causa
lícita cuando se constituye una empresa con dineros derivados del contrabando o
del narcotráfico.

Dice el Art. 1524 C.C.: “No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero
no es necesario expresarla. La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente.
Se entiende por causa el motivo que induce al acto o contrato; y por causa ilícita
la prohibida por la ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden público”.

La promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe carece de causa y la
promesa de dar algo en recompensa de un crimen o de un hecho inmoral tiene
causa ilícita.

También se habla de la falsa causa que se presenta cuando las partes a


sabiendas otorgan un acto jurídico una fuente o causa diferente de la real, cuando
los contratantes se ponen de acuerdo para decir que una deuda que proviene de
juego se originó en un contrato de mutuo, la falsa causa invalida el contrato. Al
respecto la doctrina ha señalado: “la causa se presume en todos los contratos,
quien pretenda desconocerla está obligado a la carga de la prueba”.

LAS BUENAS COSTUMBRES:


En cuanto a la expresión buenas costumbres es evidente concluir que estas tienen
relación directa con los postulados de la moral. La costumbre es una de las
fuentes formales del Derecho, pero requiere para su validez cumplir con ciertos
requisitos como no ser contraria a la ley y estar constituida por hechos o actos
públicos, uniformes y reiterados según lo señala el Art. 3° C.Co. La doctrina ha
definido a la costumbre como la repetición de un hecho de manera constante y
uniforme en un territorio determinado que la acepta como regla obligatoria o
aplicable. En conclusión la costumbre y los actos jurídicos en general deben estar
acorde con los preceptos morales, pues la ley y la moral son postulados que rigen
la conducta del hombre.

La ley es coercitiva y proviene del Estado, en tanto que la moral pertenece al fuero
interno de cada persona, se origina en un contexto religioso y su observancia no
es obligatoria como si lo es la ley. El Art. 13 de la Ley 153 de 1887 vigente a la
fecha dice: “la costumbre siendo general y conforme con la moral cristiana
constituye Derecho a falta de legislación positiva”. En conclusión las costumbres
deben estar entonces a tono con la moral.

VICIOS DEL CONSENTIMIENTO.

Hemos dicho que los vicios del consentimiento son el error, la fuerza y el dolo.

EL ERROR:
Filosóficamente es el juicio en el cual el sujeto lo formula equivocadamente el
objeto sin intención y por ignorancia, pero ha de procurarse que error no es lo
mismo que ignorancia, el primero supone el conocimiento equivocado de algo, la
ignorancia en cambio es la ausencia de conocimiento, lo que se ignora o no se
conoce.

Partiendo de la concepción del Código Civil sobre el erro encontramos que existe
error de derecho y error de hecho, el primero es un error sobre un objeto de
derecho que no vicie el consentimiento, así lo señala el Art. 1509 C.C.

Este error se refiere al desconocimiento que una persona pueda tener sobre una
norma o sobre los efectos jurídicos de la misma. Si en un contrato se ha tenido
como causa un error de derecho este contrato sería anulable, pues a pesar de que
según el Código Civil este error no vicia el consentimiento, en cambio este
contrato al estar estructurado sobre un error de carencia de causa real y sería
anulable.

En conclusión, el error de derecho consiste en la ignorancia de la ley y así lo


señala el Art. 9° C.C.: “la ignorancia de la ley no sirve de excusa”, pues las
características generales de la ley, además de ser general, abstracta e impersonal
se presume conocida.

Igualmente el error de derecho constituye una presunción de mala fe, así lo señala
el Art. 768 C.C. cuando dice: “el error en materia de derecho constituye una
presunción de mala fe que no admite prueba en contrario”.

Así mismo el Art 2315 C.C. en relación con el pago señala la repetición por error
de derecho en el pago cuando establece que se podrá repetir lo que se ha pagado
por error de derecho cuando el pago no tenía por fundamento ni aun una
obligación puramente natural.

Finalmente la doctrina sostiene que el error de derecho consiste en la ignorancia


de la ley o de la costumbre obligatoria.

ERROR DE HECHO:

Este error versa sobre una situación real y concreta y este error vicia el
consentimiento cuando cumple con los siguientes requisitos: debe ser
determinante, ser comunicado y excusable y la consecuencia del error de hecho
es la nulidad relativa del acto o contrato.
Clases de error de hecho:
a)      Según la doctrina:
1.       El error obstáculo o error obstativo: Este a su vez es error in negotio, error in
corpore y error in causa.

El error obstáculo es aquel que impide la formación del consentimiento y por tanto
produce la inexistencia del contrato, pues al no existir consentimiento o acuerdo
de voluntades, el contrato no nace a la vida jurídica.
Ej.: Alberto quiere comprar un vehículo particular y Bernardo quiere venderle un
vehículo tipo taxi, pues cree que eso es lo que quiere Alberto.

2.       Error nulidad o error dirimente: Vicia el consentimiento pero no impide su


formación y a su vez este error es intuito personae e in substantian, de los cuales
se hablará más adelante.
3.       Error indiferente: Este error no vicia el consentimiento, recae sobre aspectos
triviales o poco significativos del contrato y no incide en el fondo del mismo de
manera general.
Ej.: El vehículo que se compró resulto ser de color azul cielo y no azul peroleta
como lo pidió.
SEGÚN EL CÓDIGO CIVIL:

Los Arts. 1510 y ss. C.C. trae diferentes modalidades de error de hecho:
1.       Error in negotio: El error de hecho vicia el consentimiento cuando recae sobre
la especie del acto o contrato que se ejecuta o celebra, como si una parte entiende
préstamo a interés y la otra donación. Este error se ha denominado error en
esencia o error in negotio.
2.       Error in corpore: Vicia también el consentimiento y recae sobre la identidad de
la cosa específica de que se trata como si en el contrato de compraventa el
vendedor entiende vender fríjoles y el comprador entiende comprar arvejas.
3.       Error in substantian: Lo señala el Art. 1511 C.C. cuando la calidad esencial
del objeto es diversa de lo que se cree, este error también vicia el consentimiento.

Ej.: Cuando una de las partes supone que el objeto es una barra de plata y
realmente es una masa de algún otro metal semejante, o cuando se cree que el
anillo es de oro y realmente es de cobre.
4.       Error intuito personae: Lo señala el Art. 1512 C.C. que es el error acerca de
la persona con quien tiene la intención de contratar, este error por criterio general
no vicia el consentimiento, salvo que la consideración de esta persona sea la
causa principal de este contrato.

b)      SEGÚN EL CÓDIGO DE COMERCIO:


1.       Error esencial: En materia comercial existe el error esencial, es aquel que
versa sobre los móviles determinantes del acto o contrato comunes o conocidos
por las partes según el Art. 101 C.Co., este error afecta directamente el fondo que
determina el nacimiento del contrato de sociedad y ha de entenderse que los
contratantes no habrían contratado, se presume que hubieran presumido este
error.

Esta clase de error es poco común y el ejemplo se caracteriza cuando se


constituye una sociedad para importar determinada maquinaria y para esos días el
Estado prohíbe las importaciones de esta clase de bienes. Es evidente que de
advertir esa situación los socios no hubieran celebrado el acto.

El contrato comercial también habla de otras especies de error como el error


acerca de la persona de uno de los socios en el contrato de sociedad y señala el
Art. 107 C.Co. que este error solo vicia el consentimiento se celebra en
consideración a dicha persona.

También está el error sobre la especie de sociedad que vicia el consentimiento


cuando la sociedad que se constituye es distinta de la que el socio entendió
contraer y como consecuencia de ese error el socio tiene que asumir una
responsabilidad mayor; todos estos errores producen nulidades relativas.

2.       Error común: Los antiguos decían que el error común hace derecho, este error
no es un vicio del consentimiento, por el contrario crea derecho. La doctrina dice al
respecto que existe error común como hacedor de derecho cuando a
consecuencia de un error invencible en una colectividad la apariencia toma forma
de realidad creando una buena fe colectiva y requiere de los siguientes requisitos
para que exista error común:

                                                        i.      Que sea general o colectivo, esto es que muchas


personas hayan incurrido en él.
                                                      ii.      Que sea invencible, quiere decir que hasta las personas
más diligentes y estudiosas hayan caído en dicho error.
                                                    iii.      Que el acto motivado por error común se haya celebrado de
buena fe.
LA FUERZA.

Como vicio del consentimiento está señalado en los Arts. 1508, 1513 y 1514 C.C.
y constituye fuerza todo acto que infunde a una persona un justo temor de verse
expuesta ella su consorte o alguno de sus ascendientes o descendientes a un mal
irreparable y grave. La fuerza vicia el consentimiento solamente cuando es capaz
de producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio tomando en
cuenta su edad, sexo o condición (Art. 1513 C.C.) y la fuerza que es considerada
como sinónimo de violencia puede ser de dos clases: física o material y moral o
psíquica; entendida esta última como la amenaza de un mal futuro dirigida contra
la persona cuyo consentimiento se desea obtener o contra un allegado suyo. En
conclusión es una presión psicológica.

TEMOR  REVERENCIAL:

Señala el Código Civil que éste no vicia el consentimiento y dice que el temor
reverencial, esto es el solo temor de desagradar a las personas a quienes se debe
sumisión y respeto no basta para viciar el consentimiento.

Debe aclararse que la fuerza puede provenir de un tercero, no es necesario que


provenga solamente de la parte puede beneficiarse de ella que generalmente es el
otro contratante, puede la fuerza provenir de un tercero y la fuerza puede ser
ejercida contra la persona cuyo consentimiento se busca y también contra su
cónyuge, ascendientes o descendientes. Los actos o contratos ejecutados debido
a la fuerza producen nulidad relativa como lo producen todos los vicios del
consentimiento y esta nulidad relativa debe ser alegada por la parte interesada,
prescribe en cuatro años y puede probarse por cualquier medio probatorio.

LA FUERZA COMO EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD.

Existe una especie de fuerza que no es considerada vicio del consentimiento sino
una circunstancia eximente de responsabilidad contractual, es el caso de la fuerza
mayor y dice el Art. 64 C.C. que se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto
a que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, etc. La fuerza mayor
y el caso fortuito son dos circunstancias eximentes de responsabilidad que la
doctrina las ha diferenciado, dándole a la primera un carácter más general, como
cuando un terremoto impide firmar un contrato, y la segunda el caso fortuito le da
un aspecto más particular relacionado únicamente con la persona que debía
cumplir con la obligación, el automóvil en que viajaba se estrello y esa persona no
pudo firmar el contrato.

EL DOLO.

Se entiende como el engaño o el fraude en que incurre un contratante en perjuicio


del otro. El Código Civil lo define en su Art. 63 como la intención positiva de inferir
injuria a la persona o propiedad de otro. El Art. 1515 C.C. señala que el dolo
solamente vicia el consentimiento cuando es obra de las partes y cuando aparece
claramente que sin él no se hubiera contratado. Por ello en los contratos
bilaterales el dolo no puede provenir de un tercero como si ocurre con la fuerza,
esto es vicia el consentimiento cuando proviene de una de las partes y cuando es
principal, en los demás casos según el Art. 1515 C.C. el dolo da lugar solamente a
la acción de perjuicios contra la(s) persona(s) que lo han fraguado o que se han
aprovechado de él, contra las primeras por el total del valor de los perjuicios y
contra las segundas hasta concurrencia del provecho que han reportado del dolo.

CLASES DE DOLO:

1. DOLO PRINCIPAL: Es aquel que es causa determinante del acto, vicia el


consentimiento. Ej.: Cuando se compra un vehículo atraído por el engaño o dolo
del vendedor, de no haber existido dolo no se hubiese comprado el vehículo.

2. DOLO INCIDENTAL: Cuando no es suficiente para determinar el consentimiento


pero implica condiciones desfavorables para el contratante. Ej.: Comprar un
vehículo que cumple con las expectativas generales del comprador, pero no tiene
todas las características señaladas en el contrato, aquí existe dolo y este dolo no
vicia el consentimiento pero da lugar a la indemnización de perjuicios. Compro
una camioneta que es 4x4 pero es 2x2.

3. DOLO POSITIVO: Cuando proviene de la acción, cuando el que engaña se vale


de maniobras, palabras o actos para persuadir al otro. Ej.: El carro tiene los
documentos al día a sabiendas de que es robado. Este dolo vicia el
consentimiento si es principal.

4.       DOLO NEGATIVO: Cuando se oculta un hecho que de haber sido conocido por


la otra parte no se hubiera realizado el contrato. Ej.: El carro que se compró es
volcado pero se reparó completamente. Esta clase de dolo puede viciar el
consentimiento si es principal.
Otra clasificación del dolo que viene del derecho romano nos habla del dolus
bonus y del dolus malus. El primero, dolo bueno, se presenta cuando la persona
exagera las calidades del producto que vende o negocia, cosa que ocurre con
frecuencia sin que a la hora de la verdad llegue a configurar un vicio del
consentimiento, y el segundo, dolo malo, si tiene la finalidad del engaño y el
fraude, por tanto vicia el consentimiento.

En conclusión, para que en los contratos bilaterales el dolo vicie el consentimiento


requiere tres condiciones: que provenga de una de las partes, que sea principal y
que haya tenido efectos, esto es a quien se haya perjudicado como consecuencia
del engaño sufra perjuicios.

LA FUERZA OBLIGATORIA DE LOS CONTRATOS.


El contrato legalmente celebrado se convierte en ley para los contratantes, ello
quiere decir que las cláusulas voluntariamente pactadas por quienes suscriben un
contrato son de estricto cumplimiento para ellos.
Este concepto se analiza según el Código Civil Art. 1602 cuando señala que “todo
contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”. Las causas
legales se entienden como la condición resolutoria tácita y la nulidad, a ello se
refiere el artículo precedente, figuras que se estudiarán más adelante.
Según el Código de Comercio en su Art 4° consagra que las estipulaciones de los
contratos válidamente celebrados preferirán a las normas legales supletivas y a
las costumbres mercantiles. Las normas legales supletivas a diferencia de las
imperativas que ordenan o prohíben y de las dispositivas que simplemente
señalan o disponen son aquellas que en términos generales suplen o llenan los
vacíos que dejan las partes a nivel contractual.

Ej.: Si en un contrato de compraventa no se dice quién debe pagar los gastos del
registro de la escritura, este vacío que presenta el contrato lo suple la norma
general o en el caso de la sociedad anónima si la reunión de asamblea general de
accionistas no fuere convocada, los socios se reunirán por derecho propio el
primer día hábil del mes de abril a las 10 A.M. en las oficinas del domicilio principal
(Art. 422 C.Co.).

En conclusión podemos sostener que en el contrato la voluntad de las partes se


convierte en ley y prevalece sobre normas de tipo general o supletivas pues estas
sólo se aplicarán en caso de vacíos.
Finalmente tenemos el criterio jurisprudencial y la Corte ha dicho dentro de
nuestro régimen contractual que las partes conservan la libertad que le reconoce
la ley civil para reglamentar sus pactos y en el Derecho Positivo Colombiano
impera el principio según el cual las leyes que regulan los contratos son normas
supletorias de la voluntad de los contratantes.

LA BUENA FE.

El Art. 1603 c.c. estipula que “los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por
consiguiente obligan no solo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas
que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por ley
pertenecen a ella”.
Es principio general que la buena fe se presume, la mala fe debe probarse. Buena
fe es la conciencia de estar obrando rectamente de acuerdo con la ley y la moral,
pues estos son dos postulados que norman la conducta del hombre. La ley nace
del Estado y es coercitiva, la moral obedece a un mandato religioso y pertenece al
fuero interno de la persona. El Art. 768 C.C. cuando habla de la posesión dice
que “la buena fe es la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por
medios legítimos exentos de fraudes y de todo otro vicio”. También el Art. 83 C.N.
se refiere a ello: “Las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas
deberán ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas las
gestiones que aquellos adelanten ante éstas”. En conclusión, no se necesita en el
contrato señalar que se actúa de buena fe, estos son elementos constitutivos del
contrato que se presumen.
En conclusión podemos señalar que la fuerza obligatoria de los contratos radica
en tres puntos fundamentales:
1.       El contrato legalmente celebrado es una ley para las partes, esto es las
cláusulas pactadas son obligatorias para los contratantes.
2.       Es la ley lejos de ser general, abstracta e impersonal, es sólo aplicable a las
partes contratantes aunque cobija y protege obviamente a terceros involucrados
en la relación contractual.
3.       Los contratos deben ejecutarse de buena fe y ésta se presume.

LA RELATIVIDAD DE LOS CONTRATOS.

Se fundamenta en que la ley que nace del contrato sólo es aplicable a las partes
sin perjuicio naturalmente de terceros interesados, es que puede resultar que
existan personas a quienes un contrato que no han realizado puedan involucrarlos
activa o pasivamente, tal es el caso de los causa habientes o herederos de las
partes. La ley contractual no puede exceder el límite propio del contrato y sus
consecuencias jurídicas o patrimoniales y el principio de relatividad implica que el
contrato debe estar enmarcado dentro de los preceptos de la ley y la moral.

LA INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS.

Se analiza este tema desde el punto de vista de la doctrina y desde el Código


Civil. Para la doctrina existen dos métodos:
·         Subjetivo: Se fundamenta en la intención de las partes.
·         Objetivo: Se fundamenta en lo declarado por las partes.
Nuestro actual Código Civil acoge ambos métodos subjetivo y objetivo y en
principio parecería inclinarse por el método subjetivo cuando establece que
conocida claramente la intención de las partes debe estarse a ella más que a lo
expresado, pero también acoge el método objetivo cuando señala reglas en torno
a lo declarado por las partes.

INTERPRETACIÓN SEGÚN LA INTENCIÓN DE LAS PARTES.

La señala el Art. 1618 C.C.: “Conocida claramente la intención de los contratantes,


debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras”. En este caso prevalece la
intención sobre lo escrito, la voluntad real sobre la declarada. Al respecto la Corte
Suprema de Justicia ha señalado: “La interpretación de los contratos se hace de
dos modos: interpretación auténtica cuando entre las partes no hay discrepancia
en el alcance y sentido de las cláusulas que forman el contrato, y la interpretación
judicial cuando en virtud de distintas apreciaciones de las partes sobre el alcance 
y sentido de las cláusulas de un contrato le dan a éste diferente interpretación”. En
otras ocasiones señala la Corte que “corresponde al juzgador determinar el
alcance de las prestaciones debidas, interpretar el contrato y el significado del
negocio jurídico señalado”.
INTERPRETACIÓN LÓGICA.

La señala el Art. 1620 C.C. cuando señala que “El sentido en que una cláusula
puede producir algún efecto, deberá preferirse a aquel en que no sea capaz de
producir efecto alguno”. Esto significa que una cláusula del contrato puede tener
dos o más interpretaciones, en ese caso debe preferirse la interpretación que
produzca efectos, pues recordemos que la finalidad del contrato es producir o
crear obligaciones y en ese sentido el contrato como fuente que es de
obligaciones ha de producir efectos patrimoniales, se debe buscar entonces el
pensamiento principal, la idea general del contrato, no la interpretación aislada.

INTERPRETACIÓN POR LA NATURALEZA DEL CONTRATO.

La señala el Art. 1621 C.C. y se da “en aquellos casos en que no apareciere


voluntad contraria, deberá estarse a la interpretación que mejor cuadre con la
naturaleza del contrato, pues las cláusulas de uso común se presumen aunque no
se expresen”, y sobre la naturaleza del contrato nos hablan también los Arts. 1603
y 1501 C.C. cuando se estudió la buena fe.

INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA:

La señala el Art. 1622 C.C. “Las cláusulas de un contrato se interpretarán unas


por otras, dándole a cada una el sentido que mejor convenga al contrato en su
totalidad”. Es que puede suceder que al interpretar un contrato aparezcan
contradicciones entre una y otras cláusulas. Ante ello el contrato debe mirarse
como un conjunto, como un todo, como si se tratara de un sistema. Debe vérselo
desde una perspectiva holística que significa que debe analizarse como un todo
para llevarnos al sentido general del contrato. La Corte ha dicho que la
interpretación debe ser coordinada, armónica, relacionando todas las cláusulas del
contrato, pues éstas constituyen una unidad. Por ello sus cláusulas deben
apreciarse en forma coordinada y armónica. Igualmente dice el Art. 1622 C.C.
“Podrán también interpretarse por las de otro contrato entre las mismas partes y
sobre la misma materia”. Se refiere a que si las partes han celebrado contratos
similares con anterioridad y lo hicieron con acierto y legalidad pueden entonces
tener en cuenta los criterios de esos contratos para interpretar el actual, para ello
se requiere que la interpretación sea hecha entre las mismas partes y sobre la
misma materia.

INTERPRETACIÓN EXTENSIVA:

La señala el Art. 1623 C.C. “Cuando en un contrato se ha expresado un caso para


explicar la obligación, no se entenderá por solo eso haberse querido restringir la
convención a ese caso, excluyendo los otros a que naturalmente se extienda”.
Significa que cuando se expresa un caso en un contrato para explicar la obligación
contractual ello no quiere decir que el contrato se refiera solo a ese caso en
concreto sino que se extiende naturalmente a todos los demás casos y aspectos
pactados en el contrato.
INTERPRETACIÓN A FAVOR DEL DEUDOR:

La señala el Art. 1624 C.C.: “No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas


precedentes de interpretación, se interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del
deudor.  Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por
una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre
que la ambigüedad provenga de la falta de una explicación que haya debido darse
por ella”. Esta es la última forma de interpretación del Código Civil, la que es
criticada toda vez de que dice la norma que las cláusulas ambiguas deben
interpretarse en contra de quien la redacta, ello daría lugar a interpretaciones
injustas o sesgadas. La Corte a partir de la Sentencia de 23 de febrero de 1961 ha
dicho que las normas de interpretación de los contratos son de observancia
obligatoria, antes de 1961 se decía que estas eran simples orientaciones dadas
por los jueces, hoy constituyen preceptos obligatorios.

PRINCIPIOS Y NORMAS APLICABLES A LOS CONTRATOS CIVILES Y


MERCANTILES.
Los contratos civiles y mercantiles hacen parte del Derecho Privado y en nuestra
rama no hay unificación del Derecho Privado, por tanto estos principios se aplican
tanto en la legislación civil y comercial:

1.       PRINCIPIO DE IGUALDAD DE LAS PARTES: Es de la esencia del Derecho


Privado la igualdad de las relaciones contractuales, quiere decir que los
contratantes tienen la misma jerarquía frente al Derecho en sus relaciones
interpartes. Al respecto el Derecho Privado difiere sustancialmente del Derecho
Público en donde las partes no se hallan en igualdad de condiciones cuando
contratan con el Estado, pues éste goza de privilegios y prerrogativas ajenas a los
particulares como las llamadas cláusulas excepcionales o exorbitantes con las que
el Estado puede finalizar unilateralmente un contrato aplicando la caducidad u
otras figuras de excepción.

2.       PRINCIPIO DE AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD: Surge de los postulados de


los Arts. 1602 C.C. y 4° C.Co. Todo contrato legalmente celebrado es una ley para
los contratantes y las estipulaciones de los contratos válidamente celebrados
preferirán a las normas legales supletivas y  a las costumbres mercantiles. Es
decir la voluntad de las partes prevalece y es ley para ellas mismas, de allí la
fuerza obligatoria de los contratos, autonomía que se halla supeditada a la ley, las
buenas costumbres y el orden público, así lo señala el Art. 871 C.Co., es que la
autonomía de la voluntad para contratar nace de la libertad contractual, las partes
libremente ponen sus cláusulas, términos, y esta libertad sólo está supeditada a la
ley, al orden público y a las buenas costumbres.

3.       PRINCIPIO DE LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA: Se aplica de manera


diferente en materia mercantil y civil. En materia mercantil la solidaridad se
presume y constituye una presunción de ley, en el campo civil en cambio, la
responsabilidad solidaria no se presume, debe pactarse de manera expresa. Por
ello el Art 825 C.Co. señala que en los negocios mercantiles cuando fueren varios
los deudores se presumirá que sean obligados solidariamente, presunción de
orden legal que admite prueba en contrario y puede ser desvirtuada, y esta
responsabilidad solidaria faculta al acreedor para demandar ejecutivamente a
cualquiera de los deudores de un título valor, a todos o a quien él quiera.

En materia civil, en cambio, el principio de solidaridad opera subsidiariamente,


pues para que haya solidaridad en el campo civil debe expresarse taxativamente.
4.       NORMAS COMUNES APLICABLES: Para las relaciones contractuales en
materia civil y comercial en cuanto a las partes debemos remitirnos a los Arts. 1°,
2° y 822 C.Co, los cuales permiten la aplicación de normas civiles a los contratos
comerciales aclarando que las normas mercantiles se aplicarán preferencialmente
y que a falta de estas se deciden por analogía de estas y si el caso no se puede
resolver conforme a la ley comercial se aplican las disposiciones de la legislación
civil respecto a los efectos del contrato, interpretación, modo de extinguirse,
rescindirse si es que la ley no establece otra cosa.
LA FORMACIÓN DE LOS CONTRATOS.

Para la formación de un contrato intervienen diferentes factores y circunstancias


como la necesidad de celebrarlo, las partes, la voluntad, el objeto, la causa,
factores económicos que determinan en un momento dado que dos o más
personas se involucren en una relación unilateral, bilateral o plurilateral concreta.
Existen tres etapas preliminares que van desde la intención hasta la formación del
contrato propiamente dicho y estas son la oferta, la promesa de contrato o
precontrato y el contrato propiamente dicho.

LA OFERTA O LA POLICITACIÓN:

Es la primera etapa en la formación de un contrato, es la iniciación formal. En esta


etapa una de las partes ofrece a la otra el producto, la venta o en general la
posibilidad de celebrar el contrato. El Código de Comercio dice que la oferta es el
proyecto de negocio jurídico que una persona formula a otra, el término
policitación es sinónimo de oferta y es definido por el diccionario como la promesa
aun no aceptada y  para la doctrina esta expresión se refiere a la oferta que se
hace al público en general. El Código Civil sólo se refiere a la oferta en su Art.
1658 subrogado por el Art. 13 de la Ley 95 de 1890 al señalar los requisitos de
validez que debe contener la oferta que precede al pago por consignación.
EL PAGO POR CONSIGNACIÓN.

Lo señala el Art. 1656 C.C. y dice que “para que el pago sea válido no es
menester que se haga con el consentimiento del acreedor; el pago es válido aún
contra la voluntad del acreedor, mediante la consignación”. El pago por
consignación es el depósito de la cosa que se debe en una persona natural o
jurídica y que generalmente se hace ante una entidad bancaria realizado conforme
a las formalidades de ley. El pago por consignación es el típico pago que se
realiza aun contra la voluntad del acreedor y este debe estar precedido siempre de
una oferta de pago.
VALIDEZ DE LA OFERTA:

Lo señala el Art. 1658 C.C. y para que sea válida se requiere:


1.       Que sea hecha por una persona capaz de pagar.
2.       Que sea hecha al acreedor siendo capaz de recibir el pago o a su legítimo
representante
3.       Que si la obligación es a plazo o con condición suspensiva halla expirado el
plazo o se haya cumplido la condición.
4.       Que se ofrezca efectuar el pago en el lugar debido.
5.       El deudor dirigirá al juez competente memorial manifestándole la oferta que le
ha hecho al acreedor y expresándole lo que él mismo debe incluido intereses, y si
la oferta o consignación fuere de una cosa debida una descripción individual de la
misma.
6.       Que de dicho memorial de oferta se corra traslado a la contraparte, y la Corte
ha dicho que la oferta debe estar precedida de varias formalidades legales como
la oferta en sí, traslado al acreedor, autorización del juez y nombramiento de
depositario.

LA OFERTA SEGÚN EL CÓDIGO DE COMERCIO:

La define en su Art. 845 y dice que La oferta o propuesta, esto es, el proyecto de
negocio jurídico que una persona formule a otra, deberá contener los elementos
esenciales del negocio y ser comunicada al destinatario. La doctrina acoge los
siguientes requisitos para la validez de la oferta: Debe ser precisa (exacta),
inequívoca, sin ambigüedades, completa, que incluya los aspectos esenciales del
contrato, objeto, precio, forma de pago y garantías y que emane de la libre
voluntad del oferente, esto es sin error, fuerza o dolo y que deba ser comunicada
al destinatario. Se exceptúan aquellas ofertas de tipo general a través de
publicidad masiva.

CLASES DE OFERTA:

Existen dos clases de oferta: la oferta con destinatario determinado que para la
doctrina es la oferta propiamente dicha, y la oferta general hecha al público
llamada policitación. La primera es irrevocable, así lo señala el Art. 846 C.Co. y
dice que una vez comunicada la oferta no podrá retractarse el proponente, so
pena de indemnizar perjuicios que con su retracto cause al destinatario. Esta
propuesta conserva su fuerza legal aun cuando el proponente muera o llegue a
ser incapaz en el tiempo medio entre la oferta y su aceptación. En cambio las
ofertas de tipo general hechas al público no son obligatorias para el oferente, así
lo señala perentoriamente el Art. 847 C.Co. cuando dice que “Las ofertas de
mercaderías, con indicación del precio, dirigidas a personas no determinadas, en
circulares, prospectos o cualquiera otra especie similar de propaganda escrita, no
serán obligatorias para el que las haga”. En conclusión una oferta es obligatoria
solamente cuando se dirige por escrito a persona determinada. El profesor
Valencia Zea señala que la oferta a persona determinada se llama declaración
recepticia de voluntad y la que se dirige a destinatario incierto declaración no
recepticia.

También existen oferta de mercancías que son las que se exhiben en vitrinas con
indicación de su precio, estas ofertas son obligatorias mientras tales mercancías
estén expuestas al público, y si la mercancía se agota, se entiende por finalizada
la oferta de se ofrecía, así lo señala el Art. 849 C.Co.

ACEPTACIÓN DE LA OFERTA.

a)      En cuanto al Término: El Código de Comercio establecen las siguientes:


1.       Oferta verbal o telefónica: Esta clase de ofertas deben ser aceptadas o
rechazadas en el acto de oírse (Art. 850 C.Co.)
2.       Oferta por escrito: Si la propuesta se hace por escrito deberá ser aceptada o
rechazada dentro de los seis días hábiles siguientes a la fecha que tenga la
propuesta si el destinatario reside en el mismo lugar. Si reside en un lugar distinto,
a dicho término se le sumará el de la distancia. Al respecto el Art. 852 C.Co. dice
que “El término de la distancia se calculará según el medio de comunicación
empleado por el proponente”.
b)      En cuanto a la forma: La aceptación de la oferta puede ser expresa o tácita,
esta última cuando se efectúan actos que hacen presumir la aceptación. Los
términos aceptación pueden ceñirse a lo indicado en el Código de Comercio o
pactarse de manera convencional por las partes, pues es importante aclarar que
los términos legales de la oferta para su aceptación pueden ser modificados por
las partes de manera convencional, podrán fijar plazos distintos (Art. 853 C.Co.).
finalmente el Art. 855 C.Co. establece que la aceptación condicional o
extemporánea de la oferta será considerada como nueva propuesta y en los
contratos consensuales una vez que se realiza la aceptación de la oferta queda
perfeccionado el contrato, este criterio no se aplica para los contratos solemnes,
ya que estos están sometidos a formalidades especiales.

LA PROMESA DE CONTRATO O PRECONTRATO.

La promesa de celebrar un contrato es diferente del contrato o negocio prometido.


La doctrina ha dicho que la promesa de un contrato es un acto preparatorio que
descansa en la necesidad de suscribir posteriormente otro contrato, por ello la
promesa de contrato es independiente del contrato a futuro celebrar que generan
obligaciones propias.

Existen dos formas de promesa: la promesa unilateral u opción y la promesa


bilateral.

PROMESA UNILATERAL: También llamada opción. Consiste en la obligación


que un contratante contrae de celebrar un contrato siempre y cuando la otra parte
se decida a ello.
Ej.: En la compraventa puede existir opción de venta y opción de compra. Opción
de venta cuando el comprador se obliga a comprarle al vendedor si éste resuelve
vender (si usted decide vender su carro antiguo yo me comprometo a
comprárselo), y opción de compra en viceversa cuando el vendedor se obliga a
vender si el comprador resuelve comprar; en todo caso la parte que se obliga debe
cumplir el compromiso, para el otro en cambio es algo apenas opcional si quiere o
decide hacerlo. La opción impone al que concede la obligación de cumplir su
compromiso (Ley 51 de 1918 Art. 51) y toda opción debe estar sometida a un
término, plazo o condición y el plazo lo estipulan libremente las partes y el plazo
máximo para que la condición se entienda fallida es de un año (Art. 23 Ley 51 de
1918) aclarando que si esa opción recae sobre bienes inmuebles se requiere de
escritura pública y registro para perfeccionar el acto.

REQUISITOS DE LA PROMESA DE VENTA:

Partiendo de lo señalado por el Art. 1611 C.C. derogado por el Art. 89 de la Ley
153 de 1887 encontramos los siguientes requisitos para que la promesa produzca
obligaciones:
1.       Debe constar por escrito, no hay promesa verbal.
2.       No debe contener vicios del consentimiento (error, fuerza y dolo).
3.       La promesa debe contener un plazo o condición que fije la época en que ha de
celebrarse el contrato.
4.       Que para perfeccionar el contrato futuro sólo falte la tradición de la cosa o las
formalidades legales.
Bajo criterios jurisprudenciales se tiene que la promesa ha de precisarse la
notaría, hora y fecha en que va a suscribirse la escritura de venta que protocolice
la promesa de venta celebrada, así lo ha señalado la Corte Suprema de Justicia a
través de la Sala de Casación Civil a partir del 19 de septiembre de 1979.
Respecto a la hora se dice que debe señalarse por razones prácticas, pero esa no
es una exigencia de la Corte.
LA VOLUNTAD CONTRACTUAL.

Es el elemento esencial de todo contrato, de la voluntad nace el consentimiento.


Los Arts. 1502 y 1503 C.C. señalan que para que una persona se obligue con otra
por un acto o declaración de voluntad se requiere que sea legalmente capaz, que
consienta dicho acto, que su consentimiento no adolezca de vicios y que el objeto
recaiga sobre causa y objeto lícito; son estos los elementos de validez de todo
contrato, pues la voluntad contractual se manifiesta a través de una declaración de
voluntad y ésta es la exteriorización de un querer interno capaz de provocar un
efecto jurídico.
A su vez la declaración de voluntad debe tener unos requisitos y estos son:
1.       Debe ser seria, que la persona se obligue
2.       Debe ser recta, esto es acorde con la ley
3.       Debe ser honesta, sin perjuicio de fraude
4.       Debe estar sin vicios, libre de error, fuerza y dolo.
Se aclara y precisa que se habla de declaración de voluntad en los actos jurídicos
unilaterales como el testamento y la donación y se habla jurídicamente de
consentimiento cuando la voluntad contractual se expresa bilateral o
plurilateralmente.
La manifestación de voluntad para celebrar un contrato puede ser expresa o tácita,
expresa cuando se declara de manera inequívoca verbal o por escrito, y tácita
cuando el contratante manifiesta su voluntad contractual por un hecho indudable
que equivale a una aceptación del contrato como por ejemplo paga los impuestos
del automóvil que está negociando. Finalmente hay contratos en que la
declaración de voluntad debe someterse a formalismos legales, es el caso de los
contratos solemnes, venta de inmuebles o de derechos reales que recaen sobre
inmuebles, se requiere en estos casos para hacer tradición escritura pública más
inscripción en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos, o el contrato de
sociedad mercantil que requiere además de la escritura pública la inscripción en el
registro mercantil.

RETICENCIAS EN LA DECLARACIÓN DE VOLUNTAD.

El diccionario define esta palabra como la omisión voluntaria de lo que se debería


decir. La doctrina señala por reticencia la declaración o manifestación parcial de
una cosa con reserva o silencio de elementos fundamentales de la misma. Dentro
de ese contexto podemos concluir que reticencia es en general todo aquello que
se opone a los requisitos de una declaración de voluntad seria y honesta y se
opone a los requisitos de una declaración de voluntad seria y honesta: la reserva
mental, la simulación, el fraude pauliano, el fraude a la ley, los vicios del
consentimiento (error, fuerza y dolo) y para algunos tratadistas la lesión enorme.

LA RESERVA MENTAL:

Es la discrepancia entre lo declarado y lo realmente querido, es decir existe


reserva cuando lo que se dice es distinto de lo que se piensa. La reserva mental
proviene de una sola de las partes y es consiente, quiere decir ello que una de las
partes la conoce y la otra no, pues mediante esta figura una parte busca engañar
a la otra. De acuerdo con la doctrina la reserva mental carece de valor, pues la
declaración de voluntad vale de acuerdo a la forma en que se da a conocer. La
reserva mental constituye dolo y va en contra de la buena fe.

LA SIMULACIÓN:

A diferencia de la reserva mental la simulación opera en ambos contratantes. Aquí


los dos contratantes pretenden engañar a terceros. La simulación existe cuando
se hacen escrituras privadas para alterar lo pactado en escrituras públicas. La
acción de simulación no es viable ni posible ejercerla en los negocios unilaterales
como el testamento, la aceptación de herencia, la oferta comercial; aclarando que
la simulación no produce efectos contra terceros pues las escrituras privadas
hechas por los contratantes para alterar lo pactado en escrituras públicas no
producirán efectos contra terceros (Art. 1766 C.C.).

CLASES DE SIMULACIÓN:
Esta puede ser absoluta y relativa. Absoluta cuando las partes celebran un
contrato pero no quieren que dicho acto produzca efectos jurídicos, por ejemplo
las ventas de confianza que se hacen para engañar a terceros; y la relativa que a
su vez es de dos clases:
a)      Por la naturaleza del acto: Las partes si quieren celebrar el negocio pero no en
la forma contenida en el contrato.
Ej.: Celebran compraventa pero en realidad lo que hay es donación.
b)      Por interposición de sujetos (testaferros): Es el negocio que se celebra por
interpuesta persona. Una tercera persona se hace pasar como parte contractual
para ocultar al verdadero obligado.
La simulación se puede probar por cualquier medio probatorio que señala el
Código de Procedimiento Civil, esto es declaración de testigos, documentos,
prueba indiciaria como el parentesco, la falta de capacidad económica, entre otros.

ACCIÓN DE SIMULACIÓN.

La parte perjudicada con el acto simulado puede interponer la acción de


simulación mediante la cual ataca los actos aparentes celebrados por el deudor en
perjuicio del acreedor. Esta acción judicial se parece a la de nulidad pero es
diferente, pues mientras la nulidad busca destruir el contrato a través de la
rescisión por existir un vicio del consentimiento (error, fuerza, dolo), la acción de
simulación es en cambio todo lo contrario, busca que se declare la existencia del
contrato realmente celebrado sobre el simulado. Se dice que la acción de
simulación es una acción prevalente o de prevalencia porque lo que busca como
se dijo es que se declare la existencia (prevalencia) del contrato celebrado sobre
el simulado. Tienen legitimación en la causa por activa para ejercer esta acción las
partes contratantes, los terceros que justifiquen un interés legítimo (los
acreedores) , los esposos cuando mediante la simulación se enajenan bienes que
tienen la calidad de gananciales y los herederos frente a los negocios simulados
del causante.

El objetivo general de la acción de simulación es descubrir el autentico querer de


los simulantes y reparar los perjuicios causados a las partes o a terceros y como
objetivo especial busca concretamente que se declare judicialmente la simulación,
que se declare la existencia del contrato realmente celebrado sobre el simulado
(prevalencia), que se ordenen las indemnizaciones a que haya lugar y que se
obtenga la restitución de los bienes.
Debe aclararse que si el bien ha pasado a manos de un tercero de buena fe, esta
adquisición deberá respetarse y sólo procederá la indemnización, así lo dice la
doctrina. En algunos casos la destrucción del negocio aparente no es posible y
esto se da cuando el bien está en manos de un tercero de buena fe, en este caso
la acción se dirige para obtener la indemnización de perjuicios.

NATURALEZA JURÍDICA:

La doctrina ha señalado que la acción de simulación es una acción de


indemnización de perjuicios. Concluyendo podemos afirmar entonces que la
naturaleza jurídica de la acción de simulación está enmarcada por dos aspectos
concretos: acción de indemnización de perjuicios y acción de prevalencia
contractual.

La simulación la declara el juez a través de sentencia (Art. 306 C.P.C.). S i la


simulación es absoluta el contrato es inexistente, por lo tanto hay que restituir lo
recibido y cancelar escrituras, y si es relativa no tiene valor lo que se simula.

Ej.: Si Alberto le dona una casa a Bernardo y se simula una compraventa, vale la
donación porque la compraventa se invalidó.
La prescripción de la acción de simulación de acuerdo a la Ley 791 de 2002 de la
acción ejecutiva es de cinco años y de la ordinaria diez años (Art. 2536 C.C.) y la
prescripción de la acción de la nulidad absoluta es también de diez años y de la
acción de nulidad relativa es de cuatro años.

EL FRAUDE PAULIANO.

Existe fraude pauliano cuando un deudor se insolventa en perjuicio de sus


acreedores, es decir la persona se insolventa para no pagar las deudas, en este
caso entonces los acreedores perjudicados tienen a su favor el ejercicio de la
acción pauliana o acción revocatoria. La doctrina ha dicho que el fraude pauliano
no es sino una de las múltiples manifestaciones del abuso de los derechos, la
voluntad de dañar se dirige no contra un contratante sino contra los terceros
acreedores, busca con este acto la persona insolventarse para defraudar a
terceros acreedores.

LA ACCIÓN PAULIANA O REVOCATORIA:


Ha sido definida como la acción que tienen los acreedores que han sido
perjudicados por los contratos celebrados con fraude pauliano con sus deudores.
Es la acción que tiene el acreedor contra el deudor que se ha insolventado para no
pagarle, es la acción que la ley concede a los acreedores para obtener la
revocatoria de las enajenaciones que el deudor hiciere maliciosamente en
perjuicio de ellos y esta acción se llama así por haber sido introducida en el
Derecho Romano por el pretor Paulus, esta acción buscaba que se revoquen los
contratos que se realizaban por los deudores en fraude a sus acreedores.
La acción pauliana procede y puede invocarse respecto de cualquier acto o
contrato, cualquier acto jurídico y en general todos los actos patrimoniales pueden
ser impugnados por esta vía, actos onerosos, hipoteca, prenda, anticresis, actos
gratuitos, donaciones, incluso el arrendamiento.

REGULACIÓN SEGÚN EL CÓDIGO CIVIL:


La regula en su Art. 2491 y que a la letra dice: “los acreedores tendrán derecho
para que se rescindan los contratos onerosos y las hipotecas, prendas y anticresis
que el deudor haya otorgado en perjuicio de ellos, siendo de mala fe el otorgante y
el adquiriente, esto es conociendo ambos conociendo el mal estado de los
negocios del primero. Igualmente dice la norma que los actos y contratos gratuitos
serán rescindibles siendo de mala fe el deudor.
En conclusión para los contratos onerosos se requiere mala fe del otorgante y del
adquiriente, y para los contratos gratuitos solamente mala fe del deudor. La acción
pauliana prescribe en un año contado desde la fecha del contrato (Art. 2491 inc. 3°
C.C.).

DERECHO GENERAL DE PRENDA.

El Art. 2488 C.C. establece que toda obligación personal da al acreedor el derecho
de perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor
sean presentes o futuros exceptuándose solamente los no embargables (Art. 1677
C.C.) y no son embargables el salario mínimo legal, los derechos personales de
uso y habitación, los implementos para el ejercicio de una profesión, el lecho o
cama, los bienes de uso básico, los libros de una profesión, los uniformes, etc.
Quiere decir que los acreedores pueden con las excepciones legales pedir que se
vendan de manera forzada los bienes del deudor (remate) para que con su
producto les sean cancelados los créditos, así lo señala el Art. 2492 C.C. y esta es
la razón y el fundamento del proceso ejecutivo consagrado en el Art. 488 C.P.C. y
dice que pueden demandarse ejecutivamente las obligaciones claras, expresas y
actualmente exigibles que consten en documentos que provengan del deudor o de
su causante y constituyan plena prueba contra él. La acción pauliana busca
entonces la revocación de estos actos si son fraudulentos para resarcir al acreedor
hasta la concurrencia de sus créditos.
Un contrato se puede rescindir, esto es declararlo nulo mediante la acción
rescisoria cuando ataca un vicio del consentimiento (error, fuerza o dolo). Existen
figuras como la rescisión de la venta por lesión enorme y la rescisión por vicios
rehidibitorios u ocultos que más adelante se estudiará. En general rescindir el
contrato es dejarlo sin efectos o declararlo nulo, bien porque el contrato es lesivo
contra alguna de las partes o porque existe fraude en perjuicio de un tercero como
el caso del fraude pauliano.

EL FRAUDE A LA LEY.

Opera cuando las partes mediante contratos pretenden desconocer o violar la ley.
Tiene un elemento interno y otro externo. El primero se traduce en la intención de
violar la ley y el segundo son los medios de que se valen para hacerlo. Todo
fraude implica mala fe y por ello todo fraude debe ser sancionado y el efecto que
genera el fraude a la ley es la nulidad absoluta por objeto y causa ilícitos y si al
propio tiempo se presenta simulación y fraude a la ley en un acto el juez está
obligado a declarar la nulidad.
LAS NULIDADES.

Esta figura está contemplada en todas las ramas del Derecho y esta palabra
proviene del latín Nullus, nos indica que un acto carece de valor y que no puede
producir efectos jurídicos. Esta sanción también deja sin valor a un acto o contrato.
La aparición de la nulidad como institución jurídica se remonta a la Edad Media
tomada así del antiguo Derecho Romano.
Nuestro Código Civil consagra la nulidad en el Título XX Arts. 1740 y ss. bajo el
rótulo de la nulidad y rescisión, y el Código de Comercio se refiere a ella en los
Arts. 899 y ss.

LA NULIDAD SEGÚN EL CÓDIGO CIVIL.

El Art. 1740 C.C. dice que es nulo todo acto o contrato  al que le falta alguno de
los requisitos que la ley exige para el valor del mismo acto o contrato según la
especie o calidad o estado de las partes y concluye diciendo que la nulidad puede
ser absoluta o relativa.

NULIDAD ABSOLUTA:
Las causales las consagra el Art. 1741 C.C.:
1.       La nulidad producida por un objeto o causa ilícita.
2.     La nulidad producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes
prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la
naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o
acuerdan
3.      Hay así mismo nulidad absoluta en los actos y contratos de personas
absolutamente incapaces.

Ya hemos dicho que el objeto ilícito es el que no está de acuerdo con la ley, el
orden público o las buenas costumbres, igual cosa puede predicarse de la causa.

La segunda causal de nulidad absoluta señalada por la ley que es la producida por
la omisión de un requisito o formalidad hace referencia a los contratos solemnes.
Ej.: Cuando en una escritura pública de compraventa de un bien inmueble falta la
firma de un contratante, el acto es nulo en forma absoluta.
La nulidad absoluta está inspirada en motivos de orden público y seguridad
general, lo que no ocurre con la nulidad relativa.
La nulidad absoluta no debe confundirse con otras figuras como la inexistencia, la
inoponibilidad o la ineficacia de los actos jurídicos.

LA INEXISTENCIA:
Es inexistente el contrato que se celebra sin los requisitos legales que la ley exige
para su perfeccionamiento. El contrato inexistente no nace a la vida jurídica y por
eso se diferencia de la nulidad en que esta el contrato si nace a la vida jurídica
pero adolece de un requisito de formalidad.

LA INOPONIBILIDAD:
Se presenta cuando un contrato no tiene validez frente a terceros y la ley dice que
un negocio jurídico será inoponible a terceros cuando se celebra sin cumplir con
los requisitos de publicidad que la ley exige.
Ej.: Un contrato de sociedad comercial que no se inscribe en la Cámara de
Comercio es inoponible.

LA INEFICACIA:
Es aquel que no produce efectos jurídicos pero opera de pleno derecho sin
necesidad de declaración judicial a contrario de lo que ocurre con la nulidad, esta
debe ser declarada judicialmente, la ineficacia no (Art. 897 C.Co.).
Ej.: Estipular en un contrato de sociedad que alguno de los socios no tendrán
derecho a utilidades.

NULIDAD ABSOLUTA SEGÚN EL CÓDIGO DE COMERCIO.

La señala el Art. 899 C.Co. en tres casos: cuando el negocio jurídico contraría una
norma imperativa salvo que la ley disponga otra cosa, cuando el negocio jurídico
tiene causa u objeto ilícitos y cuando es celebrado por persona absolutamente
incapaz.

NULIDAD RELATIVA:

La señala el Art 1766 C.C. que en su parte final señala: “Cualquier otra clase de
vicio produce nulidad relativa y da derecho a la rescisión del acto o contrato” y
esas otras especies de vicios son la incapacidad relativa y los vicios del
consentimiento por error, fuerza y dolo. La nulidad relativa no se inspira en
motivos de orden público como la absoluta, se fundamenta en la protección del
interés personal y los actos cobijados por esta clase de nulidad son aquellos que
tienen un vicio no sustancial.

NULIDAD RELATIVA SEGÚN EL CÓDIGO DE COMERCIO:

La señala el Art. 900 C.Co. y se presenta en dos casos: cuando el negocio es


celebrado por persona relativamente incapaz y cuando el consentimiento está
viciado de error, fuerza y dolo. En estos casos el negocio jurídico será anulable y
la acción sólo podrá impetrarla el interesado o directamente afectado o por sus
herederos y prescribe en dos años contados a partir de la fecha del negocio
jurídico respectivo.

DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD ABSOLUTA Y NULIDAD RELATIVA.

NULIDAD ABSOLUTA NULIDAD RELATIVA

Se establece por motivos de orden Es una medida de protección del


público, seguridad social y moral Estado hacia los incapaces. Vicios de
pública voluntad en los actos jurídicos.

La norma violada es de interés La norma violada es de interés


general. particular.
El vicio es sustancial, el juez puede El vicio no es sustancial del acto y el
decretarla de oficio sin petición de juez no puede decretarla de oficio.
parte cuando aparezca de manifiesto
en el acto o contrato.

Puede alegarla cualquier persona que La acción de nulidad relativa solo


demuestre interés incluido el Ministerio procede a instancia de parte
Público en interés de la moral y de la interesada, no de oficio.
ley.

Opera de pleno derecho sin necesidad No opera de pleno derecho, no puede


de ejercer la acción de nulidad pues declararse de oficio ni puede pedirla el
son nulos absolutamente los actos a Ministerio Público.
los cuales la ley no reconoce efecto y
la excepción lo es salvo que exista
controversia sobre la existencia de la
nulidad caso en el cual requerirá
acción judicial.

Prescripción de diez años. Prescripción de cuatros años en


materia civil y dos años en materia
comercial.

Puede sanearse por la ratificación de Puede sanearse por ratificación de las


las parte y por prescripción partes y por prescripción de cuatro
extraordinaria de diez años. años en materia civil y de dos años en
materia comercial.

EFECTOS DE LA NULIDAD.

Declarada judicialmente una nulidad esta se limita a dejar sin valor alguno el acto
afectado o vicio y a restituir las cosas al estado anterior. Al respecto el Art. 1746
C.C. señala que la nulidad pronunciada en sentencia que tiene fuerza de cosa
juzgada da a las partes el derecho para ser restituidas al mismo estado en que se
hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo a menos de que trate de
objeto o causa ilícita.

En conclusión la declaración de nulidad absoluta o rescisión destruye


retroactivamente el acto jurídico, lo priva de todo efecto pasado o futuro, pues lo
que es nulo sólo puede producir efectos nulos, el acto anulado o rescindido dejará
de producir efectos futuros y se considera que no los produjo nunca, las partes
quedan colocadas en el estado anterior al contrato.
La retroactividad de los efectos de la declaración de nulidad se extiende a terceros
según el Art. 1748 C.C. La nulidad judicialmente pronunciada da acción
reivindicatoria contra terceros poseedores sin perjuicio de las excepciones legales.

La rescisión la regula los Arts. 1946 y ss. C.C. cuando expresa que el contrato de
compraventa podrá rescindirse por lesión enorme, entonces si en un contrato se
configura lesión enorme la parte perjudicada puede impetrar la acción de rescisión
por lesión enorme para pedir la rescisión del contrato. Jurisprudencialmente se ha
dicho de manera reiterada que la nulidad conlleva a la invalidez del acto o negocio
jurídico (Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil Sentencia de 1° de
Julio de 2008 M.P. William Name Vargas).

RATIFICACIÓN DE LA NULIDAD.

Según el diccionario esta palabra significa la aprobación o confirmación de una


cosa. Ratificar una nulidad es validarla o en otros términos sanearla. La ratificación
es entonces el saneamiento voluntario de la nulidad y la confirmación del acto
viciado por ella. Hay dos clases de ratificación, esta puede ser expresa o tácita,
expresa es cuando deberá hacerse con las solemnidades propias del contrato que
se ratifica y tácita es la ejecución voluntaria de la obligación contratada y como
consecuencia de esta ratificación se valida el acto y ya no puede buscarse
nuevamente la nulidad del acto ratificado porque la ratificación produce efectos
retroactivos, quiere decir ello que el acto ratificado se considera válido desde su
origen. Se pueden invalidar las enajenaciones hechas por las partes a terceros
poseedores.

Pueden ratificar la nulidad de acuerdo al Art. 1755 C.C. únicamente las partes que
tienen derecho de alegar la nulidad y de acuerdo al Art. 1756 C.C. sólo puede
ratificarlo el que tiene capacidad para contratar.

NULIDAD PROCESAL:

La nulidad procesal es diferente de la nulidad sustantiva, la procesal es adjetiva o


de procedimiento y opera según las reglas del Código de Procedimiento Civil,
Penal, Laboral, etc. Las nulidades procesales están contenidas en forma taxativa
en el Capítulo II C.P.C. Art. 140 y conforme a lo anterior el proceso es nulo cuando
corresponde a distinta jurisdicción, cuando el juez carece de competencia, cuando
el trámite procesal es diferente, cuando se actúa contra cosa juzgada, cuando
existe indebida representación de las partes; nulidades procesales que podrán
alegarse en cualquier instancia del proceso antes de que se dicte sentencia.

El profesor López Blanco señala que las nociones de nulidad sustancial y nulidad
procesal tienen alcances distintos porque una cosa son las cosas de carácter
sustantivo y otras las de carácter adjetivo, en las primeras está el concepto de
validez o nulidad del acto o contrato en sí mismo considerados, y en las segundas
únicamente se tiene en cuenta el procedimiento invocado para ser efectivo el
derecho sustancial.
Finalmente debe aclararse que la acción de nulidad y la acción reivindicatoria,
volviendo al estudio de la nulidad sustantiva, llegado el caso podrán interponerse
simultáneamente en una misma demanda.

LA PRESCRIPCIÓN.

La prescripción es un modo de adquirir el dominio y también por ella se extinguen


acciones o derechos ajenos, así lo señala el Art. 2512 C.C. como un modo de
adquirir las cosas ajenas o extinguir acciones o derechos por haberse poseído las
cosas o por no haberse ejercido el derecho y se prescribe una acción o derecho
cuando se extingue por la prescripción.
Para que opere la prescripción requiere ser alegada, el que quiere aprovecharse
de ella debe alegarla, el juez no puede declararla de oficio (Art. 2513 C.C.), y
puede alegarse como acción o como excepción y sobre el particular la Ley 791 de
2002 redujo los términos de prescripción en materia civil y esta podrá ser alegada
por el propio prescribiente, sus acreedores y cualquier persona que tenga interés
que sea declarada.

LA PRESCRIPCIÓN ES RENUNCIABLE.

Puede ser renunciada expresa o tácitamente pero solo después de cumplida (Art.
2514 C.C.), es decir puede renunciarse a la prescripción pero solamente después
de que se haya producido, vale decir después de que haya transcurrido el tiempo
necesario para su existencia y la renuncia es expresa cuando el interesado
renuncia a ella en forma inequívoca verbalmente o por escrito, y tácita cuando el
que puede alegarla manifiesta mediante un hecho o acción específica su intención
de renunciar a ella o de no tenerla en cuenta.
Ej.: Si tipificada la prescripción de una obligación cambiaria el deudor hace
abonos a capital o intereses, en este evento estaría renunciando en forma tácita a
la prescripción.
La prescripción se cuenta desde que la obligación se haya hecho exigible, así lo
señala el Art. 2535 C.C.
INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN:
Puede ocurrir de dos formas:
a)      Naturalmente: Cuando el deudor reconoce la obligación expresa o tácitamente,
expresa cuando lo manifiesta en forma inequívoca verbal o por escrito, y tácita
cuando reconoce intereses atrasados o solicita plazo.
b)      Civilmente: Esta interrupción se presenta cuando existe demanda judicial.

La interrupción es diferente de la suspensión, es que la prescripción se suspende


en favor de los incapaces o a favor de quienes se encuentren bajo tutela o
curaduría y entre heredero beneficiario y la herencia y entre quienes administran
patrimonios ajenos como albaceas, representantes de personas jurídicas, tutores,
curadores, etc. Esto lo señala el Art. 3° de la Ley 791 de 2002.

BIENES INPRESCRIPTIBLES:
Los bienes de uso público no prescriben en ningún caso ni prescriben los bienes
fiscales (Art. 2519 C.C.), tampoco prescriben los derechos personalísimos ni
algunos derechos reales señalados por el legislador como las servidumbres
discontinuas de distinta clase y la continua inaparente (Art. 939 C.C.).
Recordemos que los derechos personales son las obligaciones y los derechos
reales son aquellos que se tiene sobre una cosa sin respecto de otra persona y los
derechos reales son el dominio, la herencia, usufructo, uso o habitación,
servidumbres activas, prenda e hipoteca. La servidumbre se entiende como un
gravamen que sufre un predio en beneficio de otro y es un derecho real que tiene
múltiples clasificaciones, son imprescriptibles las servidumbres discontinuas como
las de tránsito, la continua inaparente como la de acueducto o alcantarillado.
El embargo no impide la prescripción, la Corte Suprema de Justicia ha dicho que
el embargo de un bien inmueble no impide que se consuma la prescripción
adquisitiva sobre el bien y agrega además que la posesión no se interrumpe con la
presentación de la demanda.

CLASES DE PRESCRIPCIÓN:
Puede ser adquisitiva de un derecho y extintiva de una acción. Recordemos que la
prescripción adquisitiva es un modo de adquirir el dominio y estos modos son la
accesión, la ocupación, la tradición, la sucesión por causa de muerte y la
prescripción (Art. 673 C.C.) y según la doctrina la ley también es un modo de
adquirir el dominio y recordemos también que por la prescripción se extinguen
obligaciones y los modos de extinguir las obligaciones son la convención extintiva,
el pago, la novación, la transacción, la remisión, la compensación, la confusión, la
pérdida de la cosa que se debe, la declaración de nulidad, la condición resolutoria
y la prescripción (Art. 1625 C.C.). La prescripción extintiva es liberatoria porque al
extinguirse la obligación el deudor se libera de la deuda.

LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA:
Por ella se adquiere el dominio de las cosas ajenas. El Art. 2518 C.C. dice “Se
gana por prescripción el dominio de los bienes corporales, raíces o muebles, que
están en el comercio humano, y se han poseído con las condiciones legales. Se
ganan de la misma manera los otros derechos reales que no están especialmente
exceptuados” y la prescripción adquisitiva es de dos clases: ordinaria y
extraordinaria, esta última llamada por los romanos usucapión (Art. 2527 C.C.) y la
prescripción adquisitiva ordinaria tiene dos elementos: la posesión regular no
interrumpida y el paso del tiempo, así lo señala el Art. 2528 C.C.
La posesión es la tenencia de una cosa con ánimo de señor y dueño, sea que el
dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo o por otra persona que la
tenga en lugar y a nombre de él, el poseedor se reputa dueño mientras otra
persona no justifique serlo (Art. 762 C.C.). En cambio la posesión regular es la que
proviene de justo título y ha sido adquirida de buena fe (Art. 764 C.C.).

JUSTO TÍTULO:

Es el constitutivo o traslaticio de dominio, son títulos constitutivos la ocupación, la


accesión y la prescripción y son títulos traslaticios la venta, la permuta, la donación
entre vivos, también las sentencias de adjudicación en juicios divisorios y los actos
legales de partición. Para que haya posesión se requieren dos elementos: el
animus o intención y corpus o el bien que se posee. Cuando no existe animus y
solo corpus nos encontramos frente a la mera tenencia pues esta sólo exige el
corpus. El Art 775 C.C. señala que la mera tenencia es la que se ejerce sobre una
cosa no como dueño sino en lugar de él y el segundo elemento lo constituye el
paso del tiempo y la Ley 791 de 2002 ha señalado en su Art. 4° que la prescripción
adquisitiva ordinaria para bienes muebles opere en tres años y para inmuebles en
cinco años.

PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA EXTRAORDINARIA (USUCAPION):

Tiene aparentemente los mismos elementos que la prescripción ordinaria, pero


aquí la posesión es irregular, entonces se configura con el paso del tiempo y
posesión irregular, esta última es la que no reúne los requisitos de la posesión
regular, es decir carece de justo título, de buena fe o de ambos y el tiempo para
esta prescripción es de diez años para todos los casos (Ley 791 de 2002 Art. 6°),
es decir la prescripción adquisitiva extraordinaria requiere posesión material
irregular ininterrumpida por espacio de diez años y se hace valer a través de
proceso declarativo de pertenencia (Arts. 396 a 407 C.P.C.), proceso que puede
instaurar todo aquel que pretenda haber adquirido bienes por prescripción y el
efecto jurídico más importante es que convierte al poseedor en propietario pues la
sentencia judicial que declara la prescripción hace las veces de escritura pública,
la que deberá inscribirse en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.

PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA:

Se refiere exclusivamente a obligaciones porque el acreedor pierde el derecho de


ejercitar sus acciones contra el deudor al prescribir la acción. La prescripción
extingue acciones y derechos ajenos y se cuenta este tiempo desde que la
obligación se hizo exigible. Operan dos elementos en la prescripción extintiva: el
paso del tiempo y la inactividad del sujeto y los términos de prescripción extintiva
son: la acción ejecutiva para títulos valores es de tres años, para títulos ejecutivos
es de cinco años, la acción ordinaria prescribe en diez años.

La prescripción extintiva se puede interrumpir de dos formas: naturalmente cuando


el deudor reconoce la obligación y civilmente cuando opera demanda judicial y se
habla de prescripción liberatoria por cuanto mediante esta figura el deudor queda
liberado de su obligación toda vez que por el transcurso del tiempo y la inactividad
del titular de la acción la obligación se extingue y al prescribir la obligación
prescriben también todos sus elementos accesorios como intereses, plazos,
fianzas, etc. Finalmente debe tenerse en cuenta que las obligaciones civiles
extinguidas por la prescripción se convierten en simples obligaciones naturales
(Art. 1527 núm. 2° C.C.).
El Art. 2537 C.C. señala la prescripción de las acciones accesorias como la acción
hipotecaria o la de prenda, estas prescriben junto con la obligación principal o a la
que acceden.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN CAMBIARIA:

         El cheque: La acción cambiaria vence en seis meses contados a partir de la


fecha de su vencimiento.
         La letra de cambio: La acción prescribe tres años si es directa, y si es por vía
de regreso en un año.
         El pagaré y las facturas cambiarias de compraventa: Se aplican en general
lo dispuesto para la letra de cambio.
Es que la prescripción de títulos valores es una sanción para el tenedor del título
que no inicie en tiempo las acciones pertinentes y la ley lo castiga de pre cambio
de su derecho o de acción.
 
LA CADUCIDAD:

Esta figura también extingue derechos por el paso del tiempo y es muy parecida a
la prescripción pero en su esencia es diferente. La doctrina dice que la caducidad
es la extinción ipso jure de la facultad de ejercer un derecho o celebrar un acto por
no haberse ejercido dentro de un plazo que la ley establece, parece confundirse
esta figura con la prescripción y sus similitudes son el transcurso del tiempo,
inactividad de la parte para el ejercicio del derecho y la extinción de la acción y sus
diferencias principales son de que la caducidad son de orden público y la
prescripción no lo es, la prescripción es renunciable expresa o tácitamente y la
caducidad no, la caducidad no admite suspensión e interrupción, la prescripción
en cambio si admite, la caducidad no implica una obligación previa porque nace de
una norma legal objetiva, la prescripción por su parte supone la preexistencia de
una obligación pues sus términos comienzan a correr desde que la obligación se
hizo exigible.

CADUCIDAD Y PRESCRIPCIÓN DE LOS TÍTULOS VALORES.

La caducidad de los títulos valores está regida por los Arts. 718 C.Co. para el
cheque y 673 para la letra de cambio y para ello ha de tenerse en cuenta las
formas de vencimiento de la letra de cambio que señala el artículo citado. Se
entiende por caducidad la sanción que se le impone al beneficiario de un cheque
por no presentarlo para su pago dentro de los quince días siguientes a la fecha
prevista para el pago si es de la misma plaza, si es de distinta plaza dentro del
mes siguiente siempre y cuando el girador demuestre no haber tenido la suficiente
provisión de fondos y respecto de la prescripción dijimos que el cheque prescribe
en seis meses, la letra de cambio en tres años para el obligado directo, en un año
para el obligado en vía de regreso y para el pagaré y la factura cambiara de
compraventa se aplican las normas de la letra de cambio.

EL CONTRATO DE COMPRAVENTA.

Es el más importante de los contratos dentro del contexto del Derecho Privado, si
bien no es el más antiguo porque antes que éste existió la permuta o trueque hoy
en día es el contrato de mayor aplicación. El Art. 1849 C.C. lo define así: “La
compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una cosa y la
otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y ésta comprar. El dinero que el
comprador da por la cosa vendida se llama precio”. A su vez el Art. 905 C.Co. lo
define así: “La compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a
transmitir la propiedad de una cosa y la otra a pagarla en dinero. El dinero que el
comprador da por la cosa vendida se llama precio.”. Tanto el régimen civil como el
comercial lo llaman contrato y a las partes las llaman vendedor y comprador y para
ambas legislaciones existe objeto y precio. La diferencia principal consiste en que
el Código Civil utiliza la expresión “dar” y el Código de Comercio habla de
“transmitir” la propiedad. Resulta más apropiada la definición del Código de
Comercio en el sentido de que toda venta implica transmitir o transferir el dominio
de la cosa vendida. El diccionario hace sinónimas las palabras transferir y
transmitir y la Corte Suprema de Justicia ha dicho que la expresión dar contiene la
obligación de entregar. En conclusión dar es traditar o transferir el dominio.
Respecto de otras diferencias el Código Civil reglamenta la lesión enorme en la
venta de inmuebles, el Código de Comercio guarda silencio; el Código Civil
establece el pacto de reserva de dominio para bienes inmuebles, el Código de
Comercio lo hace para bienes muebles e inmuebles. Finalmente el Art. 740 C.C.
establece que “La tradición es un modo de adquirir el dominio de las cosas, y
consiste en la entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte
la facultad e intención de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención
de adquirirlo. Lo que se dice del dominio se extiende a todos los otros derechos
reales.”, habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio y
por la otra la capacidad e intención de recibirlo. Recordemos que el tradente es el
que transfiere el dominio y el adquiriente el que lo recibe, y los modo de adquirir el
dominio de acuerdo al Código Civil son la accesión, la tradición, la prescripción, la
ocupación y la sucesión por causa de muerte, a ellos debe agregársele la ley.

TEORÍA DEL TÍTULO Y EL MODO.

El contrato de compraventa se rige por la teoría del título y el modo lo que implica
la realización de dos actos jurídicos distintos y sucesivos: el contrato título y la
entrega o tradición (modo), es decir el contrato que en la venta de inmuebles está
contenido en la escritura es el título y la tradición o entrega es el modo que
tratándose de bienes inmuebles se perfecciona con la inscripción en el registro.

Las características más importantes del contrato de compraventa es de que es


bilateral, las dos partes se obligan recíprocamente, bilateral, principal, contenido
en la ley, consensual o el que se perfecciona con el consentimiento de las parte
sobre la cosa y el precio y por excepción es solemne como la venta de inmuebles,
derechos hereditarios o servidumbres, en este caso se requiere la escritura
pública más inscripción en el registro para transferir el dominio, es oneroso porque
genera utilidad y gravámenes recíprocos entre las partes, es conmutativo porque
existe equivalencia en las prestaciones, la cosa vendida se mira como equivalente
al precio que se paga por ella, en ocasiones es aleatorio cuando la equivalencia es
incierta, sometida al azar o suerte como cuando se compra un billete de lotería o
una cosecha; es un contrato de libre discusión por excelencia, las partes de mutuo
acuerdo convienen las cláusulas, en otros casos puede ser de adhesión como los
contratos bancarios, la compra de tiquetes aéreos, la compraventa de teléfonos
celulares, etc., y finalmente es de ejecución instantánea, se perfecciona con el
acuerdo de las partes sobre la cosa y sobre el precio en bienes muebles, en los
inmuebles requiere de la formalidad de escritura pública (título) y la entrega
mediante la inscripción en el registro (modo) pero esto no cambia su esencia
porque este contrato se materializa en un solo acto, nada incide que el precio se
pague por cuotas.

REQUISITOS DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA.

Los elementos de validez de todo contrato son la capacidad, el consentimiento, el


objeto y la causa lícita, y son hábiles para celebrar el contrato de venta todos
aquellos que la ley no declara inhábiles y hay incapacidades (inhabilidades)
especiales y que se clasifican así:

1.       En razón del parentesco: Es nulo el contrato entre el padre y el hijo de familia
(Art. 1852 C.C.) y se reserva al hijo sobre el cual se ejerce patria potestad y no
sobre el hijo menor y según la Corte Suprema de Justicia este contrato es válido
cuando se celebra entre padres e hijos mayores y también cuando se realiza con
dineros propios del hijo.

La expresión “padre” también cobija a la madre y esta prohibición es para el hijo


de familia. El Art. 1852 C.C. también prohibía la venta entre cónyuges no
divorciados, pero parte de este artículo fue declarado inexequible por Sentencia C-
068 de 10 de Febrero de 1999 de la Corte Constitucional, lo cual quiere decir que
actualmente es válido el contrato de compraventa celebrado entre cónyuges no
divorciados.

2.       En razón del cargo que ocupa: El Art. 1853 C.C. prohíbe a los
administradores se establecimientos públicos vender los bienes que administra en
todo o en parte, y el Art. 1854 C.C. amplía esta prohibición para los empleados
públicos y para quienes ejercen jurisdicción. Ellos no pueden comprar ni vender
los bienes públicos o particulares que estén bajo su ministerio como tampoco los
bienes en cuyo litigio intervenido y que se tengan en pública subasta, en caso de
hacerlo habrá nulidad absoluta.

3.       En razón del vínculo legal o convencional:

a.       Los guardadores, tutores y curadores no pueden comprar los bienes de sus


pupilos, si se trata de bienes muebles podrán hacerlo con autorización del juez y
de hacerlo sin autorización generaría nulidad relativa pues este acto puede ser
convalidado posteriormente por el juez. Respecto de inmuebles la prohibición es
total en todos los casos.

b.      Los albaceas o ejecutores testamentarios tampoco podrán comprar ni vender


los bienes que lleguen a sus manos por sugestión.
c.       Los síndicos de la quiebra, hoy conocidos como liquidadores tampoco pueden
comprar ni vender los bienes que tengan que ver con su gestión.

El Código de Comercio también señala incapacidades en su Art. 906, pero al


respecto reproduce la normatividad del Código Civil.

EL CONSENTIMIENTO:

Es el acuerdo de las partes sobre la cosa y sobre el precio y mediante éste la


venta se reputa perfecta cuando se trata de bienes muebles, entratándose de
bienes inmuebles deben cumplirse solemnidades como escritura pública y registro
y el consentimiento debe estar exenta de vicios de error, fuerza y dolo.

OBJETO:

El objeto de la compraventa es la cosa vendida

CAUSA:

Es el motivo que impulsa a obrar y en la compraventa ésta debe ser lícita


enmarcada en la moral y el Derecho.

ELEMENTOS OBJETIVOS DE LA COMPRAVENTA.

Dos son los elementos esenciales de la compraventa: la cosa vendida y el precio.

DE LA COSA VENDIDA:

En la compraventa cosa es todo lo que sea susceptible de ser vendido y los


requisitos de ésta son que pueda ser vendida, que exista o se espera que exista.
Las cosas que se pueden vender las señala el Art. 1866 C.C. y son todas aquellas
cosas corporales o incorporales cuya enajenación no esté prohibida por la ley.
Bajo este criterio preguntamos qué es lo que no se puede vender y al respecto
encontramos el siguiente listado:

         El derecho a pedir alimentos (Art. 424 C.C.)

         Los derechos de uso y habitación (Art. 878 C.C.)

         El derecho de suceder por causa de muerte (Art. 1520 C.C.)

         Los derechos que nacen del pacto de retroventa (Art. 1942 C.C.)

         Las cosas indeterminadas e indeterminables (Art. 1518 C.C.)

         Las que tienen objeto ilícito


         Una universalidad patrimonial en abstracto (Art. 1867 C.C.)

         Los bienes de uso público y los fiscales (Art. 674 C.C.)

         Los bienes comunes a todos por su naturaleza como la luz, el aire, el sol

         La compra de cosa propia (Art. 1872 C.C.)

         Las cosas embargadas pues están fuera del comercio, salvo que el acreedor o
el juez lo consientan.

QUE LA COSA EXISTA O SE ESPERE QUE EXISTA:

Si la cosa no existe al momento de celebrar el acto el contrato no existe pues se


vende una cosa que se creía que existía pero en realidad no existe al tiempo del
contrato, este acto no produce efecto alguno porque no hay objeto. Si solo lo sabía
el vendedor igualmente no hay contrato pero éste debe indemnizar al comprador
de buena fe de los perjuicios causados y si sólo lo sabía el comprador el contrato
tampoco existe pero éste tampoco puede pedir indemnización de perjuicios al
igual que el vendedor pues éste debía conocer sobre la existencia de la cosa y si
ambas partes lo sabían con mayor razón, los contratantes obraron de mala fe,
pero si la cosa existe parcialmente debemos aplicar el inc. 2° del Art. 1870 C.C.
que señala que si la parte que falta es considerable el comprador podrá a su
arbitrio desistir del contrato o darlo por subsistente y en el último caso a una justa
casación o rebaja del precio y falta considerable sería aquella que impide que la
cosa comprada sea apta para los fines que busca el comprador.

El segundo caso hace referencia a que la cosa no exista pero se espera que
llegue a existir, cosa común en la vida de los negocios, sucede por ejemplo en las
cosechas futuras, obras de arte que se encuentren en proceso de creación,
inmuebles sobre planos y de acuerdo al Código Civil estos contratos quedan
sometidos a la condición de existir la cosa a menos que por la naturaleza del
contrato aparezca que se compró la suerte (Art. 1869 C.C.).

La compra de la suerte nos ubica en los contratos aleatorios que tienen


contingencia incierta de ganancia o pérdida (Art. 2282 C.C.), el juego, la apuesta y
la renta vitalicia. Cuando se compra la suerte el contrato es válido, quien compra
un billete de lotería compra la opción de comprar o vender y en general el juego y
la apuesta no producen acción ni excepción, una obligación nacida de una riña de
gallos y amparada en un contrato o título valor no puede hacerse exigible
judicialmente aunque los juegos de destreza o fuerza corporal como las carreras
de a pie o a caballo si producen efectos legales, así lo señala el Art. 2286 C.C. y
finalmente el Art. 2287 C.C. nos dice que la constitución de renta vitalicia es un
contrato aleatorio, en que una persona se obliga a título oneroso a pagar a otra
una renta o pensión periódica durante la vida de cualquiera de estas dos personas
o de un tercero, este contrato debe constituirse por escritura pública.
EL PRECIO.
Es el elemento esencial de la compraventa, si falta el precio no existe el contrato o
degenera en otro como la donación. La doctrina ha dicho que el precio debe ser
determinado en dinero o parte en dinero y parte en otra cosa y se requiere que el
dinero valga más que la otra cosa, caso contrario degeneraría en permuta,
igualmente debe ser determinado o fácilmente determinable.
Ej.: $500.000 o un salario mínimo mensual vigente que sea real no simulado que
corresponde a una situación contractual verídica, que sea serio, lo contrario es
que sea irrisorio cuando no guarda proporción con el valor real de la cosa vendida
(Art. 920 inc. 2° C.Co.).
El precio igualmente debe ser justo, debe haber un verdadero equilibrio entre los
contratantes.

LAS ARRAS.
Vienen desde el Derecho Romano, son cosas o sumas de dinero que un
contratante entrega a otro como garantía de la celebración y ejecución de un
contrato y pueden darse en todos los contratos y estas pueden ser:
Simples: Dan derecho a retractarse y no forman parte del precio (Art. 1859 C.C.).
Solemnes: Son partes del precio y plena prueba de la irrevocabilidad del contrato
(Art. 1861 C.C.).

El profesor José Alejando Vonimento señala que las arras son penitenciales o de
retractación (Art. 1859 C.C.) y confirmatorias (Art. 1861 C.C.) las que son parte del
precio.

ARRAS SIMPLES, PENITENCIALES O DE RETRACTACIÓN.


Estas arras dan el derecho de retractarse del negocio y no forman parte del precio
y el término para retractarse lo fijan las partes libremente en el contrato y si no lo
hacen o guardan silencio la ley señala el término de dos meses a partir de la fecha
de la promesa.

ARRAS SOLEMNES O CONFIRMATORIAS.


Las partes no tienen el derecho de retractarse del contrato y si forman parte del
precio (Art. 1861 C.C.) y si se dan arras como parte del precio la venta se reputa
perfecta y si estas arras se incumplen el perjudicado puede demandar el
cumplimiento del contrato o la resolución del mismo en ambos casos con
indemnización de perjuicios y si en el contrato no se especifica qué tipo de arras
se pactan se entenderán que son arras de retracto.

CLÁUSULA PENAL.
Se llama cláusula penal pecuniaria y tiene por objeto asegurar el cumplimiento de
una obligación, la define el Art. 1592 C.C. y es aquella que se pacta para asegurar
el cumplimiento de un negocio y se sujeta a una pena que consiste en dar o hacer
en caso de no ejecutar o retardar la obligación principal y puede pactarse a favor
de un tercero distinto del acreedor, tiene un carácter accesorio y la nulidad de la
obligación principal acarrea la de la cláusula penal, lo accesorio accede a lo
principal, por tanto sirve de garantía y sólo puede exigirse a partir de la mora del
deudor y una vez constituido en mora el deudor puede el acreedor demandar
simultáneamente la obligación principal y la cláusula penal.

Esta cumple las siguientes funciones de acuerdo a la doctrina:

a)      Sirve de apremio al deudor, constituye presión para que cumpla la obligación.

b)      Sirve de garantía, hace las veces de caución para asegurar el cumplimiento de


la obligación principal.

Si se demanda la cláusula penal no podrá demandarse al propio tiempo la


indemnización de daños y perjuicios, estos dos pedimentos son incompatibles, así
lo señala el Art. 1600 C.C. porque la cláusula penal implica la estimación
anticipada de perjuicios.

LA VENTA DE COSA AJENA:

La venta de cosa ajena es válida sin perjuicio de los derechos del verdadero
dueño mientras no se extinga por el tiempo, pues si el vendedor no es dueño de la
cosa vendida evidente resulta que no puede transferir la propiedad pues nadie
puede transferir lo que no tiene y por tanto la validez de la venta está sujeta a que
el verdadero dueño la ratifique. Recordemos la teoría del título y el modo, dos
elementos distintos el contrato o título y la entrega o modo; el contrato así mismo
no transmite propiedad, requiere de la entrega, en la venta de cosa ajena vale el
título pero no puede ejecutarse el modo, no puede transmitirse la propiedad de la
cosa pues el que vende cosa ajena no tiene la propiedad de la cosa vendida a
menos que lo ratifique el verdadero dueño. En conclusión el contrato como tal es
válido pero la tradición es nula pues si el verdadero dueño consiente la deuda
confiere al comprador la tradición, por tanto la venta de cosa ajena vale respecto
al contrato o título pero no respecto al modo o tradición.

ACCIÓN DE DOMINIO O REIVINDICATORIA:

La señala el Art. 946 C.C. Es la que tiene el dueño de una cosa singular de que no
está en posesión para que el poseedor de ella sea condenado a restituirla y
pueden reivindicarse las cosas corporales raíces inmuebles excepto las cosas
muebles compradas en feria, almacén o similar y puede reivindicar la propiedad el
dueño, el que tiene la propiedad plena o nuda, absoluta o fiduciaria de la cosa (Art.
950 C.C.) y esta acción se dirige contra el poseedor actual y la Corte ha dicho que
esta acción no se puede ejercer contra el tenedor. Prescribe en diez años (Art. 1°
Ley 791 de 2002).

LA ACCIÓN POSESORIA:

Tiene por objeto conservar o recuperar la posesión de bienes raíces o de


derechos reales constituidos sobre ellos (Art. 972 C.C.), procede entonces sólo
sobre bienes raíces que pueden ganarse por prescripción y estas prescriben al
cabo de un año completo contado desde que el poseedor anterior la ha perdido
(Art. 976 inc. 1° C.C.).

LA ACCIÓN PUBLICIANA:

La acción reivindicatoria se llama publiciana cuando se concede al que ha perdido


la posesión regular de la cosa y estaba a punto de ganarla por prescripción, no se
requiere probar dominio sino posesión, pero esta acción no vale contra el
verdadero dueño ni contra quien alega igual o mejor derecho. Finalmente la
compra de cosa propia no vale (Art. 1872 C.C.), el comprador tendrá derecho a
que se le restituya lo que hubiere dado por ella y en este caso el contrato más que
nulo es inexistente.

PACTOS ACCESORIOS DE LA COMPRAVENTA.

Son ciertos acuerdos o convenciones que las partes hacen por medio de cláusulas
especiales al celebrar el contrato de compraventa, los pactos accesorios son
elementos accidentales del contrato. El Código Civil enumera tres pactos
accesorios a la compraventa: el pacto comisorio (Art. 1935 C.C.), el pacto de
retroventa (Art. 1939 C.C.) y el pacto de retracto o pacto de mejor comprador (Art.
1944 C.C.).

EL PACTO COMISORIO:

Por este pacto se estipula expresamente en el contrato si el comprador se paga el


precio en el plazo convenido se resuelve el contrato de venta. Se parece a la
condición resolutoria tácita con la diferencia de que el pacto comisorio siempre se
expresa en el contrato, por eso también la llaman condición resolutoria expresa y
se refiere solamente al incumplimiento del comprador, no de las partes como
ocurre en la condición resolutoria tácita. En conclusión el pacto comisorio sólo se
refiere al incumplimiento del comprador en pagar el precio acordado y si ello
sucede el vendedor tiene las siguientes acciones: exigir el pago del precio o pedir
la resolución del contrato en ambos casos con indemnización de perjuicios y el
Código señala dos clases de pactos comisorios: simple si aplica de acuerdo a los
términos del contrato y calificado si se le dan 24 horas al deudor a partir de la
notificación de la demanda para pagar la obligación y revivir el contrato (Arts. 1935
a 1937 C.C.) y prescribe en cuatro años a partir del contrato.

EL PACTO DE RETROVENTA.

En este caso el vendedor de la cosa se reserva el derecho de recobrar lo vendido


rembolsando al comprador su valor. La Corte Suprema de Justicia ha dicho que el
pacto de retroventa es una venta sometida a condición resolutoria, en este pacto
el vendedor tiene la acción de retroventa mediante la cual busca recobrar la cosa
que vendió, prescribe la acción en cuatro años y si se trata de bienes inmuebles
debe comunicarse al comprador con seis meses de antelación y si es de bienes
muebles con quince días.

Ej.: Los contratos que utilizan las “prenderías”.

EL PACTO DE RETRACTO O DE MEJOR COMPRADOR.

Lo señala el Art. 1944 C.C. Se pacta que si dentro del año siguiente a la venta
aparece otra persona o un tercero que mejore el precio de la venta u otro mejor
comprador se resolverá el contrato a menos que el primer comprador iguale o
mejore la oferta del segundo. Este pacto puede aplicarse también a la permuta, al
arrendamiento, al mutuo y en el fondo este pacto ha sido considerado como un
contrato de opción, prescribe en un año a partir de la venta. El profesor Alejandro
Vonimento señala que este pacto conlleva una condición resolutoria del contrato y
señala que hay que entender que si el comprador se coloca en las mismas
condiciones del tercero debe ser preferido.
Finalmente el Art. 1946 C.C. estipula que también podrán pactarse cualesquiera
otros pactos accesorios lícitos, no sólo los anteriormente estudiados y entre estos
están el pacto de reserva de dominio, el pacto de exclusividad, el pacto de cuota
Litis y en el derecho comercial se encuentra el pacto de preferencia contemplado
en el Art. 862 C.Co., el cual al no referirse concretamente al contrato de
compraventa no será tema de estudio.

EL PACTO DE RESERVA DE DOMINIO.

Lo contemplan los Arts. 750 y 1931 C.C. y el 952 y ss. C.Co. El pacto de reserva
de dominio puede versar sobre bienes muebles en materia civil y muebles e
inmuebles en materia comercial, se basa en que el vendedor no transfiere la
propiedad o dominio de la cosa vendida sino hasta su pago total, es una limitación
al dominio hasta el no pago total de la cosa de gran utilización en las ventas al
público particularmente en vehículos automotores. El vendedor conserva la
propiedad o dominio de la cosa ajena, por su parte el comprador tiene la posesión,
es decir el uso y el goce y una vez pagada la cosa en su totalidad el dominio de la
misma pasa al comprador. Respecto a efectos ante terceros la reserva de dominio
debe inscribirse pues en materia mercantil sólo produce efectos a partir de su
inscripción en el registro mercantil (Art. 953 C.Co.), si se trata de vehículos
automotores ante la respectiva autoridad de tránsito y los bienes muebles deben
ser singularizables (que constituyan una unidad) como un vehículo, un
computador, y no cabe sobre bienes fungibles que se destruyan con el uso. En
caso de incumplimiento en el pago por parte del comprador el vendedor podrá
ejercer la acción de restitución en los términos de los Arts. 948 y 966 C.Co.

PACTO DE EXCLUSIVIDAD:

Este pacto sólo afecta a una de las partes, al que vende y se obliga a suministrar
bienes o servicios a la otra con exclusión de cualquier otro consumidor o
comprador y la otra parte, la que compra se obliga a su vez a no adquirir a ningún
otro proveedor el bien que allí se pacta, puede obligara a ambas partes aunque
puede suceder que este pacto se suscriba dando exclusividad solamente a una de
ellas. Este pacto que teóricamente sería propio del contrato de suministro está
considerado por la ley como una acto de competencia desleal pues el Art. 19 de la
Ley 256 de 1999 considera desleal pactar en los contratos de suministro cláusulas
de exclusividad pues debe advertirse que el suministro es una venta periódica, es
un contrato de tracto sucesivo a diferencia de la compraventa que es de ejecución
instantánea.

OBLIGACIONES DE LAS PARTES EN LA COMPRAVENTA.

La regla general es que el vendedor tiene la obligación de entregar la cosa y de


sanearla y el comprador a su vez tiene la obligación de pagar el precio y de recibir
la cosa. El Art 1889 C.C. señala que la obligación del vendedor es la entrega o
tradición y el saneamiento de la cosa vendida y la obligación de entregar es
transferir la propiedad y procurar la libre posesión no solo civil sino física; esto es
traditar en sentido jurídico, por ello el saneamiento de la cosa vendida comprende
dos aspectos: amparar al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa
y responder por los vicios redhibitorios o defectos ocultos de la cosa, por ello el
saneamiento es de dos clases: saneamiento por evicción y saneamiento de vicios
redhibitorios.

SANEAMIENTO POR EVICCIÓN:

El Art. 1894 C.C. dice que hay evicción de la cosa comprada cuando el comprador
es privado del todo o de parte de ella por sentencia judicial; del todo cuando se
compra cosa ajena o un bien robado y de parte cuando el bien soporta gravamen
o carga real (hipoteca, prenda o servidumbre). La evicción implica entonces que al
comprador se le despoje de la posesión en virtud de sentencia judicial, para que
haya evicción se requiere que un tercero alegue mejor derecho sobre la cosa
comprada y ese tercero haya iniciado acción judicial que prive al actual comprador
de su derecho de propiedad, es entonces cuando el vendedor debe responder o
sanear por evicción. En conclusión evicción es cuando el comprador es privado
del todo o parte de la cosa por sentencia judicial y saneamiento es la obligación
que surge de ello, es decir la obligación de sanear a cargo del vendedor, es por
ello que se habla de saneamiento por evicción, esta figura viene del Derecho
Romano y es propia de la compraventa, pero también se podría aplicar al
arrendamiento, el arrendador está obligado a librar al arrendatario de toda
perturbación de la tenencia.

El vendedor está obligado a sanear al comprador todas las evicciones que tengan
una causa anterior a la venta salvo que se haya estipulado lo contrario en el
contrato (Art. 1895 C.C.), pero si existe mala fe del vendedor probada esta
estipulación en contrario será nula. A su vez el Art. 1909 C.C. señala que la
estipulación que exime al vendedor de la obligación de sanear la evicción no lo
exime de la obligación de restituir el precio recibido. La acción de saneamiento la
instaura el comprador perjudicado y puede intentarse solidariamente contra los
herederos del vendedor o contra cualquiera de ellos, lo mismo sucede si son
varios vendedores pero cada uno responderá a prorrata de su cuota hereditaria lo
cual rige también para el caso de que sean varios vendedores aclarando que la
acción de saneamiento es indivisible y solo en estos casos sería divisible.
Finalmente la acción de saneamiento por evicción comprende dos aspectos
básicos: la acción de defensa de la cosa o denuncia del pleito y la acción de
restitución y reparación de perjuicios. La denuncia del pleito por evicción se da
cuando el comprador a quien se demanda la cosa vendida por causa anterior a la
venta deberá citar al vendedor para que comparezca a defenderla (Art. 1899
C.C.), se trata de una denuncia de pleito que señalan los Arts. 54 a 56 C.P.C.,
acto procesal que se hace dentro del término de contestación de la demanda.

Finalmente el saneamiento por evicción comprende los siguientes aspectos. El


vendedor es obligado a:

1.       La restitución del precio aunque la cosa al tiempo de la evicción valga menos.

2.       Al pago de las costas del contrato o gastos notariales, de registro, impuestos
que hubiese pagado el comprador.

3.       La del valor de los frutos que el comprador hubiere sido obligado a restituir al
dueño.

4.       Las costas que el comprador hubiere sufrido a consecuencia de la demanda.

5.       El aumento del valor que la cosa edita haya tomado por causas legales o por
transcurso del tiempo (Art. 1904 y 1907 C.C.) y en general deberá reconocer al
comprador las mejoras que éste hubiere hecho.

En las ventas forzadas por remate el vendedor no es obligado a salir al saneamiento


por evicción (Art. 1908 C.C.). Esta acción prescribe en cuatro años desde la fecha
de la sentencia de evicción o si la sentencia no se ha pronunciado desde la
restitución de la cosa (Art. 1913 C.C.).

Finalmente en materia comercial la evicción se toca de manera más reducida en los


Arts. 940 nums. 2 y 3 y 941 C.Co. y la diferencia esencialmente radica en que aquí
la prescripción es solo de dos años contados a partir del momento en que el
comprador restituye la cosa, pague el precio o purgue el gravamen.

DEL SANEAMIENTO POR VICIOS REDHIBITORIOS.

Son los defectos ocultos de la cosa vendida que el comprador no advirtió al comprar y
en este caso el vendedor debe garantizar que la cosa vendida esté libre de
defectos ocultos propios de la naturaleza misma del objeto del contrato y si ello es
así debe responder ante el comprador. Los vicios redhibitorios son siempre
ocultos, no pueden ser manifiestos y evidentes y es lógico que el comprador al
conocerlos probablemente no hubiese contratado o hubiese pedido rebaja del
precio pues si el vicio es manifiesto y a sabiendas se compra no existe engaño.
Los requisitos de los vicios redhibitorios son:

1.       Haber existido al tiempo de la venta


2.       Ser tales que por ellos la cosa vendida no sirva para su uso natural o sirva
imperfectamente que de conocerlos el comprador no hubiese contratado o hubiese
ofrecido menor precio.
3.       No haberlos manifestado el vendedor y ser tales que el comprador haya podido
ignorarlos sin negligencia grave de su parte.

Ante la presencia de los vicios redhibitorios u ocultos el comprador tiene las


siguientes acciones: pedir la rescisión de la venta o pedir la rebaja del precio
(acción quantis minoris), lo anterior conforme al Art. 1917 C.C. Los vicios
redhibitorios dan derecho al comprador para exigir o la rescisión de la venta o la
rebaja del precio según mejor le pareciere y lo hace a través de la acción
redhibitoria consagrada en el Art. 1914 C.C., si el vendedor conocía los vicios y los
ocultó está obligado a pagar prejuicios además de la restitución del bien o rebaja
del precio.

De acuerdo al Art. 1923 C.C. la acción redhibitoria prescribe en seis meses para
bienes muebles y en un año para bienes inmuebles y el tiempo se contará desde
la entrega real pudiendo las partes en el contrato ampliar o restringir este plazo.

OBLIGACIONES DEL COMPRADOR EN LA COMPRAVENTA.

Se reducen a dos: pagar la cosa y recibirla. El Art. 1928 C.C. señala que la principal
obligación del comprador es pagar el precio convenido y este debe ser en dinero y
en caso de incumplimiento por parte del comprador el vendedor podrá ejercer la
acción resolutoria, podrá pedir que las cosas vuelvan a su estado anterior o que se
cumpla tardíamente en ambos casos con indemnización de perjuicios (Art. 1930
C.C.). Respecto de recibir la cosa el Código Civil no lo señala de manera expresa
pero si lo señala el Código de Comercio, el comprador está obligado a recibir la
cosa en el lugar y tiempo estipulado, caso contrario está obligado a indemnizar. En
el contrato de compraventa se presenta la lesión enorme y existe cuando hay una
desproporción en el justo precio de la cosa que se vende o se compra, el Art. 1947
C.C. señala que el vendedor sufre lesión enorme cuando el precio que recibe es
inferior a la mitad del justo precio de la cosa que vende y para el comprador
viceversa.

Ej.: La cosa vendida vale $1’000.000.oo y recibe como precio la suma de


$450.000.oo.

Esta acción tiene un carácter objetivo pues solamente se mira la proporción del precio
que puede existir en el contrato que sea inferior o superior a la mitad de justo
precio para que se configure a favor de cualquiera de las partes, esta figura viene
del Derecho Romano y el precio se consideraba vil cuando era inferior a la mitad
del precio.

Esta acción sólo cabe en bienes inmuebles que no se trate de ventas en subasta
pública, que el engaño sea enorme, que no se trate de contratos aleatorios y que
no haya prescrito pues la prescripción opera en cuatro años contados desde la
fecha del contrato. El Art. 1946 C.C. señala que el contrato de compraventa podrá
rescindirse por lesión enorme, ello quiere decir que en la promesa de venta no
existe lesión enorme pues la promesa no produce una obligación de dar sino de
hacer y cabe la lesión enorme en la hipoteca (Art. 2455 C.C.), en la permuta de
inmuebles (Art. 1958 C.C.), en la cláusula penal (Art. 1601 C.C.), en el mutuo con
interés (Art. 2231 C.C.), en la anticresis (Art. 2466 C.C.), en la aceptación y
partición de la herencia (Arts. 1291 y 1401 C.C.).

LA VENTA DE CUERPO CIERTO:

Si se vende como cuerpo cierto no se tiene en cuenta la extensión del predio y la


obligación del vendedor es entregar el predio como un todo (una casa, un
apartamento) y no habrá lugar para pedir rebaja o aumento del precio cualquiera
que fuere la extensión del predio, si se vende por linderos el vendedor está
obligado a entregar todo lo comprendido en ellos (Art. 1889 C.C.).

VENTA POR CABIDA:

El Art. 1887 C.C. dice: si se vende por cabida debe tenerse en cuenta la extensión del
predio y el vendedor debe responder por el número exacto de metros o hectáreas
y esta figura se da en la venta de predios rurales o fincas. Si la cabida real es
mayor que la declarada en el contrato el comprador debe aumentar
proporcionalmente el precio salvo que el precio de la cabida que sobre alcance en
más de una décima parte del precio de la cabida real, en este caso podrá el
comprador a su arbitrio o aumentar proporcionalmente el precio o desistir del
contrato y si desiste deben resarcirse perjuicios a su favor (Art. 1888 C.C.) y si la
cabida real es menor que la declarada deberá el vendedor completarla y se
aplicará en viceversa el artículo anterior. Esta acción prescribe en un año contado
desde la entrega y se puede ejercer simultáneamente con el de la lesión enorme.

CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS MERCANTILES

 Contratos Unilaterales y Bilaterales: El contrato unilateral es de acuerdo


a voluntad que engendra solo obligaciones para una parte de derechos y de
derecho para la otra. El contrato Bilateral es de acuerdo de voluntades que
da nacimiento a derechos y obligaciones en ambas partes.
 Contratos Onerosos y Gratuitos: Es onerosos el contrato que impone
provechos y gravámenes recíprocos. Es gratuito en que los provechos
corresponden a una de las partes y los gravámenes a la otra. No es exacto,
como afirman algunos autores, que todo contrato bilateral sea oneroso y
todo contrato unilateral sea gratuito.
 Contratos conmutativos y aleatorios: Los contratos onerosos se
subdividen en conmutativos y aleatorios.
 Conmutativo: cuando los provechos y los gravámenes son ciertos y
conocidos desde la celebración del contrato; es decir, cuando la cuantía de
las prestaciones puede determinarse desde la celebración del contrato.
 Aleatorios: cuando los provechos y los gravámenes dependen de una
condición o término, de tal manera que no pueda determinarse la cuantía
de las prestaciones en forma exacta, sino hasta que se realice la condición
o termino.
 Contratos reales y consensuales: Los contratos reales son aquellos que
se constituyen por la entrega de la cosa. Entre tanto no exista dicha
entrega, solo hay un ante contrato, llamado también contrato preliminar o
promesa de contrato.
 Contratos formales y consensuales: Otra clasificación muy importante,
por las consecuencias que tiene en cuanto a la validez y nulidad de los
contratos, es la que los distingue en solemnes, formales o consensuales.
Esta materia relativa a la formalidad o solemnidad la estudiamos ya al tratar
los elementos de validez de contrato; pero ahora, para definir, diremos que
son contratos formales a aquellos en los que el consentimiento debe
manifestarse por escrito. Con un requisito  validez, de tal manera que si no
se otorga en escritura pública o privada, según el acto, el contrato estará
afectado de nulidad relativa. Por consiguiente, el contrato formal es
susceptible de ratificación expresa o tacita; en la expresa se observa la
forma omitida; en la tacita se cumple voluntariamente y queda purgado el
vicio. El contrato consensual en oposición al formal, es aquel que para su
validez no requiere que el consentimiento se manifieste por escrito y, por lo
tanto, puede ser verbal, o puede tratarse de un consentimiento tácito,
mediante hechos que necesariamente lo supongan, o derivarse del
lenguaje mímico, que es otra forma de expresar el consentimiento sin
recurrir a la palabra o a la escritura.
 Contratos principales y contratos de garantía o accesorios: Los
principales son aquellos que existen por sí mismos, en tanto que los
accesorios son los que dependen de un contrato principal. Los accesorios
siguen la suerte de los principales porque la nulidad o la inexistencia de los
primeros originan a su vez, la nulidad o la inexistencia del contrato de
accesorios.
 La anticresis: Es un contrato en virtud del cual un deudor entrega al
acreedor un bien inmueble para que con los frutos de éste produzca se
pague la obligación. Entonces  la anticresis es a la vez que un contrato, una
forma de pago, porque es un contrato para pagar. La entrega del bien se
hace para que con el producido de él se extinga la obligación. En esta clase
tenemos como ejemplo de estos bienes: Casas, apartamentos, edificios.
 Suministro: Contrato por el cual una parte se obliga, a cambio de una
contraprestación, a cumplir en favor de otra, en forma independiente,
prestaciones periódicas o continuadas que pueden ser bienes o servicios.
Es común que lleve una cláusula de preferencia, que consiste en que la
parte que percebe el suministro se obliga a preferir al proveedor. Como
ejemplo tenemos: Los suministros de comida, energía, enseñanza y
conservación de animales.
 Aleatorio: Es aquel en el que dos personas estipulan obligaciones
recíprocas vinculadas a un hecho incierto del cual va desprenderse la
utilidad o la pérdida indistintamente para ambos o cada uno de ellos. En
este caso tenemos como ejemplo: Los contratos de seguro. Las rifas, las
apuestas y la lotería.
 El transporte: El transporte es un contrato por medio del cual una de las
partes se obliga para con la otra, a cambio de un precio, a conducir de un
lugar a otro, por determinado medio y en plazo fijado, personas o cosas y a
entregar éstas al destinatario. Se perfecciona por el acuerdo de las partes y
se prueba conforme a las reglas legales. Como ejemplo tenemos: Las
empresas de domicilios motorizadas. Copetrán y Avianca.
 Seguro: Estos contratos tienen fines específicos como prevenir y disminuir
las consecuencias dañosas de ciertos riesgos, o sea acontecimientos
fortuitos que lesionan los bienes o ciertos derechos de las personalidades
de los seres humanos. Se perfecciona desde el momento en que el
asegurador suscribe la Póliza. Tiene las características de los contratos
aleatorios, bilaterales, condicionales, solemnes, onerosos y de tracto
sucesivo. En general, los seguros recaen sobre tres clases de derechos
subjetivos: El derecho de propiedad en todas sus variedades, los de
responsabilidad y sobre los derechos humanos. Los elementos esenciales
de este contrato son: El interés asegurable, el riesgo asegurable, la prima o
precio y la obligación condicional. Tenemos como ejemplos: los seguros de
vida, los seguros contra incendios, de automóviles, contra catástrofe, etc.
 Fiducia mercantil: La fiducia mercantil es un negocio jurídico en virtud del
cual una persona, llamada fiduciante o fideicomitente, transfiere uno o más
bienes especificados a otra, llamada fiduciario, quien se obliga a
administrarlos o enajenarlos para cumplir una finalidad determinada por el
constituyente, en provecho de éste o de un tercero llamado beneficiario o
fideicomisario. Una persona puede ser al mismo tiempo fiduciante y
beneficiario.
 Los contratos fiduciarios: Son los acuerdos que celebra la fiduciaria con
cada uno de sus clientes para dar nacimiento a los negocios fiduciarios.
Existen dos clases de Contratos fiduciarios como son: La Fiducia Mercantil
y el contrato de encargo fiduciario. Mediante la fiducia mercantil el
fideicomitente se desprende de la propiedad de los bienes que entrega,
sacándolos de su patrimonio. Estos bienes conforman un patrimonio
autónomo, que es administrado por la sociedad fiduciaria.
 Mandato mercantil: Es un contrato por el cual una parte se obliga a
celebrar o ejecutar uno o más actos de comercio por cuenta de otra. El
mandato puede conllevar o no la representación del mandante. El mandato
consta de dos partes:
o El mandante: que se encarga de la ejecución de los actos de
comercio.
o El Mandatario, que se obliga a celebrar o ejecutar los actos de
comercio por cuenta del mandante.
 Comisión: Es una especia de mandato por el cual se encomienda a una
persona que se dedica profesionalmente a ello, la ejecución de negocios en
nombre propio o por cuenta ajena. La Comisión es un mandato sin
representación, en el que las partes se denominan Comitente que ejecuta
los negocios y Comisionista quien recibe el encargo pero actúa a nombre
del Comitente. Como Ejemplo tenemos: Las bolsas de valores, ventas de
bienes raíces.
 La Agencia Comercial: Un comerciante asume en forma independiente y
de manera estable el encargo de promover o explotar negocios en una
determinada rama y zona fija del país como representante de una empresa,
la cual se le denomina Agente, quien es un comerciante y debe cumplir las
reglas comerciales. Como ejemplo tenemos: Las agencias de viajes y las
multinacionales
 Corretaje: Se define como aquel que en virtud del cual una de las partes
(corredor) se compromete a indicar a otra (comitente) las oportunidades de
celebrar un negocio jurídico, o a servirle de intermediario de este negocio a
cambio de una comisión. Tiene como característica principal que es
unilateral, ya que el corredor no se compromete. Como ejemplo
tenemos: Las oficinas de seguros, las inmobiliarias.
 Leasing: Operación de arrendamiento financiero el cual entrega a título de
arrendamiento bienes adquiridos para el efecto, uso y goce a cambio del
pago de cánones que recibirá en un plazo determinado, pactándose al final
del período una opción de compra. El activo se amortizará durante la
duración del contrato, generando la utilidad respectiva. Ejemplo: Oficinas, 
maquinaria y otros bienes.
 Franquicias: Contrato en el cual el franquiciador le permite al franquiciador
hacer el mercadeo de un producto o servicio bajo su nombre, contra el pago
de un derecho de entradas para ambos. El franquiciador hace la inversión
necesaria para el negocio bajo las reglas del franquiciador, asumiendo sus
propios riesgos. Especialmente se encuentra relacionado con el Know-
how. Como ejemplo tenemos: Pizza Hut. Mac Donalds.
 Factoring: Es un acuerdo por el cual, una empresa comercial denominada
cliente, contrata con una entidad financiera denominada Compañía de
Facturación, para que ésta le preste un conjunto de servicios en los que
incluye principalmente la financiación de sus créditos con sus clientes,
asumiendo el riesgo del cobro a cambio de una contraprestación. Como
ejemplo tenemos: las facturas de compraventa, las letras de cambio,
 Concesión: Los celebran las empresas con el objeto de otorgar una
persona llamada concesionario la prestación de un servicio o producto, así
como todas aquellas actividades necesarias para la prestación de una obra
o servicio por cuenta del concesionario y bajo el control de la entidad
concedente a cambio de una remuneración. Como ejemplo están: Los
espacios que arriendan en los supermercados para la venta de ciertos
productos.
 Reporto: Es aquel en el cual una persona vende título de crédito o de
inversión a otra, la cual se obliga a transferirle dentro de un plazo títulos de
la misma especie a cambio de un precio, la función es permitir a quien
posee los título (reportado) que no pierda su dominio a quien los adquiere
(reportador) obtener utilidades, recuperando el valor que pago por estos.
Son conocidos como operaciones repo negociados en la bolsa de valores.
 Maquila: Es un sistema de subcontratación internacional realizado por una
empresa llamada maquiladora, quien importa materia prima e insumos y
son exportados para que otra empresa del exterior los incorpore a su
proceso productivo o los envíe a un tercer país. La maquila enmarca dentro
de los llamados sistemas especiales de importación – exportación. Como
ejemplo tenemos: Las fabricas que pulverizan los huesos de los pollos.
 Futuros o forward: Contrato en el cual las partes se obligan a comprar o
vender ciertos activos en un fecha futura, acordando la cantidad, precio y
fecha en que se ejecutará el contrato. Son comunes en las materias primas,
las cuales buscan asegurar frente a los aumentos y bajas en los precios y
sobre las divisas que cubren por adelantado los riesgos de cambio
comprando o vendiendo moneda extranjera. Ejemplo: las cosechas como el
algodón y el trigo.
 Underwriting: Contrato en virtud del cual una sociedad comisionista de
bolsa o entidad financiera se compromete colocar al público los títulos
emitidos por una sociedad. Se pueden presentar comúnmente en
sociedades anónimas, pero existen normas que permiten bonos a las
comanditarias por acciones, de responsabilidad limitada y otras entidades
como cooperativa y sin ánimo de lucro. Tiempo compartido turístico: Aquel
contrato mediante el cual una persona natural o jurídica adquiere, a través
de diversas modalidades, el derecho a disfrutar y disponer a perpetuidad o
temporalmente una unidad mobiliaria turística o recreacional por período de
tiempo cada año, normalmente una semana. Para su validez es necesario
el carácter previo del promotor de inscripción en el registro nacional de
turismo. Ejemplo: Los Resorts y Las Cabañas en conjuntos privados.

2. Contratos de compra – venta

La compraventa es un contrato en virtud del cual una de las partes se obliga a dar
una cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y ésta comprar. El
dinero que el comprador da por la cosa vendida, se llama precio.

Este contrato es el que tiene mayor importancia entre los de su clase porque
se trata del contrato tipo traslativo de dominio y, además, porque constituye
la principal forma moderna de adquisición de riqueza; es decir, tanto en su
función jurídica como económica, debe merecer un estudio especial.
Como contrato tipo de los traslativos de dominio, aplicaremos sus reglas
principales a la permuta; sufrirán estas modificaciones esenciales en la donación;
también recurriremos a la compraventa para explicar ciertas especialidades del
mutuo, de la sociedad, de la transacción y de la renta vitalicia.

Por otra parte, la compraventa constituye el medio primordial de adquirir el


dominio. Las formas de adquisición del dominio están representadas por el
contrato, la herencia, la prescripción, la ocupación, la accesión, la adjudicación y la
ley. El contrato es en el derecho moderno la forma principal de adquirir la
propiedad dentro de los contratos traslativos de dominio.

La compraventa en el derecho latino moderno, que deriva del Código Napoleón,


es un contrato traslativo de dominio, que se define como el contrato por virtud del
cual una parte, llamada vendedor, transmite la propiedad de una cosa o de un
derecho a otra, llamada comprador, mediante el pago de un precio cierto y en
dinero.

 Compraventa con reserva de dominio: Es aquella en que la transferencia


del dominio queda sujeta a una condición suspensiva que puede consistir
en el pago del precio o cualquier otra lícita. No es reconocida por todos los
ordenamientos jurídicos.
 Compraventa a plazo (en abonos): Es aquella en que el vendedor, por un
lado, realiza la transferencia de la propiedad, y por otro el comprador, se
obliga a realizar el pago fraccionado en un determinado número de cuotas
periódicas.
 Compraventa (al gusto): Es aquella que está sometida a la condición futura
e incierta de superar una prueba o degustación que permita averiguar si la
cosa posee la calidad expresa o tácitamente convenida.
 Compraventa con pacto de preferencia: Es aquella en la que se establece,
para el comprador, la obligación de permitir, en caso de futura venta, que
una determinada persona adquiera la cosa, con prioridad sobre el resto de
eventuales compradores. Igualmente, el comprador estará además obligado
a informar al beneficiario del pacto de preferencia sobre la puesta en venta
del bien.
 Compraventa con pacto de retroventa: Es aquella en que se atribuye al
vendedor un derecho subjetivo, por el que puede recuperar el objeto
vendido. Cabe añadir que la finalidad económica de esta figura gira en
torno a la posibilidad de que el vendedor adquiera liquidez suficiente, con la
futura esperanza de recuperar la cosa. De ahí que existan grandes
facilidades para simular una compraventa con pacto de retroventa,
tratándose realmente de un préstamo garantizado.
 Compraventa con pacto comisorio.
 Compraventa con arras. Esta es un acuerdo, mediante el pago de una
compensación económica de una suma de dinero, conocida como arras.
 Compraventa con garantía hipotecaria: Es aquel que se realiza cuando el
comprador adquiere un bien mueble o inmueble y en el mismo acto está
adquiriendo e hipotecando. Se hace ante la fe de un notario público y para
que se pueda realizar la compraventa en esta modalidad el bien no debe
tener ningún gravamen, esto se debe demostrar con un certificado que
expide el Registro Público de la Propiedad y Comercio del Estado en donde
se esté realizando el contrato.

2.1. Características

 Es Consensual.- Se perfecciona con el simple consentimiento. Las partes


eligen libremente la forma en que van a hacer su manifestación de
voluntad.
 Es onerosa.- hay un desprendimiento y un enriquecimiento recíproco para
el vendedor porque sale de su dominio pero ingresa el dinero a su
patrimonio.
 Es Conmutativa.- En sus dos sentidos salvo que sea compra-venta de
bienes futuros o ajenos. Equivalencia del bien y el precio.
 Es un contrato con prestaciones recíprocas.- Las partes son acreedoras y
deudoras al mismo tiempo.
 Es un contrato de ejecución instantánea.- Compra-venta al contado o
escalonada, si es una compra venta a plazos no puede ser de tractos
sucesivos.
 Por la compra-venta en vendedor se obliga a transferir la propiedad del
bien.- se obliga al comprador a pagar el precio en dinero y no en otra cosa
o servicio.

2.2. Semejanzas y diferencias

2.2.1. La Permuta

En la compra-venta el vendedor se obliga a entregar el bien y el comprador a


pagar el precio. En la permuta hay intercambio de bienes. Originalmente, primero
fue la permuta (trueque); al aparecer el dinero, la compra venta pasa a ser más
importante. En ambos casos hay obligación de transferencia de la propiedad, pero
puede ser que la parte del precio se paga en dinero y de acuerdo con la intención
manifiesta de los contratantes, independientes de la denominación que se le dé. Si
no consta la intención de las partes, el contrato es de permuta cuando el valor del
bien es igual o excede al del dinero, mientras que el de compra-venta es menor.

2.2.2. El Arrendamiento

En ambos el titular se obliga a entregar el bien, de vendedor a comprador. El


arrendador al arrendatario. Pero en la compra-venta la transferencia es de la
propiedad y a perpetuidad no existe obligación de devolverlo.

2.3. Elementos  de la compra – venta


Comprador: Es la persona física o jurídica que se compromete a pagar una cosa a
cambio de un precio cierto expresado en dinero o símbolo que lo represente. Este
contrato en el orden general, determina en el Art.1650 c.c., la primera obligación
del comprador, al decir: «La obligación principal del comprador, es pagar el precio
el día y en el lugar convenido en la venta». Este compromiso aunque parece
único, es complejo por lo cual propio para un examen más detallado.

Vendedor: Es la persona física o jurídica que se compromete a entregar la cosa,


igual que en el caso anterior tiene que tener capacidad jurídica. Las obligaciones
se reducen a la entrega y garantía contra los vicios ocultos de la operación. Así lo
confirma el Art.1603 c.c.: «Existen dos obligaciones principales: la de entregar, y la
de garantizar la cosa que se vende». El vendedor tiene el deber y la obligación, al
concluir la venta, de hacer entrega de los bienes o de los derechos definitivos que
existen sobre estos.

No debe confundirse la puesta en posesión de parte del vendedor al comprador,


con la transmisión de los derechos de esta. De ahí que la posesión puede ser
previa a la finalización de la venta definitiva, o posterior. En todo caso, el retraso
de la entrega, no disminuye las obligaciones contraídas, tan solo prolonga la
adquisición física de los bienes, pero no altera el derecho del vendedor, quien
puede reclamar sus derechos.

Elementos Reales:

 La cosa: objeto material, en oposición a los derechos creados sobre él y a


las prestaciones personales. Son bienes o derechos que estén dentro del
comercio.
 El precio: significa valor pecuniario en que se estima algo, valor que se pide
por una cosa o servicio. No es preciso que esté establecido en el momento
de perfeccionar el contrato, ya que puede ser establecido posteriormente
sin necesidad de realizar un nuevo contrato.
 Formales: regularmente los contratos de compraventa no se otorgan por
escrito, ya que la ley no requiere tal formalidad; sin embargo, en la práctica
es habitual que el consentimiento se plasme en un documento privado que
sirva de prueba. Hay excepciones en diferentes ordenamientos jurídicos,
por ejemplo para el caso de bienes inmuebles, o ciertos otros contratos que
se obligan a realizar por escrito, expresa o tácitamente.
 De validez: la capacidad, en donde el principio general dice que toda
persona capaz de disponer de sus bienes puede vender y toda persona
capaz de obligarse puede comprar; y el consentimiento, que se refiere a
que haya un acuerdo de las partes que recaiga sobre el precio y la cosa.

2.4. El bien materia de la venta


Bienes susceptibles de compraventa.- pueden venderse los bienes existentes o
que pueden existir, siempre que sean determinados o susceptibles de
determinación y cuya enajenación no esté prohibida por la ley.

Inasistencia del bien parcial:

 bienes determinados: plenamente identificado se individualiza el bien.


 bienes determinables: no siendo determinado en la actualidad.

Articulo 1532º.- Bienes susceptibles de compra – venta

Pueden venderse los bienes existentes o que puedan existir, siempre que sean
determinados o susceptibles de determinación y cuya enajenación no esté
prohibida por la ley.

Articulo 1533º.- Perecimiento parcial del bien

Si cuando se hizo la venta había perecido una parte del bien, el comprador tiene
derecho a retractarse del contrato o a una rebaja por el menoscabo, en proporción
al precio que se fijo por el todo.

Articulo 1534º.- Compra venta de bien futuro

En la venta de un bien que ambas partes saben que es futuro, el contrato está
sujeto a la condición suspensiva de que llegue a tener existencia.

Articulo 1535º.- Riesgo de cuantía y calidad del bien futuro

Si el comprador asume el riesgo de la cuantía y calidad del bien futuro, el contrato


queda igualmente sujeto a la condición suspensiva de que llegue a tener
existencia.

Empero, si el bien llega a existir, el contrato producirá desde ese momento todos
sus efectos, cualquiera sea su cuantía y calidad, y el comprador debe pagar
íntegramente el precio.

Articulo 1536º.- Compra-venta de esperanza incierta

En los casos de los artículos 1534 y 1535, si el comprador asume el riesgo de la


existencia del bien, el vendedor tiene derecho a la totalidad del precio aunque no
llegue a existir.

Articulo 1537º.- Compromiso de venta de bien ajeno


El contrato por el cual una de las partes se compromete a obtener que la otra
adquiera la propiedad de un bien que ambas saben que es ajeno, se rige por los
artículos 1470, 1471 y 1472.

Articulo 1538º.- Conversión del compromiso de venta de bien ajeno en compra –


venta

En el caso del artículo 1537, si la parte que se ha comprometido adquiere después


la propiedad del bien, queda obligada en virtud de ese mismo contrato a transferir
dicho bien al acreedor, sin que valga pacto en contrario.

Articulo 1539º.- Rescisión del compromiso de venta de bien ajeno

La venta de bien ajeno es rescindible a solicitud del comprador, salvo que hubiese
sabido que no pertenecía al vendedor o cuando este adquiera el bien, antes de la
citación con la demanda.

Articulo 1540º.- Compra-venta de bien parcialmente ajeno

En el caso del artículo 1539, si el bien es parcialmente ajeno, el comprador puede


optar entre solicitar la rescisión del contrato o la reducción del precio.

Articulo 1541º.- Efectos de la rescisión

En los casos de rescisión a que se refieren los artículos 1539 y 1540, el vendedor
debe restituir al comprador el precio recibido, y pagar la indemnización de daños y
perjuicios sufridos.

Debe reembolsar igualmente los gastos, intereses y tributos del contrato


efectivamente pagados por el comprador y todas las mejoras introducidas por
este.

Articulo 1542º.- Adquisición de bienes en locales abiertos al público

Los bienes muebles adquiridos en tiendas o locales abiertos al público no son


reivindicables si son amparados con facturas o pólizas del vendedor. Queda a
salvo el derecho del perjudicado para ejercitar las acciones civiles o penales que
correspondan contra quien los vendió indebidamente.

2.5. Características de los bienes

Los bienes deben existir al momento que se celebra el contrato o deben ser
susceptibles de existir (bienes futuros). Si al momento de celebrarse en el
contrato el bien no existe, el contrato es nulo por falta de objeto. En el caso
de que parte de él haya desaparecido en el momento de celebrarse el contrato se
reduce el precio del bien. Los bienes deben estar dentro del comercio de los
hombres, físicamente posibles. La venta de bienes futuros está sujeta a una
condición suspensiva, la cual significa que el contrato tendrá valor si la cosa llega
a existir totalmente.

Venta de bienes ajenos.- Es posible que se vendan bienes ajenos si el comprador


conocía de la situación, si no fuera así, el comprador tendría derecho al
saneamiento por evicción. Si el comprador adquiere un bien del vendedor, siendo
este bien ajeno no podrá si:

 Establece que el tercero reivindique el bien para pedir el saneamiento por


evicción.
 Demandar la rescisión del contrato que se produce por causal existente al
momento de la celebración del contrato.
 Hacer uso de la acción penal por delito de estafa.

Si el comprador conocía que el bien era ajeno, estaba celebrando el acto con
riesgo. (Art. Del 1541 del CC. Establece los efectos de la rescisión.- Se disuelve
con efectos con efectos retroactivos; las cosas vuelven al estado en se
encontraban en el momento inmediato anterior al contrato pactado, el comprador
debe pagar el bien y el vendedor recibirá lo que ha pagado. La indemnización por
daños y perjuicios (Art. 1542) dice que el adquiriente no puede ser ovacionado o
despojado del bien si la compra está respaldada con su respectiva factura y si se
realizó de buena fe, el vendedor propietario no podrá recuperar el bien, pero
puede demandar la indemnización por daños y perjuicios al que se apropió
indebidamente del bien que era suyo. También puede ejecutar las acciones
penales correspondientes. Aquí hay contradicción en el Art. 68 del Código Penal
que dice que la restitución se hará con la misma cosa aunque se halle en poder de
terceros, salvo el derecho de esta, si fuese culpable para reclamar su valor (ya no
la cosa) contra quien corresponda la norma penal por ser pública prima sobre la
Ley Civil de carácter privado.

El Precio.- Sólo se podrá dar en dinero. Deberá ser fijado de mutuo acuerdo y no
por la sola voluntad de una parte. Sin embargo el precio puede ser fijado por un
tercero a lo cual no podrá ser anulado, salvo que se apruebe que está actuando
de mala fe para beneficiar a una de las partes (Art. 1543-1544) puede ser fijado en
moneda nacional, extranjera o al tipo legal al momento de efectuarse el pago (Art.
1237).

Si no hay precio, no hay compra venta. Lo establecerá normalmente el vendedor


(Art. 1547). Cuando el precio se fija por eso, a falta de acuerdo debe entenderse
que el precio se refiere al precio neto, es decir, al precio que tenga el bien sin
envases y sin empaquetaduras (Art. 1548).

3. Obligaciones del comprador y del vendedor

Obligaciones del Vendedor


Entregar la cosa. El vendedor se obliga a entregar la cosa al comprador, con el fin
de que este adquiera su propiedad.

En la compraventa mercantil, la obligación de entrega de la cosa presenta dos


interesantes singularidades:

 Momento en que debe efectuarse la entrega.


 Modo de su cumplimiento.

En primer lugar, el vendedor debe efectuar la entrega en el momento o plazo


convenido y, si nada se pactó expresamente, debe tenerla a disposición del
comprador dentro de las 24 horas siguientes a la realización del contrato.

Por lo que se refiere al modo de la entrega, ésta podrá realizarse mediante la


entrega material de la cosa vendida al comprador o poniendo ésta a su
disposición, sin embargo, el cumplimiento de entregar la cosa por parte del
vendedor no podrá ser exigida por el comprador si no ha pagado el precio pactado
y ofrece pagarlo simultáneamente (en el momento de la entrega).

Por último indicar que el mero retraso en la entrega de la cosa vendida, equivale al
incumplimiento total.

Transmisión al comprador del riesgo de la cosa vendida (que se pierda, se


estropee, etc.): El riesgo sólo pasa al comprador desde que el vendedor ha
entregado la cosa o la ha puesto a su disposición.

Saneamiento: El vendedor queda obligado a garantizar al comprador la posesión


legal y pacífica de la cosa vendida y los posibles vicios o defectos que ésta
tuviese. Por lo tanto el vendedor responde ante el comprador en los siguientes
casos:

Por evicción: Se produce cuando el comprador ve alterada la posesión legal y


pacífica de la cosa adquirida, cuando se le priva por sentencia firme, y en virtud de
un derecho anterior a la compra, de la cosa comprada.

Por vicios o defectos: Todo vendedor, además, está obligado a garantizar al


comprador los vicios o defectos de cantidad o calidad de que adolezcan las cosas
vendidas y entregadas y por lo tanto responder por ellos.

Transmitir la propiedad o título de derecho.

Conservar el bien objeto de la compraventa hasta su entrega.

Entregar el bien.

Garantizar al adquiriente una posesión útil.


Garantizar al comprador una posesión pacífica.

Responder a la evicción.

Responder de los vicios y defectos ocultos que tenga el bien.

Obligaciones del comprador

Pago del precio convenido: Que deberá realizarse en el tiempo y lugar pactado o,
en su defecto, en el tiempo y lugar en que se hace la entrega. En el comercio el
precio convenido comprende a veces simplemente el valor de las mercancías,
mientras que en otros casos, se le añade el coste del transporte hasta el lugar de
destino e, incluso, el coste del seguro.

Por otra parte, el pago puede realizarse al contado o a plazos; recibir la cosa
comprada: El comprador está obligado a recibir o retirar la cosa en el lugar y
momento adecuado. No obstante cuando las mercancías tengan vicios o defectos
de cantidad o calidad o si se pretende su entrega por el vendedor una vez
transcurrido el plazo para la misma, el comprador puede negarse a recibirlas sin
incumplir su obligación.

1ª.- El pago del precio :

Esta obligación es la fundamental del comprador y el precio que se paga debe


reunir las características que exige el Código Civil, es decir, ha de ser un precio
verdadero, determinado y consistente en dinero o signo que lo represente.

En materia del pago del precio es conveniente diferenciar el pago normal del
precio y el pago extraordinario que tiene que ver con que junto al precio se
abonen una serie de cantidades que las partes convengan.

Respecto de la obligación del pago normal el Código de Comercio se limita a decir


que, puestas las mercancías a disposición del comprador y dándose éste por
satisfecho o depositándose judicialmente en los casos previstos en el art. 332
empezará para el comprador la obligación de pagar el precio al contado o en los
plazos convenidos.

A la vista de la regulación del Código de Comercio se da a entender que, salvo


que las partes estipulen lo contrario, la obligación de pagar el precio sigue de
forma inmediata a la entrega de la cosa, por lo que ha de entenderse que en caso
de pretender efectuar un pago aplazado deberá existir un pago especial entre las
partes.

En la práctica comercial son frecuentes las cláusulas que deben completarse con
los usos, que suelen fijar las condiciones relativas tanto al modo como al momento
y lugar del pago. A falta de pactos de este punto, el pago debe hacerse en el
momento y lugar en que se hace la entrega de la cosa vendida al ser de aplicación
el art. 1500 C.Civil con carácter subsidiario.

Para completar este asunto hay que decir que la Ley de Comercio Minorista
establece que cuando los comerciantes acuerdan con sus proveedores
aplazamientos de pago que excedan de 60 días desde la entrega y recepción, el
pago deberá quedar instrumentado en un documento que lleva aparejada
ejecución. Con mención expresa de la fecha de pago que aparece en la factura. El
documento que se utiliza normalmente es un título cambiario como la letra de
cambio.

Si el plazo acordado entre las partes supera los 120 días el vendedor podrá exigir
que queden garantizados los documentos señalados mediante un aval bancario o
un se¬guro de crédito.

Por lo que se refiere al pago extraordinario, en ocasiones el comprador puede


tener a su cargo ciertos gastos que pueden incluirse o no en el precio. Para
regular este aspecto hay que tener en cuenta que en esta materia domina la
disciplina contractual. Pero si no se establecen pactos debe entenderse, por
aplicación de lo dispuesto en el Código de Comer¬cio, que los gastos que origine
el retiro y extracción de la mercancía fuera del lugar de la entrega corren a cargo
del comprador.

Junto a estas normas generales de Código de Comercio en el tráfico, se han tipifi-


cado una serie de cláusulas que tienen distinta finalidad:

1.- Un grupo de ellas tienden a señalar directamente que el comprador está libre
de todo gasto hasta un determinado momento; en este sentido nos encontramos
con las cláusulas F.O.B. Free On Board, o también las de franco-vagón, franco-
camión o franco a bordo, señalan que en el precio se incluyen todos los gastos
hasta que las mercancías estén cargadas en el ferrocarril, barco o camión, siendo
los gastos de transporte y todos los gastos posteriores por cuenta del comprador.

Esta franquicia del comprador puede llegar incluso hasta su propio estable-
cimiento a través de la cláusula “franco lugar de destino”.

2.- En otras ocasiones se detalla que en el precio van incluidos, junto al coste de
la mercancía, la prima de seguro y el precio del transporte, mediante la cláusula
C.I.F. Cost Insurance Freight. Esta cláusula indica la determinación del lugar de
destino, lo que a veces incluso se indica de manera expresa y normalmente son a
cargo del comprador los gastos de descarga del medio de transporte.

La obligación de pago por parte del comprador en la compra-venta mercantil es de


15 años, igual que en la civil. El plazo de prescripción en aquellos supuestos que
no caen bajo la normativa del Código de Comercio será de 3 años.
La Ley de Consumidores prohíbe que repercutan sobre el consumidor los defectos
o errores administrativas, bancarios o de domiciliación de pagos que no le sean
directa¬mente imputables. Prohíbe hacer obligatoria la comparecencia personal
del consumidor para realizar el pago.

2ª.- La Recepción:

El comprador debe facilitar la entrega de la mercancía por parte del vendedor


haciéndose cargo de ella. El alcance de esta obligación dependerá del lugar y del
momento de la puesta a disposición por parte del vendedor.

El Código de Comercio se refiere en diversos artículos a la puesta a disposición,


pero si no se dice nada, se entenderá que la puesta en disposición se produce en
el establecimiento del vendedor.

4. Incumplimiento del contrato

Incumplimiento de la obligación de entrega

El régimen del incumplimiento en la compra venta mercantil presenta, en relación


con la obligación de entrega, una de las especialidades más notables en la
normativa que ofrece el Código de Comercio, ya que en este punto, equipara el
incumplimiento de la obligación de entrega al incumplimiento total del contrato. Las
consecuencias de esto, es que el comprador que no ha recibido la cosa en el
plazo previsto puede optar por exigir la resolución del contrato o el cumplimiento
del mismo, exigiendo la indemnización de daños y perjuicios en ambos casos.

Si el vendedor se ha comprometido a entregar una determinada cantidad de


mercancías en un plazo concreto y sólo entrega una parte al comprador, no está
obligado a recibir esa parte, ni siquiera bajo la promesa de que le será entregado
el resto ; pero si el comprador acepta la entrega parcial queda consumada la venta
en cuanto a los géneros recibidos, aunque permanece a salvo el derecho del
comprador a pedir el cumplimiento del contrato en lo que se refiere al resto de las
mercancías.

Incumplimiento de la obligación de pagar el precio

Si el comprador no paga el precio en el momento debido incurrirá en mora y


estará obligado a pagar el interés de la cantidad que debe al vendedor. En
relación con esta cuestión la Ley de Comercio Minorista establece unos intereses
moratorios elevados cuando el comprador es un comerciante que ha comprado
sus mercancías a un proveedor y aquél incurre en mora en el pago.

En este caso se producirá el devengo de intereses moratorios de forma


automática, sin necesidad de que lo solicite el acreedor. Esos intereses
comenzarán a partir del día siguiente señalado para el pago y el tipo aplicable
para determinar la cuantía de los intereses será del 50 % superior al tipo señalado
para el interés legal.

Por otra parte, decir que el vendedor no está obligado a entregar la cosa si no
recibe el dinero, siempre que no se haya pactado un plazo para el pago del precio.

Este derecho se configura como un derecho de retención de la mercancía y está


en el art. 1466 C.Civil.

Además de este derecho de retención, el vendedor tiene un derecho real sobre la


mercancía vendida que se encuentra en su poder, incluso aunque lo esté en
calidad de depósito, que le permite enajenar esa mercancía a un tercero, para
obtener el pago del precio con los intereses de demora. Este derecho se articula
como una especie de prenda legal y se recoge en el art. 340 C.C.

Una vez que el vendedor ha entregado la mercancía y mientras ésta esté en poder
del comprador, el vendedor tiene un crédito por el importe del precio, un crédito al
que se le otorga el carácter preferente reconocido en el art. 1922 C.Civil.

Incumplimiento de la obligación de recibir la mercancía.

Cuando sin justa causa el comprador retrasa el recibo de las mercancías. El


vendedor podrá pedir el cumplimiento del contrato o bien la resolución del mismo,
teniendo en cuenta que las mercancías deberán depositarse judicialmente.

Cuando el comprador demora hacerse cargo de los efectos comprados. El


vendedor podrá solicitar el depósito judicial.

En ambos casos, los gastos de depósito correrán por cuenta del comprador salvo
que el retraso o demora sean imputables al vendedor.

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