Artemio Cruz - Citas

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Fuentes, Carlos. La muerte de Artemio Cruz, México DF: FCE, 1962. Impreso.

Desde entonces clavaste la mirada allá arriba, en el norte, y desde entonces has vivido con
la nostalgia del error geográfico que no te permitió ser en todo parte de ellos […] y más te
duele saber que por más que lo intentes, no puedes ser como ellos, puedes sólo ser una
calca, una aproximación, porque después de todo […] Nunca has podido pensar en blanco y
negro, en buenos y malos, en Dios y Diablo: admite que siempre, aun cuando parecía lo
contrario, has encontrado en lo negro el germen, el reflejo de su opuesto (Fuentes, 32-33)
―A veces, me parece que la falta de sangre y de muerte nos desespera. Es como si sólo nos
sintiéramos vivos rodeados de destrucción y fusilamientos ―continuo con su voz cordial de
viejo―. Pero nosotros seguiremos, seguiremos siempre, porque hemos aprendido a
sobrevivir, siempre… (Fuentes, 42)
La ironía de ser él quien regresaba a Puebla, y no el fusilado de Bernal, le divertía. Era, en
cierto modo, una mascarada, una sustitución, una broma que podía jugarse con la mayor
seriedad; pero también era un certificado de vida, de la capacidad de sobrevivir y fortalecer
el propio destino con los ajenos. (Fuentes, 43)
Entró [Artemio Cruz] al mundo como entró al cuerpo de su esposa, venciendo el pudor, con
esa alegría, rompiendo las reglas de la decencia, con ese gusto. (Fuentes, 104)
Nacidos de la chingada, muertos en la chingada, vivos por pura chingadera: vientre y
mortaja, escondidos en la chingada. Ella […] preside los fastos de la amistad, del odio y del
poder. Nuestra palabra. […] Eres quien eres porque supiste chingar; eres quien eres porque
no supiste chingar y te dejaste chingar: cadena de la chingada que nos aprisiona a todos:
eslabón arriba, eslabón abajo, unidos a todos los hijos de la chingada que nos precedieron y
nos seguirán […] (Fuentes, 144-145)
hombres, incontables, de rostros escondidos, de nombres olvidados […] ese rostro anónimo
(Fuentes, 163)
Nuestras gentes son como las lagartijas, van tomando el color de la tierra, se meten a las
chozas de donde salieron, vuelven a vestirse de peones y vuelven a esperar (Fuentes, 185)
Si me ha de matar, máteme como Artemio Cruz. […] Sea usted hombre, coronel, y déjeme
serlo. (Fuentes, 186)
―. ¿Qué? ¿Te hablo derecho? Pues me cagan los cojones los que se abren sin que nadie les
pida razón y más a la hora de la muerte. Quédese callado, mi licenciado, y dígase para sus
adentros lo que quiera, pero a mí déjeme morir sin que me raje.
La voz de Gonzalo se cubrió con una capa metálica:
―Oye, machito, somos tres hombres condenados. El yaqui nos contó su vida…
Y la rabia era contra sí mismo, porque él se había abierto a un hombre que no merecía
confianza. (Fuentes, 197)
se abrazarán en una lucha fingida pero fuerte, entregada, jadeante, hasta caer rendidos sobre
la hierba, riendo, sofocados, riendo… (Fuentes, 226)
[…] ése no es Atanasio, que era como la prolongación de su madre en la virilidad: éste es la
misma madre, pero con barba y testículos ―soñó la vieja―, no la madre como hubiese
sido en la hombría, como fue Atanasio; y por eso amó a un hijo y no al otro […] (Fuentes,
296)
Soy una mujer débil. Sólo quería una vida tranquila, en la que otros escogieran por mí.
(Fuentes, 109)
He vivido mi vida en noche y día, como para satisfacer a las dos razones. ¿Por qué no
puedo escoger una sola, Dios mío? (Fuentes, 105)
esa mentira de niña adorada, a esa ficción de un encuentro junto al mar, inventado por ella
para que él se sintiera limpio, inocente, seguro del amor? (Fuentes, 82)
Mujer de la vida, Regina, potranca llena de sabor, limpia hada de la sorpresa, mujer sin
excusas, sin palabras de justificación. (Fuentes, 83)
Carlos Fuentes. Prólogo La muerte de Artemio Cruz, por Jean Paul Borel, Caracas:
Biblioteca Ayacucho, 1962. En línea. https://books.google.com.mx/books?
hl=es&lr=&id=DC-bn5KF-
yMC&oi=fnd&pg=PR9&dq=la+mexicanidad+en+La+muerte+de+Artemio+Cruz+de+Carl
os+Fuentes&ots=XmDIdMXp-
8&sig=J6awvZFrmTR5eW5qYTtysw7b3OE#v=onepage&q=la%20mexicanidad%20en
%20La%20muerte%20de%20Artemio%20Cruz%20de%20Carlos%20Fuentes&f=false
El problema que se les plantea a los hombres de hoy es el de su relación con el pasado: no
se puede volver a él sin más, ni dejarlo de lado como si no hubiera existido; y los elementos
del pasado que subsisten en el mundo de hoy ni son equivalentes a lo que fueron, ni son
algo totalmente nuevo (Borel, XVIII)
Terno, Riukichi. Sobre la muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes: la historia, y la
ficción en el realismo simbólico. Voz y Escritura. Revista de estudios Literarios, Vol. 13,
2003, edited by Riukichi Terno, Red Universidad de Los Andes, 2003. ProQuest Ebook
Central, https://ebookcentral.proquest.com/lib/univeraguascalientessp/detail.action?
docID=3208477.
Para llegar a esa zona oscura de la historia, él recrea por medio de la imaginación los
hechos históricos de manera que se insinúe su sentido implícito, y dirige preguntas a su
propia creación para profundizar la esencia de la historia mexicana. (Terno, 97)
Ordiz Vázquez, Francisco Javier. "Carlos Fuentes y la identidad de México." Revista
Iberoamericana [En línea], 58.159 (1992): 527-538. Web. 6 may. 2018

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