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Brief Calderas Termicas
Brief Calderas Termicas
La misión de una caldera en una instalación de fluido térmico es obvia: debe proporcionar
la energía demandada por los aparatos consumidores a la temperatura que nuestro
sistema productivo requiera. Podemos pues definirla como fuente de calor y es por tanto,
el punto del sistema en el que el contenido de calor o entalpía, del medio de transferencia
– en este caso, fluido térmico – se incrementa, y como consecuencia la temperatura de
dicho medio.
Se debe tener presente que debido a que el fluido en uso (aceite para transferencia de
calor) es en la mayoría de los casos un derivado del petróleo, hidrocarburo, este tiene
un tiempo de uso óptimo y seguro que siempre depende de las condiciones de diseño,
condiciones operativas.
El riesgo de incendio del equipo aumenta, más si tenemos presente que otra de las
propiedades que disminuyen en un fluido térmico degradado es el punto de inflamación.
El mejor método para determinar esta evolución, es realizar un análisis químico de una
muestra extraída de la instalación, en intervalos de tiempo predeterminados,
comprobando los valores de algunas de las características básicas, que nos servirán de
marcadores eficaces para evaluar correctamente el estado de la carga de fluido térmico.
La frecuencia mínima de muestreo (Anual) se halla recomendada en la norma alemana
DIN 4754, verdadero referente internacional en las instalaciones de fluidos térmicos.
Los datos de laboratorio proporcionan sólo una instantánea de la condición del fluido. Es
por ello que son importantes las tendencias que se manifiestan cuando se han tomado
varias muestras rutinarias.
Existen prácticas como los constantes rellenos de aceite o “Refresh” los cuales tienden
a hacer creer que no es necesario el monitoreo del aceite ya que se está “regenerando”.
Este pensamiento no es del todo cierto ya que la adición de un parcial de volumen nuevo
al cargue del sistema retrasa las condiciones de degradación del aceite con las que se
encuentre. Es por esto que es necesario el monitoreo del fluido térmico ya sea que se
hagan reposiciones constantemente o no.
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Servicio Planeado de Ingeniería - PES
Importancia del Aceite Térmico en un Sistema de
Transferencia de Calor
Dentro de los análisis de aceite se deben realizar pruebas físico químicas como lo es el
punto de inflamación (ASTM D-92).El punto de inflamación desciende a medida que se
forman moléculas más pequeñas y más volátiles “low boilers”. Se debe considerar un
cambio de carga cuando el punto de inflamación disminuye más de 50ºC en comparación
con el valor de origen del fluido nuevo. En situaciones de desconocimiento del punto de
inflamación original, no serían aceptables valores inferiores a 130ºC.
Cuando se opera con un aceite térmico que su punto de inflamación ha bajado más de
lo recomendado, ver imagen 1, se pueden presentar afectaciones en la producción
(perdidas energéticas que conllevan a aumentos de consumo de combustible),
en la seguridad (el aceite térmico se convierte por su bajo punto de inflamación
en un fluido volátil, que en caso de derrame puede provocar un incendio).
Otra de las pruebas que se debe realiza es la medición de la viscosidad, ver imagen 2,
esta varia con la temperatura, el valor de referencia es considerando una temperatura
del fluido de 40ºC, un incremento del 10 % sobre el valor de origen de fluido nuevo
puede indicar una oxidación o contaminación con un fluido menos estable térmicamente
– aceite lubricante o fluido hidráulico-. Una disminución del 15% cae dentro del rango
normal mientras que valor del 30% indica que se ha producido un sobrecalentamiento
(Cracking) y debe contrastarse con otros parámetros, especialmente con el punto de
inflamación. Disminuciones superiores, implican un cambio de carga.