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ACERCA DEL ABORTO Y DEL INICIO DE LA VIDA HUMANA

Patricio Reyes

El aborto es un fenómeno de aquellos que polariza necesariamente, en la


medida que no tiene gradación posible. Resulta aceptable para unos,
inaceptable para otros, sin más; es o no es una opción válida; es o no es una
elección posible. No obstante tras la simpleza de esta dicotomía, está la
complejidad de la cuestión acerca de cuándo comienza la vida humana.
De hecho, el rechazo o la aceptación de la opción de abortar, así como el plazo
en que puede llevarse a efecto, encuentran fundamento en el momento,
dentro del proceso reproductivo humano, en que se considere que comienza
la vida humana.
En nuestra sociedad, en proporciones inconmensurables, se manifiestan
distintas posiciones respecto a esa cuestión, habiendo, en un extremo, quienes
consideran que la vida humana da inicio tras la fecundación y, en el otro,
quienes afirman que comienza con el nacimiento (es decir, posiciones que
cubren un intervalo equivalente a la totalidad del proceso de gestación). Estas
posiciones tienen su origen, fundamentalmente, en credos religiosos,
doctrinas filosóficas o criterios de las ciencias biológicas.
Quienes se autodenominan “pro vida” rechazan el aborto en tanto asumen
que la vida humana comienza tras la fecundación, proclamando que este su
argumento está validado por lo que las ciencias biológicas afirman respecto
del inicio de la vida.
Pero vida y vida humana son nociones y fenómenos distintos.
A la pregunta cuándo comienza la vida, las ciencias biológicas responden
unánimemente. No obstante, si la interrogante es cuándo comienza la vida
humana, la unanimidad se disuelve en una serie de posiciones distintas, cada
una de las cuales encuentra fundamento en la aparición, durante la gestación,
de alguna característica que se considere distintiva de la condición humana,
que particulariza al ser humano. Así, podrá tomarse como referencia la
aparición de la médula espinal, la formación del sistema nervioso central, la
detección de actividad cerebral, la aparición de la corteza cerebral…
Las normativas de los diferentes países usan distintos criterios a propósito de
establecer en cuál momento el producto de la concepción puede ser
considerado un ser humano, criterio que, en casi todos los casos, procede de
alguna de las distintas posiciones presentes en las ciencias biológicas. De ahí
que estas normativas prescriban plazos máximos distintos para la realización
del aborto, que van desde las 12 hasta las 28 semanas de gestación.
Cuando conversamos o discutimos acerca de algún tema solemos decir que
nosotros tenemos la razón y los otros están equivocados y viceversa. O, dicho
de otra manera, que uno está en la verdad y otro en el error.
¿Es posible establecer, de entre la diversidad de posiciones frente a un tema
cuál de ellas tiene razón, cuál se equivoca, cuál es verdad, cuál es error?
Respecto de cuándo comienza la vida humana ¿es posible determinar cuál
posición está en la verdad?
¿O será que cualquiera sea la opción que tomemos, sobre este tema o
cualquier otro, sólo puede encontrar apoyo en la coherencia que aquella tenga
con la estructura general de creencias, convicciones, presunciones o
verosimilitudes, a la cuál adherimos?
¿Será acaso que aquello que llamamos verdad no pasa de ser la duda vencida?

preyes@bk.ru

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