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Materiales de cétedra Manual D4 MARIANA TRAVACIO 4 Secretaria de Cultura Ue Re baste er) y i eyenrn Publica Ciclo Basico Co oe Oe ee Rate ea BB Paicologia Forense se erige, por definicisn, cnn espacio de interseccién atravesado por discurses esencialmente divergentes: Interseccidn que definirt uno de los mayores: | . .. . quien pretenda insertarse en este dmbito del gjercicio profesional Partiendo de ka complejidad epistemoldgica . ss encontramos un drea en ba que vienen a sumatse otros discursos, todo lo cual termina por complejizar hasta el infinito el ejercicio profesional en esta region, Entre esos discursos otros que convergen en esta praxis, resultard esencialmente relevante el discurso juridico. 22-01-01- 672-01 ISBN: 950-29 - 0344-7 Oficina de Publicaciones del CBC Coordinacién General: Ernesto Abramoff Direccién: Dario Sztajnszrajber Direccién de Arte: Maria Laura Piaggio Relaciones Inslitucionales: Martin Unzué Disefio de interior y portada: Maria laura Piaggio Primera edicién: septiembre de 1996 Segunda edicién, coregida: marzo de 1997 © Oficina de Publicaciones del CBC Universidad de Buenos Aires Ciudad Universitaria, Pabellén Il P.B. Tel.: 780-1546 / Fax: 786-8601 (1428) Buenos Aires, Repiblico Argentina ISBN: 950-29- 0344 - 7 ‘Queda hecho el depésito que establece la ley 11,723 No se permite la reproduccién total o parcial de este libro, ni su clmacenamiento en un sistema informatico, ni su transmisi6n en cualquier forma 0 por cualquier medio electiénico, mecénico, folocopia v okios métodos, sin el permiso previo del edior 10 AGO. 1998 (wp, Lio. ANG! ‘de BARRIO PSICOLOGO. MAT. NAC. Nt 8.918 MAT. PCIAL. N¢ 4.527 SeRIE MATERIALES DE CATEDRA FACULTAD DE PsICOLoGia Decano Lic. Raut Couret Secretario de Cultura Lic. OsvALDO MELIENI Coordinador Editorial Lic. Feperico Lupuena MANUAL DE PsicoOLoGia FORENSE MARIANA TRAVACIO Facultad de Psicologia Oficina de Publicaciones Ciclo Basico Comin Universidad de Buenos Aires A Pablo INDICE GENERAL PROLOGO . INTRODUCAION.. (Cafruto I. ACTUACION PERICIAL DEL PSICOLOGO .... 1. ALGUNAS PUNTUALIZACIONES ACERCA DE LA ORGANIZACION DE LA JUSTICIA 2. EL PSIOOLOGO COMO PERITO: LA REGULACION NORMATIVA DE LA PRUEBA PERICIAL 3. ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DE LA PRACTICA PERICIAL DEL PSICOLOGO .... Bibliograffa Resumen ANEXO . CaPfTuLo I . CONTEMPLACION DE LA PRACTICA PERICIAL COMO EJERCICIO PROFESIONAL DELA PSICOLOGIA .. Ley N® 23.277 de ejercicio profesional de la psicologfa APttCUl08 2-3 vnsnsnnnsensssnnnnnnnes EL PSICOLOGO EN EL CUERPO MEDICO FORENSE Ley orgdnica del poder judicial (decreto ley 1285/58, ratf. por ley 14.467) Articulos 52-54 APt{cUl0$ 55-56 sonnnnnenninsnsnnnnnnne Articulo 60 (modificado por ley n® 24.053/92): MARIANA TRAVACIO REGULACION DE LA TAREA PERICIAL Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién Articulo 457 Procedencia de la actuacién pericial. Articulo 458 Perito. Consultores técnicos. Articulo 459 Designacién. Puntos de pericia. Articulo 460 Dererminacién de los puntos de pericia. Plazo. Articulo 461 Reemplazo del consultor técnico. Honorarios. Articulo 462 Acuerdo de partes, 0.1» Articulo. 463 Anticipo de gastos. .. Articulo 464 Acreditacién de idoneidad. Articulo 465 Recusacién. Articulo 466 Causales, Articulo 467 Trimite de recusacion. Resolucién. Articulo 468 Reemplazo. .... Articulo 469 Aceptacién del cargo. Articulo 470 Remocién. . Articulo 471 Préctica de la pericia.. Articulo 472 Presentacin del dictamen pericial... Articulo 473 Traslado. Explicaciones. Nueva pericia. Arttculo 476 Consuleas técnicaso cienttficas. Articulo 477 Eficacia probatoria del dicramen. . Articulo 478 Impugnacién. Desinterés. Cargo de los gastos y honorarias. . Cédigo Procesal Penal de la Nacién. Articulo 253 Facultad de ordenar pericia Articulo 254 Calidad habilitante. Articulo 255 Incapacidad e incompatibilidad. Articulo 256 Excusacion y recusacién. Articulo 257 Obligatoriedad del cargo. Artfculo 258 Nombramiento y notificacién. Articulo 259 Facultad de proponer. Articulo 260 Directivas. Articulo 262 Ejecucién. Peritos nuevas. Articulo 263 Dictamen de apreciacién. Artteulo 266 Reserva y sanciones. .. Articulo 267 Honoraric Articulo 363 Oralidad y publicidad. Articulo 365 Continuidad y suspensién. Articulo 376 Cuestiones preliminares. (Incomparecencia de perito) Articulo 383 Peritose intérpretes. Su dictamet Arc(culo 386 Examen en el domicilio. Inpice GENERAL, Cédigo Penal Articiilo 243 Incomparecencia del perito. Articulo 275 Falso testimonio.... Articulo 276 Cohecho. .. CarfTuto II. SeCRETO PROFESIONAL .. 1. INTRODUCCION: UNA APROXIMACION INTERROGATIVA AL CONCEPTO DE SECRETO PROFESIONAL .. . 2. DISPOSICIONES LEGALES: ALCANCES Y LIMITACIONES DEL DEBER DE CONFIDENCIALIDAD .. 65 2.1. LA OBLIGACION DE DENUNCIAR 2.2. EL PSIOSLOGO COMO TESTIGO .. So 2.3. EL PSIOSLOGO ANTE SUPERVISIONES, INTERCONSULTAS, ACTIVIDADES DOCENTES: ODE INVESTIGACION ... 3. ESPECIFICIDADES DEL SECRETO PROFESIONAL DEL PSICOLOGO EN LA ACTUACION PERICIAL Bibliograffa Resumen .. Abstract... Anexo Capftuto II ‘SECRETO PROFESIONAL Ley N° 23.277 de Ejercicio Profesional de la Psicologfa Arttculo 7 y Articulo 8 incs. 2 y 4 Cédigo Penal .. Articulo 156 Revelacién de secreto sin justa causa. Responsabilidad. Articulo 277 Encubrimiento. .. Cédigo Procesal Penal de la Nacién. Articulo 177 Obligacin de denunciar. Arriculo 244 Testigos. Deber de abstencién. Articulo 266 Reserva y sanciones. Articulo 383 Peritos e intérpretes.. JURISPRUDENCIA: UN CASODE TRANSPORTE DE ESTUPEFACIENTES EN EL QUE LA AQUSADA FUE SORRESEIDA {FOR HARERSE INICIADO BL PROCESO METYANTE VIOLACIGN DEL SECRETO PROFESIONAL JURAMENTO HirocrdTioo . MARIANA TRAVACIO (CaptTuto III . PERITAJE PSICOLOGICO-FORENSE DE LAS FACULTADES MENTALES EN EL DERECHO CIVIL .. 1. INTRODUCCION: UNA APROXIMACION A LOS CONCEPTOS DE CAPACIDAD CIVIL, INCAPACIDAD E INHABILITACION ... 7. LA PERITACION EN INCAPACIDADES E INHABILITACIONES: PROBLEMAS PSICOLOGICO-FORENSES .. 101 3. DE LA INTERNACION EN ESTABLECIMIENTOS DE SALUD MENTAL .. 113 3.1 DIsPOSICONES LEGALES VIGENTES RELATIVAS A LA INTERNACION EN ESTABLECIMIENTOS DE SALUD MENTAL .. 114 3.2. DE LEYES Y REALIDADES ... 118 Bibliograffa 120 Resumen .. 121 Abstract 121 Anexo. Capfruto III. 123 INCAPACIDAD, INHABILITACION, FACULTADES MENTALES, NULIDADES: 125 Cédigo Civil. 125 Articulo 30 Definicién de persona 125 125 125 125 126 126 126 126 126 126 Articulo 31 Personas de existencia ideal y de existencia visible. Articulo 32 Persona de existencia ideal Articulo 51 Persona de existencia visible Articulo 52 De la capacidad Articulo 53 Aleances de la capacidad .. Articulo 54 De los que tienen incapacidad absoluta Articulo 55 De la capacidad de los menores adultos Articulo 56 De la adquisicién de derechos del incapa 0... Articulo 57 De los representantes del incapaz Articulo 58 De la proteccién de las incapaces . 126 Articulo 59 Del ministerio de menores .. 127 Articulo 140 Declaracién de demencia. Pertinencia 127 Articulo 141 Incapacidad.... 127 Articulo 142 Declaracién de demencia. Solicieud y examen pericia 127 Articulo 143 Declaracién de demencia: calificacién 127 Articulo 144 De las que pueden pedir la declaracién de demencia 127 Arttculo 145 Declaracién de demencia. Limitaciones 128 Articulo 146 Declaracién de demencia. Limitaciones 128 Articulo 147 Curadores. Ministerio de Menores 128 Articulo 148 Bienes del demente .. 128 Articulo 149 Curador para menores de edad 128 Articulo 150 Cesacién de la incapacidad. 128 Inpice GENERAL Articulo 151 Delimitacién de frcros . Articulo 152 Delimitacién de fueros Articulo 152 bis Inhabilitacién .. Articulo 469 Administracién de bienes : Articulo 470 De los que pueden pedir la declaracién de incapacidad y nombramiento de curador. 128 128 129 129 129 Articulo 471 Curador interno. Interventor 129 Articulo 472 Nulidad de actos .. = ee Articulo 473 Nulidad de actos. a 130 Articulo 475. De la curadurfa de los incapaces 130 Articulos $76 al 480 De las que ejercen Ia curate: 130 Articulo 481 Curador. Obligaciones... Articulo 482 Obligatoriedad de Tratamiento Articulo 484 Del cese de la curatela Articulo 488 Curadorde los bienes. Alcances y limitaciones.. Articulo 489 Curador de los bienes. Obligaciones Articulo 490 De la extincién de la curadurfaa los bienes Articulo 491. Del defensor oficial de menotes 1... 132 Articulo 492 Del nombramiento de tutores y curadores. El rol del defensor de menores 132 Articulo 493. Del desempefio de tutores y curadores. Las funciones del defensor de menores .132 13 131 131 131 IL 132 Articulo 494 Del ministerio de menores en la validacion de actos y contrates ....... FACULTADES MENTALES PARA TESTAR Cédigo Civil Articulo 3615 Facultades mentales para testar Articulo 3616 Facultades mentales para testa PROCESO DE DECLARACION DE INCAPACIDAD Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién Articulo 624 Requisicos Articulo 625 Médicos Forenses Articulo 626 Nombramiento de curador. Plazos. Designaci6n de peritos Articulo 627 Pruebas .. Articulo 628 Curador oficial. Médicos forenses . Articulo 629 Medidas precautorias: inhibicién de bienes, intemnacién . Articulo 630 Perfodo de declaracisn de demencia con internaciSn Articulo 631 Informe médico: puntos periciales .. Articulo 632 Traslado de las actuaciones Articulo 633. Sentencia. Supuesto de inhabilitacién. Recursos. Consulta Articulo 635 Rehabilitacién .. Articulo 636 Fiscalizacién del régimen de internacién . MARIANA TRAVACIO PROCESO DE DECLARACION DE INHABILITACION .. Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién Articulo 637 bis. Alcoholistas habituales, toxicémanos, disminuidas ......... Arttculo 637 tet. Pridigas .e.ees Articulo 637 quater. Sentencia. Limitacién de actos Artfculo 637 quinter. Divergencias entre el inhabilitado a INTERNACION Y EGRESO DE ESTABLECIMIENTOS DE SALUD MENTAL. Ley N® 23.277 de Ejercicio Profesional de la Psicologia Artteulo 8, ine. 1 Ley N° 22.914 de Internacidn y Egreso de Establecimientos de Salud Mental 141 Anticulo 1 Casos de Internacién Articulo2_Instancia propia odel representante legal Articulo 3. Disposicién de la autoridad policial Articulo 4 Casos de urgencis Articulo 5. Dependencia ulicial . Articulo6 Comunicacién Antculo 7 Historia clinica .. Articulo8 Visitas... Articulo 9 Impulso judicial de oficio Articulo 10 Inspeccisn judicial Articulo 11. Egreso de los internados: Articulo 12 Funciones del Ministerio de Menores ¢ Incapaces : Articulo 13 Responsabilidadde los directores de establecimicntos asistenciales Articulo 14 Centro de observacici Anticulo 15 Ambieu de aplicacién CartTuto IV . PERITAJE PSICOLOGICO-FORENSE ANTE EL DERECHO DE FAMILIA .. 1. INTRODUCCION: EL PSICOLOGO FORENSE ANTE LAS DEMANDAS EMERGENTES DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA .. 2. MATRIMONIO CIVIL: DEL LIBRE CONSENTIMIENTO Y DELAS CAUSAS DE NULIDAD . 3. DE LAS CAUSAS DE SEPARACION PERSONAL Y DE DIVORCIO VINCULAR 4. DEL EJERCICIO, SUSPENSION Y PRIVACION DE LA PATRIA POTESTAD .. 5. DE LA TENENCIA Y DEL REGIMEN DE VISITAS ... 6. ACERCA DEL INFORME PERICIAL Bibliograffa .. Resumen Abstract Inice GENERAL Anexo. Capttuto IV. MATRIMONIO CiviL{Divorclo VINCULAR .. Ley N° 23.515 de Matrimonio Civil/Divorcio Vincular Articulos 166 al 171 Impedimentos para contraer matrimoni Artfculos 201 al 205 De la separacién personal. Articulos 206 al 208 Efectos de la separacién personal Articulo 213 De la disolucién del vinculo: Anrticulos 214 al 216 Del divorcio vincular Articulo 217 De los efectos del divorcio vincular Articulos 219 y 220 De la nulidad del matrimonio Articulos 229, 231, 236 y 239 De las acciones Articulo 271 Sobre la obligacién de dar alimentos y cducar a los hijos ADOPCION DE MENORES Ley N°19.134 de Adopcién de Menores Artéculo 1 Procedencia Articulo 2 Adopcién: limitaciones 00. Articulo 3. Sobre la adopcidn de varios menore Arttculo5 Impedimentos Articulo 6 Perfodo de guanta Articulo 9 Sobre los tipos de adopcién .. Arrtculo 10 Proceso de adopcisn: normas Articulo 11 Presence uicio de spas del menor dado en apcisn Articulos 14 al 19 Adopcién plena ..... Arttculos 20al 29 Adopcién simple Articulo 30 Nulidad.... PatriA POTESTAD Ley N°23.264 de Patria Potestad Articulo 131 Capacidad civil del menor: matrimonio, habilitacién de edad .. Articulos 240 y 241 Dela filiacién: disposiciones generales.. Articulos 255 y 257 De la filiaci6n: acciones de reclamacién de estado Articulos 264 al 267 De la patria potestad .. Articulos 278 y 186. De la patria potestad Articulos 307 al 310 PrivacisrySuspensién de la patria potestad CONTACTO DE HIJOS MENORES CON SUS PADRES NO CONVIVIENTES Ley N°24.270 de Contacto de Menores con sus padres no convivientes Artteulos 1-3. Articulos 5-6... MARIANA TRAVACIO PROTECCION CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR, Ley N® 24.417de Proteccién contra la Violencia Familiar MENORES Ley N*10.903 Patronato de menores Ley N® 22.278 (Mod. 22.803) Régimen Penal de la Minoridad ... (CaPfTuto V . PsICOLOGIA FORENSE Y DERECHO DE DANOS: LA PRUEBA PERICIAL EN LA EVALUACION DE DANO PS{QUICO . 1. INTRODUCCION: UNA APROXIMACION A LAS NOCIONES DE DANO Y RESPONSABILIDAD CIVIL... 2. EL CONCEPTO DE DANO PSIQUICO: LA PERSPECTIVA JURIDICA ... 3. LA EVALUACION DE DANO PS{QUICO EN LA PERITACION PSICOLOGICO-FORENSE .. 3.1. LA PERSPECTIVA PSIOOPATOLOGICA .. 3.2. EL DSM-IV y EL DIAGNOSTICO DE PATOLOGIAS REACTIVAS 4. BREVES REFLEXIONES FINALES Bibliograffa . 236 Resumen ... Abstract. ANEXO. Capitulo V Cépico CL...... De los derechos personales en las relaciones civiles .. Art(culo 522 Indemnizacién por responsabilidad contractual. Agravio moral Arriculos 896-903 De los hechos... Articulos 904-922 De los hecho Articulos 1066-1072 De los actos ilicitos . Artfculos 1073-1083 De los delitas Arriculos 1084-1088 De los delitas contra las personas . Artfculo 1096 Delejercicio de bas acciones para la indemnizacin de los cies causados por bs deltas Articulos 1109-1113 De las obligaciones que nacen de los hechos ilfcitos que no son delitos....247 BAREMO: NEUROPSIQUIATRICO PARA VALORAR INCAPACIDADES NEUROLOGICAS ¥ DANO PS{QUICO .. TABLA DE INCAPACIDAD PSICOFISICA INTEGRAL Inpice GENERAL (CapfTuto VI . Las INCAPACIDADES LABORALES A LA LUZ DE LA LEY 24.557 DE RIESGOS DEL TRABAJO... 1. UNA APROXIMACION A LAS DISPOSICIONES LEGALES IMPLEMENTADAS POR LA. Ley N® 24.557 DE RIESGOS DEL TRABAJO .... 1.1. DE LAS CONTINGENCIAS CONTEMPLADAS EN LA LEY N® 24.557 1.2. LAS INCAPACIDADES LABORALES: TRANSITORIA, PERMANENTE, TOTAL, PARCIAL. GRAN INVALIDEZ .... 2. LA EVALUACION DE LAS INCAPACIDADES LABORALES 2.1, EL CONCEPTO DE DANOEN LA LEY N® 24.557 2.2. LA TABLA DE EVALUACION DE LAS INCAPACIDADES LABORATIVAS. INCAPACIDAD FUNCIONAL. FACTORES DE PONDERACION 2.3. EL BAREMO DE LAS ART .. Bibliograffa .. Resumen Abstract. Anexo. Capfruto VI Ley de Riesgos del Trabajo n* 24.557 .. Capitulo 1 Objetives y émbieo de aplicacion de la Ley Capttulo Il De la prevencién de los riesgos del trabajo Capteulo II Contingencias y situaciones cubierta Capttulo IV Prestaciones dinerarias Capftulo V Prestacionesen especie ... Capttulo VI Determinacién y revisisn de las incapacidades Capttulo IX Derechos, deberes y prohibiciones Capttulo Xil Entes de regulacién y Supervision de la LRT .. Capteulo XIII Responsabilidad civil del empleador: Capttulo XV Normas Generales y Complementarias Disposiciones Finales . Decreto N® 170/96 reglamentario de la Ley N* 24.557 de accidentes de trabajo .. 302 BAREMO DELAS ART (APROBADO POR EL COMITE CONSULTIVO PERMANENTE EL 20 DE FEBRERO 1996) .. Tabla de evaluacién de las incapacidades laborales ley N* 24.557... ‘NEUROLOGIA ... PSIQUIATRIA .... MARIANA TRAVACIO Capfruto VII. Et art. 34, INC. 1° DEL CODIGO PENAL ARGENTINO: UNA APROXIMACION A LAS NOCIONES DE IMPUTABILIDAD ¥ RESPONSABILIDAD PENAL ..: 1. INTRODUCCIGN: UNA APROXIMACION A LA PROBLEMATICA DE LA IMPUTABILIDAD ... 2. Los CONCEPTOS DE IMPUTABILIDAD, CULPABILIDAD Y RESPONSABILIDAD A LA LUZ DEL DERECHO PENAL ... 3. EL ART. 34, INC. 1® DEL CODIGO PENAL ARGENTINO . 3.1. SEGUNDA PARTE DE LA FORMULA MIXTA: LAS CONSECUENCIAS PSICOLOGICAS DE LAS CAUSAS DE INIMPUTABILIDAD. . 3.2. PRIMERA PARTE DE LA FORMULA MIXTA: LAS CAUSAS DE INIMPUTABILIDAD. 4. LA FUNCION DEL PERITO PSICOLOGO ... Bibliograffa Resumen Abstract... ANEXO. CAPITULO VII sssssscossssensnsssscrsnssseses Cédigo Penal .. Articulo 25 Enajenacién durante la condena Articulo 26 Suspensidn de la pena... Articulo 34 Inimputabilidad ... : Arriculo 40 Fijacién de condena. eee Articulo 41 Peligrosidad .. Articulo 81 Emociéa violenta .. Articulo 86 Aborto .. Antteulo 119 Violacién ... Ley PENITENCIARIA NACIONAL Decreto Ley N® 412/58 ratificado por la ley N* 14.467 .. (Capftulo I Principios basicos de la ejecuci6n .. Capttulo Il Progresivided del régimen penitenciario. Capftulo III Normas de trato. Denominacién .. Capfeulo IV Disciplina Capttulo V Conducta y concepto Capttulo VI Trabajo . Capftulo VII Educacién ... Capftulo VIII Asistencia espiritual Capttulo IX Relaciones sociales. Capttulo X Asistencia social Capitulo XI Asistencia postpenitenciaria ... Capttulo XII Patronatos .. (Capftulo XIII Establecimientas penitenciarios Cipttulo XIV Personal penitenciario sssssssssssssee 369 395 Inpice GeneRAL Capftulo XV Contralor urisdiccional y administrative de la ejecucién Capftulo XVI Integraci6n del sistema penitenciatio nacional... Decreto 1294/89 Internos sin sentencia firme... Naciones Unipas REGLAS MINIMAS PARA EL TRATAMIENTO DE LOS RECLUSOS Y RECOMENDACIONES RELACIONADAS (NAciones Unipas, 1955, 1977) .. ESTUPEFACIENTES . Ley N°23.737 de Estupefacientes (Mod. 24.424/95) .. Articulo 5 Penalizaciones. Articulo 11 Agravantes Articulo 12 Difusién del uso de estupefacientes Articulo 13 Uso de estupefacientes para ejecutar otro delito .. Arttculo 14 Tenencia para uso personal .. Articulo 15 Coqueo .. Articulo 16 Dependencia de estupefacientes: medida curativa Arttculo 17 Uso personal con dependencia Articulo 18 Uso personal con dependencia .. Articulo 19 Establecimientos para medidas curativas Articulo 20 Experimentador. Adicto. Pericias... Articulo 21 Experimentador: medida educativa Articulo 22 Supresién de antecedentes sobre uso indebido de estupefacientes Articulo 40 Definicién de estupefacientes ... Apénpice GENERAL... (CONSTITUCION DELA NACION ARGENTINA, (CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (PACTO DE SAN José De Costa Rica) .... (CONVENCION CONTRA LA TORTURA Y OTROS TRATOS © PENAS CRUELES, INHUMANOS 0 DEGRADANTES ADOPTADA POR LA ASAMBLEA GENERAL DELAS NACIONES UNIDAS EL 10/12/84 FIRMADA POR LA REPUBLICA ARGENTINA EL 4/2/85 ... PRINCIPIOS DE ETICA MEDICA APLICABLES A LA FUNCION DEL PERSONAL DE SALUD, ESPECIALMENTE LOS MEDICOS, EN LA PROTECCION DE PERSONAS PRESAS Y DETENIDAS CONTRA LA TORTURA Y OTROS TRATOS © PENAS CRUELES, INHUMANOS O DEGRADANTES .. Los PROFESIONALES DELA SALUD Y LA EXPOSICION DE VIOLACIONES DE LOS ‘DerecHos Humanos .. MARIANA TRAVACIO. Ley N° 23.798. SALUD PUBLICA. LUCHA CONTRA EL SINDROME DE INMUNO DEFICIENCIA ADQUIRIDA (SIDA) ... DECRETO REGLAMENTARIO DE LA LEY N° 23. 798 LEY DEL EJERCICIO PROFESIONAL DE LA PSICOLOGIA N° 23.277... INCUMBENCIAS DE LOS TITULOS DE PSICOLOGO ¥ DE LICENCIADO EN PSICOLOGIA ..... DECRETO REGLAMENTARIO DE LA LEY N°23.277 .... Bisuiccraria GENERAL... InDicE ALFABETICO DE MATERIAS .... PrOLOGO w= Este trabajo aparece en un momento en que en grandes 0 pequefios ncleos extendidos y hallables, tanto en las 4reas del Poder Central, como en las regiones marginales que conforman esta supuesta sociedad civilizada y universal, aparece una marcada ignorancia sobre el significado de la ley, asi como de sus fines y utilidad, asf como -también- un desprecio por la misma, que se manifiesta -sobre todo- por la impddica manipulacién que se hace de ella desde los estratos que conforman la Jerarquta de poderes de turno y que induce a que el sector sometido, intente como en espejo, reiterar tal accién, cuando no sencillamente ignorarla, no sin embargo sin crear, a su vez, costumbres no aprobadas, que quiérase que sf o que no, constituyen embriones de ley, vigentes por cierto en un determinado sector marginal, ya que la figura de aquella es -en la prdctica- un arquetipo unido de modo indisoluble a la naturaleza de toda sociedad por minima y marginal que fuere. El hecho no sorprende ya que el Poder, para mantener elsometimiento, intenta como lo sefiala Pietro Prini en un opisculo, hito en nuestros pensares- se impone primero a través de la manipulacién del Poder Penal -intento que se manifiesta, en el decurso de los tltimos lustros, a través de una variedad de discursos -el discurso narco, el discurso del terror (de contenidos camaleénicos y en perpetua mutacién por adaptacién a tiempos, lugares, circunstancias y grupos sociales-, el discurso de la seguridad, el pseudodiscurso de la violencia, etc...), apropiéndose no pocas veces de discursos legitimos de reclamo, a los que corrompe y revierte (trétase entonces de los que podemos llamar pseudo discur- sos), utilizando mutatis mutandis recursos que, en la exploracidn psicoanalftica, son 7 MARIANA TRAVACIO hallables con las denominaciones de defensas (proyeccién, desplaamiento, negacién, racionalizacién) y que conduce de modo inexorable a una creciente represiOn e inti- midacién societaria. Tal manipulacién del Todo-Penal -concepto que definido e introducido en nuestros pensares psicolégico-forenses, hace ya casi una década- florece en el reclamo por més penas, més represién, més institucionalizacién, més terror, notas que en paralelo y como opuestos, implican mayor arbitrariedad desde el Poder, mayor impunidad para los servidores que se integran como instrumentos en sus tentaculos y un caos de legislacién, de imposible conocimiento para el sometido, lo que le ponen por com- pleto en las fauces de los contempordneos Holofernes. Se implementa de tal modo un reinado a través de la Justicia cegada y no ciega, en beneficiv de unos pocos y el encadenamiento progresivo del no poder. En segundo lugar, el conjunto supra -descripto adquiere més vigor, a través de la accién retributiva que implementa el Poder, mediante sus esbirros de tuo, accio- nando a la luz del dfa, con la impunidad absoluta- que garantiza un Todo-Legal per- vertido. En tercer lugar, se asiste dia a dia al fendmeno de lo que podriamos llamar el fomento de una creciente estupidificacién societaria, a través de una progresiva desculturacién (desmonte de la educacién, castracién ideolégica, limitaciones a la creatividad, endiosamiento de la torpeza y el més gusto a través de los medios de comunicacidn sometidos o pervertidos). El Poder, en las palabras de Prini, realiza asf su accién de acondicionamiento, para de tal modo acrecentar su dominio. El todo concluye en una desintegracién creciente de los estratos que confor- man la meiosis societaria, en una suerte de psicotizacin colectiva, lo que es sinéni- mo de pétdida -para los componentes no-poder de aquélla- del cardcter y la dignidad que es natural de toda persona humana. iSi, hasta el discurso de los derechos humanos, como también el legitimo clamor de no pocas v(ctimas, es ya no pocas veces utilizado y manipulado para cumplimentar los designios del Poder o de alguno de sus nticleos conformantes! Intimidar y confundir mientras se conduce al hombre comtin a las nuevas formas de esclavitud, pareciera ser la metodologfa que caracteriza a la sociedad de las pos- trimerfas de un siglo, en donde el desarrollo cientifico y técnico superé con creces la produccién global y total de los milenios previos inmediatos, pero a la vez, desde el Poder se cubrié al mundo de un horror, més repulsivo atin, porque, al manipular de modo impiidico a los valores, le quita a los hombres las motivaciones y los sume en una desesperanza que, para peor, es agredida a diario con la torpeza y la impunidad absoluta de que goza el Poder. 20 PROLOGO. Siempre afirmé el suscripto, en cuanto primer y tinico Profesor Titular Regular de Psicologia Forense de la Universidad de Buenos Aires, que la dimensién préctica de la materia debfa complementarse necesariamente con la dimensién critica. Las presentes reflexiones, al prologar este meritorio esfuerzo, intenta recordar al inquicto que recorra sus paginas, que, al interiorizarse de la legislacién que con- forma y gufa sus afanes en la via de la especialidad y del arte psicolégico, debe tener en cuenta que de no existir tal dimensién critica, quien ejerce lo hace en la calidad de esclavo, por mas eficacia y perfeccionamiento que exhiba en su tarea profesional. Paso entonces, his dictis, a las disposiciones legales vigentes que en palabras del Aquinate, deben ser ordenaciones de la raz6n al bien comin, promulgadas por quien tiene el cuidado de la comunidad. Notas componentes que hablan de servicio por parte de la autoridad comunitaria y de la biisqueda permanente del bien comtin societario, dentro de parametros de racionabilidad. Mariano N. Castex Buenos Aires, 5 de agosto de 1996. cl INTRODUCCION Lapsicologia y la ley parecen dos mundos condenados a entenderse. Jorge Sobral Universidad de Santiago m= La Psicologia Forense se erige, por definicién, en un espacio de interseccién atravesado por discursos esencialmente divergentes. Interseccién que definir4 uno de los mayores desaffos y de las més grandes pasiones para quien pretenda insertarse en este Ambito del ejercicio profesional. Partiendo de la complejidad epistemol6gica y discursiva inherente a la Psicolo- gia misma, encontramos un 4rea en la que vienen a sumarse otros discursos, todo lo cual termina por complejizar hasta el infinito el ejercicio profesional en esta region. Entre esos discursos otros que convergen en esta praxis, resultars esencialmente relevante el discurso juridico, ese singular discurso, amalgama de tantos otros, respecto del que Mart interrogara: “jcusl es el principio de control de la producciGn del discurso jurfdico que hace que esos otros discursos, después de haber intervenido como trama o como urdimbre cn el perfodo de su constitucién, desaparezcan del producto final formado 0 se releguen a una esfera evanescente y secundaria de mera auxiliaridad?”" 1. E, Mart; “Moi, Pierre Riviéte...y el mito de la uniformidad seméntica en las ciencias socia- , El discurso juridico, Buenos Aires, Hachette, 1982, p. 57. les 7 MARIANA TRAVACIO En este punto, se torna indispensable intentar una definicién de la Psicologfa Forense. Psicologia que ha sido circunscripta una y otra vez, ya como “la aplicacién de los conocimientos psicoldgicos a las necesidades de orden legal”, ya como “discipli- na auxiliar del derecho”, ya como “una respuesta a una demanda proveniente del campo juridico”. Sin embargo, hemos enunciado en numerosas oportunidades nuestra discordan- cia en definir a la Psicologia Forense como una Psicologta aplicada al Derecho y es, en este sentido, que acordamos con Mariano Castex cuando define a la Psicologfa Forense como praxis en sus dos vertientes: prdctica, en lo que hace a una respuesta puntual que se espera de la psicologia cuando es interrogada por el Todo-Legal:? la pericia propia- mente dicha; critica, en tanto reflexién que involucra tanto al demandante cuanto al demandado. Posiblemente, esta definicién de la Psicologia Forense cobrard pleno sentido Gnicamente a medida que nos vayamos introduciendo en los avatares propios de una tal prdctica profesional. Ello asf, en la medida en que el psicélogo -abocado a tareas forenses- se encontrard en numerosas oportunidades con preguntas que le resultaran no siempre descifrables, por momentos inasibles, todas las veces exigiendo una adap- taciGn al singular marco referencial definido por las concepciones emergentes del Derecho. Adaptacién que, muchas veces, no resultard sino infructuosa, habida cuen- ta de la ruptura existente entre el proceso de produccién del discurso juridico y ese discurso como producto final, ruptura a la que E. Mari sefiala como la responsable de la “indeterminacidn del lenguaje jurfdico” y de las “dificultades de traducir sin lagu- nas gran parte de los términos tedricos y técnicos del derecho”. Es asi como, en la prictica de la Psicologia Forense, dificilmente se encontraré el psicdlogo con una demanda referida a conceptos construidos interdisciplinariamente, muy por el contrario, seré interrogado desde una nosologta judicial -permttasenos la 2. “Mucho mas que el Derecho, es el conjunto de todo lo dicho, todo lo escrito, todo lo actuado”, asi definido por Castex en diversos tramos de su obra, 0, en otros pasajes, “el Derecho tomado en sentido amplio”. 3. E. Marf describe esta ruptura (discontinuidad, desplazamiento) en los siguientes términos: “[No se trata de] una ruptura epistemoldgica en el sentido de Bachelard... El desajuste entre proceso de produccién y producto formado no es, pues, un desajuste meramente semantico, sino un desajuste construido en la praxis social variable histéricamente y que tesponde a mecanismos de control y prohibicisn...”, op. cit., pp. 58-59. 24 INTRODUCCION expresién-, lo que provocard innumerables dificultades de “traduccién” que, en la medida en que no se refieren a dificultades meramente seménticas, se erigitén -casi siempre- en los enormes vallados que esta praxis conlleva. Por otra patte, ya estamos acostumbrados a tales complicacivnes. Nos tropezare- mos con ellas continua e inevitablemente al tratar cada una de las teméticas que se recorren en este libro. Asi, se comprenderd que la respuesta que la psicologia dirija al mbito juridico, no puede ser pretendida sino sobre la base de un anidlisis previo de los conceptos acerca de los cuales es interrogada y debe incluir una pregunta ética abarcativa de la funcién que el psicdlogo est cumpliendo al sumergirse en esta practica. Por estas razones, sostenemos que el ejercicio de una psicologia forense critica deberia estar orientado hacia la construccién de un émbito de interdisciplina, al decir de Entelman,* no aquella que se basa en la utilizacién de conceptos de una ciencia por otra, sino la que permite “la produccién conjunta de nuevos conocimientos”. 4. Ver R. Entelman; El discurso jurfdico, Buenos Aires, Hachette, 1982. 25 CAP{TULOI ACTUACION PERICIAL DEL _PSICOLOGO 1. ALGUNAS PUNTUALIZACIONES ACERCA DE LA ORGANIZACION DE LA JUSTICIA! w= El denominado Poder Judicial, en tanto funcién del Estado, esta compuesto por Srganos Ilamados en forma genérica “Tribunales de Justicia”. La Constitucién Nacional, en su art. 108 establece que: “El Poder Judicial de la Nacin serd ejercido por una Corte Suprema de Justicia, y por los demés tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el territorio de la Nacién”. Y teniendo en “En ningiin caso el presidente de la Naci6n puede ejercer funciones judiciales, arrogarse cuenta la divisién de poderes es importante transcribir el articulo siguient el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas” (art. 109 C.N.). El derecho a la jurisdiccién Desde la dimensi6n institucional, se debe precisar que la jurisdiccién es el con- junto de atribuciones que la Constitucién Nacional reconoce al Poder Judicial. O, 1. Teniendo en cuenta que los psicélogos ejercen su profesisn en un espacio en el que rige un ordenamiento juridico y que tal ordenamiento jurfdico establecera derechos y obligaciones (que no sdlo dimanan de la ley de ejetcicio profesional de la psicologia, sino de todo el ordenamiento juridico vigente), nos parecié adecuado comenzar este capitulo realizando al- gunas consideraciones respecto de la organizaci6n de la justicia. Consideraciones que tam- bién resultardn titiles en lo que respecta al ejercicio de la psicologta en dmbito forense, parti- cular insercién del psic6logo que, en su vertiente pericial, se desarrollaré en relacién directa con las instituciones judiciales. 7 29 MARIANA TRAVACIO en palabras de Alvarado Velloso, “es la facultad que tiene el Estado para administrar justicia por medio de los érganos judiciales instituidos a tal efecto”” Teniendo en cuenta entonces que la jurisdiccién es la capacidad de administrar justicia, comprendemos el término derecho a la jurisdiccién como aquel mecanismo apto para el ejercicio de los derechos. Para que un sistema judicial funcione, es imprescindible cumplir con los requisitos de lo que se div en llamar el debido proceso legal, un conjunto de garantfas minimas contempladas tanto en la Constitucién Nacional, cuanto en los tratados internacionales sobre derechos humanos de los que Argentina es parte. Esas garantfas minimas incluyen, entre otras: el derecho de acceso a los tribu- nales a través de recursos efectivos; la existencia de un juez o tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad por la ley, ya para la sustanciacidn de cualquier acusacién penal contra una persona, ya para la determina- cidn de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro cardcter; el dictado de una sentencia definitiva dentro de un plazo razonable, etc. De la competencia Si la jurisdiccién es la capacidad de administrar justicia; la competencia es la de-administrar justicia en un caso determinado. Alvarado Velloso, recordando a Couture, sefiala acertadamente que todos los jueces tienen jurisdiccién pero no todos tienen competencia para conocer un determinado asunto. Un juez competen- te es un juez con jurisdicciGn; un juez incompetente es un juez con jurisdiccién pero sin competencia.’ Una de las maneras tradicionales de clasificar la competencia es en funcién del lugar, de la materia o de las personas. De la jerarquia de las leyes Todas las normas jurfdicas que componen el derecho argentino deben confor- mar un conjunto arménico. Sin embargo, puede suceder que entre ellas existan contradicciones en su aplicacidn a un caso concreto. Por ello es fundamental esta- blecer un orden jerdrquico entre las distintas disposiciones. Este orden surge de la misma Constitucién Nacional. 2. A. Alvarado Velloso; “Jurisdiccién y competenci Rev. La Ley, 1985-C-1133. 3. A. Alvarado Velloso; op. cit. 30 CAPITULO! Después de la reforma constitucional de 1994, comparten la supremacta de la Constitucién Nacional, 11 instrumentos internacionales de Derechos Humanos* (enunciados en el art. 75, inc. 22 de la C.N.). De manera que toda otra disposicién deberd ser congruente con las que emanan de la Constitucién més los once instru- mentos internacionales mencionados. Le siguen en orden decreciente los demas tratados internacionales, las leyes nacionales y las Constituciones provinciales que deberdn conformarse a esta supremacta. El art. 27 de la Convencién de Viena sobre el Derechos de los Tratados recepta la primacia del derecho internacional al sostener que un Estado no podrd invocar las disposiciones de su derecho interno como justificacién del incumplimiento de un tratado. Por ello es importante el estudio de las disposiciones establecidas en los tratados internacionales, teniendo en cuenta el principio de operatividad en el 4m- bito interno. Sobre el derecho a la salud Nos parecié oportuno, en este contexto, destacar el tema vinculado con el derecho a la salud a la luz de los instrumentos internacionales a los que hiciéramos referencia. El Pacto Internacional de Derechos Econémicos, Sociales y Culturales establece en suart. 12 que los Estados reconocen el derecho de toda persona al disfrute del mas alto nivel posible de salud fisica y mental. Entre las medidas que deberén adoptar a . fin de asegurar la plena efectividad de este derecho figurardn las necesarias para: a) la reduccisn de mortinatalidad y de la mortalidad infantil y el sano desarrollo de los nitios; b) el mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio 4. Los instrumentos internacionales que tienen jerarqufa constitucional son: 1) Declaracisn Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 2) Declaracisn Universal de Derechos Humanos; 3) Convencién Americana sobre Derechos Humanos; 4) Pacto Internacional de Derechos Econémicos, Sociales y Culturales; 5) Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos y su 6) Protocolo Facultative; 7) Convencién sobre la Prevencidn y la Sancién del Delito de Genocidio; 8) Convencidin Intemacional sobre la Eliminacicin de todas las Formas de Discriminacién Racial; 9) Convencién sobre la Eliminacién de todas las Formas de Discriminacisn contra la Mujer; 10) Convencisn contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; 11) Convencion sobre los Derechos del Nifto. a. MARIANA TRAVACIO ambiente; c) la prevencién y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémi- cas, profesionates y de otra indole y la lucha contra ellas; d) la creacién de condicio- nes que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad. Al mismo tiempo, en la Convencién sobre Derechos del Nifio hay una norma espectfica sobre la salud fisica y mental del nifio internado (art. 25), también al tratar el derecho a un nivel de vida adecuado, se menciona su desarrollo fisico y mental (art. 27.1) y al tratar el derecho de acceso a la informacién, se alberga la necesidad de promover su salud fisica y mental (art. 17). Desde la perspectiva resefiada de la jerarquia constitucional de los once instru- mentos internacionales, se deben citar asimismo, la Convencién Internacional que elimina todo tipo de discriminacién contra la mujer (arts. 11.1. f; 11.2; 12; 14.2.b), al igual que la Convencién contra la discriminacién racial (art. 5.e.iv). A su vez, la Convencién contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradan- tes,’ incluye en su art. 14 el compromiso del Estado frente a la victima de un acto de tortura: “la reparacién y el derecho a una indemnizacién justa y adecuada, incluidos los medios para su rehabilitacién lo mas completa posible”. Por estas y otras consideraciones, fijar la jerarquia del derecho argentino ad- quiere singular relevancia, toda vez que -ante los tribunales nacionales- se puede invocar la violacién de alguna de las normas mencionadas y es deber de los jueces, aplicarlas. A continuacién, describiremos la regulacién de la prueba pericial de conformi- dad con los eddigos procesales civil y penal de la Nacién. Veremos asimismo la inclusin de la actividad pericial como ejercicio profesio- nal de la psicologfa tal como se encuentra contemplada en la ley n® 23.277 y, final- mente, haremos mencién de las responsabilidades legales que le caben al perito de acuerdo a las disposiciones del Cédigo Penal de la Nacién. 5. Podré encontrarse el texto completo de esta Convencisn en el Apéndice general del presente volumen. 32 2. EL PSICOLOGO COMO PERITO: LA REGULACION NORMATIVA DE LA PRUEBA PERICIAL® w= Dentro de las pruebas que son reguladas para el ejercicio del derecho a la juris- diccidn eficaz, se encuentra la prueba pericial. En este contexto se integra la actividad pericial del psicdlogo. La ley N® 23.277 del ejercicio profesional de la psicologfa, define las activida- des que puede desempefiar un psicélogo, las formas en que se pueden ejercer tales BY actividades, las condiciones para el ejercicio de la profesin, las inhabilidades, pro- ‘phibiciones, derechos y obligaciones. Asf, por ejemplo, es obligacién de todo psicélogo, en conformidad con el art. 8° "dnc. 4 de la ley, “guardar el més riguroso secreto profesional sobre cualquier prescrip- agi6n o acto que realizare en cumplimiento de sus tareas especfficas, asf como de los gatos o hechos que se les comunicare en raz6n de su actividad profesional sobre © aapectos fisicos, psicoldgicos o ideologicos de las personas”. El deber de guardar secreto se halla igualmente contemplado en otras disposi- ciones legales. El Cédigo Penal de la Nacién, en su art. 156, reprime al que divulgare ath justa causa un secreto que pudiere causar dafto. Por otra parte, el Cédigo Procesal Renal de la Nacisn, impone el deber de revelar el secreto bajo determinadas circunstancias asf como prevé las excepciones a esta norma. Dejaremos el abordaje de los aspectos legales vinculados con el tema del secreto profesional para el Capf- 6.Con respecto a la estructuracién del informe pericial, remitimos al lector al Capitulo IV -péigs. 174/175 -donde podré hallar una gufa para su presentacién. 33 MARIANA TRAVACIO. tulo II del presente libro, limitandonos -en esta oportunidad- al tratamiento de las especificaciones jurfdicas relativas a la actuacién del psicélogo como perito. Witthaus’ define la prueba pericial como “la opinién fundada de una persona espécializada o informada en ramas del conocimiento que el juez no esta obligado a dominar. La persona dotada de tales conocimientos es el perito, y su opinién fundada, el dictamen”. Los cédigos procesales, en cada uno de los distritos donde tienen establecida su competencia, regulan la prueba pericial. En ellos encontraremos las normas relativas a la procedencia de la actuacién pericial, asf como a la designacién de los peritos, a la acreditacién de idoneidad del perito para el desempefio de la funcién asignada, la descripcién de sus respon- sabilidades y obligaciones, las maneras de determinacién de los puntos de peri- cia, la eficacia probatoria del dictamen pericial y otras disposiciones concer- nientes al desarrollo de la prueba pericial. Asimismo, la Ley Organica del Poder Judicial® establece que funcionaran como auxiliares de la justicia nacional: : a) cuerpos técnicos periciales (de médicos forenses, de contadores, de caligrafos); b) peritos ingenieros, tasadores, traductores e intérpretes. Se prevé igualmente que los peritos y los integrantes de los cuerpos técnicos deben ser designados y removidos por la Corte Suprema. En este contexto, el psicélogo se incluye como perito dentro del Cuerpo Médico Forense, lo que queda establecido en los siguientes términos:? “El Cuerpo Médico Forense contaré con uno o més peritos quimicos, odontélogos y psicdlogos"° que deberan reunit las mis- smas condiciones que sus miembros y tendrdn sus mismas obligaciones”. En este caso, el psicdlogo desarrolla su tarea como perito oficial, a diferencia de cuando es designado de oficio por el juez -en cuyo caso debié haberse inscripto previamente en lag listas de peritos que anualmente confeccionan las respectivas CAmaras-. 7. Witthaus, Prueba Pericial, Buenos Aires, Ed. Universidad, 1991. 8. Decreto-ley 1285/58, ratificado pot ley n® 14.467. 9. Art. 60 de la Ley Orgénica del Poder Judicial. 10. Conviene aquf recordar que el art. 60 -que incluye el vocablo “psicélogos” fue adicionado en sph.afio 1992 por la ley n® 24.053. 34 CAPITULOL Finalmente, se consignan las obligaciones de los cuerpos técnicos y de los peritos en el art. 56 de la citada ley: “a) Practicar ex4menes, experimentos y andlisis, respecto de personas, cosas 0 lugares; b) Asistir a cualquier diligencia 0 acto judicial; c) Producir informes periciales. Actuarén siempre a requerimiento de los jueces”. Laactuacién del psicélogo como perito se halla igualmente contemplada en el art. 2°de la ley n® 23.277, en el que se establece que se considera ejercicio profesional de la psicologfa: “la ensefianza, investigacién, aplicacién o indicacién de teorfas, métodos, recursos, procedimientos y técnicas especificamente psicolégicas en: i inc. c) Laemisin, evacuacién, expedicién, presentacién de: asesoramiento, certificacin, consultas, estudios, consejos, informes, dictémenes, peritajes. : Con respecto a la procedencia de la actuaci6n pericial, el Cddigo Procesal Civil y “Comercial de la Nacién, establece que “ser4 admisible la prueba pericial cuando la % apreciacién de los hechos controvertidos requiere conocimientos especiales en algu- i i, ma ciencia, arte, industria o actividad especializada” Por su parte, el CédigoProcesal 4 Penal de la Nacién sostiene idénticos principios para el requerimiento de la prueba i : “El juez podré ordenar pericias siempre que, para conocer o apreciar algiin } hecho o circunstancia pertinente a la causa, sean necesarios o convenientes conoci- & mientos especiales en alguna ciencia, arte 0 técnica”. Veremos, en el cuadro que a continuacién se anexa, las disposiciones normativas que los cédigos procesales civil y penal de la Nacién respectivamente prevén para la regulacién de la tarea pericial. CIVIL PENAL Cédigo Procesal Civil y ‘Cédigo Procesal Penal de la Nacién Comercial de la Nacién Procedencia de la actuacién pericial Procedencia de la actuacién pericial Serd admisible la prueba pericial cuando la El juez podré ordenar pericias siempre que, para apreciacién de los hechos controvertidos conocer o apreciar algin hecho o circunstan- requiere conocimientos especiales en alguna cia pertinente a la causa, sean necesarios cono- ciencia, arte, industria o actividad especializa- cimientos especiales en alguna ciencia, arte o da. técnica. om) MARIANA TRAVACIO CIVIL Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién PENAL Cédigo Procesal Penal de la Nacién Acreditacién de idoneidad Si la profesién estuviese reglamentada, el pe- rito deberd poscer titulo habilitante en la cien- cia, arte, industria o actividad técnica espe- cializada a que pertenezcan las cuestiones acer- ca de las cuales debe expedirse. En caso con- trario, o cuando no hubiere en el lugar del proceso, perito con titulo habilitante, podrd set nombrada cualquier persona con conoci- micntos en la materia. Perito La prueba pericial estaré a cargo de un perito tinico designado de oficio por el juez, salvo cuando tuna ley especial establezca un régimen distinto. En los procesos de declaracién de incapacidad y de inhabilitacién, se designarén de oficio tres peritos. En el juicio por nulidad de testamento, el juez podré nombrar de oficio tres peritos cuando Ia importancia del caso lo haga conveniente. Consultor téenico Cada parte tiene faculted de designar consultor técnico. Cuando los litis consortes no concordaren en la designacién del consultor técnico de su parte, el jusgado desinsaculard a uno de los propuestor. El consultor técnico podré ser reemplazado por la parte que lo designs; el reemplazante no podré pretender una intervencién que importe retro- gradar la préctica de la pericia. Los honorerios del consultor técnico integrarin la condena en costas Puntos de Pericia Al ofrecer la prucba pericial, se indicaré la especializackin que ha de tener el perito y se propondran los puntos de periciai si la parte cjerciere la facultad de designar consultor técnica, deberd indicar, en el mismo escrito, su nombre, profesién y domicilio. La otra par- 36 Acreditacién de idoneidad Los peritos deberin tener titulo de tales en la materia a que pertenezca el punto sobre el que han de expedirse y estar inscritos en las listas formadas por el 6rgano judicial competente. Si no estuviere reglamentada la profesién, 0 no hubiere peritos diplomados 0 inscritos, deberd designarse a persona de conocimiento © prictica reconocidos. Perito El juer designard de oficio a un perito, salvo que considere indispensable que sean més. Lo hard entre los que tengan el cardcter de peritos oficiales; si no los hubiere, entre los funciona- tios pdblicos que en razdn de su titulo profe- sional o de su competencia, se encuentren ha- bilitados para emitir dictamen acerca del he- cho 0 circunstancia que se quiere establecer Perito de parte En el término de tres (3) dfas, a contar de las respectivas notificaciones, cada parte podré proponer, @ su costa, otro perito legalmente habilitado. Puntos de Pericia El juet ditigiré la pericia, formularé concreta- mente las cuestiones a elucidar, fijaré el plazo en que ha de expedirse el perito y, si lo juzgare conveniente, asistira a las operaciones. CIVIL Codigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién PENAL ‘Codigo Procesal Penal de la Nacién te, al contestar el traslado, podré impugnar su procedencia o, en su caso, proponer otros pun tos que a su juicio deban constituit también objeto de la prucba, y observar la procedencia de los mencionados por quien la oftecié; si jerciere facultad de designar consultor técnico, deberd indicar en el mismo escrito su nombre, profesién y domicilio. Contestado el traslado 0 vencido el plazo para hacerlo, el Juce designars el perito y fijaré los puntos de pericia, pudiendo agregar otros o eli- minar los que considere improcedentes super- fluos. Recusacién del perito El perito podra ser recusado por justa causa, dentro del quinto dfa de notificado el nombramiento por el ministerio de la ley. Son causas de recusacién del perito las previstas respecto de los jueces, también la falta de tt- tulo o incompetencia en la materia de que se trate. En caso de ser admitida la recusacién, el juer, de oficio, reemplazard al petito recusado sin otra sustanciacién. (Ver arts. 14 al 29 del cPpcyc) Practica de la pericia y presentacién del dictamen La pericia estard a cargo del perito designa- do por el jucz. Los consultores técnicos, las partes y sus letrados podrén presenciar las operaciones técnicas que se realicen y formular las observaciones que consideren pertinentes. El perito presentard su informe or escrito con copia para las partes. Conten- dré la explicacisn detallada de las operacio- nes técnicas realizadas y de los principios cientfficos en que se funde. Los consultores técnicos de las partes, dentro del plazo fija- do al perito, podrin presentar sus informes por separado, cumpliendo los mismos re- quisitos. A peticidn de parte o de oficio, el juez po- ded requerir opinién a Universidades, Aca- Recusacién del perito Son causas legales de recusacién de los peritos las establecidas para los jucces. (Ver art. 55 del C.P.P.), Practica de la pevicia y presentaciém del dictamen. Los peritos practicarin unidos el examen, de- liberarén en sesién secreta, a la que sélo podré asiatir el juct, y si estuvieren de acuerdo re- dactarén su informe en comin. En caso contrario, harén por separado sus respectivos dictémenes. El dictamen pericial podr expedirse por in- forme escrito o hacersc constar en acta y com- prenderd, en cuanto fuere posible: 1° La descripcién de las personas, lugares, cosas © hechos examinados en las condiciones en que hubieren sido hallados; 2° Una relacién detallada de todas las opera- ciones practicadas y sus resultados; 3® Las conclusiones que formulen los peritos conforme a los principios de su clencia, arte 0 37 MARIANA TRAVACIO CIVIL Céidigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién PENAL Cédigo Procesal Penal de la Nacién. demias, Corporaciones, institutos o enti- dades piblicas 0 privadas de cardcter cien- tifico o téenico, cuando el dictamen pericial técnica. 4° Lugar y fecha en que se practicaron las operaciones. requitiese operaciones o conocimientos de alta especializacién. Eficacia Probatoria del dictamen El jucz valoraré la pericia de acuerdo con las reglas de la sana crftica Eficacia probatoria del dictamen La fuerza probatoria del dictamen pericial sera cstimada por el juez teniendo en cuenta la com- petencia del perito, los principios cientificos 0 técnicos en que se funda, la concordancia de su aplicacién con las reglas de la sana critica, las observaciones formuladas por los consultores técnicos 0 los letrados y los demas elementos de conviccién que la causa oftezca. Cabe destacar, a modo de complemento de lo hasta aqu{ expuesto, que el Cédi- go Penal de la Nacién prevé sanciones para el perito que “afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposicién, informe, traduccién co interpretacién hecha ante la autoridad competente. Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena serd de uno a diez afios de reclusién o prisién”(art. 275 C.P.). Del mismo modo, el Cédigo Penal establece una pena para el perito “cuya declaracién fuere prestada mediante cohecho”"' la que “se agravard con una multa igual al duplo de la cantidad ofrecida o recibida” (art. 276 C.P.); también sanciona al que habiendo sido legalmente citado como perito, “se abstuviere de comparecer ode prestar la declaracién o exposicin respectiva” (art. 243 C.P.). 11. El cohecho, definide como accién y efecto de cohechar o sobornar, constituye un delito contra la administracién publica en el que concurren tanto el sujeto activo como el pasivo. Se configura, por parte del funcionario pablico, por el hecho de recibir dinero o cualquier otra dédiva y aceptar una promesa para hacer o dejar de hacer algo relativo a sus funciones, o para hacer valer la influencia derivada de su cargo. Del Diccionario de Ciencias Jurfdicas, Politicas y Sociales, Manuel Ossorio, Buenos Aires, Heliasta, 1995. 3. ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DE LA PRACTICA PERICIAL DEL PSICOLOGO, w= Colette Duflot-Favori,” en un intento por explicar la creciente demanda de peritos psicdlogos en el medio tribunalicio francés, ensayaba dos razones: 1) el reconocimiento por parte de los magistrados del rol y lugar del psicélogo; y 2) el hecho de que, frente a las demandas de estos uiltimos, los psicdlogos respondieron. Sefialaba a continuacién la reticencia que, en un principio, manifestaron los psicélogos en cuanto a inmiscuirse en la actividad pericial, “Ilegando algunos al extremo de sostener que dicha tarea era, en sf misma, contraria a la ética profesional, en la medida en que se estaba colaborando con una institucién percibida inicamente como una instancia represiva."’ Cada uno -opina la autora- puede tener sus reticencias: serfa abusivo pretender un posicionamiento absoluto; sin embargo, “resulta lamentable que los psicdlogos hayan crefdo positivo abstenerse de esta insercién profesional durante tanto tiempo permitiendo que ella evolucionara sin ellos, (...) la posici6n abstencionista no logré sino que la maquinaria siguiera su marcha sin el psicdlogo, lo que no es necesariamente lo mejor para el respeto y el bien de las personas. (...) En nuestros dias, més claramente consciente de sus responsabilidades, el psicélogo no predica ms en favor de la abstencin. Sin embargo, es bien cierto que la ética no es 12. C. Duflor-Favori; Le psychologue expert en justice, Paris, Presses Universitaires de France, 1988. 13.C. Duflot-Favori; p. cit. 39 MARIANA TRAVACIO una cuesti6n de terrenos de intervencién'* [del psicélogo}, sino un método y una con- ciencia profesional”."5 Estas son, sin dudas, algunas de las cuestiones pasibles de profundos debates por parte de los psicélogos que deseen insertarse -o se estén desempefiando ya- en el Ambito forense. Podrfamos sumar, a estas preguntas, innumerables otras; todas, desprendidas de la practica profesional en el drea pericial. Nos preguntamos a veces por el rol que desempefia el psicdlogo cuando elabora las respuestas que le fueron demandadas. O, incluso, las razones que motivaron su inclinacién hacia esta particular 4rea del ejercicio profesional. ;Acaso el regodeo narcisista de detentar el poder del “juez” que tanto criticara Foucault respecto de la psiquiatrfa legal de principios de siglo? ;Acaso la fascinacién por el crimen? {O la necesidad de una actividad remunerada en medio de tanta costumbre de trabajo ad honorem? Una vez més, no habré sino respuestas multiples. La singularidad de cada uno iré determinando los laberintos que configurardn el camino. Sin embargo, nos parece aqu{ oportuno resaltar que la insercién pericial no sélo comporta derechos, sino también obligaciones, responsabilidades y sanciones. Del pleno conocimiento de las mismas, se desprenderé la eleccién teflexiva de incluirse o no en estos territorios del ejercicio profesional. Por otra parte, resulta aqui pertinente recordar los conceptos que recorriéramos en la Introduccién del presente volumen. En esencia, la discordancia respecto de definir a la Psicologia Forense como una ciencia auxiliar de otra. Ello no harfa mas que definir la vertiente practica de la misma y colocarfa al psicélogo en una dificil posicién que tornarfa casi imposible su inclusién en las demandas de orden legal. En efecto, la divergencia discursiva que se manifiesta cuando se encuentran Psicologia y Ley comprometen al psicélogo a sumergirse en un obligado -y no por ello menos interesante- laberinto de interrogantes referidos a la lectura e interpretacién que, de los conceptos juridicos de corte psicolégico,'® puede hacerse desde la psicologta y, mas 14. Esta frase es citada por Colette Duflot-Favori en otro capitulo de la misma obra, en el que se aclara que la misma fuera formulada en ocasién del 3* Foro de Psicologfa, Cannes, Junio de 1985. 15.C. Duflot-Favori; op. cit. (Los pérrafos de esta obra que aqui se citan en castellano fueron traducidos del original francés por la autora). 16. Utilizamos esta expresién para referirnos a aquellos términos que figuran en el texto de ley vigente asf como en la jurisprudencia y/o en la doctrina jurfdica y que aluden a cualquier concepto vinculable, perteneciente, extrafdo o adjudicado -acertada o desacertadamente- a las ciencias del ambito de la salud mental. 40 oor CAPITULO! especificamente, desde la psicologfa forense. De este modo, si elegimos erigirnos en destinatarios de la demanda proveniente del Todo-Legal, serd tarea ineludible el anélisis exhaustivo de aquello por lo que se nos esté preguntando, del lugar desde el que nos posicionamos al contestar y del rol implicado en tal praxis. Sin ello, la respuesta no puede ser pretendida. Con todo, pensamos que insertarse laboralmente en el campo de la psicologfa forense ofrece a quien lo intente, un doble esfuerzo. El esfuerzo esperable del trabajo- en-si, y el esfuerzo adicional de obrar en un espacio de entrecruzamiento discursivo. Paraddjicamente, en ello radica su riqueza. Bibliografia + Alvarado Velloso, Adolfo: “Jurisdiccién y competencia”, Rev. La Ley, 1985-C-1133. + Cédigo Penal argentino y leyes complementarias; Buenos Aires, AZ Editora. 1996. + Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién; Buenos Aires, AZ Editora, 1995. + Cédigo Procesal Penal de la Nacién; Buenos Aires, AZ Editora, 1996. + Duflot-Favori, Colette: Le psychologue expert en justice, Parfs, Presses Universitaires de France, 1988. + Gonzalez, Joaquin V.: Manual de la Constitucién Argentina, 28*ed., Buenos Aires, Estrada, 1983. + Mignone, Emilio: Constitucién de la Nacién Argentina, 1994. Manual de la reforma, Buenos Aires, Ruiz Dfaz Editorial, 1994. + Ossorio, Manuel: Diccionario de Ciencias Juridicas, Poltticas y Sociales, Buenos Aires, Heliasta, 1995. + Wiethaus, Prueba Pericial, Buenos Aires, Universidad, 1991. Resumen Se aborda primeramente la organizacién del Poder Judicial con el objeto de describir la estructura institucional que se encargaré de aplicar la legislacién vigente, ello asf, toda vez que el profesional psicélogo ejerce su profesién en un espacio en el que rige un ordenamiento jurfdico estableciendo derechos y obligaciones que atra- vesarén la prictica de la psicologfa en general y de la psicologfa forense en particular. 41 a MARIANA TRAVACIO Se define a continuacién la tarea pericial del psicélogo forense (contemplada en la ley n® 23.277 de ejercicio profesional de la psicologfa) y se puntualiza su regulacién en concordancia con los cédigos procesales (civil y penal) de la Nacién. Asimismo, se recortan del Cédigo Penal argentino las sanciones de que son pasibles los peritos (por falso testimonio, cohecho, etc.) para, finalmente, realizar algunas reflexiones en tomo de la préctica pericial del psicélogo a la luz de la ética profesional. Abstract This chapter begins dealing with the organization of the judicial system in order to describe the institutional structure which is going to take charge of applying the laws in force. This is usefull, as any psychologist practices his profession in an ambit regulated by laws establishing rights and duties which join in the practice of psychology in general and legal psychology in particular. Then, the chapter describes the expert in legal psychologist’ task -which is contemplated in Act n® 23.277 about professional practice of psychology-, and reports in detail its regulation according to the national Code of Civil Procedure and the national Code of Criminal Procedure. It also outlines from the Argentine Criminal Code the sanctions that the psychologists may suffer: due to false evidence, bribery, etc. Finally, it makes some statements about the professional practice of the psychologist as an expert, from the view of the professional ethics. CAPITULOI ANEXO (CCONTEMPLACION DE LA PRACTICA PERICIAL COMO EJERCICIO PROFESIONAL DE LA PSICOLOGIA w= Ley N® 23.277 de Ejercicio Profesional de la Psicologia Articulo 2° A los efectos de esta Ley, se considera ejercicio profesional de la psicologfa: la ensefianza, investigacién, aplicacién o indicacin de teorfas, métodos, recursos, pro- cedimientos y técnicas espectficamente psicoldgicas en: a) El diagndstico, pronéstico y tratamiento de la personalidad y la recuperacién, conservacidn y prevencién de la salud mental de las personas; b) El desempefio, cargo, funciones, comisiones o empleos por designaciones de autoridades pdblicas, incluso nombramientos judiciales; c) La emisién, evacuacién, expedicién, presentacisn de: asesoramiento, certifi- cacién, consultas, estudios, consejos, informes, dictamenes, peritajes. Articulo 3° El psicdlogo podré ejercer su actividad auténoma en forma individual y/o inte- grando equipos interdisciplinarios, en forma privada o en instituciones publicas privadas que requieran sus servicios. En ambos casos podra hacerlo a requerimiento de especialistas de otras disciplinas o de personas que voluntariamente soliciten su asistencia profesional. 45 MARIANA TRAVACIO EL PSICOLOGO EN EL CUERPO MEDICO FoRENSE a= Ley Organica del Poder Judicial (decreto-ley 1285/58, ratificado por ley N° 14.467) Articulo 52 Como auxiliares de la justicia nacional y bajo la superintendencia de la autori- dad que establezcan los reglamentos de la Corte Suprema, funcionarén: a) Cuerpos técnicos periciales: de médicos forenses, de contadores y de caligrafos; b) Peritos ingenieros, tasadores, traductores e intérpretes. Articulo 53 Los integrantes de los cuerpos técnicos y los petitos serdn designados y removi- dos por la Corte Suprema. Los empleados lo serén por la autoridad y en la forma que establezcan los reglamentos de la Corte Suprema. Articulo 54 Los cuerpos técnicos tendrén su asiento en la Capital Federal y en la sede de las cAmaras federales de apelaciones de las provincias, y se integrarén con los funciona- ios de la respectiva especialidad que la ley de presupuesto asigne a los tribunales nacionales de la Capital Federal y de las provincias y territorios nacionales. Los peritos serén también los que la ley de presupuesto asigne a los tribunales nacionales de la Capital Federal y de las provincias y territorios nacionales. 46 ‘ANEXO CAPITULOI Articulo 55 Para ser miembros de los cuerpos técnicos se requeriré: ciudadania argentina, veinticinco afios de edad, tres afios de ejercicio de la respectiva profesién 0 docencia universitaria. Articulo 56 Son obligaciones de los cuerpos técnicos y de los peritos: a) Practicar exdmenes, experimentos y andlisis, respecto de personas, cosas 0 lugares; b) Asistir a cualquier diligencia 0 acto judicial; c) Producir informes periciales. Acutaran siempre a requerimiento de los jueces. Artfculo 60 (Modificado por ley N 24.053/92).. El cuerpo médico forense contar4 con uno 0 més peritos quimicos, odontélogos y psicélogos, que deberdn reunir las mismas condiciones que sus miembros y tendran sus mismas obligaciones. 47 REGULACION DE LA TAREA PERICIAL w= Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién Articulo 457 Procedencia de la actuacién pericial. Serd admisible la prueba pericial cuando la apreciacién de los hechos contro- vertidos requiere conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o activi- dad especializada. Articulo 458 Perito. Consultores técnicos. La prueba pericial estard a cargo de un perito tinico designado de oficio por el juez, salvo cuando una ley especial establezca un régimen distinto. En los procesos de declaracién de incapacidad y de inhabilitacién, se estard a lo dispuesto por el art. 626, inc. 3. En el juicio por nulidad de testamento, el juez podré nombrar de oficio tres peritos cuando la importancia y complejidad del asunto lo considere conveniente. Silos peritos fuesen tres, el juez les impartir4 directivas sobre el modo de proce- der para realizar las operaciones tendientes a la produccién del dictamen. Cada parte tiene facultad de designar un consultor técnico. Articulo 459 Designacién. Puntos de pericia. Al ofrecer la prueba pericial se indicard la especializacién que ha de tener el perito y se propondrén los puntos de pericia; si la parte ejerciere la facultad de 48 ANEXO CAPITULOL designar consultor técnico, deber4 indicar, en el mismo escrito, su nombre, profesién y domicilio. La otra parte, al contestar el traslado que se le conferiré si se tratase de juicio ordinario, o la demanda en los demés casos, podré formular la manifestacién a que se refiere el art. 478 (impugnacion) o, en su caso, proponer otros puntos que a su juicio deban constituir también objeto de la prueba, y observar la proceden- cia de los mencionados por quien la ofrecié; si ejerciere la facultad de designar consultor técnico, deberd indicar en el mismo escrito su nombre, profesién y domicilio. Si se hubiesen presentado otros puntos de pericia u observado la procedencia de los propuestos por la parte que ofrecié la prueba, se otorgard traslado a ésta. Cuando los litis consortes no concordasen en la designacién de consultor técnico de su parte, el juzgado desinsaculard a uno de los propuestos. Articulo 460 Determinacién de los puntos de pericia. Plazo. Contestado el traslado que correspondiere segtin el art(culo anterior o vencido el plazo para hacerlo, el juez designaré el perito y fijaré los puntos de pericia, pudiendo agregar otros o eliminar los que considere improcedentes o superfluos, y sefialaré el plazo dentro del cual el perito deberd cumplir su cometido. Si la resolucién no fijare dicho plazo se entenderd que es de quince dias. Articulo 461 Reemplazo del consultor técnico. Honorarios. El consultor técnico podr ser reemplazado por la parte que lo designé; el reemplazante no podrd pretender una intervencién que importe retrogadar la préctica de la pericia. Los honorarios del consultor técnico integrardn la condena en costas. Articulo 462 Acuerdo de partes. Antes de que el juez ejerza la facultad que le confiere el art. 460, las partes, de comtin acuerdo, podrén presentar un escrito proponiendo peritos y puntos de pericia. Podrén asimismo designar consultores técnicos. Artfculo 463 Anticipo de gastos. Si el perito lo solicitare dentro del tercero dfa de haber aceptado el cargo, y si correspondiere por la indole de la pericia, la o las partes que han oftecido la prueba deberén depositar la suma que el juzgado fije para gastos de las diligencias. 49 MaRrIANA TRAVACIO Dicho importe deberé ser depositado dentro del quinto dfa, plazo que comenzaré a correra partir de la notificacién personal o por cédula de la providencia que lo ordena; se entregari al perito, sin perjuicio de lo que en definitiva se resuelva respecto de las costas y del pago de honorarios. La resolucién slo seré susceptible de recurso de reposici6n. La falta de depisito dentro del plazo importaré el desistimiento de la prueba. Articulo 464 Acreditacién de idoneidad. Si la profesion estuviese reglamentada, el perito deberd tener titulo habilitante en la ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada a que pertenezcan las cuestiones acerca de las cuales debe expedirse. En caso contrario, o cuando no hubiere en el lugar del proceso, perito con titulo habilitante, podrd ser nombrada cualquier persona con conocimientos en la materia. Articulo 465 Recusacién. El perito podré ser recusado por justa causa dentro del quinto dia de notificado el nombramiento por ministerio de la ley. Articulo 466 Causales. Son causas de recusacién del perito las previstas respecto de los jueces, también la falta de titulo o incompetencia en la materia de que se trate, en el supuesto del art. 464, parr. 2°. Articulo 467 Trémite de recusacién. Resolucién. Deducida la recusacidn se hard saber al perito para que en el acto de la notificacién o dentro del tercero dfa manifieste sies cierta o no la causal. Reconocido el hecho o guardado silencio, seré reemplazado; si se lo negare, el incidente tramitaré por separado, sin interrumpir el curso del proceso. De la resolucién no habré recurso pero esta circunstancia podré ser considerada por la alzada al resolver sobre lo principal. Articulo 468 Reemplazo. En caso de ser admitida la recusacién, el juez de oficio reemplazaré al perito recusado sin otra sustanciacién. Articulo 469 Aceptacién del cargo. El perito aceptard el cargo ante el oficial primero, dentro del tercero dfa de ANEXO CAPITULO notificado de su designacién; en el caso de no tener titulo habilitante, bajo juramen- to 0 promesa de desempefiar fielmente el cargo. Se lo citar por cédula u otro medio autorizado por este Cédigo. Si el perito no aceptare o no concurriese dentro del plazo fijado, el juez nombrar& otro en su reemplazo, de oficio y sin otro tramite. La Camara determinaré el plazo durante el cual quedardn excluidos de la lista los peritos que reiterada o injustificadamente se hubieren negado a aceptar el cargo, o incurriesen en la situacién prevista por el articulo siguiente. Articulo 470 Remocién. Sera removido el perito que, después de haber aceptado el cargo, renunciare sin motivo atendible o rehusare dar su dictamen o no lo presentare oportunamente. El juez, de oficio, nombrar4 otro en su lugar y lo condenaré a pagar los gastos de las diligencias frustradas y los dafios y perjuicios ocasionados a las partes, si éstas los reclamasen. El reemplazado perderd el derecho a cobrar honorarios. Articulo 471 Practica de la pericia. La pericia estard a cargo del perito designado por el juez. Los consultores técnicos, las partes y sus letrados podrén presenciar las operaciones técnicas que se tealicen y formular las observaciones que consideraren pertinentes. Articulo 472 Presentacién del dictamen pericial. El perito presentard su dictamen por escrito, con copias para las partes. Contendré la explicacisn devallada de las operaciones técnicas realizadas y de los principios cientfficos en que se funde. Los consultores técnicos de las partes, dentro del plazo fijado al perito, podrén presentar por separado sus respectivos informes, cumpliendo los mismos requisitos. Articulo 473 Traslado. Explicaciones. Nueva pericia. Del dictamen del perito se daré traslado a las partes, que se notificard por cédula. De oficio o a instancia de cualesquiera de ellas, el juez podré ordenar que el perito dé las explicaciones que consideren convenientes, en audiencia o por escrito, atendien- do a las circunstancias del caso. Si el acto se cumpliere en audiencia y los consultores técnicos estuvieren pre- sentes, con autorizacién del juez, podrén observar lo que fuere pertinente; si no comparecieren, esta facultad podré ser ejercida por los letrados. Si las explicaciones debieran presentarse por escrito, las observaciones a las 51 Mariana TRAVACIO dadas por el perito podrén ser formuladas por los consultores técnicos o, en su defec- to, por las partes dentro del quinto dfa de notificadas por el ministerio de la ley. La falta deimpugnaciones 0 pedido de explicaciones que diere el perito, no es Sbice para que la eficacia probatoria del dictamen pueda ser cuestionada por los letrados hasta la oportunidad de alegar con arreglo a lo dispuesto por el art. 477. Cuando el juez lo estimare necesario, podré disponer que se practique otra pericia, o se perfeccione o amplfe la anterior, por el mismo perito u otro de su eleccidn. | Elpperito que no concurriere ala audiencia o no presentare el informe ampliatorio © complementario dentro del plazo, perder su derecho a cobrar honorarios, total o parcialmente. } Articulo 476 Consultas técnicas o cientificas. A peticidn de parte o de oficio, el juez podra requerir opinion a universidades, academias, corporaciones, institutos 0 entidades publicas o privadas de cardcter cientifico técnico, cuando el dictamen pericial requiriese operaciones o conocimientos de alta especializacidn. Articulo 477 Eficacia probatoria del dictamen. La fuerza probatoria del dictamen pericial ser estimada por el juez teniendo en cuenta la competencia del perito, los principios cientificos 0 técnicos en que se funda, la concordancia de su aplicacién con las reglas de la sana critica, las observaciones formuladas por los consultores técnicos o los letrados, conforme a los arts. 473.... y los demas elementos de conviccidn que la causa ofrezca. Articulo 478 Impugnacién. Desinterés. Cargo de los gastos y honorarios. {Al contestar el traslado a que se refiere el segundo pérrafo del art. 459, la parte contraria a la que ha ofrecido la prueba pericial podra: 1) impugnar su procedencia por no corresponder conforme a lo dispuesto en el art. 457; si no obstante haber sido declarada procedente, de la sentencia resultare que no ha constituido uno de los elementos de conviccién coadyuvante para la decisiGn, los gastos y honorarios del perito y consultotes técnicos serén a cargo de la parte que propuso la pericia; 2) manifestar que no tiene interés en la pericia, y que se abstendré, por tal raz6n, de participar en ella; en este caso, los gastos y honorarios del perito y consultor técnico serdin siempre a cargo de quien la solicits, excepto cuando para resolver a su favor se hiciere mérito de aquélla. “} 52 ‘ANEXO CAPETULOI wa Cédigo Procesal Penal de la Nacién Capitulo V Peritos Articulo 253 Facultad de ordenar peri El jucz poded ordenar pericias siempre que para conocer o apreciar algin hecho o circunstancia pertinente a la causa, sean necesarios 0 convenientes conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica. Articulo 254 Calidad habilitante. Los peritos deberain tener titulo de tales en la materia a que pertenezca el punto sobre el que han de expedirse y estar inscritos en las listas formadas por el érgano judicial competente. Si no estuviese reglamentada la profesidn, o no hubiere peritos diplomados inscritos, deberd designarse a persona de conocimientoo prictica reco nocidos. Articulo 255 Incapacidad e incompatibilidad. No podrin ser peritos: los incapaces; los que deban o puedan abstenerse de declarar como testigos o que hayan sido citados como tales en la causa; los que hubieren sido eliminados del registro respectivo por sancién; los condenados o inhabilitados, Articulo 256 Excusaci6n y recusacién. Sin perjuicio de lo dispuesto en el articulo anterior, son causas legales de excusacidn y recusacién de los petitos las establecidas para los jueces. Articulo 257 Obligatoriedad del cargo. El designado como perito tendré el deber de aceptar y desempefiar fielmente el cargo, salvo que tuviere un grave impedimento. En este caso, deberd ponerlo en conocimiento del juez, al ser notificado de la designacién. Articulo 258 Nombramiento y notificacién. El juez designard de oficio a un perito, salvo que considere indispensable que sean mas. Lo hard entre los que tengan el cardcterde peritos oficiales; sino los hubiere, entre los funcionarios publicos que, en razn de su titulo profesional o de su compe- tencia, se encuentren habilitados para emitir dictamen acerca del hecho o circuns- tancia que se quiere establecer. 53 Mariana TRAVACIO Notificani esta resolucién al ministerio fiscal, ala parte querellante y a los defensores antes que se inicien las operaciones periciales, bajo pena de nulidad, a menos que haya suma utgencia o que la indagacién sea extremadamente simple. En estos casos, bajo la misma sancién, se les notificard que se realizé la pericia, que pueden hacer examinar sus resultados por medio de otro perito y pedir, si fuere posible, su reproduccién. Articulo 259 Facultad de proponer. Enel término de tres (3) dias, a contar de las respectivas notificaciones previstas enel articulo anterior, cada parte podré proponer, a su costa, otro perito legalmente habilitado, conforme a lo dispuesto en el art. 254. Artfculo 260 Directivas. El juee dirigiré la pericia, formularé concretamente las cuestiones a elucidar,fijaré el plazo en que ha de expedirse el perito y silo juzgare conveniente, asistirda las operaciones. Podré igualmente autorizar al perito para examinar las actuaciones o para asistir a determinados actos procesales. Articulo 262 Ejecucién. Peritos nuevos. Los peritos practicarén unidos el examen, deliberardn en sesién secreta, a la que slo podrd asistir el juez, y si estuvieren de acuerdo redactarin su informe en comin. En caso contrario, harén por separado sus respectivos dictdmenes. Si los informes discreparen fundamentalimente, el juez podra nombrar més peritos, segtin la importancia del caso, para que los examinen e informen sobre su mérito 0, si fuere factible y necesario, realicen otra vez la pericia. Articulo 263 Dictamen de apreciacién. El dictamen pericial podré expedirse por informe escrito o hacerse constar en acta y comprenderd, en cuanto fuere posible: 1) La descripcién de las personas, lugares, cosas o hechos examinados en las condiciones en que hubieren sido hallados. 2) Una relaciGn detallada de todas las operaciones practicadas y sus resultados. 3) Las conclusiones que formulen los peritos conforme a los principios de su ciencia, arte 0 técnica. 4) Lugar y fecha en que se practicaron las operaciones. El juez valoraré la pericia de acuerdo con las reglas de la sana erttica. 54 ANEXO CAPITULO! Articulo 266 Reserva y sanciones. El perito deberé guardar reserva de todo cuanto conociere con motivo de su actuacion. El juez podré corregir con medidas disciplinarias la negligencia, inconducta 0 mal desempefio de los peritos y aun sustituirlos sin perjuicio de las responsabilidades penales que puedan corresponder. Articulo 267 Honorarios. Los peritos nombrados de oficio 0 a pedido del ministerio pablico tendrén derecho a cobrar honorarios, a menos que tengan sueldo por cargos oficiales desempefiados en virtud de conocimientos especificos en la ciencia, arte o técnica que la pericia requiera. El perito nombrado a peticién de parte podrd cobrarlos siempre directamente a ésta o al condenado en costas. Libro III - Juicios Titulo I, Juicio Comin Capitulo II, Debate Seccién primera: Audiencias Articulo 363 Oralidad y publicidad. El debate serd oral y publico, bajo pena de nulidad; pero el tribunal podré resolver, aun de oficio, que total o parcialmente se realice a puertas cerradas cuando la publicidad afecte la moral, el orden publico o la seguridad. La resolucién sera fundada, se hard constar en el acta y seré irrecurrible. Desaparecida la causa de la clausura, se deberd permitir el acceso al pablico. Articulo 365 Continuidad y suspensién. Suspensién del debate por Ia no comparecencia de peritos. El debate continuard durante todas las audiencias consecutivas que sean necesa- rias hasta su terminacién; pero podré suspenderse, por un término méximo de diez (10) dias, en los siguientes casos: inc. 3) Cuando no comparezcan testigos, peritos o intérpretes cuya intervencién el tribunal considere indispensable, salvo que pueda continuarse con la recep- cién de otras pruebas hasta que el ausente sea conducido por la fuerza publica 0 declare conforme con el art. 357. oe MARIANA TRAVACIO. En caso de suspensién el presidente anunciaré el dia y hora de la nueva audien- cia, y ello valdra como citacién para los comparecientes. El debate continuaré desde el dltimo acto cumplido en la audiencia en que se dispuso la suspensiGn. Siempreque ésta exceda el término de diez (10) dias, todo el debate deberé realizarse de nuevo, bajo pena de nulidad. Seccién Segunda: Actos de debate Articulo 376 Cuestiones preliminares. Incomparecencia de perito. Inmediatamente después de abierto por primera vez el debate, seran planteadas y resueltas, bajo pena de caducidad, las nulidades a que se refiere el inc. 2 del art. 170 y las cuestiones atinentes a la constitucién del tribunal. En la misma oportunidad y con igual sancidn, se plantear4n las cuestiones referentes a la incompetencia por raz6n de territorio, a la unién o separacién de juicios, a la admisibilidad o incomparecencia de testigos, peritos e intérpretes y ala presentacidn o requerimiento de documentos, salvo que la posibilidad de proponerlas surja en el curso del debate. Articulo 383 Peritos e intérpretes. Su dictamen. El presidente hard leer la parte sustancial del dictamen presentado por los peritos y éstos, cuando hubieren sido citados, responderén bajo juramento a las preguntas que les sean formuladas, compareciendo segtin el orden en que sean Ilamados y por el tiempo que sea necesaria su presencia. El tribunal podrd disponer que los peritos presencien determinados actos del debate; también los podrd citar nuevamente, siempre que sus dictdmenes resultaren poco claros o insuficientes y, si fuere posible, hard efectuar las operaciones periciales en la misma audiencia. Estas disposiciones regirdn, en lo pertinente, para lus intérpretes. Articulo 386 Examen en el domicilio. El testigo, perito o intérprete que no compareciere por alin impedimento legitimo, podri ser examinado en el lugar donde se encuentre por un juez del tribunal, con asistencia de las partes. 56 ‘ANEXO CAPITULO! = Cédigo Penal Titulo XI Delitos contra la administracién publica Capitulo I - Atentado y resistencia contra la autoridad - Artfculo 243 Incomparecencia del perito. Serd reprimido con prisin de 15 dias a1 mes, el que siendo legalmente citado como testigo, perito o intérprete, se abstuviere de comparecer o de prestar la declaracién © exposicién respectiva. En el caso del perito o intérprete, se impondrd, ademés, al reo, inhabilitacién especial de 1 mesa I afio. Capitulo XII - Falso testimonio Articulo 275 Falso testimonio. Ser reprimido con prisi6n de un mes a cuatro afios, el testigo, perito o intérprete que afirmare una falsedad o negate o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposicidn, informe, traduccidn o interpretacion hecha ante la autoridad competente. Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena serd de uno a diez afios de reclusidn o prisién. En todos los casos se impondré al reo, ademés, inhabilitacién absoluta por doble tiempo de la condena. Articulo 276 Cohecho. La pena del testigo, perito o intérprete falso cuya declaracién fuere prestada mediante cohecho se agtavard con una multa igual al duplo de la cantidad oftecida orecibid 57 Capftu_o II SECRETO PROFESIONAL 1. INTRODUCCION: UNA APROXIMACION INTERROGATIVA AL CONCEPTO DE SECRETO PROFESIONAL w= La temética relativa a los alcances y limitaciones del secreto profesional del psicélogo resulta en extremo compleja por los muy variados recodos que adquiere el camino una vez adentrados en su exploracién. Ya Freud, en las Palabras Preliminares del “Caso Dora” [1905], planteaba magistralmente algunos puntos relativos a esta cuestidn: “Si es verdad que la causaci6n de las enfermedades histéricas se encuentra en las intimidades de la vida psicosexual de los enfermos, y que los sintomas histéricos son la expresién de sus més secretos deseos reprimidos, la aclaracién de un caso de histeria tendré por fuerza que revelar esas intimidades y sacar a la luz esos secretos. Es cierto que los enfermos no habrfan hablado si sospecharan que sus confesiones podrian set objeto de un uso cientifico, y también es cierto que seria vano pretender que ellos mismos autorizasen la publicacién. {(...) Pero yo opino que el médico no sélo ha contraido obligaciones hacia sus enfer- mos como individuos, sino hacia la ciencia. Y decir hacia la ciencia equivale, en el fondo, a decir hacia los muchos otros enfermos que padecen de lo mismo o podrfan sufrirlo en el futuro. La comunicacién piiblica de lo que uno cree saber acerca de la causacién y la ensambladura de la histeria se convierte en un deber, y es vituperable .. cobardfa omitirla, siempre que pueda evitarse el daiio personal directo al enfermo en cuestidn. Creo haberlo hecho todo para impedir que mi paciente sufra ese dafto. He ©, escogido a una persona cuyas peripecias no tuvieron por escenario a Viena, (...) * concluido el tratamiento, esperé todavia cuatro aftos para su publicacién, (...) no he 61 MARIANA TRAVACIO conservado ningtin nombre que pudiera poner sobre la pista a un lector ajeno a los cfrculos médicos; por lo dems, la publicacién en una revista especializada, estricta- mente cientifica, servird como proteccién frente a tales lectores no especializados”.' Hemos decidido transcribir este pasaje de la obra freudiana por la exactitud con la que describe ran parte de la problemética inherente al secreto profesional. Problemética en la que el orden legal terminaré dibujando débiles fronteras entre derechos enfrentados y en la que la dimensiGn de la ética cobraré especial protagonismo. Desde el punto de vista legal, el derecho a la intimidad constituye la base de aquello que se pretende proteger con el sustent del deber de confidencialidad impuesto a los que tuvieren conocimiento de informacién privada de las personas en funcién de su oficio 0 profesién. Sin lugar a dudas, la realidad puede més que las muy variadas formas que el texto de ley pueda asumir con el propésito de regular las conductas del hombre. La previsibilidad queda en el intento cuando la realidad supera el orden de lo esperable. Asi, el caso Tarasoff, se erige en un claro ejemplo de derechos colisionados, exigiendo cambios en el texto legal y obligando a juristas a recurrir al paciente anilisis de jurisprudencia y doctrina que permitan echar algo de luz sobre los hechos controvertidos que se exponen. El caso Tarasoff desaté la polémica sobre la posibilidad que tienen psicélogos y psiquiatras de predecir las conductas humanas. En este caso, claramente descripto y analizado por Alfredo Kraut,? el Sr. Poddar revels a su terapeuta la intencién de matar a una chica y, aunque no la nombré, éste pudo facilmente identificarla como Tatiana Tarasoff, novia de su paciente. Ordené entonces la internacién de Poddar en un instituto psiquiatrico del cual salié no bien los médicos forenses determinaron que no se hallaba alterada su facultad de discernimiento y bajo la promesa que hiciera Poddar de no acercarse a su novia. Dos meses més tarde, Poddar maté a Tatiana Tarasoff. 1.S. Freud; “Fragmento de anaiisis de un caso de histeria”, (1905 [1901]), en Obras Completas, Tercera reimpresi6n, Buenos Aires, A. E., T. VII, 1993, pp. 7-8. 2. A. Kraut; Responsabilidad Profesional de los Psiquiatras, Buenos Aires., La Rocea, 1991. 62 CAPETULOU Este caso, ocutrido en Estados Unidos, sents las bases de lo que hoy se conoce como doctrina Tarasoff que sostiene, basicamente, el deber de revelar el secreto profe- sional cuando de su no revelacién se desprenda un peligro de dafio hacia una tercera persona identificable. Esta doctrina, hallando colisionados el derecho a la intimidad y el derecho a la vida, hace prevalecer este tiltimo. Podemos pensar que, desde un. cierto punto de vista, esta norma -hoy vigente en casi todos los estados norteamerica- nos- resulta justa, toda vez que el derecho a la vida comporta una evidente preemi- nencia por sobre el derecho a la intimidad. Sin embargo, este caso desata preguntas ineludibles. En primer lugar, la pregunta por las funciones que debe desempefiar un terapeuta. {Predecir las conductas de su paciente puede incluirse entre tales funciones? {O, por fortuna, velar por la seguridad social y protegerla de los que la amenazan? No menos importante resulta la comprensién del secreto profesional como posibilitador y sostén del espacio terapéutico mismo. ;No_ terminarfan, los profesionales de la salud, impulsados por la carga de una responsabilidad excesivamente pesada, denunciando confidencialidades ante el riesgo de que su paciente dafiara a alguien? Por otra parte, desde un punto de vista clinico, jqué es el riesgo? juna poten- cialidad? ;c6mo medirlo? Y aun, jc6mo certificarlo? Resulta insoslayable reflexionar al respecto. Maxime, teniendo en cuenta que parecen igualmente vélidas las preguntas que pudiéramos elaborar en relacién a la responsabilidad que le cabe al psicélogo respecto de otra(s) vida(s) que la de su paciente. Aun cuando hubiere un vacfo normativo respecto de las responsabilidades del profesional psicélogo, desde un punto de vista ético, parece irrechazable fijar posiciones ante ellas. 63 2. DISPOSICIONES LEGALES: ALCANCES Y LIMITACIONES DEL DEBER DE CONFIDENCIALIDAD wm Desde la normativa legal vigente, el tema presenta un perfil polifacético. Nuestra Constitucién Nacional, en su articulo 19, tutela el derechoa la intimidad de las personas en los siguientes términos: “Las acciones privadas de los hombres que de ningtn modo ofendan al orden y a la moral publica, ni perjudiquen a un tercero, estén sélo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningin habitante de la Nacién ser4 obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no proh{be”. En igual sentido se expide el articulo 1071 bis del Codigo Civil protegiendo el derecho a la intimidad y previendo un derecho indemnizatorio para aquél que fuese perturbado en la misma;? derecho igualmente tutelado, entre otros tratados internacionales con jerarquia constitucional, por el Pacto de San José de Costa Rica y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos. Con respecto al deber de confidencialidad que tiene el psicdlogo en resguardo de la privacidad del paciente, la Ley del ejercicio profesional (n® 23.277) en su art. 8°, sostiene: 3. Cédigo Civil, artfculo 1071 bis (agregado por la ley 21.173): “El que arbitrariamente se entrometiere en la vida ajena, publicando retratos, difundiendo correspondencia, mortificando a otto en sus costumbres o sentimientos, o perturbando de cualquier modo su intimidad, y el hecho no fuere un delito penal, seré obligado a cesar en tales actividades, si antes no hubieren cesado, y a pagar una indemnizacién que fijaré equitativamente el juez, de acuerdo con las circunstancias; ademés, podré éste, a pedido del agraviado, ordenar la publicacién de la senten- cia de un diario © periddico del lugar, si esta medida fuese procedente para una adecuada reparacién”. 65 MariANa TRAVACIO “Los profesionales que ejercen la psicologta estén obligados a: inc. 4) Guardar el mas riguroso secreto profesional sobre cualquier prescripcién © acto que realizare en cumplimiento de sus tareas especificas, as{ como de los datos © hechos que se les comunicare en raz6n de su actividad profesional sobre aspectos fisicos, psicoldgicos 0 ideolégicos de las personas”. Por su parte, el Cédigo Penal, en su art. 156, reprime con prisién o multa e inhabilitacién “al que teniendo noticia, por razén de su estado, oficio, empleo, profesién o arte, de un secreto cuya divulgacién pueda causar daito, lo revelare sin justa causa”. Aunque sin operatividad normativa, los cédigos de ética de la profesién reco- gen en igual medida la obligacién de resguardar las confidencias de los pacientes y, generalmente, sélo indican la eximicién de la obligacién cuando el mismo paciente lo consintiera expresamente. En este sentido, resulta una excepcién el Cédigo de ética de la provincia de Buenos Aires que radicaliza el deber de confidencialidad sosteniendo, en suart. 11: “La obligacion de guardar secreto es absoluta. El psicélogo no debe admitir que se le exima de ella por ninguna autoridad o persona, ni por los mismos confidentes. Ella da al psicélogo el derecho ante los jueces de oponer el secreto profesional y de negarse a contestar las preguntas que lo expongan a violarlo”. Por otra parte, el Cédigo Moral de la A.P.A. (EE.UU.) agrega al consentimiento formal del paciente como eximente del deber, “aquellas circunstancias inusuales en las que un psicislogo determina razonablemente que dar informacién es necesario para evitar un peligro evidente a la persona u otras personas o justificado y apropiado para cumplir con wn requerimiento legal”.* Como vemos, desde el ordenamiento juridico, se impone el deber de guardar secreto de todo cuanto se tenga noticia en virtud del ejercicio de la profesién; sin embargo, la nocién de justa causa, como causa exentoria del deber de confidencialidad, relativiza lo absoluto del secreto profesional. Siguiendo a Nerio Rojas, “hay en este problema una difundida discusién doctrinaria planteada por dos antagénicos puntos de vista que postulan, respectivamente, el secre- 4. En el Apéndice deontoldgico del trabajo: “Cuestiones éticas relacionadas con el psicodiagnéstico”; O. Calo; Publicaciones del CEP de la Facultad de Psicologia, UBA. 66 STE CAPITULO to absoluto y el secreto relativo”.’ El secreto absoluto es el que sostiene el deber de callar siempre y en todos los casos. Desde este punto de vista, no hay raz6n alguna que justifi- que la ruptura de la confidencialidad, el secreto debe prevalecer siempre, ante todo, porser el garante mismo de la situacién clinica. Elssecreto relativo, en cambio, se funda- menta en la idea de que hay razones que pueden poner un limite al deber absoluto de confidencialidad. Nerio Rojas clasifica estas razones segdin dos ejes fundamentalmente diferentes. El primer eje se halla caracterizado por los requerimientos de orden legal: aqui el deber de confidencialidad desaparece ante la pregunta de la justicia; en estos casos, el secretu no puede ser invocado por el profesional. El segundo eje en el que se agrupan razones relativizadoras del secreto estarfa dado por los aspectos ligados a la “conciencia” del profesional: “en los casos dudosos, ... su conciencia le dird si debe hablar o callar”.° En estos casos, la ética del profesional adquiere un rol protagnico. Ast, si el secreto esrelativo por definicién, éste no se rige ya por una norma que imponga la obligacién de callar siempre ni por otra que imponga exactamente en cudles casos debe el profesional hablar y en cudles mantener el secreto. Desde nuestro ordenamiento juridico, la violacin del secreto profesional es considerada un delito (art. 156 del C.P.). Sin embargo, se prevé la excepcién: es delito cuando la revelacién cause dafio y se haga sin que medie una justa causa. Enel establecimiento de qué causas son consideradas ustas, radica gran parte de -sino toda- la problemética relativa al secreto profesional. Retomando la nocisn de justa causa para revelar un secreto, justa causa exentoria de la obligaci6n de callar y fundada en el principio juridico de que el interés de la revelacicin sea superior al del resguardo, encontraremos en la doctrina algunos preceptos generalmente aceptados que nos parece aqui oportuno rese 2.1. La obligacién de denunciar Nuestro Cédigo Procesal Penal establece, en su art. 177, que: “tendrin obligacién de denunciar los delitos perseguibles de oficio: 1) los funcionarios o empleados pablicos que los conozcan en el ejercicio de sus funciones; 2) los médicos, parteras, farmacéuticos y demas personas que ejerzan cualquier rama del arte de curar, en cuanto a losdelitos contra 5. N. Rojas; Medicina Legal, Buenos Aires, El Ateneo, 1959, p. 522. 6.N. Rojas, op. cit. 67 Mariana TRAVACIO la vida y la integridad fisica que conozcan al prestar los auxilios de su profesi6n, salvo que los hechos conocidos estén bajo el amparo del secreto profesional”. Nerio Rojas, al comentar los antiguos arts. 165’ y 1678 del C.PP., sostiene que la contradiccién existente entre ambos artculos (obligacién de denunciar y excepcién referida al secreto profesional) es en realidad “més aparente que real. La verdadera interpretacién es que el médico tiene la opcidn entre los dos caminos. Si el médico denuncia el delito por él conocido, no hace sino cumplir con la obligacién establecida por el Cédigo de Procedimientos y por su imperativo moral. En ese caso no comete delito de violacién de secreto, porque hubo justa causa para hablar, causa legal y moral”.” Agrega a continuacion que, por el contra- rio, si el profesional decide callar, la obligacién de denunciar se halla neutraliza- da por la excepcidn (contenida antes en el art. 167; ahora, dentro del mismo art. 177) que ampara el silencio. En efecto, la excepcisn a la obligacién de denun- ciar esta dada por el secreto profesional, de manera que el profesional no est4 obligado a denunciar aquellos hechos que hubiese conocido bajo el amparo del secre- to profesional. No obstante, éste se halla facultado a denunciar cuando considere que el interés de la revelacién sea superior al de la reserva, es decir, cuando medie una justa causa que lo exceptie de la sancién establecida en el art. 156 del C.P."° 7. Texto anterior del art. 165 del C.PP: “Los médicos, citujanos y demés personas que profesan cualquier ramo del arte de curar, hardn conocer dentro de veinticuatro horas, o inmediatamente en caso de grave peligto, los envenenamientos y otros graves atentados personales cualesquiera que sean, en los cuales hayan prestado los socorras de su profesién, al juez competente, al Ministerio Fiscal oa los funcionarios de policfa, bajo las represiones establecidas en la legislacién penal. En esta declaracién se indicard dénde se encuentra la victima y, en cuanto fuere posible, los noinbres y demas citcunstancias que puedan importar para la averiguacién de los delincuentes”. 8, Texto anterior del art. 167 del C.PPs “Se exceptiia de lo dispuesto en los articulos anteriores, elicaso en que las personas mencionadas hubieran tenido conocimiento del delito por revelaciones que les fueren hechas bajo secreto profesional”. 9..N. Rojas, op. cit, 10. Sobre el tema, remitimos a la lectura de un caso (que se incluye en el Anexo del presente capitulo) en el que se analiza, desde la éptica juridica, lo expuesto. Se trata de un fallo de la Cémara N. Criminal y Correccional Federal en el que, por mayorfa, se absuelve a una mujer denunciada por la médica que la atendié en un Hospital de la ciudad de Buenos Aires. La mujer acude al nosocomio y es internada en terapia intensiva donde se le inicia un proceso de desintoxicacidn que deriva en la expulsién oral y anal de 44 bombitas de latex conteniendo cocajna, Frente al hecho la mujer confiesa que a cambio de trescientos pesos trafa cocaina desde Bolivia a Buenos Aires. La médica interviniente denuncia el suceso. En primera instancia la 68 CAP{TULOI Para completar el cuadro de las disposiciones legales vigentes en torno a la temética de la obligacién de denunciar, diremos que, por su parte, el art. 277 del C.P, se refiere al encubrimiento de la siguiente manera: “seré reprimido con prisién de 6 meses.a 3 afios, el que, sin promesa anterioral delito, cometiere después de su ejecucién, algunos de los hechos siguientes: inc. 1) ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad oa sustraerse a la acci6n de ésta, u omitiere denunciar el hecho estando obligado a hacerlo”. De conformidad con el art. 177 del C.PP,, el profesional no esta obligado a denunciar cuando conociere los hechos “bajo el amparo del secreto pro- fesional”. Enel contexto de lo ante-expuesto, la obligacién de denunciar queda enmarcada en la nocién de justa causa y como exentoria de la pena en que incuttirfa el profesio- nal si revelare el secreto sin ella; todo ello, sin perjuicio de la facultad de denunciar, la que deberd ser interpretada en concordancia con la valoracién juridica y ética que se realice de los derechos enfrentados a la luz de cada caso particular."! 2.2. El psicélogo como testigo Siel psicdlogo es citado por la justicia como testigo, deberd abstenerse de decla- rar siempre que se pretenda interrogarlo sobre hechos que hubiese conocido en el ejercicio de su profesién y al resguardo del secreto profesional. Sélo puede ser excep- tuado de ello por el propio interesado, debiendo, en ese caso, prestar testimonio, Esto mujer es condenada a 4 afios de prisién. La Cémara revoca por mayorla y la absuelve, “fundada en el argumento de la ilegitimidad del proceso por haberse iniciado mediante violacién del secreto profesional’, (de Héctor Femandez en su comentario al allo: “Discurso penal, garantismo y solidarismo. Breve estudio de un caso judicial”, Rev. El Derecho, Afio XXXIV, N* 9038, 10/ 7/96). Por su parte, en el fallo mismo, se sostiene que “considerar que prevalece el deber de denunciar sobre la reserva del secreto profesional, significa afirmar que el valor persecucion del delito es antepuesto a los valores que se encuentran en el trasfondo de la prohibicién contenida en el art. 156 del Céd. Penal” (47.254 - CNCrim. y Correc. Fed., Sala I, febrero 14, 1995.- Z. D.,N. B. sf inf. ley 23/737). 11. Con respecto al rol de los profesionales de la salud en la denuncia de violaciones de derechos humanos, remitimos a la lectura de las Recomendaciones (especialmente las dirigidas a las asocia- ciones profesionales internacionales y nacionales) que efectuara Amnistfa Internacional en “Los profesionales de la salud y la exposicién de violaciones de derechos humanos” que se halla enel Apéndice General del presente volumen. Con respecto a la funcién de los profesionales de lasalud en la denuncia de malos tratos infligidos a menores, discapacitados, ancianos ¢ incapa- ces, remitimos ala lectura del at, 28 de la ley n® 24.417 de proteccién contra la violencia familiar {que se encuentra en el Anexo del Capitulo IV del presente volumen. 69 MARIANA TRAVACIO se halla regulado por el art. 244 del C.PP. en los siguientes términos: “deberdn abste- nerse de declarar subre los hechos secretos que hubieren Ilegado a su conocimiento en raz6n del propio estado, oficio o profesién, bajo pena de nulidad: - los ministros de un culto admitido; - los abogados, procuradores y escribanos; - los médicos, farmacéuticos, parteras y demés auxiliares del arte de curar; - los militares y funcionarios publicos sobre secretos de Estado. Sin embargo, estas personas no podran negar su testimonio cuando sean liberadas del deber de guardar secreto por el interesado, salvo las mencionadas en primer término. Siel testigo invocare erréneamente ese deber con respecto a un hecho que no puede estar comprendido en él, el juez proceder4, sin més, a interrogarlo”. Cabe resefiar que, no obstante lo contemplado en este articulo, y en consonancia con lo dispuesto por la legislacién de fondo respecto de la justa causa, podré el psicélogo prestar testimonio sobre los hechos que le fueron revelados bajo secreto profesional toda vez que existiere una justa causa que lo relevare de la obligacién de callar. 2.3. El psicélogo ante supervisiones, interconsultas, actividades docentes o de investigacién Vefamos, en las Palabras Preliminares del caso Dora, las consideraciones que realizara Freud respecto del doble deber que tiene el profesional. Por una parte, hacia la ciencia. Por la otra, hacia el respeto del derecho a la intimidad de su paciente (aun cuando éste hubiere dejado el tratamiento ya) y con ello, hacia la prevencidn de los perjuicios que pudieran resultar de una revelaci6n negligente de las confidencias que el paciente manifestara bajo el resguardo del secreto profesional. Nos parece oportuno resefiar que iguales recaudos deben estar presentes en toda comunicacién que el profesional realice, ya en ocasién de supervisiones, ya en interconsultas, actividades docentes u otras actividades igualmente valederas pero que, de modo alguno, deben comprometer la intimidad del paciente. De este modo, definirfamos tales recaudos de la siguiente manera: 1) Beneficiv del paciente. Se contemplan aqui las supervisiones que pudiera efectuar el profesional asi como las interconsultas con otros profesionales. Deberan hacerse con el consentimiento informado del paciente o preservando la identidad del mismo. El profesional consultado queda obligado a compartir el secreto. 70 CAPITULOI 2) Propésitos cientificos. Se contempla aqut la utilizaci6n de informacién con- fidencial en investigaciones, docencia u otras actividades de orden cientifico. Es deber, en estos casos, proteger la identidad del paciente dando preeminencia al secreto si ello no fuera posible. 71 3. ESPECIFICIDADES DEL SECRETO PROFESIONAL DEL PSICOLOGO EN LA ACTUACION PERICIAL w= Lo hasta aqui expuesto acerca del secreto profesional del psicélogo en acto asistencial es igualmente valido para el psic6logo en sus funciones periciales. No obstante, en la prdctica forense, el secreto profesional adquirird ciertas particularida- des imprescindibles de resaltar. En primera instancia, en el caso forense, la demanda provendré del juez o de alguna de las partes involucradas y, en esencia, lo vertido por el psicélogo en su dictamen seré tenido en calidad de prueba que se adjuntard a la causa a los efectos de esclarecer los hechos controvertidos que dieran lugar a la pericia. En lo que respecta al secreto profesional, hay una diferencia que se instaura desde el punto de partida mismo de la praxis en uno y otro 4mbito. En el 4mbito clinico, el psicdlogo guardard estricto secreto profesional a excepcidn del caso en que irrumpiera en el tratamiento alguna circunstancia encuadrable en el principio de la justa causa y que el psicdlogo considerare que el provecho de revelar cierta infor- maci6n fuere superior al mantenimiento de la reserva de la misma. En la prdctica forense, al igual que en otras practicas psicoldgicas en las que la tarea del psicdlogo se centra en la expedicién de informes a requerimiento de terceros, el secreto a que esté obligado el psicélogo adquiere singulares caracteristicas que lo obligan a ser en extremo cauteloso. Fundamentalmente, debido a las notas definidas por la funcién misma del psicélogo en su préctica pericial, ya que constituye su 73 MariANA TRAVACIO funcién realizar el peritaje con el objeto de elevar un informe de lo actuado al juez y -cuando correspondiere- conferir traslado del mismo a las partes. Complicdndose atin més para el caso del peritaje en sede penal, por cuanto la presencia del perito en los tribunales orales y publicos, terminard4 por afiadir, a la tematica del secreto, ribetes singulares. Al respecto se expide el Cédigo Procesal Penal en sus articulos 266 y 383: Articulo 266 (referido a la regulacién de la tarea pericial en general) “El perito deberé guardar reserva de todo cuanto conociere con motivo de su actuacién (...)”. Articulo 383 (referido a los actos del debate oral y piiblico) “El presidente haré leer la parte sustancial del dictamen presentado por los peritos y éstos, cuando hubieren sido citados, responderén bajo juramento a las preguntas que les sean formuladas, compa- reciendo segin el orden en que sean Ilamados y por el tiempo que sea necesaria su presencia (..)”. Teniendo en cuenta que el acto de peritacién se inicia con la practica de la pericia y no concluye sino con la valoracién definitiva de la prueba pericial que no hace el juez sino al momento de dictar sentencia, podemos aqui distinguir diversos momentos del secreto profesional del psicdlogo en su actuacién pericial, cada uno de los cuales tendra distintos elementos constitutivos: 1) Un primer momento queda definido por la préctica misma de la pericia. En esta circunstancia, el perito es el depositario de lo enunciado bajo secreto. La etimologia de la palabra secreto cobra aqui especial relevancia. La palabra secreto proviene del latin secretus, participio pasado de seceno, que significa “separar, aislar, poner aparte”. Como vemos, en su origen, hallamos la accién de tamizado (se: prefijo que indica la separacién y cerno: cribar, tamizar) cuyo objetivo es separar lo comestible de lo incomestible. Del verbo cerno también derivé el vocablo discerno que ha dado nuestro discemnir. Ser4 imprescindible que, en esta instancia, el psicdlogo ejerza su facultad de discernimiento, separando -consecuentemente- aquello que debe consignarse en el informe de aquello que no debe ser incluido por lesionar la intimi- dad del peritado y por resultar irrelevante a los fines de la tarea pericial que le fuera encomendada. Generalmente, los cédigos de ética de la profesiGn, indican que todo informe escrito que realice un psicélogo sdlo deberd incluir los elementos indispensables que 7A CAPITULO permitan configurar el informe, desechando toda informacién que pudiera lesionar la intimidad de la persona o que pudiera condicionar su futuro o que pueda ser utilizado en su perjuicio. Se hace especial hincapié en el hecho de incluir en el informe solamente la informacién relativa al propésito para el que la tarea ha sido tealizada. 2) Un segundo momento queda definido por el acto de informar sobre lo peritado. Pero, {de qué secreto hablamos si ya hay un informe comunicado? Una vez que el perito presenta su dictamen, son depositarios de la informacién contenida en dicho escrito, el juez o el juez y las partes -segtin corresponda-; quedando “el secreto del no-secreto” como “propiedad del tribunal y no del perito”." En esta situacién, “lo analizado, valorado e informado por el perito es propiedad del tribunal y de las partes, hacen a la esencia del juicio y obligan al perito al cumplimiento estricto del secreto profesional, del que puede ser tinicamente relevado por aquellos que tienen derecho a conocer sus conclusiones y a quienes caracterizamos como integrantes de lo que Ilamamos horizonte de exigibilidad en el acto de peritacién”.”” Para el caso penal, en la etapa de sentencia, cuando ésta se cristaliza en un tribunal oral y publico, se agrega la complejidad del debate, circunstancia en la que el perito serd llamado por el tribunal, se leer4n las partes relevantes del dictamen que produjo y podra ser interrogado sobre aquello que informé. Seré tarea del perito en tal cir- cunstancia, responder -estrictamente- sobre lo informado. 3) Dictada la sentencia, se instaura atin un tercer momento del secreto profesional del psicdlogo, toda vez que, concluido el proceso, atin es obligacién del perito respetar la intimidad del peritado y preservar, con el secreto acerca de lo actuado, los derechos de terceros. El secreto del psicélogo en acto pericial resulta, como vemos, mucho més restringido de “justas causas” que el secreto en acto clinico. Quizés la tnica justa causa resefiable aqui, una vez concluido el proceso, estaria dada por lo que llaméramos “propésitos cientificos”, es decir, la docencia o la investigacién, toda vez que se tomen todas las medidas necesarias a fin de preservar la identidad del peritado. 12. M. N. Castex; “EI secreto médico en peritacién”, Anales de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, T. XXII, 1988, p.341 y ss. 13. M. N. Castex; op. cit. p. 341 y ss. ce MARIANA TRAVACIO Bibliografia + Castex, Mariano N.: “El secreto médico en peritacién”, Anales de la Academia Nacio- nal de Ciencias de Buenos Aires, T. XXII, 1988, p. 341 y ss. + Cédigo Civil argentino y leyes complementarias, Buenos Aires, AZ Editora, 1995. + Cédigo Penal argentino y leyes complementarias, Buenos Aires, AZ Editora, 1996. + Cédigo Procesal Penal de la Nacién, Buenos Aires, AZ Editora, 1996. + Diccionario Latino-espariol Etimolégico, Madrid, Séenz de Jubera Hnos. Editores, 1903. + Ferndndez, Héctor: “Discurso penal, garantismo y solidarismo”, Revista El Derecho, Afio XXXIV, N® 9038, 10/7/96, 1996. - Kraut, Alfredo: Responsabilidad profesional de los psiquiatras, Buenus Aires, La Rocca, 1991. » Mignone, Emilio F: Constitucién de la Nacién Argentina, 1994. Manual de la reforma, Buenos Aires, Ruy Dfaz, 1994. * Rojas, Nerio: Medicina Legal, Buenos Aires, El Ateneo, 1959. Resumen Primeramente, se realiza una aproximacién a los interrogantes que se despren- den de la nocién de secreto profesional, fundamentalmente, en lo que respecta a sus alcances y limitaciones en la practica profesional del psicdlogo. Luego, se recorren las disposiciones legales vigentes que regulan ciertos aspectos del secreto profesional. Entre tales disposiciones se puede resaltar el deber de confidencialidad a que est4 obligado el psicélogo en funcién de la ley n® 23.277 (de ejercicio profesional de la psicologia) y en funcién de lo dispuesto por el art. 156 del Cédigo Penal (que reprime a aquél que revelare un secreto sin justa causa). La nocién de justa causa, como exentoria del deber de confidencialidad, adquiere especial relevancia, toda vez que, en el establecimiento de qué causas son consideradas justas, radica gran parte de la problematica relativa al secreto profesional. Se establece que la obligacién de denunciar, tal como esté contemplada por el ordenamiento juridico vigente, se halla enmarcada en la nocién de justa causa, y que la misma deberd ser interpretada en concordancia con la valoracién juridica y ética que se realice de los derechos enfren- 16 CAPITULO tados a la luz de cada caso particular. Se define, asimismo, la posicién del psicélogo como testigo ante la justicia; los recaudos que deben estar presentes en toda comuni- cacién que el profesional realice (interconsultas, supervisiones, actividades docentes © de investigacién, etc) para, finalmente, definir las especificades que el secreto profesional adquiere en la practica pericial del psic6logo forense. Abstract It first includes an approximation to the questions deduced from the notion of professional secret, especially in what concerns its scope and limits in the professional practice of psychologists. Then, it goes through legal dispositions in force that regulate certain aspects of professional secret. Among these resolutions, one could outline the duty of confidentiality that the psychologist must fulfill according to Act n® 23.277 (about professional practice of psychology) and to Section 156 of the Criminal Code (which punishes the person who reveals a secret without “justa causa”. The concept of “justa causa", which may exempt anybody from the duty of confidentiality, has proved its importance, as determining what causes are considerer fair is one of the main problems concerning professional secret. It establishes that the duty of denunciation, as it is considerer in the laws in force, within the scopes of the notion of “justa causa” and that this notion should be interpreted according to the ethic and legal evaluation that can be made taking into account the confronted rights in each particular case. It also defines the position of the psychologist as a witness in courts: the precautions that must take the professional when making any communication -consultations, supervisions, teaching or investigative activities, etc. Finally, it includes the particular characteristics of the professional secret in the legal psychologist’s practice making experts’s reports. 14.N. de la T. “Justa causa’ is a Latin expression for a concept from Roman Law. It includes all the causes or reasons for an act that are considerer fait. 17 Capftuto II ANEXO Babies cients anctineaen memes Lie SECRETO PROFESIONAL = Ley N° 23.277 de Ejercicio Profesional de la Psicologia Articulo 7° Los profesionales que ejerzan la psicologia podrén: 1) Cettificar prestaciones de servicios que efectien asi como también las conclusiones de diagnéstico referentes a los estados psiquicos de las personas en consulta. 2) Efectuar interconsultas y/o derivaciones a otros profesionales de la salud | Articulo 8° Los profesionales que ejerzan la psicologia estan obligados a: 2) Proteger a los examinados, asegurandoles que las pruebas y resultados que obtenga se utilizaran de acuerdo a normas éticas y profesionales. 4) Guardar el més riguroso secreto profesional sobre cualquier prescripcién o acto que realizare en cumplimiento de sus tareas especificas, asi como de los datos o hechos que se les comunicare en raz6n de su actividad profesional sobre aspectos fisicos, psicolégicos 0 ideoldgicos de las personas. 81 MARIANA TRAVACIO = Cédigo Penal: Articulo 156 Revelacién de secreto sin justa causa. Responsabilidad. Seré reprimido con multa de... ¢ inhabilitacién especial en su caso por seis meses a tres afios el que, teniendo noticia por raz6n de su estado, oficio, empleo, profesién 0 arte, de un secreto cuya divulgacién pueda causar dafio, lo revelare sin justa causa. Articulo 277 Encubrimiento. Sera reprimido con prisiGn de 6 meses a 3 afios, el que, sin promesa anterior al delito, cometiere después de su ejecucién, algunos de los hechos siguientes: 1) ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la accidn de esta, u omitiere denunciar el hecho estando obligado a hacerlo; 2) procurare o ayudare a alguien a procurar la desaparicién, ocultamiento o alteracién de lus rastros, pruebas o instrumentos del delito, oa asegurar el producto o el provecho del mismo; 3) adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos que sabfa provenientes de un delito, o interviniere en su adquisicién, recepcidn u ocultamiento, con fin de lucro. Si el autor hiciere de ello una actividad habitual, la pena se elevaré al doble. w= Cédigo Procesal Penal de la Nacién Libro Segund Titulo I: Actos iniciales Instruccién Capitulo I: Denuncia Articulo 177 Obligacién de denunciar. Tendrén obligacién de denunciar los delitos perseguibles de oficio: 1) Los funcionarios o empleados piblicos que los conozcan en el ejercicio de sus funciones. 2) Los médicos, parteras, farmacéuticos y demds personas que ejerzan cualquier rama del arte de curar, en cuanto a los delitos contra la vida y la integridad fisica que conozcan al prestar los auxilios de su profesién, salvo que los hechos conocidos estén bajo el amparo del secreto profesional. 82 } ANEXO CAP{TULOII Titulo Ill: Medios de Prueba Capitulo IV: Testigos Articulo 244 Testigos. Deber de abstencién. Deberdn abstenerse de declarar sobre los hechos secretos que hubieren llegado a su conocimiento en raz6n del propio estado, oficio o profesién, bajo pena de nulidad: los ministros de un culto admitido; los abogados, procuradores y escribanos; los médicos, farmacéuticos, parteras y demés auxiliares del arte de curar; los militares y funcionarios ptiblicos sobre secretos de Estado. Sin embargo, estas personas no podrin negar su testimonio cuando sean liberadas del deber de guardar secreto por el interesado, salvo las mencionadas en primer término. Si el testigo invocare erréneamente ese deber con respecto a un hecho que no puede estar comprendido en él, el Juez proceders, sin mds, a interrogarlo. Capitulo V: Peritos Articulo 266 Reserva y sanciones. El perito deberé guardar reserva de todo cuanto conociere con motivo de su actuacion. El juez podra corregir con medidas disciplinarias la negligencia, inconducta o mal desemperio de los peritos y aun sustituitlos sin perjuicio de las responsabilidades penales que puedan corresponder. Libro IIL: Juicios Titulo I: Juicio Comin Capitulo Il: Debate . Seccién segunda: Actos del debate Articulo 383 Peritos e intérpretes. El presidente hard leer la parte sustancial del dictamen presentado por los peri- tos y éstos, cuando hubieren sido citados, responderdn bajo juramento a las preguntas que les sean formuladas, compareciendo segiin el orden en que sean Ilamados y por el tiempo que sea necesaria su presencia. El tribunal podré disponer que los peritos presencien determinados actos del 83 MARIANA TRAVACIO debate; también los podré citar nuevamente, siempre que sus dictémenes resultaren poco claros o insuficientes y, si fuere posible, hard efectuar las operaciones periciales en la misma audiencia. Estas disposiciones regirdn, en lo pertinente, para los intérpretes. 84 URISPRUDENCL UN CASO DE TRANSPORTE DE ESTUPEFACIENTES EN EL QUE LA ACUSADA FUE SOBRESEIDA POR HABERSE INICIADO EL PROCESO MEDIANTE VIOLACION DEL SECRETO PROFESIONAL Nota: El fallo que a continuacién transcribimos parcialmente fue publicado en la Rev. El Derecho, Afio XXXIV, N* 9038, el 10/7/96. Junto a este fallo de la Cémara N. Criminal y Correccional Federal se publicé el comentario al mismo realizado por Héctor H. Heméndez bajo el titulo: “Discurso penal, garantismo y solidarismo. Breve estudio con ocasién de un caso judicial”. Proceso Penal: Denuncia en violacién de secreto profesional, servicio médico de un hospital, nulidad de actuaciones; “notitia criminis”. Estupefacientes: Transpor- te de estupefacientes; c4psulas conteniendo cocaina. 1. Frente a una posible colisién de deberes, el de denunciar todo delito de accin ptblica y el de guardar el secreto profesional, y al fin de evitar el debate acerca de cual de ellos debe prevalecer, el legislador ha previsto esas situaciones y las ha resuelto por anticipado con excepciones (arts. 166 y 167, cod. procesal en materia penal -ley 2372-) de tal manera que sea clara la aplicacién del adagio lex specialis derogat generalis, en virtud del cual desaparece la obligaci6n de denunciar del profesional ligado al deber de mantener el secreto (de la mayoria). 2. Considerar que prevalece el deber de denunciar sobre la reserva del secreto profesional, significa afirmar que el valor persecucin del delito es antepuesto a los valores que se encuentran en el trasfondo de la prohibicién contenida en el art. 156 del cod. penal. La norma de la violacién de secreto pretende tutelar la libertad del paciente de formular al profesional médico todo aquello que con- 85 MARIANA TRAVACIO. sidere conveniente, con la tranquilidad espiritual de que ello no podré luego perjudicarlo ni trascenderé a terceros, pues redundaré en dltima instancia, en una més amplia proteccién de la salud (de la mayorfa). 3. El cardicter de funcionario que pueden tener los médicos que integran los servi- cios de salud estatales no los releva de la obligacién de conservar el secreto profe- sional, pues la ley no formula distincién alguna en tal sentido (de la mayorfa). 4. Corresponde declarar la nulidad de todo lo actuado pues la instruccién del sumario tuvo por base la violacién del secreto profesional, ya que la médica que atendi« a la imputada le comunicé al Inspector de policfa que se constituyé en el Hospital que aquélla habfa expulsado cuatro “bombitas” de litex vactas y que la paciente le habfa manifestado que habla tragado cuarenta y cuatro de esas bombitas, conteniendo cocaina, que transports desde la ciudad de Pocitos, Repiblica de Bolivia, hasta la Capital Federal (de la mayorfa). 5. El simple anoticiamiento por acto que procesalmente no es denuncia no sirve de base directa para la investigacién o para promover la accién. Pero, aunque no vincule al receptor puede orientarlo para cumplir actos tendientes a obtener por iniciativa propia, esa base para la investigacién © promocién de la accién (de la disidencia de la doctora RIVA ARAMAYO). 47.254 -CNCrim. y Correc. Fed., Sala I, febrero 14.1995- Z. D., N. B. s/ inf. ley 23.737. Buenos Aires, febrero 14 de 1995. - Y vistos: y Considerando: El doctor Cortelezzi dijo: 1. Debe decidir el Tribunal si la sentencia que condenaaN. B. Z. D. a cuatro afios de prisién, accesorias legales, multa de $ 50 y costas, por haber cometido el delito de transporte de estupefacientes (art. 5%, inc. c), ley 23.737EDLA, 1989-272 se halla ajustada a derecho). Il. La presente causa se origina cuando el Inspector J. A. M. se constituye en el Hospital P. y se entrevista allf con la médica R. P., quien le comunica qua la paciente N. B. Z. D. habia expulsado cuatro “bombitas” de latex vacias, y que ésta habfa manifestado que habia tragado cuarenta y cuatro de esas bombitas, conteniendo cocaina. Ello motivé la instruccién de este sumario, y culmind con la condena de la nombrada Z. por transporte de estupefacientes. III. La descripcién del inicio del proceso realizada precedentemente plantea de necesidad de analizar, previo a cualquier consideracién relativa al fondo de la cues- tidn, si es legitima la investigacién llevada a cabo a partir de los dichos de un médico en contra de su paciente, cuando el hecho le fue comunicado, en general, dentro del marco de la relacisn terapéutica, y en particular, cuando -como todo parece indicar 86 ANEXO CAPITULOI en el caso- las circunstancias de hecho constitutivas de delito son transmitidas por el paciente como dato coadyuvante para el éxito del tratamiento profesional. Cabe aclarar que si bien la cuestién -inexplicablemente- no fue introducida por la defensa, ella debe ser considerada de oficio, en raz6n de que podrian encontrarse conculcados principios que comprometen el orden piiblico y garantfas fundamentales del estado de derecho. Entrando al nticleo del problema planteado, el punto es tratado por el ordena- miento jurfdico en diversos preceptos en forma aparentemente contradictoria, por lo cual, ha de recurrirse a la via interpretativa a fin de arribar a una solucién. Los arts. 164 y 165 del CPP, imponen a los funcionarios publicos y a los médicos, respectivamente, la obligacién de denunciar todo delito de accién publica y los graves atentados personales en que hubieren prestado los socorros de su profesi6n. El incumplimiento de esta obligacién se encuentra amenazado penalmente en el art. 277 inc. 1° del CP, que reprime el delito de encubrimiento en la forma del llamado “favorecimiento personal”. A su vez, el art. 167 del CPP, excepttia a los médicos de la obligacién de denun- ciar en los casos en que hubieren tomado conocimiento del delito por revelaciones que le fueren hechas bajo secreto profesional. La regla procesal es apoyada por el ordenamiento de fondo en el art. 156 del CP, que reprime penalmente al que tenien- do noticia por razén de su profesién de un secreto cuya divulgacién pueda causar dajio, lo revelare sin justa causa. Desde mi punto de vista, frente a una posible colisién de deberes, y a fin de evitar el debate acerca de cudl de ellos debe prevalecer, el legislador ha tomado la precaucién de prever esas situaciones y de resolverlas por anticipado con ex- cepciones (arts. 166 y 167, CPP), de manera tal que sea clara la aplicaciér: del adagio lex specialis derogat generalis, en virtud del cual desaparece la obliga- cién de denunciar del profesional ligado al deber de mantener el secreto, obligacién que, de este modo, desplaza a la denuncia. (Asf, Maier, Julio B. J., DDPat. la, p. 256 yss.). Con relacién a esto, se ha dicho que la no obligatoriedad de la denuncia sdlo importa afirmar su cardcter facultativo. Pero para que tal aseveracién tuviera sentido normativo seria necesario determinar previamente que el médico revelé el secreto “con justa causa”. Pues sélo esto permite excluir la posibilidad de que el médico haya cometido el delito previsto por el art. 156 del CP. Al tratar el tema de la violacién de secretos, Soler sostiene que el deber de denunciar del art. 165 rige siempre, a menos que medie secreto profesional (art. 167, CPP). De este modo, en realidad, la ley procesal respeta en todo caso el secreto 87 MaRriANA TRAVACIO profesional (aut. cit,, “Derecho penal argentino”, t. IV, p. 127). Por cuanto, para que se esté obligado a denunciar es necesario, ante todo, que no se trate de un secreto. Pero el secreto podria ser revelado si existiera “justa causa”. Establecer si existe © no justa causa supone definir cudl es el bien jurfdico que prevalece en las valora- ciones plasmadas en el ordenamiento jurfdico cuando se plantea la colisién entre el deber de denunciar y el deber de respetar el secreto profesional. Considerar que prevalece el deber de denunciar significa afirmar que el valor “persecusién penal del delito” es antepuesto a los valores que se encuentran en el trasfondo de la prohibicién contenida en el art. 156 del CP. La norma de la violacién de secreto pretende tutelar la libertad del paciente de formular al profesional médico todo aquello que considere conveniente, con la tranquilidad espiritual de que ello no podré luego perjudicarlo ni trascenderé a terceros. Pues redundar4, en dltima instancia, en una més amplia proteccién de la salud. Cuando se afirma que “quien concurre a un hospital en busca de socorro no necesita explicar a quienes lo atienden més que lo absolutamente necesario para lograr su curacién” -tal como se hacein re: “Bertoni, P.”, sala II, reg. 10.199- se coloca elacento fuera de su lugar, pues como se advierte claramente en la presente causa, en la mayoria de los casos que aqui interesan, el tratamiento médico, para tener alguna esperanza de éxito, requerird indudablemente de la “confesién’” del delito. La desproteccién del secreto significarfa que aquel a quien su padecimiento fisico lo convierte automaticamente en sospechoso de un delito deba enfrentar la disyuntiv: de recurtit al hospital, y soportar el riesgo de ser encarcelado, o bien, abandonarse a suerte, y soportar el riesgo de mori. Esto significa que, en realidad, los bienes que coliden son “persecucién penal” versus “proteccién de la salud”. Y que los ordenamientos juridicos de los paises civi- lizados priorizan la vida se encuentra fuera de toda duda. Seguramente, la decision inversa favoreceria la “lucha contra el delito”. Pero es un dogma indiscutido del estado de derecho que no es posible valerse de cualquier medio en pos del éxito en el esclarecimiento de los delitos, y que la efectividad de la persecucién no alcanza para legitimar la utilizacién de medios inmorales y contratios al derecho. IV. De lo dicho se desprende que en el sub examine la instruccién del sumario tuvo por base la violacién del secreto profesional por parte de la médica interviniente, y ello acarrea la nulidad de todo lo actuado. Las dudas de quien tuviera a cargo la instruccién acerca de la legitimidad del procedimiento instruido se perciben en el hecho de que los testigos de los diversos secuestros del material expulsado -posiblemente, personal hospitalario- as{ como la médica interviniente, no fueron citados en ningiin momento, a pesar de la evidente 88 ANEXO CAPITULOII relevancia de sus testimonios. Ello, seguramente, por respeto a la prohibicién intro- ducida por el inc. 5* del art. 275 del CPP, que no admite que los médicos declaren sobre hechos que les hayan sido revelados por la raz6n de su profesin. Pero el secreto que imped{a que declarara testimonialmente es el mismo que debié haber impedido utilizar sus dichos para instruir una investigacién en contra de la paciente. Tal situacién no se ve alterada por el cardcter de funcionario que pueden tener los médicos que integran los servicios de salud estatales pues la ley no formula distin- cién alguna en tal sentido, es decir, el cardcter de funcionario del médico no lo releva de la obligacién de conservar el secreto profesional. Admitir lo contrario conduciria, como ya fuera sefialado por Soler y Nufiez, a la consagracién de un privilegio irritante, pues sdlo contarfan con el secreto de sus médicos aquellos que pudieran pagar sus servicios privados. Pero esto, con ser cierto, no es lo decisivo: seria inadmisible que el Estado se reconociera tan incapaz de dotar a la poblacién de servicios profesionales de cual- quier clase, si, cuando los ciudadanos recurren a dichos servicios slo lo hicieran -por definicién- sin el amparo del secreto profesional. A pesar de lo dicho en cuanto a la ilicitud del accionar de la médica no he de proponer la extraccién de testimonios de la causa para que se investigue el delito del art. 156 del CP, pues considero que, atento a lo controvertido del tema, bien pudo creerse obligada a denunciar el hecho por un imperativo legal, habiendo actuado, por lo tanto, sin culpabilidad. V. Aun cuando, como ya se dijo, la cuestién ha sido resuelta legislativamente con claridad, no es posible soslayar la cuestién de la violacién al art. 18 de la Cons- titucién Nacional, en la medida en que proscribe toda forma de coercién para la obtencién de declaraciones autoincriminantes: nemo tenetur se ipsum prodere. En este sentido, debe sefialarse que la renuncia a una garantfa como la compro- metida en autos es un acto de tal entidad que sdlo puede ser legitimada cuando el renunciante ha actuado libremente, requisito que no se compadece con la situacién de quien actiia bajo la presién de un temor atavico como es el miedo a la muerte: “la muerte revoca todos lo juramentos” (Schiller). También se afirma en la causa Bertoni ya citada que de este modo el delincuente podrfa manipular en su beneficio el sistema de nulidades. El argumento presupone, sin embargo, que los médicos no estén debidamente informados por el Estado acerca de cudles son sus deberes, a saber: curar, no denunciar. Si los profesionales se atuvieran a su deber, no habrfa denuncias nulas, ni nulidades que manipular, y el Estado tendria tantas (0 tan pocas) posibilidades de perseguir el hecho como antes de la concurren- cia del paciente al hospital. De este modo el Estado no se empobrece en nada, slo se 89 Mariana TRAVACIO enriquece, en tanto el servicio de salud es brindado sin fisuras. La opinin contaria, cuando manifiesta su temor ante una posible manipulacién procesal por parte del imputado, olvida el temor que debe provocar que el Estado no sea capaz de renunciar al suftimiento como medio para obtener la confesi6n; olvida, en fin, que no es posible admitir a la tortura como medio de averiguacién de la verdad. Pues no es otra cosa lo que significa convalidar la denuncia del profesional médico en contra del paciente: “slo pondré fin a tu dolor, si me dices de qué se trata”. No hace falta decir que esto también esta en pugna en el art. 18 de la Constitucién. Por todo lo expuesto voto porque se declare la nulidad de la instruccién del presente sumario y de todo lo actuado en consecuencia, debiendo por tanto, absol- verse libremente aN. B. Z. D. Sin costas en ambas instancias. La doctora Riva Aramayo dijo: Disiento con la solucién a que arribé mi distinguido colega preopinante, debi- do a que a mi juicio no existen nulidades que invaliden al proceso. La médica no formulé denuncia alguna sino que sélo puso en conocimiento de la autoridad preventora un suceso ocurrido en el nosocomio. Las manifestaciones de fa Dra. P. sélo pueden ser consideradas como un simple anoticiamiento. El doctor Vigliani adhirié al voto del doctor Cortelazzi. En mérito al acuerdo que antecede, el Tribunal, resuelve: I. Declarar la nulidad del auto de fs. 45 que ordena la prosecucién de la instruccién del sumario y de todo lo actuado en consecuencia. II. Absolver libremente a N. B. Z. D. por el delito de transporte de estupefacientes por el que fuera acusada (art. 5° inc. c), ley 23.737). III. Revocar el punto III de la sentencia de fs. 211/217 en todo cuanto decide. IV. Confir- mar el punto IV de la sentencia fs. 211/217 en todo cuanto decide. Registrese, hégase saber, y oportunamente, devuélvase. -Juan Pedro Cortelazzi.- Luisa M. Riva Aramayo. - Horacio Raul Vigliani (Sec.: Carlos Manuel Garrido). 90 ANEXO CAPITULOI URAMENTO HIPOCRATICO (Fuente: INpice Al: ACT 75/01/85/s - EDITORIAL DE AMNISTIA INTERNACIONAL) wm No existe absoluta certeza de que el Juramento Hipocrético fuese escrito por Hipscrates pero probablemente se escribié durante sus afios de vida. Las referencias més antiguas que subsisten de este Juramento datan del primer siglo d. de J. C. Estas sugieren que el Juramento era considerado un ideal en vez de una norma y que no fuera hasta el siglo IV d. de J. C. que se convirtié en requisito obligatorio el que un médico tomase el Juramento antes de ejercer. Juramento Hipocratico Juro por Apolo médico, por Asclepio y por Higia, por Panacea y por todos los dioses y diosas, tomandolos por testigos, que cumpliré, en la medida de mis posibili- dades y mi criterio, el juramento y compromiso siguientes: Considerar a mi maestro en medicina como si fuera mi padre; compartir con él mis bienes y, si llega el caso, ayudarle en sus necesidades; tener a sus hijos por herma- nos mios y ensefiarles este Arte, si quieren aprenderlo, sin gratificacién ni compromi- so; hacer a mis hijos participes de los preceptos, ensefianzas orales y demés doctrinas, asi como a los de mi maestro, y a los discfpulos comprometidos y que han prestado juramento segtin la ley médica, pero a nadie més. Dirigir el tratamiento con los ojos puestos en la recuperacién de los pacientes, en la medida de mis fuerzas y de mi juicio, y abstenerme de toda maldad y dafio. No administrar a nadie un farmaco mortal, aunque me lo pida, ni tomar la 91 MARIANA TRAVACIO iniciativa de una sugerencia de este tipo. Asimismo, no recetar a una mujer un pesario abortivo; sino, por el contrario, vivir y practicar mi arte de forma santa y pura. No operar ni siquiera a los pacientes enfermos de célculos, sino dejarlos en manos de quienes se ocupan de estas practicas. Al visitar una casa, entrar en ella para bien de los enfermos, manteniéndome al margen de dafos voluntarios y de actos perversos, en especial de todo intento de seducir a mujeres 0 muchachos, ya sean libres 0 esclavos. Callar todo cuando vea u oiga, dentro o fuera de mi actuacién profesional, que se refiera a la intimidad humana y no deba divulgarse, convencido de que tales cosas deben mantenerse en secreto. Si cumplo este juramento sin faltar a é1, que se me conceda gozar de la vida y de mi actividad profesional rodeado de la consideracivin de todos los hombres hasta el Ultimo dia de mi vida; pero silo violo y juro en falso, que me ocurra todo lo contrario. 2 Capftuto III PERITAJE PSICOLOGICO-FORENSE DE LAS FACULTADES MENTALES EN EL DERECHO CIVIL aS ETSI 1. INTRODUCCION: UNA APROXIMACION A LOS CONCEPTOS DE CAPACIDAD CIVIL, INCAPACIDAD E INHABILITACION == Una importante porcién de la practica pericial del psicélogo se halla en conexidin con el ordenamiento civil. Principalmente, en cuestiones vinculadas al: 1°, estudio psicolégico-forense de las facultades mentales;! 22, derecho de familia; y 3*, derecho de dafios. El Codigo Civil de la Repiblica Argentina,’ redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield y promulyado el 29 de noviembre de 1869 entré en vigencia -ley 340- el 1 de enero de 1871. En su articulo 30 establece que “son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos, 0 contraer obligaciones”. El Derecho Civil clasifica a las personas de la siguiente manera: 1) Persunasde existencia ideal o juridica, definidas en el articulo 32 del C.C. como todos los entes susceptibles de adquirir derechos 0 contraer obligaciones que no sean personas de existencia visible. Estas pueden ser: 1. Se incluyen peritajes -fundamentalmente- en casos de nulidad de actos jur(dicos (nulidad testamentaria, nulidad de matrimonio, de contratos, etc.); juicios de insania; e internaciones y egresos de establecimientos de salud mental. 2. Las cuestiones vinculadas al derecho de familia y las vinculadas al derecho de dafios serdn abordadas en los capftulos que siguen. 3. En adelante, C.C. 7

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