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La torre de Babel.

¿Has oído alguna vez la leyenda de la Torre de Babel? Esta


apareció por primera vez en el Génesis, uno de los libros más
importantes de la Biblia hebrea. Se cuenta que fue edificada
por los hombres hace ya miles de años, con el propósito
de alcanzar el cielo. Son muchas las historias que giran en
torno a esta monumental construcción. Sin embargo, la
memoria de esta torre sigue estando vinculada en ciertas
religiones con el origen y el desarrollo del lenguaje oral.
En la mitología, el ser humano no tenía el poder suficiente como
para crear un sistema de comunicación tan avanzado. De ahí su
procedencia mística y divina. Al principio de los tiempos, el
planeta entero estaba conectado por una sola lengua y todos
sus habitantes podían entenderse sin mayor dificultad. Ante la
arrogancia y la violencia que profesaron, Dios les castigó con la
confusión del idioma. Obligándoles después a encontrar
una jerga propia, a través de un camino de
entendimiento mutuo que pusiera remedio a todos sus
pecados. De esta forma, el lenguaje se representa como un
punto de unión entre todas aquellas personas que conectan con
Dios.
Numerosas culturas también poseen entre sus escrituras
leyendas muy similares a las del Antiguo Testamento.
Desde la Antigua Grecia, pasando por la tradición sumeria, hasta
llegar a las tribus de África Oriental. No obstante, la famosa
Torre de Babel destaca en la memoria por otras muchas
razones.
A pesar de que la torre forma parte de la tradición
judeocristiana, muchos expertos aseguran que este mito
reposa sobre una construcción real que pudo pertenecer
a la antigua Babilonia. Los presuntos restos fueron hallados
en 1913 por el arqueólogo Robert Koldewey. Según los estudios
realizados, la Torre de Babel alcanzaba los 60 metros de altura y
las 400.000 toneladas de peso. Fue levantada con millones de
piezas hechas de adobe y ladrillo. Su estructura estaba
compuesta de varias terrazas de gran tamaño, que ascendían a
través de rampas hasta la cumbre final.
Este descubrimiento parece haber sido refutado con la aparición
de una antigua tablilla de piedra que posee un supuesto
grabado de la Torre de Babel. En ella, es posible observar
una construcción de varios pisos y una figura humana,
identificada como el rey Nabucodonosor II, gobernante de
Mesopotamia. El profesor encargado de la investigación confía
en la existencia de este edificio, principal fuente de inspiración
del mito bíblico.

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