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Las siguientes son cinco supuestas dificultades lógicas y metodológicas por las
cuales las ciencias sociales no podrían formular leyes generales y que Nagel se ocupará
en este capítulo de exponer, para luego refutar. Dichas dificultades están basadas y se
deben generalmente a “ciertas características presuntamente distintivas del tema
estudiado”, o bien a “ciertas supuestas consecuencias del hecho de que el estudio de la
sociedad forma parte de su propio objeto de estudio”
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1. Formas de investigación controlada
Quizá la dificultad mas aludida, dice Nagel, es la suposición de que las ciencias
sociales poseen un margen de posibilidades estrecho de realizas experimentos
controlados de fenómenos sociales.
Nagel define a un experimento controlado como aquel en el que “el experimentador
manipula a voluntad ciertos aspectos de una situación de los que se supone que
constituyen las condiciones para la aparición de los fenómenos estudiados”. De este
modo, alternando dichos aspectos el científico puede distinguir los factores principales
que favorecen la aparición del fenómeno en cuestión. Puede establecer así relaciones
constantes de causa y consecuencia entre el fenómeno y sus variables.
Antes de refutar esta cuestión, Nagel comienza por conceder que, ciertamente,
solo muy raramente es posible realizar estrictamente este tipo de investigación. Los
factores que lo imposibilitan son:
• Ciertos fenómenos sociales suponen la participación de varias
generaciones y varias cantidades de hombres
• El ejercicio del poder necesario para modificar las variables relacionadas
con el fenómeno puede comprometer seriamente la significación del
experimento
• La posibilidad de manipular las variables es nula para aquellos fenómenos
sociales que evidentemente son históricamente únicos.
Pese a esto hay dos argumentos que mitigan un poco la hipótesis mencionada, y estos
son:
a. Muchas ciencias son consideradas como tal, y han contribuido al desarrollo del
conocimiento en general, pese a las escasas posibilidades de realizar
experimentos controlados en su sentido estricto. Es el caso de la Astronomía,
disciplina en la que evidentemente son casi imposibles las experimentaciones de
este tipo y, sin embargo, ha sido considerada desde sus orígenes como una
ciencia modelo. Es en este argumento donde Nagel introduce el concepto de
investigación controlada. Ésta consiste en buscar situaciones diferentes en las que
aparezca uniformemente el fenómeno que se quiere estudiar, y luego examinar los
factores presentes o ausentes en dichas situaciones para establecer el grado de
relación que guardan con el fenómeno en cuestión. La diferencia radica en que en
un experimento controlado (en sentido estricto) las variaciones de los factores son
introducidas por el propio investigador, y en la investigación controlada dichas
variaciones se producen “naturalmente”. Desde el punto de vista lógico, esta
diferencia carece de importancia, por lo que la utilización de uno u otro método
sería para Nagel suficiente para hablar de “investigación empírica controlada”.
b. Es falsa la consideración de que el campo para realizar investigaciones empíricas
controladas en ciencias sociales es pequeño. Ésta se basa en la suposición de que
una experimentación controlada requiere hacer variar los factores de a uno por
vez, condición frecuentemente deseable, pero que de hecho no ocurre muy
frecuentemente por lo que no sería indispensable para una investigación
controlada. Nagel expone a continuación tres formas que adopta el estudio
empírico controlado en ciencias sociales:
I. Experimento de laboratorio. Consiste en construir una situación artificial que
se asemeje a las situaciones real de la vida social, pero que ciertas variables
se modifiquen en sentido contrario a como aparecerían normalmente en
estas últimas
II. Experimento de campo. Similar al anterior, pero aquí la situación no es
“artificial”, sino que se busca alguna “comunidad ‘natural’ pero limitada, en la
cual se puedan manejar ciertas variables”.
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III. Experimentos “ex post facto”. Consisten ya no en intentar manipular las
variables sino en analizar un fenómeno ya ocurrido a partir de la
manipulación de los datos de observación que se hayan registrado referente
a ese mismo fenómeno. Este análisis de los datos permitiría “eliminar”
ciertos factores como determinantes causales y atribuir a otros influencia
causal sobre el fenómeno.
A pesar del uso de estas técnicas, Nagel admite que la formulación de leyes
transculturales no ha tenido éxito aún, y que en base a estos fracasos quizá sea
improbable generar teorías universales de desarrollo histórico. Enfatiza, entonces, la
necesidad de generar nuevo conceptos requeridos que deben alcanzar un grado de
abstracción aún mayor que los conocidos hasta la actualidad, y que estén separados por
un “abismo lógico” mayor de las nociones familiares utilizados en asuntos cotidianos de la
vida social.
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3. El conocimiento de los fenómenos sociales como variable social
La tercera dificultad está dada por el hecho de que a partir de adquirir conocimiento
acerca de los sucesos en los que participan, los seres humanos pueden cambiar sus
pautas habituales de conducta, por lo que dicho conocimiento corre el riesgo de perder
significado.
Nagel abre entonces dos aspectos de esta dificultad.
1. El primer aspecto está en relación con la investigación misma de los fenómenos.
Este aspecto puede plantearse así: “si el proceso de reunir elementos de juicio
relativos a una hipótesis acerca de un tema determinado sólo permite obtener
datos cuyas características son creadas por el proceso mismo, resulta
evidentemente incorrecto evaluar la hipótesis simplemente sobre la base de tales
datos”. Para enfrentar esta cuestión, Nagel vuelve a acudir a las ciencias naturales,
también ellas deben enfrentar este problema. Y de hecho lo resuelven, a partir de
la inclusión en la investigación de algún elemento que de cuenta de la medida en
que puede alterarse el fenómeno en cuestión a partir de la interacción con el
instrumento de medida. Nagel afirma que la lógica de este proceso también es
aplicable en las ciencias sociales, ya que en ambos casos, la dificultad surge
porque se producen cambios en los fenómenos debido a los medios que se utilizan
para medirlos. Las posibilidades que el autor propone para sortear esta cuestión
son:
a. Ignorar los efectos provocados por la interacción luego de considerarlos
menores.
b. Calcular los efectos sobre la base de leyes conocidas y tenerlos en cuenta a
la hora de asignar valores a la propiedad medida.
c. Demostrar que tales efectos no exceden ciertos límites, asignando entonces
valores aproximados a la propiedad medida.
Conclusiones
El propósito de Nagel es salvar a las Ciencias Sociales de las dificultades que se le
plantean a la hora de formular leyes generales.
Además de presentar ciertos mecanismos particulares que permiten a las ciencias
sociales protegerse de las obstáculos que se le presentan, la estrategia del autor es
básicamente la misma para casi todas las cuestiones. Trata de acercar a las Ciencias
Naturales a la polémica para dar cuenta de que, en realidad, las problemáticas que se le
achacan a las Ciencias Sociales no le pertenecen exclusivamente, sino que también se
encuentran en los ámbitos físicos, biológicos. Por supuesto que el autor reconoce que
dichas dificultades se hallan de manera más expuesta y profunda en el ámbito de las
ciencias del hombre. El argumento de Nagel podría resumirse en la siguiente afirmación:
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“si dejamos de considerar a la Ciencias Sociales como tales, entonces también debemos
hacerlo con las otras, puesto que los problemas que la aquejan están en realidad, en
mayor o menor medida en la mayoría de las ciencias”.