Ensayo: Cambios Tecnológicos para los negocios internacionales

Caterine Sánchez Restrepo

Profesora: Dra. Doris Morales-Rodríguez

MAN551SG1-101132020: International Business Keiser University

1 de marzo de 2020.

Nota del Autor

Caterine Sánchez Restrepo, División Latina en línea, Keiser University.

Correspondencia sobre este artículo debe ser dirigida a Caterine Sánchez Restrepo, División

Latina en línea, Keiser University, Fort Lauderdale, FL 33309. Correo electrónico:

c.sanchezrestrepo@student.keiseruniversity.edu
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Resumen

El presente escrito hará referencia a los cambios tecnológicos y su incidencia en los

negocios internacionales. Se presenta la manera como la revolución industrial 4.0 impacta en las

empresas y en los mercados, así como la influencia hoy en día de las redes sociales, las Apps y el

internet partiendo desde la identificación del mercado hasta la entrega de los productos. Así

mismo, se hablará de la forma como se da la comunicación entre la empresa y sus clientes.

Tabla de Contenido
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Ensayo 4

Conclusiones 13

Referencias 14
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Los cambios tecnológicos día a día son más significativos y las empresas deben buscar la

manera de aprovecharlos estratégicamente para su beneficio. Se considera conveniente que para la

definición de la estrategia de las TIC el rol principal de apoyo para las decisiones empresariales lo

deben desempeñar los jefes del área de TIC en la empresa y que toda estrategia bien definida se

debe caracterizar por el conocimiento de las necesidades y recursos, saber negociar, interés en los

cambios tecnológicos y ambientales, creación de oportunidades de negocio, y búsqueda de nuevas

ideas (Slusarczyk & Morales, 2016). La tecnología por si sola no lleva a nada; la tecnología es

útil, siempre y cuando las empresas hagan buen uso de ella producto de una planeación

estructurada y se realicen implementaciones en las organizaciones acordes con las necesidades de

sus grupos de interés y los objetivos estratégicos de la compañía.

Se debe conocer el comportamiento y las necesidades de los consumidores y compradores

para llegar acertadamente a ellos independiente del lugar del mundo donde se encuentren. Si bien

es cierto, un aparato tecnológico rige en los actos, por cuanto es real, pero la dirección de las

acciones, es decir, el sentido intencional correspondiente a la estructura práctica de la actuación es

netamente humano (Prada-Rodríguez, 2019). Existen gran variedad de instrumentos y medios

para llegar a los clientes, pero se les debe conocer y comprender para ser asertivos en los medios

y canales a través de los cuales se les va a abordar. El uso de computadoras permite manejar

montañas de datos, potenciando el cálculo numérico y la estadística descriptiva (Bunge, 2019).

Los cambios tecnológicos inciden en que las empresas ahora pueden identificar mejor y más

rápidamente sus mercados objetivo, pueden promocionar más eficientemente sus productos y

además se pueden contactar y hacer transacciones de manera más dinámica con clientes y
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proveedores a nivel mundial. Lo anterior se ve reflejado en los estados de resultados y

rentabilidad de las empresas.

En la actualidad, las empresas se encuentran en un entorno económico más competitivo y

de acelerados avances tecnológicos; se han producido importantes transformaciones en el

escenario de la globalización provocando un aumento en la presión competitiva en las

organizaciones, lo que genera incertidumbre en su crecimiento; además, de manera simultánea

enfrentan una serie de retos internos y externos que evidencian brechas en la aplicación de la

innovación (Turriza, Morales & Canto, 2018). De este modo, es importante tomar acciones para

fomentar la innovación y aprovechar los cambios tecnológicos para mejorar la productividad de

las empresas y como garantía de sostenibilidad empresarial que debe traducirse en crecimiento,

rentabilidad y permanencia para mejorar y mantener la competitividad. Desde diferentes

perspectivas las organizaciones están buscando eficiencia en sus procesos y en las relaciones con

sus grupos de interés con la ayuda de la tecnología. Una de las maneras es a través del

aprovechamiento de la economía digital que está contribuyendo de forma decisiva al impulso de la

competitividad del sector productivo de una organización (Palos, 2016). Lo anterior implica

migrar de una economía con un escaso grado de adopción de las Tecnologías de la Información, a

otra donde es común y normal aprovecharlas en todas las actividades económicas, culturales y

sociales.

Durante las últimas décadas los avances tecnológicos (incluyendo las tecnologías digitales)

han sido notables pero los resultados en términos de crecimiento económico no han sido los

esperados. Los modelos clásicos de crecimiento atribuyen una gran importancia a la

productividad, entendida como la eficiencia con la que el capital físico y el capital humano son
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utilizados en los procesos productivos (Possetto, 2018). Sin embargo, se genera la incertidumbre

con relación al reflexionar si la tecnología necesariamente debe aumentar la productividad y si esta

variable la puede medir el Producto Interno Bruto (PIB). En realidad, el PIB no puede medir

todas las ganancias de bienestar derivadas, por ejemplo, de la disminución de precios y del ahorro

de tiempo. La Tercera Revolución Industrial se caracterizó por los cambios a nivel de los

conocimientos y por el desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación

(TIC), lo que permite la fluidez y la rapidez con la que la información es enviada

independientemente de las distancias (Álvarez, 2018). Las tecnologías de la información permiten

una extensión de los mercados y de las empresas más allá de las fronteras nacionales generando el

gran poder que hoy tienen las empresas transnacionales.

Hoy en día, ya el mundo se encuentra inmerso en la Revolución Industrial 4.0 y en el caso

de Latinoamérica se enriquece la discusión sobre las oportunidades que puede traer la Cuarta

Revolución Industrial (CRI) para la región. La CRI –término usado para referirse a la

convergencia de tecnologías de tipo digital, físico y biológico que están revolucionando los

procesos productivos– puede brindar a América Latina la oportunidad de dar un salto cualitativo

no sólo para modernizar sus economías, sino también para hacer importantes transiciones en lo

social, lo político y lo medioambiental (Ramírez, 2017). Eso sí, en caso de abrirse realmente a la

innovación y a la transformación tecnológica, que avanzan aceleradamente. La primera ola de

transformación digital llegó empujada por internet y las tecnologías que trajo: el análisis de

cantidades gigantescas de datos, los servicios computacionales en la nube y la movilidad de los

usuarios y los profesionales. Las compañías latinoamericanas vienen atrasadas. Una nueva oleada

de tecnologías ya golpea a sus puertas y les complica el panorama. La inteligencia artificial es el

principal factor de cambio que asoma (Graglia, 2017). Hay otras tecnologías posiblemente
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transformadoras que son una realidad como la realidad aumentada, mixta o virtual; el sistema de

registro blockchain, en que se basa la moneda virtual Bitcoin, y el cómputo cuántico, que tiene

capacidad de procesamiento enorme. La Cuarta Revolución Industrial está transformando

organizaciones en todos los rincones del planeta. También conocida como Industria 4.0, propone

aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías a lo largo de toda la cadena de valor para

alcanzar procesos más estables y precisos (González, 2017). Por ejemplo, al contar con sensores y

lograr que las máquinas se comuniquen entre ellas, las compañías no sólo reducen costos, sino

que elevan la velocidad en la producción, mejoran la logística en el acopio de materias primas y

entregan artículos de mejor calidad.

En medio de los avances tecnológicos, no se puede olvidar el factor humano y su rol en las

empresas modernas. Para mitigar los problemas de la automatización, los países latinoamericanos

deben fortalecer los sistemas de educación y formación. Entrenar en idiomas (especialmente el

inglés), habilidades digitales y habilidades socioemocionales sería un excelente comienzo

(Torrado, 2017). Además de los conocimientos tecnológicos, la creatividad, la empatía, la

comunicación y la combinación de habilidades de diferentes carreras van a ser altamente

apreciadas. No se puede permitir la deshumanización de las organizaciones dado que siempre se

debe pensar en una relación con clientes, proveedores, accionistas y en general con todos los

grupos de interés. Con el buen uso de la tecnología se agilizan las operaciones, se pueden

optimizar los procesos, pero el factor humano para generar relaciones al largo con el mercado es

un elemento que no es reemplazable al 100%. Gracias a la tecnología, los clientes pueden llamar

por teléfono a su banco y marcando solamente teclas conocer los saldos de sus cuentas bancarias,

últimos movimientos de sus tarjetas de crédito, identificar con un número de guía en que lugar se

encuentra exactamente el pedido realizado así provenga desde China -mencionado por la
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distancia-, pero todo lo anterior en algún momento debe ser apoyado por una voz humana para

construir relaciones con los clientes.

Se considera que la cuarta revolución industrial es la etapa necesaria para superar el

dominio sin límites del capital sobre los otros factores de la producción y del funcionamiento de la

sociedad. Un enfoque humano implica que las personas son los principales actores y también el

destino final de la actividad que realiza la empresa (Álvarez, 2018). La tecnología y el capital

deben estar al servicio de las personas para que sea posible su realización como personas y como

ciudadanos. La responsabilidad social de la empresa está vinculada con la vida personal, colectiva

y social dentro y fuera de la empresa. Pese a la tecnología, la persona debe gozar sus derechos

sociales en un sentido muy amplio como resultado de la intercepción de la empresa con la

sociedad, entre ambas existen aspectos comunes que no se pueden ser dejados de lado y que

generan una interdependencia inevitable pese al incremento tecnológico.

En los negocios internacionales, para responder a las preguntas de ¿Qué exportar? ¿Para

dónde exportar? la tecnología ayuda mucho dada la facilidad para acceder a información y para

manipularla. Diferentes países cuentan con el apoyo de información internacional de confianza

suministrada por entidades gubernamentales donde muestran diferentes necesidades que se tienen

diferentes países; tal es el caso de Colombia, donde PROCOLOMBIA tiene como principales ejes

de trabajo la promoción de la exportaciones de bienes no minero energéticos y servicios en

mercados con potencial, la expansión de las empresas colombianas, la atracción de inversión

extranjera directa a Colombia, el posicionamiento del país como destino turístico de vacaciones y

reuniones y Marca País (PROCOLOMBIA, 2020). La citada entidad del gobierno colombiano

dispone de un software para explorar las mejores oportunidades por países y sectores; además se
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accede a la mejor información sobre acuerdos comerciales y estudios de mercado especializados.

Es decir, una empresa que quiere ingresar a mercados internacionales puede aprovechar esta

herramienta de TIC´s que se encuentra facilmente en el portal de Procolombia.

Ya identificados los mercados internacionales de interés apoyados en las TIC’s, vale la

pena pensar en los canales de distribución para llegar a los clientes. "Hoy, el cliente promedio

puede interactuar con una marca en 10 canales, y se ven como una persona diferente en cada uno.

Si la marca no puede conciliar todos los puntos de datos con un ser humano, ¿cómo funciona?

entregar una experiencia personalizada?” (Fain, 2014). Las barreras de distancias y paises se

superan con presencia en diferentes canales estratégicos. Avances significativos recientes en

tecnología, incluida la aparición de nuevos canales de compra y comunicación como Internet, los

teléfonos móviles, las tabletas y las redes sociales han abierto un vasto nueva frontera para la

investigación y práctica empresarial (Pauwels y Neslin, 2015). En un intento de remodelar la

forma en que los especialistas en marketing interactúan y realizar transacciones con sus clientes

actuales y potenciales y obtener una ventaja competitiva, las empresas han integrado ampliamente

estos nuevos canales en su diario operaciones; Decathlon y Zara son buenos ejemplos de

empresas que han introducido nuevos canales de comunicación para interactuar sus clientes.

Decathlon ha diseñado una aplicación móvil para Facilitar el contacto entre personas que

practican el mismo deporte y Zara ha alcanzado recientemente una posición de liderazgo en las

redes sociales (por ejemplo, Twitter, Facebook) donde los clientes pueden interactuar fácilmente

con el empresa. (Melero & Verhoef, 2016). En esta nueva realidad, de la gestión omnicanal, "la

sinérgica gestión de los numerosos canales disponibles y clientes en diferentes puntos de

contacto, se dá de tal manera que la experiencia del cliente a través de diferentes canales sea

exitosa y de esta manera el rendimiento sobre los canales está optimizado, cada día aumenta el
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uso de Instagram, Facebook, Twitter y otras redes sociales, así ocmo también de Apps y el

internet en general para promocionar, vender y generar relaciones con los clientes a nivel

internacional "(Verhoef, Kannan e Inman 2015, pág. 176). La tecnología y la omnicanalidad se ha

convertido en prioridad para los negocios independiente del sector productivo a que pertenezcan.

Ahora bien, gracias al apoyo de la tecnología, teniendo establecidos los mercados y los

canales de contacto se continúa con la venta. A través de los años, el marketing tuvo que

adaptarse no sólo a las diferentes preferencias de los consumidores, sino también a las diversas

tecnologías y equipos electrónicos disponibles. Hoy, el desarrollo de la tecnología móvil y la casi

permanente conectividad ha generado una verdadera revolución, que se traduce en un acelerado

cambio en los hábitos y consumos de las personas (Perazo, 2016). Frente a este escenario, el reto

para los profesionales del área es construir una relación permanente y disponible a la mano para

llegar directa y eficazmente a consumidores y potenciales clientes. Con base en lo anterior, el

comercio apoyado en internet a nivel local, nacional e internacional tiene gran vigencia

actualmente y mueve grandes cifras. No es un secreto el exitoso caso de Alí Baba de China que

une desde la China diferentes empresas que llevan sus productos a diferentes partes del mundo y

las transacciones se pueden realizar a través de una página web. En latinoamérica se tiene el caso

de “Mercado Libre” que a través de la página web o de su App móvil une compradores y

vendedores de diferentes países. Una empresa líder en las ventas en esta era de la revolución 4.0

es Amazon; de acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, las ventas en línea

representan una pequeña porción de las ventas en tiendas minoristas: apenas 9,5 por ciento

durante 2017, un aumento de casi tres veces la proporción del mercado que obtuvieron durante

2008. Es importante destacar que Amazon controló más de la mitad del comercio en línea en 2017

(Rios, 2019). Además en todo el proceso de aprovechamiento de los cambios tecnológicos,

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Amazon ya ha llegado al punto de inciar entregas de sus pedidos a través de drones en paises

donde legalmente le es permitido por las leyes de seguridad del espacio aéreo. La comunicación

actual entre empresas y su mercado presenta que gracias a los cambios tecnológicos se tiene la

información disponible sobre compras, ventas y estado de los pedidos entre las empresas y sus

clientes. La comunicación es más fluida pero la consolidación de las redes sociales fácilmente

usables, especialmente Twitter y Facebook, también ha permitido el crecimiento de las noticias

falsas (fake news) que ahora mismo son un verdadero problema a la hora de determinar la certeza

o no de una información. Hay que tener cuidado de ello.

En conclusión, las empresas hoy en día disponen de unas herramientas tecnológicas de las

cuales deben sacar provecho para los negocios internacionales. Desde la identificación de sus

mercados -para lo cual existen bases de datos robustas que brindan mucha información de

confianza-, el contacto con los clientes a través de la omnicanalidad y la conectividad a través de

páginas web, redes sociales y aplicaciones móviles. Todo lo anterior, con el fin de aumentar

ventas, mejorar rentabilidad y generar relaciones a largo plazo con su mercado meta.
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Conclusiones

En conclusión, las empresas hoy en día disponen de unas herramientas tecnológicas de las

cuales deben sacar provecho para los negocios internacionales. Desde la identificación de

sus mercados -para lo cual existen bases de datos robustas que brindan mucha información

de confianza-, el contacto con los clientes a través de la omnicanalidad y la conectividad a

través de páginas web, redes sociales y aplicaciones móviles. Todo lo anterior, con el fin

de aumentar ventas, mejorar rentabilidad y generar relaciones a largo plazo con su

mercado meta.
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Referencias

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