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Orizaba (2006)  explicaba que “En las legislaciones antiguas, e inclusive en el derecho

romano, el contrato es una figura preestructurada por el derecho, previamente


reglamentada, limitada en cuanto a su número, eran moldes rígidos en los cuales los
elementos formales eran de su esencia y el elemento psicológico constituía el pacto, el
que no podía originar obligación Nuda Pacto o obligation non oriri. Sin embargo, después
de una larga evolución se dio preferencia al elemento psicológico sobre el formal.”
Conducta humana lícita o ilícita, voluntaria o involuntaria capaz de dar nacimiento,
modificar, transmitir o extinguir un derecho subjetivo estado o situación.

1.1.2. Acto jurídico

Hecho jurídico voluntario lícito o ilícito que produce efectos jurídicos. La


definición y elementos del acto jurídico están regulados en el artículo 140 del C.
Civil.

1.1.1. Hecho jurídico

Conducta humana lícita o ilícita, voluntaria o involuntaria capaz de dar


nacimiento, modificar, transmitir o extinguir un derecho subjetivo estado o
situación.

1.1.3. Negocio Jurídico

Hecho jurídico que contiene declaraciones de voluntad lícitas, que persiguen


constituir, modificar o extinguir una relación jurídica.

Los conceptos de acto jurídico y negocio jurídico se presentan como respuesta a


dos sistemas aparentemente distintos. El primero que se origina con el Código
Civil Francés de 1804 y, el segundo con el Código Alemán de 1900.

Son diversas las opiniones sobre la distinción o sinonimia de estos conceptos y, al


decir de Manuel De la Puente el C. Civil de 1984 regula el negocio jurídico, pero
se optó por mantener el nombre de “acto jurídico” por razones de una
inalterable tradición jurídica, pues el vocablo “acto jurídico” estaba muy
arraigado en la sociedad.

1.1.4. Contrato

El contrato es un fenómeno de carácter polifacético y complejo; que no está


reducido a esquemas rígidos e inmutables y que se encuentra en permanente
proceso de revisión y cambio. (Alfaro R. 2000 p.22).
FRANCESCO MESSINEO, al referirse a los diversos significados del término
“CONTRATO”  expresa que desde el punto de vista estructural el término
“contrato” puede entenderse en cuatro (4) significados diversos:

 Un primer significado impropio: se habla de contrato normativo, para indicar un


contrato que tendría la función de establecer normas jurídicas.
 Los profanos llaman contrato al documento (esto es a la escritura) en el que de
ordinario se consagra el conjunto de las cláusulas contractuales, por esto suelen
creer que no hay contrato cuando no ha habido escritura, significado que resulta
inexacto.
 El significado más saliente es el de acto humano, esto es, precisamente de
Negocio Jurídico bilateral, en el que convergen dos declaraciones de voluntad
que se presuponen mutuamente.
 El contrato en cuanto negocio jurídico bilateral, es fuente de relaciones jurídicas
obligatorias, por tanto se identifica con la relaciones jurídicas patrimoniales que
produce.

Se ha recurrido a precisar estas nociones con la finalidad de alcanzar una mejor


comprensión  de los temas que en los acápites siguientes estudiaremos;
consecuentemente, no podemos soslayar la definición de “ relación jurídica”, la
misma que es entendida como toda situación que en la vida social se establece
entre dos o más personas como un cauce idóneo para la realización de unos fines
o intereses que merecen tutela jurídica; y, una relación jurídica es patrimonial
cuando se refiere a bienes o servicios de naturaleza económica. Los bienes y
servicios son de naturaleza económica cuando pueden ser objeto de valoración,
la misma que debe medirse de manera objetiva, es decir, con independencia de
cuál sea la postura del sujeto con respecto a los bienes en cuestión.

o Ubicación del Contrato en nuestro ordenamiento jurídico.

Sobre la Teoría General del Contrato, existen tres posiciones:

 La que regula la teoría general del contrato y por remisión le es aplicable


a los actos jurídicos en general, recogida por el Código Civil Suizo e
italiano.
 La segunda que desarrolla la teoría general del acto jurídico y declara que
las reglas generales sobre los actos jurídicos se aplican a los contratos.
 La teoría que opta por legislar separadamente la teoría general del acto
jurídico, en la que se establecen las reglas aplicables a los actos jurídicos
unilaterales y plurilaterales, patrimonial o no; y, la teoría general del
contrato que contiene las normas aplicables exclusivamente a los
contratos en general.

El Código Civil peruano de 1984, ha adoptado esta teoría, pues en su Libro II,
regula las disposiciones sobre el acto jurídico, las que son aplicables a los
contratos.
En el Libro VII “Fuentes de las Obligaciones”, Sección Primera “Contratos en
General”, Título I Disposiciones Generales, desarrolla la teoría general del
Contrato. Las disposiciones generales del contrato del Código Civil peruano se
inspiran en el Título sobre los contratos del Código Civil italiano y e menor grado
en los Códigos Civiles de Portugal, Bolivia, Argentina, España y Brasil, todos los
cuales están inspirados en el Derecho romano y francés.

La mayoría de los Códigos Civiles contienen una definición del Contrato.

o Autorreglamento de Intereses y autonomía jurídica individual.

Con relación a la teoría de los actos jurídicos y del negocio jurídico, debemos
referirnos al reglamento de intereses como el “fenómeno práctico de la vida
humana y social, el reglamento de intereses es entendido como proceso de
activación de las exigencias del hombre, articulado en dos momentos
fundamentales de la determinación de los intereses para lograr su realización y
de la determinación de los medios y de los modos para realizarlos” (Falsea A
(2007) El Negocio Jurídico y Autonomía individual. Revista Jurídica del Perú,
tomo 82 p.263).

o Libertad de contratar y libertad de contratación

Genéricamente considerada, la autonomía es el poder de darse normas de por sí,


lo cual implica una identificación con la noción de “soberanía”. La autonomía
reconocida a una autoridad   es denominada “pública” y, permite la emisión de
normas jurídicas que configuran el ordenamiento jurídico. En cambio la
autonomía reconocida a los particulares es denominada “privada” y, está
destinada a viabilizar la regulación de sus propias norma conductas e intereses
mediante la creación, regulación modificación o extinción de las relaciones
jurídicas patrimoniales entre sí. Ello supone que el contrato o acuerdo de
voluntades es el acto formal que da origen a tales relaciones, por lo que la
libertad de contratación es la expresión de la autonomía privada.

Para explicar el fundamento de la autonomía privada, se han planteado dos


teorías: la individualista y la normativista. La teoría Individualista sostiene que
los derechos subjetivos derivan de la esencia misma del hombre, por lo que éste
es autónomo para regular sus intereses. La Teoría Normativista, señala que la
autonomía privada le es concedida a la persona por la expresa delegación del
ordenamiento jurídico, el cual para no entorpecer el tráfico económico jurídico,
confía a los particulares la autorregulación de sus intereses, dentro de los cauces
que les señala dicho ordenamiento.

Por ello, existe unanimidad en considerar que la norma jurídica es fuente del
Derecho, mientras que el contrato lo es de las obligaciones. En esa medida, la
autonomía privada deberá ejercitarse dentro de los límites impuestos por el
ordenamiento estatal.
La Regulación constitucional de la Libertad de Contratación: la problemática del
artículo 62 de la Carta Magna de 1993. (Herrera, 1999, p.36).

La autonomía privada es un poder jurídico de autorregulación de intereses para


crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. Este poder se
manifiesta como: La libertad de contratar y la libertad contractual.

 La libertad de contratar o libertad de conclusión, referida a la facultad


que tiene cada una de las partes para celebrar o no un contrato, escoger
las partes con las que contratara y el tipo de contrato que concluirá.
 La libertad contractual o libertad de configuración interna, se refiere a
la potestad que tiene las partes para determinar libremente el contenido y
la forma del contrato que han convenido celebrar, sin someterse a ninguna
autoridad o coacción alguna.

1.2. Convención, contrato y pacto

 CONTRATO Y
CONVENCIÓN.- Por razón de contenido, la convención comprende tanto
las relaciones jurídicas patrimoniales como extra patrimoniales; en cambio
el contrato, sólo se refiere a las relaciones jurídicas patrimoniales. Por
razón de extensión la convención es el género ya que abarca el campo del
Derecho Público y Privado, así como el área internacional; en cambio el
contrato, abarca la esfera del derecho privado y mercantil, por lo que, se
dice que es la especie.

 CONTRATO Y PACTO.- El vocablo pactum o pactio, significa ponerse de


acuerdo. En el derecho romano las expresiones convención, contrato y
pacto tenían significado análogo, aunque posteriormente el contrato
aparezca como una especie de convención.

Actualmente al término pacto se le asigna dos significados: uno amplio,


que lo identifica con el contrato en sí mismo y, otro restringido, como
una estipulación secundaria, separable del contrato, es decir, un
acuerdo accesorio, complementario o secundario a éste (C.Civil art. 1383
y 1586).

En definitiva podemos señalar que:

o
o La convención es el género, el contrato la especie y el pacto la
subespecie.
o Todo contrato es una convención y todo contrato está compuesto
por pactos.
o El pacto se refiere a una porción individualizada del contrato; pero
el pacto de manera aislada no puede considerarse un contrato.

1.3. El contrato. Conceptos:

Alterini (1991)  con acierto manifiesta que las distintas concepciones del


Contrato transitan del ámbito más amplio, que lo identifica con el de cualquier
convención jurídica, al más estrecho, que lo confina a la creación de
obligaciones; con caracterizaciones intermedias que incluyen en la noción del
contrato al acto jurídico bilateral que modifica, transfiere o extingue
obligaciones, o al que constituye o transmite derechos reales o intelectuales, o
genéricamente al que tiene índole patrimonial.

Para Arias el contrato es el acuerdo entre dos o más partes relacionado con un
objeto de interés jurídico. Su finalidad consiste en crear, modificar, regular o
extinguir obligaciones con contenido patrimonial y constituye el acto jurídico
plurilateral por excelencia.

Múltiples  definiciones sobre el contrato existen, pero en suma podemos admitir


que el contrato es un acuerdo de voluntades de dos o más partes, destinado a
reglar derechos.

1.3.1. Definición Legislativa

El Código Civil vigente en su artículo 1351, siguiendo la doctrina italiana, esboza


una definición del contrato: “El contrato es el acuerdo de dos o más partes para
crear, regular, modificar y extinguir una relación jurídica patrimonial”.

De esta definición legal emergen las características siguientes: el acuerdo, las


partes, los fines (crear, regular, modificar o extinguir), la relación jurídica y el
contenido patrimonial.

a. El acuerdo

Debe ser entendido como uno de voluntades, exteriorizados mediante la


declaración y de este acuerdo surgirá el consentimiento como elemento esencial
del contrato, es decir, habrá acuerdo cuando se llega a la plena coincidencia
entre oferente y aceptante y también entre la voluntad y la declaración. 

b. Con relación a las partes...

Con relación a las partes debe distinguirse que el Código no se refiere a dos o


más personas, sino a dos o más partes.

De acuerdo a la doctrina actual no pueden identificarse los conceptos  de


persona y parte.

Persona, se refiere a un ser dotado de derechos y obligaciones.

La noción de partes se identifica con intereses contrapuestos, denominados


“Centro de intereses”. La calidad de parte se identifica por el interés que
comparten y no por el número de personas que la conforman.

De acuerdo a nuestro código, cada una de las partes está conformada por una o
más personas  unida por un interés común.

El C. Civil reconoce la figura del contrato plurilateral, entendido como el


formado por dos o más partes, tanto en el caso que tengan un interés común y
unidad de fin, así como cuando sus intereses son opuestos y sus finalidades
distintas.

Ejm: 1)   Contrato constitución de sociedad.

         2)   Contrato de partición entre dos o más propietarios.

Las partes deben tener: 1) Capacidad de actuar (referida a la capacidad de la


persona para actuar con eficacia jurídica), 2) Capacidad natural (Capacidad de
actuar con discernimiento), 3) Determinación o determinabilidad (La
determinación referida a la certeza sobre  identidad del sujeto al cual se le
atribuye la relación jurídica  subjetiva. Determinable, el contrato por persona a
nombrar) y 4) Legitimación( El poder de la parte de disponer  del objeto del acto
jurídico).

Con relación a las partes debe distinguirse que el Código no se refiere a dos o


más personas, sino a dos o más partes.

De acuerdo a la doctrina actual no pueden identificarse los conceptos  de


persona y parte.

Persona, se refiere a un ser dotado de derechos y obligaciones.


La noción de partes se identifica con intereses contrapuestos, denominados
“Centro de intereses”. La calidad de parte se identifica por el interés que
comparten y no por el número de personas que la conforman.

De acuerdo a nuestro código, cada una de las partes está conformada por una o
más personas  unida por un interés común.

El C. Civil reconoce la figura del contrato plurilateral, entendido como el


formado por dos o más partes, tanto en el caso que tengan un interés común y
unidad de fin, así como cuando sus intereses son opuestos y sus finalidades
distintas.

Ejm: 1)   Contrato constitución de sociedad.

         2)   Contrato de partición entre dos o más propietarios.

Las partes deben tener: 1) Capacidad de actuar (referida a la capacidad de la


persona para actuar con eficacia jurídica), 2) Capacidad natural (Capacidad de
actuar con discernimiento), 3) Determinación o determinabilidad (La
determinación referida a la certeza sobre  identidad del sujeto al cual se le
atribuye la relación jurídica  subjetiva. Determinable, el contrato por persona a
nombrar) y 4) Legitimación( El p

c. Los fines del contrato, ...

Los fines del contrato, como ya lo manifestamos son crear, regular, modificar o
extinguir  una relación jurídica. Explicaremos cada uno de ellos:

¿A qué nos referimos cuando decimos “Creación de una relación jurídica” , pues
lógicamente a posibilidad de crear relaciones jurídicas patrimoniales que
satisfagan las necesidades de los hombres, con las limitaciones impuestas por
normas imperativas que interesan al orden público y a las buenas costumbres
(Art. 1354, concordante con el Art. V del Título Preliminar del C. Civil).

d. Regularización de una relación jurídica, ...

Regularización de una relación jurídica, significa que las partes  pueden regular
los alcances de sus respectivas obligaciones, sin aumentarlas, disminuirlas o 
cambiarlas.

e. Modificación de una relación jurídica

Modificación de una relación jurídica, las partes  pueden alterar el contenido de


las mismas sin extinguirlas. La relación obligatoria, permanece la misma, a pesar
de las modificaciones de su contenido.  Ejm: Como dato a arrendamiento.
f. Extinción de una relación jurídica,...

Extinción de una relación jurídica, las partes deciden ponerle fin, para
desvincularse totalmente o para vincularse nuevamente de manera distinta.

Esto determina que los contratos puedan ser:

 Constitutivos, crean o constituyen una relación obligatoria.


 Regulares, regulan el ejercicio de la obligación
 Modificatorios, cambian obligaciones existentes.
 Extintivos, ponen fin a una relación obligacional.

La relación jurídica está referida a la que se da entre las partes. Si consideramos


al contrato como un medio eficaz para la satisfacción de necesidades y éstas
tienen carácter económico y el patrimonio tiene un valor económico, entonces
resulta innegable su contenido patrimonial.

Estructura

1.4.1. La doctrina clásica

Las escuelas tradicionales distinguen tres clases de elementos: esenciales,


naturales y accidentales.

1.4.2. La doctrina actualizada

La doctrina actual deja de lado los elementos esenciales, naturales y


accidentales, por ser propios del acto jurídico y, prefiere referirse a los
elementos y presupuestos del contrato: el consentimiento, el objeto, la causa, la
forma y la capacidad.

1.4.2.1. El consentimiento

Elemento esencial para que el contrato tenga existencia real.  Voluntad


concordada de las partes.

1.4.2.2. El Objeto

Elemento esencial para que se constituya el contrato, de manera que el objeto


de éste no son los bienes o servicios, sino las obligaciones que de él se derivan.

1.4.2.3. La Causa

Finalidad o motivo determinante del contrato, que según se prefiera la teoría del
causalismo, que la considera indispensable para la formación del contrato; el
anticausalismo, la tacha de inútil y el neocausalismo la acoge teóricamente y
tiene su expresión en el fin lícito que es un requisito del acto jurídico.

1.4.2.4. La forma

Es la manera como se manifiesta el consentimiento. Al respecto, algunos autores


consideran que es un elemento esencial para la existencia del contrato y, otros,
la consideran como exteriorización de la voluntad que no puede faltar en un
contrato.

1.5.1 El consentimiento...

Es  un elemento esencial del contrato que para su validez debe darse con
descernimiento, intención y libertad.

 Expresado con discernimiento, esto es, previo un proceso relativo


inteligente, lo que supone la actuación de una persona con capacidad
suficiente para razonar, por eso la ley presume que no tienen
discernimiento  los incapaces (menores).
 Con intención, con el propósito de realizar el contrato por eso se dice que
los contratos celebrados con ignorancia, error, fuerza, intimidaciónestán
viciados.
 El dolo o sea, la intención de causar un mal o hacer un daño, es un  vicio
de la intención.
 Con libertad, es decir libertad para elegir, de dirigir la voluntad.
 El consentimiento es la voluntad coincidente o voluntad  concertada .

1.5.2 El consentimiento en el codigo civil peruano

Todo contrato parte indefectiblemente del acuerdo de partes. El principio solus


consensus obligat es el resultado de la evolución jurídica que ha terminado por
imponerse en la mayoría de las legislaciones contemporáneas.

El art. 1352 del C.C. permite establecer la diferencia entre la formalidad ad


probationem con la ad solemnitatem, al disponer que esta última debe estar
prefijada por la ley bajo sanción de nulidad.

El consentimiento según la doctrina se produce una vez consumada la unión entre


la posición original del proponente y su aceptación por parte del recipiendario,
es decir, la Integración de la voluntad de las partes un una voluntad común.

Diez (1996),  señala que dentro del fenómeno del consentimiento es posible
distinguir: a) La voluntad interna individual de cada uno de los contratantes, es
decir, el querer de cada uno de los sujetos y el propósito o motivación que guía a
ese querer; b) La declaración que cada uno de los contratantes emite, que es la
comunicación exterior, a través de la cual  su voluntad interna o inducida tanto
por el otro contratante  como por las demás personas o terceros; c) La voluntad
común o intención común, referida la coincidencia de la dos voluntades
manifestadas a través de dos declaraciones y, que en el caso que las voluntades y
declaraciones no coincidan, habrá disensión, pero no contrato.

Estos conceptos merecen una explicación.

La voluntad de los contratantes como elemento del contrato.- Los


contratantes no se limitan a querer algo, sino que implantan entre ellos una
reglamentación de intereses, que es admitida y protegida por el ordenamiento
jurídico, porque ha sido libremente querida. El Estado protege la libertad de
contratar.

La declaración de voluntad contractual y sus formas.- El contrato no existe por


la existencia de la voluntad contractual de cada uno de los contratantes, quienes
tienen que expresar su voluntad , pues de esta forma es como la libertad interna
puede exteriorizarse, surgiendo como ingrediente del contrato la declaración de
voluntad contractual, que es una forma de comunicación social.

En la doctrina tradicional se reconoce dos maneras de declarar la voluntad : i)


Expreso, cuando el declarante se comunica con el destinatario de su
declaración   por medio verbal de signos,  verbal, por escrito o por signos
inequívocos de valor social reconocido.

Los contratos celebrados por medio de declaraciones tácitas de voluntad.-

La declaración tácita de la voluntad contractual, siempre sometidos a una


interpretación y valoración por parte de los tribunales aquella que se realiza por
medio de actos concluyentes e inequívocos.

El silencio como declaración de voluntad contractual, cuando él resulta de


hechos o de actos que los hacen presumir. Diez Picasso, (1996). p.148, 149

En el ordenamiento jurídico peruano el principio general es que el silencio no


produce ningún efecto jurídico, solo los producirá por excepción:

1. Si está expresamente previstos en la ley


2. Convenio entre las partes.

Declaración de voluntad: Es la exteriorización dela voluntad.  Declaración y


manifestación de voluntad son considerados como sinónimos.

La doctrina Ítalo Germano considera que la manifestación es el género y la


declaración la especie.

Se consideran dos tipos de declaración:


Receptiva: Las declaraciones están destinadas a determinadas personas y solo
frente a ellas la declaración tiene relevancia (Art. 1374 C.C.)

Produce consecuencias cuando el destinatario tomó conocimiento de la


aceptación. 

No receptiva: Declaración dirigida a cualquiera, no hay destinatario


predeterminado.

(Art. 1388 C.C.)

Produce consecuencias jurídicas a partir del instante mismo en que emite la


declaración y no importando si esta es recibida por alguien o no.

El Consentimiento requiere la voluntad común y que ella coincide con las


declaraciones de voluntad, lo cual crea la voluntad contractual.

Vicios del consentimiento

Para que exista contrato, el consentimiento debe ser serio, espontáneo y libre;
sin embargo, cuando estas cualidades o condiciones del consentimiento no son
concurrentes, decimos que el contrato está viciado.

Los vicios que afectan el consentimiento invalidan el contrato.

Los vicios de los actos jurídicos son ciertos defectos congénitos de ellos,
susceptibles de motivar la invalidez de los actos que los sufre.

OBJETO

1.6.1. Aspectos generales.

El objeto del contrato, es la materia o asunto socialmente relevante que las


partes desean realizar a través del contrato, construye el “presupuesto objetivo”
del contrato.

La existencia de un objeto debe referirse a cosas o a hechos o derechos de las


partes.El contrato regula intereses de las partes contractuales y la regulación
tiene por objeto cosas, hechos o derechos de esas partes.

Para que los bienes puedan ser objeto del contrato, debe tratarse de cosas que
están en el comercio (bienes que pueden ser enajenados), embargados y
susceptibles de ser ejecutado (subastados o vendidos en remate judicial), porque
si se trata de cosas que materialmente no pueden serlo (aire) o porque existe
una prohibición legal (plazas, caminos) el contrato será nulo.
Si el objeto son hechos, estos deben ser lícitos, no prohibidos por las leyes ni ser
contrarios al orden público, la moral o las buenas costumbres.

Ejm: Son nulas:

1. Constitución de una sociedad   para realizar contrabando.

Según la doctrina: La cosa debe existir en el momento de la celebración del


contrato.

.6.2. El objeto del contrato en el Código Civil

Nuestro C.C regula el objeto del Contrato en el artículo 1402:

“El objeto del contrato consiste en crear, regular, modificar o extinguir


obligaciones”, distinguiendo entre el objeto del contrato, el contenido de la
obligación y el objeto de las prestaciones de dar, hacer y no hacer.

En primer lugar, el objeto del contrato es la creación de una obligación.

Ejemplo:

Pedro se compromete a transferir en forma onerosa a Juan el auto marca Toyota,


modelo Yaris, año 2014, de Placa AC-2735.

En segundo lugar, el objeto de la obligación consistiría en una prestación y una


contraprestación.

Siguiendo el ejemplo anterior, Pedro se ha obligado a entregar el auto de su


propiedad a Juan y éste a su vez, a pagarle el precio convenido.

En tercer lugar, ¿En qué consiste el objeto de la prestación? Para responder a


esta interrogante debemos remitirnos a la regulación del C. Civil sobre las
prestaciones de dar, hacer y no hacer.

Continuando con el ejemplo citado, el objeto de la prestación de dar estaría


representado por el auto marca Toyota, modelo Yaris, año 2014, de placa AC-
2735,  a cargo de Pedro y su correlativa contraprestación es la de dar la suma de
US$14,000.00 a cargo de Juan, que fue el precio pactado por las partes.

El contenido del contrato se refiere a las normas jurídicas creadas para la


celebración del contrato y cuyo único propósito es la regulación de la ejecución y
desarrollo del mismo, esto significa, que las partes deben acudir al contenido del
contrato para determinar los derechos y obligaciones tanto durante la ejecución
del contrato, como en el caso de producirse su incumplimiento.
Para facilitar la comprensión de los conceptos reseñados,  Arias Schereiber
presenta los siguientes gráficos: 

Los contratos producen el efecto de crear obligaciones y derechos: Las


obligaciones confieren al acreedor la facultad de exigir su cumplimiento y al
deudor le imponen la necesidad de satisfacer esa exigencia.

1.6.3. Requisitos del objeto:

Son:

1. Licitud.- No está prohibido por las normas jurídicas imperativas, el orden


público o las buenas costumbres para ser objeto en el contrato
2. Posibilidad física y jurídica.- Sin impedimento de hecho o derecho para
formar parte del acto jurídico.
3. Determinación o determinabilidad.- Determinado cuando es específico y
determinable cuando el título o la ley fijan los modos de su
determinación.
4. Patrimonialidad.- Suceptible de atribución jurídica patrimonial. 

1.7.1 Concepto:

Según el diccionario de lo Real


Académico español, CAUSA alude a varios significados: Fundamento u origen de
una cosa.

1. Lo que produce el efecto.


2. Motivo o razón para obrar.

Es un concepto único e invariable del sistema de cada tipo contractual del que
surgen obligaciones. Es abstracto, racional y genérico.

a. Doctrina clásica.- Juan Domat

Según esta teoría la causa es el fin inmediato y directo por el cual el deudor
contrae su obligación al celebrar un contrato. Es el motivo abstracto y
desvinculado totalmente de la personalidad de las partes contratantes.

Esta teoría tuvo notable influencia en Francia y otros sistemas jurídicos, que
introdujeron a la causa dentro de los elementos del contrato y que por esta
razón se denominaron Sistemas Jurídicos Casualistas.

Como reacción a la teoría clásica de la causa que no llegó a explicar 


satisfactoriamente el significado el real de la causa en los contratos; la doctrina
francesa elaboró como respuesta dos nuevas concepciones sobre la causa:

b. La Teoría Neocausalista

Esta teoría señala que la causa no se puede entender adecuadamente, alejada


mente de los motivos de la celebración del contrato.
El neocausalismo ha dado lugar a tres diferentes orientaciones Neocausalista:

- Concepción Neocausalista Dual: Plantea la necesidad  de dos conceptos


distintos de causa:

Causa objetiva.- Entendido como el motivo impuesto por la naturaleza del    


contrato, que determina al deudor a contraer obligaciones.

Causa subjetiva.- Concebido como el motivo concreto determinante y común a


las partes contratantes que han decidido la celebración del contrato de manera
que se pueda llegar a sancionar con nulidad los contratos que tengan una causa
ilícita lo que no sucedía con la teoría clásica.

- Concepción Neocausalista Pura:

Teoría con menos seguidores.

Sugiere la idea que la causa es siempre el motivo impulsivo y determinante de la


celebración del contrato.

- Concepción Neocausalista Integral:

Señala que la causa es siempre el motivo abstracto y típico; pero que permite en
algunos casos la incorporación de motivos concretos y determinantes de las
partes contratantes, con el fin de poder sancionar con nulidad los supuestos de
causa ilícita.

Esta concepción ha tenido importancia y enorme aceptación, no como teoría de


la causa, sino como concepción que permite entender satisfactoriamente y a
cabalidad el aspecto subjetivo de la causa.

Los autores que de adhieren a las concepciones objetivas de la causa como la de:

1. La función económica social y


2. La función jurídica; consideran que además debe ser entendido como el
propósito práctico de alcanzar u obtener dicha función social o jurídica.

c. La Concepción Anticausalista

Como reacción a la teoría clásica, aparte de la teoría Neocausalista se elaboró la


Concepción Anticausalista, según la cual es preferible desentenderse de la
nación de causa como elementos del contrato para evitar confusiones en la
disciplina contractual.

Ha perdido vigencia frente a las concepciones objetivas de la causa.


d. Anticausalista y Neocausalista

El encarnizado debate entre Casualistas clásicos, Anticausalista y Neocausalista


contribuyó al nacimiento y difusión de las concepciones objetivas de la causa del
negocio jurídico, fruto de la doctrina italiana; así Emilio Betty, contribuyó y
consagró definitivamente la noción de causa como función económica social del
negocio jurídico.

Según esta doctrina la causa es una nación eminentemente social y se constituye


en la razón justificadora del reconocimiento jurídico del negocio. De acuerdo a
esta teoría se imponía como límite la utilidad social para el reconocimiento
jurídico de los mismos, entendía que la causa no era un motivo abstracto o
concreto, sino que se encontraba en el negocio jurídico como operación
económica.

d. La teoría de la función jurídica de la causa

Como reacción a esta teoría de la causa surgió en la misma doctrina italiana una
concepción que señala que se debe mantener la noción de causa como función
social pero dejando de lado el aspecto jurídico, nace de esta forma la teoría de
la función jurídica de la causa, la misma que plantea un sistema de control de
la autonomía privada más rigurosa que el planteado por la teoría de la función
económica social.

La mayor parte de especialistas eluden tratar el tema de la causa.

El estudio de la causa es imprescindible en nuestro sistema jurídico desde el


momento que el C. Civil ha establecido su Art. 140 que para la validez del acto
jurídico se requiere un fin lícito; es decir, se ha considerado a la causa dentro de
los elementos de validez del acto jurídico.

Otros autores consideran ilógico considerar a la causa como elementos del


contrato conjuntamente con la voluntad y el objeto. (Taboada L. 2000. p

1.8. Forma de los contratos:


La forma son los requisitos o
solemnidades que revisten o caracterizan a los diferentes actos jurídicos. 

Es la parte externa, la que se ve, el continente que tiene que estar previamente
por la ley para que podamos hablar en forma solemne o ad probationem.

El derecho romano fue formalista. En las legislaciones actuales se ha adoptado el


presupuesto de la libertad de formas, es decir, los actos jurídicos que no tengan
formas preestablecidas dependerán de la voluntad de las partes que podrán
realizarlo en la forma que más convenga a los intereses de las partes.

La forma de los contratos alude a la exteriorización de la manifestación de la


voluntad   de las partes.

La forma alude también a los requisitos formales prescritos por la ley para
determinados contratos.

La forma necesaria exigida era la oral; a través de una lenta evaluación adquirió
importancia la forma escrita.

De acuerdo a la forma los negocios jurídicos se clasifican en:

1. Formales.- El orden jurídico establece a las partes una forma necesaria


para expresar su   voluntad, si ella no es cumplida el negocio no existe.
Tiene rango constitutivo.
2. No Formales.- Las partes pueden expresar su voluntad de cualquier forma.

1.9.1. Interpretación de la ley y del contrato:


“Los contratos tiene fuerza de ley entre las
partes”

Al interpretar una ley, se indaga cual ha sido la voluntad el fin de la norma, que
una vez creada ésta existe por sí misma.

En la interpretación del contrato, se investiga un hecho concreto, aislado y


concerniente a las partes, se debe recatar lo común intención de las partes.

El intérprete de un contrato debe buscar siempre “la común intención de las


partes” y, para ello deberá apoyarse no solo en lo declarado sino también en la
causa o motivo y las circunstancias de su celebración; en caso contrario
contribuirá al incumplimiento del contrato.

Se ha dicho que “los contratos tienen fuerza de ley entre las partes. Esta
expresión retórica no puede llevar a confundir el contrato y la ley.

Al interpretar una ley, se indaga cuál ha sido la voluntad, fin o propósito de la


norma. Una vez creada esta, existe por si misma independientemente de quien la
creo.

La ley cumple una finalidad más amplia, general y compleja de lo que estaba en
la mente de su creador.

En la investigación o interpretación de un contrato, se investiga un hecho


concreto aislado y reducido a las partes, se debe rescatar lo querido por las
partes común intención de los contratantes; interesa aquello que fue considerado
por las partes de acuerdo a las circunstancias y no los motivos individuales de
cada contratante. 

1.9.2. La interpretación del contrato en nuestro ordenamiento


jurídico.

Actualmente en las legislaciones extranjeras y en la doctrina peruana, no existe


uniformidad de criterio acerca de los beneficios de las existencia de “Normas de
interpretación en un ordenamiento jurídico y si es necesario o no sus inclusión en
el CódigoCivil.
Los legisladores del Código Civil de 1984, acogieron la inclusión de normas de
interpretación del acto jurídico, aplicables también al contrato.

Antes se consideraba que las normas de interpretación estaban hechas y dirigidas


exclusiva y únicamente para el Juez. Actualmente prevalece la posición de que
las normas de interpretación están destinadas:

a) A LAS PARTES.- Interpretación auténtica o fáctica del contrato, las partes fijan
sus posiciones jurídicas, eliminando incertidumbres actuales o futuras.

b) AL JUEZ O EJECUTOR DEL ARBITRAJE.- En doctrina sobresalen dos sistemas de


interpretación contractual:

- DE LA VOLUNTAD O SUBJETIVO (Francés).- El intérprete debe indagar cual ha


sido la voluntad interna y real y este debe primar sobre la manifestación o acto
interno.

- DE LA DECLARACIÓN U OBJETO (Germano).- En la manifestación se encuentra la


voluntad real del declarante.

Nuestro Código Civil ha tomado el sistema declarado, conforme se advierte del


artículo 168 y 1361, pero solo a mérito de una presunción iuris tantum.

1.9.3. Normas de Interpretación de los contratos.

El C.Civil establece cuatro criterios de interpretación de todo acto jurídico y


como el contrato es una especie de acto jurídico también le son aplicables:

1. Art. 140: Definición y elementos de validez del acto jurídico.


2. Art. 168.- Interpretación objetivo o declarativa.
3. Art.169.- Interpretación sistemática o integral.
4. Art. 170.- Interpretación finalista.

Pero en la regulación de los contratos hay otras normas sobre la interpretación;


por lo que, debe buscarse coherencia y armonía entre ambos grupos de normas
interpretativas.

5. Art. 1353.- Ámbito de aplicación de las normas generales.


6. Art. 1356.- Norma suplementarias e contratación.
7. Art. 1359.- Principio de integración contractual.
8. Art.1361.- Fuerza vinculada el contrato.
9. Art. 1362.- Buena fe y común intención de la partes.
10. Art. 1372.- Declaración y efectos de la rescisión y resolución.
11. Art. 1401.- Duda e interpretación de cláusula generales.
12. Art. 2112.- Unificación de la contratación civil y mercantil.
En esta parte nos referiremos a la buena fe contractual en su dimensión objetiva
y a la común intención de las partes. Sobre la primera, la buena fe negocial
supone un comportamiento leal y honesto de los sujetos, basado en la confianza
que cada parte deposita en el accionar correcto de la otra, incluso antes de
concertar el contrato, es decir, en la etapa de las tratativas. 

La buena fe es considerado como un principio general del Derecho en el artículo


168, al referirse a la interpretación del acto jurídico; y, en el artículo 1362 se le
da un tratamiento como regla de conducta o de comportamiento de los sujetos,
que no puede ser  apartado ad libitum  sin quebrantar un proceder ético
apropiado.

La común intención de las partes consiste en la unificación del querer de ambas


partes en el propósito de crear una obligación jurídica, en lo que los alemanes
llaman la “voluntad del negocio” atingente al contenido jurídico del contrato y
no a los fines prácticos. 

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