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1.1.4. Contrato
El Código Civil peruano de 1984, ha adoptado esta teoría, pues en su Libro II,
regula las disposiciones sobre el acto jurídico, las que son aplicables a los
contratos.
En el Libro VII “Fuentes de las Obligaciones”, Sección Primera “Contratos en
General”, Título I Disposiciones Generales, desarrolla la teoría general del
Contrato. Las disposiciones generales del contrato del Código Civil peruano se
inspiran en el Título sobre los contratos del Código Civil italiano y e menor grado
en los Códigos Civiles de Portugal, Bolivia, Argentina, España y Brasil, todos los
cuales están inspirados en el Derecho romano y francés.
Con relación a la teoría de los actos jurídicos y del negocio jurídico, debemos
referirnos al reglamento de intereses como el “fenómeno práctico de la vida
humana y social, el reglamento de intereses es entendido como proceso de
activación de las exigencias del hombre, articulado en dos momentos
fundamentales de la determinación de los intereses para lograr su realización y
de la determinación de los medios y de los modos para realizarlos” (Falsea A
(2007) El Negocio Jurídico y Autonomía individual. Revista Jurídica del Perú,
tomo 82 p.263).
Por ello, existe unanimidad en considerar que la norma jurídica es fuente del
Derecho, mientras que el contrato lo es de las obligaciones. En esa medida, la
autonomía privada deberá ejercitarse dentro de los límites impuestos por el
ordenamiento estatal.
La Regulación constitucional de la Libertad de Contratación: la problemática del
artículo 62 de la Carta Magna de 1993. (Herrera, 1999, p.36).
CONTRATO Y
CONVENCIÓN.- Por razón de contenido, la convención comprende tanto
las relaciones jurídicas patrimoniales como extra patrimoniales; en cambio
el contrato, sólo se refiere a las relaciones jurídicas patrimoniales. Por
razón de extensión la convención es el género ya que abarca el campo del
Derecho Público y Privado, así como el área internacional; en cambio el
contrato, abarca la esfera del derecho privado y mercantil, por lo que, se
dice que es la especie.
o
o La convención es el género, el contrato la especie y el pacto la
subespecie.
o Todo contrato es una convención y todo contrato está compuesto
por pactos.
o El pacto se refiere a una porción individualizada del contrato; pero
el pacto de manera aislada no puede considerarse un contrato.
Para Arias el contrato es el acuerdo entre dos o más partes relacionado con un
objeto de interés jurídico. Su finalidad consiste en crear, modificar, regular o
extinguir obligaciones con contenido patrimonial y constituye el acto jurídico
plurilateral por excelencia.
a. El acuerdo
De acuerdo a nuestro código, cada una de las partes está conformada por una o
más personas unida por un interés común.
De acuerdo a nuestro código, cada una de las partes está conformada por una o
más personas unida por un interés común.
Los fines del contrato, como ya lo manifestamos son crear, regular, modificar o
extinguir una relación jurídica. Explicaremos cada uno de ellos:
¿A qué nos referimos cuando decimos “Creación de una relación jurídica” , pues
lógicamente a posibilidad de crear relaciones jurídicas patrimoniales que
satisfagan las necesidades de los hombres, con las limitaciones impuestas por
normas imperativas que interesan al orden público y a las buenas costumbres
(Art. 1354, concordante con el Art. V del Título Preliminar del C. Civil).
Regularización de una relación jurídica, significa que las partes pueden regular
los alcances de sus respectivas obligaciones, sin aumentarlas, disminuirlas o
cambiarlas.
Extinción de una relación jurídica, las partes deciden ponerle fin, para
desvincularse totalmente o para vincularse nuevamente de manera distinta.
Estructura
1.4.2.1. El consentimiento
1.4.2.2. El Objeto
1.4.2.3. La Causa
Finalidad o motivo determinante del contrato, que según se prefiera la teoría del
causalismo, que la considera indispensable para la formación del contrato; el
anticausalismo, la tacha de inútil y el neocausalismo la acoge teóricamente y
tiene su expresión en el fin lícito que es un requisito del acto jurídico.
1.4.2.4. La forma
1.5.1 El consentimiento...
Es un elemento esencial del contrato que para su validez debe darse con
descernimiento, intención y libertad.
Diez (1996), señala que dentro del fenómeno del consentimiento es posible
distinguir: a) La voluntad interna individual de cada uno de los contratantes, es
decir, el querer de cada uno de los sujetos y el propósito o motivación que guía a
ese querer; b) La declaración que cada uno de los contratantes emite, que es la
comunicación exterior, a través de la cual su voluntad interna o inducida tanto
por el otro contratante como por las demás personas o terceros; c) La voluntad
común o intención común, referida la coincidencia de la dos voluntades
manifestadas a través de dos declaraciones y, que en el caso que las voluntades y
declaraciones no coincidan, habrá disensión, pero no contrato.
Para que exista contrato, el consentimiento debe ser serio, espontáneo y libre;
sin embargo, cuando estas cualidades o condiciones del consentimiento no son
concurrentes, decimos que el contrato está viciado.
Los vicios de los actos jurídicos son ciertos defectos congénitos de ellos,
susceptibles de motivar la invalidez de los actos que los sufre.
OBJETO
Para que los bienes puedan ser objeto del contrato, debe tratarse de cosas que
están en el comercio (bienes que pueden ser enajenados), embargados y
susceptibles de ser ejecutado (subastados o vendidos en remate judicial), porque
si se trata de cosas que materialmente no pueden serlo (aire) o porque existe
una prohibición legal (plazas, caminos) el contrato será nulo.
Si el objeto son hechos, estos deben ser lícitos, no prohibidos por las leyes ni ser
contrarios al orden público, la moral o las buenas costumbres.
Ejemplo:
Son:
1.7.1 Concepto:
Es un concepto único e invariable del sistema de cada tipo contractual del que
surgen obligaciones. Es abstracto, racional y genérico.
Según esta teoría la causa es el fin inmediato y directo por el cual el deudor
contrae su obligación al celebrar un contrato. Es el motivo abstracto y
desvinculado totalmente de la personalidad de las partes contratantes.
Esta teoría tuvo notable influencia en Francia y otros sistemas jurídicos, que
introdujeron a la causa dentro de los elementos del contrato y que por esta
razón se denominaron Sistemas Jurídicos Casualistas.
b. La Teoría Neocausalista
Señala que la causa es siempre el motivo abstracto y típico; pero que permite en
algunos casos la incorporación de motivos concretos y determinantes de las
partes contratantes, con el fin de poder sancionar con nulidad los supuestos de
causa ilícita.
Los autores que de adhieren a las concepciones objetivas de la causa como la de:
c. La Concepción Anticausalista
Como reacción a esta teoría de la causa surgió en la misma doctrina italiana una
concepción que señala que se debe mantener la noción de causa como función
social pero dejando de lado el aspecto jurídico, nace de esta forma la teoría de
la función jurídica de la causa, la misma que plantea un sistema de control de
la autonomía privada más rigurosa que el planteado por la teoría de la función
económica social.
Es la parte externa, la que se ve, el continente que tiene que estar previamente
por la ley para que podamos hablar en forma solemne o ad probationem.
La forma alude también a los requisitos formales prescritos por la ley para
determinados contratos.
La forma necesaria exigida era la oral; a través de una lenta evaluación adquirió
importancia la forma escrita.
Al interpretar una ley, se indaga cual ha sido la voluntad el fin de la norma, que
una vez creada ésta existe por sí misma.
Se ha dicho que “los contratos tienen fuerza de ley entre las partes. Esta
expresión retórica no puede llevar a confundir el contrato y la ley.
La ley cumple una finalidad más amplia, general y compleja de lo que estaba en
la mente de su creador.
a) A LAS PARTES.- Interpretación auténtica o fáctica del contrato, las partes fijan
sus posiciones jurídicas, eliminando incertidumbres actuales o futuras.