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Ahora solo tenemos que localizar el servicio con nombre “Windows Update”, hacer doble
clic sobre él, marcar el tipo de inicio como “Deshabilitado” y guardar los cambios.
Reinicia el equipo y Windows no volverá a descargar ni instalar ninguna actualización. Si
quieres dar marcha atrás siempre puedes volver a activar el tipo de inicio del servicio a
modo automático. Un poco rebuscado pero fácil de llevar a cabo.
Otra opción para deshacernos de las actualizaciones automáticas es crear una política de
grupo con el editor GPE. Abre de nuevo la ventana de “Ejecutar” (puedes pulsar la tecla de
“Windows”+R para hacerlo más cómodo) y escribe “gpeditor.msc”.
Despliega el menú izquierdo hasta llegar a “Configuración del equipo -> Plantillas
administrativas -> Componentes de Windows -> Windows Update” y pulsa con el
botón derecho sobre “Editar” en “Configurar actualizaciones automáticas”.
Se abrirá una nueva ventana de edición en la que solo tienes que marcar la opción
“Deshabilitada” y aplicar los cambios.
Reinicia el PC y adiós a las actualizaciones automáticas.