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La zorra y el leñador.
Unos cazadores perseguían a una pequeña zorra, que asustada, llegó corriendo hasta
una zona del bosque en donde trabajaba un leñador. La zorra, al ver al leñador, le pidió
ayuda:
– Por favor, leñador, escóndeme en tu cabaña. Me persiguen unos cazadores. ¿Puedes
ayudarme?
-Claro que sí, dijo asombrado el leñador- y abrió la puerta de su cabaña para que la zorra
pudiera entrar.
Entonces llegaron los cazadores, y al ver al leñador, le preguntaron:
– Perdone usted, buen hombre… ¿no habrá visto por casualidad un zorro corriendo por
aquí?
Y el leñador contestó:
– ¿Un zorro? Pues no, la verdad…
Sin embargo, mientras decía esto, señalaba con la mano a su cabaña, indicando con
gestos a los cazadores que se encontraba allí. Pero los cazadores no entendieron muy
bien qué quería decir con la mano, así que continuaron su camino y se alejaron, mientras
que la zorra, que lo había visto todo a través de una rendija, salió de la cabaña y se puso
a andar en la dirección contraria a la que habían tomado los hombres.
– ¡Eh, zorra!- dijo entonces el leñador- ¿No me vas a dar las gracias por haberte
ayudado?
La zorra, un tanto apenada, se dio la vuelta y contestó:
– Si tus manos hubieran obedecido a tus palabras, te las daría.
Moraleja:
‘Cuidado: no siempre los actos acompañan a las palabras’
(amistad)
El gato y el ratón
En un bosque muy alegre y amistoso vivía un oso que era muy comilón , este comía
fresas copos y melón, pero extrañamente su comida favorita eran las nueces .El oso por
donde pasaba era bien recibido donde su amiga la hormiga comía tortillas y donde su
amigo el cucarron le daban macarrón, en fin era amigo de todos los animales del bosque
excepto de uno de la ardilla que era muy orgullosa y era una pesadilla , con todos los
animales peleaba, ya que decía ser la mejor , un día el oso se subió a un árbol a comer
nueces pero lo que no sabia era que la ardilla ahora vivia en ese arbol , el oso muy feliz
se subió al arbol y empeso a comer , la ardilla enfurecida le gritonio y le dijo ladrón , el oso
al ver su reacción se fue directo a casa sin mas que decir la ardilla enfurecida fue al
centro del bosque y junto a todos los animales a una reunión puso su queja y exijo que
echaran al oso del bosque , el oso venia en camino y escucho esto se puso a llorar y sin
pensarlo empaco sus pocas cosas y emprendió camino a un bosque muy cercano , Días
después el bosque ya no era el mismo la presencia del oso hacia falta , la ardilla se
cambio de árbol y resulta que este ya tenia dueño la ardilla que vivía ahy la gritonio y
también la acuso de ladrona ,ella se sintió muy ofendida y desia que le habían vulnerado
su dignidad ahy fue cuando entendió que había cometido un error con el oso que lo había
tratado mal y no le había tenido en cuenta su dignidad ni sus derechos al hacerlo ir del
bosque , todos los animales le pidieron a la ardilla que se disculpara con el oso y que lo
trajera de nuevo al bosque , la ardilla emprendió su camino y cuando encontró al oso le
pidió perdón y le pidió que regresaran juntos al bosque . FIN
MORALEJA : no debemos juzgar las demás personas ni lastimarme su dignidad tan solo
por cometer un error .
El león y el ratón, una fábula de Esopo sobre la gratitud para los niños
Había un león que no era enojoso, ni cruel, ni violento, sino tratable y justo como una
buena criatura, que llegó a ser el rey.
Bajo su reinado se celebró una reunión general de los animales para disculparse y recibir
mutua satisfacción: el lobo dio la paz al cordero, la pantera al camello, el tigre al ciervo, la
zorra a la liebre, etc.
La tímida liebre dijo entonces:
- He anhelado ardorosamente ver llegar este día, a fin de que los débiles seamos
respetados con justicia por los más fuertes.
Moraleja: Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir más
tranquilos.
FABULAS Y MORALEJAS: AUTOCONTROL
El alumno
Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un
hombre justo y comprensivo.
Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos
encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
– Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar
más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora.
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro
reaccionara ofendido y descontrolado.
El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
– ¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?
El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
– Por supuesto que no. – contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.
– Bueno, -prosiguió el profesor, – cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo
desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que
puedo decidir no aceptar.
– No entiendo a qué se refiere. – dijo el alumno confundido.
– Muy sencillo, -replicó el profesor-, Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me
siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en
verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad.
– Muchacho, -concluyó el profesor en tono gentil-,
– Tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo
controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.
Moraleja
Cada día, en todo momento, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres
poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que lo decidas cambiarlo. Es tan
grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser
felices.
Una fábula corta sobre la libertad: ‘El lobo y el perro’
Vagabundeaba un lobo enjuto y hambriento por el bosque. Hacía días que no probaba
bocado y estaba en los huesos. Y de pronto vio a un perro paseando cerca de él. El perro
tenía un aspecto formidable: robusto y lleno de vitalidad. Y el perro, que se encontró con
la mirada lastimera del lobo, le dijo:
– ¿Por qué no vienes conmigo junto a mi amo? Te dará comida y podrás recuperarte.
Solo tienes que obedecerle y mostrarle cariño. No es muy difícil.
El lobo, que estaba realmente desesperado, pensó que era una buena idea. Al fin y al
cabo, necesitaba comer, así que aceptó y comenzó a seguir al perro. Pero, a mitad de
camino, se fijó en que el perro tenía heridas alrededor del cuello.
– Y dime, perro, ¿de qué son esas heridas que tienes en el cuello?- preguntó lleno de
curiosidad el lobo.
– Ah, no es nada- contestó el perro- Son las marcas de la argolla con la que mi amo me
ata.
– Ah… ¿que te atan?-preguntó asustado entonces el lobo.
– Sí, todos los días, pero lo hace por mi bien… para que no me vaya y me haga daño.
– Oh, no, perro, entonces creo que prefiero quedarme en el bosque muerto de hambre.
Y diciendo esto, el lobo dio media vuelta y se adentró de nuevo entre los árboles.
Moraleja: No vendas tu libertad a ningún precio
Solidaridad
Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al
caballo:
Horas más tarde, el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el
caballo, suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo
que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima!
MORALEJA: Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que
honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás
perjudicando a ti mismo.
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás
padres, estaremos encantados de recibirla.
la prudencia:
Los tres peces
Un campesino que tenía un corral lleno de gallos compró también una perdiz y los puso
a vivir juntos. Los gallos no tardaron en empezar a hacerle la vida imposible, y la perdiz
creía que era por ser de diferente especie. Sin embargo, un día vio como los gallos se
peleaban entre sí y entendió que era su naturaleza.
Moralejas
Esta fábula nos enseña a analizar el ambiente donde nos metemos y a entender que
en ocasiones tenemos que ir con cuidado.
LA BUSQUEDA DE LA VERDAD. FABULA
Cuenta una antigua fábula que había tres ancianos, sabios y ciegos, que buscaban al
sagrado elefante blanco, considerado la verdad absoluta.
Tras peregrinar por muchas ciudades, lo encontraron en un humilde poblado. Percibieron
su presencia y se abalanzaron sobre él. Uno de los ancianos se colgó de la trompa, otro
se abrazó a una de las piernas y el tercero se aferró a una de sus orejas. Cada uno de
ellos experimentó sensaciones y emociones diferentes.
Cuando regresaron a su hogar discutieron acerca de la verdad. El de la trompa dijo que la
verdad es larga, rugosa y flexible; el de la pierna dijo que la verdad es dura, firme y
maciza; y el de la oreja dijo que la verdad es delgada, amplia y oscilante.
Los sabios no lograron ponerse de acuerdo y cada uno fue por su camino, comunicando
su verdad y predicándola con honestidad, creando tres grandes religiones que se
expandieron rápidamente. Los tres sabios habían encontrado la verdad, pero como no
percibieron su amplitud, sino que experimentaron sólo una parte de ella, difundieron
separadamente las distintas partes de la verdad como si fueran por sí solas el todo.
Aunque sinceros en su búsqueda y en su servicio, su limitación mental les hizo errar.
MORALEJAS
- Muchos individuos, al igual que los 3 ancianos, buscan algo.
- Aunque nos moleste aceptarlo, el ser humano parte hacia esa sagrada búsqueda con la
ceguera evidente y profunda de su propia ignorancia.
- No podemos coger a Dios y encerrarlo en un libro. Tener una profunda experiencia con
lo divino no es englobar todo su contenido.
- No se puede limitar lo ilimitado.
ÁBULAS Y MORALEJAS: LA PUNTUALIDAD ES UN HABITO VALIOSO
**Moraleja:* *
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le
trajesen a otro adivino y le contó lo que había soñado.
-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis
a todos vuestros parientes.
Iluminóse el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó le dieran cien monedas
de oro.
Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-No es posible!, la interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el
primer adivino. No entiendo porqué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien
monedas de oro.
-Recuerda bien, amigo mío -respondió el segundo adivino-, que todo depende de la forma
en el decir.
Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la
guerra.
Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma
con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
Moralejas