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ABELARDO Y EL MATERIALISMO NOMINALISTA

Evidentemente, para Abelardo el razonamiento y la argumentación son


las tareas propias de la actividad filosófica. En este sentido, también el
Materialismo Filosófico de Bueno reitera la función esencial de la
racionalidad en los análisis de la realidad material o de los géneros o
tipos de materialidad. Considerando que la materia no es únicamente
lo corpóreo, ya que los contenidos teóricos también son algo material
porque son significados objetivables. Si bien el espacio antropológico
de Pedro Abelardo en el siglo XII no es el mismo que el actual, porque
su mundo conceptual era diferente en diversos aspectos, también es
cierto que existen elementos comunes. Considero que es clasificable el
nominalismo o conceptualismo abelardiano como materialista porque
los datos particulares son lo relevante, ya que los universales son
nombres para designar a lo individual y concreto. Por tanto, el
conocimiento y la comparación de los seres y cosas concretas es el
verdadero procedimiento para disponer de representaciones del
mundo empírico, y no por simple abstracción conceptual. Lo que
justifica, a mi juicio, que se puede utilizar la expresión materialismo
nominalista referida al rechazo del ultrarrealismo de Champeaux y el
verbalismo de Roscelino.
Y es que como señala García Sierra respecto al procedimiento
materialista de Gustavo Bueno: «No procede según el método
materialista quien se propone el análisis del razonamiento o del
«pensamiento» manteniéndose en el terreno de la conciencia subjetiva,
o de las fórmulas lógico-formales, desconectadas de los datos
corpóreos». En efecto, Abelardo puso las bases de una epistemología
empirista con su nominalismo por lo que puede denominarse
materialista si se opone a la espiritualista o idealista, ya que sólo existe
lo individual. Este gran filósofo medieval sigue lo planteado por
Aristóteles y escribe: «es universal aquel vocablo que puede ser
predicado, en fuerza de su institución, de muchos singularmente». De
hecho, el método de investigación de Abelardo está explicitado y
expuesto en su obra Sic et non que sigue el esquema de la cuestión
partiendo de soluciones opuestas que se dan a un mismo problema. De
este modo se averigua razonando y argumentado la mejor resolución
lógica de lo tratado y discutido.
Respecto a la cuestión del mundo físico Abelardo piensa desde un
enfoque claramente espiritualista cristiano y desde una perspectiva
teológica propia, siendo condenadas varias de sus doctrinas. En
cualquier caso, la idea de Dios como ser omnipotente está presente en
el pensamiento de Abelardo. Lo que le sitúa lejos de una actitud
materialista en sentido riguroso como la sostenida por el materialismo

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filosófico de Bueno y su escuela.Ya que escribe este gran filósofo
español en Ensayos materialistas: «El análisis interno de las propias
relaciones autocontextuales de nuestro mundo físico nos remite a la
consideración de un estado en el que el mundo no existió, y de otro
estado en el que no existirá, salvo que sea realimentado por medio
material envolvente – es decir, a su vez, fuera del propio contexto del
que habíamos partido». Lo que pone de manifiesto, a mi juicio, que no
existe una armonía divina universal y creadora del mundo en el sentido
espiritual.
El Magister Petrus destacó por su gran oratoria y memoria, pero
también por su asombrosa capacidad lógica y analítica respecto a las
cuestiones que investigaba. Algo similar a lo que también plantea el
materialismo filosófico que insiste en lo decisivo de analizar o clasificar
minuciosamente los contenidos materiales que conforman el mundo.
La filosofía de Abelardo es crítica, porque pretende aclarar cuestiones
muy diversas y está abierta a nuevos conocimientos e incluso a la
discusión entre creencias religiosas diferentes como se observa en su
libro Diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano. Se muestra
tolerante y dialogante respecto a otras creencias y lo fundamental es
desde su enfoque es la racionalidad de las ideas y los planteamientos en
el ámbito religioso. Para Abelardo la religión más racional es la mejor
si se comparan varias. También el materialismo filosófico se
caracteriza por ser crítico, ya que es la reconstrucción continua de
ideas en función de los cambios en las condiciones materiales del
mundo en su más amplio sentido a través de la historia. En relación
con la moral que construye Abelardo puede afirmarse que es una ética
de la intención o del propósito que puede ser calificada de materialista
en un sentido determinado. Porque si se considera que somos seres
sociales, y lo moral es social se deduce que lo intencional tiene también
componentes materiales, que son las normas y costumbres de la
sociedad en la que conviven los seres humanos.

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