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El reino eterno

Por Lisy y Mary Fdez.

Primera escena: (Aparece una joven preocupada, otra joven la visita)

Joven 1: (Se saludan) te noto preocupada en esta mañana ¿Qué te pasa?

Joven 2: Veo que este mundo gira cada día con mayor rapidez los hombres a mareados
vierten conceptos extraños, pelean entre si, se abrazan y vuelen a pelear, no saben que
actitud tomar, todo es un torbellino del cual cada uno trata de salir como mejor puede.

Joven 1: --- Pues no nos alarmemos por las cosas, pues como señalan las escrituras
seguirán empeorando, también debes saber esto en los postreros días vendrán tiempos
peligrosos, pero para nuestra felicidad nuestra profecía no se detiene en esta perspectiva
sombría sino que afirma.

Narrador: Porque en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no
será jamás destruido ni será un reino dejado a otro pueblo. Desmenuzará y consumirá
todos los reinos, pero el permanecerá para siempre.

Joven 1: Muy pronto el gran reloj del tiempo, marcará la hora final de la humanidad. El
clima de la intervención sobrenatural del cielo en los asuntos de este mundo
pecaminoso será la aparición gloriosa del Rey de Reyes y Señor de Señores en su
segunda venida.

Joven 2: Amiga, gracias por tus palabras, es verdad que siempre hay alguien que está
dispuesto a ayudar en momentos de preocupación.

Joven 1: Y será maravilloso cuando por la gracia de Dios veamos a Jesús en las nubes
de gloria, todas nuestras preocupaciones y aflicciones del pasado parecerán
insignificantes. Por eso debemos de vivir en esta tierra de tal modo que agrademos a
Dios para tener el gozo de verle venir en gloria y disfrutar de la nueva Jerusalén que el
está preparando, y fíjate, aunque en esta vida tenemos luchas, preocupaciones, tristezas,
desalientos y muchas cosas desagradables, más allá tenemos un bello hogar, vamos a
cantar el hermoso himno mexicano “Más allá del sol”, ¿te gustaría? Más allá del sol
tiene su historia. ¿La conoces? Pues te diré algo de ella. Nuestros hermanos indígenas
creían en el sol y lo veneraban, pero un día llegó a ellos el conocimiento del verdadero
Dios y conocieron a Cristo como su salvador, y ya no ven más el sol como su Dios sino
que ven a Cristo detrás del sol, preparando un hermoso hogar y por eso felices cantaban
Más allá del sol, yo tengo un hogar, vamos a unirnos a ellos y cantar todos este hermoso
himno, pues ese maravilloso hogar es para nosotros.

Himno 500

Joven 1: Para alcanzar la patria celestial debemos aferrarnos de la mano de Cristo por
medio de la oración y obtendremos la victoria, arrodillémonos para orar.

Oración:

Bienvenida:
Sabes que Jesús te ama, Bienvenidos a mi casa No se alejen de mi casa
Te saluda con amor, Donde mi presencia está Su santa congregación
Y te dice bienvenido Bienvenidos, Bienvenidos Sean fieles consagrados
Pues yo soy tu salvador. El Señor los premiará Den a Cristo el corazón.
Narrador: Escucha joven lo que vio Juan.

Voz de Juan: Yo vi la Santa Ciudad, la nueva Jerusalén que descendía del cielo de Dios,
teniendo la inmensa gloria de Dios y su fulgor era semejante al de una piedra
preciosísima de Jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro alto y grande con 12
puertas y en las puertas 12 ángeles. El material del muro era de jaspe, pero la ciudad era
de oro puro, los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con 12 piedras
preciosas y la ciudad no tenía templo porque el Señor Todopoderoso es el templo de
ella y el cordero, la ciudad no tenía sol ni luna porque la gloria de Dios y el cordero la
iluminaban. También me mostró un río limpio de agua de vida, resplandecientes como
el cristal, que salía del trono de Dios y del cordero y en medio de la ciudad estaba el
árbol de la vida que produce 12 frutos y las hojas del árbol son para sanidad de las
naciones y el me dijo, Juan: “Estas palabras son fieles y verdaderas, he aquí yo vengo
pronto, ¡bienaventurado el que guarda las palabras de esta profecía. Yo soy Juan el que
vio y oyó estas cosas.

Voz: Yo soy el alfa y la omega, el principio y el final, el que venciere heredará todas las
cosas y yo seré su Dios y el será mi hijo.

Joven 1: Allí los redimidos podrán comunicarse libremente con Dios y el amante
creador seguirá dando vida y luz a su creación durante toda la eternidad, ahora es el
momento de preparar nuestras vidas y día a día ir mejorando nuestra relación con Dios,
con nuestros semejantes y con nuestros deberes en la iglesia.

Promoción: Mejoramiento

Joven 1: Mí querida amiga también traigo aquí un presente especial para ti, es un
obsequio que puedes guardar como recuerdo. Con el uso de este regalo tan costoso
puedes adornarte y embellecerte. No me refiero al aspecto físico sino al más importante,
a la belleza de carácter, lo único que llevaremos al cielo. Mira aquí está, acéptalo con
todo amor y con inspiración celestial.

Esmeralda: (Vestida de verde) Soy esmeralda una gema de brillante color, de color
verde de una piedra fina y codiciada, debo mi color al óxido de cromo, soy la más dura
después del diamante. Me encontraba presente en el pectoral del Sumo sacerdote. De mi
color verde te diré que es el color que más sensación de reposo produce, es el color de la
vida, a penas apreciamos lo suficiente de su belleza, este color representa las
bendiciones diarias, por eso en esta mañana agradece a Dios por las muchas bendiciones
y así alcanzaras la felicidad.

Amatista: (Vestida de violeta) Soy la amatista, piedra preciosa de una variedad del
cuarzo cristalizado, transparente, una gran gema de dureza y brillo, de un color violeta a
su lado, yo también estaba en el pectoral y se me menciona en la duodécimo
mandamiento de la santa ciudad. Dios pintó de violeta a unas pequeñas florecitas,
hermosas y delicadas, son ellas las violetas de un tierno perfume, lleno de humildad y
sencillez. Llena tu vida de sencillez y humildad y tendrás un carácter que heredará a
patria celestial.

Topacio: (Vestido de amarillo) Mi nombre es topacio, soy una piedra muy dura de color
amarillo transparente, te diré que produzco efectos especiales. Soy usada
frecuentemente por el gran pintor de la naturaleza, me puso en el cielo crepuscular,
cubrió los campos y las praderas con flores amarillas. Me puso en las flores para que
fuera su centro, soy el color de la abundancia y la verdad, por eso en esta mañana quiero
que llenes tu vida de hermosos frutos de bondad, ellos son sonrisa, amabilidad, cortesía,
respeto, sencillez y amor y muchas más y así tu vida brillará como el topacio.

Perla: (Vestida de blanco) Represento la perla, soy una joya muy codiciable, vivo en las
profundidades del mar entre las conchas de algunos moluscos. Mi cuerpo es duro,
brillante, nacarado y redondo. Cuando Juan vio la revelación de la Santa Ciudad me vio
allí entre las puertas de perlas, te imaginas esas enormes puertas de perlas pero en la
Biblia tengo una comparación aún más hermosa, es que Cristo Jesús es la perla de gran
precio, como vez soy la gema de mayor valor que se presenta ante ti en esta mañana, mi
color representa la pureza y esta te mantendrá siempre hermosa, si la cultivas tu carácter
poseerá una belleza sin igual, mi mayor deseo para ti y para todos en esta mañana es que
sean como la piedra resplandeciente, no importan las circunstancias que te rodean,
debes brillar y resplandecer como la perla. Que Dios os bendiga para que todos
podamos tener el privilegio y el gozo de entrar por las puertas de perlas en la ciudad de
Dios. (Salen)

Himno Especial: Cuanto anhelo llegar al celeste hogar.. (Combinación de poesía y


canto)

Misionero:

Obra Laica:

Directora: Alabemos al quien hizo posible nuestra victoria, a él demos todo honor y
gloria, pues su muerte nos hace acreedores de la vida eterna. Seamos fieles, nuestra
salvación está asegurada. Pasemos al repaso de la lección.

Lección:

Oración Final

¡Pronto Señor!

Pronto Señor, nos veremos


En aquella tierra nueva.

Contadas tienes mis horas


Y los pasos de mis sendas,
Contadas mis pulsaciones
Y las gotas de mis venas
Los soles que han de lucirme
Y las noches que me esperan,
Los inviernos que me aguardan,
Y estíos de primaveras.

¡Tú escrita, Señor, la tienes


Mi jornada postrimera!

Yo se que ya está llegando,


Yo se que la tengo cerca,
Ya las veo, ya las toco
De ti ciudad las fronteras.

Oh vida que se avecina


Vida que será eterna
Pronto Señor nos veremos
En aquella tierra nueva.

Veo en tus manos las llaves


Que abrirán puertas de perlas
Y siempre Señor contigo
En tus moradas eternas,
Sin temores de perderte,
Sin las zozobras terrenas,
Sin aquel ¡ay! En el alma,
Sin nublados ni tinieblas,
Sin los terribles ardores,
De ambición no satisfecha.

No son sueños, no ficciones,


No es ilusión, no es quimera,
Pronto Señor nos veremos,
Y nos veremos de cerca
Y serán tus propiedades
Mi patrimonio y herencia,
Tu gloria será mi gloria,
Tu cielo mi recompensa
¡Pronto Señor, nos veremos
En tus mansiones eternas!

¡Qué casa Señor la tuya!


¡Qué praderas, tus praderas!
¡Que lumbres la de tus soles!
¡Que paz la de tus estrellas!
¡Que manar el de tus fuentes!
¡Que frescor el tus selvas!
¡Qué cantar el de tus aves!
¡Qué bonanza en tus riberas!
Pronto Señor, nos veremos
En aquella tierra nueva.

Fin

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