PALAS ATENEA

Para los antiguos romanos Minerva, es la diosa de la

sabiduría, de la guerra, de la música, del arte de hilar y de las
tormentas. Es hija de Zeus, únicamente de él, y fue extraída
de la cabeza de su padre por Hefesto.

Su carácter es doble, por un lado es Palas, conquistadora,

guerrera, la que lleva a los soldados a la victoria (Atena
victoriosa, Atenea-Niké). Por otro lado es Atenea, pura,
virginal, inteligente. Sus símbolos más conocidos son la
armadura, con casco y escudo que porta la cabeza de la
Medusa (ya que fue Atenea quien ayudó a Perseo a matar a la
Gorgona), el aceite (dado que ella ofreció el olivo a la ciudad
de Atenas, que se convirtió entonces en su ciudad) y “La
lechuza de Minerva” (un mochuelo considerado el animal
de la sabiduría y la filosofía, cuyo pensamiento se desarrolla
incluso en la oscuridad).

Otros adjetivos con los que se rendía culto a Atenea fueron

Polías (la protectora de las ciudades), Sotéira (salvadora),
Glaucópis (diosa de los ojos azules), Parthénos (la virgen)
y Mecanítis (ingeniosa).

De las muchas estatuas que hay de ella, las dos más famosas
de la antigüedad como obras de arte son las del escultor
Fidias. La de oro y marfil estaba en su gran templo en Atenas,
el Partenón (llamado así porque la diosa era virgen). También
tenemos la de bronce, que estaba asimismo en la Acrópolis.

De entre las alusiones más famosas a la lechuza de Minerva

se encuentra la cita del filósofo alemán Hegel, que dijo:
Cuando la filosofía pinta el claroscuro, ya un aspecto de
la vida ha envejecido y en la penumbra no se le puede
rejuvenecer, sino sólo reconocer: la lechuza de Minerva
inicia su vuelo al atardecer. Se suele interpretar en esta cita
que la filosofía llega después de las otras ciencias, para
profundizar en las cuestiones que más interesan al ser
humano.

Actualmente, el euro de Grecia lleva dibujada la lechuza de

Minerva en su dorso.