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Territorios 18-19 / Bogotá 2008, pp.

229-242
ISSN: 0123-8418

La política pública para los cerros


orientales de Bogotá:
Una revisión en perspectiva y comentada*
The public policy for the hills of Bogotá’s cordillera oriental: a
review in perspective and with comments

*
Artículo basado en los resul-
Ivonne Alexandra Bohórquez Alfonso ** tados de la tesis de Maestría en
Planificación del Desarrollo
Regional (CIDER-UNIAN-
DES) “Cerros Orientales en
la oscuridad, su población en
la invisibilidad. Una revisión
Recibido el 20 de septiembre de 2007 crítica de la segregación socioes-
Aprobado el 26 de agosto de 2008 pacial y las políticas públicas”.
Dirigido por Adriana Parias,
2005.

**
Politóloga de la Universidad
Nacional de Colombia. Espe-
cialista y magíster en Plani-
ficación y Administración del
Desarrollo Regional. Consulto-
ra para la Unidad de Fortale-
cimiento Local de la Secretaría
Distrital de Planeación. Tra-
baja en desarrollo territorial
desde la administración pú-
blica y el medio ambiente.
ivonal@mixmial.com, ivonne-
cheese@yahoo.com

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Palabras clave RESUMEN
Cerros Orientales de Bogo-
tá, política pública, enfo- Desde los años setenta diferentes entidades de
ques de política ambiental,
la administración pública han planteado inter-
línea de política, interven-
ciones normativas, territo- venciones sobre el espacio natural denominado
rio producido. Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de
Bogotá, con la intención de preservarlo frente
a las alteraciones de las que venía siendo ob-
jeto históricamente. Sin embargo, todas estas
intervenciones fueron infructuosas debido a
que nunca se integró la visión urbana de este
problema ambiental. Las nuevas propuestas de
política pública, reproducen dicha tendencia,
llevando irrefrenablemente al fracaso de la po-
lítica pública y a perpetuar las tendencias del
mercado inmobiliario.

Key words ABSTRACT


Public Policy, appro-
aches of environmental Since the 70´s different entities of the public
policy, normative line
administration have outlined interventions on
of policy, normative in-
terventions, produced
the natural space compound Reserva Forestal
territory, Eastern hills Protectora Bosque Oriental de Bogotá, with the
of Bogota. intention of preserving it from the alterations
that leave being historically object. However all
these interventions were fruitless because they
never integrate the urban vision of this envi-
ronmental problem. The new policies proposals
reproduce this tendency, taking uncontrollably
to the failure of the policy and to perpetuate the
tendencies of the real estate market.

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Introducción y urbana que se presenta en este espacio, la
efectividad o no de las mismas dependerá
Desde hace algunos años, uno de los deba- del enfoque que se retome para desatar
tes más concurridos desde la academia, la la intervenciones públicas en este territo-
administración pública y los profesionales rio y por supuesto, que se defina cohe-
de la política en Bogotá, ha sido el de los rentemente un modelo de política para
Cerros Orientales. No solamente porque el mismo.
se trata de un problema de política y de
agenda pública sino porque involucra una
multiplicidad de enfoques en búsqueda de La política para los Cerros
su posible solución y toca las fibras más pro-
fundas del problema de la vivienda locali- ¿Existe una política pública para los Cerros
zación en la ciudad; sin embargo pocos se Orientales de Bogotá? Podríamos decir fá-
han dado a la tarea de identificar la relación cilmente que no, pues desde que aparece en
que existe entre las múltiples variables que la agenda de la ciudad, la dualidad entre la
inciden allí. primacía de los elementos naturales y los ur-
Sin tener la pretensión de subsanar dicha banos ha sido resuelta solamente a partir de
falencia, este trabajo resume las conclusio- intervenciones en su mayoría normativas, al
nes obtenidas a partir de la tesis de Maestría parecer desestructuradas entre sí e incluso
en Planificación del Desarrollo Regional, en los últimos años de carácter impositivo
donde se logró ordenar el panorama de las al ser producto de fallos judiciales. Sin em-
intervenciones de política pública sobre los bargo, vale la pena hacer algunas salvedades
Cerros desde una perspectiva que recoge desde el punto de vista conceptual.
los enfoques ambientales y urbanos, el vín- Si entendemos por política pública un pro-
culo entre ambos y la forma como todo ello grama de acción gubernamental que tendría
incide en las dinámicas y organización de por lo menos cinco fases –identificación de
las estructuras normativas y en la misma un problema, formulación de soluciones o
política pública en la ciudad. acciones, toma de decisión, implementación
Este debate se hace relevante en la medi- y evaluación (Meny & Thœnig, 1992)– en
da en que dentro de las temporalidades sentido estricto desde este esquema, ésta
de cambio y reacción ligadas a la Reserva aún no existe para los Cerros Orientales.
Forestal Protectora Bosque Oriental de Si la consideramos como una intervención
Bogotá, se acerca una nueva coyuntura desde el Estado hacia la sociedad, propia
de revisión del tema no solamente por la de sociedades reguladas –industrializadas– y
inminencia de la revisión del POT sino que en su versión más dinámica se expre-
además por su valor político electoral; así, sa como un proceso de mediación social
emergen propuestas con miras a resolver (Muller, 2000), podríamos decir que para
definitivamente la problemática ambiental nuestro caso ha existido una serie de inter- territorios 18-19
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venciones desde diferentes niveles y entida- cusión y arreglo por parte de una diversidad
des de la administración pública. Muchas de de agentes políticos.
ellas solamente se han expresado en normas, Así pues, presentaremos un análisis de po-
que por definición implican un deber ser, lítica pública retomando todo tipo de in-
es decir, lo jurídico como expresión de una tervención explícita sobre el territorio de
imagen deseada de la realidad, construida a los Cerros Orientales, no solamente por los
partir de ella y que pretende transformarla. argumentos expuestos, sino porque todas
Esto no es otra cosa que un referencial de las intervenciones han incidido sobre la for-
política pública. El mismo Muller lo defi- ma como diferentes actores se apropiaron
ne como: “Elaborar una política pública se socialmente del territorio, han sido deter-
reduce a construir una representación, una minantes en tanto las dinámicas de micro-
imagen de la realidad sobre la cual se quiere segregación en la franja urbana de la reserva
intervenir. Es, en referencia a esta imagen forestal, han transformado la realidad por
cognitiva, que los actores van a organizar acción intencional de la administración, y
su percepción del sistema, confrontar solu- nunca han sido inocuas.
ciones y definir sus propuestas de acción:
llamaremos a este conjunto de imágenes ‘el Las raíces del problema
referencial de la política pública’” (2000,
p. 34). Que Bogotá se encuentre en medio de un
¿Importa la forma en que se exprese este escenario natural privilegiado no es en sí
proceso de intervención del Estado? No mismo un problema, sin embargo cuan-
existe univocidad al respecto. Varios auto- do se sobreponen intereses en torno de un
res dejan de lado deliberadamente el debate espacio específico suelen surgir conflictos.
de si basta con la norma para considerar la En los Cerros Orientales están en pugna
existencia o no de una política pública, tal dos posiciones que, sin ser antagónicas
vez precisamente por la imbricada red de por definición, chocan cuando se refieren
complejidades que implica la definición al tratamiento a darle a esta zona; éstas se
de lo que es la realidad social, desde el pun- encuentran expuestas en las intervenciones
to de vista de la organización y acción del de política que revisaremos. Cabe resaltar
Estado y tal vez también, porque en la cul- que todas ellas produjeron efectos en el te-
tura política de varios países, incluido Co- rritorio y sus habitantes… Solamente no se
lombia, el principal –casi el único– referente ajustaron exactamente a los resultados de-
de política pública se encuentra formalmen- seados aun cuando muchos hubieran que-
te escrito o descrito en normas de carácter rido que desde la verticalidad del Estado
positivo. En este caso el sistema político está se adoctrinara una sociedad abarrotada de
diseñado para que la producción normativa necesidades.
cuente con procesos de intermediación, dis- Varios estudios señalan como punto de par-
territorios 18-19 tida de la problemática la Resolución 76 de
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1977 del Ministerio de Agricultura, donde tencia que produce la conservación y final No llegaremos a profun-
se “alinda y declara la Reserva Forestal Pro- alinderación de la reserva para diferentes dizar en lo que significa-
ron, ni el sentido de las
tectora Bosque Oriental de Bogotá”, que si sectores sociales de la ciudad. intervenciones de los años
bien es el lugar formal donde se otorga una La raíz del problema entonces, en tanto cuarenta debido a que las
categoría de protección a los Cerros Orien- a política pública se refiere, está relacio- fuentes secundarias no son
tales, no es la primera acción que la adminis- nada directamente con una sobreproduc- específicas en la ubicación
tración desencadena. De hecho, años atrás ción normativa, constante variabilidad en de los documentos origi-
nales sobre el tema y a que
había surgido el conocido PIDUZOB o las posiciones respecto de los posibles usos tampoco hacen gran refe-
Plan Integral de Desarrollo Urbano de la de la reserva, señales difusas acerca de la rencia a su contenido.
Zona Oriental de Bogotá, donde a través permisibilidad o prohibiciones en este es-
2
de una estructura determinada por progra- pacio, vacíos jurídicos respaldados en la in- Como lo es el de Reserva
mas, subprogramas y sectores, se proponía certidumbre sobre los límites de la reser- Forestal Protectora, que es
solamente una de las va-
una serie de intervenciones de construcción va, inestabilidad de la política e inseguridad rias categorías de protec-
de infraestructura y usos en la zona de la jurídica. En tanto la conservación, siendo ción ambiental en Colom-
reserva. Incluso antes, en los años cuaren- breves: sobre un área que se declara ba- bia definidas en el Código
ta, hubo una serie de intervenciones con jo alguna categoría de protección2 se han Nacional de Recursos Na-
las que se trató de frenar la extracción de venido presentando a lo largo de muchos turales.
materiales –chirca y arena– debido a que se años diferentes situaciones que ponen en
consideraba que esta actividad era incompa- peligro sus valores ambientales y paisajís-
tible con la de la vivienda urbana.1 ticos, buena parte de ellas derivadas de di-
La característica permanente de las inter- námicas urbanas.
venciones que encontramos desde los años Hay varios asuntos en discusión: ¿qué tanto
setenta hasta nuestros días, es que éstas se queda por preservar de esos valores? ¿Cuá-
han representado en procesos de toma de les son las situaciones que van en detrimen-
decisiones unidireccionales por parte de las to del área natural, sus características espe-
autoridades –nacionales, regionales y dis- cíficas y, en esa medida, su impacto? Y por
tritales– que expidieron los lineamientos último ¿cómo frenar el proceso y encontrar
normativos y la general dispersión de las un punto intermedio de manejo teniendo
mismas. Nunca se tomó en cuenta la posi- en cuenta que se trata de una zona de bor-
ción de la población que tenía algún tipo de, de encuentro entre dos mundos? Todo
de interés sobre los Cerros “no solamente lo cual se traduce en lo que debe resolver la
la que se apropia de los terrenos altos de la política pública.
ciudad de manera ‘ilegal’, sino de los mis- Sin embargo, teniendo una larga historia
mos propietarios de grandes extensiones de como la que tienen las intervenciones sobre
tierra de los Cerros” (Bohórquez, 2005, los cerros, la pregunta obvia es, ¿por qué
p. 98) –la única excepción que confirma la el tema no ha concluido y por el contrario
regla es el caso de los denominados Pactos parece enmarañarse más con el paso del
de Bordes– lo que explica a su vez la resis- tiempo? La respuesta obvia sería que no se territorios 18-19
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Los siguientes resultados ha actuado directamente sobre el problema, de intervenciones de política pública a lo
se muestran con base en o se ha hecho parcialmente. Por fortuna largo de los años, de manera secuencial.
la metodología de Diego
Eduardo López Medina so-
la obviedad siempre abre paso al estudio Con base en esta simple presentación pode-
bre líneas jurisprudencia- desde la ciencia. mos observar patrones en momentos his-
les. Aunque en este caso re- tóricos de los Cerros Orientales, donde la
visamos intervenciones de El territorio deseado vs. El territorio implementación de política coincide con
política, la forma de pre- producido referentes urbanos respecto del espacio que
sentar resultados es bastan-
te útil. Seguramente aún
estudiamos. Así, hay períodos de acrecen-
hay mucho por construir y El territorio deseado, expresado en los ob- tamiento de las situaciones que le afectan y
debatir al respecto. jetivos de la política pública, en sus referen- otros de quietud, silencio. Solamente desde
ciales, no se corresponde con el territorio la observación señalamos los años de 1976,
4
Incluimos algunos hitos producido, fundamentalmente porque se 1990 y 2006 como puntos de “inflexión”
relacionados con deman-
das de normas y consultas ha separado el proceso y las consecuencias que precisamente se relacionan en su res-
realizadas a instancias del de la posición valorativa de la acción gu- pectivo orden con la aparición en escena de
poder judicial, no porque se bernamental de las realidades existentes, nuevas apuestas en tanto vivienda localiza-
consideren parte de las in- dinámicas y en reproducción de la socie- ción en Bogotá, relacionadas a su vez con
tervenciones que analiza- dad. A continuación exponemos una breve el rápido crecimiento de la misma; con la
remos, pero sí como marco
de referencia para el lector revisión al respecto a través de lo que he definición del primer ejercicio formal de
sobre la “historia” que ellas denominado la línea de política sobre los ordenamiento físico de la ciudad y; con la
han tenido. Cerros Orientales.3 controversia desatada a raíz de la preserva-
El comportamiento en el tiempo de las in- ción de la reserva mientras crece la presión
tervenciones estatales respecto de los Ce- por su redensificación, que al final produce
rros Orientales, se evidencia en el Tabla 1 uno de los más interesantes contrapunteos
donde simplemente se muestra la aparición entre los entes de control de la ciudad, sus

Tabla 14 Intervenciones de los cerros orientales, 2007:


1972 1974 1976 1977 1978 1981 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1992 1993 1996 1997 1998 2000 2001 2004 2005 2006 2007
Conv. Fallo
PI-
Decr. Acdo. Res. Acdo. Acdo. Decr Decr 12 327 Res. Decr Decr
DU- Decr Decr Acdo. Ley Decr Ley Decr Consult.
Ley Decr 877 53 2337 01 59 484 Ley 9 320 DAMA Trib 463 122 124
ZO 622 1715 38 CAR 99 1791 388 1504 C. Edo.
2811 CAR CAR Distrito CAR Distrito Distrital CAR Adm. MAVDT Distrito Distrito
B
MAVDT C/marca
Fallo
Acdo. Res. 76 Acdo. Res. Acdo. Acdo. Acdo. Decr Conv. 13 Decr Res.
30 Min. 6 2413 31 02 16 619 DAMA- 190 945 Trib. 1141
Inderena Agricul. Distrital CAR Distrital Distrital CAR Distrital CAR Distrital Amd. C/ CAR
marca
Decr Acdo. Acdo. Pacto Res. Fallo trib.
Proyecto
Ley 17 19 de 1582 Adm. C/
POMCO
133 CAR Distrital bordes MAVDT marca
Acdo. Res. Concepto
1043 36 y 37
18 CAR DAMA Sec. Gen.
Fallo
Concepto
2535
29926

territorios 18-19
Consejo
Sec. Gen.
de Estado
Fuente: Producción de la autora

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autoridades ambientales y de planeación, y por lo tanto no separan el entorno natural Es decir independiente-
el poder judicial colombiano. del humano. El punto intermedio sería una mente de los años en que
no se presenta ninguna
Adicionalmente, encontramos que el pro- política en la que se traten de armonizar los intervención.
medio de variabilidad es de casi una inter- aspectos y necesidades ambientales con las
vención por año corriente.5 Este hecho por realidades y necesidades urbanas. 6
Y con el fin de seguir la
sí mismo no es un inconveniente pues la Al responder a la pregunta citada desde la metodología del maestro
política pública puede ser sucesiva y redefi- perspectiva de cada una de las intervencio- Diego Eduardo López
Medina.
nirse de manera dinámica cuantas veces sea nes contenidas en la Tabla 1, obtenemos un
necesario para ajustarse a las necesidades panorama posible de graficar en la forma 7
Incluimos acá inter-
sociales. Sin embargo, ¿dichas oscilaciones de una “línea de política pública sobre los venciones surgidas desde
se mantienen bajo un único lineamiento? Cerros Orientales” que se presenta a con- el plano urbano y menos
No. Cada una tiene un enfoque diferente. tinuación en la Tabla 2. ambiental –por lo general
del Distrito–.
Esto tiene como consecuencia que buena Hay tres elementos derivados de la ante-
parte de las veces no haya coherencia entre rior línea que saltan a la vista: primero, la
ellas e incluso, sean contrarias entre sí. mayoría de intervenciones se ubica en el
Entonces, para poder identificar el enfoque polo de las menos restrictivas en una pro-
al que se inscribe cada una de las interven- porción de 19 a 16; segundo, la relación
ciones señaladas consideramos la pregunta se invierte si sólo se toman en cuenta las
sobre, ¿qué buscan producir en el territorio intervenciones más cercanas a cada polo en
las intervenciones sobre los Cerros Orien- una proporción de 8 más restrictivas a 3 me-
tales? Creemos que solamente al identificar nos restrictivas; tercero, no existe ninguna
un referencial de política, un resultado pre- intervención en el punto medio. Y aunque
tendido en términos territoriales es posible existe una mayor proporción de interven-
inscribir dichas intervenciones en ciertos ciones menos restrictivas, el universo nor-
parámetros que nos den luces sobre la for- mativo ha pasado de un posicionamiento a
ma como se ha abordado esta problemática otro, generando señales confusas sobre las
desde el Estado. En esa medida6 definimos acciones a implementar y sobre todo, es-
dos polos dentro de la posible respuesta: el to ha sucedido en lapsos de tiempo cortos
primero se corresponde con intervenciones entre éstos. Por otra parte, la mayoría de
que privilegian una visión de preservación posiciones dirigidas a los extremos son de
sobre los cerros, es decir que restringen en carácter restrictivo; esto se explica porque
mayor medida los usos del suelo sobre el desde la norma ambiental persiste la aspi-
área de la reserva y por lo mismo la presencia ración de transformar la realidad e incluso
humana en la zona; el segundo, se corres- frenar procesos degenerativos, solamente
ponde con intervenciones que privilegian con la expedición de limitantes impuestos
una visión de conservación sobre los cerros, a través de la ley positiva.
es decir que restringen en menor medida los
usos del suelo sobre el área de la reserva7 y territorios 18-19
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Solamente insertamos el Tabla 2:8 Línea de política sobre los cerros posiciones más o menos radicales y con-
número de la intervención orientales trarias entre ellas de principio a fin. Nótese
por problemas de espacio. ¿Qué buscan producir en el territorio las intervenciones sobre los cerros
Aconsejamos revisar simul- Orientales cómo en un principio, consecuencia de la
táneamente la tabla 1 como
Equilibrio entre lo ambiental y lo urbano declaración de la reserva forestal viene una
Polo X - Polo Y
guía de éste. PIDUZOB sucesiva racha de normatividad asociada
2811/74
877/76
a las restricciones de uso sobre la misma;
30/76 hacia el final cambiamos por completo de
133/76
622/77 extremo a raíz de expedición del POT de
1715/78
76/77
la ciudad, cuando tal vez la evidencia de
53/81 las ocupaciones de hecho sobre la reserva
2337/85
A01/86 obligaron a repensar el esquema restrictivo
484/88
59/87
y a reconocer su existencia y derecho de
9/89 inserción en las dinámicas urbanas. Hacia
6/90
38/90
el medio del cuadro observamos un “aquí
17/90 y allá” del que solamente podríamos decir,
18/90
Intervenciones 320/92
Intervenciones
que privilegian
refleja la inestabilidad de la política rela-
que privilegian 2413/93
una visión sobre
99/93
una visión
sobre los
cionada con este territorio en medio de la
los cerros: mas
cerros: menos
restictivas 1791/96
restictivas indefinición de responsabilidades públicas
31/96
19/96 sobre el mismo.
02/97
388/97
Pero lo más importante de la línea es que
Pactos bordes precisamente confirma el presupuesto ini-
1504/98
16/98 cial con el que comenzamos este texto: so-
619/00
12/01
lamente hay una política que plantea una
13/01 posición integral entre lo ambiental y lo
POMCO
190/04 urbano. A excepción de lo que trató de dar
463/05
1582/05
vida a los Pactos de Bordes, todas tienden
1043/05 a privilegiar uno u otro punto de vista, ge-
122/06
1141/06
nerando desequilibrios en la posibilidad de
124/07 acción del Estado, cuyos efectos son trans-
Fuente: producción de la autora, 2007 mitidos directamente hacia la sociedad.
Pero, ¿cómo los diferentes enfoques de las
Ahora bien, los hitos que acompañaron la intervenciones sobre los Cerros Orientales
producción de política en diferentes pun- inciden sobre la realidad social? Comence-
tos del tiempo –1976, 1990 y 2006– no mos a explicar la historia relacionada con
son tan claros cuando de enfoques de in- estos parámetros epistemológicos.
tervención sobre la reserva se trata. Por el Cuando en los años cuarenta se ordena de-
contrario la aparente estabilidad de los años tener las actividades productivas –canteras y
territorios 18-19 setenta y el nuevo siglo se da en medio de chircales– los terrenos “improductivos” se
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usan para la construcción de vivienda po- área colindante con dicha vía y, paulatina- Como sucedía en sectores
pular como en el caso de Bosque Calderón mente en los sectores “colonizados”. de Chapinero Alto y Ro-
sales.
y los barrios aledaños a la localidad de Cha- Pocos años después, observamos una su-
pinero; algunos de estos asentamientos van cesión de intervenciones de carácter res- 10
Sobre todo para las enti-
a estar presentes dentro de la Reserva una trictivo sobre el territorio por un período dades en las que fue delega-
vez se produce su declaratoria y otros han de aproximadamente diez años. Comienza da la vigilancia y control,
comenzado el camino de su inserción den- con la declaratoria de la reserva y se extien- en general la operatividad
de la reserva.
tro de este espacio natural como producto de en diferentes versiones de su reglamen-
de la explosión en la densidad poblacional tación o acomodación dentro del panorama 11
Entiéndase principal-
para Bogotá. El resultado en este momento normativo de la época.10 El efecto –dadas mente como establecimien-
es que, debido a la ocupación por población sus amplias restricciones sobre uso del sue- to de cotas para la provi-
de bajos ingresos, estos suelos se desvalori- lo– fue el de asimilar el referencial de estas sión de servicios públicos
como el de acueducto y al-
zan y por lo mismo no entran en las dinámi- políticas públicas con antivalores del desa- cantarillado y, procesos de
cas del mercado formal de la ciudad. rrollo, en donde la presencia de lo natural legalización.
De esta forma, cuando entra el PIDUZOB frente a lo humano era una amenaza para la
12
en los años setenta, es relativamente fácil calidad de vida y la presencia de lo humano Hacia la mitad de la-
proponer un plan de largo aliento con un en lo natural lo era en torno de la calidad Tabla 2.
fuerte esfuerzo de inversión estatal dado que ambiental; pero sobre todo, aunque la po-
la compra de terrenos no concentra la mayor blación que residía en los Cerros Orientales
parte de los recursos. El PIDUZOB atiende era conciente de su importancia ambien-
en buena medida la necesidad de hacer uso tal, no logró posicionarse favorablemente
de zonas pericentrales que ya venían sien- frente a una norma que desconocía los sis-
do objeto de presión para su densificación,9 temas de alteridad existentes previamente
pero que sin dotación de ciertas calidades y (Bohórquez, 2005). El resultado: la indi-
servicios urbanísticos serían de difícil acceso. ferencia hacia estos sectores. Sin embargo,
Aunque este plan no se implementó ente- limitante como era la apuesta de política,
ramente, se materializó una de sus princi- consiguió desacelerar ciertos procesos de
pales acciones: la avenida circunvalar como construcción desde el mercado formal –al-
vía de rápida conexión entre el norte y el tos ingresos– mientras que los demás –bajos
sur –aunque solamente llegó al centro– y ingresos– comprenden que la Reserva les
que se convierte en la puerta de entrada impone limitantes adicionales en la lógica
a lo que años después sería un acelerado de la formalidad.11
proceso de crecimiento urbano en el bor- Ya para los años ochenta12 se observa un
de oriental de la ciudad; una vez suplidas referencial casi contradictorio con los an-
las barreras de la infraestructura de acceso, teriores y que da inicio a la segunda gran
ahora es atraída una buena proporción de etapa de la política pública relacionada con
población de altos ingresos y por conse- los cerros de Bogotá. Aparece la figura de la
cuencia, los precios del suelo suben en el sustracción de la Reserva y con ella la iden- territorios 18-19
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13
En este período aparecen tificación de que todas las limitantes que tendencia se mantiene hasta hoy, pero con con-
por ejemplo barrios como surgen en el marco de la declaratoria de la notaciones bien diferentes e incluso paradójicas
Buenavista, Los Laureles (Bohórquez, 2005: 96).
Sur Oriental, Montearro-
reserva forestal, se pueden resolver estando
yo y Bosques Los Rosales. “por fuera” de la misma. Por otra parte se
Otros se redensifican como genera un incentivo desde la administra- Para la segunda mitad de los años noventa
El Cerrito. ción pública que moviliza una fuerte ola hasta 2005 se plantea la necesidad de ade-
14
del mercado inmobiliario hacia los cerros lantar un Plan de Ordenamiento y Manejo
Cuando comienza la ter-
bajo la premisa que quedaba en el aire: la de los Cerros Orientales –POMCO– que
cera gran etapa de análisis
de nuestra línea de políti- probabilidad de ocurrencia de expedición incida en las múltiples realidades y nece-
ca. de un acto como éste era alta. La situación sidades tanto urbanas como ambientales.
es aprovechada en sectores de altos y bajos No obstante, las intervenciones diseñadas
15
Tal y como venían, signi- ingresos por todo tipo de promotores de se alejan de dicho punto. La razón: persis-
ficaron la paulatina ocupa-
vivienda.13 te una indefinición sobre competencias de
ción de los terrenos de los ce-
rros orientales por parte de Esta tendencia es reforzada gracias a que entidades “dolientes” y sobre la delimita-
diferentes sectores y su ma- la normatividad distrital de principios de ción de la Reserva. Esto propició que en la
yor valoración en el marco los años noventa14 tiene el mismo corte: se práctica toda la administración pública rela-
de la vivienda localización incluyen franjas de transición e incorpora- cionada con el tema asumiera una pasmosa
y de la calidad de vida aso-
ciones urbanas. Como señalamos antes, es quietud acerca de las acciones concretas a
ciada al goce de un sano
ambiente del entorno. en este punto en el que gracias a la línea de desarrollar en este territorio. Una quietud
política se demuestra el paso de extremos en que para los promotores de vivienda signi-
16
Secretaría Distrital de el enfoque y, tal y como venimos reseñando, fica incertidumbre, y ésta a su vez se tradu-
Planeación y Secretaría Dis- jo en redefinición o afianzamiento de con-
en la realidad producida gracias a ellos.
trital de Ambiente, bajo la
venciones urbanas.15 Esto efectivamente fue
atenta y recién descubierta
mirada de la Contraloría … Nos muestra claramente la doble condición aprovechado para desencadenar un rápido
de Bogotá. que existe para la configuración de la ciudad: ope- proceso de alza en los precios del suelo y
ran lógicas y estrategias diferentes para los sectores un inesperado aumento en la demanda
17
Ministerio de Ambiente, y oferta de vivienda en los Cerros Orien-
sociales que se apropian del espacio. De un lado los
Vivienda y Desarrollo Te-
rritorial. productores privados capitalistas cuyo principal tales. Entre tanto los “dolientes” no ejer-
interés es la especulación con las rentas de segre- cieron ningún tipo de control, vigilancia o
18
Corporación Autónoma gación producidas para la diferenciación social de incluso propuesta para frenar el proceso.
Regional de Cundinamar- las clases de altos ingresos; de otro lado, los pro- Desde 2005 el distrito,16 la nación17 y la
ca. región18 a través de intervenciones indepen-
ductores en la autoconstrucción que se motivan
por efectos de oportunidades y acceso a la ciudad dientes, mejor, indiferentes unas respecto
en función de la capacidad de pago que tienen de las otras –incluso cuando son conside-
dentro del mercado… Hemos visto pues, cómo radas y señaladas como antecedente– han
las políticas producidas para entonces, guarda- procurado dar orden a lo que se espera pue-
da ser una política pública para este territo-
territorios 18-19 ban una profunda relación con la generación de
hechos urbanos en los Cerros Orientales. Esta rio. Su aparición no es fortuita, un fallo del
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tribunal administrativo de Cundinamarca Manejo Ambiental de la Zona de Reserva Años atrás se había inte-
ordenó que se pusiera coto al período de ol- Forestal Protectora Bosque Oriental de Bo- rrumpido su concertación
con el Distrito Capital; éste
vido y se ejecutaran las acciones definitivas y gotá definitivo19 y que contiene determi- sería un plan expedido por
necesarias para establecer un equilibrio en la nantes acerca del uso futuro de la Reserva una entidad, pero modifi-
zona. Este atisbe, por el contrario, no se ha con base en cálculos que atienden única- cando lo relacionado con la
comenzado a implementar en ningún caso, mente a los factores ambientales;20 o el del competencia de las otras.
situación que es nuevamente aprovechada Distrito que se quiere ocupar de lo físico 20
Si bien no desconoce las
por el mercado… sin articular las problemáticas humanas y realidades existentes, dele-
ambientales existentes, posiblemente ten- ga el cumplimiento de va-
gamos un problema de política pública que rios asuntos relacionados
El futuro de política pública en los persista otros treinta años. con aspectos urbanos al
Cerros Orientales Mientras tanto, el Distrito se encuentra Distrito siempre y cuando
se ciña lo que la CAR ex-
diseñando una intervención que se ocupa puso en el Plan. Entonces,
Aun cuando las tendencias puedan caer de de un único problema que vuelve a lo bá- ¿qué pasa con la política
manera inesperada en ciertos puntos de la sico, al presupuesto inicial que da inicio a urbana de la ciudad, su
historia universal, consideramos que si –co- la discusión desde la política y que afecta la autonomía y con la capaci-
mo fue señalado– durante los tres últimos realidad social de los habitantes de los Ce- dad institucional de hacer
todos los ajustes necesarios
años las intervenciones se han planteado rros Orientales: si la Reserva se afecta por- en ella, no solamente en
de manera independiente y descoordinada, que las realidades urbanas, asentamientos términos de formulación,
en lo subsiguiente, a menos que se haga en los Cerros no se han podido controlar, sino de implementación de
un esfuerzo importante sobre este tema, el delimitemos el borde urbano, cerremos la la política pública?
panorama seguirá y se mantendrá. frontera de expansión de la ciudad; cons-
La falta de consenso nos hace preguntar, ¿es truyamos un parque lineal, un corredor a
irreconciliable la defensa del medio ambien- lo largo de la franja de transición que en
te con los problemas y las políticas urbanas? ciertos tramos coincida con el trazado del
Así como los humedales de la ciudad ter- límite de la Reserva.
minan por ser construidos y el río Bogotá Los principales postulados de la idea se ba-
debe ser puesto en cuidados intensivos, ¿el san en dotar de un escenario monumental
futuro de los Cerros Orientales dependerá a los Cerros Orientales, completamente co-
de su rareza dentro del espacio urbano? ¿De nectado con la ciudad y en armonía con la
la evocación de ancianos sobre las épocas en imagen de ciudad, es decir espacios amables
que se podían ver venados y armadillos? de convivencia. Aparentemente una pro-
Si para encontrar el punto intermedio de- puesta como ésta integra ambos polos del
bemos pasar por el cedazo de un Ministerio problema. Pero al observar todas sus va-
del Medio Ambiente que propone limar as- riables, se identifica incluso mejor con el
perezas solamente mediante la asignación polo X. Todo gira en torno a cómo dejar
de competencias respecto del área de re- intocado lo intocable. Un sendero blando,
serva; el de la CAR que expide un Plan de con todas las adecuaciones necesarias que territorios 18-19
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se integren con el entorno, interconexiones Así pues, el futuro de la política cuenta con
por cable, campañas masivas de apropiación menores problemas político administrativos
de los Cerros. El Distrito quiere reinau- hoy en día que hace diez años, y con ma-
gurar –por no decir reinventar– el mayor yores dificultades desde el punto de vista
referente paisajístico de la ciudad y uno ético y técnico.
de los más importantes como patrimonio Nuevamente se favorece la incertidumbre
cultural. Alguien comentaba que sería algo que genera expectativa, una expectativa que
así como la segunda construcción huma- para los estudiosos de la ciudad se traduce
na visible desde el espacio… después de la en el cómo estas políticas incidirán en la
muralla china. conformación de usos del suelo urbano –y
Con todo y esto el problema es precisamen- sus consecuencias– para el borde oriental de
te que la propuesta nunca hace referencia a la ciudad: para los promotores de vivienda,
todo lo que quedará por fuera de la franja una expectativa clara que se traduce en el
de transición, lo que se debe armonizar con manejo del mercado del suelo urbano y,
ella y aquello que quedará antes de ella, obviamente en sus precios.
es decir el problema es lo que ignora. En
este sentido no solamente desconoce los
lineamientos dispuestos por la Resolución Del punto medio o líneas de acción
1141/06 de la CAR, sino que además de-
ja abierto el “piquete” a quienes de hecho Mayores conclusiones que la necesidad de
han disfrutado de todos los beneficios de reiterar que la técnica no puede olvidar su
la zona en mención. responsabilidad ética frente a la sociedad;
Esto además se hace de manera intencional: que lo electoral es importante en el marco
nunca se menciona la forma como se armo- de las decisiones sobre los beneficiarios pero
nizará la norma de las UPZ, las densidades no debería caer el facilismo so pena de caer
permitidas en alrededores de la zona, la for- en la demagogia; y, que desde la creación
ma como se dará acceso –conectividad– al moderna de la ficción del Estado la sociedad
resto de la ciudad, a quienes no vivimos allí; se desarrolla a su ritmo mientras la admi-
lo único relevante para el distrito desde este nistración incentiva o retrae sus dinámicas
momento es que el problema de los Cerros y en esa medida, todo lo que se haga por
tenga un punto final, independientemente parte de las autoridades estatales sobre al-
de cuál sea éste. Como si el resultado social gún asunto humano tendrá una inmensa
de la política pública, que ha sido tajante- repercusión en la forma como se construye
mente evidente para este caso, no fuera de el futuro. No vale la pena señalar pues el
ninguna importancia, es decir que, así se lo- lector en este punto tiene claro el panorama
gre establecer una intervención para la zo- de lo que ha significado la política pública
na, las problemáticas a resolver persistan. para la Reserva Forestal Protectora Bosque
territorios 18-19 Oriental de Bogotá.
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Por lo demás, debemos considerar que en de un mercado inmobiliario en el que sec-
tanto las líneas de acción hacia el futuro el tores de altos ingresos generan dinámicas
camino es largo y pedregoso. Por lo que de microsegregación sobre los de bajos in-
hemos expuesto a lo largo de esta revisión, gresos, para que la zona de los Cerros pueda
existe una clara necesidad de aplicar meca- ser edificada y aprovechada por unos pocos.
nismos de gestión del suelo que integren Pero sobre todo, no prevalece el descono-
los diferentes enfoques relacionados con los cimiento de quien está “dentro o fuera”
problemas de la ciudad y los espacios pro- de una línea; no se identifica a unos como
tegidos colindantes o incluidos en ella. Si responsables de la pérdida de valores am-
algunos instrumentos desarrollados desde bientales y a otros como salvadores; no divi-
la gestión del suelo urbano encontraran sí- dimos lo que significa la ciudad en función
miles en la gestión ambiental, éstos podrían de quienes quedan excluidos de ella. Por
tener un umbral de efectividad mayor que el contrario integramos a la ciudad a quie-
las actuales restricciones que determinan la nes fueron ignorados por cuenta de la ino-
línea de política, que el cobro de multas, la fi- perancia deliberada de la administración.
jación de tasas por uso o las expropiaciones Fundamentalmente, el punto medio de la
como única salida de conservación. política pública debe reconocer los factores
Pero incluso, si no es posible desarrollar fi- urbanos que han determinado a lo largo
guras en este sentido, por lo menos se debe de historia el proceso de poblamiento de
pensar a ciencia cierta qué se quiere con el los Cerros Orientales con el fin de que no
territorio de los cerros, no solamente con se reproduzcan las tendencias que hemos
lo que puede llegar a ser sino con todo lo expuesto en este breve artículo.
existente y, esto implica obligatoriamente
pensar en las situaciones de hecho consti-
tuidas sobre ellos y que presentan diferentes Bibliografía
características. Pensar además en cómo fre-
nar las dinámicas que han sido promovidas Aristizábal, J. 2001. Narrativas jurispru-
por tanto tiempo gracias a la indiferencia de denciales. Diego Eduardo López Medina.
las autoridades públicas y con ello integrar El derecho de los jueces. Consultado en
a quienes finalmente recibirán el peso de la junio 1 de 2007, en http://www.icesi.
ejecución de estas decisiones. edu.co/esn/contenido/pdfs/notasa-
El punto medio no tiene mayor aspiración narrativas.pdf.
que la de poder hacer una distribución Bohórquez, I. 2005. “Cerros Orientales en
equitativa de los derechos colectivos pre- la oscuridad, su población en la invisibi-
sentes en los Cerros. No prevalecen para lidad. Una revisión crítica de la segrega-
quienes viven en ellos sobre quienes valo- ción socioespacial y las políticas públicas”.
ramos este espacio desde otros sectores de Tesis de grado, Maestría en Planificación
la ciudad; tampoco prevalece el criterio y Administración del Desarrollo Regio- territorios 18-19
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nal. Bogotá, Universidad de los Andes, Muller, P. 2000. Les politiques publiques
CIDER. cuarta edición, (J.F. Jolly & C. Salazar,
Meny, I. & Thœnig, J.C. 1992. Politiques Trads.) Bogotá, Pontificia Universidad
publiques (S. Del Carril, Trad.), Barce- Javeriana. (Escrito original publicado en
lona, Editorial Ariel. (Escrito original junio de 2000).
publicado en 1989).

territorios 18-19
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