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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
CENTRALES ROMULO GALLEGOS
ÁREA DE POST GRADO
ESPECIALIZACION EN CIENCIA PENALES Y CRIMINOLÓGICAS

FACTORES ASOCIADOS A LA INDEFENSIÓN APRENDIDA EN MUJERES


VÍCTIMAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Autora: Abg. Aura Zambrano

San Juan de los Morros, Enero 2020


DEDICATORIA

ii
INDICE

Dedicatoria………………………………………………………………………………. ii
ÍNDICE GENERAL…………………………………………………………………… iii

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………….......... 1

CAPÍTULOS
I EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema……………………………………………………... 3
Objetivos de la Investigación…………………………………………………….. 8
Objetivo General……………………………………………………………….. 8
Objetivos Específicos………………………………………………………….. 9
Justificación de la Investigación…………………………………………………. 9
Alcance de la investigación………………………………………………………. 11

II MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la Investigación…………………………….………………. 12
Bases Teóricas………………………………………………….…………….. 15
Indefensión aprendida………………………..……………………………….... 15
Fases de la indefensión aprendida …………………………………………….. 16
Teoría de la indefensión aprendida de Seligman………………………………. 17
Factores asociados a la indefensión aprendida ………………………………… 18
Violencia……………………………………………………………………….. 21
Violencia intrafamiliar………………………………………………………… 22
Manifestaciones frecuentes de violencia intrafamiliar………………………… 22
Características de una mujer víctima de Violencia Intrafamiliar……………… 24
Características sociodemográficas de las mujeres víctimas de la violencia
intrafamiliar………………………………………………………………………….. 24
Perspectiva de la violencia intrafamiliar………………………………….. 27
Efectos de la violencia intrafamiliar………………………………………… 27
La violencia intrafamiliar y la desesperanza aprendida………………………... 28
Bases Legales…………………………………………………………………... 30

iii
III RUTA EPISTEMOLOGICA
Tipo de Investigación……………………………………………………………... 39
Diseño de la Investigación………………………………………………………. 39

IV CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones…………………………………………………………………… 41
Recomendaciones………………………………………………………….….. 44

REFERENCIAS……………………………………………………………………… 46

iv
INTRODUCCIÓN

En la Proclama sobre Derechos Humanos y Cultura de Paz, avalada por la


Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco, 2017), se encuentran los
principios para el fortalecimiento de la convivencia y la pacificación de los pueblos
reconociendo a la familia como la célula fundamental de la sociedad. Dentro de las
definiciones y aplicaciones se encuentran la intención del fomento y uso de valores para el
comportamiento individual y colectivo de la humanidad.
De allí que, el marco legal y jurídico de Venezuela se adecúa a las exigencias y
prioridades de inclusión, integración, protección y la socialización de las relaciones
individuales, familiares y colectivas del pueblo venezolano. Observándose en la sociedad
actual y la familia específicamente, sumergida en la pérdida de valores, el comportamiento
desintegrador de sus principales miembros y el fomento del anti valor, condiciones que
permiten la generación de violencia intrafamiliar, la cual, en consideración a sus dimensiones
se ha convertido en un flagelo social.
Razones por lo que las instituciones y demás disciplinas de justicia social se
encaminan a promover de una u otra forma el reforzamiento de los valores familiares donde
prive el respeto, la confidencialidad, la atención adecuada y el debilitamiento de los
sentimientos de estigma y de culpa.
Dentro de ese contexto, la función social del Derecho busca proporcionar la
información adecuada e implantar medidas preventivas contra la violencia intrafamiliar, con
la finalidad de disminuir la incidencia de este tipo de delito en Venezuela, haciendo uso de los
recursos provenientes de otras disciplinas como la educación, psicología, salud, sociología,
criminología entre otras ciencias sociales, en la intención de ajustar los ordenamientos
legislativos, previniendo y condenando los actos violentos acaecidos dentro del seno familiar.
Así, el Derecho vincula la protección de los miembros de la familia con el propósito de
proveer la garantía jurídica hacia una mejor convivencia, en razón de ser la principal
disciplina social proveedora de justicia y dentro de su rol social, puede diseñar e implantar
medidas preventivas contra las acciones violentas en la familia consideradas hechos punibles,
sustentando, adecuando o ejecutando el ordenamiento jurídicos y el alcance de los mismos,
así como considerar la información colectiva sobre la materia, toda vez, que es observable que

1
ni la víctima ni el victimario conoce sus derechos propios judiciales y procesales frente al
hecho de violencia intrafamiliar ventilado a nivel judicial.
Asimismo, la sociedad no reconoce e internaliza los ordenamientos jurídicos
establecidos para la prevención de este delito. En esta dirección, se presenta este proyecto de
investigación, el cual tiene como objetivo analizar los factores asociados a la indefensión
aprendida en mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, con la finalidad de analizar la
incidencia de este tipo de delito. Enmarcada a nivel de estudio analítico descriptivo, el cual
consiste en la caracterización de un hecho, fenómeno, individuo o grupo, con el fin de
establecer su estructura o comportamiento.
Por lo que se describirán en este estudio las dimensiones teóricas o conceptuales,
institucionales y normativas legales que determinan la orientación que predomina en la
jurisprudencia venezolana conexa a la prevención del delito contra la persona y la familia, en
relación con la realidad de la violencia intrafamiliar, desde un espacio local, proyectado hacía
el ámbito nacional venezolano, se recogerán criterios de opinión relacionados con las causas,
efectos, tipos y formas manifiestas de violencia, en el seno de la familia, a los fines de obtener
el análisis y resultados favorables conducentes a establecer medidas preventivas, analizadas
metodológicamente, en la visión de contribuir a la erradicación del mencionado flagelo social.
Desde el punto de vista estructural, para abordar este propósito, el presente trabajo
investigativo se estructura en base a cuatro capítulos:
Capítulo I, se presenta el problema donde se especifican los criterios contextuales, e
identifican sus causales, consecuencias y alcances asociados al ordenamiento jurídico
venezolano, estableciendo el propósito, los objetivos y la justificación de la investigación.
Capítulo II: en este aparte se reflejaron los estudios previos y el contenido documental
que avala el contexto conceptual y tecnológico del tema y las bases legales que refieren el
contenido jurídico del estudio.
Capítulo III: se indica la ruta epistemológica, sección que da a conocer el tipo, diseño y
nivel de la investigación.
Capítulo IV se describen las conclusiones y recomendaciones en atención a los objetivos
planteados y la posición de la investigadora. Finalmente se presentan las referencias
consultadas.

2
CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema

Las mujeres representan más del 51% de la población mundial y, a pesar de los muchos
acuerdos internacionales y diferentes ordenamientos jurídicos que reafirman sus derechos
humanos y reiteran su igualdad, aún persisten grandes vacíos y periódicamente surgen nuevas
manifestaciones de discriminación en su contra.
En la actualidad se puede evidenciar que la violencia hacia la mujer está siendo cada vez
más frecuente y este es un problema que afecta en la vida de las personas. Además se da de
muchas formas, ya sea de manera física, sexual o psicológica, la cual va afectando a las
mujeres desde su nacimiento hasta la edad adulta. Asimismo, las mujeres víctimas de
violencia ven disminuida su capacidad de afrontamiento ante situaciones aversivas, así como
también su autoestima y liderazgo. Es así como la violencia a la mujer también repercute a las
familias y comunidades, ya que se va dando de generación en generación y refuerza otros
tipos de violencia, la cual va prevaleciendo en la sociedad.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas Naciones Unidas
(2013) la ha definido en el artículo 1º de la Declaración para la eliminación de la violencia
contra la mujer de la siguiente manera:
Artículo 1: A los efectos de la presente Declaración, por “violencia contra la
mujer” se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo
femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la vida privada.

De esta manera, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2018, indica que
la violencia contra la mujer, especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual
constituyen un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de
las mujeres. Una reciente nota descriptiva de la Organización Mundial de la Salud en el mes
de setiembre del 2018, menciona que las cifras recientes de la prevalencia mundial indican
que alrededor de una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o

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sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. En la mayoría
de estos hechos de violencia ejercidas por la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (30%) de
las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de
violencia física y/o sexual por parte de su pareja. Y un 38% de los asesinatos de mujeres que
se producen en el mundo son cometidos por su pareja.
De igual manera, un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU-2018)
revela que América Latina y el Caribe son las regiones del mundo con mayores índices de
violencia contra la mujer. La ONU asegura que los niveles de violencia que enfrentan estas
regiones son inaceptables ya que ‘’presenta la tasa mayor de violencia sexual fuera de la
pareja del mundo y la segunda tasa mayor de violencia por parte de pareja o expareja’’.
Así mismo, la ONU (2018) reconoce que la violencia ejercida contra las mujeres es un
obstáculo para lograr los objetivos de igualdad, desarrollo integral y paz que viola y
menoscaba el disfrute de los derechos humanos las libertades fundamentales de la mitad de la
humanidad. Además la define ampliamente como una manifestación de las relaciones de
poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres.
En relación a esto, en los últimos 25 años muchos países han construido e implementado
planes de igualdad, siempre bajo la tutela de los mecanismos para el adelanto de las mujeres
de cada país, lo que da cuenta del lugar que ha ido ganando la institucionalidad de género y
cómo la meta de igualdad entre hombres y mujeres se ha ido consolidando como una causa
compartida.
En función de ello, en el marco de la Conferencia Estadística de las Américas, el
indicador de violencia contra la mujer ha sido incorporado en el conjunto de indicadores
priorizados por el Grupo de Coordinación Estadística para la Agenda 2020, lo que insta a los
países a mejorar los registros administrativos y su indicador nacional.
Siendo necesario hacer mención, que entre los aportes relevantes de los planes de
igualdad, puede mencionarse el papel central en el fortalecimiento de la institucionalización y
la transversalización de género. Los planes de igualdad de género elaborados por los
gobiernos muestran cómo los Estados proyectan superar los nudos críticos de la
discriminación de género y de la autonomía de las mujeres en todas las áreas de desarrollo, en
concordancia con los compromisos internacionales.

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Por su parte, Londoño y Guerrero (2000) y Heinemann and Verner (2006), muestran
que la violencia contra la mujer es una de las más dominantes en América Latina. Además, en
los últimos años, la sociedad civil en estos países ha mostrado su preocupación y rechazo a
este tipo de violencia, por ejemplo, a través de las marchas en Argentina, Chile, México, Perú
y Uruguay bajo el lema de Ni Una Menos. Se debe entonces investigar cuáles son los
principales determinantes de la violencia contra la mujer en América Latina y cómo se pueden
diseñar políticas públicas efectivas que reduzcan su incidencia.
Dentro de esta perspectiva, Londoño y Guerrero (2000) y Heinemann and Verner
(2006), muestran que sólo 40% de las mujeres que han sufrido violencia por parte de sus
parejas han hablado sobre ello con alguien y que el 7% ha hecho un reporte formal (ej., en la
policía, juzgado o centro de salud). Mostrando que hay diferencias regionales importantes en
estas estadísticas. Por ejemplo, en América Latina, 33% de las mujeres en situación de
violencia han hablado con alguien, pero sólo 14% han hecho un reporte formal. Como
muestran estos autores, la decisión de reportar no es aleatoria y hay factores socioeconómicos
que predicen la probabilidad de reporte. Por esto, los reportes policiales en las regiones de
escasos recursos son insuficientes y sesgados.
El hecho más notable, es lo desbalanceado que es el registro de datos, sólo Costa Rica y
Honduras consignan datos todos los años. En Bolivia sólo hay datos para el 2015 mientras que
en Argentina y Ecuador los hay desde el 2014. De esta manera es muy difícil hacer
comparaciones de tendencias para América Latina en base a los datos administrativos.
Venezuela no escapa de ello, la situación ha escalado a cifras alarmantes. Datos de la
Naciones Unidas indican que mientras la media mundial de casos es de 3 por cada 10 mujeres,
en el país la proporción está 10% por encima.
En tal sentido, la Asamblea Nacional diseñó y sancionó en el 2014, la Ley sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LDMVLV), y el Ministerio de
Asuntos para la Mujer a través del Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER), con el
propósito explícito de unir esfuerzos para definir, ejecutar, dirigir, coordinar, supervisar y
evaluar las políticas que protejan los derechos de la mujeres víctimas de violencia. La entrada
en vigencia de la LDMVLV como reguladora de este complejo problema social, en el área
doméstica mayormente, llenó de esperanza a las víctimas.

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Sin embargo, la experiencia ha demostrado que esta Ley por sí sola es letra muerta, ya
que la deuda del Estado no es en materia legislativa, sino en la aplicabilidad de la norma ante
la falta de ejecución de políticas públicas que vayan orientadas a detener realmente la
violencia contra la mujer. Por otra parte, es indispensable señalar que si bien este delito se
tipificó en 2014, la violencia de género aún permanece oculta entre las cifras de violencia
criminal, ya sea en la cobertura de sucesos por los medios de comunicación e incluso en las
propias estadísticas del Ministerio Público.
Se calcula que el 40% de las mujeres venezolanas han sido, son o serán víctimas de
algún tipo de violencia, es decir, 4 de cada 10. Dicha proporción surge de las estadísticas
presentadas por diversas organizaciones de la sociedad civil ante el incumplimiento de las
instituciones gubernamentales en ofrecer acceso a la data oficial. Estos registros señalan que
para el año 2016 murieron 169 mujeres víctimas de la violencia de género en Venezuela y que
para 2017 hubo 409 muertes. Los datos arrojan que el 25% de las mujeres asesinadas por
violencia de género eran jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 25 años de edad,
seguidas por jóvenes entre 26 y 35 años de edad con el 23% y con 21% las mujeres con
edades comprendidas entre los 36 y 45 años.
En lo que va del año 2019 se determina que las cifras de violencia contra la mujer, no
han disminuido, sino que lucen similares a las del pasado 2018. En los 10 primeros meses de
2018 fueron asesinadas 375 mujeres en Venezuela. Entre los móviles conocidos destacan el de
violencia de género con 17.6%, seguido de robo con 14.4 %, venganza 11.73 % y
arrollamiento 10.67 %.
Sin embargo, el Estado venezolano no puede mostrarse indiferente a la violencia
ejercida contra la mujer, ya que este mal conservado por años constituye uno de los delitos
más flagrantes a derechos humanos fundamentales de las mujeres como la libertad, la
igualdad, la seguridad, la no discriminación, y el primer bien jurídico protegido por nuestra
constitución como lo es la vida.
Uno de los factores más asociados a la violencia conyugal son las actitudes de
aceptación de la violencia (Organización Mundial de la Salud, 2016), y entre estas actitudes se
encuentra la indefensión aprendida según Seligman citado por Meléndez (2017), “es una
condición interna que se da normalmente cuando la persona siente o piensa que no puede
controlar las situaciones aversivas o no puede cambiarlas” (p.45).

6
Al respecto, el término indefensión aprendida hace referencia al estado psicológico que
puede producirse cuando el individuo no puede controlar ni predecir los acontecimientos que
configuran su vida; y como consecuencia del cual se originan una serie de perturbaciones
motivacionales, cognitivas y emocionales que afectan a todo su comportamiento; es decir a la
falta de empowerment entendido en su dimensión individual.
Por lo tanto, la desventaja para acceder a los recursos económicos y culturales
disponibles en la sociedad puede producir indefensión, ya que en esas condiciones resulta más
difícil controlar y predecir el ambiente; provocando apatía, indiferencia, derrotismo y
depresión. La indefensión aprendida puede ser conceptualizada, en este sentido, como uno de
los más importantes mediadores psicológicos que conduce a la perpetuación de la desigualdad
de oportunidades (entre hombres y mujeres, ricos y pobres.); y su superación como una de las
principales condiciones para avanzar en la construcción de una sociedad más justa.
En tal sentido, la indefensión aprendida es considerada como un tipo de comportamiento
que aparece cuando una persona es incapaz de reaccionar frente a situaciones dolorosas. Esta
persona empieza a creer que no tiene ningún control sobre una situación que le está causando
un daño físico o psicológico y se inhibe mostrando pasividad para modificar las cosas, se ha
demostrado que en los seres humanos cuando han estado expuestos a castigos o molestias,
que parecen aleatorios e inevitables.
En consecuencia, la indefensión aprendida puede llevar a una persona a creer
falsamente, que son más débiles de lo que realmente son, ocasionando muchas veces la toma
de malas decisiones, resultando en una situación peor y un círculo vicioso de depresión. Se ha
visto en casos de violencia doméstica. Tal es el caso del maltrato Físico, psicológico, sexual,
laboral, etc. que coloca a las mujeres en un estado de depresión e indefensión frente a su
agresor dejándola estática sin buscar un mecanismo que solucione, resuelva y ponga fin a su
padecimiento, como es la denuncia, ante instituciones públicas que se encarguen de iniciar
procesos y sancionar a cualquier agresor.
En muchas ocasiones, esta problemática se va iniciando desde la infancia, en donde la
violencia convive con la mujer durante años y ésta se va volviendo parte de su vida cotidiana,
asimilándolo como parte de su vida. Y cuando esta situación permanece constante de
generación en generación, provocará que la mujer víctima de violencia, piense y crea que
haga lo que haga no podrá cambiar la situación en la que vive, aprende a pensar que es

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imposible cambiar su futuro y es de esta manera que permanece al lado de su agresor, sin
actuar para lograr un cambio es su estilo de vida. En la presente investigación, estos índices
presentan gran relevancia ya que permite concientizar de la existencia de muchas mujeres en
el mundo que presentan violencia familiar, ya sea de manera física, psicológica y/o sexual.
Actualmente en el Municipio Zamora, las estadísticas proporcionada por la Instituto
Municipal de la Mujer (IMMZ, 2018) en materia de violencia, muy especialmente en los
casos de violencia doméstica e intrafamiliar, señalan que en un importante número de casos
(75%) las amenazas y las situaciones límites producto de acciones de acoso, coacción,
chantajes, ofensas culminan en hechos de mayor entidad que derivan en atentados a la
integridad física e incluso la muerte de la víctima.
Ahora bien, este instituto atendió en el año 2018 la cantidad de 140 casos
específicamente de violencia intrafamiliar, igualmente la Oficina de violencia a la mujer del
Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) recibieron para el
año 2017 un total de 581 denuncias, para el año 2018 se recibieron 215 denuncias por
agresión física, psicológica y sexual en el ámbito familiar en su gran mayoría familias
pertenecientes a los distintas comunidades que conforman la población. En vista de estas
cifras, surge la inquietud de analizar los factores asociados a la indefensión aprendida en
mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, generándose las siguientes interrogantes:
¿Cuáles son las características sociodemográficas de las mujeres víctimas de violencia
intrafamiliar?
¿Cuáles son los tipos de violencia intrafamiliar presentes en las mujeres?
¿Cuáles son los factores que generan indefensión aprendida en las mujeres víctimas de
violencia intrafamiliar?

Objetivos de la investigación

Objetivo General
Analizar los factores asociados a la indefensión aprendida en mujeres víctimas de
violencia intrafamiliar

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Objetivos específicos

- Identificar las características sociodemográficas de las mujeres víctimas de violencia


intrafamiliar
- Describir los tipos de violencia intrafamiliar presentes en las mujeres
- Caracterizar los factores que generan indefensión aprendida en las mujeres víctimas de
violencia intrafamiliar.
Justificación

La violencia intrafamiliar es una problemática presente en todas las épocas, y en estos


tiempos ha emergido como tema de debate y estudio en todo el mundo, además ha sido
reconocido como un serio obstáculo para el desarrollo y la paz de las naciones. Es aquella que
sufren las mujeres frente a su conyugue o concubino o los hijos a manos de la madre o padre,
o cualquier forma de agresión entre consanguíneos, dentro del seno familiar, en convivencia,
cohabitación permanente o relaciones conexas de intimidad. Este tipo de violación de los
derechos humanos encuentra primordialmente sus víctimas en las mujeres, niños, niñas,
adolescentes y adultos de mayor edad, formándose de esta manera una población que poca
veces se le hace justicia frente a este fenómeno social, ya sea por desconocimiento de sus
derechos o por el miedo a las consecuencias de la denuncia.
El fenómeno social de la violencia intrafamiliar es tan antiguo como las primeras
convivencias entre el hombre y la mujer. En Venezuela, siempre ha existido, pero en un
principio, era considerado como asunto privado dentro del seno familiar y no se conocían
muchos casos, sin embargo, hace varios años los conflictos de familia empezaron a
manifestarse públicamente y aumentaron en tales proporciones que motivó serias
preocupaciones en las autoridades, las cuales comenzaron a crear normas legales para tratar de
frenar la violencia entre los miembros de la familia.
Como se observa, la sociedad venezolana ha adquirido progresivamente en los últimos
años, conciencia moral del problema que representa la violencia intrafamiliar y sus
dimensiones, es decir, las consecuencias que ésta genera en el ser humano en su aspecto
físico, laboral, psicológico, sexual y social.

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De allí que, el propósito de esta investigación responde a la necesidad de describir en
el ordenamiento Jurídico venezolano las medidas existentes para prevenir la violencia
intrafamiliar, determinando la orientación que predomina en la jurisprudencia venezolana con
relación a la prevención de la violencia intrafamiliar; paralelamente indagar e identificar las
causas, formas y tipos de la violencia intrafamiliar y su impacto en el entorno social y
jurídico, en la búsqueda de incidir en la conciencia moral colectiva sobre la problemática de la
unidad fundamental de una sociedad humanamente civilizada; como lo es la familia.
La investigación propuesta se considera de importancia ya que la misma cumple con
los criterios, expresados por Ramírez (2010), de relevancia científica, relevancia social y
relevancia contemporánea. A tales efectos, es de relevancia científica porque se estudiaran
teorías dirigidas a explicar y analizar, las causas, los tipos y formas que se dan en la violencia
intrafamiliar y describir el ordenamiento jurídico venezolano vigente en relación a la
orientación preventiva sobre la misma, que permita fundamentar medidas para la prevención
de la violencia en el seno familiar.
Con respecto a la relevancia social, las conclusiones podrán ser utilizadas para diseñar
campañas, planes y programas de prevención de la violencia intrafamiliar, dentro del marco
Jurídico venezolano. Y es de relevancia contemporánea, ya que es considerada debido a que el
problema de violencia intrafamiliar no es excluyente de clase; es una situación que afecta a la
sociedad mundial, la cual requiere de estudios que expliquen, dentro de una diversidad de
factores, lo relativo al marco legal.
Para finalizar, se considera que el desarrollo de la investigación es practicable porque
se cuenta con una serie de herramientas de carácter bibliográfico, en lo concerniente a la
violencia contra la mujer. De esta manera, generar un conocimiento sobre los establecimientos
ordenatorio y jurídicos, para la protección y prevención de la acción violenta o sometimiento
al daño en el seno familiar cometido por el hecho delictivo de uno sobre otros miembros de la
familia dentro de su seno y da recomendaciones en un contenido informativo que sirva de
aporte para la erradicación de la violencia intrafamiliar en la familia venezolana desde la
perspectiva social del Derecho.

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ALCANCES

La investigación tiene como alcance analizar los factores asociados a la indefensión


aprendida en mujeres víctimas de violencia intrafamiliar. Los aspectos puntuales que
comprende esta investigación están referidos al estudio de las características
sociodemográficas de las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, los tipos de violencia
intrafamiliar y los factores asociados a la indefensión aprendida.

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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

Esta sección se refiere a los estudios previos: trabajos y tesis de grado, trabajos de
ascenso, artículos e informes científicos relacionados con el problema planteado, es decir,
investigaciones realizadas anteriormente y que guardan alguna vinculación con el proyecto,
por lo que no deben confundirse con la historia del objeto en cuestión.
Cuando el investigador se enfrenta al problema de explicar un hecho, deberá hacerlo
enfrentando el reto con un discurso lógico y coherente, discurso éste que contiene los
términos requeridos para hacerlo significativo. En este mismo orden de ideas, Hernández et al
(2002) refieren:
El marco teórico, marco referencial o marco conceptual tiene el propósito de dar a
la investigación un sistema coordinado y coherente de conceptos y proposiciones
que permitan abordar el problema. Se trata de integrar al problema dentro de un
ámbito donde éste cobre sentido, incorporando los conocimientos previos
relativos al mismo y ordenándolos de modo tal que resulten útil a nuestra tarea. (p.
3).

Es por ello que, la finalidad de este capítulo es la de recopilar diferentes concepciones


teóricas y conceptuales que fundamentan el estudio, específicamente lo relacionado con la
indefensión aprendida como consecuencia de la violencia intrafamilar.

Antecedentes de la Investigación

Esta sección se refiere a los estudios previos: trabajos y tesis de grado, trabajos de
ascenso, artículos e informes científicos relacionados con el problema planteado, es decir,
investigaciones realizadas anteriormente y que guardan alguna vinculación con el proyecto,
por lo que no deben confundirse con la historia del objeto en cuestión. De acuerdo con Arias
(2006): “Los antecedentes reflejan los avances y el estado actual del conocimiento en un área
determinada y sirven de modelo o ejemplo para futuras investigaciones” (p. 106).

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Antecedentes Internacionales:

Sansute (2016) realizó una investigación titulada: ¨Dependencia emocional y


desesperanza aprendida en mujeres víctimas de violencia intrafamiliar¨, para optar el grado de
licenciado en psicología, en la Universidad Mayor de San Andrés-Bolivia. Con tipo de estudio
descriptivo correlacional y una muestra de 70 mujeres que asisten a Fuerza Especial De Lucha
Contra La Violencia. Con el objetivo de determinar la relación entre dependencia emocional y
desesperanza aprendida en mujeres víctimas de violencia intrafamiliar. Teniendo como
resultado que el 56% presenta nivel leve de desesperanza aprendida. Concluyendo que existe
relación significativa entre la dependencia emocional y desesperanza aprendida.
Por su parte, Marrero (2015) desarrolló una investigación titulada: “Indefensión
aprendida como determinante de la salud en mujeres sobrevivientes de cáncer de mamas en
Puerto Rico”, para optar el grado de Doctor en Psicología, en la Universidad Complutense de
Madrid – España. Con el objetivo de determinar el nivel de la indefensión aprendida en
mujeres sobrevivientes de cáncer de mamas en Puerto Rico. Con diseño de la pesquisa de tipo
descriptivo transversal, a una muestra de 250 mujeres puertorriqueñas sobrevivientes de
cáncer de mamas, a quienes se entrevistó utilizando el instrumento de medición el
cuestionario. Obteniendo como resultado que el 20% de las mujeres tiene alto nivel de
indefensión aprendida.
De modo similar, Salinas (2015) ejecutó una investigación denominada: “La
indefensión aprendida incide en la vulnerabilidad hacia la violencia económica de las mujeres
de la fundación unbound de entre 20 a 35 años en el periodo del 2014-2015”, para optar el
grado de Licenciado en Psicología, en la Universidad estatal Península de Santa Elena de la
Libertad-Ecuador. Con un tipo de estudio descriptivo correlacional y una muestra de 153
personas, con el objetivo de establecer las conductas de la indefensión aprendida y si incide en
la vulnerabilidad hacia la violencia económica. Teniendo como resultado que el 79% de las
mujeres aceptan que sufrieron de violencia en su infancia y el 21% responden que no,
respondiendo a las preguntas de la investigación, captaron que la mayoría de las mujeres
provienen de hogares donde existe violencia. Salinas concluye que la indefensión aprendida y
la presencia de la violencia económica en los hogares que conforman, hace que los miembros

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de estas familias no presenten bienestar psicológica ni física creando de esta manera patrón de
conducta errónea que se transmite de generación y en generación.

Antecedentes nacionales:

Gutierrez (2018), realizó un artículo titulado “El acceso a la justicia de mujeres que
viven en situación de violencia”, El objetivo de este artículo es conocer qué factores
obstaculizan el acceso a la justicia de mujeres que viven en situación de violencia. Desde las
legislaciones insuficientes en sus normativas y procedimientos, hasta las limitaciones
estructurales o subjetivas por parte de los procuradores de justicia que impiden una
intervención eficaz, eficiente y objetiva hacia las sobrevivientes. También se enuncian
algunas de las implicaciones emocionales y de seguridad que tiene para las mujeres decidir
iniciar un proceso penal en contra de sus agresores y cómo muchas veces terminan siendo
revictimizadas durante el proceso, encontrando deshumanización en el trato, incredulidad,
impunidad, ineficacia, negligencia y falta de voluntad para la resolución de su problemática.
Finalmente se mencionan las consecuencias que provoca laborar con víctimas de violencia.
Por su parte, Orellana (2017), realizo una investigación titulada “Plan de acción contra
la violencia hacia la mujer y la familia”, en la Universidad Católica Andrés Bello. La
violencia contra las mujeres es uno de los crímenes más encubiertos de la sociedad
contemporánea. Incluye tanto la violencia que se ejerce desde los espacios públicos como la
que vive en el interior de la familia. Incluso se ha llegado a afirmar que la violencia es una de
las causas de muerte en la mujer. Las acciones que ha tomado el Estado venezolano para
proteger a las mujeres víctimas de violencia y, para el tratamiento de la violencia intrafamiliar
no han tenido una visión integral que atienda tanto al individuo como a su entorno, para
comenzar a prevenir este problema.
Por ello se plantea este Plan de Acción contra la Violencia hacia la Mujer y la Familia,
que pretende tener una visión integral del tratamiento del problema y plantea una serie de
acciones tendentes al fortalecimiento del estado Venezolano en términos de la prevención,
atención e intervención en el problema de la violencia contra la mujer y la familia. La
metodología utilizada para la elaboración de este plan fue básicamente la identificación y
ubicación dentro del problema macro de la violencia contra la mujer y la familia de una serie

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de sub problemas que fueron convertidos en las áreas de intervención del plan, posteriormente
áreas se tomaron como palabras claves para la formulación de objetivos; a cada objetivo se le
da operatividad con la elaboración de una serie de actividades y acciones, asignándoseles a
cada una de éstas un grupo de organismos responsables y/o potenciales aliados para el
cumplimiento de la misma y se designa también propiamente un ejecutor del grueso de la
actividad, se determinan costos a un nivel estimado y se le da temporalidad a las acciones;
finalmente se designaron metas por actividades, lo cual le da al plan la posibilidad de
seguimiento y evaluación.

Bases Teóricas

De acuerdo con Arias (2006):“Las bases teóricas implican un desarrollo amplio de los
conceptos y proposiciones que conforman el punto de vista o enfoque adoptado, para sustentar
o explicar el problema planteado” (p.107). El contexto teórico considerado en este estudio se
desarrolló teniendo como referencias la indefensión aprendida y la violencia intrafamiliar en
la mujer.

Indefensión aprendida

La Indefensión aprendida, o adquirida, definida por Núñez (2012) “es una condición
psicológica en la que un sujeto aprende a creer que está indefenso, que no tiene ningún control
sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil” (p.67).
Como resultado de un proceso sistemático de violencia, la víctima permanece pasivo frente a
una situación displacentera o dañina, incluso cuando dispone de la posibilidad real de cambiar
estas circunstancias.
Garrido (1990) menciona que la indefensión aprendida puede llevar a consecuencias
graves a diversos grados o niveles, debido a las alteraciones y las dificultades que provoca.
Ello genera dificultades en los diversos aspectos de la personalidad de las mujeres, y es así
que produce diversas distorsiones, en los miedos y el presentimiento de que no se podrá
realizar algún cambio o modificación al contexto, lo cual impide su adaptabilidad al temor.
Siendo los siguientes:

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Motivacionales: Los hechos que no se pueden controlar hacen que disminuya las ganas
de generar respuestas por si misma las cuales permiten tener el control de las situaciones
Asimismo, disminuye la esperanza de que responder generara un resultado y, como
consecuencia, la iniciación de la respuesta queda también reducida.
Cognitivos: Cuando se aprende que la respuesta es independiente del resultado,
producen más dificultad en aprender después que las respuestas generan ese resultado. La
experiencia de no poder tener el control genera dificultad para que la persona aprenda que su
respuesta ha sido buena aunque este en realidad no lo haya sido.
De autoestima y competencia: La indefensión permite que se genere un déficit de
autoestima e incide de forma negativa en la competencia a través de: la esperanza de que algo
probablemente no ocurra, poca expectativa de eficacia y alta expectativa de consecuencias
negativas.
Emocionales: La indefensión genera temor durante el tiempo que el individuo no se
encuentra seguro de no poder controlar el resultado. Si el individuo aprende que puede
controlar el resultado, el miedo se reduce o desaparece, pero si aprende que es incontrolable,
el temor será sustituido por la depresión.

Fases de la indefensión aprendida

De acuerdo con Núñez (2012), las fases son:


- Desencadenante: provocada por los primeros malos tratos;
-De Reorientación: la víctima no tiene redes sociales y está aislada;
-De Resistencia Pasiva: donde se auto inculpa asumiendo el modelo mental del
compañero;
-Adaptación: ya no tiene fuerzas ni recursos psicológicos para salir de la violencia y
suspende todo juicio crítico sobre el maltratador, adaptándose a la situación para salvar su
vida o la de sus hijos

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Teoría de la indefensión aprendida de Seligman

Seligman estudió los efectos que producían en animales una serie de choques eléctricos
inescapables. Desarrollaban un patrón de conductas y de cambios neuroquímicos semejantes a
los de la depresión, fenómeno que nombró como desamparo o indefensión aprendida. Dice
que estas conductas se desarrollan sólo cuando el animal no tiene esperanza de poder
controlar nunca la situación aversiva. Aplicó este modelo a la conducta humana y postuló la
pérdida percibida de control del ambiente o expectativa de incontrolabilidad.
Esta expectativa de incontrolabilidad es fruto de una historia de fracasos en el manejo
de las situaciones y una historia de reforzamientos sobre una base no contingente que no ha
permitido que el sujeto aprenda las complejas aptitudes necesarias para controlar el ambiente.
La teoría podría considerarse un buen modelo de síntomas depresivos, pero no del síndrome
de la depresión humana.
La teoría reformulada de la indefensión aprendida ABRAMSON, Seligman y Teasdale
señalaron 4 problemas de la teoría de 1975:
1) no explicaba la baja autoestima de la depresión,
2) no explicaba la autoinculpación de los depresivos,
3) no explicaba la cronicidad y generalidad de los síntomas y
4) no daba una explicación válida del estado de ánimo deprimido como síntoma de la
depresión.
Postularon que la exposición a situaciones incontrolables no basta por sí misma para
desencadenar reacciones depresivas. Al experimentar una situación incontrolable las personas
intentan darse una explicación sobre la causa de la incontrolabilidad. Si la explicación se
atribuye a factores internos se produce un descenso de la autoestima. Si se atribuye a factores
estables provocaría expectativa de incontrolabilidad en situaciones futuras, y en consecuencia
los déficit depresivos se extenderían en el tiempo. Si se atribuye a factores globales
provocaría la expectativa de incontrolabilidad en otras situaciones y la generalización a otras
situaciones.
La internalidad, estabilidad y globalidad explicarían los 3 primeros problemas, pero no
el cuarto. Postularon un factor motivacional: la depresión sólo ocurriría si la expectativa de
incontrolabilidad se refería a la pérdida de control de un suceso altamente deseable o a la

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ocurrencia de un hecho altamente aversivo. Señalaron la presencia de una factor de
vulnerabilidad cognitiva a la depresión: el estilo atribucional depresógeno (tendencia atribuir
los sucesos incontrolables y aversivos a factores internos, estables y globales).

Factores asociados a la indefensión aprendida

-Factores interpersonales: Estudios como el descrito por Estrellado y Loh (2013)


proponen como uno de los más destacados entre estos factores la dependencia emocional de la
víctima con su maltratador. Este compromiso emocional entre ambos dificulta la toma de
decisiones individual de la víctima, coincidiendo con los resultados obtenidos por otros
autores como Aiquipa (2015), que ya indicaba que a través de la dependencia emocional la
víctima otorgaba poderes al maltratador, al convertirle en un ser omnipotente, y los trabajos
ya descritos previamente de Escudero et al. (2006) y Castelló (2005). Otros autores como
Ruiz et al. (2013), Kim y Gray (2008) o Amanor et al. (2012), incluyeron en esta categoría
además el sentimiento de miedo despertado en las víctimas con el maltrato, y que según estos
autores se desarrollaría en miedo por lo que pudiera ocurrirlas a ellas mismas y miedo por lo
que pudiera ocurrirles a sus propias familias si decidieran abandonar a su pareja maltratadora,
el sentimiento de miedo sería mantenido a través de las amenazas del maltratador, tal y como
explicaban Escudero et (2006).
De forma puntual, los estudios de Estrellado (2013) y Preciado (2010) trataron las
características de personalidad descritas en las mujeres de sus muestras, y coincidieron en sus
resultados en que las mujeres que permanecían con sus parejas maltratadoras tenían
personalidades más sumisas, sacrificadoras y tolerantes, mientras que aquellas que
abandonaban la relación presentaban mayores rasgos de determinación, apertura mental,
cooperación o control de emociones, entre otros.
Entre las justificaciones por las que podría explicarse este fenómeno incluyeron:
mayor potencial y flexibilidad a la hora de encontrar trabajo por parte de las mujeres más
jóvenes, así como menor probabilidad de tener hijos, y un mayor compromiso emocional e
inversión realizada en la relación por parte de las mujeres más mayores. En cuanto a la
educación recibida, ninguno determinó una relación directa entre el nivel educativo de las
mujeres y sus probabilidades de abandono de la relación, pero sí una mayor dificultad a la

18
hora de aceptar el estar siendo víctima de maltrato en aquellas mujeres con nivel educativo
más alto.
-Recursos económicos: La falta de recursos personales por parte de las mujeres
maltratadas, entendiendo por ello la falta de empleo/empleos bien pagados, o en otras
palabras, el depender económicamente del maltratador, fue también un factor muy tenido en
cuenta por diversos autores. La mayoría de ellos, entre los que se incluirían los trabajos
realizados por Kim y Gray (2008), Gharaibeh y Oweis (2009), Ruiz et al. (2013) y Estrellado
y Loh (2013), plantearon en sus trabajos la idea de que la dependencia económica del
maltratador, incluyendo el no tener fuente de ingresos propia o que esta fuera insuficiente,
estaría directamente relacionada con la permanencia de las víctimas en este tipo de relaciones.
En la mayoría de los casos, eran los agresores quienes se encargaban de las financias
familiares, mientras que entre ellas abundaban las amas de casa, es decir, formas de trabajo no
remuneradas. De esta forma, muchas mujeres decidían permanecer en sus relaciones de
violencia porque no disponen de recursos económicos propios. Así, estos autores refieren que
las mujeres con independencia económica de sus agresores tienen mayores probabilidades de
abandonar las relaciones violentas.
El factor económico aparecía especialmente acentuado en el estudio realizado por
Gharaibeh y Oweis (2009), desarrollado en Jordania, país mayoritariamente musulmán, y
quienes reflejaron que en muchos casos el agresor prohibía de forma directa a la víctima
trabajar fuera del hogar
-Presencia de hijos en la relación: La presencia o no de hijos en la relación y la
influencia de estos a la hora de tomar la decisión por parte de la mujer de abandonar o no la
relación de maltrato ha sido también muy trabajada por diversos autores. Algunos como
Amanor et al. (2012), Estrellado y Loh (2013), Ruiz et al (2013), Gharaibeh y Oweis (2009),
determinan que la presencia de hijos en la relación es un factor que contribuye de manera muy
fuerte a la permanencia de la mujer en la relación violenta. En muchos casos las mujeres
deciden no abandonar la relación por querer mantener la familia intacta y no separar a sus
hijos de sus padres y en otros muchos la decisión de permanecer en la relación tiene más que
ver con la dependencia económica de su maltratador, entendiendo por esta que las mujeres se
verán incapaces de mantener económicamente a sus hijos por sí solas, y necesitan a su agresor

19
para que las ayude a sacar adelante a la familia, por lo que desde su punto de vista la
permanencia se hace inevitable.
No obstante, la presencia de hijos en la relación puede convertirse a su vez en un
detonante del abandono de la misma. Esto ocurrirá en el momento en que las mujeres
maltratadas vean que sus hijos no solo pueden ser testigos de los episodios violentos, sino que
también son susceptibles de convertirse en víctimas y objetivos de las agresiones violentas de
sus parejas, y tratarán de evitar a toda costa que sus hijos sufran las vejaciones que ellas
mismas han sufrido.
Es decir, en muchos casos el momento en que ellas fueron conscientes de que sus hijos
iban obtener más mal que bien de la relación fue el momento en que tomaron la decisión de
abandonarla. Ruiz et al. (2017) puntualizaron que la edad de los hijos también tenía relación
con la toma de decisiones de sus madres, ya que si estos eran mayores muchas veces eran
ellos mismos los que tomaban la iniciativa para el abandono de la relación, dando a sus
madres el último empujón para salir que ellas podrían necesitar.
-Características del abuso: Las características del abuso y la relación y la influencia
de estos en la permanencia fueron otros de los factores muy tenidos en cuenta por Katz y
Schukrafft (2012), quienes obtuvieron resultados similares en sus diversos artículos. Según
estos autores, en numerosas ocasiones fue la naturaleza del maltrato el detonante en su
decisión de finalizar la relación, esto es, cuanto más frecuente e intensa se hacía la violencia,
de forma que esta llegaba a alcanzar niveles extremos, más probable era que las mujeres
abandonaran sus relaciones. Lo que sí matizaron autoras como Koepsell et al. (2006), es que
las mujeres que abandonaban las relaciones violentas habían experimentado maltrato
psicológico de larga duración, de forma que era el maltrato físico el detonante de abandono al
considerarse intolerable.
Esta puntualización contradice no obstante los resultados obtenidos por Estrellado y
Loh (2013), quienes además de considerar la importancia del aumento de violencia física
como determinante para finalizar la relación maltratante, establecían que en la mayoría de las
ocasiones era la violencia psicológica y verbal, incluyendo insultos y degradaciones, lo que
movía de forma determinante a la mujer maltratada fuera de la relación (en su muestra,
diecinueve mujeres consideraron como detonante el maltrato psicológico y verbal, frente a las
diez para quienes lo fue el físico).

20
Factores socioculturales: Las creencias y expectativas sociales en lo que se refiere
especialmente al ideal de amor romántico, las parejas, expectativas de género o la influencia
de la religión, es decir, el entorno social en que se vive y se ha desarrollado la mujer
maltratada, constituirán también uno de los principales factores que influyan en su toma de
decisiones. De esta forma muchas mujeres tendrán la creencia de que deben mantener sus
relaciones, sean del tipo que sean.
Según Ruiz et al. (2013), entre las ideas que mantienen a las mujeres en sus relaciones
encontraríamos la creencia de que deben ser buenas esposas y mantener sus familias intactas,
pues es lo que se espera de ellas, su responsabilidad, por lo que en caso contrario serían
sufrirían un muy marcado estigma social. En este contexto, muchas mujeres encontrarían
además difícil discernir la violencia, especialmente la psicológica, del ideal de amor
romántico imperante en la sociedad en que vivan.
La religión también cobraría un papel importante, tratándose de un factor que destaca
principal, pero no exclusivamente, en los trabajos de Gharaibeh y Oweis (2009), y Estrellado
y Loh (2013), pues sus estudios se llevaron a cabo en países mayoritariamente musulmanes
(Jordania) y católicos (Filipinas), respectivamente.

Violencia

Según la Organización Mundial de la Salud (2017), se define como ¨El uso intencional
de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que
tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo,
daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.
Amparo (2002), nos menciona que la violencia familiar es un tipo de relación
destructiva entre los miembros de una familia, ya sea que compartan o no la misma vivienda.
La cual se caracteriza por el abuso de poder a través de acciones u omisiones reiteradas, que
producen daño físico o psicológico, en primera instancia a la víctima pero también al agresor
(p. 19).

21
Violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar es toda acción u omisión protagonizada por los miembros que
conforman el grupo familiar, este puede ser por afinidad, sangre o afiliación y que transforma
en agresores las relaciones entre ellos causando daño físico, psicológico, sexual, económico o
social a uno o varios de ellos. Garrido y García (2006) Este maltrato se puede especificar
como:
-Físico: Actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como empujones,
bofetadas, golpes de puño, golpes de pies, etc.
-Psicológico: Actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar, y controlar las
conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a quién se está agrediendo como las
descalificaciones, insultos, control, etc.
-Sexual: Imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la otra persona.
Como por ejemplo exposición a actividades sexuales no deseadas, o la manipulación a través
de la sexualidad.
-Económico: No cubrir las necesidades básicas de la persona y ejercer control a través
de recursos económicos.

Manifestaciones frecuentes de violencia intrafamiliar

Las manifestaciones de violencia intrafamiliar son el uso de la fuerza física y la


coerción entre los miembros de una familia, ya sea por parte del hombre contra la mujer o de
cualquiera de los padres contra sus hijos niños (as), adolescentes o viceversa, con el objeto de
lograr que la víctima haga o deje de hacer algo que no desea o simplemente para causar
sufrimiento en la persona agredida. La violencia familiar o intrafamiliar es unos fenómenos
que traen riesgos no solo a nivel individual y familiar, sino también social.
Desde una perspectiva jurídica, es toda acción verbal, física o emocional u omisión en
las responsabilidades vinculares de un integrante de la familia hacia otro, que produce un
daño no accidental tanto en el aspecto físico, como en el psíquico, sexual o económico. Al
respecto en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres para una Vida Libre de
Violencia (2007) en su Artículo 15 numerales 1, 4, 5 y 6 señalan las formas de violencia de
género más frecuentes en contra de las mujeres, que establecen:

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1.- Violencia psicológica: Es toda conducta activa u omisiva ejercida en deshonra,
descrédito o menosprecio al valor o dignidad personal, tratos humillantes y
vejatorios, vigilancia constante, aislamiento, marginalización, negligencia,
abandono, celotipia, comparaciones destructivas, amenazas y actos que conllevan
a las mujeres víctimas de violencia a disminuir su autoestima, a perjudicar o
perturbar su sano desarrollo, a la depresión e incluso al suicidio.

La violencia o maltrato psicológico se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que
tienen por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier persona.
Esta es una manifestación de violencia mucho más difícil de demostrar, sobre todo en los
casos en que se produce en el interior de un grupo familiar. En Venezuela, la ley que regenta
los derechos de la mujer para una vida libre de violencia son tipificados en el artículo 15, los
hechos violentos a considerar como punibles y muchas son las instituciones, organismos,
personal de salud psicología y criminología, que prestan servicios de atención y prevención
del delito, en el ámbito de la sociedad venezolana.
4.- Violencia física: Es toda acción u omisión que directa o indirectamente está
dirigida a ocasionar un daño o sufrimiento físico a la mujer, tales como: Lesiones
internas o externas, heridas, hematomas, quemaduras, empujones o cualquier otro
maltrato que afecte su integridad física.

El maltrato físico, su explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones


violentas que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato visible
por tratarse de la agresión más evidente, amplia completamente tipificados como delitos en el
marco legal venezolano, que sugiere el inicio de un proceso de orden judicial y penal.
6.- Violencia sexual: Es toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la
mujer a decidir voluntaria y libremente su sexualidad, comprendiendo ésta no sólo
el acto sexual, sino toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital,
tales como actos lascivos, actos lascivos violentos, acceso carnal violento o la
violación propiamente dicha.

Del artículo anterior se infiere que la violencia sexual es toda manifestación de abuso
de poder en la esfera de la vida sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no como
delito, algunas manifestaciones de violencia sexual pueden ir desde la acción coercitiva a la
libertad y voluntad de la sexualidad, la imposiciones al nudismo, hasta las formas de contactos
y actos carnales, sexuales genital o no donde impere la agresión y la intensión al daño, el uso

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de la fuerza física y la involuntad de la víctima; estos últimos supuestos son considerados por
las leyes venezolanas como delitos de violación.

Características de una mujer víctima de Violencia Intrafamiliar

Establecidas por Morales (2010), como:


-“Estado emocional agudo, temeroso, percibe un ambiente peligroso.
-Confusión, dificultad de concentrarse y responder adecuadamente focalizar, de
recibir las respuestas e integrar la información.
-Alteración conductual de hiperactividad o paralización
-Sensación de aislamiento e indefensión
-Cuadros depresivos
-Sentido de culpabilidad, justifica el "castigo"
-Baja autoestima.
-Siente miedo de comunicar su problema
-Es ambivalente (una parte de ella quiere salir de la situación y por otro lado se siente
ligada a la pareja).
-Mantiene la esperanza que su pareja va a cambiar.
-Se siente totalmente dependiente.
-Presenta problemas de salud recurrentes: somatizaciones, dolores de cabeza,
problemas de sueño, agotamiento, problemas de salud mental

Características sociodemográficas de las mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar

Edad: Cualquier mujer puede ser víctima de violencia intrafamiliar


independientemente de su edad. No obstante, si se estima la tasa de prevalencia a partir del
número de denuncias presentadas, sería el grupo de mujeres de entre 31 y 40 años las más
afectadas por el maltrato. Según las estadísticas facilitadas por el Instituto de la Mujer (2016),
son las mujeres de entre 31 y 40 años las que más denuncian su condición de víctimas,
seguidas por las mujeres de entre 21 y 30 años y de entre 41 y 50 años.
Concretamente, desde el año 2012 hasta la actualidad, alrededor del 35% del total de
las denuncias por malos tratos han sido interpuestas por mujeres de entre 31 y 40 años,

24
alrededor del 32% de las denuncias por mujeres de entre 21 y 30 años y aproximadamente el
17% por mujeres de entre 41 y 50 años. En la misma dirección apuntan las cifras que recogen
el número de mujeres muertas. Es en el grupo de mujeres de entre 31 y 40 años, seguido del
grupo de entre 21 y 30 años donde aparece el mayor número de homicidios en los últimos
años, lo que apoyaría la idea de que el momento de la denuncia es uno de los de mayor riesgo
de ser asesinada en este tipo de víctimas.
Los datos en Venezuela son congruentes con los encontrados en España. Así pues, la
última encuesta llevada a cabo en este país por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática (2014) muestra que son las mujeres de entre 30 y 39 años las que con mayor
frecuencia (27.9%) refieren haber sido víctimas de, al menos, un incidente de violencia en los
doce últimos meses anteriores al estudio. Estarían seguidas por las mujeres de entre 40 y 49
años (21.3%) y de entre 20 y 29 años (20.4%).
Estado civil: Según los últimos datos, el mayor porcentaje de mujeres técnicamente
maltratadas aparece entre las separadas o divorciadas (14.9%) frente a las casadas o que
conviven en pareja (11.3%) y las solteras (8.6%). Asimismo, el mayor porcentaje de maltrato
declarado se da entre las mujeres separadas o divorciadas (16.6%) frente a las casadas o en
convivencia con el agresor (3.2%) y las solteras (3.3%) (Instituto de la Mujer, 2017).
Nivel educativo: La violencia doméstica afecta a cualquier mujer, independientemente
de su nivel educativo. Sin embargo, en nuestro país y según el informe del año 2010
publicado por el Instituto de la Mujer, un 12% de las mujeres técnicamente maltratadas tenía
estudios universitarios, porcentaje inferior al de la población general de mujeres, que se sitúa
en un 13.9% (Instituto Nacional de Estadística, 2009). En el grupo de mujeres técnicamente
maltratadas aparece el porcentaje más elevado de mujeres sin estudios o con estudios
primarios incompletos (47%). Por otro lado, el porcentaje de mujeres con estudios medios y
primarios es muy similar entre las víctimas auto clasificadas como maltratadas (41.3%) y la
población general de mujeres (41%).
Actividad laboral: Respecto a la actividad laboral, según el informe del año 2010 del
Instituto de la Mujer, el nivel de actividad de las mujeres técnicamente maltratadas es más
bajo (27.5%) en comparación con la media de la población general de mujeres (30.8%). Sin
embargo, en las víctimas que se autoclasifican como maltratadas el nivel de actividad es algo
más elevado (32.2%). Por otro lado, el porcentaje de amas de casa es superior en las mujeres

25
técnicamente maltratadas (47%) que en las que se declaran como maltratadas y que en la
población general de mujeres (42%).
De ello se podría desprender, bien que la actividad laboral facilitaría en estas mujeres
la toma de conciencia de su condición de víctima, o bien que esta percepción subjetiva de su
condición de víctima impulsaría a estas mujeres a incorporarse al mundo laboral, como medio
de lograr la independencia respecto al agresor. Alberdi y Matas (2002).
Hábitat: En Venezuela y según los últimos datos ofrecidos por el Instituto de la
Mujer, hay una asociación entre el maltrato declarado y el tamaño del hábitat; a medida que
aumenta el tamaño poblacional de los municipios de residencia aumenta el porcentaje de
mujeres que se declaran como maltratadas. En este sentido, Lorente (2001) señala que en las
comunidades con más densidad de población, hay una mayor tasa de denuncias por malos
tratos y, por otro lado, la tasa de suicidios como consecuencia de la violencia doméstica es
menor. Esta mayor percepción subjetiva de la condición de víctima podría ser explicada por
diferentes factores:
1- por una mayor conciencia social y un mayor número de dispositivos de ayuda para
mujeres en las grandes poblaciones;
2- por el anonimato que brindan las zonas urbanas y que pueden animar a estas
mujeres a denunciar, sin el temor a que este acto sea conocido públicamente; y
3- por la mayor conciencia que de sus derechos podrían tener las mujeres de las
grandes ciudades.
De la misma manera, son las mujeres de las zonas urbanas las que con mayor
frecuencia refieren haber sido víctimas de violencia por parte de su pareja (48.1%) en
comparación con las mujeres de zonas rurales (41%) (localidades con menos de 2.500
habitantes). Al analizar los porcentajes atendiendo al tipo de violencia experimentada, aparece
que son las mujeres que habitan en zonas urbanas las que con mayor frecuencia refieren
recibir malos tratos psicológicos; sin embargo, en los casos de violencia física, son las
mujeres pertenecientes a zonas rurales las que con mayor frecuencia declaran recibir este tipo
de agresiones.
Por lo tanto, parece lógico pensar que, dado que el maltrato psicológico es más difícil
de identificar, las mujeres de zonas rurales, donde existe una menor conciencia social del

26
problema, no estarían siendo conscientes de este tipo de violencia, aunque sí de las formas
más evidentes, como es la violencia física.

Perspectivas de la violencia Intrafamiliar

Según Corsi J. (2012) La violencia puede ser estudiada desde varios enfoques:
-Perspectiva biológica: Algunos casos de lesiones en el sistema límbico, en los lóbulos
frontales y temporales o anormalidades en el metabolismo de la serotonina pueden
predisponer a la agresión.
-Perspectiva psicológica: Los padres que más maltratan son aquellos que poseen baja
autoestima, los que tienen antecedentes de maltrato, los que están deprimidos, los que tienen
baja tolerancia a la frustración y los dependientes al alcohol.
-Perspectiva psiquiátrica: Los testigos y víctimas de violencia presentan altas tasas de
depresión y estrés post-traumático. El abuso de sustancias y de alcohol, así como los
trastornos de personalidad limítrofe o antisocial incrementan de manera considerable el riesgo
de violencia. La violencia y el suicidio se han encontrado relacionados.
-Perspectiva del contexto específico: hay diferencias en la expresión de la violencia en
medios rurales y en medios urbanos debido a que los estresores en dichos ambientes son
distintos.
-Perspectiva social: Hay evidencia de que los aspectos sociales juegan papeles
importantes en la expresión de las conductas violentas, uno de ellos es la trasmisión
intergeneracional de la violencia.

Efectos de la Violencia Intrafamiliar

Al revisar las causas de la violencia intrafamiliar también se hace importante identificar


qué tipo de efectos tiene dicho fenómeno, entre los que se encuentran: la disfunción de la
familia, el distanciamiento de sus miembros y las mutaciones en su comportamiento o
actitudes mentales. Los efectos pueden ser clasificados en: psicofísicos y psicosociales,
específicos y genéricos o generales.
Los efectos psicofísicos son aquellos que producen cambios psíquicos o físicos, en un
mismo acto. Los Psíquicos hacen referencia a la desvaloración, baja autoestima y estrés

27
emocional producido por las tensiones que produce el maltrato, en los empleados por ejemplo
produce una baja en su rendimiento laboral ya que las tensiones emocionales dificultan la
concentración. Blanco P. (2004)
En cuanto a los físicos se manifiestan en forma de hematomas, heridas abiertas,
fracturas, quemaduras, etc. En el acto sexual también se presenta violencia cuando este se
produce en forma forzada, produciendo cambios en la personalidad y alteraciones en las
relaciones con el violador, marido o compañero permanente o con los otros miembros de la
familia.
Los efectos psicosociales se dividen en internos y externos. Los primeros son aquellos
que generan la marginación. La exclusión y la violación de los derechos fundamentales de la
mujer y los niños. Cuando se presenta un maltrato hacia la mujer esta se ve obligada a aislarse
de ciertas actividades sociales, de relaciones interfamiliares y hasta en su propio hogar.
Dentro de la exclusión se ven afectados loa niños en cuanto al afecto, puesto que una madre
marginada forzosamente por la violencia intrafamiliar no puede brindar a sus hijos el amor
que necesitan, lo que puede llevar a estos niños a la drogadicción, la prostitución y la
delincuencia. Blanco P. (2004).

La violencia intrafamiliar y la desesperanza aprendida

Un modelo teórico psicológico que explica en ocasiones por qué las mujeres
permanecen con su pareja violenta es el de la desesperanza aprendida ya que estas mujeres
víctimas de violencia creen que las alternativas que tienen son peores a su situación. Se
convencen de que las cosas no están tan mal y piensan que son ellas las que incitan a la
violencia por no haberse quedado calladas, se culpan y se censuran. Hay que destacar
especialmente el síndrome de desesperanza aprendida, porque en la situación de los malos
tratos, éstos nunca vienen por un motivo concreto. Al ver que no hay manera de evitar los
malos tratos se quedan paralizadas, se inmovilizan. Por eso desde fuera da la impresión de que
la mujer no quiere remediar el problema.
Las mujeres involucradas en estas situaciones, impulsadas por su desvalorización, no
perciben la humillación que implica el esfuerzo de intentar arrancar amor, interés o cuidados
auténticos a quien no puede o no quiere darlos o sentirlos. Ante los actos de violencia se

28
culpabilizan y sienten que merecen ser castigadas por cuestionarse los valores ideológicos que
sostienen la familia, por no asumir adecuadamente su papel de madre y esposa. Por eso
intentan adaptarse a los requerimientos de su marido para ser aceptadas y no maltratadas,
asumiendo un papel de subordinación, con las falsas expectativas de que si ella se comporta
bien no dará lugar a que su marido la maltrate. Blanco P. (2004)
Algunos teóricos han tratado de arrojar luz sobre la ocurrencia de estos vínculos
paradójicos entre víctima y agresor, fundamentalmente apelando a claves afectivas o
emocionales que aparecen en el contexto del entorno traumático. Dutton y Painter (1981) han
descrito un escenario en el que dos factores, el desequilibrio de poder y la intermitencia en el
tratamiento bueno-malo, generan en la mujer maltratada el desarrollo de un lazo traumático
que la une con el agresor a través de conductas de docilidad. Según Dutton y Painter, el abuso
crea y mantiene en la pareja una dinámica de dependencia debido a su efecto asimétrico sobre
el equilibrio de poder, siendo el vínculo traumático producido por la alternancia de refuerzos
y castigos.
Sin embargo, esta teoría descansa aparentemente sobre la base del condicionamiento
instrumental que, desde nuestra perspectiva, es válido para dar cuenta de algunos aspectos del
repertorio de victimización (principalmente de aquellos referidos a la indefensión aprendida),
pero falla en cubrir el complejo aparato psicológico asociado con este tipo de vínculos
paradójicos. Blanco P. (2004)
Según este entendimiento, la incertidumbre asociada a la violencia repetida e
intermitente es un elemento clave en el camino hacia el desarrollo del vínculo, pero no su
causa única. Además, la teoría no toma en consideración que alguna esfera de desequilibrio de
poder es en cierta medida inherente a muchas relaciones humanas: en las parejas traumáticas
no parece ser una consecuencia sino un antecedente al abuso.
Cuando la individualidad, con sus rasgos, sus proyectos y sus ideas, deja de ser el eje de
nuestra vida para que otra persona ocupe totalmente ese lugar, se produce un desequilibrio y
un vacío interior, la anulación de la personalidad y la gestación de una enorme dependencia.
Todo lo que dice, hace o piensa el otro pasa a ser vital para su seguridad. La extrema
necesidad de aprobación y la esclavización espiritual y hasta física llevan a un estado de
inquietud permanente. Todo se vuelve amenazante para ese amor dependiente.

29
En este sentido, el hombre violento también es dependiente de su esposa. Su baja
autoestima le lleva a controlar todo lo que ella hace, pues se siente inseguro de que lo quiera y
lo acepte por él mismo. De ahí que utilice todas las técnicas de abuso emocional para socavar
la autoconfianza de la mujer, haciéndole creer que no puede arreglárselas sola y que es una
inútil. Blanco P. (2004)

Bases legales

De acuerdo con Dankhe citado por Arias (2006), las bases legales están referidas:
Al marco jurídico o marco legal al cual se adhiere el problema objeto de estudio, o
artículos del marco normativo que se vinculan con el problema, estas bases legales
deben ser señaladas con precisión, interpretadas y analizadas en su estricta
vinculación con el asunto objeto de estudio. (p.25).

Las bases legales que sustentan este estudio parten de los planteamientos establecidos
en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (1999), establece
en sus artículos:
Artículo 19. El estado garantizará a toda persona conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable
indivisible e independiente de los Derechos Humanos. Su respeto y garantías son
obligatorios para los organismos del poder público.

Artículo 21. Todas las personas son iguales ante la ley, en consecuencia no se
permitirá discriminaciones fundadas en raza, sexo, credo y la condición social y
otras que anulen o menoscaben el reconocimiento ciudadano.

Artículo 46. Todas las personas tienen el derecho a que se respete su integridad
física, psíquica, moral, en consecuencia ninguna persona puede ser sometida a
penas, torturas o trato cruel inhumano y degradante.

Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y


administrativas en consecuencia la defensa y la asistencia jurídica son derechos
inviolables.

Artículo 75. El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la


sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las
personas. Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes,
la solidaridad, el esfuerzo común, la compresión mutua y el respeto recíproco
entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o a
quienes ejerzan la jefatura de la familia. Los niños, niñas y adolescentes tienen

30
derecho a vivir, ser criado o criadas y a desarrollarse en el seno de su familia de
origen. Cuando ello sea imposible o contrario a su interés superior, tendrán
derecho a una familia sustituta, de conformidad con la ley. La adopción tiene
efectos similares a la filiación y se establece siempre en beneficio del adoptado o
la adoptada, de conformidad con la ley. La adopción internacional es subsidiaria
de la nacional.

Artículo 76. La maternidad y la paternidad son protegidas integralmente, sea cual


fuere el estado civil de la madre o del padre. Las parejas tienen derecho a decidir
libre y responsablemente el número de hijos o hijas que deseen concebir y a
disponer de la información y de los medios que les aseguren el ejercicio de este.
El Estado garantizará asistencia y protección integral a la maternidad, en general a
partir del momento de la concepción, durante el embarazo, el parto y el puerperio,
y asegurará servicios de planificación familiar integral basada en valores éticos y
científicos.
El padre y la madre tienen el deber compartido e irrenunciable de criar, formar,
educar, mantener y asistir a sus hijos o hijas, y éstos o éstas tienen el deber de
asistirlos o asistirlas cuando aquel o aquella no pueda hacerlo por sí mismo o por
sí mismas. La ley establecerá las medidas necesarias y adecuadas para garantizar
la efectividad de la obligación alimentaría.

La Carta Magna establece los lineamientos de protección por parte del Estado a la
familia, a la maternidad y paternidad, independientemente del estado civil de la madre o del
padre la protección plena por parte de la legislación, órganos y tribunales especializados, los
cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de la Constitución y los
derechos y deberes de los jóvenes y las jóvenes a ser sujetos activos del proceso de desarrollo.

Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de


Violencia (2007)

Artículo 1. La presente Ley tiene por objeto garantizar y promover el derecho de


las mujeres a una vida libre de violencia, creando condiciones para prevenir,
atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus
manifestaciones.

Artículo 3. Derechos protegidos. Esta Ley abarca la protección de los siguientes


derechos: 1.- El derecho a la vida. 2.- La protección a la dignidad e integridad
física, psicológica, sexual, patrimonial y jurídica de las mujeres víctimas de
violencia, en los ámbitos público y privado. 3.- La igualdad de derechos entre el
hombre y la mujer. 4.- La protección de las mujeres particularmente vulnerables a
la violencia basada en género.

31
Artículo 20. De la política de prevención y atención. Con el objetivo de
desarrollar las políticas públicas y permitir la ejecución de medidas a que se
refiere esta Ley, se establece de carácter indicativo los siguientes programas:
programas de prevención para prevenir la ocurrencia de formas de violencia en
contra de las mujeres, sensibilizando, formando y capacitando en derechos
humanos a la mujer y sociedad en conjunto, así como a los agresores. Programa de
comunicación para la difusión de los derechos de la mujer a vivir libre de
violencia. Programa de promoción y defensa, para permitir que la mujer y demás
integrantes de la familia conozcan sus derechos libre de violencia y la forma de
cómo hacer efectivo este derecho.

Esta Ley, es el instrumento jurídico y ordenatorio que permite el desarrollo integral de


la mujer y los miembros de la familia dentro de un ambiente sin violencia, en ella se señala la
intención constitucional del legislador para favorecer el pleno ejercicio de los derechos
humanos de la mujeres, establece los parámetros para la prevención, protección y garantía del
tratamiento de la igualdad de género, sin distingo étnicos, credos y condiciones sociales, bajo
principios de equidad y justicia.
A los efectos de que la mujer ejerza su derecho a la vida, dignidad, trabajo, vida plena,
libertad, comunicación y demás derechos constitucionales. Al igual ordena a los organismos
públicos a velar por la integridad física, psicológica, sexual, patrimonial, laboral de la mujer y
su grupo familiar. Además, expresa su objeto y especialmente en relación a la prevención de
la violencia en el seno familiar, establece las políticas y directrices que los organismos
públicos y privados deben cumplir para la prevención y la atención a la mujer procurando el
ambiente libre de violencia.

Ley de Reforma de Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia (2014)

Artículo 14 La violencia contra las mujeres a que se refiere la presente Ley,


comprende todo acto sexista que tenga o pueda tener como resultado la muerte, un daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico, emocional, laboral, económico o patrimonial; la
coacción o la privación arbitraria de la libertad, así como la amenaza de ejecutar tales actos,
tanto si se producen en el ámbito público como en el privado.
Artículo 15 Se consideran formas de violencia de género en contra de las mujeres, las
siguientes:

32
1. Violencia psicológica: Toda conducta activa u omisiva ejercida en deshonra,
descrédito o menosprecio al valor o dignidad personal, tratos humillantes y vejatorios,
vigilancia constante, aislamiento, marginalización, negligencia, abandono, celotipia,
comparaciones destructivas, amenazas y actos que conllevan a las mujeres víctimas de
violencia a disminuir su autoestima, a perjudicar o perturbar su sano desarrollo, a la depresión
e incluso al suicidio.
2. Acoso u hostigamiento: Toda conducta abusiva y especialmente los
comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos o mensajes electrónicos dirigidos a
perseguir, intimidar, chantajear, apremiar, importunar y vigilar a una mujer que pueda atentar
contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física o psíquica, o que puedan
poner en peligro su empleo, promoción, reconocimiento en el lugar de trabajo o fuera de él.
3. Amenaza: Anuncio verbal o con actos de la ejecución un daño físico, psicológico,
sexual, laboral o patrimonial con el fin de intimidar a la mujer, tanto en el contexto doméstico
como fuera de él.
4. Violencia física: Toda acción u omisión que directa o indirectamente está dirigida a
ocasionar un daño o sufrimiento físico a la mujer, tales como lesiones internas o externas,
heridas hematomas, quemaduras, empujones o cualquier otro maltrato que afecte su integridad
física.
5. Violencia doméstica: Toda conducta activa u omisiva, constante o no, de empleo de
fuerza física o violencia psicológica, intimidación, persecución o amenaza contra la mujer por
parte del cónyuge, el concubino, ex cónyuge, ex concubino, persona con quien mantiene o
mantuvo relación de afectividad, ascendientes, descendientes, parientes colaterales,
consanguíneos y afines.
6. Violencia sexual: Toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la mujer a
decidir voluntaria y libremente su sexualidad, comprendiendo ésta no sólo el acto sexual, sino
toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital, tales como actos lascivos, actos
lascivos violentos, acceso carnal violento o la violación propiamente dicha.
7. Acceso carnal violento: Es una forma de violencia sexual, en la cual el hombre
mediante violencias o amenazas, constriñe a la cónyuge, concubina, persona con quien hace
vida marital o mantenga unión estable de hecho o no, a un acto carnal por vía vaginal, anal u
oral, o introduzca objetos sea cual fuere su clase, por alguna de estas vías.

33
8. Prostitución forzada: Es la Acción de obligar a una mujer a realizar uno o más actos
de naturaleza sexual por la fuerza o mediante la amenaza de la fuerza, o mediante coacción
como la causada por el temor a la violencia, la intimidación, la opresión psicológica o el
abuso del poder, esperando obtener o haber obtenido ventajas o beneficios pecuniarios o de
otro tipo, a cambio de los actos de naturaleza sexual de la mujer.
9. Esclavitud sexual: Es la privación ilegítima de libertad de la mujer, para su venta,
compra, préstamo o trueque con la obligación de realizar uno o más actos de naturaleza
sexual.
10. Acoso sexual: Solicitud de cualquier acto o comportamiento de contenido sexual,
para sí o para un tercero, o el procurar cualquier tipo de acercamiento sexual no deseado que
realice un hombre prevaliéndose de una situación de superioridad laboral, docente o análoga,
o con ocasión de relaciones derivadas del ejercicio profesional, y con la amenaza expresa o
tácita de causarle a la mujer un daño relacionado con las legítimas expectativas que ésta pueda
tener en el ámbito de dicha relación.
11. Violencia laboral: Discriminación hacia la mujer en los centros de trabajo, públicos
o privados, que obstaculicen su acceso al empleo, ascenso o estabilidad en el mismo, tales
como exigir requisitos sobre el estado civil, la edad, la apariencia física o buena presencia, o
la solicitud de resultados de exámenes de laboratorios clínicos, que supeditan la contratación,
ascenso o la permanencia de la mujer en el empleo. Constituye también discriminación de
género en el ámbito laboral el quebrantar el derecho de igual salario por igual trabajo.
12. Violencia patrimonial y económica: Toda conducta activa u omisiva que directa o
indirectamente, en los ámbitos público y privado, esté dirigida a ocasionar un daño a los
bienes muebles o inmuebles en menoscabo del patrimonio de las mujeres víctimas de
violencia o a los bienes comunes, así como la perturbación a la posesión o a la propiedad de
sus bienes, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos
personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a
satisfacer sus necesidades; limitaciones económicas encaminadas a controlar sus ingresos; o la
privación de los medios económicos indispensables para vivir.
13. Violencia obstétrica: Es la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las
mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de
medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de

34
autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando
negativamente en la calidad de vida de las mujeres.
14. Esterilización forzada: Realizar o causar intencionalmente a la mujer, sin brindarle
la debida información, sin su consentimiento voluntario e informado y sin que la misma haya
tenido justificación, un tratamiento médico o quirúrgico u otro acto que tenga como resultado
su esterilización o la privación de su capacidad biológica y reproductiva.
15. Violencia mediática: Es la exposición de la mujer, niña o adolescente, a través de
cualquier medio de difusión, que de manera directa o indirecta explote, discrimine, deshonre,
humille o que atente contra su dignidad con fines económicos, sociales o de dominación.
16. Violencia institucional: Acciones u omisiones que realizan las autoridades,
funcionarios y funcionarias, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier
órgano, ente o institución pública, que tengan como fin retardar, obstaculizar o impedir que
las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta Ley,
para asegurarles una vida libre de violencia.
17. Violencia simbólica: Son mensajes, valores, iconos, signos que transmiten y
reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales
que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la sociedad.
18. Tráfico de mujeres, niñas y adolescentes: Todos los actos que implican su
reclutamiento o transporte dentro o entre fronteras, empleando engaños, coerción o fuerza,
con el propósito de obtener un beneficio de tipo financiero u otro de orden material de
carácter ilícito.
19. Trata de mujeres, niñas y adolescentes: Es la captación, transporte, traslado,
acogida o recepción de mujeres, niñas y adolescentes, recurriendo a la amenaza o al uso de la
fuerza o de otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una
situación de vulnerabilidad o la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre mujeres, niñas o adolescentes, con
fines de explotación, tales como prostitución, explotación sexual, trabajos o servicios
forzados, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de
órganos.

35
20. Femicidio: Es la forma extrema de violencia de género, causada por odio o
desprecio a su condición de mujer, que degenera en su muerte, producidas tanto en el ámbito
público como privado.
21. Inducción o ayuda al suicidio: Es la consecuencia extrema de la violencia
psicológica, acoso, hostigamiento y amenaza que generan las condiciones para provocar la
muerte de una mujer por motivaciones de género.

Código Penal (2005)

Artículo 77. Son circunstancias agravantes de todo hecho punible las siguientes:
5. Obrar con premeditación conocida
8. Abusar de la superioridad del sexo, de la fuerza, de las armas de la autoridad o
emplear cualquier otro medio que debilite la defensa del ofendido.
14. Ejecutarlo con ofensa o desprecio del respeto que por su dignidad, edad o sexo
mereciere el ofendido, o en su morada, cuando éste no haya provocado el suceso.
17. Ser el agraviado cónyuge del ofensor, o su ascendiente o hermano legítimo,
natural o adoptivo; o cónyuge de éstos; o ascendiente, descendiente o hermano
legítimo de su cónyuge; o su pupilo, discípulo, amigo íntimo o bienhechor.
18. Que el autor, con ocasión de ejecutar el hecho y para prepararse o perpetrarlo,
se hubiere embriagado deliberadamente, conforme se establece en la regla 1° del
artículo 64.

De la cita anterior, como circunstancias agravantes de todo hecho punible relacionadas


con la violencia intrafamiliar pueden darse cuando hay premeditación donde el agente actúa
con frialdad de ánimo, lo que le permite escoger con cuidado las ocasiones y los medios más
adecuados, más idóneos para la perpetración del delito, por lo que es muy probable, en vista
de esa frialdad, que efectivamente logre consumarlo como, golpes, violación, entre otros. De
igual forma, agrava el delito su comisión mediante el empleo de un medio que debilite la
defensa del ofendido, sin excluirla totalmente, ya que en este último caso se daría la agravante
pura y simple de alevosía.
Por supuesto, no se trata simplemente, para que proceda la agravación, de la simple
constatación de una diferencia de sexos y de la superioridad demostrada por esta razón de una
persona sobre otra, o de la misma constatación con relación a la ventaja por las armas o por la
autoridad. Se requiere que el sujeto consciente se aproveche de la ventaja o superioridad.

36
En este contexto, existen personas que tienen una dignidad especial que debe ser
respetada, como por ejemplo un sacerdote, un militar. Si tal dignidad es ofendida, es lógico
que proceda la agravante.
Aunado al párrafo anterior, por regla general de parentesco entre el agente y el sujeto
pasivo constituye una causa de agravación de la responsabilidad penal, incluso de calificación
de la responsabilidad penal en lo relativo a los delitos contra las personas en cambio, por regla
general el parentesco entre el agente y el sujeto pasivo constituye una causa de atenuación,
incluso de exclusión de la responsabilidad penal.
Por lo que respecta al pupilo, éste es el sometido a tutela y la responsabilidad se agrava
cuando el tutor perpetra el delito en la persona de su pupilo. Determinar quién es amigo
íntimo y quien bienhechor del agente es una cuestión lo hecho, que determinará el Tribunal,
atendidas las circunstancias del caso concreto. Los casos que son inimputables por ebriedad
patológica o cuando estén presente las manifestaciones psicóticas graves que le son
características (delirium tremens, alucinosis.); además de la ebriedad fortuita que es cuando la
perturbación mental ocasionada por la embriaguez no implica la actuación consciente y libre
del sujeto ni en el momento de embriagarse ni en el momento del hecho.
Ahora bien, el alcohol produce en el organismo los efectos de una intoxicación, que
puede ser pasajera, más con el abuso se hace crónica o habitual y degenera en psicosis. Por
consiguiente, el legislador establece sanción siempre para los actos cometidos por las
personas en estado de embriaguez, ya que en el medio es frecuente la perturbación mental por
embriaguez, y constituye la mayor causa de criminalidad (abusos, golpes, gritos). El
ordenamiento jurídico penal, supone no una embriaguez cualquiera, sino la demostración de
un estado de profunda perturbación mental que, por otra parte, no puede consistir en una
simple excitación producida por el alcohol, sino en una embriaguez plena, total, completa y
no semiplena, parcial, incompleta o relativa.
Por lo tanto, debe tratarse, para ser aplicable el artículo 64, de un estado de perturbación
mental derivado de ebriedad, que compromete gravemente la conciencia o la libertad de los
actos del sujeto.

37
Ley para la Protección de las Familias, Maternidad y la Paternidad (2007)

Artículo 3. Se entiende por familia, la asociación natural de la sociedad y espacio


fundamental para el desarrollo de sus integrantes, constituida por personas
relacionadas por vínculos, jurídicos o de hecho, que funda su existencia en el
amor, respecto, solidaridad, compresión mutua, participación, cooperación,
esfuerzo común, igualdad de deberes y derechos, y la responsabilidad compartida
de las tareas que implican la vida familiar. El Estado protegerá a las familias en su
pluralidad, sin discriminación alguna, de los y las integrantes que la conforman
con independencia de rigen o tipo de relaciones familiares. En consecuencia el
estado garantizará protección a la madre al padre, o a quien ejerza la
responsabilidad de las familias.

La Ley in comento, establece los mecanismos de desarrollo de políticas para la


protección integral a las familias, la maternidad y la paternidad así como promover practicas
responsables ante las mismas, y determinar las medidas para prevenir los conflictos y
violencia intrafamiliar, educando para la igualdad, la tolerancia y el respeto mutuo en el seno
familiar, asegurándole a todas y todos sus integrantes una vida digna y su pleno desarrollo en
el marco de una sociedad democrática, participativa, solidaria e igualitaria, para lo cual define
a la familia y el carácter proteccionista del estado.

38
CAPÍTULO III
RUTA EPISTEMOLÓGICA

Este capítulo está referido a la manera de cómo se abordó la investigación en cuanto a la


metodología aplicada, al diseño y tipo de investigación. Silva (2014), expresa que ruta
epistemológica “describe el procedimiento general para logra de manera precisa los objetivos
de la investigación” (p.90). Según lo expuesto por el autor está compuesto por: el tipo de
estudio, diseño y nivel de profundidad como se aborda el estudio.

Tipo de investigación

La investigación está enmarcada en un modelo no experimental, orientado hacia un tipo de


investigación documental. Al respecto, en el Manual para la elaboración de Trabajos de
Especialización, Trabajos de Grado de Maestrías y Tesis Doctorales de la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador (UPEL, 2004) se lee:
Se entiende por investigación documental, el estudio de problemas con el
propósito de ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza, con apoyo,
principalmente, trabajos previos, información y datos divulgados por medios
impresos, audiovisuales o electrónicos. La originalidad del estudio se refleja en el
enfoque, criterios, conceptualizaciones, reflexiones, conclusiones,
recomendaciones y, en general, en el pensamiento del autor. (p.6).

Entonces, dado que el presente estudio, tiene como fuente principal de información los
documentos relativos a la indefensión aprendida en mujeres víctimas de violencia
intrafamiliar y como el interés de la investigadora consiste en analizarlos como hechos en sí
mismos, como documentos que brindan información sobre los hechos, se acepta que esta
investigación se tipifica como de Investigación Documental.

Diseño de la investigación

El diseño de la investigación se refiere a la estrategia que adopta el investigador para


responder al problema, dificultad o inconveniente planteado en el estudio. Tomando en
cuenta, que la investigación se realizara, el mismo corresponde al diseño no experimental. En
este sentido los autores Palella y Martins (2010) que el diseño no experimental

39
Es el que se realiza sin manipular en forma deliberada ninguna variable. El
investigador no sustituye intencionalmente las variables independientes. Se
observan los hechos tal y como se presentan en su contexto real y en un tiempo
determinado o no, para luego analizarlos. Por lo tanto en este diseño no se
construye una situación especifica si no que se observa las que existen” (p.87).

Por lo tanto, se puede decir, que es no experimental, ya que no se realizara


manipulación de las variables.
Así mismo, se enmarca en un estudio de nivel descriptivo por cuanto se acepta la
definición de Arias (2006) este nivel lo define como sigue “La investigación descriptiva
consiste en la caracterización de un hecho, fenómeno, individuo o grupo, con el fin de
establecer su estructura o comportamiento” (P. 24). Se podría decir que su objeto es establecer
con precisión lo que se quiere y no indicar como efectuar relaciones. En este nivel de
investigación se requiere en el investigador un considerable cúmulo de conocimientos del
objeto a estudiar con el fin de precisar los atributos inherentes a la investigación de manera
que le puedan permitir, aunque sea rudimentariamente predicciones a cerca del objeto.

40
CAPÍTULO IV
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones

Luego de haber analizado e interpretado las bases teóricas se concluye que existe la
necesidad de ajustar las medidas preventivas de la violencia intrafamiliar en el marco del
ordenamiento jurídico venezolano con la finalidad de disminuir la incidencia de este tipo de
delito. Cabe destacar, la violencia contra la mujer es una forma de discriminación y una
violación de los derechos humanos, causa sufrimientos indecibles, cercena vidas y deja a
incontables mujeres viviendo con dolor y temor. Causa perjuicio a las familias durante
generaciones, empobrece a las comunidades y refuerza otras formas de violencia en la
sociedad.
La violencia contra la mujer les impide alcanzar su plena realización personal, restringe
el crecimiento económico y obstaculiza el desarrollo. La generalización y el alcance de la
violencia contra la mujer ponen de manifiesto el grado y la persistencia de la discriminación
con que siguen tropezando las mujeres, por consiguiente, sólo se puede excluir tratando de
eliminar la discriminación, promoviendo la igualdad y el empoderamiento de la mujer y
velando por el pleno ejercicio de los derechos humanos de la mujer.
La violencia contra la mujer pasó del plano privado al dominio público y al ámbito de
responsabilidad del Estado, en gran medida, debido a la labor de base de las organizaciones y
movimientos de mujeres en todo el mundo. Gracias a esa labor se puso al descubierto el hecho
de que la violencia contra la mujer no es el resultado de la falta de ética personal u ocasional,
sino que está más bien profundamente arraigada en las relaciones estructurales de desigualdad
entre el hombre y la mujer.
La interacción entre la defensa de los derechos de la mujer y las iniciativas de las
Naciones Unidas ha sido el motor impulsor de la definición de la violencia contra la mujer
como cuestión de derechos humanos en el programa internacional. En este sentido, se han
logrado importantes progresos en la elaboración y aprobación de reglas y normas. En los
instrumentos jurídicos y normativos internacionales y nacionales se han esclarecido las
obligaciones de los Estados de prevenir, erradicar y castigar la violencia contra la mujer. Sin

41
embargo, no están cumpliendo los requisitos del marco jurídico y normativo internacional. La
violencia es un fenómeno globalizado caracterizado por una situación que rompe los límites
de la persona y que se puede manifestar en el plano psicológico, físico, económico y político
entre otros.
Cabe mencionar, la violencia intrafamiliar está presente en la mayoría de las sociedades,
pero con frecuencia es reconocida y aceptada como parte del orden establecido; de esa forma,
la mujer se encuentra en una situación de indefensión encubierta por la intimidad y privacidad
de la vida familiar.
En Venezuela, la violencia contra la mujer está tipificada como delito pero no por eso
deja de practicarse y muchos casos no son denunciados por miedo o vergüenza. La Ley
Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia se adecua a las
características jurídicas que tienen las leyes orgánicas, en cuanto a su forma y contenido,
teniendo en cuenta que con la misma se pretende regular uno de los supuestos previstos en la
citada norma constitucional que hacen posible convenir en su carácter orgánico ya que
desarrolla, de manera centralizada y convergente, la protección constitucional a la que se
refiere el artículo 21.2 de la Constitución de 1999 a favor de las mujeres, por ser éstas, un
grupo poblacional tradicionalmente vulnerable.
En esta Ley se pretende disciplinar el contenido primario, las facultades elementales y
los límites esenciales de todo aquello que sea necesario para asegurar una igualdad ante la ley
de las mujeres en el ejercicio efectivo de sus derechos exigibles ante los órganos
jurisdiccionales y la Administración Pública. La regulación sobre aspectos fundamentales,
como los derechos constitucionales a la integridad personal (artículo 55), a la vida (artículo
43) y a la igualdad (artículo 21), entre otros, dirigidos a la protección de la población de
mujeres, adquiere vigencia transversal en los distintos ámbitos jurídicos de su vida ciudadana,
que sirva de marco legal en defensa de la mujer y prevención de la violencia al reglar las
instituciones cuyos principios han sido colocados en tal encuadramiento y en beneficio de la
mujer.
Con relación a, las causas que originan la violencia intrafamiliar, se puede concluir que
a lo largo del tiempo se fueron construyendo numerosos mitos que intentan ocultar, explicar o
justificar la violencia doméstica. Los mitos instituidos en una sociedad son cristalizaciones de
significación que operan como organizadores de sentidos en el actuar, pensar y sentir de los

42
miembros que conforman esa sociedad. En este sentido, los mitos son construcciones sociales
que prescriben patrones de conducta, conforman valores y ofician de soporte de lo instituido,
favoreciendo la repetición.
Las raíces de la violencia contra la mujer están en la desigualdad histórica de las
relaciones de poder entre el hombre y la mujer y la discriminación generalizada contra la
mujer en todos los sectores. Las disparidades patriarcales de poder, las normas culturales
discriminatorias y las desigualdades económicas se han utilizado para negar los derechos
humanos de la mujer y perpetuar la violencia. La violencia contra la mujer es uno de los
principales medios que permiten al hombre mantener su control sobre la capacidad de acción
y la sexualidad de la mujer.
En el amplio contexto de la subordinación de la mujer, los factores concretos que causan
la violencia son el uso de la fuerza para resolver conflictos, las doctrinas sobre la intimidad y
la inercia de los Estados. Los patrones de conducta personales y familiares, incluidos los
antecedentes de malos tratos, se han relacionado también con un aumento del riesgo de
violencia. La violencia contra la mujer no se limita a una cultura, región o país en particular,
ni a grupos específicos de mujeres dentro de una sociedad. Las diferentes manifestaciones de
esa violencia y las experiencias personales de las mujeres dependen, no obstante, de factores
como el origen étnico, la clase social, la edad, la orientación sexual, la discapacidad, la
nacionalidad y la religión.
En la actualidad, las mujeres que están en un vínculo violento no reconocen la
problemática en la que se encuentran, considerándola en muchos caso natural o normal ya que
desconocen la existencia de otras formas vinculares, posibilitando esta situación un rol pasivo
o sumiso. Por otro lado, no existe ningún indicio que evidencie signos masoquistas en la
psiquis de estas mujeres ni caso de acuerdos masoquistas, sino que en la mayoría de los casos
la mujer no puede escapar a la situación por una cantidad de razones de índole emocional,
social y económico, que nada tienen que ver con el experimentar placer o gozo de la situación
que vive, es aquí donde se está en presencia del síndrome de indefensión aprendida.
El hecho de que la violencia afecte a personas de todos los niveles pobreza o del
desempleo, sin perjuicio de ello, éstos últimos son factores que influyen obviamente en el
sistema familiar de manera negativa. También debe tenerse en cuenta que los mayores
ingresos del grupo familiar hacen que existan mayores recursos para mantener éste fenómeno

43
oculto. El miedo, el aislamiento social y las propias estrategias de tolerancia que las víctimas
arman para ocultar su situación es el mayor obstáculo en beneficio de la salud. La comodidad
argumentada en el mito forma parte del no reconocimiento del trabajo invisible o doméstico.
El Estado debe adoptar medidas urgentes y concretas para garantizar la igualdad entre el
hombre y la mujer y proteger los derechos humanos de la mujer con la aplicación de medidas,
la coordinación, la vigilancia y la responsabilidad; tiene la obligación de respetar, proteger,
promover y facilitar el ejercicio de todos los derechos humanos, incluido el derecho de la
mujer a no ser discriminada. Adoptando medidas sistemáticas y sostenidas apoyadas por
mecanismos institucionales que colaboren en su aplicación.
Además de incorporar a los sectores como la justicia, la salud, la vivienda y la
educación, fundamentales para ayudar a la mujer que sobrevive a la violencia intrafamiliar a
tener acceso a los servicios jurídicos, de salud y sociales eficaces, así como para intensificar la
labor de prevención. Fortaleciendo la base de conocimientos sobre todas las formas de
violencia para documentar la formulación de políticas y estrategias adecuadas y efectivas. Así
como prestar más apoyo financiero a la labor sobre la violencia contra la mujer en las
instituciones, programas nacionales y/o regionales.
Por otra parte, conformar en las instituciones públicas y al servicio de la defensa de la
mujer (Ministerio Público, Defensoría) un equipo multidisciplinario integral (psicólogos,
psiquiatras, trabajadora social, médicos, asistencia legal entre otros), que satisfaga con los
requerimientos de atención que requieran las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, ya
que sería el apoyo psicológico, emocional, de conducta que necesitan para poder salir de la
crisis, de sufrimientos y maltratos a la que hayan sido sometidas.

Recomendaciones

En atención a las conclusiones expuestas, las siguientes recomendaciones constituyen


un aporte de la autora de la investigación. Las mismas, pueden ser consideradas por los entes
involucrados para solventar las irregularidades que se presentan. Por lo tanto se recomienda:
-Es pertinente que el C.I.C.P.C. cuente con un equipo multidisciplinario integrado por
Trabajadores Sociales, Sociólogos, Psicólogos, Psiquiatras, Forenses, Abogados y otros
especialistas formados en la materia a fin de dar herramientas a aquellas mujeres víctimas que
acudan a la institución. La violencia en sus diferentes maneras de manifestarse es una realidad

44
en la vida moderna que obliga a reflexionar sobre su impacto en las mujeres víctimas y
relacionar la violencia con su incidencia en el ámbito familiar.
- Es necesario ubicar la violencia intrafamiliar como un problema socio cultural
constante en la vida actual que debe llevar a tomar acciones que puedan influir de manera
pacífica a dar soluciones a dicho flagelo, haciendo campañas de prevención en las
comunidades y en las escuelas.
- En vista de que se ha comprobado que la violencia intrafamiliar influye
significativamente en el desarrollo socio emocional de la mujer, es importante la creación de
instituciones competentes que puedan contar con un personal capacitado, para fomentar la
prevención y brindar ayuda, tanto psicológica y médica en los casos de violencia familiar.
- Es preciso crear campañas de información a nivel de los medios de comunicación
transmita al colectivo en general sobre cuáles son los factores de riesgo que contribuyen al
uso de la violencia intrafamiliar y de igual manera reforzar los valores y nuevos modelos que
permitan la construcción de una sociedad libre de violencia y el respeto hacia las mujeres, a
través de charlas, foros, programas de televisión, para que aun cuando se origine la violencia
intrafamiliar, se trate de casos aislados y no se produzca la imitación de la conducta.
- Es indispensable que las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, el
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, la Oficina Estadal de
Asuntos, Género y Mujer, la Fiscalía del Ministerio Público, etc, trabajen de manera unificada
y coordinada a fin de dar respuestas rápida y eficaz al colectivo.
- La investigación dio a conocer otros de los factores que repercuten en este tipo de
flagelo; es el nivel socio educativo, donde se pudo evidenciar que las mujeres víctimas de
violencia tienen un nivel educativo bajo, por lo cual se hace pertinente la introducción de una
serie de planes, programas y proyectos de educación en los distintos niveles, donde se pueda
concientizar a los niños, jóvenes y adultos sobre como erradicar la violencia en los núcleos
familiares.
- Es necesario la capacitación y especialización del personal que atiende a las víctimas
de género.

45
REFERENCIAS

Aiquipa, JJ. (2015) Dependencia emocional en mujeres víctimas de violencia de pareja.


Revista de Psicología.

Amanor, Y., Messing, JT., Stith, S., Anderson, J., O’Sullivan, C., & Campbell, JC. (2012)
Inmigrant and nonimmigrant women: factors that predict leaving an abusive relationship.
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