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La Palabra

ISSN: 0121-8530
lapalabra@uptc.edu.co
Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia
Colombia

Monroy Zuluaga, Leonardo


Entre el artista y el crítico: Basura de Héctor Abad Faciolince
La Palabra, núm. 25, julio-diciembre, 2014, pp. 57-68
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Tunja, Boyacá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=451545034005

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Entre el artista y el crítico: Basura de Héctor Abad Faciolince
Leonardo Monroy Zuluaga.

Entre el artista y el crítico: Basura de


Héctor Abad Faciolince*

Fecha de recepción: 3 de abril de 2014


Fecha de aprobación: 19 de abril de 2014

Resumen

Este artículo interpreta la novela Basura de Héctor Abad Leonardo Monroy Zuluaga
Faciolince, enfocando el análisis en dos grandes personajes tipo: Universidad del Tolima,
el artista y el crítico. La reflexión sobre el artista está basada Colombia
especialmente en las tesis de Rafael Gutiérrez Girardot; en este lmonroyz@ut.edu.co
sentido este artículo sugiere un diálogo entre Basura y la denominada
“novela de artistas”. El proceso de Davanzatti, el escritor dentro
Profesor Asociado de la Universidad del
de la novela, desde su confianza en el arte a su fracaso en la vida Tolima. Estudiante de Doctorado en Li-
es de esta forma explorado. Por otro lado, el crítico –un periodista teratura de la Universidad de Antioquia.
que lee constantemente los productos de Davanzatti- es analizado Magister en Literatura Hispanoamerica-
na del Instituto Caro y Cuervo. Libros
en sus diferentes etapas: desde sus lecturas especializadas hasta el publicados: La literatura del Tolima.
extraño interés por la vida de su vecino. Cuatro ensayos. Bogotá: Códice, 2008;
Cien años de novela en el Tolima. Iba-
gué: Universidad del Tolima, 2010. (En
Palabras clave: Basura, artista, crítico, novela colombiana. coautoría). Cuentos del Tolima. Antolo-
gía Crítica. Bogotá: Alma Mater, 2011
(En coautoría). Artículo de más recien-
te publicación: “La posmodernidad y
las redes sociales en 9 días de guerra en
facebook”. En Latin American Theater
Review, 47/1, Fall, 2013.
* Artículo de reflexión derivado de la investigación titulada El pensamiento litera-
rio de Rafael Gutiérrez Girardot, en el marco de los estudios de Doctorado en
Literatura de la Universidad de Antioquia.

Citar: Monroy Zuluaga, L. (julio – diciembre de 2014). Entre el artista y el crítico:


Basura de Héctor Abad Faciolince. La Palabra (25), 57-68

57 la palabra No. 25 Tunja, Julio - Diciembre de 2014, ISSN 0121-8530 pp. 57-68
IN BETWEEN THE ARTIST AND THE CRITIC: BASURA
BY HÉCTOR ABAD FACIOLINCE
Abstract

This article interprets Basura, the novel written by Héctor Abad Faciolince, focuses on two main
characters: the artist and the critic. The reflection about the artist is specially based on the thesis of
Rafael Gutiérrez Girardot; in that way, this article suggest a dialogue between Basura and the well
known “artist novel”. The process of Davanzatti, the writer inside the novel, from confidence on art
to a failure in life is then explored. On the other hand, the critic –a journalist that constantly read the
products of Davanzati- is analyzed in his different stages: from his specialized readings to a strange
interest for the life of his neighbor.

Key words: Basura, artist, critics, Colombian novel.

ENTRE L’ARTISTE ET LE CRITIQUE: ORDURE


D’HÉCTOR ABAD FACIOLINCE
Résumé

Cet article interprète le roman Ordure d’Héctor Abad FAciolince, en focalisant l’analyse sur deux
grands personnages type : l’artiste et le critique. La réflexion sur l’artiste se base spécialement sur les
thèses de Rafael Gutiérrez Girardot. Dans ce sens, cet article suggère un dialogue entre Ordure et celui
que l’on appelle «roman d’artistes». De cette manière on explore la procédure de Davanzatti, l’écrivain
dans le roman, dès sa confiance dans l’art, jusqu’à son échec dans la vie. D’autre part, le critique –un
journaliste qui lit constamment les produits de Davanzatti- est analysé dans ses différentes étapes : dès
ses lectures spécialisées, jusqu’à l’étrange intérêt par la vie de son voisin.

Mots clés: Ordure, artiste, critique, roman colombien.

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Entre el artista y el crítico: Basura de Héctor Abad Faciolince
Leonardo Monroy Zuluaga.

Pese a que, como se revela rar múltiples sentidos sobre la vanzatti y examina la vida de
en la entrevista titulada “Una literatura y las personas que es- su vecino; y el del enunciado,
crisis de fe” (2002 a), Héctor tán alrededor de ella? ¿Hay una este nivel dentro del anterior,
Abad Faciolince quería en prin- crítica, o por el contrario, un materializado en los desechos
cipio llamar a su novela El basu- reconocimiento a los agentes recogidos por el periodista y
riego, el cambio a Basura rinde que hacen posible el mercado desde el que se construyen las
tal vez mejores dividendos en literario, como los críticos, los visiones de mundo de Davan-
términos de la polisemia de la editores, los lectores y los mis- zatti1. Los límites de estos pla-
obra. Para cualquier lector el mos escritores? nos narrativos (con los cuales
título remite a diferentes sen- se introducen procedimientos
tidos: un riesgoso ejercicio de Para abordar algunos de metaficcionales como “la no-
autocrítica en el que el autor estos interrogantes es preciso vela de la novela o la ruptura de
declara su incompetencia en centrar la atención inicialmente los códigos formales” (Orejas,
el arte de construir una narra- en la fábula y así luego desagre- 2003, pp. 127-133)), son fluc-
ción, una desmotivación frente gar los significados más impor- tuantes y en ocasiones los datos
al impacto de la literatura en el tantes. Basura cuenta la historia expresados en la enunciación se
marco de la historia contem- de un periodista que por casua- cotejan y mezclan con los de lo
poránea o la parodia a las dos lidad accede a los borradores de enunciado.
miradas anteriores. diferentes documentos tirados
al shut por su vecino, Bernardo Es evidente que la pieza in-
Si se siguen las indicaciones Davanzatti, escritor olvidado. vita a un acercamiento sobre
de Héctor Abad en la entrevista El periodista se entusiasma y su componente metaficcional y
a la cual se ha hecho referencia, se obsesiona con los textos, las conclusiones que se pueden
la segunda opción parece la más sobre los que aplica sus crite- derivar de ello, pero también
ajustada a sus deseos: la pérdida rios de evaluación estética a la es posible, desde aquí, hacer
de fe en la literatura que se de- vez que se asoma a ellos para conjeturas sobre dos persona-
canta en un relato sobre la inu- ahondar en la vida del narrador jes-tipo que amplían el espacio
tilidad del esfuerzo de creación. fracasado. Hay entonces una para la interpretación: por un
Pero esta respuesta, como mu- búsqueda del recolector impro- lado, en el nivel del enunciado
chas de las que dan los autores visado cuyo conocimiento de se expresa la vida de un escritor
sobre sus propias piezas, tal vez Davanzatti está mediado por venido a menos; por el otro, en
simplifica el espectro de lectura los borradores que aparecen el de la enunciación, se encuen-
de Basura en tanto desdeña al- fragmentariamente en la narra- tran los trazos de un crítico li-
gunas preguntas: ¿Por qué se ción. terario, improvisado, pero que
construye precisamente una cumple con esa lectura que va,
novela y no se consigna todo, Dos planos se pueden dis- en muchas ocasiones, más allá
por ejemplo, en una entrevista, tinguir en Basura: el de la enun­ de lo anecdótico.
para hablar de la crisis de fe en ciación, en el que el periodista
la literatura? ¿Cuáles son los hace comentarios sobre el El presente texto parte de
mecanismos narrativos que se proceso de construcción de la esa estructura dual de la obra
exploran en la obra para gene- obra, critica los textos de Da- para interrogar algunas parti-

1 Este es el mismo punto de partida del estudio de Ariel González Rodríguez (2011) pero aquí el abordaje no se centrará exclu-
sivamente en el contrapunteo axiológico entre el crítico y el literato.

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cularidades del artista y del crí- narra la formación y el desa- Pese a que no se desarrolla de
tico expresadas en Basura. En rrollo de la sensibilidad artística manera cronológica, el proceso
las líneas siguientes se seguirá del protagonista” (2009, p. 25). de formación literaria de Da-
este camino en el que a la vez Para el investigador citado, este vanzatti -que en la mayoría de
se dialoga con la teoría de los modo narrativo crece desde me- los casos, y como se verá en
modos literarios, las estrategias diados del siglo XVIII en una líneas posteriores, se opone a
narrativas (especialmente las historia que ha tenido múltiples los valores burgueses- está de-
metaficcionales) y el papel del variantes. Lo importante es que lineado en Basura.
escritor y del crítico. El obje- en este grupo el artista adquiere
tivo es realizar una lectura que un lugar destacado y subyace Para ir a sus inicios, en una
interrogue constantemente, no la pregunta por el papel que de las búsquedas sobre los da-
sólo los elementos formales de cumple en la sociedad. tos de Bernardo, el periodista
los cuales se compone, sino su se encuentra con Carlos José
imbricación con la generación Esta última es precisamente Sanín, amigo del susodicho,
de múltiples sentidos que sub- la mirada que realiza Rafael quien lo pone al tanto de las
yacen en Basura. Gutiérrez Girardot quien, de primeras etapas de Davanzatti.
acuerdo con el mismo Fran- Al hablar sobre los motivos
La formación del cisco Plata, introduce el con- que tuvo Bernardo para invo-
creador cepto de novela de artista en lucrarse en el negocio del nar-
Latinoamérica (2009, p. 31). cotráfico, Sanín revela un dato
La importancia de Davan- A grandes rasgos, en su libro importante: “Él (Davanzatti) lo
zatti en Basura es innegable, Modernismo (1983), Gutiérrez hizo por dinero, es decir, por
y lleva a preguntar por la tra- Girardot afirma que la evolu- dinero en dos sentidos, por
dición de obras que asedian ción de este tipo de narración plata para poder reconquistar a
las disyuntivas de los artistas, en Hispanoamérica obedece a su mujer, para que esta volviera,
en este caso particular, de los la disquisición sobre el papel y también para poder escribir
creadores literarios. Aunque del escritor en el marco de la en paz sin tener que trabajar en
sería impreciso olvidar que la sociedad burguesa y a la pugna otra cosa, porque él trabajaba
obra se diseña sobre una es- entre dos visiones: por un lado, también en un banco, en un
tructura bipolar (especialmente la división del trabajo, en la buen cargo, creo, hasta que lo
en el sistema de los persona- que el artista queda relegado a dejó para escribir su primer li-
jes), en que la reflexión sobre un segundo plano y en la que bro” (Abad, 2000, p. 117).
el crítico constituye también el creador literario responde
una arista nuclear, el hecho de con una ambigua marginalidad, Se plantea aquí el primer
que en ella se indague sobre las mientras que, por otro lado, gesto de Davanzatti que reta los
cuitas de un escritor olvidado frente a los valores de la bur- valores de la sociedad burguesa:
permite abordarla en el marco guesía, donde se ve el “egoísmo la apuesta por la creación litera-
de un diálogo con la llamada como principio general, las ria a riesgo de una inestabilidad
novela de artistas. dependencias recíprocas, el in- económica y emocional que
terés propio y el principio de destruye su familia y a la postre
De acuerdo con Francisco utilidad” (2004, p. 45), se crean pesará en su silencio. En ese
Plata “se puede describir la mundos utópicos en los que, primer momento de entrega al
novela de artista como una va- directa o indirectamente, se arte por encima de las regulacio-
riedad del Bildungsroman que critica a la sociedad de la época. nes, Davanzatti tiene en común

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con otros protagonistas de las penuria, el menester, la natu- ¿Cuáles son los renglones
novelas de artistas el hecho de raleza, dominado y arrebatado en los que reflexiona Davan-
que ellos “se afirman medi- por los instintos naturales, y las zatti? Ellos pueden ir desde los
ante la negación de la sociedad pasiones; y por otra, se eleva detalles de composición de sus
y del tiempo en que vivieron” a las ideas eternas, al reino del producciones hasta el papel de
(Gutiérrez, 2004, p. 57). Así, pensamiento y la libertad…” la literatura en su vida. Las alu-
frente al concepto de enriqueci- (Gutiérrez, 2004, p. 44). La dis­ siones al peso de Gabriel Gar-
miento como sinónimo de éxito yuntiva no siempre se resuelve cía Márquez, por ejemplo, son
(trabajar en un banco y conse- de la mejor manera y la pulsión la evidencia de que Bernardo
cuentemente lograr solvencia hacia uno de los lados de la ba­ evalúa y se cuestiona por el do-
económica), Davanzatti prefiere lanza (el dinero o la literatura) minio de la tradición, en espe-
la inmersión en los universos termina por deteriorar el des- cial para oponerse a una esté-
de ficción, tan defenestrados y tino de Davanzatti. tica que, como la del realismo
poco remunerados en la socie- mágico, se impuso después de
dad burguesa. Su pasión por el Una vez ha perdido el segunda mitad del siglo XX en
arte rompe de paso con el nú- camino de los afectos y en un Colombia.
cleo familiar, que intentará re- espacio económicamente có-
cuperar en varias ocasiones y al modo para su labor narrativa, Su mirada va en la misma
que, hacia el final, reconocerá en Bernardo ingresa en lo que se dirección de varios de los críti-
sus borradores como el único podría denominar como el se- cos literarios que, bajo dife-
lugar en el que su existencia gundo nivel de su formación rentes denominaciones y sin
pudo haber tenido un sentido. en la sensibilidad creativa. Es menospreciar el aporte de Gar-
el proceso de la (auto) crítica cía Márquez, han querido dar
El involucramiento en el ne- a su ejercicio con la pluma. cuenta de la necesidad de des-
gocio del narcotráfico posterior Encuadrado en el marco de la linde de una voz influyente en
a su retiro del banco, tiene por historia occidental esta tenden- la literatura nacional, como la
objetivo la búsqueda de su amor cia a la interrogación constante del premio Nobel colombiano2.
y la posibilidad de escribir sin es uno de los presupuestos de En sus borradores Davanzatti
contratiempos. Davanzatti en- la modernidad que, a partir de expresa, con algo de inquina y
carna aquí lo que Beebe (citado Kant, invita al uso constante hablando en tercera persona, la
por Plata, 2009, 89) ha llamado, de la razón para “servirse de voluntad de alejarse de los pre-
refiriéndose a una de las cons­ su propio entendimiento” y así supuestos estéticos del autor de
tantes de los protagonistas de “plantear problemas, discutir- Cien años de soledad: “escribía,
las novelas de artistas, el “yo los” (Gutiérrez, 1989, p. 88). Al ni bien ni mal, pero una de sus
dividido” o, lo que es similar, el preguntarse, por encima de sus obsesiones era superar al escri-
“anfibio” (Gutiérrez, 2004, pp. impulsos, sobre su propia cre- tor más famoso de la Costa;
43-44), esto es, aquel que frente ación, Davanzatti asume una decía que era necesario desha­
a la sociedad burguesa “por postura moderna que lo llevará cerse de la magia, despojar al
una parte… se ve enredado en a hacer evaluaciones acerca de país de las supuestas maravillas
la realidad vulgar, en la tempo- su vida y la literatura, lo que de inventadas por él” (Abad, 2000,
ralidad terrenal, acosado por la alguna manera definirá su final. p. 58)

2 Ver al respecto etiquetas como: la “superación del macondismo” (Fajardo, 2002, p. 176); o el “garciamarquicidio” en Kohut
(1994).

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Estas remisiones a la tarea nardo “dice que la literatura ya tación del arte en un mundo
de García Márquez son la ex- no tiene nada que descubrir” en el que tal vez el uso libre
presión de una autoconciencia (Abad, 2000, p. 168), en un de la razón sigue estando pre-
de su lugar (el de Bernardo) en ademán que se conecta con sente, pero es casi inoperante
el marco de la tradición lite- la llamada “crisis de la fe” a la en el ámbito de la sociedad en-
raria colombiana y plantean, de cual se refiere el propio Abad tregada a la “tecnoeconomo-
paso, un programa estético en Faciolince en “Una crisis de fe” filia” (Gutiérrez, 1968, p. 21),
el que los elementos mágicos (2002 a). esto es, una sociedad en la que
o fantásticos se diluyan a favor los valores son dictados cada
de un realismo que dé cuenta A despecho de esta con- vez más por el afán de lucro y
de la violencia citadina derivada clusión, lo que parece llevar a el ritmo monótono y alienante
especialmente del narcotráfico. la pérdida de fe en la literatura de la técnica. En concomitan-
Para utilizar aquí una expre- por parte de Davanzatti no es cia con este fenómeno de la
sión de Hugo Chaparro, puesta la historia de la literatura, sino época actual, sus aseveraciones
en unos de sus títulos, Davan- lo que ha devenido en la con- parecen conducir a una lectura
zatti quiere pasar “del realismo temporaneidad. En la carta a la negativa de un cierto renglón
mágico al realismo trágico” esposa de Bernardo, que el pe- de la literatura del momento, en
(Chaparro, 2005). riodista se encarga de presentar la que la preocupación por el
a los lectores, Davanzatti entre- lenguaje y la trascendencia del
A la reflexión sobre el mezcla confesiones personales arte han pasado a un segundo
campo literario nacional le con digresiones sobre la narra- plano. Una literatura que, a
suma Davanzatti su visión tiva en la época actual: “Ahora diferencia de otros siglos, no
acerca de la literatura contem- estoy convencido de que la se piensa a largo plazo, ni tam-
poránea. En un texto de corte literatura, la de hoy por lo me- poco se erige como explicación
casi ensayístico3, Davanzatti nos, es una mierda, una vanidad del ser en su totalidad.
asegura que “lo que trato de inútil, un ruido que se añade a
saber es dónde queda un lugar la música de los siglos, cuando Frente a estos dos grandes
para la literatura en el cono- escribir era todavía algo valioso. escenarios en los que ha re-
cimiento del mundo” (Abad, Ya no sabemos escribir histo- flexionado (el del campo lite-
2000, p. 32). La pregunta, que rias y Medellín jamás tendrá su rario colombiano y el de la liter-
con fuerte similitud se formula Balzac” (Abad, 2000, p. 91) atura contemporánea), Davan-
el artista moderno una vez se zatti reconoce su incompeten-
hace consciente de su carácter Davanzatti no denigra de la cia. Las miradas sobre su propia
marginal en la sociedad bur- literatura en general y sólo la escritura lo torturan constante-
guesa, es resuelta a cuentago- emprende contra las produc- mente. Por ejemplo, en un ejer-
tas por el mismo Davanzatti. ciones cercanas a su tiempo. cicio íntimo, Davanzatti arrecia
Anapaola, el personaje que Hay una cierta mitificación del contra sus creaciones: “Esto es
aparece casi repentinamente pasado literario y sus alcances pura mierda. Esto es legítima y
hacia el final de la narración le en los individuos. Davanzatti absoluta bazofia. Eres y serás
advierte al periodista que Ber- se apena de la pérdida de gravi- siempre un escritor de mama-

3 La “disolución entre el ensayo y la novela” como rasgo de la práctica metanarrativa en Basura (Quesada, 2009, 332) entronca
aquí con las particularidades de composición de las novelas de artistas que de acuerdo con Gutiérrez Girardot “se caracterizan
formalmente por la heterogeneidad de los elementos que la componen: diálogo, diario, “ensayo”, supuesto testimonio, etc.”
(2004, p. 57)

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rrachos. Nunca se había escrito cariño (esa hija “que también me estoy haciendo el mártir”
porquería igual. No hay idiotez fue hija mía, y lo sigue siendo”, (Abad, 2000, p. 90), y posterior­
más maloliente que estas idio­ expresa con ternura en una mente, cuando ha recibido la
teces…” (Abad, 2000, p. 133) carta a Rebeca (Abad, 2000, p. visita de su esposa, su hija y su
92)), y en las escenas en las que nieta señala: “Ahora dejaré de
Al referirse a la novela de ar- el periodista relata su encuentro escribir hasta para mí mismo.
tista, Lía Ogno percibe que los con su familia perdida, se per­ Algo se ha roto en mi vida, en
personajes principales “viven cibe aun la esperanza de lograr mi escritura, algo se ha roto…
en los márgenes de la sociedad el amor pleno así como la at- Pasó algo que yo sabía que iba
y todos ellos, con diferentes mósfera de disforia en la que ha pasar… Una emoción, una
grados y modalidades, acaban derivado su vida. gran emoción, seguida de un
abrazando un fracaso exis- definitivo desconsuelo. Lo que
tencial, que, en los casos más Davanzatti se oculta en yo más quería, lo único que yo
radicales, es también un fracaso su apartamento, una especie quería, la forma de mi vida, lo
artístico” (Citado por Plata, de torre de marfil que, según que podría haber justificado mi
2009, p. 32). La experiencia Beebe (Citado por Plata, 2009, vida, lo vi pasar ante mis ojos y
de Davanzatti es característica p. 87) es otro de los patrones de era ajeno” (Abad, 2000, p. 178).
de esta situación pero aquí el las novelas de artista. Es verdad
orden es tal vez inverso: la in- que en su ostracismo influye su Davanzatti toma así la vía in-
competencia en el arte de crear sordera, pero más allá de eso, versa del individuo romántico y
historias le recuerda constante- el enclaustramiento en su torre desiste de usar la palabra como
mente la pérdida de su esposa, de marfil no revela tanto el te- forma de exorcismo de las tur-
su hija y su nieta. mor por enfrentarse al mundo bulencias internas. La pluma no
con su problema de salud, ni tiene nada que aliviar y por el
La relación con la literatura la ufanía derivada de una aris- contrario recuerda las punzadas
es entonces contradictoria: Ber- tocracia del conocimiento, sino de una vida errática. Su silencio
nardo es proclive a escribir por el punto más elevado de su no se deriva tanto de la visión
naturaleza pero cada uno de sus autoconciencia del fracaso. El de un mundo asonado por las
intentos frustrados, esa basura sentido de la existencia se le ha guerras4 sino de su propia inca-
que lo indigesta, le recuerda que diluido y allí en su apartamento pacidad de pergeñar una obra
ha jugado la felicidad a un espe- expulsa las palabras a las que se trascendente o de restañar las
jismo y que no ha sabido esco- ha aferrado durante décadas, y heridas de una relación familiar
ger lo realmente fundamental: por las que se ha perdido. rota.
su familia. Por eso es que tanto
en sus ficciones (por ejemplo, el La conciencia de la derrota Basura se encuadra así den-
alter ego de Rebeca, su esposa, lo lleva al último estadio de su tro de la tradición de la novela
que aparece con el nombre de formación como creador: el si- de artista para mostrar el pro-
Débora, no concreta una infi- lencio. En la carta a su esposa le ceso de formación de la sensi-
delidad sexual con el clarine­ afirma que “los mediocres nos bilidad de su protagonista que
tista (Abad, 2000, p. 76)), como tenemos muy merecido el si- finalmente –marca registrada
en sus abiertas expresiones de lencio, la total indiferencia, y no de la modernidad- termina en

4 Se puede recordar aquí la el artículo de Rafael Gutiérrez Girardot titulado “Paul Celan y César Vallejo: la poesía ante la
destrucción” (1998).

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fracaso. El reto a los valores de En este sentido, y antes de ejerce las labores de analista
la sociedad burguesa, la crítica a entrar en la interpretación del pero a la vez de autor. Así, hay
la creación literaria, y el silencio texto, es casi inevitable recor- en Basura una doble invitación
final, son las tres etapas de Da- dar la mirada del propio autor implícita: por un lado, a cotejar,
vanzatti quien, además, parece sobre los críticos literarios. En en la interpretación de la obra
sentir una nostalgia tardía por un tono arrasador contra todos de Davanzatti, los criterios del
los afectos perdidos. Basura es, los agentes que se involucran crítico improvisado con los del
entre otras cosas, una novela en la literatura, Abad Faciolince lector; por el otro, a aplicar a
del creador sin éxito, artística y expresa, entre otras cosas, que Basura –cuyo autor implícito se
existencialmente. “los escritores pavosreales y los erige como personaje principal-
profesores de literatura y los los baremos que utiliza el narra-
Del texto a la vida: críticos literarios se pasean por dor en la exégesis de los textos
¿una parodia del todos los cafés y los aeropuer- de su vecino.
crítico? tos y los hoteles del mundo
diciendo ridiculeces, pontifi- En este sentido, cuando
Si bien el narrador de Basura cando y hablando como libros” en las páginas iniciales el na-
afirma que poco sabe de crítica (2002 a). rrador evalúa la obra El diario
literaria (Abad, 2000, p. 50), la de un impostor de Davanzatti,
forma como se presenta en la El matiz devastador no im- se expresan los primeros ras-
obra es propia de un crítico, presiona si se entiende que gos de su mirada. De acuerdo
que aunque no está vinculado en algunos escritos de Abad con su exploración, esa novela
a la academia, es conocedor hay una suerte de intención “peca quizá de un marcado ex-
de los pormenores de la elabo- polémica que recurre a asevera- perimentalismo (de ese que es-
ración de una obra. Es bajo su ciones escandalosas que, por taba tan en boga por los años
mirada de lector casi especia- esa misma razón, corren el sesenta), pero si uno despeja
lizado que se puede dilucidar en riesgo de simplificar los con- sus malabarismos en los saltos
Basura el efecto de “tratado, no flictos. Basta revisar no sólo la temporales, la inútil comple-
teórico, sino práctico y, además, entrevista citada, sino ciertos jidad en la sintaxis, la casi to-
humorístico, de algunos de los ensayos de su libro Palabras tal ausencia de puntuación y
problemas con que se han to- sueltas (2002) y algunas de sus la excesiva obsesión por las
pado los autores a lo largo de columnas periodísticas, para alusiones literarias, el libro se
la historia: el difícil equilibrio notar esa expresión venenosa salva” (Abad, 2000, p. 16). El
entre unidad y variedad, la in- aunque en ocasiones angosta. reconocimiento de la historia
clusión de narraciones dentro de la literatura latinoamericana
de narraciones, el problema de ¿Cómo se entiende el es el punto de partida para la
las influencias…” (Quesada, crítico, desde la interpretación crítica y la creación novelesca.
2009, p. 347). Adentrarse en las de Basura, en el marco de la so- El narrador desdeña ciertos ar-
particularidades de ese impro- ciedad actual? ¿Es un alter ego tilugios de composición que no
visado lector especializado con- del autor? ¿Hay en Basura ese son de buen calado en la lite-
siste, entonces, en comprender deseo por burlarse de su labor? ratura contemporánea, acaso
sus preceptos estéticos y, si se Para encarar estas preguntas es porque existe hoy un desgaste
le mira como un símbolo, ubi- necesario seguir el camino del de la experimentación con-
carlo en el marco de la vida propio periodista. Este camino jugado a una cada vez mayor
contemporánea. es particular porque el narrador injerencia de los lectores pro-

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medio, que esperan obras sin la falta de unidad de la obra. La aparece aquí un llamado sote­
complicaciones mayores. metáfora de la narración fa­llida rrado al lector para que evalúe
como un árbol al que le sale la experticia del narrador: ¿ha
Con base en lo anterior, el muchas ramas (Abad 2000, pp. editado lo suficiente para que
narrador no hará uso de las 84 - 145), es un dato impor- Basura no quede como un ár-
“piruetas verbales” (Abad, tante en la apreciación literaria bol al que le salen muchas ra-
2000, p. 103) que tanto gustan del periodista. Su concepción mas?
en ocasiones a Davanzatti. Por de cuento y de novela se dirigen
el contrario, la prosa casi colo- en esa dirección: el primero no El riesgo de Abad Faciolince
quial en la que se cuenta Basura puede dejar tantos cabos suel- se concentra precisamente en
es de fácil digestión ¿Es esta tos, mientras que la segunda que uno de los personajes prin-
una oposición al matiz retórico “no puede tener tantas puertas cipales (el crítico) sea, quien de
con el que se ha querido aso- porque entonces los lectores se paso, le eche al traste su crea­
ciar la literatura colombiana?5 pierden” (Abad, 2000, p. 84). ción, con lo que Abad sería
Es probable que así sea y que autoconsciente de sus errores
desde la frase inicial (“esto que La estrategia narrativa que y problemas. Pero aun con esa
empiezo empezó cuando me genera más riesgos en la pérdida cantidad de historias interca-
pasé a vivir por el Parque de de la unidad, es precisamente ladas que aparecen en los bo­
Laureles” (Abad, 2000, p. 13)) la del relato dentro de otro: rradores de Davanzatti, y que
haya no sólo un rechazo cons­ “Davanzatti, voy a decir una serán como esas temibles ra-
tante al lenguaje elaborado, obviedad, tenía la obsesión de mas que hacen perder al lector,
culto y en ocasiones vacío, sino insertar historias dentro de las el sentido de unidad de Basura
también una parodia a esa mu- historias. Si hubiera leído me- es logrado desde la aventura del
sicalidad con la que muchos es- nos a Quevedo y más las críti- hombre que indaga en papeles
critores colombianos han espi- cas que se le hacen a Cervantes desechados y desde el proceso
gado su obra. por sus novelas breves interca- de formación del artista encar-
ladas en el Quijote, tal vez en nado en el destino de Davan-
En realidad, la experimen- su escritura se hubiera cuidado zatti.
tación de Basura, y por la que más de esa fiebre narrativa, de
puede llegar a confundir a los esas ramas y ramas que le salían En el narrador hay una for-
lectores, no está en un lenguaje del tronco, ya de por sí grueso, mulación consciente de los
alambicado ni en saltos tempo- de sus relatos deshilachados” problemas de la escritura y, de
rales dramáticos, sino en el uso (Abad, 2000, p. 145) considerarse aquel como un
de los procedimientos metafic- alter ego de Héctor Abad Fa-
cionales, en especial la puesta Lo llamativo de este caso es ciolince, se puede afirmar que
en marcha de historias dentro que la novela que el periodista el autor sopesó bien los peli-
de otras historias. Al respecto, escribe y edita, utiliza, de igual gros de su apuesta. En ambos
el narrador reflexiona cons­ forma, la estrategia metaficcio- (autor real y personaje), y pese
tantemente sobre la impericia nal a la cual teme si no se con- al desparpajo del lenguaje, hay
de Davanzatti y concluye que cibe con tacto. Como se había una fuerte labor experimental,
uno de sus problemas es el de anticipado en líneas anteriores, de una literatura que se sale de

5 Recordar las evaluaciones que en el mismo sentido se vienen haciendo sobre la literatura colombiana desde décadas pasadas,
con intelectuales como Baldomero Sanín Cano (1932), Jorge Zalamea (1948) y Hernando Téllez (1946).

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las convenciones de la novela los (los textos de Davanzatti) narrador llega incluso a esta-
colombiana y que propone influía también el hecho de dios de un paroxismo gracioso
una escritura menos retórica, que, desde mi primera lectura, frente a los textos de Bernardo
aunque riesgosamente colo- me atormentaba la duda de si Davanzatti cuando no encuen-
quial. Lo importante aquí es esos papeles eran pura ficción tra en esos borradores trazos de
que el autor se enfrenta a esos o tenían algo que ver realmente la existencia real: “Lo maldije,
peligros y encara, con cono- con su vida” (Abad, 2000, p. lo insulté, mandé palabrotas
cimiento de causa, a la tradición 27). mirando el techo de mi casa (el
novelística. piso de la suya) le hice gestos
Esta fluctuación, entre el obscenos con los brazos, me
En este caso se comprende texto de ficción y la vida real, puse ante la boca las dos manos
al crítico como una suerte de será constante en todo su pro- y varias veces le grité hijueputa”
escritor (de pastiches), y al es- ceso interpretativo y lo lle- (Abad, 2000, p. 164).
critor que debe conocer el vará, en ocasiones de manera
trabajo crítico para realizar su simplista, a encontrar trazos Este desdibujamiento de la
obra con fortaleza. En ambas de seres humanos reales en seriedad con la que en ciertos
vías hay una oposición a la ins- los personajes de ficción. En pasajes se asume la indagación
piración y un juego a favor de su afán por descubrir facetas de la obra por parte del crítico,
la creación literaria como labor ocultas de Davanzatti, el crítico bordea los extremos hacia el
disciplinada y razonada, que improvisado rompe con una final, en donde ya ni siquiera
necesita no sólo de la agudeza de las reglas fundamentales hay una preocupación por los
en la mirada sino, además, de “para abordar un texto litera- borradores sino que se busca a
una interpretación de la histo- rio (y) es que el lector acepte, amigos de Davanzatti para co-
ria literaria y del trabajo con la tácitamente, un pacto ficcional nocer de su vida. Hay un tono
palabra y sus múltiples posibi- con el autor, lo que Coleridge burlesco, en especial cuando se
lidades. llama la <<suspensión de la narran las peripecias del perio-
incredulidad>>. El lector tiene dista en su intento por obtener
Al conocimiento de la que saber que lo que se cuenta información sobre Bernardo.
tradición literaria y los inte- es una historia imaginaria, sin Su ansiedad lo lleva al límite
rrogantes alrededor de la por ello pensar que el autor está de entrar ilegalmente al aparta-
unidad de la obra se suma un diciendo una mentira” (Eco, mento de su vecino para “bus-
tercer elemento de discusión 1996, p. 85). car un diario” (Abad, 2000, p.
que a la postre será definitivo 177) o algo similar con lo que
en el devenir del periodista: la Por esta vía, en la que el pueda enlazar la madeja exis-
búsqueda de los alter ego. En pacto ficcional se rompe, y se tencial de Davanzatti.
su obsesión por inmiscuirse busca, casi con obscenidad,
en la vida de Davanzatti, el na- correspondencias entre perso- El crítico improvisado ha
rrador persigue por momentos najes y seres reales, se va con- ido del texto a la vida y en este
pistas textuales que lo lleven a figurando una caricatura del movimiento parece encarnar
reconocer el perfil de su vecino crítico literario que desplaza su el prototipo de individuo con-
y de quienes lo han rodeado. interés por el texto y las múlti- temporáneo al que le anima
Así se aprecia, por ejemplo, ples significaciones que de él conocer los más mínimos deta-
cuando afirma que “tal vez en surgen, para tratar de invadir lles del otro. En este sentido,
este cuidado que ponía al leer- el espacio íntimo del autor. El en concomitancia con la “visi-

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Entre el artista y el crítico: Basura de Héctor Abad Faciolince
Leonardo Monroy Zuluaga.

bilidad de lo privado” (Arfuch, obra del escritor, sino sus más dad y trata de renovar al mismo
2007, p. 42), en este personaje íntimas pertenencias y secretos. tiempo la tradición novelística
impera el “ojo voyerístico” colombiana. Para el caso del
(Arfuch, 2007, p. 42), que de- Como novela del crítico, Ba- escritor fracasado, se recuer-
sea hilar fino en la vida ajena. sura no sugiere una sola lectura dan obras como De sobremesa
El crítico puesto en escena en sobre la configuración de este (1925) de José Asunción Silva y
Basura parece hacer parte de agente importante en el círculo Sin remedio (1984) de Antonio
esa legión de seres que desean literario: su conocimiento tex- Caballero. El crítico literario, en
abrir las puertas más oscuras tual es fundamental para lograr cambio, no parece haber sido
de sus congéneres y, de alguna una exploración profunda pero un personaje-tipo atractivo para
manera, evitar la mirada propia. no sirve de mucho (tanto para la novela colombiana, y su pre­
Queda en la ambigüedad si ese convertirse en el hazmerreír sencia en la obra de Abad abre
actante de Basura tiene, en ese de los demás), cuando olvida un espacio a la polémica sobre
afán inquisitorio, una intención que sus objetivos son los del la función de la crítica literaria
real de conocer al ser humano conocimiento del ser humano, en Colombia. Ese contrapun-
o si hace parte de una tendencia en términos genéricos, y no los teo se lleva a cabo en el marco
incómoda de acceder a la exis- datos particulares de un indi- de estrategias metaficcionales
tencia de Davanzatti tan sólo viduo, que tal vez sólo sirven a las que no han sido ajenas
por auto complacerse con sus para el cotilleo cotidiano. El las obras colombianas recien-
caídas y sus triunfos. crítico gravita cuando entiende tes (recordar, por ejemplo, La
el funcionamiento de los tex- otra selva (1991) de Boris Sala-
En todo caso ese papel de tos pero se destiñe al figurarse zar, Cantata para el fin de los
violador de lo privado y los amanuense de las anécdotas del tiempos (1996) de César Pérez
procedimientos que utiliza para escritor. El buen lector explora Pinzón y Debido Proceso (2000)
llegar a la intimidad configu- la condición humana cuando de Jaime Alejandro Rodríguez),
ran “la burla hacia aquellos que parte del texto y no se anima y un lenguaje coloquial con el
buscan a toda costa relaciones a seguirle el juego a la socie- que Héctor Abad pretende
de causalidad entre la vida y dad contemporánea en la que distanciarse de la herencia de
la obra de un autor y realizan la revelación de la intimidad García Márquez. En esa repre-
una interpretación básicamente produce intriga y, consecuen­ sentación simbólica del artista
biografista” (Quesada, 2009, temente, un público atento a y del crítico, desa­rrollada con
p. 350). Cuando el aguzado invadirla. estrategias metaficcionales y un
ojo voyerístico sobrepasa los lenguaje de alguna manera ex-
límites del texto y se involucra Conclusiones traño a la literatura colombiana,
en la existencia ajena, el crítico se pueden hallar algunos de los
termina siendo un personaje Desde el contrapunteo entre ejes significativos de Basura.
caricaturesco, una especie de el creador literario (el artista) y
bufón que fetichiza, no ya la el crítico, Basura da continui-

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