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Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad

n COYUNTURA No 257, julio-agosto de 2015, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

Argentina: del bipartidismo


a la «democracia peronista»
María Esperanza Casullo

Luego de la crisis de 2001 se popularizó en Argentina la tesis


de la «disolución del sistema de partidos». No obstante, mediante
el análisis de datos electorales, puede demostrarse que la
respuesta del sistema de partidos argentino a la crisis fue asimétrica:
mientras que el campo no peronista nunca pudo recuperarse
del impacto, el peronismo no solo se recuperó, sino que hoy
aparece como hegemónico en la política nacional. Las elecciones
presidenciales de 2015 parecen confirmar esta especial capacidad
de sobrevida y vuelven a colocar a la fuerza fundada por
Juan Perón como una de las grandes favoritas.

L a democracia argentina tiene ya


más de 30 años de edad (si fuera
una ciudadana, no solo estaría habilita-
joven y dubitativa democracia ha pro-
bado ser más resiliente de lo que mu-
chos pensaban en los años de la «pri-
da para votar, sino que ya podría ser, mavera» alfonsinista: ha persistido a
por ejemplo, candidata a senadora se- pesar de tres episodios de insubordi-
gún la legislación nacional). A los ar- nación militar, varias crisis económi-
gentinos que nacimos a la conciencia cas graves, un número incontable de
política en los años de la transición, graves conflictos sociales y una crisis
esta fecha no puede sino emocionar- política en 2002 que se llevó a cinco pre-
nos: no faltaron momentos en los que sidentes en dos semanas. Hace 30 años,
alcanzar semejante hito parecía impo- hubiéramos pensado que vivir en un
sible. Pero la que fuera en 1983 una régimen democrático con elecciones

María Esperanza Casullo: es politóloga, doctora en Gobierno de la Universidad de Georgetown


(Estados Unidos) y profesora de la Universidad Nacional de Río Negro (Argentina). Publicó artícu-
los y capítulos sobre teoría de la democracia, populismo latinoamericano y peronismo. Colabora
habitualmente en publicaciones especializadas como El Estadista y Nueva Ciudad. Correo electróni-
co: <mecasullo@unrn.edu.ar>.
Palabras claves: bipartidismo, democracia, peronismo, Cristina Fernández de Kirchner, Argentina.
Nota: este artículo surgió de la conferencia «Argentina Today and Tomorrow: Prospects and
Challenges», celebrada en el Center for Latin American Studies de la Brown University el 22 de
febrero de este año. La autora agradece a José Itzigsohn, Richard Snyder, Andrés Malamud y
Ernesto Calvo por sus aportes y comentarios.
17 Coyuntura
Argentina: del bipartidismo a la «democracia peronista»

limpias y libres y sin amenazas auto- ■■ La crisis de los partidos…


ritarias era un logro en sí mismo; hoy, ¿la crisis de los partidos?
sin embargo, sabemos que estos crite-
rios minimalistas no son suficientes Un contraargumento posible es que
y que podemos aspirar no solo a una la democracia argentina no puede ser
democracia, sino a una democracia peronista porque en nuestro país los
de buena calidad1. La sola resilien- partidos están en crisis y, mientras la
cia democrática no es poco; pero aun democracia parece fortalecerse en el
así, tenemos derecho a esperar más tiempo, sus partidos políticos se de-
de la democracia. bilitan. Tal crisis en relación con los
partidos fue la vedette analítica entre
¿Qué clase de democracia tiene Ar- 2001 y 20025; sin embargo, y habiendo
gentina hoy? No existe consenso: ya transcurrido diez años de ese mo-
ha sido caracterizada como delega- mento, podemos ver que la tan menta-
tiva2, populista3, hiperpresidencialis- da «crisis de representación»6 no afectó
ta4, y la lista puede seguir. La pers- ni afecta a todo el sistema de partidos,
pectiva de este artículo es más simple sino solo a la mitad no peronista del es-
y no aspira a encontrar un único ad- pectro. La mitad peronista no solo no
jetivo que describa la totalidad de la está en crisis, sino que, en cuanto a can-
práctica democrática nacional desde tidad de votos, le va mejor que nunca.
un ángulo normativo. Emplearemos Veamos los datos. En 1983 Argentina
aquí un enfoque más modesto e in- reingresó en la vida democrática con
ductivo. Sean cuales fueren sus falen-
cias, los analistas coinciden en que las 1. Guillermo O’Donnell, Osvaldo Iazzetta y
elecciones argentinas han sido acep- Hugo Quiroga: Democracia delegativa, Prome-
teo, Buenos Aires, 2011.
tablemente limpias, libres y represen- 2. Ibíd.
tativas, con una tasa de participación 3. Ernesto Laclau: La razón populista, Fondo de
Cultura Económica, Buenos Aires, 2005.
electoral que supera rutinariamente 4. Alberto Castells: «La institución presiden-
el 70%. Partiendo de esa base, lo que cial en el sistema político argentino» en Re-
vista Electrónica del Instituto de Investigaciones
sigue es un ejercicio estrictamente Ambrosio L. Gioja año vi No 9, 2012.
empírico que se centrará en el análi- 5. Juan Carlos Torre: «Los huérfanos de la polí-
tica de partidos. Sobre los alcances y la natura-
sis de los datos de elecciones naciona- leza de la crisis de representación partidaria»
les que son de acceso universal. Con en Desarrollo Económico vol. 42 No 42, 2003; Er-
esta perspectiva, la respuesta a la pre- nesto Calvo y Marcelo Escolar: La nueva política
de partidos en Argentina. Crisis política, realinea-
gunta «¿qué tipo de democracia tiene mientos partidarios y reforma electoral, Prometeo,
la Argentina?» es simple: si miramos Buenos Aires, 2005.
6. Marcelo Cavarozzi y M.E. Casullo: «Los par-
los números electorales agregados en tidos políticos en América Latina hoy: ¿con-
el nivel nacional, la democracia ar- solidación o crisis?» en M. Cavarozzi y Juan
Manuel Abal Medina: El asedio a la política: los
gentina es, ante todo, una democra- partidos latinoamericanos en la era neoliberal,
cia peronista. Homo Sapiens, Rosario, 2002.
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María Esperanza Casullo

Cuadro 1
Argentina: resultados de las elecciones nacionales, 1983

ucr pj Otros

Presidente (porcentaje de votos) 51,75 40,16 7,92


Diputados (bancas conseguidas) 129 111 14

Fuente: «Atlas de elecciones» en Blog de Andy Tow, <www.andytow.com>.

un sistema casi perfectamente bipar- ción con la incapacidad del gobierno


tidista, dominado por la Unión Cívica de Alfonsín para resolver la crisis eco-
Radical (ucr) y el Partido Justicialista nómica se tradujo en su renuncia y en
(pj, peronista). elecciones anticipadas, pero aun en
plena crisis el radicalismo pudo con-
En la elección de 1983 compitieron los servar una buena porción de los vo-
dos partidos tradicionales de Argenti- tos: Eduardo Angeloz, del ala dere-
na (pj y ucr), más una tercera fuerza, cha del partido, obtuvo 37% de los
el Partido Intransigente (pi, nacionalis- sufragios, mientras el peronista Car-
ta de izquierda). El claro –aunque para los Menem ganaba las elecciones con
algunos inesperado– ganador de esas 47%. La situación no parecía catastró-
elecciones fue el radical Raúl Alfon- fica para la ucr y los analistas podían
sín, del ala «socialdemocratizada» de esperar que, luego de cierto tiempo, el
su partido, con más de 50% de los vo- más antiguo partido argentino, funda-
tos. El peronismo, aunque fue derro- do en 1891, pudiera renovarse y renacer
tado, obtuvo sin embargo un robusto de sus cenizas, como ya lo había hecho
40,61% de los votos para presidente. en otros momentos de su larga historia.
Todas las otras fórmulas combina- Sin embargo, los datos electorales nos
das consiguieron algo menos de 9%. muestran que el sistema de partidos ar-
La Cámara de Diputados resultante gentino cambió de forma más duradera
de esas elecciones quedó dividida en en la década de 1990.
una clara mayoría y una clara mino-
ría, más un puñado de parlamentarios El quiebre del bipartidismo se produ-
de los partidos minoritarios (en ese jo en 1995. En la elección presidencial
entonces, los senadores eran elegidos de ese año, la ucr obtuvo menos votos
por las legislaturas provinciales y no que en el crítico 1989, cuando se votó
por voto directo). durante una crisis hiperinflacionaria.
Claramente, la decisión de Alfonsín
La naturaleza bipartidista del siste- de ser cofirmante de la propuesta de
ma político argentino parecía tan fuer- reforma constitucional de Menem en
te que resistió inclusive los efectos de 1994 (mediante el denominado «Pacto
la hiperinflación de 1989. La insatisfac- de Olivos») tuvo efectos catastróficos
19 Coyuntura
Argentina: del bipartidismo a la «democracia peronista»

sobre el atractivo electoral del centena- tructura burocrática resultante nunca


rio partido. Un nuevo agrupamiento pudo funcionar de manera unificada.
de centroizquierda, el Frente País Soli- Finalmente, la mayor muestra de la
dario (Frepaso) fue el segundo más vo- fragilidad de la coalición fue el con-
tado en 1995, con casi 30% de los sufra- flicto entre el presidente De la Rúa y
gios. Es decir, su buena performance el vicepresidente «Chacho» Álvarez,
puede explicarse casi completamen- que precipitó el fin de la Alianza (y
te por los votos perdidos por la ucr poco después, del gobierno).
más los eventuales votantes del pi y al-
gunos peronistas desencantados (uno La renuncia anticipada de De la Rúa y
de los principales líderes del Frepaso, la profunda crisis socioeconómica que
Carlos «Chacho» Álvarez, abandonó la enmarcó tuvieron un impacto enor-
el peronismo en los años 90 en oposi- me en el sistema de partidos. El Zeit-
ción al giro neoliberal del partido fun- gest dominante se resumía en la frase
dado por Juan Perón). A partir de esta «que se vayan todos»: cinco presiden-
elección, la ucr ya no podría nunca tes se sucedieron en el tiempo récord
más ganar una elección presidencial de quince días. En la elección presi-
sin aliados. dencial de 2003 compitió un número
inusitado de siete aspirantes a la Pre-
Así comenzó la no tan larga agonía de sidencia. Tres de los candidatos pro-
la Argentina bipartidista. En 1999 fue venían del peronismo (Carlos Menem,
posible engañarse con respecto a este Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez
final, dado que Fernando de la Rúa, Saá) y tres tenían origen en la ucr
un candidato radical, derrotó al pe- (Leopoldo Moreau, que compitió con
ronista Eduardo Duhalde. Pero aun la clásica Lista 3 radical, Elisa Carrió
así la ucr nunca recuperó su preemi- –en ese entonces de centroizquierda–
nencia. Para comenzar, quien ganó las y Ricardo López Murphy –centrode-
elecciones no fue la ucr, sino una coa- recha–). El candidato que obtuvo más
lición entre la ucr y el Frepaso deno- votos fue Menem, con 24%, a pesar
minada Alianza por el Trabajo, la Jus- de lo cual el ex-presidente decidió no
ticia y la Educación. Pero la Alianza participar en la segunda ronda elec-
demostró ser extremadamente frá- toral dado que las encuestas lo daban
gil. Una vez en el gobierno, creó una seguro perdedor por amplia diferen-
compleja estructura de capas parti- cia. La ucr obtuvo solamente 2,35%,
darias para el reparto de las oficinas su menor cosecha desde 1983… y los
del Estado entre los dos partidos (si el tres postulantes peronistas sumaron
mando de un ministerio era «dado» a casi 60%. El eventual triunfador, el pe-
un miembro de un partido, sus secre- ronista Néstor Kirchner, gobernador
tarios de Estado eran del otro, y así de la patagónica provincia de Santa
sucesivamente), y de esta forma, la es- Cruz, ganó por fuera del justicialismo
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oficial, usando un nombre partida- 2011 el voto peronista se encolumnó


rio de fantasía: Frente para la Victoria casi totalmente detrás de la candida-
(fpv). Es cierto: en la elección de 2003 tura de Fernández de Kirchner, quien
se fragmentaron todos los partidos ganó la elección con un récord de
políticos y tenía sentido hablar de una 54% (en esos comicios, compitieron
«crisis de representación». Y también dos peronistas disidentes antikirch-
es verdad que el sistema de partidos neristas que no tuvieron gran éxito:
argentinos nunca recuperó su estruc- Alberto Rodríguez Saá logró un mó-
tura bipartidista. Pero el campo pero- dico 7,9% y Eduardo Duhalde, 5%).
nista logró rearticularse rápidamen- La ucr obtuvo 12% y el Frente Am-
te, lo que no fue el caso del espacio no plio Progresista (fap, hegemonizado
peronista. por el Partido Socialista), 16,81%. El
porcentaje de Elisa Carrió se desplo-
En las elecciones de 2005, el kirchneris- mó a 1,84%.
mo compitió con éxito contra el duhal-
dismo en su propio terreno, la provin- La tesis acerca de la crisis del siste-
cia de Buenos Aires, lo derrotó y luego ma político argentino debe ser enton-
hegemonizó al peronismo. Se trató de ces revisada. No es correcto hablar de
un enfrentamiento intraperonista en- una «crisis del sistema» sino, en todo
tre Kirchner y su propio «padrino» po- caso, de una crisis de la mitad no pe-
lítico, Eduardo Duhalde, quien desde ronista del sistema. Lo que está en cri-
la Presidencia lo había bendecido como sis no es la totalidad, sino las identi-
candidato en 2002. Y en esa batalla por dades políticas que se identifican con
el control del peronismo se edificó el
poder kirchnerista. 7. Esta rotación entre esposos le hubiera per-
mitido al kirchnerismo sortear las restriccio-
nes constitucionales que solo habilitan una
Ya en 2007 el pj se presentó a las elec- reelección consecutiva, lo que se frustró con
el sorpresivo fallecimiento de Néstor Kirchner
ciones unificado detrás de la candi- en 2010.
datura de Cristina Fernández de Kir- 8. Las listas «colectoras» son una peculiar in-
novación de la Argentina poscrisis: se trata
chner7 y ganó con 45% de los votos de boletas electorales de dos o más partidos
(en primera vuelta). Sin embargo, el políticos diferentes que llevan distintos pos-
tulantes en los cargos inferiores pero apoyan
espectro no peronista continuó divi-
al mismo candidato en el puesto superior
dido entre la candidatura de la ucr (presidente, gobernador, etc.). En una «colec-
(16,91%) y la de Elisa Carrió (ex-radi- tora», por ejemplo, el partido A y el partido
B presentan cada uno sus aspirantes a dipu-
cal, con 23%), quien resultó la segunda tados nacionales (que por lo tanto compiten
más votada. En 2009, el fpv presentó entre sí), pero estas boletas van «colgadas»
del mismo candidato presidencial, para el
otra vez una lista unificada (si bien en cual «colectan» votos. Las colectoras permiten
algunos distritos sumó listas «colec- maximizar el voto a una fórmula para el Poder
Ejecutivo sin necesidad de hacer una alianza
toras»8) y una vez más la oposición se formal, pero presentan el problema de frag-
presentó dividida en varias listas. En mentar las legislaturas.
21 Coyuntura
Argentina: del bipartidismo a la «democracia peronista»

el no peronismo9. A pesar de la debi- cuando no gobierna y no tiene recursos


lidad de su institucionalización parti- para distribuir clientelarmente17. Cuan-
daria (o tal vez a causa de ella misma), do digo «peronismo es ganar» me re-
el peronismo es capaz de generar pa- fiero a que el peronismo es la única
trones bastante estables de prácticas identidad política en el país que asume
políticas; como veremos, sin depender
solamente de los mecanismos partida- 9. Uso la expresión «identidades políticas» para
señalar que me refiero a algo más amplio que
rios para generar representación y au- la organización formal de un partido político.
toridad política. Siguiendo a Gerardo Aboy Carlés, defino una
identidad política como un conjunto de prác-
ticas políticas que son capaces de generar, a
■■ Pero… ¿qué es el peronismo? través de un proceso de diferenciación externa
y homogeneización interna, solidaridades esta-
Si no es estrictamente un partido polí- bles capaces a su vez de generar acciones co-
lectivas. Una identidad política puede ser insti-
tico, se preguntará el lector, ¿qué es el tucionalizada en un partido; sin embargo, creo
peronismo? El peronismo no es solo un más adecuado usar este término más amplio
partido porque es más que un partido. para marcar que el peronismo no es estricta-
mente un partido político, sino una formación
Es una desorganización organizada10 de tipo movimientista. G. Aboy Carlés: «Popu-
o un partido-máquina populista11 que lismo y democracia en la Argentina contempo-
ránea. Entre el hegemonismo y la refundación»
ha demostrado una sorprendente per- en Estudios Sociales vol. 28 No 1, 2005.
durabilidad y productividad política. 10. Steven Levitsky: «Una ‘des-organización
organizada’: organización informal y persis-
Es una identidad política hegemóni- tencia de estructuras partidarias locales en el
ca12 y también una cultura política13. Y peronismo argentino» en Revista de Ciencias
Sociales No 12, 10/2001.
también, sin duda, es otras cosas más. 11. S. Levitsky y Kenneth M. Roberts: The Re-
Discutiré, de manera bastante dogmá- surgence of the Latin American Left, Johns Hop-
tica dada la extensión del artículo, cua- kins University Press, Baltimore, 2011.
12. G. Aboy Carlés: «De lo popular a lo populis-
tro de sus características que son, a mi ta o el incierto devenir de la plebs» en G. Aboy
juicio, de especial importancia. Carlés, Sebastián Barros y Julián Melo: Las
brechas del pueblo. Reflexiones sobre identidades
populares y populismo, Universidad Nacional de
Primero, como sostiene María Victoria General Sarmiento, Los Polvorines, 2013.
Murillo, «peronismo es ganar»14. No 13. Pierre Ostiguy: «Peronism and Anti-Pero-
nism: Social-Cultural Bases of Political Identi-
señalo esto cínica o derogatoriamen- ty in Argentina», trabajo presentado en el xx
te; no me refiero aquí a que el peronis- Congreso Internacional de la Asociación de
Estudios Latinoamericanos, Guadalajara, 17 a
mo no tenga ideología, o sea solo una 19 de abril de 1997.
manera de ascender al poder para po- 14. «Victoria Murillo: ‘El gobierno le presta
líticos oportunistas, o que gane eleccio- atención a la opinión pública’» en El estadista,
12/4/2012.
nes en virtud del clientelismo y la ma- 15. Susan Stokes: «Perverse Accountability: A
nipulación. Las tres cosas son falsas: el Formal Model of Machine Politics with Evi-
dence from Argentina» en American Political
peronismo tiene ideología15, ha sobre- Science Review vol. 99 No 3, 8/2005.
vivido a periodos prolongados de pros- 16. Daniel James: Resistencia e integración. El pe-
ronismo y la clase trabajadora, Siglo xxi, Buenos
cripción y persecución16, y se ha mante- Aires, 2010.
nido vivo como identidad política aun 17. S. Levitsky: ob. cit.
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María Esperanza Casullo

de manera plena el carácter extremada- pueden realizar alianzas con otros


mente competitivo del mercado electo- partidos porque ninguno de sus refe-
ral argentino y que, por lo tanto, entien- rentes está dispuesto a deponer sus
de que la ideología, la coherencia y la ambiciones personales y a aceptar que
trayectoria biográfica de sus dirigentes el otro o la otra «mide más».
son secundarias en relación con su ca-
pacidad de ganar elecciones. Segundo, el peronismo es popular. Es
la única identidad política argentina
Para el peronismo, no importa quién que, en términos de Pierre Ostiguy, no
sea o de dónde venga: quien tiene los duda en «hacer ostentación antagonis-
votos se gana el derecho de llamar- ta de lo bajo, lo vulgar, lo indebido» en
se peronista y competir con otros pe- política18. En un país en el que todos los
ronistas; inversamente, si no se cuen- demás partidos políticos se precian de
ta con los votos, aunque se trate de un presentarse como educados, civiliza-
prócer partidario o de un ex-presiden- dos y de clase media, la autopresenta-
te, el candidato pasa automáticamente ción de los candidatos peronistas (siem-
a ser amenazado por los nuevos com- pre dispuestos a comer un choripán en
petidores (para confirmarlo, están los público, a salir en las fotos con las cele-
casos de Antonio Cafiero, Carlos Me- bridades más pulposas del día y a jugar
nem o Eduardo Duhalde). La compe- fútbol o bailar en público) les permite
tencia por los votos es el primer y úni- establecer lazos culturales y emociona-
co vector de legitimación; como dicen les con sectores populares que, además
que dijo Perón, «Para un peronista, lo de estar politizados y ejercer su voto, se
único peor que la traición es el llano» sienten culturalmente excluidos por los
(es decir, la pérdida del poder). Es co- circuitos delimitados por las «esferas
mún leer en la prensa argentina críti- públicas del gusto» de clase media de-
cas hacia la orientación peronista a la marcados por la prensa y los formado-
victoria. Sin embargo, hay que seña- res de opinión metropolitanos.
lar que esta «orientación a ganar» hace
que el peronismo sea la única identi- En tercer lugar, como bien lo descri-
dad política del país en la que existe bió Steven Levitsky, el peronismo está
un único principio de legibilidad par- enraizado en las comunidades. El pe-
tidaria, es decir, los votos, o como se ronismo es «cercano» a la sociedad,
dice coloquialmente, «cuánto medís». como diría Ernesto Calvo19. Mientras
Esto es una gran ventaja por sobre
los demás partidos, que tienen gran- 18. P. Ostiguy: ob. cit.
19. E. Calvo, Timothy Hellwig y Keyoung
des problemas para reemplazar a sus Chang: «The Eye of the Beholder: Ideological
líderes (a pesar de que estos acumu- Lensing, Information Effects, and the Vote»,
trabajo presentado en el xxii Congreso Inter-
len malos resultados electorales) cuan- nacional de la International Political Science
do estos son figuras de prestigio, o no Association, Madrid, 2012.
23 Coyuntura
Argentina: del bipartidismo a la «democracia peronista»

que la ucr tiene, por historia, presen- en los años 90 lo hagan con el mismo
cia en las universidades pero no en entusiasmo por su reestatización en
los sindicatos, y la izquierda tiene al- 2012. En las palabras de Andrés Ma-
gunos sindicatos pero poca organi- lamud, «el peronismo es una impre-
zación territorial, el peronismo es el cisión que es precisada por su lideraz-
único movimiento político que cuenta go». Pero cuidado: este verticalismo se
con presencia en todas las arenas de la mantiene en tanto el (o la) líder cuen-
vida social: tiene organizaciones en los te con los votos: para seguir citando
barrios, tiene bancadas en el Congreso, frases de la liturgia anónima peronis-
tiene agrupaciones universitarias, tiene ta, «El peronismo te acompaña hasta
sindicatos, tiene organizaciones de jó- la puerta del cementerio, no más allá».
venes. Estas agrupaciones y corrientes
son proteicas y descentralizadas y pue- La permanencia en el tiempo de es-
den entrar en tremendos conflictos en- tos cuatro principios operativos (que
tre sí, pero existen. O, como dijo Al- más que una ideología forman un
fredo Pucciarelli en una entrevista habitus, en el sentido que da Pierre
reciente, «hay una vitalidad en el tra- Bourdieu al término), sumada a la
bajo político que no es ideológica sino fragmentación de los partidos oposi-
política y supone que hay antenitas tores, que o son verticalistas o son en-
que van captando demandas»20. Este raizados pero nunca las dos cosas al
carácter enraizado del peronismo mismo tiempo, han generado que el
le permite canalizar demandas desde peronismo no solo no haya disminui-
abajo hacia arriba: es decir, el peronis- do, sino que haya aumentado su cuo-
mo genera permanentemente repre- ta del mercado electoral de 2003 a la
sentación. fecha. En las elecciones de 2011, si se
suman los votos del fpv con los de los
Y cuarto y último, el peronismo es demás candidatos que se autopresen-
vertical (y verticalista). El peronismo taban como peronistas (Alberto Rodrí-
está enraizado y desorganizado, pero guez Saá y Duhalde), se encuentra que
no descentralizado. Al mismo tiem- casi 70% de los votantes optó por un
po que cultural y organizativamente postulante peronista. En cambio, si su-
multiforme, el peronismo es un par- mamos el 12% de la ucr con el casi
tido-máquina liderado siempre des- 17% del socialista Hermes Binner y el
de un centro cuyo lema máximo es 2% de Elisa Carrió, aún estamos lejos
«El que gana gobierna, el que pierde de reconstruir el bloque no peronis-
acompaña». Este verticalismo permite ta de la vieja época del bipartidismo.
que, por ejemplo, los mismos diputa-
dos y senadores que votaron a favor de
la privatización de la petrolera estatal 20. A. Pucciarelli: «Hicieron un pésimo diag-
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (ypf) nóstico», entrevista en Página/12, 29/6/2014.
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María Esperanza Casullo

El crecimiento del market-share del pe- fpv, el Frente Renovador, Unidos por
ronismo se hizo más llamativo to- la Libertad y el Trabajo (de Francisco
davía en las elecciones legislativas de Narváez) y Unión con Fe (de Geró-
de 2013. Es fácil ver esto solo a par- nimo Venegas) obtuvieron un inaudi-
tir del dato de que el fpv perdió en to 83% de los votos. La competencia
la provincia de Buenos Aires (no así interna en el peronismo no se correla-
en la elección nacional) a manos de la ciona con desencanto o pérdida de vo-
nueva fuerza de Sergio Massa, quien tos, sino con un aumento del interés
se había desempeñado como jefe del social.
Gabinete de Ministros kirchnerista (es
decir, es un peronista disidente). El Todo lo dicho hasta ahora no signifi-
sorprendente dato es que la competen- ca que el peronismo no pueda perder
cia entre peronistas que fungen, se- elecciones: las ha perdido antes y se-
gún la circunstancia, como oficialis- guramente las perderá en el futuro.
tas u opositores no solo no disminuye Lo que significa es que el peronismo
las chances electorales del peronismo, ocupa la centralidad del espacio políti-
sino que parece aumentarlas. co y que el resto de los partidos juega
un rol reactivo. Ellos llenan los espa-
Si miramos los resultados de la última cios que deja vacantes el movimiento
elección en la provincia de Buenos Ai- del peronismo y desarrollan sus pro-
res (el mayor distrito electoral del país pias identidades en reacción frente a él.
y la «madre de todas las batallas») y
sumamos otra vez los guarismos de Las razones de esta preeminencia,
todos los candidatos que se autorre- como ya señalé, no son la manipula-
ferencian en el gelatinoso archipiéla- ción autoritaria de las instituciones po-
go de la identidad peronista, los re- líticas, ni el clientelismo, ni el persona-
sultados pueden parecer confusos. El lismo, ni el hiperpresidencialismo (lo
Cuadro 2

Argentina: Elecciones legislativas en la provincia


de Buenos Aires, 2013
Votos % Peronismo
Frente Renovador 3.776.898 43,92
fpv 2.767.694 32,18
Unidos por la Libertad y el Trabajo 469.336 5,46
Unión con Fe 137.216 1,60
Total 83,16%
Frente Progresista Cívico y Social 1.015.430 11,80
Frente de Izquierda y los Trabajadores 433.269 5,04

Fuente: «Atlas de elecciones», cit.


25 Coyuntura
Argentina: del bipartidismo a la «democracia peronista»

cual, por supuesto, no significa que El hecho de que el peronismo sea un


todo esto no exista). La razón princi- sistema generador de representación,
pal es la naturaleza del peronismo, que incluye al partido pero es más
que no es un partido político sino amplio que este, produce dos fortale-
un sistema organizativo no comple- zas. La primera es asegurar que el pe-
tamente cerrado, cuya razón de ser ronismo está creando continuamente
es la creación constante de represen- múltiples y cambiantes lazos de re-
tación política, en formas múltiples, presentación; la segunda es el rol cla-
cambiantes y solapadas. Este sistema ro que le otorga al líder, única enti-
incluye cuatro elementos: las redes dad autorizada para conducir los
territoriales de los gobernadores e conflictos entre los elementos y dar-
intendentes (alcaldes), el movimien- les identidad ideológica.
to sindical, los movimientos y agru-
paciones sociales, y las estructuras Pero cuidado, porque todo esto crea
de la intelligentsia tecnoburocrática, también dos desventajas. La primera
expresadas, por ejemplo, en la figu- es la turbulenta vida interna del pero-
ra de «cuadros» de larga trayectoria nismo, un movimiento siempre a pun-
(como por ejemplo Miguel Ángel Pi- to de caer en el faccionalismo (por suer-
chetto, actual senador por la provin- te, parece haber aprendido desde 1983
cia de Río Negro y jefe del bloque de hasta aquí a no procesar sus conflictos
senadores del fpv). internos mediante la violencia como
ocurriera en los años 70). La segunda es
Cada una de las partes de este siste- el ser excesivamente sensible a las de-
ma crea lazos representativos de di- mandas sociales y a los climas de épo-
ferentes tipos (linkages) con porciones ca: como dice Puciarelli en la entrevista
concretas de la sociedad. Algunos de antes citada, «la capacidad de procesar
esto lazos se institucionalizan en el demandas del peronismo es su mayor
pj, otros en los sindicatos, otros en las elogio y su condena». Así, el peronismo
redes informales de líderes territo- será el más neoliberal de los neolibera-
riales y «punteros» de barrio. La cla- les o el más estatista de los estatistas, se-
ve es que no se trata de un sistema gún sienta que «se lo pide» la sociedad.
cerrado. Primero, porque existe un
alto grado de competencia entre sus Finalmente, el núcleo del argumen-
elementos y surgen continuamente to que de aquí se sigue es que el ad-
nuevas formas de representación; se- versario real de cada peronista se crea
gundo, porque quien lo «sutura» y le dentro del propio movimiento y gene-
da una dirección en cada momento ralmente es alguien cercano al líder sa-
histórico determinado es el liderazgo liente, que decidió interpretar el nuevo
personal del jefe, típicamente, el titu- «clima de época». Así como el verdade-
lar del Poder Ejecutivo. ro adversario de Menem fue primero
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María Esperanza Casullo

su propio vicepresidente, Duhalde, y sospecha de la escasa «lealtad» del ex-


luego el gobernador también peronis- corredor de lanchas, que llegó a la po-
ta Néstor Kirchner, y el kirchnerismo lítica en los años 90 de la mano de Car-
vive hoy la doble amenaza del ex-vi- los Menem y hace del no conflicto su
cepresidente y gobernador de la pro- eje discursivo, la oposición lo acusa de
vincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, «someterse» de manera humillante a
y de Massa –como mencionamos, ex- los designios de la jefa del Estado.
jefe de Gabinete de Kirchner–, que a
su vez compiten entre sí. Una vez más, ■■ Novedades: las paso y el liderazgo
la verdadera competencia para un pe- de Mauricio Macri
ronista es otro peronista, ya sea que
este elija ir «por fuera» (como Massa) Lo que resta de 2015 ofrecerá un serio
o «por adentro», como Scioli. Y al vo- desafío a la «organización desorgani-
tante peronista parece gustarle esta hi- zada» peronista. Hasta fin de este año,
percompetitividad. Por caso, todas las el peronismo deberá procesar el final
encuestas tienen como el candidato de uno de los ciclos más largos de he-
mejor posicionado a un oficialista sui gemonía personal (en este caso matri-
géneris como Scioli, quien ha acom- monial) del movimiento, el kirchne-
pañado pero también se ha diferen- rista (que, con 12 años de gobierno, ha
ciado mucho de la gestión de la actual superado los diez años de Carlos Me-
presidenta. No obstante, pese a la des- nem). Como en 1999, el peronismo se
confianza del kirchnerismo «puro», fi- enfrentará al desafío de elegir un su-
nalmente la presidenta apoyó la can- cesor para el líder que agotó sus dos
didatura de Scioli en detrimento del periodos constitucionales consecuti-
ministro del Interior y Transporte Flo- vos de gobierno, en este caso, Cristina
rencio Randazzo. Y de este modo, solo Fernández. Como ya señalé, así como el
habrá un candidato justicialista en las peronismo puede «verticalizarse» sin
Primarias Abiertas Simultáneas y Obli- problema tanto para privatizar como
gatorias (paso)21 implementadas en la para nacionalizar, históricamente ha te-
era kirchnerista. nido grandes dificultades para proce-
sar la transición de un liderazgo a otro.
Dada la desconfianza hacia su propio Sin necesidad de remontarse hasta la
candidato, la mandataria colocó como violencia interna de la década de 1970,
postulante a la vicepresidencia a Car- basta recordar las ramificaciones que
los Zannini –quien la acompaña en su tuvo el enfrentamiento entre Menem
círculo íntimo desde la década de 1980,
además de incluir como candidatos 21. En la misma fecha se eligen candidatos de
al Parlamento a varios integrantes de todos los partidos. Estos someten sus precan-
didatos a la elección del conjunto de la ciuda-
La Cámpora, su agrupación juvenil. danía, que debe decidir en qué «interna» par-
Mientras el kirchnerismo progresista ticipa al momento de votar.
27 Coyuntura
Argentina: del bipartidismo a la «democracia peronista»

y Duhalde en los tres últimos años del nuevo por dos razones. Para comenzar,
gobierno del primero, que van des- no es peronista pero tampoco aparece
de supuestos intentos de implicar a la como antiperonista; por otro lado, Ma-
Policía de la Provincia de Buenos Ai- cri no es radical pero está absorbiendo
res en el atentado contra la Asociación lentamente ese voto. De hecho, compe-
Mutual Israelita Argentina (amia) en tirá con el postulante radical, Ernesto
1994 hasta el asesinato del reportero Sanz, en el mismo espacio, que incluye
gráfico José Luis Cabezas en 1997. también a Carrió: Cambiemos.

Hoy debemos reconocer que, tras un Macri no es peronista, pero su identi-


«fin de ciclo» lleno de vicisitudes, Fer- dad política no está construida a partir
nández de Kirchner es la presidenta del gran principio articulador del anti-
que acaba su mandato con más poder peronismo de 1945 en adelante: el re-
entre quienes ocuparon la Casa Ro- chazo discursivo y hasta estilístico del
sada en la era democrática y tiene ca- populismo. Macri no ha dudado en in-
pacidad para condicionar a su posible corporar a ex-peronistas a su gobier-
sucesor (lo que no fue habitual en el pe- no en la Ciudad Autónoma de Buenos
ronismo). Habrá que ver, empero, hasta Aires, presidió el popular club de fút-
qué punto la actual mandataria podrá bol Boca Juniors, va a los programas
conservar su liderazgo una vez fuera «pop» de televisión, aparece en revis-
del poder. Scioli, a quien muchos alen- tas del corazón y ha basado sus ofertas
taban a despegarse definitivamente del electorales provinciales en comedian-
gobierno, no lo hizo, y Massa ha per- tes, deportistas, modelos y hasta un
dido gran parte de su apoyo territorial chef (Miguel Del Sel en Santa Fe, Car-
(o nunca pudo construirlo; en contra los «Colorado» McAllister en La Pam-
de las expectativas tempranas, Massa pa, Tommy Dunster y Martiniano Mo-
no pudo reclutar ni un solo goberna- lina en Quilmes son algunos de ellos).
dor del pj) en los dos años que pasaron Es decir, Macri también busca conectar
desde su victoria en las legislativas de con lo popular de maneras a las que,
2013 en la estratégica provincia de Bue- históricamente, la oposición radical se
nos Aires. Los gobernadores del pj-fpv ha negado.
se mantuvieron dentro del oficialismo.
Por otra parte, Macri y pro están cap-
Por otra parte, otro dato novedoso es tando un flujo continuo de intendentes,
la figura de Mauricio Macri, quien se concejales y figuras radicales de segun-
está consolidando progresivamente da y tercera línea en las provincias
como el principal retador del peronis- argentinas. En Neuquén, en Tierra
mo –dado el derrumbe de la fuerza de del Fuego, en Río Negro, en Chubut
Massa– con su partido Propuesta Re- y en la provincia de Buenos Aires
publicana (pro). Macri representa algo hay casos de jóvenes dirigentes antes
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María Esperanza Casullo

radicales que pasaron a pro tentados muchos recursos económicos, la ben-


no solo por cuestiones electorales in- dición de los principales medios de co-
mediatas, sino (aventuro) por el perfil municación y la colaboración del ecua-
más fresco, más juvenil, más empre- toriano Jaime Durán Barba, uno de los
sarial, más amigo de «los exitosos del mejores estrategas políticos del país.
mercado» que expresa hoy pro22. De Pero el peronismo no solo tiene tam-
consolidarse este éxodo, tal vez pro bién una figura líder carismática y con
reemplace definitivamente, desde la llegada popular en Cristina Fernán-
centroderecha, a la ucr como la prin- dez de Kirchner, sino algo mucho más
cipal opción opositora en Argentina, y valioso: un principio operativo inter-
tal vez esto rearme la mitad no pero- nalizado por todos los actores, del más
nista del sistema de partidos. grande al más pequeño: «peronismo es
ganar». Cualquier apuesta a su derrota
Finalmente, estos dos modelos se en- fácil será aventurada.
frentarán en las urnas: la maleable pero
vertical organización desorganizada
peronista, veterana de mil batallas,
y el nuevo retador: el pro de Mauri- 22. Gabriel Vommaro, Sergio Morresi y Ale-
jandro Bellotti: Mundo Pro. Anatomía de un par-
cio Macri. Este partido tiene un can- tido fabricado para ganar, Planeta, Buenos Aires,
didato con buena aceptación social, 2015.

Estudios Internacionales
Mayo-Agosto de 2015 Santiago de Chile No 181

ARTÍCULOS: Gloria Gaete Venegas, India: una potencia emergente y su rol en Asia Meridio-
nal. Dimensiones políticas, económicas y culturales en el siglo xxi. Pia Riggirozzi, Unasur:
construcción de una diplomacia regional en materia de salud a través de políticas sociales.
Sofía Boza y Ana Fernández-Ardavín, La Política Agrícola Común Europea en el contexto
de los procesos de negociación en la omc. Viviana García Pinzón, Territorios fronterizos,
agenda de seguridad y narcotráfico en Chile: Plan Frontera Norte. Amalia Stuhldreher, La
migración: cambio de ciclo en las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y el
Caribe. OPINIÓN: Gema Santamaría, Drugs, Gangs and Vigilantes: How to Tackle the New
Breeds of Mexican Armed Violence. RESEÑAS.

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