Fiebre de 39°C o más: puede estar indicando infección en la zona de la episiotomía
o de la cesárea, como también una mastitis (infección en uno o ambos senos). Consulta al médico si la fiebre es de 39ºC o más y si persiste por más de 24 horas. Es habitual padecer fiebre con la bajada de la leche, pero nunca dura más de 24 horas. Sangrado vaginal más intenso del que vienes experimentando: consulta inmediatamente si la hemorragia es intensa, si percibes en ella un olor fétido o si los coágulos son de gran tamaño. Las hemorragias son normales después del tercer o cuarto día posteriores al parto; en un comienzo el sangrado es rojo intenso para ir cambiando de color hasta desaparecer alrededor del mes. Dolores intensos en el bajo vientre: consulta al médico si los dolores en la zona abdominal son persisten luego de los 5 días posteriores al parto. El dolor en el bajo vientre es normal, pues el útero está reacomodándose y volviendo a su tamaño natural, pero si el dolor es intenso puede estar indicando que la placenta no se ha expulsado en su totalidad. Consulta también si hay enrojecimiento de la herida de la cesárea o dolor anormal en el sitio de la episiotomía. Enrojecimiento y endurecimiento, hinchazón o calor de uno de los senos, acompañado de malestar y fiebre: consulta al médico porque pueden ser signos de mastitis o de alguna obstrucción en el conducto lactífero. Las compresas calientes y los masajes en la zona ayudan a aliviar el dolor hasta que contactes al doctor. Dolor intenso en las pantorrillas, en los muslos o el pecho: si el dolor es en el pecho y está acompañado de falta de aire, llama de inmediato a las emergencias médicas; si las pantorrillas o los muslos te duelen y sientes calor localizado o enrojecimiento puedes estar padeciendo de flebitis (infección en las venas), consulta con tu médico.