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América Latina.

El patrón de abusos que ha golpeado al continente católico

Deutsche Welle, 22-02-2019

Sacerdotes latinoamericanos han protagonizado algunos de los mayores


escándalos de abusos en la Iglesia. Tras décadas de silencio, las víctimas
comienzan a ser escuchadas. Aquí, los casos que han sacudido a la región.

La histórica cumbre que se realiza en el Vaticano, con todos los presidentes de


las conferencias episcopales del mundo, revive, a gran escala, la cita que ya tuvo
Francisco con los 34 obispos chilenos en mayo de 2018. En esa ocasión los
llamó a Roma, después de ordenar una investigación que reveló la magnitud del
problema y dio pie a un inicio de limpieza en la jerarquía del clero local.

Pero los demás países latinoamericanos no escapan a esta crisis. Con distintas
magnitudes y alcances, ya sea en parroquias, escuelas, seminarios u
organizaciones de vida apostólica, se repiten ciertos patrones comunes:
Organizaciones jerárquicas, en que los abusadores alcanzan un gran poder
sobre niños y jóvenes en situaciones vulnerables, dominan su voluntad y
manipulan sus conciencias.

Las víctimas son acalladas y si se atreven a denunciar, no les creen o los


acusados son trasladados a otros lugares, donde igualmente pueden continuar
con abusos sexuales y de conciencia. Los casos también tienen en común la
falta de reacción oportuna por parte de las autoridades del clero para atender los
reclamos de las víctimas, investigar y sancionar a los culpables.

México

Las denuncias contra el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel,


cercano al Papa Juan Pablo II, demoraron décadas en ser escuchadas por el
Vaticano, hasta que Benedicto XVI ordenó en 2006 una investigación. Para
entonces, se supo de la doble o triple vida que escondía el poderoso sacerdote,
quien había abusado de numerosos niños y jóvenes y tenía además varios hijos.
Debido a su avanzada edad y delicado estado de salud, el caso fue cerrado y se
le ordenó retirarse a una vida de penitencia y oración. Murió dos años más tarde.
Recientemente, el prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada reconoció que el Vaticano tenía antecedentes sobre los delitos de
Maciel desde hace muchos años.

Honduras

El año pasado, un grupo de seminaristas denunció una red de prácticas


homosexuales en el seminario mayor de Tegucigalpa, que estaría protegida por
el rector de la institución. Según testimonios, el escándalo llegaría hasta el
exobispo auxiliar de Tegucigalpa, Mons. José Juan Pineda Fasquelle, cuya
renuncia fue aceptada en julio pasado por el Papa.

Perú

Una investigación del Vaticano, que recogió cientos de testimonios, determinó


que Luis Fernando Figari, fundador en 1971 del movimiento Sodalicio de Vida
Cristiana, y otros tres miembros de la organización, cometieron abusos sexuales
y otros vejámenes, incluidas sesiones de tortura, contra niños y jóvenes.

La asociación fue intervenida el año pasado y el Vaticano determinó que Figari,


quien se encuentra en Roma, tiene prohibido regresar a Perú y tener cualquier
contacto con sodálites. Paralelamente, la justicia civil investiga a Figari y otros
exsodálites por delitos de asociación ilícita, abusos y secuestro.

Ecuador

El expárroco Luis Fernando Intriago Páez, acusado de acoso sexual por varios
menores, había sido amonestado varias veces y suspendido en 2013, hasta que
el 2018 fue expulsado del sacerdocio. Intriago tenía cercanía con niños y jóvenes
del Movimiento de Vida Cristiana, que importó desde el Sodalicio en Perú.
Víctimas denuncian que el cura también las sometía a sesiones de tortura
denominadas la "dinámica del pecado”, supuestamente para poner a prueba su
fortaleza.

Argentina

Entre otros casos, está el del sacerdote Julio César Grassi, quien se hizo famoso
en programas de televisión y campañas para recaudar fondos para la fundación
Felices Los Niños, que él creó. Está preso desde 2013, cumpliendo una condena
de 15 años por abuso sexual y corrupción de menores. Además, tiene una
condena por malversación de fondos y desvío de donaciones en su beneficio.

Chile

Décadas tardó la iglesia chilena en asumir la gravedad de los casos de abusos,


decidirse a investigar y pedir perdón. En 2002, el exobispo Francisco José Cox
fue alejado de sus funciones por "conductas impropias” y trasladado a Alemania.
Recién el año pasado el Papa Francisco lo expulsó del sacerdocio. Acaba de
regresar a Chile, donde enfrentará a la justicia.

El expárroco Fernando Karadima fue durante décadas el guía espiritual de


jóvenes de familias de clase alta, sobre quienes ejerció abuso sexual y de
conciencia. De sus filas salieron numerosos sacerdotes y obispos, lo que le dio
influencia en el seminario y en el arzobispado de Santiago. Recién en 2010 las
acusaciones se hicieron públicas. Una investigación vaticana declaró a Karadima
culpable de abuso sexual con violencia contra menores y lo condenó a una vida
de penitencia y reclusión. Posteriormente fue expulsado del sacerdocio.

Aunque el Papa expresó su vergüenza y pidió perdón por estos delitos, durante
su visita a Chile, su defensa del obispo Juan Barros, cercano a Karadima, le valió
el rechazo de la sociedad chilena. Francisco ordenó entonces una investigación
a Monseñor Charles Scicluna y reconoció haber incurrido en graves errores de
valoración.
En un gesto inédito, Francisco invitó al Vaticano a un grupo de víctimas y más
tarde convocó a todos los obispos chilenos, quienes renunciaron en pleno. Hasta
ahora, el Papa ha aceptado la dimisión de siete de ellos. Adicionalmente, la
Fiscalía mantiene casos abiertos que involucran a más de 70 sacerdotes. El
propio Cardenal Ricardo Ezatti, arzobispo de Santiago, enfrenta una
investigación como supuesto encubridor de abuso sexual.

Otro caso que ha golpeado a la sociedad chilena es el de los Hermanos Maristas.


El Papa ordenó un proceso debido a las numerosas y graves denuncias de parte
de ex alumnos. También el de Cristián Precht, quien dirigió la Vicaría de la
Solidaridad, emblemático organismo de la iglesia católica ligado a la defensa de
los derechos humanos durante la dictadura. Tras una investigación, fue
expulsado del sacerdocio.

Y para rematar, otro ícono de la iglesia chilena, el jesuita Renato Poblete, ya


fallecido, quien dirigió por 18 años la mayor obra de beneficencia del país, el
Hogar de Cristo. Recientemente la iglesia anunció una investigación por
presuntas conductas abusivas contra una mujer.

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