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1

No fue mi intención romper tu estúpido corazón, yo no tenía el control de nada


normalmente manejabas todo tu ¿Por qué el descuido? Te juro que no fue mi
intención, te prometo que no volveré a cometer el mismo error. Te escucho decir
que no habrá segunda oportunidad, pero chica ambas sabemos que no me dejaras
ir. ¿Por qué la culpa fue mía? Yo no fui quien dijo; “No te acercas estas
demasiado cerca.”
Escucho las viejas canciones sonando en la radio, tu perfume entra por mis fosas
nasales y me olvido que todo fue un error. ¿Por qué me haces creer eso? Yo
busque enterrarme en esa tumba, pero tú me compraste el ataúd.

2
Grita que me quiere ver feliz pero no desea soltar mi mano, mi ex hablaba de lo
loca que eras por enamorarte de mí. Hablan los que saben, creen que no valgo la
pena y quizás sea cierto pero ella no dice lo mismo.

3
¡Quiero salvarte! Se de tu mala reputación.

4
-Todas las personas tienen una imperfección que les quita lo mágico pero las
vuelve aun más perfectas-Comento con el vaso de fernet en la mano y un cigarro
en la otra.- ¿Cuál es tu imperfección? –Negué y solo me quede callada. Claro que
tenía una imperfección y era una de las más grandes, la gota que rebalsa el vaso.
Si yo hablaba de lo que tanto oculto nadie me hablaría, mi mayor imperfección o
defecto solo lo conocía una sola persona y no le daría el gusto a cualquier otra
para que lo conozca.
De adelante hacia atrás. Y al revés tiene mas dolor.

Me rompiste el corazón, volvió a pasar.


¿En dónde me estaba metiendo?
Tome la mano de aquella chica y decidí bailar con todos sus defectos.
Un beso que mojo todos mis sentidos.
Cenamos con el corazón en la mano.
Comencé a correr para que no atraparas mi cuerpo.
La gente me miraba y entre en pánico.
Una cita que dejaría más dolor que un velorio.
Deje que me conocieras, deje que entraras en mi mundo.
¿Por qué me atraes tanto?
4 meses saliendo.
¿Volvería a pasar?
Las preguntas me inyectaron la psiquis de miedo.
Dijiste que me querías y que me dejara llevar.
Te conocí en mi heladería favorita.
8 meses de olvido.
No quiero volver a querer a nadie más.
¿Valías tanto como decías?
Promesas que solo fueron plasmadas en papel.
Me rompieron el corazón.
¿En dónde me estaba metiendo?
Desgasto.
Me recosté tratando de olvidar ese maldito día que me dejo un poco mas rota que
antes, la música sonaba fuerte y quizás le daba una buena escena de película. En
ese momento me hubiese gustado agarrar el celular apagar todo y salir de esa
maldita casa que tenía el poder de desgastar toda mi energía. Los insistentes
llamados de mi conciencia haciendo chispa con la realidad me comenzaron a
marcar las cicatrices, me desnude completa y solo escuche las preguntas que mi
mente tenia. Las respuestas estaban perdidas Dime, ¿Quién las buscaría? ¿Por
qué tanto daño? ¿Por qué a mí? ¿Siempre me trataste como una tonta? Con un
cúter en mi mano decidí besar con el filo de la punta, desde los pies hasta mi
cintura. El desgasto de mi alma se notaba a solo centímetros de ver mi falsa
sonrisa todos los días grises.

1.¿Qué le dirás?
En la adolescencia cometemos los mayores errores que nos marcan de por vida,
enamorarme de una mujer mayor fue el mío y el peor. Ocultar esa desastrosa
relación por un año no fue fácil, ella estaba casada hace más de 16 años pero
decidió arriesgar su corazón un poco más. Un error el de ella y mío también por
dejarme atar a eso. Cuando las cosas empezaron a tomar intensidad justo ahí me
di cuenta que no podría pararlo me había vuelto adicta a su manera de quererme.
Entonces hay comenzaron, los llantos, las cicatrices, las peleas, las amenazas, los
empujones a la realidad, las escapadas y principalmente los corazones rotos.
“¿Qué le dirás?” preguntaba cada vez que alguien me invitaba a salir, cada vez
que mi mejor amiga me preguntaba donde estaba, cada vez que mi madre
llamaba descontroladamente por no saber de mi paradero, etc. Esas cosas me
dieron a entender que era mejor cortar todo porque se tornaba peligroso estar con
ella, su esposo se enfadaba porque no llagaba a casa, ¿Pero cómo salir? Yo
estaba atada a esa mujer de 34 años que fingía que todo estaba bien. “Nunca me
dejaras” dijo furiosa empujándome hacia los cubículos del baño, su carácter era
lo más horrible que había conocido de ella, no tenia escapatoria. La mujer dulce
y tranquila que conocí años atrás no estaba, había tomado el aspecto de bruja hija
de puta. A veces esos errores se convierten en un infierno. Hasta que un día llego
mi salvación, cambiarme de colegio no le dije nada, cambie mi numero, me puse
una venda en los ojos y seguí de largo ignorando cualquier acercamiento que
podría tener hacia ella. Y ese fue otro error.

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