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Alejandro Herrero

Doctor en Historia. Investigador adjunto del CONICET. Docente asociado ordinario de la Universidad
Nacional de Lanús. Ha escrito varios libros: La política en tiempo de guerra. Las ideas políticas france-
sas en el pensamiento de J. B. Alberdi (1835-1852), Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires,
2004 (2a. ed., 2006); Ideas para una república. Una mirada sobre la Nueva Generación Argentina y las
doctrinas políticas francesas, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2009; y en colaboración
con Fabián Herrero, La ideas y sus historiadores. Un fragmento del campo intelectual en los años noventa
(Estudio preliminar escrito por Roger Chartier), Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1996,
y La cocina del historiador. Reflexiones sobre la historia de la cultura europea. Entrevistas a Roger Chartier,
Robert Darnton, Peter Burke y Daniel Roche, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2002 (2a.
ed., 2006).

Resumen
Desde hace varias décadas se ha empezado a intenta avanzar un poco más en esta nueva pers-
debatir sobre los orígenes nacionales desde una pectiva, examinando un estudio de caso: la gue-
perspectiva que plantea la construcción tanto rra de los gobiernos de Corrientes y de Paraguay
de los Estados como de las naciones, poniendo contra el gobierno de Buenos Aires (1839-
en duda los relatos historiográficos que supo- 1847). En dicha guerra se desarrolla un debate
nían que las naciones eran un hecho dado. Para donde se discute, de manera expresa, la exis-
los casos sudamericanos, para dar un ejemplo, tencia de una nación argentina. Mi objetivo
algunos historiadores señalaban su nacimiento principal, al analizar este caso y este debate pun-
en la colonia y otros tras el proceso de revolu- tual, es revisar una vez más la idea de una nación
ción e independencias. En la historiografía argentina percibida como un hecho ya dado, y
argentina fueron los trabajos pioneros de Oscar no como una construcción asociada a decisio-
Oszlak y José Carlos Chiaramonte los que nes políticas; y percibida como la única opción
comenzaron a revisar estas imágenes historio- posible y no como una opción más para las dis-
gráficas. Mi artículo, en plena sintonía con estos tintas provincias del ex virreinato del Río de la
pioneros y sobre todo con los de Chiaramonte, Plata.

Palabras clave:
Política; nación; Argentina; Corrientes; Buenos Aires; Paraguay.

Fecha de recepción: Fecha de aceptación:


mayo de 2012 mayo de 2013
Does the Argentinian Nation Exist? Case
Study of the Armed Conflict at Corrientes,
Paraguay, Buenos Aires (1839-1847)
Alejandro Herrero

Ph. D. in History. Associate researcher at CONICET (National Council of Scientific and Technical
Research). He is an ordinary associate teacher at the Universidad Nacional de Lanús. Herrero has
written several books: La política en tiempo de guerra. Las ideas políticas francesas en el pensamiento de
J. B. Alberdi (1835-1852), Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2004 (Second edition,
2006); Ideas para una república. Una mirada sobre la Nueva Generación Argentina y las doctrinas polí-
ticas francesas, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2009; La ideas y sus historiadores. Un
fragmento del campo intelectual en los años noventa (preliminary study written by Roger Chartier),
Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1996, in collaboration with Fabián Herrero; and La
cocina del historiador. Reflexiones sobre la historia de la cultura europea. Entrevistas a Roger Chartier, Robert
Darnton, Peter Burke y Daniel Roche, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 2002 (Second
edition, 2006).

Abstract

Recent decades have seen a debate regarding monte, makes further advances in this perspec-
national origins, from a perspective that addres- tive, by examining a case study: the war of the
ses the construction of both States and nations, governments of Corrientes and Paraguay against
questioning historiographical accounts that the Buenos Aires government (1839-1847).The
assumed that nations were a given. For South war was the backdrop to a deliberate discussion
American cases, for example, some historians on the existence of an Argentinian nation. The
chart their emergence in the colony and others main purpose of analyzing this case and specific
after the revolution and independence. In the debate is to review the idea of an Argentinian
historiography of Argentina, the pioneering nation perceived as a given fact rather than a
work of Oscar Oszlak and José Carlos Chiara- construction associated with political decisions;
monte began to review those historiographical and perceived as the only possibility rather than
images. This article, fully in line with those as just another option for the various provinces
pioneers and in particular with those of Chiara- of the former viceroyalty of Río de la Plata.

Key words:
Politics; nation; Argentina; Corrientes; Buenos Aires; Paraguay.

Final submission: Acceptance:


May 2012 May 2013
¿Existe la nación argentina? Estudio de un
caso: el conflicto armado de Corrientes,
Paraguay, Buenos Aires (1839-1847)
Alejandro Herrero

A José Carlos Chiaramonte elite dirigente en la Argentina criolla (1979);


en señal de agradecimiento. o José Carlos Chiaramonte, La crítica ilus-
trada de la realidad. Economía y sociedad en
el pensamiento argentino e iberoamericano del
INTRODUCCIÓN siglo XVIII (1982).
Los ejemplos se multiplican, y los dos

E s un hecho conocido que las prime-


ras historias de la nación argentina,
escritas en la segunda mitad del
siglo XIX, fechan su origen, según los
casos, en la Revolución de Mayo, o en la
últimos casos citados fueron expresamente
seleccionados, ya que tanto Halperin Don-
ghi como Chiaramonte, a mi juicio dos
maestros de la historia, son los investiga-
dores que más avanzaron, en mi opinión,
creación del virreinato del Río de la Plata. sobre la reinterpretación de la cuestión
Las interpretaciones se multiplican y estas nacional en las últimas décadas, desde
dos lecturas sólo son las más sostenidas. miradas a veces diferentes. Los dos libros
Más allá de sus diferencias, pueden verse señalados en último lugar sólo se indican
estas imágenes en una serie de estudios para mostrar en sus títulos cómo en los
históricos de la tradición política liberal años setenta y comienzos de los años
del siglo XIX, escritos por conocidos di- ochenta, aún en estos historiadores, puede
rigentes políticos que ocuparon cargos encontrarse la idea de argentina en el siglo
relevantes a nivel provincial y nacional. XVIII o en la primera etapa revoluciona-
Citemos algunos nombres: Bartolomé Mi- ria, pero son, desde otro punto de vista,
tre, Vicente Fidel López, Adolfo Saldias, dos investigaciones excelentes y dos libros
Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bau- clásicos de la historiografía argentina.
tista Alberdi, entre otros. La lista de auto- Formo parte de una porción de histo-
res, sin duda, puede seguir. En el siglo XX riadores que desde hace más de 20 años
historiadores de distinto signo ideológico han empezado a reinterpretar los llama-
evocan una narración histórica parecida. dos orígenes de la nación argentina.1 Estas
Basta nombrar algunos títulos: Carlos A.
Floria y César A. García Belsunce, Historia 1
José Carlos Chiaramonte formó un grupo de
de los argentinos (1971); Tulio Halperin trabajo (en el Instituto de Historia Argentina y
Donghi, Revolución y guerra. Formación de la Americana Dr. Emilio Ravignani de la Facultad de

Secuencia [129] núm. 91, enero-abril 2015


nuevas interpretaciones conciben que la en Río de la Plata, las llamadas Provincias
nación argentina no era un hecho dado, Unidas intentan darse un orden en el Con-
ni en el virreinato del Río de la Plata, ni greso de 1819, pero al no ponerse de
durante la Revolución de Mayo o la de- acuerdo, cada una de ellas, durante la
claración de la independencia. Los com- década de 1820, se recluyen en sí mismas,
ponentes de la nación argentina que se crean sus instituciones, dictan Constitu-
visualizan a fines del siglo XIX se fueron ciones, crean símbolos propios. Buenos
creando lentamente a lo largo de ese siglo, Aires, que había querido hegemonizar al
no en un movimiento siempre ascendente resto de las provincias en 1819, intenta
sino con imposiciones y resistencias, y que hacerlo nuevamente en el Congreso de
las opciones para los distintos estados (lla- 1824-1826, pero tampoco lo logra, entre
mados provinciales) eran varias y una de otras razones por la guerra con Brasil que
ellas, en un momento dado, fue crear lo se produce en esos años, y por la férrea
que finalmente se constituyó como nación defensa de cada provincia de sus derechos
argentina.2 soberanos. A fines de la década, Buenos
Aires deja de estar liderada por una diri-
gencia unitaria tras el fusilamiento del
EL ESTUDIO DE UN CASO EMBLEMÁTICO: gobernador Dorrego, y se inicia lo que se
LA GUERRA DE LAS AUTORIDADES llama la guerra entre federales y unitarios:
CORRENTINAS Y PARAGUAYAS AL los unitarios liderados desde Córdoba por
GOBIERNO DE BUENOS AIRES (1839-1847) el general José María Paz, y los federales
por el gobernador de Buenos Aires, Juan
Para evidenciar mejor mi clave de lectura Manuel de Rosas y el gobernador de Santa
ofreceré el estudio de un caso: el conflicto Fe, Estanislao López. Los federales derro-
armado de Corrientes, Paraguay, Buenos tan por las armas a los unitarios, y conso-
Aires (1839-1847) (Gelman, 2005 y 2009; lidan su posición en todas las provincias.
Lynch, 1984; Myers, 1995). Me acotaré En enero de 1831 las provincias de Santa
sobre todo a la discusión llevada a cabo Fe, Entre Ríos y Buenos Aires firman el
en publicaciones periódicas donde se pacto federal; las demás provincias tam-
visualiza claramente el problema que me bién se adhirieron al pacto entre 1831 y
interesa examinar condensado en debates 1832 conformando la Confederación Ar-
sobre la soberanía y la nación argentina. gentina. Se estipulaba que cada provincia
Hay que tener presente que tras la conservaría su independencia, delegando
revolución y el proceso de independencia en el gobernador de la provincia de Buenos
Aires el cargo de las Relaciones Exteriores.
Si bien el pacto establecía igualdad entre
Filosofía y Letras, UBA) para estudiar los orígenes de las provincias, a partir de 1835, durante
la nación argentina a fines de 1980 y comienzos de
1990. Sobre los resultados de su larga investigación
el segundo mandato de Juan Manuel de
pueden consultarse Chiaramonte (1997 y 2004), y Rosas, la provincia de Buenos Aires impo-
Chiaramonte, Marichal y Granados (2008). ne su hegemonía sobre el resto. Es en esta
2
Quisiera recomendar dos estudios recientes: coyuntura que debemos analizar la resis-
Ternavasio (2009), y Fradkin y Garavaglia (2011, pp. tencia de las autoridades correntinas a la
13-28). hegemonía del gobierno de Buenos Aires.

130 ALEJANDRO HERRERO


Corrientes y Buenos Aires naba con la suma del poder público y so-
metía a su arbitrio a la Sala de Represen-
Las autoridades de Corrientes, presididas tantes (1 de agosto de 1843). El eje que
por Berón de Astrada (1839), Pedro Ferré articula el discurso contra el gobierno de
(1839-1842) y Joaquín Madariaga (1843- Buenos Aires y su gobernador, represen-
1847), calificaron a Rosas como un tirano, tante de la Confederación Argentina en
un caudillo,3 que violaba tanto el pacto el exterior, y que se repite incansable-
federal (1831) firmado por las provincias mente, es libertad versus tiranía. No se
como los ideales republicanos proclamados les escapa que esa dicotomía fue lanzada
desde la Revolución de Mayo, hecho que por los revolucionarios en 1810.
justificaba la resistencia armada.4 Estos Tratan de inscribir, de este modo, la
conceptos son renovados nuevamente en la lucha de Corrientes con un pasado glo-
coyuntura que trata este estudio: 1843- rioso y caro al sentimiento de todas las
1847. En las páginas de El Republicano, provincias. La Revolución de Mayo fue
publicación periódica oficial de Corrientes, definida por sus actores como una re-
se afirma que esta provincia “fue la pri- belión, contenida en la consigna libertad
mera en declararse por la federación desde americana versus tiranía española (Gold-
1831, y en 1839 fue la primera en decla- man, 1989, pp. 109-183; Herrero, 2004;
rarse contra Rosas, tirano abominable Morán, 2012). La lucha, en este discurso
al mismo voto federal” (16 de julio de correntino, seguía siendo la misma aunque
1843). El gobernador de Buenos Aires, los actores habían cambiado: Buenos Aires
por el contrario, continúa el argumento, ocupaba el lugar de las autoridades espa-
no respetaba los principios establecidos ñolas y Corrientes reemplazaba a Buenos
en el pacto federal: “¿Es acaso federación Aires encabezando la resistencia en defensa
verdadera someterse vilmente al tirano de las libertades de las provincias.5 A este
más feroz, al enemigo más declarado de argumento se le añade otro: se definía a
la independencia de cada estado o provin- esta rebelión como una contienda de carác-
cia, sin la cual no puede existir ese decan- ter universal. La guerra que se lleva a cabo,
tado federal?” (16 de julio de 1843). Pero se expresa en La Revolución (16 de febrero,
tampoco respetaba, se agrega, las leyes 1845), publicación periódica oficial de las
republicanas de su provincia ya que gober- autoridades de Corrientes, “es la causa de
los pueblos y de la civilización y huma-
3
Sobre la expresión caudillo, véase Goldman y nidad, destruyendo por siempre el impe-
Salvatore (1988). rio de la tiranía y esclavitud en que estos
4
Estos argumentos se repiten en las publicacio- gimen”. El gobierno correntino, al califi-
nes periódicas: El Libertador de Corrientes (1840), El car la resistencia armada como un enfren-
Nacional Correntino (1841-1842), El Republicano (1843- tamiento entre “la humanidad frente al
1844), La Revolución (1845) y El Pacificador (1846).
Así como también en el Registro Oficial de la Provincia
5
de Corrientes, Imprenta del Estado de Corrientes: La Revolución, 16 de febrero, 1845, Corrientes.
(1826-1830), t. III (1831-1837) y t. IV (1838-1841), Véase un estudio reciente en torno a las diferentes
edición de 1929 y t. V (1842-1846), t. VI (1847- interpretaciones que los intelectuales y políticos del
1852), edición de 1936. Sobre el discurso republi- siglo XIX hicieron sobre la gesta de 1810 en Wasser-
cano en la etapa estudiada, véase Myers (1995). man (2001).

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 131


despotismo”, asociaba su lucha con los armada contra el gobierno de Buenos
valores y los principios de las naciones Aires y, por otra parte, justificar la inter-
civilizadas. vención de naciones como Francia o la
¿Quiénes se enfrentaban?: el bien y el Banda Oriental en la contienda.
mal, la razón y la fuerza, la civilización y La guerra, que significa para Corrientes
la barbarie. Jean Starobinski (1999), en romper con el pacto federal y salir de la
un estudio sobre el concepto civilización, Confederación Argentina, abre una nueva
señala que dicha palabra “constituye una situación política:6 Corrientes recupera el
norma político moral: es el criterio que atributo que había delegado al gobernador
permite juzgar y condenar la no civili- de Buenos Aires, la representación exterior,
zación, la barbarie”. En estos discursos y como Estado soberano e independiente
correntinos se habla en nombre de la civi- decide terminar con un conflicto mercan-
lización juzgando y condenando al go- til con la República de Paraguay, firmando
bierno de Buenos Aires que, al emplear un acuerdo en diciembre de 1844. Esto
la fuerza contra las provincias, se convierte deriva en una dura polémica sobre el único
en un bárbaro. Siguiendo este razona- atributo nacional que posee la Confedera-
miento, el gobierno correntino llama a las ción Argentina en la primera mitad del
naciones civilizadas a sumarse a su lucha siglo XIX: la representación nacional en
contra la amenaza de la barbarie de Rosas. manos del encargado de las Relaciones
En la opinión del gobierno correntino no Exteriores de la Confederación Argentina.
se trata sólo de un argumento político sino
también de un derecho de la “humani-
dad” establecido en los diferentes trata- ¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA?
dos de derecho de gentes. En las páginas
de La Revolución (23 de febrero de 1845) Este conflicto político y bélico tuvo una
se apela a un párrafo del libro de Emer de densa discusión que se puede leer en docu-
Vattel, El Derecho de gentes o Principios de mentos oficiales de los diferentes Estados
la ley natural, aplicados a la conducta y a los que intervienen y en sus publicaciones
negocios de las naciones y de los soberanos: periódicas. Dicha discusión derivó en la
polémica sobre la existencia misma de la
Si el príncipe, dice Vattel, ataca las leyes nación argentina. Para unos y otros el
fundamentales da a su pueblo un motivo resultado de esta contienda verbal era deci-
legítimo de resistirle: si la tiranía insoporta- sivo para legitimar su posición política.
ble subleva a la nación, cualquiera potencia
extranjera tiene el derecho para socorrer al 6
pueblo-oprimido que le pide auxilio [...] En La Revolución se escribe: “Por su parte, la
Cuando un pueblo toma con razón las armas revolución argentina representada por Corrientes debe
considerarse como una potencia distinta de la parte de
contra su opresor, es justicia y generosi- la república que domina el tirano Rosas. Vattel dice:
dad auxiliar a los valientes que defienden la Pero cuando los vínculos de la sociedad política se
libertad. destruyen, o a lo menos, se suspenden entre el sobe-
rano y su pueblo, se le puede considerar como dos
El objetivo de este párrafo es doble: potencias distintas...” La Revolución, 23 de febrero de
por un lado se propone legitimar la lucha 1845, Corrientes.

132 ALEJANDRO HERRERO


Los argumentos del gobierno de Buenos Aires: gobierno de Buenos Aires lo rechaza
La Gaceta Mercantil inmediatamente. Las publicaciones perió-
dicas oficiales al gobierno de Buenos Aires
Tanto la República de Paraguay como la califican de ilegal dicho acuerdo y llaman
República Oriental del Uruguay eran dos “unitarios, a los dirigentes correntinos
Estados que Buenos Aires quería domi- antirrosistas, con toda la implicación nega-
nar, en principio para asegurarse el con- tiva que ello supone (Myers, 1995; New-
trol de la navegación de los ríos, y en land, 1992; Salvatore, 1996).7
segundo lugar porque los saladeros de La Gaceta Mercantil, en varios artículos,
Buenos Aires competían con los salade- invoca principios de diferentes obras de
ros de Río Grande del Sur y la Banda derecho de gentes (se trata de normas
Oriental del Uruguay. aceptadas universalmente que regulan las
Hay que recordar que la República relaciones entre los distintos Estados) con
Oriental del Uruguay estaba divida y en el objetivo preciso de mostrar la ilegali-
guerra constante entre dos grupos políti- dad de este tratado. Aquí aparece un pun-
cos, uno liderado por Oribe y otro por to importante: sólo pueden apelar a estas
Rivera. El primero apoyado por el go- normas internacionales los Estados sobe-
bierno de Buenos Aires y el segundo por ranos e independientes. Todo el argumen-
lo opositores a este. Rivera protegía a los to de Buenos Aires trata de mostrar que
enemigos de Rosas en Montevideo y Ori- de hecho y de derecho ni Corrientes ni
be defendía a los rosistas desde la cam- Paraguay poseen esos atributos de Estados,
paña. Oribe y Rivera se proclamaban pre- sino que son provincias que pertenecen a
sidentes, y de hecho la República Oriental la Confederación Argentina, que tiene un
del Uruguay contaba con dos presidentes encargado en las Relaciones Exteriores, el
que dominaban el territorio uruguayo. gobernador de Buenos Aires Juan Manuel
El apoyo de Rosas a Oribe contra Ri- de Rosas, para llevar a cabo las tratativas
vera tiene, entre una de sus finalidades, con otros Estados.
dominar el territorio uruguayo, y arrinco- Primera cuestión: el gobierno corren-
nar a los exiliados argentinos antirrosis- tino no es reconocido por el gobierno de
tas. Así como también la férrea postura Buenos Aires como una autoridad legítima;
rosista de calificar a Paraguay como pro- por el contrario, se lo define como “rebel-
vincia de la Confederación Argentina y de” y “pirata”. En La Gaceta Mercantil se
no aceptar su independencia como repú-
blica está vinculada claramente a una tra- 7
Todos los actores que se oponen al gobierno de
dición política de los gobiernos de Buenos Juan Manuel de Rosas, desde los federales doctrina-
Aires que desde la colonia y después de rios porteños hasta los correntinos como Ferré que
la revolución se creyeron con derecho a siempre optan por la federación, son etiquetados como
controlar ese territorio y sus vías fluviales unitarios cargando con el contenido negativo elabo-
rado por los federales rosistas. El relato rosista que
(Brezzo, 2005). Es en este contexto de justifica la guerra a muerte contra el enemigo unita-
intereses que se debe insertar esta coyun- rio se difunde a toda la población, de diversas formas,
tura precisa: la República de Paraguay y en las escuelas, en fiestas, en las consignas que debían
el Estado de Corrientes firman un acuerdo encabezar todo documento oficial y en la propia ves-
comercial en diciembre de 1844, y el timenta de los ciudadanos.

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 133


advierte, citando a Emer de Vatell, “que La tercera cuestión, ligada a las dos
el que toma las armas sin motivo legítimo anteriores, consiste en mostrar que tam-
no tiene absolutamente ningún derecho. poco Paraguay es un Estado soberano e
Son injustas todas las hostilidades que independiente y, por consiguiente, no
comete. Es responsable de todos los males puede, según el derecho de gentes, cele-
y horrores de la guerra” (Vattel, lib. 3, cap. brar tratados con otros Estados. Para ello
11, p. 183). El calificativo “pirata” tam- se mencionan las distintas posibilidades
bién tiene una definición precisa en los tra- para obtener la soberanía: por elección o por
tados internacionales, y es subrayada por su fundación o posesión (uti possidetis). La pri-
dicha publicación rosista cuando agrega lo mer idea indica que un Estado decide
siguiente: “Piratas son los que sin ser auto- sobre su futuro por voluntad y elección,
rizados por ningún gobierno ejercen en la si es independiente o si entra en alianza
mar el oficio de ladrones y son por conse- con otros Estados. La segunda idea por
cuencia culpables” (Kluber, Droit des gens, fundación o posesión supone que un
2a. parte, título 2, p. 30).8 El objetivo es Estado existe desde un momento deter-
claro: se invocan estos principios de dere- minado, y los Estados o provincias perte-
cho de gentes para ubicar a las autoridades necen a ella desde su fundación o posesión. El
correntinas fuera de las leyes que rigen a las gobierno de Buenos Aires plantea que la
naciones civilizadas. soberanía por su fundación (uti possidettis) es
Segunda cuestión encadenada a la pri- la que rige a los argentinos, y Paraguay
mera: en La Gaceta Mercantil se le recri- pertenece, sin duda, a la República Argen-
mina al gobierno paraguayo que no res- tina desde el mismo momento que se da
peta las reglas de los países civilizados
porque no puede tratar con rebeldes:
dicho acuerdo con Corrientes trata de corregir este
no puede haber alianza con rebeldes, por- daño. La publicación rosista dice, en relación con este
que no forman nación y por consiguiente asunto, que el gobierno de Paraguay no puede desco-
nocer que “mientras un pueblo neutral quiere gozar
no existe entre ellos género alguno de inde-
seguramente de este estado debe mostrar en todas
pendencia. Este principio es fundamental, cosas una imparcialidad entre los que se hacen la gue-
porque sea cual fuere la forma de gobierno, rra, porque si favorece a uno en perjuicio del otro, no
siempre se encuentra en ella un punto o cen- podrá quejarse cuando este le trate como parcial o
tro en que reside la soberanía, la cual se asociado de su enemigo. La neutralidad sería una neu-
ejerce a nombre de la nación que es esen- tralidad fraudulenta de la cual ninguno quiere ser
cialmente su origen y su objeto, y atendi- víctima” (Vattel, lib. 3, cap. 7, p. 104). Para después
dos todos los principios, todas las autorida- apuntar: “una nación que sin otro motivo que el cebo
des son delegadas por ellas, verdad que es de la ganancia trabaja en fortificar a nuestro enemigo,
de la esencia de todos los gobiernos.9 y no teme causarnos un daño irreparable, no es cier-
tamente amiga nuestra, y nos da derecho para consi-
derarla y tratarla como asociada a nuestro enemigo”
8
Bello, Principios de derecho de gentes, cap. 10, p. (Vattel, t. 3, lib. 3, cap. 7, p. 113). La Gaceta Mercan-
240, citado por Rivera Indarte, reproducido en La til, 24 de marzo de 1845, Buenos Aires. Véase ade-
Revolución, 25 de febrero de 1845, Corrientes. más Archivo Americano y Espíritu de la prensa en el
9
El gobierno de Paraguay argumentaba que el mundo, 30 de abril, 21 de junio y 31 de julio de 1845,
conflicto atenta contra sus intereses comerciales y que Buenos Aires.

134 ALEJANDRO HERRERO


la ruptura con España. El argumento com- guay debe tratar con el gobernador de
bina una breve narración de la gesta de Buenos Aires que es el encargado de las
Mayo con la apelación a normas del dere- Relaciones Exteriores de la Confederación
cho de gentes.10 Se afirma, categóricamen- Argentina.13 Estos usos de dos nociones
te, que Paraguay es, desde que se inicia la de soberanías distintas y opuestas, no sólo
guerra por la independencia con España, muestra la tensión en los argumentos
una provincia argentina y, por consi- del gobierno de Buenos Aires, sino que
guiente, no puede realizar acuerdos con indica, además, que necesita utilizar una
otros Estados.11 y otra noción para defender los intereses de
La argumentación toma un giro cuan- la provincia de Buenos Aires y de su
do los publicistas de Buenos Aires quieren gobernador.
indicarle al gobierno paraguayo que si Si el pacto federal justifica que el go-
desean acordar sobre la navegación del río bernador de Buenos Aires es el encargado
Paraná deben hacerlo con Rosas, el encar-
gado de las Relaciones Internacionales de
la Confederación Argentina. ¿Qué prin- los Estados provinciales son soberanos e independien-
cipio, qué pacto, fundamenta que el go- tes, puede legitimar que la aduana no es nacional
sino, exclusivamente, de Buenos Aires. Sí invocaría,
bernador de la provincia de Buenos Aires por el contrario, el concepto de uti possidetis, la aduana
es el único encargado en la Confederación no es de Buenos Aires, sino de la nación argentina. Por
Argentina de acordar con otros Estados? eso, el rosismo invoca, cuando le conviene una u otra
Esto está expresado en el pacto federal. En idea de nación. Al respecto véase el excelente estu-
el discurso del propio Rosas y de sus dio de Chiaramonte (1997).
publicistas se abandona la noción de uti 13
El articulista de la publicación de Buenos Aires
possidetis; y se sostiene, únicamente, la de afirma: Por otra parte, estando obligada anteriormente
elección12 cuando se justifica por qué Para- la Provincia de Corrientes por el pacto nacional del
4 de enero de 1831, el gobierno del Paraguay, aun
queriendo interpretar la rebelión de los salvajes uni-
10
La Gaceta Mercantil, 28 de marzo de 1845, tarios como el orden legal de esa provincia, no ha
Buenos Aires. podido creerse autorizado para tratar con quien no
11
La Gaceta Mercantil, 28 de marzo de 1845, puede hacerlo sino el modo y forma que voluntaria-
Buenos Aires. mente ha convenido en un tratado precedente. Para
12
Apuntemos otro dato relevante: el rosismo ya que sea moral un tratado es necesario que no haya
había utilizado esa idea de soberanía por elección para impedimento moral para su ejecución [...] La condi-
defender la aduana de Buenos Aires. En los años ción esencial para la validez de un tratado público es
treinta, Pedro de Angelis afirma, defendiendo la la facultad en los estipulantes. Reconociéndose for-
aduana de Buenos Aires sólo para los porteños, que la malmente el gobierno del Paraguay en los rebeldes
soberanía de las provincias es absoluta. En consonan- salvajes unitarios de Corrientes, ataca la soberanía de
cia con esto, desde las páginas de La Gaceta Mercantil, la Confederación Argentina, pues que no trata, como
se plantea que cada provincia es soberana e indepen- requiere el derecho de gentes, con el representante
diente y que por su propia elección y voluntad, en del Estado argentino ante el extranjero, inmediata-
un acuerdo firmado en 1831, formaron la Confede- mente, o por interpósito agente, sino con sus enemi-
ración Argentina y delegaron, desde entonces, en el gos en rebelión, estableciendo así injusta y hostil-
gobernador de la provincia de Buenos Aires el cargo mente una representación pública y derecho bélico
de la representación exterior de dicha alianza. Es decir, de que estos carecen La Gaceta Mercantil, 28 de marzo
sólo invocando esta idea de nación por elección donde de 1845, Buenos Aires.

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 135


legítimo de las relaciones exteriores de la la Confederación Argentina rompen sus
Confederación Argentina, también puede relaciones. Es esta coyuntura positiva (para
justificar, tal como lo subrayan correntinos el gobierno paraguayo) la que impulsa al
y paraguayos, que Corrientes puede se- presidente Carlos Antonio López a con-
pararse legítimamente de esa alianza (ba- cretar un acuerdo comercial con Corrientes
jo el argumento que no se cumplen los y enfrentar al encargado de las relaciones
acuerdos establecidos) y recobrar sus atri- exteriores de la Confederación Argentina
butos de Estado soberano e independiente. que se opuso tenazmente al mismo. El
Tales argumentos serán esgrimidos desde debate público quedó registrado en las
el gobierno de Paraguay y su publicación páginas de La Gaceta Mercantil y El Para-
oficial, El Paraguayo Independiente. guayo Independiente, vocero del presidente
de la República de Paraguay. El Paraguayo
Independiente no sólo defiende la soberanía
La respuesta de El Paraguayo Independiente e independencia de la República de Para-
guay sino que sostiene, además, que no
El gobierno de Paraguay tiene una coyun- existe la nación argentina invocando la
tura favorable que le permite enfrentarse noción de la retroversión del poder del mo-
al gobierno de Buenos Aires (Buschbinder, narca español a los pueblos de la América
2004; Chiaramonte, Marichal y Granados, española para legitimar sus argumentos.
2008, pp. 113-128). En primer lugar, el Primera tesis: el Estado de Paraguay
imperio de Brasil le reconoce la indepen- es soberano e independiente:
dencia y alienta a otros Estados, como
Gran Bretaña, a seguir el mismo ejem- Disuelta la sociedad política, que existió, era
plo,14 y en segundo término, el imperio y libre a los socios fundar otra o otras. Ellos, y
no la división territorial, o la personalidad
14
extinta del virreinato, eran los únicos que
Paraguay formaba parte del virreinato del Río tenían derecho de determinar la naturaleza
de la Plata en el momento que se produce la
Revolución de Mayo en 1810, y Buenos Aires siem-
del nuevo poder político, y entidad que lo
pre ocupó el lugar de la ciudad que centralizaba y ejercería. Extinguido el único poder que
dominaba al resto de las provincias. Poco tiempo des- existía con todos sus atributos, no quedaba
pués los criollos dominan el gobierno de Paraguay
promoviendo una confederación, con la idea de que
cada provincia se relacione de manera igual una con tratados con sus vecinos, por ejemplo con el Estado de
la otra sin ser sometida por ninguna. Buenos Aires Corrientes o el imperio de Brasil. En 1844 se dicta la
no acepta esta propuesta. Fracasada la estrategia de Constitución de Paraguay y se proclama presidente
la confederación, la dirigencia política de Paraguay a Carlos Antonio López por diez años. En esta nueva
se decide por la independencia. En 1813 se declara coyuntura política, social y económica, el gobierno
la República de Paraguay, y desde 1814 hasta 1840 de Paraguay logra que el imperio de Brasil reconozca
se consolida la dictadura del doctor Francia. Su polí- su independencia, igual que Gran Bretaña. El impe-
tica fue de consolidación interna, y de aislamiento, rio de Brasil buscaba entre otras cosas quebrar la idea
prácticamente rompe todos los lazos con los vecinos, de que Paraguay se incorpore a la Confederación
con algunas excepciones que permitía un mínimo Argentina, siempre planteada desde Buenos Aires
comercio. Recién tras la muerte de Francia en 1840, (Scavone y Brezzo, 2010, pp. 22-50, y Moniz, 2006,
se produce un viraje y el gobierno paraguayo inicia pp. 93-147).

136 ALEJANDRO HERRERO


otro alguno. Era menester nueva creación, en tales términos el pueblo paraguayo, y sólo
y solamente el pueblo soberano podía darle él, libre, soberana y espontáneamente quien
existencia.15 tenía derecho de calcular su suerte, consul-
tar sus pensamientos, seguir sus inspiracio-
Pero no se trata del pueblo soberano, nes, y auxiliado por la Divina Providencia,
advierte la publicación paraguaya, sino de asentar las bases del edificio social en que
los pueblos o provincias que recuperan, debía pasar sus días, y trabajar para obtener
desde entonces, su soberanía e independen- su propia felicidad. Nadie tenía, ni tiene
cia y deciden, según su voluntad, su des- facultad de interrumpir su paz, inspiraciones
tino político.16 Y agrega, utilizando el con- y deseos o de oprimir la voluntad libre y los
cepto de soberanía por elección, lo siguiente: derechos soberanos que Dios le dio, la mano
osada, que temeraria se atreviese a tocar en
15
El Paraguayo Independiente, 4 de octubre de la Arca Santa de su libertad, derecho o nacio-
1845, Asunción. nalidad, ha de ser cortada como sacrílega,
16
Pero El Paraguayo Independiente también invoca brutal e impía.17
una idea organicista y cultural de la nación, asociada
a los 30 años de vida independiente del pueblo para- El Paraguayo Independiente (2 de octu-
guayo. Esta idea cultural de nación, diferente a la idea
de soberanía por elección, es usada para legitimar la
bre de 1845) reproduce los diferentes tra-
unidad de la república: un hombre nacido en Para- tados concertados entre las provincias rio-
guay es paraguayo y no puede optar por otra repú- platenses y en ninguno de ellos se verifica
blica sin ser calificado de traidor. La idea de nación que el pueblo paraguayo haya decidido
asentada en la voluntad de sujetos racionales que incorporarse a la Confederación Argentina,
hacen un pacto para crear una nación ofrece algunos hecho que no puede ser desmentido por
problemas para lograr unidad interna, sobre todo en las publicaciones de Buenos Aires. Hay
épocas donde la guerra era un asunto permanente. El que indicar, a su vez, que el presidente
Estado paraguayo necesita enunciar la idea cultural López reitera en carta oficial a Juan Ma-
de nación para poder justificar más lógicamente que nuel de Rosas que el pueblo paraguayo ha
los ciudadanos deben servir a la república si esta se
encuentra en peligro. Un ciudadano paraguayo ya no
decidido mantener su voluntad de ser una
piensa racionalmente si quiere ir a la guerra, sino que república independiente. De este razona-
al ser parte culturalmente de la nación debe defen- miento, dicha publicación desprende la
derla o ser un traidor no sólo al Estado, a la repú- segunda tesis: la nación argentina no exis-
blica, sino también a la familia paraguaya, a su histo- te18 y, en todo caso, es sólo una promesa. En
ria, a sus tradiciones, a sus riquezas naturales. El la publicación paraguaya se expresa:
peligro que encierra la idea que habla de la voluntad
libre del sujeto de la república es que queda librado Las provincias litorales del Río de la Plata,
al ciudadano su decisión de pertenecer a la república después de continuas guerras y millares de
y de defenderla ante cualquier circunstancia. Como vicisitudes, convinieron por fin celebrar el
vemos, son dos ideas de nación distintas, contradic-
tratado de 4 de enero de 1831. Él por sí sólo
torias y, al mismo tiempo, necesarias: la idea por elec-
ción es necesaria para legitimar la independencia de
17
la República de Paraguay sostenida una y otra vez El Paraguayo Independiente, 4 de octubre de
por el voto de sus ciudadanos, mientras que la idea 1845, Asunción.
18
cultural de nación es necesaria para conseguir la uni- El Paraguayo Independiente, 8 de agosto de 1845,
dad y defensa de la república. Asunción.

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 137


demuestra que el hecho de la incorporación esto enuncia su tercera tesis: el Estado sobe-
nació de la única fuente legítima, cual es la rano e independiente de Corrientes ingresó
libre voluntad de los pueblos. Ese tratado voluntariamente a la Confederación y puede
es el único título de nacionalidad, fuera de del mismo modo, si no se cumplen los pac-
él no hay sino repúblicas independientes [...] tos establecidos, salir de dicha alianza. El
Después de los actos preparatorios, se reunie- presidente paraguayo Carlos Antonio López
ron los plenipotenciarios de las provincias le escribe a Juan Manuel de Rosas:
litorales en Santa Fe, para ajustar su alianza
ofensiva y defensiva, primera y fundamental Este fue el primer tratado celebrado por el
condición de una futura confederación, que general Rosas con el gobierno de Corrientes:
no existía, que aun no existe, y que sólo es un acto importantísimo que servirá para
existirá, cuando un Congreso general de la interpretar el posterior tratado de 4 de enero
provincias estableciere las bases, y determi- de 1831. Por él, así como por el posterior, se
nare las condiciones de ese pacto nacional, ve que el nombre Confederación Argentina
que hasta el presente no pasa de un simple es pura y completamente arbitrario, y que
deseo, o mera posibilidad, la especie de con- en la realidad no es, ni significa más que,
federación que será adoptada, la naturaleza, alianza ofensiva y defensiva entre las repúbli-
la extensión de las relaciones políticas entre cas independientes del Río de la Plata, fun-
las provincias, la cantidad y cualidad de dada solamente por los dichos tratados, y
poder, que será concedida al ejecutivo ge- que sólo permanecen en cuanto ellos tienen
neral, en fin, el contrato social entre las existencia y vigor, y no cuando ellos se hallan
repúblicas independientes del Río de la suspensos o rotos.21
Plata, aun es un problema que el tiempo
resolverá. Quien tuviese la osadía de contra- El futuro de Corrientes queda, siguien-
riarnos, que presente, no diremos la Consti- do este razonamiento, a merced de la vo-
tución federal, pero cualquier otro vínculo de luntad del pueblo correntino. A los ojos
unión que no sea el tratado que vamos a de López, las autoridades correntinas (con-
publicar (habla del pacto federal del 4 de trariamente a lo que señala el gobierno de
enero de 1831), el cual en sí mismo no es Buenos Aires) son legítimas y no pueden
más que un acto preparatorio de la futura ser calificadas de rebeldes o de piratas.
existencia nacional.19 López, en la misma carta, le dice a Rosas:
Si no existe una nación argentina, ¿qué es también cierto que la honra de usted, no
existe en su lugar? El Paraguayo Indepen- podrá desconocer que el único poder de
diente sólo observa provincias que son
Estados soberanos independientes.20 Dicho
soberanos, y que solamente, cuando vinculadas por
sus voluntarias estipulaciones, es que limitan o modi-
19
El Paraguayo Independiente, 20 de septiembre fican su poder independiente. Como hay, pues, quién
de 1845, Asunción. quiera forjar una Confederación hija de la fuerza, por
20
“Vemos siempre la misma independencia de las la fuerza?” El Paraguayo Independiente, 13 de septiem-
provincias, la misma libertad de confederarse o no bre de 1845, Asunción.
[...] Tenemos, pues, confirmación repetida de que las 21
El Paraguayo Independiente, 13 de septiembre
provincias del Río de la Plata son verdaderos Estados de 1845, Asunción.

138 ALEJANDRO HERRERO


hecho, que existe en Corrientes, es el gobier- Aires) estuvo en peligro primero ante la
no con quien el Paraguay trató. Él y sólo él invasión del imperio de Brasil;24 y luego
dispone del territorio, fuerza y recursos ante la intervención de la Banda Orien-
públicos. Buenos Aires no posee en toda la tal del Uruguay de la mano de Oribe, uno
extensión de la provincia un solo palmo de de los líderes de la política uruguaya, apo-
terreno, un solo soldado, ni el más pequeño yado abiertamente por el gobierno de
símbolo de jurisdicción. Si hay desorden, no Buenos Aires.25
ha podido restablecer el orden, cualquiera Ahora bien, ¿por qué se insiste, en una
que sea el derecho, el hecho real e innegable cantidad enorme de números de El Para-
es el que queda expuesto.22 guayo Independiente, en estas cuatro tesis?
Hasta aquí pueden visualizarse dos razo-
Dicha afirmación puede ser compro- nes de peso: para deslegitimar, por un
bada en los hechos ya que los seguidores lado, al gobernador de la provincia de
de Rosas se encuentran fuera de esa pro- Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, co-
vincia. A estos hechos agrega otros del mo encargado de las Relaciones Exteriores
pasado reciente: no es nuevo que Corrien- de la Confederación Argentina y, en se-
tes y Paraguay celebren tratados.23 gundo lugar, legitimar al gobierno corren-
Cuarta tesis: Rosas invoca, sólo cuando tino como el auténtico representante de
conviene a sus intereses, la defensa de la un Estado soberano que puede firmar tra-
soberanía de la nación argentina. El Para- tados con otras repúblicas soberanas e
guayo Independiente trata de mostrar, con independientes, en este caso Paraguay.
hechos recientes o del pasado inmediato, Estas razones, sin duda, son fundamenta-
que su vocación nacionalista lució por su les para Carlos Antonio López; sin embar-
ausencia cuando Corrientes (enfrentada a go, hay otra cuestión que sale a la luz en
comienzos de los años treinta a Buenos 1845: la necesidad de impulsar la inde-
pendencia definitiva de Corrientes con el
22
El Paraguayo Independiente, 13 de septiembre
24
de 1845, Asunción. La publicación paraguaya evoca un hecho muy
23
López escribe que “Paraguay celebró anterior- conocido por entonces y siempre actualizado por las
mente convenciones con el gobierno de Corrientes, autoridades correntinas: “Una fuerza imperial entró en
los disidentes del Río Grande del Sur en guerra con el territorio correntino, hubo reclamaciones del go-
el gobierno del Brasil. Buenos Aires supo y no signi- bierno de esa provincia, y el de Buenos Aires nin-
ficó su desaprobación, ni evitó o neutralizó los males, guna señal de vida presentó en todos esos conflictos.
que de ahí se siguiesen al gobierno de aquel impe- ¿Cómo es, pues, que fue ahora a desenterrar el tra-
rio. Es pues notable la novedad de la actual política. tado de 4 de enero, que ha tantos años murió en rela-
El derecho de conservación, defensa y existencia per- ción a Corrientes y que sólo al fin de la guerra actual
sonal autoriza al propio súbdito de un gobierno a sal- es que podría resucitar?” El Paraguayo Independiente, 9
var su vida, puesta en peligro por otro, cuanto más un de agosto de 1845, Asunción.
25
pueblo a tratar con otro, que vive sobre si para evitar “Si el pensamiento que llevamos expresado,
la destrucción y la guerra.” Documento del presi- no fuese exacto, ¿cómo dejaría Buenos Aires de ofen-
dente de la República del Paraguay dirigido al encar- derse de que Oribe se pusiese en hostilidades con la
gado de las Relaciones Exteriores de la Confederación provincia de Corrientes? ¿No representaría Oribe un
Argentina. Reproducido en El Paraguayo Independiente, poder extranjero a la Confederación?” El Paraguayo
26 de abril de 1845, Asunción. Independiente, 19 de julio de 1845, Asunción.

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 139


fin de internacionalizar el comercio por Primera cuestión: el gobierno de Bue-
el río Paraná. Esta estrategia no es sólo nos Aires se apoya en tratados de derecho
paraguaya sino también de otros Estados, internacional que justamente respaldan
como el imperio de Brasil y Gran Bretaña, plenamente su posición. Segunda cues-
involucrados en este problema comercial tión: la tradición política rioplatense tam-
y de algunos emigrados antirrosistas en bién respalda esta postura. Ni en los tiem-
Montevideo. pos del virreinato, ni durante la gestión
de los unitarios en la década de los veinte
o de los federales rosistas en los años
EL PROBLEMA DE LA LIBRE NAVEGACIÓN DE treinta y cuarenta se permite la libre nave-
LOS RÍOS Y EL PROYECTO DE TRANSFORMAR gación de los ríos a barcos extranjeros por-
AL ESTADO DE CORRIENTES EN UNA que perjudica los intereses de la aduana
REPÚBLICA INDEPENDIENTE de Buenos Aires. Los actores perjudicados
(imperio del Brasil, Gran Bretaña, Para-
Al revisar las diferentes publicaciones co- guay) no desconocen estas normas ni esta
rrentinas, montevideanas, paraguayas y tradición política rioplatense. Sólo existe,
de Buenos Aires, que participan del de- entonces, una salida legal: que algún Es-
bate durante el enfrentamiento armado tado del litoral se declare república inde-
desde 1839, se advierte que siempre se pendiente internacionalizando los cursos
apoyan, de manera coincidente, en los tra- de agua, Paraná y Uruguay.
tados de derecho de gentes escritos por
Kluber y por Emer Vattel. Ambos auto-
res, de enorme prestigio internacional, Gran Bretaña
acuerdan en este punto: la libre navega-
ción de un curso de agua que atraviesa un Ouseley, agente diplomático de Gran Bre-
Estado depende exclusivamente de la taña, escribe en octubre de 1843 a su
voluntad de este. Estos tratados le daban gobierno en Londres:
la razón al gobierno de Buenos Aires, y
este no dejó pasar esto.26
cap. 1, p. 23.) [...] la independencia de los Estados se
26 hace observar particularmente en el uso libre y exclu-
En la prensa de Buenos Aires se reproduce este
pasaje, apoyándose en argumentos de Kluber: En vir- sivo del derecho de aguas, en toda su extensión, así en
tud de la propiedad del Estado, el gobierno puede, el territorio marítimo del Estado, como sus ríos, gran-
con exclusión de los extranjeros, no solo hacer uso de des y chicos, canales o lagos y estanques. Ese uso no se
él, sino también disponer de él según su voluntad, y restringe sino cuando el Estado renuncia a él por con-
aumentarlo por el derecho de accesión. Puede hacer en venciones, en todo, o en parte, o que se ha obligado a
su territorio los arreglos que exija la utilidad del Es- dejar que concurra algún otro Estado. No se le podría
tado. Siendo independiente de toda influencia extran- acusar de injusticia si prohibiese todo paso de buques
jera del derecho de propiedad de Estado, se sigue que extranjeros sobre los ríos grandes y chicos, canales o
el Estado puede excluir a todo extranjero no sólo de lagos de su territorio, el paso de buques sobre la mar
la ocupación de las cosas que no tienen dueño, y del a tiro de cañón de sus costas, sin entrada, o perma-
uso de su territorio caso de necesidad, sino aun de nencia en los puertos o en la rada. (Kluber, t. 1, 2da.
todo uso que pudiera hacerse sin que se le perjudicase parte, título 2, cap. 1, pp. 134-135). La Gaceta Mer-
de ninguna manera. (Kluber, Droit, t. 1, 1ra. parte, cantil, 24 de febrero de 1845, Buenos Aires.

140 ALEJANDRO HERRERO


El reconocimiento de Corrientes y Entre complementa con sus intentos por con-
Ríos y su erección en Estado independiente, cretar la independencia de provincias del
aseguraría la navegación del Paraná y del litoral, bajo el amparo e impulso de Gran
Paraguay. Podría así evitarse la dificultad de Bretaña. El general José María Paz, que
insistir sobre la libre navegación que noso- formó parte de ejércitos correntinos con-
tros hemos rechazado en el caso del río San tra Buenos Aires, explica cuáles fueron los
Lorenzo (Canadá) (Busaniche, 1984).27 movimientos de Varela en este sentido:
Esta estrategia fue seguida también Cuando el señor Varela (don Florencio) par-
por Florencio Varela, político unitario exi- tió de Montevideo a desempeñar una misión
liado en la Banda Oriental, y su argumen- confidencial cerca del gobierno inglés, el año
tación se dividía en dos planos: primero 43, tuvo conmigo una conferencia, en que
afirmaba la inexistencia de la nación me preguntó si aprobaba el pensamiento de
argentina y, posteriormente, desprendía separación de las provincias de Entre Ríos
de esta premisa la legitimidad de los y Corrientes, para que formasen un Estado
Estados del litoral para declararse repú- independiente; mi contestación fue termi-
blicas independientes (argumentos simi- nante y negativa. El señor Varela no expresó
lares, como se ha visto, son usados por la opinión alguna, lo que me hizo sospechar
publicación oficial del gobierno para- que fuese algo más que una idea pasajera,
guayo).28 Este argumento de Varela se y que su misión tuviese relación con el pen-
samiento que acababa de insinuarme [...] El
27
“¿A qué se refiere Ouseley cuando alude al señor Varela desempeñó su misión, a la que
caso del río San Lorenzo? La respuesta nos permite
ver las distintas estrategias de Inglaterra. El río San
Lorenzo conectaba los grandes lagos con el océano tes, litorales; y Córdoba, interior. Los tratados entre las
Atlántico. Los norteamericanos sostenían, porque le cuatro primeras las ligan a todas recíprocamente; los
convenía a sus intereses mercantiles, la tesis de la de Córdoba son únicamente con Buenos Aires.
libertad de todo curso navegable, Inglaterra, por el Ninguno de estos tratados contienen un sólo artículo,
contrario, la del exclusivismo y de la soberanía abso- una sola palabra, que ligue a las provincias que lo fir-
luta. Pasar por un territorio ajeno, afirmaba la diplo- maron en cuerpo de nación. Es precisamente todo lo
macia inglesa, es excepción al derecho de propiedad, contrario: son tratados que tienen por base absoluta
y si Europa había proclamado el principio de la liber- independencia de cada provincia hasta que se reúnan
tad de los ríos en sus declaraciones del 24 de marzo en cuerpo de nación, estipulándose que en una opor-
de 1815, esto fue por una convención de mutuo inte- tunidad, se invitará a todas las demás provincias a
rés de los ribereños, y no podía asentar jurispruden- reunirse en federación: prueba patente de que hoy no
cia para la afirmación de una doctrina de derecho están reunidas [...] lo que Rosas llama Confederación
natural. Ouseley no podía, en el pasaje citado, dejar Argentina no es otra cosa que una palabra sin signi-
de indicar la paradoja de la diplomacia inglesa, sos- ficado real [...] el tratado (pacto federal) dispone que
tenedora de la libre navegación de los ríos en el sur se invitará a las provincias a reunirse en federación.
de América y acérrima defensora de la soberanía ab- Esta invitación no se ha hecho hasta ahora; las provin-
soluta en la polémica sobre el río San Lorenzo.” cias permanecen en el mismo estado de aislamiento y
Kroeber (1945). de perfecta independencia, que estipularon en esos
28
Florencio Varela escribe: “Las provincias argen- propios tratados.” Florencio Varela expuso estas ideas
tinas, son catorce, de ellas solo cinco tienen tratados en varios artículos: El Comercio del Plata, 16, 17 y 22
entre sí: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrien- de octubre de 1846, Montevideo.

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 141


se le ha dado gran valor, y por lo que después comprendido la misión que le ha encomen-
hemos visto, y de que hablaré a su tiempo, dado su país [...] El señor Pimenta Bueno
me persuado de que hizo uso de la idea de apoyó sin duda el proyecto de la alianza con
establecer un Estado independiente entre Corrientes, y quizá fue el alma de esta nego-
los ríos Paraná y Uruguay, la que se creía ciación, porque rehusando su gobierno
halagaría mucho a los gobiernos europeos, tomar parte activa en la guerra, le convenía
particularmente al inglés (Paz, 2000, p. buscar enemigos al dictador argentino, que
565). a la vez garanticen al imperio contra su po-
der y afiance la independencia de la nueva
Efectivamente, Varela adhirió públi- república. Pero, aún entonces, no abandonó
camente la propuesta de Ouseley cuando enteramente el pensamiento de desligar a
expresó lo siguiente: Corrientes de la República Argentina, como
se verá en lo que más abajo diré (p. 567).29
el problema que a Entre Ríos y Corrientes
importa ventilar [...] es cómo aumentarán 29
su población, sus consumos, sus productos, El Paraguay, mejor diré, su gobierno, por una
y por consiguiente su comercio y su riqueza. política equivocada y errónea, participa de los deseos
de ver fraccionada la república argentina, bien sea
Para eso nada importa que sean provincias esto por un espíritu de antipatía a Buenos Aires, bien
argentinas o un Estado independiente (Paz, porque crea consultar su propia seguridad. Pero,
2000). ¿cómo es que no ve aquel gobierno que debilitando
a un vecino que cree peligroso robustece a otro más
fuerte aún? Las vistas de la política deben extenderse
Corrientes y Paraguay más allá de la vida de los hombres, y si el presidente
del Paraguay no ha alargado la suya lo bastante, no ha
El plan tuvo dominio público y tanto los comprendido la misión que le ha encomendado su
paraguayos como las autoridades corren- país. Cuando la misión del doctor Derqui, a conse-
tinas saben sobre ello, como lo ha expuesto cuencia de aquella invitación, en que ofrecía prestarse
a la alianza, si se hacía ver la posibilidad de la sepa-
el general José María Paz (2000) en sus ración, cuales eran los verdaderos intereses del Para-
Memorias (por entonces jefe del Ejército guay, sin que nada se consiguiese por entonces. Es de
Libertador de Corrientes): creer que más tarde produjeron algún efecto, pues
vimos a dicho gobierno entrar francamente en una
El Paraguay, mejor diré, su gobierno, por alianza ofensiva y defensiva, sin que se aclarase su
una política equivocada y errónea, participa horizonte, o, al menos, sin que yo no llegase a perci-
de los deseos de ver fraccionada la República bir. Sin embargo, es de creer que hubo otro motivo
Argentina, bien sea esto por un espíritu de para esta mudanza. [...] El señor Pimenta Bueno apoyó
antipatía a Buenos Aires, bien porque crea sin duda el proyecto de la alianza con Corrientes, y
consultar su propia seguridad. Pero, ¿cómo quizá fue el alma de esta negociación, porque rehu-
sando su gobierno tomar parte activa en la guerra, le
es que no ve aquel gobierno que debilitando convenía buscar enemigos al dictador argentino, que
a un vecino que cree peligroso robustece a a la vez garanticen al imperio contra su poder y afian-
otro más fuerte aún? Las vistas de la polí- zas en la independencia de la nueva república. Pero,
tica deben extenderse más allá de la vida de aún entonces, no abandonó enteramente el pensa-
los hombres, y si el presidente del Paraguay miento de desligar a Corrientes de la república argen-
no ha alargado la suya lo bastante, no ha tina, como se verá en lo que más abajo diré.

142 ALEJANDRO HERRERO


Carlos Antonio López, el presidente Florencio Varela, quien recibió una carta
de la República de Paraguay, que parti- del presidente de Paraguay exhortándolo
cipaba plenamente de este plan, envía una a declarar a Corrientes como una repúbli-
carta a Joaquín Madariaga, gobernador de ca independiente y lograr destrabar la
la provincia de Corrientes: cuestión de la libre navegación de los ríos;
y, a su vez, un testigo clave del entorno
Mi horizonte se abriría al saber que Corrien- de la elite política correntina, el general
tes y Entre Ríos estarán en disposición de Paz (2000), lo confirma en sus Memorias,
pronunciarse Estados soberanos e indepen- y agrega, además, que los hermanos Ma-
dientes. El tiempo dirá si hay otro expe- dariaga albergan esta posibilidad pero no
diente que conjure las guerras fratricidas de la llevan a cabo porque era una idea mal
una banda contra otra y las ponga en igual recibida por el pueblo correntino.31 Sin
posición de las aguas del Paraná. No impor- embargo, lo público y explicito fue que
taría que se diga que tendremos, como ya los gobiernos de Corrientes, conducido
se ha dicho que tenemos, más repúblicas por diferentes gobernadores (Berón de
que provincias tenía el virreinato (Mantilla, Astrada, 1839, Pedro Ferré, 1839-1842,
1929, p. 45). y Joaquín Madariaga, 1843-1847), siem-
pre plantearon el retorno a la Confede-
Al parecer no hubo respuesta pública ración Argentina, pero respetando el pacto
del gobernador correntino Madariaga al federal violentado, a sus ojos, por el
presidente de Paraguay. Pero cómo dejar gobierno de Buenos Aires conducido por
escapar que existe el testimonio del gene- su gobernador Juan Manuel de Rosas.
ral Paz (2000), quien años después seña-
laba en sus Memorias cómo estas ideas del
presidente López coincidían con las de las CONSIDERACIONES FINALES
autoridades de Corrientes.30 Efectivamente
el plan tuvo dominio público, y el propio Tal como se ha indicado en un comienzo,
Madariaga sabía de ello, pudo leerlo, por el objetivo principal, al analizar el debate
ejemplo, en los escritos montevideanos de que se desarrolla en el conflicto armado
de Corrientes, Paraguay y Buenos Aires,
30
Paz (2000) anotaba: “estas ideas de separación fue revisar, una vez más en la primera
[...] no han tenido acogida entre las masas (correnti- mitad del siglo XIX, la idea de una nación
nas), aunque los caudillos las hayan hecho algunas argentina percibida como un hecho dado,
veces vislumbrar, y aunque hayan hecho cuanto les y no como una construcción asociada a
ha sido posible por desacreditar a los que no eran decisiones políticas, percibida como la
correntinos [...]. El hecho es que los Madariaga, a única opción posible y no como una op-
quien ninguna consideración ha detenido cuando ha ción más para las distintas provincias del
estado por medio su interés personal, nunca se atre-
vieron a pronunciar la palabra separación, porque
31
conocían muy bien que esa palabra los privaba de Madariaga no se expresa públicamente sobre
muchos auxiliares y los despopularizaba en su pro- esta posibilidad separatista, pero se advierte un dato
pio país. Cuando más, se permitieron una u otra revelador: tiene a uno de sus promotores, Florencio
expresión vaga, incierta o mentirosa; al menos yo no Varela, como el representante por Corrientes en Mon-
he sabido que avanzasen a más (p. 45). tevideo.

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 143


ex virreinato del Río del la Plata. El apor- planteo de la separación de la Confedera-
te de este trabajo residió en ampliar es- ción Argentina, y toma, en 1845, el otro
ta perspectiva de análisis desde un caso camino que le quedaba: el de las armas.
puntual. Al final de ese camino, que es conocido
Se ha advertido, en primer lugar, que que lo emprende junto con Francia, en-
Corrientes es de hecho un Estado sobe- cuentra, tras remontar los cursos de agua
rano e independiente en varios tramos de del litoral, que sus barcos tienen escasísi-
todo este periodo. En 1839, las autorida- mas ganancias. Cambian su postura y las
des correntinas deciden separarse de la dos potencias, Gran Bretaña y Francia,
Confederación Argentina y recobrar todos inician los acuerdos de paz con el encar-
sus atributos de Estado soberano. Inme- gado de las Relaciones Exteriores de la
diatamente, el gobierno correntino firma Confederación Argentina.
un acuerdo con el gobierno de la Banda Por otro lado, la ubicación geográfica
Oriental del Uruguay, liderado por el pre- de Corrientes ofrecía ciertas amenazas. Si
sidente Rivera (uno de sus objetivos era bien Corrientes pudo beneficiarse con la
derrocar a Rosas del gobierno de Buenos independencia de Río Grande del Sur, ya
Aires); más tarde, en 1842, el goberna- que no sólo podía tener relaciones econó-
dor Pedro Ferré, como representante del micas sino que también recibe respaldo
Estado correntino, forma parte de la reu- político, ya sea durante la gestión de Pedro
nión de Paysandú donde participan los Ferré o de Joaquín Madariaga, esto cam-
Estados de Río Grande del Sur, la Banda bia en 1845, cuando Río Grande del Sur
Oriental del Uruguay y Corrientes, y se retorna a la familia del imperio de Brasil.
esboza la promesa de crear una futura Como se sabe, el imperio es un Estado
“Federación Uruguay” formada por estos muy poderoso, y con una larga tradición
tres Estados. Y por último, debe señalarse expansionista, que puede rastrearse desde
también que, en diciembre de 1844, los la colonia, y que tiene, entre otros, a Co-
gobiernos de Corrientes y de Paraguay fir- rrientes y sobre todo a Uruguay como sus
man un acuerdo que tuvo enorme reper- principales víctimas. Para Corrientes, con-
cusión pública, y que provocó, tal como se vivir y enfrentar solo al imperio en cues-
ha indicado, la reacción del encargado de tiones limítrofes significaba ingresar en
las Relaciones Exteriores de la Confedera- un escenario de mucha debilidad. La Ban-
ción Argentina. da Oriental del Uruguay era un ejemplo
Corrientes era un Estado soberano e muy ilustrativo: vecina de la Confedera-
independiente, pero nunca terminó de ción Argentina y del imperio de Brasil era
definirse, tal como lo hace Paraguay en permanente amenazada y conquistada por
1811, 1813, 1814 y 1844 por la separa- uno y por otro, y de hecho existían dos
ción definitiva de la Confederación Argen- presidentes que se reclamaban la repú-
tina. Quisiera mencionar algunos de los blica: Oribe y Rivera.
motivos negativos que podía visualizar la Entre Ríos se convierte, a lo largo de
dirigencia política correntina para no los años cuarenta, en una de las provin-
tomar la opción de una ruptura definitiva. cias más poderosas de la Confederación
Ante la indecisión del gobierno de Co- Argentina. Consigue construir un orden
rrientes Gran Bretaña, rápidamente deja el político, logra un rápido y sostenido cre-

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cimiento económico, y posee un ejército Reino Unido). Y en segundo lugar, le per-
que le permite triunfar en las batallas de- mite deslegitimar toda posibilidad que se
fendiendo la autoridad de Rosas.32 Era la nombre como provincia argentina, dado
bastante improbable que Corrientes, luego que el gobernador de la provincia de
de tantas luchas y tantas derrotas, alcan- Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, cada
zara un acuerdo en términos igualitario año que inaugura la sala de representante
con el gobernador entrerriano, el general siempre la nombra como parte de la Con-
Justo José de Urquiza. federación Argentina. De hecho, la Confe-
Contrariamente al caso paraguayo (que deración Argentina le niega el estatus de
posee un extenso territorio y mayor poten- república a Paraguay. Pero no sólo esto,
cial económico), las opciones de las auto- si la Confederación Argentina se destruye
ridades correntinas eran muy escasas, rodea- significa debilitar un vecino poderoso, una
do de Estados guerreros y más poderosos amenaza siempre latente. Para decirlo de
que el Estado de Corrientes y con una eco- una vez: negar la existencia de la nación
nomía desvastada por la guerra que preci- argentina era vital para su propia subsis-
samente se desarrolló en su suelo. tencia como República de Paraguay.
Integrar la Confederación Argentina Para el gobernador de la provincia de
era una de las opciones que la dirigencia Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, la
correntina tenía en su agenda, pero, de defensa de la nación argentina le permite
hecho, tampoco tuvieron en 1847 espa- legitimar su cargo de encargado de nego-
cio de decisión para adoptar una postura, cios en el exterior de la Confederación, y
puesto que el general Urquiza (goberna- liderar de hecho, con sus ejércitos a todas
dor de Entre Ríos y jefe del ejército de la las provincias que deben responder a sus
Confederación Argentina) los vence en el políticas (entre las más relevantes y deci-
campo de batalla y devasta buena parte sivas, defender la aduana de Buenos Aires
del territorio correntino. y su monopolio mercantil).
En el caso paraguayo se advierte que La misma existencia de la Confedera-
su gobierno niega la existencia de una ción Argentina evoca una idea de Argen-
nación argentina con el objetivo preciso tina, aunque no es la idea que tiene actual-
de deslegitimar la autoridad del goberna- mente puesto que Paraguay es percibida
dor de la provincia de Buenos Aires, hecho como una provincia argentina y no como
que le permite plantear dos cuestiones una república independiente (reconocida
fundamentales. En primer lugar, propo- como tal en los años cuarenta por el impe-
ner a las autoridades correntinas la idea rio de Brasil, Gran Bretaña, Francia y
de su independencia y creación de una Bolivia). Pero el mismo principio consti-
república de Corrientes para favorecer los tutivo de la confederación, que nace a par-
intereses mercantiles de los Estados lin- tir de un pacto entre Estados soberanos e
dantes con los ríos Paraguay y Uruguay independientes que firman, de manera
(imperio de Brasil y Paraguay, y naciones voluntaria, el pacto de creación de la con-
que comercian con dichos mercados, como federación y al mismo tiempo tienen tam-
bién la capacidad para separarse de ella
32
Véase la excelente investigación de Schmit (tal como hace el estado de Corrientes en
(2004). 1839), torna débil la idea de Argentina, o

¿EXISTE LA NACIÓN ARGENTINA? 145


más precisamente de Argentina asociada -Fradkin, R. O. y Garavaglia, J. C. (coords.)
a la confederación. Basta recordar que en (2011). Argentina. La construcción nacional 1830-
1854 se produce la separación de la pro- 1880. En J. Gelman (dir.). Colección América
vincia de Buenos Aires de la Confede- Latina en la historia contemporánea: Argentina (t. 2).
ración Argentina, y existieron tratativas Lima-Perú: Fundación MAPFRE.
hasta de constituir un Estado que una -Gelman, J. (2005). Rosas, estanciero. Gobierno
Buenos Aires y Uruguay. Esta digresión es y expansión ganadera. Buenos Aires: Capital
pertinente para subrayar una cuestión: en Intelectual.
la década de 1830 y 1840 la idea de -Gelman, J. (2009). Rosas bajo fuego. Los fran-
Argentina asociada a provincias también ceses, Lavalle y la revolución de los estancieros. Buenos
llamadas argentinas estaba instalada en la Aires: Sudamericana.
escena pública, pero esto no quiere decir -Gelman, J. (dir.) (2011). Colección América
que se trataba de la única opción nacio- Latina en la historia contemporánea: Argentina.
nal o estatal que tenían estas provincias, y Lima-Perú: Fundación MAPFRE.
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