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El estudio y la meditación:

Según la profecía de Isaías, ¿qué papel desempeñó la educación divina en la estrecha


relación que se forjó entre Jehová y su Hijo unigénito? (Is. 50:4, 5.)

¿Cuál debe ser nuestro objetivo al estudiar? (Mat. 22:37.)

¿Qué pedía Jehová a los reyes de Israel? (Deut. 17:18-20.)

Según estos versículos, ¿cuáles son los beneficios de leer diariamente la Biblia?

¿De qué manera cultivaremos el deseo de leer y estudiar la Biblia? (1 Ped. 2:2.)

¿Por qué te acerca más a Dios la lectura bíblica diaria? (Jos. 1:8; 2 Crón. 15:2.)

¿Cómo definirías meditación, y en qué deberíamos meditar para que esta sea
provechosa? (Sal. 19:14; 77:12; 1 Tim. 4:13-15; it-2 págs. 353, 354.)

¿Por qué no es una mera cuestión intelectual llegar a conocer a Dios? (Juan 17:3; w13
15/10 pág. 27 párr. 7.)

¿Cómo pone de manifiesto el ejemplo de Samuel lo que significa llegar a conocer a


Jehová? (1 Sam. 3:7; w10 1/10 págs. 14-18.)

¿De qué utilidad es investigar las verdades profundas de la Biblia? (Hech. 4:13; Heb.
5:12-14.)

¿Cómo debemos ver las enseñanzas bíblicas más profundas? (Sal. 25:4.)

¿Por qué dependemos del “esclavo fiel y discreto” para captar las verdades más
profundas de la Biblia? (Mat. 24:45; Hech. 8:26-31; w13 15/7 págs. 15-19.)

¿Cómo demostró Jesús de forma ejemplar que valoraba la Palabra de Dios? (Mat. 4:4;
Heb. 12:2.)

¿De qué maneras fortalece nuestra relación con Dios observar la creación? (Rom.
1:20; w13 1/8 pág. 11.)

Detenerte con frecuencia a pensar en los actos y las cualidades de Jehová, así como
en las expresiones de su voluntad, no solo te servirá para memorizar datos, sino para
grabar en el corazón verdades espirituales. Moldeará tu yo interior y te permitirá
fortalecer tu relación con Dios.

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