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La economía azul es un planteamiento que afecta de manera global a

empresas y emprendedores. La idea fundamental de estos planteamientos


es que las empresas sean eficientes a la hora de producir bienes y
servicios.

Así pues, la economía azul busca sacar el máximo partido a los recursos disponibles,
todo ello sin olvidar que los residuos también tienen que ser aprovechados. Y es que
para la economía azul, los residuos son considerados otra fuente de riqueza.

Esta idea se gestó en 1994, cuando Gunter Pauli se desplazó a Japón para participar
en el diseño de un modelo económico respetuoso con el medio ambiente, después
de que Pauli hubiese creado la primera fábrica ecológica del mundo en Bélgica.

Economía azul frente a economía verde


El creador de este planteamiento económico, el economista belga Gunter Pauli, se
ha mostrado muy crítico con la denominada economía verde. Pauli considera que
la economía verde supone importantes costes para las empresas, pues éstas
deben hacer grandes esfuerzos económicos para que sus productos sean
respetuosos con el medio ambiente. Este incremento se traduce en mayores costes
empresariales que terminan trasladándose a los consumidores. Por ello, según Pauli,
el modelo de la economía verde, es un planteamiento ineficiente y oneroso para la
empresa privada.

Frente a la economía verde, Pauli, a través de la economía azul, apuesta por


innovaciones que impliquen bajos costes, que creen empleo, que amplíen
el capital de las empresas y que generen beneficios. A través de su obra “The
Blue Economy”, Gunter Pauli hace una propuesta en la que pretende abordar
conjuntamente cuestiones como el desarrollo sostenible, las manufacturas, la
agricultura y los residuos.

Principales ideas de la economía azul


Para dar respuesta a los problemas económicos y medioambientales, Gunter Pauli
propone satisfacer la demanda local con productos locales y que se encuentren a
nuestra disposición.

Una idea fundamental en la economía azul es que debe emplearse un sistema de


trabajo que imite a la naturaleza. Para ello, este sistema de trabajo deberá ser viable
y eficiente, exprimiendo al máximo todos los recursos que tengamos a nuestro
alcance. En este sentido, se aboga por aprovechar los recursos que nos ofrece
nuestro medio más cercano, apostando por la economía local y disminuyendo los
costes y la contaminación que genera el transporte de recursos de zonas geográficas
lejanas.

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