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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

IGLESIA EVANGÉLICA CRISTO VIENE


ASAMBLEA DE DIOS DE VENEZUELA
TUREN EDO PORTUGUESA
INSTITUTO BÍBLICO INBIPAD

EL PROPÓSITO DIVINO PARA EL


HOMBRE

Participante:

Armando Barreto
Índice:

Introducción 03
Propósito divino para el hombre 04
Propósito de la escritura 05
Como se revela Dios con el Hombre 07
La doctrina de la Inspiración 08
Teólogos evangélicos 11
Conclusión 12
Introducción

El presente trabajo será realizado con la intensión de adquirir un


conocimientos previo y significativo en cuanto al tema del propósito divino para el
hombre con respecto a la necesidad de conocer las escritura, así mismo es de
señalar que la misma relata que La biblia deja muy claro que Dios creó al hombre y
que lo creó para su gloria (Isaías 43:7). Por lo tanto, el propósito fundamental del
hombre según la biblia, es simplemente glorificar a Dios.

En realidad, en la Biblia oímos del Creador, que habla y actúa en armonía


con su plan unificado de creación, redención y restauración. Las Escrituras se
transmiten en el marco de un único pacto que Él expresa de diversas maneras y en
diferentes momentos de la historia. Este propósito único en ambos Testamentos
es la determinación de Dios para restaurar el Reino de Dios en la tierra a través del
Mesías prometido (Gn 3:15; 12: 1-3; Sal 2 y 110; Ap 7:10; 11:15).

De igual forma, es de resaltar como se revela Dios con el Hombre, el cual


relata que Cada pacto representa un propósito divino y la mayoría de ellos
constituyen una absoluta predicción tanto como una promesa inalterable del
cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. Dios quiso comunicarse poco a
poco en la historia, para que la humanidad pudiera recibir su revelación plena en
Jesús.

Por consiguiente, es de añadir la Doctrina de la Inspiración, done habla que


La Biblia misma hace una enérgica afirmación de ser inspirada por Dios: "Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17).
EL PROPOSITO DIVINO PARA EL HOMBRE CON RESPECTO A LA
NECESIDAD DE CONOCER LAS ESCRITURAS

“Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de


Edén para que lo cultivara y lo cuidara.” (GÉNESIS 2:15.)

ERA y todavía es el propósito original del Creador que humanos obedientes


disfruten de una vida sin vejez, continuamente rebosante de vigor juvenil, sin
aburrimiento, siempre con un propósito que valga la pena cumplir, una vida de amar
y ser amados verdadera y altruistamente, perfectamente... ¡en un paraíso! (Génesis
2:8; compárese con Lucas 23:42, 43.)

La biblia deja muy claro que Dios creó al hombre y que lo creó para su gloria
(Isaías 43:7). Por lo tanto, el propósito fundamental del hombre según la biblia, es
simplemente glorificar a Dios.

Quizás una pregunta más difícil de contestar es ¿cómo sería glorificar a Dios?
En el Salmo 100:2-3 se nos dice que adoremos a Dios con alegría y "que
reconozcamos que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado". Parte de lo que sería glorificar a Dios es
reconocer quién es Dios (para empezar es nuestro creador), y alabarlo y adorarlo
por eso.

También cumplimos con nuestro propósito de glorificar a Dios al vivir nuestras


vidas en relación y fiel servicio a él (1 Samuel 12:24; Juan 17:4). Ya que Dios creó
al hombre a su imagen (Génesis 1:26-27), el propósito del hombre no se puede
cumplir si está apartado de él. El rey Salomón intentó vivir para su propio placer,
pero al final de su vida, él llegó a la conclusión de que la única vida valiosa es una
vida de honor y de obediencia a Dios (Eclesiastés 12:13-14).

En nuestra condición caída, el pecado nos separa de Dios y hace que sea
imposible glorificarlo por nuestra propia cuenta. Pero a través del sacrificio de Jesús,
somos reconciliados en nuestra relación con Dios, nuestro pecado es perdonado y
ya no hay barreras entre Dios y nosotros (Romanos 3:23-24).
Curiosamente, somos capaces de glorificar a Dios porque primero él nos dio
gloria. David escribe en el Salmo 8:4-6, "Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas
de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor
que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las
obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies". (Esto también se repite
en Hebreos 2:6-8). Este versículo revela otro propósito que Dios le ha dado al
hombre: dominio sobre la tierra (Génesis 1:28-29). Una vez más, aunque esto sólo
puede ser debidamente cumplido a través de una correcta relación con Dios.

Cuanto más conocemos a nuestro creador y cuanto más lo amamos (Mateo


22:37-38), vamos a entender mucho mejor quiénes somos y cuál es nuestro
propósito. Fuimos creados para darle gloria. Dios tiene planes y propósitos
exclusivos para cada persona (Salmo 139:13-16), pero podemos saber que,
independientemente de esos planes, al fin y al cabo ellos resultarán en su gloria
(Proverbios 3:6; 1 Corintios 10:31)

EL PROPÓSITO DE LAS ESCRITURAS

Existe mucha confusión sobre el propósito de la Biblia. Muchos estudiosos


ven la Biblia como la suma total de muchas “revelaciones” independientes. De
acuerdo a este punto de vista, la Biblia no es la Palabra de Dios, pero representa lo
mejor del pensamiento humano acerca de Dios. Esta presuposición lleva a la gente
a ver la Biblia como un libro de leyes y “verdades” aisladas, algunas de los cuales
incluso pueden estar en contradicción entre sí. Sin embargo, esta clase de enfoque
atomista y compartimentalizador a la Biblia no deriva de la propia Sagrada
Escritura.

En realidad, en la Biblia oímos del Creador, que habla y actúa en armonía


con su plan unificado de creación, redención y restauración. Las Escrituras se
transmiten en el marco de un único pacto que Él expresa de diversas maneras y en
diferentes momentos de la historia. Este propósito único en ambos Testamentos
es la determinación de Dios para restaurar el Reino de Dios en la tierra a través del
Mesías prometido (Gn 3:15; 12: 1-3; Sal 2 y 110; Ap 7:10; 11:15).
En los evangelios del NT, esta promesa de un Mesías se cumple en la vida
y muerte de Jesucristo (“Cristo” es el equivalente griego de “Mesías”). Y todas las
promesas del pacto son cumplidas cuando entramos en una relación redentora
con Dios mediante la fe en Jesús (2 Co 1:20; Hch 13: 32-33). Jesús expresó
esta convicción en una oración: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (Jn 17:3). Esta
declaración de Cristo determina el propósito fundamental de los cuatro
evangelios: conocer a Dios al conocer a Cristo.

Este “conocer” no se refiere puramente a un aprendizaje y aceptación


intelectual. Juan habla de la manera holística del pensamiento hebreo: conocer es
experimentar con el corazón, así como con la mente (ver Dt 6:5-6). Por lo tanto,
creer en el Creador redentor implica introducirse en una relación actual con
Dios. Se caracteriza por una comunión transformadora y completa con el Espíritu
de Cristo. El cuarto Evangelio termina con este resumen aclarador: “Pero éstas
se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para
que al creer en su nombre tengan vida” (Jn 20:31.). El Evangelio de Juan sostiene
este enfoque redentor cristocéntrico en cada capítulo y lo resume en la clásica
declaración: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para
que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn 3:16).
En esta declaración, el propósito del Evangelio se expresa en sus términos más
simples y directos.

En el mismo evangelio, Jesús se presentó a sí mismo ante los líderes


religiosos de su tiempo. Ellos creían que podían poseer “la vida eterna” a través del
conocimiento de las Escrituras: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras
porque piensan que en ellas hallan la vida eterna” (Jn 5:39). Jesús hizo una
distinción entre las Escrituras y Él mismo, y enseñó que las Escrituras eran
testimonios proféticos acerca de sí mismo. Él reprochó a estos religiosos por
negarse a ir a Él con el fin de “tener esa vida” (v. 40). Basándose en esta negativa,
concluyó que en realidad ellos no creían en los escritos de Moisés (vv. 45-47).
Para Jesús, la vida eterna no se encuentra en las Escrituras en sí, sino en
su propia persona: “Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al
que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte
a la vida” (Jn 5:24).4 El objetivo de las Escrituras es llevar a la gente a Jesús.
4Varios escritores del NT expresan la idea de salvación o estar bien con Dios a su
manera, utilizando figuras de lenguaje en contextos cotidianos. En los Evangelios
de Mateo, Marcos y Lucas; la principal metáfora de la salvación es “el reino” o
“el reino de Dios (el cielo)”. La condición humana, en este caso, es que la vida
está bajo el control de los poderes hostiles (Satanás

El tema principal de este libro es que el enfoque cristocéntrico de la Biblia


proporciona la estructura unificadora de los dos Testamentos. En sus “Ayes” de
quienes afirmaban ser “maestros de la ley”, Jesús anunció que su mesianismo
redentor era la “llave” dada por Dios para la comprensión de las Escrituras (Mt 23:13;
Lc 11:52). Al rechazarlo, se habían “adueñado” de esta llave y se la habían quitado
al pueblo de Dios. Con la llave correcta, la Biblia es lo suficientemente clara para
que cualquier lector pueda encontrar la salvación en sus páginas.

COMO SE REVELA DIOS A LOS HOMBRES

La Biblia revela que a Dios le ha placido establecer pactos con los hombres.
Estos pactos se hallan mencionados en las sagradas Escrituras y ellos mencionan
los hechos más importantes en la relación que el hombre ha tenido con Dios a través
de toda la historia de la raza humana. Cada pacto representa un propósito divino y
la mayoría de ellos constituyen una absoluta predicción tanto como una promesa
inalterable del cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. Dios quiso
comunicarse poco a poco en la historia, para que la humanidad pudiera recibir su
revelación plena en Jesús. La etapa de preparación a la llegada de Jesús, el Hijo
de Dios, se reconoce como Antiguo Testamento, y la etapa que va del nacimiento
de Jesús a la vida de las primeras comunidades cristianas se llama Nuevo
Testamento.
El Antiguo Testamento prepara el Nuevo mientras que éste da cumplimiento
al Antiguo; los dos se esclarecen mutuamente; los dos son verdadera Palabra de
Dios.

En el Antiguo Testamento, Dios elige a Abrahán y a sus descendientes para


formar el pueblo de Dios, y realiza una alianza con Moisés, a quien le dio la Ley.

El Antiguo Testamento presenta la historia religiosa del pueblo de Dios


(llamado hebreo, israelita o judío, según la época).

En el Nuevo Testamento, Dios se revela en plenitud, dándonos a su Hijo:


Jesús, el salvador del mundo. Jesús era judío y reafirmó las creencias centrales del
Antiguo Testamento. Con sus palabras y obras nos comunicó que Dios es nuestro
Padre celestial. Los libros del Nuevo Testamento conservan las principales
enseñanzas de Jesús y las creencias de la comunidad cristiana sobre él.

DOCTRINA DE LA INSPIRACION

La doctrina de la inspiración es la enseñanza que dice que la Biblia es


inspirada por Dios y por lo tanto es nuestra regla infalible de fe y conducta. Si la
Biblia es simplemente la obra de la imaginación humana, entonces no hay ninguna
razón convincente para seguir sus doctrinas y orientaciones morales. La Biblia
misma hace una enérgica afirmación de ser inspirada por Dios: "Toda la Escritura
es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir
en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17). Nos damos cuenta de dos cosas acerca
de la Escritura en este versículo: 1) es "inspirada por Dios", y 2) es "útil para la vida
cristiana.

Hay cuatro puntos de vista respecto a la inspiración:

1. El punto de vista neo-ortodoxo

2. El punto de vista del dictado

3. El punto de vista de la inspiración limitada


4. El punto de vista de la inspiración verbal y plenaria

El punto de vista de la inspiración neo-ortodoxa, enfatiza la trascendencia de


Dios. La neo-ortodoxia enseña que Dios es tan completamente diferente de
nosotros, que la única manera en que podamos llegar a conocerlo, es a través de
una revelación directa. Esta perspectiva de la trascendencia de Dios niega cualquier
concepto de la teología natural (es decir, que podemos conocer a Dios a través de
Su creación). Además, la neo-ortodoxia niega que la Biblia es la Palabra de Dios.
Más bien, la Biblia es un testigo o un mediador a la palabra de Dios, Jesús. La teoría
de inspiración neo-ortodoxa dice que las palabras de la Biblia no son las palabras
de Dios, sino que son palabras inexactas escritas por hombres que cometieron
errores. La Biblia sólo es "inspirada" en cuanto a que Dios a veces puede usar las
palabras para hablar con las personas.

La teoría de inspiración neo-ortodoxa, para nada es una inspiración. Si la


Biblia es el producto falible de hombres falibles, entonces realmente no tiene ningún
valor, al menos no más que otro libro. Dios igualmente podría "hablarnos" a través
de obras de ficción como pudo hacerlo a través de la Biblia.

La teoría de inspiración del dictado ve a Dios como el autor de las Sagradas


Escrituras y a los distintos agentes humanos como secretarios tomando nota. Dios
habló, y el hombre lo escribió. Este punto de vista tiene cierto mérito, porque
sabemos que hay porciones de la Escritura en que Dios básicamente dice, "escribe"
(por ejemplo, Jeremías 30:2), pero no toda la Escritura fue creada de esa manera.
El pentateuco es principalmente una crónica del pueblo judío antes de establecerse
en la tierra prometida. Mientras que Moisés fue el autor principal, se necesitó que él
hiciera mucha labor editorial del pentateuco. Indudablemente Moisés recopiló
registros anteriores para la historia.

Lucas afirma en el preámbulo de su evangelio que él llevó a cabo una


investigación con diligencia acerca de los acontecimientos de la vida de Jesús antes
de escribir (Lucas 1:1-4). Muchos de los libros proféticos se leen como los diarios
de las vidas de los profetas. El punto fundamental es que la teoría del dictado sólo
explica ciertas porciones de las Escrituras, pero no todas, ni siquiera la mayoría.
La teoría de la inspiración limitada es el punto de vista opuesto al de la teoría
del dictado. Mientras que la segunda considera la Escritura principalmente como la
obra de Dios, con una mínima contribución humana, la primera vez a la Escritura
principalmente como la obra del hombre con una ayuda limitada de parte de Dios.
La teoría de la inspiración limitada dice que Dios guió a los autores humanos, pero
les permitió la libertad de expresarse en sus escritos, incluso hasta el punto de
permitir errores reales e históricos. Afortunadamente, el Espíritu Santo impidió
errores doctrinales. El problema con este punto de vista es que, si la Biblia está
expuesta a errores en sus relatos históricos, entonces ¿cómo podemos confiar en
la Biblia para temas doctrinales? Con la inspiración limitada se pone en duda la
confiabilidad de la Biblia. Este punto de vista también parece ignorar el hecho de
que la historia bíblica de la redención, desde Génesis hasta el Apocalipsis, es
contada en el contexto de la historia; la doctrina se entreteje dentro de la historia.
No podemos arbitrariamente decir que la historia es inexacta y luego afirmar que
contiene la esencia de la verdad doctrinal.

El punto de vista final y el del cristianismo ortodoxo, es la teoría de la


inspiración verbal y plenaria. La palabra plenaria significa "completo o pleno", y la
palabra verbal significa "las mismísimas palabras de las Escrituras". Entonces, la
inspiración verbal y plenaria es el punto de vista que dice que cada palabra de la
Biblia, es la mismísima Palabra de Dios. No son simplemente las ideas o
pensamientos que están inspirados, sino las propias palabras. Segunda a Timoteo
3:16-17 utiliza theopneustos, una única palabra griega que significa literalmente
"inspirada por Dios". La Escritura es "exhalada" de la boca de Dios. Las palabras de
la Biblia son las palabras de Dios.

Además, "porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que
los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2
Pedro 1:21). Este pasaje nos da una idea de cómo Dios inspiró a los autores
humanos. Los hombres hablaron (o escribieron) "siendo inspirados por el Espíritu
Santo". El verbo "inspirar" se usa para hablar de una navegación que se llena de
viento y lleva un bote por el agua. Cuando los autores humanos estaban dejando la
pluma sobre el papel, el Espíritu Santo "los inspiró", de tal manera que lo que
escribieron fueron las palabras "exhaladas" de Dios. Por eso, mientras que los
escritos conservan la personalidad de los autores individuales (el estilo de Pablo es
muy diferente al de Santiago, Juan o Pedro), las palabras mismas son exactamente
lo que Dios quería que se escribiera.

El punto de vista adecuado de la inspiración bíblica, es el punto de visión


ortodoxo de la iglesia, que dice que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada verbal
y completamente

TEÓLOGOS EVANGÉLICOS

Atanasio de Alejandría (298-373 d.C.) Fue el primero en identificar los 27 libros del
Nuevo Testamento actual. Autor principal del Credo Niceno, indiscutiblemente el
credo más importante en la historia cristiana.

Citas favoritas:

“El Jesús a quien conozco como mi redentor no puede ser menos que Dios”.

“El hijo de Dios se hizo hombre para que los hombres pudieran hacerse hijos de
Dios”.

“No puedes enderezar en otros lo que está torcido en ti mismo”.

“[Creemos] en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; unigénito nacido del Padre,
es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios
verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza que el Padre; por quien
todo fue hecho: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y
resucitó al tercer día, subió a los cielos, vendrá a juzgar a vivos y muertos…”. – de
la versión 325 del Credo Niceno

Juan Calvino (1509-1564 d.C.)

Compromiso comprehensivo a la noción agustiniana de la soberanía de Dios en la


salvación.
Citas:

“Sin el evangelio todo es inútil y vano; sin el evangelio no somos cristianos; sin el
evangelio todas las riquezas son pobrezas; toda la sabiduría es locura ante Dios; la
fortaleza es debilidad y toda la justicia del hombre está bajo la condenación de Dios.
Pero por el conocimiento del evangelio somos hechos hijos de Dios, hermanos de
Jesucristo, conciudadanos de los santos, ciudadanos del reino de los cielos,
herederos de Dios con Jesucristo, por quien los pobres se hacen ricos, los débiles
se hacen fuertes, los simples se hacen sabios, el pecador es justificado, los
desolados son consolados, los inseguros son asegurados y los esclavos son
liberados. Es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen. Por tanto
cada buena obra que pudiéramos pensar o desear ha de ser encontrada en este
mismo Jesucristo solamente. Pues, Él fue vendido para comprarnos de vuelta;
cautivo para liberarnos; condenado para absolvernos; fue hecho maldición para
nuestra bendición; ofrenda por el pecado para nuestra rectitud; desfigurado para
que seamos embellecidos; murió por nuestra vida; para que por Él la furia sea hecha
gentil, la ira sea aplacada, la obscuridad hecha luz, el temor tranquilizado, el
desprecio despreciado, la deuda cancelada, la labor aligerada, la tristeza hecha
alegre, el infortunio hecho afortunado, la dificultad facilitada, el desorden ordenado,
la división unificada, la ignominia ennoblecida, la rebelión sometida, la intimidación
intimidada, la emboscada descubierta, los asaltos asaltados, la fuerza forzada de
vuelta, el combate combatido, guerra declarada contra la guerra, la venganza
vengada, el tormento atormentado, la maldición maldita, el abismo hundido en el
abismo, el infierno atravesado, la muerte muerta, la mortalidad hecha inmortal”.
Conclusión

El presente trabajo está realizado con la finalidad de entender un poco sobre


el tema el propósito divino para el hombre, el cual nos dice que Cuanto más
conocemos a nuestro creador y cuanto más lo amamos (Mateo 22:37-38), vamos a
entender mucho mejor quiénes somos y cuál es nuestro propósito. Fuimos creados
para darle gloria. Dios tiene planes y propósitos exclusivos para cada persona
(Salmo 139:13-16), pero podemos saber que, independientemente de esos planes,
al fin y al cabo ellos resultarán en su gloria (Proverbios 3:6; 1 Corintios 10:31).

Por otra parte es de señalar que cada persona tiene un propósito en la vida,
pero realmente Dios nos trajo al mundo con un propósito diferente, el cual todos
desconocemos y lo descubrimos a través del estudio de la Biblia y conociendo su
palabra, no todos los seres humanos aceptan que tenemos un propósito,

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