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Posra DE LA coupestóN

Jesús no explicó directamente su experiencia del


reino de Dios. Al pare-
cer no le resultab a fáctI comunicar por medio de conceptos lo que vivía
en su interior. No utilizó el lenguaje de los escribas para dialogar con los
campesinos de Galilea. Tampoco sabía hablar con el estilo solemne de
los sacerdotes de Jerusalén. Acudió al lenguaje de los poetas. Con creati-
vidad inagotable, inventaba imágenes, concebía bellas metáforas, sugería
comparaciones y, sobre todo, narraba con maestúa parátbolas que cauti-
vaban a las gentes. Adentrarnos en el fascinante mundo de estos relatos
es el mejor camino para <entrar) en su experiencia del reino de Dios'

La seducción de las parábolas

El lenguaje de Jesús es inconfundible. No hay en sus palabras nada artifi-


cial o forzado; todo es claro y sencillo. No necesita recurrir a ideas abs-
tractas o frases complicadas; comunica lo que vive. Su palabra se transfi-
gura al hablar de Dios a aquellas gentes del campo. Necesita enseñarles
a mirar |a vida de otra manera: <Dios es bueno; su bondad 1o llena todo;
su misericordia está ya irrumpiendo en la vida,>. Es toda Galilea Ia que se
refleja en su lenguaje, con sus trabajos y sus fiestas, su cielo y sus estacio-
nes, con sus rebaños y Sus viñas, con sus siembras y Sus siegas, con su
hermoso lago y con la población de sus pescadores y campesinos. A ve-
ces les hace mirar de manera nueva el mundo que tienen ante sus ojos;
otras les enseña a ahondar en Su propia experiencia. En el fondo de la
vida pueden encontrar a Dios.

Mirad los cuervos; no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni


glanero, ¡y Dios los alimenta! ¡Cuánto más valéis vosotros que los pája-
ros! Mirad los lirios, cómo crecen: no trabaian ni hilan' Pero yo os digo

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que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Si a la cesqueiospescadoresdeCafarnaúnVansacandodellago.Noeratanfâ-
hierba del campo, que hoy existe y mañana es arrojada al fuego, Dios cilencontrarenlasEscriturassagradasrelatosquehicieranpensalen
la viste así, ¡cuánto más a vosotros, hombres y mujeres de poca fe!
1
algo parecidoa.
cerca de cuarentaPatâbo-
En las fuentes cristianas se han conservado
Si Dios cuida de unas aves tan Poco atractivas como los cuervos, y lasconunlelatomásomenosdesarrollado,juntoaunaveintenadeimá-
en un esbozo o apunte de parâ-
adorna con tanto primor unas flores tan poco apreciadas como los lirios, genes y metáforar;"; '" hu'-' quedado
de todas las que Plonunció Jesús'
¿cómo no va a cuidar de sus hijos e hijas? bola. Son solo una i,.rrert.u reiucida
Se fija luego en los gortiones, los pájaros más pequeños de Galilea, y Comoesnatural,SeconservaronlosfelatosquemáSlePitióolosquecon
vuelve a pensar en Dios. Los están vendiendo en el mêrcado de alguna fu.rruse grabaron en el corazórty el recuerdlu'
aldea, pero Dios no los olvida: "¿No se venden dos gorriones Por un as?
^á^,Solo
Jesús pro""'-"iu parábolas t"H:*îärt?:t;;#
-.
iåiri::
Pues ni uno cae en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. ¡Hasta
de jesús en su forma Y contenido'
los cabellos de vuestra cabeza están todos contados! No tengáis miedo.
2. or lo general,los rabinos Parten de
Vosotros valéis más que una bandada de pajarillos" Jesús capta la ter-
sus discíPulos, Y recurren a una Pa-
nura de Dios hasta en lo rná,s frâglI: los pajarillos más pequeños del interpretación de la ley' Esta es
campo o los cabellos de las personas. rábola para exponer cuáles la verdadera
¡Dios es bueno! A Jesús no le hacen falta muchos argumentos para in- ladiferenciafundamental:losrabinossemuevenenelhorizontedela
ya irrumpiendo en
de Dios que está
tuirlo. ¿Cómo no va a ser meior que nosotros? En alguna ocasión, ha- ley; Jesús, en el horizonte del reino
7.
blando con un grupo de padres y madres, les pide que recuerden su pro- Israel
pia experiencia: <¿Hay acaso alguno entre vosotros que, cuando su hijo le TampocolascomunidadescristianasfueroncaPacesdeimitarsulen-
pide pan, le dé una piedra, o si le pide un pezle dé una culebra? Pues si guajeparabólico.Probablementeyanosecrearonnuevasparábolas8.Las
a aplicarlas a
cristianas se limitaron, de ordinario,
vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto ;;rä".,il;;"raciones
más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se
las pidan?" 3.
Este lenguaje poético que Jesús emplea para hablar de Dios no les era
del todo desconocido a aquellos campesinos. También Oseas,Isaías, Jere-
mías y otros profetas habían hablado así: en la poesía encontraban la
fuerza más vigorosa para sacudir las conciencias y despertar los corazo-
nes hacia el misterio del Dios vivo. Lo que les resulta más original y sor- parecen nne-
er ocho parábolas, de las que clos
prendente son las parábolas que Jesús cuenta mientras les muestra los
hasta ahora
campos sembrados de Galilea o les pide fijarse en las redes llenas de pe- entas parábolas rabínicas' pero
al año 70 d' C' (Stern) Tam-
åpoca'anterior
itos de Qumrán.
to-
1 Ftrente
Q (Lucas 12,24.27-28 / / Mateo 6,26.28-30).Talvez, con la imagen de los cttervos iu, puraUotut rabínicas y las cte Jesírs tengan
se dirige a los varones, que saben lo que es sembrar, cosechar y constrttir graneros; con la ima-
gen de los lirios habla a las mujeres, que entienden de tejer, hilar y confeccionar vestidos.
2 Fnente (Lucas 12,6-7 / / Mateo 10,29-31). Estas imágenes tan vivas y concretas para
Q
expresar la ternura y el cr,ridado c1e Dios por los httmanos provienen de Jesírs.
3 Ftrente Q (Lucas 11,11-13 / / Mateo7,9-11). La versìón cle Mateo es considerada más ori-
ginal.
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evadas enseñanzas
su propia situación: unas veces reinterpretando su contenido original; trina para que estas gentes se
realidad' sus Pará-
otras, convirtiéndolas en <historias ejemplares); y al parecer hubo una que, de 1o contrario, nunca lo
Lo que Jesús busca
tendencia a atribuir un carácter alegórico a algunos relatos que, en boca bolas no tienen una finalidad
de Jesús, eran sencillas parábolas e. no es trans
Jesús no compuso alegorías: era un lenguaje demasiado complicado periencias
para los campesinos de Galilea. Cuenta parábolas que sorprenden a todos y que les p
por su frescura y su carácter sencillo, vivo y penetrante 10. No es muy difi Con su
cil ver dónde está la diferencia entre una parábola y una alegoría. En una parábolas en el desierto, trata de acel
parétboIa, cada detalle del relato se ha de entender en su sentido propio y cadafamilia,cadapersona.PormediodeestosrelatoscautivadoresVa
resistencias Para que estas gentes
habitual: un sembrador es un sembrador; la semilla es semilla; un campo removiendo obstáålos y eliminando
es un campo. En la alegoúa, por el contrario , cada elemento del relato en- se abran a la exPeriencia de un Dios
cierra un sentido figurado: el sembrador es el Hijo del hombre; el campo es parábola es una invitación aPremi
el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; la cizarta,los hijos del vencional Y sin aPenas horizonte a
maligno... Por eso la alegoría tiene siempre algo de sutil y artificioso: si uno sús está Ya exPerimentando Y que
no conoce de antemano la clave para descifrar su significado, resulta un nadoscamPesinosypescadoresescuchansusrelatoscomounallamadaa
una manefa completamente dife-
lenguaje enigmático. Al parecer, a Jesús no le iba esta manera de hablar 11. entender y experi;;ntar la vida de
1a'
¿Para qué cuenta Jesús sus parábolas? Ciertamente, aunque es un rente. La de Jesús
algo que no se Produce en las mi-
maestro en componer bellos relatos, no 1o hace para recrear los oídos y el Con las parábolas de Jesús <sucede>
corazón de aquellos campesinos 12. Tampoco pretende ilustrar su doc- nuciosasexplicacionesdelosmaestrosdelaley'Jesús..hacepresente)a y
Sus parábolas conmueven
Dios irrumpiendo en la vida de sus oyentes'
e En el evangelio de
fuan poclemos leer relatos de carácter alegórico donde se presenta a hacenPensar;tocanSucofazónylesinvitanaabrirseaDios;Sacudensu
como .r'erdadera vidr, (plrerta del redil" (75,I-7;10,11-18; fb,f-S¡. No
Jesúrs "buen pastor> o
son propiamente parábolas, y se alejan mucho de la inspiración del maestro de Galilea. oamnarÀremos eel reino de Dios o a qué
. -"^- .¡-^^ n"3 compararemos
10 Esta
es la posición prácticamente unánime después del estuclio decisivo de 13 jesírs mismo explica lo que quiere: u¿Con qué
Jülicher a +lgO). Las parábolas .o-i".,"or-t
a veces con Llna introduc-
rnediados del siglo pasado. Para captar el sentido original de las parábolas de
Jesírs, no he- parábola ."..,.rir"-or'?,, iVtu.-, de mostaza' que"'o
de Dios sucede como con un grano
mos de atender a las interpretaciones alegóricas elaboradas en la comuniclad cr.istiana. Por ción muy significativa: .ôo. el reino
ejemplo, en Marcos 4,3-9 se ofrece tma lectura alegórica de la parábola del sembrador seña-
lando a quiénes se refieren los diversos terrenos en los que cae la semilla de la Palabra. En
Mateo 13,37-43 se hace una lectura alegórica de la parábola de la cizaña. Este tipo de interpre-
taciones no se remonta a Jesírs. Se han comprlesto para misioneros y catequistas cristianos.
11
Sin etnbargo, Jesús introdttce con toda naturalidad en sns parábolai personajes y reali-
dades qtte, Para stls oyentes, habituados a las Escritnras judías, tenían un sentido alégórico
claro. Cttanclo habla de nn upadre, o Ltñ (r€y>¡ la gente piensa fácilmente en Dios. Si habla de
la <viña> saben que se refiere a Israel. Cuando describe un <banqnete)) o una .cosechar, em-
piezan a soñar con los írltimos tiempos. Es un error eliminar de las parábolas todo rasgo ale-
górico. La mente semita no hace una clistinción muy precisa entre parábola y alegoría (B1own,
Drury, Gowler). Algunos análisis recientes (Funk, Wilcler, Crossan, Scott) han abierto nlevas
perspectivas desde la lingüística moderna, pero no siempre ayudan a comprender el contexto
lingtiístico en el que se movía Jesírs.
12 No responde
a la intención original de Jesús reclucir sus parábolas a <relatos de carác-
ter estético>, como pretende Via. yer, Lightfoot)'

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vida convencional y crean un nuevo horizonte para acogerlo y vivirlo de
manera diferente 15. La gente las escucha como una ,,buena noticia>, la
mejor que pueden oír de boca de un profeta.
Al parecer, Jesús no explica el significado de sus parábolas ni antes ni
después de su relato; no recapitula su contenido ni lo aclara recurriendo
a otro lenguaje. Es la mismapaútboIa la que ha de penetrar con fuerza en
quien la escucha. Jesús tiene la costumbre de repetir: <Quien tenga oídos lia, algo está ocurriendo sec
Preparada al
amanecer Pof
para oir, que oiga" 16. Su mensaje está ahí, abierto a todo el que 1o quiera
escuchar. No es algo misterioso, esotérico o enigmático. Es una ,,buena L"tltuao. Así sucede con el
tuandoenelinteriordelavidatransformándolotododemaneramiste-
noticia> que pide ser escuchada. Quien la oye como espectador no capta ?.¿EstatáDios actuando calladamente
riosa. ¿SeúI" "id;;;;; rà "" l"ttit la
nada; quien se resiste, se queda fuera. Por el contrario, el que entra en
en el interior de nuestro propio
trrrrå ¿Estará ahí el secreto último de
la parábola y se deja transformar por su fuerza está ya <entrandoo en el
reino de Dios i7. a todos fue la de la semilla
de
"tuil,vezraparábola que más desconcertó
mostaza
más
La vida es más que lo que se ve con un grano d'e mostaza' Es
Con el reino de Dios suced'e como
la tierra' pero/ Llna
pequeña t"ufq"ier semiila que se siembra,en
q*
Jesús encontró una buena acogida en aquellas gentes de Galilea, pero se- vez sembrada, crece y se hace
*oyo' que todos los arbustos' y18'echa ra-
guramente a nadie le resultab a Êâc1l creer que el reino de Dios estaba áet anidan a su sombra
mas tan grandes que los páiaros "iãto
llegando. No veían nada especialmente grande en 1o que hacía Jesús. Se
o una viña'
esperaba algo más espectacular. ¿Dónde están aquellas ,,señales extraor- podía haber hablado de una higuera' una palmera
Jesús
dinarias> de las que hablaban los escritores apocalípticos? ¿Dónde se pero, de mar"räu sorPrendente, elige intencio-
como 1o hacía la tradición. como la
puede ver la fuerza terrible de Dios? ¿Cómo puede asegurarles Jesús que consideradaþroverbialmente
nadamente la semilla de mostaza, que
deltamaño de una cabezade alfiler'
el reino de Dios está ya entre ellos? más pequeña de toJu'' un grano metros' en el
Jesús tuvo que enseñarles a <captar> la presencia salvadora de Dios se convierte con el tiempo
en un arbusto de tres o cuatro
de otra manera, y comenzó sugiriendo que la vida es más que lo que se bandadas de jilgueros' muy aficiona-
que, por abril, se åOUJ-O"queñas
podían contemplar la escena
dos a comer sus granos' Los campesinos
rs Fuchs, Linnemann y otros han destacado con fuerza esta dimensión de las parábolas
cualquier atardecer'
y sin Precedentes' Todos espe-
de Jesús 661¡6
"palabra-acontecimiento>. No estará de más recordar que todo ello sucede en El lenguaie de Jesús es desconcertante
el nivel lirgüístico (Scott, Gowler). Sería un abuso hacer de Ia escucha de una parábola una
raban la llegada ¿"
pio' como algo grandl y pàd"toto' Se recordaba de
especie de <<sacramento>. de un "ce-
16 Crossan traduce: <El que tenga orejas, que las Llsê>,
manera esPecial ru i"'ãg"'-' del
präf :ia Ezecl-uiel' que hablaba
f la considera una expresión au-
téntica de Jesúrs, que refleja la cultura oral en la que se mueve.
dromagnífico>plantadoporDio,",....'',,..u.*o^tañaelevadayexcelsa,,
17 Las parábolas no pueden ser traducidas a un lenguaje
conceptual sin perder su fuerza
que .,echariu ru-u¡å-y froa".iria
frutor, sirviendo de abrigo a toda clase
transformadora original (P. Ricoeur). AI interpretar una parábola, el objetivo no ha de ser <ex-
plicarla> con Lln lenguaje más claro que el de Jesús, sino suscitar de nuevo algo de lo que se
pudo experimentar en su entorno cuando las pronunció por primera vez. Esto no excluye qne
posteriormente se pueda ahondar en las diferentes resonancias que la parábola puede gene- "*larecogeMarcos4,3l-32.LaparábolaaParecetambiénenMateo13,31b-32;Lucas
Tomús' 20'
rar (Perrin, Weder, Funk, Crossan, Wilder). 13,79; Ettnngelio tipótiþ) de

121.
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de pájaros y aves del cielo. Para Jesús,la verdadera metáfora del reino de Loúnicoquehaceellabradoresdepositarentierralasemilla.Una
ya no
vez hecho esto, su tarea ha concluido. El
crecimiento de la planta
Dios no es el cedro, que hace pensar en algo grandioso y poderoso, sino
la mostaza, que sugiere algo débil, insignificante y pequeño 1e. dependedeél:puedeacostarsetranquiloalfina.ldecadajornada,sa-
cada ma-
puede levantarse
La parábola les tuvo que llegar muy adentro. ¿Cómo podía comparar biendo que su semilla se está desarrofando;
se deiiene. Algo está sucediendo
Jesús el poder salvador de Dios con un arbusto salido de una semilla tan ñana y comprobaf que el cfecimiento no
No quedará defraudado'
pequeña? ¿Había que abandonar la tradición que hablaba de un Dios en sus tierras ,in q't" é1 se 1o Pueda explicar'
grande y poderoso? ¿Había que olvidarse de sus grandes hazañas del pa- A su tiemPo recogerá la cosecha'
sado y estar atentos a un Dios que está ya actuando en lo pequeño e in- Lorealmenteimportantenolohaceelsembrador.Lasemillagefmina
a é1 se le escaPa' Jesús
significante? ¿Tendría razón Jesús? Cada uno tenía que decidir: o seguir y crece impulsada po.,"lu ftetzamisteriosa que
para que sus oyentes lo pu9
esperando la llegada de un Dios poderoso y terrible, o arriesgarse a creer describe con todo åetalle este crecimiento
en su acción salvadora presente en la actuación humilde de Jesús. dan casi ver. Al comienzo solo asoma de
la tierra una brizna insignifi-
las espigas; más- tarde se Pueden
No era una decisión fácil. ¿Qué se podía esperar de algo tan insignifi- cante de hierba verde; luego aParecen
cante como lo que estaba sucediendo en aquellas aldeas desconocidas de observaryalosgranosabu'ndantesdetrigo.Todosucedesinqueelsem-
sin que sePa muy bien cómo
Galilea?, ¿no había que hacer algo más para forzar los acontecimientos? brador haya tenido que intervenir; incluso
Jesús podía comprobar la impaciencia que reinaba en no pocos. Para con- se produce esa maravilla'
tagiarles su confianza total en la acción de Dios, les propone como ejem- Todocontribuyedealgunamaneraaqueundíalleguelacosecha:eiese
plo lo que sucede con la semilla que el labrador siembra en su tierra. labrador, la tierra y la seÃila. Pero Jesús
invita a todos a captar en
de Dios. El crecimiento de la vida
crecimiento la accián oculta y poder >sa
El reino de Dios es como cuando un hombre echa la semilla en su n los sembrados es siemPre una sor-
tierra. Mientras duerme o se levanta, de noche y de día,la semilla ger- ios21. La cosecha va más allá del es-
mina y crece sin que él sepa cómo. Por sí rnisma produce la tierra su
fruto: primero hierba, luego la espiga, por fin el trigo que llena la es-
piga. Y cuando el fruto está maduro, mete enseguida la hoz porque ha
,, å','åï.1:f; îîff ff.ï ff åï ïl
unregalodeDiosinmensamentesuperioratodoslosafanesytrabajosde
llegado el tiempo de la siega 20.
lossereshumanos.Nohayqueimpacientarseporlafaltaderesultados
del tiempo' Jesús está sem-
inmediatos; no hay qr" u.i.ru, bajola presión
Jesús les hace fijarse en una escena que están acostumbrados a con- la cosecha llegará con toda
brando; Dios está ya haciendo crec lr ia vida;
templar todos los años en los campos de Galilea: primero tierras sembra- '
das por los campesinos; a los pocos meses, campiñas cubiertas de mieses.
seguridad. ¿S",
queremos
:?i
Cada año, a la siembra le sigue con toda seguridad la cosecha. Nadie ZQué alva_
sabe muy bien cómo, pero algo se produce misteriosamente bajo la tierra.
fruto de la acció
Lo mismo sucede con el reino de Dios. Está ya actuando de manera ción de Dios acogida de manera co
de Dios es como la prima-
Esta salvaciói está ya llegando. El reino
oculta y secreta. Solo hay que esperar a que llegue la cosecha.
VeIa/cuandocomienza.al|enarlotododevida.Nohayfrutostodavía,no
le Ezequiel 17,22-23. Los evangelistas subrayan el contraste entre la pequeñez de la
sepuedesaliracosechar,perolasfamasdelashiguerasseempiezana
semi-
lla y la altura de ia planta, pero probablemente Jesúrs quiso destacar sobre todo el contraste
ho moderna' no
entre la humilde mostaza y el poderoso cedro del Líbano (Crossan, Scott). afirma con razón que el
considera ia siembra;;:;'t*"ålo dela
20 La parábola se ha conservado
solo en Marcos 4,26-29. No sabernos por qué tanto Mateo
:Unt:*l:
como Lucas la omiten en sus respectivos evangelios. como Lln "milagro" maravllloso' slgno oe
-'*orrun
123
122
poner tiernas y las hojas comienzan a brotar. La vida, que parecía muerta, una de sus inconfundibles <exagela-
Jesús introduce en esta parábola
<tres medidas de harina",
empieza a despertar. Así es el reino de Dios. Jesús no puede contemplar ciones>. Ninguna mujer dá Ga[lea preparaba
a unas ciento
la primavera sin pensar en la vida que Dios está suscitando en el mundo. que vienen u ,", ..rurånta kilos de pa^ y pueden alimentar
pensando en la ra-
"Aprended de la higuera esta parábola: cuando ya sus ramas están tier- cincuenta personas. La gente se ríe, pero Jesús no está
abundante y
nas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca> 22. La irrupción de ción de comida ,"n-rur'ruide una familia, sino en el banquete
la primavera era para Jesús símbolo del gran misterio de la vida y signo generoso de la fiesta final con Dios'
incluso
de la llegada de Dios como bendición y vida para el ser humano23. En esta parábola hay algo que los sorprende más' A algunos
Jesús sabe evocar también la presencia misteriosa del reino de Dios a les puede eÅcandalizar. La ievadura era considerada
como símbolo y me-
por el contra-
partir de otras experiencias. Una pequeña parábola se grabó de manera táforade Ia fuerza que tiene el mal para corromPerlo todo;
No se
especial en el corazón de los campesinos. Todas las semanas, la víspera rio, el pan ácimo yiin f"r^entar era símbolo de lo Puro y santo'
del sábado, las mujeles se levantaban temprano y salían al patio a elãbo- de Pascua se comía
podía åfr".". a Dios nada fe'mentado, y en las fiestas
rar el pan. Antes del amanecer estaban ya preparando la masa, introdu- este modo
iolo pur-, ácimo, sin levadura25. ¿Qué quiere sugerir Jesús con
cían luego levadura fresca para fermentarla, cubrían todo con un paño de
de hablar desconcertante y provocativo? ¿Cómo
puede comParal el reino
lana y esperaban a que la masa se levantara lenta y silenciosãmente. de Dios con un trozode låvãdura? ¿Es que Dios actúa
invirtiendo los es-
Mientras tanto, encendían el fuego y calentaban la piedra sobre la que co- que "adivinaÍ> su
quemas tradicionaies de 1o santo y 1o puro? ¿Tendrán
cerían ei pan. Desde la cama podían oler los hijos el aroma inconfundible peca-
reino también en ese mundo de los lt prosos, los endemoniados,los
de las hogazas preparadas amoïosamente por sus madres. ]esús no había
dores y las prostitutas en el que se mueve Jesús?
olvidado esta escena familiar. A él le sugiere la cercanía maternal de Dios,
AlgunossesentíanatraídosPorsuspalabras.Errotros,probable-
introduciendo su levadura en el mundo. o es una locura? Je-
mente, surgían no pocas dudas. ¿Es razonable creerle
su corazón' En cot't-
con el reino de Dios sucede como con la levadura que tomó una sús pronuició dos pequeñas parábolas para seducir
tra de su costumUre, Ësta t", ,-to las extrae de la experiencia
cotidiana'
mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó
para alimentar
fermentado 2a. sino de la fantasía de los cuentos orientales. No 1o hace
sueños irrealizables que les ayuden a soportar su
dura vida del camPo/
ante ia llegada de
¿serâ asíla fuerza de Dios escondida en la vida? ¿Como la de la leva- sino para despertar ån ellos ia alegría y la decisión
dura que actia secretamente en la masa y la transforma por entero? ¿Es- Dios.
tará Dios llegando de manera casi imperceptible, pero con fuerza pode-
Campo/ que, al
rosa como para transformarlo todo? El reirro de Dios eS Como ttrr tesoro escondido en un
la alegría que le da'
encontrarlo un hornbre, vuelve a esconderlo y' por
26'
22Marcos 13,28. Segúrn bastantes exegetas (Dodd, Jeremias, Crossan, Scott), este dicho va, vende todo lo que tiene y coÍìpra el campo
circnló cle fortla aislada eu las plirneras comunidades y se r'efería a la proxirníciad del reino
de Dios. Solo más tarde fue incrttstado en el discurso apocalíptico, que irabla de la venida fi-
nai del Hijo del hombre.
senticlo peyo-
2r En Israel, la higuera
era sûnbolo provelbial de bendición y feliciclacl. Así dice Miqueas, 25 Segír' Marcos el mismo jesírs utìliza la rnetáfora de la levadura en
i1,14,
un profeta de origen carnpesirro muy querido clel pueblo: .Aquel día no ievantará la espada <se gttarden de la levadura de los fariseos y cle la le-
rativo cnando dice a sus discípuios qLle
naciólr contra naciólr ni se adiestrarán ya más para la gLrerra. Se sentará cada nno bajo su pa- vadula de Herodes".
rasgos característicos de la técnica
rra y srl higuera, sin que nadie le inqr.riete> (4,3-4). 2.,La paráboìa se encrlentra en Mateo 13,44 y tiene los
2r La parábola se conserva leer ttua versión más desalro-
er-r la fuente Q (Lucas 13,20b-21 / / Mateo 13,33b). También la narrativa de Jesúrs. En el Eanngelio [npócrit'o] de Totttñs podemos
poråb.rlu rabínica bien conocicla del Midrñs
e,nc,ontramos en el Eunrrgelio [npócrtþJ de Tonús 96, pero con pequeñas modificaciones típicas llada qtre, probablemente, es ädaptación de r,rna
cle los ambientes gnósticos. Rnbbí (Jeremias, Crossan, Funk, Scott)'

724 125
un pobre labrador un terleno del que no es propietario
está cavando en Los que escuchan a Jesús Se ven obligados a reaccionar. ¿Será verdad
cuando, de pronto, encuentra un tesoro escondido bajo tierra en un cofre. que el .àir-ro de Dios es un tesoro oculto que escapa a sus ojos? ¿Será
(te-
No es difícil imaginar su sorpresa y alegría. No se lo piensa dos veces. Es la cierto que no es una imposición de Dios, sino pura y simplemente un
soro>? Todos estaban convencidos de su valor: 1o esperaban y 1o pedían
ocasión de su vida y no la puede desaprovechar: esconde de nuevo el cofre, a
vende todo 1o que tiene, compra el campo y se hace con el tesoro. Alos cam- Dios como el bien supremo. Ahora Jesús les dice: ¡os lo podéis encontrar
pesinos de Galilea les encantaba este tipo de relatos. Su región había sido yal ¿Habrét que estai abiertos a la sorpresa? ¿será el reino de Dios algo
invadida por toda clase de ejércitos a lo largo de los siglos, y todos sabían irr"sp"rudo que tal vez presentimos y anhelamos, Pefo cuya bondad y be-
que la mejor manera de escapar al saqueo de los soldados asirios, macedo- ilezá somos incapaces de sospechar? De ser así, sería el colmo de la felici-
nios o romanos había sido siempre enterrar sus pequeñas fortunas en un lu- dad, la alegría total que relativiza todo lo demás. Nunca el labrador ha
gar seguro 27. }1.âs de un campesino soñaba todavía con encontrar un día visto un tesoro así; nunca el mercader ha tenido en Sus manos una Pefla
uno de esos tesoros olvidado en algún rincón. La segunda paráboladice así: tan preciosa. ¿Será así el reino de Dios? ¿Encontrar lo esencial, tener la in-
,r,"r-rru fortuna de hallar todo lo que el ser humano puede pedir y desear?
Tambié. se parece el reino de Dios a Lln mercader que anda bus-
según Jesús, el reino de Dios es una oportunidad que nadie ha de de-
cando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va,
jar pasar. Hay que arriesgar 1o que haga falta con tal de acogerlo. Todo 1o
vende todo lo que tiene y la compra 2s.
demás es securrdario, todo ha de quedar subordinado' ¿Tendrâ razónJe-
Esta vez, el protagonista no es un pobre labrador, sino un rico trafi- sús? La decisión ha de ser inmediata y radical, pero ¿de qué está ha-
cante de perlas. Su negocio consiste en comprarlas en los países lejanos blando Jesús? ¿Dónde se oculta ese <tesoro> que é1 ha descubierto?
..grano de mostaza"? ¿Dónde se Puede aPre-
de oriente y venderlas luego a un precio mucho más elevado. De pronto ¿Dónde está germinando el
encuentra una perla de valor incalculable. Su olfato de experto no le en- clar la primavera? ¿Enqué consiste esa fuerza salvadora de Dios que está
gaña. Rápidamente toma una decisión: vende todos sus bienes y se hace ya transformando secretamente la vida?
con ella. Los oyentes
"entienden, el relato. Cerca de Cafarnaún pasa la
via mnris, una gran ruta comercial por donde llegan las caravanas de
Oriente de paso hacia Egipto y los puertos del Mediterráneo. En alguna Dios es compasivo
ocasión han podido ver a los mercaderes con su carga de perlas extraídas
en el Golfo Pérsico o los mares de la India 2e. Jesús trató de responder a estas preguntas
con las parábolas más bellas y
conmovedoras que salieron nunca de sus labios' Sin duda las trabajó lar-
gamente en su corazón. Todas ellas invitan a intuir la increíble misericor-
27 Segíiu Flavio Josefo, después de la caída de Jerr,rsalén del año 70, los romanos .desen-
terraron oro, plata y otros objetos preciosos, cuyos propietarios los habían escondido bajo tie-
rra en vista de la suerte incierta cle la gnerra, (Ln gucrrn judín yll, lIS). álu d" Dios. La más cautivadora es la del padre bueno3o'
28 La parábola
se eltcuentra en Miteo 13,45-46 y en el Eanngelio [npóuifo] rle T'onús 76,I en
ttna versión diferente. F,neTEunngelio [npócrifo] dcTontús se conser"va también la parábola de1 un padre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padÍe: ,,Padre,
gran Pez, que habla c1e .tru pescador inteligente qne arrojó su red al mar y, al reiirarla, conte-
dame la parte de la hacienda qlre me corresponde>. Y él les repartió la
nía gran cantidad de pequerlos peces. Entre ellos encontró un pez glandé y hermoso. El pes-
cador iuteligente 1o escogìó sin dudar y arrojó al mar todos los pecei pequeños> (B). Los espe- hacienda. Pocos días después, el hijo menor lo reunió todo y se mar-
cjalistas observan rasgos de carácter gnóstico, pero tal vez todavía r" iotlr"tuo la iclea original chó a un país lejano, donde malgastó su hacienda viviendo como un
cle Jesúrs: la captr.rra inesperacla de un pez grande y hermoso lleva al pescador a clesecha'r to- libertino.
dos los clemás peces (Jeremias, Espinel).
2e Según Plinio
el Viejo, Cleopatra, famosa por srls relaciones amorosas cor-r César y A¡-
tonio, poseía una perla que rlo valía menos de cien rnil sestelcios (a1go más c1e dieciocho mi- 3(,Esnn error. llamarla parábola c1el "hijo pródigo" o clerrochador. La figura central es el
llolles de eulos). padre. Se la puede titr,rlar pàrábola del .amor clel padre" o del "padre bondadoso".

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Cuando hubo gastado todo, sobrevino un harnbre extrema en aquel 1ían en peligro la cohesión y estabilidad de la familia. Se sufría lo indeci-
país, y comenzó a pasil necesidad. Entonces fue y se ajustó con uno de ble, pues la familia lo era todo: hogar, lugar de trabajo y supervivencia/
los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puer.- fuente de identidad, garantía de seguridad y Protección. Era muy difícil
cos. Y deseaba llenar su vientre con las algarlobas que comían los puercos,
sobrevivir fuera de la familia. Tampoco una familia podía subsistir ais-
pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo dijo: jornaleros
"¡cuántos lada de las demás. Las aldeas estaban formadas por familias unidas Por
de mi padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí me rnuero de
hambref Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: "Padre, pequé contra el estrechos Iazosde parentesco, vecindad y solidaridad. Juntos preparaban
cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a Ltno los matrimonios de sus hijos, se ayudaban unos a otros Para recoger las
cosechas o reParaf los caminos y Se unían Para PÏotegel a las viudas y
los
de tus jornaleros",r. Y, levantándose, partió hacia su padre.
Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se huérfanos. Tan importante como la lealtad a la propia familia era la soli-
echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ,,padre, pequé daridad entre las familias de la aldea. Los probiemas y conflictos de una
contra el cielo y ar-rte ti: ya no merezco ser llamado hijo tuyo". pero el familia repercutían en todos los vecinos.
padre dijo a sus siervos: <Traed apr.isa el mejor vestido y vestidle, po- cuando Jesús comienza a hablar de los problemas de un padre Para
nedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Tïaed el novi-
mantener unida a su familia, todo el mundo presta atención. Conocen
llo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este
conflictos parecidos, pero 10 que Pide ese hijo es imperdonable. Al exigir
hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido
la parte de su herencia está dando Por muerto a su padre, romPe la soli-
hallado". Y comenzaron la fiesta.
Su hijo mayor estaba en el campo y, al volve4 cuando se acercó a la daridad de la familia y echa por tierra su honor. ¿Cómo va a rePartir su
casa, oyó la rnúrsica y las danzas; y llamando a uno de los criados le herencia un padre estando todavía en vida? ¿cómo va a dividir su pro-
preguntó qué ela aquello. Ét le dl;o' ,.Ha vuelto tu hermano y tu padre piedad poniendo en peligro el futuro de la familia? Lo que exige es una
ha matado el novillo cebado, porque lo ha recobrado sanor,. Él se irritó locura y una vergüenza para todo el pueblo32. El padre no dice nada.
y no quería entrar. salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su Respetá la sinrazón de su hijo y les reparte su herencia33. Los oyentes de-
padre; <Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una or.- bieron de quedar consternados. ¿Qué clase de padre es este? ¿Por qué no
den tuya, pero rìunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con impone su autoridad? ¿cómo puede aceptar la locura del hijo perdiendo
rnis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu
su propia dignidad y poniendo en peiigro a toda la familia?
hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!,.
Repartidå ia herencia, el hijo se desentiende del padre, abandona a su
Pero él le dijo: <Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es
tuyo; pero couvenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este her.- hermano y se marcha a (un país lejanoo. Pronto, una vida desquiciada lo
rnano tuyo estaba rnuerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha lleva a la destrucción. Sin lecursos para defenderse de un hambre sevela/
sido hallado" 31. absolutamente solo en medio de un país extraño, sin familia ni protec-
ción alguna, termina como esclavo de un pagano cuidando cerdos' Su de-
Jesús conocía bien los conflictos que se vivían en las familias de Gali- gradación no puede ser mayor. sin libertad ni dignidad alguna, haciendo
lea: las discusiones entre padres e hijos, los deseos de independencia de una vida infrahumana en medio de animales <impur65", llega a desear
algunos o las rivalidades entre hermanos por derechos de herencia po- en vano las algarrobas que comen los puercos, Pues nadie se las da. A1

rl Attnqtte solo Lucas 15,7I-32 ha conservaclo esta parábola, r'ro hay cludas r.azonables 32 EI libro del Eclesiástico, escrito por Ben Sirá hacia los años 190-180 a. C., daba estos sa-
Ileparte ttt
Para no atriblrírsela a Jesírs (en contra solo Schotroff y en parte Car:lston). Lucas ha ente¡clido bios consejos: .A hijo y muier, a hermÃno y amigo, no des poder mie^ntras vi'^s...
la parábola como Llna resptlesta de fesúrs a los .escribas y fariseos, que le criticarì por comer vida, a la hora de ttt mnerte> (34,20-24)'
lrererrcia clando acaben Ìos días de tr,r
con pecadores. Ar.ttores lecientes colrsidelan que Jesúrs Ìa clebió de prorrunciar en u1ì contexto l El texto dice literalmente qle el padre *repartió entre ellos stl vicla [bios]", lo que cons-
más arnplio que el que sugiere Lucas (McBride, Scott, Rohrbaugh). tituía su vida y sustento.

128 129
verse en una situación tan desespetada, el joven reacciona. Recuerda la El padre sale a invitarlo con el mismo cariño con que ha salido al en-
casa de su padre, donde abunda el pan. Aquel era su hogar; no podía se- cuentro del hijo llegado de lejos. No le grita, no le da órdenes. No actúa como
guir más tiempo lejos de su familia. Consecuente, toma una decisión: el patrón de la casa. Al contrario, como una madre,le suplica una y otravez
"Me levantaré e iré a mi padrer. Reconocerá su peôado. Ha perdido to- que venga a la fiesta. Es entonces cuando el hijo explota y dEa al descubierto
dos sus derechos de hijo, pero tal vez pueda ser contratado como un jor- todo su rencol. Ha pasado su vida cumpliendo las órdenes del padre como
nalero más. un esclavo, pero no ha sabido disfrutar de su amol como un hijo. Su vida de
La acogida del padre es increíble. Estando todar'ía lejos, fuera del trabajo sacrificado ha endurecido su corazón. No vive en la familia; si su pa-
pueblo, ve a su hijo derrengado por el hambre y la humillación y ,,se dre le hubiera dado un cabrito, hubiera organizado una fiesta, no con é1, sino
conmuever 3a. Pierde el control: olvidando su propia dignidad, corre a con sus amigos. Ahora no sabe sino humillar a su padre y denigrar a su her-
su encuentro, le abraza con ternura sin dejar que se eche a sus pies y le mano denunciando su vida libertina con prostitutas. No entiende el amor de
besa efusivamente sin temor a su estado de impureza. Este hombre no su padre hacia aquel miserable. Él t o acoge ni perdona'
actúa como el patrón y patriarca de una familia. Sus gestos son los de El padre le habla con ternura especial37. Desde su corazón de padre, él
una madre. Esos besos y abrazos entrañables delante de todo el pueblo 1o ve todo de manera diferente. El hijo llegado de lejos no es un depra-
son signo de acogida y perdón, pero también de protección y defensa vado, sino un ,,hijo muerto que ha vuelto a la vida". Aquel hijo que no
ante los vecinos. Interrumpe su confesión para ahorrarle más humilla- quiere entrar en la fiesta no es un esclavo, sino un hijo querido que puede
ciones v se apresura a restaurar su dignidad dentro de la familia: lo áisfrutar junto a su padre compartiendo todo con é1. Su único deseo de
viste con ,,el mejor vestido> de la casa 35, le pone el anillo que le confiere padre es ver de nuevo a sus hijos sentados a la misma mesa, compar-
el título de hijo y le hace calzarse sandalias de hombre libre. Pero hay tiendo fraternalmente un banquete festivo.
que rehacer también su honor y el de toda la familia dentro de la aldea. Jesús interrumpe aquí su relato sin explicación alguna. ¿Qué
sintieron
El padre organiza un gran banquete para todo el pueblo. Se matará el los padres que habían cerrado para Siempre las puertas a sus hijos esca-
novillo cebado 36 y habrá música y baile en la plaza. Todo está más que pados de casa para vivir su propia aventura? ZQué sintieron aquellos ve-
justificado: <<Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había .it'tot que tanto despreciaban a quienes habían abandonado el pueblo
perdido y ha sido hallado". Por fin podrán vivir en familia de manera para irse a vivir a Séforis o Tiberíades? ¿Qué experimentaron los que lle-
digna y dichosa. vaban años lejos de Dios, al margen de la Alianza, sit:. PreocuParse de
Desgraciadamente faltaba el hijo mayor. Llegó del campo al atardecer. cumplir la ley ni de peregrinar al templo? ¿En qué Pensaron los que vi-
Un día más había cumplido fielmente con su trabajo. Al oír "la música y vían dentro de la Alianza y despreciaban a pecadores, recaudadores y
las danzasr, queda desconcertado. No entiende nada. La vuelta del her- prostitutas? Todos han empezado pot luzgar rápidamente la insensatez
mano no le produce alegría como a su padre, sino rabia. Se queda fuera de aquel padre por su falta de autoridad para imponerse a sus hijos, pero/
sin entrar a la fiesta. Nunca se había marchado de casa, pero ahora se al conocer su comPasión increíble, al verlo perdonar y proteger maternal-
siente como un extraño ante la familia y los vecinos reunidos para acoger mente a su hijo perdiclo, y salir humiide al encuentro del hijo mayor, bus-
a su hermano. No se había perdido en un país lejano, pero se encuentra cando apasionadamente la reconciliación de todos en una fiesta, quedan
perdido en su propio resentimiento. probablemente desconcertados y conmovidos.
¿Es posible que Dios sea así? ¿como un
padre que no se guarda para
3l Literalmeute, *se le conmovieLon las entrañas". sí su herencia, que respeta totalmente el comportamiento de sus hijos,
is El .mejol vestido" era probablemente el del padre (Plurnrner; Scott, Rohrbaugh).
16 Para nna familia de labradores cie Galilea, nìatar 1111 ternero era muy
costoso y poco 37 Se dirige a él llamánclole tekttott, término afectuoso qr.re se puede traclucir como .mi
frecuente. Soo se hacía en las grandes fiestas para conlpartirlo con los vecinos. qtrerido hijo", ..mi pcqLretto".

130 131
que no anda obsesionado por su moralidad y que, rompiendo las reglas cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: <Estos últirnos
convencionales de lo justo y correcto, busca para ellos una vida digna y no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que
dichosa? ¿Será esta ia mejor metáfora de Dios: un padre acogiendo con hemos aguantado el peso del día y el calor". Pero é1 contestó a uno de
ellos: .,Amigo, no te hago ninguna iniusticia. ¿No te ajustaste conrnigo
los brazos abiertos a los que andan
"perdidos, fuera de casa, y supli- en un clenario? Pues torna lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este
cando a cuantos lo contemplan y le escuchan que acojan con compasión a
todos? La parábola significa una verdadera <revolución> ¿Será esto el último lo misrno que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que
3e'
quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?'
reino de Dios? ¿Un Padre que mira a sus criaturas con amor increíble y
busca conducir la historia humana hacia una fiesta final donde se celebre
la vida, el perdón y la liberación definitiva de todo lo que esclavizay de-
Los grandes propietarios, como este <señor de la viña>, Pertenecían a
grada al ser humano? ]esús habla de un banquete espléndido para todos, la clase podelosa y dominante. Por lo general no vivían en las aldeas,
habla de música y de danzas, de hombres perdidos que desatan la ter- sino en ãlgnrlu ciudad, y regentaban sus tierras Por medio de algún ad-
nura de su padre, de hermanos llamados a perdonarse ¿Serâ esta la ministrador. Solo durante la vendimia o en la recogida de la cosecha se
buena noticia de Dios? acercaban a su proPiedad para seguir de cerca los trabajos' Los jornale-
ros, por su parte, Peftenecían a las caPas más bajas de la sociedad. Labra-
Jesús volvió a insistir una y otra vez en el amor compasivo de Dios.
En cierta ocasión contó una parábola sorprendente y provocativa sobre el dores despojados de sus tierras, vivían al día y sin seguridad alguna: a
dueño de una viña que quería trabajo y pan para todos 38. Tal vez es veces mendigando, otras robando y siemPre buscando algún amo que les
tiempo de vendimia y se puede ver en las plazas de los pueblos a grupos contratara, aunque solo fuera Por un día.
de trabajadores esperando que alguien los contrate para la jornada, Jesús La jornada de trabajo comienza al amanecer y termina al caer el sol. El
dijo así: rico propietario de una viña viene é1 mismo aIa plaza del pueblo a pri-
meras horas de la mañana. Se acerca a un gfuPo de jornaleros, acuerda
Cor-rel reino de Dios sucede como con urì propietario que salió a con ellos el salario de un denario y los pone a ttabaiar en su viña. No es
plinera hora de la mañana a contratar obreros para sLr viña. Habién- gfan cosa, pelo sí 1o suficiente para resPonder, al menos durante un día,
dose ajustado con los obleros erì Lltì denario aI dia,los envió a su viña. a las necesidades de una familia campesina. El propietario vuelve a la
Salió luego hacia la hora tercia y, al ver a otros que estaban en la plaza plazahacia las nueve de la mañana, a las doce del mediodía y a las tres
parados, les dijo: <Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea ãe la tarde; a los que encuentra no les habla ya de un denario; a estos les
justo>. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona, e hizo lo
promete .,1o que sea justo>. ¿Cómo le van a exigir nada? Se marchan a
misrno. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros
trabalar sin seguridad alguna, pendientes de lo que el señor les quiera
que estaban allí, les clice: qué estáis aquí todo el día parados?".
"¿Por pagar: probablemente una fracción de denario. Vuelve todavía a las cinco
Le dicen: <Es que nadie nos ha contratado". Él les dice: ,,Id también vo-
ãe la tarde. Solo falta una hora para terminar la jornada. A pesar de todo,
sotros a la viña>. Al atardecer', dice el dueño de la viña a su administra-
dor: "Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últi- contrata a un gruPo que nadie ha contratado y 1o envía a echal una
mos hasta los primerosr. Vinieron, pues, los de la hora undécima y mano. A estos ni les habla de salario.
cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que co-
brarían más, pero ellos tarnbién cobraron un denario cada uno. Y, al 3'rLa parábola se conserva únicamente en Mateo 20,7-75, pero nadie duda cle que es au-
téntica. Eimodo de exagerar las idas y venidas clel patrono alaplaza a contratar mano de
obra y el sorprendente final son rasgos inconfundibles cle Jesírs. La conclttsión: "Así, los írlti-
3s Se la llama tradicionalmente parábola de
"los obreros de la viña", pero el verdadero nos áerár-r los primeros y los primeios serán los írltimos" (20,16) es un dicho que circuló de
protagonista es el propietario de la virla. La podríamos titular: <El amo generoso> (Jeremias), manera indepeìciiente en la comuniclacl cristiana y que alguien añadió a la parábola de Jesúrs
<El contratador bueno, (Etchells) o
"El patrono que quería tr:abajo para todos'. como Llna aplicación desafortunada.

732 133
Los oyentes no pueden entender este ir y venir del señor para contra- rompe esa justicia, y la bondad no hace daño a nadie. su gesto no es arbi-
tar obreros. Los grandes propietarios no trataban directamente con los trario. Es solo bondad y amor generoso hacia todos. A todos les da 1o que
jornaleros. Por otra parte, no era normal ir tantas veces aIapIaza. La con- necesitan para vivir: trabajo y Pan. No se PreocuPa de medir los méritos
tratación se hacía a primera hora de la mañana, después de calcular bien de unos y otros, sino de que todos puedan cenal esa noche con sus fami-
el número de obreros que se necesitarían. ¿Qué clase de patrono es este? lias. En su comPortamiento, la justicia y la misericordia se entrelazan'
¿Por qué actúa así? Nadie sale a contratar obreros a última hora. ¿Está tan
La sorpresa de los oyentes es grallde y general, zQué está sugiriendo
urgido por la vendimia? El relato nada dice acerca de la cosecha. Sugiere Jesús? ¿Es que para Dios no cuentan
los méritos de cada persona? ¿Es
más bien que no quiere ver a nadie sin trabajo. Así les dice a los del úl- que en su reino no se funciona con los cálculos y criterios que nosotros
timo grupo: <¿Por qué estáis aquí parados todo el día?,,40. manejamos para imponer la justicia y la igualdad a todos? Esta manera
Llegó la hora de retribuir a los obreros. Había que hacerlo en el mismo de entender la miseiicorclia de Dios, ¿no rompe todos los esquemas reli-
día, antes de caer el sol, pues de lo contrario no tendrían nada que llevarse giosos de Israel? ¿No está Jesús ignorando deliberadamente las diferen-
a la boca. Así 1o mandaba la ley de Dios: cias que establece la iey entre justos y pecadores?
"No explotarás al jornalero pobre Lå parábola de Jesús Palece contradecir todo' ¿setá verdad que Dios
e indigente... Le darás cada día su jornal, antes de ponerse el sol, pues es
pobre, y de ese salario depende su vidaoal . El dueño ordena que el pago se no estå tan pendiente de los méritos de las Pelsonas, sino que está mi-
haga empezando por los que acaban de llegar. Entre los jornaleros se des- rando más bien cómo responder a sus necesidades? Qué suelte si Dios
pierta una gran expectación, pues, aunque apenas han trabajado una hora, fuera así: todos podrían confiar en é1, aunque sus méritos fueran muy Po-
percibe un denario cada uno. ¿Cuánto se les daút a los demás? La decep- bres. Pero ¿no eS peligroso abrirse a ese mundo increíble de la misericordia
de Dios, que parece a todo cálculo? ¿No es más seguro y tranquili-
ción es enorme al ver que todos reciben un denario, incluso los que han es- "i.uput
tado trabajando durante toda la jornada. ¿No es injusto? ¿Por qué a todos zador,rob." todo para los que son fieles a la ley, no salirse de ia religión del
un denario si el trabajo ha sido tan desigual? Sin duda, los oyentes de Jesús templo donde deberes, méritos y pecados están bien definidos?
contó una Pe-
simpatizan secretamente con las protestas de los jornaleros que más han Jìsús desconcertó todavía más a sus oyentes cuando
trabajado. Estos no se oponen a que los últimos reciban un denario, pero queña parábola sobre un fariseo y un recaudador que subieron ai templo
à orur, segút1 la costumbre que tenían los judíos que vivían en Jerusalén.
¿no se está devaluando su ftabajo? No piden que a los demás se les dé una
Les dijo así:
fracción mezquina de un denario, pero ¿no tienen derecho a que el señor
sea también generoso con ellos? Está bien la generosidad con los que solo
Dos hombres subieron al templo a ofar: uno era fariseo, el otro publi-
han trabajado una hora, pero, en tal caso, ¿no exige la justicia esa misma
cano. El fariseo, de pie, oraba en stt interior de esta manera: "¡oh Dios!

generosidad para con los que han trabajado todo el día?
doy gracias porque no soy como los demás hornbres, rapaces, injustos,
La respuesta del señor al que hace de portavoz es firme:
"Amigo, no adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces Por se-
te hago ninguna injusticia... ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que mana, doy el d.iezmo de todas mis gananciaso. En cambio, el publicano,
quiera con lo mío? ¿O tienes que ver con malos ojos que yo sea bueno?r. mante¡ié¡dose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino
Los que se quejan siguen pensando en un sistema de estricta justicia, que se golpeaba el pecho diciendo: "¡oh Diosl ¡TÞn compasión de mí, que
42.
pero el señor de la viña se mueve en otra esfera. Es su bondad la que *y p"*dor!r. os ãigo que este bajó a slr casa justificado, y aquel no

La parábola solo se colìsel'va en Lucas 18,10-14a. Lucas ha redactado por sLl cllelìta
r0 Son varios los atttores qne sr-rbrayan la importancia de este detalle (Linnemann, a2 I'ula
Scott,
parábola .algttuos que se tenían por justos y cles-
McBri cle, Shil1ington...). introdncción segírn la cual Jesírs dijo esta a
r1 Detrtetonontio 24,14-15. Es una de las leyes que se recogen en este liblo, r'edactado g,S). Con-ello le ha daclo a la parábola nn carácter fuertemente anti-
en f reciaba^ a los äernás, (f
Jerusalén hacia el 700 a. C. y cornpletado luego en años posteriores. fariseo q¡e no responcle a la intención original de Jesírs (Br.rltmann, Plutnmel', Linnetnalrn,

734 135
Y
En el relato aparecen en escena tres personajes: un fariseo, un recau- Su conversión es imposible. Nunca podrá reParar sus abusos ni retribuir
dador y el templo donde habita Dios. La parébola no habla solo de dos a sus víctimas 10 que les ha robado. No se Puede sentir bien en el templo'
hombres que oran en el templo, sino de cómo actúa Dios, presente en ese No es su sitio4s.
templo. Los oyentes "sintonizan) enseguida con el relato. En más de una El fariseo ora de pie, seguro y sin temor alguno. Su conciencia no le
ocasión han subido en peregrinación hasta el templo. Para ellos es el cen- acusa de ningún pecado por el que tenga que expiar. De su corazôîbrota
tro de su pueblo y de su religión. Solo allí se podía dar culto a Yahvé. Lo espontáneamente el agradecimiento: ,,oh Dios, te doy gracias>. No es
llamaban ,,la casa de Diosr, pues allí habitaba el Dios santo de Israel. un acto de hipocresía. Todo lo que dice es real. CumPle fielmente todos
Desde allí protegía y bendecía a su pueblo. Nadie podía acercarse sin an- los mandatos: no pertenece al grupo de pecadores, en el que, natulal-
tes haberse purificado debidamente. Lo decía el salmo: al recinto sagrado mente, está el recaudador. Ayuna todos los lunes y iueves Por los Pecados
solo se puede entrar con <<manos inocentes y cotazônpuro> a3. En el lugar del pueblo, aunque solo es obligatorio una vez al año, el día de la Expia-
más sagrado del templo había estado en otros tiempos el Arca de la cióna6. No solo paga los diezmos obligatorios de los Productos del campo
Alianza, y en ella dos tablas de piedra en las que estaban grabados los (grano, aceite, vino), sino incluso de todo lo que gana. Su vida es ejem-
mandamientos de la ley. El templo representaba la presencia de Dios, que plar. Cumple fielmente sus obligaciones y hasta las sobrepasa. No se atri-
47.
reinaba sobre su pueblo por medio de la ley. Con qué alegría se presenta- b.ty" u sí mismo mérito alguno, es Dios quien sostiene su vida santa Si
ban ante él todos los que la observaban fielmente. este hombre no es justo, ¿quién 1o va a ser? Es un modelo de fidelidad y
El relato de Jesús despierta enseguida el interés y la curiosidad de los obediencia a Dios. ¡Quién pudiera ser como é11 Puede contar con la ben-
oyentes. ZQué va a suceder en el templo? ¿Cómo se van a sentir allí, ante dición de Yahvé. Así piensan los que escuchan a Jesús.
la presencia de Dios, dos hombres tan diferentes y opuestos como un El recaudador se mantiene a distancia. No se Siente cómodo; no es
fariseo y un recaudador? Todos saben cómo es, de ordinario, un fariseo: digno de estar en aquella asamblea santa. Sabe lo que están Pensando
un hombre piadoso que observa fielmente los mandamientos, observa de é1 los demás fieles: es un funcionario deshonesto y corruPto que no
estrictamente las normas de pureza ritual y paga escrupulosamente los trabajapara el templo, sino para el sistema establecido por Roma. Ni si-
diezmos. Es de los que sostienen el templo. Sube al santuario sin pecado: quiefa se atreve a levantar sus ojos del suelo. Se golpea el pecho Para re-
Dios no puede sino bendecirlo. También saben qué es un recaudador: un conocer su pecado y su vergüenza. No promete nada. No puede resti-
judío que vive de una actividad despreciable. No ftabaja para recoger tuir 1o que ha robado a tantas Personas cuya identidad desconoce. No
diezmos y sostener el templo, sino para recaudar impuestos y medrar aa. puede dejar su trabajo de recaudador. Ya no Puede cambiar de vida.
No tiene otra salida que abandonarse a la misericordia de Dios: "Oh
Dios, ten compasión de mí, que soy Pecador>) Su oración recuerda la
48.
Scott, McBride, etc.). Además ha añadido a la parábola tura conclusión qlre Ìlo pertenecía al
lelato original, sino que es un dicho suelto de Jesírs:
"Todo el que se ensalce será humillado, y conmovedora plegaria de un saimista, que dice así: <Mi sacrificio es un
el que se humilìe será ensalzador. Para captar el mensaje genuino de fesús, hemos de pres-
cindir de la introducción (18,9) y de la conclusión (18,14b), La parábola no habla tanto de espíritu roto, un coraz|n roto y humillado, tú, oh Dios^ no lo despre-
cómo l-ra de ser nnestra oraciór'r, sino desde dónde la escucha Dios.
13 El Salmo 24 es un
canto que los juclíos cantaban mientras subían al templo. Decía así: as probabÌemente los dos suben ai templo a la hora en que se ofrecen sacrificios de expia-
<¿Quién subirá al monte c1e Yahvé?, ¿qr.rién podrá entrar en su recinto sar-rto? El de manos lim-
ción por los pecados. Mientras los sacerdotes realizan el rito sagrado, ellos se retiran a exami-
pias y puro corazón... Ese logrará la bendición de Yairvé, el perdón c1e Dios, su salvador, (24,3-5).
ar El término telonés que se emplea en 1a parábola indica que este hombre no recauda nar sLl conclencra.
a6 Esta era la costumbre de no pocos fariseos, aunque la ley solo obligaba al solemne
directamente los tributos de las tierras exigidos por el Imperio. Es un funcionario de rango
aytrno clel gran día cle la Expiación (Levítico 16,29-31).
inferior que trabaja junto a las pueltas de algunas ciudades como Cafarnaírn o Jericó y en los ' u ]Halejemplos de orociot-r"s parecidas en los escritos de Qumrán y en el Talmud'
puestos fronterizos de las grandes vías cornerciales para cobrar las tasas de peaje, tránsito de a8 En realidád, las palabras que pronuncia significan literalmente: Dios, expía tír rnis
mercancías, importaciór'r o exportación. "Oh
pecados".

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137
cias, ae. El pobre hombre no hace sino reconocer lo que todos saben. Na- gerse a la misericordia de Dios y solo a su misericordia? Cuando uno ac-
die quisiera estar en su lugar. Dios no puede aprobar su vida de pecado. iúu.orno el fariseo, se sitúa ante Dios desde una religión en la que no hay
De pronto, Jesús concluye su parábola con una afirmación sorpren- lugar para el recaudador. Cuando uno se confía a la misericordia de Dios,
dente: <Yo os digo que este recaudador bajó a su casa justificado, y aquel .ornoìl recaudador, se sitúa en una religión donde caben todos. ¿Serâ
fariseo no,,. El hombre piadoso, que ha hecho inciuso más de lo que pide verdad que la úitima palabra no la tiene la ley, que juzga nuestra con-
la ley, no ha encontrado favor ante Dios, Por el contrario, el recaudador ducta, sino la misericordia de Dios, que acoge nuestra invocación? ¿Serâ
que se abandona a su misericordia, sin comprometerse siquiera a cam- esta la verdadera religión, la religión del reir-ro de Dios?
biar de vida, recibe su perdón. Jesús los ha pillado por sorpresa. De Habituados a la religión del templo, a nadie le resultaba fácil apo-
pronto les abre a un mundo nuevo que rompe todos sus esquemas. Aquí yatse en la misericordia imprevisible de Dios' Jesús trataba de romper
no se está hablando solo de la piedad de dos personas. Con su parábola sus resistencias. Un día les propuso una parábola desconcertante sobre
aparentemente tan sencilla e ingenua, ¿no está Jesús amenazando todo el un hombre que cayó víctima de unos salteadores mientras viajaba de Je-
sistema religioso del templo? ¿Qué pecado ha cometido el fariseo para no rusalén a Jericó so. Lo cuenta así:
encontrar gracia ante Dios? ¿Dónde está su falta? ¿Y qué méritos ha he-
Bajaba un hombre de Jerusalén a jelicó y cayó en manos de saltea-
cho el recaudador para salir del templo justificado? EI Dios del templo
dores, que, después de despojarle y golpeatle, se fueron dejándolo rne-
habría confirmado al fariseo y reprobado al recaudador. Lo que dice Je-
dio muerto. Casualmente bajaba por aquel camino un sacerclote y, al
sús es increíble. En el templo, Dios acogía en su presencia a los justos, y
ver.le, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel si-
excluía del recinto santo a pecadores e impuros. ¿Cómo puede Jesús ha-
tio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó
blar de un Dios que no reconoce al piadoso y,pot el contrario, concede su junto a él y, al verle, tuvo compasiór-r; y, acercándose, vendó sus heri-
gracia al pecador? das, echando en ellas aceite y vir-ro; y, montándole sobre su propia ca-
Si es cierto 1o que dice Jesús, ya no hay seguridad algunapara nadie. balgadura, le llevó a una posada y cuidó de é1. A1 día siguiente, sa-
Todos tienen que apelar a la misericordia de Dios. ¿Para qué sirve enton- cando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "cuida de él y, si
s1
ces el templo y la espiritualidad que en él se alimenta? ¿Qué hay que pen- gastas algo más, te 1o pagaré cuando vuelva' '
sar de quienes confían totalmente en la observancia de la ley y en el culto
del templo? ¿Serâ verdad que en el reino de Dios se funciona no desde la El relato de Jesús capta enseguida la atención de todos' Han peregri-
justicia elaborada por la religión, sino desde la misericordia insondable nado más de una vez aJerusalén y conocen bien esa zona desértica y pe-
de Dios? ¿No está Jesús jugando con fuego? ¿En qué se puede basar para
invitar a vivir de la misericordia y no desde la religión y IaIey? 50 Es la parábola del *buen samaritano>. Sin duda es el protagonista del relato, aunqtte,
en la
En la parábola de Jesús hay un dato incuestionable: un despreciado para captar å1 mensa;e de Jesírs, lo hernos de leer clescle la perspectiva del l'rerido caído
cuneta clel camino.
recaudador ha apelado a la misericordia de Dios y ha encontrado gracia. 5r Aunque solo se encuentra en Lucas 10,30-36, la parábola es de Jesús. La técnica narra-
¿No estará Jesús queriendo atraer a todos hacia una experiencia real que tiva y el conienido son inconfundibles. Lucas ha insertado la parábola como parte de un diá-
toda persona percibe en el fondo de su ser? Cuando uno se siente bien logo cle Jesírs con un maestro cle la Ley. Este contexto ha sido construiclo artificialmente por
L.icas, p.,es tanto Marcos como Mateo nos informan de ese mismo diálogo, pero sin ah-rdìr
consigo mismo y ante los demás, se apoya en su propia vida, no parece
poro ,-rodu a la parábola del samaritano. Para captar 1a intenci91.o1gìnal de Jesús hemos
de
necesitar de más. Pero cuando la conciencia lo declara culpable y desapa- (10,25-29 y L0,36-37). El relaio no es tlna <histo-
þrescindir del àntexto imaginaclo por Lucas
lece su seguridad, ¿no siente entonces el ser humano la necesidad de aco- iia ejemplar, para respondJr a la pieg.rnta: <¿Quién es mi prójimo?", sino una "Parábola so-
bre ál réino dã Dios" que pocL.ía empezar así: "Con el reino de Dios sucede como con un
hombre que cayó de salteaáores, (Funk, Crossan, Scott, McDonalcl, Etchells). Sigo
1'r ".,,tãr',oå
Saimo 50,17 esta línea de interPretación.

138 139
ligrosa por donde baja el camino que lleva desde la capital a Jericó. Todos gocios. El herido lo ve llegar con temor. También los oyentes se alarman'
saben 1o difícil que es no toparse con salteadores que se refugian en aque- E.u .oru bien sabida la enemistad entre samaritanos y judíos. Se puede es-
llos barrancos y quebradas. Sin embargo es también una ruta bastante pefar de él1o peor. ¿Lo llegará a rematar? Sin ernbargo, el samalitano ve al
frecuentada. Por allí pasan todas las semanas los sacerdotes y levitas que, herido, (siente comPasión, y se le acerca. A continuación hace Por é1 todo
1o que puede: desinfecta sus heridas con vino, las suaviza con aceite,
10
después de haber ejercido su servicio en el templo, se vuelven a Jericó,
importante ciudad sacerdotal. Por allí transitan también grupos de pere- venda,lo monta sobre su ploPia cabalgadura,lo lleva a la posada más cer-
cana, cuida de é1y corre con todos los gastos que hagan falta. Aquel
hom-
grinos y comerciantes que suben con sus mercancías a Jerusalén, ¿Qué va
a ocurrir esta vez en este peligroso camino? bre no parece un comerciante preocuPado de sus mercancías. Su actua-
Al oír hablar de un hombre asaltado y dejado medio muerto en la cuneta ción se asemeja más a una madle cuidando con ternura a su hijo herido'
del camino, en el corazónde los oyentes se despierta la simpatíaylapiedad. La sorpresa de los oyentes no puede ser mayor ¿cómo puede Jesús
Es una víctima inocente, abandonada en un camino solitario, que necesita ver el reino de Dios en la comPasión de un odiado samaritano? La patâ-
ayuda urgente. Podría ser uno de ellos. ¿Cómo no sentir compasión por él?s2 bola rompe todos sus esquemas y clasificaciones entre amigos y enemi-
Por el camino aparecen afortunadamente dos viajeros: primero un sa- gos, entr¿ miembros del puebio elegido y gentes extrañas e impuras.
nos puede llegar no del templo
cerdote y luego un levita. Ambos vienen del templo. Han realizado su ser- lSera verdad que la misericordia de Dios
vicio a lo largo de la semana y, cumplidas ya sus obligaciones en el tem- ni de los canales religiosos oficiales, sino de un enemigo Proverbial? Je-
las
plo, se vuelven a su casa de Jericó. El herido los ve llegar esperanzado: son sús los desconcierta. Él mira la vida desde la cuneta, con los ojos de
de su propio pueblo; representan al templo; sin duda se apiadarán de é1. víctimas necesitadas de ayuda. No hay duda. Para Jesús, la mejor metá-
No es así. Al llegar a su altura, los dos tienen la misma reacción: 1o ven y fora de Dios es la compasión hacia un herido'
,,dan un rodeor. No se acercan, pasan de largo. ¿Por qué? ¿Tienen miedo su parábola lo invierte todo. Los representautes del templo pasaÍr de
a los salteadores? ¿No quieren incurrir en estado de impureza tocando a largo ignorando ai herido. El odiado enemigo resulta ser el salvador' El
un desconocido ensangrentado y medio muerto? 53 Los oyentes no pue- reino de Dios se hace presente donde las personas actúan con misericordia.
den menos de sentirse escandalizados de su falta de compasión. ¿Cómo Hasta un enemigo tradicional, renegado por todos, puede ser instrumento
no ayudan a un hombre abandonado a una muerte casi segura? y encarnación del amor compasivo de Dios. El mensaje de Jesús constituye
una verdadera ,,revolución> y un desafío para todos: ¿hay que extender
la
En el horizonte aparece un tercer viajero. No es sacerdote ni levita; no
viene del templo; ni siquiera pertenece al pueblo elegido de Israel. Es un misericordia de Dios hasta los enemigos de Israel, olvidando prejuicios y
odiado samaritano 5a; probablemente un comerciante dedicado a sus ne- enemistades seculares? ¿cómo entendel y vivir en adelante una religión
como la del templo, que de hecho lleva al odio y al sectarismo? ¿Habrá que
5s
s2 Attnque el herido perrnallece anónimo a 1o largo
reordenarlo todo dando primacía absoluta a la misericordia? ¿Habrá
de todo el relato y no puede ser iden-
tificado ni siquiera por slls vestiduras, de las que ha sido
"despojado", hay que pensar que es mttertos, dejándolo im-
r,rn judío mientras el narrador no diga otra cosa. de Pascua, L1n gltlpo de samaritanos esparció por el templo huesos cle
sr No parece que el sacerdote
y el levita puedan invocar prescripción ritual alguna para puro para cttalqr'tier celebración.
justificar su actuación (Jeremias, Linnemann, Scott...).
' rd No anda descaminado Lucas cuando convierte la parábola sobre el reino de Dios en una
sr Los samaritanos eran una población que provenía de la unión de los coÌonizadores asi- historia ejernplar en la que jesírs se atreve a d.ecirle a un doctor de Israel que aprencla de-ttn
^hereje
rios y las mujeres israelitas qlle no fueron deportadas a Asiría después de la destrucción del despreciable samåritano a practicar la misericordia. La pregunta que nos hemos de ha-
reino c1el norte (721. a. C.). Al volver del destier¡o de Babilonia (537 a. C.),los judíos los exclu- .". r.,o .¿Quién es mi pr.ójino?,, n¿hasta dónde llega rni obligación de amar?". No es la pro-
yeron del "pneblo eiegido" y no les permitieron tomar parte en la reconstrucción del templo, "r, ni el propio grupo los qrle nos tienen que indicar a quién amar y a q'ién odiar, a
pia r.eligiói
quién ajrudar y u qttiãt-t iinoiar, La pregunta correcta es:
debido a su origen impuro y su observancia poco estricta de la religión judía. Era proverbial cle que yo me
ser hu-
el antagonismo entre el templo judío de Jerusalén y el centro de culto samaritano del Garizín. *"rq.r", *e hâga þrójim"o y ."rpo.ão ã su necesidad?'' Iquier
El odio entre ambos pueblos creció cnando entre el arlo 9 y el 6 a. C., en víspera de las fiestas mano caído en el camino ai q.," t-,ot ha de enseñar cómo sivo'

140 141
que llegar incluso a ser .,desleal, al propio grupo para identificarse con el la vida de todos la compasión, una compasión parecida a la de Dios; hay
sufrimiento de cualquier herido caído en la cuneta de cualquier camino? que mirar con ojos compasivos a los hijos perdidos, a los excluidos dei
tra-
¿Es eso el reino de Dios? baio y del pan, a los delincuentes incapaces de rehacer su vida, a las vícti-
mas caídas en las cunetas. Hay que implantar la misericordia en las fami-
lias y en las aldeas, en las grandes propiedades de los terratenientes, en el
Sed compasivos como vuestro Padre sistema religioso del templo, en las relaciones entre Israel y sus enemigos'
a la gente a ver en la mi-
Jesús .o.,tó diversas parábolas para ayudar
No era fácil aceptar el mensaje de Jesús, pero la gente empezaba a intuir sericordia el mejor camino para entrar en el reino de Dios. Talvez 1o pri-
las exigencias del reino de Dios. si Dios es como ese padre tan acogedor mero era entender y compartir la alegría de Dios cuando una Persona
y comprensivo con su hijo perdido, tiene que cambiar mucho la actitud perdida es salvada y recupela su dignidad. Jesús quería meter en el cora-
de las familias y de las aldeas hacia los jóvenes rebeldes que no solo se zóndetodos algo que él llevaba muy dentro: los perdidos le pertenecen a
echan aperder a sí mismos, sino que ponen en peligro la solidaridad y el Dios; él los busca apasionadamente y, cuando.los encuentfa, su alegría es
honor de todos los vecinos. Si Dios se parece a ese dueño de la viña que incontenible. Todos nos deberíamos alegrar con éi'
quiere pan para todos, incluso para los que han quedado sin trabajo, ha-
Jesús contó dos parábolas muy parecidas:
la primera sobre (un Pas-
brá que,acabar con la explotación de los grandes propietarios y las rivali-
tor> que busca a su oveja perdida hasta encontrarla; la segunda sobre
dades entre los jornaleros, para buscar una vida más solidaria y digna ,.una mujer> que rastrea toda la casa hasta dar con la moneda que se le ha
para todos. Si Dios, en el mismo templo, acoge y declara justo a un re-
perdidoít. Para muchos de sus oyentes no elan parábolas muy acertadas'
caudador deshonesto que se confía a su misericordia, habrá que revisar y a un
repiantear de manera nueva esa religión que bendice a los observantes
¿co*o puede Jesús comparar a Dios con un pastor, perteneciente
colectivå despreciado socialmente, o con una pobre mujer de aldea? ¿Es
y maldice a los pecadores, abriendo entre ellos un abismo casi infranquea-
que Dios siempre es una sorpresa? Jesús les dice así:
ble. Si la misericordia de Dios puede llegar hasta un herido caído en el ca-
mino no a través de los representantes religiosos de Israel, sino por la si pierde una de ellas, no
¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas,
actuación compasiva de un hereje samaritano,l:.abrâ que suprimir secta- deja las noventa y nu,eve en el desierto y va a buscar la que se perdió hasta
rismos y odios seculares para empezar amirarse recíprocamente con ojos que la encuentra? Y, cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hom-
compasivos v corazón atento al sufrimiento de los abandonados en las b,o,; y llegando a casa convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Ale-
s8.
cunetas. Sin estos cambios nunca reinará Dios en Israel. graos corunigo, porque he hallado la oveja que se me había perrlido"
Jesús les dice expresamente: "Sed compasivos como vuestro Padre es
compasivor s6. Para acoger el reino de Dios no es preciso marchar al de- s7 Estas dos parábolas se llama¡ tl'adicionalmente parábola ds ula-oveja perdicia" y de "la
que br'rscan
sierto de Qumrán a crear una <comunidad santa>>, no hay que encerrarse dracma perdidar,. En reaìidacl, los plotagonistas son el <pastor> y la "mujer"
la oveja o la moneda.
en la observancia escrupulosa de la ley al estilo de los grupos fariseos, no s8 La parábola se encuentra en Lucas 15,4-6,en Mateo 18,12-13y enelEanngelio [npócrifo] de
aunque cada uno la
hay que soñar en levantamientos violentos contra Roma, como algunos Tonús 107.Tanto Lucas como Mateo recoSen Llna parábola originai cie |esírs,
intereses. Mateo la tine para it-tsistir en qtte no se desprecie en la comunidad
adapta a sus propios
sectores impacientes, no hay que potenciar la religión del templo, como con la parábola el ir1-
crisiiar-ra a kts peqr.reños y vulnerables; Lucas, Por sLl parte, quiere subrayar
quieren los sacerdotes de Jerusalén. Lo que hay que hacer es introducir en terés de Oios poilos p"r.tidor. Es difícil saberl :uál de los dos transmite
el relato rnás cercano al
para captar el mensaje original de Jesúrs, prescindimos
original. Seg.rìmos el iexto de Lncas, pero,
artificialmente el èvangelista sobre el arrepentimiento de los pecadores:
.1e ia cor-tc1,-isión qtte saca
s6 Fuente
Q (Lr.rcas 6,36 / / Mateo 5,48). En Mateo leemos: .sed buenos del todo, como más alegría en el cielo Por Lrn solo pecador que se arrepienta qlre por no-
también vtlestro Padre de1 cielo es bueno del todo>. Los dos evangelistas tralìsmiten colì ma- e no ten"gan necesicladãe arrepentimiento" (15,7). El relato no
habla para
tices diferentes el pensamiento de Jesús. veja no s"e arrepiente cle nadal) (Funk, scott, schottroff, Bultmann, etc.).

742 143
que perder el tiempo con prostitutas y recaudadores, gente al fin y
Al parecer, los pastores no estaban bien vistos en aquellas aldeas. No al
eran de fiar, pues en cualquier momento llevaban sus rebaños a pastar a cabo indeseable Y Pecadora?
los campos de los labradores; se les veía como gente indeseable. Sin em- La paráboia hace pensar: ¿será cierto que Dios no rechaza a estos
bargo,la imagen del "pastor> era muy querida en la tradición del pueblo, ,,perdiàosr, tan desprãciados por todos, sino que los busca apasionada-
desde los tiempos en que las tribus de Israel eran todavía seminómadas. mente porque,lo mlsmo que Jesús, no da a nadie por perdido? ¿No
habrá
Moisés, Saúl, David y otros grandes líderes habían sido pastores. A todos q.r" up."rlJer a compartir la alegría de Dios y celebrarlo como lo hace Je-
les agradaba imaginar a Dios como un pastor que cuida de su pueblo, lo ùs comiendo con ellos? Pero la parâbola tal vez sugiere algo más' La
la re-
alimenta y 1o defiendese. ¿De qué les va a hablar ahora Jesús? oveja no hace nada por volver al redil. Es el pastor quien la busca y
Esta vez comienza su parábola con una pregunta: imaginaos que sois .rp"ru uo. ¿Es que Dios busca y recupera a los pecadofes solo porque los
un pastor, tenéis cien ovejas y se os pierde una, ¿no dejaríais las noventa qrì".", incluso antes de que den signos de arrepentimiento? Todos reco-
y nueve para ir a buscarla hasta dar con ella? Los oyentes dudarían bas- .o."rl que Dios acoge siempre a los pecadores arrePentidos. Por eso ni si-
tante antes de responderle. El planteamiento era bastante disparatado. quiera ios fariseos negaban su amistad a un pecador que daba muestras
su-
Jesús, sin embargo, comienza a hablarles de un pastor que actúa así. El se.ias de arrepentimiento. Pero lo de Jesús, ¿no es demasiado? ¿Está
hombre siente que la oveja, aunque esté perdida, le pertenece. Es suya. giriendo qrru ãt retorno del pecador no se debe a Su convelsión, sino a la
Por eso no duda en salir a buscarla abandonando al resto de las ovejas irrupción de la misericordia de Dios sobre él?
,,en el desierto> ¿No es una locura arriesgar así la suerte de todo el re- Jesús volvió a insistir en la misma
idea: para entrar en el reino de Dios
baño? ¿Es que la oveja perdida vale más que las noventa y nueve? El pas- es importante que todos sientan como suya la pleocuPación
de Dios por
los perdidos y su alegría al recuperarlos. Esta vez habló de una mujer'
tor no se entretiene en razonamientos de este tipo. Su corazón le lleva a Tal
proseguir su búsqueda hasta que encuentra a la oveja. Su alegría es in- vez veiaentre sus oyentes a no Pocas mujeres pendientes de su palabra'
descriptible. En un gesto de ternura y cuidado cariñoso, pone a la oveja Quiere que también ellas le entiendan'
cansada y talvez herida sobre sus hombros, alrededor de su cuello, y se
vuelve hacía la majada. Al llegar convoca a sus amigos y les invita a com- ¿Quémujerquetier.rediezdracmas,sipierdeuna/noenciendeuna
partir su dicha. Todos le entenderán: <He encontrado la oveja que se me lárnpara y barre la casa y busca cuidaclosamente hasta que la encuen-
tra? Y, cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas'
y dice:
había perdido".
La gente no se lo puede creer. ¿De verdad puede este pastor insensato <Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había per-
dido" 61 .
ser metáfora de Dios? Desde luego hay algo que todos tienen que admi-
tir: los hombres y mujeres son criaturas de Dios, le pertenecen. Y ya se
sabe lo que uno hace por no perder lo que es suyo. Pero, ¿puede Dios
da nada valioso' El pasior la busca porque le
sentir a los ,,perdidos> como algo tan suyo? Por otra parte, ¿no es algo
lnpócrifol dc Tonús, el pastor bttsca a la oveja
demasiado arriesgado abandonar el rebaño para buscar a las ,,ovejas per- a parábola dice así; "El reino se parece
didas"? ¿No es más importante asegurar la restauración de todo Israel ció. Era la más hermosa. Entonces dejó
carla hasta que la encontró. Pasaclo su
s noventa y nueve"' (107)' Estas ideas son aje-
se Era mtty conocido tur texto
de Ezequiel (592-570 a. C.) que, plotestando contra los tla-
1os pastores de Islael, pone en boca de Yahvé cosas como estas: oYo rnisrno cuiclaré de mi re- 6t La parábola solo se encuentla en Lucas 15,8-9. Ha sido este evangelista quien la lu :9L
conclttsión
baño y velaré por é1. Corno ttn pastor vela por sr-r rebaño cnando se encuentra en medio de sus dado con la parábola del pastor (Lucas 15,4-7). Le ha arladido además su propia
para captar el mensaje original de jesírs hemos de
ovejas dispersas, así velaré yo por mis ovejas... Buscaré la oveja perclida, tornaré a la desca- sobre la .conversión de lås pecadoresr.
rriada, ctrraré a la herida, confortaré a la enferma, Qa,Í-12.16a). prescindir de esta aplicación de Lricas (Fr"rnk, Scott, Schotroff"')'

1.44 745
Segulamente, el relato de Jesús capta enseguida el interés de todos ¿Conquiéncompararéaestageneración?Separecealoschiquillos
,ros hemos to-
que, sentaàos en las plazas,se gritan unos a otros dicier-rdo:
por su realismo. Una mujer pobre que tenía diez dracmas pierde una. No y
cado la flauta y no habéis bailado; os hemos entonado cantos fúnebres
era gran cosa. Todos conocían aquella monedita de plata que solo valía
no os l-rabéis lamentadoo "a.
un denario, es decir, ei salario de un jornalero por un día de trabajo. Sin
embargo, para ella es de gran valor. Solo posee diez dracmas. Tal vez niños; los ha observado más de
Jesús conocía bien los juegos de los
constituyen su tocado de mujer de aldea, un adorno extremadamente po- los pe-
una vez en las plazasde los pueblos, pues le encanta estar cerca de
bre comparado con el de las mujeres de los grandes terratenientes 62. La
queños. Las niñas solían jugar <a entierros): un grupo cantaba cantos
mujer no se resigna a perder su pequeña moneda. <Enciende una can- Los
apropiados y otro lloraba y se lamentaba ai modo de las plañideras.
delar, porque su modesta casa no tiene ventanas y tampoco es mucha la
,-rìnoå jugabán ,,a bodaso: unos tocaban algún instrumento y
otros baila-
luz que entra a través de la única puerta, casi siempre baja. <Barre la 6s
ban. Ei juego es imposible si uno de los gïupos se niega a tomar parte '
casa) con una hoja de palma para poder oír el sonido de la moneda al ro-
Algo dá esio está sucediendo. Jesús quiere ponef a todos "danzando de
dar en la oscuridad por el suelo de piedra. Cuando por fin la encuentra,
ale"gría, por la misericordia de Dios hacia los pecadores y extraviados,
no puede contener su aiegría, llama a sus vecinas y les invita a compartir
pero hay gente que no quiere tomar parte en el iuego'
su dicha: <Alegraos conmigor. a mirar de otra manefa a esas gentes
Jesús insistirá: hay que aprender
¡Así es Dios! Como esta pobre mujer que busca su moneda y se llena extraviadas que casi todos desprecian. una pequeña paráboia Pronun-
de una inmensa alegría al encontrarla. Lo que a otros les puede parecer
ciada por Jesús en casa de un fariseo exPresa bien su manera de pensar66'
de valor insignificante, para ella es un tesoro. Una vez más, los oyentes de carácter festivo. Los comensales
Jesús ira sido invitado a un banquete
quedan sorprendidos. Más de una mujer llora conmovida. ¿Será así
io-ur1 parte en la comida, recostados cómodame'te sobre una mesa
Dios? ¿Será verdad que los publicanos y las prostitutas, los desviados y en el interior
baja67. Son bastantes, todos varones, y, al parecer, no caben
los pecadores, que tan poco valor tienen para ciertos líderes religiosos, que
de la vivienda. El banquete tiene lugar delante de la casa, de manera
son tan queridos por Dios?
los curiosos pueden acercarse, como era habitual, a observar a los co-
Jesús no sabía ya cómo invitar a las gentes a alegrarse y gozar de la mensales y escuchar su conversación'
misericordia de Dios. Algunos,lejos de alegrarse por su acogida a prosti- 68. Simón la
De prónto se hace presente una prostituta de la localidad
tutas y pecadores, lo descalificaban por sus comidas con gente indesea-
ïeconoce inmediatamente y se siente molesto: esa mujer puede contami-
ble. Ei Bautista ha predicado el mensaje amenazador del juicio de Dios,
invitando al pueblo a la penitencia con su vida austera de ayuno, y algu-
6r Fuente Q (Lucas 7,31-32 / / Mateo II,76-77)'
nos han dicho: <<Tiene un demonior. Ahora está Jesús invitando a todos a r,5 Frente a otras lectr-rras posibles, pienso que la interpretación de Jeremias sigue siencl0
alegrarse por la misericordia de Dios con los pecadores, como é1, que la más plausible.
66 No es fácil saber si el episoclio descrito por Lucas 7,36-50 en casa de Simón el fariseo es
come y bebe con ellos, y la gente dice:
"Ahí tenéis63.un comilón y un borra- el mismo que Marcos 14,3-9 sitúra en casa de Simón el leproso. Probablemente
Lucas ha traba-
cho, amigo de recaudadores y gente pecadora, Jesús les reta entonces jaclo mr,rcho el incidente introduciendo el contraste entre el fariseo y la pecadora, y la parér.
con un ejemplo n:uy grâfico: sois como niños y niñas que no entran en el los dos cleuclores. Aunque la escena no se haya proclucido como la describe Lucas, el
bola de
de manera au-
juego cuando son invitados por sus companeros. episodio refleja una sitr,ración tíþica en la qtte se presenta a fesírs comunicando
tËr-rtica su mensaje. Así era recordado Jesús (Dunn)'
67 Solo en lai grandes ocasiones se acostumbraba a comer de esta manera, al estilo griego

o romano.
"2 Si, como sugielen algunos (Jeremias, Brouwer, Bishop...), el adorno pertenece a la clote .'8 Atrnque el término *pecadora, (nnnrtolós) puede tene,r otros siSnificados' el relato su-
de la boda, sería su propiedad más preciosa. Algunas mujeres no se lo quitaban ni dnrante e1
etc'). No se debe identificar
descanso de la noche. giere que seirata de una prortitr,,to (Michaelis, |eremias, Wenham,
6r Fnente
Q (Lr-rcas 7,33-34
/ /
Mateo 11,18-19). ã esta in,.rjer con María Magdalena ni con María de Betania'

747
146
nar la pLtreza de los comensales y estropear el banquete. La plostituta se saje de Jesús los deja indiferentes' Esta prostituta,.p:t."1 contrario' con-
se abren a
dirige directamente a Jesús, se echa a sus pies y rompe a llorar. No dice mãvida por el perd'ón de Dios y las nuevas posibilidades que
El fariseo si-
nada. Está conmovida. No sabe cómo expresar su alegría y agradeci- su vida, r-,o sabe cómo expresar su alegría y agradecimiento.
que solo
miento. Sus lágrimas riegan los pies de Jesús. Prescindiendo de todos los món ve en ella los gestos ambiguos d" .r.ru mujer de su oficio,
sus perfumes' Jesús,
presentes, se suelta su cabellera y se los seca. Es un deshonor parâ una sabe soltafse el cabe"llo, besar, acariciar y seducir con
por el contrario, ve en ei comportamiento de aquella mujer
impura y Pe-
mujer soltarse el cabello delante de varones, pero ella no repara en nada:
.,Mucho se ie debe
está acostumbrada a ser despreciada. Besa una y otra vez los pies de Je- iudoru el signo palpable del perdón inmenso de Dios:
que está
sús y, abriendo el pequeño frasco que lleva colgando de su cuello, se los de haber pãrdonado, porque es mucho el amor y la gratitud
72.
unge con un perfume precioso 6e. mostrandor,
Al intuir el recelo de Simón ante los gestos de la prostituta y su ma- DiosllegaofreciendoatodosSupeldónySumisericordia.Sureinado
está llamado a inaugufar una dinãmica de perdón y
compasión recí-
lestal por sll acogida serena, Jesús le interpela con una pequeña parábola:
la conciencia
proca. Jesús ya no sale vivir de otra manera. Para sacudir
que, a Pesar de
Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y äe todos pronuncia una nueva parábola sobre un siervo
el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. se, perdonado por su rey, no aprende a vivir perdonando:
70
¿Quién de ellos le amará más?
ElreinodeDiosessemejalrteaunreyquequisoajustarcuerrtascort
El ejempio de Jesús es sencillo y claro. No sabemos por qué un acree- sussiervos.Alernpezaraajustarlas,lefuepresentadounoqueledebía
dor perdona la deuda a sus dos deudores. Sin duda es un hombre gene- diezmiltalentos.Comotroteníaconquépagar|ordenóelseñorquefuese
vendido é1, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía' y que se
le pagase'
roso que comprende los apuros de quienes no pueden pagar lo que de- paciencia
Entonces el siervo se åchó a sus pies y, postrado, le decía: "Ten
ben, La deuda de uno es grande: quinientos denarios, el sueldo de casi señor de aquel
conmigo, que todo te lo pagaré"' Movido a compasión el
dos años de trabajo en el campo, una cantidad casi imposible de pagar siervo,le dejó en libertad y le perdonó la deuda'
para un campesino. La del segundo solo asciende a cincuenta denarios, Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros,
una suma más fácil de conseguir, el sueldo de siete semanas. ¿Cuálde los queledebíaciendenarios;leagarróy,ahogándole'ledecía:"Pagaloque
paciencia
dos le estará más agradecido? 71 La respuesta de Simón es lógica: "Su- debesr. Su cornpañero, cayendo a sus pies' le suplicaba: "Ten
conmigo, qt" yå te pagaré>' Pero él no quiso' sino que fue
y le echó en la
pongo que aquel a quien perdonó más>. Los oyentes piensan iguai.
lo ocurrido'
Así está sucediendo con la llegada de Dios. Su perdón despierta la cárcel, hasta qíe pugot" lo que debía' Al ver sus compañeros
alegría y el agradecimiento en los pecadores, pues se sienten aceptados seentristecl".'.''o".noyf,,eronacontarasuseñortodolosucedido'Su
yo te perdoné
por Dios no por sus méritos, sino por la gran bondad del Padre del cielo. señor, entonces, le mandó llarnar y le dijo: <Siervo malvado,
debías tú también
a ti toda aquella d.euda Porque me lo suplicaste' ¿No
Los ,,perfectos> reaccionan de manera diferente: no se sienten pecadores yo me compadecí
compadecerte de tu compañero del mismo modo que
ni tampoco perdonados. No necesitan de la misericordia de Dios. El men-
deti?>.Yencolerizadosuseñor,leentregóalosverdugoshastaquepa-
73
gase todo lo que le debía '
6e Al parecer, las prostitutas colgaban estos frascos entte sus pechos pararealzar su atrac-
tivo.
se venía tradu-
70
Esta parábola está en Lucas7,47-42, Autores recientes consideran qr.re ha siclo com- 72 Lucas 7,47. Eslaes la traducción Correcta, aunque tradicionalmente
cienclo: <Mucho se la ha perclonado Porqtle mucho ha amado"'
puesta por Lucas (Funk, Scott). En cualqlrier caso es un ejernplo cuyo contenido es coherente
con el mensaje de fesírs sobre Dios "perdonador de cleudas".
T3Estaparáboladelusiervosinentrañas>SeencllentIaso]oen
desac
71 En arameo no existe un término para decir *dar gracias". Se utilizan otros verbos, clud a de su àutenticidad. Sin embargo, Mateo la ha colocaclo
como <amar,' o "benclecir". cle un diálogo de Jesírs con Pedro sobre la necesidad de "perdona

748 749
Al oír el relato, los oyentes captan enseguida que la acción se desarrolla <Eso no se
fácil imaginar la leacción de quienes están escuchando a Jesús:
lejos de su pequeño mundo de cada día. Aquel rey tan poderoso, las su- hace. Es injusto actuar así sabiendo que él vive gracias al perdón del
rey".
mas fabulosas de sus finanzas, su crueldad y arbitrariedad para disponer Eso mismo fue lo que sintieron el resto de sus comPañeros. Conster-
de sus siervos, venderlos como esclavos o entregarlos a la tortura de los nados por 1o ocurrido, apelaron al rey Para que hiciera algo' La reacción
verdugos, les hacía pensar en los grandes Imperios de los paganos. Pero de esté es terrible: ,.Siervo malvado... ¿no debías tú también compade-
también entre ellos se había conocido algo de esto con Herodes el Grande certe de tu compañero, del mismo modo que yo me comPadecí de ti?".
y sus hijos. ¿De qué les quiere hablar Jesús? Encolerizado, retiró su perdón, le exigió de nuevo la deuda y 1o puso en
Al controlar sus finanzas, un rey descubre que uno de sus funciona- manos de los verdugos hasta que Pagara todo lo que debía. Su destino no
76
rios le debe diez mil talentos, el equivalente a cien millones de denarios. sería ya ser vendido como esclavo, sino ser torturado sin fin '
Una cantidad inimaginable, y más para aquellas pobres gentes que LaparáboLa, que había comenzado de manera tan Prometedora con el
nunca tenían en casa más de diez o veinte denarios 7a. Nadie puede reu- perdón generoso del rey, acaba de un modo tan brutal que no puede 8e-
nir jamás tal suma de dinero. La decisión del rey es cruel: ordena que el sino turbación. Todo termina mal. El gesto bondadoso del rey no ha
funcionario y toda su familia sean vendidos como eslavos. No recuperará ^".u,
logrado borrar siglos de opresión: sus subordinados siguen actuando con
el dinero, pero servirá de escarmiento para todos 7s. El funcionario se la crueldad de siempre. El mismo rey sigue Prisionero de su sistema.
Por
echa a sus pies desesperado: <Ten paciencia conmigo, que todo te lo pa- un momento parecía que podía comenzar una nueva era de pefdón, un
garé,,. É1 mismo sabe que es imposible. De forma inesperada, al ver al nuevo orden de cosas inspirado en la compasión. Al final,la misericordia
funcionario humillado a sus pies, el rey <se conmueve, y le perdona toda queda una vez más anulada. Ni el rey, ni el siervo, ni sus compañeros es-
la deuda. En lugar de ser vendido como esclavo, sale del palacio restable- cuchan la llamada del Perdón.
cido en sus funciones. Los compañeros han pedido ai rey justicia frente al siervo que no ha sa-
Al encontrarse con un compañero de rango inferior que le debe cien bido perdonar. Pero, si el rey retira su misericordia, ¿no estarán de nuevo
denarios, le agalra por el cuello exigiéndole el pago inmediato de la todos en peligro? Al final también estos compañeros han actuado como ei
Pefo/
deuda. Desde el suelo, aquel compañero le grita las mismas palabras que sierwo sin entrañas: no le han perdonado, han pedido al rey su castigo'
él ha dirigido al rey: <Tên paciencia conmigo, que te 1o pagaré". No es si se deja de lado la misericotdiay se pide de nuevo justicia estricta, ¿no se
tan difícil tratándose de esa modesta cantidad. Los oyentes de la pará- entra en un mundo tenebroso? ¿No tendrá razónJesús? ¿No será el
Dios de
bola esperan que tendrá piedad: acaba de ser perdonado de una deuda la misericordia la mejor noticia que podemos escuchar todos? Ser miseri-
de cien millones de denarios, ¿cómo no va a perdonar cien a su compa- cordiosos como el Padre del cielo, ¿no será esto lo único que nos puede
li-
ñero? Sin embargo no es así y, sin piedad alguna, 1o mete en la cárcel. Es berar de la impiedad y la clueldad? La parâbola se ha convertido en una
(tfampa> putu lot oyentes. Probablemente todos estaban de acuerdo en que
el siervo ierdonado por el rey .,debía' perdonar a su comPañero; era
lo
(18,21-22);la parábola r-ro habla de eso, pues el ley perdona solo una vez y luego retira sn per-
dón. Por otra parte, la conclusión final (v. 35) no pertenece a la parábola original de fesús. Es (normal)),1o menos que se le podía exigir' Pero, si todos los hombres y mu-
una aplicacióu desafortunada de Mateo qrle aparta nlrestra atención de la generosidad inicial jeres viven del perdói y la misericordia de l)ios, ¿no habrá que introducir
del rey y uos centra en sll <venganza" final, convirtiendo la parábola de Jesírs en llna terrible
1'rr"r r,.r"to orden de cosas donde la compasión
no sea ya una excePción o un
alegoría de Dios qtte produce espanto: el Padre clel cielo, <encolerizado>, utilizando *verdu-
gos) Para castigar sin piedad alguna (!). Para captal el vercladero mensaje cle la parábola hemos gesto admirable sino una exigencia normal? ¿No será esta la forma práctica
cle prescindir del trabajo redaccional de Mateo (feremias, Linnemann, Via, Scott, McBride...).
7a Flavio
á. u.og". y extender su reinado en medio de sus hijos e hijas?
Josefo nos informa c1e qne Herocles el Grande recaudaba al año r.rnos 900 talen-
tos. El año 4 a. C.,lo recaudaclo en Perea y Galilea ascendió a 200 talentos.
7s No era una práctica recurrieron
Aturque la ley judía condenaba la toltura, Helocles el Grancle y sus hijos
inttsnal fr,rera de Israel, pero la ley judía prohibía la venta cle la es- 7r, a
posa y de los hijos para pagar las deudas del esposo. ella sin escrútpulos.

150 151
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