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Autor: Jairo Acosta Solano*

La labor docente es uno de los trabajos que más dinamismo presenta en la


actualidad, no es nada nuevo, el cambio es una constante desde los inicios de la
profesión del educador, el trasegar del docente se ha visto influenciado por las
diferentes tendencias de cada época y ha tenido muchos acercamientos desde
enfoques filosóficos, sociológicos y sicológicos que han dado origen a diferentes
paradigmas pedagógicos que han tenido aplicación en sus momentos y algunos
de los cuales todavía sirven de soporte y complemento para nuevos enfoques
como el constructivismo de Vigotsky y el conectivismo de Siemmens, entre otros.
Así como la intencionalidad docente ha cambiado, el maestro hoy en día debe
tener la capacidad de asumir diferentes perfiles o roles de acuerdo al tipo de
información que va a compartir y al público objetivo al que dirige su accionar.

El docente debe establecer una relación conversacional con sus estudiantes, el


discurso pedagógico utiliza el lenguaje ± hablado, escrito o expresivo ± para
compartir y construir saberes, este proceso debe darse en varias vías, debe fluir
entre todos los actores que se encuentran en un aula de clases; la conversación y
el lenguaje ³es el medio en el cual se crean relaciones de encuentro [«] el hombre
no tiene el don del lenguaje; es elocuente [«]el hombre es un ser que puede ser
apelado y responder, apelar y ser respondido; que esta llamado a moverse entre
ámbitos, no solo entre objetos, y fundar modos elevados de unidad. Por eso
lenguaje auténtico es sólo el que es dicho con amor, con voluntad de crear
relaciones de convivencia´ (López, 1996). Hoy en día esta conversación y relación
pedagógica ha dejado de ser puramente física para tener una alto grado de
virtualidad gracias a las Tecnologías de la información y Comunicaciones - TIC¶s -,
lo que implica nuevas competencias en el uso pedagógico de las tecnologías.

*
Docente Tiempo Completo con Funciones de Investigación en la Corporación Universitaria Rafael Núñez
Ingeniero Industrial de la Universidad Tecnológica de Bolívar
Especialista en Finanzas de la Universidad de Cartagena
Msc(c) Educación y Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la Universitat Oberta de Catalunya
Así mismo como la conversación debe ser fluida, la relación entre docente y
discente es dinámica y relacional, las empatías situacionales fortalecen la riqueza
de las relaciones y permiten el establecimiento de diversos tipos de interacciones
que pueden diluir o fortalecer los vínculos forjados durante el accionar
docente/discente, en últimas instancias el docente debe estar por encima de este
tipo de vinculo emocional - sin negar su existencia - y concentrarse en que estos
establezcan lazos duraderos con el conocimiento y con la construcción
comunitaria del mismo, esto se logra a través de una internalización de los
procesos, la identificación, comprensión, conceptualización, formulación y solución
de problemas con la tutoría permanente del docente.

Haciendo alusión a Edgar Morin, el accionar del educador debe ser hipertextual,
multilineal y heterodoxo, es una labor compleja pero la sociedad del conocimiento
exige que se relacionen los conceptos con nuevos saberes, el saber compartido
debe tener diferentes formas de abordaje y nunca se debe estar conforme con una
sola posición epistemológica debido a que el conocimiento debe contextuarse al
medio circundante y a los requerimientos de sus usuarios. Lo anterior implica una
ruptura con las técnicas tradicionales de trasmisión y socialización del saber
especializado que manejan los profesores, exige una disposición permanente al
cambio, una innovación continua, el camino al conocimiento se recorre
conjuntamente y no tiene ningún guión establecido.

Los docentes deben ser mediadores y no tanto cuantificadores del conocimiento,


este se presenta en diferentes formas y orígenes ± libros, tradición, internet,
experiencia, etc. - por lo que la labor del docente consiste en brindar las
herramientas necesarias para que el aprendiz pueda acceder a el y abordarlo de
la manera más apropiada posible, también hay que guiarlos en el tratamiento que
se le debe dar a las fuentes de donde se origina el saber científico. La
construcción y asimilación colectiva del conocimiento debe ser guiada por el
docente, estableciendo roles intercambiables, utilizando diferentes herramientas
cognitivas para alcanzar un aprendizaje significativo, el uso de herramientas como
los mentefactos, los mapas conceptuales, los cuadros sinópticos, las auras
conceptuals, etc., permite establecer relaciones entre los diferentes conceptos
para que a partir de ellas se puedan construir e identificar nuevos conocimientos,
relaciones, construcciones y aplicaciones prácticas.

En cuanto al proceso de aprendizaje, este debe ser rico en enfoques y modelos


con el fin de obtener un dinamismo que favorezca la comprensión de los
contenidos desarrollados en las sesiones de clases. El aprendizaje basado en
problemas (ABP) es un enfoque constructivista que junto con la pedagogía crítica
de Freire permite el tratamiento de temáticas complejas y auténticas lo que
permite desarrollar conocimientos, habilidades y aptitudes que al final redundaran
en una concepción realista y situada de la información que se intercambia en el
proceso a través del diálogo pedagógico.

Se debe individualizar al estudiante, no se le debe estereotipar, cada uno es un


mundo diferente y construye su realidad de acuerdo a nuevas y antiguas
experiencias, es labor del docente hacer estas nuevas experiencias lo más
placenteras posible para facilitar el proceso de aprendizaje. Al darle una mirada
más individualista se pueden identificar problemas de aprendizaje que frenan en
diferentes grados el proceso de aprehensión del saber y de las habilidades que se
pretenden moldear en ellos, el trabajo del profesor no termina solo con evidenciar
estos problemas también debe saber manejar algunos de ellos y por lo menos
conocer a quien derivar los casos que se escapen de su resorte. Este enfoque
individualizado ha dado origen también al aprendizaje centrado en el estudiante,
en donde el docente deja de ser el núcleo del proceso pasando a un segundo
lugar, el estudiante ya no se considera como un recipiente vacío que hay que
llenar, se tiene en cuenta sus presaberes y su estructura mental, el ambiente en
que se desarrollo y desenvuelve, aunque este enfoque ha tenido resistencia de
algunos docentes tradicionales es una evolución lógica y justa de la profesión.

El docente durante su accionar debe fomentar el espíritu investigativo y la


creatividad en sus estudiantes, la investigación formativa despierta la curiosidad,
el deseo de búsqueda permanente, la lectura y la conversación sobre novedades
científicas, el trabajo intelectual en grupo, entre otras cosas. Lo más importante de
fomentar la investigación y la creatividad es que estos dos componentes dan
origen a innovaciones que pueden retroalimentar a los beneficiarios del trabajo
investigativo y el mismo proceso de formación investigativa. La investigación no
debe ser ajena a los procesos sociales del medio, es por esto que el modelo
pedagógico debe tener en cuenta la proyección social, la misma investigación y la
academia, esto debe traducirse en un abordaje interdisciplinario de las
problemáticas de la región de influencia de la institución educativa.

En definitiva el papel del docente se encuentra en un cambio continuo,


constantemente requiere nuevas competencias para desempeñar su labor,
también los perfiles de los estudiantes son cambiantes al igual que sus
necesidades de formación, esto hace que la labor pedagógica sea una labor
compleja que requiere a su vez un pensamiento complejo, una destrucción
continua de paradigmas y la creación de nuevos con el fin de responder a las
problemáticas de un mundo globalizado. No podemos cazarnos con un solo
enfoque pedagógico debemos estar en capacidad de destruirlos y construir
nuevos enfoques y reglas para responder a las diversas situaciones a la que
hacemos frente, esto no implica que no podemos realizar guiones, solo que estos
deben ser escritos por nosotros y deben estar sujetos a cambios constantes
dependiendo de las circunstancias atenuantes de nuestra labor. Para volver un
poco más complejo este escenario, el propio conocimiento que transmitimos es
dinámico, citando a Gastón de Bachelard los conocimientos revaluados o mal
adquiridos se vuelven obstáculos epistemológicos que deben ser sorteados por los
docentes partiendo de ellos para transformarlos en conocimientos útiles. Debemos
asumir estos retos como parte integral de nuestro trabajo, de todas maneras
somos nosotros mismos los generamos muchos de los cambios que los generan.

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