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La Poliarquia
La Poliarquia
DAHL
La Poliarquía. Participación y oposición.
IGUALDADES Y DESIGUALDADES
-En los países de régimen hegemónico, las desigualdades extremas en la
distribución de los valores fundamentales limitan las oportunidades de que se
desarrollen regímenes estables de debate público.
-En las sociedades que ya cuentan con regímenes de debate público, las
desigualdades extremas aumentan las oportunidades de que los metodos
políticos competitivos se vean desplazados por hegemonías.
-Las poliarquías son especialmente vulnerables a los efectos de las
desigualdades extremas
-Las desigualdades extremas en la distribución de los valores fundamentales no
favorecen los métodos políticos competitivos ni las poliarquías porque tal
situación equivale a la desigualdad extrema en la distribución de los resortes
públicos básicos y tienen muchas posibilidades de producir resentimientos y
frustraciones que debiliten al régimen
-No obstante, los sistemas con métodos políticos competitivos consiguen
sobrevivir a la existencia de grandes desigualdades porque:
-Un alto grado de desigualdad no es causa de que los descontentos eleven
demandas políticas a favor de mayor igualdad o de un cambio de régimen
-Cuando surgen las presiones a favor de una mayor igualdad, el régimen puede
ganarse la adhesión de los grupos descontentos satisfaciendo una parte de sus
demandas, aunque no todas, o mediante respuestas que si bien no reducen
objetivamente las desigualdades si amortiguan los sentimientos de inferioridad.
EL ORDEN SOCIOECONÓMICO
-El régimen político competitivo, y por consiguiente la poliarquía, tiene pocas
posibilidades de mantenerse sin un orden social pluralista. El orden social
centralizado es más favorable a un régimen hegemónico que a un régimen
competitivo, es decir, a una poliarquía
-En los países donde los militares o la policía tiene por costumbre intervenir en
la política no pueden mantenerse un régimen competitivo aun cuando el orden
social sea pluralista y no centralizado
-Las sociedades agrarias parecen polarizarse en torno a dos tipos extremos: las
sociedad campesina tradicional, asociada al régimen competitivo y a la
evolución hacía la poliarquía representativa. Los factores que determinan la
dirección que tome la sociedad agraria parecen ser las normas sobre igualdad,
la forma de distribución de la renta y las técnicas militares
-La propiedad privada no es condición ni necesaria ni suficiente para un orden
social pluralista ni, por consiguiente, para el debate público y la poliarquía
-El orden social pluralista, y por ende el debate público y la poliarquía, pueden
darse en un país de economía descentralizada, cualquiera que sea la forma que
adopte la propiedad
-Pero el debate público, y por ende la poliarquía, no tiene viabilidad en un país
que mantenga su economía muy centralizada, cualquiera que se la forma de
propiedad
PLURALISMO CULTURAL
Cualquier sistema peligra cuando se polariza en torno a diversos grupos
declaradamente antagónicos. Los regímenes competitivos que tienen una
polarización muy fuerte tienen muchas posibilidades de que se de un golpe de
estado o una guerra civil.
Condiciones para que un país con pluralismo subcultural significativo reduzca
sus conflictos a nivel suficiente bajo que le permita mantener la poliarquía
(Dahl cita a Daalder y Lipjhart)
-Si no se le niega a ninguna subcultura étnica indefinidamente la oportunidad de
participar en el gobierno, es decir, en la coalición mayoritaria cuyos líderes
constituyen el gobierno o la administración.
-Conjunto de compromisos o acuerdos, no siempre codificados en forma de
disposiciones constitucionales, que proporcionen un alto grado de seguridad a
las diversas culturas
-Las oportunidades de una poliarquía son mayores si el pueblo cree que tal
régimen satisface con mayor efectividad las demandas para hacer frente a los
principales problemas del país tal como los ve la población o el estamento
político.
Más o menos un tercio de las poliarquías actuales resuelven el problema de la
fragmentación de los partidos con sistemas bipartidistas e una u otra clase. De
los dos tercios restantes buena parte de ellas han sabido evitar la fragmentación
extrema mediante:
-un sistema multipartidista en el que los partidos son dominantes y
poderosos y hay uno o más partidos pequeños
-un sistema de partidos con un partido dominante en el gobierno, que
obtenga cerca del 50% de los votos populares y de los escaños del
parlamento, y con una posición fragmentada en tres o más partidos
-una coalición especial de los dos partidos principales
-un sistema con un alto grado de consenso y de orientación unánime
Pero los países que intentan métodos políticos competitivos no siempre
consiguen impedir la fragmentación extrema del sistema de partidos. En todo
país donde la pluralidad política se acompañe de un sistema de partidos muy
fragmentados, las oportunidades de desvariarse hacía un régimen hegemónico
son bastante altas.
EL CONTROL EXTRANJERO
El destino de una nación no esta nunca totalmente en manos de su propio
pueblo; a veces el dominio que sobre este ejercen las fuerzas extranjeras es tan
decisivo que se sobrepone a las condiciones analizadas por el gobierno.
Como la influencia del clima internacional en el desarrollo de una hegemonía o
en una poliarquía es muy compleja, Dahl solo va ha hablar de la dominación.
Los países extranjeros pueden incidir en cualquiera de las condiciones ya
analizadas.
La actuación extranjera puede alterar definitivamente las opciones que se
brindan a un régimen cualquiera sin variar por ello la forma de dicho régimen.
El mero hecho de pertenecer a un ambiente internacional modifica y reduce las
opciones de cualquier país. Disminuye la capacidad de autogobierno de los
Estados, aún así podría darse la poliarquía en un país cuyas opciones estuvieran
limitadas estrechamente por la acción extranjera, nada impide que el sistema
político sea igualitario, defienda las libertades personales,…