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La comunicación asertiva en la familia

La comunicación es la base para tener una buena relación con nuestros


hijos. Pero, ¿cómo lograr que nuestros hijos nos escuchen? Parece algo
difícil, ¿verdad? Sin embargo, es más fácil de lo que podemos llegar a creer,
estableciendo una comunicación asertiva en la familia es posible.
La comunicación asertiva en la familia significa expresar nuestra opinión de
forma consciente, congruente, clara, directa y equilibrada; su finalidad es la
de comunicar nuestras ideas y sentimientos sin la intención de herir o
perjudicar, actuando desde un estado interior en el que habite la confianza.
Es esencial tener una comunicación asertiva en la familia para fortalecer las
relaciones entre sus miembros. La buena comunicación se ve reflejada en
vínculos sanos, respeto mutuo, afecto, cariño y compañerismo, ya sea en la
relación de los padres, estos con los hijos o entre hermanos.
La comunicación asertiva en la familia es la comunicación más saludable
¿Alguna vez te has quedado pensando que deberías haber dicho algo y no
lo dijiste? Quizás en ese caso fuiste pasivo. ¿Alguna vez has dicho algo y te
has quedado mal porque piensas que parecías un déspota? ¿Sentiste que
los demás no pudieron decir lo que pensaban por tu actitud? En ese caso
quizás fuiste agresivo.
Hay tres formas principales de comunicación:
La forma pasiva, donde generalmente uno de los miembros no expone sus
preocupaciones, habla en un tono de voz bajo, acepta sin entender lo que
se pide. Esta forma pasiva lleva a una relación de desigualdad y desventaja
ante el otro miembro de la familia. Genera sentimientos de baja autoestima
y no promueve vínculos afectivos sanos.
La forma o estilo de comunicación de tipo agresivo, que se compone por
mensajes confusos, los cuales pueden incluir gritos y regaños, incluso
insultos. De igual forma, este tipo de comunicación distancia
emocionalmente a los miembros de la familia, ya que genera rechazo,
miedo y resentimiento. Además, es una forma de violencia emocional, por
lo que no se debe utilizar.
Por último, se encuentra la forma asertiva, siendo la forma más
recomendable, ya que implica respeto, diálogo y negociación. Permite
fortalecer las relaciones familiares en un contexto de respeto y confianza y
fomenta una autoestima sana en los niños.
«La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es lo que nuestras
palabras y comportamiento afecta a los derechos y el bienestar de los
demás».
Beneficios de la comunicación asertiva en la familia
Desarrollar una comunicación asertiva en la familia repercutirá de manera
positiva en nuestra salud emocional y mental, además de permitirnos ver la
realidad con más claridad y establecer relaciones sólidas con los miembros
de la familia. Además, favorece:
 Reducción del estrés.
 Mejora de tus habilidades sociales y personales.
 Mejor control de los impulsos o la ira
 Mejora tu autoestima.
 Entiendes mejor tus emociones.
 Te respetas y te ganas el respeto de los demás.
 Mejoras tus habilidades para tomar de decisiones.
 Ganas en satisfacción personal.
Algunas de las claves para ayudar a una comunicación asertiva en la
familia son:
1. Evita comparaciones
En ocasiones, los padres solemos comparar demasiado a nuestros hijos con
otros niños para señalar sus errores. Sin embargo, esto más que hacerles
bien, puede llegar a generar inseguridad y un sentimiento de inferioridad
en los pequeños. Además, existe el peligro de que cojan como costumbre
de compararse con los demás en aquellos aspectos en los que son
inferiores. Si no creas autoconfianza en tus hijos, difícilmente lograrán tener
una comunicación asertiva en otros ámbitos en los que se desempeñen.
Cada niño, igual que cada persona, es único. Por otro lado, la mayoría de las
comparaciones son injustas o no están bien calibradas: cada uno nos
enfrentamos a circunstancias muy particulares, y los niños también.
2. Sé empático
Una comunicación asertiva parte del respeto hacia la otra persona. Antes
de dirigirnos a nuestros hijos, dediquemos un tiempo a pensar qué vamos
a decirles y cómo vamos a hacerlo, especialmente cuando el mensaje que
queremos trasmitir es importante y queremos que cale en ellos. También
debemos inculcar en ellos la empatía hacia los demás. Si toda la familia
intenta comprender lo que piensa y siente el otro, será más fácil entablar
un diálogo y que las discusiones no deterioren la confianza.
3. Pide opinión
Una educación autoritaria limita la comunicación asertiva, pues mientras
los padres mandan, los hijos solo obedecen. No favorecer que los niños se
expresen en referencia a las decisiones que involucran a la familia es una
forma de decirles que su voz no cuenta.
Deja que tus hijos opinen en los temas que requieran su participación, así
ellos se desenvolverán con más confianza y sabrán que su punto de vista es
importante para ti y que ellos también pueden aportar argumentos para
tomar la mejor decisión.
4. Exprésate
No puedes esperar que tus hijos expresen sus sentimientos y pensamientos
si tú no lo haces. Háblales de cómo ha ido tú día, tus inquietudes e intereses.
De igual forma, escúchales atentamente cuando tengan algo que contarte.
Cuando sepas que se equivocaron en algo, dales un consejo en lugar de
juzgarles y regañarles, de esta forma alimentarás la confianza de tus hijos
para compartir sus inquietudes. Eso sí, ser comprensivo no significa dejar
de sancionar cuando se traspasan los límites. En este sentido, no olvides
que tu actuación está destinada a que no repitan el error que han cometido.
Por otro lado, recuerda que muchas lecciones se aprenden del ejemplo. Tú,
que eres el modelo a seguir de tus hijos, eres el primero que debe utilizar
un estilo de comunicación asertiva para que ellos aprendan.

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