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Aparato digestivo

El aparato digestivo está formado por el tracto gastrointestinal, también llamado tracto digestivo, y el
hígado, el páncreas y la vesícula biliar. El tracto gastrointestinal es una serie de órganos huecos unidos
en un tubo largo y retorcido que va desde la boca hasta el ano. Los órganos huecos que componen el
tracto gastrointestinal son la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y el
ano. El hígado, el páncreas y la vesícula biliar son los órganos sólidos del aparato digestivo.
El intestino delgado tiene tres partes. La primera parte se llama duodeno. El yeyuno está en el medio y
el íleon está al final. El intestino grueso incluye el apéndice, el ciego, el colon y el recto. El apéndice es
una bolsita con forma de dedo unida al ciego. El ciego es la primera parte del intestino grueso. El colon
es el siguiente. El recto es el final del intestino grueso.

Aparato circulatorio
El aparato circulatorio es un sistema de transporte interno que utilizan los seres vivos para mover dentro
de su organismo elementos nutritivos, metabolitos, oxígeno, dióxido de carbono, hormonas y otras
sustancias. Existe tanto en los vertebrados como en la mayoría de los invertebrados aunque su
estructura y función tiene considerables variaciones dependiendo del tipo de animal.
En el ser humano el sistema circulatorio está constituido por un fluido que se llama sangre, un conjunto
de conductos (arterias, venas, capilares) y una bomba impulsora que es el corazón. El corazón es una
estructura muscular que se contrae regularmente y mantiene la sangre en constante movimiento dentro
de los vasos sanguíneos.
Aparato respiratorio
El aparato respiratorio humano está constituido por las fosas nasales, la faringe, la laringe la tráquea,
los dos bronquios y los dos pulmones. El pulmón derecho tiene tres lóbulos y el izquierdo dos.
Cada lóbulo pulmonar presenta centenares de lóbulos secundarios o lobulillos.
Los bronquios al entrar en los pulmones se ramifican apareciendo los bronquiolos, que se vuelven a
ramificar entrando cada uno en un lobulillo, dónde al ramificarse de nuevo forman los capilares
bronquiales que acaban en los sáculos pulmonares, las paredes de los cuales presentan expansiones
globoses llamadas alvéolos pulmonares.
La mayor parte de la superficie interna de las vías respiratorias presenta células productoras de
mucosidad (moco). Se trata de una sustancia muy viscosa dónde quedan adheridas las partículas que
lleva el aire y que presenta sustancias antibacterianas y antivíricas. Además, las fosas nasales, la
tráquea, los bronquios y los bronquiolos presentan internamente células ciliadas que mueven dicha
mucosidad hacia la faringe, de dónde por deglución pasa al esófago.

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