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(Diálogo)
Educar a un hijo es, sin duda, una tarea compleja que
abarca muchas cosas, entre las cuales podemos
mencionar como las más importantes:
Ya dijimos algo...
Para que sea adecuada, es decir, para que
la educación sea lo que tiene que ser, y
consiga lo que tiene que conseguir, debe
abarcar todos los aspectos de la persona:
1. El aspecto físico,
2. El aspecto emocional,
3. El aspecto intelectual,
4. El aspecto espiritual
1. En cuanto al aspecto físico, la educación
implica, en primer lugar, el cuidado de la
vida como tal, y la atención al desarrollo del
cuerpo, en las diferentes etapas; esto
supone, buscar darle al niño una buena
nutrición, estar pendientes de su salud, y
también, por supuesto, procurar que no
adquiera costumbres que lo perjudiquen en su
crecimiento y desarrollo: que no se aficione a
la bebida, al cigarrillo, a tomar riesgos
fuertes en sus juegos, en fin.
2. En cuanto al aspecto emocional, la educación
busca el desarrollo adecuado de la personalidad
del niño y del joven; el desarrollo de su
afectividad, es decir, el desarrollo de los
sentimientos frente a los demás; los niños y
jóvenes aprenden en el hogar, con el papá, la
mamá y los hermanos, a querer a la gente, a
perdonar sus fallas, a compartir lo que son y lo
que tienen, y también, desgraciadamente, a
guardar rencor, a ser aprehensivos, a ser busca-
pleito, a ser egoístas. El fundamento, la base de
nuestra conducta, siempre tiene su raíz en el
hogar; en general, los hijos repetimos lo que
vemos hacer a nuestros padres.
3. El tercer aspecto que debe tener en cuenta
la educación, es el aspecto intelectual, y para
esto los papás y mamás mandamos a los hijos
a la escuela, con los profesores y con otros
niños. Pero a nosotros nos corresponde
mantenernos atentos para exigir que esa
educación sea adecuada y completa, de parte
de los profesores, y para que los niños y
jóvenes cumplan sus deberes de estudiantes,
que hagan las tareas, que asistan a clase con
puntualidad, que en la escuela se comporten
adecuadamente con sus compañeros y sus
maestros.
El Papa Francisco habla de la necesidad de
un "pacto educativo" entre los profesores y
los papás y mamás, de modo que su trabajo
en el colegio y en la casa, se complemente,
en favor de los niños y jóvenes. Y cuenta una
anécdota de su infancia...
Una vez, cuando estaba en cuarto grado de la
escuela primaria he dicho una mala palabra a la
maestra y la maestra, una buena mujer, ha llamado
a mi mamá. Ella ha ido el día siguiente, han hablado
entre ellas y después me han llamado. Mi mamá
delante de la profesora me ha explicado que aquello
que yo había hecho era algo malo, que no debía
hacerlo; pero mi mamá lo ha hecho con tanta
dulzura y me ha pedido pedirle perdón a la
maestra. Yo lo he hecho y después me he quedado
contento porque he dicho: ‘ha terminado bien la
historia’. ¡Pero eso era el primer capítulo! Cuando
regresé a casa, comenzó el segundo capítulo…
Ahora se dicen muchas cosas sobre la educación de
los hijos. Que tiene que ser así o asá. Que no se
puede regañar. Que no se puede castigar. Que los
niños se traumatizan.
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Tiempo,
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Cercanía,
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Atención,
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Amor,
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Ternura,
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Confianza,
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Respeto,
●
Ejemplo.
Todo con la certeza de que, como nos dice, el Papa
Francisco: