Está en la página 1de 58
me. +i llite, TEORIA DE LA INTERPRETACION Discurso y excedente de sentido Paul Riceur ‘Teoria de la interpretacién” constituye la parte in- troductoria y a la vez esencial del extenso examen que Paul Ricceur dedicara al sentido metaforico en La meté- fora viva; asimismo anticipa la teoria interpretativa y la critica literaria de toda su obra subsiguiente que culmi- nara con Tiempo y narracién. Las dos obras mencionadas son gemelas puesto que, aunque se publicaron con bas- tantes afios de intervalo, fueron concebidas conjunta- mente. Teoria de la interpretacién: discurso y excedente de sentido est constituido por cuatro ensayos: el primero se inicia con el examen del lenguaje como discurso; el segundo emuncia los ajustes que se necesitan hacer para enfocar el discurso escrito como distinto del discurso hablado; el tercero aborda los factores que contribuyen a la polisemia de las palabras y a la ambigiiedad de las ora- ciones para confrontar el problema de la plurivocidad, y el cuarto y tiltimo explica como la teoria textual de la interpretacién llega a su culminaci6n con la dialéctica de la explicacién y la comprensién. Paul Ricoeur, uno de los grandes pensadores de nues- tro siglo, nacié en 1913. Fue profesor en varias universi- dades francesas y actualmente es profesor emérito en la Universidad de Chicago. Su obra desarrolla una criti- ca del significado y de la interpretaci6n, una “herme- néutica” del psicoanilisis, la historia y la lingitistica. Si glo XI incluye también en su catalogo Freud: una inter pretacién de la cultura, Si mismo como otro, Tiempo y narra- cién (3 tomos) y Lecturas 1 y II. } lo veintiuno jeditores 789682051955 lingiifstica y teorfa literaria traduccion de GRACIELA MONGES NICOLAU TEORIA DE LA INTERPRETACION Discurso y excedente de sentido por PAUL RICGUR, > siglo xxi editores, s.a. de c.v. {RARDeL AGUA ROMERO OE TEENS 241 MENCDOF siglo xxi editores, s.a. uCUIUAN 1621, 7°, C10804A0, BUENOS AIRES! ARGENTINA siglo xxi de espafia editores, s.a. PRINCIPE DE VERGARA 78, 29008, WAORID, ESPANA porta do joa mantel alderste incr tsi n esp, 1995 ent dic encpatl, 2006 (ipo xx etre ta. de 2 cod oa iniveridadiberoamericana Publicado concl acuerdo de ln Aexan nvr posi ct mere gen, S45 tied avs ior york 9.10022 isbn 968-23-1955.2 primera edi en ngs, 1976 (Geaas cvstian usiverty pres fort wort tule exgial nerpretation theory. dicourse and the surplu of meaning eretos reservados contre aI ey limpresoy eco en méxicprintad and made in mexico INDICE PREFAGIO INTRODUCCION 1, ELLENGUAJE COMO DISCURSO Langue y poole modelo estrvctural, 16; La semntica versus a semitiea {a oracion, 20; La dialéctica del acontecimiento y el sentido, 22; La intend delinterlaeutoryelsentido delo expresado, 26;E1 “querer decir” como “significado” y “referencia, 38; Algunas impleaciones herme- putas, 86 2, HABLAYESCRITURA Det habla aa esritra, $8; Un argumento en favor del escrtura, 50: La insripein y el dstanciamientoproductivo, 55 5, LAMETAFORAY EL SIMBOLO. La teoria dela metéfore, 69; De la metéfora al simbolo, 66; Los grados sntermedios enre cl sfmbolo yla metsfora, 76 4, LAEXPLICAGION LA COMPRENSION ‘Mas allé de ls hermenéutica del romantcismo, 88; De la conjetara a la validacion, 8; Dela explicacon aa comprensién, 92 CONCLUSION INDICE ANALITICO a 18 15 38 83, PREFAGIO “Teorfa de la interpretaci6n: discurso y excedente de sentido” cons- tituye la parte introductoria y a la vez esencial del extenso examen que su autor, el pensador francés Paul Ricceur, dedicara al sentido metaférico en La metdfora viva,’ publicada en francés en 1975; asi- mismo, anticipa la teorfa interpretativa y la critica literaria de toda su obra subsiguiente, que culminara con Tiempo narracién? La ‘metéfora viva y Tiempo y narracién, segtin advierte su propio autor, son obras gemelas que, aunque se publicaron con bastantes afios de intervalo, fueron concebidas conjuntamente. Teoria de ta interpretacién, presentado aqui, esté constituido por cuatro ensayos: el primero se iniciacon el examen dellenguaje como discurso; el segundo enuncia los ajustes que se necesitan hacer para enfocar el discurso escrito como distinto del discurso hablado; et tercero aborda los factores que contribuyen a la polisemia de las palabras y a la ambigiiedad de las oraciones para confrontar el problema de Ia plurivocidad, y el cuarto y tiltimo explica cémo la teoria textual de la interpretacién llega a su culminacién con la dialéctica de la explicacién y la comprensién. Ricceur reconoce la importancia que la lingiistica moderna ha dado al estudio del discurso, pero también insiste en la necesidad de regresar a las raices de la tradicién filos6fica griega, a Platén y Aristételes. En este punto, Ricoeur introduce el concepto de discurso como dialéctica del acontecimiento y el sentido: el acontecimiento es la experiencia entendida como expresién, pero es también el inter- cambio intersubjetivo en si, y la comunicacién con el receptor. Lo que se comunicaen elacontecimiento del habla no es la experiencia » Paul Ricarur, La métaphore vive, Paris, Seuil, 1975; Paul Riocour, The rule of aetaphor, University of Toronto Press, 1977 (trad. por Robert Czemy, Katheleen MeL aughili y John Costello, 5.) 2 Paul Ricazur, Tempset rect, Paris, Seu, 1985 (ed. esp. Siglo XXI,en prensa}: Paul Ricorur, Tine and narrate vols, University of Chicago Press (vols. Il, 1985, twad, por Katheleen MeLaughilin y David Pellever; ol, 1988, trad. por Kathleen ‘Blaney y David Pallaer) (9) 10 PREFAGIO del hablante como ésta fue experimentada, sino su sentido. La experiencia vivida permanece en forma privada, pero su significa ién, su sentido, se hace piiblico a través del discurso. Riceeur coin- cide con Frege al no satisfacerse con lasola significacién, ya que ésta presupone una referencia. Slo la dialéctica del sentido y lareferen- cia dice algo sobre la relacién entre el lenguaje y la condicién onto- légica del ser en el mundo. En el segundo ensayo se abordan los ajustes que se deben hacer para considerar el acto de escribir como distinto al de hablar, y se exponen argumentos mediante los que el autor limita su biisqueda al espectro del lenguaje escrito. Ricoeur empieza por sefialar cémo, através de la escritura el sentido del lenguaje se separa del aconte- cimiento del habla, y luego explica por qué la escritura constituye la plena manifestacién del discurso. Abundando en su teorfa del dis- curso, divide este ensayo en cinco apartados:lafijacién del mensaje, el mensaje y el hablante, el mensaje y el escucha, el mensaje y el cédigo y, por tltimo, el mensaje yla referencia, Afirma, también, que no existe un texto absoluto y que literatura es un discurso escrito que tiene la capacidad de redescubrir el mundo a sus lectores.. El tercer ensayo, titulado “La metafora y el simbolo”, retoma el tema de la capacidad del mensaje para transmitirmas de un sentido. Indaga cémo dos sentidos pueden ser posibles para una misma expresin. Enun principio, remite ala eritica literaria positivista del siglo XIX, que hizo una distincién entre la denotacién y la connota- lola denotacién era cognitivay por ende, constituia el objeto del cuestionamiento semAntico; la connotacién era considerada extraseméntica porque abarcaba evocaciones emotivas yno tenfaun valor cognitivo, A continuacién, le niega validez a esta postura y sostiene que la metafora viva tiene un valor que no es meramente emotivo, puesto que crea un nuevo sentido y nos dice algo nuevo sobre la realidad. Es digno de resaltar que Ricocur amplia atin mas su teorfa de la tensién de la metafora al abarcar el simbolo, Labase del sentido esté, como lo dijo anteriormente, en el retor- no al mundo de la accién, donde se encuentra todo sentido. Este exceso de sentido del simbolo puede ser opuesto al sentido literal, pero sélo bajo la condicién de que opongamos dos niveles de signi ficacién, Es el reconocimiento del sentido literal lo que nos permite ver que el simbolo todavfa tiene un excedente de sentido, omasbien se trata de un solo movimiento que nos lleva del nivel literal a un segundo sentido, PREFACIO n Ricceur coincide con Northrop Frye cuando éste dice que la caracteristica del lenguaje poético es su fuerza centripeta, adiferen- cia de la centrifuga, como sucede en el discurso didéctico, Ademas, Riceeur hace hineapié en distanciar su teorfa de lade los hermenev- tas roménticos que luchaban por reconstruir el genio de un autor a través de su obra. £1 postula una teoria de la interpretaci6n que est plenamente vinculada alla lectura de la obra literaria en si. El proce: so de la interpretacién est determinado por los fenémenos a ser interpretados y por los correspondientes ala experiencia de lectura. ‘Asimismo, establece la importancia de los conceptos de la explica- ci6n y dela comprensién y, sibien los maneja como términos duales © bipolares, no deja de aclarar de qué modo ambos forman una Gialéctica mediatizada y sumamente compleja. Es asf como la critica literaria se transforma en un movimiento que va y viene del texto al eritico, en un proceso inacabado que se da para beneficio de este tiltimo y de todos aquellos que comparten el comentario del texto. Esto no implica que en el proceso interpre- tativo no haya finalmente ninguna significacién de verdad o de conocimiento: ésta se obtiene siempre que se cumpla la meta de la interpretaci6n, que consiste en compartir a propia interioridad con los demas. ‘Unas cuantas palabras sobre mi labor. Cuando ha sido necesario he consultado las traducciones al espafiol que hizo Agustin Neira de Tiempo y narracién (1987) y La metéfora viva (1980), publicadas por (Catedra al igual que la traduccidn de La metdfora viva de Graziella Baravalle (Buenos Aires, Megapolis, 1977). He seguido lo mAs fiel mente posible la versién en inglés, tratando de no oscurecer los puntos medulares de la teorfa de la interpretacién que Ricoeur plantea y desarrolla, GRACIELA MONGES NICOLAU INTRODUCCION Los cuatro ensayos que conforman este volumen tienen como base yalla vez amplian las conferencias que imparti en la Texas Christian University del 27 al 30 de noviembre de 1973, con motivo de la celebracidn de su centenario, Pueden ser lefdos como ensayos sepa- rrados, pero también como una serie de aproximaciones realizadas 1pasoa paso y encaminadasa buscar la solucién de un solo problema: cémo comprender el lenguaje a nivel de producciones tales como el poema, la narrativa y el ensayo, ya sea literario o filos6fico. En otras palabras, el problema central que est en juego en estos cuatro ‘ensayos es el de las obras; en particular, el del lenguaje como trabajo, Una comprensién cabal de este problema no se logra sino hasta legar al cuarto ensayo, que trata sobre las dos actitudles aparente- mente en conflicto que podemos asumir al abordar el lenguaje como trabajo; me refiero al conflicto aparente entre la explicacién y la comprensién, No obstante, creo que este conflicto es slo apa- rente y que puede ser superado si se logra demostrar que estas dos actitudes estén dialécticamente relacionadas una con la otra. De ahi que sea esta dialéctica la que haya constituido el horizonte de mis, conferencias. Si se puede decir que la dialéctica entre la explicaci6n y la com- prensi6n proporciona la referencia iiltima de mis comentarios, el primer paso tomado en esa direccién debe ser uno decisivo: debe- ‘mos cruzar el umbral més alld del cual el lenguaje se sostiene como discurso, Por consiguiente, el tema del primer ensayo es eldellengua- je como discurso, Pero en la medida en que sélo el lenguaje escri exhibe integramente los criterios del discurso, una segunda inves gacién se refiere ala magnitud de los cambios que afectan al discur- so cuando ya no es hablado, sino escrito. Por ello, el titulo de mi segundo ensayo es “Habla y escritura’. "Avanzamos un paso mas en la exposicién de la teorfa del texto que emerge de esta discusi6nal tratar el tema de la plurivocidad, que pertenece no solamente a las palabras (polisemia) o incluso a las oraciones (ambigiiedad), sino también a las obras del discurso en toda su extensién, tales como los poemas, las narraciones y los us} uw INTRODUCCION ensayos, Este problema de la plurivocidad, discutido en el tercer ensayo, nos ofrece la oportunidad de efectuar una transicién decisi- va al problema de la interpretaci6n, regida por la dialéctica de la explicacién y la comprensién dialéctica que, como he indicado, es elhorizonte de toda esta serie de trabajos. Deseo expresar mi gratitud y reconocimiento a los miembros de la ‘Texas Christian University por la oportunidad que me brindaron de impartir las conferencias que forman la base de este libro, asf como porlagentil hospitalidad mostrada durante mi estanciaen ese lugar. ‘Me complace haber podido contribuir a la conmemoracién de su centenario. 1, EL LENGUAJE COMO DISCURSO Los términos en los que se discutira en este ensayo el problema del lenguaje como discurso son modernos en el sentido de que no podrfan haber sido formulados adecuadamente sin los enormes rogresos de la lingiiistica moderna. Sin embargo, aunque los tér- minosson modernos, el problema en s{no es nuevo, Siempre ha sido conocido. En el Gratila, Platén ya habja mostrado que el problema dela “verdad” de las palabras o nombres islados debe permanecer indeterminado porque el nombrar no agota el poder o la funcién del habla. El logos del lenguaje requiere por lo menos de un nombre yun verbo, y es el entrelazamiento de estas dos palabras lo que constituye la primera unidad del lenguaje y el pensamiento, Incluso festa unidad tan s6lo formula su pretensién de poseer la verdad; la cuestién atin debe decidirse en cada instancia EI mismo problema se presenta de nuevo en las obras mas madu- ras de Platén, tales como el Teetetoy el Sofsta. Ahi el asunto estriba en comprender cémoes posible elerror, sca, como es posible decir Joque no viene al caso, sihablar siempre significa decir algo. Platén se ve nuevamente obligado a concluir que una palabra en si misma no es ni verdadera ni falsa, aunque una combinacién de palabras puede significar algo aun cuando no haya captado fenémeno algu- no, Una vez més quien conduce esta paradoja es la oracién, no la palabra. Tal es el primer contexto dentro del cual el concepto de discurso fue descubierto: el error la verdad son “afecciones" del discurso, y el discurso requiere de dos signos bésicos —un nombre yun verbo— que estn conectados en una sintesis que va més alké de las palabras. Aristételes dice la misma cosa en su tratado Sobre la interpretacién. Un nombre tiene un significado y un verbo tiene, ademas de un significado, una indicaci6n de tiempo. Solamente su unién produce ‘un nexo predicativo, que puede ser llamado logos, discurso. Es esta unidad sintética lo que conlleva el doble acto de aseveracién y de negacién. Una aseveracién puede ser contradicha por otraasevera- ién, y puede ser verdadera o falsa. Este pequefio resumen de la etapa arcaica de nuestro problema 005) 16 ELLENGUAJE COMO DISCURSO tiene como propésito recordarnos tanto la antigiiedad como la continuidad del problema del lenguaje como discurso. Sin embar- go, los términos dentro de los cuales lo discutiremos ahora son bastante nuevos porque toman en cuenta la metodologfa y los des- cubrimientos de la lingiifstica moderna. En términos de esta lingiiistica, la cuestién del discurso se ha convertido en un auténtico problema, porque ahora el discurso puede oponerse a un término antag6nico que os fildsofos antiguos no reconocfan o daban por sentado, Hoy en dia este término opues- toes el objeto auténomo de la investigacién cientifica. Es el cédigo lingii(stico el que da una estructura especifica a cada uno de los sistemas lingifsticos, que conocemos como las diversas lenguas babladas por diferentes comunidades lingifsticas. Lengua aqui sig- nifica, entonces, algo distinto ala capacidad general de hablar oala capacidad comtin para expresarse verbalmente. Designalaestructt- +a particular del sistema lingdistico particular. Con las palabras “estructura” y “sistema” emerge una nueva pro- Dlemética que tiende, al menos inicialmente, a posponer, sinoa can- celar, el problema del discurso, que esté condenado a alejarse del pri- mer plano de interés y convertirse en un problema secundario. Si actualmente el discurso sigue siendo problematico para nosotros, €s porque los principales logros de la lingiiistica tienen que ver con cel lenguaje como estructura y sistema y no con su uso. Por lo tanto, nuestra tarea ser la de rescatar el discurso de su exilio marginal y precario. LANGUEY PAROLE: FL. MODELO STRUCTURAL El abandono del problema del discurso en el estudio contemporé- neo del lenguaje es el precio que debemos pagar por los increfbles resultados a que dio lugar el famoso Curso de lingitéstica general del lingdista suizo Ferdinand de Saussure.' Su trabajo se apoya en una distincién fundamental en la lengua como langue y parole, que ha 2 Ferdinand de Saussure, Cours delingusiqu générale, Paris, Payot, 1971; taduc ciénal inglés de Wade Baskin, Coun in general linguists, Nueva York, McGraw Hil, 1966, [Ferdinand de Saussure, Curso de linglitica general, trad, Mauro Armio, Eaiones Nuevomar,1982.] ELLENGUAJE COMO DISCURSO "7 moldeado decisivamente la lingifstica moderna. (Advirtamos que Saussure no hablaba de “discurso”, sino de “parole”. Mas adelante entenderemos por qué.) Langue es el cédligo 0 conjunto de cédigos en el que un hablante particular produce parole como un mensaje particular. Con esta dicotomia fundamental se conectan varias distinciones secundarias. Un mensaje es individual, su cédigo es colectivo. (Fuer- temente influido por Durkheim, Saussure consideré que la lin- giaistica era una rama de la sociologia.) El mensaje y el e6digo no ertenecen al tiempo en la misma forma. Un mensaje es un aconte- ‘imiento temporal en la sucesi6n de acontecimientos que constitu- yen la dimensién diacrénica del tiempo, mientras que el cédigo es fen el tiempo como un conjunto de elementos contemporéneos, 0 sea, como un sistema sincrénico. Un mensaje es intencional; es pensado por alguien. El cédigo es anénimo y no intencionado. En este sentido es inconsciente, no en el sentido de que los estimulos ¢ impulsos sean inconscientes de acuerdo a la metapsicologfa freudia- na, sino en el sentido de un inconsciente estructural y cultural de cardcter no libidinal. Mas que nada, un mensaje es arbitrario y contingente, mientras que un cédigo es sistematico y obligatorio para una comunidad de hhablantes. Esta tihima oposiciOn serefleja en elestrechovinculo que tun cédigo tiene con la investigacién cientifica, particularmente en elsentido de a palabra ciencia, que enfatiza el nivel cuasialgebraico de las capacidades combinatorias implicadas por conjuntos finitos de entidades discretas, tales como los sistemas fonol6gicos, léxicos ysintScticos. Aun si parole puede ser cientificamente deserita, queda dentro del marco de muchas ciencias, incluyendo la acistica, la fisiologia, la sociologia yla historia de los cambios semanticos, mien- tras que langue es el objeto de una sola ciencia: la de la descripeién de los sistemas sincrénicos de la lengua. Este répido bosquejo de las dicotomias principales establecidas Por Saussure es suficiente para mostrar por quélalingifstica podria Progresar bajo la condicién de encerrar entre corchetes el mensaje en beneficio del cédigo, el acontecimiento para el bien del sistema, laintencién en beneficio de la estructura, yla arbitrariedad delacto cen provecho de la sistematizacién de las combinaciones dentro de los sistemas sincrénicos, El eclipse del discurso fue estimulado més atin por la extensién tentativa del modelo estructural mas allé de su lugar de nacimiento, 18 ELLENGUAJE.COMO PISCURSO en el dominio de la lingiifstica propiamente dicha, y porla toma de conciencia sistematica de los requisitos teéricos implicados por el ‘modelo lingiifstico como un modelo estructural. Laampliacién del modelo estructural nos atafe directamente en Iamedida en que dicho modelo fue aplicado alas mismas categorias de textos que constituyen el objeto de nuestra teorfa de la interpre tacién. Originalmente el modelo tenia que ver con unidades mas cortas quela oracién, los signos de los sistemasléxicosylas unidades iscretas de los sistemas fonolégicos de los que se componen las, unidades significantes de los sistemas léxicos. Sin embargo, se pto- dujo una ampliacién decisiva con la aplicacién del modelo estructu- ral entidades lingiiisticas mas largas que la oraciGn, y también a unidades no lingiifsticas semejantes a los textos de comunicacién lingiiistica, Con respecto al primer tipo de aplicacién, Ia manera en que los formalistas rusos, tales como V. Propp,? abordaron los cuentos fol- Kiéricos marca un cambio decisivo en la teorfa de la literatura, especialmente en cuanto a la estructura narrativa de las obras lite- rarias. La aplicacin del modelo estructural alos mitos, practicada por Claude Lévi-Strauss, constituye un segundo ejemplo de la apro- ximacién estructural a largas cadenas de discurso; se trata de una aproximacién similar al tratamiento formal del folklore propuesto por los formalistas rusos, si bien es independiente de éste. Por Jo que se refiere a la extensién del modelo estructural a entidades no lingiiisticas, la aplicacién puede ser menos espectact- lar—en virtud de que incluye el sefialamiento de carreteras, c6digos culturales tales como el comportamiento en la mesa, la manera de vestir, los eédigos de construccién y de vivienda, los patrones deco- rativos, etc-—, pero es tedricamente interesante en cuanto a que da un contenido empirico al concepto de semiologao seméntica gene- ral, desarrollado independientemente por Saussure y Chatles S. Peirce. Aqui la lingiifstica se convierte en un campo de la teorfa general de los signos, si bien configura un campo que tiene el privilegio de ser a la vez una especie y el ejemplo paradigmatico de un sistema de signos. Esta ttima ampliacién del modelo estructural ya implica una aprehensién te6rica de los postulados que rigen a la semiologfa en 2, Propp, Morphology ofthe alate, Bloomington, Indiana, Indiana University Press, 1958. [V. Propp, Moyilgia dal evento, Madrid, Pandamentos, 1977] [BLLENGUAJE COMO DISCURSO 19 general, y la lingiiistica estructural en particular. Tomados en su Conjunto, estos postulados definen y describen el modelo estructu- ral como modelo, Primero, una aproximacién sincrénica debe precederacualquier aproximacién diacrénica porque los sistemas son mis inteligibles que los cambios. En el mejor de los casos, un cambio es un cambio parcial o global en un estado del sistema. Por Io tanto, la historia de los cambios debe venir después de lateoria que describe los estados sincr6nicos del sistema. Este primer postulado expresael surgimien- tode un nuevo tipo de inteligibilidad directamente opuesto al histo- ricismo del siglo x1x. Segundo, el caso paradigmatico para una aproximacién estruc- tural es el de un conjunto finito de entidades discretas. A primera vista, puede parecer que los sistemas fonol6gicos satisfacen este segundo postulado mas directamente que los sistemas léxicos, enlos que elcriterio de finitud es més dificil de aplicar en forma conereta. ‘Sin embargo, la idea de un léxico infinito sigue siendo absurda en principio. Esta ventaja teérica de los sistemas fonolégicos —solamen- teunas cuantas decenas de signos distintivos caracterizan cualquier sistema lingiiistico dado— explica por qué Ia fonologia cobré un primer plano en los estudios lingitsticos después de la obra de Saussure, aunque para el fundador de la lingiistica estructural la fonologia era considerada como una ciencia auxiliar de la esencia de la lingifstica: ta seméntica. La posicién paradigmatica de los sistemas que estn constituidos por conjuntos finitos de entidades discretas se funda en la capacidad combinatoria y en las posibilida- des cuasialgebraicas vinculadas a tales conjuntos. Estas capacidades y posibilidades se suman al tipo de inteligibilidad instituida por el primer postulado, el de la sincronia. ‘Tercero, en tal sistema ninguna entidad perteneciente ala estruc- tura del sistema tiene un significado propio; el significado de una palabra, por ejemplo, deriva de su oposicién a las otras unidades Jéxicas del mismo tipo. Como dijo Saussure, en un sistema de signos sélo hay diferencias, pero no existencia sustancial. Este postulado define las propiedades formales de las entidaces lingiifsticas, donde Jo formal se opone a lo sustancial en el sentido de una existencia ositiva auténoma de as entidades que estin en juego enlingiiistica ysen general, en semistica. CCuarto, en tales sistemas finitos todaslas relaciones son inmanen- tes al sistema. En este sentido, los sistemas semidticos son “cerra- 20 EL LENGUAJE COMO DISCURSO dos", o sea, sin relacién con la realidad externa, no semitica. La definicién del signo dada por Saussure ya daba por hecho este postulado: en lugar de ser definido por la relacién externa entre un signo y una cosa, una relacién que haria ala lingtifstica dependiente ‘deuna teoria de entidades extralingiisticas, el signo es definido por tuna oposicién entre dos aspectos que caen dentro del émbito de una ciencia tnica, la de los signos. Estos dos aspectos son el significante por ejemplo, un sonido, una representacién escrita, un gesto 0 cualquier medio fisico— y el significado —el valor diferencial en el sistema léxico. El hecho de que el significante y el significado per- mitan dos tipos de andlisis diferentes—fonolégico enel primer caso, semiintico en el segundo~ pero s6lo juntos constituyan el signo, no s6lo proporciona el criterio para los signos lingiifsticos, sino tam- bién, por extensién, el de las entidades de todos los sistemas se- :i6ticos, que pueden definirse con lacondicién de quese “debilite” talcriterio, El ltimo postulado por sf mismo es suficiente para caracterizar al estructuralismo como un modo global de pensamiento, més alli de todos los tecnicismos de su metodologia. El lenguaje ya no apa- rece como la mediacién entre mentes y cosas. Constituye un mundo ‘en sfmismo, dentro del cual cada elemento s6lo se refiere a clemen tos del mismo sistema, gracias a la interaccién de oposiciones y diferencias constitutivas del sistema. En pocas palabras, el lenguaje yanoestratado como “una forma de vida”, como dirfa Wittgenstein, sino como un sistema autosuficiente de relaciones internas. Eneste punto extremo, elenguaje como discurso ha desaparecico. LASEMANTICA VERSUSLA SEMIOTICA: LA ORAGION ‘Aceste enfoque unidimensional del lenguaje, para el cual los signos sélo son entidades basicas, quiero oponer dos aproximaciones di- mensionales para las cuales el lenguaje depende de dos entidades irreductibles: los signos y as oraciones. Esta dualidad no coincide con la de langue y parole como las define Saussure en Cows de linguistique générale, ni siquiera con la ‘manera en que esa dualidad fue posteriormente reformulada como a oposicién entre cédigo y mensaje. En la terminologia de langue y parole, s6lo langue es un objeto homogéneo para una ciencia inica, ELLENGUAJE COMO DISCURSO Ba gracias a las propiedades estructurales de los sistemas sincr6nicos. Como dijimos, parole es un objeto heterogéneo, ademas de ser individual, diacrénico y contingente, Pero parole también presenta luna estructura que es irreductible en un sentido especifico a la de las posibilidades combinatorias que se abren debido a las oposicio- nes entre entidades discretas. Esta estructura es la construccién sintética de la oraci6n misma, considerada como distinta de cual quier combinacién analitica de entidades discretas. Mi sustitucién del término “parole” (que expresa sélo el aspecto residual de una ciencia de “langue”) por ede “discurso” tiene asignado no solamen- te el propésito de enfatizar la especificidad de esta nueva unidaden laque todo discurso se apoya, sino también el de legitimar la distin- i6n entre semidtica y seméntica como las dos ciencias que corres- ponden a los cos tipos de unidades caracteristicas del lenguaje: el signo y la oracién, ‘Mas atin, estas dos ciencias no solamente son distintas, sino que también reflejan un orden jerarquico. El objeto de la semiética—el signo— es meramente virtual. Solamente la oraci6n es real en tanto constituye el mismo acontecimiento del habla. Por eso no hay forma de pasar de la palabra, como signo léxico, a la oracién mediante el simple recurso de extender la misma metodologiaaunaentidad mas compleja. La oracién no es una palabra mas grande omascompleja, es una nueva entidad, Puede ser descompuesta en palabras, pero las palabras son algo diferente de las que conforman las oraciones cortas. Una oracién es una totalidad irreductible a Ja suma de sus partes. Esta hecha de palabras, pero no es una funcién derivativa de sus palabras. Una oracién est hecha de signos, pero no es un signo ensi. Por lo tanto, no hay ninguna progresin lineal del fonema al lexema y de ahi ala oracién ya totalidades lingii(sticas més grandes que la oracién, Cada etapa requiere nuevas estructuras y una nueva descripcién, La relacién entre los dos tipos de entidades se puede expresar como se indica a continuacién, siguiendo a Emile Benve- niste, especialista francés en sdnscrito: el lenguaje depende de la posibilidad de dos tipos de operaciones, la integraciGn en totalida- ‘des més grandes y la disociacidn en partes constitutivas. El sentido parte de la primera operacién; la forma, de la segunda. Ladistincién entre dos tipos de lingiiistica, semisticay seméntica, refleja esta red de relaciones. La semiética, la ciencia de los signos, ‘es formal en el mismo grado en que se apoya en la disociaci6n del 2 ELLENGUAJE.COMO DISCURSO lenguaje en partes constitutivas. La seméntica, la ciencia dela ora- ‘cin, estd inmediatamente interesada por el concepto de significado (que en esta etapa se puede tomar como sinénimo de sentido, antes ‘de que introduzcamos la distincién entre significado y referencia) al punto de que la semantica esta fundamentalmente definida por los procedimientos integrantes del lenguaje. Para mi, la distincién entre seméntica y semi6tica es a clave para abordar el problema total del lenguaje, y mis cuatro ensayossebasan, ‘en esta decisi6n metodolégica inicial. Como dije en mis comenta- ros introductorios, esta distincién es simplemente una revalori- zacién del argumento de Plat6n en el Cratilo y el Teeteto de acuerdo con el cual el logos descansa en el entrelazamiento de al menos dos diferentes entidades: el nombre y el verbo. Pero, en otro senti- do, actualmente esta distincién requiere de mayor refinamiento debido a la existencia de la semistica, contraparte moderna de la, seméntica, LADIALECTIGA DEL ACONTECIMIENTO Y ELSENTIDO, La siguiente parte de este ensayo estard dedicada a la biisqueda de loscriterios adecuados para diferenciar la semédntica dela semidtica. Construiré mis argumentos desde la convergencia de varias aproxi- maciones que, por diferentes razones, tienen que ver con la especi- ficidad del lenguaje como discurso. Esas aproximaciones son la lingiifstica de la oracién, que proporciona el titulo general de seméntica; la fenomenologia del sentido, procedente de la primera Investigacion ldgica de Hrusser\’ y el tipo de “andlisislingifstico” que caracteriza la descripeién del “lenguaje ordinario” hecha por la escuela filoséfica angloamericana. Todos estos logros parciales s¢ agrupan con una denominacién comiin: la dialéctica del aconteci- miento y el sentido en el discurso, para lo cual primeramente descr Diré el pold del acontecimiento y después el polo del sentido, consi- derados como los componentes abstractos de esta polaridad concreta. 3 Edmund Husserl, Logical émestigatons, raduccién de J.N. Findlay, Londres, Routledge & Kegan Paul, 1970, vols [Edmund Husser,Ioestigacions ics, trad. de Manuel G. Morente y José Gaos, Madrid, Alianza Editorial, 1982.) ELLENGUAJE COMO DISCURSO 23 El discurso como acontecimiento Empezando con la distincién saussureana entre langue y parole, podemos decir, al menos en forma introductoria, que el discurso es 1 acontecimiento del lenguaje. Para una lingiistica enfocada en la estructura de los sistemas, la dimensién temporal de este aconteci- miento expresa la debilidad epistemolégica de una lingitistica de parole. Los acontecimientos desaparecen mientras los sistemas, permanecen. Por lo tanto, la primera acciGn estratégica de un discurso semntico seré rectificar esta debilidad epistemolégica de parole que se da como consecuencia del cardcter evanescente del acontecimiento, en contraste con la estabilidad del sistema al vincu- larla con la prioridad ontol6gica del discurso que resulta de la realidad del acontecimiento, por oposicién a la simple virtualidad del sistema. Sibien es cierto que sélo el mensaje tiene una existencia tempo- ral, una existencia en duracién y sucesién, donde el aspecto sincré- nico del cédligo pone al sistema fuera del tiempo sucesivo, entonces la existencia temporal del mensaje da testimonio de la realidad de éste, De hecho, el sistema no existe. Tiene solamente una existencia virtual. Solamente el mensaje le confiere realidad al lenguaje, y el discurso da fundamento a la existencia misma del lenguaje, puesto ‘que s6lo os actos del discurso discretos y cada vez tinicos actualizan elcddigo. Pero este primer criterio por sfs6lo seria mas desorientador que esclarecedor sila “instancia del discurso”, como la llama Benveniste, consistiera solamente en este acontecimiento evanescente. En ese «aso, la ciencia estarfa justificada al descartarlo, y la prioridad onto- 6gica del discurso seria insignificante y carecerfa de trascenden« Sin embargo, un acto de discurso no es meramente transitorio y cevanescente, Puede ser identificado y reidentificado como lo mismo para que podamos decirlo otra vez o en otras palabras. Hasta po- Ariamos decirlo en otralengua, o traducirlo de una lengua aotra. A través de todas estas transformaciones conserva una identidad pro- pia que puede ser llamada el contenido proposicional, lo “dicho como tal” Por lo tanto, debemos reformular nuestro primer criterio —el Aiscurso como acontecimiento—en una forma més dialéctica a fin de tomar en cuenta la relacién que conforma al discurso como tal, la relacién entre acontecimiento y significado. Pero antes de que 24 FLLENGUAJE Como biscuRSO podamos aprehender esta dialéctica como una totalidad, hemos de ‘considerar el lado “objetivo” del acontecimiento del habla. El discurso como predicacién Considerada desde el punto de vista del contenido proposicional, la oracién puede estar caractetizada por un tinico rasgo distintivo: tiene un predicado. Como Benveniste observa, aun el sujeto grama- tical puede faltar, pero no el predicado. Lo que es més, esta nueva unidad no est definida por su oposicién a otras unidades, comoun fonema otro fonema o un lexema a otro lexema dentro del mismo sistema. No hay varios tipos de predicados; en el nivel de categore- ‘mas (categorema, en griego= praedicafum, en latin), s6lo hay una clase de expresién lingiiistica: la proposicién, que constituye s6lo una entre las clases de unidades distintivas. Consecuentemente, no hay una unidad de un orden mésalto que pueda proporcionar una clase genérica para la oracién concebida como una especie. Es posible conectar proposiciones de acuerdo con un orden de concatenacién, pero no integrarlas. Este criterio lingiiistico puede estar relacionado con descripcio- nes establecidas por los tedricos del lenguaje ordinario. Bl predica- do, que segtin Benveniste es el tinico factor indispensable de la oracién, cobra sentido en esos casos paradigmaticos en los que sus “funciones” pueden estar conectadas con la “funcién” del sujeto 6gico u oponersea ella. Asi,aparece en primer plano un importante rrasgo del predicado sobre la base de la antitesis entre predicado y sujeto. Mientras que el sujeto genuinamente logico es l portador de una identificaci6n singular, lo que el predicado dice sobre el sujeto siempre puede ser tratado como un rasgo “universal” del sujeto. El sujeto y el predicado no realizan el mismo oficio en la proposicién. El sujeto selecciona algo singular ~Pedro, Londres, esta mesa, la cafdade Roma, el primer hombre que ascendié el Everest, etc.— por medio de varios recursos gramaticales que le rinden servicio a esta funcién légica: nombres propios, pronombres, demostrativos (esto ¥y eso, ahora y después, aqut y alls, tiempos verbales en su relacién con el presente), y “descripciones definitivas” (el tal y el e6mo). Lo ‘que todlos éstos tienen en comin es que identifican a uno y solamen- te aun elemento, Por el contrario, el predicado designa ua tipo de cualidad, una clase de cosas, un tipo de relaci6n o un tipo deaccion. LL LENGUAJE COMO DISCURSO 25 Esta polaridad fundamental entre la identificacién singular y la predicacién universal le da un contenido especifico a la nocién de laproposicién concebida como el objeto del acontecimiento verbal Muestra que el discurso no es meramente un objeto evanescente y, como tal, una entidad irracional, como la simple oposicién entre ‘parole y langue podria sugerir, El discurso tiene una estructura pro- pia pero no es una estructura en el sentido analitico del estructura- lismo, esto es, como un poder combinatorio basado en las oposicio- nes previas de unidades discretas. Mas bien es una estructura en el sentido sintético, es decir, el entrelazamiento y la accién recfproca de las funciones de identifica enuna y la misma La dialéctica del acontecimiento el sentido El discurso considerado ya sea como un acontecimiento o una pro- posicién, es decir, como una funcién predicativa combinada con ‘una identificacin, es una abstraccién, que depende de la totalidad concreta integrada por la unidad dialéctica entre el acontecimiento yel significado en la oracién, Esta constitucién dialéctica del discurso podria pasarse por alto sise llevara a cabo una aproximacién psicol6gica o existencial, que se concentrarfa en la accién reciproca de funciones, la polaridad de Jaidentificacién singular y la predicacién universal. Es tarea de una teorfa concretadel discurso tomar esta dialéctica como pauta. Todo énfasis en el concepto abstracto de un acontecimiento verbal se Jjustifica slo como una forma de protestar contra una reduccién ‘atin més abstracta del lenguaje ocurrida anteriormente, reduc- ci6n que se limit6 a observar los aspectos estructurales del lenguaje como langue, pues la nocién de acto verbal como un acontecimiento proporciona la clave para efectuar la transicién de una lingiiistica del cédigoa una lingiiistica del mensaje. Nos recuerda que el discur- so se realiza temporalmente y en un momento presente, mientras que el sistema del lenguaje es virtual y esta fuera del tiempo. Pero esta caracteristica aparece s6lo en el movimiento de actualizacién que va del lenguaje al discurso. Pot lo tanto, cualquier apologfa del acto verbal como acontecimiento es significativa si, y solamente si, hace visible la relacién de actualizacién, gracias a la cual nuestra competencia lingiiistica se actualiza en su realizaci6n. 26 ELLENGUAJE como DIscURSO Pero esta misma apologia se vuelve abusiva tan pronto como el cardcter del acontecimiento se extiende desde la problematica de la actualizacién, en la cual es valido, a otra problemética, la de la comprensién. Si todo discurso se actualiza como acontecimiento, todo discurso es comprendido como sentido. El sentido o significado designa aqut el contenido proposicional, que acabo de describir, como la sintesis de dos funciones: la identificacién y la predicaci6n, No es el acontecimiento, ena medida en que es transitorio, lo que queremos comprender, sino su sentido —el entrelazamiento del nombre y el verbo, como dice Platén— siempre y cuando éste perdure. Al decir esto, no estoy dando un paso atrés que me Hleve de la lingitistica del habla (0 el discurso) ala lingitistica dellenguaje(como langue). Es en la lingiifstica del discurso donde el acontecimiento y el sentido se articulan. La supresién y la superacién del acontect miento en el sentido es una caracteristica del discurso mismo. Cer- tifica la intencionalidad del lenguaje, larelaci6n entre noesisy noema que se da en a, Si el lenguaje es un meinen, un intentar, es asi precisamente por esta Aufhebung mediante la cual elacontecimiento es cancelado como algo meramente pasajero y retenido como el mismo significado. Antes deinferirla consecuencia principal que esta interpretacién dialéctica de la nocién del acontecimiento verbal tiene para nuestra tarea hermenéutica, vamos a elaborar en forma mas completa y concretalla dialéctica misma, con base en algunos corolarios impor- tantes de nuestro axioma: que si todo discurso se actualiza como un acontecimiento, se le comprende como sentido, LAINTENCION DEL INTERLOGUTOR Y EL SENTIDO DE LO EXPRESADO La autorreferencia del discurso Elconcepto de sentido permite dos interpretaciones que reflejan la principal dialéctica entre acontecimiento y sentido. Significar es tanto aquello a lo que el interlocutor se refiere, o sea, lo que intenta decir, y lo que la oracién significa, o sea, lo que produce la unién centre la funcién de identificacién y la funcién de predicacién. En. otras palabras, el sentido es tanto noético como noematico. Pode- ELLENGUAJE COMO DISCURSO a ‘mos hacer una conexién entre la referencia del discurso al que lo emitey ellado delacontecimiento dela dialéctica, Elacontecimiento es que alguien habla. En este sentido, el sistema o cédigo es anéni- ‘mo, en la medida en que es meramente virtual. Las lenguas no hablan, las personas si. Pero el laclo proposicional de la autorre- ferencia del discurso no debe ser pasado por alto si el sentido del locutor, para usar un término de Paul Grice, no se ha de reducir a una mera intencién psicol6gica. EI sentido mental no puede en- contrarse en ningiin otro lado mas que en el discurso mismo. El sentido del interlocutor deja su marca en el sentido de lo expresado, eCémo? Lalingiifstica dl discurso, que estamos llamando seméntica para distinguirla de la semistica, proporcionalla respuesta. La estructura interna de la oracién remite de nuevo a su interlocutor por medio de procedimientos gramaticales que los lingistas Haman “traslati- vos”. Los pronombres personales, por ejemplo, no tienen un signi- ficado objetivo. “Yo" no esun concepto. Esimposible sustituirlo por ‘una expresién universal, tal como “aquel que ahora habla”. Su tinica funcién es referir la oracién completa al sujeto del acontecimiento verbal, Tiene un nuevo significado cada vez.que se usa y cada vez que se refiere a un sujeto singular. “Yo” es aquel que al hablar se adjudicaa sf mismo la palabra “yo”, que aparece en la oracién como elsujeto logico. Hay también otros traslativos, otros portadores gra- ‘maticales que también Hevan la referencia del discurso a su intetlo- ator. Estos incluyen los tiempos verbales, en lamedidaen que estén centrados alrededor del presente y, por lo tanto, remiten al “ahora” del acontecimiento verbal y del interlocutor. Lo mismo pasa con los adverbios de tiempo y ugar y los demostrativos que pueden consi- derarse como particularidades egocéntricas. Por lo tanto, el discur- so tiene muchas formas sustituibles para hacer referencia al inter- locutor, Alponer atencién en estos recursos gramaticales de laautorrefe- rencia del discurso, obtenemos dos ventajas. Por una parte, un nuevo criterio dela diferencia entre Por la otra, podemos dar una definicién no F- puramente seméntica, del significado del interlocutor. Ninguna entidad mental necesita adquirir una categoria de hipétesis © un relieve hipostitico, Elsentido deo expresadoapuntadenuevo hacia, el sentido del interlocutor gracias a la autorreferencia del discurso hacia simismo como un acontecimiento. 28 ELLENGUAJE.COMO DISCURSO Esta aproximacién semédntica es reforzada por otras doscontribu- ciones a la misma dialéctica del acontecimiento y la proposicién. Acto locutivo eilocutivo EI primero es el conocido anilisislingiiistico (en el sentido anglo- americano de este término) del “acto de habla”. .L. Austin fue el primero en notar que los “ejecutantes" ~como las promesas— impli- can un compromiso especifico por parte del interlocutor, que hace loquediceal enunciarlo. Aldecir: “Lo prometo”, dehecho promete, ‘sea, se somete a la obligacién de hacer lo que dice que hard. Este “hacer” de lo dicho puede ser asimilado al polo del acontecimiento en la dialéctica del acontecimiento y el sentido. Pero este “hacer” también sigue las reglas seménticas que exhibe la estructura de la oracién: el verbo debe estar en primera persona del indicativo. Aqui también, una gramstica” especifica sostienc la fuerza ejecuto- adel discurso, Los ejecutantes son solamente casos particulares de ‘un rasgo general mostrado por cualquier clase de acto de habla, ya sean rdenes, deseos, preguntas, advertencias o aseveraciones. To- dos ellos, ademas de decir algo (el acto locutivo), hacen algoal decir algo (el acto ilocutivo), y producen efectos al decirlo (el acto per- locutivo). Facto ilocutivo es lo que distingue una promesa de una orden, tun deseo o una aseveracion. Y Ia “fuerza” del acto ilocutivo presen: ta la misma dialéctica de acontecimiento y sentido. En cada caso, ‘una “gramética” especifica corresponde a una cierta intencién para la que el acto ilocutivo expresa la “fuerza” distintiva. Lo que puede expresarse en términos psicolégicos, como las acciones de ‘reer, querer o desear, esté investido de una existencia seméntica gracias a la correlacién entre estos recursos gramaticales y el acto ilocutivo. Elacto interlocutivo La otra contribucién alla dialéctica del acontecimiento y el conteni- do proposicional la aporta lo que puede lamarse el acto interlocu- tivo 0 el acto alocutivo, para preservar la simetrfa con el aspecto ilocutivo del acto de habla. ELLENGUAJE Como DIScURSO 29 Unaspecto importante del discurso es que esté dirigido aalguien. Hay otro interlocutor que es el destinatario del discurso. La presen cia de ambos, el hablante y el oyente, constituye el lenguaje como comunicacién. Sin embargo, el estudio del lenguaje desde el punto de vista de la comunicacién no empieza con la sociologia de la comunicacién. Como dice Platén, el didlogo es una estructura esen- cial del discurso. Preguntar y responder sostienen el movimiento y Ja dindmica del habla y en cierto sentido, no constituyen un modo de discurso entre otros. Gada acto ilocutivo es un tipo de pregunta, Aseverar algo es esperar un acuerdo, asf como dar una orden es esperar obediencia. Aun el soliloquio —discurso solitario— es didlo- go con uno mismo o, para citar a Plat6n una vez més, dianoia es el dilogo del alma consigo misma. Algunos lingitistas han intentado reformular todas las funciones dellenguaje como variables dentro de un modelo totalmente globa- lizador en el cual la comunicacién es la clave. Por ejemplo, Roman Jakobson empieza desde la triple relaci6n entre hablante, oyente y ‘mensaje, y después agrega otros tres factores complementarios que enriquecen su modelo: el cédigo, el contacto y el contexto. Con base en este sistema de seis factores establece un esquema de nes. Al hablante le corresponde la funcién emotiva, al oyente la conativa y al mensaje la funcién poética. El eédigo designa la funcién metalingiistca, mientras que el contacto yel contextoson los portadores de las funciones fiticas yreferenciales Este modelo es interesante en tanto que: 1] describe el discurso directamente y no como un residuo del lenguaje; 2] describe una estructura de discurso y nosolamente un acontecimiento irracional, 3] subordina la funcién de cédigo a la operacién conectiva de ka comunicacién, Pero asu ver este modelo requiere una investigacién filoséfica {que puede ser proporcionada porla dialéctica entre acontecimiento y sentido. Para el lingiista, la comunicacin es un hecho, incluso uno muy obvio. Las personas en verdad se hablan unaalaotra, Pero para una investigaci6n existencial, la comunicacién es un enigma, incluso una maravilla, éPor qué? Porque el estar juntos, condicién existencial para que se dé la posibilidad de cualquier estructura ial6gicadeldiscurso, parece una forma de transgredir o superarla soledad fundamental de cada ser humano. Por soledad no me refie- ro al hecho de que frecuentemente nos sentimos aislados en una multitud, o al de que vivimos y morimos solos, sino, en un sentido 30 FL LENGUAJE COMO DISCURSO ms radical, a que lo experimentado por una persona no puede ser transferida integramente a alguien més. Mi experiencia no puede convertirse directamente en tu experiencia, Un acontecimiento per teneciente a un fluir del pensamiento no puede ser transferido como tal a otro fluir del pensamiento. Aun asf, no obstante, algo pasa de mf hacia ti. Algo es transferido de una esfera de vida a otra. Este algo no es la experiencia tal como es experimentada, sino su significado. Aqui esta el milagro, La experiencia tal como es expe- rimentada, vivida, sigue siendo privada, pero su significacién, su sentido, se hace piiblico. La comunicacién en esta forma es la supe- racién de la no comunicabiliciad radical de la experiencia vivida tal como lo fue. Este nuevo aspecto de la dialéctica de acontecimiento y sentido merece atencién, El acontecimiento no es solamente la experienci tal como es expresada y comunicada, sino también el intercambio intersubjetivo en si, el acontecer del dislogo. La instancia del discur- s0 €s la instancia del didlogo. El didlogo es un acontecimiento que conecta dosacontecimientos, hablar y escuchar. Asi,lacomprensién, como sentido de este acontecimiento dialégico se hace homogénea. Deabfla pregunta: équéaspectos del discursoen sison comunicados significativamente en el acontecimiento del didlogo? ‘Una primera respuesta ¢s obvia. Lo que puede ser comunicado es primero que nada el contenido proposicional del discurso, y esto nos conduce de vuelta a nuestro criterio principal —el discurso como acontecimiento y sentido. Porque el sentido de una oracién ¢s, por decirlo asf, “externo” ala oraciGn a la que puede ser transfe- ido; esta exterioridad del discurso hacia simismo—que essinénimo de la autotrascendencia del acontecimiento en su significado—abre el discurso al otro. El mensaje tiene el fundamento de su comunica- bilidad en la estructura de su significado. Esto implica que comuni- camos la sintesis, tanto de la funcién de identificacién (de la que el sujeto légico es el portador) como de la funcién predicativa (que es potencialmente universal). Alhablarle a alguien apuntamos hacia la cosa tinica que queremos significar, gracias al conocido recurso de Jos nombres propios, los demostrativos y las descripciones precisas. Ayudo al otro a identificar el mismo objeto que yo también estoy sefialando, gracias alos recursos gramaticales que proporciona una experiencia singular revestida de una dimensidn conocida. Lo mis- moes cierto para la dimensi6n universal del predicado comunicado por la dimensién genérica de las entidades léxicas. ELLENGUAJE COMO DISCLRSO 31 Por supuesto, este primer nivel de comprensién mutua no se realiza sin algtin malentendido. Casi todas nuestras palabras son polisémicas, tienen més de un significado. Pero la funcién contex- twal del discurso es tamizar, por decirlo asi la polisemia de nuestras palabras y reducir la pluralidad de posibles interpretaciones, la ambigtiedad del discurso resultante de la polisemia encubierta de Jas palabras. ¥ es fanci6n del dilogo iniciar esta funcién tamizado- ra del contexto. Lo contextual es lo dialdgico. Es en este preciso sentido como el papel contextual del dialogo reduce el campo del malentendido relativo al contenido proposicional y tiene un éxito parcial en superar la no comunicabilidad de la experiencia. ‘No obstante, el contenido proposicional es sélo el correlato del acto locutivo. éQué hay de la comunicabilidad de los otros aspectos del acto verbal, especialmente del acto ilocutivo? Es aqui donde la dialéctica entre acto y estructura, entre acontecimiento y significa- do, es de lo més compleja. {Como puede el cardcter del discurso, que ha de ser de constatacién o de ejecucién, ya sea un acto de declarar algo o de ordenar, desear, prometer o advertir algo, ser comunicado 0 entendido? Planteado més radicalmente, épodemos comunicar el acto de habla como un acto ilocutivo? No hay duda de que es més facil tomar equivocadamente un acto ilocutivo por otro acto ilocutivo que entender mal un acto proposi- ional, La raz6n principal es que los hechos no lingiisticos estén entremezclados con las marcas lingiifsticas, y estos factores que ncluyen fisonomifa, gesto y entonacién dela voz son mas dificiles de interpretar porque no dependen de unidades discretas, ya que sus ‘cédligos son més inestables y sus mensajes mas féciles de ocultar 0 fingir. Sin embargo, el acto ilocutivo no existe sin marcas lingifsti- cas, Estas incluyen el uso de modes gramaticales, el indicativo, el subjuntivo y el imperativo, asi como los tiempos y los términos adverbiales codificados u otros recursos perifrésticos equivalentes. La escritura no solamente preserva estas marcas lingiisticas del habla oral, también agrega signos distintivos suplementarios tales como el entrecomillado, los signos de exclamacién, de interroga- ci6n para indicar las expresiones fisonémicas y gestuales que desa- parecen cuando el hablante se convierte en escritor. Por eso, Ios actos ilocutivos pueden ser comunicados en muchas formas, al Punto de que su “gramatica” prove al acontecimiento de una es- tructura conocida. Me inclino a decir que el acto perlocutivo “lo que hacemos al 82 FLLLENGUAJE.COMO DISCURSO hablar: asustar, seducir, convencer, etc.— es el aspecto menos comu- nicable del acto de habla, en vista de que lo no lingiifstico tiene una prioridad sobre o lingifstico en tales actos. La funcién perlocutiva es también lamenos comunicable porque, mas que un acto intencio- nal, que exige del escuchala intencién de reconocimiento, esun tipo de “estimulo” que genera una “respuesta” en el sentido del compor- tamiento. La funci6n perlocutiva nos ayuda més bien a identificar ellimite entre el cardcter del acto y el carfcter reflejo del lenguaje. Los actos locutivos e ilocutivos son actos, y por lo tanto aconteci- mientos, en la medida en que su intenci6n denotalaintencién de ser reconocidos por Io que son: una identificaci6n singular, una predi- ‘caci6n universal, unaaseveracién, una orden, un deseo, una prome- sa, ete.! Este papel del reconocimiento nos permite decir que la intenci6n de decir es en s{ comunicable hasta cierto punto. La intencién sf tiene un aspecto psicol6gico que ¢s experimentado como tal solamente por el hablante, Por ejemplo, en una promesa en una aseveracién, una creencia; en un deseo, c., que constituyen la condicién psicol6gica del acto de habla, de acuerdo con el andlisis de John Searle.* Pero estos “actos mentales” (Peter Geach) no son radicalmente incomunica- bles. Su intencién denota la intencién de ser reconocidos; por lo tanto, la intencién de la intencién del otro. Esta intencién de ser identificado, admitido y reconocido como tal por otro es parte dela intencién en si. En el vocabulario de Husserl, podréamos decir que se trata de lo noético en lo psiquico. ELcriterio de lo noético es la intencién de la comunicabilidad, a expectativa de reconocimiento en el mismo acto intencional. Lo noético es elalma del discurso como didlogo. Asi, la diferencia entre loillocutivo ylo perlocutivo no es mas que la presencia enel primero ~y la ausencia en el segundo= de la intencién de producir en el oyente un cierto acto mental por medio del cual éste habré de reconocer mi intencién. Esta reciprocidad de intenciones es el acontecimi nto del dislo- ‘Nate punto fue presentado enérica y convincentemente por Paul Grice. Véase Meaning”, Phileiphical Review, 66 (1957): 877-388; "Uterer’s meaning, sentence: ‘meaning, and wordmeaning”, Foundation of Language, 4 (agosto, 1968): 225.245; “Uyeser’s meaning and intentions", Pilsephical Review, 78 (1968): 197.177. ® John Searle, Spec acts: An essay inthe pilasephy of language, Nuewa York, Cam bridge University Press, 1969. {John Searle, Acts de habla: ensayo de flosfs det lengua trad, de Laie M, Valdés Villanueva, Madrid, Cstedra, 1980°] FL LENGUAJE COMO DISCURSO. 33 go Elportador de este acontecimiento es la “gramatica” del recono- cimiento que se incluye en el sentido intencionado. Para concluir esta discusién de la dialéctica entre acontecimiento y sentido, podemos decir que el lenguaje es en sf el proceso por el cual la experiencia privada se hace publica. Elenguaje es la exterio- rizacién gracias ala cual una impresion se trasciende y se convierte ‘en una expresidn 0, en otras palabras, la transformacién de lo psiquico en lo noético. La exteriorizaci6n y la comunicabilidad son tuna y la misma cosa, pues no son nadia mas que esta elevacién de una parte de nuestra vida al logos del discurso. Entonces, la soledad de la vida es por un momento, de cualquier forma, iluminada por la luz comiin del discurso. EL “QUERER DECIR" COMO “SIGNIFIGADO™ Y “REFERENCIA En las dos secciones precedentes, la dialéctica de acontecimiento y sentido ha sido desarrollada como una dialéctica interna del signi- ficado del discurso. “Querer decir” es lo que el hablante hace. Pero es también lo que Ia oracién hace. Lo que se quiere decir en el sentido del contenido proposicional— es el lado “objetivo” de este sentido. Lo intencionado por el hablante —en el triple sentido de la autorreferencia de la oracién, la dimensién ilocutiva del acto de habla y a intencidn de obtener reconocimiento por parte del oyen- te—esel ado “subjetivo” del sentido. Esta dialéctica subjetivo-objetiva no agota el sentido del sentido ,porlo tanto, no agotala estructura del discurso. Ellado “objetivo” del discurso en s{ puede ser visto de dos formas diferentes. Podemos querer decir el “qué” o el “sobre qué” del discurso. El “qué” det iscurso es su “significado”; el “acerca de qué”, su “referencia”. Esta distincién entre significado y referencia fue introducida en la filoso- fia moderna por Gottlob Frege en su famoso articulo Uber Sinn und Bedeutung {*Sobre el significado y la referencia”) § Es una distincién que puede ser directamente vinculada con nuestra distincién inicial entre semiética y seméntica. Solamente el nivel de la oracién nos 56. rege, "On sense and reference’ trad. de Max Black, en Translation fom the Dhilsophical writings of Gotlob Frege, Peter Geach y Max Black (eds), Oxford, Bail Blackwell 1970, pp. 56-78 u FLLENGUAJE.COMO DISCURSO permite distinguir entre lo que se dice y acerca de lo que esté dicho. En el sistema del lenguaje, digamos como léxico, no hay problema de referencia; los signos s6lo remiten a otros signos dentro del sistema. Sin embargo, con a oracién, el lenguaje se ditige més alla de sf mismo. Mientras que el sentido es inmanente al discurso y objetivo en el sentido de ideal, la referencia expresa ¢l movimiento fen que el lenguaje se trasciende a s{ mismo. En otras palabras, el sentido correlaciona la funcién de identificacién y la fanci6n predi- cativa dentro de la oraciGn, y la referencia relaciona al lenguaje con felmundo. fsta es otra connotacién en la que se funda la pretensién del discurso de ser verdadero. EI factor decisivo aqui es que el lenguaje tiene una referencia solamente cuando se usa. Como ha demostrado Strawson en su famosa respuesta al articulo de Russell “Acerca del denotat”, la misma oracién, o sea, el mismo significado puede o no puede referir, dependiendo de las circunstancias o situacin de un acto de discurso.? Ninguna marca interna, independiente del uso de una oraci6n, constituye un criterio confiable de denotacién, En conse- ccuencia, la dialéctica de significado y referencia no est desconecta- da de la dialéctica previa entre acontecimiento y sentido. Lo que hace la oracién en una cierta situacién y de acuerdo con un cierto uso es referir. Es también lo que el hablante hace cuando aplica sus palabras a la realidad. El que alguien se refiera a algo en un cierto momento es un acontecimiento, un acontecimiento de habla, Pero este acontecimiento recibe su estructura del sentido como significa- do. El hablante se refiere a algo con base en, o por medio de, la estructura ideal del significado. El significado, por asf decirlo, es atravesado por la intencién referente del hablante. En esta forma, la dialéctica de acontecimiento y sentido cobra un nuevo desarrollo ‘gracias ala dialéctica entre significado y referencia. Peroladialécticaentre significado y referencia es tan original que puede ser tomada como una guia independiente, S6lo ella dice algo acerca de la relacién entre el lenguaje y la condiciGn ontol6gica del ser en el mundo. El Jenguaje no es un mundo propio. No es ni siquiera un mundo. Pero porque estamos en el mundo, porque nos vemos afectados por las situaciones, y porque nos orientamos com- 17 F, Strawson, “On referring”, Mind, 59 (1950): 320844. Véase también Ber- rand Russell, “On denoting”, Mind, 1 (1905). 479.498, reimpreso en Logic ond Itnouledgeesay 1901-1950, Londres, George Allen & Unwin, 1950, pp. 30.56, EILLENGUAJE GOMO DISCURSO 35 prensivamente en esas situaciones, tenemos algo que decir, tenemos experiencia que traer al lenguaje. Esta noci6n de traer la experiencia al lenguaje es la condicién

También podría gustarte