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La importancia de realizar una investigación en Párkinson

Realizar una investigación, en este caso basada en la enfermedad del Párkinson (EP), va mucho más
allá de obtener el título de Bióloga por el que he estado luchando durante cinco años. Después de
conocer el trasfondo de esta enfermedad y saber que implica otros factores como depresión e
impacto en el círculo social de la persona afectada, lo que busco es aportar un grano de arena para
mejorar la calidad de vida de los pacientes con dicha enfermedad.

Según Arroyo & Finkel (2013) la EP es neurológica degenerativa, asociada a rigidez muscular,
dificultades para andar, temblor y alteraciones en la coordinación de movimientos. Debido a una
alteración progresiva en la sustancia negra del mesencéfalo, que afecta directamente a la dopamina,
caracterizada por su efecto en la coordinación de los movimientos.

Se cree que la disfunción mitocondrial y el estrés oxidativo desempeñan un papel fundamental en la


patología de la EP (Sulzer, 2007; Schapira, 2008). Estudios indican que el 25 –30% de los pacientes
con EP tienen deficiencias en el complejo I de la cadena de transporte de electrones y niveles
elevados de ROS (Adam-Vizi, 2005). Los defectos en la cadena respiratoria que resultan en la
interrupción de la transferencia de electrones, conducen a un estrés oxidativo que puede resultar en
la apoptosis (Bose & Beal 2018) y los iones metálicos activos redox son sin duda los principales
promotores de estos procesos entre ellos el cobre y el hierro (Monzani et al. 2018). Por ejemplo, en
presencia de hierro se pueden generar múltiples especies tóxicas a partir de la dopamina y sus
metabolitos, evidencia que se ha demostrado in vitro e in vivo (Hare and Double, 2016; Zucca et al.,
2015).

Una característica fuerte de la EP es la pérdida de glutatión de la sustancia negra. Diversos estudios


han reportado agotamiento sustancial de este antioxidante (30-50%) (Fitzmaurice et al., 2003;
Pearce et al., 1997; Perry y Yong, 1986). Garrido et al. 2011 trabajaron con ratas y el agotamiento
del glutatión de la sustancia negra del cerebro es suficiente para inducir la muerte de las neuronas
dopaminérgicas y el deterioro motor. El glutatión desempeña funciones importantes en las
mitocondrias, y la falta de glutatión causa disfunción mitocondrial (Jha et al., 2000; Lee et al.,
2009a). A la inversa, se sabe que el estrés mitocondrial y oxidativo agotan los niveles de glutatión
celular, (Kaur et al., 2003; Yong et al., 1986) Por lo tanto, la pérdida de glutatión puede alterar la
función mitocondrial, y la función mitocondrial aberrante puede agotar los niveles de glutatión
(Liddell & White 2018).

La enfermedad no se puede curar y sólo se aplican tratamientos para mejorar los síntomas y la
calidad de vida del enfermo. Con el paso del tiempo los síntomas se agravan, los enfermos de
Parkinson pueden ser personas muy longevas, con importantes problemas de dependencia
(Asociación Parkinson Madrid, 2012). El problema principal es la dificultad progresiva del enfermo
para llevar una vida cotidiana autónoma, haciéndose dependiente de un cuidador, incluso para las
actividades más básicas de la vida cotidiana. (Dávila et al., 2008; Martignoni et al., 2011). Se trata
por tanto de un problema eminentemente social, aunque tenga también una indiscutible dimensión
psicológica, que impacta en la sociabilidad del sujeto y en su rol social (Arroyo & Finkel, 2013).

Por lo tanto en el proyecto de investigación se busca evaluar la acción neuroprotectora y/o


reparadora de compuestos quelantes de hierro en modelos experimentales in vitro de Párkinson.
Adam -Vizi, V. (2005) Production of reactive oxygen species in brain mitochondria: contribution
by electron transport chain and non -electron transport chain sources. Antioxid Redox Signal, 7,
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Arroyo Menéndez, M. y Finkel, L. (2013): “Dependencia e impacto social de la enfermedad de


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Asociación Parkinson Madrid (2012): El Parkinson (en línea) <http://www.parkinsonmadrid.org/>.

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