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De la fugacidad y el sufrimiento:
Un estudio sobre el tiempo
EN DOS POEMARIOS DE
¿Porqué obstinarse
en la fugacidad y el sufrimiento?—
Me dijo Prometeo
Sus cadenas
resonaron de nuevo cuando el buitre
reanudó su tarea entrañable
|osÉ Emiuo Pacheco
decimos que
12" vi
conmigo la «^•^^fe£^^liiH^I
muerte./ Le die "Mira las cosas
ron cuerda/ y la echaron a andar/, pero en si que se van/ Recuérdalas/ porque no volverás/
lencio./.../ Cuando se acabe la cuerda/ conoce averias nunca" (Pacheco, 1986: 141). Asimis
ré a la inseparable de mí/.../ lo único que en el mo. el presente fugaz genera una paradoja de
mundo puedo llamar,/ sin jactancia y de ver lamento y aceptación del incesante cambio y
dad. mío." (Pacheco, 1999: 29). Es el tiempo permanencia que supone el tiempo de la suce
de Norbert Elias: el dominante en las socieda sión dominante sobre otros. La transformación
des altamente industrializadas, una de las constante es la característica que priva en el
grandes invenciones humanas porque regula pensamiento poético del escritor desde lo más
la vida social (familiar, laboral, política, etc.) puro e independiente del hombre: La natura
y hasta la biológica del hombre. Es un tiempo leza, hasta las invenciones más artificiales
ordenador decididamente antropocéntrico, de éste.
cronoló-gico, artificial, coaccionador y efíme En relación con esto, es importante partir de
ro (Elias. 1989). lo biológico de la evolución humana, en que el
Bajo esa perspectiva, en la poesía de José poeta enuncia:"(.. .)/Todo pasa De acuerdo/ pero
Emilio Pacheco el término fugacidad vale para si no pasara yo sería un protozoario/ en un
lo tangible y lo incorpóreo siempre que impli mundo de amibas e invertebrados" (Pacheco.
que un principio y un fin. un antes y un des 1986: 138). En ese sentido, en esta poesía hay
pués; es decir, la idea de duración, que puede una gran conciencia de la finitud, de la peque
ser cuantificable por el reloj (el tiempo nez de ios seres vivos: de que el hombre nace
cronológico o social) o apreciada por la intensi indefenso, crece cruel y muere derrotado, como
dad cualitativa de la experiencia subjetiva (tiem lo muestra el poema "Otro segundo": "Púmbale.
po interior, individual o psicológico, un tanto a dice el niño de cuatro años al caer en la hierba.
la manera bergsoniana). Púmbale. y el que se levanta del suelo es un
Ante todo, fugaz es lo que se está yendo; es hombre altivo, cruel, implacable... Púmbale, y
decir, el presente que. huidizo, implica la cons ahora es el derrotado.., Púmbale, y otro segun
tante advertencia de que se disfrute el presen do acaba de pasar y todos nos caemos de viejos
te. pero se tenga conciencia de su futilidad y se y a la siguiente exclamación seremos polvo"
guarde en e! recuerdo, porque la memoria (Pacheco, 1999: 61).
ülatica ,4l\'iircz Caballero IX' hi fiigiidíiaii rt/ sufrímiemu: Vn esimlio suhre 1/ timpo...
I—auncuando traicionera por
estar sujeta al
olvido— es uno
de los mejores
tesoros que tie
ne el hombre,
pues constituye
el gran antídoto
contra el tiempo
fugaz. Por eso en
"Hoy mismo" el
autor invita a
retener el pasa
do mentalmente:
muerte./ Le die "Mira las cosas
ron cuerda/ y la echaron a andar/, pero en si que se van/ Recuérdalas/ porque no volverás/
lencio./.../ Cuando se acabe la cuerda/ conoce a verlas nunca" (Pacheco, 1986: 141). Asimis
ré a la inseparable de mí/.../ lo único que en el mo, el presente fugaz genera una paradoja de
mundo puedo llamar,/ sin jactancia y de ver lamento y aceptación del incesante cambio y
dad. mío." (Pacheco. 1999: 29). Es el tiempo permanencia que supone el tiempo de la suce
de Norbert Elias; el dominante en las socieda sión dominante sobre otros. La transformación
des altamente industrializadas, una de las constante es la característica que priva en el
grandes invenciones humanas porque regula pensamiento poético del escritor desde lo más
la vida social (familiar, laboral, política, etc.) puro e independiente del hombre: La natura
y hasta la biológica del hombre. Es un tiempo leza. hasta las invenciones más artificiales
ordenador decididamente antropocéntrico, de éste.
cronoió-gico. artificial, coaccionador y efíme En relación con esto, es importante partir de
ro (Elias. 1989). lo biológico de la evolución humana, en que el
Bajo esa perspectiva, en la poesía de |osé poeta enuncia:"(...)/Todo pasa De acuerdo/pero
Emilio Pacheco el término fugacidad vale para si no pasara yo sería un protozoario/ en un
lo tangible y lo incorpóreo siempre que impli mundo de amibas e invertebrados" (Pacheco.
que un principio y un íln. un antes y un des 1986: 138). En esc sentido, en esta iwesía hay
pués; es decir, la idea de duración, que puede una gran conciencia de la finitud. de la peque
ser cuaniificable por el reloj (el tiempo nez de los seres vivos; de que el hombre nace
cronológico o social) o apreciada por la intensi indefenso, crece cruel y muere derrotado, como
dad cualitativa de la experiencia subjetiva (tiem lo muestra el poema "Otro segundo": "Púmbale,
po interior, individual o psicológico, un tanto a dice el niño de cuatro años al caer en ta hierba.
la manera bergsoniana). Púmbale. y el que se levanta del suelo es un
Ante todo, fugaz es io que se está yendo: es hombre altivo, cruel, implacable... Púmbale. y
decir, ei presente que. huidizo, implica la cons ahora es el derrotado... Púmbale. y otro segun
tante advertencia de que se disfrute el presen do acaba de pasar y todos nos caemos de viejos
te. pero se tenga conciencia de su futilidad y se y a la siguiente exclamación seremos polvo"
guarde en el recuerdo, porque la memoria (Pacheco, 1999: 61).
liÚBiu Ah'arc/ CjIuIIito IX' ¡a fugiiik/tul Vt! SHl'nmifuiii: l n e.niiJio mhir ft Ufmpo...
En ese poema el aspecto biológico es el pun Viene a llevarse todo lo que ful./ Me nubla la
to de partida para comprender una de las razo vista,/ me borra la memoria,/ me quita el sue
nes de la fragilidad humana, ya que. de entra ño,/ me hace más torpe/ y dificulta mis pasos./
da. se reconoce que el hombre es producto de la Por dentro opera su mayor estrago." (í^checo,
evolución, por lo que su existencia biológica 1999: 39) Así se nos revela el organismo hu
revela su condición de ser en transformación a mano de súbito cansado y débil, que emprende
través de millones de años. Se trata de un mo el viaje hacia su fin. Entonces el hombre se cues
tivo más del tiempo como cambio y permanen tiona en voz baja, con temor, como no querién
cia. de que "La mar/ no es el morir/ sino la dolo creer: "¿Consumará su obra de destrucción/
eterna/ circulación de las transformaciones" la Señora V que nació conmigo y está progra
(Pacheco. 1986: 83). Por eso. en 'A la que murió mada/ para actuar sin error ni pausa?" (Pacheco.
en el mar", se le dice a una joven hundida en 1999: 39). Y aquí la señora V. es la vejez; pero,
las profundidades: "(...)/ Ya tienes para siem también, la vieja muerte.
pre veintidós años/ Ya eres peces corales mus De acuerdo con lo anterior, para el poeta el
go marino/ las olas que iluminan la tierra ente proceso de envejecimiento tiene las siguientes
ra" (Pacheco, 1986: 126). Allí, aunque hay un características: 1) es veloz y sorpresivo, por
lamento por el ser vivo que fenece, se acepta tanto es una condición de la fugacidad: "(...)
que sólo el proceso de cambio sano hace perdu nuestro envejecimiento, tropel de años conden-
rar la existencia de la natura; claro, mientras sado en la velocidad de unas cuantas imáge
no sea alterado por la destrucción humana. Lo nes." (Pacheco. 1999: 66). y nos hace cuestio
que proviene de la materia vuelve a ella. Al narnos: '•(...) ¿A qué horas sucedió ¿De manera
morir el hombre mismo nutre a los gusanos, se que yo también? Fue tan pronto. (A sabiendas
vuelve polvo o ceniza. Poema que me recuerda de que ha sido un transcurso muy largo.)"
—antes que a las teorías evolucionistas— a (Pacheco. 1999: 66); 2) es inevitable, y 3) con
Heráclito, gran inspirador de nuestro poeta, duce a la muerte, única propiedad segura del
quien escribió: "Porque es muerte para las al ser humano.
mas el convertirse en agua, y muerte para el En los procesos de la naturaleza, el tiempo
agua el convertirse en tierra. Pero el agua pro fugaz está representado en el agua, las nubes,
cede de la tierra; y del agua, el alma" (Heráclito, la arena y el polvo, entro otros elementos. Por
1982: 105). ejemplo, en el caso del agua y en relación con
La Fmitud biológica genera resistencia, mie la imagen de la catarata, en "Niagara Falls"
do al envejecimiento y a la muerte. Aquélla se nos encontramos una vez más con el tiempo de
aprecia, por ejemplo, en las mujeres ilusas que la sucesión: "(...)/ El agua siente el paso de las
pretenden alargar la fealdad de su vejez en una horas/ La hora siente el peso de las aguas/ Y de
"Clínica de belleza": "Ésas que ves ahí/ sudan su muerte nacen otras/ olas/ Muda marea del
do a mares/ pro retorno Imposible/ fueron un tiempo/Catarata" (Pacheco, 1986: 124). Los dos
día/ las muchachas en flor..." (Pacheco. 1986: primeros versos hablan del tiempo como un fluir
137). Los procesos biológicos hacen pensar en continuo y pesado por ser una sucesión infinita
la muerte, ante la que somos absolutamente de minutos. Las vivencias, los momentos, na
vulnerables, a pesar de que intentemos retra cen para morir; en eso radica su carácter vano,
sarla. Así. en el poema "La Señora V." la vejez iluso. En relación con esto, es interesante la
es asumida como algo inevitable, porque "(...)/ visión de Udo Becker sobre el símbolo de la
La Señora V. llegó, está aquí, no descansa./ catarata, en que hace coincidir la visión
Tardó mucho./ Se hizo presente en un instante./ heracliteana con la budista, lo cual enriquece la
Blanca Álvara Caballero lie lafugaeiJad y eisufrimientc: L'« esliu/io tobiv elúempu...
do (aunque, en gene En ese sentido, la natura es anterior al hom
ral, José Emilio bre: Es su progenitora y. en consecuencia, uno
Pacheco es pesimista de los seres más dignos de respeto para el es
en comparación con el critor; en oposición a la humanidad contempo
Nobel mexicano). Así. ránea desacralizada. Por ello denuncia la vile
nos dice Octavio Paz: za del hombre contra su entorno, ahora
mil "El acto mediante el preponderantemente citadino, y conciencia al
' .jíp cual el hombre se fun- lector de la importancia de la naturaleza domi
•' da y revela a sí mis- nante, que hace que el hombre reconozca su in
/A- taJuffkidady eisufiimhuo: L'tt csiiu/m sobre e¡i/mpo... Blanca Alvarez Caballcru
turaleza en un poema de sólo un verso: "La sinónimo de preocupación. Si bien en ellos no
luz: la piel del mundo" {Pacheco. 1986: 136). Se tamos que amanece, anochece y hay primave
traca de la victoria del bien, aun cuando sea ra. estos elementos no son indicadores de me
momentánea, de la "lucha entre la voluntad de dición, sino de extrapolación de plenitud hu
muerte de unos seres y un tiempo destructivo, y mana y de deificación de la naturaleza, y ésta
un tenaz impulso contrario por vivir, mejorar y es la gran panacea universal contra las más
durar" (Vülena, 1986: 72). diversas calamidades humanas. Si la amára
Contemplar la naturaleza de modo embele mos. no habría ecocidios, guerras o adicciones;
sado es hacer a un lado lo cotidiano (el presen no denunciaría el poeta: "Desde mi eterna pri
te sucesivo). El deseo de lo que se vivió ya no sión observo el mal, las zoologías aberrantes,
se tiene, y quizás no se vuelva a experimentar el daño que nos hacemos sin parar nunca."
el látigo del pasado. El deseo futuro es. por (Pacheco, 1999: 59).
mismo, siempre incierto. Es decir, se trata de Para concluir: La propuesta de una
hacer a un lado los tres tiempos-ejes centrales revaloración del tiempo eterno podría resca
de! pensamiento occidental y tradiclonalmente tar al hombre de su vacío existencial. de su
judeocristiano. En oposición a éste, el autor rinde hacinamiento, de su condición de Sísifo y
tributo al dios Pan en una serie de poemas lu Prometeo: de esclavo del reloj: de la kafkiana
minosos. Es un modo de experimentar la eter forma de concebir nuestro tiempo contempo
nidad en un mundo donde todoes fugacidad. A! ráneo. en que el poeta nos recuerda constan
respecto, hay en Irásy no volverás tres poemas temente que la poesía tiene una función so
al hilo que así lo revelan; "Oda": "Baja la pri cial importante, aun cuando individual, por
mavera al aire nuestro/ Invade/ con sus plenos ejemplo en lo siguiente: "Existe un rasgo co
poderes al invierno/ Todo lo redescubre e ilu mún entre el joveneuropeo que ataca con bom
mina/ Brota del mar/ Es Dios o su emisario" bas incendiarias un campamento de refugia
(Pacheco. 1986: 135); "El alba en Montevideo": dos y el muchacho que asalta y viola en los
"La noche lentamente se deshace en la luna/ microbuses de esta cada vez más áspera ciu
que avanza llena de eternidad" (Pacheco, 1986: dad: no tuvieron la oportunidad de leer, su
135), y "Amanecer en Buenos Aires": "Rompe la Imaginación y su sensibilidad quedaron muer
luz el azul celeste/ Amanece en la plaza San tas. Por tanto, son incapaces de ponerse en el
Martín/ En cada llor hay esquirlas en el cielo" lugar de los demás." (Pacheco, 2003: 2C). Aquí
(Pacheco. 1986: 135). En esos textos, el paraíso se Infiere la condición lúdica, terapéutica de
anhelado por la humanidad exige integrarse a la poesía; pero sobre todo, su amplio valor
la naturaleza, aunque sólo sea por un instante: ético y el por qué de ponderarla en nuestro
se trata de infundirse de las sensaciones y emo siglo XXI.
ciones que ésta provoca, y de afianzarlas al Sea. pues, este acercamiento a la obra lírica
punto de transformarlas en sentimientos y en de un escritor mexicano clásico de nuestros tiem
valores. Tales momentos son de lo más místico pos una invitación a evaluar la contraposición
a que puede aspirar el hombre por Implicar lo entre el tiempo lineal coaccionador que a diario
eterno que. como afirma Plotino. es "lo que nos carcome y el cósmico eterno que nos propo
persiste en su identidad, está siempre presente ne el autor, como un modo de revalorar nuestra
a sí mismo en su totalidad... perfección indivi condición humana biológica, nuestro actuar con
sible." (Abbagnano. 1961: 465) respecto a la natura, así como ia importancia
Aquí se percibe lo sublime, ya que en ningu de nuestro compromiso de lector de literatura,
no de los tres poemas existe la duración como especialmente de poesía. LC