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Blanca Álvarez Caballero

De la fugacidad y el sufrimiento:
Un estudio sobre el tiempo
EN DOS POEMARIOS DE

José Emilio Pacheco

¿Porqué obstinarse
en la fugacidad y el sufrimiento?—
Me dijo Prometeo
Sus cadenas
resonaron de nuevo cuando el buitre
reanudó su tarea entrañable
|osÉ Emiuo Pacheco

Frente a la transltoriedad y poquedad de) hombre


se levanta la continuidad de la naturaleza
Luis Antonio de Viiíkna

gran tema del tiempo en la poesía de José Emilio Pacheco ha


^ I estudiado fundamentalmente en relación con el tiempo 11-
0 1^31 o cronológico en varios de sus libros, principalmente en
1 los pertenecientes a la considerada por algunos críticos como la primera
£ etapa poética del escritor, que comprende¿05 elementos déla noche (1963) y
El reposo deljuego (1966). Precisamente por eso, en este trabajo me centraré
g en los \\\ixos Irásy no volverás {\97Z) y La arena errante (1999) en torno a la
I relación, generalmente de opuestos, apreciada entre el tiempo social,
O

.3 cronológico y antropocéntrlco y el tiempo cósmico o de la naturaleza, el cual

Blanca Alvarez Caballero Dt tafi^eidatl y d safiimicitlo: Un estudio solrre eltiempo...


es fijo, eterno e independiente del hombre. Ve can la pérdida de valores, de cultura y de las
remos que este enfoque se reduce al conflicto condiciones adecuadas de nuestro hábitat. En
cultura vs naturaleza a lo largo de la poesía del este sentido, la poesía de Pacheco revela una
escritor y genera grandes preocupaciones, que cada vez más degradada condición humana en
van de lo más íntimo a lo más social y de lo la forma de la constante preocupación que hay
universal a lo histórico en el hombre. Conclui en varios poemas por el concepto de hombre y
mos que. a pesar de las dualidades tempora de humanismo (más bien antihumanismo) en
les. pesa ante todo el tiempo fugaz y su gran nuestra época, caracterizada por un mundo
sufrimiento, que desencadena ansiedad ante la occidentalizado altamente individualista, cien
muerte de los humanos, el desgaste de los ob tífico. tecnológico, desmitificador y utilitarista.
jetos y la finitud de las vivencias, cuya única En su poesía, José Emilio Pacheco reconoce
forma de retenerlos es la memoria {aunque ésta que nuestro tiempo es poco místico, y que en él
también es perecedera). Asimismo, la contem priva, más bien, lo destructor, lo desesperan-
plación atemporal de la naturaleza es una for zador. El hombre está solo ante las fauces del
ma de bloquear el tiempo lineal. tiempo. El hombre es su nada, y lo único que
Abordaré los dos poemarios en tanto que. tiene asegurado es su muerte. Está aquí sin Dios;
distantes cronológicamente, me permiten apre solo ante las cadenas de Cronos. Lo único que
ciar el tema de la fugacidad en relación con dos parece tener es el tiempo como historicidad que
aspectos apreciados en cada uno respectivamen fluye sin descanso. Cadena de efimeros momen
te: el primer libro se refiere hindamentalmente tos. Instantes sin retorno. Cambios perpetuos
a vivencias en relación con el tiempo cósmico o cada vez más acelerados. Apenas nace algo y
de la naturaleza, que por ello son impersona ya comienza la cuenta regresiva. Se piensa en
les, universales y están simbolizadas por el
agua, las nubes, la arena y el polvo —a pesar
de estar recreadas en lugares específicos de Ar
gentina, Brasil, Canadá, México y Uruguay, en
tre otros—; mientras que en el segundo texto,
mucho menos hermético que el anterior, el poe
ta revela la fugacidad del tiempo con respecto a
hechos históricos concretos relativos al sufri
miento compartido en la relación opresor-opri
mido de la clase media urbana mexicana con
temporánea.
Si bien observaremos dualidades —a veces
complementarias: a veces en choque— que se
derivan de lo individual y lo social, es la fuga
cidad de la vida —como ya mencioné— el tiem
po que rige en ambos poemarios. en tanto im
plica los procesos de nacimiento y muerte de
todo cuanto piensa, siente y hace el hombre del
siglo XX desde lo impersonal hasta lo social
concreto. El poeta propone una reflexión sobre
tres tipos de muerte o fugacidad de! tiempo: el
olvido, el desgaste y la destrucción, que impli

Delajujíaáelíul y d sufrímifiilv: Un eHudm subrc d limpu. Riama .'\l\'arc/. Cahalltro


don^oe -b;.:. .
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decimos que
12" vi

conmigo la «^•^^fe£^^liiH^I
muerte./ Le die "Mira las cosas
ron cuerda/ y la echaron a andar/, pero en si que se van/ Recuérdalas/ porque no volverás/
lencio./.../ Cuando se acabe la cuerda/ conoce averias nunca" (Pacheco, 1986: 141). Asimis
ré a la inseparable de mí/.../ lo único que en el mo. el presente fugaz genera una paradoja de
mundo puedo llamar,/ sin jactancia y de ver lamento y aceptación del incesante cambio y
dad. mío." (Pacheco, 1999: 29). Es el tiempo permanencia que supone el tiempo de la suce
de Norbert Elias: el dominante en las socieda sión dominante sobre otros. La transformación
des altamente industrializadas, una de las constante es la característica que priva en el
grandes invenciones humanas porque regula pensamiento poético del escritor desde lo más
la vida social (familiar, laboral, política, etc.) puro e independiente del hombre: La natura
y hasta la biológica del hombre. Es un tiempo leza, hasta las invenciones más artificiales
ordenador decididamente antropocéntrico, de éste.
cronoló-gico, artificial, coaccionador y efíme En relación con esto, es importante partir de
ro (Elias. 1989). lo biológico de la evolución humana, en que el
Bajo esa perspectiva, en la poesía de José poeta enuncia:"(.. .)/Todo pasa De acuerdo/ pero
Emilio Pacheco el término fugacidad vale para si no pasara yo sería un protozoario/ en un
lo tangible y lo incorpóreo siempre que impli mundo de amibas e invertebrados" (Pacheco.
que un principio y un fin. un antes y un des 1986: 138). En ese sentido, en esta poesía hay
pués; es decir, la idea de duración, que puede una gran conciencia de la finitud, de la peque
ser cuantificable por el reloj (el tiempo nez de ios seres vivos: de que el hombre nace
cronológico o social) o apreciada por la intensi indefenso, crece cruel y muere derrotado, como
dad cualitativa de la experiencia subjetiva (tiem lo muestra el poema "Otro segundo": "Púmbale.
po interior, individual o psicológico, un tanto a dice el niño de cuatro años al caer en la hierba.
la manera bergsoniana). Púmbale. y el que se levanta del suelo es un
Ante todo, fugaz es lo que se está yendo; es hombre altivo, cruel, implacable... Púmbale, y
decir, el presente que. huidizo, implica la cons ahora es el derrotado.., Púmbale, y otro segun
tante advertencia de que se disfrute el presen do acaba de pasar y todos nos caemos de viejos
te. pero se tenga conciencia de su futilidad y se y a la siguiente exclamación seremos polvo"
guarde en e! recuerdo, porque la memoria (Pacheco, 1999: 61).

ülatica ,4l\'iircz Caballero IX' hi fiigiidíiaii rt/ sufrímiemu: Vn esimlio suhre 1/ timpo...
I—auncuando traicionera por
estar sujeta al
olvido— es uno
de los mejores
tesoros que tie
ne el hombre,
pues constituye
el gran antídoto
contra el tiempo
fugaz. Por eso en
"Hoy mismo" el
autor invita a
retener el pasa
do mentalmente:
muerte./ Le die "Mira las cosas
ron cuerda/ y la echaron a andar/, pero en si que se van/ Recuérdalas/ porque no volverás/
lencio./.../ Cuando se acabe la cuerda/ conoce a verlas nunca" (Pacheco, 1986: 141). Asimis
ré a la inseparable de mí/.../ lo único que en el mo, el presente fugaz genera una paradoja de
mundo puedo llamar,/ sin jactancia y de ver lamento y aceptación del incesante cambio y
dad. mío." (Pacheco. 1999: 29). Es el tiempo permanencia que supone el tiempo de la suce
de Norbert Elias; el dominante en las socieda sión dominante sobre otros. La transformación
des altamente industrializadas, una de las constante es la característica que priva en el
grandes invenciones humanas porque regula pensamiento poético del escritor desde lo más
la vida social (familiar, laboral, política, etc.) puro e independiente del hombre: La natura
y hasta la biológica del hombre. Es un tiempo leza. hasta las invenciones más artificiales
ordenador decididamente antropocéntrico, de éste.
cronoió-gico. artificial, coaccionador y efíme En relación con esto, es importante partir de
ro (Elias. 1989). lo biológico de la evolución humana, en que el
Bajo esa perspectiva, en la poesía de |osé poeta enuncia:"(...)/Todo pasa De acuerdo/pero
Emilio Pacheco el término fugacidad vale para si no pasara yo sería un protozoario/ en un
lo tangible y lo incorpóreo siempre que impli mundo de amibas e invertebrados" (Pacheco.
que un principio y un íln. un antes y un des 1986: 138). En esc sentido, en esta iwesía hay
pués; es decir, la idea de duración, que puede una gran conciencia de la finitud. de la peque
ser cuaniificable por el reloj (el tiempo nez de los seres vivos; de que el hombre nace
cronológico o social) o apreciada por la intensi indefenso, crece cruel y muere derrotado, como
dad cualitativa de la experiencia subjetiva (tiem lo muestra el poema "Otro segundo": "Púmbale,
po interior, individual o psicológico, un tanto a dice el niño de cuatro años al caer en ta hierba.
la manera bergsoniana). Púmbale. y el que se levanta del suelo es un
Ante todo, fugaz es io que se está yendo: es hombre altivo, cruel, implacable... Púmbale. y
decir, ei presente que. huidizo, implica la cons ahora es el derrotado... Púmbale. y otro segun
tante advertencia de que se disfrute el presen do acaba de pasar y todos nos caemos de viejos
te. pero se tenga conciencia de su futilidad y se y a la siguiente exclamación seremos polvo"
guarde en el recuerdo, porque la memoria (Pacheco, 1999: 61).

liÚBiu Ah'arc/ CjIuIIito IX' ¡a fugiiik/tul Vt! SHl'nmifuiii: l n e.niiJio mhir ft Ufmpo...
En ese poema el aspecto biológico es el pun Viene a llevarse todo lo que ful./ Me nubla la
to de partida para comprender una de las razo vista,/ me borra la memoria,/ me quita el sue
nes de la fragilidad humana, ya que. de entra ño,/ me hace más torpe/ y dificulta mis pasos./
da. se reconoce que el hombre es producto de la Por dentro opera su mayor estrago." (í^checo,
evolución, por lo que su existencia biológica 1999: 39) Así se nos revela el organismo hu
revela su condición de ser en transformación a mano de súbito cansado y débil, que emprende
través de millones de años. Se trata de un mo el viaje hacia su fin. Entonces el hombre se cues
tivo más del tiempo como cambio y permanen tiona en voz baja, con temor, como no querién
cia. de que "La mar/ no es el morir/ sino la dolo creer: "¿Consumará su obra de destrucción/
eterna/ circulación de las transformaciones" la Señora V que nació conmigo y está progra
(Pacheco. 1986: 83). Por eso. en 'A la que murió mada/ para actuar sin error ni pausa?" (Pacheco.
en el mar", se le dice a una joven hundida en 1999: 39). Y aquí la señora V. es la vejez; pero,
las profundidades: "(...)/ Ya tienes para siem también, la vieja muerte.
pre veintidós años/ Ya eres peces corales mus De acuerdo con lo anterior, para el poeta el
go marino/ las olas que iluminan la tierra ente proceso de envejecimiento tiene las siguientes
ra" (Pacheco, 1986: 126). Allí, aunque hay un características: 1) es veloz y sorpresivo, por
lamento por el ser vivo que fenece, se acepta tanto es una condición de la fugacidad: "(...)
que sólo el proceso de cambio sano hace perdu nuestro envejecimiento, tropel de años conden-
rar la existencia de la natura; claro, mientras sado en la velocidad de unas cuantas imáge
no sea alterado por la destrucción humana. Lo nes." (Pacheco. 1999: 66). y nos hace cuestio
que proviene de la materia vuelve a ella. Al narnos: '•(...) ¿A qué horas sucedió ¿De manera
morir el hombre mismo nutre a los gusanos, se que yo también? Fue tan pronto. (A sabiendas
vuelve polvo o ceniza. Poema que me recuerda de que ha sido un transcurso muy largo.)"
—antes que a las teorías evolucionistas— a (Pacheco. 1999: 66); 2) es inevitable, y 3) con
Heráclito, gran inspirador de nuestro poeta, duce a la muerte, única propiedad segura del
quien escribió: "Porque es muerte para las al ser humano.
mas el convertirse en agua, y muerte para el En los procesos de la naturaleza, el tiempo
agua el convertirse en tierra. Pero el agua pro fugaz está representado en el agua, las nubes,
cede de la tierra; y del agua, el alma" (Heráclito, la arena y el polvo, entro otros elementos. Por
1982: 105). ejemplo, en el caso del agua y en relación con
La Fmitud biológica genera resistencia, mie la imagen de la catarata, en "Niagara Falls"
do al envejecimiento y a la muerte. Aquélla se nos encontramos una vez más con el tiempo de
aprecia, por ejemplo, en las mujeres ilusas que la sucesión: "(...)/ El agua siente el paso de las
pretenden alargar la fealdad de su vejez en una horas/ La hora siente el peso de las aguas/ Y de
"Clínica de belleza": "Ésas que ves ahí/ sudan su muerte nacen otras/ olas/ Muda marea del
do a mares/ pro retorno Imposible/ fueron un tiempo/Catarata" (Pacheco, 1986: 124). Los dos
día/ las muchachas en flor..." (Pacheco. 1986: primeros versos hablan del tiempo como un fluir
137). Los procesos biológicos hacen pensar en continuo y pesado por ser una sucesión infinita
la muerte, ante la que somos absolutamente de minutos. Las vivencias, los momentos, na
vulnerables, a pesar de que intentemos retra cen para morir; en eso radica su carácter vano,
sarla. Así. en el poema "La Señora V." la vejez iluso. En relación con esto, es interesante la
es asumida como algo inevitable, porque "(...)/ visión de Udo Becker sobre el símbolo de la

La Señora V. llegó, está aquí, no descansa./ catarata, en que hace coincidir la visión
Tardó mucho./ Se hizo presente en un instante./ heracliteana con la budista, lo cual enriquece la

l)¡ k funiuulaj Vd siifyimieiilii: Un esiiii/úi sobre el ¡iempo.. Blanca .-llvatvz C'aballcm


comprensión de ese poema: "La cascada siem tres en la cima/y lo veas que rueda cuestabajo/
pre tiene la misma forma y sin embargo el agua dedícate a buscarlo una y mil veces/ en la plu
nunca es la misma, lo cual simboliza para el ralidad de este desierto" (Pacheco, 1986: 127-
budismo la brevedad y el carácter ilusorio de 128). Nuestro trabajo de sísifos citadinos
todas las cosas terrenales" (Becker, 2001: 70). deviene tan mísero al ser. además de rutinario,
En el poema "Parque España" también se absolutamente semejante al de los otros (un
aprecia esa imagen circular del tiempo (vida- grano de arena entre tantos), que se pierde
muerte). Ahora se trata de la observación del —se erosiona a sí mismo— de continuo en la
agua en una fuente: "El surtidor se vuelve una inmensidad de la vacua Tierra, "desértica" por
columna de aire/ pero la tierra llama/ y el agua/ mantenernos autómatas, seres alienados —se
vuelve a su semejanza/ Otro poco/ de la fuente gún Fromm— o unidimensionales —según
alza el vuelo/ Babel erguida en su imposible Marcuse (1964).
cohesión/ De nuevo torre/ que a su gran pesa El agua reviste, además, el entusiasmo ne
dumbrese rinde" {?aá\sco, 1986:126). Todaobra cesario para iniciar algo y la desgracia de su
humana es una gran Babel. El agua cumple aquí fin, ya como derrumbe, en este caso, o como
con su doble significación temporal, ya que "las disolución, en el poema "Urbana lllinois": "El
aguas son la fuente de todas las potencialida muñeco de nieve en el jardín/ se deshace/ cuan
des de la existencia: el origen y el final de to do la tierra emerge del Invierno/ En un jardín
das las cosas del universo... el agua puede re más vasto somos todos/ figuras contrahechas
presentar los poderes de la vida y la muerte, esperando/ nuestra disolución" (Pacheco, 1986:
del mismo modo puede separar o unir" (Cooper, 125). Utilizar la figura de "un jardín más vas
2000: 11). to" tiene dos implicaciones: por una parte hace
En ese sentido, la fuente es generadora de alusión al cosmos; es decir, nos recuerda el ca
vida, pero también tiene una duración; así lo rácter mortal de los hombres. Esperamos nues
revela el alzarse y el caer del agua. El autor se tra disolución por los procesos biológicos; esto
ha centrado —como casi siempre— en el se es, la inmanente muerte física. Pero, por otro
gundo momento, es decir, el del caer del agua; lado. " (...) Se puede trasponer a niveles más
por eso muestra una importante analogía con elevados y ver en el jardín un símbolo de cultu
la torre de Babel, la cual representa la confu ra opuesto a la naturaleza salvaje, de reflexión
sión, la destrucción. Se sabe que "(...) La pala frente a lo espontáneo, de orden ante el desor
bra misma de Babel viene de la raíz bll que den y de conciencia ante lo inconsciente."
significa confundir" (Chevaiier y Gheerbrant, (Chevaiier y Gheerbrant, 1989: 603) Por ejem
1989:167). Pero, además, remite a que "El hom plo, del mundo racional moderno que diluye al
bre presuntuoso se eleva desmesuradamente, hombre en el anonimato.
pero le es imposible rebasar su condición hu Hay algunas características comunes en los
mana." (ChevalieryGheerbrant, 1989: 167) Hay poemas comentados anteriormente: se trata de
aquí la idea del tiempo como concentración del close-ups de la naturaleza en movimiento (cata
hombre en empresas vanas que no llevan sino ratas, fuente y jardín) para representar la bre
a dos cosas; la destrucción de las obras huma vedad del hombre y sus obras. Asimismo, se
nas, como en "Parque España", o a la labor conjuga lo impersonal simbólico con lo geográ
absurda e injusta de "Le nouveau mythe de fico concreto para situar la fugacidad en un sen
Sisyphe": "Respira hondo/ Ya/ Bueno/ ahora tido amplio, pero no por ello menos íntimo. Lo
empuja/ como hombre/ con fibra/ sin desmayo/ geográfico radica en que el poeta ubica sus tex
tu granito de arena/ Y cuando al fin te encuen tos en Norteamérica y México; mientras que lo

Blanca .álvarez CalnlIcD üe/ii fngafií/íkíy I-ISHfmmUo: Vn esiiidio sohiv dliempo...


impersonal simbólico se revela al recrear la pués de todo esto, como perfectos imbéciles,/
fugacidad en sentido universal, a partir de la nos atrevemos a decir irredentos:/ 'Quégran tris
figura del agua en movimiento continuo y repe teza la fugacidad./ ¿Por qué tenemos que pasar
titivo (circular). No obstante lo anterior, hay un como nubes?'" (Pacheco. 1999: 36). Hay aquí
rasgo distintivo en cada poema: "Parque Espa un cuestio-namientode orden trascendental; ¿por
ña" se enfoca en el optimismo con que una vi qué el hombre nace, crece y muere de modo ver
vencia "alza el vuelo", con que construimos una tiginoso, caprichoso, débil, como el surgimien
Babel, ya en el pensamiento, ya en el acto, sólo to y la desaparición de las nubes?
para darnos cuenta —visión amarga— de que También, en el poema "Nubes", éstas son
es insostenible por efímera. Mientras que "Ur terriblemente pasajeras, menos duraderas que
bana Illinois" presenta la fugacidad básicamente la tarde y el bosque, en la medida que éstos
como fragilidad humana biológica, ya que en representan la totalidad del cosmos, especial
este jardín caótico llamado Tierra los humanos mente los árboles, pues continúan viviendo
somos tan delicados como un muñeco de nieve, "mirándose", mientras que las nubes (símbolo
pero, además, somos desagradables: meras "fi de los humanos) cesan de existir "cuando lo
guras contrahechas esperando nuestra disolu quiere el viento": es decir, el gran tiempo del
ción", esperando o propiciando la muerte, ya cosmos independiente del hombre. Así lo ilus
que "esperando" y "disolución" se refieren a dos tra el siguiente fragmento; "Estas nubes inmó
aspectos de la muerte: la pasiva espera o la viles se irán/ dentro de poco tiempo,/ cuando lo
mutua destrucción. quiera el viento/ y entonces/ se quedarán la tar
Por otro lado, las nubes también resultan de y el bosque/ ya sin testigos,/ frente a frentey
emblemáticas del tiempo fugaz: sólo que más mirándose" (Pacheco. 1999: 47).
efímeras que el agua, en tanto que hacen alu Hay una preocupación por lo que el humano
sión a lo que va directo a la deriva del olvido, deja en este mundo como ser creador, si bien fini
a lo más endeble del tiempo que pasa. Así ocu to. En ese sentido, no deja de sorprender a la voz
rre en "Elogio de la fugacidad" —aunque el tí lírica la capacidad y la necesidad que tiene el
tulo diga lo contrario—, cuyo segundo verso mortalde ser un homoinveniens y, por lo tanto, de
pretende aceptar de buen grado el transcurrir tener reconocimientoy trascendencia sociales, aun
del tiempo cronológico: "Triste que todo pase.../ cuando sólo terrenales, a manera de paliativo
Pero también qué dicha este gran cambio per contra el paso fugaz del hombre en el planeta.
petuo./,,./ ¿Pueden imaginar a un Fausto de Todo con el fin de encontrar un sentido a la exis
1844, digamos,/ que hu tencia humana de "nube
biera congelado el tiem cautiva" del tiempo, como
po fugaz en un/ momen observamos en el poema
to preciso?" (Pacheco. . "vaho": "Vaho, fantasma
1999: 36), Luego se ha- del agtia en ios cristales./
bla de las incomodida- Neblina sin paisaje, nube
des de esa época, como cautiva./ Página gris en
la ausencia de luz eléc- que escribimos un nom-
trica o de medicina ade- ^ « ^^jjfr bre/ ola silueta de un ár-
cuada. pero finalmente ~ W bol./ No dejamos que el
el poeta regresa a la pos vaho se evapore/ sin algo
tura doliente que lo ca de nosotros," (Pacheco,
racteriza; "Y aun des 1999: 49-50).

/A' k fug/ieuliuly elsufrimieBlo: eUmlio sdn- ti titmpo... liianca .'lliarez Caballero


El transcurrir de la vida a la muerte; el pre hombre y la natura. El autor nos muestra el
sente fugaz del hombre y su entorno que se tra contraste entre el proceso natural del amane
duce en continuo envejecimiento está simboli cer y el hacer nocturno desagradable del hom
zado, también, en el paso del día a la noche, en bre: "La luz dibuja el mundo en el rocío./ De
la dualidad luz-oscuridad. Es muy común en las tinieblas brota el nuevo sol./ Es la hora en
Occidente el modo metafórico en que la vida del que se nace/ y acaban su trabajo los matade
hombre se ha clasificado de acuerdo con las ros" (Pacheco, 1999: 51). Asimismo, en la no
estaciones del año: primavera para referir ni che hay un mundo desordenado, un basurero
ñez, adolescencia y juventud; verano: juventud que a la mañana siguiente ya no deberá estar,
y adultez; otoño: madurez e inicio de la vejez; pero que no deja de existir en el planeta (sólo
invierno: senectud. También se ha dividido con se oculta) y, por lo tanto, no deja de contami
respecto a la duración del día; el alba es el na nar, como ocurre en el poema "Mercado": "Veo
cimiento del hombre; el mediodía, su juventud el mercado a la hora del cierre de los puestos/
y madurez; el crepúsculo, el inicio de su vejez, y cuando todos se van y se apagan las luces./ En
la noche, su muerte. En relación con esto, en la la desolación que estuvo viva/ sólo quedan
poesía de José Emilio Pacheco hay dos catego verduras putrefactas,/ el mal olor de las en
rías dominantes: el día y la noche, lo lumínico trañas y las escamas./ Y poco a poco llega
y lo sombrío —aun cuando cuentan con mati hasta el mercado la noche." (Pacheco, 1999:
ces—, que implican el paso de la juventud a la 44). De modo semejante, en "Niños y adultos"
vejez del hombre, del orden social (paraíso mí se dice de los segundos lo siguiente: "(...) no
tico perdido) al caos; de la naturaleza libre a la son valientes como lo fueron a los diez años:/
coacción social. lo hacen de noche y en silencio y a solas."
En ese sentido, el poema "Sucesión" nos dice; (Pacheco, 1999: 32)
'Aunque renazca el sol/ los días no vuelven" Apreciamos, entonces, la dualidad luz-oscu
(Pacheco, 1986: 140). El ciclo solar nos asume ridad como símbolo de lo positivo-negativo, del
cada mañana como seres en armonía con el bien-mal; en que el primer elemento está re
tiempo de la naturaleza. Sin embargo, "los días presentado por el orden del cosmos (su poder
no vuelven", porque hay un choque entre ese generador de vida), mientras que el segundo
tiempo cósmico y el cronológico. Ese tipo de revela las obras destructoras del hombre; por
símbolos se aprecian también en el texto "Epí eso en "Árbol" se dice que "El árbol no conoce
logo" (poema de despedida a José Carlos Bece la oscuridad./ De noche se enciende/ con el ver
rra), en que contemplar las hojas del otoño re dor hirviente en sus ramas./.../ Las tinieblas
mite a la representación de éste como antesala son culpa nuestra." (Pacheco. 1999: 56). Laopo
de la muerte humana, y mueve a la reflexión sición bien-mal conduce a la dicotomía natura
melancólica y a la preparación para dejar de leza-cultura: Tiempo cósmico contrario al tiem
existir: "El otoño era la única deidad/ Renacía/ po histórico.
preparando la muerte/ Sol poniente/ que dora En relación con éste, importa lo universal
ba las hojas secas/ Ycomo las generaciones de de la llamada condición humana, así como lo
las hojas/ son las humanas/.../ Contra este triun social específico del hombre del siglo XX, lo
fo/ de la vida perpetua/ no vale nada/ nuestra cual hace reflexionar al autor sobre la pérdida
mísera muerte" (Pacheco, 1986: 150). de la riqueza cultural y de los recuerdos perso
La noche simboliza, además, el submundo nales significativos encarnados en viejos edifi
de lo oculto por clandestino, de la mentira; cios, parques, ríos. etc. Se trata de una recrea
por tanto, es dañina para la estabilidad del ción del presente del hombre actual atrapado

Blanca Álvare?. Caballero Delafiigacidad y elsufiimienio: Un esiudin sobre eltiempo...


en las fauces del tiempo contemporáneo Pacheco. Dios ha muerto, así como el humanis
deshumanizado. En ese sentido, dos poemas de mo terrenal por la conducta denigrante del hom
La arena errante suscitan mi interés: "No" e "In bre unidimensional contemporáneo. Al respec
deseable": "NO: la brevedad que se abre y se to. el más prosaico de los insectos, una mt^ca,
cierra. No: la torre y el círculo... NO: la mano habla así en un poema: "Qué repujantes los
que se levanta abierta y con los dedos extendi humanos./ Que maldición/ tener que compartir
dos para oponerse, prohibir, castigar, detener el aire nuestro con ellos./.../ Asco y dolor nos
el paso, rechazar..." (Pacheco. 1999: 65). y "No dan los indefensos./ Si hubiera Dios no existi
me deja pasar el guardia./ He traspasado el lí rían los humanos." (Pacheco. 1999:106). Mien
mite de edad./ Provengo de un país que ya no tras que en el poema "Ritos funerarios" se dice:
existe./.../ Me desemplearon hoy y para siem "(...) en esta ceremonia de la fugacidad com
pre./ Carezco por completo de influencias./ Lle partida./ Sabe que nunca habrán de verse en
vo aquí en este mundo largo tiempoV Y nues otro mundo/ (no hay otro mundo)." (1999:109)
tros amos dicen que ya es hora/ de callarme y En otro poema, también se descree de las espe
hundirme en la basura." (Pacheco. 1999: 82). ranzas en un más allá: "Gran lugar este porve
Ambos poemas muestran una concepción del nir presagio del cielo./ prometido por todos./
hombre aniquilado por la burocracia, la visto por nadie./ Qué desgracia: el futuro tam
desprotección por ser inmigrante, desemplea bién pasó./ Hoy se ha perdido en el ayer terri
do. extranjero en el pleno sentido que le da ble." (Pacheco. 1999: 110)
Camus. Se trata del habitante de un mundo Yes que para el poeta todo lo que tenemos
kafkiano. Es el hombre que. frente a este pre es este mundo terrenal, en que no somos sino
sente devastador, se sabe solo al realizar las el presenm en dos sentidos: El de las vivencias
tareas cotidianas de un Sísifo citadino. Es el pasadas actualizado a través del recuerdo de
hombre absurdo por su carencia de asideros momentos agradables (el mental de Henri
espirituales, ya que en la cosmovisión de Bergson), así como el cotidiano de vivir bajo la
coacción del reloj. El interés del autor se centra
en las injusticias, que lo llevan a decir en "In
•I, ' troducción al psicoanálisis": "Don Segismundo
•:V'
Freud/ tras arduo estudio/ descubrió lo que
al otro le costó un verso:/ el delito del hombre
es haber nacido" lyzcheco. 1986: 137). Lo cual
le genera culpa, pues, como señala Elena
Poniatowska:
losé Emilio Pacheco... se siente horriblemen
te responsable de todo, del hambre, la mise
ria, Vietnam... la masacre en la Plaza délas
Tres Culturas...: "Esta responsabilidad que
podría ser una actitud muy progresista se
ve minada desde la raíz por un sentimiento
que en pane también es su consecuencia:
un pesimismo muy profundo, casi visceral,
contra el que he tratado de luchar en vano
por medios racionales: pero, por desgracia,
es algo con lo que se nace y que la realidad

— De lafieldad yellufrimienio; Uh esluéa sobre el tieiHfio. Blanca Aivarcz Caballero


—y la explosiónde la información— te con tiado por la incerti-
firman y ahondan cada día." (Poniatowska, dumbre que le genera '
1993: 32). "El tiempo im^H||[|Í
El poeta denuncia, entre otras cosas, la pérdida hace lo que le dicta la
de la cultura mexicana, de ejes de integridad etemidad:/construyey
humana, como la familia, en favor de un pro destruye/.../ nada
yecto mercantilista: "La vieja casa familiar tie más estamos aquí/ • W
ne un letrero: 'Se vende/ como terreno." Dentro para que pase el tiem- 'V
de poco/ será otro Burger King, Domino's Pizza po/ por la oquedad,/ » X' V'
o Blockbuster./ La edificaron los padres, recién por el vacío que so- • *' 5^* ;
casados, muy jóvenes./.../ Dentro de pocas se mos." (Pacheco. 1999: > '
manas/ alquilarán videos de amor y terror en 53). "Ningún sendero ,
ese Blockbuster./ Nadie reparará en el otro dra quedará./ Nuestros -
ma:/ las familias que se hacen y deshacen,/ el pasos/conducen siem-
nacer, el morir y en medio/ la inmensa vida que pre a la Todo
hiere siempre y se va muy pronto." (Pacheco, lo que
1999; 121). Hay, de entrada, un cuestionamiento desconoce la piedad/ y
a la disolución familiar, propagada por el indi arrasa lo inventado j
vidualismo competitivo del siglo XX, hijo de la por el vacío." (Pacheco.
modernización: "Es el refinamiento absoluto, 1999: 46). Todoes ca-
el colmo/ de la marcadotecnia, el mercado li ducidad: muere el
bre/ y el gran consumo." (Pacheco, 1999: 79). hombre cuando cesa _. - -
"Aquí los controles sociales exigen la abruma de funcionar biológi-
dora necesidad de producir y consumir el derro camente. Mueren los '
che; la necesidad de un trabajo embrutecedor; objetos cuando se des- .
...la necesidad de mantener libertades engaño gastan. Hay destruc
sas tales como la libre competencia a precios ción moral, cultural y
administrados, una prensa libre que se física, como se nota
autocensura, una libertad de escoger entre mar en "Ruinas del Templo Mayor": "Aquí cayeron
cas de fábrica y artefactos[.] Bajo el gobierno los antepasados/ Pueblos hábiles para la gue
de una totalidad represiva, la libertad se puede rra/.../ Con manos delicadas para tallar la pie
convertir en un poderoso instrumento de domi dra/ entretejer las plumas/ abrir el pecho del
nación." (Marcuse, 1964: 29). cautivo/ —y con lágrimas/ para llorar después
Se trata del mundo de los países poderosos la servidumbre." (Pacheco, 1986: 128). Así. se
explotadores de América Latina, como se mues olvidan los antiguos valores, los saberes, los
tra en el poema "Brújula": "Apunta siempre al recuerdos. Todo en el mar es muerte nos dice el
norte la flecha trémula./ Orienta al oriente/y deja escritor continuamente y de varias formas. Pero,
al sur en total desamparo/.../ una inmensa esta paradójicamente, aun cuando todo es finitud,
ción que envía despótica/ señales de obediencia hay un deseo de hacer trascendente la vida; lo
al planeta enteroy.. ./Mundosin brújula, cada vez cual tiene que ver, fundamentalmente, con la
más norteado.! Cada vez más sin esperanza de sublimación del instante; con la intensificación
hallar el rumbo." (Pacheco, 1999: 87-88). o valorización de vivencias, asumiéndolo un
El hombre contemporáneo vive su presente tanto a la manera de El arco y la lira en lo que
con un gran vacío existenclal y se siente angus toca a la reconciliación del hombre con el mun-

Blanca Álvara Caballero lie lafugaeiJad y eisufrimientc: L'« esliu/io tobiv elúempu...
do (aunque, en gene En ese sentido, la natura es anterior al hom
ral, José Emilio bre: Es su progenitora y. en consecuencia, uno
Pacheco es pesimista de los seres más dignos de respeto para el es
en comparación con el critor; en oposición a la humanidad contempo
Nobel mexicano). Así. ránea desacralizada. Por ello denuncia la vile
nos dice Octavio Paz: za del hombre contra su entorno, ahora
mil "El acto mediante el preponderantemente citadino, y conciencia al
' .jíp cual el hombre se fun- lector de la importancia de la naturaleza domi
•' da y revela a sí mis- nante, que hace que el hombre reconozca su in

# recrea l hombre ylo


es la poesía... La defensión con respecto a ella. Un ejemplo elo
., • poesía nos abre la po cuente lo constituye "Iztaccíhuatl": "Esta mon
sibilidad de ser que taña enorme se levanta/ como advertencia de
entraña todo nacer; mi pequeñez/ y mi autoengaño al darme im
portancia,/ Para nada me necesita./ Existe al
hace asumir su condi margen de que la contemple,/ Estuvo aquí cuan
ción verdadera, que do éramos impensables/ y seguirá mañana/.../
no es la disyuntiva: Mientras tanto seremos aire." (Pacheco. 1999:
vida o muerte, sino 55). El poema expresa además la vulnerabili
una totalidad: vida y dad del hombre frente a la naturaleza, y la so
muerte en un solo ins berbia de éste, su "autoengaño" al considerar
tante de Incandescen se el rey del planeta por contar con un córtex;
cia" (Paz. 1986: 156). es decir, su capacidad racional. A fin de cuen
En la obra de José tas. el hombre es muy débil, ya que depende
Emilio Pacheco los absolutamente del equilibrio de la naturaleza
momentos sublimes para subsistir; lo quiera o no, lo olvide o lo
se logran de dos mo evada. Por eso, el poeta se maravilla ante el
dos: 1) al intensificar poderío de la madre tierra, aunque también le
las vivencias agrada tema. Así se nota en "Dominio de la lluvia":
bles en el presente y 2) al almacenarlas en la 'Aplomo de la lluvia... Diosa que otorga vida y
memoria, recordándolas y recreándolas de muerte, la lluvia ha vuelto el cielo su domi-
modo sensible. Por lo que la gran consigna nio[.] Violencia de la lluvia contra la hora.,,, la
de Irás y no volverás es el poema "Hoy mis lluvia me ordena que me borre. Soy un objeto
mo"; "Mira las cosas que se van/ Recuérdalas/ inerme ante el imperio del agua." (Pacheco.
porque no volverás/ a verlas nunca" (Pacheco. 1999: 59)
1986: 141). Se trata de experimentar un pre Nos encontramos ante uno de los temas lu
sente detenido, absoluto, como momento minosos en la visión trágica que predomina en
intemporal o atemporal —según se prefiera— la obra poética de losé Emilio Pacheco, en la
que eterniza ai ser humano integrándolo ai cual, de principio a fin. como bien sabemos,
cosmos mediante el éxtasis de vivenciar la nada altera el desastre.- es decir, la superación
naturaleza en toda su plenitud. Implica tener de la muerte sobre la vida; la idea de que todo
un sentido de pertenencia al hábitat, que da cuanto surge lleva implícita una cuenta regresi
al hombre un gran valor al liberarlo de las va hacia su fin; un tiempo cuantificable cada
ataduras impuestas por nuestro tiempo his vez más asfixiante. Sin embargo, ante ese pa
tórico. norama terrible, se levanta la divisa de la na-

/A- taJuffkidady eisufiimhuo: L'tt csiiu/m sobre e¡i/mpo... Blanca Alvarez Caballcru
turaleza en un poema de sólo un verso: "La sinónimo de preocupación. Si bien en ellos no
luz: la piel del mundo" {Pacheco. 1986: 136). Se tamos que amanece, anochece y hay primave
traca de la victoria del bien, aun cuando sea ra. estos elementos no son indicadores de me
momentánea, de la "lucha entre la voluntad de dición, sino de extrapolación de plenitud hu
muerte de unos seres y un tiempo destructivo, y mana y de deificación de la naturaleza, y ésta
un tenaz impulso contrario por vivir, mejorar y es la gran panacea universal contra las más
durar" (Vülena, 1986: 72). diversas calamidades humanas. Si la amára
Contemplar la naturaleza de modo embele mos. no habría ecocidios, guerras o adicciones;
sado es hacer a un lado lo cotidiano (el presen no denunciaría el poeta: "Desde mi eterna pri
te sucesivo). El deseo de lo que se vivió ya no sión observo el mal, las zoologías aberrantes,
se tiene, y quizás no se vuelva a experimentar el daño que nos hacemos sin parar nunca."
el látigo del pasado. El deseo futuro es. por (Pacheco, 1999: 59).
mismo, siempre incierto. Es decir, se trata de Para concluir: La propuesta de una
hacer a un lado los tres tiempos-ejes centrales revaloración del tiempo eterno podría resca
de! pensamiento occidental y tradiclonalmente tar al hombre de su vacío existencial. de su
judeocristiano. En oposición a éste, el autor rinde hacinamiento, de su condición de Sísifo y
tributo al dios Pan en una serie de poemas lu Prometeo: de esclavo del reloj: de la kafkiana
minosos. Es un modo de experimentar la eter forma de concebir nuestro tiempo contempo
nidad en un mundo donde todoes fugacidad. A! ráneo. en que el poeta nos recuerda constan
respecto, hay en Irásy no volverás tres poemas temente que la poesía tiene una función so
al hilo que así lo revelan; "Oda": "Baja la pri cial importante, aun cuando individual, por
mavera al aire nuestro/ Invade/ con sus plenos ejemplo en lo siguiente: "Existe un rasgo co
poderes al invierno/ Todo lo redescubre e ilu mún entre el joveneuropeo que ataca con bom
mina/ Brota del mar/ Es Dios o su emisario" bas incendiarias un campamento de refugia
(Pacheco. 1986: 135); "El alba en Montevideo": dos y el muchacho que asalta y viola en los
"La noche lentamente se deshace en la luna/ microbuses de esta cada vez más áspera ciu
que avanza llena de eternidad" (Pacheco, 1986: dad: no tuvieron la oportunidad de leer, su
135), y "Amanecer en Buenos Aires": "Rompe la Imaginación y su sensibilidad quedaron muer
luz el azul celeste/ Amanece en la plaza San tas. Por tanto, son incapaces de ponerse en el
Martín/ En cada llor hay esquirlas en el cielo" lugar de los demás." (Pacheco, 2003: 2C). Aquí
(Pacheco. 1986: 135). En esos textos, el paraíso se Infiere la condición lúdica, terapéutica de
anhelado por la humanidad exige integrarse a la poesía; pero sobre todo, su amplio valor
la naturaleza, aunque sólo sea por un instante: ético y el por qué de ponderarla en nuestro
se trata de infundirse de las sensaciones y emo siglo XXI.
ciones que ésta provoca, y de afianzarlas al Sea. pues, este acercamiento a la obra lírica
punto de transformarlas en sentimientos y en de un escritor mexicano clásico de nuestros tiem
valores. Tales momentos son de lo más místico pos una invitación a evaluar la contraposición
a que puede aspirar el hombre por Implicar lo entre el tiempo lineal coaccionador que a diario
eterno que. como afirma Plotino. es "lo que nos carcome y el cósmico eterno que nos propo
persiste en su identidad, está siempre presente ne el autor, como un modo de revalorar nuestra
a sí mismo en su totalidad... perfección indivi condición humana biológica, nuestro actuar con
sible." (Abbagnano. 1961: 465) respecto a la natura, así como ia importancia
Aquí se percibe lo sublime, ya que en ningu de nuestro compromiso de lector de literatura,
no de los tres poemas existe la duración como especialmente de poesía. LC

Blanca .tlvarez Caballero De ¡afi^eidady d uifiiMÍenlo: Unesladio sobre d liempo...


BlflUOGRAFÍA

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La hoguera y el viento, ¡osé Emilio Pacheco ante la
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I— - Úí la ftíffkidady elsufrimicnio: Vn estudio sobre d tiempo... Blanca Álvarez Caballero

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