Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SECCION PRIMERA
AUTORIDADES NACIONALES
Se resuelve el recurso de apelación deducido por la actora contra el auto de 14 de noviembre de 2002, mediante el
cual el Tribunal Administrativo de Cundinamarca (Sección Primera, Subsección A) rechazó la demanda por falta de
jurisdicción.
I. ANTECEDENTES
INDUSTRIA TÉCNICA DE MADERAS S.A. (INTECMA S.A.), mediante apoderado, en ejercicio de la acción de nulidad
y restablecimiento del derecho instituida en el artículo 85 del Código Contencioso Administrativo, presentó demanda
1. Que es nula la Resolución 34882 de 26 de octubre de 2001, por medio de la cual se decide una investigación por
competencia desleal.
2. Que es nula la Resolución 3768 de 4 de febrero de 2002, por la cual se resolvió el recurso de reposición
Mediante auto de 14 de noviembre de 2002 el Tribunal rechazó la demanda por considerar que el artículo 83 del
CCA delimita el ámbito de la jurisdicción contencioso-administrativa. De ahí que la finalidad de esta jurisdicción es
El artículo 85 del CCA al hablar de la acción de nulidad y restablecimiento del derecho la circunscribe a aquellos
Sostiene que no todos los actos expedidos por los órganos estatales son administrativos, pues los hay de naturaleza
legislativa y jurisdiccional.
El artículo 116 de la Constitución Política establece la posibilidad de que determinadas autoridades administrativas
ejerzan funciones jurisdiccionales, previa expedición de la ley que así lo disponga y sobre materias precisas que el
El artículo 143 de la Ley 446 de 1998 atribuyó a la Superintendencia de Industria y Comercio, en materia de
competencia desleal, las mismas funciones jurisdiccionales que dicha entidad tiene en relación con la promoción de
Es claro, entonces, que las decisiones que profiere la Superintendencia de Industria y Comercio con fundamento en
el artículo 143 de la Ley 446 de 1998 son de naturaleza jurisdiccional y, por tanto, escapan al control propio de la
jurisdicción contencioso-administrativa. Ello porque un asunto que ha sido debatido y decidido por autoridad
judicial, en este caso la Superintendencia investida de estas funciones, por el principio de la cosa juzgada, impide
que sea nuevamente estudiado por otro juez y, además, la naturaleza de los actos demandados impide que esta
para su interposición: la acción declarativa de condena que conlleva la posibilidad de indemnización de perjuicios y
Corte Constitucional.
En este caso, la acción promovida ante la Superintendencia por BAMBUSA LIMITADA contra la actora, que terminó
con la expedición de los actos acusados, tenía como fundamento la acción preventiva o de prohibición, es decir, el
conocimiento de la infracción en virtud de facultades administrativas y no de las jurisdiccionales. Por lo tanto, los
Cundinamarca.
Según la demanda, se acusan los actos administrativos contenidos en las resoluciones 34882 de 26 de octubre de
2001, por medio de la cual se decide una investigación por competencia desleal y le impone la actora la multa de
$35.000.000 y la 3768 de 4 de febrero de 2002, que resolvió el recurso de reposición interpuesto por la actora,
confirmando la anterior, proferidas por la Superintendencia de Industria y Comercio dentro del proceso adelantado
por denuncia formulada por BAMBUSA LIMITADA contra INTECMA S.A. por la comisión de actos de competencia
Dedúcese de lo anterior que los actos acusados fueron expedidos por la Superintendencia en virtud de las funciones
jurisdiccionales que le otorgan los artículos 143 y 144 de la Ley 446 de 1998, que establecen:
«ART. 143. Funciones sobre competencia desleal. La Superintendencia de Industria y Comercio tendrá respecto de
las conductas constitutivas de la competencia desleal las mismas atribuciones señaladas legalmente en relación con
ART. 144. Facultades sobre competencia desleal. En las investigaciones por competencia desleal la
Superintendencia de Industria y Comercio seguirá el procedimiento previsto para las infracciones al régimen de
promoción de la competencia y prácticas comerciales restrictivas, y podrá adoptar las medidas cautelares contempladas
Las normas transcritas que forman parte del Título I de la Parte IV de la Ley 446 «DEL EJERCICIO DE FUNCIONES
JURISDICCIONALES POR LA SUPERINTENDENCIAS» establecen funciones y facultades jurisdiccionales a la
«En virtud del examen de la Ley 510 de 1999, la Corte Constitucional[2] reconoce que el artículo 148 de la Ley 446
de 1998, modificado por aquélla, otorga funciones jurisdiccionales no sólo a las Superintendencias Bancaria y de
En resumen, la competencia que la Ley 256 de 1996 le asignó a los jueces para conocer de actos constitutivos de
competencia desleal, fue establecida por el artículo 147 de la Ley 446 de 1998 como competencia a prevención de
los jueces y de la Superintendencia de Industria y Comercio, por lo que, frente al conocimiento de tales actos, tanto
De ello resulta que cuando las conductas constitutivas de competencia desleal son denunciadas mediante la acción
respectiva ante la Superintendencia de Industria y Comercio, este organismo no actúa como de ordinario, es decir,
como órgano de control, inspección y vigilancia, sino que actúa de conformidad con las especiales atribuciones
señaladas en los artículos 143 y 144 de la Ley 446 de 1998 y, por ende, sus actuaciones, desde los puntos de vista
antes expuestos, pertenecen a la misma órbita de decisión de los jueces. En consecuencia, las decisiones tomadas
dentro de los procesos adelantados con fundamento en esas funciones y atribuciones tienen carácter idéntico a
éstas, esto es, jurisdiccional, independientemente de su contenido, ya que por el principio de unidad que rige todo
el ordenamiento jurídico, y que por ello opera en todos sus elementos e instituciones, el ejercicio de la función
jurisdiccional sólo puede producir actos o decisiones jurisdiccionales, sean de trámite o definitivos, y en los procesos
judiciales sólo se producen actos jurisdiccionales, también con ambas posibilidades, sin que al efecto tenga alguna
incidencia el específico contenido de los mismos, toda vez que los hay con decisiones que también pueden ser
En el caso particular de la multa, es sabido que se trata de una medida punitiva pecuniaria que por ello bien puede
encontrarse prevista en los ordenamientos sancionatorios o punitivos, tanto administrativos como penales, de modo
que, contrario sensu, no hay razón para darle a esa medida un exclusivo carácter administrativo. Lo tendría si el
diligenciamiento en que se produce es una actuación administrativa, lo cual presupone una conducta o falta
administrativa y por tanto el ejercicio de la función administrativa, pero en el caso nada de ello se da en relación
con la multa aquí cuestionada, toda vez que la conducta investigada no lo fue a título de falta administrativa, ni la
actuación surtida para imponerla fue de esta naturaleza, y quedó claro que la función ejercida no es administrativa,
en cuanto es jurisdiccional.
De no ser así, y de acogerse la tesis de la actora, se llegaría a que la actuación surtida por la demandada para
expedir los actos acusados es un proceso jurisdiccional y un procedimiento administrativo a la vez, siendo que
ambos tienen principios y reglas distintas y que el proceso es uno sólo para todos los efectos.
En consecuencia, los actos acusados son actos jurisdiccionales, de allí que la decisión de imponerle a la actora la
multa en mención participa de ese mismo carácter jurisdiccional, toda vez que hace parte integral de ellos, en
especial de la Resolución Núm. 4954 de 19 de marzo de 2000, y su confirmatoria, amén de que se adoptó dentro
del mismo procedimiento, por los mismos hechos o causas y fundamentos jurídicos que dieron lugar a las demás
Significa lo anterior que los actos administrativos acusados fueron expedidos por la Superintendencia de Industria y
administrativa.
RESUELVE :
Cópiese, notifíquese y, en firme esta providencia, devuélvase el expediente al Tribunal de origen. Cúmplase.
La anterior providencia fue discutida y aprobada por la Sala en la sesión de 28 de agosto de 2003.
Presidente
OLGA INÉS NAVARRETE BARRERO GABRIEL E. MENDOZA MARTELO
SALVAMENTODEVOTO
Debe precisarse que la Ley 446 de 1998, al otorgar funciones jurisdiccionales a algunas superintendencias,
pretendió descongestionar los despachos judiciales. Sin embargo, tal atribución de funciones judiciales a
organismos administrativos debe interpretarse como un ejercicio excepcional, pues “trasladar a una autoridad
administrativa de3sciones a cargo de los jueces, no siendo éstas de las relacionadas con la investigación y
juzgamiento de delitos, en desarrollo de lo dispuesto en el artículo 116, inciso 3°, de la Constitución Política. No
resulta inconstitucional la norma por razón alguna, y se encuadra en la tendencia legislativa en los últimos años,
recogida por el constituyente según señalamiento anterior, de transferir decisiones a autoridades no judiciales,
como superintendencias, notarías e inspecciones de policía, lo que permite una mayor eficiencia del también
principio fundamental del régimen político, complementario del de la división de poderes, de la colaboración de los
mismos, o de la unidad funcional del Estado” Si bien es connatural a la actividad de las superintendencias, como
parte integrante de la rama ejecutiva del poder público, ( artículo 38 de la Ley 489 de 1998) la expedición de
decisiones de índole administrativa como entes que ejercen las funciones de vigilancia, inspección y control de las
entidades vigiladas, no lo es menos que, acorde con el artículo 116 de la Constitución Política, pueden ser dotadas
por el legislador de precisas funciones de carácter jurisdiccional. Y fue éste el objetivo de la expedición por el
Congreso de la República de la Ley 446 de 1998 con el fin de descongestionar el trabajo de los jueces mediante la
adscripción de atribuciones judiciales, entre otras, a la Superintendencia de Industria y Comercio para que esta
entidad pudiera conocer y decidir los asuntos en materia de competencia desleal. En efecto, los artículos 143 y 144
de la Ley 446 de 1998 establecen: “...”. Sobre el carácter de jurisdiccional del desempeño por parte de la
Superintendencia de Industria y Comercio de las atribuciones a que se refieren los artículos transcritos, la Corte
Constitucional en sentencia C-649 de 200, luego de aplicar varios métodos de interpretación: aproximación literal,
aproximación histórica, aproximación acorde con la Constitución Política, concluyó que como el precepto
constitucional que se relaciona directamente con el tema es el artículo 116, en virtud del cual “excepcionalmente la
ley podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a determinadas autoridades administrativas. Sin
sancionatorias: diferencias
De manera que como la Ley 446 de 1998 determinó que las conductas constitutivas de competencia desleal,
denunciadas a través del ejercicio de la acción respectiva, correspondían, a prevención, a los jueces y a la
Superintendencia de Industria y Comercio, cuando dicha acción se interponga ante la Superintendencia, tal
organismo no actúa como de ordinario, es decir , como órgano de control, inspección y vigilancia, sino que actúa de
conformidad con las especiales atribuciones señaladas en el artículo 143 de la Ley 446 de 1998 y, por ende, sus
actuaciones pertenecen a la misma órbita de decisión de los jueces, escapando al control de la jurisdicción de lo
contencioso administrativa por constituir sentencia judicial. Dentro de este contexto, y habida cuenta de que el
artículo 20 de la Ley 256 de 1996 contempla dos acciones diferentes: declarativa y de condena y preventiva o de
prohibición, la primera consistente en que se declare la ilegalidad de una actuación y que se ordene al infractor
cesar sus efectos e indemnizar los perjuicios que se causaron, corresponde a la pretensión que se puede formular
ante un juez de la República; y la segunda, acción preventiva o de prohibición, que es la que tiene la persona que
piense que puede resultar afectada por actos de competencia desleal para solicitarle al juez que evite la realización
de una conducta desleal, aunque no se haya aún perfeccionado, o que la prohiba aunque aún no haya producido
daño alguno, son acciones de competencia de la Superintendencia de Industria y Comercio con base en atribuciones
jurisdiccionales que le ha otorgado el legislador. Diferente resulta entonces el caso del ejercicio de otras facultades
consistentes en la imposición de sanciones pecuniarias y de multas que autoriza el artículo 4°, numerales 15 y 16,
del Decreto 2153 de 1992; el mantenimiento del registro y la decisión de abstenerse de tramitar quejas que no
sean significativas o la de dar por terminada una investigación si se otorgan garantías de suspensión o de
modificación de la conducta investigada, que sí son actuaciones de índole administrativa y que, por ser adoptadas
dentro de dicho ámbito, son actos administrativos, controlables por la jurisdicción de lo contencioso administrativo
jurisdiccional / COMPETENCIA DESLEAL - Sanción de multa de carácter administrativo: las previstas en Decreto
y 10° de la Ley 256 de 1996 que, describen, en su orden, la conducta consistente en actos de Desviación de la
Clientela y crear confusión con la actividad, las prestaciones mercantiles o establecimiento ajenos. Como
suspensión de la conducta denunciada, y b) concedió al denunciante el término de quince días para la liquidación de
perjuicios, de conformidad con lo que señala el artículo 52 de la Ley 510 de 1999, para lo cual se deberá seguir el
trámite incidental previsto en el C. P. C., decisiones de índole jurisdiccional. La imposición de multa, que también se
determinó en las Resoluciones demandadas, aunque tuvo como causa igualmente la comisión de conductas
calificadas como de competencia desleal, resulta ser una decisión típicamente administrativa, pues, como lo precisó
la Corte Constitucional en la sentencia que revisó la constitucionalidad de los artículos 143 y 144 de la Ley 446 de
1998, las funciones jurisdiccionales que se atribuyeron mediante la norma legal a la Superintendencia de Industria
y Comercio son las que venían siendo de conocimiento de los jueces de la República en aplicación de la Ley 256 de
1996, pero de dicha atribución de funciones jurisdiccionales a la entidad administrativa “ se excluyen atribuciones
tales como las de imponer multas y sanciones pecuniarias establecidas en el Decreto 2153 de 1992, abstenerse de
dar trámite a quejas que no sean significativas, o llevar registros”. En conclusión, como en las Resoluciones
demandadas, además de declarar hechos constitutivos de competencia desleal ubicados en las conductas descritas
en los artículos 8° y 10 de la Ley 256 de 1996; de ordenar la suspensión de tales conductas y de aplicar el
parágrafo 3° del artículo 52 de la Ley 510 de 1999, la Superintendencia impuso multa por $35´000.000.oo,
facultad que no se encuentra prevista en la Ley 256 de 1996 y , por lo tanto, ajena a la competencia que venían
ejerciendo de manera privativa los jueces, este último aspecto es típico de una decisión de rango administrativo y
no jurisdiccional, razón por la cual la competencia de la jurisdicción de lo contencioso administrativo sólo recae
sobre el aparte relativo a la imposición de la multa a que se ha hecho referencia, decidido en las Resoluciones
en cuanto a las decisiones que constituyen actos administrativos, así las mismas se hubieran adoptado dentro de
una misma Resolución en donde la Superintendencia desplegó sus atribuciones jurisdiccionales, aspecto éste,
incluso, que debió estudiarse de fondo para decidir si en tales eventos toda la actuación resulta o no válida por no
haberse realizado en Resoluciones diferentes y con la participación de funcionarios distintos, indicando desde un
comienzo al administrado frente a qué clase de funciones se encuentra: las jurisdiccionales o las administrativas.
CONSEJO DE ESTADO
Con todo comedimiento para con los integrantes de la Sala, me permito plasmar las razones por las cuales no
En este caso se discute la naturaleza de acto administrativo de las Resoluciones 34882 de 26 de octubre de 2001 y
a) Declaró que el comportamiento objeto de investigación realizado por INTECMA S.A. es ilegal por contravenir lo
conducta y que se abstenga en el futuro de repetirla o de realizar actos equivalentes. Además, le impuso una multa
de $35.000.000.
Además, concedió a la Sociedad BAMBUSA como afectada por la conducta establecida en el artículo 1 de dicha
providencia, 15 días para solicitar a la Superintendencia la liquidación de los perjuicios correspondientes, en los
b). Resolvió el recurso de reposición interpuesto contra la Resolución 434882 de 26 de octubre de 2001 en el
La investigación fue adelantada conforme a los lineamientos del artículo 11, numeral 1, Decreto 2153 de 1992 bajo
Investigación que concluyó con el informe motivado de la Superintendencia Delegada para la Promoción de la
Competencia en donde se dijo que INTECMA actuó en contravención a lo dispuesto en los artículos 8 y 10 de la Ley
256 de 1996, pero que no desconoció el artículo 14 de dicha ley, criterio que fue acogido en las Resoluciones
demandadas.
c) Término para que las denunciantes liquidaran los perjuicios causados con la comisión de la conducta.
d) Imposición de multa por haber incurrido en conducta calificada como de competencia desleal.
Sobre las decisiones adoptadas en las Resoluciones demandadas, debió precisarse que el punto en debate se debe
a la atribución de funciones jurisdiccionales a entidades administrativas, criterio que, como ya se vio, esbozó la
Superintendencia de Industria y Comercio para rechazar el recurso de apelación interpuesto con el ánimo de agotar
la vía gubernativa.
Debe precisarse que la Ley 446 de 1998, al otorgar funciones jurisdiccionales a algunas superintendencias,
pretendió descongestionar los despachos judiciales. Sin embargo, tal atribución de funciones judiciales a
organismos administrativos debe interpretarse como un ejercicio excepcional, pues “trasladar a una autoridad
administrativa de3sciones a cargo de los jueces, no siendo éstas de las relacionadas con la investigación y
juzgamiento de delitos, en desarrollo de lo dispuesto en el artículo 116, inciso 3°, de la Constitución Política. No
resulta inconstitucional la norma por razón alguna, y se encuadra en la tendencia legislativa en los últimos años,
recogida por el constituyente según señalamiento anterior, de transferir decisiones a autoridades no judiciales,
como superintendencias, notarías e inspecciones de policía, lo que permite una mayor eficiencia del también
principio fundamental del régimen político, complementario del de la división de poderes, de la colaboración de los
Si bien es connatural a la actividad de las superintendencias, como parte integrante de la rama ejecutiva del poder
público, ( artículo 38 de la Ley 489 de 1998) la expedición de decisiones de índole administrativa como entes que
ejercen las funciones de vigilancia, inspección y control de las entidades vigiladas, no lo es menos que, acorde con
el artículo 116 de la Constitución Política, pueden ser dotadas por el legislador de precisas funciones de carácter
jurisdiccional.
Y fue éste el objetivo de la expedición por el Congreso de la República de la Ley 446 de 1998 con el fin de
descongestionar el trabajo de los jueces mediante la adscripción de atribuciones judiciales, entre otras, a la
Superintendencia de Industria y Comercio para que esta entidad pudiera conocer y decidir los asuntos en materia
de competencia desleal.
conductas constitutivas de la competencia desleal las mismas atribuciones señaladas legalmente en relación con las
FACULTADES SOBRE COMPETENCIA DESLEAL. En las investigaciones por competencia desleal la Superintendencia
de Industria y Comercio seguirá el procedimiento previsto para las infracciones al régimen de promoción de la
competencia y prácticas comerciales restrictivas, y podrá adoptar las medidas cautelares contempladas en las
Sobre el carácter de jurisdiccional del desempeño por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio de las
atribuciones a que se refieren los artículos transcritos, la Corte Constitucional en sentencia C-649 de 200, luego de
aplicar varios métodos de interpretación: aproximación literal, aproximación histórica, aproximación acorde con la
Constitución Política, concluyó que como el precepto constitucional que se relaciona directamente con el tema es el
artículo 116, en virtud del cual “excepcionalmente la ley podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a
determinadas autoridades administrativas. Sin embargo, no les será permitido adelantar instrucción de sumarios ni
juzgar delitos” y que, tal como se lee en las intervenciones efectuadas durante el debate legislativo de la Ley 446
de 1998, la meta principal del legislador fue desjudicializar el conocimiento de ciertas conductas, en el sentido de
atribuir la competencia para pronunciarse sobre ellas, a entidades administrativas especializadas y, por ende,
idóneas para tomar decisiones sobre asuntos particulares. “A partir de lo anterior, aunado a lo dispuesto en el
artículo 147 de la misma ley sobre competencia a prevención, y a lo que ordena el artículo 148 respecto del
procedimiento, arriba se llegó a la conclusión de que, al menos algunas de las atribuciones que los artículos
acusados confieren a la Superintendencia de Industria y Comercio, tienen carácter jurisdiccional. Sin embargo, es
claro que el artículo 116 enfatiza el carácter excepcional de este tipo de atribuciones; por lo mismo, cuando se trata
de interpretar normas que atribuyen funciones pero son ambiguas en cuanto a su carácter, como las que ocupan la
atención de la Corte, habrá de darse preferencia a una interpretación según la cual las funciones son, como norma
general, administrativas, salvo aquellas que el legislador haya determinado, con precisión y especificidad, que son
jurisdiccionales”
De manera que pienso que debió hacerse una interpretación de manera restrictiva de las atribuciones de naturaleza
Aplicado el anterior criterio, encuentro que la decisión sobre denuncias respecto de actos constitutivos de
ARTÍCULO 7°: Prohibición general: Quedan prohibidos los actos de competencia desleal. Los participantes en el
En concordancia con lo establecido por el numeral 2° del artículo 10 bis del Convenio de Paris, aprobado mediante
ley 178 de 1994, se considera que constituye competencia desleal, todo acto o hecho que se realice en el mercado
con fines concurrenciales, cuando resulte contrario a las buenas costumbres mercantiles, al principio de la buena fe
comercial, a los usos honestos en materia industrial o comercial, a los usos honestos en materia industrial o
comercial, o bien cuando está encaminado a afectar o afecte la libertad de decisión del comprador o consumidor, o
Y que en los artículos 8° y siguientes de la Ley en comento describe los actos de Desviación de la Clientela, de
Reputación Ajena, la Violación de Secretos, la Inducción a la Ruptura Comercial, la Violación de Normas y los Pactos
Desleales de Exclusividad, como conductas constitutivas de Competencia Desleal, como conductas que pueden dar
lugar a las siguientes acciones:
Dice el Capítulo III de la Ley 256 de 1996 ( artículo 20) que contra los actos de competencia desleal se pueden
interponer:
a). La acción declarativa y de condena. El afectado por actos de competencia desleal tiene acción para que se
declare judicialmente la ilegalidad de los actos realizados; consecuencialmente, puede solicitar se ordene al
infractor remover los efectos producidos por dichos actos e indemnizar los perjuicios causados.
b). La acción preventiva o de prohibición, que es la que puede ejercitar el posible afectado con actos de
competencia desleal tendiente a solicitar al juez que evite la realización de una conducta desleal que aún no se ha
En estos eventos, la legitimación por activa está dada por quien demuestre la intención de participar en el mercado
y cuyos intereses económicos resulten afectados o amenazados por actos de competencia desleal y, además, por
Y en cuanto al trámite a seguir, el Capítulo IV contiene las disposiciones procesales señalando que, sin perjuicio de
lo dispuesto en las normas legales sobre protección al consumidor, los procesos por violación a las normas de
competencia desleal se tramitarán por el procedimiento abreviado descrito el Código de procedimiento Civil, y que
serán competentes para su conocimiento los jueces especializados en derecho comercial creados en el Decreto
Posteriormente, la Ley 510 de 1999 modificó el artículo 148 de la Ley 446 de 1998, indicando el procedimiento que
deben utilizar las superintendencias en el trámite de los asuntos de que trata dicha ley, regulación que, a juicio de
la Corte Constitucional, de manera antitécnica, resulta una atribución por parte del legislador de funciones
Comercio.
Es así como la competencia que había señalado de manera clara la Ley 256 de 1996 en cabeza de los jueces para
conocer de actos constitutivos de competencia desleal, luego fue regulada en el artículo 147 de la Ley 446 de 1998
como competencia a prevención de los jueces y de la Superintendencia de Industria y Comercio, por lo que, frente
al conocimiento de tales actos , tanto la Superintendencia de Industria y Comercio como la Rama Judicial tienen
competencia.
Pero tal atribución excepcional de funciones jurisdiccionales a la entidad, no significa que en relación con la
administrativa, pues no se descarta que continúe desempeñando, dentro del giro normal de su competencia,
atribuciones de tipo administrativo, y es éste precisamente el aspecto que servirá de punto de partida para el
La interpretación de los artículos 143 y 144 de la Ley 446 de 1998 que la Corte Constitucional[4] encontró más
acorde con el espíritu de la Carta fue la de que: “Si se aceptara la interpretación según la cual son de índole
administrativa todas las funciones que se refieren ala promoción de la competencia y prácticas comerciales restrictivas,
y que ahora podrá ejercer la Superintendencia respecto de la competencia desleal, se suscitarían, probablemente,
prevención con los jueces..” y ella me lleva a concluir que no existe razón alguna para hacer diferenciación entre la
Pero que, igualmente, no puede hacerse similar deducción frente a la expedición de medidas que la
Superintendencia de Industria y Comercio puede adoptar en relación con la imposición de sanciones pecuniarias de
que trata el artículo 4° del Decreto 2153 de 1992 y las consistentes en abstenerse de dar trámite a ciertas
peticiones, y la de llevar el registro, decisiones que no son del resorte de los jueces dentro de los procesos
judiciales y que, por lo tanto, conllevan el carácter de administrativas por pertenecer al giro ordinario de la
De manera que como la Ley 446 de 1998 determinó que las conductas constitutivas de competencia desleal,
denunciadas a través del ejercicio de la acción respectiva, correspondían, a prevención, a los jueces y a la
Superintendencia de Industria y Comercio, cuando dicha acción se interponga ante la Superintendencia, tal
organismo no actúa como de ordinario, es decir , como órgano de control, inspección y vigilancia, sino que actúa de
conformidad con las especiales atribuciones señaladas en el artículo 143 de la Ley 446 de 1998 y, por ende, sus
actuaciones pertenecen a la misma órbita de decisión de los jueces, escapando al control de la jurisdicción de lo
Dentro de este contexto, y habida cuenta de que el artículo 20 de la Ley 256 de 1996 contempla dos acciones
diferentes: declarativa y de condena y preventiva o de prohibición, la primera consistente en que se declare la
ilegalidad de una actuación y que se ordene al infractor cesar sus efectos e indemnizar los perjuicios que se
causaron, corresponde a la pretensión que se puede formular ante un juez de la República; y la segunda, acción
preventiva o de prohibición, que es la que tiene la persona que piense que puede resultar afectada por actos de
competencia desleal para solicitarle al juez que evite la realización de una conducta desleal, aunque no se haya aún
perfeccionado, o que la prohiba aunque aún no haya producido daño alguno, son acciones de competencia de la
Superintendencia de Industria y Comercio con base en atribuciones jurisdiccionales que le ha otorgado el legislador.
Diferente resulta entonces el caso del ejercicio de otras facultades consistentes en la imposición de sanciones
pecuniarias y de multas que autoriza el artículo 4°, numerales 15 y 16, del Decreto 2153 de 1992; el
mantenimiento del registro y la decisión de abstenerse de tramitar quejas que no sean significativas o la de dar por
que sí son actuaciones de índole administrativa y que, por ser adoptadas dentro de dicho ámbito, son actos
administrativos, controlables por la jurisdicción de lo contencioso administrativo a través del ejercicio de las
En este caso, la Superintendencia de Industria y Comercio encontró probadas las faltas descritas en los artículos 8°
y 10° de la Ley 256 de 1996 que, describen, en su orden, la conducta consistente en actos de Desviación de la
Clientela y crear confusión con la actividad, las prestaciones mercantiles o establecimiento ajenos.
Como consecuencia de ello, la Superintendencia de Industria y Comercio en las Resoluciones a que se ha hecho
días para la liquidación de perjuicios, de conformidad con lo que señala el artículo 52 de la Ley 510 de 1999, para lo
cual se deberá seguir el trámite incidental previsto en el C. P. C., decisiones de índole jurisdiccional.
La imposición de multa, que también se determinó en las Resoluciones demandadas, aunque tuvo como causa
igualmente la comisión de conductas calificadas como de competencia desleal, resulta ser una decisión típicamente
administrativa, pues, como lo precisó la Corte Constitucional en la sentencia que revisó la constitucionalidad de los
artículos 143 y 144 de la Ley 446 de 1998, las funciones jurisdiccionales que se atribuyeron mediante la norma
legal a la Superintendencia de Industria y Comercio son las que venían siendo de conocimiento de los jueces de la
República en aplicación de la Ley 256 de 1996, pero de dicha atribución de funciones jurisdiccionales a la entidad
administrativa “ se excluyen atribuciones tales como las de imponer multas y sanciones pecuniarias establecidas en
el Decreto 2153 de 1992, abstenerse de dar trámite a quejas que no sean significativas, o llevar registros”
En conclusión, como en las Resoluciones demandadas, además de declarar hechos constitutivos de competencia
desleal ubicados en las conductas descritas en los artículos 8° y 10 de la Ley 256 de 1996; de ordenar la
suspensión de tales conductas y de aplicar el parágrafo 3° del artículo 52 de la Ley 510 de 1999, la
Superintendencia impuso multa por $35´000.000.oo, facultad que no se encuentra prevista en la Ley 256 de 1996
y , por lo tanto, ajena a la competencia que venían ejerciendo de manera privativa los jueces, este último aspecto
es típico de una decisión de rango administrativo y no jurisdiccional, razón por la cual la competencia de la
jurisdicción de lo contencioso administrativo sólo recae sobre el aparte relativo a la imposición de la multa a que se
las decisiones que constituyen actos administrativos, así las mismas se hubieran adoptado dentro de una misma
aspecto éste, incluso, que debió estudiarse de fondo para decidir si en tales eventos toda la actuación resulta o no
válida por no haberse realizado en Resoluciones diferentes y con la participación de funcionarios distintos, indicando
desde un comienzo al administrado frente a qué clase de funciones se encuentra: las jurisdiccionales o las
administrativas.
Septiembre, 11 de 2003
-----------------------
[1] Auto de 28 de noviembre de 2002, expediente 2001-7916-01, Actor: Comunicación Celular S.A. COMCEL S.A.,
[2] Sentencia C-415 de 28 de mayo de 2002, Magistrado Ponente doctor Eduardo Montealegre Lynett.
[4] Sentencia C-649 de 2001de la Corte Constitucional. Magistrado Ponente Eduardo Montealgre Lynett.