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Superposición de ondas

¿Cómo se comporta el sonido en la vida real? Escuchemos dos sonidos distintos y juzguemos
cuál suena más natural.
Audio 6.1: Grabación sin reverberación
Audio 6.2: Grabación con reverberación

Claramente, el sonido de la voz con reverberación es más natural que la voz del primer
ejemplo. Las ondas en la vida real, incluyendo las ondas acústicas, no son ondas aisladas de
su entorno y de otras ondas, sino que a menudo interactúan con otras ondas y con sus
propias reflexiones (Figura 6.1).
Figura 6.1: Ondas superpuestas

En el caso de ondas como las que se generan en un estanque, el resultado es un patrón


agradable. Por el contrario, cuando las ondas de sonido se superponen, su sonido se modifica
drásticamente. A este fenómeno se le conoce como desfase y constituye una de las mayores
preocupaciones al grabar.
Audio 6.3: Onda de sonido original

Audio 6.4: Ondas de sonido superpuestas

Las ondas ejercen una fuerza sobre las partículas que desplazan. Por lo tanto, cuando dos
ondas se superponen, la fuerza que las dos ondas ejercen sobre una misma partícula se
suman (Figura 6.2).
Figura 6.2: Suma vectorial de la fuerza de dos ondas superpuestas
El resultado es una partícula que se mueve en una dirección diferente a la que se movería al
existir una única onda. Como podremos imaginar, en el caso de las ondas de sonido, el
resultado es una onda que suena diferente.

Fase
La amplitud de una onda de sonido puede analizarse de dos formas: en función del tiempo o
en función de la rotación de fase. Cuando se hace en función del tiempo, podemos calcular la
frecuencia y el período. Cuando es en función de la rotación de fase, el eje X no es medido
en milisegundos sino en grados.
El análisis basado en grados se obtiene de la naturaleza cíclica, propia de todos los tipos de
ondas. 360° representan el proceso en el que la onda completa un ciclo; 180° corresponden a
medio ciclo; y 90°, a un cuarto de ciclo (Figura 6.3).
Figura 6.3: Rotación de fase de una onda
Es importante recordar que la rotación en grados no depende del tiempo transcurrido, sino de
la posición de la onda respecto al eje Y. Tenemos entonces que 90° siempre coincidirán con la
primera cresta de la onda, 180° con el segundo intercepto de la onda con el eje X, 270° con el
primer valle de la onda, y así sucesivamente.
El fenómeno de fase no se aplica a ondas individuales, sino que es el resultado de la
interacción de varias ondas de sonido. Cuando escuchamos una canción en un equipo de
sonido, existe una gran cantidad de ondas que están siendo emitidas al mismo tiempo, las
cuales tienen distintas frecuencias y, por lo tanto, distintas longitudes de onda. Cada una de
estas ondas interactúa de manera distinta con el espacio acústico. Si estamos sentados
dentro de una habitación, nuestros oídos no captarán únicamente las ondas que viajan
directamente desde los monitores hacia nuestros oídos, sino una combinación de las ondas
originales y las reflexiones de estas contra las superficies de la habitación. El diseño acústico
de un espacio busca que dichas reflexiones no provoquen desfases con las ondas originales.

Desfase de 0°
Cuando varias ondas acústicas similares pasan por un mismo punto de captación, como por
ejemplo un oído humano o un micrófono, sus amplitudes se combinan. Esta combinación se
ve afectada por la sincronía entre los sonidos que alcanzan el punto de captación.
Escuchemos lo que sucede cuando el mismo sonido es duplicado y emitido de modo
sincronizado:
Audio 6.5: Onda sinusoidal

Audio 6.6: Dos ondas sinusoidales idénticas y sincronizadas


Como pudimos apreciar, al reproducir ambos sonidos de manera simultánea, el nivel o
volumen que percibimos aumentó. Esto se debe a la combinación del sonido duplicado con el
original.
Así, cuando las ondas llegan al punto de observación al mismo tiempo, decimos que están en
fase, fenómeno conocido como desfase de 0° o superposición constructiva.
Cada una de las ondas que se combinan en el punto de captación son llamadas ondas
simples. La suma de sus amplitudes forma una onda compleja. Debemos tener cuidado con
estos términos, pues no deben confundirse con las ondas simples y complejas según su
contenido espectral, las cuales analizaremos más adelante en el curso.
Consideremos el siguiente ejemplo. Dos ondas iguales se encuentran en un punto de
captación (Figura 6.4).
Figura 6.4: Ondas iguales
Al combinar sus amplitudes, se produce un comportamiento acumulativo. Por ejemplo, entre 0
y 90 grados ambas ondas aumentan su amplitud, por lo cual sus valores se suman generando
una amplitud resultante con un valor de 2 (Figura 6.5).
Figura 6.5: Comportamiento entre 0 y 90 grados

Entre 90 y 180 grados ambas ondas presentan una caída de amplitud de una unidad, lo cual
provoca una reducción de dos unidades, que lleva la onda compleja del valor de amplitud 2 a
cero. En 180 grados ambas ondas retornan a cero (Figura 6.6).
Figura 6.6: Comportamiento entre 90 y 180 grados
Entre 180 y 270 grados, se repite el comportamiento anterior generando una caída acumulada
de dos unidades a partir del nivel cero (figura 6.7). El valor de amplitud resultante en 180
grados es de -2.
Figura 6.7: Comportamiento entre 180 y 270 grados
Finalmente, al completar el ciclo, ambas ondas aumentan una unidad entre 270 y 360 grados,
generando un aumento acumulado de dos unidades con lo cual la onda compleja retorna a
cero grados (Figura 6.8).
Figura 6.8: Comportamiento entre 270 y 360 grados
La siguiente tabla muestra cómo las amplitudes de las dos ondas originales interactúan para
generar una única onda resultante.
Tabla 6.1: Suma de dos ondas simples con desfase de 0°

Al graficar dichas interacciones, obtenemos una onda compleja cuyos valores de amplitud
reflejan la acumulación de los valores de las ondas simples (Figura 6.9).
Figura 6.9: Onda compleja resultante de un desfase de 0°
La onda compleja resultante será percibida con mayor volumen que cada una de las ondas
simples por separado. Esto es así porque dos ondas que se encuentran perfectamente en
fase suman sus amplitudes.

Desfase de 90°
Generalmente se busca que la relación de fase entre las distintas ondas que llegan a los
micrófonos sea de 0°, 360° o sus múltiplos, para que el único efecto en la grabación sea una
duplicación de amplitud. La relación de fase puede llegar a ser problemática si no coincide con
estos valores, sin embargo, obtener una duplicación perfecta de fase es prácticamente
imposible, pues nunca se podrá sincronizar perfectamente el sonido directo y todas sus
reflexiones.
Continuemos con el escenario simplificado en el que dos ondas simples interactúan entre sí.
Exploremos un segundo tipo de relación de fase entre dos ondas, analizando la interacción de
dos ondas con un desfase de 90° entre sí (Figura 6.10).
Figura 6.10: Ondas simples con un desfase de 90° entre sí
La onda desfasada llega al punto de captación, ya sea el oído o un micrófono, con un retraso
de 90° respecto a la otra onda.
Analicemos la interacción acumulada de ambas ondas. Llamemos onda uno a la onda original
y onda dos a la onda desfasada. Entre 0 y 90 grados del primer ciclo, no existe onda
compleja. Esto aplica solamente para el primer cuarto de ciclo de la onda uno (Figura 6.11).
Figura 6.11: Onda 1, primer cuarto de ciclo
Entre 90 y 180 grados, ambas ondas presentan comportamientos opuestos de amplitud,
iniciando y terminando en el valor uno, lo cual genera un comportamiento de aumento y
reducción en la onda compleja, iniciando y concluyendo en el valor uno de amplitud (figura
6.12).
Figura 6.12: Comportamiento entre 90 y 180 grados
Veamos ahora lo que sucede entre 180 y 270 grados. Ambas ondas presentan una caída de
una unidad, lo cual genera una caída acumulada de dos unidades en la onda compleja (figura
6.13).
Figura 6.13: Comportamiento entre 180 y 270 grados
Ahora, entre 270 y 360 grados sucede lo contrario que entre 90 y 180. Tanto la onda uno como
la dos presentan movimientos en sentido opuesto, de 0 a -1 y de -1 a 0 respectivamente, lo
cual genera una onda compleja que inicia y finaliza en el nivel de amplitud -1 (figura 6.14).
Figura 6.14: Comportamiento entre 270 y 360 grados
Para completar el ciclo, observemos el comportamiento entre 360 y 450 grados. Ambas ondas
aumentan una unidad, lo cual genera una onda compleja que aumenta dos unidades de
amplitud entre -1 y 1(figura 6.15).
Figura 6.15: Comportamiento entre 360 y 450 grados
En la siguiente tabla observamos la interacción entre las amplitudes de ambas ondas.
Tabla 6.2: Suma de dos ondas simples con desfase de 90°
Veamos entonces, la onda compleja resultante (Figura 6.6).
Figura 6.16: Onda compleja resultante de un desfase de 90°

Escuchemos esta onda.


Audio 6.7: Dos ondas sinusoidales con desfase de 90°

La suma de las amplitudes de las dos ondas desfasadas produce una onda compleja con una
forma diferente a las ondas simples. Esto provoca un efecto que, por regla general, es
indeseado.
Este tipo de inconvenientes puede ser generado de diversas maneras:
Dos micrófonos captando una misma fuente, como por ejemplo una guitarra acústica siendo
captada por dos micrófonos. La distancia que separa los micrófonos entre sí provoca una
diferencia en el tiempo de llegada de las ondas a ambos micrófonos.
Un micrófono captando una fuente y sus reflexiones: imaginemos un micrófono colocado
frente a una guitarra, y una pared detrás de él. Algunas ondas de la guitarra llegarían al
micrófono directamente, mientras que otras serían reflejadas por la pared y luego llegarían al
micrófono con un leve retraso.

Desfase de 180°
Continuemos con el siguiente tipo de desfase: el de 180 grados y sus múltiplos. Este es el
desfase más drástico, conocido como superposición destructiva.
¿Por qué recibe este nombre? Escuchemos la razón. Dupliquemos una onda sinusoidal de
nuevo y reproduzcamos ambos sonidos de modo sincronizado.
Audio 6.8 Dos ondas sinusoidales idénticas y sincronizadas

El aumento de amplitud obedece al comportamiento de duplicación del desfase de cero


grados. Ahora, activemos y desactivemos un desfase de 180 grados al audio duplicado.
Audio 6.9: Audio duplicado con desfase de 180°

Al activar el desfase, ambos sonidos sufren lo que se llama cancelación de fase, generando
silencio absoluto, pues la suma de las señales es siempre 0 (Figura 6.17).
Figura 6.17: Ondas simples con un desfase de 180° entre sí
Examinemos la interacción detenidamente, llamando nuevamente onda uno a la original y dos
a la desfasada.
En los primeros 180 grados del primer ciclo, la onda uno presenta un comportamiento normal,
fluctuando entre los valores cero y uno de amplitud y regresando a cero al alcanzar 180
grados (Figura 6.18)
Figura 6.18: Comportamiento entre 0 y 180 grados
En este punto inicia la superposición destructiva, que consiste en la anulación total del sonido,
o cancelación. Entre 180 y 270 grados, la onda uno presenta una caída entre los valores de
amplitud 0 y -1, mientras que la onda dos hace lo contrario aumentando de 0 a 1. La onda
compleja resultante es una línea recta con un valor de cero amplitud (figura 6.19).
Figura 6.19: Comportamiento entre 180 y 270 grados

El comportamiento opuesto se presenta entre 270 y 360 grados. La onda uno va de -1 a 0,


mientras que la onda dos varía entre 1 y 0, resultando en la misma suma a cero de la onda
compleja (Figura 6.20)
Figura 6.20: Comportamiento entre 270 y 360 grados
La suma de la amplitud de ambas ondas simples resultará en la cancelación total, como
muestra la siguiente tabla.
Tabla 6.3: Suma de dos ondas simples con desfase de 180°
Al graficar los resultados, obtenemos una onda compleja cuyo contenido es silencio total, a
excepción de la mitad del primer ciclo (Figura 6.21).
Figura 6.21: Onda compleja resultante de un desfase de 180°
Recapitulemos, escuchando los desfases que hemos analizado hasta ahora.
Audio 6.10: Guitarra acústica original

Audio 6.11: Guitarra acústica desfasada 90°

Audio 6.12: Guitarra acústica desfasada 180°

Audio 6.13: Guitarra acústica desfasada 270°

El desfase de 180°, que resulta en una cancelación total del sonido, es posible únicamente en
la teoría. En el mundo real, los desfases podrán acercarse a 180°, pero siempre habrá
algunas reflexiones en desfases diferentes, por lo que nunca se alcanzará la cancelación total.

Comb Filtering
El Comb Filtering puede ser visto como el conjunto de desfases que presentan diferentes
frecuencias con tiempos de retraso específicos. Estas interacciones acumuladas de amplitud
presentan un sonido característico. Escuchemos un ejemplo
Audio 6.14: Comb filtering
¿Por qué se genera este tipo de sonoridad? Analicemos el siguiente ejemplo: una onda de 1
kHz completa 1000 ciclos en un segundo. Esto quiere decir que completa un ciclo cada
milisegundo (Figura 6.22).
Figura 6.22: Onda de 1kHz

Si una de las reflexiones de la onda original llega al punto de captación con un retraso de un
milisegundo con respecto a la onda original, el atraso será equivalente a un ciclo (Figura 6.23).
Figura 6.23: Onda de 1kHz retrasada 1ms
Al sumar las dos ondas, el resultado será una duplicación (Figura 6.24).
Figura 6.24: Suma de dos ondas de 1kHz, una de ellas retrasada 1ms

Apliquemos el mismo ejemplo, pero esta vez a una onda de 2kHz. La onda completa 2000
ciclos en un segundo. Esto quiere decir que completa dos ciclos cada milisegundo (Figura
6.25).
Figura 6.25: Onda de 2kHz
Cuando retrasamos otra onda de 2kHz por un milisegundo, su desfase será de 720°, los
cuales equivalen a dos ciclos completos (Figura 6.26).
Figura 6.26: Onda de 2kHz retrasada 1ms

Una vez más, el resultado de la suma de ambas ondas es una duplicación a partir del primer
milisegundo (Figura 6.27).
Figura 6.27: Suma de dos ondas de 2kHz, una de ellas retrasada 1ms
Las ondas se duplican porque el desfase de 720° vuelve a producir que las ondas estén
perfectamente en fase.
Analicemos un ejemplo más, esta vez con una onda de 500Hz (Figura 6.28).
Figura 6.28: Onda de 500Hz

Una onda de 500 Hz completa 500 ciclos en un segundo. Esto quiere decir que completa
medio ciclo cada milisegundo. Si retrasamos otra onda de 500Hz un milisegundo, el desfase
respecto a la primera sería de 180° (Figura 6.29).
Figura 6.29: Onda de 500Hz retrasada 1ms
Debido al desfase de 180°, la combinación de ambas ondas resultará en la cancelación total
(Figura 6.30).
Figura 6.30: Suma de dos ondas de 500Hz, una de ellas retrasada 1ms

Si continuáramos con estos ejemplos observaríamos que para el mismo tiempo de retraso
(1ms) cada frecuencia tiene un desfase específico. Las frecuencias de 1kHz, 2kHz, 3kHz, etc,
estarán siempre en fase; mientras que las frecuencias de 500Hz, 1.5kHz, 2.5kHz, etc,
provocarán siempre una cancelación total. Si graficamos estos resultados obtenemos una
respuesta de frecuencias similar a la que muestra aquí (Figura 6.31).
Figura 6.31: CombFiltering para un tiempo de retraso de 1ms
Al modificar el tiempo de retraso, las frecuencias que son duplicadas en amplitud y las que se
cancelan totalmente variarán. Sin embargo, se mantendrá el patrón del gráfico similar a un
peine, de donde se toma su nombre en inglés: Comb Filtering.

Ondas Estacionarias
Probablemente hemos observado el curioso fenómeno que sucede cuando colocamos un
recipiente con líquido dentro, sobre una superficie que vibra. Las olas generadas en la
superficie parecen vibrar en el mismo lugar, sin moverse. Este fenómeno se debe a la
superposición de ondas y recibe el nombre de onda estacionaria.
Las ondas estacionarias también se generan en las cuerdas de instrumentos, tales como
guitarras, bajos, violines y otros cordófonos, debido a la reflexión de las vibraciones en los
extremos del instrumento que sujetan la cuerda.
Consideremos dos ondas sinusoidales de igual frecuencia y amplitud, viajando en la misma
dirección, pero sentido opuesto (Figura 6.32). Ambas ondas inician su movimiento en fase, por
lo que en este punto, la onda compleja es una duplicación.
Luego, cuando transcurre un cuarto del período, las ondas se desfasan 180°, resultando en
una cancelación completa. Cuando transcurre la mitad del período, la onda compleja también
es una duplicación, pero con la polaridad opuesta a la duplicación del principio. Es decir, las
zonas que antes eran crestas, hoy son valles, y viceversa.
Cuando transcurren tres cuartos del período, la onda compleja vuelve a ser una cancelación
total. Finalmente, luego de un período completo, ambas ondas se encuentran en fase,
produciendo una duplicación igual a la del inicio.
Figura 6.32: Generación de una onda estacionaria
Figura 6.33: Animación de una onda estacionaria

Por lo tanto, la onda compleja resultante da la impresión de no desplazarse, sino únicamente


oscilar alrededor los mismos puntos llamados nodos (Figura 6.34). Los nodos permanecen
inmóviles, pues la suma vectorial de la fuerza de las ondas en esos puntos siempre es cero.
Los puntos donde se alcanza la máxima amplitud de oscilación son llamados antinodos.
Figura 6.34: Nodos y antinodos de una onda estacionaria

Decibeles: Bases teóricas


Sin duda hemos visto consolas de mezcla con escalas de medición en decibeles (Figura 6.35).
Esta unidad estará presente en la gran mayoría de equipos de audio.
Figura 6.35: Consola de mezcla con medidores en decibeles

A pesar de ser una de las unidades más importantes en el mundo del audio, el decibel es
también una de las unidades menos comprendidas. Comprender verdaderamente esta unidad
nos permitirá, entre otras cosas, asegurar que los niveles de la señal son óptimos en cada
etapa del procesamiento. A esto se le conoce con el nombre de “estructura de ganancia”.
Una estructura de ganancia apropiada hará la diferencia entre un sonido con una gran
cantidad de ruido y una grabación limpia.
Audio 6.15: Grabación con estructura de ganancia incorrecta

Audio 6.16: Grabación con estructura de ganancia correcta


¿Por qué usar decibeles?
Por lo general, tendemos a comprender las magnitudes físicas de una manera lineal: el doble
de una cantidad produce el doble de efecto. Por ejemplo, el doble de harina produce el doble
de pan, el doble de combustible permite recorrer el doble de distancia, y así sucesivamente.
Sin embargo, el fenómeno sonoro no se comporta de una manera lineal.
Por medio de experimentos se ha demostrado que la potencia aplicada a un amplificador debe
aumentar un 26% para que que el oído humano sea capaz de percibir un cambio mínimo en el
volumen. Apliquemos cifras a este ejemplo. Si la potencia aplicada a un amplificador es de
1W, sería necesario aumentarla a 1.26W para que percibamos un volumen levemente más
alto. De manera similar, una potencia de 100W debe ser aumentada a 126W para percibir una
mínima diferencia de nivel.
La diferencia de la potencia aplicada en el primer caso fue de 0.26W, mientras que en el
segundo caso fue de 26W. El aumento de nivel percibido fue igual en ambos, sin embargo las
cantidades absolutas son diferentes: 0.26 no es igual a 26. No obstante, observamos que el
cambio relativo sí fue igual en ambos escenarios: 26% De esto se desprende una conclusión
importante: en el audio, no es conveniente expresar los cambios en magnitudes absolutas,
sino en magnitudes relativas.
De esta manera, los cambios de magnitud en el audio se expresan siguiendo dos pasos
básicos:
Determinar la relación entre el valor nuevo y el valor original.
Calcular el logaritmo de esa relación. Por lo general, se utilizan logaritmos con base 10.

El logaritmo
En este punto, es necesario recordar qué es un logaritmo. Un logaritmo es el exponente al que
la base debe estar elevada para que resulte un número. Veamos un ejemplo (Figura 6.36). En
este caso, la base es 10, el exponente es 3, y el número es 1000. Por lo tanto, el logaritmo
base 10 de 1000 es 3.
Figura 6.36: El logaritmo
Calcular el logaritmo base 10 de la relación tiene dos objetivos principales:
El sonido se comporta de manera logarítmica en muchos aspectos. Por ejemplo, entre 100Hz
y 200Hz existe la misma distancia musical que entre 10kHz y 20kHz. Al sacar el logaritmo de
la relación entre el valor nuevo y el valor anterior, colocamos el comportamiento logarítmico
del sonido en una escala lineal.
Una escala es lineal si sus valores son, por ejemplo, 1, 2, 3, 4, 5, etc. Una escala es
proporcional si sus valores son 1, 10, 100, 1000, etc. A las escalas calibradas de manera
proporcional también se les llama logarítmicas.
Por lo tanto, cuando el crecimiento de una magnitud es logarítmico y se utiliza una escala
lineal para describir ese crecimiento, el gráfico resultante es una curva. Por el contrario, al
utilizar una escala proporcional para expresar el crecimiento, el gráfico resultante será una
línea (Figura 6.37).
Figura 6.37: Crecimiento logarítmico expresado en escalas lineales y logarítmicas
La gran ventaja de aplicar una escala logarítmica es que un cambio de la misma magnitud
tendrá el mismo efecto, sin importar el orden de magnitud en el que se encuentra. Por
ejemplo, un aumento de 6dB siempre será una duplicación de amplitud.
El segundo objetivo de emplezar logaritmos base 10 es expresar números con muchas cifras
de una manera más compacta. Por ejemplo, es más fácil decir “6” que “1 000 000”. 6 es el
logaritmo base 10 de un millón.
Expresemos lo visto hasta ahora en una fórmula. Primero, determinamos la relación entre las
magnitudes que deseamos expresar, en este caso, el valor de potencia original y el nuevo
(Figura 6.38). Luego, aplicamos un logaritmo base 10. El resultado de esta fórmula no tiene
una unidad física como tal, ya que las unidades originales se simplifican. Sin embargo, al
número resultante de esta operación, se le asigna la unidad Bel. Finalmente, multiplicamos
por 10 para convertir los Bels a decibeles. Esta es la fórmula básica de la cual podremos
obtener cualquier tipo de decibeles.
Figura 6.38: Fórmula del decibel

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