Está en la página 1de 38

Pídele que vuelva.

(Larry Stylinson) ONE SHOT


by Fer_Tommo

Historias cortas sobre Louis y Harry.

=================

ONE SHOTS.

Serie de One shots largos creados por la misma persona. Todos sobre larry Stylinson.

=================

Pidele que vuela. (Larry Stylinson) ONE SHOT

Pídele que vuelva. (Larry Stylinson)

-Harry, me alegro verte de nuevo por aquí, creí que nunca volverías.- dijo el hombre de la librería
publica de la ciudad de Londres, él se veía feliz, como si sus palabras fueran sinceras. Traté de
recordarlo, pero ni siquiera recordaba haber entrado en esa librería antes. -... Disculpe... no lo
recuerdo.- confesé tímidamente. Me frustraba demasiado cuando esas cosas me pasaban.Mi
nombre es Harry, Harry Styles. Tengo 18 años, es lo único de lo que estoy completamente seguro
de mi vida. Perdí la memoria hace 7 meses, cuando desperté después de haber estado por 5
meses en coma. Por lo que me contó mi familia, yo venía de regreso de una fiesta, estaba bajo el
abuso del alcohol y eso provoco que chocara contra otro coche, haciendo un accidente bastante
grave. Me golpeé la cabeza demasiado fuerte, tuve una fractura de cráneo y eso me durmió
durante meses, después cuando desperté, se había borrado toda la información de mi memoria,
obligándome a empezar desde cero.Ahora eh tratado de regresar a “mi vida” de antes. Mis
amigos me han ayudado a recordar cosas, pero en realidad, no me siento cómodo con ninguna
de ellas. Mi novia me parece molesta, mis amigos me desagradan la mayoría de las veces, no me
parece divertido salir a las discotecas con ellos, no sé, es como si sintiera que están tratando de
convertirme en algo que no soy y nuca fui.Había decidido ir a esa librería a escondidas de mi
familia, la había visto unos días antes y mis ganas de entrar se habían vuelto inmensas, se lo
comenté a mi madre y no reaccionó de la manera más esperada. Me dijo que los libros eran
basura, que yo detestaba los libros y todo lo relacionado con la intelectualidad, me prohibió ir a
ese lugar, lo cual me pareció bastante exagerado. -Soy Sam, Sam Williams.- aun seguía con una
enorme sonrisa, hablaba tan seguro, como si creyera que yo estaba bromeando. –Sam...cajero...
aquí.... ¿no?- negué con la cabeza en señal de disculpa. –mierda, entonces lo que dicen es
cierto...- su expresión se volvió preocupada. – ¿no recuerdas nada?-no... sinceramente no
recuerdo haber estado aquí antes...- confesé, dejé el libro que ojeaba unos minutos antes y le
presté más atención al hombre.-¿nada de nada? ¿Ni siquiera... unos lentes enormes y una libreta
de cuero café?- elevé las cejas tras su pregunta, me había parecido bastante extraña.-no, lo
siento.-bien.- desvió la mirada y dio un gran respiro. –creó lo mejor es que te deje solo, ha sido un
gusto verte bien Harry, disfruta tu lectura.- dijo rápidamente y se fue, él parecía preocupado, raro,
parecía que él sabía algo de mí... Como si ese hombre hubiera sido un amigo mío en el pasado o
algo así.Lo seguí con la mirada hasta que desapareció entre los enormes libreros de la biblioteca.
Volví a pensarlo, me pareció aun más extraño recordar que mi madre me había prohibido ir a ese
lugar, seguro ella quería evitar que yo me reencontrara con ese hombre. Suspiré e intenté de
olvidarme de eso, mire de nuevo entre los estantes de libros y tomé uno que hablaba sobre la
vida de una asesina en serie “Mónica Limar”, que fue el primero que me llamó la atención.
Caminé hacia la zona de lectura, en donde habían sofás para sentarse a leer. En ese lugar
reinaba el silencio, era demasiado tranquilo y acogedor. Me senté y abrí el libro para comenzar a
leerlo. La historia te hablaba sobre como una mujer prostituta había terminado como una de las
asesinas seriales más famosas de la historia, su vida había sido muy trágica y triste, desde los
abusos de su padre hasta la falta de dinero para comer. Pronto me había metido tanto en la
historia que dejé de contar el tiempo, sentía un nudo en la garganta por cada palabra que leía .
Tras todos los abusos que Mónica había tenido que sufrir, terminó enamorada, se enamoró de
Sheilic, una estudiante insegura, pasaron un tiempo juntas, pero al final fue Sheilid quien terminó
entregándola a la policía. En el libro venia una copia de la última carta de Mónica para su novia.
La leí y sentí las tremendas ganas de liberar mis lágrimas. -toma.- escuché una voz junto a mí,
dejé de leer y miré a mi izquierda para ver de quien se trataba. –Seca tus lágrimas.- me sonrió
cuando cruzamos miradas.Era un chico joven, como de mi edad, su piel estaba levemente
bronceada, su cabello café caía vagamente por su cara y cubría un poco de su ojo izquierdo color
azul. Utilizaba lentes muy grandes, cuadrados que le daban un toque de chico intelectual.Me
avergoncé al darme cuenta que ese chico me ofrecía un pañuelo para secar mis lagrimas. Desvié
la mirada y las sequé con mi mano rápidamente. –Eso ha sido raro, nunca antes había llorado
con un libro.- traté de justificarme, en realidad no tenía idea si había llorado antes o no.El chico
comenzó a reír muy bajo y retiró el pañuelo. –Es totalmente normal, la historia de Mónica Limar
es muy triste, yo entré en una especie de depresión cuando terminé de leerla.- sonrió. Comencé a
reír, él tenía razón, la historia era demasiado triste. –Aun sigo odiando a la puta de Sheilid por
haberla traicionado de esa manera.- Bajé la mirada aun sonriendo. – Soy Louis.- extendió su
mano al presentarse.Lo miré y tomé su mano. –Yo soy Harry.- nos miramos por unos segundos a
los ojos. Ese chico tenía algo extraño, su mirada me hacía sentir como si él formara parte de mi
vida, como si fuera alguien importante para mí. Esa había sido la primera vez que yo sentía
conocer a alguien que se presentaba ante mí.-bien Harry... Creo que deberías soltar mi mano, es
mía.- comentó después de unos segundos de que yo estuviera sosteniendo su mano. La solté
nervioso y antes de que pudiera decir algo mi móvil comenzó a sonar. -¿te importa si contesto?-
él negó con la cabeza. Miré mi móvil, era mi madre. –Hola madre.- dije al contestar. Louis me
miraba sonriendo, después se desvió hacia su mochila y comenzó a mirar dentro de ella.-¿se
puede saber donde estas? ¡Oscar y Bruno están aquí desde hace 1 hora! Dicen que ustedes han
quedado de salir al boliche.- di un leve golpe a mi cabeza, me había olvidado que en un intento de
deshacerme de mis “amigos” había quedado con ellos de salir esa noche.-oh, sí, lo siento madre,
lo eh olvidado, diles que llego en 30 minutos.- miré hacia Louis, noté como se asomada de su
mochila una libreta de cuero café. -Date prisa hijo, no puedo creer que les hagas esas groserías a
tus amigos. –Me quedé sorprendido, recordé las palabras del hombre que me había saludado
unas horas atrás. “Ni siquiera... ¿unos lentes enormes y una libreta de cuero café?” Louis tenía
lentes grandes y una libreta de cuero café. Él me miró y me hizo una seña despidiéndose, se
levantó y comenzó a caminar, al parecer tenía que irse. –enserio hijo, eso está muy mal, no
puedes seguir así si no quieres perder a tus amigos. -sí, si mama, después hablamos.- colgué la
llamada y corrí en la misma dirección hacia donde Louis se había ido, no lo encontré, miré a todos
lados y pero él ya no estaba.Regresé el libro a su lugar y después comencé a dirigirme hacia la
salida de la librería. Estaba muy extrañado con todo lo que había ocurrido, primero el hombre que
decía conocerme, después su extraña pregunta sobre mis recuerdos y al final, el chico que
llevaba los mismos objetos relacionados con las preguntas del hombre. Pensé que seguro era
mera coincidencia y traté de olvidarme del asunto. Mientras caminaba hacia mi automóvil noté la
mirada de una chica sobre mí. Ella estaba frente a mi auto, se veía cansada, como si hubiera
llorado mucho. Cuando se dio cuenta de que yo la veía respiró profundamente y se acercó. Se
quedó en silencio, parecía muy nerviosa, temblaba y se veía vulnerable. -¿puedo ayudarte en
algo?- le dije después de unos incómodos segundos de silencio. Definitivamente ese día me
habían pasado demasiadas cosas raras.-hola Harry.- dijo entre dientes. Bien, ella sabía mi
nombre, eso quería decir que nos conocíamos.-hola.- la miré atentamente, tratando de recordar
aunque sea un poco, pero como siempre, fue imposible. -me alegra verte bien...- su voz se
escuchaba como si estuviera a punto de romperse. –yo se que él está muy feliz de ver que tu
estas muy bien, por eso me alegro mucho.- sus palabras me confundían cada vez mas.-lo siento,
no sé de qué me hablas.-lose.- dijo rápidamente. –lose, por eso estoy aquí. Escúchame, si
quieres que todo esto termine bien, no tienes que mencionarle a nadie esto. -bien, esto es muy
raro, creo que lo mejor es que me vaya.- la chica comenzaba a asustarme, su actitud, sus
palabras, todo. Me dirigí a mi auto y saqué la llave para entrar.-¿Sientes como si tu vida fuera un
invento? ¿Cómo si todo lo que te dice tu madre fuera mentira? Es porque lo es.- me quedé
helado, ¿Cómo esa chica sabia eso? Volví a mirarla esperando a que prosiguiera. – estoy aquí
para decirte la verdad.-¿de qué estás hablando? ¿Podrías ser más concreta? Sabes, hoy me han
pasado demasiadas cosas extrañas y tú no me ayudas mucho. Ella se quedó en silencio,
respiraba lentamente y se movía con lentitud, metió su mano al bolsillo de su abrigo y sacó una
pequeña cajita de cartón. –No puedo decírtelo todo así de golpe, eso te haría mal, es más,
probablemente ni siquiera me creerías.- me entregó la caja. La tomé confundido. –abre esto
cuando estés solo, no dejes que por nada del mundo alguien que no sea tu vea el contenido,
recuerda, no le menciones esto a nadie. -¿Qué es esto? ¿De qué me servirá una caja de cartón?-
contiene algo que probablemente te ayude a recordar algunas cosas. A partir de ahora te buscare
cada fin de mes, te entregare 4 cosas, cada una de ellas te irán abriendo la mente poco a poco,
esta caja es una, aun faltan 3.Comencé a reír, me parecía estúpida esa situación, era como una
broma o algo así. -¿Qué es esto? ¿Qué intentas hacer? ¿Quieres asustarme o algo parecido?-
metí la cajita a uno de los bolsillos de mi chaqueta.-recuérdalo, nadie tiene que saber de esto.
Nos vemos el próximo mes.- se dio la vuelta y se perdió entre la multitud de personas que
caminaban sobre la calle. Elevé las cejas sorprendido y subí a mi auto, tal vez mi madre había
tenido razón al prohibirme ir a la biblioteca, en solo esa salida ya me habían pasado las cosas
más raras desde que había despertado del coma.Prendí el auto y conduje hasta mi casa. Me
encontraba un poco cansado, quería llegar a dormir y olvidarme de ese día tan extraño.Al llegar a
casa me encontré con los idiotas que se supone eran mis mejores amigos. Eran unas personas
superficiales, huecas, que lo único en que pensaban era en sexo y alcohol, algo que no me
llamaba mucho la atención. -¡por fin Harry! ¿En donde mierda estabas? ¡Quedamos en irnos a las
7!- dijo Bruno al verme entrar por la puerta. Ellos estaban sentados en los sillones de mi casa,
tomando una cerveza y mirando la televisión. -lo siento.- contesté cortante. –se me ha hecho un
poco tarde.-déjalo Bruno, seguro estaba con Kathy.- Oscar me guiñó el ojo pícaramente y
después volvió hacia el televisor. Kathy era mi “novia” una chica rubia y de ojos verdes, era como
la típica chica sexy con la que cualquier hombre quiere salir, excepto yo. A mí me ponía de mal
humor con solo su presencia. No entendía como mierda me la había hecho novia.-si... iré a
cambiarme, esperen aquí, ya bajo.- me di la vuelta y subí a mi habitación. Me senté sobre mi
cama al entrar. Cubrí mi cara con la almohada y trate de relajarme un poco. No quería salir, no
quería estar con esas personas. Solo quería regresar a la biblioteca y continuar leyendo algún
libro. Quería saber de Louis, me llamaba demasiado la atención. Recordé la cajita que me había
dado la chica, rápidamente la saqué de mi bolsillo y la observé. “recuerda, que nadie sepa sobre
esto” ¿Qué podía contener esa cajita? ... ¿Por qué hacer tanto misterio sobre eso? No lo pensé
más y la abrí. Sentí un dolor pulsante en mi cabeza al ver de lo que se trataba. Era una cadena
de plata, le colgaba una pequeña figura de avión, del mismo material. Mi cabeza continuaba
palpitando, cada vez más fuerte y doloroso. Me dejé caer sobre la cama al no soportar más el
dolor. Una lágrima recorrió mi mejilla, sentí mi corazón estrujarse.No entendía que era, o por qué
me había afectado tanto. No recordaba en lo más mínimo esa cadena, pero aun así sabía que
tenía un fuerte significado para mí.-¡HARRY! ¡Viejo apúrate!- escuché la voz de Bruno y me sacó
de mis pensamientos. Me incorporé en la cama y limpié la humedad de mi rostro. Respiré lo más
profundo que pude. Caminé hacia mi closet y guardé la cadena en el lugar más profundo que
encontré. Eso era real, no una broma como creía, esa chica podría decirme qué era lo que en
realidad había pasado con mi vida. PRIMER ENCUENTRO, MES #1: cadena de avión.Al día
siguiente me levanté temprano a pesar de la enorme desvelada que me había dado la noche
anterior gracias a mis amigos. Me bañé, me cambié y bajé a desayunar.Durante el desayuno no
me atrevía a mencionar palabra alguna. Mi madre había notado mi extraña actitud y gracias a eso
llevaba gran parte del tiempo preguntándome si me pasaba algo. En realidad no me pasaba nada,
solo estaba confundido y en cierto punto asustado.Me preguntaba qué podía ser tan malo como
para que mi familia me lo ocultara. ¿Qué había pasado en mi vida y porque no querían
decírmelo?Al terminar me levanté y les mentí diciendo que saldría con mi novia, quería evitar
levantar sospechas.Salí de mi casa y fui directamente hacia la biblioteca, sabía que ahí estaba el
hombre que me podía dar respuestas. No estaba dispuesto a esperar cada que la chica del día
anterior apareciera. Necesitaba entender todo ya mismo.Así fue, llegué hasta la biblioteca y
comencé a buscarlo, busqué por todos los estantes, todos los pisos, todas las cajas registradoras
pero no logré encontrarlo. Decidí dejar de perder mi tiempo y preguntar por él directamente en el
departamento de “servicio al cliente”Una mujer de edad avanzada me atendió. Tenía una actitud
molesta, se movía con lentitud y pereza. Le dije que buscaba a u hombre llamado “Sam” de
aproximadamente 30 años. Ella solo dijo –espera un poco, buscare en el registro.- y comenzó a
buscar lentamente en un montón de papeles.Comenzaba a desesperarme demasiado, la mujer
hacia su trabajo demasiado lento y yo estaba bastante estresado. Miré hacia uno de los libreros y
me encontré con Sam sobre una escalera acomodando unos libros. –¡¡Sam!!- grité corriendo
hacia él. Adquirí la atención de las personas, me miraron molestas, trataban de leer y mis gritos
no ayudaban en mucho.-vaya Harry, veo que hoy si me recuerdas eh... ¿Cómo estás?- dijo
sonriendo al mismo tiempo que bajaba de la escalera para llegar hasta mi.-necesito que me
expliques a qué te referías con lo de “lentes grandes y libreta de cuero café”- él elevó las cejas y
comenzó a reír.-nada... Solo era una simple pregunta.- no lo sentí sincero, sabía que él me
mentía.-mientes, necesito saber la verdad.- yo actuaba serio, no tenía ganas de seguir jugando
ese estúpido juego de misterio.Él cambio su expresión, me miró preocupado y tardó segundos en
contestar. -¿Por qué de pronto te ha entrado tanta curiosidad? Ayer parecía que no te importaba.-
porque... -respiré hondo, estaba consciente de que lo que estaba por decir podía soñar muy
estúpido. –porque ayer conocí a una persona con lentes grandes y una libreta de cuero café...
justo como tu habías dicho.Él se sorprendió al escucharme, pude notar que trató de actuar lo más
normal posible. -¿a si...? Mera coincidencia.- se veía nervioso. –Ahora si me disculpas Harry,
tengo que trabajar.- trató de irse del lugar.-se llamaba Louis.- Sam frenó en seco. –así se llamaba
la persona a la que conocí, Louis.- volvió hacia mí, negaba con la cabeza lentamente.-ayer, unas
horas después de que nos encontramos, vino Emilie y habló conmigo, creo que ella tiene razón,
dejaremos que tu vayas recordando todo poco a poco.- “Emilie” seguro ese era el nombre de la
chica del día anterior.-¡MIERDA! ¿¡Porque juegan a tanto misterio!? ¡¿No es más simple decirme
todo y listo?! ¡Se acabó!- elevé el tono de voz y Sam me pidió que lo bajara para evitar
problemas.-no podemos Harry... queremos que todo pase de la forma menos dolorosa posible.-
mi estomago de revolvió, sabía que algo malo había sucedido, pero no podía adivinar qué.Rodé
los ojos, no estaba dispuesto a seguir con todo eso. –Pues váyanse a la mierda entonces, tu junto
con esa Emilie....- me di la vuelta y salí del lugar. Cuando llegué a mi casa de regreso, quería
hablar con mi madre, quería preguntarle sobre esas personas de la biblioteca, quería saberlo
todo. Después pensé que tal vez lo mejor era olvidar ese asunto y tratar de seguir con mi “vida”
como había sido hasta antes de ayer.Me encerré en la habitación y apagué mi móvil para evitar
recibir llamadas de personas. Ahora solo quería pensar.Me concentré. Miré detalladamente todo
lo que estaba en mi habitación. Todo parecía ser nuevo, con menos de un año de uso, desde los
muebles hasta la ropa, las paredes se veían pintadas hace poco, había posters sobre la pared de
modelos las cuales ni siquiera recordaba sus nombres. En el closet había zapatos que ni siquiera
tenían un día de uso. La ropa que utilizaba era ropa a la moda, ropa que no me gustaba usar,
pero la utilizaba porque mi madre decía que yo “solía vestirme así”Sentía que todo era una
mentira, que nada de lo que yo pensaba que en mi era común era verdad. Que me estaba
engañando, que me veían la cara de estúpido. También me sentía como un maldito inútil incapaz
de recordar nada. Estaba frustrado, me acosté en la cama y al cabo de unos segundos me quedé
dormido.“-estoy asustado- le dije apenado bajando la mirada. Él me miró, sonrió y tomó mi
mentón para que lo mirara. -tranquilo amor... Yo te amo y jamás te haría daño.- comenzó a
besarme para tratar de calmar mis nervios. Estábamos en una habitación ajena a la mía, pero aun
así yo me sentía mejor que en casa. Ninguno de los dos teníamos ropa, estábamos totalmente
desnudos sobre la cama, yo estaba encima de él y me abrazaba por la espalda mientras me daba
leves caricias con las yemas de sus dedos.-yo también te amo...- le susurré entre el beso. Me
estaba entregando totalmente a él, pero me sentía bien con eso, era lo que más deseaba.-bien
pequeño... vamos a hacer esto lento ¿sí?- me miró a los ojos, me trasmitía amor, ternura y sobre
todo tranquilidad. – Avísame si quieres que pare.- asentí con la cabeza. Él tomó su miembro y sin
dejar de mirarme comenzó a introducirlo a mi cuerpo. Abrí mi boca emitiendo un gemido. –Lento
amor... lento.- volvió a susurrar y continúo penetrándome.Eso me dolía, sin embargo el dolor que
sentía no era equivalente al placer que comenzaba a sentir por hacerme suyo totalmente. Louis
era mi vida, era lo que me impulsaba a seguir día con día. Lo amaba como nunca había amado a
alguien.”Desperté demasiado exaltado, sudaba mucho y mi cuerpo estaba muy caliente. Llevé
mis manos hasta mi boca y la cubrí impresionado. Había soñado con el chico de la biblioteca. Me
había soñado teniendo sexo con él y lo peor de todo, diciéndole que lo amaba.Mi respiración
estaba muy agitada, nunca antes me había pasado algo similar, ni siquiera conocía a ese chico,
era imposible que yo lo tuviera tan presente.Comencé a preocuparme más cuando me di cuenta
que existía la posibilidad de que eso no hubiera sido un sueño, sino, un recuerdo.Pasaron los
días y yo trataba de olvidarme de lo que habia pasado aquella tarde. De Sam, de Emilie y hasta
de Louis, que aunque solo hubiera cruzado un par de palabras con él, lo tenía muy metido en mis
pensamientos.Pronto pasó una semana, luego dos, estaba por completarse la tercera y yo seguía
recordando esa tarde como si hubiera pasado el día anterior.Había tardes que pasaba encerrado
en mi habitación, con la cadena de plata entre mis dedos, tratando de poder recordar un poco de
lo que significaba esa joya. Mi madre estaba cada vez más exigente en que yo saliera con mis
amigos. Había veces que ella los invitaba a la casa y por obligación yo tenía que pasar el día con
ellos.Estaba cansado de eso, vivía mi vida como una monotonía con las puertas abiertas a
cualquier cosa. Deseaba saber mi origen, mi verdadero pasado. Me decepcionaba pensar que yo
había vivido toda mi vida anterior así, con amigos falsos y con una novia que no me provocaba ni
la más mínima atención.Ese día había salido de compras al centro comercial junto con mi madre,
ella entraba a las tiendas y duraba casi una hora en cada una de ellas. Mi cabeza estaba a punto
de explotar, quería volver a casa y dormir.-madre, ¡madre!- grité tratando de llamar su atención.-
¿Qué quieres Harry?- contestó de mala gana mientras prestaba más atención a las bolsas frente
a ella.-iré a comprar un Frappuccino.- ella solo asintió desinteresadamente con la cabeza. Me di
la vuelta y salí de aquella tienda para dirigirme al Starbucks que se encontraba en el
mall.Mientras caminaba observaba a las personas, todos eran tan superficiales. Parecía que
habían llevado la mejor ropa que tuvieran en su armarios, solo para parecer más a la moda y
sofisticados. Yo cada vez me estresaba más de ese mundo superficial en el que vivía.Miré hacia
la tienda de discos y me encontré con una sorpresa. El chico de la biblioteca, Louis, estaba
parado junto un reproductor, escuchando el disco del grupo “Goo goo dolls”. Intenté controlarme y
no ir hacia él, pero después pensé en que no perdía nada saludándolo. Entré a la tienda y camine
hasta él.-hola.- dije mientras él me miraba sonriendo y se quitaba los audífonos.-hola Henry,
¿cierto?- él no recordaba mi nombre mientras que yo había tenido sueños húmedos con él. Vaya
mierda.-Harry.- sonreí tratando de no parecer incomodo. -Harry.- me devolvió la sonrisa. –y
¿Cómo estas Harry? ¿Has podido superar la depresión por la historia de Mónica?- sonreí bajando
la mirada mientras negaba con la cabeza.-eh tratado, pero lo pienso seguido.- miré hacia su
cuello, colgaba una cadena justo igual a la que me había dado la chica. Me llamó demasiado la
atención, pensé que podía tratarse de alguna línea famosa de joyería, no dude en preguntarle. -
¿de dónde has sacado eso?- pregunté sin quitar mis ojos se su cuello. Me di cuenta que su piel
se veía muy suave.Louis miró hacia su cuello para notar de qué se trataba. –ah, esto.- tomó la
cadena con sus dedos. –me lo regalo mi padre, tiene un significado especial para mi.- mi mente
se hizo nudos al escuchar eso. Estaba seguro que esa cadena era justo igual a la que yo tenía.-
¿nos conocemos cierto?- él elevó las cejas confundido. Había sido una pregunta extraña, pero yo
estaba seguro que ese chico y yo nos conocíamos de antes de mi accidente. –dime Louis, ¿tú no
me conoces?-pues... creó que si... es decir, estamos hablado... supongo que nos conocemos.-
dijo sarcásticamente, después comenzó a reír. –eres un chico raro Harry.- Suspiré, acababa de
hacer el ridículo. Me giré apenado y traté de irme del lugar. –hey, espera, solo bromeo, no te
vayas.- me tomó de la cintura frenándome. Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo al tener sus
manos sobre mí. -¿quieres ir a comer? Y así podemos conocernos, si es lo que quieres.- él
sonreía de manera natural, se veía tranquilo mientras que yo tenía una convulsión en mis
adentros.No lo pensé ni un segundo mas, estaba deseoso de pasar mi tarde junto a ese chico.
–Si.- me sentía raro, estaba actuando como una estúpida niñita enamorada. Lo raro de todo es
que ese sentimiento no lo sentía mal ni prohibido. –solo llamo a mi madre para avisarle que no
regresare con ella.Salimos de la tienda de discos y caminamos hacia el área de comida mientras
yo hablaba con mi madre por teléfono, le pareció bien enterarse de que saldría con “un
amigo”Observaba a Louis, sus lentes, su cabello, sus labios, todo de él me parecía conocerlo. O
tal vez solo era que yo estaba deseoso de hacerlo, de conocerlo. Llegamos hasta el área de
comida y él dijo que iría apartando una mesa. Yo fui hacia la hamburguesería e hice un pedido de
dos hamburguesas junto con papas y refresco. Cuando me entregaron la comida, busqué a Louis
con la mirada. Él estaba sentado en la mesa más escondida y arrinconada del lugar. No me
molesto, más bien me pareció extraño.-hey, veo que te gusta la privacidad.- dije mientras me
sentaba junto a él y colocaba la charola de la comida sobre la mesa.-sí, me agrada. No me gusta
que la gente me vea.- sonrió y tomó su comida.-es raro, les niegas el placer que es mirarte.- me
torné totalmente colorado, no entendía porque acababa de mencionar eso, había pensado en voz
alta.Louis comenzó a reír muy bajo. –si, tal vez.- comía su hamburguesa y después le tomaba a la
soda. Yo no podía dejar de mirarlo. Era tan estúpido sentirme tan extremamente atraído hacia un
hombre, pero sobre todo, sentir como si fuera alguien especial para mí. –Dime Harry, ¿Por qué
piensas que tu y yo nos conocemos de antes?- limpió su boca con su mano.-veras... hace un año
yo tuve un accidente.- me miraba directamente y eso me ponía nervioso. –y... estuve en coma por
5 meses, después, cuando desperté no recordaba nada, ni siquiera mi nombre, ni a mi familia,
nada. -¿entonces piensas que tu y yo pudimos ser amigos en el pasado?-si... es que... nunca me
había pasado, pero cuando te vi sentí algo hacia ti... como una especie de atracción... o algo así,
como si tú fueras mi amigo.- él me daba la confianza para decir esa clase de cosas, que podían
sonar extrañas para cualquier otra persona, excepto para él.-tal vez... me viste en algún sueño.-
me puse aun más rojo. El sueño que había tenido con él no era muy normal. –Bromeo- sonrió.
–no lo creo Harry, yo no eh perdido la memoria y no tengo ni idea de quien puedas ser, solo sé
que te llamas Harry... y que lloraste con la historia de Mónica Limar. Comencé a comer, me sentí
un poco decepcionado tras sus palabras, yo tenía la esperanza de que mi mente estuviera
reaccionando y comenzara a recordar cosas. –creo... eso es todo lo que puedes saber de mi...
eso es todo lo que yo mismo se de mi. -no te sientas presionado a recordar todo sobre tu vida...
encontrase a uno mismo puede tardar una vida entera, tu apenas llevas unos meses consciente.
Tranquilo, yo podría mostrarte el mundo.- cada vez me sentía más tranquilo estando a su lado,
era alegre, cálido, era como perfecto.-¿lo harías?-claro, para mi seria un placer.- me sonrió y
pude sentir como mi corazón comenzaba a palpitar cada vez más acelerado. Dejé mis extrañas
teorías sobre “conocerlo de antes” y me dediqué a conocerlo para ahora.Era viernes, el último
viernes del mes. Habían pasado apenas unos días desde mi comida con Louis, esa tarde había
quedado de pasar por él para que “me mostrara el mundo”. Me divertían sus expresiones,
habíamos pasado noches enteras chateando por internet, hablando de cualquier tema que pasara
por nuestras mentes. Me habló sobre su obsesión por los asesinos seriales, le llamaba
demasiado la atención hablar sobre esos temas. Le gustaba tratar de comprender las razones de
esas personas, sus vidas, todo.Estaba emocionado de verlo, quería volver a mirar esos hermosos
ojos azules. Por primera vez después de que desperté del coma, estaba emocionado por algo,
bueno, más bien por alguien.Le mentí a mi madre diciendo que saldría a comer con los chicos,
supe inmediatamente que ella no estaba convencida de eso, pero me dio completamente igual,
no perdería el tiempo que podía pasar junto con Louis. Cuando salí de mi casa me encontré con
Emilie, fue raro porque ni siquiera recordaba que esa chica había prometido volver al final del
mes. Traté de evitarla para que no me quitara mi tiempo, sin embargo ella me miró y llego hasta
mí antes de que pudiera subir a mi coche.-¡harry!- gritó para llamar mi atención, la miré fingiendo
sorpresa y sonreí. -¿Cómo estás?-bien.- dije desinteresado. –muy bien de hecho, con un poco de
prisa.-no te quitare mucho tiempo, solo quiero saber cómo te fue el otro día con la cadena que te
di.-normal. No recordé nada.-bien, sabes que hoy es final de mes, tenga darte otra cosa.- abrió su
bolsa y comenzó a buscar dentro de ella. -sabes, en realidad prefiero que dejes esto. No quiero
sabes nada de lo que tengas que decirme, no me interesa.- tenía miedo en realidad. -no puedo
Harry, no lo hago por ti, créemelo, lo hago por la persona que está detrás de todo esto.- sacó un
CD de su bolsa y me lo extendió. Dudé unos segundos en tomarlo, después me di cuenta que lo
mejor era seguirle el juego para que se fuera de una vez y yo poder ir con Louis. –escucha eso,
nos vemos el siguiente mes.-sí, sí, sí. Claro, “el siguiente mes”- me comporte grosero, pero me
sentía con el derecho de hacerlo, no me daba cuenta que esa chica solo quería ayudarme. Entré
a mi coche y arranqué sin siquiera despedirme de ella.Lancé el disco al asiento de copiloto y me
dirigí hacia la dirección que Louis me había dado. No pasaría por él a su casa, yo había insistido.
Pero él pensaba que lo mejor era encontrarnos en la puerta principal del centro
comercial.Conduje muy apurado, mis ganas de verlo cada vez eran más grandes. Cuando llegué
hasta él, solo me saludo con la mano y se acercó al auto para subir, ni siquiera fue necesario
estacionarme, Louis me encontró solo.-hola.- le dije mostrando mi emoción al verlo.-hola.- me
sonrió de igual manera.-¿has esperado mucho? disculpa, alguien me detuvo antes de salir.-no, no
te preocupes, acababa de llegar.- se levantó un poco del asiento y sacó el disco en el que se
había sentado, era el mismo que Emilie me había entregado. –oh, lo siento.- comenzó a reír y lo
dejó sobre la parrilla del auto.-no importa, no ha pasado nada.- no podía despegar mis ojos de él
y no me importaba que se diera cuenta, igual, estaba casi seguro de que Louis ya había notado
mi extremo interés hacia él.-bien, conduce, nos queda mucho por mirar y muy poco tiempo para
vivir.- me giré hacia el volante y comencé a conducir hacia donde él me indicaba.Fue un viaje
largo, salimos de la ciudad e íbamos por una carretera. Louis estaba concentrado indicándome
hacia dónde ir, no despegaba sus ojos del camino y se veía muy atento a todo, desde la
velocidad con la que yo conducía hasta si mis ojos se despegaban para mirarlo.-¡deja de mirarme
y concéntrate! ¡Vamos a chocar!- exclamó cuando me perdí en él por más de 10 segundos. Yo
comencé a reír.-cálmate Louis, pareces muy alterado, no pasara nada.- continuaba mirándolo,
quería asustarlo un poco más, aumente la velocidad. -¡Harry no bromeo! ¡Mira hacia el camino o
me bajo del auto!- él se veía molesto, pero a mí me parecía adorable su preocupación. -¡Para!
¡Voy a bajar!Comencé a reír y aumenté la velocidad, sabía qué hacía, no pasaría nada, solo
quería asustarlo. –relájate Lou... tranquilo... -¡MIERDA HARRY PARA YA!- no podía evitar reír,
me encantaba verlo así, era la escena más linda que recordaba haber visto. – ¡si paras hago lo
que me pidas! Sonreí y pronto me vinieron miles de ideas a la cabeza. No pude evitar quedare
callado. -¿me darás un beso?- Louis me miró sorprendido, sus ojos estaban muy abiertos.
–Quiero un beso.- volví a decir.-de acuerdo, para y te doy un beso.- paré en seco provocando que
él se estrellara contra la parrilla del auto y cayera de su asiento. Yo estaba muy divertido con toda
esa situación, no podía comprender porque le daba tanto miedo la velocidad rápida.-eh parado...-
sonreí, él me miró molesto y se levantó para volver a sentarse en su asiento. –ahora creo que me
debes algo...-¡eres un idiota! ¿¡Como mierda se te ocurre asustarme de esa manera!?- me dio un
leve golpe en el hombro. –no te daré nada, ¡solo lo eh dicho para salvar mi vida de un psicópata! -
tienes que dármelo...- susurré sin dejar de mirar sus labios.-¡Ja! Si claro, ¿o si no que?- me retó
sonriendo, me gustaban los retos, así que me agrado bastante su pregunta.-o si no... tendré que
hacerlo a la fuerza. -entonces... hazlo.- nos quedamos en silencio por un tiempo, sentía mi
corazón palpitar a mil por hora. Me acerqué a sus labios y me quedé muy cerca, sin decir nada,
solo esperaba a que fuera él quien me besara. -vamos Lou... no te hagas el interesante... yo se
que quieres besarme.- apenas podía controlar la risa, él se acercó más a mí. -vamos a ver quien
se rinde primero.- abrazó mi cuello con sus brazos, estábamos tan cerca que nuestros labios se
podían rozar, sin embargo ambos hacíamos el gran intento por controlarnos.-a la mierda.- dije y
besé su boca. Pude sentir como él sonreía satisfecho, me devolvió el beso, al principio lento y
tímido, pero después se convirtió en algo húmedo y caliente. Era la primera vez que besaba a un
hombre y definitivamente el mejor beso que había tenido.Louis me fue empujando hacia mi
asiento, me recargué contra este y él se subió en mí, colocando sus piernas alrededor de mi
cintura, lo abracé por la espalda al mismo tiempo que metía mis manos dentro de su camisa. Su
piel era demasiado suave, era hermoso, lo mejor del mundo, mi vida se había reducido a una sola
palabra, él.Todo eso lo sentía demasiado prematuro, era tan raro sentirme así con una persona
que apenas conocía. No me importaba, se sentía bien y eso era lo que me gustaba.-eres un
idiota, me has asustado mucho.- susurró entre el beso. –me da mucho miedo los accidentes de
tránsito.-te juro que si no me dices no me doy cuenta...- dije sarcástico, él se separo de mi boca y
me golpeó en la frente con sus mano. -¡ay! Solo bromeo, perdóname, no lo volveré a hacer.- lo
abrecé más fuerte y volví a acercarlo a mí para seguir besándolo.Pasamos un rato más así,
besándonos, era raro, me sentía como si yo extrañara esos labios, como si antes ya los hubiera
probado.Lo que resto del día fue muy bonito, fuimos al bosque y Louis me habló sobre todos los
animales que vivían ahí, me habló sobre las plantas, las frutas y todo lo relacionado con ese
lugar.Cuando comenzó a anochecer, me vi obligado a llevarlo a su casa, sin embargo él no me lo
permitió, me ordenó que lo dejara de nuevo en el centro comercial y yo de muy mala gana tuve
que hacerlo. Nos despedimos un beso largo y después bajó de mi auto.Era increíble todo lo que
él me hacía sentir.Cuando llegué a mi casa, me quedé un largo rato en el auto. Aun trataba de
asimilar todo lo que había pasado ese día. Miré hacia la parrilla y me encontré con el disco CD
que contenía más información. Suspiré y lo tomé, lo coloqué sobre el estéreo y comenzó a sonar
la canción “iris” del grupo “goo goo dolls”, el mismo que Louis estaba escuchando aquella tarde
en la tienda de discos.Trataba de concentrarme en la canción para recordar algo, sin embargo
todo me guiaba de nuevo hacia Louis y no me dejaba recordar nada.SEGUNDO ENCUENTRO,
MES #2 : IRIS, GO GOO DOLLS.

Ahora me sentía bien, ya no me sentía vacio como antes. Louis se encargaba de enseñarme
todas las cosas que él sabía de la vida, me ayudaba con lo que yo no podía comprender y me
mostraba su manera de pensar.

Algo que me parecía muy extraño era que él nunca quería salir a lugares muy poblados. Siempre
prefería estar en casa, o en el auto, o en el bosque, o en donde sea que no hubiera personas. Tal
vez aquella vez que me había dicho sobre que no le gustaba que las personas lo miraran era
verdad. Aun así no dejaba de parecerme rara su actitud.

Llevábamos casi dos meses desde la primera vez que lo había visto, y aun no tenía ni idea sobre
su vida. Él se limitaba a hablarme de su familia, ni siquiera sabía donde vivía o si tenía hermanos,
amigos, algo. Lo único que sabía de él era que su nombre era Louis.

También algo que notaba era que siempre llevaba aquella libreta de cuero café y constantemente
la sacaba para escribir cosas. Sin embargo por más que insistí nunca me dejó leerla. También
había dejado de llevar la cadena de avión sobre su cuello, de hecho, la única vez que se la vi
puesta fue aquella vez en la tienda de discos.

Mi madre casi nunca estaba en casa, mi padre viajaba siempre al extranjero y no tenia hermanos,
entonces para mí no había problema en meter a Louis casi todos los días a mi habitación.

La mayor parte de tiempo la pasábamos mirando videos por internet, de todo tipo, desde ciencia,
hasta pornografía. Louis decía que una mente sana tenía que contener mucha información de
todos los temas.

La tarde que pasó lo más importante para mí estábamos tirados en mi cama mirando un
documental sobre las brujas y comiendo palomitas de maíz. El documental era de lo más
aburrido, pero Louis se veía bastante interesado en el tema, así que yo me entretuve mirándolo a
él.

Louis comía palomitas sin quitar la mirada de la computadora, yo apenas las había probado y él
ya estaba por terminárselas todas.
Después de dos largas horas de escuchar sobre la magia negra, el documental por fin terminó.
Louis cerró la computadora fascinado y me miró. –woow... ¡¡eso ha sido fascinante!!- me dijo
abriendo los ojos como plato.

-¡sí! ¡Demasiado!- él notó mi sarcasmo y me dio un golpe con la almohada. –Lou, eso ha sido
muy aburrido.- me lancé contra él para besarlo.

-¡es porque tu no lo entiendes! ¡Eso es cultura Harry! ¡CUL-TU-RA!- me abrazó por la espalda, él
siempre se burlaba de mi falta de interés en las culturas antiguas. Sin decir nada más lo besé por
un largo rato. Tenía una obsesión por sus labios, de eso estaba seguro. -¿Qué prefieres, ver otro
documental o seguir aquí, acostados?- preguntó después de unos segundos.

-adivina...- continúe besándole, enredé mis piernas con las suyas y me subí a su cuerpo. Él me
mantenía abrazado, me tocaba la espalda y después poco a poco comenzó a bajar sus manos
hacia mi trasero. Se separó un poco para mirarme y yo asentí con la mirada para que él
continuara.

-Harry...- habló en mi odio, yo besaba su cuello mientras me movía encima de él.


-¿mmmhh...?- me estremecí al sentir su aliento contra mi piel.

-creo que tengo que decirte algo...- paré y lo miré preocupado. Su tono de voz me indicaba que
era algo importante. Tardó unos segundos más en comenzar a hablar. –veras... no sé si esto que
estoy por decirte está bien... pero quiero que sepas que... creo que...- balbuceaba mucho,
hablaba demasiado nervioso y no me miraba a los ojos. –esquecreoqueyoteamo.- lo dijo tan
rápido que apenas pude entender sus palabras.

Sentí mis mejillas ruborizarse, mi corazón se detuvo por completo y después explotó de felicidad.
Traté de controlar mis impulsos, pero fue inútil.

– ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!-
grité levantándome de él. Me miró asustado. –¡¡yo también!!- paré y lo miré esperando su
respuesta.

-mierda... te gusta asustarme...- fue lo primero que dijo. Yo comencé a reír y me lancé de nuevo a
sus brazos.

Su saliva sabía a la mantequilla de las palomitas de maíz. Sus mejillas también olían demasiado a
la comida. Nos besábamos esta vez mas apresurados, yo me pegaba completamente a su
cuerpo, tratando de fundirme en él.
Pronto la ropa comenzó a estorbar, nos fuimos desnudando poco a poco, sin prisas. Él me
acariciaba y constantemente me susurraba que me amaba.

Todo pasó justo como en el sueño que había tenido la tarde que lo conocí, excepto porque esta
vez estábamos en mi habitación. Esa tarde no solo me entregué a una persona por completo,
sino que también, hice el amor por primera vez con él.

Cuando terminamos nos dimos cuenta que ya casi era hora de que mi madre llegara, de nuevo
insistí en llevar a Louis a su casa, pero como siempre, él se negó. Lo acompañe a la puerta y
cuando regresé a mi habitación pasó algo bastante extraño. Miré la bolsa de palomitas de maíz y
estaba casi completa. Me pareció demasiado raro, ya que yo había visto como Louis comía
demasiadas de ellas, al grado de casi vaciar la bolsa. Sin embargo estaba demasiado feliz por lo
que acababa de pasar, como para tratar de adivinar a que se debía que la bolsa estuviera llena.

Los días pasaban y yo cada vez me enamoraba más de Louis, mi madre estaba cada vez más
insistente en que saliera con mis amigos, le molestaba el hecho de que siempre estuviera en
casa, lo que ella no sabía es que nunca estaba solo, yo siempre estaba con Louis.

Desperté una mañana y miré el calendario. Era el último día del mes, eso significaba que Emilie
aparecería de nuevo. Ese día Kathy me llamó, insistió, casi rogó porque saliéramos. Yo le
confesé que ya no quería seguir la relación, ella me llamó cobarde y después de unos largos
minutos de insultos colgó

Louis llegaría a mi casa hasta la tarde, como mi madre había salido de fin de semana a un spa
con sus amigas, yo había decido invitarlo a dormir, él aceptó encantado.

Yo estaba preparando todo, comida, algo de bebidas y una enorme cantidad documentales que
me habían llamado la atención, todo para no terminar mirando nada aburrido escogido por Louis.
Había dejado todo listo para cuando él llegara, pasar una bonita tarde y terminar en la cama, eso
era lo que más deseaba.

Mientras terminaba de preparar mi habitación, el timbre de la puerta sonó, miré a mi reloj


asustado, pensando que tal vez podía ser Louis que había llegado un poco más temprano de lo
previsto. Eran las 3 y nosotros nos habíamos quedado de ver a las 5.

Bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta emocionado, no era Louis, sino Emilie. Ella notó mi
desilusión al verla.

-eh notado que no está el coche de tu madre, por eso me eh atrevido a tocar el timbre.- dijo muy
bajo. Ella siempre llevaba esa actitud, muy callada, muy tímida, como si estuviera haciendo algo
malo.
-si... no está mi madre, no te esperaba aquí, pero pasa.- me moví haciéndole espacio para que
ella pasara. Entró y miró todo el lugar.

-veo que esperas a alguien.-dijo al notar todos los preparativos que había dejado sobre la mesa.
Empezando por unas velas y una botella de jugo de manzana espumoso. –no te quitare mucho
tiempo.

-si... espero a...- tenía ganas de decirlo, necesitaba decirlo, ella era prácticamente una
desconocida, así que no había problema en que se enterara. –Espero a mi novio.- me miró
impresionada, demasiado, se recargó contra la pared y pude notar cómo le costaba trabajo
respirar. -¿estás bien?- me acerqué hasta ella y traté de ayudarla.

-¿Qué? ¿Un novio? ¿Enserio?- pude notar la tristeza que ella sentía al preguntar eso.

-si... ¿tiene algo de malo?- por unos momentos comenzaron a vagar ideas en mi cabeza, como
que probablemente esa chica estaba enamorada de mi, o lo había estado.

-pero Harry... Louis...- habló entre dientes y sin mirarme. “Louis” había mencionado el nombre de
mi novio. Ahora estaba asustado, ¿Por qué ella sabia el nombre de Louis? ¿Qué mierda estaba
ocurriendo?

-¿Louis?- le pregunté intentando no alterarme. –Louis, así se llama él. Mi novio se llama Louis.-
ella comenzó a llorar al escuchar mis palabras, comenzó a llorar de una forma demasiado
exagerada, como si le hubiera dado una puñalada al mencionar eso. -¿Qué pasa Emilie? ¿¡Por
qué lloras!?

-oh Harry...- después de un tiempo su llanto de convirtió en sollozos. – creí que hacia las cosas
de la manera correcta...- se lamentaba y negaba con su cabeza.

-¡mierda! ¿De qué carajos hablas? ¡Dímelo de una puta vez!- sentía que ella estaba jugando con
mi mente, sentía que quería volverme loco. La impotencia de no tener ni idea de lo que ella se
refería me mataba, comenzaba a sentir un fuerte odio por esa persona. ¿Por qué me hacia esto?
¿Por qué me perturbaba? ¿Por qué no simplemente me decía lo que había pasado y ya? ¿Qué
necesidad había de hacer todo ese drama?

Ella secó sus lágrimas y miró hacia su bolsa, sacó otro paquete. No quería tomarlo, pero era
necesario, solo quedaban dos más y yo podría saber la verdad. Lo tomé y rápidamente comencé
a abrirlo, esta vez frente a ella. Cuando vi lo que contenía sentí un enorme nudo crearse en mi
garganta.

Era un paquete de palomitas de maíz. Exactamente de la misma marca y sabor de las que
estábamos comiendo la vez que por primera vez tuve sexo con Louis.

Me molesté, me di cuenta de lo que en realidad estaba pasando. Todo eso era una broma, esa
chica, junto con Louis, se estaban burlando de mí, de mi accidente, de mi estúpida mente
inservible, de todo.

Me sentía traicionado, me di cuenta de que Louis le contaba a esa chica todo lo que hacíamos.
Primero la cadena de avión, que unos días después me encontré a él con una idéntica, después
el grupo “goo goo dolls” ¿y ahora esto?, todo, absolutamente todo me indicaba a Louis, todos los
“recuerdos” que esa chica me entregaba. Era obvio que se estaban burlando de mí.

-lárgate.- le dije sin siquiera mirarla. No seguiría siendo el payaso de nadie, no seguiría jugando
ese estúpido juego que solo lograba lastimarme.

-Harry tienes que pensar las cosas, darte cuenta de que estas mal...- La miré molesto, ¿ahora yo
era él que estaba mal? ¡Ellos estaban perturbando mi mente!

-no voy a hablar de esto contigo... por favor vete.- trataba de mantener la cordura para que ella no
me viera afectado por su puta broma. -¡LARGATE DE UNA PUTA VEZ!
-de acuerdo, nos vemos en próximo mes.- sentí una enormes ganas de golpearla al escuchar sus
palabras, me quedé quieto y me controlé.

Para cuando ella salió yo ya me había derrumbado, me tiré al piso y comencé a respirar
agitadamente, no quería llorar, sin embargo pensar que Louis se estaba burlando de mi me
mataba, él era lo único bueno que le encontraba a mi vida... ¿Por qué me hacían esto?

Lo peor de mi situación es que ni siquiera sabía las razones por las cuales ellos hacían eso. No
podía recordar nada y para ellos era más fácil lastimarme así. Probablemente esas personas y yo
habíamos tenido problemas en el pasado y por eso ni Emilie ni Louis querían que mi madre
supiera de ellos. Por eso hacíamos todo a escondidas. Por eso a Louis no le gustaba salir de mi
casa, para que nadie nos viera juntos.

Yo no había mentido cuando le dije que lo amaba, en serio lo hacía. Lo amaba. Yo no había
hecho nada de eso pensando que podía ser un acto de venganza, había sido tonto, estúpido, me
había creído toda la mierda que ellos me habían dicho, me engañaron y me pusieron a sus pies,
Louis se encargó de subirme al cielo, para después seguramente tirarme desde lo más alto.

Él vendría esa tarde y yo lo enfrentaría, le diría que su estúpido juego se les había arruinado, que
no permitiría que se siguieran burlando de mí. Le pediría una explicación, quería saber porque
ellos me lastimaban, merecía saberlo, necesitaba saber que tan mal había hecho las cosas antes
para ahora merecer esto.
Me senté sobre el sillón y espere hasta que él llegara. Concentré mi mente en recordar algo, pero
como todas las putas veces, era imposible.

Tenía un terrible dolor de cabeza, el cual no era normal y me comenzaba a preocupar, gracias a
que el doctor me había advertido que cualquier leve dolor en mi caso era necesario acudir al
hospital. Tomé un poco de medicamento para calmarme.

Después de una hora y media Louis tocó el timbre. Respiré profundamente y traté de prepararme
para lo que estaba por venir. Fingí ser fuerte y abrí la puerta. Él entró y se lanzó alegremente a
mis brazos. Cerró la puerta con su pie y trató de besarme. Yo lo evité dando un paso para atrás.

-¿Qué pasa amor?- dijo preocupado por mi actitud.

Sentía sus palabras dolerme, “amor” claro, cuando “amas” a alguien lo engañas y te burlas de su
puta enfermedad, claro, se notaba demasiado que él me “amaba”.

Me costó trabajo responder, pero después de unos segundos logré hablar. –Te lo voy a preguntar
por última vez Louis, ¿tú y yo nos conocíamos de antes?- él me miró extrañado pero no contestó.
–¡mierda! ¡CONTESTA DE UNA PUTA VEZ!- frente a él me era imposible mostrarme fuerte, por
muy estúpida que fuera la situación, con él me sentía libre a llorar. Comencé a llorar por la
desesperación de no obtener respuestas.

-Harry... no.- no sonó real, sabía que me mentía.

-¿Por qué?- comencé a hacer pucheros, me sentía tan estúpido, tan humillado, pero sobre todo,
lastimado porque él, Louis, me había hecho eso. –dime qué fue lo que yo les hice... ¿Por qué tu,
junto con la chica esa se han encargado de perturbarme?

-Nosotros no queríamos perturbarte.- mi corazón se rompió. Ya no lo negaba, ahora estaba


convencido de que él sabía de lo que hablaba. –Emilie trató de ayudar y yo también.

-¡¿AYUDAR A QUE?!

-ayudarte para que cuando llegara el momento del fin, tu pudieras entenderlo.- sus ojos se
cristalizaron, mi dolor de cabeza se hacía cada vez más intenso.

-¿¡EL FIN DE QUE!?- no podía hablar sin gritar, no podía tranquilizarme, no podía simplemente
entender una mierda de lo que pasaba.

-mi fin Harry... el fin de nosotros.- sus lagrimas comenzaron a descender. Él hablaba de un fin,
hablaba de un maldito fin, cuando nuestra historia apenas comenzaba a ser escrita.

-vete a la mierda... necesito una explicación a todo esto Louis, necesito que me expliques qué es
lo que quieres de mi, quiero que me digas quien eres, ¡quien fuiste!

-hoy solo soy un recuerdo...- susurró. –solo quería asegurarme de vivir en tu memoria...

-¿de qué hablas...? por favor Lou.... Ya no juegues con mi mente... dime qué es lo que pasa...-
calmé mi tono de voz, ya no tenía las fuerzas para gritar, sentía que estaba por caer al suelo por
el tremendo dolor de cabeza.

Él se acercó hacia mí y me rodeó con sus brazos. Me dejé abrazar simplemente por el hecho de
que también lo necesitaba. –quiero que sepas que fuiste lo mas importante en mi vida, no me
arrepiento de nada que pasé contigo, tu representaste mi mundo entero, nadie más que tu...
pequeño...- lo mantenía abrazado lo más fuerte posible. Él me susurraba al odio. –todo va a estar
bien amor, yo se que tu vas a estar bien, porque confió en ti y sé que lo harás. No quiero que le
tomes rencor a nadie, nadie tuvo la culpa de lo que sucedió, tu y yo nos veremos pronto, ¿de
acuerdo?- se separó y tomó de las mejillas para que lo mirara. ¿Louis se estaba despidiendo?
¿Por qué lo hacía?
-tú no te vas a ir, no me importan tus razones por las cuales hiciste esto, no importa, olvidémonos
de todo, ¡no te vayas! ¡No puedes hacerlo!- me alteré demasiado al pensar que él podía
desaparecer.

-te amo. Nos veremos pronto.- me alejó de él, yo no tuve la fuerza retenerlo a mi lado, mi vista se
había nublado y ahora apenas podía distinguir su silueta.

-Lou, no me dejes aquí.- fue lo último que dije antes de caer desmayado por el dolor de cabeza.

TERCER ENCUENTRO, MES #3: PALOMITAS DE MAIZ.

Desperté en el hospital. Mi madre estaba recostada junto a mí. Tenía muchos cables conectados
a la cabeza, miré a mi alrededor buscando a Louis, pero la habitación estaba vacía, ahí solo
estábamos mi madre y yo.

Ella notó que desperté y rápidamente llamó al doctor. Muchas enfermeras y doctores entraron y
comenzaron a examinarme. Yo me mantenía en silencio y dejaba que ellos hicieran su trabajo.
Así se irían más rápido.

Después de unos minutos el doctor principal le dijo a mi madre que todo había sido una
sobrecarga de estrés, que había provocado que la lesión en mi cerebro se inflamara apenas unos
milímetros y por eso había perdido la conciencia. Dijo que ahora estaba bien, pero que tenía que
tener descanso absoluto para no recaer.

Cuando por fin salieron de mi habitación yo seguía sin mencionar una sola palabra.

Mi madre me miraba preocupada, se acercó a mí y me acaricio el rostro. -¿Qué ha pasado


Harry?

No supe que contestar. No estaba dispuesto a preguntarle sobre Louis. No quería que ella se
enterara de eso, era obvio que era algo que ella quería ocultarme. –Solo... tuve un poco de
estrés, no sé por qué pasó.- no la miraba a los ojos. Me sentía enojado con la vida, con todo el
mundo, me sentía engañado por cada ser humano sobre la tierra. -¿Cuándo llegué aquí?- traté de
cambiar el tema.

-anoche, tuve que regresar a casa porque no encontramos habitaciones libre en el spa y cuando
llegué a la casa te encontré desmayado y rápidamente llamé a la ambulancia.- me di cuenta que
Louis ni siquiera se había preocupado por mi salud, simplemente me había dejado ahí tirado.
Me giré sobre la cama dándole la espalda a mi madre. Ya no quería hablar de nada, ni nadie.
Ahora solo quería dormir para cuando despertara descubriera que todo era una pesadilla. Ella al
parecer lo entendió, solo me acarició el cabello y se quedó a mi lado.

Cuando salí del hospital y llegué a mi casa, lo primero que hice fue revisar mi bandeja de entrada
en el mail. Louis no se había aparecido por el hospital, no había llamado, nada. Busqué una y otra
vez. No tenía ningún mensaje.

Pasé toda esa tarde frente a la computadora, rogándole al cielo porque él se comunicara.

De hecho no fue solo esta tarde, también lo que resto del mes. Él había desaparecido, no me
buscaba, no me mandaba mensajes, no llamaba, era como si no existiera. Yo había comenzado a
mandarle miles de correos, rogándole por favor que se comunicara conmigo.

Comencé a buscarlo en la biblioteca, en el centro comercial y hasta en el bosque. Yo no sabía


nada de él y por eso era imposible localizarlo.

Había tardes que las pasaba enteras escuchando el CD que Emilie me había entregado,
escuchaba la canción de “iris” una y otra vez. Lloraba demasiado, de hecho casi todo el día.

Mi mama estaba muy preocupada por mí. Tanto que había dejado de salir con sus amigas para
quedarse conmigo y tratar de distraerme. Nunca me preguntó qué era lo que tenía, no entiendo
porque no lo hizo, yo solo quería contarle a alguien todo lo que me había ocurrido.

Lo que más me frustraba era que yo continuaba sin tener idea de lo que había pasado, no
comprendía por qué él se había ido, nada. Ahora solo contaba los días para que fuera fin de mes
y volver a encontrarme con Emilie. Yo sabía que ella me podía decir donde estaba Louis.

Estaba muy delgado, apenas comía, me sentía débil, solo, triste, había entrado en una especie de
depresión.

Llegué a un punto en donde comencé a pensar que él no había existido, que yo me estaba
volviendo loco. No tenía nada de él más que los objetos que Emilie me había entregado. No sabía
ni siquiera su apellido y por eso no lo podía buscar en la red. No me contestaba los correos, ni
mucho menos hacia el mínimo esfuerzo por hacerme saber que estaba bien.

Él me había abandonado y se había llevado todo a su paso, me dejó solo, sin pensar que yo me
moriría por dentro.
Cuando el último día del mes por fin llegó, estuve afuera de mi casa todo el tiempo, esperando a
que la chica llegara con el último paquete. Estaba ansioso, por fin tendría noticias sobre él,
aunque fueran mínimas, pero las tendría.

Había logrado que mi madre me dejara solo por unas horas, mientras ella hacia las compras en el
súper mercado.

Emilie no llegó, mandó un mensajero a llevar el paquete, era una caja como de zapatos. Me sentí
decepcionado pero al final tomé el paquete y firmé de recibido.

Entré a mi casa y subí a mi habitación. Me encerré y dejé el paquete sobre la cama.

Lo miré por un largo rato. No podía ni imaginarme lo que eso contenía. Era el momento de saber
la verdad y yo tenía que estar preparado para todo. Respiré lo más profundo que pude. Ahora
tenía que ser fuerte y afrontar todo. Terminar con ese maldito misterio de una vez.

Me senté sobre la cama y tomé la caja. Comencé a abrirla temerosamente, cuando retiré la tapa
me encontré con un objeto muy familiar. La libreta de cuero café que Louis siempre traía con él, la
que nunca me había dejado ver.
Me puse muy nervioso, temblaba, pero al mismo tiempo me parecía estúpido hacer tanto drama.
Igual, la situación ya estaba hecha una mierda, ¿Qué más podía pasa?

La libreta estaba separada por unos pequeños clips, todos indicaban una hoja en especial, como
si fueran las más importantes por leer. La abrí en la primera y me di cuenta que era un especie de
diario. Comencé a leer.

Hoy conocí a un chico en la biblioteca. Era hermoso. Tenía el cabello rizado y los ojos muy
verdes. Él estaba buscando la biografía de Mónica Limar por un proyecto que tenía que hacer
para la escuela. Se veía molesto, como que no le agradaba la idea de tener que leer un libro. Yo
me acerqué hasta él y le hablé. Me sonrió y al instante supe que esa persona seria especial para
mí. Hablamos por un rato, pero él tuvo que irse cuando sus amigos llegaron por él. Me gustaría
volver a verlo, no lo sé... creo que me gustó

Me quedé muy confundido. Louis narraba como nos habíamos conocido, pero había muchas
cosas que no eran ciertas. Él y yo nos habíamos conocido en el mismo lugar, pero fue porque yo
estaba llorando por leer ese mismo libro. Miré la fecha en la que él había escrito eso. Tenía la
fecha de casi dos años atrás.
Ahora entendía menos. Decidí que lo mejor era que siguiera leyendo. Abrí el segundo apartado.

volví a ver al chico de los rizos, su nombre es Harry, yo estaba en el centro comercial, cuando de
repente él se acercó hasta mí y me dijo que le gustaba mi cadena. La cadena de avión que había
mandado a hacer mi padre unos años antes. Fue muy obvio que él solo lo había dicho para
hablar conmigo, así que yo decidí obsequiársela, él se negó y dijo que no lo decía para eso, pero
yo insistí y terminó quedándosela. Intercambiamos teléfonos y quedamos en salir cualquier día de
estos. No puedo esperar a que me llame, de hecho quiero hacerlo yo mismo, en este momento.
Pero no quiero parecer emocionado, así que esperare un par de días para invitarlo a salir.

Esa era como la historia de la tienda de discos. Era casi exactamente lo mismo. La fecha
continuaba siendo de mucho tiempo atrás. Abrí el tercer apartado.

¡¡¡¡¡LO BESÉEEEEEEEEEEEEEE!!!!!! ¡Hoy por fin lo besé! Estábamos en su auto, escuchando


su nuevo disco que le había regalado su madre, era del grupo goo goo dolls y la canción que
sonaba mientras nos besábamos se llamaba “iris”, hablábamos sobre estupideces cuando de
repente sentí la necesidad de besarlo. Él no se negó, en realidad me devolvió el beso demasiado
húmedo, nos besamos por un largo rato, hasta que su madre lo llamó preguntándole en donde
estaba.

Ahora comenzaba a comprender un poco. Louis y yo habíamos tenido una historia antes de mi
accidente, una historia que Emilie y él habían querido repetir para hacerme recordar todo. Pero
seguía sin comprender por qué él se había ido. Me dirigí hasta el apartado numero 4.

Las cosas no están saliendo como él y yo pensábamos. Su madre le ha prohibido llevarme a su


casa. Ella me odia, dice que yo soy una mala influencia para él. No quiere aceptar que su hijo y
yo estamos saliendo. Me ha gritado, me llamó maricón de mierda y me dijo que si me volvía a ver
cerca de su hijo llamaría a la policía. Harry y yo estamos muy preocupados, no sabemos qué
hacer para evitar que nos separen

Mi madre... esa era la verdadera razón por la que ni Louis ni Emilie quieran que ella se enterara
de que ellos me visitaban. Mi madre no había querido a Louis en el pasado, por eso no me lo
mencionaba, por eso aprovechó que yo había perdido la memoria para evitar que yo siguiera con
él. Por eso me sentía tan incomodo estando con Kathy, porque ni siquiera era mi novia en
realidad.
Me hervía la sangre de pensar que gracias a ella Louis se hubiera ido. No permitiría que me
separaran de él. No ahora que todo comenzaba a tener sentido. Abrí el siguiente apartado.

Hoy ha sido el día más feliz de mi vida. Como la madre de Harry no me permite la entrada a su
casa, lo invité a pasar una tarde en la mía. Emilie se había encargado de que mamá y papá
estuvieran fuera por un rato. Estábamos mirando la película de “La bruja de Blair”, pero Harry
comenzó a asustarse demasiado y tuvimos que quitarla, fue una pena porque a mí me parecía
muy interesante. Estábamos en mi cama comiendo palomitas de maíz, cuando de repente sentí la
necesidad de decirle que lo amaba. Fue hermoso, porque él me dijo que sentía lo mismo.
Comenzamos a besarnos y la situación se nos fue de las manos, terminamos no solo teniendo
sexo, sino, hicimos el amor.

Comprendí que el sueño que había tenido unos meses antes, el día que había conocido a Louis,
en realidad no había sido un sueño, sino, un recuerdo. Por eso no estábamos en mi habitación,
estamos en la de él.

También me di cuenta de que Emilie era hermana de Louis, por eso le ayudaba en todo ese
asunto.

Todo está mal. La situación de la familia de Harry cada vez se hace más grave. Su madre le ha
dicho que lo enviara a Suiza con sus tíos, para que él así me deje de ver y se cure de esta
“enfermedad” No sé qué hacer. Ninguno de los dos podemos encontrar una solución, no
queremos dejar de vernos. Esto no es una enfermedad. El amor no es una enfermedad. Su
madre no puede comprenderlo, no pude entender que nosotros no planeamos nada de esto, solo
se dio, me enamore de su hijo y él se enamoro de mí

.”

¿Suiza? Ni siquiera sabía que tenía tíos en Suiza. Estaba tan decepcionado, tan dolido. Mi propia
madre se había encargado de arruinarme la vida. Se había aprovechado de una tragedia para
montarme una vida falsa y tratar de convertirme en lo que ella quería que fuera.

Aun estaba estable para seguir leyendo. Aun me faltaba comprender muchas cosas y solo
quedaban dos apartados. Abrí el siguiente.

Harry y yo hemos decidido irnos juntos. Su madre ha adelantado el viaje a Suiza, se va la


siguiente semana. Él me sugirió irnos, escaparnos para evitar que nos separen. Estoy asustado
porque ni siquiera tenemos dinero, pero aun así eh aceptado. Hablé con Emilie, le conté todo y
ella acepto ayudarme. Les contara a mis padres que estoy con Harry y que me comunicare en
cuanto las cosas se calmen un poco. Nos iremos esta noche.

Cubrí mi boca con la palma de mi mano, me sentí asustado, ¿Qué había pasado? ¿Por qué Louis
y yo no habíamos podido irnos juntos?

Ahora solo me quedaba un apartado y tenía demasiado miedo de abrirlo. Sabía que lo que estaba
por leer no sería nada bueno, pero nunca imagine la gravedad que tenia.

Cuando abrí el último apartado me encontré con una gran sorpresa. No eran escritos de Louis.
Eran varios documentos. Periódicos, papeles, entre otras cosas. Cerré mis ojos y me negué a
continuar leyendo.

Esos papeles eran los documentos que hablaban sobre mi accidente, en el que había perdido la
memoria.

Mi corazón palpitaba muy rápido. No quería leer eso. Hasta ese día no me había atrevido a
buscar en internet información sobre mi accidente, simplemente porque me daba miedo saber
qué había pasado esa noche.
Tomé valor y volví a abrir la libreta.

Comencé a leer la información, en el periódico redactaban el accidente de dos jóvenes que se


habían volteado en la carretera, el accidente había sido muy grave, uno de los chicos se había
golpeado muy fuerte de la cabeza, obteniendo una fractura de cráneo, mientras que por desgracia
el otro no había logrado sobrevivir.

En ese momento no pude comprender la información. Pensé que ese periódico no hablaba de mi
accidente, sino de uno parecido. Releí una y otra vez ese artículo, creyendo que contenía alguna
pista sobre algo.

Tal vez mi cabeza estaba negada a aceptar lo que leía.

Mi mundo se vino abajo cuando tomé otro de los documentos y comencé a leerlo. Eran los
papeles de la funeraria en donde habían velado a Louis. Comencé a temblar, me pareció ilógico,
miré las fechas, eran de dos días después del accidente. Volví a leer el periódico, esta vez más
detalladamente.

Mi cabeza colapso. Lo que estaba leyendo era imposible. Yo había estado con Louis apenas un
mes atrás y esos papeles me decían que a él lo habían enterrado hace más de un año.
Sentí un dolor interno desgarrar mi cuerpo. Sentí ganas de gritar, de llorar, de hacer cualquier
cosa para sacar lo que llevaba dentro.

Volví a revisar todos los papeles que se encontraban en ese apartado. Todos hablaban sobre lo
que había sido la muerte de Louis. Había fotografías del accidente, de cómo había quedado el
auto cuando nos volteamos. Había una fotografía de cómo estaba actualmente su tumba.

Dejé caer todo al piso. Mis ojos se llenaron de lágrimas y hasta ese momento pude comprenderlo
todo.

A Louis no le gustaba que estuviéramos en lugares muy poblados, porque simplemente no quería
que las personas me creyeran un loco que hablaba solo.

A Louis le daban miedo los accidentes de tránsito, porque él había muerto en uno.

Las palomitas de maíz estaban llenas aquella vez... porque nadie las había comido, yo había
estado totalmente solo en mi habitación.
-oh por dios...- susurré al mismo tiempo que me derrumbaba por completo. Comencé a llorar
desesperado. –Louis... ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡¡¡¡NOOOOO!!!!- gritaba y golpeaba la cama.

Louis había muerto mientras tratábamos de escapar. Había muerto hace más de un año.

No podía comprender por qué yo lo había sentido tan real, porque cuando él me besaba yo lo
sentía, yo podía sentir su calor, yo sentía que él me trasmitía vida. Él había estado conmigo, yo
no estaba loco. Él había vuelto para que lo recordara. Me volvió a enamorar y me amó lo más que
pudo.

quiero que sepas que fuiste lo mas importante en mi vida, no me arrepiento de nada que pasé
contigo, tu representaste mi mundo entero, nadie más que tu... pequeño.... Todo va a estar bien
amor, yo se que tu vas a estar bien, porque confió en ti y sé que lo harás. No quiero que le tomes
rencor a nadie, nadie tuvo la culpa de lo que sucedió, tu y yo nos veremos pronto, ¿de acuerdo?


Recordé sus palabras y sonreí. No habían sido imaginaciones mías, él había estado conmigo
todo ese tiempo, se había quedado para despedirse de mí.

Pronto el dolor calmó un poco. Me sentí tranquilo, me lo imaginé ahí conmigo. Supe que él estaría
conmigo para siempre. Sentí como si el nudo enorme que llevaba en mi garganta desde que
había despertado del coma desapareciera.

Me levanté, respiré, sabía que ahora mi bebe estaba tranquilo, que ahora descansaba en paz al
saber que yo lo recordaba. Caminé hacia mi closet y busqué la cadena de avión que había
escondido de mi madre. Cuando la encontré la coloqué en mi cuello y la besé.

te amo. Nos veremos pronto

Miré al cielo y susurré. –también te amo, nos vemos pronto Louis.

CUARTO ENCUENTRO, MES #4: DIARIO DE LOUIS.


La muerte no puede acabar con el amor verdadero. Solo lo retrasa un poco.

También podría gustarte