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PERFIL BIBLIOGRAFICO DEL NIÑO DE DOS AÑOS

A partir de los dos años y medio o tres años, todo niño se inicia en una etapa muy
importante en su vida. El dominio de su cuerpo le permite llevar a cabo complejos
propósitos. Podrá divertirse solo o con otros niños; sus actividades son cada vez
más integradas y coordinadas. Su capacidad expresiva le permite hacerse
entender, pedir cosas, llamar la atención. Mediante el desarrollo cognitivo
alcanzado podrá empezar a comprender las experiencias que vive más allá de lo
momentáneo y cotidiano.

En los dos primeros años de la vida del niño y de la niña, el desarrollo cognitivo,
afectivo, psicomotor, social…, está estrechamente ligado a su desarrollo físico y a
su capacidad de movimiento, cada vez más autónoma. El desplazamiento y la
palabra son dos elementos fundamentales en esta etapa, donde van ampliando
poco a poco sus límites y su campo de acción, descubriendo el entorno de forma
activa.

Afianzan la marcha, lo que les permite tener una nueva visión del mundo que le
rodea, a la vez que una cierta sensación de dominio. Manipulan objetos de forma
más precisa. Estas adquisiciones motoras, les permiten a la vez un mayor
desarrollo en otras áreas, ya que hacen un descubrimiento de situaciones nuevas
por experimentación, dejando atrás el descubrimiento por azar y convirtiéndose en
agentes activos que van aprendiendo por medio del ensayo-error.

En esta edad es posible encontrar diferencias notables entre los niños: algunos
están iniciando el control de esfínteres, mientras que otros ya están afianzados en
este proceso. Algunos tienen dificultades para hacerse entender en su media
lengua, mientras que otros se expresan con claridad. Algunos juegan con otros
intercambiando gestos, palabras, juguetes; otros permanecen solitarios, aferrados
a sus pertenencias. Algunos son capaces de correr o de patear una pelota,
mientras que otros aún conservan una mayor globalidad en sus movimientos
corporales; etc.

DESARROLLO AFECTIVO-SOCIAL

Los primeros años de la vida del niño y de la niña están marcados por la necesidad
afecto, jugando el apego un rol fundamental. En el segundo año, el vínculo de
apego se consolida, enriquecido por el desarrollo intelectual del menor. Sus
nuevas capacidades lingüísticas facilitan la comunicación con esta figura.

Este segundo año viene también marcado por el egocentrismo que todavía
presentan en gran medida.

✦Manifiesta un gran interés por la posesión y por la propiedad de las cosas y las
personas.

✦Intenta satisfacer sus deseos y ven en peligro todas sus posesiones, que son las
que les proporcionan placer y diversión.
✦Poco a poco empieza a darse cuenta de que es un ser independiente y se
identifica en su papel de niño o de niña.

✦Empieza a imitar las actividades de sus padres y docentes a través del juego.

✦Es una etapa marcada por las rabietas y berrinches como respuesta a sus
frustraciones y de grandes conflictos entre su deseo de independencia y la
necesidad que tiene del adulto. Se obstina en hacer las cosas él solo y se aferra a
sus caprichos.
Insiste en conseguir lo que se propone. Lloran, se quejan, tienen rabietas.
Poco a poco irá comprendiendo lo que puede y no puede hacer, lo que está
prohibido y lo que no.

✦Se ríe contagiosamente y muestra síntomas de simpatía, comprensión, modestia


o vergüenza.

✦Obedece a encargos domésticos simples y empieza a colaborar en tareas


relacionadas con la higiene, la alimentación y el vestido.

✦Al final del año, es capaz de expresar sus sentimientos, deseos y necesidades.

DESARROLLO DEL LENGUAJE

El desarrollo del lenguaje en el niño o la niña de 2 años va a depender, entre otros


factores, de su ritmo de madurez, de la estimulación que recibe del exterior, de sus
experiencias, de su desarrollo neurológico…

La emisión de las palabras se hace más precisa, tiene un vocabulario más


extenso; emplea plural, pronombres y preposiciones al hablar.
Aprende a contar hasta cinco y en algunos casos excepcionales hasta diez.
Aparece el soliloquio: el niño es capaz de hablar solo mientras juega, imitando todo
lo que ve a su alrededor.

A esta edad se inicia la comunicación verbal y se caracteriza por el comienzo de la


formación de la gramática en el que factores como la dentición, la alimentación, la
imitación…, van a contribuir en su desarrollo. Factores ambientales van a influir
también en la adquisición del lenguaje.
Realiza onomatopeyas, como por ejemplo: pollito (pio, pio...), pato (cua-cua), gato
(miau), etc...

✦El niño o la niña se encuentra en una etapa conocida como telegráfica,


caracterizada principalmente por la retención y omisión de elementos con una
función gramatical.

✦Se produce un gran desarrollo del habla articulada en la que, en un principio, se


mezcla la jerga con las palabras y presenta una inmadurez fonética que irá
desapareciendo poco a poco.

✦Durante el primer semestre del segundo año, el niño o la niña habla consigo
mismo/a mientras juega o realiza cualquier actividad. Utiliza el pronombre personal
“yo”, “tú”, “él” y construye pequeñas frases negativas con el “no”.
Es capaz de nombrar algunos objetos de su entorno que se le señalan (silla, mesa)
y algunos objetos representados en imágenes.

✦A lo largo de segundo semestre su nivel de comprensión es muy estable. Le


gusta escuchar y que le cuenten cuentos y empieza a verbalizar la acciones que
realiza (saltar, dormir, correr, peinarse). Empieza a conjugar los verbos, entiende
algunas preposiciones como sobre, bajo, delante, detrás, adverbios como encima,
debajo, antes, después y utiliza algunos posesivos.

✦Al final del segundo año su vocabulario ha aumentado considerablemente y es


capaz de expresarse con bastante fluidez.

DESARROLLO PSICOMOTOR

Podemos considerar el desarrollo psicomotor como la base del desarrollo de las


demás áreas, porque le permite conocer el mundo que lo rodea y comprender
como este funciona en el crecimiento del niño y de la niña (cognitivo, del lenguaje,
emocional, social…).
Sube las escaleras poniendo un pie en cada escalón y baja poniendo los dos pies
en cada peldaño.
Salta con los pies juntos desde un escalón o desde una altura de 30 cm.
Sabe andar en puntas de pie, corre con soltura y puede cambiar de dirección y
parar bruscamente.
Aguanta el equilibrio sobre un pie, pedales un triciclo y distingue las diferentes
formas de los objetos.

✦A los 2 años, el pequeño o la pequeña es ya capaz de planificar sus propias


acciones. Es la etapa del movimiento, de ir de un sitio a otro, ya que, en la mayoría
de los casos, no tiene dificultad en la marcha y se producen grandes progresos en
el control postural.

✦Durante el primer semestre, será capaz de, entre otras acciones: manipular
pequeños objetos, pasar las páginas de un libro, mantener la cuchara en posición
correcta mientras se la lleva a la boca, arrojar objetos al aire, correr tras una pelota
dando puntapiés, tocar las palmas mientras oye música, bailar, o seguir cierto
ritmo con el cuerpo.
Abrir y cerrar la canilla de la pileta y cierres, imitar golpes, garabatear y realizar
trazos horizontales y verticales, imitar y poner determinadas posturas, saltar, subir
y bajar escaleras, actuar con mayor precisión en las actividades manipulativas de
carácter fino…

✦Durante el segundo semestre, se producen muchos progresos. El niño o la niña


ya tienden a utilizar una sola mano y sostiene bien el lápiz/ crayon con los dedos.
Es capaz de realizar actividades de ensartar arandelas de madera en un hilo
grueso sus juegos con los encastres son más complejos, es capaz de permanecer
quieto y atento ante la televisión y otros espectáculos, corre y salta de manera más
coordinada, baila al son de la música, etcétera.
DESARROLLO COGNITIVO

A los 2 años de edad hay una estrecha interdependencia entre el desarrollo mental
y el psicomotor. Es muy frecuente que el niño o la niña hablen mientras actúa al
tiempo que ejecuta lo que dice.
Durante este período, el niño o la niña va a ir desarrollando su capacidad para
utilizar símbolos en sus pensamientos y acciones y manejará conceptos como
edad, tiempo y espacio a lo largo de esta etapa.
Además, desarrolla su capacidad para representar internamente los objetos y
fenómenos, desarrollando así la capacidad de resolver los problemas
cognoscitivamente.
Es capaz de expresar sus sentimientos y deseos, de predecir las relaciones causa-
efecto y de representar objetos ausentes.

✦Durante este año, el niño o la niña han ampliado su memoria, recordando


hechos que sucedieron hace días, y puede memorizar rimas cortas, aunque su
capacidad de atención sea poca.

✦Muestra gran curiosidad por todo lo que le rodea, y tiene un gran afán por
saber, por conocer su entorno y por imitar lo que hacen los adultos.

✦Va siendo más autónomo en algunas de sus rutinas diarias (lavarse y secarse
las manos, beber de un vaso sin ayuda, utilizar el tenedor, desatarse los
zapatos…) y es capaz de controlar sus necesidades corporales sintiéndose
culpable si tiene algún accidente en el control de esfínteres diurno.

✦A los dos años se desarrollan los sentimientos de gusto y aversión hacia otras
personas.

✦Puede distinguir diferentes objetos y clasificarlos en diferentes categorías


(animales, plantas…).

✦Distingue algunos colores, algunas intensidades, tamaños, formas.

✦Poco a poco empieza a imitar trazos circulares, verticales y horizontales,


producto de la manipulación intencional.

EXPRESION PLASTICA

✦ Etapa del garabateo (de dos a cuatro años)

Garabato controlado, el niño de 2 años aprende a tener mayor control sobre sus
movimientos y lo que antes eran rayas si un proposito ahora van adquiriendo
mayor precisión.
El niño aprende la relación entre el movimiento de su mano y las formas que
realiza, descubre a la vez el control visual sobre los trazos por lo que existe ya la
voluntad de realizar un trazo de un modo u otro.

Otra cosa es que consiga realizar exactamente aquello que pretendía. Es probable
que cuando termine el dibujo nos diga “es un coche” o que cambie de opinión
mientras va dibujando, lo que en un principio empezó siendo un coche ahora es un
monstruo con grandes orejas.

Ahora, el niño disfruta de placer de dibujar, de realizar movimientos con su mano


que producen un resultado, por lo que encontramos que repite movimientos como
trazos circulares, líneas que se cortan, puntos, rayas…

Los gestos expresivos del niño, desde el momento en que se pueden registrar con
un lápiz o con una tiza, evolucionan a partir de unos garabatos básicos hacia
símbolos coherentes. Esos modelos básicos, los garabatos, con el paso del tiempo
se van convirtiendo en la representación consciente de los objetos percibidos.

La mayoría de los niños suelen seguir la misma evolución gráfica en su adquisición


de la simbolización: de los garabatos sin forma van surgiendo primero algunas
formas básicas: el círculo, la cruz, el rectángulo... Después, dos o más de estas
sencillas formas se van combinando con formas más complejas.

EL JUEGO

✦ El tipo de juego característico del niño de dos a tres años es el juego simbólico
o juego de ficción ("hacer como si"). Se trata de una de las cinco conductas que
caracterizan la aparición de la función de representación, aproximadamente en la
mitad del segundo año de vida (las restantes son: la imagen mental, la imitación
diferida, el lenguaje y el dibujo).
El juego simbólico depende de la posibilidad de sustituir y representar una
situación vívida en otra supuesta. Por ejemplo, hacer "como si" comiera, pero
utilizando un palito. Constituye una asimilación deformante de la realidad, a
diferencia de la representación adaptada, que supone un equilibrio entre
asimilación y acomodación.
En efecto, el niño se ve continuamente obligado a adaptarse al mundo social de
los adultos y a un mundo físico que todavía no comprende bien. Por consiguiente,
no llega a satisfacer las necesidades afectivas e intelectuales de su yo en esas
adaptaciones, como lo hace el adulto. Resulta indispensable, entonces, para su
equilibrio emocional, contar con un tipo de actividad cuyo objeto no sea la
adaptación a lo real sino, por el contrario, la asimilación de lo real al yo.
Esta función la cumple el juego simbólico, que transforma lo real, por asimilación
casi pura, a las necesidades del yo.
En los primeros juegos simbólicos puede observarse que el niño_
- ejerce simbólicamente sus acciones habituales (por ejemplo, hacer "como si"
tomara la sopa. etc.)
- atribuye a los otros y a las cosas esos mismos esquemas de conducta (por
ejemplo, "hacer dormir" a su osito, "hacer pasear" a su muñeca, etc.)
Más tarde, aplica en forma simbólica esquemas que no pertenecen a la acción
propia, sino que han sido tomados por imitación de otros modelos (el papá, la
mamá, la maestra, etc.). Por ejemplo, hace "como si" arreglara el auto, se pintara
los labios, hablara por teléfono.
El niño practica esos juegos por el placer de ejercer sus poderes y revivir sus
experiencias. Son un modelo de expresión y afirmación del yo.
A veces, pueden tener el carácter de compensación, cuando se quiere corregir la
realidad. Por ejemplo, un niño tiene prohibido comer chocolate porque le hace mal;
entonces le dice a su muñeca que no coma, que podrá enfermarse.
El juego también puede convertirse en "catarsis", una forma de reaccionar contra
el miedo que una situación le provoca. Por ejemplo, tiene temor de acercarse a un
perro, entonces juega a que lo acaricia, que lo lleva a pasear, etc.
Los juegos simbólicos que practican espontáneamente los niños de 2 años al
comenzar el año tienen las siguientes características:
1- Se realizan en forma individual (juego solitario) o al lado del otro pero sin
interacción (juego paralelo).
2- No hay juego organizado ni socializado (cada uno actúa separadamente, como
en un "monólogo colectivo")
3- Cada uno utiliza su propio símbolo (cada uno representa las cosas de la
realidad con símbolos distintos).
4- Los roles son casi siempre los mismos (todos son "mamás" o "papás", etc.).
5- No hay coherencia, orden ni sucesión lógica y secuencias de las acciones.
6- No existe intencionalidad (actúa por la satisfacción de jugar, sin interesarse por
el resultado).
A medida que el niño se desarrolla, el juego simbólico va evolucionando en forma
natural y paulatina, favorecido por los procesos de su pensamiento, que va
superando el egocentrismo, y por su mayor nivel de socialización.

Bibliografía

El niño de 0 a 3 años. Guía de atención temprana


Diseño Curricular para la Educación Inicial. Buenos Aires. Año 2000
El jardín maternal, entre la intuición y el saber. Lucia Moreau de Linares. Ed. Paidos.
Tu hijo de uno a tres años. Planeta De Agostini
Educar en el Jardín Maternal, enseñar y aprender de 0 a 3 años. Laura Pitluk. Ediciones Novedades
Educativas.
Lowenfeld y Lambert (1957)

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