Las terapias conductuales como, se mencionó anteriormente, operan bajo los
principios del condicionamiento clásico y las teorías del aprendizaje, estas consideran que los trastornos son conductas aprendidas y eso implica pueden desaprender, las terapias conductuales, por lo tanto, son recomendables para el tratamiento de problemas que se originan en una conducta sexual errónea a causa de un aprendizaje deficiente que usualmente es reforzado por otros factores, por lo que se convierte en un patrón que no deja de repetirse. Un problema común que cumple con estas características es el trastorno de erección, si bien este puede tener un origen físico, también tiene causas psicológicas que pueden ser abordadas con terapia conductual. El transtorno de erección es la incapacidad para tener o mantener una erección, en la mitad de los casos la causa de este problema es física, sin embargo aún en los casos que tienen origen físico hay implicaciones psicológicas, es probable que un hombre que tiene problemas circulatorios que dé inicio le provocan dificultades de erección, desarrolle ansiedades sobre la erección, que a su vez pueden crear problemas adicionales. Si bien se pueden tratar la causa física del problema a partir de un tratamiento médico, siempre se mantienen las consecuencias psicológicas de este, en el caso de la persona con disfunción eréctil, este podría recibir tratamiento médico para su problema circulatorio, sin embargo siempre va a tener la ansiedad generada por no haber podido tener una erección, la ansiedad puede crear el círculo vicioso de una profecía autocumplida en la que el temor al fracaso produce un fracaso, que a su vez provoca mayor temor, el cual produce otro fracaso, y así sucesivamente. Por ejemplo, es posible que un hombre tenga un episodio de disfunción eréctil, quizás por haber bebido demasiado en una fiesta. En la siguiente ocasión en que tiene sexo, se pregunta ansiosamente si “fallará” de nuevo. Su ansiedad es tan grande que no puede tener una erección. En este momento, se convence de que la situación es permanente y toda la actividad sexual futura está marcada por un temor tan intenso al fracaso que el resultado es un trastorno de la erección. La profecía se ha cumplido. Ahora bien, existe una amplia gama de terapias y técnicas conductuales que pueden ayudar a desaparecer esta ansiedad, una de ellas es la terapia sexual de Master y Jonhson, una de las metas básicas de la terapia de Masters y Johnson era eliminar el desempeño sexual orientado a metas. Muchas personas creen que en el sexo deben tener un desempeño y alcanzar ciertas cosas. Si el sexo es una situación de logro, también puede volverse escenario de fracaso y los fracasos percibidos conducen a las personas a creer que tienen un problema sexual. La forma de interferencia cognitiva conocida como rol de espectador contribuye a este problema porque genera ansiedad y otros sentimientos desagradables; la persona con disfunción eréctil se mantiene en constante ansiedad pasa a ser espectador de su desempeño a la hora de realizar el coito y deja de un lado completamente el placer impidiéndole tener una experiencia sexual adecuada y placentera para él y para su pareja. Master y Johnson proponen una técnica que ayuda a eliminar la actitud orientada a metas, primeramente se le prohíbe a las parejas tener coito hasta que hagan específicamente lo que sugieren los terapeutas; se le asignan ejercicios orientados a la sensación, en estos ejercicios una persona ejerce el rol de “dador” y el otro el rol de “receptor”, lo que se busca es ampliar la experiencia sexual, enseñándole a la pareja que no solo es importante el acto del coito, la penetración y el orgasmo en la relación sexual, sino que existe otra gama de sensaciones, de comunicación y experiencias dentro de la misma, esto ayuda a la persona a dejar de centrar su atención en el hecho de no tener una erección y poder disfrutar del acto sexual. A medida que se va avanzando en las sesiones de ejercicios se le permite a la pareja ir tocando áreas cada vez más erógenas, además de intercambiar roles de vez en cuando. Finalmente Master y Johnson proponen dar educación sexual a las parejas en donde se les enseñe acerca de anatomía y fisiología, así también aclarar dudas y malos entendidos, por ejemplo la creencia que tienen algunos hombre que en la relación sexual lo más importante es el coito la penetración y el orgasmo, esto puede influir en el desempeño sexual de la persona por que le crea expectativas de cómo debe hacer las cosas; el proceso de educación sexual es importante para aclarar estas dudas y errores que usualmente acompañan a la persona desde la infancia y permite crear nuevas creencias y hábitos que fomentan la correcta relación sexual.