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Lissette Rolón Collazo

Editora

Luis Nieves
Compilador

Actas del tercer


coloquio
¿Del otro la’o?
Perspectivas sobre sexualidades “queer”
© 2011

Editora: Lissette Rolón Collazo


Compilador: Luis Nieves
Maquetación y corrección tipográfica: Rafael Jackson

ISBN-13: 978-1-4507-9382-7

Editora Educación Emergente, Inc.


Alturas de Joyuda #6020
C/Stephanie
Cabo Rojo, PR 00623-8907
editora@editoraemergente.com
http://www.editoraemergente.com
ÍNDICE
7 Nota Editorial
Lissette Rolón Collazo

9 Saludo inaugural,
Bienvenida al Tercer Coloquio “Del otro la’o” en representación de
l@s estudiantes del RUM
Francisco A. López Ortiz

11
Conferencia inaugural,
Derecho al equívoco y otra declaración de principios
Lissette Rolón Collazo

15 Reseña, Actas del 2do Coloquio, ¿Del otro la’o? Perspectivas


sobre sexualidades queer 5-7 de marzo de 2008
Luis E. Nieves Rosa
19 Por un Puerto Rico para tod@s: ponencia magistral en el 3er
Coloquio ¿Del otro la’o?
Pedro Julio Serrano

Motines en el Stonewall Inn (Inicios del movimiento gay) Léster


41
MacGrath Andino

Ciclo de cine,
47 Iceberg Lgs: la homosexualidad latente bajo el velo de la censura
cinematográfica
Rafael Jackson, Laura Bravo y Andrea Righi

55 Towards a Different Perspective of El Maricón: A Critical Analysis of


Latino Gay Representations in Alex Sánchez’s Young Adult Novels
Ángel D. Matos Caro
67 Cómo responder a los ataques desde lo religioso sin ser
experto(a) Ángela I. Figueroa Sorrentini

Reasignación Sexual: Hallazgos Preliminares en una Muestra de


71 Transexuales (hombre a mujer) Puertorriqueñas Sofía González
Rivera y Sarah M. Malavé Lebrón

79 Desempacando las maletas pa’ que tomen lo que sirva


Ángela I. Figueroa Sorrentini

Perfil, no sé, pero rarezas, sin duda


93
Mabel R Modríguez Centeno

97 Lo queer dentro de lo queer


Valentina Hernández

Lo queer y lo religioso en la película Quinceañera


103 Margarita E. Pignataro

How Did Edward Lose his Accent?


113
Alexis Teddy Rodríguez

“Everthing Below is Whispers”: “Machos” and “Patos” in the Fiction


123
of Junoy Díaz Christopher Powers

Gloria Anzaldúa: On Sexuality’s “Double Duality” and the Concept


133 of the “Undivine”
J. Edgar Bauer
NOTA EDITORIAL

Lissette Rolón Collazo

El tercer coloquio ¿Del otro la’o?: perspectivas sobre sexualidades “queer”


se llevó a cabo del 2 al 4 de marzo de 2010 en la Universidad de Puerto Rico,
Recinto de Mayagüez. Las ponencias y las presentaciones predominantes
provinieron de las llamadas ciencias humanas y sociales como había ocurrido
en el pasado. No respondieron múltiples campos del conocimiento, pero los
presentes hicieron gala de su compromiso con los debates más actuales y
pertinentes sobre las sexualidades queer.

Como en las dos ediciones anteriores, estas Actas son un acento


ineludible de nuestra lucha y un recuerdo de ese futuro equitativo por el
que luchamos día a día. Por ello, recopilamos cada una de las ponencias
sometidas en formato impreso e iremos subiendo versiones digitales según
estén en formato disponible (https://sites.google.com/a/upr.edu/del-otro-la-o/
o en http://blogs.uprm.edu/delotrolao/).Confiamos que este testimonio sirva de
pretexto para que otras instituciones educativas nacionales e internacionales
aunen esfuerzos para lograr erradicar el prejuicio y la injusticia, y para poner
al servicio de un mundo más justo nuestras ideas y, sobre todo, nuestras
acciones.

Mientras se editan estas ponencias, se constituyó el IV Coloquio, ¿Del


otro la’o?: perspectivas sobre sexualidades queer (28 de febrero al 1ro de
marzo de 2012). Esta vez, convocamos a las comunidades internacionales, al
Caribe, a los Occidentes, a los Orientes a sostener un debate universitario y a
elaborar políticas públicas que combatan una plaga global: la discriminación.
Hasta la fecha, contamos con una importante representación de varios países
interesados en comparecer a este espacio de debate y visibilidad en la
Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.

Confío que esfuerzos de esta índole terminarán por ser innecearios en


un futuro no muy lejano. Así ha de ser sin duda. Mientras tanto, continuemos
luchando por la dignidad y la justicia de todas nuestras comunidades.
SALUDO INAUGURAL
BIENVENIDA AL TERCER COLOQUIO “DEL OTRO LA’O”
EN REPRESENTACIÓN DE L@S ESTUDIANTES DEL RUM

Francisco A. López Ortiz

En representación del estudiantado, les quiero dar la más cálida bienvenida


a nuestro Recinto Universitario de Mayagüez y, a este, nuestro tercer
coloquio Del otro lao. Durante los próximos días tendremos la oportunidad de
reflexionar sobre un tema que en una sociedad conservadora como la nuestra,
es considerado tabú, el tema de la sexualidad, con énfasis en las sexualidades
queer (LGBTT). Como todos sabemos, la discriminación por identidad sexual
y los derechos a la diversidad de estas comunidades son dos de los temas
que más están acaparando la atención en nuestra y otras sociedades en la
actualidad. Hay mucha ignorancia generalizada en cuanto a este tema, pero
eventos como este nos sirven como norte para orientar, no tan solo a la
sociedad heterosexual, sino para también para estrechar colaboraciones con
las mismas comunidades queer.

Con las actividades pautadas durante los próximos días, podremos


reflexionar sobre nuestra percepción –ya sea personal o general– de las
sexualidades queer y tendremos la ocasión de escuchar testimonios de vida
por parte de miembros de las comunidades Gay, Lésbica, Bisexual, Transexual
y Transgénero. Además, contaremos con varios invitados especiales que
compartirán sus propias experiencias y propuestas para el cambio. Esperamos
que las actividades preparadas sean una experiencia educativa que, a su vez,
nos ayuden a crear una sociedad más concientizada y justa hacia la diversidad
sexual en Puerto Rico y en el mundo.
CONFERENCIA INAUGURAL
DERECHO AL EQUÍVOCO Y OTRA DECLARACIÓN DE
PRINCIPIOS

Lissette Rolón Collazo

A Paco Vidarte y a Jorge Stevens, In Memoriam

No se es primero sujeto y luego se actúa. Al revés, haz cosas y serás


algo, alguien, otros te reconocerán como perteneciente a la comunidad de
los que actúan, de aquellos con los que se puede contar, de aquellos que
acuden en auxilio y prestan ayuda, de aquellos que derriban prejuicios,
injusticias, caciques, potentados, privilegiados de todas las clases.
Me fascina pensar en un movimiento LGTBQ que pusiera en práctica
una política de agujero negro: absorber todo, apoderarse de todo, chuparlo
todo sin dar nada a cambio. […] No darle nada al sistema y robarle todo lo
que caiga en las proximidades de nuestro negro ojete.
(Paco Vidarte, Ética marica)

“CON LOS QUE SE PUEDE CONTAR”

Desde el 1er Coloquio ¿Del otro lao?, allá para la primavera de 2006,
reivindiqué cierta perspectiva de privilegio de tod@s l@s sexualidades
queer porque estoy convencida que cuando se es obligad@ a transitar las
fronteras, las periferias, los espacios clandestinos, se desarrollan destrezas
de resistencia inusitadas y miradas que sospechan de lo injusto en cualquier
lado. Sin embargo, entonces y ahora aquella celebración es una provocación,
un reto, una agenda. Entonces y ahora, no se trata de una idealización
plañidera ni aséptica. Entonces y ahora es un grito de lucha que no supone ni
la superioridad, ni la compensación, ni mucho menos la perfección.

Tras múltiples luchas de sectores marginados por la sociedad dominante –


homofóbica, machista, racista, clasista y colonial– suele colarse una perversa
expectativa que no hace sino, subordinar y oprimir más a l@s “condenad@s
de la tierra”: tenemos que ser perfect@s, mejores, impecables para justificar
raquíticamente nuestra existencia. Esa conspiración, velada o exhibicionista,
no es más que el reverso de la inequidad y de la discriminación más injusta.

Si una mujer alcanza una posición de privilegio en el festín de los señores,


la paga con dobles y triples jornadas, con esfuerzos multiplicados para
12 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

demostrar que es merecedora de tamaña consideración. Si, además, es pata,


tortillera, cachapera, del otro lao, entonces se blande contra ella la sombra de
que no importa cómo lo haga, es insuficiente. No se le piden cuentas por sus
acciones en el ejercicio de su cargo, como debe rendirlas ella y cualquiera
otr@, sin que deje de colarse la lesbofobia más cruel y atroz por cada rendija.

Así ha pasado desapercibida una forma más sinuosa de opresión a tod@s


l@s del otro lao. El título de esta ponencia debería ser un oxímoron, una
paradoja, un perogrullo. Pero no lo es. Ninguna persona tendría que hacer
más que l@s demás o ser más buena o practicar la perfección para ser. Los
derechos son hechura, precisamente, de la suma de equívocos que nos son
amenazantes, especialmente a l@s otr@s.

“SIN DAR NADA A CAMBIO”

Los llamados derechos universales e inalienables, como bien debemos


saber, son una evidencia contundente de la insuficiencia de nuestras
instituciones y de nuestro sistema. Existen, con la peor o la mejor de las
intenciones, pero no se cumplen cabalmente con demasiada frecuencia.
L@s tant@s del otro lao de la norma, de lo que se nos ha dicho que debe
ser, sabemos muy bien el perfil de sus tramoyas y las estratagemas de
sus constantes violaciones. A tal punto son quebrantados a diario que
no podemos por menos que sospechar sistemáticamente de lo que se
nos vende como universales e inalienables. Much@s no gozamos de
tales derechos. Menos aún podemos exhibir nuestra moldura humana,
nuestros equívocos como cualquiera otr@. A nosotr@s se nos exige más,
para darnos menos, demasiado menos.

Por consiguiente, no nos confiemos cuando, aquí o allá, se nos tiran


migajas y sobras del banquete, se llame como se llame. Comámoslas, si
nos apetecen, pero no confundamos las tretas de l@s que tienen el sartén
por el mango, con la justicia. No dejemos de exigir más. No descansemos
hasta que ni una sola persona tenga que quebrarse el espinazo para
disfrutar de lo mínimo. No troquemos la libertad, la dignidad y el derecho
a la felicidad por unas cuantas minucias liberales, por unas cuantas
monedas en desuso por su insolvencia. No juguemos sus raquíticas
negociaciones para seguir al mando dictando lo que es bueno y lo que es
malo según sus privilegios. Insisto, no demos nada a cambio.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 13

ÉTICA MARICONA, ENTRE OTRAS…

En el contexto de la España que legalizó el matrimonio gay, un filósofo


marica, Paco Vidarte, alertó a las comunidades queer sobre los peligros de la
zona cómoda de darse por servidos con sólo sobras:

Ni siquiera porque tengamos un poquito de cobertura legal debemos volvernos


conservadoras, meros custodios de un respirito histórico en una tierra de maricas
masacradas y violentadas. Hay que inventar, crear, desarrollar y poner en práctica
todos los mundos posibles mejores que éste para las maricas.

Y, más adelante, añade que mientras un@ sufra de alguna forma de


injusticia y opresión tod@s estamos implicad@s.

Es preciso, por tanto, que definamos en qué lado queremos estar: entre
l@s cómplices de la norma o entre l@s maricon@s de toda ralea. La exigencia
ética se válida y se justifica en los otros laos. Allí en donde se recluye a tod@s
l@s que desentonan por su diferencia, por su libertad, por su lucha. Ese es
el espacio y el tiempo de la ética en su mejor expresión. Cuando hablo de la
mariconería de la ética a eso me refiero. Una ética que no se apunte a estar
de los otros lao, me parece bastente inútil e inconsecuente.

Esa otra ética que he afirmado nos involucra a tod@s l@s que creemos
que otro mundo mejor es posible e imprescindible más allá de la cómoda
consigna del propio jardín. Otra ética es el anuncio de la abolición de los
derechos porque están garantizados sin mediaciones ni excusas para tod@s
por igual.

OTRA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS MIENTRAS TANTO…

Por lo pronto, urge que tod@s los del otro lao de la norma reafirmemos la
solidaridad más empecinada y congruente. Movilicemos a tod@s l@s que
pertenecen “a la comunidad de l@s que actúan” y seamos creativ@s y
estratégic@s. Pongamos en circulación nuestros talentos al servicio de esta
agenda impostergable, y proclamemos la diferencia articulada como principio. Que
cada quien vista sus mejores galas y se tire a la calle. Que cada cual escoja su ruta
y formule el cambio desde su esquina, desde su intemperie, desde sus fortalezas y
desde sus equívocos. Que nuestro manifiesto sea una sinfonía que involucra todos
los instrumentos que comparezcan. Que al cabo de un par de ajustes de cuenta
podamos proclamar la risa, la ilusión y la vida porque la proclamación de derechos
humanos de 1948 nos parece un medio superado en cada rincón del globo.
14 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Que esta sea sólo otra declaración de principios mientras nos amanece
la primavera a l@s del otro lao sin distinciones ni subterfugios. Que un
buen día podamos celebrar mejores mundos maricas y que la misma ética
sea redundante.

“CON LOS QUE SE PUEDE CONTAR,” AQUÍ Y AHORA

Al concluir el 2do Coloquio me sentía sin aliento y pensaba al calor del


cansancio que este evento no sería sustentable si no identificábamos
much@s otr@s con l@s que se pueda contar de inmediato, especialmente
en nuestra universidad. Es@s otr@s que actúan salieron de todas partes y
hemos constituido un Equipo de Trabajo diverso, puntual y comprometido. Sus
nombres y apellidos están consignados en la versión detallada del programa.
Sus rostros van a circular por estos tres días con variopintos perfiles. Sus
cuerpos y sus acciones seguirán sembrando ética marica por todos lados.

Merece especial mención nuestro coordinador, el doctor Néstor Josué


Rodríguez Rivera, quien no sólo ha llevado a cabo una gestión impecable en
la orquestación de los trabajos de esta tercera edición, sino que ejemplifica
lo que es actuar desde una ética maricona siendo hombre hetero. Asimismo,
reconozco a nuestr@s estudiantes, quienes nutren y vitalizan nuestro equipo
con su energía, con sus ideas frescas y libres y quienes, sobre todo, son el
signo permanente de nuestra esperanza aquí y ahora.
RESEÑA: ACTAS DEL 2DO COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?
PERSPECTIVAS SOBRE SEXUALIDADES QUEER 5-7 DE
MARZO DE 2008

Luis E. Nieves Rosa

Primero, quiero felicitar a la Dra. Lissette Rolón Collazo, por tan excelente
trabajo; y a l@s autor@s, que tomaron de su tiempo, para además de preparar
la presentación, realizar el trabajo escrito para documentar este esfuerzo que
deberá pasar a los anales de la historia del movimiento lésbico, gay, bisexual,
transgénero y transexual de nuestra Isla, como una humilde aportación a la
lucha por la justica social y la equidad sexual.

El artículo de introducción corresponde a la conferencia inaugural, titulada:


“El clóset que nos habita: Puerto Rico, la Universidad y lo queer desde el 1er
Coloquio a esta parte” presentado por la Lissette Rolón Collazo, de la UPR-
Mayagüez. Esta ayuda a el/la lector/a a ubicarse en el contexto histórico del
2do Coloquio. Ciertamente, el transcurso del tiempo desde el 2006 al 2008,
no pasó desapercibido. Luego de derogar el artículo de Sodomía del Código
Penal de Puerto Rico y la aprobación de la Certificación 58 en la UPR, llegaba
la Resolución Conjunta de Cámara y Senado # 99, que pretendía elevar a
rango constitucional el matrimonio entre un hombre y una mujer. Para ponerlo
en las palabras de Lissette, cito: “No existimos del mismo modo desde esa
primavera con una esquina rota. Ni l@s que participamos de las actividades
de esos dos 2 días, ni la universidad que nos acogió, aun a regañadientes de
los conservadores que se rinden al miedo, ni el Puerto Rico que nos sirve de
paradójico escenario, hemos sido igual desde entonces”. Definitivamente no.

En el segundo artículo la Dra. Mabel T. López Ortiz, de la UPR-Río


Piedras nos presenta un trabajo de evaluación sobre un “Modelo de grupo
de apoyo para estudiantes gays, lesbianas y bisexuales” desarrollado
como parte de los servicios de apoyo que se ofrecen al estudiantado
de la Universidad de Puerto Rico de dicho Recinto en el Departamento
de Consejería para el Desarrollo Estudiantil. Este trabajo presenta la
iniciativa de personas profesionales en el campo del trabajo social y
consejería que permanece vigente como un esfuerzo para atender esta
población estudiantil que puede sufrir de rechazo y marginación tanto en
16 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

la sociedad como en el ámbito universitario, el cual no está al margen del


ambiente homofóbico que vivimos en Puerto Rico.

Seguimos con un trabajo teórico presentado por Amador Román García:


“La base material de la regulación de la sexualidad”. En este trabajo Román
García hace un análisis de cómo la sexualidad humana ha sido explicada
desde las teorías biológicas y culturales o desde ambas, para introducirnos al
campo de la economía como base para la legislación de la sexualidad humana
y, por ende, de la normalización de la heterosexualidad y la proscripción de la
homosexualidad.

El cuarto trabajo corresponde a la conferencia magistral “Legitimación


del discrimen: complicidad del estado, algunas reflexiones” presentada por
el Lcdo. Osvaldo Burgos Pérez del Colegio de Abogados de Puerto Rico. El
Lcdo. Burgos Pérez nos presenta en este trabajo cómo “el Estado legitima y
hasta promueve el discrimen contra determinados y muy específicos sectores
de la sociedad,” violando así abiertamente no solo la Declaración Universal
de los Derechos Humanos de la ONU, sino también la Carta de Derechos del
Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

El quinto trabajo es una reseña de la Dra. Laura Bravo, de la UPR-


Mayagüez, sobre la “Presentación del libro Eros: A Journey of Multiple
Loves de Serena Anderline-D’Onofrio”, seguido por un sexto trabajo titulado
“Speaking Across Languages/Dialogando a través de los idiomas” de Serena
Anderlini, quien conversa con el Dr. Rafael Jackson de la UPR-Mayagüez,
sobre las fuentes de inspiración e interioridades expuestas por la autora en
este libro autobiográfico.

El séptimo trabajo es un análisis que hace Josué Caamaño-Dones de


la UPR-Río Piedras titulado “Por ‘vellaco’ lo mataron: la construcción de la
sexualidad negra en Puerto Rico durante el siglo XVI” en el que hace un
análisis sobre cómo desde el imperialismo cultural eurocéntrico se construye y
controla la sexualidad de la población negra de la época.

El octavo trabajo titulado “Amistades ilícitas en Puerto Rico: la representación


de la sodomía en el discurso colonial hipánico del siglo XIX” presentado por César
Augusto Salcedo Chirinos de la UPR-Río Piedras, muy acertadamente parece
seguir y darle continuidad al trabajo anterior, utilizando el construccionismo
social y los trabajos de Michel Foucault sobre la historia de la sexualidad para
presentarnos los elementos bajo los que se representa la sodomía en el PR de
la época y cómo esta se interseca con asuntos de clase y raza.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 17

El noveno trabajo presentado por el Dr. Lester McGrath-Andino de


la UPR-Mayagüez en el Panel: Saberes, Complicidades y sospechas:
perspectivas sobre sexualidades diversas y titulado “Apología Pro Vita Sua”
es un trabajo autobiográfico sobre la concientización del autor en relación
con la discriminación y marginación de la que es objeto la población LGBTT,
particularmente desde las instituciones cristianas. Nos explica el Dr. McGrath-
Andino, cómo una serie de eventos lo llevan a radicalizar su manera de pensar
y construir la sexualidad para convertirse en aliado de las causas injustas. Y
para ponerlo en sus propias palabras, cito: “Hace varios años estuve presente
en un adiestramiento en Estados Unidos, donde un norteamericano pidió
permiso a los presentes para hacer un chiste sobre los negros. Recuerdo
haberme quedado callado, y con ese silencio cobarde haberme convertido en
participante de un hecho que ahora entiendo como racista. Nunca he olvidado
ese suceso, hecho que me persigue y me pesa como uno de los peores
momentos de mi vida. Poco después me prometí a mí mismo nunca dejar
pasar ninguna oportunidad de levantar mi voz contra toda injusticia. Durante
toda mi vida desde entonces he tratado de vivir mi fe de esa forma, de manera
que ese es mi compromiso y ese es mi credo”.

El siguiente trabajo titulado “¿Una golondrina no hace verano?: testimonios


y esperanzas de un curso queer en el RUM” escrito por la Dra. Lissette Rolón
Collazo nos presenta sus reflexiones en torno a un curso sobre las Teorías
Queer y Marxistas que estaba ofreciendo el semestre en el que se llevó a
cabo el Segundo Coloquio. La reflexión que nos presenta la autora nos lleva a
postular la necesidad de crear cursos con este contenido.

El undécimo trabajo es el escrito de este servidor (Luis E. Nieves Rosa)


titulado “Homofobia, opresión y ciudadanía: retos del trabajo social en el siglo XXI”
presentado en el Panel: Homofobia institucionalizada: el estado y sus agencias
en el cual presento el resultado de la investigación sobre mi tesis doctoral. En el
mismo se investigan las actitudes homofóbicas y la distancia social sobre una
muestra representativa de profesionales de trabajo social ante la política oficial
para la prevención de la violencia doméstica entre parejas recogida en la Ley #
54 para la prevención y erradicación de la violencia doméstica y su aplicación a
parejas del mismo sexo.

Los últimos cuatro trabajos son un excelente análisis teórico y político


sobre el discurso que permea el trabajo literario. En el primero titulado
“Trasvestis trasatlánticos: estrategias queer e intervenciones políticas en
Oscar Wilde y en Virgilio Piñera” Beatriz Llenín Figueroa (Duke University)
nos lleva en un viaje a descubrir los postulados de la teoría Queer en los
18 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

trabajos de Oscar Wilde y Virgilio Piñera, como una transgresión política de la


heteronormatividad.

El siguiente trabajo titulado “The Performative Construction of Identities in Ventura


Pons” por Ibon Izurieta (Colorado State University) nos presenta cómo se plasma en
la cinematografía la construcción de la identidad y en particular la identidad sexual.
En el decimocuarto trabajo titulado “Dumbledore’s Elder Wand: Phallogocentrism
and the Closet in the Harry Potter Series” presentado por Christopher Powers de
la UPR-Mayagüez, nos hace una invitación a la re-lectura de la serie de libros de
Harry Potter, para que lo hagamos esta vez desde el lente de la teoría Queer, y
podamos descubrir dos conceptos de suma importancia que permean la obra: el
falocentrismo y la homosociabilidad. En el decimoquinto trabajo nuestra querida
Zuryanette Reyes Borrero, egresada nuestra y ahora estudiante graduada en el
Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana nos presenta su trabajo titulado “Boku
Ga Onna Desu: Notes on Cross-Dressing and Identity in Bisco Hatori’s Ourah High
School Host Club” en el cual hace un análisis de cómo la transgresión del género y
el travestismo, en esta popular serie puede constituir un reto al discurso patriarcal y
heterosexista de las sociedades contemporáneas.

Para finalizar les quiero dejar con unas palabras de Habermas, que me
parece que describen lo que presentamos en estas Actas:

…el mundo de la vida viene siempre aludido como referencia a una práctica
cotidiana, a una conducta de vida y a una forma de vida históricamente concreta.
No es una actitud de sumisión o pasividad del ser humano a un sistema; ni la
tentativa de procrear en sofisticados laboratorios determinadas criaturas; ni se
trata de contactos meramente virtuales. [Es] el rescate del concepto del mundo
de la vida […] una operación que intenta llevar a cabo orientaciones que puedan
someterse a las exigencias de una justificación moral, a cuya luz pueden distinguir
los sujetos la vida buena de la reproducción de la vida a secas.”

J. Habermas. Conciencia moral y acción comunicativa (133).


POR UN PUERTO RICO PARA TOD@S: PONENCIA
MAGISTRAL EN TERCER COLOQUIO DEL OTRO LAO

Pedro Julio Serrano

“Siendo iguales los deberes, son iguales los derechos”, expresaba


contundente y claramente el mayagüezano Eugenio María de Hostos. Y no es
casualidad que nos encontremos en Mayagüez en este coloquio internacional,
ya en su tercera edición, para hacer valer esa promesa de igualdad. Yo sé
donde termina este viaje –de eso no tengo duda– pero cuán cerca o cuán lejos
estemos depende de cada un@ de nosotr@s.

El estado de situación legal de las comunidades lésbica, gay, bisexual y


transgénero (LGBT) en Puerto Rico es uno de desigualdad y discriminación.
A principios de este año, mientras el gobernador Luis Fortuño ofrecía su
mensaje del estado de situación del país, las personas LGBT seguíamos
viviendo con ciudadanías de segunda categoría, sin los mismos derechos
que ya tiene la gente heterosexual. De hecho, Fortuño ni siquiera mencionó
propuestas específicas para las minorías sexuales, como por ejemplo, hacer
valer su promesa de campaña de prohibir el discrimen.

Veamos dónde nos encontramos, cuál es nuestro estado de situación


legal. En este momento, la revisión del Código Civil se ve en peligro tras la
homofobia exhibida por la copresidenta de su comisión revisora, la senadora
Itzamar Peña, quien indicó que la vida y las necesidades de las personas
lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros son “cosas extrañas y ajenas a
nuestra idiosincrasia”. Permítale decirle, senadora Peña, que sus expresiones
inmorales y desacertadas son las cosas extrañas y ajenas a nuestra
idiosincrasia. La realidad es que la Legislatura tiene que revisar el Código
Civil para que acoja a tod@s l@s puertorriqueñ@s –irrespectivamente de
su orientación sexual o identidad de género– por encima de opiniones sin
fundamentos como la de ella.

Es más, que no se le ocurra a nadie –como ya han sugerido– movernos del


Libro de las Instituciones Familiares al Libro de Contratos, porque algo está
más que claro: las parejas del mismo sexo no somos objeto de contratación. El
mover a las parejas del mismo sexo y heterosexuales que conviven sin casarse
20 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

al Libro de Contratos es una afrenta a la dignidad de estas relaciones. Somos


tan familia como cualquier otra y en el Libro de las Instituciones Familiares
tenemos que ser reconocidos como tal. No somos objetos de contratación,
somos producto del amor y del compromiso.

Aprobar un Código Civil que no otorgue la igualdad de derechos a las


personas LGBT sería un ejercicio fútil y una burla a los principios de igualdad
y de justicia básicos en una democracia. Tenemos que recordar que amplios
sectores –profesionales de la salud, abogados constitucionalistas, líderes
religiosos, defensores de los derechos civiles, miembros de todos los partidos
y del mismo gobierno– se expresaron en favor de la igualdad de derechos para
todas las parejas, así como en favor del cambio de sexo en el certificado de
nacimiento para las personas transexuales.

Si a esto le añadimos que amplios sectores hemos exigido que


el Proyecto de la Cámara 1725, que fue aprobado por la Cámara de
Representantes y que pretende prohibir el discrimen por orientación
sexual, sea enmendado para incluir en igualdad de condiciones la
identidad de género y que no contenga excepción religiosa alguna –pues
quiere decir que el trabajo está incompleto.

Debemos velar porque la Policía y el Departamento de Justicia cumplan con


la ley de crímenes de odio e investiguen los crímenes motivados por prejuicio
en contra de la orientación sexual o identidad de género de las víctimas. Es
preciso hacer valer una ley que existe desde el 2002 en contra de los crímenes
de odio y la orden ejecutiva para prohibir el discrimen por orientación sexual
e identidad de género en el empleo público –que otorgó el beneficio del plan
médico a las parejas del mismo sexo.

Urge que nuestra Legislatura enmiende la recién aprobada ley de adopción


de modo que no discrimine contra las parejas del mismo sexo o heterosexuales
que conviven sin casarse, o en contra de las personas solteras, incluyendo a
las personas LGBT. Además, ante la falta de protección contra la violencia
doméstica, se tiene que enmendar la Ley 54 para que proteja a las parejas
del mismo sexo.

La Legislatura y el gobernador no pueden temerle a otorgar la igualdad


de derechos a tod@s l@s puertorriqueñ@s sólo por entender que algunas
de las propuestas son controversiales. L@s legisladores no pueden rehuir
a su obligación constitucional de instrumentar la igualdad. Esa igualdad
es una sola y acoje a tod@s sin excepción. Esa igualdad incluye a las
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 21

personas LGBT. Atemperar nuestras leyes a la realidad del Siglo 21 no


es tan sólo una obligación constitucional, es una obligación moral. Es
hora de que l@s legisladores y el gobernador asuman su responsabilidad
ante todo el país. Es hora de acabar con este estado antidemocrático de
desigualdad y discriminación.

Ahora bien, el estado de situación social de las comunidades LGBT es más


vibrante y diverso de lo que podría parecer a simple vista. En los últimos años,
el movimiento LGBT puertorriqueño se ha ido diversificando cada vez más.
Cada vez son más las personas que salen del clóset, cuentan sus historias
y abren caminos de respeto y solidaridad. Han surgido nuevos escenarios y
espacios que muestran la rica diversidad de nuestras comunidades LGBT, tales
como la concepción, organización y puesta en escena de la Jornada Educativa
Contra la Homofobia –ya en su tercera edición– por mis compañer@s de la
Junta Coordinadora de Puerto Rico Para Tod@s, Nahomi Galindo Malavé y
Roberto Pastrana Pagès.

Se han abierto nuevos espacios LGBT en el internet como GConcierge


Magazine, Conexion 5, Papel Mag y GNetwork, que destacan la cultura
de nuestras comunidades LGBT. Vale destacar al colectivo literario
Homoerótica, que magistralmente ha organizado lecturas mensuales sobre
temas que van desde la identidades LGBT, el vih/sida y la homofobia. Es
impresionante el trabajo del Proyecto Tanamá, pionero en velar por la salud,
la seguridad y el bienestar de las personas transgéneros y transexuales.

La juventud ha dado cátedra, como el Comité contra la Homofobia y el


Discrimen, realizando algunas de las manifestaciones más numerosas en
nuestra historia como movimiento, tales como la protesta contra el discrimen
en el establecimiento 8 de Blanco, la marcha del Día Internacional contra
la Homofobia y la asistencia vigilante al proceso judicial seguido contra el
asesino confeso de Jorge Steven López Mercado.

El oeste dice presente con este Coloquio ¿Del Otro La’o? en el Recinto
Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, ya en su tercera
edición. El Movimiento Gay Estudiantil del Recinto Universitario de Mayagüez ha
estado sumamente activo como demostró recientemente con su Marcha por la
Equidad en la Diversidad. Ya para el 2012 el distrito de Mayagüez-Aguadilla contará
con un aspirante abiertamente gay a representante en Luis Ibrahyn Casiano.

Resulta también esperanzadora la realización del Puerto Rico Queer


Filmfest, un exitoso festival de cine con temática LGBT que acaparó la atención
22 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

del país y que ya parece convertirse en un espacio permanente para esos


fines. Como si fuera poco, recientemente tuvimos la satisfacción de observar
el primer comercial del Grupo Unido Pro Conciencia y Tolerancia de Puerto
Rico con su campaña ‘Odiar te pudre’. Merece destacarse la extraordinaria
labor pastoral que hacen más de siete iglesias de puertas abiertas a las
comunidades LGBT. Además, contamos con dos paradas de orgullo LGBT a
las que asisten más de 15,000 personas a cada una anualmente.

Se quedan muchas otras iniciativas sin mencionar, que están haciendo


la diferencia no tan sólo en las vidas de las personas LGBT, sino que están
llegando a muchas personas heterosexuales que reconocen y respetan la
diversidad y que creen en la igualdad. Sólo quería presentar hoy una muestra
amplia de la vibrante diversidad del movimiento LGBT, un movimiento que luego
de más de 35 años de lucha, de presencia, de resistencia y perseverancia,
está listo para lograr la igualdad, y sobre todo alcanzar la justicia de vivir en
una sociedad que reconoce a todos sus miembros en igualdad de condiciones.

En fin, el estado de situación social actual de nuestras comunidades LGBT


es esperanzador. No es que quiera decir aquí que tenemos un sentido de
comunidad arraigado, ni que hayamos desarrollado una conciencia plena de
clase para utilizar nuestro voto inteligentemente o para presionar efectivamente
al poder oficial para lograr la reivindicación de nuestros derechos. Tampoco
hemos terminado de combatir los prejuicios dentro de nuestras propias
comunidades LGBT, como el racismo, el sexismo, la xenofobia, el clasismo
y cualquier otro prejuicio que aún nos impide reconocer la maravillosa
diversidad de nuestra sociedad. Tampoco hemos reconocido que la homofobia
internalizada de algun@s les ha hecho cometer errores como el apoyar los
arrestos de hombres que tienen sexo con hombres en público, sin reconocer
la homofobia detrás de estos arrestos, cuyos casos –todos– se caen en los
tribunales por ser violaciones a los derechos civiles. Aun así, tenemos un
movimiento diverso, vibrante, talentoso y activo, aunque necesitado de mayor
dirección y cohesión para lograr nuestra meta de igualdad.

Es preciso entonces, para enfrentar el futuro, mirar al pasado. En mi caso


personal, como participante activo de esta lucha desde 1997, cuento con una
experiencia de más de una década, lo suficientemente amplia para reconocer
lo que hemos vivido y mirar al futuro esperanzado. Es por esto que mi visión
de lucha ha sido enmarcada en esta máxima: no hay nada más intimidante
que una persona que afirma su identidad, pues el respeto que un@ se gana
siendo fiel a quien un@ es no tiene precio. Ello me ha quedado probado por
mi experiencia de vida.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 23

Cuando a mis 13 años de edad, organicé una caminata en contra de


las drogas y unos años más tarde –para la primera guerra en Iraq– realicé
una caminata en pro de la paz, pude comprobar la verdad de esa máxima.
Al principio de la marcha, me dio con irme delante del cruzacalles que
encabezaba la caminata y empecé a saludar a la gente que nos miraba pasar.
De momento sentí un fuerte halón que me llevó hasta detrás de la pancarta
y escuché la voz de mi madre que me dijo: “Tú no eres ni más, ni menos que
nadie. Tú eres igual, así que camina con la gente”.

Esa corta, pero profunda lección me marcó tanto que se fue convirtiendo
en mi filosofía de vida. Desde entonces, he hecho lo que esté a mi alcance
para recordarme y recordar a tod@s a mi alrededor que los seres humanos no
somos más, ni menos, sino que somos iguales.

Como parte de ese proceso, un@ tiene que empezar por respetarse a
sí mism@, saber quien un@ es y afirmar esa identidad. Es por esto que
he sido claro, transparente sobre mi identidad. Soy un hombre de 35 años,
orgullosamente gay, puertorriqueño de pura cepa, que vive con vih y que es
activista de derechos humanos. Esas son partes de mis características y las
he expuesto no tan sólo porque me respeto, sino porque exijo respeto de l@s
demás.

Y es que no hay nada más poderoso para un ser humano que su identidad.
Nadie te puede definir, te defines tú. Nadie te puede hacer daño cuando tú
expones quien eres –y eres fiel a quien eres, pues cada vez que salimos del
clóset, la gente entiende nuestra humanidad y abrazan nuestra identidad. Y
claramente, se hace mucho más difícil el discriminar cuando hay una cara, una
vida, una persona que conoces. Es por esto que no me arrepiento de contar mi
verdad, aun cuando un@ tenga que combatir prejuicios, ignorancia y temores.

Eso fue lo que sucedió en el seno de mi familia. Cuando salí del clóset,
entraron en una etapa de negación. Con amor y diálogo, se movieron a la
tolerancia. Con aún más amor, llegaron a la aceptación de mi identidad. Pero
con respeto y pleno entendimiento de mi humanidad, llegaron a la celebración
–a la celebración de mi vida, de mi identidad, de mi ser en su totalidad.

Es tal vez en la encrucijada vital en que nos encontramos como pueblo en


este momento, la hora de reafirmar nuestra identidad. Es un acto de valentía,
honestidad e integridad que nos dará las fuerzas para enfrentar a los más
grandes miedos. Cada vez que un ser humano se reafirma en su identidad,
reafirma su dignidad. Yo apuesto al poder de la identidad, siempre.
24 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Es con esta filosofía arraigada en mi ser que quiero dar una mirada a
mis pasados doce años de activismo –un tercio de mi vida– para ver dónde
hemos caminado y trazar el curso a seguir, o como dijo el poeta: “Caminante,
no hay camino, se hace camino al andar”. Es con esta visión de vida que
empecé en esta lucha por los derechos LGBT un 14 de octubre de 1997.
Fui entonces en mi capacidad de ciudadano a deponer en las vistas públicas
legislativas para oponerme al infame Proyecto 1013, hoy ley, que logró impedir
el reconocimiento legal en Puerto Rico de los matrimonios entre parejas del
mismo sexo realizado en jurisdicciones extranjeras.

Esa vista marcó mi vida, mucho más de lo que imaginaría. En aquel


entonces, allí mismo en el Capitolio, justo después de deponer, decidí
incursionar en la política. Aunque ese había sido mi sueño desde pequeño,
el reconocer mi homosexualidad y al ver tantos mensajes homofóbicos en
nuestra contra, pensé que nunca podría tener una carrera política. Pero al
encontrarme de frente con una homofobia legislativa tan cruda, tan descarada,
tan inmoral –decidí que ése era precisamente el momento y el vehículo para
intentar acabar con ese absurdo discrimen.

Fue así, como en enero de 1998, anuncié desde el púlpito de la Iglesia


Metropolitana Comunitaria Cristo Sanador, una iglesia de puertas abiertas, mi
aspiración como la primera persona abiertamente gay en correr a un puesto
público en Puerto Rico. Desde entonces, mi vida no ha sido igual. En aquel
entonces, era un político que resultaba ser gay. La homofobia en la política
intentó socavar los cimientos de mi ser, trataron de quebrar mi espíritu,
atentaron contra mi vida, asustaron a mi gente amada y me forzaron al exilio
momentáneo. Pero cuatro meses en la fría capital estadounidense fueron
suficientes para reconocer que no podía vivir en el miedo y que debía regresar
a luchar.

Regresé a Puerto Rico, sin aspiraciones políticas, pero con una agenda
clara de lucha por la igualdad LGBT. Me convertí en activista. Aprendí de
nuestra lucha y conocí la gesta de l@s much@s que vinieron antes que yo.
Sus vidas, sus historias, sus legados son ejemplos imprescindibles para l@s
que estamos en el frente de batalla.

En el 2002, junto con la Fundación de Derechos Humanos y su presidenta


Ada Conde, depuse en las vistas legislativas con miras a la creación de la Ley
de Crímenes de Odio, que se convirtió en la primera ley local en reconocer la
orientación sexual y la identidad de género como clases protegidas. Aunque
se logró un triunfo legislativo, la ley creada ha sido prácticamente letra muerta
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 25

porque aun cuando hemos tenido más de 20 asesinatos y muchísimos delitos


más que deberían ser investigados como crímenes de odio, al día de hoy ni
uno solo ha sido catalogado como tal.

En el 2003, nuestras comunidades LGBT dieron una de sus mayores


batallas, pero también obtuvieron uno de sus mayores logros. La Legislatura
puertorriqueña decidió revisar el Código Penal, incluyendo en su borrador el
infame Artículo 103 de sodomía, que ilegalizaba toda relación que no fuera
pene-vagina y que tenía como objetivo el criminalizar a las personas LGBT.
O sea, que hasta ese entonces, las personas LGBT éramos ciudadan@s de
tercera categoría, éramos criminales ante el Estado.

Durante dichas vistas legislativas, en las que participé como ponente,


también pude presenciar la ponencia de la entonces Secretaria de Justicia,
Anabelle Rodríguez. En su presentación ella no quiso comentar sobre la
constitucionalidad de dicho artículo y dejó el asunto en manos legislativas.
Mi molestia e indignación fue tal que decidí enfrentar allí mismo a Rodríguez.
Le confesé que había cometido el delito de sodomía y la reté a que me
arrestara. Su cara de teléfono ocupado, de disgusto y sorpresa, fue seguida
con una petición de que fuera a radicar una querella en contra de mí mismo.
Quedó en evidencia entonces –como había logrado demostrar unos años
antes la reverenda Margarita Sánchez en una acción similar– que ese
Artículo 103 era letra muerta. A las pocas semanas, el Senado puertorriqueño
votó para derogar el Artículo 103, justo antes de que el Tribunal Supremo
estadounidense derogara todas las leyes de sodomía de los estados y los
territorios.

Ese mismo año, luego de ese triunfo histórico, decidí fundar la


organización Puerto Rico Para Tod@s, que lucha por la inclusión y la
igualdad de derechos para las comunidades LGBT, así como por la
justicia social para todos los seres humanos. La organización tiene tres
objetivos principales: educar al pueblo sobre el rechazo al prejuicio y
el valor de la inclusión, monitorear los medios de comunicación para
que presenten imágenes veraces y respetuosas de todos los sectores, y
abogar por proyectos de ley y gubernamentales para lograr la igualdad y
la justicia social.

Desde entonces, hemos estado luchando, sin parar por la inclusión y la


igualdad para las comunidades LGBT. Nuestro trabajo habla por sí solo y
no abundaré, pues lo importante es que ese instrumento de lucha está ahí,
haciendo alianzas dentro y fuera de nuestras comunidades, en solidaridad
26 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

y respeto para adelantar un Puerto Rico para tod@s. En fin, el nombre de


nuestra organización no tan sólo es un nombre bonito y esperanzador, es
nuestra razón de ser.

En el 2005, decidí aceptar una oferta para trabajar en el movimiento


nacional LGBT estadounidense. En primera instancia con la organización
que lucha por la igualdad en el matrimonio para las parejas del mismo
sexo, Freedom to Marry. Y desde hace cuatro años, con la organización
nacional más antigua en los Estados Unidos que lucha por la igualdad LGBT,
el National Gay and Lesbian Task Force. Desde el municipio #79 de
Puerto Rico, la ciudad de Nueva York, he estado trabajando con el movimiento
LGBT puertorriqueño desde la diáspora, pero realizando viajes frecuentes al
país para decir presente en nuestras luchas más importantes.

La revisión del Código Civil, una de las más arduas y edificantes


luchas de los últimos tiempos, sirvió para educar a nuestro país sobre
la desigualdad y evidenciar el discrimen que existe en contra de las
comunidades LGBT. Sin lugar a dudas, uno de los momentos más
controversiales fue cuando depuse ante las vistas legislativas lideradas
por el ex senador Jorge de Castro Font. Justo antes de comenzar y al
finalizar mi ponencia, besé públicamente a mi entonces novio, Steven
Toledo. Las cámaras captaron el momento y fue colocado en primera
plana bajo el titular: “Amor gay sacude al Capitolio, beso público en busca
de legalidad”.

Las reacciones no se hicieron esperar, tanto dentro como fuera de


nuestras comunidades, algun@s absurdamente lo catalogaron de
“nefasto”. Pero muchísim@s más, a través de miles de mensajes y de
fotos que me llegaron de personas LGBT, expresaban que al fin nos
retrataban dignamente, que se veían representad@s fielmente en ese
gesto de amor y aplaudían la manera en que se destacó ese acto político
de mostrar nuestro amor en público. Y miles de personas heterosexuales
igualmente se comunicaron para decirme que ya era hora de que
tengamos los derechos que ell@s ya tienen.

Ahora bien, la revisión del Código Civil no se ha terminado y he venido


proponiendo algunas guías para que tengamos claro de lo que se trata
cuando regrese a discusión este importante conglomerado de leyes. En
primera instancia, el propuesto Código Civil reconoce la autonomía del
individuo al proteger su personalidad, la cual no puede ser concebida
sin incluir la identidad sexual y de género. Dentro de la amalgama de
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 27

variaciones del sexo y del género, es necesario señalar que la orientación


sexual y la identidad de género se manifiestan como rasgos inmutables,
no como preferencias pasajeras, ya que nadie escogería ser lesbiana,
gay, bisexual o transgénero sólo para ser discriminad@.

En segunda instancia, apoyo con reservas la propuesta para crear uniones


de hecho para parejas heterosexuales, así como para parejas del mismo sexo.
Esta medida garantizaría que las miles de parejas que están desprotegidas
de derechos puedan, inmediatamente después de la aprobación del Código
Civil, comenzar a acceder servicios de salud, de seguridad, de vida y de
herencia, así como tomar decisiones médicas y acercarse a la igualdad plena
que merecen todas las familias. Que quede claro: las uniones de hecho no
equivalen a la igualdad en el matrimonio.

Equiparar a las uniones de hecho con el matrimonio es falso, engañoso


y representa una táctica para tratar de confundir a este pueblo y negarnos
cualquier tipo de derechos. Las uniones de hecho no proveen ninguna de las
más de 1,138 protecciones que otorga el matrimonio, desde el seguro social
hasta la seguridad de que la relación legal entre dos personas comprometidas
que se aman será respetada fuera de su lugar de origen. No es lo mismo, ni
se escribe igual. Las uniones de hecho no nos otorgan la igualdad plena de
derechos a las parejas del mismo sexo.

La igualdad que la Constitución garantiza a todos los puertorriqueños es


una e indivisible. No admite rangos ni excepciones. La Asamblea Legislativa
está moral y legalmente obligada a instrumentar los mandatos constitucionales
de igualdad. La negación del derecho al matrimonio a las parejas del mismo
sexo es contraria a dicha obligación y no sobrevive el escrutinio estricto
requerido por la Constitución.

Ante la inevitabilidad de la igualdad, nos preguntamos cómo es posible


que aquí en Puerto Rico, donde el derecho a la intimidad tiene rango
constitucional y opera, además, sin necesidad de legislación, se pretenda
ignorar la situación de desigualdad de las minorías sexuales por falsos
moralismos. La completa separación de Iglesia y Estado dispuesta en
nuestra Constitución y los derechos de libertad e intimidad reconocidos por
el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, nos obligan a reconocer que
el derecho puertorriqueño debe ser fiel reflejo de los valores de inclusión
de nuestra sociedad, una sociedad que se enorgullece de su aspiración de
igualdad en el trato a todos los seres humanos.
28 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

La moral no se basa en preceptos religiosos, la moral es no sectaria; la moral


se basa en la dignidad del ser humano y como es respetada por los demás
conciudadanos, tanto así que la inviolabilidad de esa dignidad es defendida
por nuestra Constitución. Y ya que hablamos de moralidad, definámosla. La
discriminación es inmoral. La violencia doméstica es inmoral. Atentar contra
la dignidad de un ser humano es inmoral. El robarle a las personas que viven
con vih/sida es inmoral. Por el contrario, respetar la diversidad es moral. Hacer
valer la igualdad es moral. El amar a una persona es moral. Decidir compartir
la vida junto a ese ser amado es uno de los actos más nobles y morales que
existen.

Resulta irónico que a una pareja comprometida que se ama se le


niegue la igualdad basándose en argumentos bíblicos, pero se ignoran
convenientemente las demás implicaciones bíblicas del matrimonio. Sin
embargo, la Biblia hace un llamado supremo al amor, a la integridad y a la
justicia en todas las relaciones, precisamente lo que hacemos las parejas
del mismo sexo, amarnos contra toda adversidad. Aun con el rechazo de
algunos sectores de la sociedad, aun con la falta de derechos iguales, aun
con la discriminación que nos acosa, las parejas del mismo sexo seguimos
amándonos, formando familia y aportando a la sociedad.

Este debate también dejó claro que el Estado no puede obligar a otras
iglesias a hacer algo que vaya en contra de sus dogmas, tampoco puede
ninguna iglesia particular pretender obligar al Estado a ir en contra de la
igualdad ante la ley de todos los seres humanos. ¿Acaso no reconoce el
dogma cristiano la doctrina de que al César lo que es del César y a Dios lo
que es de Dios? ¿No reconoce la Iglesia moderna la separación de Iglesia
y Estado?

Lo que solicita algún grupo fundamentalista –discriminar en contra


de las comunidades LGBT– atenta contra nuestro estado de derecho y
contra nuestro esquema constitucional, contra nuestra libertad y contra la
indispensable separación de Iglesia y Estado. Si se permite que un grupo
fundamentalista se imponga en este asunto hoy, ¿qué impide que otro
grupo no intente imponer sus dogmas en torno a otros asuntos a los demás
grupos mañana? Lo irónico es que al atentar contra la separación de Iglesia
y Estado, los grupos fundamentalistas atentan contra sí mismos, contra su
propia autonomía y libertad de culto. La separación de Iglesia y Estado es
un necesario complemento de la libertad de culto. La libertad de culto no es
más que una manifestación del derecho a la personalidad, a la libertad y a la
autonomía personal: es decir a la conciencia y a la intimidad.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 29

Hace apenas unos años se reafirmó la separación de Iglesia y Estado


cuando la Legislatura al fin procedió a la despenalización de las relaciones
entre personas del mismo sexo, así como cuando la Universidad de Puerto
Rico se convirtió en el primer patrono del Estado en reconocer derechos a
las parejas de sus emplead@s LGBT. Debemos preguntarnos ahora, si el
Estado ha decidido reconocer las relaciones de las parejas del mismo sexo,
¿por qué no se establece un marco legal que permita el desarrollo estable de
la convivencia de estas parejas y de sus hij@s? Lo que nos corresponden son
los derechos, responsabilidades y protecciones legales que otorga el Estado a
dos personas que deciden unirse y comprometerse por amor.

Vale la pena recordar que España pasó de la intolerante dictadura franquista,


apoyada por la Iglesia Católica, a la igualdad en el matrimonio en menos de
30 años. Sudáfrica pasó de la segregación racial y los horrores del Apartheid
a la igualdad en el matrimonio en menos de 16 años. Si estas democracias
incipientes han hecho grandes avances para garantizar la igualdad ante la
ley de todos los seres humanos, ¿qué espera la democracia puertorriqueña
–que tiene una de las Constituciones más avanzadas del mundo– para estar
a la altura de los tiempos y para garantizar nuestras mejores aspiraciones de
justicia e igualdad?

Justicia e igualdad que ha eludido, además, a una de las comunidades más


olvidadas por nuestro estado de derecho y por nuestra sociedad: las personas
transgéneros y transexuales, quienes recurren a métodos estrictamente legales
para vivir una vida ordinaria. Es por estas razones, que apoyamos la justicia parcial,
contenida en el borrador del Código Civil, de permitir el cambio en el encasillado de
sexo en el certificado de nacimiento a las personas que viven con un género que
no está tradicionalmente asociado con el sexo asignado al nacer. Pero igualmente
pedimos que se haga justicia plena, que se enmiende esta disposición para que no
tenga que ser certificada únicamente por médicos que confirmen la realización de
una operación de reasignación de sexo.

Bajo las protecciones que conceden la libertad de expresión, el derecho


a la intimidad y a la no discriminación, la igual protección de las leyes, la
inviolabilidad de la dignidad y el derecho amplio a la libertad, este cambio
tiene que permitírsele a toda persona que decida vivir su vida de acuerdo
con su identidad de género, sin que se le exija pasar obligatoriamente por un
peligroso, doloroso y costoso proceso de reasignación quirúrgica. Afirmar que
la falta de este requisito quirúrgico podría causar cambios caprichosos de los
datos registrales es ignorar el sufrimiento y el esfuerzo que lleva consigo el
conseguir que el sexo vivido se corresponda con el oficial.
30 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

La Asamblea Legislativa tiene que remendar el desacertado fallo de


nuestro Tribunal Supremo cuando no fue consecuente al decidir de manera
diferente en casos idénticos. Hace nueve años, el Supremo reconoció el
derecho a cambiar el encasillado de sexo en su certificado de nacimiento a
una mujer transexual y hace sólo cuatro, se lo negó a otra mujer igualmente
transexual, quien sólo ha pretendido vivir una vida ordinaria por medio de
métodos estrictamente legales. Es por esto que hoy Alexandra no ha salido a
la luz pública, porque nuestro máximo tribunal la relegó a una ciudadanía de
tercera categoría, obligándola a vivir con el estigma de la discriminación todos
los días, violando su dignidad.

La Asamblea Legislativa tiene que proteger la dignidad de Alexandra


para que el día en que este Código Civil sea efectivo, ella pueda cambiar su
certificado de nacimiento y no tenga que seguir recurriendo a explicaciones
y sufriendo humillaciones porque su identidad de género, como ella es vista
por la sociedad –o sea una mujer– no compagina con lo que establece ese
documento que niega su realidad. Lo que se le exige a la Asamblea Legislativa
es un pequeño cambio en el documento de vida de una persona, pero un
cambio justo para garantizar la dignidad y la igualdad de cada ser humano que
recurre a métodos estrictamente legales para vivir la vida ordinaria a la que
todos tenemos como derecho inalienable.

Me pregunto, a modo de hipótesis, qué tal si fuera al revés. Qué tal si la


mayoría fuéramos personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros. Qué
tal si el matrimonio sólo fuera legal para las parejas del mismo sexo. Qué tal
si no permitiéramos a las personas cambiar el apellido en el certificado de
nacimiento para atemperarlo a su nueva realidad. Qué tal si permitiéramos
la discriminación contra las personas heterosexuales. Una mayoría dentro de
una democracia no puede imponerle a la minoría sus creencias. De hecho,
para eso está la democracia, para garantizar los derechos iguales a cada un@
de sus ciudadan@s, ya sea una sola persona o cuatro millones de personas.

Si fuera por lo que dice la mayoría, el matrimonio reservado para la familia


de padre y madre con hijos no tendría derechos, ni protecciones. Si fuera por
lo que dice la mayoría, el matrimonio interracial no se hubiese reconocido y
las mujeres continuarían siendo propiedad de sus maridos. Si fuera por lo que
dice la mayoría, la Legislatura hubiese favorecido la unicameralidad.

Si fuera por lo que dice la mayoría, todavía las mujeres vivirían sin derechos, el
divorcio estaría prohibido y los negros aún serían esclavos. Lo que en un momento
era ley porque lo dictaba la mayoría, tuvo que inevitablemente convertirse en el
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 31

reconocimiento de los derechos de todos, la igualdad ante la ley. Y eso es lo que


debe suceder también, ahora, con la revisión del Código Civil.

Esta discusión motivó al hijo predilecto de l@s fundamentalistas, el ex


senador De Castro Font, a presentar la infame Resolución 99 –que pretendía
ilegalizar toda relación que no fuera el matrimonio heterosexual, metiendo la
discriminación en nuestra Constitución. Esa infame resolución se presentó con
la justificación de que la familia está bajo ataque. Ese es el argumento que
se presentó para intentar enmendar la Constitución para prohibir que futuras
generaciones puedan reconocer a las parejas del mismo sexo el derecho al
matrimonio.

Al absurdo concepto de que la familia está bajo el ataque de las parejas


heterosexuales que se divorcian, fornican, adulteran, usan píldoras,
condones y otros anticonceptivos, practican sexo oral, recurren al sexo
premarital y al extramarital y se niegan a casarse, algunos propusieron
como remedio que se prohíba que las parejas del mismo sexo puedan
casarse. ¿Desde cuándo se protege a la familia atacando a los miembros
más vulnerables de la sociedad?

No basta que el matrimonio entre personas del mismo sexo ya esté


prohibido por estatuto y no basta que no haya ni un solo proyecto de ley
presentado para permitir la igualdad en el matrimonio para las parejas del
mismo sexo. No basta que el Tribunal Supremo claramente haya demostrado
tendencias homofóbicas. No, no basta. Con el país en quiebra, pretendían
gastar casi una decena de millones de dólares en un referendo para distraer al
pueblo y complacer a un pequeño grupo de fanáticos intolerantes. El remedio
propuesto para evitar los divorcios rampantes es que las parejas del mismo
sexo no puedan casarse. Como si evitar el matrimonio de algun@s, evitara
el divorcio de otr@s. ¡Qué manera de proteger a la familia! ¡Qué medida tan
pertinente e innovadora!

Los proponentes de esta enmienda anticonstitucional parecen esperar


que con la prohibición absoluta del matrimonio a las parejas del mismo
sexo, los divorcios heterosexuales se reduzcan. Sí, porque absurdamente
piensan que la gente no valora la familia y su matrimonio porque hay la
posibilidad de que en algún momento en el futuro las parejas del mismo
sexo se puedan casar. Y porque falsamente argumentan que mientras
haya la posibilidad de que las parejas del mismo sexo tengan el derecho
al matrimonio, eso significa que el matrimonio entre heterosexuales no
vale nada. ¡Qué argumentos!
32 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Sí, pero para penalizar a los heterosexuales por conductas que violan
dogmas religiosos, para eso la Asamblea Legislativa no se presta. Si l@s
legisladores propulsores de esta enmienda fueran consecuentes consigo
mismos y en verdad creyeran que una interpretación bíblica ambigua, estricta
y anticuada es suficiente razón para legislar y da pie a negarle el derecho a
las parejas del mismo sexo a su igualdad ante la ley, entonces esta Asamblea
Legislativa tendría que penalizar el divorcio, la fornicación, el sexo premarital,
el sexo oral, el uso de anticonceptivos y otras conductas que violan los dogmas
religiosos. Con penas de verdad, no con estatutos que todo el mundo sepa
que nadie cumplirá. Queremos ver cuál entre l@s legisladores va a proponer
que l@s divorciad@s, cuyos matrimonios no se anularon por la vía religiosa,
no van a poder volver a casarse.

Y, de paso, por qué no se aprovecha y se penalizan la gula, la avaricia,


la envidia, la mentira, la hipocresía, la profanación y otros pecados. Por qué
no damos vuelta atrás y prohibimos el trasplante de órganos, las vacunas, la
investigación genética para propósitos médicos, la prolongación de la vida y el
derecho a determinar la muerte propia, todos los cuales han sido incorporados
por esta misma Asamblea Legislativa al ordenamiento jurídico de Puerto Rico,
a pesar de la oposición inicial de algunos grupos religiosos.

¿La Asamblea Legislativa tiene la capacidad de interpretar lo que es


ético y moral en Puerto Rico o no? ¿Dónde está la lista de legisladores
que presentarían las leyes que hemos mencionado para fortalecer la
familia y la moral puertorriqueña? También nos preguntamos, ¿dónde
están los legisladores que enfrentarán a la Iglesia Católica y solicitarán
que se investiguen los abusos sexuales contra los niños en Puerto Rico?
¿O es que como no hay votos por eso, entonces esas violaciones legales
y morales no cuentan? ¡Hipocresía, eso es lo que parece imperar en la
Legislatura puertorriqueña!

L@s funcionari@s públic@s tienen que cumplir con su obligación


constitucional de instrumentar la igualdad, pues cuando juramentaron su
posición fue con la mano en la Biblia, jurando defender la Constitución. No
fue con la mano en la Constitución, jurando defender la Biblia. Esos derechos
inalienables, constitucionales, morales se tienen que reconocer a tod@s l@s
puertorriqueñ@s.

Recordemos que la despenalización de la sodomía constituyó un


reconocimiento explícito de un hecho innegable: la homosexualidad no
es una enfermedad ni una patología. Dicho reconocimiento tiene que venir
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 33

acompañado, entonces, de otras medidas que permitan a los miembros de las


comunidades LGBT progresar y cohabitar en la sociedad como cualquier otro
ser humano y en igualdad de condiciones, sin que, a su vez, se desvalorice la
diversidad y la diferencia.

El debate al que se enfrentan ahora los legisladores y los


puertorriqueños en general, es si a las personas lesbianas, gay,
bisexuales y transgéneros se les permitirá tener una vida en pareja
estable o si la sociedad prefiere mantener a las parejas del mismo sexo
y a sus hijos en la invisibilidad y precariedad legal. En otras palabras,
la pregunta no es ya si se permitirán las relaciones entre personas del
mismo sexo, sino qué tipo de relaciones entre parejas del mismo sexo la
sociedad prefiere. Se fomentarán las relaciones estables o se mantendrá
la exclusión social y el silencio que envenena a nuestra sociedad. Al
contestar esta pregunta, los legisladores deben recordar no sólo los
derechos constitucionales de las personas LGBT, sino si hay algún
bien social, algún interés apremiante que se adelante o se asegure con
negarle la estabilidad a las parejas del mismo sexo.

¿Cómo se afectarán entonces los derechos de los heterosexuales con la


concesión de un marco de igualdad a las parejas del mismo sexo? La obvia
respuesta a esta interrogante es que no habrá cambio alguno que no sea
positivo. Todo lo contrario, conduciría a una sociedad más democrática e
inclusiva.

El reconocimiento de derechos a las personas LGBT no significa


retrocesos ni violación de los derechos de la mayoría heterosexual. Lo que
significa es que Puerto Rico es una sociedad madura que está dispuesta
a aceptar la pluralidad que siempre la ha caracterizado. Una sociedad
que no permite que los prejuicios sirvan de base para la discriminación
sin fundamentos. Una sociedad tan de avanzada como otros países en
el mundo.

Esta enmienda propuesta es una violación a la obligación legislativa de


instrumentar el mandato constitucional de igualdad y es un atentado en contra
de la dignidad de los seres humanos. En nuestra historia como pueblo nunca
se ha enmendado la Constitución para discriminar y mucho menos para
restringir derechos, sino para reconocerlos.

Esta enmienda propuesta es peligrosa porque podría provocar que en


el futuro se utilice la Constitución para eliminar otros derechos protegidos,
34 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

en especial a religiones, partidos políticos minoritarios, la prensa y otras


minorías. Que no olviden los legisladores que la Constitución de Puerto
Rico le concede igualdad, justicia y libertad a tod@s l@s puertorriqueñ@s,
no solamente a la mayoría de l@s puertorriqueñ@s. Esta enmienda
propuesta fue derrotada con consenso tripartita en el 2008.

Esto nos trae a las elecciones del 2008, cuando los cuatro partidos políticos,
por primera vez en la historia, presentaron propuestas para adelantar los
derechos de las comunidades LGBT. Las propuestas fueron variadas, siendo
la más débil la del partido gubernamental, cuando sólo prometió prohibir el
discrimen por orientación sexual en el empleo.

Luego de inicialmente excluir a las personas transgéneros y


transexuales de protección contra el discrimen y luego de mucha presión
de base comunitaria, el Proyecto de la Cámara 1725, que fue aprobado
con una gran mayoría de l@s representantes, fue incluida la identidad de
género como parte de la definición de la orientación sexual y no como
una clase protegida aparte, como ya se ha reconocido por varias leyes y
órdenes en Puerto Rico. Como si fuera poco, se incluyó una excepción
religiosa, aun cuando la constitucional separación de Iglesia y Estado es
suficiente garantía para que el Estado no se inmiscuya en los asuntos de
la Iglesia y viceversa.

La prohibición al discrimen tiene que ser total, absoluta, sin excepciones


ni exclusiones. La igualdad que promete la Constitución es clara: es para
tod@s l@s puertorriqueñ@s, y ese proyecto se queda corto. Hay que ver
si el presidente senatorial, que nos llama “torcidos, enfermos mentales y
criminales”, le dará paso en el Senado.

Con lo cual llegamos a uno de los momentos más definitorios para


las comunidades LGBT puertorriqueñas. En noviembre del año pasado,
el macabro asesinato del joven gay de 19 años, Jorge Steven López
Mercado, no tan sólo sacudió los cimientos de las comunidades LGBT,
sino que le abrió los ojos a much@s en Puerto Rico sobre la cruda
realidad del discrimen y la violencia homofóbica a la que somos sujetos
las personas LGBT.

Siendo uno de los crímenes más atroces en nuestra historia como


pueblo, aquell@s que no querían reconocer que existe el discrimen en
contra de las comunidades LGBT, tuvieron que reconocerlo. El país se
estremeció, las comunidades LGBT se unieron como nunca para llevar
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 35

a cabo vigilias y actos en memoria de Jorge Steven, y la familia López


Mercado le dio una lección de amor al mundo al combatir el odio que
arrebató a su hijo con un amor incondicional. Su madre, amorosamente
dijo que cuando su hijo salió del clóset, ella le dijo: “si antes te amaba,
ahora te amo más”. Su padre perdonó al asesino de su hijo. Su hermanito
Gaby invocó la memoria de su amado hermano con un “Que viva Steven”.

Ahora bien, ante uno de los asesinatos más horrendos en la historia del
país, el silencio ensordecedor de la mayoría de los líderes políticos y religiosos
es una vergüenza de marca mayor. Les tiene que dar vergüenza no hacer
expresiones de solidaridad hacia la familia y allegados de Jorge Steven. Les
tiene que dar vergüenza no solidarizarse con las comunidades LGBT ante el
odio que produjo este crimen. Les tiene que dar vergüenza no condenar la
homofobia en este caso y las acciones prejuiciadas del agente investigador.
Les tiene que dar vergüenza que han olvidado su obligación constitucional de
instrumentar la igualdad para todos los seres humanos.

Cuando comience el juicio del asesino confeso de Jorge Steven,


simbólicamente se sentarán en el banquillo de l@s acusad@s, l@s verdaderos
responsables de la homofobia que genera la violencia que hemos visto en
este caso. Es claro, además, que no podemos permitir la revictimización de la
víctima y que no se puede enjuiciar a quien ya no vive para defenderse, por lo
que tenemos que procesar al criminal, no a la víctima.

El asesino confeso –Juan Martínez Matos– ya está sentado en el banquillo


del acusado. Ahora bien, no podemos negar que la retórica de odio –de
líderes políticos, religiosos y en los medios de comunicación– ha alimentado
la homofobia que degenera en actos violentos como éste. Eso no lo podemos
olvidar, ni obviar, sino que hay que confrontarlo directamente. La homofobia
que ést@s han promulgado es tan responsable por el clima de violencia e
intolerancia en contra de la orientación sexual e identidad de género de los
seres humanos.

Es por estas razones que en el banquillo del acusado, se sentará el


presidente senatorial Thomas Rivera Schatz, pues al llamarnos “torcidos,
enfermos mentales y criminales”, está incitando a la violencia en contra de
las comunidades LGBT. Aquell@s que militan en el Partido Nuevo Progresista
y que son partidari@s de Rivera Schatz, tienen la responsabilidad de dejarle
saber que su conducta es reprochable y que tiene que detener su descarada
homofobia. No pueden ser cómplices de su violencia, de su inmoralidad,
de su desfachatez. No es catalogar sus expresiones como inconsecuentes
36 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

porque son dirigidas a una sola persona como han expresado algun@s
irresponsablemente.

Por ejemplo, cuando Rivera Schatz expresó sobre el caso de Jorge


Steven que “un criminal había matado a un criminal en actividad delictiva”,
el presidente senatorial no tan sólo ofendió a Jorge Steven, sino que hirió
a su familia, amig@s y comunidad. Rivera Schatz me ofendió a mí, porque
soy miembro de la misma comunidad que Jorge Steven. Rivera Schatz nos
ofendió a tod@s y tenemos que exigir un detente a tan descarada, inmoral y
dañina homofobia.

Del mismo modo, se sentarán en el banquillo de l@s acusad@s, líderes


religiosos que usan una retórica de odio en contra de las comunidades LGBT,
como Carlos Sánchez y Jorge Raschke. Estos falsos profetas utilizan el
nombre de Dios en vano para menospreciar a seres humanos sólo por su
inherente orientación sexual o identidad de género, atentando en contra del
más preciado valor religioso: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ti mismo. Sus acciones homofóbicas han llevado al suicidio a miles
de jóvenes LGBT; han alejado de sus púlpitos a gente buena que quieren
practicar su religión; han creado divisiones en hogares que han decidido
seguir a una religión que discrimina en vez de amar a sus hij@s.

También se sentarán en el banquillo de l@s acusad@s, aquell@s que


a través de los medios de comunicación, degradan y deshumanizan a las
personas LGBT. Pues cuando Kobbo Santarrosa y Héctor Travieso utilizan
la palabra “pato” para degradarnos, están alimentando los prejuicios y el
clima de intolerancia que degenera en violencia. Cuando se ven personajes
estereotipados en la televisión o se escuchan parodias homofóbicas en la
radio, están abonando a que se perpetúe el discrimen por orientación sexual
e identidad de género. Son tan responsables del clima de violencia que
degenera en casos tan atroces como éste, pues el odio comienza con una
palabra, comienza con un prejuicio, comienza con un menosprecio.

Cada vez que un líder religioso o político habla con lenguaje de


menosprecio a la gente LGBT, personas perturbadas se ven compelidas a
actuar sobre su prejuicio y cometen actos violentos contra las comunidades
LGBT. Que tengan en cuenta l@s religios@s y l@s polític@s que sus
palabras tienen un efecto de permisividad a personas para actuar conforme
a sus prejuicios contra la orientación sexual o identidad de género de seres
humanos. Basta ya de tanta retórica de odio e intolerancia que motiva a la
violencia.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 37

Es hora de denunciar que el crimen es la homofobia. El discrimen por


orientación sexual e identidad de género es ajeno a nuestra idiosincrasia como
pueblo; va en contra de nuestros valores de respeto, amor y solidaridad; y
es una de las formas más espantosas de deshumanización y menosprecio
a la dignidad humana. Es hora de acabar con el crimen que es la homofobia
y poner a l@s verdader@s responsables de este clima de intolerancia y
violencia en el banquillo de l@s acusad@s. Es hora de hacer justicia.

Ante el panorama que nos encontramos en el 2010, me pregunto: ¿acaso


la libertad tiene que esperar más tiempo, acaso la igualdad es algo que
podemos calendarizar, acaso justicia tardía es justicia? Es por esto que nos
encontramos hoy aquí, porque el cambio que queremos ver tiene que nacer de
nosotr@s, de nuestro trabajo estratégico, somos agentes de cambio y tenemos
el poder para lograr ese cambio. Porque aún cuando podamos tener diferentes
estrategias o visiones políticas, esta lucha es por nuestra humanidad, por
nuestra igualdad y sí, también por la integridad de nuestro país.

Porque cuando se trata de igualdad, la tienes o no. Y en nuestro caso, no


la tenemos y eso dice mucho de nuestro Puerto Rico.

No somos iguales, pues Alexandra Delgado no ha podido cambiar su


certificado de nacimiento para reflejar su realidad de que vive las 24 horas
del día como una mujer. No somos iguales pues aún nos botan de nuestros
trabajos como le pasó a la profesora Rosa Rodríguez Mercado y que acaba
de ganar una demanda por despido ilegal y discriminatorio por su orientación
sexual. No somos iguales pues aún nos asesinan por ser quienes somos,
como le pasó a Jorge Steven, a Lonrry Lemus, Humberto Bonilla Rodríguez,
Fernando López de Victoria, Michael Galino, Sandro Díaz Maysonet, Víctor
Rodríguez, Jammal Torres, Ramses Flores, Leonardo Gamallo y toda aquella
víctima que aún su crimen no se haya esclarecido y que pudo haber sido un
crimen de odio.

No, no somos iguales.

La igualdad es un imperativo moral, pues quiénes somos y a quiénes


amamos no pueden estar sujetos al debate político, no deben estar a
la merced de los votantes y no pueden estar en juicio. No puede haber
compromisos ni componendas con nuestros derechos humanos y civiles.
A aquell@s que pretenden que esperemos, que lo tomemos poco a poco,
que nos conformemos con migajas, les digo que no hay tal cosa como
ser “un poco” igual. El no poder casarnos con quien amamos, el que
38 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

tengamos que regresar al clóset para ser aceptad@s en un hogar de


ancian@s, el que tengamos que quedarnos en la calle cuando un@ de
nuestras parejas muere y no tenemos protecciones legales. Eso no es
ser igual.

Esta no tan sólo es una cuestión política, esto es una cuestión de dignidad.
Y la dignidad no se negocia –bajo ninguna circunstancia. La igualdad, la
justicia, la libertad no son promesas nada más, tienen que ser garantías.

Ya hemos esperado demasiado. Salgamos hoy de aquí, empoderad@s


para lograr el cambio que queremos ver en el mundo. Tenemos que encontrar
las fuerzas para lograr ese cambio en cada un@ de nosotr@s. Encontrar la
fuerza en esa estudiante transgénero que va a la escuela superior conforme a
su identidad de género, sin miedo. Encontrar la fuerza en el amor incondicional
de los padres y madres de aquell@s que han perdido sus vidas a causa de la
violencia homofóbica. Encontrar la fuerza en esos estudiantes universitarios
LGBT que se reúnen para crear su propia campaña en contra de la homofobia.
Encontrar la fuerza en l@s aliad@s heterosexuales que luchan junto a
nosotr@s pues no se sienten libres, porque nosotr@s no somos libres.

Es@s son nuestr@s héroes y nuestras heroínas. Es@s s@n mis héroes
y mis heroínas.

Estamos en un momento crítico en nuestro movimiento por la igualdad, la


liberación y la justicia. Ya se siente que nos acercamos a la igualdad. Se ve a
través del mundo y qué vamos a hacer en Puerto Rico. Vamos a aprovechar
este momento, buscando la inclusión de tod@s o sólo de aquell@s poc@s
privilegiad@s. Tenemos que recordar que la igualdad legal es sólo la zapata
de una sociedad transformada. Aun con la igualdad que han logrado las
mujeres y los negros y las demás minorías que nos precedieron, aún no se ha
logrado la justicia.

Para aquell@s que se sienten frustrados por lo lento que se produce el


cambio, les digo que yo también. Pero esa frustración tiene que ser utilizada
para transformar, promover y crear el cambio, no puede ser dirigida en contra
de nosotr@s mism@s. L@s enemig@s no somos nosotr@s mismos –están
allá afuera, bien organizados en su odio. Si nos desenfocamos, eso es
precisamente lo que quieren nuestros detractores: nos quieren distraídos y
en controversia, pues saben lo que podemos lograr cuando nos unimos y les
aterra. Es por esto que no pediremos el cambio, no debatiremos el cambio,
no planificaremos el cambio, no esperaremos el cambio –haremos el cambio.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 39

Es hora de salir del clóset, contar nuestras historias, abrir los corazones
y cambiar las mentes de nuestr@s conciudadan@s. Es hora de asumir
nuestras identidades, reafirmarnos en ellas y crear espacios de entendimiento
e inclusión. Es hora de cambiar nuestro entorno y construir el Puerto Rico que
queremos y merecemos. Es hora de que nos inspiremos, es hora de crear
una sociedad donde la igualdad sea incondicional, donde la aceptación de la
diversidad sea la norma y donde la preocupación no sea a quién amamos, sino
el hecho de que amamos.

Confío en que algún día escucharé a algún líder político de nuestro Puerto
Rico pronunciar palabras similares a las que expresó el presidente español,
José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se legisló la igualdad en el matrimonio
para las parejas gay y lésbicas en su país: “Hoy la sociedad española da una
respuesta a un grupo de personas que durante años han sido humilladas, cuyos
derechos han sido ignorados, cuya dignidad ha sido ofendida, su identidad
negada y su libertad reprimida. Hoy la sociedad española les devuelve el
respeto que merecen, reconoce sus derechos, restaura su dignidad, afirma su
identidad y restituye su libertad. Es verdad que son tan sólo una minoría; pero
su triunfo es el triunfo de todos. También aunque aún lo ignoren, es el triunfo
de quienes se oponen a esta ley, porque es el triunfo de la libertad. Su victoria
nos hace mejores a todos, hace mejor a nuestra sociedad”.

Hoy, las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros –enviamos


un mensaje con una sola voz a nuestro pueblo: Nosotr@s somos víctimas del
prejuicio, pero no nos comportamos como víctimas. Nos comportamos como
seres humanos que exigimos igualdad, que exigimos respeto pues tenemos
dignidad. Es hora de que se reconozcan nuestros derechos, se afirme nuestra
identidad y se restituya nuestra libertad.

Nosotros somos tan human@s como lo son ustedes. Somos tan dign@s
como lo son ustedes. Somos tan ciudadan@s como lo son ustedes. Somos
tan iguales como lo son ustedes. Somos tan puertorriqueñ@s como lo son
ustedes.

Es un hecho inevitable que al final del camino, Puerto Rico será para todos
y todas. La igualdad es un hecho inevitable.
MOTINES EN EL STONEWALL INN (INICIOS DEL
MOVIMIENTO GAY)

Lester McGrath Andino

Antecedentes

ROSA PARKS Y LA HUELGA DE TRANSPORTACIÓN PÚBLICA EN MONTGOMERY…MLK JR.

TITO KAYAK Y LA LUCHA DE VIEQUES, REHUSA IRSE DEL MONTE DAVID (SANES)

HOMOSEXUALES ANTES DE STONEWALL (PRE 1969)

Discriminación en todos los órdenes

Durante la guerra fría se libró una persecución de todos los marginales,


especialmente los comunistas y otros grupos políticos fronterizos, pero se
velaba de forma especial a los homosexuales. Se creía que los homosexuales
eran personas frágiles, fácilmente chantajeables a causa precisamente de su
homosexualidad, lo que los hacía fáciles presas para el espionaje soviético.
Los homosexuales vivían por ende, siempre a expensas de ser delatados en
cualquier momento, perdiendo trabajo, familia y reputación. Esto llevaba al FBI
a mantener extensas listas de homosexuales como parte de sus operativos
durante la guerra fría. De hecho, para los 1950s y 60s, los satélites comunistas
de la Union Soviética tenían leyes anti-homosexuales más liberales o benignas
que las de los Estados Unidos.

Entre 1947 y 1950 se les negó trabajo federal a 1,700 solicitantes;


4,380 militares fueron expulsados y 420 fueron despedidos de su trabajo
en el gobierno por ser sospechosos de ser homosexuales. Se convirtió
en crimen vestir del sexo opuesto, las universidades expulsaban a sus
profesores si sospechaban que estos eran gay, y las iglesias simplemente
no ordenaban a personas de “inclinación” homosexual. Un aparte para
decirles que cualquier persona que solicite credenciales como pastor/a
es mirado con sospecha si es soltero, más en las mujeres que en los
hombres.
42 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

En 1952 la Sociedad Americana de Psiquiatria clasificó el homosexualismo


como un disturbio sociopático de la personalidad, categoría que no eliminaron
hasta 1973, a la vez que el homosexual era percibido por las profesiones y la
sociedad general como “desviados sexuales.” Toda mujer de pelo muy corto
y hombres de pelo largo eran sospechosos. El Servicio Postal llevaba listas
de las personas que recibían revistas gay, y compartían esta información con
el FBI.

Los homosexuales tendían a ocultar sus actividades y los negocios


ocultaban su clientela. Esta vida clandestina llevaba a la policía a sacarle
dinero a los establecimientos de clientela gay, lo que no evitaba las constantes
y frecuentes redadas policíacas. Estos utilizaban también agentes encubiertos
y provocadores para incitar comportamiento sospechoso. I: Un encubierto se
mete en un baño y empieza a gritar que le dolía un testículo. Cuando un anciano
le preguntó que le pasaba se llevaron preso al pobre viejo.

Debido a toda esta discriminación, la estrategia más importante de los


grupos gay de la época, como la Sociedad Mattachine y las Hijas de Bilitis era
acomodarse cordial y respetuosamente en la sociedad imperante norteamericana
por medio de charlas y otros encuentros casuales organizados, para lograr una
gradual aceptación de su estilo de vida.

STONEWALL INN

Propiedad localizada en el Greenwich Village y, como tantos otros negocios


similares, era propiedad de la familia Genovese de la Mafia, lo que no contaba
con el aprecio ni apoyo de algunos mafiosos que consideraban negocios con
homosexuales muy por debajo de sus honorables actividades. El trato a su
clientela era pobre, las bebidas aguadas y los precios inflados. La policía pasaba
regularmente todas las semanas para recoger sus cheques de protección, lo
que no evitaba las periódicas redadas mensuales. De hecho, el bar había sido
redado el martes antes del motín de referencia.

Stonewall era un pub principalmente de hombres, con una minoría de


mujeres. El negocio tenía dos pistas, una principal para los hombres y una
pista pequeña para las mujeres. De hecho, era el único bar gay en todo NY
que permitía bailar, y uno de solo dos bares que permitía la entrada a hombres
maquillados o con pelucas o vestidos de mujer. Era también de los pocos bares
integrados, lo que lo hacía “the gay bar in NY.” Las paredes estaban pintadas
de negro, y las bombillas eran también negras. Sólo se encendían las bombillas
blancas cuando se sospechaba que había policías encubiertos en el pub.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 43

MOTÍN

El motín en el Stonewall Inn comenzó el sábado, 28 de junio de 1969


como resultado de una redada, como cualquier otra redada, pero que esa
noche degeneró rpidamente por razones todavía oscuras. Esa noche se
metieron 4 encubiertos para recoger evidencia visual, y poco después de la 1
de la madrugada llegaron 4 policías uniformados con una patrulla, un “paddy
wagon” de borrachos o prostitutas. De ahí poco a poco se inició la redada.

Por razones desconocidas, las mujeres rehusaron irse con la policía. Los
hombres se negaron a sacar sus identificaciones. Ante esta actitud, la policía
decide llevarse a todo el mundo. Empezaron a maltratar a las “drag queens”
presentes, luego procedieron a empujar a las lesbianas que los reportajes
llamaban “butch lesbians”. Eso fue un gran error.

Mientras esto ocurría afuera del establecimiento se iba congregando


una masa crítica de personas abucheando, retando, posando con descaro
provocador y lanzándole monedas a la patrulla de la policía, en señal de
repudio por el dinero bajo la mesa que todos sabían recibían ellos. La policía
procedió a empujar a varias dragas y lesbianas, y a tocar indebidamente a
algunas de las mujeres. De repente una de estas “butchs” procedió a pelear
a los puños con 4 policías. Uno de estos le abrió la cabeza con una macana,
lo que provocó que ella le gritara a los observadores, mientras continuaba
peleando: “Why don’t you guys do something?”

Mientras tanto un policía le metió un empujon a una “drag queen”, la que


procedió a darle un carterazo al guardia. Al mismo tiempo otra de las dragas
metida en la patrulla, de nombre “Sylvia Rivera,” salió corriendo de esta,
fue capturada y tirada de mala gana a la patrulla. Luego proceden a meter
de igual manera a la lesbiana de la cabeza abierta. Ahí la gente comenzó
a tirarle de todo a la policía: basura, tapas de zafacones, latas, botellas.
La policía no tuvo más remedio que encerrarse dentro del pub, metiendo
adentro a gente que pasaba por allí, algunos heterosexuales, y proceden a
destruir el negocio y a golpear a los arrestados. Esto incitó a la gente afuera
a tratar de incendiar el establecimiento, y a tratar de romper la puerta con
un metro de estacionamiento arrancado de la acera. De hecho, ahí escala
la batalla cuando los activistas descubren a varios edificios de distancia una
obra de construcción con montañas de ladrillos.

Al rato llega la fuerza de choque, la que fue recibida por casi 1,000
personas afuera del pub. La policía cerró fuerzas, lo que provocó a las dragas
44 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

a tomarse de brazos y hacer una rutina tipo Rockettes del Radio City Music
Hall. La policía le entra a macanazos, comenzando así las escaramuzas que
duraron varias horas en acciones de calles angostas y bloques pequeños.

Las noches siguientes fueron de acciones similares. Un fenómeno que


no entienden los autores que yo consulté fue que aparecieron cientos de
personas heterosexuales, muchos de ellos puertorriqueños agradecidos
por la oportunidad de pelear con la policía. Hablando de puertorriqueños, la
participación boricua en todo este incidente fue amplia de principio a fin. La
mitad de las dragas eran puertorriqueñas, los grupos heterosexuales de las
siguientes noches eran boricuas y afro-americanos, y la persona que inicio la
pelea con la policía al lado de la patrulla era la travesti “Sylvia Rivera”.

CONCLUSIONES

1. El resultado principal de los motines Stonewall fue la creación inmediata


de varias organizaciones activas en las luchas gay, como el Gay Liberation
Front (GLF), la creación de varios cientos de revistas gay, centros de activismo
y la celebración, comenzando un año después de los eventos, de las marchas
anuales de Orgullo Gay.

2. Stonewall fue la primera vez que la policía había perdido una batalla
contra algun grupo minoritario, sea este activistas anti-guerra de Vietnam,
derechos civiles o demostraciones negras. Los activistas gay de Stonewall
obligaron a la notablemente violenta policía de Nueva York a sentarse en la
mesa de negociación. Según uno de los observadores presentes, un individuo
que paseaba un perro: “The cops were totally humiliated. This never, ever
happened. They were angrier than I guess they had ever been, because
everybody else had rioted… but the fairies were not supposed to riot… no
group had ever forced cops to retreat before, so the anger was just enormous.
I mean, they wanted to kill.”

3. Despertar de una importante minoría, dormida, asustada y temerosa


hasta ese momento, que adquiere su mayoría de edad como otros muchos
grupos del pasado, a fuerza de luchas, sangre y de tesón. En palabras de la
filosofa callejera Sylvia Rivera: “They had been treating us like shit all these
years? Uh-uh. Now it’s our turn! It was one of the greatest moments in my
life.”

Para el autor Michael Fader: “We all had a collective feeling like we’d had
enough of this kind of shit. It wasn’t anything tangible anybody said to anyone
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 45

else, it was just kind of like everything over the years had come to a head on
that one particular night in the one particular place, and it was not an organized
demonstration… Everyone in the crowd felt that we were never going to go
back. It was like the last straw. It was time to reclaim something that had always
been taken from us…All kinds of people, all different reasons, but mostly it was
total outrage, anger, sorrow, everything combined and everything just kind of
ran its course. It was the police who were doing most of the destruction. We
were really trying to get back in and break free. And we felt that we had freedom
at last, or freedom to at least show that we demanded freedom. We weren’t
going to be walking meekly in the night and letting them shove us around– it’s
like standing your ground for the first time and in a really strong way, and that’s
what caught the police by surprise. There was something in the air, freedom a
long time overdue, and we’re going to fight for it. It took different forms, but the
bottom line was, we weren’t going to go away. And we didn’t.”

La presencia de todos/as uds. aquí en esta tarde son un testimonio vivo del
fruto de los eventos que he descrito.
CICLO DE CINE:
ICEBERG LGS: LA HOMOSEXUALIDAD LATENTE BAJO EL
VELO DE LA CENSURA CINEMATOGRÁFICA

Organizadores: Rafael Jackson, Laura Bravo y Andrea Righi

El revelador documental Celluloid Closet, escrito y dirigido por Rob


Epstein y Jeffrey Friedman en 1995, ofreció una lectura cinematográfica
alternativa a decenas de personajes, situaciones y guiones de películas,
en su mayoría estadounidenses, que tradicionalmente habían discurrido
bajo la apariencia de una heterosexualidad inocente. Con este marco
investigativo de fondo, se organizó un ciclo de cine bajo el título de
Iceberg LGs, acompañado de un foro de discusión tras la proyección de
cada película, en el que se desarrolló un análisis icónico y verbal de
tres personajes del cine estadounidense e italiano. En primer lugar, se
discutió sobre la inquietante y obsesiva Mrs. Danvers, en Rebecca (Alfred
Hitchcock, 1940), después acerca del joven pandillero John “Plato”
Crawford de Rebel Without a Cause (Nicholas Ray, 1955) y, finalmente,
sobre el sofisticado Gabriele de Una giornata particolare (Ettore Scola,
1977). Estos tres clásicos de la pantalla protagonizaron un intenso
debate que buscó profundizar más allá de la superficie censurada de sus
miradas, de sus gestos y de sus palabras.

DEL LADO DE LAS TINIEBLAS: REBECCA

(Rafael Jackson, Ph.D. / UPR- Mayagüez)

Rebecca (1940). Dir: Alfred Hitchcock. Intérpretes: Laurence Olivier (Maxim


de Winter), Joan Fontaine (The Second Mrs. Winter), George Sanders (Jack
Favell), Judith Anderson (Mrs. Danvers).



El personaje de Joan Fontaine, que deliberadamente no tiene nombre, y el


millonario Maxim De Winter (Laurence Olivier) se enamoran en Montecarlo y
deciden casarse rápidamente antes de emprender el regreso a la hacienda de
Max, Manderlay, situada en Cornualles. La vida de la nueva Mrs. De Winter
en Manderlay no será un camino de rosas debido a su timidez e inseguridad
48 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

hacia una vida de lujo a la que no está acostumbrada, a la actitud enigmática


de su esposo y a la continua presencia de Mrs. Danvers (Judith Anderson),
el ama de llaves, obsesionada por Rebecca, la primera Mrs. De Winter.
Precisamente, este comportamiento obsesivo de Mrs. Danvers hacia Rebecca
ha sido interpretado en clave homoerótica. Varios son los elementos que la
caracterizan:

1. La fascinación y el cuidado meticuloso con los que guarda los


recuerdos y la memoria de la fallecida. Hay que entender bajo ese prisma
la secuencia en que narra detalladamente en el boudoir de Rebecca a
la nueva Mrs. De Winter todo el ritual de belleza diario de la fallecida,
sin olvidar con qué dedicación acaricia la ropa interior y el camisón de
Rebecca, como si fueran las reliquias de su ser más amado, mientras se
los muestra a su nueva patrona [1].

1. Atracción y repulsión: Mrs. Danvers desliza con delicadeza el visón del abrigo de
Rebecca por la mejilla de la nueva señora De Winter.

2. La propia apariencia y la gestualidad del ama de llaves. Mrs. Danvers


condensa signos de masculinidad velada, pues su maquillaje es muy tenue. A esto
se une el hecho de que tampoco lleva accesorios femeninos (ni pendientes ni joyas
ni aderezos). Al verla en el filme, se nos antoja como un ser travestido en sentido
inverso al Norman Bates de Psycho. Es, además, un personaje activo en la película,
puesto que rechaza la pasividad de Mrs. De Winter, y se coloca incluso a un nivel
superior al del resto de los personajes masculinos [2].
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 49

2. El aspecto austero de Mrs. Danvers aúna la malignidad y la locura de su personaje


con una masculinidad inquietante.

3. Sus celos hacia la nueva Mrs. De Winter, que es identificada


como usurpadora. De este modo, miente a la señora sobre la relación
de Rebecca con su esposo (ella siempre acusa al personaje de Joan
Fontaine de que su esposo jamás la amará como a la anterior ni estará a
su altura) y ante otros personajes, como el primo y amante de la fallecida
(George Sanders).

Todos estos aspectos confieren al personaje de Mrs. Danvers un tono


negativo, que evidencia finalmente el interés continuo de Hitchcock por
representar signos de una homofobia que no es en absoluto velada.
Desde este punto de vista, podemos concluir que Mrs. Danvers no es
más que el primer ejemplo de toda una galería de malvados LGBTT. En
ella estarían incluidos una pareja gay de homicidas (John Dall y Farley
Granger en Rope), un asesino de turbia personalidad (Farley Granger
en Strangers on a Train), un detective soltero, dubitativo ¿e impotente?,
obsesionado además por la figura materna encarnada en el personaje de
Madeleine (James Stewart en Vertigo), un secuaz obsesionado con su
jefe (Martin Landau con respecto a James Mason en North by Northwest)
o un joven apocado bajo el cual se esconde un psycho-killer inclinado al
travestismo (Anthony Perkins en Psycho).
50 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

SI LAS MIRADAS HABLARAN: REBELDE SIN CAUSA

(Laura Bravo, Ph.D. / UPR - Mayagüez)

Rebel Without a Cause (1955). Dir: Nicholas Ray. Intérpretes: James Dean
(Jim Stark), Natalie Wood (Judy), Sal Mineo (“Plato”), Jim Backus (Frank
Stark), Ann Doran (Carroll Stark), Edward Platt (Rick Fremick).


Jim Stark es un adolescente problemático que no encuentra su lugar en ninguna


de las ciudades donde se traslada con su familia. Una vez fijan su residencia
en Los Angeles, todos esperan que el joven encuentre la tranquilidad, pero los
suburbios de la gran ciudad se convierten en el lugar ideal para fortalecer su díscolo
comportamiento y donde encuentra una vía de escape a la carencia de afecto
paterno junto a su novia, Judy, y el amigo de ambos, John “Plato” Crawford. Este
último personaje esconde, bajo su apariencia cándida y frágil, una relación de amor
platónico hacia su rebelde amigo Jim [3]. 


3. Los tres jóvenes protagonistas de Rebel Without a Cause componen un triángulo


amoroso, el cual tiene en Jim Stark su vértice principal y en Plato su lado más oculto.

Estrenada pocos días después del mortal accidente automovilístico de


James Dean, en 1955, Rebel Without a Cause fue una de las centenares
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 51

de películas que debieron pasar por el filtro de la censura impuesta por el


Motion Picture Production Code, más conocido como “Hays Code”, entre
1930 y 1968. Se trataba de una regulación del contenido y de las imágenes
de la cinematografía estadounidense que restringía la proyección pública
de escenas consideradas inapropiadas para la moral vigente, según
la interpretación que efectuó su redactor, William H. Hays, quien fuera
presidente de la Asociación Cinematográfica de América (MPPA) y uno
de los líderes del Partido Republicano. Entre sus numerosas normas,
el Código Hays indicaba cómo: “Las películas no dejarán suponer que
formas groseras de relación sexual son cosa frecuente o reconocida. El
adulterio y todo comportamiento sexual ilícito, a veces necesarios para
la intriga, no deben ser objeto de una demostración demasiado precisa,
ni ser justificados o presentados, bajo un aspecto atractivo”. Pasto de
este código cercenador, Rebelde sin causa sufriría un corte en el guión
original de un beso entre los dos protagonistas masculinos y, a fin de
sortear sus abundantes prohibiciones, sus realizadores decidieron no
exponer abiertamente la latente homosexualidad del joven Plato, la
cual se adivinará, veladamente, bajo las miradas devotas y los jugosos
comentarios que éste le dirige a su idolatrado amigo Jim [4].

4. Las miradas de Plato hacia Jim Stark son una estrategia narrativa que sobrevive
a la censura para dejar entrever el deseo homoerótico de ese joven hacia el rebelde
protagonista.
52 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

El maquillaje del cariño paternal que cubre la relación entre los personajes
que interpretan James Dean y Sal Mineo esconde una intensidad homoerótica
que, de hecho, fue meticulosamente meditada tanto por el guionista (Stewart
Stern) como el director de la cinta y por ambos actores. De hecho, la relación
entre ambos, en la realidad, dio pie a sonados comentarios en referencia a la
atracción mutua que sentían y a los rumores de bisexualidad que siempre les
rodearon. El propio apodo que el protagonista más joven ostenta con orgullo,
alusivo al célebre filósofo de la Grecia clásica, y la fotografía de Alan Ladd
(un mito de la masculinidad del Hollywood coetáneo) que este mismo admira
con fervor al abrir su locker en la escuela, son otros detalles más que han
contribuido a que la crítica cinematográfica haya coronado a Plato como el
primer adolescente gay de la historia del cine estadounidense.

ETTORE SCOLA Y LO POLÍTICO DE LA VIDA: UNA GIORNATA


PARTICOLARE (Andrea Righi, Ph.D. / UPR - Mayagüez)

Una giornata particolare (1977). Dir: Ettore Scola. Intérpretes: Sofia Loren
(Antonietta), Marcello Mastroianni (Gabriele), John Vermon (Emanuele).

Marzo de 1938, último día de Adolf Hitler en una Roma en delirio por la visita
del Führer. Una mujer agobiada (Sofia Loren) y un elegante periodista (Marcello
Mastroianni) que oculta su homosexualidad para huir de la persecución fascista
se encuentran casualmente en la soledad de un gran edificio de apartamentos.
Una Loren neorrealista y un Mastroianni sutil que bordan una película que
destaca la conexión entre nacionalismo, conformismo y homofobia en los tiempos
fascistas. Ahora como antes, un film sobre el lado oscuro de la italianidad.

5. Loren abraza a un impávido Mastroianni en una escena de Una giornata particolare.


LISSETTE ROLÓN COLLAZO 53

Como se sabe, al narrar un hecho histórico, no se alude solamente a


una historia del pasado, sino que también se lleva a cabo una reflexión
sobre el presente. Una giornata particolare es precisamente esto: una
película que habla y (por supuesto) critica la opresión y el control total que
el fascismo impuso sobre la vida cotidiana de los italianos, con el fin real de
atacar otra censura, mucho más cercana, que es la de la sociedad italiana
republicana y democrática que había nacido de la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, películas que tuvieron como tema el fascismo o la lucha armada
bajo la resistencia hubo muchas, y éstas constituían el núcleo central del
Neorrealismo italiano. Sin embargo, Una giornata particolare iba más allá de
ese asunto, ya que abordaba el problema del control de la dimensión privada y
doméstica, así como de la esfera personal en una sociedad fascista. ¿Por qué,
entonces, tanta atención hacia temas como la sexualidad o la vida doméstica, los
cuales son marginales si los comparamos con los aspectos más evidentes de la
dictadura como las guerras, la limpieza étnica, los asesinatos o la deportación de
hebreos? La respuesta es que la sociedad bienpensante del milagro económico
italiano estaba, en aquellos años, sacudida por los movimientos de los jóvenes del
1968, quienes, con sus protestas, iban subvirtiendo los mecanismos de control y la
disciplina vigentes en la esfera de la reproducción y de las relaciones interpersonales,
cuyos prejuicios e imposiciones censuraban nuevas necesidades sociales.

6. En la soledad del apartamento de Marcello, Antonietta deja volar una pasión que no
podrá ser correspondida.

Desde este trasfondo de efervescencia social e intelectual se afirmaba


entonces la noción de lo privado como dimensión esencialmente política
de la vida. De ahí que el tema de una sexualidad libre y, sobre todo,
desenganchada de una finalidad reproductiva tomara tal importancia. El
anatema de la homosexualidad como paradigma de una relación entre
54 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

seres humanos profunda, pero estéril, representaba el gran escándalo que


la moderna sociedad democrática italiana no podía aceptar. No obstante, de
allí salían también los fantasmas del fascismo y el espejismo de una misma
censura presente y pasada se destacaba de manera no controversial. Es
por estas razones que Una giornata particolare arrojaba luz sobre un frente
nuevo de lucha política para el cine italiano de la época y, lamentablemente,
también para el actual.
TOWARDS A DIFFERENT PERSPECTIVE OF EL MARICÓN:
A CRITICAL ANALYSIS OF LATINO GAY REPRESENTATIONS
IN ALEX SÁNCHEZ’S YOUNG ADULT NOVELS

Angel D. Matos Caro


When Alex Sánchez’s Young Adult novel titled Rainbow Boys hit the
market during 2001, few were aware of how the novel would forever shift the
landscape of gay teen fiction. Not only did it become an Amazon.com top-seller
during November 2001, but it also went on to obtain the “Best Book for Young
Adults” award from the American Library Association in 2002, and the “Young
Adult’s Choice” award from the International Reading Association in 2003.
Needless to say, Alex Sánchez not only paved the way towards the recent
boom in the area of gay teen fiction, but some scholars such as Thomas Crisp
go as far as to argue that when taking the reviews, discussions, and awards
of Rainbow Boys into consideration, it becomes apparent that the novel is “not
only defining the genre of gay adolescent literature, [it] simultaneously work[s]
to create the genre as well” (9).

Rainbow Boys is concerned mostly with the trials and tribulations of a


group of three gay teenagers and their coming out journeys in high school.
Crisp points out that Rainbow Boys has garnered many awards for its open
and honest depiction of today’s gay youth, and that it was one of the first gay
Young Adult novels to be incorporated into today’s classrooms. In addition,
he highlights the fact the that the series is considered canon with the genre
of gay Young Adult literature, mostly because it created the “formula” that
countless other gay Young Adult novels followed to depict the coming out
process amongst teenagers and young adults. Since the publication of the
novel, Sánchez has published two sequels for Rainbow Boys –Rainbow High
and Rainbow Road– and four other novels targeted towards a gay Young Adult
audience.

Despite being groundbreaking in terms of its contributions to the genre of


gay Young Adult literature and the coming out novel, Rainbow Boys is barely
recognized for its other innovatory element: it is one of the few gay Young
Adult novels to include a major Latino character also happens to be a member
of the Gay, Lesbian, Bisexual, Transgender, Queer (GLBTQ ) community.
Brent Hartinger, author of the acclaimed gay Young Adult book series known
56 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Geography Club, points out that racial diversity is still somewhat lacking in
the genre. Along the same lines, in Gay and Lesbian Literature Comes of
Age, Michael Cart asserts that there is a serious lack of ethnic minorities and
bisexual and transgendered characters within the genre.

Sánchez’s novel was not the first gay Young Adult novel to include a major
Latino/a character within its plot. According to Michael Cart and Christine
Jenkins in their discussion of Young Adult literature with GLBTQ content,
R.J. Hamilton’s Who Framed Lorenzo Garcia? and Gloria Velasquez’s
Tommy Stands Alone, both published during 1995, were two of the first
Young Adult novels to include a gay Latino/a protagonist (121). Nonetheless,
what distinguishes Rainbow Boys’ Latino character, Jason Carrillo, from the
characters portrayed in the previous novels with Latino gay characters, is the
positive light in which the character is portrayed, and the fact that the character
was fully developed throughout the entire Rainbow Boys trilogy. On one hand,
the main character in Velasquez’s Tommy Stands Alone is unable to cope
with the pressure and rejection fostered by his family; thus, he attempts to
commit suicide as a final solution to his dilemma. On the other hand, although
Hamilton’s protagonist is shown to be more well-adjusted, the character lacks
development simply because he is part of a much larger ensemble of ‘mystery-
solving’ teenagers. Jason Carrillo, however, is not only a star basketball player,
but he eventually becomes a role model for both other GLBTQ characters in
the series, and of the novel’s readers as well.

Despite Jason Carrillo being an excellent role model for the GLBTQ
community in general, matters become quite convoluted when one begins to
view the character through another prism: the construction and representation
of this character as a gay Latino. Crisp –in his discussion on romance,
repression, and representation in the Rainbow Boys series– suggests that
though these novels are considered by many to be positive representations
of GLBTQ young adults, they rely on characters based on heteronormative
stereotypes. He suggests that these heteronormative stereotypes reinforce
homophobic attitudes toward gay young adult literature and queer culture
arguing that representation is a matter and concern for both queer and straight
communities, and he considers that people should be more careful and
considerate when representing a societal sector within any genre of literature.

It is important to note that although Crisp conducted an analysis of the


role of heteronormative values within the Rainbow Boys series, this analysis
was not focused on the construction and depiction of Latino gay identity, but
rather, on the construction and portrayal of the relationships amongst the
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 57

series’ characters and overall representations. Nonetheless, many of Crisp’s


arguments do shed some light in terms of understanding the representation
of Latino communities within the series. Throughout the novel, Jason is
described not only as a jock, but as a highly seductive and desirable male.
Crisp also points out that Jason embodies and exemplifies many of the traits
found within traditional “masculine” characters: “He is the dominant actor who
is self-sufficient, self-gratifying, physically aggressive, athletic, immature, and
unemotional” (53). Interestingly, these features are also embodied by Jason’s
father, who not only is emotionally and physically abusive, but also an alcoholic
who expresses a vivid and avid disgust for any male who deviates from the
traditional expressions of masculinity. In terms of the portrayal of Jason as
desirable and seductive, he is constantly described as being extremely good-
looking, sensual, and passionate, which when combined with the stereotypical
characteristics of traditional masculinity, invokes hints of the conventional
view of Latinos as ‘exotic.’ This notion of exoticism is greatly illustrated in the
last installment of the series, Rainbow Road; in which Nelson, another main
character of the story, confesses that he has “never done it with a Latino guy,”
to which Jason responds “Dude, we’re the best!” (Sánchez, 213).

Given that all of Sánchez’s current fictional work focuses on male characters,
most of whom identify themselves as gay individuals, it is only natural to
assume that ideology of masculinity bears an overwhelming presence within
the characters’ representation and construction. Thus, the emerging field of
masculine studies serves as a stable platform in which to conduct analyses
of these representations. In Reading Men Differently: Alternative Portrayals
of Masculinity in Contemporary Young Adult Fiction, Bean and Harper point
out that:

Masculine theory works to return the particularity of sex and gender to masculinity
(eliminating the universal “he”) and to challenge the privileging of particular forms
of masculinity over others, and over all that is designated feminine. In this way,
the best scholarship in masculine theory should, in our estimation, attempt to
understand and challenge patriarchal society. (14)

In light of this argument, masculine theory can possibly provide a different


insight on the representations of gay Latino characters according to gender
representations drawn from heteronormative and stereotypical values
within Latino cultures.The construction of Jason Carrillo’s characteristics
in accordance to “traditional” masculine characteristics –which include
everything from his attitudes, his perspectives, and his expectations– comes
to no surprise taking into consideration that heteronormative and patriarchal
58 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

perspectives play a prominent role within the formation of gender values


and the establishment of gender hegemony. These gender ideologies and
values permeate Latino cultures, and Oboler, during her discussion of Latino
involvement in the civil rights movement in the 1960’s, highlighted this fact by
incorporating a testimony from Pablo Guzmán, in which he discusses gender
oppression, sexism, machismo, and homophobia:

He goes on to explain that “from the time you were a kid your folks told you the
worst thing you could be was gay.” In his family, he was told that if he were to “turn
out gay,” he would be “disinherited, beat up, kick out—and my father was big, you
know, and fear...kept me from being gay....When you think about fear keeping
you from being anything, you realize there must be something wrong with it.” (55)

Notions similar to those expressed in Guzmán’s testimonial are definitely


apparent throughout the first two books of the Rainbow Boys series. Part of
what represses Jason Carrillo from initially coming out of the closet is the
fear he has of his father. Jason constantly refers to a time his father caught
him ‘fooling around’ with another boy when he was very young. The father
proceeded to beat Jason up, and threatens him by constantly affirming that
he will not live under the same roof as a maricón lives in. Jason continues
to endure his father’s threats and ridicule, until one day, he finally decides
to stand up to his demons. Jason proceeds to describe this event during a
confessional letter he wrote during the prologue of Rainbow High:

I don’t know what his problem is. It goes beyond his temper, beyond his drinking.
It’s as if someone did something to him when he was a kid and he thinks that gives
him the right to take it out on the world—especially me. But with everything going
on, I couldn’t take his beating up on me anymore. I finally stood up to him. And I
came out. You should have seen the look on his face when he heard his son was
a maricón. (Sánchez, 5)

After Jason’s coming out fiasco in Rainbow Boys, what immediately became
apparent was the fact that the characteristics that defined him as a traditional
male, and particularly the characteristics that defined him as a member of
a Latino community, were seriously toned down throughout the remainder
of the series. Although at times he demonstrates spurts of characteristics
stereotypically attributed to traditional “alpha-males,” such as a strong temper
and character, he becomes what I like to dub as a Latino in name only. This is
particularly true during the last two installments in the book, in which Jason’s
sense of Latino-ness is only perceived via his surname, his scarce usage of
Spanish euphemisms such as maricón, and the tongue in cheek comment he
makes of Latinos being great in bed.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 59

At first, this sense of white-washing the Latino character may seem like
a cheap ploy to make the character more accessible and marketable to a
“mainstream” Young Adult audience, but careful analysis of the characters’
construction and representation may reveal otherwise. One ultimately deduces
that the more Jason seems to immerse himself within the gay community, the
more he seems to lose those overt characteristics and references that define
him as a Latino teenager. Mark Akerlund and Monit Cheung, who conducted a
study on gay and lesbian issues among African Americans, Latinos, and Asian
Americans, point out that “even if the coming-out process is portrayed as a
positive step for gay men and lesbians, it is always perceived as a difficult process
for people of color to form a healthy gay/lesbian identity while simultaneously
maintaining a positive ethnic identity” (279). There is a completely different side
of the spectrum revealed when taking into consideration the repressed lives
that gay Latinos live through this very day, and the fact that heteronormative
values play a large role within these communities due to religious and
patriarchal influences. It seems as if Latino characters, as exemplified by the
case of Jason Carrillo, must negotiate between their identity as members of
the GLBTQ community and as members of a particular Latino community. If
unable to achieve a balance between these two identities, it is only natural to
assume that one identity will dominate, and perhaps eradicate, the other.

Most of Sánchez’s Latino gay characters fully embody this struggle between
their identity as gay young adults and as Latinos. This struggle is not only
demonstrated by the difficulty these characters have in terms of coming out to
their families, but it is also directly portrayed by their own difficulties of admitting
or succumbing to their desires, or their overall attitudes toward “deviant” forms
of sexuality. Though Rainbow Boys’ Jason Carrillo faces these conflicts in a
very subtle fashion throughout the series, Sánchez’s later novels Getting It and
The God Box fully tackle this issue head-on. While the former focuses more on
the conflict between homosexuality and the patriarchal/chauvinistic attitudes
in Latino cultures, the latter centers more on the heavy conflict between the
Christian faith that predominates Latino cultures and sexuality.

One of the most noticeable differences between Rainbow Boys and


Getting It is that while Latino culture is only hinted at via the life of the main
character Jason Carrillo in the former, it is fully imbued within the plot, setting,
and characters in the latter. The presence of Latino culture within Rainbow
Boys is made apparent with elements such as the character’s last name, his
use of a couple of Spanish words (particularly maricón), and obviously, his
self-referentiality as a Latino teen. On the other hand, most of the characters
from Getting It have Latino surnames, and the novel is richly interwoven
60 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

with various Spanish words and phrases. As a matter of fact, the amount of
Spanish terminology in the novel is so significant, that the author includes a
small glossary section at the end of the book so the reader can be aware of the
meaning of Spanish words that are not defined in the main text.

Getting It focuses mostly on the character known as Carlos Amoroso, a


straight, fifteen year-old, teenager who becomes inspired by an episode of
the reality show Queer Eye to seek the help of Salvador “Sal” Encarnación, a
gay senior who studies in Carlos’ high school. Queer Eye focuses on a group
of five gay men who “make-over” a straight man, offering him advice in areas
such as fashion, cooking, decorating, culture, and grooming. The straight man
in the show usually engages in this make-over with the purpose of impressing
a girlfriend, fiancée, or group of friends. Carlos proceeds to ask for Sal’s to
help him improve his lifestyle in order to attract the attention of his crush,
Roxana Rodríguez. After promising to assist Sal with the establishment of a
gay-straight alliance club in school, Carlos becomes Sal’s apprentice in the
world of fashion, beauty, and relationships. Though the plot may at first seem
superficial and stereotypical, Carlos and Sal actually develop a tight friendship
that is constantly being challenged by the homophobic atmosphere present
within their community.

Interestingly, Sal is not the protagonist of Getting It, yet his role within the story is
of the utmost importance throughout its development. Sal metaphorically represents
the blurring of the boundaries that exist between Carlos’ perception of the Latino
community and his preconception of the homosexual community. Inevitably, the
construction and representation of the main Latino gay character in this novel take
place according to the judgments and perceptions of its protagonist, Carlos; thus,
the representation of this character is ultimately controlled by Carlos depiction of
Sal, especially when considering that the novel is told from the protagonist’s limited
third-person viewpoint. Dawn Savage, in her study on homosexual themes, issues,
and characters, points out that when an author includes a gay protagonist in a novel,
it is with the purpose of giving the reader insight into the trials and social issues gay
teenagers must face; on the other hand, when homosexuals are used as secondary
characters, they usually are very stereotypical, and it creates a distance from
homosexual issues by portraying them “through the eyes of a heterosexual” (29).

Though Savage’s claims may initially seem quite troubling in terms of


the portrayal of gay characters according to the preconceptions of a straight
character, Sánchez’s Getting It seems to be quite aware of this fact. Not only
does the novel seem to be aware of it, but it actually takes advantage of it.
There are various cues that Carlos was raised in a deeply homophobic and
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 61

patriarchal Latino environment. An example of this notion can be observed


when Carlos asks his father if he knew a gay person, to which his father
responds “Why would I?” Soon after, the narrator discloses the following
passage, which offers insight into the homophobia present during Carlos’
upbringing: “His pa often got macho that way –like the time his ma had tried to
teach Carlos how to resew a loose button on a shirt, causing his pa to protest,
‘You trying to turn him into a girl?’” Recalling that, Carlos decided best not to
mention Sal” (Sánchez, 16).

It is obvious that Carlos is ashamed of mentioning his gay friend to his father
due to the negative views of traditional feminine-oriented activities that his father
fostered. Thus, one can observe how traditional masculinity is privileged over
other embodiments of masculinity, and furthermore, one can deduce that the
presence of the feminine within a male is viewed as a corruptive force of this
supremacy. In addition, it also leads to the development of stereotypical and
ideological views of what is to be expected in “deviant” expressions of masculinity.
This notion is evidenced in an instance where Carlos begins stalking Sal in order
to ask for his advice, and out of the blue, Sal tackles Carlos and questions his
motives. The narrator then points out that “Carlos gazed up at Sal, confused by
the situation. If Sal were gay, why wasn’t he acting weak and girly? What if he
wasn’t gay? Clearly, Sal could beat the caca out of him” (Sánchez,19).

The reader begins to see how Carlos’ judgments and preconceptions of gay
men are shattered once he begins forming a bond with Sal. “His pa glanced
up from his watch at Carlos’s pink shirt and jean jacket. ‘What’re you wearing?
You look like a maricón.’ Carlos cringed –not so much because his pa called
him a, but because beside him stood Sal” (62). We see that though Sal is
described and represented according to the perspective of Carlos, there is a
positive metamorphosis of his overall attitudes towards homosexual men. As a
matter of fact, this transformation of attitudes is so strong, that Carlos eventually
runs the first gay-straight alliance meeting in his high school. Thus, though the
Latino gay character is ultimately represented according to the perspective of a
straight character, this representation serves a purpose that aims to create an
emancipatory effect not only for readers, but specifically, readers who belong
to communities similar to the one projected throughout the novel.

Sánchez’s other novel, The God Box, takes the struggle between ethnic
identity and gay identity a step further, in which we see the portrayal of a Latino
character who must not only suppress his identity as a gay male, but also his
identity as a Latino, to live in peace. This novel narrates the account of Pablo,
a Mexican-American teenager who prefers to be known as Paul amongst his
62 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

peers, due mostly to the fact that he is ashamed of his Hispanic heritage. Pablo
also seems to be having issues dealing with his emerging attraction towards
men, especially since he is a devout Christian, and is attending a school which
is predominately overruled by the Catholic faith and a Latino environment.
When Pablo meets a new student named Manuel Cordero, who happens to
be an openly gay Hispanic and also a Christian, Pablo begins to question how
someone can live at peace when his sexual and religious beliefs clash against
one another. After dealing with issues such as homophobia, gay-bashing,
and machismo, Pablo embarks on an extremely difficult journey towards self-
discovery, love, and more importantly, self-acceptance.

Throughout the novel, one can observe that Paul is constantly having
sexually-natured dreams with other boys, a fact that deeply disturbs him
mostly because the Catholic ideology that guides his life ultimately condemns
the “lifestyle” projected by his dreams. In a particularly interesting section of
the novel, Paul seeks advice from a middle-grade health book, where he reads
a passage that indicates that is perfectly natural for boys to feel attraction to
other boys during puberty, but that this is simply a phase that wears off as boys
continue to mature. After reading that passage, Paul goes on to state that he
“drank from that promise like from some spring in a desert of doubt. And just as
[he had] tried to bury the fact that [he] was Mexican, [he] stuffed the possibility
[he] might be gay into a box deep inside [his] heart” (9).

Interestingly, while Paul focuses his energy in suppressing his ethnicity


and his sexual desires, Manuel does the exact opposite: not only does he
flaunt his sexuality unabashedly, but he also flaunts his Mexican heritage; in
other words, he seems to be an exception to the tension between sexuality
and ethnicity that was discussed earlier. In due course, Paul immerses himself
into a complicated struggle between his Mexican identity, his religion, and his
sexuality, and Manuel ultimately becomes the guide that helps Paul cope with
these opposing forces. Paul eventually develops feelings for Manuel, yet right
when they are about to seal the deal with a kiss at a movie theater, Paul’s fear
takes over him, and he runs away, leaving Manuel behind.

After Paul runs away, Manuel becomes a brutal victim of gay-bashing,


and is left in a coma for several weeks. The fact that Manuel was gay bashed
becomes a very suggestive element within the novel, opening the possibility of
Manuel having to face some sort of retribution for embracing his Latino identity
while succumbing to his “deviant” sexual desires. Even more so, this element
can also be interpreted as an embodiment of martyrdom, in which the only way
Paul is going to come to terms with the existent tension between his cultural
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 63

and sexual identity is through Manuel’s close encounter with death. As can
be expected, the gay-bashing becomes the pushing force that moves Paul to
come out to his closest friends and family. This magically becomes the element
which begins to stir Manuel during his coma, and eventually, he awakens to
be kissed by his Prince Charming, Paul. This awakening also represents the
symbolic awakening of Paul’s sexual identity, and even more surprisingly, his
ethnic identity as illustrated in the following passage: “I’ve started going by Pablo
once more, instead of Paul, and I’ve started speaking Spanish again. Those
are small steps in reclaiming my Mexican heritage, but huge pieces in making
me whole” (Sánchez 247). Though the novel does end with what many deem
a happy ending, it is somewhat concerning to see that a price had to be paid
in order for the struggle between Latino and gay identity to achieve equilibrium.

Sánchez’s work, in essence, consists of elements that at times can be quite


paradoxical and baffling: it promotes emancipation by creating boundaries, it
portrays redemptions delivered through retributions, and it at times, celebrates one
identity by masking another. Yet, one must admit that if it were not for the presence
of his novels, the representation of Latino gay communities in Young Adult literature
would be seriously diminished; one can go as far as to say that it would be virtually
non-existent. In most, if not all of Sánchez’s work, Latino gay characters seem to
always struggle in terms of defining and intermingling their respective identities as
Latinos and as homosexual men, or they simply struggle to have a voice in a world
that metaphorically tries to keep their mouths covered.

Gay Young Adult guru Michael Cart argues that even though gay Young Adult
literature generally deals with the topic of coming of age, GLBTQ literature “needs to
be... more than a literature confined to coming out” (1356). However, the ideologies
of the closet, suppression, and intolerance continue to propagate their presence
within Latino cultures, and although many argue that coming out, the struggle
between the individual and society, and the self-discovery of gay identity are “tired”
plots within the literature, this notion can be contested by the realization that the
representation of these processes within the genre is overwhelmingly influenced
by social, cultural, and racial factors. Thus, it can be suggested that the depiction
of the turbulent relationship between Latino gay identity and homosexual identity
seems to be overshadowed by the ostensibly progressive perspectives of gay males
portrayed in novels with white middle- or upper-class protagonists.

How can gay literature with minority characters evolve and “come of age” when
the characters haven’t even come out of the closet, or live in societies in which they
still struggle to achieve harmony between their sexual/emotional desires and the
hegemonic influence of their respective societies? It may seem a tad bit idealistic,
64 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

but Sánchez’s work, despite its minor flaws, has provided the desperately needed
impetus to begin achieving a different perspective of el maricón.

WORKS CITED AND CONSULTED

Akerlund, Mark, and Monit Cheung “Teaching Beyond the Deficit Model:
Gay and Lesbian Issues Among African Americans, Latinos, and Gay Asian
Americans.” Journal of Social Work Education 36.2 (2000): 279-293. Academic
Search Complete. EBSCO. Web. 13 Dec. 2009.

Bean, Thomas W. and Harper, Helen. “Reading Men Differently: Alternative


Portrayals of Masculinity in Contemporary Young Adult Fiction.” Reading
Psychology 28 (2007): 11-30.Cart, Michael. “Gay and Lesbian Literature Comes
of Age.” Booklist 101.15 (Apr. 2005): 1356. Academic Search Complete. U of
Puerto Rico Lib. Mayagüez, PR. 20 Sept., 2009. <http://search.ebscohost.
com>

Cart, Michael and Christine Jenkins. The Heart Has Its Reasons: Young
Adult Literature with Gay/Lesbian/Queer Content, 1969-2004. Maryland: The
Scarecrow Press, 2006.

Crisp, Thomas Bryan. “Re-reading Rainbow Boys: Romance, Repression, and


Representation.” Diss. Michigan State University, 2008. Dissertations and Theses.
U. of Puerto Rico Lib. Mayagüez, PR. 16 Sept 2009. <http://www.proquest.com>.

Hartinger, Brent. “Ask the Flying Monkey! (October 5, 2009).” AfterElton.com. 4


October 2009. Web. 6 December 2009. <http://www.afterelton.com/askmonkey/10-
05-2009?page=0,2>.

Jenkins, Christine. “From Queer to Gay and Back Again: Young Adult Novels with
Gay/Lesbian/Queer Content, 1969-1997.” Library Quarterly 68.3 (1998): 298-334. 8
Sept 2009. <http://people.lis.illinois.edu/~cajenkin/papers.html>.

Oboler, Suzanne. Ethnic Labels, Latino Lives: Identity and the Politics of (Re)
Presentation in the United States. Minneapolis: University of Minnesota Press,
1995.

Sánchez, Alex. Getting It. New York: Simon and Schuster Books for Young Readers,
2006.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 65

---. Rainbow Boys. New York: Simon & Schuster Books for Young Readers, 2001.

---. Rainbow High. New York: Simon & Schuster Books for Young Readers, 2003.

---. Rainbow Road. New York: Simon & Schuster Books for Young Readers, 2005.

---. The God Box. New York: Simon & Schuster Books for Young Readers, 2007.

Savage, Dawn. “Homosexual Themes, Issues, and Characters in Young Adult


Literature: An Overview.” Indiana Libraries 23.2 (2004): 29-33. Print.

Note

There has been much debate in terms of the order of the abbreviations that
are used in the acronym GLBTQ, and it is clear that the order of the acronyms
is clearly a personal choice. It is often said that such acronym should be
written as LGBTQ in order to highlight the fact that lesbians are still marginally
represented within the community, and to some extent, overshadowed by gay
men. For this study, the term GLBTQ will be employed chiefly because this
essay is primarily focused on gay (male) characters and Latino identity in Alex
Sánchez’s novels. In addition, Cart and Jenkins (2006) also employ this order
because they want to acknowledge that the gay rights movement began with
the initiative of gay men during the 1969 Stonewall Riots.
CÓMO RESPONDER A LOS ATAQUES DESDE LO
RELIGIOSO SIN SER EXPERTO(A)

Ángela I. Figueroa Sorrentini

El taller fue diseñado para personas LGBTT y aliadas interesadas en


mejorar su capacidad de respuesta a la homo/lesbo/bi/trans fobia religiosa.
Consideramos importante esta capacidad de respuesta por el impacto del
discurso religioso en la homofobia cultural, institucionalizada e internalizada,
que propician tanto la discriminación como los crímenes de odio, los problemas
de auto valoración, lo mismo que las conductas autodestructivas y los suicidios.

Nos planteamos dos objetivos: (1) familiarizar a las y los participantes


con tres estrategias de respuesta a los ataques y comentarios HLBT-fóbicos
que se escudan en la Biblia y “la palabra de Dios” y (2) proveer claves para
deconstruir diversos pasajes.

Las tres estrategias abordadas fueron, en su orden: (1) Enfoque en los


derechos humanos y el estado laico (perspectiva desde la cual es irrelevante
lo que diga –o se alegue que dice– un texto religioso), (2) Desautorización
de la Biblia como “palabra de Dios” y (3) Claves para la deconstrucción de
los pasajes generalmente citados por los fundamentalistas para justificar su
homofobia e incorporación de pasajes gay positivos nunca citados por estos.

La participación de las y los asistentes era crucial, especialmente para el


éxito de la 2da estrategia. Una asistencia mucho mayor de la prevista (alrededor
de 70 personas) requirió más tiempo del asignado en la planificación para esta
parte del taller. En consecuencia, no pudimos abordar la 3ra estrategia más
allá de algunas generalizaciones y el ofrecimiento de enviar la presentación
y otros materiales a quienes lo solicitaran. El hecho de que 27 asistentes lo
solicitaran es un indicio del interés en el tema y la necesidad de este tipo de
trabajo.

El punto medular de la 2da estrategia fue llevar a las y los participantes


a descubrir por sí mismos que la Biblia no puede ser obra del dios de los
creyentes. Solicité que describieran a Dios y, en el caso de personas no
creyentes, que señalaran las propiedades y atributos de Dios de acuerdo
68 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

con los creyentes. Posteriormente les pedí que indicaran las características
que debería tener un libro escrito o inspirado por un Dios tal cual lo habían
descrito. Resaltaron en las respuestas del público: un libro perfecto, sin
error alguno, un libro lleno de amor y bondad, lleno de sabiduría y una guía
para la salvación. Pasamos entonces a leer pasajes de la Biblia que dan
respuestas contradictorias a una misma pregunta, por ejemplo, cuántos son
los mandamientos del Señor, cuándo, dónde y cómo murió Judas, quién incitó
a David a hacer un censo de Israel y si Yahvé prohíbe o no matar. De este
modo constataron que la Biblia no es un texto perfecto, sin errores.

Instamos a las y los participantes –y a ustedes lectores– a tomar el


ejercicio como guía para ejercicios similares que dejan al descubierto que
la Biblia justifica muchas instancias de violencia y crueldad e incluye un
dios iracundo y vengativo –lo contrario al despliegue de amor y bondad
que esperaban encontrar, que la Biblia está atravesada de supersticiones,
simplismos e ignorancia– tanto más que lo que pueda contener de sabiduría–
y, finalmente, que no provee una guía para la salvación –suponiendo que tal
cosa existiera– porque sus normas van de lo vago a lo trivial y absurdo a lo
francamente contradictorio. En síntesis, esta estrategia posibilita que cualquier
persona medianamente razonable arribe al convencimiento de que la Biblia
no tiene ninguna de las características previsibles en una obra atribuida
por las creyentes a su dios. Nos permite separar la creencia en Dios de la
creencia en la Biblia como la palabra de Dios. La pregunta obligatoria y rica en
posibilidades se convierte entonces en: suponiendo que dios existe, ¿cómo
saber cuál es su voluntad?

La 3ra estrategia, poco desarrollada en el taller, se enfoca en las claves


para la deconstrucción de los diferentes textos a menudo citados para validar
la existencia del dios homofóbico. Por claves me refiero a tipos de problemas
que trazan líneas para la deconstrucción de la homofobia fundamentada en la
Biblia: (1) problemas de traducción, (2) formar parte del Viejo Testamento, (3)
cambios posteriores en los textos, (4) cambios posteriores en la interpretación
de los textos, (5) falacias lógicas y (6) pasajes sacados fuera del contexto
narrativo y/o sociocultural. Esta estrategia mejora la capacidad de respuesta
a las citas lapidarias que nos disparan como municiones porque las claves
facilitan la recolección de la línea o líneas de deconstrucción. Por ejemplo:
Para desmantelar “No te echarás con varón como con mujer; es abominación.”
se usan las claves 1, 2, y 6: abominación es la traducción de “to’evah” algo
ritualmente impuro, no de “zimah” (pecado o maldad); es un pasaje del Levítico,
libro del Viejo Testamento (VT), por tanto irrelevante para las y los cristianos y,
quienes esgrimen la cita, excluyen convenientemente los versículos anteriores
69 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

y posteriores que condenan muchísimas prácticas comunes hoy día entre


cristianos. Un segundo ejemplo: “Dios odia tanto la homosexualidad que
destruyó a Sodoma y Gomorra por el crimen de los sodomitas.” se desarticula
con las claves 2 y 4: La historia está contenida en Génesis, libro del VT que
representa el viejo pacto de Dios con los judíos, el cual no es válido para los
cristianos y durante siglos la iglesia interpretó el crimen de Sodoma y Gomorra
como la falta de hospitalidad y solidaridad con los más vulnerables. De hecho,
no fue hasta el S. XI que se identificó el sexo entre hombres como el pecado
de Sodoma.

Finalmente, un punto en agenda que no llegamos a abordar por falta de


tiempo, es el de los pasajes gay positivos en Samuel I y II, los mensajes
afirmativos para todo creyente en las epístolas así como las ausencias
significativas –las más destacadas la no inclusión de la prohibición del sexo
entre personas del mismo sexo entre los 10 mandamientos y el silencio
absoluto de Jesús sobre el tema.

No podemos darnos el lujo de seguir ignorando la homo/lesbo/bi/trans


fobia religiosa. Lo hemos hecho por mucho tiempo y eso les ha permitido a
los predicadores del odio ganar mucho terreno en el seno del pueblo y en el
Estado. Tenemos que salirle al paso: creyentes y no creyentes. Si provoqué
con el taller y estas líneas la decisión en algún@s de romper el silencio ante
los ataques religiosos, amén.
REASIGNACIÓN SEXUAL: HALLAZGOS PRELIMINARES EN
UNA MUESTRA DE TRANSEXUALES (HOMBRE A MUJER)
PUERTORRIQUEÑAS

Sofía González Rivera


Psicóloga

Sarah M. Malavé Lebrón


Universidad de Puerto Rico en Cayey

En esta ponencia discurriremos sobre la reasignación sexual. También


presentamos algunos resultados preliminares de un estudio dirigido a explorar
las experiencias en este proceso de un grupo de transexuales puertorriqueñas
(hombres biológicos con identificación femenina, MIF). Comenzaremos por
definir la transexualidad, no como una psicopatología, sino como una realidad
humana, que precisa de ciertos servicios de salud; una expresión más de la
diversidad de la especie que se caracteriza por la discrepancia entre el sexo
anatómico y la identidad de género. El sexo, prominentemente biológico, es
la asignación dada en el momento del nacimiento en función de los genitales
(macho, hembra o intersexual), mientras que la identidad de género es la
convicción individual de ser hombre, mujer o ninguno de los dos (Barrios &
García, 2008).

El transexualismo no es un asunto novel en la historia de la humanidad. Sin


embargo, no fue hasta la década del cincuenta que comenzó a generalizarse la
expresión “transexual” para calificar aquellos individuos que ansiaban o vivían
de acuerdo a las normas socialmente establecidas para el género opuesto a
su sexo biológico, independientemente de que hubieran iniciado el proceso
de reasignación sexual (Harry Benjamin International Gender Dysphoria
Association, 2001). Para 1980 el Manual de Diagnóstico Estadístico (DSM-
III) incorporó el transexualismo como enfermedad mental. Catorce años más
tarde el término transexualismo fue sustituido en el Manual de Diagnóstico
Estadístico (DSM-IV, 1994) por el trastorno de identidad de género (TIG). En
la actualidad, el International Classification of Diseases-10 (ICD-10) conserva
el término bajo la sombrilla “desórdenes de identidad sexual”. Al igual que el
“trastorno de identidad de género”, que se mantiene en el DSM-IV-TR (2000),
72 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

se usa para etiquetar aquellos que muestran el deseo de vivir como miembros
del sexo opuesto o de adquirir su aspecto físico ya sea con tratamiento
hormonal o quirúrgico (American Psychiatric Association, 2000; Sociedad
Española de Endocrinología y Nutrición, 2002).

De esta forma, el discurso médico pauta la forma “correcta” en la que se


debe vivir el cuerpo. Siguiendo la ideología heterosexista, esta perspectiva
descarta el reconocimiento de la pluralidad y la diversidad y como señala
Fischer (2003, p. 22): “a partir de una visión simplista, dicotómica, de una
lógica binaria, produce un modelo y un deseo de verdad.” Contrario a lo que
puedan pensar algunos, el conocimiento médico no es una colección de
saberes desligado de las fuerzas políticas e históricas. Las construcciones
ideológicas del género, la orientación sexual y la identidad sexual no están
desvinculadas de las estructuras de poder, sino que desde allí los “expertos
del conocimiento” definen e imponen significados vinculados a los discursos
socio-culturales hegemónicos. Así, la transexualidad se concibe como una
patología con una etiología indeterminada; reforzándose de este modo el
tratamiento discriminatorio de aquellos clasificados bajo esta rúbrica (Carter,
2006; Hooley, 1997; Monro, 2000).

No obstante, la clasificación de la transexualidad como nomenclatura


psiquiátrica ha sido cuestionada por autores como Flemming, Mac Gozan
& Salt (1984; citados en Mindence & Hargreaves, 1997) que puntualizan en
la carencia de investigaciones comparativas entre los procesos cognitivos
y emocionales de la población que nos ocupa y aquellos “otros” que desde
la perspectiva médica son “sexualmente normales”. Conjuntamente, la
asociación entre psicopatología y transexualismo parece estar supeditada a
los instrumentos de medición utilizados. La posibilidad de hallar vínculos entre
ambas es mucho mayor si se utilizan pruebas proyectivas en lugar de pruebas
psicométricas. Aunque los resultados todavía no son concluyentes, muchos
estudios psicométricos no han hallado conexiones entre la transexualidad
y trastornos psiquiátricos primarios (Mindence & Hargreaves, 1997). En las
conclusiones de su estudio con 164 transexuales, (117 hombre-a-mujer
y 47 mujer-a-hombre ), Gómez (2006) sostiene que en concordancia con
investigaciones previas la prevalencia de depresión mayor recurrente, el
trastorno bipolar o el trastorno obsesivo-compulsivo no era mayor entre los
transexuales de su muestra que en la población general. Los trastornos
psiquiátricos con mayor prevalencia entre sus participantes fueron los
trastornos por uso de sustancias, los trastornos de ansiedad (principalmente
fobia social) y los afectivos (con predominio del trastorno de la adaptación). Al
igual que otros investigadores, Gómez (2006) concluye que tales condiciones
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 73

son probablemente resultado de la transfobia a la que se enfrenta diariamente


esta comunidad.

La reasignación sexual, comúnmente conocida como el “cambio de sexo”,


busca alinear la identidad de género con el sexo biológico para el mejor
bienestar del individuo. Ser miembro del género al cual sienten pertenecer
y, por ende, lograr ser aceptado social y legalmente en dicho género son las
motivaciones que subyacen a la decisión de iniciar el proceso de reasignación
(Gómez, Peri, Andrés, de Pablo, 2001). Las estadísticas sobre este proceso
brindadas por el Manual de Diagnóstico Estadístico (DSM-IV-TR, 2000) son
limitadas. De acuerdo al DSM - IV-TR, uno de cada 30,000 hombres y una de
cada 100,000 mujeres desean tratamiento quirúrgico. En términos generales,
la proporción es de 3:1, con más varones biológicos que buscan la cirugía.
Según la Asociación Harry Benjamin entre 3,000 y 6,000 estadounidenses
recibieron algún tipo de tratamiento asociado a la reasignación sexual
(intervenciones quirúrgicas y/o tratamiento hormonal) para 1985. Datos
recopilados en Suecia entre 1972 y 1992 han estimado la demanda para la
reasignación sexual en .17/ 100,000 en la población mayor de 15 años, siendo
la razón hombre/mujer de 1.4/1 (American Psychiatric Association, 2000;
Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, 2002).

El proceso de reasignación sexual requiere la confirmación de la


transexualidad por un especialista en comportamiento humano debidamente
adiestrado en el área, exámenes médicos para evaluar la salud física de
la persona, hormonación, modificaciones externas y de órganos internos,
experiencias en el género deseado y seguimiento postoperatorio. No se trata
de una mera intervención estética, sino de una terapia dirigida a alcanzar la
salud plena. Como señalan Barrios y García (2008) si bien algunos elementos
de la anatomía sexual son modificables, la evidencia clínica e investigativa
acumulada hasta el momento apunta a que no es posible alterar la identidad
de género. Tan temprano como los tres años la mayoría de los niños y niñas
comienzan a identificarse con su sexo biológico. En una minoría el desarrollo
de la identidad de género sigue una trayectoria diferente. Paulatinamente, a
través del ciclo vital, los niños y las niñas transexuales adquieren la conciencia
de que su pertenencia al género opuesto a su sexo anatómico es algo sostenido
e inmodificable. Eventualmente, a través del aprendizaje de las conductas del
género con el que se identifican y de modificaciones corporales construirán una
nueva identidad social y corporal (Esteva, et al, 2006). Hay que aquilatar, sin
embargo, que es el individuo quien debe determinar hasta donde desea llegar
en el proceso. Algunas transexuales no desean intervenciones quirúrgicas
y se limitan a la terapia hormonal para lograr la alineación entre el sexo y su
74 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

identidad de género. No todas las personas aspiran o son candidatos idóneos


para culminar la reasignación sexual (Harry Benjamin International Gender
Dysphoria Association, 2001).

Dado que la salud es un derecho humano, que abarca no sólo el aspecto


físico, sino también el psicológico, la reasignación sexual debe ser catalogada
como tal. La evidencia clínica e investigativa muestra que síntomas como la
cefalea crónica, problemas respiratorios y gástricos desaparecen cuando la
transexual inicia el proceso de reasignación.Tras el tratamiento de reasignación
de género se dan cambios emocionales y de adaptación positivos. El porciento
de satisfacción con la trasformación suele ser alto (Gómez, Peri, Andrés, de
Pablo, 2001).

Con respecto a la hormonación, este es un proceso con un alto grado de


seguridad si se lleva a cabo bajo una adecuada supervisión médica (Barrios
& García, 2008; Kirk, 1999; Sánchez, Sánchez & Danoff ,2009). Con todo, no
está exento de posibles complicaciones como problemas en el funcionamiento
del hígado, fatiga, dolor en las piernas, formación de piedras, erupciones en
la piel, vómitos, dolor de cabeza, hipertensión arterial, depresión, náuseas,
irritabilidad, vértigos, retención hídrica, aumento de peso, entre otros (Sociedad
Española de Endocrinología y Nutrición, 2002).

Constantemente se le obstaculiza el disfrute de una vida plena a la


comunidad transexual.Las transexuales encuentran escollos, no sólo
para obtener cuidados de salud relacionados a su transgeneridad, sino
para conseguir cuidados de salud en general. Kenagy (2005) halló que
muchas transgéneros/transexuales son discriminadas en el sistema de
salud estadounidense. Un 28% de las participantes (MIF) de su primera
encuesta afirmó que en algún momento se les negó servicios de salud por
su transgeneridad. Mientras que un 39% de los transgéneros/transexuales
(MIF) de su segunda encuesta dijo haber tenido problemas en el acceso a
por lo menos uno de estos servicios: cuidado médico general, medicamentos
recetados, cirugías relacionadas al género, consejería y cuidado dental. Por
otro lado, Sánchez, Sánchez y Danoff (2009) llevaron a cabo una investigación
con 101 participantes transgéneros/transexuales (MIF) entre los 18-67 años.
Los autores hallaron que un 33% no tenía plan médico. Sólo entre un 30 a un
40% recibía cuidado médico regular. Las principales barreras a los cuidados
de salud expuestas por las participantes eran el desconocimiento de los
proveedores sobre los asuntos relacionados a la salud transexual (32%), la
escasez de proveedores amigables y sensitivos (30%) y el costo (29%).
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 75

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN EN PUERTO RICO?

En Puerto Rico no existen datos que indiquen cuál es la prevalencia


de la transexualidad en la isla. Tampoco existen cifras sobre la cantidad de
personas que desean o se han sometido a tratamiento quirúrgico y/o hormonal.
En nuestro estudio con 31 transgéneros/transexuales (MIF), elegidos por
disponibilidad, con una edad promedio de 29 años, un 39% (12) expresó haber
tenido problemas para obtener servicios de salud por ser transexuales. Esto
coincide con los resultados de un estudio realizado por Rodríguez-Madera y
Toro-Alfonso (2003) con 50 transgéneros (MIF). Las participantes del estudio
de Rodríguez-Madera y Toro-Alfonso indicaron que el cuidado médico formaba
parte de su lista de necesidades.

Nuestros hallazgos evidencian que son diversas las barreras que detienen
a las transexuales para culminar la reasignación sexual. Un 87.1% de las
entrevistadas no se ha sometido a intervenciones quirúrgicas en los genitales
para el “cambio de sexo”. Entre las razones esgrimidas por las participantes
estaban la falta de recursos económicos, la discriminación, la posibilidad de
una disminución en el placer sexual, el miedo a afectarse psicológicamente,
la inconformidad con los resultados en sus compañeras y el no sentirse
preparadas para ese “paso”. Las operaciones a las que las transexuales en
nuestra muestra se habían sometido con mayor frecuencia eran los implantes
de seno, el ensanchamiento de caderas y las cirugías faciales. Cabe señalar
que algunas expresaron que no deseaban modificaciones quirúrgicas en
sus genitales ya que se sentían completamente satisfechas con los cambios
obtenidos a través de la hormonación.

En cuanto a este proceso, un 61 % de las transexuales que afirmaron usar


hormonas preferían el estrógeno para alcanzar los cambios físicos deseados,
especialmente pastillas. Al igual que en muchos otros países, las transexuales
puertorriqueñas se someten al proceso de hormonación sin supervisión
médica. La carencia de servicios médicos adecuados las lleva a obtener las
hormonas de fuentes no idóneas: amigos, vendedores en la calle, Internet y
en la farmacia sin prescripción médica. Muchas afirmaron conseguir hormonas
“underground”. Sobre la dosis las respuestas fueron variadas. Obtuvieron la
información sobre la dosificación en “talleres”, “a través de los consejos de una
amiga”, “consultando algún médico”, “en Internet” y por “tanteo y error” (pruebo
una y luego otra).

Estos datos presentan indicadores interesantes relacionados al proceso


de reasignación sexual en Puerto Rico. Los mismos sugieren la necesidad
76 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

de investigaciones adicionales cuyos resultados proveen información útil


para el desarrollo de programas de salud que atiendan las necesidades de
esta población. Servicios para esta población que abarque aquellos aspectos
propios de la salud transexual evitaría el autotratamiento, favorecería cambios
emocionales positivos y mejoraría la adaptación social.

REFERENCIAS

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of Mental Disorders (4a. ed., text revision) Washington, DC, EE. UU. : Autor.

Barrios, D. & García, M. (2008). Transexualidad: la paradoja del cambio.


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Esteva, I., Gonzalo, M., Yahyaoui, R., Domínguez, M., Bergero, T., Giraldo,
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identidad sexual: Aspectos epidemiológicos, sociodemográficos, psiquiátricos
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Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association (January-March,


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wpath.org/journal/www.iiav.nl/ezines/web/IJT/97-03/numbers/symposion/
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Kenagy, G. (2005). ‘Transgender Health: Findings from Two Needs Assessment


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Identidad de Género. Guía para el Diagnóstico y Tratamiento”. Disponible en
www.carlaantonelli.com/ Guia_clinica_SEEN.doc
DESEMPACANDO LAS MALETAS PA’ QUE TOMEN LO
QUE SIRVA

Descarga de Ángela Iris Figueroa Sorrentini

No vengo a presentarles una ruta o estrategia para la consecución de


nuestros derechos.Toda opresión se vive subjetivamente en un cuerpo
concreto, que nunca es sólo un cuerpo de lesbiana o de transexual, intersexual,
bisexual, transgénero, gay, queer o questioning. Cada cuerpo es el punto
de intersección de innumerables estatuses significados socialmente, unos
dominantes, otros subordinados, y debemos resistir todo intento de establecer
agendas para “el movimiento” que no pasan por procesos participativos
porque –independientemente del grado de conciencia o de la intencionalidad–
se termina por privilegiar las problemáticas, necesidades y aspiraciones de
quienes elaboran las agendas.

Ejemplos sobran. El VIH/SIDA se convirtió en los 80 en los Estados Unidos


casi en sinónimo de gay y no fue sólo por el discurso aberrante de sectores
religiosos ultra conservadores, sino por el protagonismo que adquirieron
dentro del movimiento LGBT hombres gay privilegiados en muchos sentidos,
quienes nunca habían tenido participación ni interés en luchas sociales
hasta que se enfrentaron a una epidemia de salud pública que amenazaba
sus vidas. No critico su tesón en encausar las energías y recursos de todo
el movimiento LGBT a su causa, no la mía ni la de las lesbianas, quienes,
si fuésemos a seguir la lógica religiosa fundamentalista que identifica al
SIDA como castigo divino, tendríamos que concluir que somos el pueblo
escogido por dios, sino que llamo la atención al peligro siempre presente
de estos sesgos donde, para seguir con este ejemplo, las lesbianas fuimos
solidarias con los hombres gay en la denuncia y la exigencia de que el
gobierno brindara los recursos necesarios para la investigación, tratamiento
y servicios de apoyo relacionados al VIH/SIDA, fuimos la primera línea de
apoyo en el cuidado y atención personal de muchos hombres gay con SIDA
y, sin embargo, nunca contamos con un posicionamiento del movimiento gay
ante problemas que nos afectaban muchísimo más que el VIH/SIDA como el
cáncer de mamas, la violencia contra la mujer y el acoso sexual. Y voy más
allá para que no quede como un problema de sexo-género: las conquistas
80 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

obtenidas a través de estas luchas de hombres y mujeres beneficiaron de


manera desproporcionada a los hombres gay privilegiados por razón de raza/
etnia, clase social y nacionalidad, entre otros. Hombres gay afro americanos,
latinos, nativo americanos, inmigrantes, pobres, de áreas rurales y de pueblos
pequeños y mujeres transexuales han tenido que dar sus propias batallas –las
siguen dando en la actualidad– para recibir beneficios de esas conquistas que
ayudaron a obtener con sus luchas en torno al VIH/SIDA desde los 80.

Hablaré desde mi experiencia. Sucesos y hechos que he archivado en mi


disco duro –siempre necesariamente a posteriori y de manera selectiva– tal
como los he vivido, pensado, organizado, interpretado y reinterpretado a través
de los años, dado quien soy, que es, a su vez, una entidad dinámica moldeada
por las circunstancias de mi nacimiento –país, época, familia, clase social,
sexo, raza– y por la experiencia. Compartiré con ustedes ideas que pudieran
servir, o no, para nuestras luchas presentes y futuras. Eso lo determinarán
ustedes; cada una y cada uno se llevará de aquí lo que le sirva.

Comencé mi activismo LGBT en la década de los 80, pero ya era en


ese tiempo una veterana de las luchas populares. Mi activismo comenzó
en la Escuela Superior Hostos y continuó en este recinto –independencia,
socialismo, reforma universitaria, contra la presencia del ROTC en la
Universidad, la Guerra de Vietnam y un largo etcétera de luchas que
apasionaron a la juventud socialmente comprometida de la época. En 1966, a
los 18 años, tras mi expulsión de este Recinto, me fui a vivir a Panamá donde
de inmediato me inserté en las luchas populares. Ante el golpe militar del 68 en
Panamá, opté por la lucha armada. Felizmente tuvimos que abortar los planes
para el establecimiento de la guerrilla antes de verme en la disyuntiva de
morir o matar. Menciono esta historia y voy ahora más atrás porque les debo
información que les permita entender el proverbial where I’m coming from.

Nací en 1948, hija de jíbaros católicos que no llegaron a completar la


escuela primaria y migraron jóvenes al pueblo; Cruz Antonio dedicado al
comercio informal, Iris María al trabajo doméstico no remunerado. Éramos
pobres aunque no lo sabíamos entonces porque no teníamos nada con qué
compararnos.

Mi mundo estalló cuando mi madre murió y fui enviada a Nueva York con
familiares maternos a quienes apenas conocía. El maltrato de todo tipo pasó
a formar parte de mi vida cotidiana por los próximos tres años. A los nueve
años regresé a vivir en la isla y al poco tiempo descubrí que en Puerto Rico
mandaban “los americanos”. La conexión fue inmediata, visceral: Puerto Rico
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 81

estaba como yo había estado los tres años anteriores, a la merced de alguien
más grande que usaba su poder con maldad y alevosía. No que me viera a
mí o a mi patria como unas pobres desvalidas. Al contrario, ambas éramos
guerreras. Cuando al poco tiempo de regresar a Puerto Rico se me acercó un
día el hermano de mi madrastra, con la intención de pegarme, agarré un palo
de los que entonces se usaban para poner el mosquitero en la cama y, lista
para convertir mis palabras en hechos, le advertí que se lo rompería encima
si se acercaba más. En esa acción a los 9 años, decidí que ya estaba bueno
de abuso, que jamás me dejaría poner una mano encima sin dar la pelea. Y
estaba convencida que Puerto Rico tenía esa misma capacidad y vocación,
pero los adultos me insistían que la lucha sería tan desigual y condenada
al fracaso, que nadie en su sano juicio la intentaría. Por eso cuando en el
58 oí hablar de Fidel y el 26 de julio fue amor a primera oída. Los barbudos
cubanos eran prueba viviente de que un pueblo pequeño podía levantarse
en armas y derrotar a un enemigo superior en números y armamentos. Si los
cubanos podían, nosotros también. La esperanza me llevó al amor, el amor a
la ideología, y esta me enseñó el lenguaje con el cual repensé a Cuba, Puerto
Rico, al mundo y a mí misma.

No exagero al decir que la Ángela Figueroa cuya vida giraba en torno a su


compromiso con el cambio social nació con la Revolución Cubana. Cuba me
mostraba el futuro promisorio sin la explotación inmisericorde del capitalismo,
la agresión imperialista o el anquilosamiento burocrático de los regímenes
socialistas europeos. Esto último era importante porque no quería revoluciones
sin risa, música y amor. De hecho, los enjundiosos análisis teóricos haciendo
gala del dominio de la economía política y el materialismo histórico y dialéctico
con que muchos que me conocieron entonces aún me asocian, fue una capa
que se agregó con la ideología y la pendejitud de la adultez temprana. Era el
humanismo y no la teoría del valor-trabajo o la dictadura del proletariado lo
que me atraía del socialismo. Ansiaba una sociedad que nos diera el espacio
para amar, crecer, soñar, crear, sin la violencia de niños abusados, mujeres
maltratadas, obreros reprimidos, países invadidos, estómagos vacíos, bebés
muriendo de diarreas por aguas contaminadas, talentos que nunca aflorarían
por falta de oportunidades. La Revolución Cubana joven, fresca, excitante,
sensual era la respuesta y yo la amaba con locura.

La historia de mi estadía en Cuba durante 7 meses en el período del 72


al 73 es la historia de una desilusión creciente que comenzó el mismo día
de mi llegada. La Cuba real me abrió los ojos bruscamente y acaparó tanto
espacio en mi psiquis, que ya no había cabida para la Cuba de mis ensueños
y fantasías marxistoides. No significa que rechacé la revolución cubana de
82 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

inmediato, pero se inició el proceso que me llevaría en el transcurso de la


próxima década al rechazo paulatino de la revolución cubana, la lucha
armada, el legado leninista, el socialismo realmente existente, el dogmatismo
y la búsqueda de modelos universales de cambio social.

Pero no tomé el camino fácil del cinismo ni de renunciar a los ideales que
me llevaron originalmente al marxismo-leninismo. Estos seguían tan vibrantes
como siempre, pero sin dogmas, sin gurúes, sin modelos, sin pretensiones de
saber el camino ni de poseer La Verdad. Y mi radicalismo se tornó de mayor
trascendencia porque, al romper con el marxismo-leninismo y sus profundas
contradicciones entre el radicalismo político y el conservadurismo social, entre
el discurso democrático y la práctica autoritaria, entre el discurso secular y
su práctica cuasi-religiosa, entre su inclusión discursiva y su machismo
real, quedaba libre para reclamar y aplicar lo mejor de la perspectiva crítica
marxista a todos los fenómenos sociales, incluyendo las relaciones de género,
la sexualidad y las codificaciones morales.

El 1973 no sólo fue el año de mi salida de Cuba con el corazón partío y


la cabeza dándome vueltas, sino el año en que me enamoré por primera vez
de una persona de carne y hueso, no de un símbolo o de una causa. Era una
mujer y, aunque nada en mi pasado me preparaba para ello, el sentimiento era
tan genuino y embriagador que no le opuse resistencia. Encontrarla y perderla–
nada menos que al prejuicio patético de seres de este siglo que ridiculizan las
cosas de sus padres como “cosas de viejos”, pero repiten con solemnidad
y convicción las babosadas de judíos errantes de miles de años atrás, y al
otro prejuicio no menos patético de los que arremeten contra “el opio de las
masas”, pero en cuestiones de amor y sexo ponen a un lado el materialismo
histórico y dialéctico en favor de las diarreas mentales recogidas en el Código
de Levítico o de las epístolas de Pablo– puso en marcha procesos que me
transformarían de manera radical e irreversible.

Es pues en la década de los 80 que se produce un redireccionamiento de


mi activismo que se alimenta de mi experiencia y desencanto con el socialismo
realmente existente, la negativa tanto a seguir el espejismo del “verdadero
socialismo” como a aceptar la inevitabilidad del capitalismo, el rescate de todo
lo que consideraba valioso del método de análisis marxista y de los valores
humanistas en Marx, el descubrimiento de la teoría y las propuestas del
movimiento feminista y la resonancia en mis huesos de la lesbofobia virulenta
que recibía por igual de autotitulados cristianos, marxistas, izquierdistas y
revolucionarios.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 83

Aclaro que considero el feminismo dominante, que se resume en la igualdad


de derechos y oportunidades, útil en algunas luchas, pero muy limitado como
vía para los cambios sociales necesarios, no sólo para el disfrute de la vida
y la libertad, sino para la sostenibilidad misma del planeta. El problema del
monopolio del poder que han disfrutado los hombres durante siglos no es
solamente que excluye, discrimina y oprime a las mujeres, sino que todo lo
organiza en base a la exclusión, discriminación y opresión del otro; otredad
basada no sólo en el sexo, sino en raza, etnia, orientación sexual, clase, edad,
etc. De ahí que, como feminista, mi lucha no se enfoca en la igualdad formal
de derechos que, la historia harto nos demuestra, coexiste perfectamente con
grandes desigualdades en el acceso y disfrute de recursos y oportunidades.
Soy feminista en tanto intento promover desde la experiencia social distinta
de las mujeres, transformaciones profundas hacia una sociedad más justa
y más humana. Por eso digo que no quiero a piece of the pie, de ese pie
confeccionado por el poder patriarcal, capitalista, racista, homo/lesbo/bi/trans
fóbico, ese pie confeccionado en base a la explotación de los trabajadores y la
opresión de grandes masas humanas. Ese pie no me gusta, hiede a sangre,
sabe a mierda. Yo quiero tortillas.

¿Significa entonces que para avanzar en nuestras luchas necesitamos


todas y todos ser feministas, antiimperialistas y no sé cuántas cosas más? No
es ese mi planteamiento. El sectarismo divide y sabotea las luchas. Tenemos
que aprender a caminar unidas a pesar de las diferencias, lograr eso que
llamamos unidad en la diversidad concreta, haciendo camino al andar como
decía Machado.Traigo a colación la Marcha a Washington en 1993. Desde mayo
de 1991 comenzaron las discusiones para establecer la agenda de la marcha.
Tomó aproximadamente un año consensuar las 7 demandas principales de la
Marcha y estas reflejan el balance, que no fue fácil lograr en muchos estados,
entre quienes argumentaban que los gay no podíamos ser los salvadores
de todo el mundo, que eso era diluir nuestras demandas, que teníamos que
enfocarnos estrictamente en los “temas gay” y quienes argumentábamos que
había que ampliar las demandas más allá de lo “conceptualmente gay” por
tres razones centrales: (1) para que respondieran a las necesidades de la
gran mayoría de LGBT de carne y hueso: las lesbianas, las y los trans y todo
el abanico etno-racial no anglosajón, (2) porque los sistemas de opresión se
entretejen y fortalecen mutuamente de modo que luchar exitosamente contra
la homo/lesbo/bi/trans fobia requiere atacar otras formas de opresión y (3)
porque para ganar nuestros derechos necesitamos aliados heterosexuales y
el proceso de ganar aliados pasa por ayudarles a ver las conexiones y las
analogías entre su situación y la nuestra, por solidarizarnos mutuamente, y
pasa también, estoy convencida, por tender el puente para ir rompiendo la
84 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

desconfianza, el prejuicio y hasta el desprecio asociado a experiencias reales


de opresión por el otro.

El consenso incluyó cuatro demandas “conceptualmente LGBT” y tres


demandas adicionales relacionadas al sexismo, racismo, otras formas de
discriminación y a los derechos reproductivos. Fue un proceso largo, se perdió
gente en el camino, pero fue de la gente que una tiene que preguntarse si
las quiere en esta lucha, si la adelantan o atrasan, con su negativa a bregar
con sus propios prejuicios. También se ganó gente que se sintió convocada
por la denuncia de otras formas de opresión y en abril de 1993 una masa
humana estimada en un millón de personas descendimos sobre Washington.
Una masa diversa en todo lo visible e imaginable. El contingente que más me
impactó: sobrevivientes del Holocausto con sus consignas de “Ni una víctima
más a la intolerancia” y “Nadie será libre hasta que todos seamos libres.” En
cuanto a la asistencia, diversidad y visibilización de la población LGBT y de
nuestras demandas, la marcha fue un éxito rotundo.

Otro aspecto de esa unidad en la diversidad fue que, por varios días, se
celebraron una gran cantidad y variedad de actividades en Washington, DC
asociadas a las demandas de la Marcha donde cada organizador le daba el
giro que quería al evento, incluyendo una protesta el mismo día de la marcha,
de un grupo como de 60 lesbianas que, luego de terminar nosotras el recorrido
de la marcha, nos fuimos hacia atrás con carteles y gritando consignas
contra un contingente de ex veteranos gay, hombres principalmente, quienes
demandaban el repudio al “Don’t Ask, Don’t Tell” con un discurso bien militarista
y patriotero. Entonando consignas tales como: “Podemos matar tan bien como
cualquier heterosexual, pero ¿queremos hacerlo?” “No hay tal cosa como el
derecho igual a matar.” “Las fuerzas armadas de E. U. apoyan regímenes que
matan a los homosexuales.” “Two wrongs don’t make a right”. “Las guerras,
la violencia doméstica, la violencia en las calles: tres escenarios, un mismo
problema: machismo” ejercimos nuestro derecho a disentir de un grupo junto
al cual marchamos exigiendo poner fin a las leyes de sodomía, legislación anti-
discriminatoria y reconocimiento de nuestras familias, entre otras.

Esto es sólo un ejemplo de cómo lograr unidad en la diversidad. El tema


general es que no tenemos que estar de acuerdo en todo, pero tampoco temerle
a las diferencias y a la confrontación de ideas; que podemos caminar juntos en
unas cosas y no en otras y eso está bien; que tenemos que afinar el análisis
para ver qué cosas son negociables y cuáles no, tanto en términos de viabilidad
política como de principios éticos. Hay que proscribir la satanización de quienes
se fajan a nuestro lado y un día dicen “en esa no me monto”, las críticas virulentas
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 85

desde el pedestal que confiere creerse dueño absoluto de la verdad real y virtual
del universo, la permanente sospecha de las motivaciones de quienes no ven las
cosas igual a nosotras. Son resabios que dividen y debilitan.

Mucho de mi esfuerzo estos últimos 25 años lo he puesto en promover la


visibilidad de las personas LGBT, porque me parece un elemento fundamental
dentro de cualquier estrategia liberadora. De salida porque desde el clóset no
vamos a conquistar nuestros derechos ni a incidir con propuestas de cambio
social. Necesitamos visibilizarnos para desmontar la ignorancia y el miedo a
lo desconocido que sustentan los prejuicios y la discriminación. Necesitamos
visibilizarnos porque la evidencia demuestra que quienes conocen personas
LGBT son menos dadas a discriminar o a apoyar la discriminación. Cuando
se dio la II Marcha por los Derechos Gay en DC en octubre de 1987, se hizo
mucho hincapié en un plan de acción pos marcha para asegurar que no pasara
igual que con la I Marcha, donde el entusiasmo y la gran energía generada
por la participación en la marcha no se tradujo en un impulso al trabajo LGBT.
Gracias a esta previsión surgieron muchísimas iniciativas en los meses
inmediatos posteriores a la marcha, una de ellas la de celebrar anualmente
el Día Nacional de Salir del Clóset, como un día para hacer especial énfasis
en la importancia de revelar nuestra identidad gay a familiares, amigos, en
el trabajo, la escuela, comunidad y asociaciones de todo tipo a las cuales
perteneciéramos. Es alentador, en cuanto a la importancia de la visibilidad,
el hecho de que, a pesar de tratarse del período presidencial de Reagan
seguido del de Bush padre, caracterizados por los altos niveles de homofobia
sancionados por la Casa Blanca, en los años siguientes a la Marcha el apoyo
a la protección contra la discriminación para la población LGBT creció de
manera sostenida entre el público.

Cuando yo llegué al Departamento de Ciencias Sociales del RUM en 1995


mi gaydar se disparó. Era evidente que entre la facultad había suficientes
lesbianas y gays como para formar un equipo de baloncesto, quizás hasta
uno de pelota. Si ampliaba la mirada a todo el Recinto, había para formar una
liga completa, pero ¿cuántos estaban fuera del clóset? Ninguno. Cero. Zilch.

Desde el primer semestre introduje el tema de género y orientación sexual


en las clases de CISO y salí del clóset con mis estudiantes. Comencé a celebrar
los preguntatorios, sesiones en que mis estudiantes podían preguntar todo lo
que quisieran sobre las sexualidades queer, desde lo más teórico hasta lo más
personal. Fue tal el éxito del formato que en el 2do semestre, enero de 1996,
tuve que mover los preguntatorios fuera de mis salones de clase y a la hora
universal para satisfacer la demanda de estudiantes de este y otros recintos y
86 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

de colegas de Ciencias Sociales. Y les aclaro: no eran sólo estudiantes LGBT


quienes abarrotaban los salones (hasta 100 y más por sesión). Había mucha
curiosidad e interés de parte de much@s jóvenes que jamás habían tenido
la oportunidad de hablar del tema y, además, disfrutaban que se les hablara
con franqueza y se les tratara como adultos. En uno de esos preguntatorios
se dio la primera salida grupal del clóset de estudiantes del RUM –no sé, pero
sospecho que la primera en una universidad o centro educativo en todo PR–
como unos 15 estudiantes. Dos años después, el 19 de marzo de 1998, sobre
40 estudiantes se presentaron a la primera reunión que convocamos Amador
Román, Rafael Sedas y yo para la creación de una organización LGBT en el
RUM. ¡Más de 40! A pesar de celebrarla a las 10:30 AM en Chardón y no de
noche en algún lugar que nos mantuviera fuera de la mirada pública, a pesar
de haberlo anunciado en la Cartelera del RUM y empapelado el Recinto con
invitaciones por lo cual todo el mundo sabía que el jueves 19 a las 10:30 en
Chardón 327 era la reunión de “los patos”, a pesar de que eran conocidos los
comentarios homofóbicos a raíz de la convocatoria, donde incluso profesores
de Ciencias Sociales utilizaron sus horas de clase para arremeter contra la
aberración que representaba, según su punto de vista, el que no se expulsara
de inmediato a una profesora que tan abiertamente promovía la perversión
moral entre la juventud universitaria. A pesar de todo lo anterior, llegaron
muchos más estudiantes de los que nos atrevimos a soñar los tres iniciadores
de lo que se llamaría PRISMA. ¿Qué lo hizo posible? Dos años visibilizando
el tema gay, dos años en que se dieron muchas más reacciones positivas –de
apertura– entre el estudiantado, que negativas.

Necesitamos visibilizarnos también para que la gente chiquita nos conozca


porque es mucho más fácil aprender bien desde bebés que tener que
desaprender como adultos. Imagínense cuánta energía, tiempo y recursos
nos ahorraríamos en la lucha contra la homo/lesbo/bi/trans fobia sólo con eso.

La visibilidad en toda nuestra diversidad es un acto político indispensable


para ir cambiando la marea, no sólo a favor de nuestros derechos que, al
fin y a la postre se le pueden otorgar a cualquiera y despreciarlo igual, sino
para desmontar la cultura patriarcal LGBT-fóbica y un sistema regulador,
autoritario, represivo que nos asfixia a todas(os) las(os) condenadas(os) de la
tierra. Esa visibilidad pasa, como he dicho, por la salida del clóset, que es un
proceso permanente, pero es también el colocar nuestros temas y demandas
en la discusión pública y exponer a la sociedad en su conjunto a las imágenes
de nosotras como parejas, como amantes, como familias, como todo lo que
somos. El activismo no son sólo marchas y piquetes. Hay que salir a los
“Moles” de este país los días más concurridos. Basta con pasearse por el Mall
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 87

agarraditos de las manos los nenes con los nenes y las nenas con las nenas y
nenas trans con nenes y nenas trans con nenas para romperles los esquemas.
Pueden hacerlo más provocativo y educativo, montando un teatro invisible que
obligue a discutir el tema en el lugar y momento. O imagínense llevar a lugares
públicos muy concurridos un montaje de “Lo que hacen las lesbianas” y “Lo
que hacen los gay” lleno de ventanitas que hay que abrir para ver las fotos
detrás de cada ventana y la gente curiosa, quizás algo nerviosa, quizás con
morbo se acerca para ver… una maestra dando clase, dos mujeres cocinando,
una tenista haciendo un saque, una enfermera atendiendo a un anciano, dos
viejitas tejiendo, un mecánico bajo un carro, un atleta saltando garrocha, dos
hombres limpiando la casa, un conductor de guagua…

Tenemos que hacernos visibles como lesbianas, gays, bisexuales y


demás en todas las luchas en que participamos. A Tseko Simon Nkoli, el
fundador del movimiento gay negro surafricano, le preguntaron durante su
visita a Philadelphia en 1989, por qué exponerse tanto saliendo del clóset
en un país tan homofóbico; si acaso no le bastaba con tener que enfrentar
el apartheid, máxime cuando los dirigentes de la lucha contra el apartheid
compartían los prejuicios homofóbicos. Nkoli contestó: “Yo no voy a esperar
derrotar al apartheid para entonces comenzar la lucha por los derechos gay.
Ya me imagino cuál sería la reacción de los camaradas del Congreso Nacional
Africano en el gobierno pos apartheid: los homosexuales vienen a exigirle
derechos al gobierno popular, ¿dónde estaban los homosexuales cuando el
pueblo surafricano estaba luchando contra el apartheid? Yo podría decirles:
yo estaba ahí, luchando hombro con hombro con ustedes, como muchos otros
gays y lesbianas. Pero me parece un error colocarnos en esa situación de
desventaja. Les hago saber a mis camaradas del CNA desde ahora que soy
homosexual y los sensibilizo a esa realidad, les muestro como la homofobia
oprime al igual que el racismo y los comprometo con mi agenda.” Gracias
al trabajo de Nkoli con los dirigentes del CNA junto a quienes arriesgó la
vida y con quienes compartió la cárcel más de cuatro años, la Constitución
Surafricana de 1996 incluyó la orientación sexual como categoría protegida en
sus cláusulas de igualdad.

En el presente vivo en un país donde soy la única lesbiana fuera del clóset
más allá de un círculo de allegados. Soy la que salgo en televisión, a quien
llaman los medios para entrevistas y demás. Menciono esto no para buscar
protagonismo, sino para traer el punto de que una golondrina sí hace verano:
ningún cambio social, por radical que sea, comienza con una gran masa de
gente. El cambio comienza por uno o unos pocos, siempre es así. Yo puedo
decir que en estos 6 años desde mi regreso a vivir en Panamá, gracias a mi
88 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

visibilidad como lesbiana y al trabajo que hago, por primera vez en Panamá
se está bregando con el tema de la homosexualidad en actividades con
organizaciones comunitarias y grupos de mujeres, incluyendo a las mujeres de
la Pastoral Social de la Iglesia Católica; por 1ra vez también se han aprobado
algunas resoluciones que nos incluyen, una de ellas, hace unos meses atrás,
para exigir que el gobierno panameño presentara ante el Comité que negocia
la integración centroamericana con la Unión Europea la no discriminación por
orientación sexual e identidad de género. Si realmente queremos obtener
nuestros derechos y ver transformaciones sociales, tenemos que plantearnos
qué vamos a hacer para lograrlo: Qué voy a hacer yo. QUÉ VOY A HACER
YO. No Pedro Julio ni Olga Orraca –Olga y Pedro ya están haciendo algo hace
rato– sino qué voy a hacer yo. Y no es que tiene que salir a crear algo nuevo,
puede ser que su respuesta sea formar parte de Puerto Rico para Tod@s o
unirse a Coalición Arco Iris que organiza la Marcha del Orgullo en San Juan,
pero es su compromiso, su responsabilidad con su propia liberación. Y ese es
otro ingrediente en la receta de una estrategia exitosa. No podemos esperar
que llegue el cristo de los gay, ¿saben por qué? Porque no existe. Y qué
bueno que no exista porque si existiera quien “nos liberara” tendríamos que
pagar con miles de años de sumisión. Yo soy responsable de mi liberación.
Ni espero una salvadora, ni me posiciono como salvadora de nadie, peligro
este último siempre presente, especialmente entre los jóvenes que recién
descubrimos el Mediterráneo y entre quienes llegamos al activismo de la mano
de la religión o del marxismo.

Vivo en un país donde la única organización gay, la AHMNP; es una


organización de hombres misóginos que se consideran las últimas víctimas
de discriminación en el país; con mucho de autocompasión y homofobia
internalizada en su discurso. Dos citas textuales que repiten a menudo les darán
una idea: “Panamá es como el Titanic: mujeres y niños primero y, de todos los
hombres, los gays somos los más discriminados”. La otra: “no es justo que nos
discriminen porque nosotros no tenemos la culpa de haber nacido así.” Ante
la insuficiencia de recursos destinados a la prevención, tratamiento y atención
de VIH/SIDA entre la población HSH exigen la redistribución de los recursos
escasos para recibir más fondos a costa de las mujeres quienes, alega la
Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá, no los necesitan tanto.
En cuanto a la no discriminación, uno de los argumentos más usados es
que los gays están en el presente como las mujeres estaban antes cuando
también eran discriminadas. Están convencidos que la discriminación contra
las mujeres es cosa del pasado, el acoso es un no tema, ante la violencia
contra las mujeres se apresuran a decir que hay violencia también contra los
gays y que las mujeres al menos tienen leyes que las protegen, en cuanto al
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 89

aborto comparten los mismos prejuicios dominantes y se resisten incluso a un


diálogo sobre la condena al aborto y a la homosexualidad en los puntos de
encuentro evidentes: el sexo no procreativo y el control que el estado ejerce
sobre nuestros cuerpos.

Por su parte, el Movimiento de Mujeres de Panamá –el oficial, que no me


considera parte de su reino aunque me muevo bastante– articula su discurso
en torno al enfoque de género y la equidad de género, pero el discurso no
menciona la orientación sexual, a pesar de que la norma heterosexual es el
eje central de la socialización en género. Tampoco brega con la identidad
de género. Una de las demandas actuales del Movimiento de Mujeres es la
aprobación de una ley contra los femicidios que, al igual que la ley existente
contra la violencia intrafamiliar, no toca la violencia contra las lesbianas y
contra las mujeres transexuales. Otra demanda central del MM es que se
asignen los recursos para poder hacer realidad los convenios internacionales
y la legislación panameña concerniente a igualdad de oportunidades para las
mujeres. Pero como bien descubrieron las mujeres negras estadounidenses
que participaron tanto en la lucha por los derechos civiles de los 60 como
en las luchas feministas de los 60 y 70, si estas leyes no bregan de manera
explícita con otras formas de opresión, resulta que en su aplicación todas las
mujeres son blancas y todos los negros son hombres. Una de las principales
demandas de la etnia negra en Panamá es legislación contra el racismo pues,
sostienen, este persiste a pesar de la prohibición constitucional. La ex primera
dama de la República, cuando comenzó su período en 2004, anunció que
convertiría el tema de la no discriminación a los discapacitados en una de
sus mayores prioridades y así lo hizo. Convirtió las oficinas de la mujer que
se habían creado en todas las instituciones públicas como mecanismos para
instrumentar la ley de igualdad de oportunidades para las mujeres, en unidades
dedicadas sobre todo al tema de la discapacidad y utilizó su influencia como
primera dama para reasignar recursos de desarrollo social al tema de la
discapacidad. Podría seguir con ejemplos de otros grupos y sus demandas.
¿A dónde voy con esto que, lamentablemente, no es exclusivo de Panamá,
sino más bien el modelo prevaleciente en la región, quizás en el mundo? Dicho
sin caché y al grano: que nos estamos peleando las migajas que gobierno tras
gobierno nos da, las victorias pírricas de un sector se logran a costa de otro
sector también excluido, discriminado, con aspiraciones no menos legítimas.

En el tema de la discriminación no necesitamos una ley de no discriminación


por motivo de orientación sexual e identidad de género, otra ley de no
discriminación por motivo de raza y etnia, etc., etc., lo que necesitamos es
una sola ley que prohíba la discriminación por raza, etnia, sexo, orientación
90 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

sexual, identidad de género, clase social, discapacidad, estatus de VIH/SIDA,


religión, clase, edad, nacionalidad, estatus migratorio y demás. Y así, en lugar
de enfrentarnos, dividirnos y desempoderarnos, unimos fuerzas para lograr
un verdadero avance social para todas y todos. En el tema de leyes, rescato
varios puntos importantes de mi experiencia:

(1) Para que las leyes no sean letra muerta, que es la regla en el caso
de Panamá, y en mayor o menor medida en la región, la norma tiene que
incluir además del derecho que se protege o las acciones que se prohíben,
los mecanismos que garanticen el goce y ejercicio del derecho y tiene que
establecer la asignación presupuestaria.

(2) Para que las leyes de avanzada que logramos no desaparezcan con
una nueva administración gubernamental o una nueva coyuntura política,
tenemos que educar a la población para que esas leyes correspondan a un
nuevo consenso social.

No se trata de supeditar nuestros derechos al pensar y querer de la


mayoría. Eso, como bien decía hace un siglo atrás Rosa Luxemburgo, no
es democracia, sino tiranía de las mayorías. Si la democracia ha de tener
algún sentido y relevancia, tiene que garantizar los derechos de las minorías,
de quienes son diferentes, de quienes disienten. Por eso consideré un error
caer en el juego de “Proposition 8” en California. No podemos permitir que el
voto popular determine si se nos reconocen o no los derechos que tienen los
heterosexuales y que la Constitución dice que son derechos de tod@s. Si así
fuera, los negros serían aún esclavos, las mujeres no tendríamos carreras,
ni propiedades, ni libertad de movimiento, ni derecho al voto, ni el poder de
decidir si queremos o no ser madres. Dicho esto, no podemos desestimar la
importancia de incidir en el des/aprendizaje de la LGBT-fobia, primero como
defensa contra intentos de quitarnos lo ya conquistado y segundo porque las
leyes por sí solas no tienen la capacidad de erradicar la LGBT-fobia de la
cultura y el imaginario popular. Apuntalo además que, tan importante como
conseguir que se apruebe una ley –a veces más– es aprovechar la ventana
de atención que provee la discusión del anteproyecto para hacer docencia.

Hay mucho más que decir que tiempo para decirlo así que concluyo con lo
que considero el mayor error que han cometido tanto los movimientos LGBT
como de mujeres en Estados Unidos, Puerto Rico y Panamá (lo restrinjo sólo
porque son los países donde tengo una experiencia personal). El carácter
laico del Estado ha sido históricamente violentado ante la indiferencia de las
grandes mayorías, los partidos políticos, grupos cívicos y las dirigencias de
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 91

las organizaciones de izquierda y progresistas. Cuando en los 70 las iglesias


enfilaron sus cañones contra las demandas de las mujeres y luego contra el
movimiento gay, la reacción dominante fue ignorar esos ataques por diferentes
razones: por la religiosidad de muchos activistas, por el temor a ser el blanco
de la ira de las iglesias, el temor a ofender y alienar a quienes se intentaba
convocar, la tendencia entre los más jóvenes a pensar que cualquiera con dos
dedos de frente le verá la costura a la propaganda religiosa. Dicha indiferencia
e inacción permitió el florecimiento del fundamentalismo religioso y el
fortalecimiento y legitimación de la mancuerna Iglesia-Estado. Hoy, feministas
y activistas LGBT, nos enfrentamos al hecho de que las instituciones
religiosas son nuestras principales detractoras y las creencias religiosas la
principal justificación para la discriminación y negación de derechos a mujeres
y población LGBT. Más preocupante aún, si cabe, religiones enfrentadas
en luchas sangrientas en el pasado, han logrado establecer alianzas
políticas en base a su oposición al feminismo, la “ideología de género” y “la
homosexualidad”. El bloque formado en la ONU por los países islámicos, el
Vaticano y la derecha religiosa norteamericana para votar contra cualquier
medida promovida por la llamada conspiración feminista-homosexual, es un
ejemplo de la capacidad de nuestros detractores para lograr unidad en la
diversidad.

Pienso que ante esta realidad tenemos que elevar la lucha por el Estado
Laico a una posición central de la agenda de los movimientos LGBT y de
mujeres, pero eso, que quizás hubiese sido suficiente hace 30 años, ya no lo es.
El poder e influencia de la religión rebasa con creces la insuficiente separación
de “Iglesia y Estado”. Nos corresponde identificar todos los espacios donde
las iglesias actúan como entes políticos para enfrentar, rebatir y antagonizar
su discurso sustentador del patriarcado y de la heteronormatividad. Tenemos
también que comprometer a los sectores liberales y grupos disidentes
dentro de las principales denominaciones cristianas para que asuman su
responsabilidad en confrontar el discurso fundamentalista y apoyar desde su
fe nuestras luchas de manera pública y pro activa.

Ya está bueno de estarle dando a la religión un estatus privilegiado en


nuestras sociedades. Respeto la libertad de culto, sí. Respeto la intolerancia
porque se viste de religión, no. Respeto el odio porque se viste de religión,
no. Respeto la incitación a la violencia porque se viste de religión, no. Y
miren, y con esto termino, como buenos maricones y tortilleras, ambidiestros
y transgresores, vamos a atrevernos a expresar nuestra capacidad de
irreverencia hacia esta institución que tanto daño nos ha hecho tan
intencionalmente. En algo, caramba, han de ser diferentes nuestras luchas.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 93

PERFIL, NO SÉ, PERO RAREZAS, SIN DUDA

Mabel Rodríguez Centeno

¿Cómo me metí en este problema? Esta ha sido la pregunta que me ha rondado


insistentemente en la cabeza desde aquella tarde en la que regalé un sí a la idea
de formar parte de esta conversación. Pero lo importante es que estoy aquí. Y su
consecuencia será, sin lugar a dudas, que si llegué aquí sin novia, mis posibilidades
de tener alguna después de esta tarde desaparecerán completamente.

En las guías que recibí se supone que debo abordar (1) una breve
autobiografía de mi bisexualidad, (2) con testimonios pertinentes para la lucha
queer e (3) ideas para la coordinación de estrategias de lucha. La buena
noticia es que debo hacerlo brevemente. Este no es lugar para decir que me
siento bastante incapaz de triunfar en tamaña empresa, pero…aquí va.

Para serles totalmente sincera yo me he sabido rarísima desde siempre,


desde muy pequeña, desde que tengo noticias de ser yo misma. Quizás de ahí
viene mi imposibilidad de pensarme como perfil de nada o de nadie.

Desde que me recuerdo a mí misma sé que soy mujer de extremos. Fui una
niña (y soy una mujer) sumamente activa (siempre jugando, siempre corriendo, y
siempre perturbando a mis hermanitos y amiguitos) y al mismo tiempo tranquila
(cautivada por un libro o por el periódico), por ejemplo; una niña con terribles
problemas de conducta escolar, por un lado, (de esas a las que las maestras le
llaman a las mamás por mal comportadas) y de excelentes calificaciones, por el
otro; y enamoradiza siendo al mismo tiempo cándida e inocente. Recuerdo que
cuando estaba en grado 10, me eché de novio al hijo de un ex alcalde de Jayuya
(mi pueblo). Lo conocí en clases de guitarra y de inmediato conectamos. Él era
alto y yo bastante enana, el era mulato y yo jincha papuja, y todo el mundo aludía
a una fealdad en él que yo era incapaz de percibir. Nos encantaba tocar nuestras
guitarras y conversar. El problema se presentó cuando él vino a estudiar a este
sagrado Recinto de Mayagüez y regresó con ideas de besarme en los labios y
esas cosas. Como yo desperté al asunto sensual mucho más tarde, aquel primer
noviazgo terminó. Y ningún otro jayuyano osó mirarme después de despreciar
al hijo del prócer.
94 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Fue después de ingresar a la Iupi (Recinto ampliamente conocido por sus


múltiples maledicencias) que le cogí el gusto a los besos, a los estrujones, a los
grajeos y, en algún momento de mi tercer año universitario, perdí la virginidad.
Hasta ese momento, mi temprana juventud reportaba más “normalidades” que
mi niñez y yo andaba bastante feliz. Me creía “ejemplar”, tenía buenas notas,
los profes me reconocían, era líder entre los jóvenes de mi barrio (La Pica),
tenía un novio guapísimo y buenísimo, cuyo único defectillo era ser desertor
escolar (a lo que le puse remedio en cuanto se dejó).

Y así iba todo hasta que floreció mi más importante “rareza”: me gustaba
una chica de la maestría en historia. El “terrible” descubrimiento puso en jaque
todo lo que pensaba de mí misma. Y para acabar de “joder” me enamoré de
ella como jamás lo había estado de nadie. Traté de evitarlo, le pedí que no
nos viéramos, intenté explicarle, pero todo fue en vano, en cosa de un año
vivíamos juntas.

De ahí a descubrir mi verdadera “monstruosidad” transcurrió muy poco


tiempo. Mi gusto, mi placer por los hombres, no había desaparecido. Creo
que estoy cuerda porque por aquellos años vivía sin cuestionarme muchas
cosas. Pero, sin lugar a dudas, mi doble vida amenazaba constantemente mi
convivencia privilegiada con Ella y me hacía vivir con una cantidad de silencios
y secretos que más tarde que temprano confesé. Como ambas éramos “tan
inteligentes, tan abiertas y tan nítidas”, mi pareja “me perdonó”, trató de
entender, intentamos que, por lo menos, para nosotras no fuera un secreto,
pero de aquella etapa lo que más recuerdo es una infinita estela de dolor, que
se posaba en su mirada y en cada uno de sus poros coincidiendo con mis
“recaídas”.

Al principio pensamos que era parte de mi búsqueda personal y que


eso acabaría. Pero lo cierto es que los años pasaban y mis acostones con
hombres no terminaban. Los asuntos de mi sexualidad se convirtieron en
un verdadero tormento para mí. Aquella ingenuidad inicial transmutó en
severa preocupación, cuando después de “dejada” unas amigas lesbianas
se empeñaron en buscarme una nueva pareja y a mí y a mi gran bocota se
nos ocurrió decirles que también podría ser un hombre, porque mi realidad
era bisexual. Su reacción fue espantosa… me dijeron de todo, pero en ese
todo lo que más me preocupó es que concluyeron que yo no me aceptaba
como lesbiana y por eso buscaba refugio en recurrír al “subterfugio” de la
bisexualidad. Aquella tarde llegué a mi casa con una profunda sensación
de incomprensión y preocupada porque posiblemente la primera en
incomprenderme era yo misma.
Ahora sé lo que entonces desconocía: que una cosa es nuestra sexualidad
personal y otra la mediada por la cultura. Wow, si hubiese sabido que
las opciones sexuales homonormativas son tan o más pesadas que las
heteronormativas, mi vida hubiese sido menos tormentosa. Hoy sé que
la diversidad es la marca misma del abanico de homografías que buscan
unidad en “colectivos” que se empeñan en dar imágenes de unidad ante los
medios de comunicación y las instancias políticas, para la consecución de
derechos ciudadanos que todavía hoy se nos niegan. Y eso lo entiendo hoy y
lo entendía entonces, y de hecho creo que fue lo que me llevó a decidir por la L
(de lesbiana), y miren como es la vida esta tarde represento la B (de bisexual).

Voy a tratar de explicarme. Llegó el momento de mi vida en que decidí


abstenerme de los hombres, así como una decisión, como un ejercicio de
madurez y más importante aún como una forma de convertirme en alguien
confiable para una pareja. En 1997, me dije a mí misma que si bien me
encantaban los hombres, la intimidad con los hombres, y que eran ellos el
lugar sexual más cómodo para mí; había una realidad mayor: yo me enamoro
de mujeres, la compañía vital que disfruto en la cotidianidad es la de las
mujeres. Así que resolví decir basta de hombres, ya no más.

Me fue bastante bien, he disfrutado de relaciones maravillosas con chicas


y en 2007 celebré 10 años de abstinencia. Pensé que estaba “curada”, ya
era totalmente lesbiana, ya podía olvidar el fantasma del pasado. Pero me
confié demasiado y (no hace mucho) recaí. No teman, así como lo hacen los
“adictos”, regresé a mi determinación anterior: solo chicas para mí. Mas ahora
vivo consciente de no hay “curas” fáciles, de que tengo que estar en guardia
continua para defender mi L (de lesbiana). Y esa ha sido mi historia hasta el
día de hoy.

Ignoro si este testimonio es pertinente para la lucha queer, solo reconozco


que es muy personal y que tuve que luchar con uñas y dientes para evitar
que me etiquetaran desde afuera, por eso para complacencia propia y ajena
y sobre todo en mi ingenua y casi infinita búsqueda por poseer un mínimo de
“normalidad”, me autoetiqueté, me vestí de lesbiana, y me definí como tal, con
menos convicción que deseos de ser alguien reconocible y aceptable ante los
demás y ante mí. Desde donde yo estaba en 1997, esa era la única salida que
se me podía ocurrir: traicionar la B (de bisexual) para “complacernos” a todos.

De coordinación de estrategias de lucha, no sé nada. Soy muy piquetera,


pero cero militante (mi incapacidad de militancia para cualquier causa es
otra de mis frustraciones vitales). Lo que sí soy es alguien convencida de
96 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

los beneficios del saber, de la fuerza del conocimiento. Y desde ahí me


atrevo a observar que debemos revisar “nuestras formas de hacer las cosas”
y de “comportarnos como maricas, lesbianas y trans frente a la sociedad”,
citando la Ética marica de Paco Vidarte, y entendiendo que esa sociedad nos
contiene, que para “nuestra propia multitud de nosotros” también valen las
nuevas formas de hacer las cosas y de entendernos y de comportarnos.

Y es que si bien entiendo la necesidad política de proyección “unitaria” de un


“nosotros”, hecho de menos el reconocimiento cabal de nuestras pluralidades,
porque asumiéndolas quizás llegue el día en que todos podamos sentirnos
partícipes de “la comunidad”. Y es que esa “comunidad” actual está más
definida por la impostura de la “unidad” que por el reconocimiento de nuestras
diferencias, y lo que es más peligroso aún luchamos por el reconocimiento
de una “igualdad” política, que niega (de facto) nuestras diferencias. Para
terminar, me atrevo a concluir que a las estrategias de lucha habría que
sumarle el más cabal y plural entendimiento de lo que somos y de lo que nos
diferencia.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 97

LO QUEER DENTRO DE LO QUEER

Valentina Hernández

Estando dentro de la heterosexualidad, siempre pensé que la orientación


sexual no era algo importante, que era algo natural que a las personas les
atraigan otras personas y no importa de cuál sexo sean. Una inocua cuestión
de gustos.

Claro está, que nuestros gustos están en gran medida influidos por
muchos factores como: los estereotipos de género y uno de sus mandatos
más importantes: debemos ser estrictamente heterosexuales, la presión,
recompensas y castigos sociales y familiares para que cumplamos con este
mandato. También por la medida en la que los aceptamos, los modelos con
los que crecemos, y, tal vez, alguna predisposición, más no determinación
genética.

Abrí los ojos a las conductas homosexuales como una realidad de la vida
cotidiana y no como historias marginales del cine y la televisión, cuando una
buena amiga me dijo que le gustan las mujeres y esa confidencia, a su vez,
trajo a la realidad las preguntas que tenía sobre otro buen amigo mío y su
nuevo “amigo inseparable” y, empecé a relacionarme más con el tema. Se
me ocurrió que eso de la heterosexualidad u homosexualidad eran realmente
esquemas cuadriculados. Si en condiciones agradables una persona acaricia,
besa y demás de la manera “correcta” a otra sin que sepa cuál es su sexo,
despertará la sensibilidad de su cuerpo, aun cuando no sea del sexo que
generalmente le atrae.

Era nada más una teoría, pues nunca la realicé. Aunque no descartaba la
posibilidad de llevarla a la práctica.

La bisexualidad me parecía divertida, l@s bi tienen acceso a todo, sin


embargo no era algo que me planteaba poder “alcanzar”, pues dentro
del ambiente de fuerte homofobia y lesbofobia que existe en Panamá hay
además esta sección especial de discriminación y poco respeto hacia las
personas bisexuales de parte de las lesbianas y los gays. Dicen que si son
98 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

gays/lesbianas que no terminan de aceptarse, que siempre que estén con


un hombre pensarán en una mujer y viceversa, que son gente que nunca
se compromete en una relación, etc. Asimismo entre la gente heterosexual
se trata simplemente de cuec@s que en algún momento tienen una pareja
heterosexual de “tapadera” ¡Hay que definirse! Eso de que te guste todo
no puede ser. Sin embargo, a mí me parecía la orientación sexual ideal, no
sólo divertida y llena de posibilidades, sino más humana: la atracción física
y sentimental por personas y sus cualidades, sin importar el sexo, lo más
cercano a una “no orientación sexual”.

Para ser sincera también es buena la comodidad del status heterosexual,


pues como persona no blanca, no rica, no hombre, no creyente, en
desacuerdo con la repartición desigual de las riquezas, con el circo que es
la supuesta democracia, sin simpatía por ningún bando político de mi país; la
heterosexualidad venía a ser un oasis de no discriminación, esa área de mi
vida de: “por lo menos en esto sí soy lo que se supone que debo ser”.

Aún así, se me hacía y se me hace difícil entender a la gente para


quienes la sexualidad de otras personas es tan importante, gente que
hace cosas para que otras personas se sientan mal con ellas mismas,
con el mundo que les rodea e incluso que no puedan acceder a derechos
civiles ante la ley, gente que busca activamente hacer daño a seres
humanos sólo por n ser heterosexuales u hombres o blancos… Tampoco
entendía, ni entiendo por qué l@s LGBT panameñ@s, aunque de
alguna manera sienten que tienen derecho a vivir su vida conforme a
sus sentires, con sus conductas y actitudes, de muchas maneras dan el
mensaje de que su orientación, no es algo bueno, porque están fuera del
clóset, únicamente dentro del gueto LGBT, se abren en las discotecas y
bares de ambiente, en las reuniones y fiestas privadas… eso sí, puertas
y ventanas cerradas. Critican o hacen comentarios sarcásticos si ven
alguna pareja de lesbianas abrazadas en la fila del cine o una pareja
de gays llevando juntos y sonrientes la carretilla del supermercado.
Eso está fuera del repertorio de conductas aceptables. ¿Decírselo a la
familia? ¿Qué lo sepan en el trabajo? ¿Para qué? Ellos no necesitan
saber eso, no lo entenderían, mejor no perturbarles, tal vez algún que
otro amigo o amiga hetero que parezca gayfriendly. Eso sí, si eres un@
de es@s gay friendly, no puedes confiarte de que solamente conocerás
la discriminación por la que pasan tus amigo@s, ya sea por la que les
viene de fuera o la de adentro de ellas y ellos mismos o porque alguna
vez algún ignorante proactivo te grite alguna sandez al ir por la calle con
tu amiga lesbiana.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 99

También te tocará la discriminación por ser heterosexual y estar con gays.


Como por ejemplo: en una reunión mayoritariamente de lesbianas donde se
hablaba de relaciones de pareja, en el momento de traer algún ejemplo de mi
experiencia personal, que era con hombres, una chica lesbiana me dice con mirada
despectiva “yo en esas cosas de heterosexuales no opino”, expresiones igualmente
despectivas y de asco hacia los cuerpos de los hombres o de las mujeres según
sea el sexo desfavorecido por la orientación sexual de quien hace el comentario…
exactamente igual a los desagradables comentarios de gente heterosexual que no
puede lidiar con personas que tengan gustos diferentes a los suyos, eso tiene que
ver con que han llegado a un nivel de fanatismo en cuanto a la propia orientación
sexual, que hace que todo lo demás esté mal. Paradójicamente al desfile del orgullo
gay van 4 gatos, de los cuales 2 son straight.

Por otro lado, están los chicos gay que se sienten con autoridad para criticar
la apariencia de las mujeres e incentivarlas a pasar más horas al día frente al
espejo o aconsejarnos “mueve el pelo”. Hay también quienes preguntan por qué
una persona heterosexual tiene tantas amistades gays, a lo que puedo responder
muchas cosas: tengo igualmente amistades heterosexuales, supe que algun@s
amig@s no eran heterosexuales años después de conocerl@s y no me parece una
razón para terminar la amistad, es@s amig@s tienen con frecuencia un círculo de
gente gay a su alrededor, amistades, parejas, ex, con quienes me relaciono como
se relaciona una con las personas cercanas a sus allegad@s y, finalmente ¿Qué
diferencia hace la orientación sexual de las amigas y amigos? ¿Debe una persona
heterosexual juntarse sólo con gente heterosexual? ¿No tienen las lesbianas y gays
amistades straight?

También está el caso de aquell@s que piensan que, si bien hay diversas
orientaciones sexuales, debe haber un orden:

• Un hombre puede estar con una mujer.


• Dos hombres masculinos pueden estar juntos.
• Un hombre masculino y una “loquita” está bien.
• Una “camionera” y una “lady” está bien.
• Una lady con otra lady, no pasa nada, pero…
• Una loquita con otra loquita, ¿van a hacer tortillas?
• Dos camioneras juntas, eso no se ve bien, va a parecer una pelea
de espadas.
100 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

• Los hombres no deben ponerse tetas, para eso me busco una mujer.

Una ironía, gays y lesbianas dictando normas de conducta para la


comunidad, que además son adaptaciones de los roles de género que crean
la homofobia. Voy a dejar de hablar de los demás para hablar un poco de
mí. Comenté al inicio que tenía gancho en casi todas las casillas para ser
discriminada. Pues de cierta forma eran todas, porque mis relaciones con
hombres siempre estuvieron de alguna manera en el clóset, algo relacionado
con la actitud contra los hombres y las relaciones de pareja que me trasmitieron
mi madre y mi abuela mientras crecí.

Pero como “al que nace para martillo del cielo le caen los clavos” no sólo
me salí de la zona de no discriminación al fijarme en una chica, sino que me
fije en la que más rollos morales y religiosos tiene con su sexualidad, la que
puso la regla estricta de que “nadie se puede enterar”, la que no va a bares de
ambiente ni frecuenta lesbianas y gays. Demás está decir que nuestra relación
era, en teoría, un secreto de estado –como si el amor se pudiera ocultar–
Cerca de cualquiera de su familia o su trabajo, así fuera por teléfono, era más
fría que un invierno en el Polo Sur. Ante mi familia, si bien no lo dijimos en los
meses que duró la relación, era bastante evidente, creo que ha sido la relación
más fuera del clóset que he tenido.

De esa auto-discriminación –y de otras situaciones que ahora no vienen


al caso– vino el abuso emocional que acabó con mi sonrisa y con la relación.
Se llenaba a tal grado de tensión ante la posibilidad real o imaginaria de
que alguien se diera cuenta del secreto, que era seca y ruda aun horas y
días después del “peligro”. Durante las semanas en que la visitó su madre,
la relación se deterioró a tal grado que quedó en estado terminal, ya era
insalvable.

Ella, aunque no fue atracción a primera vista, definitivamente es la pareja


que más he querido hasta ahora, con quien tuve una mayor conexión, más
profundidad de sentimientos y compromiso emocional, no porque fuera mujer,
no es que tuviera algo más o mejor que los hombres, no calificaría el sexo de
mejor, ni peor. Es tal vez que la atracción iba mucho más allá de lo físico, de lo
fácil. Me envolvieron sus cualidades, lo bien que me sentía al estar con ella, no
se nos acababan nunca los temas de conversación y, parecía que teníamos
muchas cosas en común.

Claro que luego esos análisis se convirtieron en manipulaciones de la


realidad para convertir sus acciones y palabras en algo más congruente con
el concepto de una persona justa que tenía de sí misma. No pude evitarlo,
cuando vine a darme cuenta de la atracción ya no había nada que hacer,
la quería, estaba ilusionada, las cosas se dieron de una manera inocente,
no intencionada, no la vi venir. Sin embargo recibí la sorpresa con alegría y
fuimos muy felices… por un tiempo muy breve.

Pero la perdí, mi mejor relación se convirtió en la peor y a la persona que


más quise, se convirtió en una de las personas que más daño me ha hecho,
por causa de los prejuicios sociales, de los estereotipos machistas y por causa
de la culpa y del odio que la religión del amor y el perdón siembra en los
corazones de la gente.

De la experiencia aprendí, en carne propia, cómo es que se busca


inconscientemente a alguien que te haga daño como un intento por resolver
conflictos del pasado, pues toda esa mágica atracción era sólo el magnetismo
de lo conocido, similitudes con personas de mi historia, que al igual que ella,
en posición de amarme, me hicieron daño. Que los problemas y los traumas
no desaparecen al taparlos con una manta, hay que resolverlos.

También aprendí, por el lado positivo, a mirar más a fondo a las personas,
que una relación para ser fuerte necesita mucho más que una atracción a
primera vista, comprobé que me puede gustar una mujer aun sabiendo que
es mujer y sin que ni siquiera llegue a tocarme, por el hecho de que sea una
persona especial que tenga cualidades que valoro. Aprendí, además, que
puedo tener sentimientos hermosos por un ser humano inteligente, profundo,
integro, sensible, con una visión pura del amor, comprometido con la equidad,
que no oprima, que no maltrate… aunque este sea un hombre. Estará en mí
ver otras cosas además de la atracción física y elegir en base a criterios más
elevados que atracción y disponibilidad.

Asimismo, me di cuenta que la orientación sexual, no sólo no es importante,


además es variable, admite excepciones y cambios de ruta. Quizás es variable
porque en realidad es un mito, no existe de la manera en que la definimos, lo
que existen son cualidades que nos atraen y personas que las tienen, no una
identidad según quienes te gustan.

Yo no me sentí diferente por querer a una mujer, algunas veces pensé “no
me siento lesbiana o bisexual, o menos heterosexual que antes” no siento
que nada ha cambiado en mí en ese sentido. Y es que ¿qué se siente ser
heterosexual? ¿Cómo me debería sentir por tener una relación con otra mujer
en comparación a estar con hombres? Si eso me define, al menos por el
102 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

tiempo que duré como “lesbiana” o “bisexual” ¿Qué se siente ser lesbiana o
bisexual? ¿Cuál es la diferencia en mi personalidad? Pues nada, ninguna, esa
sería la respuesta común a todas estas preguntas.

Ingenuamente aceptaba que se “es” heterosexual, lesbiana, bisexual,


homosexual, que ser heterosexual es “algo” y ser de alguna otra orientación
es “otra cosa” y no es cierto, no es nada, por lo menos no algo que nos defina
como personas, son simplemente gustos y nada más. ¿Acaso alguno de
nuestros otros gustos, preferencias, orientaciones nos definen globalmente?
No, porque no tiene ningún sentido.

Probablemente hay análisis más profundos que el mío, pero creo que una
vez se inventaron y se estigmatizaron, las orientaciones sexuales, las LGBT
sirven como marco político para exigir los derechos arrebatados, para detener
los abusos y exigir respeto, eso es bueno. La afectividad y la sexualidad son
áreas supremamente importantes de nuestras vidas, sin embargo, desde mi
punto de vista, el hecho de que estas nos definan, es demasiado.

Yo, por mi parte, me salgo del juego de las orientaciones sexuales


establecidas, de ahora en adelante seré una persona orientada a cualidades.
Las personas con cualidades que me gusten serán las personas hacia quienes
dirigiré la energía de mi cuerpo, mente y corazón.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 103

LO QUEER Y LO RELIGIOSO EN LA PELÍCULA


QUINCEAÑERA

Margarita E. Pignataro

En cuanto a la industria cinematográfica hay un vacío sobre el tema de los


latinos en los Estados Unidos, específicamente, los latinoestadounidenses.
Existen películas populares que tratan de cantantes, por ejemplo, Selena y
El cantante, o de temas fronterizos de México y los Estados Unidos, como
El norte y Bordertown, sin embargo, una película del tema religioso y queer
que incluye una trama latinoestadounidense y los dos lenguajes, el inglés
y el español (con subtítulos en inglés) no tiene una presencia fuerte en
la industria. La investigación presente analiza el aspecto queer latino y la
religiosidad en la película Quinceañera (2005 año que se completa el rodaje)
ganadora de dos premios del Sundance Film Festival (2006) y dirigida y
escrita por una pareja, no latina, gay Richard Glatzer y Wash Westmoreland.
Aunque Westmoreland dice, “[o]ur film is about Latino pride, the strength of
the Latino family and the ability of the working class community to survive
economic challenges” (Jaafar 5) esta investigación propone demostrar otra
perspectiva de la película: el rechazo de un hijo homosexual, Carlos, y una
joven virgen, Magdalena, de 14 años, que se encuentra embarazada y la
aceptación de los dos por un “great great uncle” en sus años octagésimos.

En este trabajo se reconoce la solidaridad a través de las generaciones


y el rol responsable del primo homosexual en la situación de Magdalena.
Se analizarán el desafío de los jóvenes, el rol de la religión en cuanto a
la sexualidad, la importancia de la fiesta quinceañera y la situación no
tradicional: una muchacha embarazada y su pareja homosexual. Además,
se considera que la película, escrita por anglos, incluye la solidaridad
entre los anglos queer, sin embargo, hay un momento en el cual resalta
la inclusión del latino queer en el círculo anglo por ser una raza de “interés
sexual”. Durante la exposición en el Tercer Coloquio ¿Del otro la’o? se
vieron unas escenas de la película, los cuales se explicarán en este ensayo.
Los personajes principales son: Magdalena (Emily Ríos), Carlos (Jesse
García) y Uncle Tomas (Chalo González). Los personajes secundarios
son: el pastor, guardia de seguridad y padre de Magdalena, Ernesto (Jesus
104 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Castaños-Chima); María, madre de Magdalena (Araceli Guzmán-Rico);


Gary (David Ross) y James (Jason L. Wood) –los dos son una pareja gay y
los dueños de la propiedad donde viven Magdalena, Carlos y tío Tomás y
además, son sus vecinos también. La filmación se realiza en Los Angeles,
California, específicamente Echo Park, y los elementos culturales mexicano-
estadounidenses, la venta de champurrado por el tío Tomás, las calles del
barrio, la comida, y la música forman parte de la riqueza en tal ciudad.

Las ideologías religiosas afectan el comportamiento de los padres hacia


los jóvenes, Magdalena y Carlos, que han cometido un “pecado” contra
la religión o lo que dice la Biblia. Si Ada María Isasi Díaz dice en su obra
Mujerista Theology: A Theology for the Twenty-First Century que: “[t]here is
no way you can deal with Hispanics, study our culture, or read our literature
without encountering popular religion” (74), propongo que en las películas que
tratan los temas de “Hispanics” hay inclusión de la religión también y, el título
Quinceañera demuestra el aspecto religioso por ser una ceremonia religiosa
o espiritual de origen azteca la cual se celebra los quince años de una joven
como el momento que se convierte de una niña a mujer.

La primera escena de la película toma lugar en un salón de evangélicos y


una introducción en español de Ernesto en la celebración de la quinceañera
de Eileen García (Alicia Sixtos), prima de Magdalena. La tradición de la
quinceañera es popular en los países latinoamericanos y se reconoce en las
familias latinas en los EE. UU., en este caso presente, la tradición mexicana-
americana o chicana. La quinceañera celebra la madurez de la niña, que se
supone que sea virgen, y después de la ceremonia y celebración se le trata
como una mujer. Entonces es una especia de transformación o conversión
a mujer. La joven se viste como una novia, lleva su traje blanco, y su novio,
sus damas y caballeros llevan sus trajes y ternos. Aunque suele haber una
ceremonia religiosa, y en un local un baile tradicional, la fiesta con comida y
un baile con música popular, lo más importante de la quinceañera sin duda se
define por lo que dice Ernesto en una conversación con María: que su gran
día “tiene que dejar huella en su vida espiritual. Pero si todo esto solamente
significa subirse en un Hummer Limo y andarse comparando con su prima
Eileen, entonces que Dios le ayude (21:21-21:32). Por lo tanto, se entiende
la importancia que la quinceañera es una celebración espiritual, sin embargo,
el Hummer Limo demuestra lo moderno de la fiesta quinceañera y que se ha
convertido un poco en un evento materialista.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 105

LA QUINCEAÑERA

En la cocina alumbrada del local donde ocurre la fiesta de quinceañera de


Eileen, una tía menciona a Carlos, “I haven’t seen Carlos yet” (6:01-6:03). La
madre de Carlos, Silvia (Carmen Aguirre), responde, “[w]ell he’s not coming”
(6:03-6:04). La tía sorprendida, le pregunta, “He’s not coming to his own sister’s
quinceañera?” (6:04-6:06) La madre confirma la marginalización de Carlos
que no se le invitó al quinceañero de su hermana Eileen. Con un suspiro, la
madre disgustada contesta, “Don’t talk to me about that boy” (6:09-6:11). En
cuanto a los efectos luminosos, los directores utilizan la claridad y la oscuridad
como una técnica de presentar a los personajes. Carlos se presenta como una
persona misteriosa e intrigante por la incertidumbre que el espectador siente
al ver este personaje en sus primeras escenas de poca luz.

La siguiente escena presenta a Carlos como un muchacho macho con


un tatuaje de los números 213 en la nuca de su cuello. Camina por una
calle oscura donde hay unas pocas luces amarillas de la calle y demuestra
aspectos de delincuente por robar una rosa de un vendedor ambulante. Corre
del vendedor que le grita, “¡Párate huey! ¡Párate huey!” (6:00-6:40). Cuando
Carlos llega al local de la fiesta de su hermana entra a otra oscuridad. Se
pone atrás de su hermana en un estilo de baile perreo para darle la rosa y
su hermana se da vuelta sorprendida de verlo, “Carlos! What are you doing
here?” (8:38-8:40). Eileen, mirando de reojo a su padre que se acerca, le
aconseja que mejor sería irse, “You better get out of here” (8:44-8:45).

La entrada de Carlos al salón se considera una amenaza a la familia, o por


lo menos a su padre Walter (Johnny Chávez), y el conflicto entre padre e hijo
comienza la acción de la película. Walter exclama, “[g]et out! You disgust me! Get
out of here!” (8:56-8:59). Carlos lo empuja con sus manos en el pecho y grita “Fuck
you!” (9:00). El padre responde con un puñetazo en la cara (9:01). Carlos se cae al
suelo, unos tipos corpulentos lo levantan, lo echan afuera del local, lo tiran al suelo
y Carlos se levanta y de prisa corre para reentrar al local y recibe otro puñetazo
en la nariz. Tal rechazo refleja lo que dice Ilan Stavans en su obra Latino History
and Culture (2007) ”[g]ays, both female and male may be ridiculed, ostracized, and
even attacked by members of their families, acquaintances, and strangers” (83). Al
levantarse, por segunda vez, Carlos se ve confundido, rechazado, su mano por su
cara y son las palabras del tío Tomás que le reasegura que tiene un cariño paternal,
“Carlos, go home. I’ll see you at home” (8:30-9:30). No se sabe la razón por la
cual Carlos no es bienvenido a la fiesta, pero sí vemos la relación constante del tío
106 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Tomás y Carlos. La primera escena de íconos religiosos aparece en la casa del tío
Tomás donde vemos en primer plano la cara de las estatuas de Jesús, una virgen,
un santo, una cruz y el estuche de la yerba de Carlos lo cual tiene una cruz. Hay
comentarios entre el tío Tomás y los parientes de la familia sobre la razón por la cual
botaron a Carlos de la casa y nadie sabe el porqué (10:30-11:10).

LO QUEER

Carlos y Magdalena se encuentran de pasada, por primera vez, fuera del


local de la fiesta de quinceañera, y Carlos la saluda, “What’s up Magdalena?”
(8:13-8:14). Sin embargo, la primera interacción entre ellos toma lugar en la
casa del tío Tomás. Carlos arregla las cañerías del fregadero en la cocina y
entra Magdalena quien saluda a los perros y al tío Tomás. Acostado en el
suelo se oye que Carlos por de abajo del fregadero le pregunta a Magdalena,
“Don’t I get a hello?” (18:15) y “What’s up with you?” (18:19-18:20). A la
segunda pregunta responde Magdalena que Eileen le había contado unas
cosas sobre Carlos,

MAGDALENA: “Eileen told me some things about you.”


CARLOS: “What things?”
MAGDALENA: “Just things.” (18:24-18:30)

Tales “things” denotan ninguna importancia, sin embargo, esas “cosas” se


requieren para crear el suspenso del tema y la curiosidad del espectador. La
fluidez del rodaje es excelente y digna de los premios que los directores han
ganado: Grand Jury Prize y Audience Award (2006).

En la escena que sigue se presentan a los nuevos dueños y vecinos de


la vivienda del tío Tomás, Gary y James. Se reconocen como pareja gay por
una foto de ellos dos abrazados y sonriéndose que cuelga en la pared, y
cuando Gary se asoma por la ventana, ve a Carlos y exclama, “Wow, there’s
a super hot cholo coming up the back stairs . . .” (18:47-19:04). James abre
la puerta y Carlos le pide una herramienta que necesita para terminar de
arreglar las cañerías. Después de unas preguntas James lo invita a la fiesta
de inauguración del hogar (19:04-20:20). Aunque Gary no está de acuerdo
con la invitación que James le dio a Carlos, James le pide que confíe en él.
Tal vez la clave de la conversación entre James y Carlos fue cuando James le
preguntó cuántos años tenía y Carlos le contestó, “old enough” (19:40-19:46),
y James se dio cuenta que Carlos podría entrar en su círculo de amistades.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 107

La fiesta de inauguración de casa de Gary y James (23:00-25:45) trae a la


pantalla una música jazz electrónica, las velas afuera en las escaleras y adentro
de la casa, mucho alcohol, y puro gays anglos menos Carlos y Alejandro
quienes son latinos y hablan español entre ellos cuando se encuentran solos
(25:15-25:32). Alejandro le informa a Carlos de un detalle que le sorprende:
a Gary y James “les encantan los latinos” (25:29-25:33). Luego llega James
con los limones y el tequila (25:34-25:45). El encuentro verdadero y la primera
experiencia homosexual de Carlos ocurren después de la fiesta. Los tres,
Carlos, Gary y James, sentados en la cama posan para sacarse una foto, una
idea de la pareja. Después de verla, Carlos comenta “I’m so fucked up” (26:
16-26:18) y se acuesta en la cama. Gary y James aprovechan la oportunidad.
Comentan sobre el tatuaje abdominal de Carlos que dice “TRAVIESO” (26:22-
26:40) y en una manera sutil el cinturón de Carlos se desabrocha y los dos
complacen a Carlos (26:43-27:11). El hecho de que Carlos solamente camina
a la casita del tío Tomás que queda atrás de la casa de los propietarios resulta
ser una conveniencia para todos. Entonces tal escena reúne a los tres para
luego haber conflicto entre Gary y James por el compromiso que Gary rompe
con James. Supuestamente los tres se acuestan juntos, la pareja Gary y
James y Carlos. Sin embargo, una tarde Carlos se encuentra con Gary, los
dos charlan un rato, y Carlos le hace un gesto cariñoso al cual Gary responde,
“We should really wait for James” (39:37-39:38). Claro que Gary lo dice y
a los segundos toma la cara de Carlos con sus dos manos y se besan sin
esperar a James (39:14-39:56). En otra oportunidad se encuentran en la cama
y hablan de la relación de Gary y James y la diferencia de edad entre los tres.
Carlos es el menor por diez años (48:08- 49:30). El interés latino gay de los
anglos gay se escucha en una conversación de cena entre Gary, James y
otros amigos (56:56-57:30). Algunos de los comentarios acerca de los latinos
durante tal conversación son: “There was this really cute Latin boy at my gym
today. I mean, oh my God, totally El Cholo. Shaved head, tattos, his butt was
like this (gestures with his hands a firm butt)” (57:10- 57:19). James comenta
sobre Carlos y le pide la opinión de Gary, quien dice, “Carlos? He’s really hot”
(57:25-27). Después del comentario de James sobre el pene de Carlos, “he’s
8 inches un cut” (57:28-57:30) el amigo le ruega, “[p]lease bring him over next
time” (57:31-57:33). Entonces el tema del latino gay como objeto o sujeto de
conversación entretiene a los anglos queer de Echo Park. La relación entre
Carlos y Gary termina cuando Gary se le olvida el teléfono en casa. El teléfono
suena, James contesta la llamada, y luego investiga los textos y mensajes del
teléfono de Gary. Gary y James se pelean y Carlos escucha de abajo cuando
Gary dice que no está enamorado de Carlos y que solamente es un nene
cualquiera (1:01:05-1:02:30).
108 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

LA RELIGIÓN

La importancia de la religión y una creencia en la mujer pura virgen se


establece en el hogar de Ernesto y María. Magdalena participa como la cantante
en la Iglesia de Dios Camino de Santidad. Canta: “Yo siento un gozo en mi
alma, gozo en mi alma, gozo en mi alma y en mi ser. Soy como río de agua
viva, río de agua viva, río de agua viva en mi ser” (32:34-33:10). Al probarse
su vestido de quinceañera le queda apretado y sus parientes comentan que tal
vez está embarazada, lo cual es imposible porque afirma que ella no ha tenido
relaciones íntimas con ningún hombre. Los padres y Magdalena discuten el
tema del embarazo. Ernesto le pregunta a su esposa: “¿Cómo pudo pasar
esto? ¿Cómo pudiste dejar que pasara esto?” y María responde que “no sabía
nada” (36:33-36:38). Magdalena sale de su cuarto para defenderse y le dice a
su padre “[i]t’s not what you think.” Sigue el próximo diálogo:

ERNESTO: “¿Cómo crees que se siente tu madre ahora, eh? ¿Después de


la vergüenza que has traído a esta casa? Y no solo eso, a nuestra iglesia que
es peor.

MAGDALENA: The test is wrong!

ERNESTO: ¡No! ¡El examen no está equivocado!

MAGDALENA: It is!

ERNESTO: ¡El que fornica sobre su propio cuerpo peca!

MAGDALENA: I’m telling you papá, I haven’t been with the boy!

ERNESTO: ¡Mientes! ¡Mientes! ¡Estás tan llena de pecado que no quieres


admitir la verdad! ¡Cuando tu maldad esta allí enfrente de tus ojos y todo el
mundo se da cuenta! (36:58-37:22)

María interviene y se termina la confrontación entre padre e hija después de


que el padre le dice varias veces “vete” a Magdalena y precisamente Magdalena
se va de la casa de su padre a la casa de tío Tomás (36:30-38:00). Las reglas
de Ernesto y su religión no permitan que su hija se quede con él aunque esté en
una situación de alta importancia; el padre no ve más allá de su iglesia o lo que
define como pecado y maldad. La honra de la familia mexicana-americana es
sumamente importante y la comprensión no existe en momentos de ira. Cuando
tío Tomás visita a Ernesto para pedirle que platique con su hija, Ernesto responde
que ya no la conoce. Su hija era una que leía la Biblia por la noche, cantaba en la
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 109

iglesia y no era una que andaba con muchachos y fornicando. Al saber que Ernesto
no cambiará de opinión, tío Tomás saca su collar con la imagen de la virgen de
Guadalupe (44:00- 45:10). El hogar de tío Tomás contiene visuales religiosos de los
santos, la virgen de Guadalupe y un jardín verde espectacular que representa un
santuario personal con los cristales colgantes, las flores y botellas verdes y amarillas
decorativas y las fotos de sus seres queridos que incluye una de Carlos. Al regresar
a su hogar después de la visita a la casa de Ernesto, tío Tomás entra a su jardín, se
persigna, y coloca una foto de Magdalena bajo unos cristales y entre las estatuas de
ángeles y otras figuras religiosas.

Al igual que el padre no se responsabiliza de su propia hija, el padre del


bebé, Herman, tampoco está presente para apoyar a su novia. Magdalena
busca a Herman y encuentra a su mamá quien le dice a Magdalena que
Herman le asegura que no hizo nada con Magdalena y que no es padre del
bebé (59:26-59:40). Herman no se responsabiliza de su criatura y Magdalena
se queda como una madre soltera. Tal soledad se yuxtapone a lo que siente
Carlos después del fracaso de su relación clandestina con Gary. Sin embargo,
los dos demuestran la solidaridad en sus momentos que suponen un desafío.

CARLOS, MAGDALENA Y LA SOLIDARIDAD

En el segmento 45:10-46:30 se disfruta de la relación entre los primos,


Magdalena y Carlos. Los dos están en la casa del tío y conversan sobre sus
situaciones que contribuyen a sus vidas marginadas de su familia nuclear.
Carlos, acostado en el sofá, fuma yerba y ve los dibujos animados por la
televisión. Su prima estudia en la cocina y comenta: “You’re such a loser.
Smoking pot in the afternoon and watching cartoons” (45:21-45:25). Carlos
responde: “Look who’s talking. Fourteen and pregnant. Face it. Your life is
over” (45:25-45:28). Magdalena sigue haciendo la tarea y le dice: “No it isn’t.
I’m going to have my baby, go to school and do everything I was planning to
do anyway” (45:31-45:36). Carlos se levanta, se acerca, y conversa con su
prima. Entiende que todos creen que ella miente: “No one believes you, huh?”
(45:56-46:00) y confiesa, “[n]obody believed me all my life” (46:02-46:05).
Magdalena comenta: “That’s cuz you’re a liar, and a thief, and a pot head. And
a gay” (46:05-46:08). A lo cual responde Carlos, “[s]o” (46:09). Carlos ofrece
su ayuda y los dos van a la biblioteca donde buscan por la internet “pregnant
virgen” (46:43-46:46). Después de tal tarde en la biblioteca y una celebración
del cinco de mayo con el tío Tomás, Magdalena entra en conversación con
Carlos sobre su situación amorosa (52:19-53:36). Suena el teléfono de Carlos.
110 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

MAGDALENA: Got a date?

CARLOS Yea, right.

MAGDALENA: Who with?

CARLOS: None of your business rug rat.

MAGDALENA: What do you do with those guys anyway?

CARLOS: (La mira)

MAGDALENA: You embarrassed or something?

CARLOS: No.

MAGDALENA: So?

CARLOS: What do you think we do?

MAGDALENA: I don’t know. I’m a virgen, remember?

CARLOS: Yea, right.

MAGDALENA: Come on, Carlos. I told you stuff.

CARLOS: We mess around, alright?

MAGDALENA: Are you the peanut butter in the sandwich?

CARLOS: Fuck you. (52:25-52:52)

La conversación continúa y da a luz el hecho de que Carlos nunca había


estado en una relación homosexual lo contrario de lo que pensaba Magdalena.
Las “cosas” que le había dicho su prima Eileen fueron parte de una mentira de
su padre Walter. Todos pensaban que Walter le había encontrado a Carlos con
su pareja gay y en realidad Walter “tracked the site [Carlos] used to go to on
the internet” (53:20-53:21). Magdalena reacciona sorprendida, sin embargo,
la noticia no cambia su amistad con su primo, como se había establecido
antes con la mentira de que había tenido relaciones homosexuales, con las
nuevas noticias, la verdad, ella conoce a su primo mejor ahora. Es importante
notar que el nombre Magdalena refleja connotaciones bíblicas por ser la mujer
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 111

pecadora, pero perdonada por Jesús (Juan 1-11). En el caso de Magdalena


de Quinceañera, cuando sus padres se informan de la verdad, de que es una
virgen, tienen otra perspectiva de ella: la aceptan. Jesús perdona a Magdalena
en la Biblia, y vemos al final de la película que Ernesto le pide disculpas a su
hija Magdalena por haberla tratado mal. Por último, tanto trauma que pasa
el padre, Magdalena llega a su propio quinceañera en su deseado Hummer
Limo y la presencia de su primo Carlos como su acompañante (1:24:28).
Además, una pareja lesbiana de Echo Park asiste a la ceremonia (1:26:15) y
la aceptación de la quinceañera embarazada y el acompañante gay requiere
una celebración enorme.

La lección de las vidas de estos dos protagonistas, Carlos y Magdalena, se


basa en el amor humano, el amor al prójimo. Carlos no comete ningún daño a
sus familiares, sin embargo, su vida no cuadra con la que esperan sus padres.
Aunque la religión se reconoce como un elemento importante, los actos
cristianos no aparecen como significativos en la vida de Ernesto por el hecho
de que juzga a su propia hija. Magdalena pudiera haber regresado a su hogar
antes de que se enterara María de que su hija sí era virgen, pero Magdalena
optó quedarse en la lucha con Carlos y el tío Tomás. Carlos le dice a Magdalena
que debe preguntarle a sus padres por algún dinero para comprarse ropa de
maternidad y decirles que descubrió la razón de su embarazo. Sin embargo,
Magdalena contesta: “Why should that be so important? So that they could
hold their head up in the church? So that I can be a good girl again? So, stupid”
(1:07:47-1:08:00). Claro que todos no creerán la verdad, de que es virgen,
especialmente sus amigas de la escuela quienes comentan: “At least I’m not
going around claiming I’m a virgen when I’m carrying a baby” (1:03:16-1:03:22)
y “Hail Mary full of grace” (1:03:24).

CONCLUSIÓN

Jennifer Ayala comenta en su reseña de “Once Upon a Quinceañera:


Coming of Age in the USA de Julia Álvarez e Hijas Americanas: Beauty, Body
Image and Growing Up Latina de Rosie Molinary” sobre la latinidad que se
encuentra en las obras y en el cuento de hadas que se les dice a las jóvenes.
Sobre la sexualidad dice que hay un mensaje que las jóvenes latinas deben
esperar hasta que se casen para tener relaciones sexuales con su pareja.
Se ve como una obligación familiar, sin embargo, hay conflictos dentro la
familia: el varón sí puede salir para explorar, la mujer no. Ayala escribe,
“[d]ating, going out, and same-sex partnerships were behaviors equated
with being “Americanized”; authentic, responsible, Latina daughters lived at
home with their families until they got married” (204). Al enterarse Ernesto
112 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

que su hija está embarazada, Magdalena sale de la casa demostrando una


responsabilidad de continuar sus estudios, tener su bebe y luego buscar un
lugar donde su tío Tomás, Carlos y ella puedan vivir después de que Gary
y James los desalojan por razones personales con Carlos. Cuando Walter
rechaza a su hijo por su preferencia sexual, Carlos sigue adelante y acepta
la responsabilidad de ser su propia vida y de ayudar a su prima como pueda,
hasta que le ofrece ser un padre para su hijo: “Someone’s got to take care of
that kid. And be a father to him. It might as well be me” (1:11:52-1:12: 07).

En fin, Quinceañera, una producción de Kitchen Sink Entertainment LLC


producida por Anne Clements, es una película cíclica que demuestra el
paralelismo entre la vida de Magdalena y Carlos: los dos primos, Carlos y
Magdalena, se encuentran sin pareja y marginados, pero juntos con el tío
Tomás. Se anotaron los temas de la sexualidad y la religión, la honra de la
familia mexicana-americana, la tradición de la celebración quinceañera y, en
el caso del film bajo estudio, la participación no tradicional de un joven queer
que ayuda realizar la fiesta quinceañera de su prima. La investigación sobre la
película Quinceañera da consciencia a la cultura popular U.S. Latino y llena un
vacóo en los estudios sobre el cine, U.S. Latinos y el aspecto queer.

BIBLIOGRAFÍA

Ayala, Jennifer. Book Review. Speaking from the Body: Latinas on Health
and Culture. Angie Chabram-Dernersesian and Adela de la Torre. Tucson: U
of Arizona P, 200. 202-07.

Espinoso, Gastón and Mario T. García, eds. Mexican American Religions:


Spirituality, Activism, and Culture. Durham: Duke UP, 2008.

Holy Bible. New Century Version. Texas: World Bible Translation Center,
1996.Isasi-Díaz, Ada María. Mujerista Theology: A Theology for the Twenty-
First Century. New York: Orbis Books, 1996.

Jaafar, Ali. “Room at the Bottom”. Sight & Sound 16.10 (2006): 5.

Marangi, Michele. “Non èpeccato la quinceañera”. Cineforum 46.8 (2006):


78.

Stavans, Ilan. Latino History and Culture. New York: Collins, 2007.
HOW DID EDWARD LOSE HIS ACCENT?

Teddy Alexis Rodríguez

Lista de Personajes
Edward – hombre en sus 30 y largos años
Tricia – mujer entre sus 20 y 30 años.
Lane – hombre en sus 30 años
Papeles Secundarios – Voces, Tía Enid

Esta obra es dedicada a mi amigo Ed Check y está escrita en su honor. La obra


puede tomar lugar en el Apartamento de Edward. El tiempo de la obra es presente,
pero algunos personajes pertenecen al pasado y la mayoría tiene diálogo.

ESCENA 1: LA MIGRA

Edward: La primera vez que vine a los Estados Unidos, era muy ingenuo,
aunque no tan ingenuo como la mayoría de la gente pensaba. Vivía en un
apartamento donde nos quedábamos doce personas. Sí, doce. No, no en
un cuarto, teníamos tres cuartos, ¿qué te crees? Yo trabajaba en un deli
preparando comida “mejicana.” También debo admitir que yo casi no sobrevivo
mi pubertad. Yo nací en un lugar llamado Granada en Nicaragua. La mayoría
de la gente no sabe donde es… así que cuando me preguntan…
Voz 1: ¿Tú eres mejicano, verdad?
Voz 2: ¿De dónde tú eres? ¿Puerto Rico?
Voz 1: ¡Dios mío! ¿Tú eres de Brasil, cierto?
Voz 2: No wait, oh my God are you Canadian?
Edward: Really? Yo simplemente digo que sí, y lo dejo pasar. Mi hermano
era un hombre muy rico, pero un día él decidió invertir todo su dinero en la
bolsa de valores. No creo que tenga que contar cómo terminó esa historia.
Luego de la muerte de mi madre decidí irme de casa porque mi padre estaba
muy ocupado con su nueva noviecita. Realmente sentí que estaba estorbando
114 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

su relación, y realmente yo no tenía ningún derecho. Así que decidí hacer lo


que muchos hacen, irme a Estados Unidos a empezar una nueva vida…

ESCENA 2: LA EXPOSICIÓN

Edward está en su apartamento arreglándose y recogiendo algunos


tereques calmadamente. Patty, su mejor amiga lo apresura.
Patty: Ed, ¿terminaste?
Edward: No, no he terminado, cálmate es temprano.
Patty: Estoy como ansiosa.
Edward: No te preocupes, todo va a estar bien. ¿Qué tú tienes puesto?
Luego no te sorprendas cuando la gente te pregunta si eres la conserje.
Patty: Esta es tu primera exposición solo. ¡Qué emoción! Todavía recuerdo
mi primera exposición.
Edward: No me recuerdes que ya tuviste una exposición sola. Eso solo
me recuerda cuán viejo soy, y lo mucho que me tardo en lograr las cosas.
Patty: Por favor, eso no es justo. Tu vida ha sido mucho más complicada
que la mía. Además, este es un día feliz. Así que lo que tenemos que hacer es
disfrutarlo. Oye, hablando de complicaciones, ¿qué paso con ese muchacho
con quien te encontraste los otros días?
Edward: ¿Lane? Si supieras como nos conocimos.
Patty: Soy toda oídos.
Edward: Bueno nos conocimos justo después que llegué a los Estados
Unidos. Nos conocimos en una barrita que había cerca de donde trabajaba. ¡Él
era hermoso! Todavía lo es, pero imagínatelo cuando tenía veinte.
Lane: What’s up Beaner!
Edward: Hey whitie.
Lane: ¿Qué haces por estos lados tan tarde?
Edward: Acabo de salir de trabajar del Mexiplus.
Lane: Ya veo. ¡Tu acento es bien marcado!
Edward: Lo sé, estoy tratando de que se me vaya.
Lane: ¿De verdad? Bueno yo tengo algo aquí que funciona como una
medicina en contra de los acentos.
Lane se agarra sus pantalones y toca su pene.
Edward: Necesito probar de eso.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 115

Lane lo agarra apasionadamente y lo besa bruscamente. Edward lo besa


también y agarra el pene de Lane, luego empieza a besar su pecho mientras
va arrodillándose.
Edward: Ah y no me llames beaner, que a mí no me gustan los frijoles.
Edward asume posición de sexo oral.
Patty: ¡Por favor y tú le creíste eso!
Edward: ¡Patty Dios mío! Claro que no. Lo que me parece increíble es que
él creyó que yo me lo creí.
Patty: Entonces tú sabías que era mentira. ¿Y por qué lo hiciste?
Edward: Porque él estaba bueno. Tú no le dices que no a un hombre como ese.
Patty: ¿Y qué pasó luego?
Edward: Muchas cosas pasaron entre nosotros. El era políticamente
incorrecto, y eso me encantaba.
Lane: (Al teléfono.) Mi beaner, es de Nicaragua mi amor. ¡Supera eso!
¿Dónde es Nicaragua? Chico en México, en algún lugar, no sé.
Patty: ¡Qué mal!
Edward: Pero nuestras diferencias solo hicieron nuestra conexión más
fuerte. El pensaba que yo era ignorante y a mí me encantaba (haciendo su
acento más marcado) jugar al inocente inmigrante que no sabía hablar Inglés.
Y luego nos convertimos en un cliché.
Patty: ¿Por qué dices eso?
Edward: Él se infectó con el virus del VIH.
Patty: ¿Qué? Entonces eso significa que tú…
Edward: No, él no me infectó. Luego de enterarse, nunca volvió a ser el
mismo. Se la pasaba pensando todo el tiempo. Y luego, así como apareció
un día de la nada: desapareció. Por eso me sorprendió tanto verlo… después
de tantos años. Realmente pensé que ya había muerto. Cuando estábamos
juntos era como una hoguera gigante, todo era bien primitivo, y aunque él
no entendía mi cultura, y yo tampoco puedo decir que entendía la de él,
lo importante era… era que nos entendíamos el uno al otro. Mucha gente
pensaba que él se aprovechaba de mí, pero no era cierto.
Lane: ¡Ay, por favor! Por supuesto que me aprovechaba de él. ¿Qué? No
me miren con esos ojos llenos de desapruebo. Si estuvieran en mi posición
hubiesen hecho lo mismo. Él era guapísimo, y ese acento me volvía loco. Así
que traté el piropo más estúpido de la historia. Le dije que se podía deshacer
de su acento si me mamaba el pene. Al principio pensé que me había creído,
pero luego me di cuenta que realmente no me creyó. Pero lo que él no sabía
116 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

era que yo sabía, que él sabía, ¿entiendes? Yo creo que la razón por la cual
hacíamos todo aquel teatro… primero, no pueden negar que era sexy. Pero yo
creo que la razón principal era la manera en que nos criaron. A nosotros nos
criaron con la técnica más efectiva de todos los tiempos: la culpa. Mi madre
siempre me pegaba, en serio. Por cualquier cosa, siempre encontraba una
excusa para pegarme. Hasta que un día me harté y le pegué… y ella comenzó
a llorar y me dijo una historia pendeja de una niña que le había pegado a su
mamá y murió a consecuencia de haberlo hecho. Y que luego cuando fueron
a ponerla en su ataúd, no podían cerrarlo porque la mano se le había quedado
tiesa en la posición en la cual le había dado a su madre. Y, por supuesto, como
toda historia de mi madre tenía un gran final feliz. La niña: se fue directo al
infierno. Yo sé que yo voy a ir al infierno, y creo que me voy a encontrar con
par de ustedes allí.

ESCENA 3: HISTORIA DE DOS TRAJES

Otro día en el apartamento de Edward o en su estudio. Ambos conversan


casualmente.

Patty: Ed, tengo que preguntarte algo. Estoy curiosa, ¿por qué tu usas
todos tus acrílicos, pero no usas el color marrón? Es la única pintura que está
sin usar.
Edward: El marrón es un color horrendo.
Patty: ¿Ah sí? Y que tal del rojo horrendo que usaste en “Tres bananas
guindando en una banqueta.” (Pausa.) Discúlpame, eso estuvo un poco fuera
de lugar.
Edward: No puedo creer que llamaste a mi rojo-perlado-encantado, feo.
Además, tengo problemas con ese color.
Patty: Lo sé, por eso te pregunto.
Edward: ¿Dónde aprendiste eso? ¿En tu clase de sicología del color?
Patty: De hecho… sí.
Edward: Desearía que nunca hubieses tomado esa clase. Te pusiste
tan molestosa, no podíamos salir de compras sin que te pusieras a
decir (Hablando como anfitrión de película documental.) “sabías que
una persona que prefiere una camisa amarilla en vez de una roja, está
tratando de expresar bagaje emocional relacionado al trabajo…” Un día
trataste de explicarme por qué había comprado pimientos morrones
amarillos, por favor. No puedes entender que simplemente se ven bonitos
con mi pechuga de pollo.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 117

Patty: ¿Sabes qué? Yo antes odiaba el color turquesa. Cuando estaba en


la escuela intermedia…
Edward: No una historia de escuela intermedia…
Patty: … la maestra que estaba a cargo de los eventos de la graduación
decidió que era una buena idea que todos nos vistiéramos de colores en
combinación. Y decidió que los colores iban a ser melocotón y turquesa. Yo
decidí que mi traje iba a ser color turquesa, y por supuesto todas las chicas
compraron trajes color melocotón y los muchachos todos con sus camisas
turquesas. Desde entonces me llamaba Patta, la bucha. Las masas son tan
originales. Mi vida se convirtió en un infierno luego de eso, por culpa de ese
maldito traje. Nunca usé el color turquesa en ninguna de mis pinturas hasta
que hice mi maestría… sabes lo difícil que es evitar usar cualquier color que
se parezca al turquesa especialmente cuando vives en la costa. Hasta que un
día escuché algo que me hizo cambiar. Fui a un conversatorio que se llamaba
“Las lesbianas en el baño.”
Edward: ¡Las lesbianas en el baño: Los monólogos de la vagina 2.0!

Patty: ¡No te burles de Los monólogos de la vagina! ¿Sabes qué? Yo estoy


aquí abriéndote mi corazón y tú estás burlándote de mis sentimientos, tú
podrás ser gay, pero eres idéntico a todos los hombres.
Edward: Perdóname, te estoy escuchando.
Patty: Fui a este conversatorio donde esta mujer estaba hablando de
cuando se mudó de su casa para ir a la Universidad, y cuán importante fue
para ella liberarse sexualmente. Sus padres le habían dicho que no fuera a
los baños públicos porque había lesbianas allí. Entonces se dio cuenta de los
años que llevaba oprimiendo su sexualidad, porque el primer lugar que fue a
visitar cuando estaba en el campus fue el baño. Y ella dijo: “no puede encontrar
a ninguna lesbiana en el baño, pensé que iban a estar allí esperándome. Solo
vi a una: estaba allí mirándome a través del espejo.” Luego de eso, terminé mi
exhibición para mi defensa de tesis…
Patty and Edward: 202 Tonalidades de turquesa.
Edward: Yo no sabía eso.
Patty: Bueno ahora lo sabes. Entonces, dime… ¿cuál es tu problema con
el color marrón?
Edward: Bueno… no sé. (Pausa.) Bueno está bien te voy a decir ya que
este es un día de honestidad. Te sorprenderá saber que mi problema con el
marrón también está relacionado con un traje.
Patty: ¿Cómo así?
118 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Edward: Tenía siete años cuando todo comenzó. Un día le dije a mi mamá
que quería ponerme un traje de las Niñas Escuchas. ¿Cómo les llaman aquí a
las muchachas? Esas que venden galletitas.
Patty: Brownies.
Edward: (Ofendido.) ¿Discúlpame?
Patty: Así se llaman, no bromeo.
Edward: Bueno, pues mi mamá, Dios la tenga en la Gloria, consiguió que la
vecina me prestara su traje de niña escucha. Con mucha emoción me lo puse
y me monté en mi bicicleta y comenzé a dar vueltas por mi vecindario. Uno
de mis vecinos empezó a llamarme Mariquita, y yo pensé que estaba siendo
amable conmigo. Hasta que mi hermano me dijo que era lo que significaba
y desde entonces todo el mundo en la escuela me molestaba, por eso digo
que realmente por poco no sobrevivo mi pubertad. Porque los sobrenombres
no pararon ni en la escuela superior, solo se pusieron más insoportables. Yo
básicamente bloqueé el suceso de mi mente hasta un día que tuvimos una
reunión familiar…
La tía Enid entra y recrea la escena.
Aunt Enid: ¿Edward cómo te va en la escuela?
Edward: Yo estaba en mi sexto año de la universidad y todavía no había
terminado ni la mitad de mis créditos. Estaba teniendo problemas con mi
personalidad, con mi sexualidad y no sabía que quería hacer. La escuela está
más o menos, gracias por preguntar. Mi tía Enid era la esposa del hermano
de mi papá. Pero, estoy seguro que era familia del mismo Lucifer. Ella tenía
el matrimonio perfecto y los hijos perfectos. El hijo mayor era Ramón y la
pequeña María. Ramón era de mi edad y compartimos mucho tiempo junto,
cuando éramos jóvenes. Y mi tía no perdía ni un segundo en mencionar el
hecho de que Ramón era mucho mejor que yo…
Aunt Enid: Bueno, pues mi Ramoncito está a punto de terminar su maestría
en Ingeniería Eléctrica, él está tan feliz. Le propuso matrimonio a Elena y en
cualquier momento le van a poner fecha a la boda.
Edward: Si ella supiera que Ramón y yo experimentamos tanto juntos…
sexualmente. Y le encantaba que yo lo penetrara.
Aunt Enid: Ramón siempre me ha hecho tan feliz. Yo lo crié muy bien. Yo
creo que el problema contigo Edward es que tu madre te complació demasiado
cuando eras pequeño. Dejándote hornear todas esas galletas y todo el asunto
del traje de las niñas escuchas: eso fue lo que te llevó a ser homosexual.
Patty: Oh no, she didn’t!
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 119

Edward: But she did.


Patty: ¿Y qué pasó?
Edward: Cuando se fue de casa, me sentí enfermo y vomité toda la
noche. Estuve enfermo por una semana. Eso me dio una depresión y una
vergüenza... Sentía que era un adolecente de nuevo, estaba perdido… y
lo peor fue que por la vergüenza nunca volví a ser el mismo con mi madre.
Justo antes de que muriera un día me dijo: “¿sabes qué Ed? Eres todo
lo que he deseado…” pero nunca le dije gracias o nada, solo me quedé
mirándola… me tomó tanto tiempo superarlo, estaba tan confundido.
Edward llora.
Patty: Oh Ed, no llores. A alguna gente le toma más tiempo descifrar
quienes son. Alguna gente hasta muere sin saberlo.
Edward sigue llorando en un torbellino de emociones.
Patty: ¡Ya sé! Tienes que agradecer a tu madre. ¿Ella está enterrada acá?
Edward: No, está en Nicaragua.
Patty: Entonces tenemos que hacer una ceremonia aquí. No te preocupes
que yo me encargaré de todo.

ESCENA 4: UNA NOCHE CON SEGUNDA PARTE


Lane visita a Edward. Es la primera reunión que han tenido después de
encontrarse años después de su relación.
Edward: ¿Cómo has estado?
Lane: Nada mal y ¿tú?
Edward: Estoy bastante bien. ¿Sigues trabajando de mesero?
Lane: No exactamente, pero se puede decir que estoy en el negocio de
los servicios…
Edward: ¡Qué! ¿Qué estás haciendo? ¿No me digas que te estás
prostituyendo?
Lane: Nah, soy una puta retirada. Pude ahorrar suficiente dinero para abrir
mi propia tiendita de reparaciones. Es downtown, deberías de ir un día de
estos cuando tengas tiempo.
Edward: Me encantaría.
Lane: Tengo el retrato que me hiciste allí.
Edward: Pensé que lo habías botado.
Lane: Fue lo único que me lleve cuando me fui.
Edward: ¿Por qué?
120 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Lane: No sé, porque era lo único que me recordaba de lo bien que me


veía, pensé que me iba a poner flaco y a morirme de SIDA. Mira, siento mucho
haberme ido de la manera en que me fui.
Edward: Nunca entendí por qué te fuiste así, hubiese deseado que por lo
menos me lo hubieses dicho. Solo quería despedirme.
Lane: ¿Todavía estás en la universidad? ¿O ya terminaste?
Edward: Claro que terminé, eso fue hace mucho tiempo.
Lane: Ya veo, bueno tú sabes que no entiendo bien el tiempo.
Edward: Lo sé, el tiempo nunca te entendió a ti tampoco. Ahora que te miro
casi ni te reconozco.
Lane: Lo mismo digo yo de ti. Hasta casi ni tienes acento.
Edward: Casi, pero todavía tengo un poco.
Lane: ¿Sabes qué? Yo tengo algo que funciona mejor que la medicina para
remediar acentos.
Edward: ¿Tú crees que eso todavía funciona?
Lane: Funciona mejor que nunca porque la receta ha sido perfeccionada.

Ambos se ríen y se abrazan.

ESCENA 5: LA CEREMONIA

Edward está vendado en el medio de una sala, hay un pequeño altar que
parece dedicado a una Santa o a la Virgen María. En el altar hay un traje que
parece flotar y está colgado de un gancho de ropa.

Patty: ¿Estás listo?


Edward: Sí.
Patty: ¡Ta-da!
Edward: ¿Cómo… de dónde, cómo conseguiste el traje de mami?
Patty: Tengo conexiones con el más allá… Pausa. Nah, llamé a tu hermano
y él muy dadivoso me lo envió.
Edward: Si no fuera por John, lo más probable yo no estaría vivo.
Patty: (Como si estuviera siguiendo un tipo de protocolo.) Amados, este no
es un día de tristeza, sino un día de alegría. Hoy todos los patos, maricones,
mariquitas, afeminados, come-matress, y bugarrones se unen para celebrar
la renovación de vida de Edward. Aquí frente al traje de su mama, él le
agradecerá por ser primeramente una dama tan elegante, y también por ser
la persona de la cual Ed aprendió su forma tan peculiar de caminar. Hoy le
rendimos honor a ella, y nos reunimos para cerrar un capítulo en la vida de Ed,
pero también para comenzar otro. Y ahora, el momento que todos estábamos
esperando: el tributo. Ed, es tu turno.
Edward: (Tímido.) Ma… Gracias por haber sido una persona tan
maravillosa, por entenderme y nunca juzgarme… gracias por dejarme usar
el traje de Verónica… y como yo no soy muy bueno con las palabras te voy a
dar esto.Él busca un pequeño canvas donde ha dibujado a su madre con una
aureola. Te he dibujado como una santa porque para mí eso fue lo que fuiste.
Una santa que hacía todos los milagros posibles. Y gracias a ti sobreviví mi
infancia, te amo. Gracias.

ESCENA FINAL: EL PROM

Patty y Edward están vestidos con ropas bien exageradas de la moda


de los 1980. Patty tiene un traje que parece que fue hecho con la tela color
turquesa más barata de la tienda.
Patty: ¡Vámonos!
Edward: ¡Cógelo con calma, ya casi estoy listo! Además tenemos que
esperar a que Lane llegue.
Patty: Pensé que se iba a encontrar con nosotros allá.
Edward: No, él va a llegar aquí. Quiere que lleguemos juntos.
Patty: Creo que este party va a ser un éxito. El que se inventó “80s Gay
Prom,” es un genio.
Edward: Yo también pienso que la vamos a pasar muy bien. Creo que
Lane llegó.

Entra Lane cargando una caja.

Lane: Disculpen que estoy un poco tarde. Te conseguí un disfraz.


Edward: ¿Para mí? ¿Por qué? Ya tengo uno.
Lane: Pero, este va a ser mucho mejor.
Lane le da la caja a Edward. Edward la abre la hermosa caja y dentro hay
un traje que se parece al traje de las niñas escucha.
Patty: Oh Edward, ¡póntelo!
Edward: Ese día fuimos a la fiesta y por segunda vez en mi vida tenía
puesto un traje de las niñas escuchas. Sólo que esta vez no me dio vergüenza
o miedo. Esta vez estaba orgulloso de él, y en aquella fiesta mi vida tomaba un
122 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

nuevo giro. Y justo cuando pensé que aquel día no se podía poner mejor, en
el medio de la pista de baile mientras bailaba con Lane, veo una cara a la cual
conocía muy bien: mi primo Ramón. Allí estaba besándose con un blanquito…
no nos hablamos solo nos dijimos hola con la mirada y ambos en el medio de
aquella masa de gente celebrábamos el hecho de que ambos, por fin, éramos
libres. Después que nos fuimos de la fiesta, estábamos caminando hacia el
carro y nos encontramos con la vecina más conservadora del edificio. Ella
estaba con su nieta y nos dijo “wao esos disfraces están bien llamativos” su
nieta me miró con mucha atención y dijo: “abuela. Me gusta mucho el traje de
Ed” y desde ese momento supe que todo iba a estar bien.
--Fin--

© 2009 Versión original al inglés por Teddy Alexis Rodríguez

© 2010 Teddy Alexis Rodríguez

email: teddyalexis@gmail.com
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 123

“EVERYTHING BELOW IS WHISPERS:” “MACHOS” AND


“PATOS” IN THE FICTION OF JUNOT DÍAZ

Christopher Powers
University of Puerto Rico-Mayagüez

Queerness emerges on the sly in the titles of the two published works of
fiction by the Dominican-American writer Junot Díaz. The titular necessity
of Drown, Díaz’s 1996 short story collection, and The Brief Wondrous Life
of Oscar Wao, his 2007 novel, is by no means self-evident, even after a
completed reading. They teasingly invite interpretation. The reading I propose
of these titles implicates them in what I call a poetics of queer emergence. My
exploration of this poetics is, as always with literary studies, also a question
and questioning of reading, interpretation, of undressing. It is an exercise in
an out reading of “straight” texts that doesn’t seek to “queer” them, but rather
bends an ear attentive to the voices and whispers that speak of their sexuality
and textuality. In these whispers I hear an emergence, a futurity, an anticipatory
illumination, an opening toward a queerness-to-come, a utopian desire and a
resilient resistance of the object that exceed any interpretation that is blind to
queerness. This intervention hopes to lay out another instance of a protocol
of reading I would defend as unavoidable, inevitable, and irrepressible: namely
that a straight reading of straight texts cannot fail to fail and that queer readings
are not to be limited to queer texts, but required as well for any reading of
the sexuality and the textuality of any literature. In other words, to be a good
sextual reader, one has to be an out reader. Thus, aside from asking a question
about two flirtatious titles, I also want to push the envelope on the discourse
around straight and queer texts and their readings, and propose queerness
as constitutive of a sense of futurity implicit in contemporary (straight) fictions,
which, in this case, are also Latino fictions.

But first, I want to underline a difficulty at the outset. I don’t aspire here to
what the late Eve Sedgwick laments as the “paranoid” readings dominating
much of queer literary studies under the sign of a general “hermeneutics of
suspicion” but rather offer a poetics of emergence as one of the “ways around
the topos of depth or hiddenness, typically followed by a drama of exposure,”(8)
that Sedgwick proposes. Thus my effort at an out reading is not a reading that
outs, not a queering in the manner of excavating, from beneath the patent
124 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

textual surface, the submerged latency of a repressed homosexuality. It’s not


about proving that Harry Potter is really gay after all, or even that Hemingway’s
masculine men are only so by dint of a certain homosociality. Nor about the
noble labor of chronicling chronic homophobia in popular fictions. My point
of departure is a “straight” text that marks its own (queer) submergence, and
presents readers with the open question of emergence. Let me complicate my
disclaimer: I use the word emergence not in the sense of an origin that would
ground and close a process in search of its beginning, and so I don’t imply
a poetics of emergence as a search for the origin from which they emerge,
but rather as one that lingers on the threshold, the point of indifference
between submergence and emerging, that between inside and out. A poetic
of emergence could thus equally be called a poetics of the threshold, a poetics
of the not yet but also already out. My reading focuses not on a happy-ending
narrative, in which the conflicts of self-denial proceed to self-acceptance and
an eventual felicitous coming-to-outness, but rather on a reorganization of
desire in a straight text that disturbs heteronormativity and inserts queerness
into heterosexual self-complacency.

Drown is a collection of stories that chronicles the youthful experiences of a


Dominican-American narrator we come to know as Yunior, who later emerges
as the narrator as well of Diaz’s first novel The Brief Wondrous Life of Oscar
Wao. Drown’s stories were originally published in recognized literary journals
like The Paris Review and its publication in book form was widely heralded as
the arrival of a new and important voice that represented a fresh generation
of Latino writers. A first novel by Díaz was long-awaited and much-delayed:
Díaz explained the lag between Drown and The Brief Wondrous Life of Oscar
Wao repeatedly in various interviews to the effect that he needed to become
the person he needed to become in order to write the novel. When The Brief
Wondrous Life of Oscar Wao was finally published, it was welcomed with
a flood of positive reviews and led to the Pulitzer Prize for Prose Fiction for
2008, only the second awarded to a Latino author after the 1990 prize for the
novel The Mambo Kings Play Songs of Love by the Cuban-American Oscar
Hijuelos. Why did Drown and then The Brief Wondrous Life of Oscar Wao
garner such acceptance and praise in the media and reading public? This is
in part explained by the cultural politics of race and ethnicity in the United
States and the growing cultural impact of Hispanic immigrants, along with the
consequent growing demand for narratives that translate immigrant experience
for the broad public, as has been the trend in American cultural politics for the
last several years (Kushner). Díaz’s voice also creatively explored the literary
possibilities of Spanglish in a narrative that portrayed the intimate realities
of Latino life in a form that is both rigorously honest and widely accessible,
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 125

making the novel a hot read for an increasingly Spanish-language and Latino-
conscious reading public in the United States.

Drown charts the narrator’s youth in ex-urban New York, his coming of age
in the context of a working class immigrant family, his formative experiences
during summer return trips to the Dominican Republic, his adolescent
adventures in the Latino ghettos of New Jersey and his eventual involvement
in drug use and minor-league drug dealing as a teenager. But unlike previous
confessional Latino narratives of the experience of racism, marginalization,
poverty, urban violence and drug addiction such as Piri Thomas’s 1967
Down These Mean Streets, Drown also presents Yunior, as we come to
know him, as a introspective, thinking autodidact, an emergent intellectual,
who is also embedded in the popular culture of 70s and 80s America, an
aspect exponentially amplified in The Brief Wondrous Life of Oscar Wao. The
narrative of disfunctionality associated with the confessional literature of an
earlier generation is consciously superceded in the life story of Yunior, which at
the same time is concerned to preserve the hard-bitten edge of the street-wise
bad boys of that earlier generation of Latino fiction.

The title story of the book Drown relates the initially unnamed protagonist’s
relation to his former best friend Beto, who, as is announced in the opening
paragraph, “is a pato now.” (91) The “macho” protagonist’s ambivalence
toward re-encountering Beto during his return visit to their barrio, after having
left for his first year of college, occasions recollections of their friendship and
past sexual encounters. The story “Drown”, the longest in the book, describes
the adventures that the youthful Yunior undertakes with Beto, slinging drugs,
shoplifting, causing trouble, and one night, with a group of rowdy friends,
driving by the “fag bar” where “patos are all over the parking lot, drinking and
talking”. When one of the rowdies in the car shouts “Fuck you!” to the gays
outside the bar, another one teases him with the interjection “Original!” to which
he rejoinders “eat me,” to which yet again another macho friend in the backseat
during their midnight ride says “yeah, eat me” (103), one of several ironically
homoerotic references inserted into the dialogue between machos in the text.

This section in the story serves as a prophetic preface to the next, which
begins with the initially enigmatic line “Twice, that’s it” (103), which, the reader
learns, refers to the two sexual encounters between Yunior and Beto. The first
is described in elliptical fashion –the two youths are watching Beto’s father’s
pornography on the television one afternoon alone when Beto “reached into my
shorts” after which Yunior comes “right away, smearing the plastic sofa covers”.
The next day Yunior avoids Beto: “mostly I stayed in the basement, terrified that
126 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

I would end up abnormal, a fucking pato, but he was my best friend and back
then that mattered more to me than anything” (104). The second encounter
happens that night, after visiting the swimming pool in the community center,
when an act of oral sex is suggested, but barely described. “We sat in front of
his television, in our towels, his hands bracing against my abdomen and my
thighs. I’ll stop if you want, he said and I didn’t respond. After he was done,
he laid his head in my lap.” (105) The last section of the story recalls Beto’s
words to Yunior, “you can’t be anywhere forever”(107), presaging an out from
Yunior’s current existence in the ghetto and another future for him, one which
will be amply explored in the novel The Brief Wondrous Life of Oscar Wao.

But the narrative time of the short story begins a year after these
experiences, when Yunior is reticent to reencounter Beto, which occasions
Yunior’s memories of their previous encounters. Yunior never does see Beto
on his return visit, but his trace is evident in his words to Yunior from the closing
section cited above. At the beginning of the short story Yunior, tellingly, before
narrating his past experiences with Beto, visits again the Community Center
pool where he and Beto used to meet, and jumps in:

The water feels good. Starting at the deep end I glide over the slick-tiled bottom
without kicking up a spume or making a splash. Sometimes another swimmer
churns past me, more a disturbance of water than a body. I can still go far
without coming up. While everything above is loud and bright, everything below
is whispers. (93)

The passage serves a premonition of the memories of Beto that occupy the
larger part of the story. Beto represents for Yunior a submerged and forgotten
possibility; the encounters between them, submerged whispers that haunt him
like voices from above, now distorted by subaqueous volume. Submergence
underwater brings with it a sense of suspension and the suspension of sense.
Emergence from this underwater suspension of sense is what the narrator of
the story “Drown” avoids, a queer futurity lost in the ongoing masculine identity
formation of Yunior, but registered in the consequent narration of the story in
the form of an extended reminiscence of his friendship and sex with Beto. The
image of the submergence of the narrator in the pool in this passage is the key
to understanding the enigmatic title of the story and the collection as a whole:
the suggestion is that Yunior’s youth in the ghetto is a form of submergence,
from which he must emerge in order to become who he is meant to become.
(In other words, the Drown of the title is a reference to the story’s implicit moral:
“Beware of drowning in the place you come from.”) Beto’s admonition that “you
can’t be anywhere forever” is thus on one level advice to his friend to break out
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 127

into the broad world and make himself: but it is coterminous with an implied
message to the narrator, who has denied Beto by not seeing him on his return
visit but who has, on a narrative level, confessed, has outed himself, has
emerged, has told the story, however elliptically, of the homoerotic encounters
between them. Yunior has filled in a silence in his own story, one of the “páginas
en blanco” which will become a repeated image in The Brief Wondrous Life of
Oscar Wao. The poetics of queer emergence my reading has so far sought out
is thus one frustrated, truncated, denied empirically but completed narratively, a
threshold poetics detained at the threshold, suspended between submergence
and emergence. Yunior, in his later appearance in The Brief Wondrous Life
of Oscar Wao, is presented as a womanizing Dominican, whose machista
sexuality serves as a counterpoint to that of the frustrated nerd Oscar. His
coming to voice in “Drown” implies a futurity for Yunior, a queerness that marks
the futurity of the text, but it is not about Yunior adopting or negating a queer
identity, not a narrative of overcoming internal repression and his conversion
into outness or lifelong closetedness, but of a straight narrator who reveals his
homoerotic experiences in his past, thus normalizing the queerness that also
subsists within any (hetero)sexuality. Yunior’s suspension between under and
out in Drown results in a signal, a deictic pointing to the future for the narrator,
an out from the here and now of the narrative that will be amply explored in the
novel The Brief Wondrous Life of Oscar Wao.

Díaz, in Drown, adds a Latino voice to the drama of masculinity associated


with twentieth century American male writers like Hemingway or Carver but
informed by his acknowledged influence Toni Morrison and other women
writers, who also wrestle with the conundrums of hetero maleness. Thus the
tightrope Díaz walks is to both create a presumably “authentic” male voice that
frankly and openly explores the ugly reality of masculine consciousness and
adopts the tropes dominant in the characterization of the male protagonists
of twentieth-century American fiction, but also to insert a feminist and queer
consciousness into the narration. These tropes of masculinity include the
pervasive imaginary of sexualized violence, the crippled emotional sensibility,
the tendency toward cruelty, the disillusioned cynicism, the agonistic will to
power and the desperate self-destructiveness that is evident in the male
protagonists of twentieth-century American literature: the striving, working-
class “hard” men of Dreiserian naturalism, Hemingway’s adventurers, the
alienated bohemians of noir and beat writing and the African American “race
men” in the works of Richard Wright, Amiri Baraka and up to the gangstahs of
hiphop-inspired StreetLit. But while these tropes are also present or implied
in the character of Yunior both in Drown and The Brief Wondrous Life of
Oscar Wao, the title story “Drown” is marked by the queer sensibility that
128 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

emerges obliquely in the manner described above. My reading proposes that


one contribution of “Drown” in this process is to suggest that homophobia is
not merely a consequence of the generic construction of masculinity within
a discursive arrangement of power-knowledge, but also a constitutive and
organizing condition of possibility for macho masculinity itself. In other words,
the story Drown suggests that “pato” is deeply and unavoidably squared with
“macho” in the mathematics of (Latino) masculine identity formation and the
task the text sets itself is to carry out the equation to its logical consequences,
to explore the inevitable moments of queerness that order the narrator’s
masculinity, thus responding to the narrative, writerly exigency of framing the
male protagonist Yunior and an ideological, metanarratological exigency to (re)
insert Latino narrative within a trajectory of (black) feminist and queer literary
writing.

Given this, what I want to further draw attention to in the interpretative


endeavor of reading the language of “Drown” are the subtle ways in which a
queer consciousness can inhabit a writing that attempts to represent a macho
voice from the inside. “Drown”’s irreverent narrator –the same voice that will
emerge as the jocular, hard-bitten narrator of The Brief Wondrous Life of Oscar
Wao, plays with the queerness of the queerness that animates machismo
through several jokes. For example, as Yunior falls on his face after jumping
the fence to the pool, the neighborhood kids grouped there tease him for it:
“Nice one”! they call out, and his imperative response, “Fuck me!”, can be read
simply as part of the dialogue, but the story’s overdetermined encounter with
homosocial and homosexual themes casts an ironic light on his use of the
phrase –like the shouted “maricón!” used as an omnipresent form of address
between young machos in the present. Implicated in the overdetermination of
masculinity involved in machismo is an excess that cannot fail to be queer,
because queerness lives and breathes in this excess. The word “pato,” as
speech the weapon of the hate and violence of homophobia, squares,
completes the machos of “Drown,” which the story charts with licit and frank
awareness, above all in the act of homosexual oral sex, tellingly (un)told under
representative erasure in the narrative of the short story. Yunior fears he may
become a “pato” after participating in the act of oral sex. One cannot but help
think of Foucault’s oft-cited argument in his comprehensive genealogy of
the discourse of sexuality in The History of Sexuality, in which he charts the
discursive emergence of the homosexual as a concept within the historical
articulation of the modern, especially Victorian-era sciences of sexuality. While
particular acts of sodomy may mark a subject as a sexual deviant in the pre-
modern episteme or regime of power/knowledge, the sciences of sexuality
in the modern period theorize queer acts as ontologically constitutive of a
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 129

subject, thus inventing the homosexual as a general category. While in this


way assuring the pathologization of homosexuality, this discursive shift also
makes queerness possible as an identity. The threat that Yunior perceives
to his masculinity after engaging in oral sex with Beto is that this particular
homosexual act will convert him into an ontological queer. Queer identity
thus emerges as an ontological threat to the would-be macho: it is not just a
local, particular practice that might obliquely impinge on the narrated identity
formation of the protagonist (like, e.g., the queer moments that the “paranoid
readings” in queer literary studies diagnose in texts by Forster, Joyce or Woolf,
etc.). In “Drown” being “pato” is a threat to being macho because it emerges
as an option potentially equally valid to the self as the heternormativity of
Yunior, potentially threatening but also potentially liberatory, futuristic. The hint
of futurity in the word “pato” in “Drown” is thus anticipatory illumination, the
suggestion of a sex beyond sexuality, of pleasure beyond “macho” and “pato”.

Queerness is also implicated in the title of the novel The Brief Wondrous
Life of Oscar Wao, in which Yunior again emerges as the narrator. The tale of
a Dominican family across generations moving between island and diaspora,
The Brief Wondrous Life of Oscar Wao crosses spaciotemporal boundaries
even as its untranslated Spanglish transgresses linguistic lines and frustrates
conventional standards of literary purity. Its ample footnotes ironically conjure
academic and journalistic discourses to retell Dominican history alongside the
lives of the Deleon family–the siblings Oscar and Lola, their mother Beli and
their ancestors –related in the street-smart, cynical, profane and irreverent
voice and nihilistic humor of the main narrator, who is only slowly revealed to
be the same Yunior of Drown. References to high and low culture, from US
popular media, Caribbean traditions, and global history to canonical literature
are strewn throughout the text, displacing class perspectives and opening
unexpected angles of intertextuality. It’s inclusion of a feminine voice, its
focus on women’s stories and a male protagonist who breaks stereotypes of
Dominican masculinity are ironically contrasted to the self-reflective machismo
of Yunior. Its protagonists are all Afro Latino, a category which itself destabilizes
the longstanding black-white binary in the US. But the novel also embeds a
destabilizing titular reference to queerness, which I’ll briefly connect to Drown
in this final section.

The protagonist Oscar Deleon is a black Dominican “Ghettonerd,” an


overweight New Jersey Afro-Latino obsessed with “genre”–that is, the many
subcategories of science fiction and fantasy culture in popular media: comic
books, role-playing games, paperback novels and movies– and above all
with the medievalistic Lord of the Rings novels of J.R.R. Tolkien. Part of the
130 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

novel’s intertextual charm is its suggestive parallels to Don Quijote: much


as el ingenioso hidalgo’s obsession with medieval romances provide for his
hilarious but ultimately tragic encounters with what Lukács called the “prosaic”
world (105), Oscar’s “outsized love for genre” (Díaz 21) is his own form of
“insanity” confronted with the prosaic world of ex-urban New York, its racism
and the expectations of masculinity imposed on a Dominican immigrant raised
there. Oscar’s brief and wondrous life culminates in his mad and suicidal but
finally consummated love for a corrupt policeman’s lover on the island –his
own quixotic challenging of molinos– with the predictable tragic consequences.

Oscar’s youth is narrated in the first chapter by an unnamed and enigmatic


voice that lists his misadventures with both mocking black humor and overtones
of sympathy. Yunior emerges as a sarcastic, foul-mouthed macho con calle,
who especially dwells on Oscar’s bad luck in (heterosexual) love and sex with
continual ironic reference to science fiction and fantasy novels and comic
books. Yunior as the narrator of The Brief Wondrous Life of Oscar Wao is
revealed to be Oscar’s sister Lola’s boyfriend and the close friend and college
roommate of Oscar: this permits him to narrate the latter’s brief and wondrous
life and also, in the course of the story, to reveal his own history subsequent to
the stories of Drown.

But what emerges in the course of this narration is a counterpoint between


the macho sexuality of Yunior and his account of the life of Oscar, narrated
as a “failed” macho. The title of the novel is a reference to the Hemingway
story “The Short Happy Life of Francis MacComber,” a well known parable
about masculinity, in which the cuckolded title character ironically confirms his
“masculinity” in an act of physical courage while confronted by a wild animal
in a hunt, at the same moment as he dies, shot by his wife. Oscar Deleon in
the novel The Brief Wondrous Life of Oscar Wao duplicates the ironic death
of Francis MacComber –Oscar loses his virginity in the end with a Dominican
police commander’s girlfriend, but dies soon thereafter while confronting, with
quixotic courage, some of the toughest characters one can imagine in the
form of the commander’s police thugs. But the novel’s title is taken from the
following passage:

Halloween he [Oscar Deleon] made the mistake of dressing up as Doctor Who,


was real proud of his outfit too. When I saw him on Easton, with two other writing
section clowns, I couldn’t believe how much he looked like that fat homo Oscar
Wilde, and I told him so. You look just like him, which was bad news for Oscar,
because Melvin said, Oscar Wao, quién es Oscar Wao, and that was it. All of us
started calling him that. Hey, Wao, what you doing? Wao, you want to get your
feet of my chair?

And the tragedy? After a couple of weeks dude started answering to it (180-
81).

Thus the perceived ambiguous sexuality of the protagonist becomes


accepted as his name, adopted as his (titular) identity, underscoring once
again the complicated and complicit relationship between heternormativity,
homophobia and homosociality in masculine sexual identity formation. The
title of Drown is chosen for the one story in the collection that deals with
homosexuality and which thus contaminates the whole of the collection with
queerness. Similarly, the title of The Brief Wondrous Life of Oscar Wao is
taken from the one scene in the novel in which Oscar, whose sexuality is
an open question and on the move, engages in an unwitting performance
of queerness in honor of one of the most well-known gay writers in Western
literature, Oscar Wilde. Both works thus embed titular references to queerness
within texts that otherwise would be considered straight. I read this as a laconic
homage to queerness in the two works. Both Drown and The Brief Wondrous
Life of Oscar Wao insert a queer reference right into the title of the work. My
reading has attempted to underline this contamination of straightness as a
subversive strategy that consciously disturbs heternormative complacency
with the decentering and anticipatory illumination of a queerness on the move,
a queerness-to-come.

WORKS CITED

Díaz, Junot. Drown. New York: Riverhead Books, 1996. Print.

---.The Brief Wondrous Life of Oscar Wao. New York: Riverhead, 2007. Print

Foucault, Michel. The History of Sexuality. New York: Vintage, 1990. Print

Hemingway, Ernest. Ernest Hemingway: The Collected Short Stories. New


York: Everyman’s Library, 1995. Print

Kushner, Aviya. “McCulture.” The Wilson Quarterly 23.1(2009): 22-29. Print.

Lukács, George. Theory of the Novel. Cambridge: MIT Press, 1990. Print.
132 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Muñoz, José Esteban. Cruising Utopia: The Then and There of Queer Futurity.
New York: NYU P, 2009. Print.

Sedgwick, Eve Kosofsky. Touching Feeling: Affect, Pedagogy, Performativity.


Durham: Duke U P, 2003. Print.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 133

GLORIA ANZALDÚA: ON SEXUALITY’S “DOUBLE DUALITY” AND THE


CONCEPT OF THE “UNDIVINE”

J. Edgar Bauer

“[…] to suppress any truth is to give it strength beyond endurance.”


Audre Lorde: Uses of the Erotic: The Erotic as Power.1

“Poetry is the way we help give name to the


nameless so it can be thought.”
Audre Lorde: Poetry Is Not a Luxury.2

1. U.S. American poet, essayist and cultural theorist of Chicano extraction


Gloria Anzaldúa (1942-2004) once depicted herself as “[a] third world lesbian
feminist with Marxist and mystic leanings.”3 Accordingly, her writings were from
early on critical of America’s mainstream political discourse and advocated
resistance to sexual, racial and cultural assimilation.4 Given Anzaldúa’s
frequent recourse to Castilian, Chicano Spanish, and Amero-Indian languages
in texts written for an English readership,5 her shamanistic self-understanding
as a “shape-changer”6 and her advocacy of “spiritual activism,”7 it is not
surprising that accessing her thought remains a demanding task. Although
Anzaldúa played a relevant role in the emergence of gender and queer studies,
the soteriological and ontological concerns that undergird her overarching
theoretical and critical commitments have hardly begun to be examined.
Countering this neglect, the following elaborations seek to explore and assess
her intended “massive uprooting of dualistic thinking”8 in connection with her
analysis of the anti-patriarchal ambit Anzaldúa termed the “undivine.”9

2. In contrast with the assumption of many gender and queer theoreticians


of her generation that corporeality is first and foremost a source of sexual
fulfilment, Anzaldúa’s focus on the body had deep biographical associations with
her experience of pain, suffering and shame. In interviews she gave throughout
her life, Anzaldúa asserted that she began having menstrual bleedings when
she was “three months” old due to a rare hormonal dysfunction,10 and that she
had always had “very severe menstrual periods.”11 Hence, she decided to have
a hysterectomy in 198012 in order to alleviate the pain that had become her
“normal way of life.”13 Worse than the immediate physical distress, however,
were the psychological entailments it brought about. Since “[t]he bleeding
distanced her from others,”14 she grew up convinced “that something was
134 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

fundamentally wrong” with her15 and ultimately developed a deep sense of


shame “for being abnormal.”16 Anzaldúa encapsulates the quandaries of her
condition in one of the most personal texts in her entire published corpus: “La
vulva es una herida abierta / The vulva is an open wound.” Drafted around
1990, the poem at first indulges in reminiscence: “Tenía tres meses[.] At three
/ months her body started leaking small pink spots on her pavico. / Eskimo girls
start their periods early le dijo el doctor a su / mamá. Prietita feels as though
a bird with a sharp beak inhabits her / belly[.] Le pica[,] le pica[.] She bleeds
10 días de cada 24 […].”17

Elaborating on the topos its title enunciates, the poem then stresses: “Una
herida, tenía una herida abierta, a foul smelly place from where / blood drips.
Nalgas hediondas, she heard mother, aunts and others say, of the female
private parts. Panocha apestosa, verijas mugrosas –these bad words the only
ones she knew […].”18

Some years earlier, Anzaldúa had referred in her inaugural and now
canonical Borderlands (1987) to “mi secreto terrible, the secret I tried to
conceal –la seña, the mark of the Beast.”19 While regretting that “[h]er body
had betrayed her,”20 Anzaldúa regards her having been “marked early on”21 as
a privilege, therewith aligning herself with the legacy of the magical worldview
that Aleister Crowley (1875-1947) had revitalized in the twentieth-century.
Consistent with her critique of the “New Agers who want to transcend the
body,”22 Anzaldúa sought to remain within the cis-cendence of her corporeality
and transform her bodily tribulations into a source of transgressive writing.
Mindful that the stigma with which she grew up made it impossible for her to
“ignore the body,”23 Anzaldúa self-consciously decided “to create a religion not
out there somewhere, but in my gut.”24

3. Anzaldúa detected a disregard of corporeality not only among old


and new religious worldviews, but also among the most visible exponents of
feminist and lesbian discourse. Thus, taking issue with them, she asserted in
an interview of 1982: “They ignore the body. It’s like they’re from the neck up.
Even though it’s about lesbian sexuality, it’s like they don’t have any words. No
vocabulary. They don’t describe the movements of the body. I don’t know of
anyone who writes through the body.” 25

Broadening the scope of this criticism, Anzaldúa began to regard the neglect
of the body as a major trait of the age purporting dreadful consequences for the
life of the spirit. As she further declared in the interview, “[p]eople don’t deal
with the body, and yet they don’t deal with the spirit. They deal with the head.
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 135

The mind.” 26 Targeting the shallowness of cerebral intellectualism, Anzaldúa


announced: “I want to write from the body,”27 and made explicit the criterion
by which she deemed her work should be judged: “The meaning and worth
of my writing is measured by how much I put myself on the line and how much
nakedness I achieve.”28 As a consequence, her writing became an exacting
spiritual exercise aiming to expose the entanglements of the abstractive
mind with the “colonialist, post-Renaissance, Euro-Western conceptions of
reality.”29 Well aware of the formidable power deployed by the abstractions of
the occidental weltanschauung, Anzaldúa described herself as an oppressed
woman prepared to mobilize the creative and transformative resources of
her own blood as a token of concreteness. Thus, drawing on her menstrual
condition since early childhood, Anzaldúa frames the intimate experience of
her suffering body in the symbology of sacrificial efficacy that permeated her
indigenous heritage. More importantly, she considers her own writerly praxis
to be the privileged site of an exclusive sacral negotiation: “The Writing is my
whole life, it is my obsession. This vampire which is my talent does not suffer
other suitors. Daily I court it, offer my neck to its teeth.” 30 Ultimately, it was
by embracing her ancestral Aztecan ethos of blood oblations31 that Anzaldúa
emerged as a radically embodied, self-sacrificing subjectivity.

4. In correspondence with her “mystic leanings,” Anzaldúa perceived her


time as essentially kairotic, assuming that she was writing in “the great turning
point of the century: we are going to leave the rigidity of this concrete reality
and expand it.”32 The expansion she anticipates ensues from an insightful
shifting of perspectives that will enable a “’seeing through’ the membrane of the
past superimposed on the present, [a] looking at our shadows and dealing with
them.”33 As the following passage conveys, Anzaldúa was convinced that a
new critical lucidity was about to become the defining mark of the age: “Having
become aware of the fictions and fissures in our belief system, we perceive the
cracks between the worlds, the holes in reality. The cracks and holes disrupt
the neat categories of race, gender, class, and sexuality.”34

In the process of this theoretical reassessment and rearrangement, the


ec-centric, marginal positionality of those who, like Anzaldúa herself, are
“’strange,’ ‘abnormal,’ ‘QUEER’”35 offers epistemic advantages. Despite the
centrality of lesbianism in her life and work, however, Anzaldúa suggests that
the semantic scope of “queerness” includes the sexual ambit only as one of
its possible domains of destabilizing deployment, and that sexual dissidence
itself encompasses, but is not reducible to the disruptions that homosexuality
brings into the heteronormative societal order. Furthermore, Anzaldúa did not
consider racial dissidence the privilege of those who self-identify as “people
136 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

of color,” but of all those who, even if perceived as white, are capable of dis-
identifying from the hegemonic ideology of whiteness.36 On these assumptions,
Anzaldúa’s “queer” is not yet another category of identitarian cementation,
but, on the contrary, one necessitating the libertarian dissolution of categorial
subsumptions under nuance-blind schemes of sexual or racial taxonomy. As
a result, Anzaldúa affirms in a noteworthy attempt to determine “queer” ex
negativo: “We are the queer groups, the people that don’t belong anywhere,
not in the dominant world nor completely within our own respective cultures.
Combined we cover so many oppressions. But the overwhelming oppression
is the collective fact that we do not fit, and because we do not fit we are a
threat.37

5. As a sexual outcast, Anzaldúa questioned the apparent certainties of


her female appurtenance, seeking to limn the contours of her problematic and
problematizing sexual orientation. In a 1983 interview, she conceded: “[…] I’ve
always been attracted to men. Even now, I’m attracted to men. I’m attracted to
children; I’m attracted to animals. When I was at McDowell’s [an artists’ colony
in Peterborough, New Hampshire] I made love to a tree.” 38

Although in view of this statement the term “polysexual” readily comes to


mind, Anzaldúa did not use it as a self-identificatory category. Instead, she
oftentimes recurred to the term “lesbian” not to denote a positively assumed
identity, but rather to connote her insurmountable sexual uncertainty: “I wasn’t
sure what I was. All I knew is that I wasn’t straight.” 39 In this connection,
it should be borne in mind that being a “lesbian” was for Anzaldúa not the
result of a discovery –introspective or otherwise–, but of a conscious decision.
Despite the inherent instability of her peculiar sexual voluntarism, Anzaldúa
insisted that “’lesbian’ is the nearest thing that identifies me,” while continuing
to question the term’s pertinence: “I don’t know what I am. ‘Lesbian’ is not an
adequate term.”40 Considering Anzaldúa’s relentless exploration of her sexual
intricacies and the semantic dissatisfaction they provoked, it is not surprising
that a tension is often discernible in her writings between the clear perception
of her own sexual polymorphousness, on the one hand, and the limitations
imposed on its scope and manifestations by her decision to become a lesbian,
on the other. As she pointed out:

I know that I consciously chose women. […] I consciously chose that I was going
to love women. If I was attracted to other beings, I was going to consciously
change that attraction by changing my fantasies. You can do that: You can
change your sexual preference. It’s real easy. […] So I became a lesbian in my
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 137

head first, the ideology, the politics, the aesthetics. […] The touching, kissing,
hugging, and all came later.41

This introspective depiction sounds plausible if one assumes that the


phrase “change the attraction” is not meant literally, but only indicates a
deliberate focusing on one of the sexual options that her conspicuously non-
repressive psyche had allowed to become conscious. An interpretation along
these lines is corroborated by Anzaldúa’s own words when she acknowledged
in the already quoted interview: “Even now, I’m attracted to men.”42

6. Challenged by her own sexual complexity, Anzaldúa targeted the


pervasive but unexamined premise of sexual binarity, conveying that the
male/female blending in the individual is by no means pathological, but an
ineradicable aspect of the conditio humana. Thus, denouncing the oppression
of sexual minorities by the medical establishment, Anzaldúa argued:

Contrary to some psychiatric tenets, half and halfs are not suffering from a
confusion of sexual identity, or even from a confusion of gender. What we are
suffering from is an absolute despot duality that says we are able to be only one or
the other. It claims that human nature is limited and cannot evolve into something
better.43

Signally, Anzaldúa’s critique of “despot duality” reframes the issue of


sexual difference from the start within a process of epistemic evolution that
supersedes the constrictions of the binomial scheme of sexual distribution. As
a passage of a poem included in the second part of Borderlands suggests,
the evidence of the existing “half and halfs” is the token of an emerging
sexuality that disrupts the theoretical consistency of the traditional male/female
dichotomy: “Cuando vives en la frontera / […] / you’re a […] / forerunner
of a new race, /half and half –both man and woman, neither– / a new gender
[.]”44

Anzaldúa is ultimately not pleading for an alternative male/female


synthesis along the lines foreseen by the old and new apologists of the
“third sex” and that would merely supplement sexual binarity. Rather, she is
announcing the emergence of a new type of sexuality that effectively falsifies
the subsumption of human beings under the disjunctive categories of man
and woman by reclaiming the more demanding “borderlands” of the “neither.”
In an only recently published poem from 1977 titled “The coming of el mundo
surdo [sic],” Anzaldúa gives a sense of the profound sexual rethinking her
work implies. With its obvious subtextual references to the narratives of the
138 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

biblical Exodus and new-testamentary Eschatology, the poem intimates an


apocalyptic fusion between an “I” (who is not, or is not anymore Egypt’s
pharaoh) and a “you” (who are not, or are not anymore, his slaves). Therewith,
an unprecedented “We” emerges whose significance is revealed at the end
of the poem when a “collective of wo/men and androgynes,” resorting to the
Christian representation of the end of history, proclaims the eschatological
message: “We are the second coming.”45 Invested with an apocalyptic aura,
these non-women and non-men are the embodied fulfilment of the promised
“new race, [and] new gender,” which, echoing the New Testament’s vision of
“a new heaven and a new earth,”46 dissolve the age-old, asymmetrical sexual
binary on which the creational narratives of Adam and Eve rest.47

7. Anzaldúa’s critical move away from the male/female dichotomy and


towards a more sophisticated understanding of the span and complexities of
sexual diversification is only the initial step in an encompassing argument.
In a passage that betokens her overall strategy in this regard, Anzaldúa
refers to a girl, who, as rumours had it, was “for six months […] a woman
who had a vagina that bled once a month and […] for the other six months
[…] was a man, had a penis and […] peed standing up.”48 Commenting
on the case, Anzaldúa observes that this “half and half” was perceived as
being “neither one [i. e. female] nor the other [i.e. male] but [as] a strange
doubling, a deviation of nature that horrified, a work of nature inverted.”49
Since the depicted individual features the female and male sexes in temporal
succession, however, her/his “strange doubling” can only approximate the
truly perplexing configuration of being “both man and woman, neither,” which,
as already suggested, purports a transformative negation –as opposed to a
mere formal juxtaposition or chronological seriation– of the sexes organized
by the binary divide. Indicatively, during an exchange with Anzaldúa that
took place in 1991, Native American poet and scholar Inés Hernández-Ávila
made the following noteworthy remark concerning the male/female distributive
scheme: “I never see the sun as completely male. I never see anything as
completely male or female because they’re both. So when I think of the sun I
think of the duality and then the Earth as the duality also. It’s the double
duality I mentioned earlier [in the interview].”50

Unsurprisingly, Hernández-Ávila’s contention found Anzaldúa’s full approval,


as it concurred with her attempt to reconceptualise sexual difference beyond
the constrictions of “absolute despot duality” and its ad hoc supplementation
through third-sex constructs. It is against the backdrop of this principled
disarray of the pervading sexual taxonomies that Anzaldúa propounds a new
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 139

awareness of the sexual complexities, which the term queerness is meant to


convey.51

8. To avoid possible misprisions of Anzaldúa’s deconstructive endeavours,


it should be borne in mind that designations such as “half and halfs”–at times
rendered as “mitá y mitá”– and “jotas y jotos”52 are, strictly speaking, not meant
to increase the number of liminal sexualities that complement the binomial
scheme under which the alleged majority of sexed individuals are subsumed.
Rather, such designations name the catalysts of a critical process aiming at
the “massive uprooting of dualistic thinking in the individual and collective
consciousness.”53 According to Anzaldúa, “duality is transcended”54 not just
by transforming it into a triadic or any further closed constellation of categories,
but by dismantling the pretensions of the sexual binary to serve as the basis for
categorial suppletions dealing with anormative sexual forms. Binomials being
just the most flagrant instantiation of reductive thought, their critique signals a
deconstructive move whose telos is marked by the philosophical realization of
the challenge posed by the irreducible strangeness of any sexual individual.
As a consequence, Anzaldúa insists on the need to expose the epistemic
distortions produced by the fixations of any closed categorial scheme, calling
for “a continual creative motion that keeps breaking down the unitary aspect
of each new paradigm.”55 What Anzaldúa advocates is surely not discursive
anarchy, but rather the consequent dissolution of the categorial reductions
implemented in the name of (shortsighted) technological manipulations or
(thoughtless) political convenience. Hinting at the endlessness of this task,
Anzaldúa asserts:

There’s no such thing as pure categories any more. […] Categories contain,
imprison, limit, and keep us from growing. We have to disrupt those categories
and invent new ones. […] To me these categories are very much in transition.
They’re impermanent, fluid, not fixed. That’s how I look at identity and race and
gender and sexual orientation. It’s not something that’s forever and ever true.56

As though to reinforce her exposure of the inherent failure of categorial


grids to grasp the individual’s sexuality, Anzaldúa draws attention to her
unclassifiable queer singularity with the aid of a stunning hyperbole of sexual
becoming: “A cock’s growing out of my cunt / […]”57

9. Since Anzaldúa’s critical approach of sexuality was paralleled from early


on by her close examination of the insufficiencies of racial distributive schemes,
she demanded a profound revision and transformation of the symbolic order
that sanctions the categorial compartmentations of sexuality and race. The
140 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

theoretical pre-eminence Anzaldúa assigned to the task of reinventing an


emancipatory symbology is reflected in the foreword she wrote in 1997 to
Cassell’s Encyclopedia of Queer Myth, Symbol, and Spirit. Enthusiastically
acknowledging the import of the editorial project as a whole, Anzaldúa closes
her text thus: “At long last, here is an encyclopedia for jotas y jotos and all
others who seek to recover, reinscribe, and revision myths and symbols of
gender metamorphosis and same-sex desire.”58

Far from offering objects and contents of fiducial adhesion following the
patterns established by revelational religions to ensure social cohesion, the
new symbolic order Anzaldúa envisions and fosters aims at strengthening
the disruptive capacity of the social critique articulated by “jotas y jotos,”
and their racial pendants epitomized by the subversive figure of the mestiza.
On the assumption that: “The mestizo and the queer exist at this time and
point on the evolutionary continuum for a purpose,” 59 Anzaldúa stresses that
these destabilizing inhabitants of real and metaphoric borderlands contribute
through their sheer existence to the disclosure of the common humanity
neglected or repressed by the alienatory conveniences of classificatory
thought and language. Although both the queer (being neither “male” nor
“female”) and the mestizos (being neither “white” nor “Indian”) appear
initially as “out-casts” of reductive systems of binary subsumptions, they are
the actual harbingers of a new universality that restructures from within the
very framework from which they were excluded. In light of the vital mixtures
they paradigmatically exemplify, the dualistic symbology that undergirds and
sanctions such exclusions indicates, in Anzaldúa’s view, a perversion that has
haunted humanity since time immemorial. It is against this backdrop that the
“apocalyptic” (i.e. revelatory) and critical scope of Anzaldúa’s claim should be
assessed when she asserts: “We are a blending that proves that all blood is
intricately woven together, and that we are spawned out of similar souls.”60

10. In a poetically modulated, autobiographical passage of Borderlands,


Anzaldúa writes: “Soy un amasamiento, I am an act of kneading, of uniting and
joining that not only has produced both a creature of darkness and a creature
of light, but also a creature that questions the definitions of light and dark and
gives them new meanings.”61

Echoing the ur-differentiation recorded in the book of Genesis, the


Anzaldúan demiurgic act brings about at first two creatures corresponding
to the dark/light divide. With “its” challenge of this divide, however, the third
creature hints at Anzaldúa’s critical design to replace the dualistic discursivities
of patriarchal mytho-theologies by narratives that embrace and empower what
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 141

the sacrality of old had relegated to the domains of the ontologically deficient.
Thus, in a text dealing with the repressed history of female religiosity, Anzaldúa
asserts: “I see a resurgence of all of it. My whole struggle has very much
been represented by Kali, the Hindu goddess of destruction and death but
also of life, the blackness, the negativity, the alien.”62 Since Anzaldúa’s Kali is
no less de-hypostatized than the divinities of the Amero-Indian pantheon, her
function is restricted to furthering sapiential insight into the all-encompassing
dimensions of the dark, which, as Anzaldúa is careful to underline, the Christian
West encapsulated in the figure of the Devil. It is certainly not by chance that in
her emancipatory resetting of the onto-theological agenda, Anzaldúa features
the Tempter not as God’s eternal enemy, but as identical with him: “God is the
Devil; they’re the same person; good and evil are different parts of the same
coin. Christianity did this horrible thing by polarizing God and the Devil.”63 In
accordance with Jungian psychologist James Hillman, whom she credits with
having “been instrumental in the development of [her] thought,”64 Anzaldúa
argues that the act of “taking back” the Devil introduces complexity into the
structure of creational binarity by positing a contradictory valence within
each of its terms, depending on whether they are considered in relation to
the conscious or the unconscious. As Anzaldúa further explains, “[t]hough in
the conscious mind, black and dark may be associated with death, evil and
destruction, in the subconscious mind and in our dreams, white is associated
with disease, death and hopelessness.” 65 Since on these assumptions each
term of the binary is inhabited by and morphs into its opposite, once repressed
psychic contents are liable of becoming critical correctives of the rationality
of transparency that avoids confronting opaque alterity. In the last resort,
Anzaldúa’s post-theological recuperation of the Devil ensues from her critique
of creational binarity and signals the ontological restoration of “darkness, of
femaleness, of ‘primitiveness’66 in the libertarian ambit of “El Mundo Zurdo,”
the left-handed world.

11. For Anzaldúa, contemporary Western society is “premised on the


reality described by the scientific mode of observable phenomenon,” and as
a consequence, consistently deprecates spirituality as a merely “subjective
experience.”67 In her exposure of the core ideology of occidental objectivization
and its resulting technique of global domination, Anzaldúa underscores
the mestiza’s responsibility of dismantling the predominance of “intellect,
reasoning, [and] machine” by resorting to female intuition and its aptitude for
“experiencing other levels of reality and other realities.” 68 Thus, in a pregnant
passage of a poem included in Borderlands Anzaldúa exclaims: “Hijas de la
Chingada, / born of the violated india, / guerrilleras divinas– /mujeres de fuego
ardiente / que dan luz a la noche oscura / dan lumbre al Mundo Zurdo”69
142 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

In Anzaldúa’s transempirical universe, the intuitive light of the mestiza


illuminates the “noche oscura,” a term that evokes the dimensions explored
by the mystical poetry of Juan de la Cruz,70 and designates the primordial
darkness, which antedates the dark/light opposition and its creational binary
derivatives, in correspondence with Anzaldúa’s contention that “darkness was
‘present’ before the world and all things were created.” 71 In its rejection of the
ontological precedence of this “darkness,” however, the world of patriarchal
hegemony sought to replace it by the ontic dark and equated it “with matter,
the material, the germinal, the potential”72 –all sites in which the predications of
negativity were piled up as projections of “the masculine order casting its dual
shadow.”73 Challenging this epochal misprision, Anzaldúa begins by analyzing
the conception of the supernatural as being “both the undivine (the animal
impulses such as sexuality, the unconscious, the unknown, the alien) and the
divine (the superhuman, the god in us).”74 As in the case of the distinction
between the Apollonian and the Dionysian in Greek mythology, or the Heavenly
and the Infernal in Christian theology, the differentiation between the divine
and the undivine is, as Anzaldúa contends, never symmetrical. In truth, it is the
locus of a covert self-assertion of male supremacy that relegates the ambit of
its “other” to negative indeterminacy, and adduces as supporting evidence of its
procedural cogency the rebellious nature of women denting the rational order
of self-identical masculinity. Well aware that the cultural memory of patriarchy
has always had good reasons for regarding archetypal womanhood as “man’s
recognized nightmarish pieces, his Shadow-Beast,”75 Anzaldúa concludes that
the assignation of women to the alien realm of the undivine reflects the tacit
acknowledgement by the male order of the destabilizing force of alterity that
threatens the exclusionary logic of the phallic One.

12. Given the interdependency of queer politics and critical spirituality in


Anzaldúa’s oeuvre, there is at the heart of her endeavours no room for the
comforts of krypto/androcentric religions. Ignoring their “good news,” Anzaldúa
aims at dismantling the patriarchal strategies of self-assertion that, unable to
confront the primacy of “darkness,” identify self-projections of masculine power
with an infertile “light” intolerant of shadows. Since “undivine” womanhood,
however, is not the mere symmetrical opposite of “divine” masculinity, the
Anzaldúan “lumen” is not designed to enlighten the unfathomable. Instead, it
is reflected back by the very impenetrability it reveals, and, as a consequence,
sheds light on the epistemic hubris of maleness vainly aspiring to sanction its
self-apotheosis within the gynophobic and heteronormative framework of the
light/dark binary. Envisioning how the sexual abjections produced by patriarchy
could eventually be resumed and re-instated within the plenitude of Becoming,
Anzaldúa pointedly articulates in one of the Borderlands poems the aim of the
LISSETTE ROLÓN COLLAZO 143

ontological transmutation she pursued: “The godhead is unstrung. / He has a


grudge against me and all flesh. / He rejects the dark within the flame. / […] /
The filth you relegate to Satan, // I absorb. I convert. /When I dance it burgeons
out / as song.”76 Not seeking to retrieve a long lost meaning, but “to make up
new myths,”77 the Anzaldúan “song” is not legitimated by age-old memories of
ethnic particularity, but by the current exigencies of universal queer critique.

ENDNOTES
1
Lorde, Audre: “Uses of the Erotic: The Erotic as Power.” In: Lorde, Audre: Sister
Outsider. New York: Quality Paperback Book Club, 1993, pp. 57-58.
2
Lorde, Audre: “Poetry Is Not a Luxury.” In: Lorde, Audre: Sister Outsider. New
York: Quality Paperback Book Club, 1993, p. 37.
3
Anzaldúa, Gloria: “La Prieta.” In: Moraga, Cherríe and Gloria Anzaldúa (eds.):
This Bridge Called My Back. Writings by Radical Women of Color. Foreword by Toni
Cade Bambara. Second edition. New York: Kitchen Table: Women of Color Press,
1983, p. 205.

4
In “Making Alliances, Queerness, and Bridging Conocimientos. An Interview with
Jamie Lee Evans (1993)” Anzaldúa asserted: “I think that some of my work is hard
to assimilate. The language, the code-switching, and the way I write are not readily
assimilable. I write about particular, specific cultural things. Some are hard for them to
swallow. Though they ignore some of the issues, my work makes them confront other
issues. I don’t write like a white person. I don’t write like an academic. I break all the
rules.” (Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas. Edited by AnaLouise Keating.
New York and London: Routledge, 2000, p. 202).

5
See on this issue: Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera. The New Mestiza.
San Francisco: Spinsters / Aunt Lute, 1987, pp. 55-61.
6
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 66.

7
See, for instance, [Anzaldúa, Gloria:] “Quincentennial. From Victimhood to Active
Resistence. Inés Hernández-Ávila y Gloria E. Anzaldúa (1991).” In: Anzaldúa, Gloria
E.: Interviews / Entrevistas, p. 178; and [Anzaldúa, Gloria:]”Speaking Across the
Divide.” In: Anzaldúa, Gloria E.: The Gloria Anzaldúa Reader. AnaLouise Keating,
editor. Durham and London: Duke University Press, 2009, p. 292.
8
Anzaldúa, Gloria: “La conciencia de la mestiza: Towards a New Consciousness.”
In: Anzaldúa, Gloria (ed.): Making Face, Making Soul / Haciendo Caras. Creative and
144 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

Critical Perspectives by Femenists of Color. San Francisco: Aunt Lute Books, 1990,
p. 379.
9
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 17.
10
See [Anzaldúa, Gloria:] “Turning Points. An Interview with Linda Smuckler
(1982).” In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, pp. 19, 23; [Anzaldúa,
Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual Development. An Interview
with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas,
pp.78, 92; [Anzaldúa, Gloria:] “Making Choices. Writing, Spirituality, Sexuality, and
the Political. An Interview with AnaLouise Keating (1991).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 169.
11
[Anzaldúa, Gloria:] “Spirituality, Sexuality, and the Body.” In: Anzaldúa, Gloria
E.: The Gloria Anzaldúa Reader, p. 78.
12
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 92.

13
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 93.
14
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 43.
15
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, pp. 42-43.
16
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 43.

17
[Anzaldúa, Gloria:] “La vulva es una herida abierta / The vulva is an open wound.”
In: Anzaldúa, Gloria E.: The Gloria Anzaldúa Reader, p. 199.

[Anzaldúa, Gloria:] “La vulva es una herida abierta / The vulva is an open wound.”
18

In: Anzaldúa, Gloria E.: The Gloria Anzaldúa Reader, p. 200.


19
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, pp. 42-43.
20
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 43.
21
[Anzaldúa, Gloria:] “Making Choices. Writing, Spirituality, Sexuality, and the
Political. An Interview with AnaLouise Keating (1991).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 169.

[Anzaldúa, Gloria:] “Last Words? Spirit Journeys. An Interview with AnaLouise


22

Keating (1998-1999).” In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 290.

[Anzaldúa, Gloria:] “Last Words? Spirit Journeys. An Interview with AnaLouise


23

Keating (1998-1999).” In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 290.


LISSETTE ROLÓN COLLAZO 145

24
Anzaldúa, Gloria: “La Prieta.” In: Moraga, Cherríe and Gloria Anzaldúa (eds.):
This Bridge Called My Back, p. 208.
25
[Anzaldúa, Gloria:] “Turning Points. An Interview with Linda Smucler (1982).” In:
Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 63.
26
[Anzaldúa, Gloria:] “Turning Points. An Interview with Linda Smuckler (1982).”
In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 64.
27
[Anzaldúa, Gloria:] “Turning Points. An Interview with Linda Smuckler (1982).”
In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 63.

28
Anzaldúa, Gloria: “Speaking in Tongues: A Letter To 3rd World Women Writers.”
In: Moraga, Cherríe and Gloria Anzaldúa (Eds.): This Bridge Called My Back, p. 172.
29
Anzaldúa, Gloria E.: “Foreword.” In: Conner, Randy P., David Hatfield Sparks
and Mariya Sparks: Cassell’s Encyclopedia of Queer Myth, Symbol, and Spirit. Gay,
Lesbian, Bisexual, and Transgender Lore. Foreword by Gloria E. Anzaldúa. London:
Cassell, 1997, pp. vii-viii.
30
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 75.
31
See Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 75.

32
[Anzaldúa, Gloria:] “Last Words? Spirit Journeys. An Interview with AnaLouise
Keating (1998-1999).” In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 285.
33
Anzaldúa, Gloria: “Haciendo Caras, una entrada.” In: Anzaldúa, Gloria (ed.):
Making Face, Making Soul / Haciendo Caras, p. xxvii.

34
[Anzaldúa, Gloria:] “Toward a Mestiza Rhetoric. Gloria Anzaldúa on Composition,
Postcoloniality, and the Spiritual. An Interview with Andrea Lunsford (1966).” In:
Anzaldúa, Gloria E.: Interviews / Entrevistas, p. 280.
35
Anzaldúa, Gloria: “La Prieta.” In: Moraga, Cherríe and Gloria Anzaldúa (eds.):
This Bridge Called My Back, p. 199.

36
Anzaldúa corroborates her general position in praxi by including in the book she
co-edited titled This Bridge Called My Back. Writings by Radical Women of Color,
an essay by Judit Moshkovich, an Argentine writer whom she may have designated
as a “white Jewishwoman” (see Anzaldúa, Gloria: “Haciendo Caras, una entrada.”
In: Anzaldúa, Gloria (Ed.): Making Face, Making Soul / Haciendo Caras, p. xx).
Moshkovich’s essay is titled: “–But I Know You, American Woman” (In: Moraga,
Cherríe and Gloria Anzaldúa (eds.): This Bridge Called My Back, pp. 79-84.)
37
Anzaldúa, Gloria: “La Prieta.” In: Moraga, Cherríe and Gloria Anzaldúa (eds.):
This Bridge Called My Back, p. 209.
146 TERCER COLOQUIO ¿DEL OTRO LA’O?

38
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas,, p. 115.
39
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 115.
40
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 115.

41
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, pp. 115-116.
42
[Anzaldúa, Gloria:] “Within the Crossroads. Lesbian/Feminist/Spiritual
Development. An Interview with Christine Weiland (1983).” In: Anzaldúa, Gloria E.:
Interviews / Entrevistas, p. 115.
43
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 19.
44
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 194.

45 [Anzaldúa, Gloria:] “The coming of el mundo surdo.” In: Anzaldúa, Gloria E.:
The Gloria Anzaldúa Reader, p. 37.
46
Apocalypse 21, 1.
47
For further elaborations on the critique of the Adamic conception of sexual
difference in connection with German Jewish sexologist and sexual minority rights
activist Magnus Hirschfeld (1868-1935), see: Bauer, J. Edgar: “Der Tod Adams.
Geschichtsphilosophische Thesen zur Sexualemanzipation im Werk Magnus
Hirschfelds.” In: 100 Jahre Schwulenbewegung. Dokumentation einer Vortragsreihe
in der Akademie der Künste. Ausgewählt und herausgegeben von Manfred Herzer.
Berlin: Verlag rosa Winkel, 1998, S. 15-45. A revised version can be accessed at:
Magnus Hirschfeld Archive for Sexology, Humboldt-Universität zu Berlin: http://www2.
hu-berlin.de/sexology/BIB/bauer10.htm. 2009.
48
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 19.
49
Anzaldúa, Gloria: Borderlands / La Frontera, p. 19.

[Anzaldúa, Gloria:] “Quincentennial. From Victimhood to Active Resistence. Inés


50

Hernández-Ávila y Gloria E. Anzaldúa (1991).” In: Anzaldúa, Gloria E.: Interviews /


Entrevistas, pp. 193-194. Emphasis added.

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