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1) En este apartado nos propondremos relacionar las concepciones de infancia

normal y escolarización que propone Lewkowicz a partir de la cita tomada de su libro


“Pedagogía del Aburrido”, resaltando el papel que cumplió la Psicología Educacional en
esa construcción.
Resulta fundamental resaltar desde un principio el carácter histórico, social y
cultural del dispositivo escolar. Como seres humanos inmersos en un determinado
contexto tendemos a considerar la escuela como algo inherente al desarrollo natural del
niño, fuera del cual no se podría concebir una “infancia normal”. Sin embargo, esto no
siempre fue así, de hecho, la aparición de la escuela, tal como la conocemos, es un
fenómeno reciente, y estrechamente vinculada a condiciones sociales que permitieron
que la misma emergiera (Varela y Álvarez, 1991).
En la misma línea de ideas Baquero y Terigi (1996) plantean que bajo la mirada
de la naturalización de la escuela se pierde de vista la perspectiva histórica del sistema
escolar, que la expone como un dispositivo “que produce, y que debe producir, formas
particulares de desarrollo infantil.” Los autores también resaltan la importancia de
entender que “el proyecto escolar no es un proyecto de los niños, sino un proyecto
atribuido a los niños, pero impuesto sobre ellos por la cultura adulta.” Además,
reflexionan acerca de que los procesos de escolarización masiva se orientan a producir
un efecto formativo sobre la niñez, sin tener en cuenta que ésta puede ser vivida de muy
diversos modos.
Con respecto a lo mencionado, Lewkowicz (2004: 109) propone que: “La
normalización estándar de los chicos en la escuela es tan sutil y precisa que cada niño
queda individualizado por su deviación respecto de la norma (…)”. Con esto apunta a
que el dispositivo escolar opera de manera tal que persigue la homogenización de
poblaciones heterogéneas sin tener en cuenta las individualidades de los alumnos. Es
en este sentido que Lewkowicz señala que este proceso no había sido posible hasta la
aparición de la escuela moderna como un espacio en el cual se pudieran observar,
controlar y comparar individuos de la misma edad.
Como consecuencia de la pretensión de homogeneizar se han creado
estándares desde los cuales se mide el desempeño de los alumnos en la escuela, sin
considerar que como seres bio-psico-sociales crecemos en un contexto particular que
nos influye, y que por lo tanto no tenemos el mismo punto de partida, ni las mismas
condiciones sociales y familiares, ni las mismas oportunidades de aprendizaje. De esta
manera la excelencia en la escuela se ha convertido en una norma desde la cual se
evalúa cuán capacitados están los alumnos para adaptarse a las condiciones de la
escuela. Considerando la imposibilidad de responder a los cánones de escolarización
pretendidos por el dispositivo como un fracaso. (Carraher, Carraher y Schliemann, 1989;
Perrenoud, 1993).
De la investigación llevada a cabo por Carraher, Carraher y Schliemann (1989)
se obtiene como conclusión que: “La utilización de pruebas que presuponen iguales
oportunidades de aprendizaje para hacer comparaciones entre niños de distintos
estratos de la población, no sólo es impropia científicamente, sino también es una falta
de respeto a los propios niños”. Si bien esta investigación apunta a las diferencias entre
niños de distintos estratos de la población, esas mismas diferencias se encuentran en
todas las aulas ya que cada uno de los alumnos creció en un determinado contexto que
puede haber favorecido, o no, al desarrollo “normal” del niño según lo que espera el
dispositivo escolar.
Con lo conceptualizado hasta aquí queda evidenciado que es la escolarización
la que ha creado el concepto de “infancia normal”, estableciendo los parámetros desde
los cuales es correcto medir el rendimiento, asegurándose de haber cumplido el objetivo
normativo.
Cabe destacar que la construcción de este dispositivo y su efectividad, no
hubiese sido posible de no haber sido por los aportes que la Psicología Educacional
clásica hizo en consonancia con las ideas políticas que imperaban en esa época. Cómo
nos dicen Varela y Álvarez (1991) la psicología escolar “se encargará de fabricar el
mapa de la mente infantil para asegurar de forma definitiva la conquista de la infancia”.
El papel de la psicología educacional resulta ser una pieza clave para la
consolidación del dispositivo escolar por numerosas razones. Por un lado, el discurso
psicológico aparece legitimando diversas prácticas dentro de los dispositivos escolares.
Las decisiones políticas ejercidas sobre la vida de los infantes, sobre sus posibilidades
de acción, sobre el plan de estudios, se toman, principalmente, basándose en “criterios
de educabilidad legitimados por argumentaciones psicológicas” apoyadas en datos
estadísticos, que “juzgan sobre la inteligencia, la salud mental y la normalidad de los
sujetos”. (Baquero y Terigi, 1996, p.3)
La legitimación psicológica es lo que da lugar a considerar las prácticas
escolares como el espacio natural de desarrollo del niño ya que, el discurso psicológico
va a formar parte del sentido común social. Desde esta visión, pensar al niño fuera del
control escolar, sin supervisión de los adultos que lo eduquen, resulta algo no deseado
y en mayor medida evitado. (Baquero y Terigi, 1996)
Ésta legitimación se encuentra íntimamente ligado con el movimiento positivista
de fines del siglo XIX y principios del XX. Fue a partir del positivismo que se estableció
la cientificidad como el único criterio posible de validación de una hipótesis, en este
caso, pedagógica. Además, como efecto de dicho movimiento, la pedagogía fue
reducida a la psicología, y ésta a su vez, reducida a la biología. En este sentido, todo
problema o dificultad educativa estaba relacionada en última instancia a una causa
proveniente exclusivamente del sujeto que aprende. Éstas podían ser determinadas por
su raza, sus genes, su anatomía o su grado de evolución. (Pineau, 2001) Influenciada
por este movimiento, la psicología educacional se encargará de asegurar los medios
para lograr los objetivos pedagógicos garantizando a su vez sus bases científicas,
tomando aportes de la Psicología de las diferencias individuales, la Psicología del niño
y la Psicología del aprendizaje. (Zimmerman, 2001)

Legitimación
Modelo médico hegemónico.

Papel de la Psicología Educacional

Actividad como unidad de análisis


“Se quiere advertir, además, que el discurso psicológico aparece legitimando prácticas
diversas en el seno de los dispositivos escolares. Las decisiones políticas sobre la vida
de los sujetos, sobre sus márgenes de acción, etc, se toman, en buena medida, con
base en criterios de educabilidad legitimados por argumentaciones psicológicas que
juzgan sobre la inteligencia, la capacidad intelectual, la salud mental y la normalidad
de los sujetos: “A partir del momento en el que todos los niños van a la escuela, se
buscará diferenciar aquellos que se adaptan a ella y los que no lo logran, y respecto a
estos últimos las causas de su inadaptación, los diversos tratamientos realizables y
para cada uno de los tratamientos, la estructura que sería preciso dar al
establecimiento encargado de aplicarlo“ (Querrien, 1979:154)”.
“Esta legitimación de las prácticas pedagógicas por la psicología produce el
sentido común que nos hace considerar la escolarización como un contexto
natural del desarrollo del niño.”

Las teorías psicológicas y el campo educativo: una relación en debate.


La psicología educacional surge a fines del siglo XIX como una “ciencia estratégica
que provee a los educadores la estructura o la secuencia de sus intervenciones y todo
un saber relativo a las condiciones de sus decisiones” (Guillain, 1990, p.1). Esta nueva
disciplina procura posibilitar, en los estados modernos, el funcionamiento de un nuevo
dispositivo: la Escuela. Ésta pasa, en representación del Estado y más allá de la
voluntad de los padres, a hacerse cargo de la educación de los nuevos ciudadanos en
beneficio de la unidad nacional y la eficiencia en la producción. Se pretende también
que estas poblaciones heterogéneas alcancen logros homogéneos en tiempos
homogéneos.
La naciente psicología de la educación será la encargada de asegurar los
medios para el logro de los objetivos pedagógicos y garantizar una pedagogía
con bases científicas; para ello proveerá un cuerpo de especialistas y un arsenal
de técnicas.

¿Legitimar las prácticas del psicólogo en la escuela o construirlas críticamente?


Hablando de la psicología (paradigma médico) en Argentina llevada a la Escuela. “La
consecuencia fue etiquetar y establecer quienes podían seguir en lo que la escuela
consideraba “normal”. Aquellos que no correspondían al lecho de Procusto de lo
normal de la escuela, eran categorizados como disléxicos, disortográficos,
hiperquinéticos”. “Los excesos y los defectos debían tratarse fuera de la escuela para
poder seguir en ella. Las categorías de normal y patológico se constituyeron en sutiles
dispositivos de expulsión, que prontamente fueron naturalizados.”
“Guillain (1990) señaló cómo la psicología se convirtió en el instrumento que legitimó la
exclusión de los diferentes de un sistema educativo obligatorio, que hacia de la
homogeneidad su credo, mediante la medida individual de las capacidades
“naturalmente” diferentes. Convalidó con la medición, elemento por excelencia del
modelo de las ciencias naturales, del modelo positivista de la ciencia, la expulsión de
los distintos de esta institución. “En realidad, encubren las dificultades del sistema para
la inclusión y permanencia de todos los niños en la escuela. A los diferentes se los
estudia, diagnostica y en general, separa de la institución, no sin antes culpabilizarlos
por la situación.

¿Por qué triunfó la escuela?


El positivismo también abonó la causa escolar. El positivismo estableció la cientificidad
como el único criterio de validación pedagógica. Este cientificismo adoptó diferentes
formas y produjo diversos impactos: La pedagogía fue reducida a la psicología, y esta
a su vez a la biología. Todo problema educativo era en última instancia un problema
de un sujeto que aprende, y las posibilidades de aprender de ese sujeto estaban
determinadas por su raza, sus genes, su anatomía o su grado de evolución.

Guillein
El estado vuelve a transformarse en el agente de un control positivo y el educador
interviene modificando el entorno de sus alumnos de manera de eliminar aquellas
conductas que juzgue indeseables. La psicología de la educación aparece entonces
como una forma del Human Engineering. Busca incrementar el rendimiento de la
nación (…) necesita estudiar el curso del desarrollo físico y mental, y describir el tipo
medio a partir del cual los niños se desvían más o menos.
En este comienzo del siglo XX, tanto en Euroopa como en EEUU, ya no se trata de
respetar el libre juego de los intereses particulares cuyos mecanismos de una
regulación natural asegurarían la armonía presente o futura. La ciencia de las
aptitudes esboza una forma nueva de la acción social: provee al político los medios
para una distribución mas racional de los recursos nacionales y los que fundan las
posibilidad de los individuos.

CITAS TEXTUALES PONER LA PAGINA

VARELA J. YALVAREZ URÍA F(1991)La maquinaria escolar. En Arqueología de la escuela.


Madrid:La Piqueta (pag. 13-54)
BAQUERO, R. y TERIGI, F. (1996) En búsqueda de una unidad de análisis del aprendizaje
escolar. En Apuntes pedagógicos, N° 2. Buenos Aires
PERRENOUD. P. (1993): La construcción del éxito y el fracaso escolar. Madrid: Morata. Cáp. 7,
8 y 10
CARRAHER, T., CARRAHER, D. y SCHLIEMANN, A. (1989) En la vida diez, en la escuela cero.
México: Siglo XXl . Conclusiones

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