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Bois

Crisis del Feudalismo, Economía rural y demografía en Normandía S XIV a mediados del
XVI

La hipótesis central del autor es la racionalidad del funcionamiento del feudalismo de la


economía medieval más allá de las diferencias regionales, debido a la existencia de
mecanismos reguladores que provocan en todos lados los mismos efectos.

Características Estructurales:

La forma de producción característica del sistema feudal es la pequeña producción


campesina, que jugaba un rol dominante imprimiendo a la economía sus ritmos de
crecimiento. Una visión exclusivamente institucionalista ha enmascarado a veces esta
evidencia, sobreponiendo el marco jurídico de la producción, el señorio, a la unidad
fundamental de producción, la explotación campesina.

1- La explotación campesina tiene una preponderancia económica abrumadora: El


crecimiento se manifiesta por la multiplicación de estas unidades de producción y su
extensión en el espacio, mientras que el decrecimiento se manifiesta en la disminución del
número de explotaciones. Las instituciones sociales tendían a preservar la pequeña
producción. Otra de las características del sistema es el bloqueo tecnológico que
determina que el crecimiento en este sistema torna necesariamente un carácter extensivo
y se expone al riego de rendimientos decrecientes.

2- La hegemonía de la pequeña producción hunde sus raíces en el estado de la tecnología


agrícola. Es la forma de organización del trabajo más eficiente, en relación a la tecnología
de la época.

3- Las instituciones sociales tienden también a preservar a la pequeña producción. Así, la


comunidad campesina aldeana juega un rol análogo a los oficios (gremios) urbanos.

4- A la hegemonía de la pequeña producción corresponde una demografía general:


especialmente un mecanismo auto regulador; la adaptación de la nupcialidad a las
variaciones tendenciales de la mortalidad, sobre una base de fecundidad prácticamente
estable. Semejante micro regulación (a escala familiar) solo es concebible en un sistema
dominado por la pequeña producción. En cuanto a la relación con las etapas de expansión
(y retroacción) del crecimiento económico: los progresos de la producción suponen los de
la población y recíprocamente.

Siendo la pequeña producción el eje del sistema, es en el seno de la explotación


campesina en donde hay que buscar los resortes de crecimiento y dinámica del sistema.
Sin embargo, el campesino se inserta en relaciones sociales determinada y el desarrollo de
su explotación no podría ser comprendido independientemente de la renta señorial a la
cual está sometido.

1- La renta es el aspecto principal de la intervención económica del señor.

2- La tasa de la renta señorial está afectada por un movimiento de baja tendencial que
deriva de la misma estructura social. En la relación de fuerzas antagónicas, el
campesinado, al disponer del usufructo de la tierra y el control del proceso de producción
goza de una mayor ventaja que el señor, que está excluido de este proceso y solo ejerce
presiones en virtud de actos de origen extraeconómico. A lo largo, resulta una evolución
favorable del campesinado y generadora de una erosión de la tasa de la renta.

Hegemonía de la pequeña producción y extracción señorial son las características


principales de un sistema económico cuyos cimientos aparecen contradictorios. Por un
lado, el carácter individual o familiar del proceso de producción y por el otro lado el
carácter señorial de la apropiación de la tierra y el poder. Entre estos dos aspectos hay
tensiones constantes.

La dinámica de la larga duración:

La economía feudal esta ritmada por crisis del tipo antiguo.

El hecho más importante reside en la alternancia de fases de Crecimiento (A), SIGLOS XI,
XVI, 1315, 1450-1550 o 1360 a 1400; y fases de Decrecimiento (B) SIGLOS XIV, XVII. En la
perspectiva neomalthusiana lo esencial se sitúa en la divergencia de la población y
recursos: el crecimiento más rápido de la población determina un súper poblamiento, el
parcelamiento de más tierras por lo cual una baja de la productividad, produciendo una
crisis agraria. No podemos negar estos fenómenos, lo que Malthus no considera es el rol
jugado por las fluctuaciones dado por la evolución del TRIBUTO.

Las fases de Crecimiento A, se caracterizan por la conquista del espacio agrícola, por el
aumento de la población, comprende también una baja tendencial de la productividad,
producido por diversos factores, entre ellos la mediocridad de las tierras marginales, una
suba de los precios agrícolas (por la productividad) y una baja de salarios reales que
produce el empobrecimiento de la masa campesina. El último elemento de la fase de
Crecimiento es el descenso de la TASA DE LA RENTA. Es un elemento indispensable e
inseparable de la baja productividad. Sin una baja tendencial de la tasa de la renta, el
mantenimiento de una tendencia larga a la reproducción extensiva (económica y
demográfica) a pesar de la declinación de la productividad sería incomprensible. Gracias a
ello, una parte más grande del producto es destinada al consumo de los campesinos a la
reproducción.

Este proceso crea las condiciones de su hundimiento, el momento crítico se da cuando los
efectos de la baja de la tasa de la renta no sean más compensados por el crecimiento
demográfico y económico, produciendo una disminución del volumen de la renta señorial.
La clase señorial aumentará la tasa de tributo y de esta manera se inicia una fase B de
decrecimiento.

Durante estas fases se produce un descenso del volumen de la renta, a pesar de la


agravación de la tasa de renta, lo que lleva a los señores a aumentar permanentemente
esta tasa. Además se produce una disminución de la ocupación del suelo y de la población.
La productividad aumenta por la retracción a mejores tierras. Suben los salarios reales,
bajan los precios agrícolas. Pero el decrecimiento tiene límites. Se llega cuando la
productividad llega a nivel tal que los campesinos están en condiciones de soportar
nuevas cargas fiscales y practicar una producción extensiva, desde entonces ya están
dadas condiciones para otra fase A, Crecimiento.

Contradicciones del feudalismo

Existe una tendencia acumulativa en el seno de este sistema. Su componente principal es


la acumulación feudal (ligado a los mecanismos específicos de este sistema, que le asigna
limites) y discontinua (propio de las fases de crecimiento). Ella está trabada por las
fuerzas productivas y las relaciones de producción del sistema pero debilita, poco a poco,
la acción de freno que se le opone. Cada ola acumulativa, rompe más lejos y favorece más
el surgimiento de las relaciones producción capitalista.

Crisis del feudalismo, río arriba, la crisis de un modo de producción:

La crisis del S XIV, no es una crisis entre otras, sino el comienzo de la crisis de un modo de
producción. En un primer momento, el sistema agotó sus posibilidades de expansión en
una conquista casi integral del espacio cultivable, desde entonces surgió un impás
económico primeramente. Todas las contradicciones del crecimiento se acumulan y
exacerban. La población crece peligrosamente, cae la productividad, la miseria se
extiende. Si el problema consistiera solo en esto, una epidemia y alguna hambruna
habrían ajustado la situación. Pero al impás económico se le suma un impas político
institucional, moral. Por eso la designa como crisis del feudalismo. El sistema no puede
funcionar más tiempo sobre sus bases tradicionales y se ve condenado a la
desorganización. Como símbolo de esto, la feudalidad se lanza en aventuras militares, a la
búsqueda de ingresos de emergencia. El implacable mecanismo guerra– fiscalidad –guerra
se pone en movimiento. La imposición fiscal rompe los equilibrios de la economía
campesina, la sociedad queda expuesta a todas las catástrofes. Delante de la marea
humana, agitada, por convulsiones cada vez más violenta, la fragilidad de las instituciones
políticas no ofrece ningún recurso y la catástrofe desencadenan una detrás de otra
hambre, peste, guerra.

Rio abajo, un feudalismo centralizado:

Se ha visto que la caída de las rentas señoriales abrió la fase de la crisis, la solución dada a
este problema tiene una significación particular. Al tributo directo se le superpone de
manera permanente, un sobre tributo fiscal, ninguna revolución en esto. Las dos clases
fundamentales de la sociedad permanecen frente a frente, pero las movilidades de
explotación del uno para con el otro han cambiado, el poder del príncipe apoya al del
señor para sacar de la producción campesina aquello que es necesario para el sustento de
la clase dirigente. La coexistencia entre estos dos poderes se volvió necesaria pero difícil.
Más poderosa la administración monárquica es más apta para mantener su rol cuando al
contrario, la administración señorial se desmorona. La vía está abierta a una centralización
aumentada de la renta.

A la crisis del feudalismo, este reacomodamiento de la relación de producción no provee


sin embargo más que una solución temporaria. El sistema no salió del impas, en el cual el
S XIII lo había encerrado. La evolución de las técnicas permanece frenada por las
relaciones sociales, el crecimiento se mantiene extensivo, expuesto a las mismas
contradicciones. Pero la declinación del feudalismo se manifiesta a través del empuje
capitalista que lo ha penetrado. Por todas partes renta y beneficio se mezclan
intrincadamente. Es un cuerpo extraño que crese en su seno. Por ser discontinuo su
crecimiento, no guarda menos efecto disgregador que torna irreversible la declinación del
feudalismo.

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