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Marianne Dieck
La negación en palenquero
lllllllllillilll
Editionen der Iberoamericana
Ediciones de Iberoamericana
B: Sprachwissenschaft 1 Lingüística, 5
Marianne Dieck
. ,
negac1on palenquero
Análisis sincrónico,
estudio comparativo
y consecuencias teóricas
V ervuert · Iberoamericana
2000
Die Deutsche Bibliothek- CIP-Einheitsaufnahme
[Iberoamericana 1 Editionen 1 B]
Editionen der Iberoamericana= Ediciones de Iberoamericana.
Serie B, Sprachwissenschaft =Lingüística. -
Frankfurt am Main : V ervuert
Reihe Editionen, Serie B zu: Iberoamericana. -
Hervorgegangen aus: Iberoamericana 1 Editionen 1 03
5. Dieck, Marianne: La negación en palenquero. - 2000
Dieck, Marianne:
La negación en palerrquero : análisis sincrónico, estudio comparativo
y consecuencias teóricas 1Marianne Dieck. -
Madrid: Iberoamericana; Frankfurt am Main: Vervuert, 2000
(Editionen der Iberoamericana : Serie B, Sprachwissenschaft ; 5)
Zugl.: Hamburg, Univ., Diss., 2000
ISBN 84-95107-96-1 (Iberoamericana)
ISBN 3-893 54-886-6 (Vervuert)
AGRADECIMIENTOS
Marianne Dieck 1
1
Correo electrónico: colting@emcali.net.co
7
ÍNDICE
l. Introducción .................................................................. . 11
2. El Palenque de San Basilio ......................................... . 13
2.1 Notas históricas ................................................................ . 14
2.2 Breve descripción de hLsituación socio lingüística .......... .. 15
2.3 Estado de la investigación lingüística .............................. . 17
2.4 La lengua de Palenque ..................................................... .. 19
4. El corpus ........................................................................ . 33
4.1 La recolección de los datos ............................................. .. 33
4.2 Los informantes ................................................................ . 34
Bibliografía................................................................................. 167
11
l. Introducción
Los últimos treinta años han visto aflorar una serie de trabajos sobre las lenguas
criollas, cuya importancia para la lingüística descriptiva y teórica y para la
sociolingüística no es necesario recalcar aquí una vez más. Debido a la gran
cantidad de lenguas criollas existentes y por el difícil acceso a las zonas donde
son habladas muchas de ellas, el conjunto de las investigaciones sobre cada una
de estas lenguas no logra dar cuenta exhaustivamente de varios aspectos
importantes de su gramática, en toda su complejidad y riqueza de matices. Aún es
necesario (y urgente en muchos casos, debido al alto índice de mortalidad
lingüística en este tipo de lenguas) profundizar más en el estudio de aspectos
puntuales de la gramática de los criollos.
Para que un fenómeno determinado de una lengua criolla pueda ser objeto
de un análisis detallado y ser insertado en la discusión teórica general es
indispensable contar con un corpus extenso y con una descripción básica de la
gramática del criollo en cuestión. Este es el caso del palenquero, una lengua
criolla de superestrato español hablada en una comunidad negra en la costa
atlántica colombiana: después del registro de algunos rasgos que permiten su
clasificación como criollo (ver Bickerton & Escalante (1970) y de Granda
(1968)), aparece una descripción general de la gramática palenquera (Patiño
(1983)) y, a lo largo de los años 90, toda una serie de trabajos sobre determinados
aspectos léxicos y morfosintácticos, que, como en toda lengua natural, se revelan
como mucho más complejos de lo que parecen, una vez se los aborda en detalle
(ver, p. ej., lista de publicaciones de Schwegler en la Bibliografía). El sistema de
negaciól"l; del palenquero es uno de los fenómenos que ya ha comenzado a ser
analizado. La presente investigación pretende realizar una revisión crítica de
perspectivas anteriores y proponer un análisis alternativo de este aspecto
morfosintáctic6, para lo cual se usan parcialmente aportes de versiones recientes
de la gramática generativa (ver, entre otros, Pollock (1989), Chomsky (1989),
Ouhalla (1991) y Zanuttini (1989)).
La posición canónica de la negación palenquera es la postoracional. Muy
pocas lenguas en el mundo (y muy pocas lenguas criollas) poseen esta negación
tipológicamente marcada, lo cual remite ineludiblemente al problema de su
origen. Plantea también, por su posición en la oración, un interesante,problema de
alcance o radio de acción, sobre todo en el contexto de las subordinadas, que
impone un análisis detallado de su comportamiento a nivel de estructura
superficial, así como el estudio de la relación de la categoría NEG con otras
categorías de frase y de su posición en la estructura profunda.
12
1
Moñino, comunicación personal. Ives Moñino es un africanista francés radicado en
Cartagena aprox. desde 1995 hasta 1999 y que adelanta una investigación sobre el
palenquero.
14
Entr~ los siglos XVI y XVIII muchos grupos de cimarrones o "rebeldes negros de
origen africano que rechazaron el yugo de la esclavitud y se fugaron hacia montes,
ciénagas y lugares inaccesibles" (Friedemann 1983: 18) fundaron palenques o
pueblos fortificados, en los cuales vivían de manera autónoma, independientes de
la Corona española, y desde los cuales ofrecían resistencia armada a las milicias
que pretendían recapturarlos. Datos históricos, recopilados por Gutiérrez (1980),
documentan la existencia de palenques en Colombia desde 1529 hasta 1799. 2
En el siglo XVII, los cimarrones de los palenques cercanos a la ciudad de
Cartagena, comandados por su líder guerrero Benkos Biojó, llegaron a representar
una amenaza tan grande para los españoles, que el propio rey de España se vio
obligado a concederles oficialmente la autonomía de la Corona y grandes
territorios por medio de una cédula real que expidió en 1691, ~on la condición de
que pararan los ataques que realizaban a las haciendas vecinas y de que no
recibieran más esclavos fugados (ver Arrázola 1970).
Siguiendo la consigna colonial de que "se obedece pero no se cumple", los
blancos dueños de haciendas y de esclavos, no conformes con las consecuencias
que tendría la aplicación de la cédula (más sublevaciones, entrega de tierras, etc.),
continuaron la guerra e intensificaron las arremetidas contra los palenques
circundantes. Las ofensivas permanentes de los españoles dispersaron y
debilitaron a los rebeldes. Estos incendiaban sus poblados cuando las milicias
españolas lograban penetrar hasta ellos y huían al monte, pero jamás se supo de
una rendición.
En 1713 se celebró un acuerdo de paz o entente cordiale entre uno de los
palenques de la Sierra de María y la gobernación de Cartagena, por la mediación
del obispo Antonio Casiani, que bautizó el palenque con el nombre de San
Basilio.
Un documento que data de 1772, del obispo cartagenero Diego de Pereda:
Noticia historial de la provincia de Cartagena de Yndias (citado en Patiño
1983: 183), resume muy bien los datos que se tienen sobre la historia de la
comunidad:
"San Basilio. Población de negros en lo interior del monte. Tuvo su origen de muchos
esclavos fugitivos de varias personas de esta ciudad que, abrigados de la asperosidad
de la Montaña de María, entre su ciénega y sitio de Mahates establecieron su palenque.
No se pudieron reducir a servidumbre, aunque se entró varias veces con fuerza de
2
Está claro que el cimarronaje y la formación de palenques no es un fenómeno que se
presentó exclusivamente en Colombia. Se sabe de negros fugados y organizados en
palenques o quilombos desde México hasta el sur del continente americano.
15
armas en que se derramó mucha sangre, hasta que al principio de este siglo,
governando el obispado el ilustrísimo señor don Antonio María Casiani, los redujo con
acuerdo del señor governador de la provincia a esta población, con perdón general y
goce de sus livertades y la precisa obligación de que no pudiesen admitir allí otros
esclavos prófugos en lo futuro. Mantiénense sin misto de otras gentes; hablan entre sí
un particular idioma en que a sus solas instruyen á los muchachos, sin embargo de que
cortan con mucha expedición el castellano, de que generalmente usan."
Durante el siglo XIX, víctimas de la estrategia del monopolio de la tierra, los
palenqueros perdieron buena parte de sus territorios, que les fueron usurpados por
los terratenientes. Y hasta el día de hoy "los terratenientes de la región siguen
desconociendo el hecho jurídico-histórico de la propiedad palenquera"
(Friedemann 1983:49).
Las condiciones de relativo aislamiento en las que ha permanecido el
Palenque hasta épocas recientes y su desarrollo histórico independiente, han
permitido la conservación de expresiones culturales muy propias, entre las que se
destacan los "cuagros" como forma de organización social, la música de claro
ancestro africano, los rituales funerarios y, por supuesto, la lengua. 3
3
Para una exposición detallada de la historia y la organización social de Palenque, véase
Friedemann (1979) y (1983), y Arrázola (1970).
16
4
La tendencia de estas lenguas hacia la simplificación morfológica no es, en nuestra
opinión, muestra de una gramática más "simple" en general (a no ser que "simple" se use
' en el sentido de "transparente"), ya que los conceptos gramaticales que se expresan en
algunas lenguas por medio de morfología se· marcan en los criollos por otros medios
lingüísticos, como la sintaxis, elementos clíticos, y otras estructuras que no son menos
complejas que la morfología.
5
Coincidimos con Schwegler (199la), Patiño (1983), Bickerton & Escalante (1970) y Del
Castillo (1984) en considerar que la situación de Palenque es diglósica y que el palenquero
no está sufriendo un proceso de descriollización, como sugieren Megenney (1986) y De
Granda (1978). Schwegler (1991a) señala acertadamente la importancia de analizar los
cambios de código que permanentemente tienen lugar en el discurso cotidiano de los
palenqueros, pues de esta manera se evitaría "( ... ) the hypervaluation of supposed
interferences between S[panish] and P[alenquero]." (p.168) ("la sobrevaloración de
supuestas interferencias entre español y palenquero", traducción nuestra).
6
Aunque la disminución del estatus del criollo es probablemente un fenómeno reciente (es
decir, de este siglo), es interesante subrayar que los palenqueros son bilingües desde hace
varios siglos, como lo atestigua el fragmento del obispo De Peredo citado más arriba.
17
Los estudios sobre la lengua de Palenque comenzaron hace apenas unos 25 años
.con el descubrimiento de su tipología criolla. El lingüista español De Granda
(1968) y Bickerton & Escalante (1970) identificaron de manera independiente y
prácticamente simultánea, los rasgos que permitían clasificar esta variedad
lingüística como perteneciente a la gran "familia" de las lenguas criollas. 7
Hay que mencionar que, antes de estos estudios, el antropólogo Escalante
publicó en su trabajo de 1954 una muestra lingüística de palenquero relativamente
extensa. Sin embargo, por tratarse de un estudio antropológico sobre esta
comunidad no realizó un análisis del corpus lingüístico. También Montes ( 1962)
publicó unas notas muy breves sobre el palenquero después de haber estado en el·
7
También en 1970, Lewis escribió su tesis doctoral "A descriptive analysis of the
Palenquero dialect" (UCLA). Como ésta nunca fue publicada y es de difícil acceso, nos
limitamos aquí a señalar su existencia.
18
8
Lo cual es muestra del grado de desinterés general que mediaba en el ámbito académico
colombiano respecto a este tipo de fenómenos lingüísticos que se salen de la línea
españolizante.
9
Por ejemplo: imahende traducido como "imagínate" (p. 199) y no i majende =y la gente,
como se desprende indudablemente del contexto. O paloma mon (p. 234), traducido como
"paloma mon" (para el supuesto lexema mon, inexistente en palenquero, Megenney
propone 13 posibles fuentes africanas) en vez de palo mamón =palo o árbol de mamón
(fruta común en el carib.e). Este tipo de imprecisiones es frecuente en los datos de
Megenney (1986).
10
En su conferencia en el primer seminario internacional sobre Palenque, celebrado en
Cartagena en agosto de 1996.
19
La lengua de Palenque 12
11
Ver lista bibliográfica.
12
Los ejemplos de lengua palenquera que aparecen en esta sección, a menos que se
indique lo contrario, son tomados del corpus recogido por nosotros entre 1992 y 1993 para
la presente investigación.
13
Se asume que anteriormente debieron hablarse otras versiones criollas del español, que
se extinguieron entre los siglos XVII y XIX; este es el caso posiblemente de Cuba, Puerto
Rico, la República Dominicana y Panamá, donde existen "huellas" de criollización.
14
En la actualidad aún se discute sobre si el origen del léxico que sirvió de base para la
génesis del papiamento, criollo hablado en las Antillas Holandesas, es el portugués o el
español, o ambos (Maurer (1986) incluso propone considerar una variedad de lenguas que
incluye, además de las mencionadas, el afroportugués y el holandés, como fuentes
lexificadoras de este criollo). Por la falta de claridad que se tiene en el momento sobre el
posible superestrato del papiamento, nos atrevemos a declarar provisoriamente el estatus
del palenquero como único en el continente americano, con respecto a su base léxica
española.
20
En el plano fonétic_(), {;)1 pél.l~nquero no~ se_ dif~rencia m(lyormente del español
__~él.hlAdo. en la co~ta atlántica colombiana, a no . ser por el rasgo de la
prenasalización,- de presumible origen africano. Este fenómeno se realiza a
principio de palabra, delante de ciertas consonantes, i.e. la /d/, la /g/, y, con menor
frecuencia, la /b/ (es decir, las oclusivas sonoras). Algunos ejemplos son 15 :
(2) barika (barriga) bae (ir) dejá (dejar) di (de) gobbé (volver)
15
En la transcripción de muestras de palenquero se usará un sistema ortográfico basado en
el de Patiño ( 1983 :89), ver cap 4.
16
Para un análisis detallado de este aspecto, y, en general, de la fonología y la estructura
silábica, véase Patiño ( 1983) y Bickerton & Escalante (1970).
21
Hay que aclarar que este análisis de las marcas TMA es nuestro y se basa
principalmente en el de Patiño (1983), pero que Schwegler (1992) propone un
análisis diferente, en el cual á y ké forman una sola partícula aké de valor
temporal (futuro) y modal (condicional o irreal), que tiene una variante fonética
ké. También Moñino propone un análisis diferente de la partícula á,
considerándola más como una marca aspectual (completivo) que temporal. 17
Hay algunos casos en los que la partícula á no tiene la función de indicar
anterioridad, sino que constituye una marca antepuesta a los verbos que se pueden
usar como modales, o a los verbos de estado (Patiño 1983: 126), distinguiéndolos
de los dinámicos, diferenciación que se hace típicamente en las lenguas criollas.
Un ejemplo del uso de la partícula á como marca de verbos de estado (y no de
anterioridad) es el siguiente:
Además de las partículas mencionadas, existen otras tres marcas de este tipo, que
son:
17
Comunicación personal.
22
De nuevo hay discrepancia entre los investigadores, esta vez con respecto a la
segmentación de á y sé. Bickerton & Escalante (1970) y Schwegler (1992)
interpretan estos dos marcadores como uno solo: asé. Nos parece convincente, sin
embargo, la argumentación de Patiño, que los considera como dos morfemas
separados, ya que "( ... ) la partícula á desaparece en ciertos casos en virtud de una
regla general ( ... ) que la borra cuando se dan determinadas condiciones
gramaticales" (1983: 118) (una de estas condiciones es la presencia de la
negación). Además, tanto á como sé llevan acento de intensidad, lo cual es prueba
de que no se trata de una sola palabra. 19
Otra de las características del palenquero, común a las demás lenguas
criollas, es la ausencia de oposiciones morfológicas de género. Tanto el artículo
indeterminado un20 como los pronombres y los adjetivos, tienen una sola forma
invariable, neutra en cuanto a género gramatical:
18
Marca de "estativo"?
19
No es nuestro propósito discutir exhaustivamente aquí estos aspectos de la gramática
palenquera, sino hacer justicia a los diferentes enfoques existentes y de paso mostrar que
hay fenómenos importantes que requieren de más investigación y discusión.
20
El artículo determinado se realiza por medio de la marca cero: karnisa (la camisa) vs. un
kamisa (una camisa).
23
El plural se marca en palenquero una sola vez, como en la mayoría de las lenguas
criollas, con la partícula ma antepuesta al elemento que pluraliza:
UNIVERSIDAD DE
'""TJlLJOTECA CENTRAL
24
1
"Una [característica] que ocurre, si acaso, en pocas lenguas criollas, es la posición al final
de la oración del morfema negativo nu; esta posición es invariable, aunque en negaciones
enfáticas puede estar también prepuesto: nu ablá ma nu, 'no digas más' " (trad. nuestra).
2
Citado en Megenney ( 1986).
3
"nu es el elemento obligatorio de la negación y normalmente ocurre en posición de final
absoluto de oración, er formas de oración básicas, en oraciones interrogativas y en
oraciones doblemente transformadas, en las cuales una oración principal negativa precede
a la subordinada" (trad. nuestra).
4
Evidentemente no quería decir inmediatamente después del verbo, ya que uno de los
ejemplos es: "ai ten eso no< ahí no hay eso", donde entre el verbo y la negación aparece
un pronombre objeto.
26
En todos los ejemplos citados por Megenney para ilustrar esta observación, el
marcador negativo no sólo va después del verbo, sino después de la oración.
"( ... )en muchos ejemplos nu (que también aparece como no) 5 precede al verbo finito y
luego obligatoriamente se repite después de él, generalmente al final del grupo fónico."
(p. 152).
Megenney no intenta una cuantificación de la aparición de estos casos ni una
clasificación de los tipos de oraciones en los que aparecen, lo cual ayudaría a ver,
por ejemplo, si las dos estructuras registradas (la postverba! y la doble) tienen
funciones diferenciadas. La única observación que apunta en esa dirección es la
que hace sobre el imperativo:
"En el imperativo, el adverbio no siempre se repite" (p. 155)
Patiño (1983: 170,171) describe la estructura de la negación como sigue:
"El puesto del morfema nu normalmente es al final de la oración."
Algunos ejemplos de su corpus son:
"( ... )esta posición se mantiene inclusive en oraciones complejas, aunque la cláusula de
valor negativo quede separada de la partícula negativa por otra cláusula." (p. 171)
Para ilustrar este interesante caso de alcance o radio de acción amplio de la
negación, presenta el siguiente ejemplo:
5
Estamos de acuerdo con Schwegler ( 1991 a) en considerar la gran mayoría de
realizaciones de no como casos de cambio de código. Creo que un estudio detallado de
este fenómeno que se presenta en general en palenquero (muy necesario pues no se ha
emprendido) daría como resultado que las interferencias del español son mínimas
comparadas con los casos de cambio de código, lo cual implicaría que esta lengua no se
halla en un proceso de descriollización, como lo sugiere Megenney, sino que lo que se
presenta en el Palenque es un estado de diglosia. Este último punto de vista es también el
de B&E (1970), Schwegler (1991a), Patiño (1983) y Del Castillo (1984).
27
En una versión positiva de esta oración debería aparecer la marca á antes de miná.
En este punto coincide con B & E (1970), aunque estos dos últimos generalizaron
el fenómeno ,erróneamente a cualquier partícula de tiempo-aspecto" (Patiño
1983:120-121).
El análisis más detallado de la negación en palenquero se encuentra en
Schwegler (1991 a). Este investigador distingue 3 patrones generales de negación:
la negación preverbal (NEG 1), la negación doble o discontinua (NEG2) y la
negación postverba! (NEG3). A simple vista parece ratificar análisis precedentes.
Sin embargo, la clasificación de la NEG 1 como perteneciente al palenquero y no
como producto de la interferencia del español, es una propuesta nueva. Schwegler
no se refiere aquí a las negaciones preverbales que frecuentemente constituyen
casos de cambio de código al español, como en:
6
Los corchetes indican aquí que se trata de un cambio de código al español.
7
En nuestra opinión, el pogké del enunciado palenquero no debería tener el acento en la e
final, ya que en esta lengua, al igual que en español, se distingue entre pogké (por qué) de
pregunta, con acento en la última sílaba, y pogke (porque) de explicación, con acento en la
primera sílaba, y en este caso no se trata de una pregunta. El que relativo de la traducción
española tampoco debería llevar acento.
29
"( ... ) the vast majority of negative statements constitutes opposition or rejection
ofthe truth value of a corresponding affirmative ( ... )" (p. 184). 8
Aunque este análisis es interesante, debería basarse, según nuestro criterio,
en más datos, o en datos más convincentes. Es difícil interpretar unívocamente
como casos de "información factual" los 8 ejemplos de negación preverbal 9 que
expone Schwegler para comprobar su hipótesis 10 .
En tres de los ejemplos expuestos por Schwegler (repetidos a
continuación), no vemos una información factual negativa, sino más bien casos de
preguntas retóricas:
(12) ¿Pogké e sabé ke i 12 ta miná eli? ¿NU fué pogké e ta miná mi tambié?
por qué el saber que yo TIA mirar él? ¿no fue porque él TIA mirar me también?
(Why does he know that 1 am looking at him? Isn't it because he is looking at me
also?) (p. 181)
8
"( ... ) la vasta mayoría de declaraciones negativas constituyen instancias de oposición o
rechazo al valor de verdad de una afirmativa correspondiente( ... )" (trad. nuestra).
9
Se trata de los ejemplos (21 ), (22), (23) -donde hay dos negaciones preverbales-, (24) y
(25) de las páginas 178 y 179, y el 6. -pág. 181- y el 4. -pág 183- en Schwegler ( 1991 a).
10
En general extrañamos una cuantificación de los datos en el artículo de Schwegler. Sin
ésta es difícil medir qué peso puede tener la aparición de una determinada estructura. Por
ejemplo, si el enunciado que se expone (pág. 178) para sustentar que el imperativo se
realiza también con NEG 1 (y no exclusivamente con NEG2. como afirman los demás
investigadores), aparece sólo una vez en los datos, es más probable que se trate entonces
de un error de actuación. donde el/la hablante sencillamente olvidó el segundo nu. que de
una estructura que hace parte del repertorio palenquero.
11
El subrayado es nuestro.
12
Nos parece útil la propuesta de Patiño ( 1993) de diferenciar orto gráficamente la í (=¡a
pers. sing.) de la i (=y/que).
30
Parece ser que esta estructura concreta sí exigiera la negación preverbal, pero no
necesariamente por no contradecir ni oponerse a declaraciones o suposiciones
previas, sino para marcar una estructura que no quiere en el fondo negar ni un
estado de cosas de manera neutra ni una posición explícita o supuesta del
interlocutor frente a los hechos, sino al contrario, que pretende generar la
adhesión y reafirmación por parte del oyente. En realidad no se trata aquí de
negaciones en un sentido semántico-pragmático. En el cap. 6 se expondrán más
ejemplos que muestran que probablemente existe una relación entre las preguntas
retóricas negativas y la negación preverbal.
Otro de los ejemplos presentados por Schwegler es el siguiente:
(14) {Fué la primera} ... ma fieta ngande ri tar akí. si, aora NU tem fieta!
fue la primera ... PL fiesta grande de estar aquí sí ahora no tiene fiesta
([These] were the first ... the first big fiestas here. Y es, nowadays there aren't
any [big] fiestas!) (p. 179)
( 15) ... de ayá loyu ... ande ende asé be- ba yená agua aí
... de allá arroyo ... donde gente TIA ir TIA llenar agua allí
Si la elección de una de las dos posibilidades (negación pre- y postverba!) con sus
subsiguientes consecuencias pragmáticas es tan sistemática como lo sugiere
31
Hacen falta más datos, y datos más claros y cuantificados, para poder comprobar
la hipótesis de Schwegler. De todas maneras es importante la constatación de que
sí aparecen algunas negaciones preverbales en palenquero que no son
directamente atribuibles a la interferencia del español y que deben ser estudiadas
en detalle.
Por otro lado, Schwegler (1991 a) propone que la negación postverba! no
es siempre postoracional, ya que hay algunos elementos que pueden ir después de
la negación final, como por ejemplo: el marcador de TIA -ba, el marcador
discursivo interrogativo no?, estructuras dislocadas a la derecha, y otros. Es
probablemente por esta razón que prefiere usar el término "postverba!" y no el de
"postoracional", a diferencia de otros investigadores. Sin embargo, en el presente
trabajo nos referiremos a este tipo de estructura negativa con el término
"postoracional", ya que da una idea más precisa de la ubicación básica de la
partícula negativa 14 • La designación "postverba!" podría llevar a pensar que el
elemento negativo se encuentra inmediatamente después del verbo y antes de
otros sintagmas, como es el caso p. ej. del pas francés.
En el capítulo 5., para el análisis de los datos, se tendrán en cuenta las
observaciones e hipótesis sobre la sintaxis de la negación presentadas en este
capítulo.
13
"( ... ) it seems clear that speakers of P distinguish systematically between preverbal and
postverba! negation patterns ( ... )" (p. 182). ("( ... ) parece claro que los hablantes de P
distinguen sistematicamente entre patrones de negación preverbales y postverbales ( ... )"
(trad. nuestra).
14
Al decir que una estructura es básica no se está excluyendo la posibilidad de que varíe
en algunos casos marginales.
33
4. El corpus
fueron corregidas por dos hablantes nativos (Gabino Hernández y Biko Salas)
diferentes de los entrevistados.
Fue necesario analizar, teniendo en cuenta los estudios ya existentes, otros
aspectos de la gramática palenquera distintos de la negación, para tomar algunas
decisiones relativas a la transcripción y al análisis de los datos. Por ejemplo,
cuando se decide transcribir á si separadamente, se está proponiendo que se trata
en este caso de dos morfemas per se, mientras que si se escribe asé, se permite
una interpretación monomorfémica de esta palabra (como lo propone Schwegler
(1992); ver cap. 6.1 del presente trabajo). Así mismo, la posibilidad de decidir si
una parte de un enunciado constituye un cambio de código al español o no
(decisión que en algunos casos es difícil), depende en gran medida de un
conocimiento general de la gramática palenquera.
El análisis de los datos se realizó de manera separada para cada
informante, ya que se constataron diferencias entre ellos en cuanto a ciertos
aspectos de la estructura negativa.
1
Marcas preverbales de TIA.
2
Véase Friedemann (1983:70-74) y Schwegler (199lf).
35
1
Coincidimos con Schwegler ( 1991 a:206) en considerar esta forma como perteneciente al
palenquero, cuando se usa como negación anafórica.
38
( 4) ya í bae konbedsá má nu
(ya no voy a conversar más)
4
'11 kulá mí ele, pero no polío- no se han polío culá toavía
~ ll
me lo cura, p. no (podido)- " 11 11 podido curar todavía)
2
Separación de cláusulas.
3
Entre paréntesis aparecen las partes del enunciado que no se oyen claramente. La
transcripción en estos casos es aproximativa. Las partes del enunciado que están en
español, se escribieron en cursivas.
4
El guión señala interrupción del enunciado.
41
5
Las partes subrayadas se expresaron con énfasis.
6
La presencia del pronombre sujeto parece ser obligatoria en palenquero al menos una vez
en la oración (es decir, en el caso de una oración compleja, parece ser posible la elisión del
pronombre sujeto en una o dos de las cláusulas, si éste aparece en alguna parte de la
oración). Esta es, no obstante, una propuesta de análisis provisional, que requiere de
mucho más estudio.
42
7
A veces es difícil decidir a partir de qué momento un cambio de código que se limita a
una palabra se puede considerar como perteneciente a la lengua que la incorpora a su
discurso.
8
La a que aparece en el enunciado es de difícil interpretación. La suposición de que se
trata de una contracción de -ba (marca de T/A) es descartada por el informante-traductor
B.S., y el contexto no ayuda a aclarar la función de ese elemento. Podría tratarse de un
error de actuación.
9
Este enunciado no sigue inmediatamente al anterior (hay tres enunciados que los separan.
Por lo tanto, ( 17) no es una corrección de ( 16 ).
43
(20) kumo agua á tá yobé- nu tá yobé nu, sino e puro só, á sé morí ma- ese aló
(como esté lloviendo- no esté lloviendo, sino que hace/ esté haciendo
esté haciendo puro sol, se muere- ese arroz)
10
Hay cláusulas introducidas por pa, después de las cuales aparece una negación
postoracional, cuyo radio de acción es, sin embargo, la cláusula que antecede a la
subordinada. En el siguiente enunciado de M.C., por ejemplo,:
í á ablá ke ngutá mí asina/ p'í sendá goro/ nu
(yo dije que no me gustaba así, que yo fuera goda)
nu niega ngutá y no sendá.
11
Nuestro traductor B.S. rechazó la posibilidad de interpretar este verbo como "tener" o
"tuve". La traducción al presente español extraña un poco, ya que el contexto indica que la
referencia es pasada.
44
propondrá más adelante (cap. 6.), con base en más datos, la coincidencia de estas
dos estructuras permite establecer una estrecha interrelación entre ambas.
Coincidiendo con los datos de los otros informantes analizados, se encuentra que
la negación postoracional es la estructura de negación sintáctica más frecuente en
el corpus de B.P., con 62 realizaciones de un total de 82. Algunos ejemplos de
esta estructura negativa son:
(22) pogke antonse í á kea eturiá a ridtansia, pero í polé eturiá a ridtansia nu
(porque e. yo hubiera estudiado a distancia, p. no he podido estudiar a d.)
(25) í-ª tené angana bae pa Bogotá, pero í _ polé bae pa Bogotá asina nu
(tengo ganas de ir a Bogotá, pero no puedo ir a Bogotá así)
12
Piacha: persona que sabe más que las demás.
13
Malagana: pueblo vecino a Palenque.
14
Un poko= muchos (expresión que se encuentra también en otras regiones del país).
46
riablo aparesé suto p'í pirilo pa- p'í be pa ekkuela, ¿bo á kuchá?
el diablo se nos aparece para yo pedirle para- p. yo ir a la escuela, ¿oíste?)
El uso de "no" en vez de nu, la aparición del impersonal "se" -no existente en
palenquero y la forma del verbo "sabe" que corresponde a la conjugación
española y no a la palenquera (sabe'), no dejan duda acerca de que se trata aquí de
un cambio de código al español. La siguiente realización del segmento "no sé"
(donde no aparece el pronombre sujeto, donde la forma del verbo corresponde al
español y donde se usa "no" en vez de nu), constituye el quinto caso de
alternancia de código:
15
Municipio cercano a Palenque.
16
Chan: hipocorístico de Sebastián, amigo de B.P., que está presente en la grabación.
47
Estos datos parecen indicar que las preguntas retóricas constituyen otro de los
contextos gramaticales que exigen negación preverbal.
17
Esta palabra contiene una oclusión glotal en postcton inicial [?a:aho]. Durante la
grabación, B.P. repite varias veces la oclusión glotal, siempre en la misma palabra.
Aunque este fonema no aparece en los demás informantes ni ha sido registrado en
palenquero, llama la atención su aparición -a pesar de ser muy puntual- ya que podría
tratarse de la supervivencia de un rasgo africano: en las lenguas africanas del Golfo de
Guinea se han reportado abundantes articulaciones glotales y, por otro lado, este fenómeno
es éxótico para el español" (Montes, M.E. 1995:26). Ver De Granda (1977), quien
argumenta larga y profundamente sobre el posible origen africano de este rasgo, presente
en ·la variedad del español de la Costa Pacífica colombiana, de población negra.
48
(40) ¿bo miná ese monasita lo ke ( ... ) ayé pirí suto chit' apu nu?
(¿no viste esa niña que( ... ) ayer nos pidió un poco de agua?)
(42) p'e nu miní (a) ablá ke- ke suto tá pipitá ma tamarindo nu!
(para que ella no venga a decir que- que no estamos pelando los tamarindos)
Las subordinaciones adjetivas pueden ir también introducidas por ke o por i "( ... )
al parecer sin que haya para ello un condicionamiento gramatical u otro ( ... )",
según Patiño (1983:175). Por ejemplo:
18
Marca de ron que se consume en la Costa Atlántica.
19
Es posible que éste sea un producto del calco de la estructrura SN + ten(é) ke +V, que
es muy corriente; ej:
bo á ten ke tené sienmil peso ( ... )
(tienes que tener cien mil pesos( ... )) (M.C.)
°
2
21
Contracción de teneba = tené + ba (=marca de pasado imperfectivo).
Contracción de seba =sé(= marca de aspecto habitual)+ ba
50
22
Las cifras tanto del corpus de Patiño como del de la presente investigación· no incluyen
los casos en que lo ke equivale a lo + ke (=lo/la/los/las que, en español), como en:
Tampoco se contaron los casos en los cuales lo ke introduce (precedido casi siempre por
depué (=después) o por a) una subordinada adverbial de tiempo, como en:
(51) e asina, entoe kumo- bo lo ke nu sabé. bo lo ke nu ten plata. sin- jende sin ma suamo
(es así, entonces como- tú que no sabes. tú que no tienes p .. sin- gente [impersonal]
Este caso será discutido más adelante en el capítulo 6. Parece, entonces, que las
cláusulas introducidas por lo ke constituyen otro de los contextos gramaticales en
los que se tiende a realizar la negación preverbal.
La única negación preverbal producida por B.P. que consideramos un caso
aislado, pues no coincide con ninguna de las estructuras que coocurren con
NEG 1, es la siguiente:
(55) nu krelo nu
(no le creas)
El enunciado (55) es un claro caso de imperativo, que comprueba una vez más los
análisis anteriores de Bickerton & Escalante '(1970), Patiño (1983) y Megenney
(1986), que afirman que este modo se construye con la doble negación.
El ejemplo (56) podría interpretarse a simple vista como una realización de
negación preverbal en el caso de la primera subordinada introducida por ke, y de
negación postoracional en la segunda, la relativa introducida por /o ke (=lo + ke).
Sin embargo, el carácter de orden y la entonación enfática de esta oración llevan a
inclinarse por analizarla como un caso de imperativo, en el que el nu final
extiende su radio de acción a la primera subordinada también, haciéndola constar
de una negación doble.
En el corpus de otros hablantes, la negación doble aparece no sólo en el
imperativo, sino también en oraciones condicionales introducidas por si o kumo y
en construcciones subordinadas con el complementador pa (no todas las oraciones
negativas con condicional o con pa llevan doble negación: aquellas que no lo
hacen. se construyen con negación preverbal 24). B.P. únicamente produce una
oración condicional negativa, la cual aparece con negación postoracional:
24
Es posible que aquí el factor responsable de la elección de una u otra estructura negativa
sea la intención de enfatizar.
53
Al igual que en los datos de los informantes M.C. y B.P., este esquema negativo
es el más frecuente en la producción de R.S. (70,2%). Algunos ejemplos son:
1: ¿usted no ordeña?
(58) R: í sé oddeñá nu
(yo no ordeño)
M: kumo-
(como-)
M: ájablá asina nu
((yo) no dije así [de nuevo con á])
M: í ájablá asina nu
(yo no dije así)
(65) ( ... ) pa monasita nu miní (a) ablá suto ke jueba nu, ¿bo á kuchá?
(( ... )para que la muchacha no venga a decirnos que no fuimos, ¿oíste?)
25
La informante M.C. no produce subordinadas negativas con lo ke.
57
(69) nu mandá mí ele p'andi D. nu, pogke D. bae ndá mí éleba nu, ablá Manué
(no me lo mandes a donde D., p. D. no me lo va a dar, habla/dí, Manuel)
(72) ( ... ),pero í á ablalo pa-pa- pa- e nu ponelo má nu, ke í kelé nu, ¿bo á kuchá?
(( ... ),p. yo le dije que no lo pusiera más, que yo no quiero, ¿oíste?)
26
Es probable que R.S. haya querido decir kelá (quedar) y no kolá (acordarse de), como lo
sugiere el contexto.
58
Si se excluyen los casos de cambio de código al español (ver 5.4.2), este hablante
únicamente usa la estructura NEG3 (73 realizaciones) para negar toda la
proposición. Algunos ejemplos de este tipo de negación encontrados en los datos
de V.S. son:
(78) kuchá bo, ¿bo (á) aprendé brujería lo ke abuelo sí á sabeba rm?
(oye, ¿tú no aprendiste la brujería que tu abuelo sabía?)
En dos interesantes casos la negación pasa a través de discurso directo, como, por
ejemplo, en:
27
En dos casos no se puede saber exactamente si aparece la marca á o no, debido a que la
palabra anterior termina en -a, y en un caso no se oye claramente. En otras 12 oraciones
negativas en las que no aparece á, no se puede hablar de una elisión de este elemento, ya
que se trata de construcciones con verbos en infinitivo o con los verbos era y jueba, que
no llevan á en las estructuras positivas correspondientes.
60
(82) si jende á ten linterna, jende á sé kelé bae nu, pogke í/'í tan pisá kulebra
(si lag. no tiene linterna, no quiere ir [al monte], p. (yo )/ahí podría pisar una culebra)
(85) ( ... ) ané á seba tené kaló sí, pero no era así kumo agué( ... )
(( ... )ellos tenían calor, sí, pero no era así como ahora( ... ))
í poleba kupí po kuakié paraje nu, sino era ... - á sendaba mucho burú
yo no pudiera escupir por cualquier lugar, s. era ... - era mucha plata)
(89) ¿kumo jué si í tá peliao ku bo, i ké- ké jende á sé fimmá pa suto ndo no peliá?
(¿cómo es si yo estoy peleado contigo, y qué- qué es lo que lag. firma para que
nosotros dos no peleemos?)
28
En (85) aparece además "así" (en vez de la forma palenquera asina) y en (86) V.S. usa
también "yo" en el segmento que contiene la negación, cuando en este contexto gramatical
el pronombre palenquero es í.
62
debido aparecer en posición preverbal, según los resultados del análisis de los
informantes anteriores. Se trata de (90), en donde la negación hubiera debido
realizarse antes de kurá, por tratarse de la negación de una subordinada
introducida por pa:
(90) pero yo á ablá ele pa e kurá má... monasito nu, pogke ( ... )
(p. yo le dije que no curara más ... niños, porque( ... ))
(91) akí Palenge jende á seba salí pa-pa fuela kasi nu, a komblá
(aquí en P. la gente no salía casi para afuera, a comprar
Uno de los dos elementos negativos parece sobrar. Nótese que no se trata de la
estructura NEG2 (NEG +V+( ... )+ NEG). Es posible que el hablante, al finalizar
la oración compleja en Palenge, haya olvidado si realizó o no la negación después
de la primera cláusula y quisiera asegurarse de marcar su valor negativo. También
es posible que la subordinada que comienza con a komblá (y que contiene a su
vez otra subordinada -pa traé ... -) sea una especie de idea complementaria
(" afterthought") que se le ocurrió a posteriori y que desea incluir en la oración
"desplazando" el primer nu al final de la estructura completa.
En general se constatan diferencias significativas entre las negaciones
producidas por V.S. y las que se registraron en los tres primeros informantes
analizados, en la medida en que en los datos de este hablante
-no se encontraron negaciones preverbales ni dobles
-la marca de TIA á no se elide en presencia de la negación
- se registra una alta frecuencia de cambios de código.
63
Manuel Pérez (M.P.), al igual que V.S., para la negación de toda la proposición
usa unicamente la estructura NEG3 -57 veces- (no se tienen en cuenta las dos
realizaciones de NEG2 por tratarse de cambios de código al español -ver 5.5.3-).
Algunos ejemplos de su corpus son:
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
rnnLJ0T'FCA rl:'N'T'"R A T
64
propuesta de análisis de Schwegler (ver cap. 3), en estos casos nu debía haber
aparecido en posición preverbal.
En las cuatro interrogaciones negativas producidas por M.P., el elemento
negativo va al final de la oración, como en:
v
(96) miná, bo á sé miná e tipo igke ombre inkreíble/ lo ke á sé salí aí telebisión/ nu?
(mira, tú no ves ese tipo dizque el hombre increíble, que sale ahí en la televisión?)
29
Véase el cap. 6 para una discusión de las implicaciones de ésta y otras diferencias en las
producciones de los hablantes analizados.
65
En el corpus de M.P. (al igual que en el de V.S.) no se halló una sola realización
de la estructura NEG l. Este es un punto más en el que difieren las negaciones de
este hablante con respecto a las de los informantes M.C., B.P. y R.S. Se
encontraron 4 casos (ejs. (97) -que se repite para mayor claridad-, (98), (99) y
(1 00)), en los que el contexto gramatical (negación de subordinadas introducidas
por lo ke y pa), según las regularidades constatadas en los tres primeros
informantes analizados en este trabajo, implicaría la aparición de nu en posición
preverbal (o NEG2):
[nu]
(97) í á sé bukká lo k'í sé polé nu 30
(yo no busco lo que no puedo)
[nu]
(98) e guarumá lo ke tá ayá á kelé ke bo jabláo di- di korraleja, lo ke á ngutá bo kasi nu
(esa persona blanca que está allá quiere que le hables de- de la corraleja31 , que no te
gusta casi)
[nu]
(99) ese li barita fue pa-pa kundí tra barita, pa pulisía, pa-pa majende miná bo nu
(esa [brujería] de la varita es para- p. esconderse detrás de la v., para que la policía,
p.- p. que la gente no te vea)
[nu]
(100) mjm, kontra gabilana, pa-pa mbluja entrá nu
(mjm, contra la gavilana, para que la bruja no entre)
30
En esta oración, compuesta por dos cláusulas negativas, según lo que se desprende del
análisis de M.C., B.P. y R. S., debería aparecer un nu preverbal antes de sé palé, para negar
la subordinada introducida por lo ke (para negar la primera cláusula, otro nu debería
aparecer después de bukká. Ver cap. 6. sobre el fenómeno del escopo ). Obsérvese también
que en este caso se trata de lo ke = lo + que, y no =que. Las escasas apariciones de lo + ke
en subordinandas negativas sugieren que estos dos elementos se comportan de la misma
manera que lo ke (como unidad) en cuanto a exigir NEG 1, aunque es necesario un estudio
mucho más profundo de las similitudes y diferencias entre estos elementos para poder
establecer claramente sus patrones de comportamiento.
31
=fiesta de toros.
66
32
La posición de lo es un tanto extraña aquí, si á y sé se interpretan como marcas de TIA
(y no como el verbo asé =hacer). Es más corriente la estructura: á seba yebalo.
67
En este capítulo se presenta una comparación sintética de los datos de los cinco
informantes (se harán comparaciones también con datos que aparecen en la
literatura especializada) y se propondrán hipótesis acerca de los factores que rigen
la distribución de los tres tipos de negación registrados (NEG 1, NEG2 y NEG3 ).
A continuación se discute cada uno de estos tipos de estructura negativa.
En virtud del hecho de que las declaraciones negativas neutras (es decir, las que
no son ni enfáticas, ni retóricas, ni de modalidad irreal ni imperativas) se expresan
por medio de la negación postoracional 1, consideramos que ésta es la estructura
canónica o no marcada de la negación palenquera. La frecuencia de su aparición
en los datos de todos los informantes analizados también apunta en esta
dirección 2 :
NEG3
M.C.: 46 NEG3 2NEG2 4 NEG1 88,4%
B.P.: 62 NEG3 2NEG2 13 NEGl 80,5%
R. S.: 26 NEG3 6NEG2 5 NEGl 70,2%
V.S.: 73 NEG3 ONEG2 ONEGl 100%
M.P.: 57 NEG3 ONEG2 ONEGI 100%
1
Recuérdese que usamos aquí el término oración en un sentido amplio, que también puede
referirse sólo a una cláusula.
2
En la siguiente tabla no se tuvieron en cuenta los casos de cambio de código al español ni
las negaciones de partes de la oración.
70
(7) p'e nu miní (a) ablá ke- ke suto tá pipitá ma tamarindo nu (B. P.)
(p. que ella no venga a decir que no estamos pelando los t.)
( 17) ¡pa e nu asé- ba asina ma- ba; pra e nu asé asina ma -ba!
(para que él no hiciera así más; para que él no hiciera así más)
[trad. nuestra de:"so that he not act this way anymore"]
3
Esta construcción es un tanto curiosa, ya que, a juzgar por la interpretación negativa que
hace nuestro traductor de la cláusula adjetiva, parece ser que B.P. hubiera olvidado realizar
allí un nu preverbal.
4
Se respeta la transcripción del autor. Nótese que no queda claro si el segundo nu hace
parte de la oración principal o de la subordinada.
5
e es una reducción de ele (3a. sg.), frecuente en el discurso hablado rápido.
75
e) Preguntas retóricas
Las preguntas retóricas generalmente se construyen con la negación preverbal,
como lo sugieren los siguientes casos registrados:
6
De los cuales sólo el (23) es realmente significativo, ya que el (24) es realizado por M.P.,
que no usa por principio la NEG 1 en palenquero (ver 6.2.a)); por lo tanto para este
hablante, el empleo de esta estructura no es el producto de una elección entre dos
opciones. En (23) podría tratarse de un error de actuación, en el que B.P. olvidó realizar
otro nu preverbal en la cláusula adjetiva. A esta posible interpretación nos lleva el hecho,
discutido más adelante en 6.3., de que la negación postoracional generalmente no extiende
su radio de acción más allá del verbo de la cláusula principal (que en este caso es polé) si
ésta se encuentra al final de la oración.
76
En todo el corpus encontramos un sólo caso de pregunta negativa, que podría ser
considerada como retórica, con NEG3 (ver enunciado (41) de B.P. en 5.2.2).
Tres de los ocho ejemplos de NEG 1 expuestos por Schwegler (1991a)
probablemente constituyen casos de preguntas retóricas (ver cap. 3.).
El palenquero contaría de esta manera con un mecanismo sintáctico,
adicional al de la entonación y el contexto, para diferenciar entre preguntas
negativas no retóricas, que se construyen con NEG 3 7 , y "preguntas retóricas"
(NEG 1), con las cuales no se niega, sino que se sienta posición, se trata de
convencer al interlocutor de la proposición -positiva- contenida en la "pregunta".
El elemento negativo que aparece en la pregunta retórica no tiene realmente la
función de negar sino de expresar algo como: no es asi? que ... ( más el resto del
contenido de la oración con sentido positivo).
Esta propuesta de análisis de la distribución de la negación en las
preguntas que contienen el elemento nu, predice que en el contexto (34a) un
hablante de palenquero probablemente produciría (34b) y en el contexto (35a)
produciría algo así como (35b ):
(35a) C oye a D hablar de lo malo que es comer carne, pero sabe que
D la suele comer en grandes cantidades.
7
Como p. ej.: entonse, be, ese-, osebbá, Manué. i- i- i bo tá eturiá nu? (R.S.)
(e., ve, eso-, observa, Manuel, y- y- y tú no estás estudiando?)
77
Esto significa que Schwegler (1991 a) acierta cuando propone que factores
pragmatico-discursivos juegan un papel en la elección de la negación preverbal,
pero no estamos de acuerdo en que esta observación se pueda extender a todos los
casos de NEG 1 (este fenómeno parece estar, según nuestra opinión, restringido a
las preguntas) y tampoco en que lo que se expresa por medio de la NEG 1 sean
declaraciones negativas néutras.
d) Si y kumo (condicional)
La aparición de los introductores si y kumo (con sentido de condición no
realizada) parece constituir otro de los contextos gramaticales que implican la
realización de NEG1 o NEG2. Véanse los siguientes ejemplos de nuestro corpus:
(37) si bo nu ké egchá ese ma tamarindo lendro agua nu, ané siribí pa asé chicha nu
(si (tú) no echas esos tamarindos al agua, no sirven para hacer chicha [jugo espeso])
(B.S.) 8
(38) kumo agua á tá yobé- nu tá yobé nu sino e puro so, á sé morí ma-ese alá
(como esté lloviendo- no esté lloviendo, sino que hace p. sol, se muere- ese arroz)
(M.C.)
8
Biko Salas, corrector-traductor.
78
(42) si ese ma tamarindo lo ke tá aí, egchá lendo apu nu, siribí pa chicha nu (B.P.)
(si esos tamarindos que están ahí, no se echan al agua, no sirven para chicha)
e) Imperativo
Los 4 casos de negaciones en oraciones imperativas encontrados en nuestros
datos, ratificarí,la observación, hecha repetidas veces en la literatura especializada
(ver cap. 3.), de que el imperativo se construye con NEG2:
9
Se excluyen los casos de cambio de código al español, que en los datos de este criollista
son muy frecuentes en presencia del condicional introducido por si.
10
Traducción nuestra de: "lf you do not position the calabash this way -straight, that is- it
spills over". Totuma= especie de calabaza seca que se usa como recipiente (el término está
ampliamente difundido en Colombia).
79
"'
(48) í saká ané toabía nu /pogke í sabé /si ané ba rreklamá mi ele /nu
(yo no los saco todavía, p. no sé si me lo van a reclamar)
• 1
(49) i entonse ma abuelo suto á ablá /ke no /ke ané gobbea goro nu /sino ané era liberá
(y e. nuestros a. dijeron que no,que ellos no se volvían godos [=conservadores] sino
que ellos eran liberales) (M.C.)
•
(50) kumo tatá mí ten plata nu /í á ten ke epperá
(como 11 mi papá no tiene plata, tengo que esperar) (B.P.)
~
(51) pero Aniseta /lo ke nu sé komblá 1¿tan nganá?
(pero A. que no compra [lotería], ¿va a ganar?) (B.P.)
ll
/¿bo á kuchá? /pa e nu sabé /kuájué suto salí /¿bo á kuchá?
¿oíste? para que ella no sepa por cuál fue que salimos, ¿oíste?) (R. S.)
•
(53) e sé kelé /p'í teneo /nu
(ella no quiere que yo lo tenga) (R. S.)
(54) ¿bo miná ese monasita /lo ke ayé pirí suto chit' apu /nu?
(¿no viste esa muchacha que ayer nos pidió un poco de agua?) (B.P.)
11
Nótese que kumo en este enunciado no es condicional, sino factual o causal: expresa lo
mismo que "ya que" o "en vista de que".
12
Es probable que haya otros introductores-"barrera" además de los mencionados.
81
(55) aora ten ngombe /kumo malo ke teneba aké biaje /nu
(a. [los viejos] no tienen ganado como el que tenían en aquel entonces) (M.C.)
.. 1
(57) í ten digudto ku ele nu, pero sobrina mí á sé kelé( ... )
(yo no tengo disgusto con ella, p. mi sobrina quiere( ... )) (R. S.)
.
(58) ya í bae konbedsá má nu, pogke í á tá sin kumé
(ya no voy a conversar más, p. estoy sin comer) (M.C.)
i 1
(59) akí Palenge tenea chiba nu, sino era kamino
(aquí en P. no había chiva [bus], s. que era/había un c.) (M.C.)
i
(60) á tá pa bae, pero ten pasaje pa e bae nu
((él) está para irse, pero no tiene pasaje para irse) (M.C.)
82
•
(61) aora jende á sé ablá di beinte peso, pogke beinte jentabo ya jende á sé ablalo má nu
(ahora lag. habla de v. pesos, porque veinte centavos ya la gente no lo dice más/no se
dice más) (V.S.)
n
(62) ele á kujelo pa-pa ponelo aá andi [... ] kasa kudtura, i í kelé nu
(ella los coje para ponerlos allá en la casa de la cultura, y yo no quiero) (R.S.)
.---!
(63) utere tá ablá ke utere sé nganá ná nu
(ustedes están diciendo que (ustedes) no ganan nada) (B.P.)
•
á taba empesá, kumo ané á seba leé ni ekribí nu, ané
estaba empezando, como ellas no leían ni escribían, (ellas)
13
A excepción de:
¿pogké a [=ma] jende á sé ablá ke fieta á sé tá malo kuando ningún monasito á sé murí nu?
(¿por qué lag. dice que la fiesta está mala cuando ningún/a muchacho/a muere?) (V.S.)
Pero aquí se podría atribuir la limitación del alcance de nu a la última cláusula a la
presencia del elemento de concordancia negativa ningún.
14
En 29 casos registrados, en los que aparece nu después de una cláusula introducida por
ke, este elemento es barrera para el alcance de la negación en 27 casos (una de las
desviaciones de esta regularidad se presenta en los datos de V.S. y la otra en los de M.P.).
Estas cifras no incluyen las realizaciones de la estructura SN + ten(é) ke + V_f, como en:
83
r-1
(65) á tenjende ke sé asedtá nu
(hay gente que no acepta) (B.P.)
(66) ¿bo miná ese monasita lo ke ayé pirí suto chit'apu nu?
(¿no viste esa niña que ayer nos pidió un poco de agua?) (B. P.)
v
(68) pero í sabé g Majate ndale ayuda siempre nu
(p. yo no sé si Mahates 18 siempre [finalmente] le dio la a.) 19 (B.P.)
En este tipo de estructura ke forma una especie de unidad con el verbo ten(é). que se
podría traducir con "deber", y no parece constituir una barrera para el alcance de nu.
15
Con la posible excepción de kumo (factual). Es evidente que la estructura de las
oraciones complejas en palenquero merecen un estudio mucho más profundo que el que se
esboza aquí a través de la ilustración de algunos puntos pertinentes para el análisis de la
negación.
16
(=hay, existe).
17
Ver cap. 5.2.2, en el que se analiza la distribución de los introductores de cláusulas
adjetivas lo ke, ke e i (este último elemento no aparece en combinación con la negación en
nuestros datos, y por lo tanto no será tenido en cuenta aquí).
18
Mahates: municipio situado a unos 18 km del Palenque.
19
Para este si relativo véase también el ejemplo (48) tomado de Patiño ( 1983).
84
•
(69) pogke í ten ku ké asé sena nu
(p. no tengo con qué hacer la cena) (M.C.)
•
(70) ke í ten ku ké bukká kumina nu
(que (yo) no tengo con qué buscar la comida) (M.C.)
•
(73) e sé kelé /p'í teneo /nu
(ella no quiere que yo lo tenga) (R. S.)
85
•
(74) í á ablalo /pa nu mandá mí ku ele má nu
(yo les digo que no me manden más con ella) (R. S.)
(75) í á ablá /ke ngutá mí asina /p'í sendá goro nu /sino( ... ) (M.C.)
(¿nu niega ablá, ngutá o sendá?), se resuelve sin problemas, de ser correcto
nuestro análisis: nu no se refiere a ablá porque 1) la marca á aparece combinada
con este verbo y 2) el introductor barrera ke, de la cláusula anterior, detiene el
alcance de la negación. nu tampoco niega sendá, puesto que en este caso se habría
optado por la negación preverbal, para que el alcance no suba a la cláusula
siguiente. nu niega el verbo ngutá, ya que 1) el radio de acción de nu pasa a
través de pa (que es transparente para el alcance negativo) y 2) en la cláusula que
contiene el verbo ngutá no aparece la marca á, que se podría esperar en este
contexto si la cláusula tuviera valor positivo.
Parecen existir entonces, además del contexto semántico 20 , criterios de tipo
morfosintáctico que determinan la interpretación de las oraciones complejas
donde aparece una negación.
En conclusión, el análisis del alcance de la negación en palenquero
muestra que la negación preverbal es probablemente una marca morfosintáctica
para limitar el alcance de la negación a las cláusulas encabezadas por
introductores transparentes.
20
Que Schwegler ( 1991 a: 192) propone como umco parámetro interpretativo en estos
casos: "When the negative particle is in sentence-final position, interpretation of the
utterance may be entirely context dependent" ("Cuando la partícula negativa está en
posición postoracional, la interpretación del enunciado puede ser enteramente dependiente
del contexto", trad. nuestra).
86
6.4 Conclusiones
1
La propuesta teórica más reciente de Chomsky ( 1995), el minimalismo, constituye un
programa que se encuentra aún en proceso de elaboración, razón por la cual preferimos
trabajar por el momento en el marco de la teoría mencionada. Sin embargo, hay que anotar
que el análisis de la negación propuesto aquí se deja traducir sin mayores problemas a una
perspectiva minimalista, ya que esto no implicaría cambios esenciales.
2
En palenquero esta relación se manifiesta en la adyacencia de la negación y las marcas
preverbales TMA en los casos de negación preverbal y en la elisión obligatoria de la marca
de TIA á en oraciones negativas en general (ver cap. 6).
88
Schwegler (1992) asume que á no es más que una variante fonética de ké, tá y sé
> (a)ké, (a)tá, (a)sé (ver cap. 2.4). Bickerton & Escalante (1970), después de
señalar que el estatus de la partícula á es poco claro, observan que a veces ésta
expresa el aspecto completivo y otras veces ocurre antes de ciertos verbos
(principalmente de estado); al igual que Schwegler, asumen que en combinación
con las marcas aspectuales sé y tá, á no constituye un morfema separado, sino una
variante alofónica (ver los ejs. en el cap. 2.4). Patiño (1983), por su parte, afirma
que á unas veces tiene valor temporal (anterior), que las o!ras veces aparece (
antepuesto a verbos modales o de estado, y que constituye un morfema per se, es
decir que no es una variante alofónica de otras marcas. Los argumentos en los que
se basa (muy convincentes, según nuestra opinión) son: l. La elisión sistemática
de á cuando se dan ciertas condiciones gramaticales (como la presencia de la
negación); y 2. El elemento á lleva acento propio (ver 1983:118) (al igual que ké,
tá y sé). Sin embargo, el comportamiento de esta partícula es efectivamente muy
complejo y hasta la fecha sigue siendo poco claro.
A pesar de que la función específica de las marcas de TMA merece más
estudios de los que se han realizado, creemos que es posible determinar su
posición y estatus en la estructura palenquera. En el caso de las marcas á
(anterior/completivo/estativo), tan (futuro), ké (irreal/futuro), tá (continuo o
progresivo) y sé (habitual/iterativo), asumimos, aplicando criterios
distribucionales y prosódicos 3, que se trata de elementos clíticos que se generan
bajo la categoría INFL:
-estas marcas no pueden aparecer solas, sin el verbo (es decir, su presencia
depende de la del verbo);
-entre ellas y el verbo no se puede interponer ningún otro elemento;
- no pueden ser modificadas.
-ba no puede aparecer "solo" antes del verbo (*í ba kumé), como sí pueden
hacerlo los demás elementos exceptuando -ndo: í á kumé (comí), í tan kumé (voy
a comer), í sé kumé (suelo comer), í tá kumé (estoy comiendo), í ké kumé (yo
3
Véase Kayne (1975) y Kaiser (1992).
89
comería). -ba no lleva acento propio: sé-ba, ké-ba, tá-ba o V-ba4 ; a diferencia de
á, tan, ké, sé y tá, puede aparecer después del verbo e integrado fonéticamente a
éste (V -ba o V -lo-ba5 );
-ndo solamente aparece después del verbo, integrado fonéticamente a éste (no
lleva acento): bo tá miná-ndo ele nu? (no la estás viendo?). Entre el verbo y -ndo
no se interpone nada6 . Este elemento está aún más ligado al verbo que -ba, ya que
este último permite la interposición del pronombre objeto clítico -lo.
4
-ba no se combina con á (*á-ba) (sí puede, no obstante, coocurrir con á cuando aparecen
entre los dos otras marcas de aspecto y modalidad o el verbo: á seba, á taba, á keba o á
V-ba).
5
-lo es promonbre objeto.
6
Por su forma, distribución y función, pareciera ser un préstamo del gerundio español.
Obsérvese que la información semántica contenida en -ndo es la misma que la de tá
(continuo o progresivo): entre bo tá miná-ndo ele nu? y bo tá miná-lo nu? no parece haber
ninguna diferencia de significado.
90
7
Por el "movimiento de cabeza a cabeza" (Head to Head movement).
8
Asumimos que el nu preverbal es un clítico en virtud de que entre este elemento y el
verbo finito no pueden aparecer sino otros clíticos y no puede ser modificado.
91
(1)
_..-- TP .....__
_..--
SpecNEGP
NEGP
_..--
---
NEG'
NEG
---
_..-- AGRP .....__
_..--VP .....__
(2)
_..--
NEGP
---
_..-- TP .....__
_..-- AGRP .....__
_..--VP .....__
9
"La opción no parametrizada hace las afirmaciones más fuertes y es, por lo tanto, más
interesante a nivel teórico" (Trad.nuestra).
92
l. Acento también pueden llevar los pronombres clíticos (ver p. ej. Kaiser
( 1992:20-21 ), que afirma que los clíticos no son necesariamente inacentuados).
2. Cuando los elementos negativos mencionados se adjuntan a categorías de frase
(distintas de VP), no tienen alcance sobre toda la oración sino sobre partes de ella
Cél fue a recogerlo no ayer sino la semana pasada') y en este caso no se estaría
hablando de negación oracional. El elemento negativo tendría estatus de adverbio
(-clítico) y sería homófono con el elemento de negación oracional.
3. El hecho de que las negaciones en cuestión ocurran antes de Vf y V_ f no es
razón para no considerarlas elementos clíticos. Los objetos clíticos del francés, p.
ej., preceden al Vfy al V_f
4. Tampoco vemos en la observación aducida en este punto ningún argumento que
desfavorezca un análisis de los elementos mencionados como poseedores del
estatus de clíticos. De hecho, en el portugués, en ciertas construcciones la
negación ncio va entre el objeto clítico y el verbo (ejs.: "Disse que te nao viu" y
"Porque me nao falas?", Kaiser 1992:42).
Por otro lado, varios hechos sí apuntan, en nuestra opinión, hacia la necesidad de
asumir que estas marcas negativas constituyen elementos clíticos: entre estos
elementos y el verbo finito no se pueden interponen sino otros clíticos, no pueder
ser modificados (sin perder su estatus de negación oracional), y es muy probable
que no se puedan acentuar contrastivamente, como ya se anotó más arriba. Véase
Pollock (1989) y Meisel (1997b ), quienes, entre otros, también asumen que los
elementos negativos en las lenguas mencionadas son clíticos.
Al analizar NEG como morfema libre en las lenguas románicas 11 , Zanuttini
observa que el análisis propuesto por Pollock, según el cual NEGP se sitúa debajo
10
P. ej., mientras que en francés el orden de los objetos pronominales es: objeto directo+
objeto indirecto + verbo (cuando el OI está en tercera persona): ''je le lui donne", en
italiano o en español el orden de los elementos pronominales es inverso: "(yo) se lo doy".
11
Menos el ne del francés.
93
de TP, no puede explicar adecuadamente cómo llega el verbo a TP: éste tendría
que moverse primero a AGRP y NEGP para llegar finalmente a TP; pero NEGP,
al poseer contenido lexical, no permite este tipo de movimiento y lo bloquea. Es
por esta razón que Zanuttini propone, al menos para las lenguas románicas, que
NEGP se encuentra encima de INFLP (TP, AGRP).
Si en cambio se asume, como lo hacemos, que NEG en las lenguas
mencionadas es un clítico, nada impide que esta categoría se genere en una
posición inferior a INFLP, dominando la frase verbal, pues de esta manera es
"recogida" por el verbo en su movimiento hacia INFL.
Por otro lado, la propuesta de Zanuttini presenta un problema serio, que ya
fue señalado por Meisel (1994:7), en relación con la posición del sujeto: si NEGP
se halla en una posición superior a IP o TP, a dónde se movería el sujeto? Este
normalmente se mueve a SpeciP o SpecTP. Pero en la estructura que propone
Zanuttini tendría que subir a una posición por encima de NEGP. La pregunta que
surge sobre posibles candidatos para albergar el sujeto queda sin respuesta en su
análisis.
Por lo expuesto en los párrafos anteriores, asumiremos entonces para el
palenquero una estructura en la cual NEGP es subcategorizada por IP y, a su vez,
subcategoriza la VP, en vista de· que constituye una propuesta más universal,
aplicable a un gran número de lenguas, y por el hecho de que permite analizar
adecuadamente el comportamiento de la oración negativa en palenquero, como se
verá en la siguiente sección.
(3)
_...--cP..__..._
SpecCP
...--- C'
---....IP
C
...--- ---.... I'
SpeciP
...--- ---....NEGP
...--- _...-----....NEG' ---.._
SpecNEGP
NEG VP
_...--VP
...--- ---....nu
SpecVP ---.._V'
V
...--- ---....
12
Zanuttini ( 1989:13 ); "operador que es lexicalmente vacío".
13
Ver también Meisel (1997b:5), quien asume para el francés coloquial, el occitano y el
alemán (lenguas con negación postverba!) una cabeza de NEGP vacía lexicalmente.
95
14
Italiano, español, portugués, catalán y rumano.
15
Baste con el argumento de que se halla entre el sujeto clítico y el verbo u otros clíticos.
16
A no ser que se asumiera que en las oraciones positivas el verbo también sube hasta
NEG, lo cual, por otro lado, no tiene una motivación semántica plausible.
96
(4)
CP
~ .....__
SpecCP ~ C' .....__
C IP
~ .....__
SpeciP ~ I' .....__
NEGP
~ .....__
SpecNEGP ~ NEG'--..._
NEG VP
~ .....__
~VP.....__ nu
SpecVP ~V'.....__
V
17
Lo cual cobra sentido si se tiene en cuenta que generalmente los problemas de alcance
se resuelven en el nivel de la LF.
18
Véase Meisel (1997b:5), quien explica la posición tipológicamente marcada de pas por
el hecho de que este elemento no es la cabeza de NEGP.
19
(si Ana no hubiera venido).
97
(5)
e
............... C'
...............IP
SpeciP
--- I'
...............
---
NEGP
[+neg]
...............
SpecNEGP NEG'
NEG---
--- --- VP
.............._VP
............... nu
............... V'.............._
SpecVP ---
V
En una oración como ( 5), con negación postoracional, ocurren los mismos
movimientos, sólo que en este caso NEG es un operador sin contenido lexical que
posse el rasgo [+neg]. Desde la posición de INFL, en la estructura S, NEG (ya sea
nu o 0 [+neg]) le asigna alcance oracional a la negación.
En (4) y en (5) se elidió la marca de TIA á, lo cual podría explicarse como
una consecuencia del movimiento de NEG a INFL: NEG llegaría a ocupar la
posición de á en INFL y bloquearía su realización fonética. Esto presupone una
estrecha relación entre este elemento de TIA y la negación. Es posible también
que NEG posea rasgos temporoaspectuales, es decir, que constituya una especie
de elemento sintético que contiene marcas tanto de negación como de tiempo y
aspecto (lo que Dahl (1979:84-85) llama "auxiliar negativo"). Esta posibilidad,
sin embargo, tendrá que ser explorada más a fondo después de entender mejor las
20
(el doctor no venía).
98
"Most Caribbean creoles negate verbs by placing a negative particle befare the verb
phrase:
Jamaican CE "Jan no waan go" 'John does not want to go' [... ]
[John no quiere ir]
Haitian CF "Lipa-t-kone," lit. 'He not ANT know,' i.e. 'He didn't know' [... ]
cf. French "Il ne savaitpas" [El no sabía]
Negerhollands CD "Mie no weet," lit. 'I not know' [ ... ]
cf. Dutch "Ik weet niet" [(yo) no sé]" 2
(Holm 1988-1989: 171)
(Véase Holm (1988-1989) para la estructura negativa -generalmente preverbal- de
los criollos no atlánticos). Este patrón sintáctico es común a todos los criollos de
superestrato inglés y francés, así como a algunos de superestrato portugués (como
el criollo de Cabo Verde, el papiamento 3 , el norteiro, el papia kristang, y el
macaense 4; ver Stolz 1987:8, Holm 1988-1989:172 y Maurer 1987:36), holandés
(como el negerhollands, el fly tall, el skepi; ver Holm 1988-1989, cap.8) y
español (como el zamboangueño; ver Lipsky 1987:96 y Stolz 1987:20).
Holm (1988-1989: 172) observa que este sistema de negación preverbal es
paralelo al del español o del portugués y que su presencia en las lenguas criollas
de base inglesa, francesa y holandesa implica una reestructuración de la negación
de estas lenguas de superestrato.
1
"En la mayoría de los criollos la negación principal se halla en posición preverbal a la
izquierda de los elementos TMA" (traducción nuestra).
2
"La mayoría de los criollos caribeños niegan el verbo colocando una partícula negativa
antes de la frase verbal( ... )" (traducción nuestra).
3
Aún no está claro si la base lexical del papiamento es el portugués o el español.
Provisionalmente asumimos su ascendencia portuguesa.
4
Hay que anotar que en este criollo, en las oraciones en perfecto la negación se sitúa entre
la marca de tiempo y la frase verbal (Stolz 1987:1 O); es decir que cabe en la clasificación
general que hace Holm (1988-1989), mas no estrictamente en la de Stolz (1987).
100
5
"Aunque la negación múltiple aparece prácticamente en cada criollo, en esta construcción
se recurre generalmente a étimos diferentes" (traducción nuestra).
6
"Esta interesante afirmación relativa a la concordancia negativa merece más sustentación"
(traducción nuestra).
7
No hay glosa ni traducción, pero está claro que significa: "no pueden vender eso en
Haití".
101
Y las oraciones que expresan "no poder" ("nicht konnen", p. 10), aparecen con el
siguiente orden:
s Sic.
102
9
"Es posible que la morfología del criollo sea el resultado de recientes préstamos a gran
escala asociados con la muerte de la lengua" (traducción nuestra).
103
8.1.2 El angolar
Esta lengua hablada en la isla de Annobom, vecina a Sao Tomé, posee las
partículas discontinuas negativas na... -f(na es preverbal y -/aparece al final de la
cláusula):
10
La glosa de la oración no aparece en Stolz (1987).
UNIV:BRSIDAD DB ANTIOQUIA
104
8.1.4 El Afrikaans
Cuando no hay auxiliar, den Besten (1986:202) asume que el verbo se mueve a
COMP, dejando la primera negación, que en la estructura de base se halla en
posición preverbal, en una posición contigua a la de la negación final (a menos
que entre estas dos aparezcan objetos u otros elementos, como en (11)). En estos
casos, una regla de elisión que se aplica a la segunda negación evita la
contigüidad de las dos partículas negativas:
Aparte del palenquero, existen otras dos lenguas criollas que poseen negación
postoracional: el Berbice Dutch y el principense. Hay que anotar que en estas tres
lenguas, a pesar de que la posición básica de la negación es la postoracional,
aparecen también en algunos casos marcas negativas en posición preverbal.
8.2.1 El Berbice
11
"En la negación estándar del Berbice Dutch la negación kan& (forma completa) o ka
(forma abreviada) aparece en posición postoracional" (traducción nuestra).
12
Las formas noko (=yet) y no-ka (NEG + resultativo) son homófonas.
106
8.2.2 El principense
(18) e so'vefa
it rained NEG
(it didn't rain) (Ferraz 1983:125)
(no llovió)
13
En los ejemplos de muestras escritas de habla bozal citados por Schwegler ( 1996:270-
271), salvo en dos casos, el no final va separado de la oración anterior con negación
preverbal por una coma. Evidentemente cabe preguntarse si la transcripción no está
influenciada por las reglas gramaticales españolas. Es posible que esto sea así, pero hasta
no tener mayor certeza al respecto, nos parece más prudente señalar únicamente la
posibilidad de la existencia de la doble negación en el habla bozal cubana.
14
Extraña un poco que Schwegler afirme categóricamente la existencia de la estructura
NEG2 en el español arcaico de Cartagena (Colombia), basado únicamente en la
108
Este hecho fue notado también por Marroquim (1934) y Thomas (1969), entre
otros. Schwegler (ver discusión en Schwegler 1991 b) señala que se trata aquí de
un caso de cambio lingüístico en proceso, en el cual la tendencia general es hacia
la negación postoracional (NEG3). Parece haber importantes diferencias
regionales: en la zona del nordeste es más frecuente el uso de la negación
postoracional (NEG2 y NEG3), que en las ciudades sureñas de Sao Paulo y Río
de Janeiro. Para un tipo específico de enunciados, i.e. las "declaraciones
espontáneas", Schwegler propone que la elección entre, por un lado, NEG 1, y, por
el otro, NEG2 o NEG3, depende de factores pragmáticos: "NEG1 (the unmarked
form) simply states a fact with no presuppositions whereas NEG2 3 (the marked
form) signal contradiction" (199lb:l94) 15 . '
8.3.2
En esta variedad dialectal del español es muy común el uso de la doble negación
(NEG2) 16 • En oraciones como:
observación siguiente: "Sólo la hemos oído [la doble negación] (con una curva entonativa
muy similar a la del no ... no dominicano) dos veces en boca de una septuagenaria negra.
quien nos confirmó que antaño 'esto de poner el no al final se hacía más' " (Schwegler
1996:296). Para postular la existencia de una estructura determinada en una lengua o
dialecto, nos parece que es necesario presentar más evidencia.
15
"NEG 1 (la forma no marcada) simplemente constata un hecho sin presupuestos.
mientras que NEG2 3 (la forma marcada) señala contradicción" (traducción nuestra).
16
Ver Jiménez Sabater (1975), Megenney (1990) (citado en Schwegler (1996)) . de
Granda ( 1991) y Schwegler ( 1996).
109
no hay una pausa entre el no final y el resto de la oración. En otras variedades del
español y en español estándar es común reforzar para efectos de énfasis una
oración negativa con un no después de ésta, pero en este caso no tiene lugar la
incorporación fonotáctica a la oración que sí se observa en el español dominicano.
La estructura de negación doble coexiste en el habla coloquial dominicana
con la negación preverbal (NEG 1). La primera (NEG2), a pesar de su amplio uso,
es fuertemente estigmatizada y se tiende a evitar en el registro formal y por
personas pertenecientes a la clase social alta o con formación académica 17 .
Schwegler afirma que la distribución de la negación dominicana no es libre
y que la elección de uno de los dos patrones negativos (NEG 1 o NEG2) depende
de factores pragmáticos paralelos a los propuestos para el portugués brasileño
popular.
17
Ver Schwegler ( 1996:264-265,292ff).
18
Véase Flórez (1950:113), Montes (1985 [1974]:112), de Granda (1978:515) y
Schwegler (199lc:88).
19
(25) y (26) son tomados de grabaciones realizadas por nosotros durante un trabajo de
campo en 1992 en la zona costera de Bahía Solano y de Nabugá (población situada entre
B./Solano y Juradó, en dirección a Panamá).
110
20
En una grabación de aprox. 30 min., por ejemplo, registramos 4 casos de NEG2 y 30 de
NEG 1 de un total de 34 negaciones sintácticas realizadas por los dos informantes que
participan en la conversación. En un trabajo futuro esperamos presentar más datos y
exponerlos de manera más sistemática.
21
[sic]. Suponemos que se trata de un error de imprenta, ya que la traducción permite ver
que se trata de la palabra "champa", que significa: canoa pequefía. Es posible que no se
haya reproducido bien el símbolo fonético del sonido "eh".
22
Schwegler reprodujo el enunciado en transcripción fonética. Para mayor comodidad lo
pasamos a ortografia espafíola.
23
Traducción de Schwegler. La última oración del enunciado está dirigida al investigador.
111
Inf.: [... ] e que hay cholo que no le gusta hablar con libre.
(es que hay cholos a los que no les gusta hablar con
libres [= negros libertos])
Schw.: ¿No?
Inf.: hay cholo que no le guta hablar con libre.
(hay cholos a los que no les gusta hablar con libres)
Schw.: ¿Serio?
Inf.: ¡M:! ¡Cuando le diga! Hay cholo que no le gusta ... a
cholo que no le guta hablar con libre.
(¡M! ¡Cuando le diga! [=si se lo digo, es que es cierto;
créame!] Hay cholos a los que no les gusta ... hay cholos a
los que no les gusta hablar con libres)
es importante mencionar que hay no pocos casos en los cuales es muy difícil
tomar una decisión en cuanto a si hay o no presupuestos implícitos que se
contradicen por medio de una de las dos estructuras.
Por el momento asumimos, entonces, la existencia en el español de la costa
pacífica colombiana de la negación preverbal (NEG 1) y de la doble (NEG2),
quedando abierta la pregunta sobre la función de su distribución para
investigaciones futuras.
27
En los tres ejemplos que aparecen en Stolz ((28),(30) y (33)) no hay glosa, lo cual
dificulta la identificación de los diferentes elementos de la oración y, por consiguiente, la
correcta interpretación de la estructura. Sin embargo se exponen aquí porque no
encontramos otros ejemplos en la literatura a nuestra disposición.
28
Traducción nuestra del alemán.
29
Traducción nuestra del alemán.
30
Traducción nuestra.
31
Traducción nuestra.
114
32
Traducción nuestra.
115
"From the incompatibility of PF with negation, it follows that ambiguity may arise
only where both the matrix verb and the embedded verb do not carry PF aspect, and
can both be interpreted as either negative or affirmative. Only stative verbs comply
with these conditions. "34
33
Las negrillas y las gráficas del alcance son nuestras.
34
"De la incompatibilidad de PF con la negación se deduce que una ambigüedad puede
aparecer sólo donde ambos verbos -el principal y el subordinado- no llevan aspecto PF y
pueden ambos ser interpretados ya sea como negativos o como afirmativos." (trad.
nuestra).
116
35
Las negrillas y las gráficas del alcance son nuestras.
117
Esta lengua posee, pues, además de NEG3, otras marcas adicionales para la
negación oracional, información que no aparece en Dahl (1979).
El ejemplo del senari sirve también para ilustrar otro problema que se
presenta en el trabajo en cuestión: aunque muy profuso y detallado en la
~descripción de las múltiples dificultades inherentes a la clasificación de la
negación como morfológica, sintáctica, preverbal, postverba!, etc., Dahl omite
definir qué entiende por negación postoracional ("in sentence final position").
36
Se trata de las lenguas siguientes (entre paréntesis aparece la respectiva familia
lingüística): (Austro-Asiática): margi, tera, hausa. (Niger-Congo): gbeya, jukun, sango,
senari, birom. (Indo-Europea): bengali. (Dravidia): tamil, kannada, malayalam. (Altaica):
bashkirian, chulym, karachay-balkar, kazakh, uighur, uzbek. (Tungus-Manchu): olcha.
(Yuman): diegueno.
37
Estas cinco lenguas serían: (Niger-Congo): jukun, sango, senari, birom. (Indo-Europea):
bengalí.
38
Una lengua perteneciente al sub-subgrupo Gur -o Voltaico-, que a su vez pertenece al
subgrupo Niger-Congo de la familia Niger-Kordofaniana según la división propuesta por
Greenberg (1963).
39
No hay glosa en el ejemplo de Welmers, pero en otro lugar del texto se aclara que kári
es el verbo go (ir).
118
40
V r verbo finito
119
Cabe preguntarse entonces cuáles son los criterios para considerar que la negación
en una lengua no es simplemente postverba! sino postoracional. Con base en los
datos del palenquero (cap. 3-6) así como en los de las lenguas criollas y dialectos
del español y portugués presentados en el presente capítulo, proponemos
considerar como posición postoracional estricta aquella que va después de una
oración que puede contener frases nominales objeto, adverbios, frases
preposicionales, e inclusive cláusulas subordinadas. Para decidir si una lengua
posee este tipo de negación es necesario por lo tanto tener datos en los que estén
representados los elementos mencionados, constituyendo tal vez la "prueba de
fuego" las oraciones con subordinada.
Para volver al caso del senari, es difícil determinar con los pocos datos
publicados y a nuestro alcance (y en los cuales no aparecen ejemplos con objetos,
frases preposicionales ni con subordinadas), si esta lengua posee la negación
postoracional en el sentido estricto definido más arriba.
Es importante también recordar que además de un elemento negativo
posiblemente al final de la oración, esta lengua cuenta con otras marcas
preverbales que se combinan con éste en ciertos contextos gramaticales, dato que
no aparece en Dahl (1979).
El caso del jukun (lengua del sub grupo Benue-Congo) también merece una
revisión. En la tipología de Dahl aparece corno lengua con negación postoracional
exclusivamente. Sin embargo, en Welrners (1973:410) se registra el uso de una
marca adicional adyacente al verbo en las oraciones negativas: la reduplicación
del pronombre sujeto (en las afirmativas normalmente éste sólo aparece una vez).
Ejs.:
120
(49) m bi m mbá
Prons V Prons NEG
(I didn't come)
(no vine)
(50) ku bi (51) ku -ª
bi 41 mbá
(he carne) Prons V Prons NEG
(él vino) (he didn't come)
(él no vino)
8.5. Conclusiones
41
En la tercera persona cambia la forma del pronombre repetido.
121
1
O en 6, si se descuenta el semicriollo Afrikaans.
2
Para la exposición de los principales enfoques teóricos sobre el origen de las lenguas
criollas, véanse, entre otros, Mühlhausler (1986), Holm (1988), Romaine ( 1988), Arends,
Muysken & Smith ( 1995) y Bm1ens ( 1996).
3
"Como subraya Boretzky ( 1983 ), parece efectivamente no haber universales criollos
relativos a la negación. Esto es notable ya que Neg debe ser vista como una categoría
elemental y, por lo tanto, siguiendo la premisa de que existe un bioprograma lingüístico, se
puede asumir que Neg debería estar preformulada en éste" (Traducción nuestra).
4
Es útil recordar a este propósito la observación hecha por Holm ( 1988-1989: 172) de que,
en el caso de los criollos de superestrato inglés, holandés y francés, el uso de NEG 1
implica una reestructuración de la negación de estas lenguas de superestrato, y es por lo
tanto un fenómeno que exige una explicación diferente a la de la retención de estructuras
de superestrato.
5
Obtuvimos la cifra contando los criollos alistados en Holm 1988-1989. Se excluyeron las
lenguas criollas extintas y los pidgins, aunque somos conscientes de que la clasificación en
una de estas dos categorías en algunos casos (p. ej. en el de los pidgins extendidos) no es
fácil si unicamente se tienen en cuenta criterios estructurales.
122
6
Corroborando una hipótesis propuesta anteriormente por Jespersen (1917), Tesniere
(1959) y en parte por Steele (1975).
7
"( ... ) we have found evidence for the following general tendencies: ( ... ). Uninflected Neg
morphemes tend to occur before the FE [Finite Element] and as el ose as possible to it."
(Dahl 1979:93). "( ... )encontramos evidencia para las siguientes tendencias generales: ( ... ).
Los morfemas negativos no flexionados tienden a ocurrir antes del EF [Elemento Finito] y
lo más cerca posible a él." (Trad. nuestra).
8
Véase también Wode (1986:289): "Praverbale Stellung von NEG ist sehr wenig markiert,
typologisch sehr haufig und si e spielt auch in der Diachronie eine wichtige Rolle". ("La
posición preverbal de NEG es muy poco marcada, tipológicamente muy frecuente y juega
también un papel importante en la diacronía") (Trad. nuestra).
9
Ver Bickerton ( 1981, 1984, 1986, 1988 y 1990).
10
"In fact, sentence-final position is at least as common for uninflected negatives: at least
six SVO languages spoken in West Africa are ofthis type." (Dahl, 1979:93). "De hecho,
la posición postoracional es la menos común para elementos negativos no flexionados: al
menos seis lenguas con el orden SVO habladas en Africa Occidental son de este tipo."
(Trad. nuestra).
Ver también Muysken & Smith ( 1986:4 ), refiriéndose a la negación postoracional del
Berbice Dutch: "There is no reason to assume that the unmarked setting for the position of
the negative element is in postverba! position". ("No hay razón para suponer que la opción
no marcada para la posición del elemento negativo es la posición postverba!") (Trad.
nuestra).
123
Los criollos
11
Estas dos tendencias explicativas existen también en forma combinada o
complementaria, como p. ej. en la hipótesis de la "negociación lingüística" de Thomason
& Kaufman ( 1988) que consideran la formación de los criollos no prototípicos (es decir,
aquellos que pasan por un período de formación largo, no abrupto) como un proceso
complejo y lento en el que las similitudes entre el substrato por un lado y la forma y la
estructura percibida del superestrato por otro lado llevan a la creación de estructuras
paralelas en el criollo o a la transferencia directa -preservación- de estructuras del
substrato al criollo.
124
"Since the Angolares were isolated from the main creole-speaking and Portuguese-
speaking community at an early date, in sorne aspects Angolar probably reflects more
than the other three creoles the development that the original creole of Sao Tomé had
reached in the first half of the sixteenth century, discounting the Bantu elements that
clearly were absorbed into Angolar after the Angolares left the main community".
(Ferraz 1983:122). 12
Para explicar el origen de la doble negación discontinua en estos criollos 13 , Ferraz
(1983) recurre al substrato africano: encuentra paralelos en lenguas bantú-
occidentales, como el yaka, que para la negación posee "a sentence-final or word-
final suffix -ko" (p. 125) 14 •
Boretzky (1983) descarta la influencia del superestrato portugués (que
posee NEG 1) y de universales referentes a la negación, y observa que esta
estructura podría ser el producto tanto de la innovación como de la influencia del.
substrato. Como encuentra alguna evidencia para esta última hipótesis, la propone
como la solución más plausible.
El ewe (del grupo kwa) podría haber servido de modelo para los criollos
insulares, según Boretzky (1983: 102), ya que posee la estructura NEG2, donde el
primer elemento negativo me va antes del verbo y el segundo, o, va al final de la
oración, incluso después de una cláusula subordinada. El hecho de que en la 1era
y la 2nda persona del plural se pueda omitir la primera marca negativa, quedando
únicamente la negación final, acerca aún más la estructura de esta lengua al
principense (NEG3).
El jaunde (del subgrupo bantú) también es presentado por Boretzky
(1983:103) como posible modelo, pues posee "ebenfalls eine umklammemde
Negation ( ... ): a- ki(k)" . 15
Otra influencia probable para NEG2 en los criollos de las islas es para
Boretzky el Y oruba. Aunque esta lengua posee en principio una sola marca de
negación preverbal (NEG 1) (k)ó, se usan los enfatizadores negativos mó o rárá en
posición postverba!, relacionados, según propone Boretzky, con los verbos mó
12
"Como los Angolares estuvieron aislados de la comunidad mayor hablante de criollo y
de portugués en una fecha ~emprana, en algunos aspectos el angolar probablemente refleja
más que los otros tres criollos el desarrollo que el criollo original de Sao Tomé había
alcanzado en la primera mitad del siglo XVI, descontando los elementos bantúes que
claramente fueron absorbidos por el angolar después de que los Angolares dejaron la
comunidad mayor" (Trad. nuestra).
13
Recuérdese que la negación postoracional del principense (NEG3) parece provenir del
desarrollo de una negación doble previa. (Ver cap. 8.2.2).
14
"un sufijo postoracional o a final de palabra -ka".
15
"igualmente una negación circumpuesta ( ... ):a- ki(k)" (Trad. nuestra).
El autor no precisa dónde va exactamente la segunda negación.
125
9.1.2 EIAfrikaans
16
Ingl. "vanish" (Boretzky 1983:102).
17
Stolz (1987:15) afirma que el saotomense posee, paralelamente aja, las formasfóljií.
18
"La influencia del substrato, por consiguiente, no consiste necesariamente en una
adopción directa de material léxico africano, sino que se puede manifestar, por así decirlo,
en la reproducción literal de construcciones africanas con lexemas portugueses" (Trad.
nuestra).
126
influencia de varias fuentes, entre las que se cuentan las variantes del holandés
mencionadas, el criollo portugués, el malayo y lenguas de la familia Khoisan
como el nama, hablado por los hottentotes o khoekoes 19 •
Para el caso concreto del origen de NEG2 se han propuesto varias
hipótesis; las más importantes se resumirán a continuación (véase una
presentación más extensa en den Besten 1986).
Según la hipótesis dialectal, propuesta entre otros por Pauwels (1958,
citado en den Besten 1986), la doble negación es una característica de algunas ·
variantes dialectales y antiguas del holandés que fue preservada en Afrikaans. Den
Besten refuta esta hipótesis, arguyendo que la correspondencia sintáctica entre la
negación de los dialectos germano-occidentales y del Afrikaans no es más que
superficial, ocurriendo la primera al interior de la frase verbal mientras que la
segunda es postoracional. El único dialecto que comparte la estructura negativa
del Afrikaans es el de Aarschot, pero den Besten descarta su presencia en
Suráfrica (ver la discusión en den Besten 1986).
Valkhoff (1966) afirma que la doble negación de los criollos portugueses
del Golfo de Guinea pudo poveer la base para NEG2 en Afrikaans, dada la
presencia de esclavos originarios de esta zona traídos en una época temprana de
colonización. Den Besten dice al respecto:
"It is true that the first two cargoes of slaves carne from the African westcoast, but later
arrivals carne from Asia (and from Madagascar and Mozambique). The Asían varieties
of Creo le Portuguese do not have double or sentence-final negation" (1986:21 0-
211).20
Este hecho y el de que las únicas dos oraciones negativas registradas en el criollo
portugués de Suráfrica contengan un sólo elemento negativo (preverbal) llevan a
den Besten a concluir que se necesita más evidencia para sustentar esta propuesta.
Den Besten (1986) se basa en una hipótesis de Nienaber (1955) para
explicar el origen de NEG2 como producto de la interferencia del nama. En esta
lengua, hablada por los hottentotes o los khoekhoes (pobladores del sur de lo que
19
Uno de los factores que ha complicado la discusión, ya de por sí bastante compleja
(véase un resumen en Holm 1988-1989:338-352), sobre el origen de la estructura del
afrikaans es "the strain on the objectivity of linguists -both South African and foreign- due
to the political implications of sociolinguistic findings" (Holm 1988-1989:340). ("la
presión sobre la objetividad de los lingüistas -tanto surafricanos como extranjeros- debido
a las implicaciones políticas de los resultados de la investigación sociolingüística") (Trad.
nuestra).
20 "Es cierto que los dos primeros cargos de esclavos vinieron de la Costa Occidental
Africana, pero las importaciones sucesivas procedían de Asia (y de Madagascar y
Mozambique). Las variedades asiáticas de criollo portugués no tienen negación doble o
postoracional" (Trad. nuestra).
127
es hoy Namibia y con los que tuvieron el primer contacto los colonos europeos),
la negación es final. Den Besten hace la siguiente comparación entre las
estructuras del holandés, del nama y del Afrikaans (1986:211):
En vista de estos paralelos estructurales, concluye que "it does not seem
impossible that interference from Hottentot has created nie-2 in Afrikaans. The
parallelism in underlying word order in Nama and Dutch (both SOV) may have
played a role here as well" (p.211 )22 •
La exposición de otros rasgos substráticos hottentotes adicionales al de la
negación, el estudio detallado de las condiciones históricas y demográficas que
determinaron el contacto lingüístico en Suráfrica y una compleja argumentación
teórica en la cual se invoca la influencia modeladora de la Gramática Universal,
constituyen una revisión y elaboración de la hipótesis de Nienaber, después de la
cual den Besten concluye que la negación en Afrikaans tiene su origen en la
interferencia del nama (o hottentote) y que la acomodación a la nueva lengua (el
21
Sp = Negative Spread. Den Besten se refiere aquí a un fenómeno de concordancia
negativa existente en holandés, en el cual el rasgo negativo de expresiones como niets
(nada) y nooit (nunca) se puede distribuir sobre cualquier elemento indefinido que aparece
después del constituyente negativo (ejs. y descripción más detallada en den Besten
1986:205).
22
"No parece imposible que la interferencia del hottentote haya creado nie-2 en Afrikaans.
El paralelismo en el orden de palabras subyacente en nama y holandés (ambos SOY) pudo
haber jugado un papel aquí igualmente" (Trad. nuestra).
Den Besten parte de la base de que el orden básico SOY del substrato nama, reforzado por
la tendencia al uso de oraciones con orden SOY (con verbos en infinitivo y por
consiguiente sin el fenómeno V2/l) por parte de los holandeses en su foreigner talk,
generó la retención de este orden en el holandés pidgin de los hottentotes (sobre el cual se
tienen abundantes datos tomados de informes de los siglos XVII y XVIII). Este pidgin
holandés sería luego adoptado por los esclavos importados, entre los cuales se hallaba una
buena parte de hablantes de lenguas SOY (provenientes de la India y Ceilán), y retenido en
el proceso de formación del Afrikaans.
128
Este criollo casi extinto de base holandesa hablado en Guayana a orillas del río ,
Berbice tiene la peculiaridad de poseer la mayor cantidad de léxico de substrato
africano en comparación con el resto de los criollos caribeños: en términos de la
lista de Swadesh, Smith et al. (1987) constataron la presencia del 27% de léxico
de origen ijo oriental 24 (sobre la base de 200 palabras), y Kouwenberg (1992)
encontró que el porcentaje de léxico ijo oriental era de un 38% (sobre la base de
100 palabras).
El hecho de que la casi totalidad de lexemas no holandeses hayan sido
identificados como provenientes de una sola lengua africana también constituye
una característica poco común en el contexto de la formación de los criollos.
Esta evidencia de tipo lingüístico, combinada con algunos datos históricos
(ver Muysken & Smith 1986:2-3), que parecen satisfacer la necesidad de
demostrar que "the right speakers were in the right place at the right time for
features to be transmitted" 25 (Bickerton 1984: 183), ha llevado a atribuir un origen
ijo a las estructuras marcadas o no típicamente criollas del Berbice Dutch. Entre
éstas se cuentan la negación postoracional, las postposiciones locativas y los
sufijos aspectuales (ver Muysken & Smith 1986 y Kouwenberg 1992).
Es interesante el hecho de que, a diferencia del Afrikaans, el orden
sintáctico en el Berbice Dutch sea SVO, correspondiendo al patrón criollo típico,
a pesar de que tanto el holandés como el ijo oriental tengan el orden SOV.
Muysken & Smith (1986:7) proponen para explicar este caso, "where neither
Dutch nor Ijo have contributed to the syntax of Berbice Dutch" 26 , la influencia de
universales lingüísticos. También consideran la posible alternativa de que esta
estructura se deba a efectos de aprendizaje incompleto de segunda lengua, que
23
Está claro que "Gramática Universal" se usa aquí en un sentido Chomskyano (ver p. ej.
Chomsky 1981, 1989), que se diferencia en ciertos aspectos de la propuesta universalista
del Bioprograma de Bickerton (ver Bickerton 1981, 1984).
24
Y, en particular, de su dialecto kalabari. El ijo es hablado sobre todo en Nigeria.
25
"los hablantes adecuados estaban en el sitio adecuado en el tiempo adecuado para que
las características fueran transmitidas". (Trad. nuestra).
26
"donde ni el holandés ni el ijo contribuyeron a la sintaxis del berbice dutch" (Trad.
nuestra).
129
27
· Véase Meisel, Clahsen & Pienemann ( 1980) para este ferió meno de re interpretación.
28
"las imperativas, las oraciones simples (i.e. sin subordinadas) y el discurso enfático
debieron constituir la mayor parte de los actos de habla holandeses dirigidos a los
esclavos" (Trad. nuestra).
Sin embargo, recuérdese que en su análisis de la negación del afrikaans den Besten (1986)
afirma que elforeigner talk de los colonos holandeses debía tener el orden SOY, debido al
uso de verbos en infinitivo (ver den Besten (1986:23, nota al pie)).
29
Los ejemplos de SVO en ijo oriental presentados por esta criollista no son muy
convincentes a nuestro modo de ver (véase la discusión en Kouwenberg 1992:292).
30
"( ... ) va al final del predicado, y aparece como sufijo en el verbo principal. Debido al
orden SOY del ijo oriental, la negación estándar aparece al final de la cláusula o de la
oración" (Trad. nuestra).
130
El portugués brasileño
31
Lengua que no estuvo disponible como modelo lingüístico sino hasta por lo menos un
siglo después del establecimiento de la colonia holandesa de Berbice.
131
32
Véase el ej. (3) para el holandés.
33
"En la medida en que estas oraciones se vuelven cada vez más comunes, la pausa
entonativa que separa la partícula de refuerzo del resto de la oración puede eventualmente
ser eliminada" (trad. nuestra).
34
Esta característica no se da por ej. en el alemán (nein/nicht), en el francés
(non/(ne) ... pas) o en el inglés (no/not).
132
35
"La historia general de las expresiones negativas en algunas de las lenguas mejor
conocidas presenta una curiosa fluctuación. El adverbio negativo lleva frecuentemente un
acento débil, porque otra palabra en la oración debe recibir un acento fuerte de contraste.
Pero cuando la negación se ha convertido en una mera sílaba proclítica o incluso en un
sonido único, es sentida como demasiado débil y debe ser fortalecida por alguna palabra
adicional, y ésta, a su vez, llega a ser interpretada como la negación propiamente dicha. la
cual entonces puede estar sujeta al mismo desarrollo que la palabra original" (Trad.
nuestra).
36
Aquí NEG 1 se refiere a la primera marca negativa y NEG2 a la segunda.
133
37
"Puesto que su(s) causa(s) última(s) sigue(n) siendo desconocidas" (Trad. nuestra).
38
Ejemplos (de Schwegler 1988:27 y 1990b):
39
"Que la ausencia de marcación pragmática puede actualmente estar haciendo avanzar el
ciclo negativo en el portugués brasileño informal" (1991b:214)- Postscript.
134
40
Desgraciadamente no hemos tenido acceso a esta publicación. Debemos esta referencia a
Schwegler ( 1996).
41
Que constituyeron una parte importante de las lenguas africanas llegadas a la isla.
135
9.1. 7 El palenquero
42
Lenguas que con seguridad fueron habladas (entre otras) por los fundadores del
Palenque a juzgar por los vocablos de origen bantú (y, sobre todo, kikongo) que
sobreviven actualmente en el criollo palenquero (ver cap. 9.2.4.3).
136
43
Desgraciadamente no aparece la glosa en ninguno de los ejemplos de Megenney.
44
Es probable que el autor se refiera aquí al criollo angolar de Sao Tomé y no a un
portugués hablado actualmente en Angola.
45
Se designaba con el término "bozal" a los esclavos recién traídos del Africa, que,
consecuentemente, no hablaban el español ni el portugués.
137
4- Por otro lado, al atribuir el origen de una distinción pragmática tan sutil como
la de NEG 1 [-adversativo] y NEG2-3 [+adversativo] a la difusión de un pidgin
afroportugués, no se tiene en cuenta, en nuestra opinión, un aspecto teórico o
terminológico importante: si entendemos por pidgin una jerga rudimentaria de
contacto, muy variable, que carece, entre otras cosas, de un sistema verbal
coherente, de medios sistemáticos para distinguir relaciones de caso, de un
sistema consistente de anáfora y de oraciones complejas (ver Bickerton 1984:175
y Holm 1988-1989:7), es muy poco probable que una variedad lingüística de este
tipo haya poseído un sistema de negación tan elaborado y rico en matices, que
incluyera las diferenciaciones pragmáticas del tipo propuesto por Schwegler. 47
46
Los subíndices 1 y 2 aquí quieren decir primera marca negativa y segunda
respectivamente.
47
En la literatura especializada coexisten diferentes acepciones del término "pidgin". Para
algunos criollistas, como Bartens (1996: 104, que se basa en Mühlhiiusler (1986: 135-175)),
éste designa un código lingüístico más complejo y regular ("Regulare Strukturen treten an
Stelle von Variation und Inkonsistenz" Bartens 1996:104 -"Estructuras regulares aparecen
en vez de variación e inconsistencia" Trad. nuestra-) que el de la jerga de contacto
(Jargon). El pidgin en esta acepción tiene su origen en situaciones de contacto
multilingüe, a diferencia del largan, que surge del primer contacto entre sólo dos lenguas.
A juzgar por las características generales que le atribuyen al pidgin los autores
mencionados, asumimos que éste corresponde al pidgin extendido (véase Holm 1988-
1989:5-7) o incluso casi al criollo de la terminología de Bickerton ( 1984)
(desgraciadamente la descripción de las características lingüísticas del pidgin en Bartens
(1996:104) son muy generales y vagas; no se menciona nada, p. ej., sobre la presencia o
ausencia de marcas de TMA en esta variedad, lo que hace muy difícil hacerse una idea de
su acercamiento/alejamiento del criollo típico).
Para el caso que nos ocupa, es importante señalar que los criollistas que parten de la
existencia de un pidgin afroportugués temprano, ven en éste un código extremadamente
139
Asumir, para obviar este problema, que el pidgin afroportugués en cuestión no era
una jerga rudimentaria de contacto sino un pidgin extendido 48 o un criollo implica
probar que los esclavos deportados estuvieron en los puertos de embarque durante
un período lo suficientemente largo como para aprender a cabalidad y con todos
los matices pragmáticos una de estas variedades lingüísticas. Hasta donde
sabemos, esto aún no ha sido probado.
Esta discusión se inscribe en una más amplia: la de la posibilidad de
explicar las semejanzas estructurales entre todas las lenguas criollas a través de la
difusión del mencionado pidgin afroportugués que se habría hablado en el siglo
XV en las zonas de contacto entre los portugueses y los africanos de la costa
occidental. Según esta hipótesis, llamada monogenética, el uso del pidgin se
habría extendido a todas las zonas de expansión colonial portuguesa (que
incluían, como es bien sabido, no sólo el Caribe sino también el Océano Indico, la
India y el Extremo Oriente). Los africanos que fueron llevados por los traficantes
portugueses a otras colonias europeas habrían reestructurado el pidgin
afroportugués, orientándose hacia las respectivas lenguas dominantes, por medio
de un proceso llamado relexificación, que consiste en llenar las estructuras
gramaticales de una lengua con material léxico de otra. Esta hipótesis, abreviada
aquí de manera un tanto burda, fue propuesta en los años 60 49 .
Hasta la fecha no se tienen datos concretos sobre la naturaleza de este
hipotético pidgin afroportugués -si es que se puede partir de un mismo pidgin
hablado a todo lo largo de la costa africana desde Senegambia hasta Guinea
Ecuatorial durante el período mencionado. Cabe preguntarse hasta qué punto es
sensato asumir que los puertos de embarque esclavistas y las contadas
comunidades con presencia de lanc;ados portugueses 50 constituían una misma
comunidad lingüística, con contactos intensos como para que hubiera difusión de
una misma variedad lingüística, que por lo demás se describe como
probablemente muy variable e inestable (ver Ferraz (1987), quien excluye el
contacto entre los criollos del Golfo de Guinea y los de Guinea occidental, y
51
Aunque nos adherimos a la tendencia actual de asumir una influencia plural en la
génesis de estas lenguas. Es decir, creemos que si bien las semejanzas entre las lenguas
criollas se explican más satisfactoriamente asumiendo la influencia de universales
lingüísticos (cuya naturaleza es aún objeto de discusión), las diferencias entre ellas se
deben a diversos otros factores, entre los que se cuentan la influencia del superestrato (que
varía según factores sociodemográficos y el tiempo de contacto), la influencia del substrato
(que varía según el grado de homogeneidad) y los cambios internos, a los que están sujetos
los criollos, como toda lengua natural.
52
Como p. ej. el pidgin/criollo Nubi o Juba de base lexical árabe (ver Bartens 1996:82).
53
Como los criollos y pidgins asiáticos en general.
54
La posible influencia del pidgin afroportugués en los criollos y pidgins del Pacífico es
descartada incluso por representantes de la tendencia monogenética como Bartens
(1996: 135).
141
55
Véanse las siguientes declaraciones: "La atestiguación ( ... ) de prácticamente idénticas
negaciones postverbales -paralelas, como hemos podido verificar, no sólo en su estructura
morfosintáctica sino también en su función pragmática- en hablas negroiberas tan
dispersas como el español dominicano, el palenquero, el cartagenero, el colombiano
occidental, el cubano, el criollo palenquero, el portugués brasileño, el portugués angoleño
o el sao tomense comprueba la relación genética entre ellas, y a la vez desautoriza
cualquier explicación substratística (africana) localista." ( 1996:288).
Y: "Parece, pues, que es imposible( ... ) explicar los paralelismos de la negación predicativa
entre el español dominicano y varias otras hablas de territorios afroamericanos con una
hipótesis localista basada en influencias substratísticas africanas( ... )". (1996:276).
56
Curiosamente, el criollo portugués de Cabo Verde posee la estructura NEG 1 (Stolz
1987:5).
142
según los lugares y las épocas 57 explicaría en parte por qué la negac10n
postoracional aparece sólo en algunos criollos: mientras que en algunos sitios
determinados habría habido en la época crucial de la formación del criollo un
número dominante de hablantes de lenguas con NEG2 o NEG3 que pudieron
suministrar la base para un calco (que, por lo demás, no es para nada un proceso
obligatorio), en otros lugares habrían dominado las lenguas de substrato con otras
estructuras negativas. Una explicación de corte substratista presenta en este caso
una ventaja sobre la monogenética en el sentido de que esta última predice que
NEG3, al ser un rasgo profundo del pidgin afroportugués que supuestamente
habría dado origen a todos los criollos, debería tener una difusión bastante mayor
de la que tiene, como ya señalamos anteriormente.
A continuación intentaremos argumentar a favor de la hipótesis de que la
negación postoracional en el palenquero y en las demás lenguas criollas en las que
aparece tiene su origen en la influencia de las lenguas de substrato.
57
Dependiendo, entre otras cosas, de quién tuviera los "asientos" o los derechos exclusivos
sobre el tráfico y de las relaciones diplomáticas entre los dueños de asientos y las
diferentes colonias (ver Del Castillo 1982 y Maya 1998).
143
que marca el momento en que la población de esclavos comienza a ser mayor que
la del grupo dominante. Bickerton asume que antes de este evento la versión L2
de los esclavos debía ser más acrolectal o aproximada a la lengua meta. Es
solamente cuando el número de esclavos comienza a sobrepasar drásticamente el
de los colonos, aumentado progresivamente por nuevas importaciones masivas,
que tiene lugar el proceso de dilución (dilution) o pidginización del acrolecto (ver
para más detalles Bickerton 1986). Con la estabilización demográfica y la
suspensión de las importaciones masivas termina por regularizarse y estabilizarse
el criollo resultante del proceso de reconstrucción de la jerga anterior, llevado a
cabo por las primeras generaciones de niños nacidos en la comunidad, haciendo
uso de universales lingüísticos innatos (bioprograma).
Es evidente que una explicación de tipo bioprogramático no tiene cabida
en la determinación del origen de NEG3, ya que esta estructura constituye una
más bien rara excepción del uso generalizado que hacen las lenguas criollas de la
negación preverbal, como se observó al principio del presente capítulo. Si se
considera que un bioprograma debería contener información sobre la estructura
negativa, sería lógico asumir que NEG 1 (y no NEG3) hace parte de éste. Los
criollistas universalistas, ya sea que partan del bioprograma tal como lo propone
Bickerton en su versión revisada (1986 y 1988i8 o que sean partidarios de la
participación de principios universales innatos sujetos a variación paramétrica59
en la génesis de las lenguas criollas, deberán tener en cuenta los numerosos
estudios sobre la adquisición (Ll) de la negación para verificar el posible carácter
universal (en el sentido de las teorías mencionadas) de NEG 1 -o, en términos
menos lineares, de un morfema negativo clítico unido a INFL-.
No está de más, sin embargo, observar que los estudios sobre la
adquisición (Ll) de la negación en múltiples lenguas (incluyendo algunas no
indogermánicas) coinciden en constatar una fase muy temprana en el desarrollo
lingüístico, en la cual los niños realizan la negación en una posición externa al
enunciado, que puede ser inicial o final 60 • La razón por la cual no interpretamos
este hecho como prueba de la existencia de una estructura negativa universal
extraoracional, que podría haber dado origen a NEG3 en algunas lenguas criollas,
es que esta estructura se presenta en una fase (de enunciados de 2 o 3 palabras) en
la cual aún no han sido adquiridas las categorías funcionales (INFL, COMP, etc.),
58
En la que se adscribe a la Hipótesis del Aprendizaje Lexical (Lexical Learning
Hypothesis).
59
Ver Chomsky (1986) y (1989).
60
Véase Me Neill & Me Neill (1968), Wode (1977), Park (1979), Clark (1985), Clahsen
( 1988), Dieck ( 1989), Pierce ( 1992), Ezeizabarrena ( 1991 ), Meisel ( 1997b), entre otros.
DE ANTIOQUIA
11IRLIOTECA CENTRAL
144
sino únicamente las lexicales 61 : "In other words, structures generated by early
grammars resemble VPs rather than sentences (IPs or CPs)" (Meisel 1997b:7). En
el momento en que los niños adquieren la diferenciación entre verbos finitos y no
fmitos, el elemento negativo se introduce a la oración y se coloca inmediatamente
adyacente al elemento que contiene la marca de [+finito] 62 . Es más probable que
este estadio de estructuración haya servido de modelo para la gestación de una
lengua que la fase anterior, llamada a veces "presintáctica" en la literatura
especializada. Una estructura como NEG TMA V, compartida por todos los
criollos 63 , sería afín a lo que predicen los hallazgos de la investigación sobre la .
adquisición de L l. Este punto merece, claro está, una discusión mucho más
detallada.
En el caso de NEG3 estamos, pues, ante un rasgo que no parece ser
explicable desde una perspectiva bioprogramática. Así lo ve también Bickerton
(1986:24) cuando acepta que la negación postoracional del Berbice Dutch
proviene de un calco del substrato ijo (ver cap. 9.2.4 para la ampliación de esta
discusión).
61
Ver Parodi (1998), Radford (1986) y Meisel (1997b).
62
Ver Clahsen (1988) y Meisel (1997b), entre otros.
63
Véase el principio de este capítulo.
64
Ver Dahl (1979), Schwegler (1988) y Meisel (1997a).
145
65
Pero, a diferencia de Schwegler, no vemos en este hecho un indicio irrefutable de la
difusión de un diasistema de base con la estructura NEG3, como se expuso en la sección
9.1.8.
66
Aunque hay que recordar que ninguna de las lenguas cuya negación canónica es NEG3
abandona del todo el empleo de otra marca adicional para el alcance de la negación en
ciertas construcciones que generan ambigüedad en la interpretación, un problema
inherente a la negación postoracional que no tiene la negación postverbal.
67
Como las que viven, p.ej., los trabajadores inmigrados en paises desarrollados.
146
9.2.4 El substrato
expuesto y de que asume que "where syntactic differences exist among creoles,
they will pattem to a large extent along superstrate rather than substrate lines"
(1986:25). Nos inclinaremos por la primera solución, señalando que la
interferencia a nivel únicamente sintáctico ha sido suficientemente documentada
en los estudios sobre adquisición de L2, y en vista del hecho de que, •en el caso de
que la sola presencia de la negación enfática final en el superestrato bastara para
explicar la presencia de NEG2 o NEG3 en un criollo, es muy probable que este
fenómeno tuviera, como ya se señaló (ver 9.2.3), una difusión mucho mayor entre
las lenguas criollas por ser muy usual la negación final en el discurso enfático de
las lenguas europeas de superestrato. El hecho de que los pocos criollos que
poseen NEG2 o NEG3 tengan substratos en los que aparece esta estructura
(Afrikaans: Nama, Berbice Dutch: Ijo, los criollos portugueses del Golfo de
Guinea: probablemente el yoruba, el ewe y el yaka), también apunta en la
dirección de que el substrato juega en este caso un papel importante en
convergencia con otros factores.
Para que se pueda generalizar en una comunidad el uso de una forma o
estructura producto de la transferencia de L 1 es necesario que el substrato sea
homogéneo, o que las diferentes lenguas de substrato tengan ese rasgo en común.
El hecho de que una estructura específica se encuentre tanto en el substrato
-homogéneo- (o en la gran mayoría de lenguas que forman el substrato) como en
el superestrato aumenta las probabilidades de que esté presente en el interlenguaje
o el pidgin (jerga) emergente 74 . Más aún si el rasgo en cuestión aparece en una
posición sobresaliente y tiene una alta frecuencia de uso.
Lo anterior pudo haber sucedido con la negación postoracional palenquera:
si estaba presente tanto en el registro del superestrato al cual estaban expuestos
los esclavos africanos como en la mayoría de las lenguas de substrato habladas
por éstos, es posible que h;:lya sido una estructura usada con cierta regularidad y
cop bastante frecuencia 75 en la jerga de la fase de disolución, y que de esta manera
haya pasado a formar parte del criollo posterior.
No se puede descartar, sin embargo, la coexistencia en esta fase de la
estructura NEG 1 (NEG + V), que, por un lado, está presente también en el
superestrato y por el otro, ha sido propuesta como mecanismo universal de
simplificación en el interlenguaje inicial de aprendices de L2 (ver p. ej. Schumann
1979, Stauble 1984 y Wode 1981). Meisel (1997b) no obstante, en base a datos
empíricos recientes y de lenguas meta76 distintas del inglés (lengua meta en la
mayoría de los estudios en los que se propone NEG 1 como universal de L2),
74
Aunque esto no tenga que suceder necesariamente en todos los casos.
75
Teniendo en cuenta que la negación es un acto de habla básico.
76
Alemán y francés.
150
77
"El uso de la negación preverbal caracteriza más bien a un tipo específico de aprendiz
que una fase temprana de adquisición de L2. ( ... )Debería( ... ) ser entendido como el efecto
de una estrategia de uso lingüístico preferida por muchos mas no todos los aprendices
durante las fases tempranas y la cual algunos continúan aplicando más tarde" (Trad.
nuestra).
78
"Una clara tendencia a la posición postverba! de la negación con verbos con marcas de
concordancia y a la posición preve~bal con verbos sin estas marcas" (Trad. nuestra).
151
de africanos llegados a esta ciudad. Del Castillo supone que en Cartagena ocurrió
algo semejante a lo de Lima, donde la cifra de 20.000 esclavos en 1640 bajó
luego a la mitad. En 1686, según el censo del gobernador Juan de Panda, "sólo
vivían 1.952 esclavos en Cartagena y Getsemaní y 5.716 en toda la provincia"
(Del Castillo 1982:107).
Para el cuarto período Del Castillo (1982: 126) calcula un total de 12.215
esclavos introducidos legalmente a Cartagena, y tres veces esa suma de esclavos
traídos ilegalmente desde Jamaica. Además habría que agregar los que fueron
traídos de Curazao, también por contrabando, cuya cifra se desconoce totalmente.
Durante el quinto período, que se caracteriza por la disminución del
tráfico negrero en general, Cartagena recibe 15.176 esclavos según Germán
Colmenares (citado en Maya 1998:44). La proporción de esclavos con respecto a
los colonos en este período es inversa a la del segundo período: hacia 1772 en
Cartagena amurallada se cuentan 2.137 esclavos de un total de 11.379 habitantes,
"es decir, que los esclavos alcanzaban una quinta parte" (Del Castillo 1982: 143).
En un censo realizado en 1778 se calculó el número de esclavos en la provincia
de Cartagena en 8.143 y "en lo que hoy es Colombia alcanzaba a 51.999, es decir,
el 7.04% de la población total" (Del Castillo 1982: 143).
En conclusión podemos decir entonces que el "evento 1" probablemente se
produjo durante el segundo período, es decir la primera mitad del siglo XVII.
79
"Sobre Colombia, específicamente, es poco lo que podemos encontrar en los cronistas y
colecciones de documentos pues casi nunca se indica su procedencia [la de los primeros
negros en Colombia]" (Del Castillo 1982:30).
154
fin. Del Castillo (1982) establece el predominio de los siguientes grupos según los
períodos expuestos en la sección anterior:
80
Jesuita que catequizó y bautizó a una gran cantidad de esclavos. Se ordenó sacerdote en
Cartagena en 1616 y murió en 1654 en esta ciudad (Del Castillo 1982:95).
81
En el español de Cartagena y alrededores, así como en el palenquero.
155
(1982: 176), de ibo (igbo?), ijo, ibibio y efik, en donde el igbo y el ijo pertenecen
al subgrupo kwa82 y el efik-ibibio al grupo benue-congo (Comrie 1990:967)]"
(Del Castillo 1982:163-164).
Quinto periodo (1740-1811): Se registra en este período un predomino
relativo de los carabalís (hablantes de ijo, subgrupo lingüístico kwa), aunque estos
fueron casi igualados a partir de 1780 por los esclavos de Angola y Mozambique.
Según Del Castillo, esta "oleada final de origen bantú hacia el Caribe y Cartagena
reforzó seguramente los bantuísmos occidentales existentes desde la primera
época y aportó quizá algunos nuevos bantuísmos orientales." (Del Castillo
1982:164)
Resumimos el predominio de las etnias africanas para cada período:
l. 1533-1580 Yolofos
2. 1580-1640 Angolas y Congos
·3. 1640-1703 Ararás
4. 1703-1740 Ararás y Minas
5. 1740-1811 Carabalís, Angolas y Mozambiques
9.2.4.3 Período
82
Según Greenberg, aunque "there is sorne disagreement as to whether Ijo really belongs
to the K wa group or to the Benue-Congo group" (Comrie 1990:966). "hay cierto
desacuerdo sobre si el ijo realmente pertenece al grupo kwa o al benue-congo" (Trad.
nuestra).
156
83
Que había problemas de comunicación entre colonos y esclavos porqut:r éstos en algunos
/ 1
casos no hablaban español, y no una nueva lengua común a ambos/ se desprende de
algunas de las pocas alusiones a cuestiones lingüísticas que se encuentr'an en documentos
de la época. A los negros que llamaban a declarar en procesos penale,s sólo se les recibía
juramento si eran 'ladinos', es decir, si hablaban español: " ... hisso parescer ante si a un
negro de quien por ser ladino recivió juramento" (Auto de detención redactado por el
Teniente General don Pedro Martínez de Montoya en 1693, citado de Arrázola 1970: 126),
"un negro que por ser ladino ... le recivió juramento ... por Dios y la Cruz, en forma de
derecho" (en otro informe de 1693 del mismo Teniente GeneraL Arrázola 1970: 130).
Aunque también se hacían excepciones, como en la siguiente referencia a un declarante
negro "de quien aunque no hablava muy claro español por esplicarse y entenderlo se
rezivió juramento" (ibid. p. 129). ·
84
Del texto Noticia historial de la provincia de Cartagena de Yndias, año de 1772, citado
en Patiño ( 1983:183 ).
85
Ver Friedemann ( 1983: 15-17).
157
86
Coincidimos aquí con Schwegler (1996:271), quien también asume que el criollo
palenquero se formó en el siglo XVII.
87
Como en: "Arió negro congo chimbumbé", extracto de canto fúnebre transcrito por
Escalante (1954) y citado en Friedemann (1983:71); y en: "Chi ma nkongo, chi ma luango,
chi ma Luango di Angola", extracto de canto fúnebre transcrito por Schwegler
(199ld:l91). Luango o "Loango" hace referencia a los africanos procedentes de la región
del antiguo Congo francés (Schwegler 1991 f: 15).
158
88
La mayoría de estos datos ya fueron expuestos a comienzos de este capítulo. Se repiten
aquí para mayor comodidad del lector.
89
En la fuente (Megenney 1986: 153) no aparece la glosa.
159
en: ha-chitele chyange-ko (no es mi carga) y oviti ka-vi nene-ka (los palos no son
grandes )90 .
Ferraz (1983: 125) señala que el yaka (lengua bantú occidental) posee un
"sentence-final or word-final suffix -ko" y Boretzky (1983:103) anota que el
jaunde (lengua bantú occidental) usa una negación circumpuesta a- ki(k), paralela
al criollo principense.
Los paralelos estructurales entre las lenguas africanas que posiblemente
constituyeron la mayor parte del substrato del palenquero (es decir,
principalmente el kimbundu y el kikongo) y la negación palenquera nos parecen
suficientemente claros como para proponer una influencia de estas lenguas en el
criollo naciente. 91
9.3 Conclusiones
90
Ejemplos de Valente (1964) citados en Megenney (1986:154). Desgraciadamente no
aparece la glosa ni más información que permita ver si la segunda negación es postverba! o
postoracional.
91
Somos conscientes, sin embargo, de la limitación que implica el tener que contentarnos
por el momento con descripciones actuales y parciales de estas lenguas (hasta que
aparezcan datos sobre versiones más antiguas de las mismas).
160
92
A la que contribuye, sin duda, el hecho de que la negación anafórica o absoluta en
español es igual en su forma a la negación no anafórica o sintáctica.
93
Hecho que sería frecuente sobre todo en las comunidades cimarronas o palenques.
94
"hacer un nuevo morfema gramatical de un morfema originalmente retenido por su
significado lexical".
95
Además, por supuesto, de la L 1 de sus madres o de quienes se encargaban de cuidarlos.
161
En la 1era y la 2nda persona del plural se puede incluso omitir la marca preverbal
me.
En los períodos siguientes también se registra la presencia de hablantes de
lenguas con negación postoracional, como el ijo hablado por los carabalís (sobre
la negación en ijo, ver cap. 9.1.3); y en el último período (1740 - 1811) vuelven a
llegar cantidades importantes de esclavos provenientes de Angola, los cuales,
siguiendo a Del Castillo (1982: 164 ), pudieron reforzar los bantuísmos
occidentales existentes desde la primera época y aportar nuevos bantuísmos.
4. Con el tiempo, se va perdiendo una de las dos marcas (como en la última fase
del "ciclo negativo") que subsiste únicamente en aquellos contextos donde cumple
una función distintiva (en este caso de marca de alcance).
"( ... ) the language-forming situation has never been observed directly; any account of
it ( ... ) can only be based on a mixture of linguistic reconstruction, historical evidence,
and commonsense assumptions about human behavior. "96 (Bickerton 1988 :270)
96
"( ... ) la situación de la formación de la lengua nunca ha sido observada directamente;
todo trabajo que dé cuenta de ella ( ... ) sólo puede estar basado en una mezcla de
reconstrucción lingüística, evidencia histórica, y de supuestos con sentido común sobre el
comportamiento humano" (Trad. nuestra).
163
Conclusiones generales
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