Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
m02p23 PDF
m02p23 PDF
MESA 2
1
1. Introducción
Esta posición ultraoptimista de Bunge, quien en este artículo aboga por una cruzada
para expulsar de la Academia, como nuevos caballos de Troya posmodernos a los
“constructivistas-relativistas, es insostenible y resume una serie de cinco mitos que
Daniel Sarewitz (1996) considera más al servicio de los intereses de los científicos que a
los intereses de la sociedad, y siendo ésta, la sociedad, la que sostiene al sistema y
2
considerando al sistema de alto valor estratégico en el desarrollo social y material de las
naciones, es necesario adoptar nuevos puntos de vista que Sarewitz considera nuevos
mitos pero más adecuados a la situación actual. El primer grupo de mitos a los que se
refiere Sarewitz es el siguiente:
1) El mito del beneficio infinito: más ciencia y más tecnología generarán mayor
bienestar público.
2) El mito de la libre investigación: es posible cualquier línea de investigación,
científicamente razonable, para producir beneficios sociales.
3) El mito de la responsabilidad (rendición de cuentas): el sistema de revisión por
pares, la reproducibilidad de los resultados y otros controles, expresan las
principales responsabilidades éticas del sistema de investigación.
4) El mito de la autoridad: la información (el conocimiento) científica ofrece una
base objetiva para la resolución de disputas políticas.
5) El mito de las fronteras sin límites: el nuevo conocimiento generado en la
frontera de la ciencia es independiente de las consecuencias morales y prácticas
producidas en la sociedad.
La idea de Sarewitz es que estos mitos han sido creados por la propia comunidad
científica pero suelen fracasar a la hora de servir a los intereses de la sociedad. Sarewitz
considera que no se puede divorciar lo que ocurre en el interior del laboratorio del
contexto social más amplio en el que está profundamente inmerso. Existiendo la
necesidad de crear “un nivel más realista de expectativas con respecto a las promesas
sociales hechas en nombre del sistema I+D y un incremento en la capacidad de objetivos
sociales”. Para esto sugiere una mitología alternativa sobre la que volveremos al final de
este documento.
3
2. Aspectos éticos del desarrollo tecnológico
Al mismo tiempo que la tecnología amplía las posibilidades de vida, plantea una
serie de responsabilidades y de problemas que están lejos de haber sido resueltos
filosófica, legal o políticamente. Algunos de éstos tienen que ver con los transgénicos,
los implantes de órganos o de embriones, la clonación de órganos o de organismos
completos, etcétera.
Como consecuencia del desarrollo técnico se establece una nueva división del
trabajo y comenzamos a asumir roles en la vida pública relacionados con nuestro oficio
que nos transforma en expertos, piezas sustituíbles en el engranaje social pero con la
obligación, en cumplimiento de nuestro deber, de tomar decisiones que tienen
implicaciones bioéticas muy vastas. Casi siempre, al tomar decisiones, tenemos un
conocimiento experto del problema, pero no se nos da tiempo ni lugar para reflexionar
sobre sus implicaciones y alcances; de aquí la necesidad de una formación en bioética.
4
segregadas (Tuskegee, USA) llevó al Dr. Van Rensselaer Potter a acuñar el término
bioética en 1971, referido a una preocupación central acerca del ser humano y su
entorno; el cuidado de otras especies, ecosistemas y el equilibrio de la vida en el
planeta. Para el Dr. Ruy Pérez Tamayo (2005) la bioética nació como un puente entre la
biología y la filosofía; de ahí su nombre. Pero incluye también a la ecología, a la
medicina y a la antropología, y busca un lenguaje común entre todas ellas. Hasta hace
pocos años, no eran muchos los tratadistas que se enfrentaban a los problemas bioéticos
que subyacen en la ciencia y en la tecnología, sin darse cuenta de que para ser mejores
personas en su sentido más amplio necesitamos movernos en ambas disciplinas. ¿Cuántos
profesionales de la salud necesitan antes de emitir un diagnóstico toda una serie de
estudios, gráficos y números obtenidos en equipos de varia complejidad tecnológica, y
se han olvidado de la palpación, el ojo clínico, los semblantes, etc., de los pacientes?.
Cualquiera que haya estado en un hospital moderno se habrá sentido más ayudado y
monitoreado por aparatos y sensores electrónicos que por personal médico o
paramédico. Estos hechos deben de llevarnos a reflexionar sobre las implicaciones
bioéticas de la ciencia y de la tecnología.
5
características y problemas nuevos cuando las posibilidades de producción de
transgénicos como consecuencia de la fusión del conocimiento científico y las técnicas
de la tecnología han aumentado casi sin límites y sus consecuencias no son totalmente
previsibles.
Esto nos conduce a que la discusión sobre posiciones bioéticas en relación a los
sistemas biotecnológicos debe hacerse de manera transparente, con abundante
información y, hasta donde ello sea posible, desprejuiciada y al margen de intereses
particulares, de tal modo que los acuerdos sean éticamente justificables.
1
(Hay un tipo de riesgos que no corresponden al funcionamiento de los sistemas biotecnológicos, que
denominaríamos intrínsecos y que la tecnología ayuda a suprimir o atenuar; por ejemplo, el fuego
combatido por agentes químicos, la prevención de enfermedades mediante vacunas, etc.)
6
4. Las tecnologías de la reproducción
7
El solo tema de “parentesco por encargo” suscita otra serie de cuestiones
fundamentales de carácter legal y ético, que comienzan a plantearse en las cortes de
justicia y para las cuales aún no existe jurisprudencia. Algunas de ellas: ¿Quién es en
realidad el padre, o mejor, a quién pertenece el hijo, a quien suministró el material
genético o a la mujer que aportó su vientre? ¿Qué significado tienen paternidad,
maternidad o parentesco, en el caso de sucesiones, herencias, etc.? ¿Qué relación tienen
entre sí los hijos nacidos de forma natural con los nacidos “por encargo”? Y el material
genético no utilizado, fetos, embriones, etc. ¿a quién pertenece y de quién es
responsabilidad? Nos encontramos con lo que ya antes dijimos: la tecnología extiende las
posibilidades existenciales pero al mismo tiempo origina una serie de responsabilidades
que filosófica, legal o políticamente no están resueltas. El que desarrolla la tecnología y
no sólo el que la aplica debe también reflexionar sobre sus implicaciones.
2
En la manipulación del material genético se desechan multitud de embriones que pudieran ser otras tantas
criaturas, por lo que el investigador se convertiría así en multihomicida.
8
5. Neuroética
9
6. Conclusión
10
Bibliografía
BADHAM, Paul, “Christian Belief and the Ethics of In-vitro Fertilization Research”;
International Journal on the Unity of the Sciences, Vol. I, No. 2, New York, USA, 1988,
p.159.
FISHEL, Simon, “Human In-vitro Fertilization and Present State of Research on Pre-
embrionic Material”, International Journal on the Unity of the Sciences, Vol. I, No. 2,
New York, USA, 1988, p.173.
GAZZANIGA, Michael, The Ethical Brain, The University of Chicago Press, USA, 2005.
KEGLEY, J. A., “Technology and the Good Life”, International Journal on The Unity of
the Sciences, Vol. 1, No. 2, New York, USA, 1998, p. 217.
OLIVÉ, León, El Bien, el Mal y la Razón, Ediciones UNAM-Paidós, México, 2000, pp. 85-
95. También del mismo autor: Transgénicos y Participación Pública. UNAM, Notas
mimeográficas.
PÉREZ TAMAYO, Ruy, Periódico Reforma, Sección 2C, Cultura, Ciudad de México, 9 de
julio de 2005.
Autores
11